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Maybe I'm your cure (Ashton Irwin)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Página 2 de 3. • 1, 2, 3
Re: Maybe I'm your cure (Ashton Irwin)
Capitulo 14.
Sentía un dolor agudo en todo mi cuerpo, había estado algo consciente en el proceso en el que me realizaban un lavado de estómago, el cual consistía en introducir una sonda desde mi nariz hacia mi estómago, parecía sencillo pero fue una de las cosas más dolorosas que he experimentado. Casi ni podía moverme, sin contar que mis muñecas ardían como el infierno, de hecho, recibí varios puntos en mis cortes por la profundidad de estos. Estaba recibiendo una transfusión de sangre y no podía dejar de repetirme lo idiota que fui, tendría que haberlo planeado bien, así no fallaba pero lo hice, fallé, como con todo en la vida.
Mi padre había estado a mi lado durante tres largas horas, a veces lloraba, otras veces murmuraba cosas sobre que todo esto era su culpa, pero no lo era, no había otra culpable más que yo. Finalmente, a duras penas, tuvo que marcharse y me quedé a solas con mis pensamientos. No tenía mi diario conmigo, no podía descargarme cortándome, no podía hacer otra cosa más que llorar y culparme.
La puerta se abrió y vislumbré a una persona de cabello rubio oscuro y ojos mieles; Ashton. Tomó lugar a mi lado pero no habló, ni tampoco intentó tocar mi mano como había hecho la última vez que visité el hospital, él solo se mantenía en silencio. Entonces lo supe, lo había decepcionado, lo había herido, otra persona más a la cual lastimé. Él inspiró y me preparé para un sermón, pero este nunca llegó.
—¿Por qué?—musitó, viéndome a los ojos, toda su alma caída a mis pies, la mía se rindió, se derritió, lloró interiormente. Lloré.
—Estoy mal, siempre lo he estado—susurré, atragantandome con mis propias palabras, no podía verlo a los ojos, me dolía el corazón—Cada día, cada puto día desde los doce años he estado en un infierno constante, no se detiene Ash, no lo hace. Cada día intento ser fuerte, sonreír, resistir, pero llego a mi casa y todas mis paredes se derrumban. Todos dirán que tengo una vida perfecta, tengo un buen sostén económico gracias al trabajo de mi padre, tengo notas altas, amigos que me quieren...te tengo a ti. Pero ¿sabes lo que es sentirte tan rota, tan mal contigo misma? ¿No creer en ti? ¿Darte cuenta que tu vida no vale nada? Yo sí, y no quiero vivir así—él me oía atentamente, las lágrimas surcaban su rostro, el dolor en cada una de facciones. Se acercó y me besó, fue un beso dulce, un promesa en silencio, una promesa de algo mejor.
—No va a ser así siempre, yo te salvaré, déjame hacerlo... no voy a descansar hasta que tu corazón sane. No fue sino hasta hace unas horas que comprendí lo importante que eres para mi, casi te pierdo, Sam y no volvería a pasar por lo mismo. Vas a vivir y te prometo que,si me dejas, voy a darle un sentido a tu vida—y lo besé, fue otra promesa silenciosa, nuestras lágrimas se mezclaban y caían una a una, pero no importaba. Hacía tres meses nos habíamos besado por primera vez y desde entonces no he dejado de esperar este momento con ansias.
—Sálvame—susurré contra sus labios con un hilo de voz—Sálvame, por favor.
E incluso aunque no contestó pude distinguir sus palabras apenas sus labios rozaron los míos. Lo haré, Samantha, juro que lo haré. Y lo dejé entrar a mi corazón, sólo esperaba que pudiera cumplirlo. Sólo contaba con una oportunidad.
Ashton.
Me mantuve a su lado hasta que se quedó dormida, parecía un ángel entre mis brazos, tan débil, tan inocente pero a la vez tan valiente y luchadora. Confío en ella, sé que saldrá de esto y yo estaré con ella, yo sostendré su mano cuando se caiga, y me encargaré de hacerla sentirla especial en cada momento del día, acabó de darme una oportunidad y no la desaprovecharé por nada del mundo.
