Friendzone.

Capítulo 6

If you ever touch my best friend I will kill you. have a good day,  asshole.

Danna Rottmayer.

Los gritos de mi hermano mayor Harry me despertaron, como de costumbre se me había hecho tarde. Todo es culpa de mi estúpido teléfono con un estúpido despertador que estúpidamente no funciona.

Hoy tenía planeado levantarme temprano y darme un baño, sin embargo no creo conseguirlo, se supone que debo estar en el instituto dentro de veinte minutos y necesito un milagro para poder estar lista.

Terminé por ponerme unos jeans gastados, converse blancas y una remera que parecía una explosión de colores. Mi cabello era la peor parte, estaba enredado y parecía ser más un trapeador que cabello.

Lo único bueno de mi casa era que estaba a tres cuadras del instituto. La mitad del camino la pase corriendo y cepillando mi cabello mientras intentaba no tropezarme con los baches de la acera. Si hay algo que debe hacer el gobierno es reparar las calles.

Entro corriendo al lugar dando un portazo haciendo que algunas cabezas curiosas se giren a verme. Noto como el color sube a mis mejillas y oculto la cara mirando al suelo. Creo que los profesores ya comienzan a preocuparse por mi impuntualidad porque en cuanto entro a la clase de inglés la profesora me mira preocupada en lugar de molesta.

—Lo siento, profesora, tuve una… —pienso una buena mentira, quizá podría decir que se averió el auto pero ella sabe dónde vivo. Mi madre debería dejar de socializar con mis profesores, las excusas se me están terminando— mala mañana.

Ella asiente y me deja pasar. Me siento donde siempre, junto a Summer Dunn y delante de Drew, mi mejor amigo.

Summer y yo tenemos una relación extraña por llamarla de alguna manera; sin duda es una de mis mejores amigas y la que conoce todo sobre mí. Pero en el instituto fingimos no serlo, nos lanzamos insultos en todo momento y tratamos de no estar juntas. No conozco bien la razón por la cual lo hacemos, supongo que ambas necesitamos llamar la atención.

En cuanto a Drew… es complicado, estar completamente enamorada de tu mejor amigo siempre es difícil, más cuando él tiene a un millón de chicas a sus pies. Trato de no ser celosa, pero a veces es imposible.

—Hey, Mich —dice Summer a mi lado, odio que me llamen Michelle o cualquier sobrenombre que tenga que ver con mi espantoso segundo nombre.
—¿Qué quieres, hermosa y perfecta Dunn? —pregunto sarcásticamente.

Me hace una seña para que revise el teléfono y le hago caso. Si la profesora ve que estoy en el teléfono seguramente me matará, pero vale la pena arriesgarse.

Sum: él me hablo de ti en la mañana, imbécil.

Noto como mis mejillas se encienden y las escondo tras mi libro antes de que alguien se dé cuenta. Drew es el único que consigue hacerme sonrojar con sólo saludarme. Pero es tan despistado que jamás se ha dado cuenta, así que no tengo nada de qué preocuparme.

Igual Summer sigue insultándome, pero no puedo mentir, ella es una especie de ángel caído del cielo que ha venido a iluminar mi vida. Jamás he conocido a una chica tan linda en toda mi existencia.

Yo: ¿qué dijo?
Sum: le pregunté si le parecías guapa y me dijo que eras perfecta, pero que eres como su hermana menor.

Odio eso de los mejores amigos, no me malinterpreten es genial tener un mejor amigo, pero estar enamorada de tu mejor amigo es la cosa más jodida que hay en el planeta.

Siento todas las miradas posadas en mí y no entiendo el por qué hasta que miro a la profesora parada frente a mí cruzada de brazos. Yo calculo que tiene unos cincuenta años, pero el cabello grisáceo la hace parecer mucho más vieja. Sé que está frente a mí porque usé el teléfono en clase, ahora me lo confiscará y no volveré a saber nada de él hasta la próxima semana.

—Señorita, ¿qué le he dicho sobre usar el teléfono en clase?
—Que está prohibido —respondo encogiéndome de hombros.
—Démelo, veré qué es tan importante para usted que me ignora durante la clase.

