The Punk Muffins Tour.

Era una hermosa mañana, el cielo tenía una pinta tan azul…
Claro que no.
Para Spike, el cielo pintaba tal como lo había visto ayer, era una mañana como cualquier otra, y sin duda no había nada hermoso en levantarse a las 6 am.
Se levantó solo por reflejo, No duro más de siete segundos con los parpados abiertos antes de volver a caer en un profundo sueño que hacía parecer que el castaño estuviera inconsciente en alguna clase de coma.
―solo cinco minutos más. ―susurro Spike antes de perder el poco de conocimiento.


✰✰✰✰✰✰


Tal vez fue una mala idea tomar vodka anoche.
Ese fue el primer pensamiento coherente de Colbie al abrir los ojos.
Mientras estiraba sus brazos lentamente. Sus músculos crujieron y en ese momento ella vio donde se encontraba: desnuda y envuelta en una cortina de baño y acostada en el suelo de la ducha, y como era de esperar, no tenía conocimiento de lo ocurrido. Lo único que pudo ver en su mente fue a ella  perdiendo la cuenta en la tercera botella.

Por alguna circunstancia, su mano izquierda pulsaba mientras ella se apoyaba en la pared, lo que hizo que ella examinara esta. No había ni una herida u amputación, pero lo que si se hallaba en su dorso era un sol tribal atravesando su piel con lo que parecía ser tinta negra y amarilla.  Uno muy real y no tan doloroso como se veía.
Al estar tan ensimismada en el nuevo arte de su mano, no pudo notar como la perilla empezaba a girar para dejar paso a un rostro atractivo. Y sumamente conocido.
Ambos elevaron sus miradas en sincronización. Y la mantuvieron por aproximadamente tres minutos antes de que Colbie y  Parker gesticularan la misma pregunta.
― ¿Qué haces aquí? ―articularon simultáneamente.
―Yo te lo pregunte primero.― volvieron a preguntar ambos.
―deja de hacer eso.― una vez más lograron sacar las mismas palabras de sus labios.
La situación en sí, parecía haberse sacado de” the hangover”. Pero Colbie no estaba de un buen humor ahora, como para reírse de la situación. La resaca estaba empezando a devorar el sentido común de esta.  
― ¡Sal de mi ducha, Parker! ―gesticulo completamente enojada consigo misma por querer reírse de esta situación.
―Más bien yo debería decirte que salgas de mi ducha, pero, nena te ves bien allí. ―habló él mientras inclinaba su peso contra el respaldo de la puerta.
Colbie ahora estaba aturdida mientras se deslizaba para salir del cuarto de baño.
Oh, demonios. Él tenía razón, este no era su estancia.

Colbie experimentaba grandes cosas en este preciso instante. ¿Confusión? Posiblemente. ¿Diversión? Ni una pizca.  ¿Vergüenza? Para nada.
Cualquiera que pasara por aquella situación se sentiría totalmente avergonzada. Pero para los que conocen a Colbie, esa no es una opción para la castaña. Ciertamente ella nunca había bebido vodka. Era su primera vez y que gran paradoja. Termino en la ducha de un desconocido, desnuda, con un dolor de cabeza terrible y con una cortina envuelta en partes exactas.

— No quiero arruinar nuestro momento pero…estas desnuda detrás de esa cortina ¿verdad?
―Parker…―susurro con una nota de advertencia para este.
―Colbie…―se mofo él mientras añadía  un tono de fingido temor.
―Tengo que salir de aquí. ―farfullo ella, cambiando de tema.
Camino hacia la salida del tráiler pero al notar que el castaño la seguía paro en seco.
―No invite a que me acompañaras.
―Los caballeros no necesitan invitación. ―hizo una pausa antes de proseguir.― además tu no necesitaste una invitación para adentrarte a mi ducha. ―al ver que ella no tenía ninguna prisa de seguir caminando, él continúo hablando―además, no cuestiono la vista que tengo desde este punto. Lindo tatuaje por cierto…

Por un momento Colbie se cuestionó los pros y contras de abofetear a un coach. Al no encontrar ningún contra. Giro con su palma abierta pero fue interrumpida al escuchar un sonido proveniente de afuera, algo muy parecido a tiroteo, seguido de una voz indicándoles que salieran del tráiler.