Decidí que debía descansar, me había comentado que le dolía cada parte del cuerpo, jamás me habían realizado un lavado de estómago pero le creí, así que besé su frente y me alejé. Al salir, me encontré con la mirada expectante de Calum—Está adolorida pero se encuentra bien—murmuré, mi voz sonaba apagada, producto del no haber dormido por estar esperando noticias. Él asintió.
—Vete a casa, necesitas dormir—sugirió Oriana, quien se encontraba a mi lado junto con Michael. Él la tomaba por la cintura, bien, si eso no afirmaba que eran pareja no sé que lo haría. A decir verdad, me sentía demasiado cansado, aunque no quisiera admitirlo.
Negué con la cabeza—Quiero estar aquí por si necesita algo—no insistió y tomé lugar en uno de los asientos, junto al Señor Johnson.
—Eres un buen chico, me alegra que Samantha te tenga—dijo mientras colocaba su mano en mi hombro, era un hombre rudo y no se parecía en nada a su hija pero aún así no dejaba de inspirarme confianza. Sonreí levemente.
—No es su culpa—solté, no se relacionaba en nada con el tema de conversación pero imaginaba que debería saberlo. Yo mismo me culpaba, no podía imaginar como se sentiría aquel hombre.
—No tienes que fingir que no, muchacho. Debí estar ahí, cuando sucedió esto, en su lugar, ¿donde me encontraba? En el trabajo—quizás ese fuera el único error del hombre, pero era un padre soltero, tenía que velar por la economía del hogar, no parecía justo que se culpara por ello.
—Lo hace para darle un buen futuro, no se puede culpar a sí mismo por ello—añadí y no respondió. Supe que no estaba de acuerdo pero no quería discutir, tal y como lo habría hecho Sam.
Unas horas más tarde, Michael, Oriana y Luke se despidieron de mí y de los demás. Era de madrugada, la enfermera nos había permido quedarnos en la habitación de Sam, ella continuaba dormida, imaginaba que los sedantes que le habían aplicado eran lo suficientemente fuertes pero aún así no me atrevía a dejarla, mucho menos ahora que habíamos decido comenzar algo. Comenzaba a creer que Calum lo sospechaba.
—¿Que fue lo pasó entre tu y Sam hace unas horas?—dijo cuando ya no pudo soportar más la intriga. El Sr.Johnson alzó la cabeza.
—Creo que me ha dado una oportunidad—expuse por fin, nadie parecía sorprendido.
—Wow, esos sedantes sí que son fuertes—exclamó Calum y por primera vez desde que esto esto comenzó, sonreí ampliamente. Sí, puede ser que fuese un idiota para el amor pero con Samantha lo intentaría, es una promesa.
5sosfics
Re: Maybe I'm your cure (Ashton Irwin)
Hola, me encanta tu novela y amo la forma en como redactas cada capítulo, sinceramente, estoy enamorada de tu novela. Espero que la sigas pronto. <3
Invitado
Invitado
Re: Maybe I'm your cure (Ashton Irwin)
Capitulo 15
No recuerdo cuando tiempo había pasado desde la última vez que abrí los ojos, pero al hacerlo, me encontré con todos mi amigos junto a mí, y a Oriana, la cual mantenía una expresión de cansancio ¿o tristeza?. Me preguntaba desde hace cuanto no visita a su hermana, me da curiosidad ese tema, pero no iba a preguntarle. Sonreí levemente, somnolienta.
—Hey, ¿que hora es?—mientras trato de moverme pero recuerdo que estoy conectada al estúpido suero, el cual limita mis movimientos. Cal se acerca.
—Bueno, eres la nueva Bella Durmiente, Sam—bromea pero nota la confusión en mis ojos y continua—Dormiste todo un día, la verdad es que ya empezábamos a preocuparnos.