Rezo porque mi teléfono se haya bloqueado y no pueda descifrar la clave; pero seré honesta, 0000 no es una gran clave para proteger mis adorados mensajes. Espero se confunda de conversación y vea una con mi hermano o mi padre, algo nada importante.

Summer me mira preocupada, ahora todos sabrán que me gusta Drew o al menos él lo sabrá porque recordará la conversación que tuvo esa mañana.

Quiero morir. Estoy deseando que llegue un apocalipsis zombie o algo parecido, en cuanto la profesora le entienda a mi teléfono va a leer mis mensajes y toda la clase los conocerá porque la profesora Hupkins no es esa clase de mujer que se queda conforme con saberlo ella, sino que quiere avergonzarte lo más posible.

—Bien, aquí está —dice viendo la pantalla del teléfono—. Debería cambiar su contraseña, Rottmayer, es demasiado sencilla.

Drew suelta una carcajada y quiero golpearlo a él también. Ojalá le dé un dolor y salga corriendo del aula para ir con la enfermera o algo así; pero él está ahí, sano y salvo.

—Sum le mandó esto hace cinco minutos: él me habló de ti en la mañana, imbécil —la profesora mira a Summer y ella se encoje de hombros. Ojalá la profesora tuviera sentimientos, así notaría que esos mensajes son importantes para mí, pero no parece importarle—. Y usted le respondió: ¿qué dijo? Y ella contestó: le pregunté si le parecías guapa y me dijo que eras perfecta, pero que eres como su hermana menor.

Me encojo en mi asiento y trato de no mirar a nadie pero todos me miran. Antes mis mejillas eran rojas, ahora hasta mi cuello es rojo. Jamás me había sentido tan humillada en toda mi vida,  es como si estuviera desnuda frente a todo el mundo, sólo que esto se siente mucho peor.

La profesora me devuelve mi teléfono y yo sigo tratando de ocultarme de todas esas miradas acosadoras que tengo sobre mí. En cuanto toca la campana salgo corriendo del lugar, la mujer no tiene derecho de humillarnos, pero es Hupkins, humilla hasta al director.

Entro al baño de chicas y me miro al espejo, el sonrojo ha pasado pero ahora tengo cara de depresión. Sin duda este ha sido el peor día de toda mi vida, necesita terminar en este instante. Quiero volver a casa y no saber nada más sobre mi horrible día y vergüenza.

Drew Dillon.

Parecerá un poco acosador que seguí a Danna hasta el baño y ahora estoy parado afuera esperándola. No importa, es mi mejor amiga, tengo que estar ahí siempre que me necesite y ahora es uno de esos momentos. Siendo honesto creo que Hupkins debería respetar la privacidad de los alumnos, es cierto que Danna no debió sacar el teléfono pero la arpía no tenía por qué leer sus mensajes en voz alta.

En fin, jamás seré profesor en cuanto salga de este manicomio llamado instituto me iré lo más lejos que pueda de él.

Miro a los alumnos que pasan frente mío, hay algunos tan agradables y otros tan odiosos, supongo que siempre será así. Pero hay algo que llama mi atención, mejor dicho alguien. Lo conozco. Cabello rubio, ojos castaños, alto y delgado; ése chico es Owen Reynolds, el ex novio de Danna. Sé que las cosas entre ellos terminaron bien, que acordaron ser amigos. Pero yo creía que ése chico estaba muy lejos de este lugar, en otro instituto completamente diferente. No entiendo qué hace él aquí.

Tengo ganas de ir a darle un buen golpe y advertirle que se mantenga alejado de Danna, pero es su primer día, debo ser amable con él y no matarlo en el camino. Mañana podré amenazarlo todo lo que quiera porque no hay nada más perturbador que un mal primer día. No sé sobre eso, jamás me ha pasado, pero a mi hermano nerd sí le pasó y no fue agradable.

Danna sale del baño y no se le ve tan preocupada como parece, de hecho no se le nota ni avergonzada ni preocupada, está sonriendo como siempre.