Ambos salieron rápidamente seguidos de todos los que conformaban el tour.
— ¡Esto no es un tiroteo! —exclamo Colbie mientras un ceño fruncido se formaba en su frente.
Shane giro su cabeza hacia ella por un momento y al verla, Colbie fue consciente que solo portaba una cortina de baño, ante esto ella alzo la mirada para verlo gesticular un “qué demonios”. Pero eso fue todo antes de que la primera bola de pintura se estrellase contra la mejilla de Shane.
Y entonces todo el mundo empezó a ver con claridad la broma. Excepto por ella, ya que literalmente, una bola de pintura le dio directamente en su parpado derecho, impidiendo ver su campo de visión, y así fue como termino con los pies embarrados, con Parker como colchón humano. Busco aire para sus pulmones antes de suspirar.
Todo el mundo caía en el barro mientras eran filmados.

Bien, ahora ella quería más vodka.



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Shane intentaba enfocarse en la música y no prestar atención a las bromas que sin duda empezaban a abrumarlo.
Las notas que salían de la guitarra  de forma natural, mientras empezó a una escala C mayor al tiempo que añadía un ritmo grunge, esto hizo que el terminase con un riff asombroso en su guitarra. Este solo iría para Mad sounds, unos cuantos  ajustes y ellos ya tendría un nuevo single.
Ser coach y ganar dinero con lo que mejor sabía hacer lo convertía en un bastardo afortunado.
Siguió trabajando con su guitarra mientras era consciente de Lucy lo miraba. La había sentido entrar cuando él aun trabajaba en ese riff.
—Por qué no te acercas.―no era una pregunta.
Arrojo la guitarra encima de su hombro mientras la pelirroja se acercaba a él.
―Hola profesor X―bromeo ella mientras se sentaba en su regazo.
― No eres mi alumna. Y no necesito súper poderes para leerte la mente―razono el mientras veía a Lucy sonreír.
Llevaban un año, cinco meses, y dos días de relación. Shane estaba colado por la menor de los Hepburn. Eso era más que un hecho. Lucy era una de las pocas personas que lograban que Shane mostrara una sonrisa incluso  si él no se percataba de que lo estaba haciendo.
― Entonces dime ¿en qué estoy pensando? ―dijo ella, arrastrando a Shane fuera de sus pensamientos.
No se limitó a pensarlo demasiado.
―Y lo cito “oh, yo, Lucinda Hepburn soy tan afortunada. Estoy sentada en las piernas del hombre más ardiente con el que me he liado, y él me esta mirado.  ”
―No estaba pensando en eso. ―afirmo Lucinda mientras golpeaba el brazo del moreno. Este solo la miro a los ojos enarcando una ceja. Y ella ante la mirada de él, agrego―Bueno, no del todo.
― Y Lucinda ¿Sabes en lo que yo estoy pensando? ―pregunto Shane.
― Duh, ¿en nada? ―respondió ella.
― Tal vez. ―dijo mientras la atraía hacia sí. ―O tal vez pensaba en besarte.
― ¿Y porque estas tardando tanto? ―replico ella con una sonrisa.
― No lo haré, quien sabe si Ian o Dexter estén cerca del radar. Ya sabes, cuenta la leyenda de que si andas con la menor de los Hepburn puedes terminar castrado en alguna esquina de Chicago. Y bueno Lucy, ya sabes, no es precisamente el sueño americano de un hombre.
Lucinda se limitó a fruncir el ceño.
― ¿y eso que significa? ―Gesticulo Lucy con la boca casi cerrada.
― Linda, era una broma. ―Se disculpó Shane mientras la atraía hacia sí.
Y entonces Lucy saco de su bolsillo una grabadora, con una gran sonrisa en los labios. Y se dispuso a grabar su voz diciendo lo siguiente:
― Y ese fue Shane Duncan Coleman admitiendo que puede hacer bromas.
El moreno solo se encontraba allí con la mandíbula tensa, ciertamente ser alguien carismático y risueño no era su punto fuerte, pero al parecer fue como si Lucinda no lo notara. Se inclinó en lo beso fugazmente mientras se incorporaba.
―Sera nuestro secreto―añadió mientras se daba media vuelta en sus talones y salía con una gran sonrisa. Y dejando a Shane aturdido y con algo que usualmente no se encuentra todos los días en él.
Una gran sonrisa curvando su boca.