¿Todo un día? Woow, eso sí que era mucho tiempo.—Oh, lo siento—murmuro de repente, podía imaginarme su preocupación y la de mi padre, pero es que lo que sea que haya sido la medicación que me dieron, sí, era fuerte.
—Lo necesitabas—dice una voz al fondo de la habitación, él se acerca poco a poco pero sé de quien se trata. Ashton. La conversación que mantuvimos el día anterior se hizo presente en mi mente, no sabía como actuar.
—Eso creo, ¿les han dicho cuando me dan el alta?—Sí, a lo mejor sonaba algo desesperada pero no soportaba estar en un hospital, rodeada de médicos y enfermeras.
En ese momento, la puerta se abre y mi padre camina lentamente hacia mí, me doy cuenta por su expresión que nada bueno está por venir. Me observa con un rostro plagado de emociones ¿Dolor? ¿Rabia? ¿Decepción? No sabría decirlo a concretamente pero de pronto lo sé...se había enterado.
Avanza en silencio hacia mi, nadie habla y la habitación observa expectante—Hablé con tu médico, Samantha—y con tan solo unas palabras, mis sospechas son confirmadas, él realmente lo sabe—Tienes anorexia—puede ver bajo esa máscara de seriedad, una pequeña grieta que reflejaba dolor y decepción, tristeza e incredulidad. Eché una mirada al resto de la habitación, mis amigos estaban notoriamente asombrados, Calum sostenía mi mano fuertemente mientras observaba un punto fijo, Ashton mantenía una expresión seria, muy poco común en él. Michael y Luke se miraban entre sí, sin saber bien que decir. Y Oriana me disparaba una de esas miradas que decían todo: Se acabó.
Apreté fuertemente los dientes, haciendo que las lágrimas, que amenazaban con salir, se detuvieran. Mi padre se acercó hacia mi y me miró fijamente a los ojos, era el momento de decidir ¿Qué es más importante? ¿El peso o mi familia y amigos? No lo supe, pero aún así respondí —Voy a dejarlo, te lo prometo, intentaré dejarlo—respondí en un hilo de voz, haciendo esfuerzos sobre humanos por no llorar. Pero incluso aunque yo misma lo estuviera diciendo, no lo creía, no creía que fuese a hacerlo realmente. Soy una mentirosa, siempre lo fui, siempre lo seré...
______________
Calum
Esa misma tarde le dieron el alta a Samantha, y aunque insistí en acompañarla, su padre no me dejó. Jamás había visto tan duro al Señor Johnson pero podía entenderlo ya que necesitaba tiempo con su hija. Aquella noticia nos golpeo a todos con la misma magnitud pero muchos de nosotros nos sentíamos especialmente culpables, debimos notarlo. Ashton no dejaba de repetirse que fue un idiota por no haberse dado cuenta y yo compartía sus sentimientos pero no podíamos haber hecho nada al respecto...ahora lo único que nos quedaba era estar con Samantha, protegerla y ayudarla.
Nos encontrábamos en la sala de ensayo de Michael, intentábamos tocar algo decentemente pero nuestras mentes estaban más allá. No fue sino hasta que Ashton interrumpió el ensayo que tomamos consciencia de lo que hacíamos, estábamos tocando mecánicamente.
—Lo siento, no puedo seguir, no hoy—dijo el baterista, y luego se dirigió hacia uno de los pequeños sillones. No lo decía pero su preocupación se notaba a millas de distancia.
—Tampoco yo—dije, mientras me acercaba a Ashton. En cuestión de segundos, Michael y Luke me imitaron, dejando de lado sus instrumentos y tomando asiento junto a nosotros—¿Que haremos con Sam?—formulé, aunque no era necesario, todos pensábamos en lo mismo, era lo único que nos mantenía fuera de lugar.
—No puedo hacer como si me diera igual, ella es importante para mi—murmuró Ashton, su mirada se encontraba fija en sus manos, pero supe por qué razón no quería vernos a los ojos. Todos lo supimos pero optamos por no mencionar nada.