—Hola, conejo —saludo.
—Jamás volveré a enseñarte las fotos de mi pasado, ¡tenía cinco años, Drew!

Sonrío y la rodeo por los hombros. En mi defensa no había manera de no fastidiarla con eso, ¡estaba vestida de conejo amarillo! A parte de que el color no es natural, ella se veía muy graciosa con ese disfraz ya que su madre le había maquillado la cara y le había pegado bigotes. Fue bastante divertido ver sus fotos de pequeña.

—Eres un conejo bonito y amarillo —digo burlón.
—No es mi culpa que a mi madre le gusten los conejos y el color amarillo. Además me veía adorable.

Si hay algo que me gusta hacer es fastidiar a Danna, es tan divertido verla molesta. Pero a ella no parece hacerle gracia porque siempre termina golpeándome.

Cuando nos toca entrenamiento de lacrosse me topo encuentro con Simon Grey, un chico agradable que va en mis mismas clases. Medio idiota pero agradable al final de cuentas.

—¿Qué hay, Drew?
—Todo genial, Simon, ¿qué hay de ti?
—Genial, también. Por cierto, ¿a quién se refería Danny —si algo me provocaba envidia de Simon era que llamara Danny a Danna y que ella no le dijera nada, yo le decía Danny y ella se molestaba por al menos dos días— cuando la profesora leyó los mensajes?
—No lo sé, güey.
—Eres su mejor amigo, deberías saberlo como buen amigo que eres.
—No me gusta presionarla, Simon, si ella me lo quiere contar que lo haga y si no quiere contármelo que no lo haga. Así de simple.

Simon sonríe.

—¡Vaya mejor amigo, eh! El punto de tener un amigo es molestarlo hasta la muerte, es por eso que son mejores amigos.

Suelto una carcajada y él me imita.

Nos dirigimos a las duchas, no son nada agradables siendo honesto pero tenemos que bañarnos para no ir como una cascada  de sudor por todo el lugar.

—Lo recordaré en tu funeral, Grey, pondré en tu hermosa tumba: ‘Siendo molestado por los siglos de los siglos.’
—Es una linda frase, ¿qué te parece esta? ‘Siendo marica por los siglos de los siglos.’

Suelto un bufido y él continúa riéndose de su propio chiste. Es normal en Simon considerar sus bromas demasiado graciosas aunque sea la cosa más estúpida que pudieras escuchar. Es algo raro porque no te da risa el chiste, sino las carcajadas de Simon. Terminas riéndote de él, no de su estupidez para contar chistes.

El día transcurre completamente normal, la mayoría del tiempo la pasé con Simon, Danna ó Anthony Edwards quien necesita ayuda de verdad. Tiene una especie de platónico por su mejor amiga Summer, no me imagino lo difícil que debe ser, me alegro de que Danna y yo estemos libres de enamoramientos.

Sobre Owen Reynolds, me lo topé en el entrenamiento y casi no resisto el impulso de amenazarlo y matarlo. Al final lo conseguí y me limité a lanzarle miradas de odio. En lo normal no soy así, trato de ser amable con todos los chicos nuevos que llego a conocer; pero él lo merece por ser el ex de Danna, no me importa lo bien que hayan terminado.

Cuando iba saliendo del instituto choqué con —¡oh sorpresa!— Owen. Mi día no había sido del todo bueno aunque por lo que sabía el de Danna había sido muchísimo peor.

—Lo siento —se disculpa y me tiende la mano—, soy Owen Reynolds.
—Y yo soy alérgico al contacto humano —respondo sonriendo cínicamente y él se encoje de hombros—. Mi nombre es Drew Dillon.
—Un placer —dice sonriendo ligeramente.
—Mantente alejado de Danna, Reynolds —digo y me alejo de él.

Dije que esperaría hasta mañana pero no pude resistir decírselo, tenía que hacerlo. No parece mal chico, pero lastimó a Danna en su momento razón por la cual yo debo odiarlo hasta la muerte.

hola(?):