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Spike no sabía qué hora era al despertarse. Pero no hizo nada por saber de cualquier modo. El castaño siempre  afirmaba a si mismo tener un sueño demasiado ligero, pero él más que nadie sabía que mentira.
Tras una cantidad de tres bostezos y medio se dio vuelta hacia la ventana para encontrarse con un cielo oscuro. Sonrió metódicamente. Había roto su récord, y como recompensa se volvió a recostar mientras el sueño lo dejaba en una espiral de ronquidos e inconsciencia total.

A dormir otros cinco minutos.


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Shelby no pudo evitar un pequeño grito de emoción traspasara por sus labios de color frambuesa.
Realmente estaba delirando, ella estaba aquí por Tessa, punto. Pero una parte de sí misma reconocía que había anhelado estar aquí más por sí misma. Su parte groupie  pedía tomar las riendas por un rato.
Y nada más de ver al chico en el que poso su campo de visión. Olvido todo ―incluyendo respirar―.
Allí estaba Marc Daniel Allman. El chush más fuerte que Shelby estaba experimentando en estos momentos, hablando con Sydra. Intento  apartar la vista pero simplemente no intento lo suficiente, pues termino sucumbiendo en un segundo intento miserable.  

Alguien conocido caminaba hacia ella. Shelby noto que irradiaba cinismo contenido, todo lo contrario a su sonrisa. Si, Colbie Halloway.
― ¿quieres dejar de mirar a Marc como si fuera un pedazo de tocino caliente?
―Soy vegetariana, lo sabes ¿verdad?
―Uh, entonces lo diré de nuevo ¿quieres dejar de mirar a Marc como si fuera un pedazo estupendo de pimiento verde?
―Eso ni siquiera tiene sentido.
― Si no hay carne involucrada es argumento válido.
Shelby solo se limitó a callar mientras volvía a verlo por el rabillo del ojo antes de que él se esfumara con los demás.
―Debo concentrarme en mí. Y en apoyar a Tessa y en lograr mi propia fama. ―susurro más para sí misma que para su acompañante.
Colbie solo torció su labio. Oh no. Shelby conocía esa expresión.  Debía preparase para lo que iba a salir  de la boca de esta.
―Libby. Creo que incluso eres más ingenua que Tessa. No llegaras a ser famosa ni nada de eso. Lo sé, y tú también lo sabes. Todo el mundo se referirá a ti como la hermana menor de la chica que gano TXF. Prácticamente eres su sombra. Lamento ser yo la que te lo diga pero no esperes que diga eres una chica especial y tu primer single será genial. Tal vez, exista esa posibilidad. Pero va mayormente en contra. Y en cuanto a Marc, no voy a mentirte, es un chico muy caliente. Y probablemente si fuera una adolescente como tú, ahora estaría lanzándole mis bragas, no te engañes pensando tener algo con él. Probablemente te romperá el corazón. ―Y dicho todo Colbie se fue, por el mismo camino por el cual había entrado.

Ouch.

Mordió su manicura perfecta aproximadamente cinco segundos antes de apartar la mano de su boca. Su madre odiaría ese gesto de debilidad.
Tal vez esas palabras fueran en un punto, muy acertadas, afirmo con objetividad, pero Shelby solo hizo oídos sordos a todo lo dicho por la castaña. Era mejor no pensar, porque si lo haría, temía que fuera a rescrebajarse. Era débil.
Finalmente salió a buscar aire mientras trataba de recordar todos tips de flirteo que aparecían en sus revistas viejas. Tal vez acercarse a Marc, podría ser divertido. Y ella quería contar con todo el arsenal a su alcance. Pero sabía que era mentira. No tenía las agallas como para caminar hacia él. Ni mucho menos para emitir alguna palabra.
Seguramente ella estaba actuando como un desastre ahora mismo.

Tener dieciséis años era tan confuso, incluso para una chica que tenía atravesaba dicha edad.


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Parker cruzo sus hombros mientras miraba a la pelirroja que actualmente era aspirante a comediante en el tour. Ella estaba de espaldas a él, mientras hacía lo que sea que esté haciendo.
Bien, podría tener una voz impresionante, pero claramente le faltaba sentido común.
Como si ella lo hubiese notado de dispuso a hablarle en voz alta para que él la escuchara.
―Tengo gas pimienta que en tres segundos puede atacar tu cara.―dijo Derrie con voz de advertencia.
―Siempre puedo correr, tengo dos piernas que pueden ser tan letales como ese gas pimienta.
―Si giro y alzo la mirada ¿prometes no ser un asesino serial? ―dijo Derrie con un temor algo dramático.
No pudo decir nada ya que los ojos de ella se encontraron con los de Parker. Ella fue la que rompió el contacto visual mientras empezaba a hablar.
―Linda camisa. ―espeto irónica ella mientras veía el pecho descubierto de este.
―Puedo prestártela si quieres. ―afirmo él mientras hacia un ademan a sus brazos. ―es muy cómoda ¿sabes?  ― concluyo mirándola.
Al ver que ella no decía nada, él iba a girar e irse.
―A y por cierto Derrie, linda broma la de ayer. Espero que tengas una buena toma de mí en esa filmación. ―y terminado de decir esto giro y se fue, sin mirar hacia atrás.