—También lo es para mi, la conozco desde que era una niña, crecimos juntos, yo no puedo...—mi voz se cortó y no supe como continuar, no tenía nada en contra de la gente que lloraba, de hecho, yo lo hacía a menudo, pero por alguna razón supe que tenía que demostrarme fuerte y estar ahí para mi amiga—No voy a dejarla sola, haré lo que sea por ayudarla...Si lo hubiese sabido antes—comencé pero nuevamente no fui capaz de continuar. Los cuatro nos miramos y automáticamente supimos que íbamos a hacer. No podíamos atar a Samantha a la silla y obligarla a comer pero sí podíamos arreglar su autoestima hasta que comenzara a creer que el cuerpo no determinada nada. Y si, suena como frase hecha pero es la verdad.
En ese momento, una llamada interrumpió todo pacífico clima que se había formado. Ashton alzó la vista, había miedo en sus ojos, los cuales se encontraban cristalinos, lo entendía perfectamente, la última llamada que recibió fue para anunciar el intento de suicidio de Sam. Si, sonaba horrible pero así fue. Contestó con la voz temblorosa mientras que Michael, Luke y yo esperábamos sin una gota de paciencia. Oímos varios "Ajá", "Por supuesto", "No habrá problema pero de igual modo lo consultaré", "Luego lo llamaré para confirmar", "Perfecto" . Nos miramos entre sí, creíamos saber a que se refería pero lo más prudente sería esperar antes de cantar victoria.
Y entonces él lo dijo.
Nuestras sonrisas se ensancharon y hasta llegamos a gritar de emoción, lo conseguimos. Habíamos conseguido una de nuestras metas.
5sosfics
Re: Maybe I'm your cure (Ashton Irwin)
alessa. escribió:Hola, me encanta tu novela y amo la forma en como redactas cada capítulo, sinceramente, estoy enamorada de tu novela. Espero que la sigas pronto. <3
¡Hola! Ay, gracias, en serio, gracias. Sos mi primera lectora oficial :) Espero poder hacer maratón este fin de semana, si es así, te lo dedico. ¡Espero que sigas leyendo!
5sosfics
Re: Maybe I'm your cure (Ashton Irwin)
Capitulo 16
...Esa noche mi padre mi padre me golpeó... no supe realmente si la razón era el haberse enterado de mi anorexia o la enfermedad en sí, o que justamente yo la tuviera. Sinceramente, no lo supe. No podía culparlo, quizás era su forma de descargar su rabia y decepción contra mi, pero dolió. No tanto lo físico, no, sino en lo emocional. Jamás hubiera imagino que mi propio padre me levantaría la mano, nunca fue de esas personas agresivas que resolvían todo a los golpes, pero nuevamente no podía culparlo. Si bien no recibí daños graves, sí contaba con moretones, los cuales me ocupé de tapar bastante bien por si acaso. Ahora mismo estoy esperando a Calum para ir a la escuela y tengo una gran expectativa de como las demás personas me verán, de seguro todos estaban al tanto de mi intento de suicidio y sinceramente no sé como reaccionar, está comenzando a importarme mucho más el "que dirán". Ojalá no me hubiese equivocado, ojalá no me hubieran salvado; nuevamente quiero morirme. Conclusión: Me siento sola, tengo miedo y me encuentro mentalmente vulnerable. Quiero llorar.
Oigo una bocina e inmediatamente me dirijo hacia la puerta, no sin antes introducir mi diario dentro de mi mochila, observo a mi padre, el cual se encuentra terminando su desayuno, pero no lo saludo. A pesar de que parte de todo lo ocurrido fuese mi culpa, no quitaba que estuviera enojada con él. La bocina volvió a sonar y prácticamente corrí dentro del coche.
Al entrar en este, me encontré con Calum y Luke, los saludé a ambos y me apresuré a tomar el asiento del copiloto. Cal encendió la radio y se dirigió hasta el Instituto.
—Tenemos una buena noticia, Sam—comenzó Luke, sonriendo como solo él lo hacía. Cal lo imitó. Me preguntaba qué era lo que tenían para decirme.
—¿Qué esperan? ¡Sueltenlo!—exclamé, odiaba las sorpresas y mi mejor amigo lo sabía pero en vez de comenzar, él soltó una risita mientras tenía su vista fija en el frente. Luke mantuvo su amplia sonrisa.
—Esta tarde, en la casa de Michael—sólo dijo, y aunque quise protestar, sabía que no iba a servir de nada. Sólo debía soportar unas horas más, sólo eso y lo sabría.
—Bien—respondí a duras penas mientras rodaba los ojos, un modo desesperado por demostrar mi disconformidad.
Apenas Cal aparcó en el estacionamiento supe que no quería entrar a aquel sitio, incluso aunque no me estuviera viendo, sentía la mirada de todos los estudiantes sobre mí. Con gran esfuerzo, abrí la puerta y bajé del automóvil. Cal y Luke me imitaron. Y comprobé por mi misma que no era producto de mi mente, estaban mirándome y susurraban entre ellos. Me eché un vistazo rápido, lo cual fue una muy mala idea, usualmente no me preocupaba por mi forma de vestir pero este preciso momento hasta desconfiaba de mi sweeter gris pálido y mis jeans oscuros ligeramente rasgados, incluso de escaso uso de maquillaje (no más que un poco de rimel y una fina línea de delineador). Los chicos me ayudaron a caminar por entre la multitud, hasta que nos topamos con ella; Hannah.
La mucha sonrió maliciosamente y como era de esperarse, lucía perfectamente bien con su camisa negra junto con unos apretadísimos jeans color vino, claro que si yo usara eso jeans prácticamente parecería el clon de un porcino. Se sacudió el sedoso cabello y me observó directamente.
—Hola Samantha—sonrió amplio con aquella blanca sonrisa suya, claro que se trataba de una sonrisa falsa. Detras de mi, Cal y Luke no parecían nada contentos.
—¿Cómo estas, Hannah?—intenté poner una sonrisa, no le daría el gusto de verme mal, no a ella. Cal puso una mano en mi hombro, un claro gesto que anunciaba algo como: Vámonos.
—Mejor que tu, por supuesto—respondió, sin quitar la estúpida sonrisa, varias personas comenzaban a agruparse a nuestro alrededor, seguramente porque intuían que habría una pelea.
—Vámonos, Sam—insistió Calum, logró alejarme unos cuantos centímetros de donde se encontraba la muchacha pero esta se volteó y continuó observándome, esperando que reaccione y lo hice. Solté el agarre de mi mejor amigo y me acerqué a ella.
Negué con la cabeza —Eres patética—escupí, quizás no era el mejor insulto del mundo pero era lo que sentía en ese momento y ya no me lo callaría. Hannah alzó una ceja.
—Al menos no intento suicidarme cuando las cosas van mal—retrucó, pero no pensaba darme por vencida, estaba harta de ella, hasta la coronilla. Año tras año ha estado humillándome y siempre me he callado o contestado sutilmente. Me preparaba para contestar cuando una voz resonó entre la multitud.