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Mientras Colbie era consciente de que sus palabras podrían lastimar, no se sentía apenada por haber expuesto la verdad que siempre va única con la realidad. Dañar en vez de dañarse podía soñar cruel. Podía ser cruda, pero el mundo no necesitaba más mentiras.
Y la verdad era que a Colbie le encantaba usar términos que hacías que simples palabras se contasen como acertijos. Sin embargo, amaba la fase sorpresa de algo, tal vez por eso era amante de los reality shows. Pero había una similitud entre todos los que las empresas sacaban al aire. Podía llamarse shows de realidad, pero todo era tan sobreactuado que incluso te hacía pensar en qué momento las lágrimas reales se convertían en falsas. Colbie se había preguntado eso tantas veces como para recordarlas.

— Creí que pensar no se te daba bien.
— Entonces algo en tu cerebro esta atrofiado, —replico Colbie al reconocer la voz de este. Y se dispuso a continuar— aunque eso, todo el mundo lo sabe.
— Oh ya veo, estás más cínica hoy.
— ¿Qué quieres Shane? —giro su cabeza para mirarlo con una sonrisa.
— ¿no puedo venir a hablarte? Lamento decírtelo pero no eres tan exclusiva como para pedir cita.
—No decías eso cuando salíamos juntos.
— Estas jugándome sucio Colbie Genevieve. —amenazo sonriente.
— No acabas de hacerlo. —Frunció el ceño.
— Bien, entonces lo haré de nuevo—, tras una pausa, completo su frase. —Colbie Genevieve.
Ella solo se limitó a verlo con una sonrisa, que Shane conocía perfectamente.
—No, no lo vas a hacer. — espeto.
— ¿hacer qué, Shane—pregunto con una confusión fingida, mientras se procedía a continuar—Beaugerard?
—Claramente es un error haberte dicho mi nombre completo.
—Auméntalo a la lista de cosas que lamentas.
—Si no te conociera lo suficiente te diría que ese sarcasmo tuyo terminara lavándote el cerebro.
—Entonces tal vez no me conoces lo suficiente.
—Sabes que no es así. Te conozco mejor que nadie. —dijo el moreno con una convicción bastante apropiada.
— ¿Lo dices en el sentido bíblico? — Sonrió ella en respuesta, para molestarlo.
—Sabes que no responderé a eso.
—Entonces le daremos el beneficio de la duda. —continuo ella.

Para Colbie toda esta charla era una manera fácil de convivir con Shane. Existía una gran conexión entre ambos. Haber tenido algo en el pasado no había disminuido la confianza uno del otro. Si le preguntaran a Colbie quien es su mejor amigo. Probablemente no respondería más que con un encogimiento de hombros. Pero ese, ese era Shane.
—Bien, este es el momento oportuno para cambiar de tema así que… ¿me vas a explicar el incidente de ayer?
Colbie solo fingió desinterés.
—Tienes que ser más específico en esta vida Shane.
—Involucra tú, saliendo con Parker, y tal vez una cortina de baño.
—Claro, eso —sonrió cuando se dispuso a continuar. —bien, recuerdas que mi talento oculto es hacer las más asombrosas galletas ¿verdad? — Lo vio asentir y se dispuso a continuar— la verdad es que, ayer le hice galletas a Parker, él se desmallo de lo asombrosas que eran. Y lo convertí en mi juguete sexual, porque—  se acercó a él para susurrarle algo. — debí decirte de mí obsesivo fetiche con las cortinas de baño.
—Eso explica muchas cosas. Una de ella es que tal vez, esa oración sea el que encabecé tu compulsión por el sarcasmo.
—El sarcasmo es la nueva adicción del siglo XXI, Shane. Si con ese comentario pretendes decirme  adicta. Lo acepto.