—No, tu sólo te dedicas a burlarte de quienes lo hacen y los hostigas con tus estúpidas palabras de perra resentida hasta que logras que sus vidas sean miserables—a medida que la voz avanzaba, pude distinguir de quien se trataba y automáticamente me volví un hielo— Como hiciste con Hayley ¿te suena? Mi hermana—Hannah abrió ligeramente la boca, claro que lo recordaba. Oriana sólo se limitó a alzar una ceja con suficiencia y aproximarse hacia la muchacha, la multitud se abría a su paso—El verano pasado, Hannah comenzó a notar que Hayley era una clara competencia para ella—habló a los estudiantes, quienes escuchaban atentos— entonces, ¿que decidió hacer este estúpido estereotipo de Barbie para inhibirla? Claro, ¿que más? Volverla insegura, hacer trizas sus confianza, inculcarle pensamientos inútiles sobre que si no eres perfecta, no vales absolutamente nada . La volvió su amiga y le llenó la cabeza con puras mierdas —la expresión de la aludida cambiaba minuto a minuto, daba la impresión de ser un cervatillo asustado, sin rumbo. Mientras que Oriana salía vencedora, nadie mejor que ella para confesar esa siniestra historia porque era de esas personas que se hacían respetar aunque no fuesen populares, ella es simplemente ella, y no le rinde explicaciones a nadie— poco a poco enfermó su mente y ahora mismo ella se encuentra conectada a millones de cables, en un hospital, rodeado de médicos deprimentes, cuando debería estar aquí, estudiando, actuando como una muchacha normal—su voz se quebró ligeramente y fue entonces cuando noté a Michael, quien estaba junto a ella, intentaba abrazarla pero esta lo alejaba disimuladamente, supongo que no quería la lastima de nadie. A su lado, se encontraba Ashton, este me dirigió una mirada, la cual entendí perfectamente—Aquí tienen a la verdadera Hannah—la morena caminó hacia donde se encontraba Hannah, le pasó rozando pero continuo su camino, aunque no sin antes dedicarle una mirada significativa, supe al instante su significado.
Ahora mismo sabía tantas cosas, ese era el secreto de Oriana, es por eso que mostraba un claro interés en mí, le recordaba a su hermana. Es por eso que me ayudó el día que fue testigo de mis cortes, todo ahora cobraba sentido. Quise seguirla pero sería una pérdida de tiempo, no hablaría conmigo, quizás y con suerte hablaría con Michael, era su novio, se suponía que cuando te encuentras triste, te refugias en este.
En cuestión de minutos, el sitio estaba casi vacío, ni siquiera Hannah se encontraba allí, pero yo continuaba en el mismo lugar, un tanto en shock. Sentí unas fuertes manos en mi cintura y me voltee instintivamente, cuando lo hice, comprobé que se trataba de Ashton.
—Hey—pronuncié, aunque casi sin entusiasmo, lo que acaba de ocurrir era demasiado, aunque no me afectara directamente, lo fue. Él sonrió levemente.
—Escapémonos por hoy—susurró, sonreí conscientemente. Sí, necesitaba un descanso de la rutina y necesitaba estar con alguien, pero no podía, mucho menos con mi padre en ese estado de agresividad. Si se enteraba, seguramente me molería a golpes. ¿Desde cuando le tenía miedo a mi padre?
—No, Ash, si se enteran, nos meteremos en muchos problemas—argumenté, aunque en mi interior estaba a punto de ceder. ¿Quién no quiere escaparse de la escuela con Ashton Irwin?
—Por favor—insistió con ella sonrisa de ángel recién caído del cielo y aunque quisiera, ya no pude negarme. Asentí sonriente—Casi lo olvido—elevó una flor y me la tendió, no era la gran cosa, se trataba de una margarita pero era un gesto hermoso, sentí ganas de llorar.
—Gracias—la tomé y me di cuenta que la insignificante flor era lo más hermoso que alguna vez me habían regalado. Lo besé en la mejilla tiernamente, con cuidado de no maltratar a la margarita. No sabía muy bien como actuar luego de la larga de hace unos días. ¿Eramos novios? ¿Amigos con derecho? ¿Qué eramos? Pero no quería pensar en eso hoy.
—Bueno, hay un lugar que quiero enseñarte—me tomó de la mano y nos adentramos a su automóvil, no sabía a donde nos dirigíamos pero estaría dispuesta a ir a cualquier sitio si era con Ashton...y eso me asustaba.
__________________
Michael.
Caminaba apresurada de regreso a su automóvil, lo me escuchaba, no escuchaba a nadie. Su furia podía notarse de aqui a la luna pero apesar de todo, yo quería estar con ella. No era justo dejarla sola luego de todo lo que había revelado. Todos sus secretos vieron la luz y sólo por defender a Samantha, una muchacha que ni siquiera le cae bien.
—¡Oriana, espera!—grité, no recordaba cuantas veces lo había hecho. Esta se volteo justo cuando estaba subiendo al coche.
—¡Lárgate, déjame en paz!—exclamó y subió a este, no sin antes dar un portazo. Sí, es una muchacha difícil. Troté hacia la puerta del copiloto y me adentré en el coche. Oriana me observaba con una expresión de enojo y desconcierto.
—No hasta que hablemos—la miré a los ojos y por primera vez, pude ver a través de ellos. No estaba enfadada conmigo, sino consigo misma—Lo que hiciste hace un rato—comencé pero no supe como expresar lo que iba a decirle.
—¿Fue valiente? ¿Asombroso? ¿Noble? No pretendía hacerlo con esa intención, sólo me cobré una de tantas—se encogió de hombros pero por más que lo intentara, yo podía ver a través de ella nuevamente.
—Si fue valiente y asombroso—afirmé, por alguna razón Oriana es mucho más difícil de hacer sentir mejor, puesto que era diferente, no como todas las demás chicas. Eso es lo que me gustaba de ella.
—¿A qué quieres llegar, Michael?—sonrió levemente y su voz se suavizó solo un poco, no era un gran avance pero siempre algo era algo.
—Sé que debes estar triste, Oriana, lo sé, no quiero que lo niegues. Y quiero estar ahí para ti, no siempre puedes ser la dura—sabía que había sonado como el típico galán de telenovela, no era la intención pero en esta relación (si es que podía llamarla así) nada era muy común que digamos. Ella establecía las reglas y yo simplemente las seguía.
Negó con la cabeza y acercó hacia mi, solo nos separan centímetros—No estoy triste, sólo enojada, es todo—susurró rozando mis labios, yo me encontraba idiotizado, esta chica lograba eso y mucho más en mi. Y justo cuando ella lo quiso, me besó.
5sosfics
Re: Maybe I'm your cure (Ashton Irwin)
Capitulo 17.
...Desde el primer momento en el Ashton sugirió esa idea, supe que no debía hacerlo pero una pequeña parte de mi lo ansiaba; una aventura, un cambio en mi aburrida rutina. Toda mi vida fui una de esas personas que se guían por su instinto, y el mío me decía que no debía hacerlo, sin embargo, lo hice. Y todo resultó mal.
La mañana con Ash fue increíble, realmente increíble. Él me mostró uno de sus lugares favoritos, donde solía ir cuando era un niño...se trataba de una playa casi desierta, abandonada. No hizo falta que nos adentráramos en el agua (claro que tampoco iba a serlo puesto que no traía traje de baño) sólo nos dedicamos a recostarnos en la arena y hablar de tonterías...
— ¿Qué opinas de todo esto?— indagó mientras giraba rostro para que pudiese verme a los ojos, imité. Sonreí tiernamente.
— Es asombroso— susurré, hacía años no visitaba alguna playa, nunca me había gustado ir cuando esta se encontraba plagada de ruidosos turistas.
— Eres asombrosa— entrelazó su mano con la mía y me dedicó una sonrisa dulce, hermosa. En ese momento, me paralicé...estábamos solos, él y yo ¿deberíamos hacer algo?
— No mientas, Ash— apretó mi mano y se la llevó hacia sus labios, besándola. No supe muy bien por qué pero me acerqué hacia él, nuestros cuerpos casi tocándose— No hemos hablado de... tu sabes— ¿cómo debería referirme a lo que supuestamente habíamos comenzado hace unos días? ¿Eramos novios? ¿Amigos con derechos?. Soltó una de sus cortas risas.
— Primero, no miento, en absoluto. Segundo, no tenemos que hacerlo ahora mismo, no te traje aquí con ese motivo, ni con ningún otro que puedas imaginarte. Quiero verte feliz, nada más— me regaló otra de sus sonrisas, esta era sincera y transparente. Le creía.
— Te quiero, ¿lo sabes, verdad?— susurré casi inaudible, no me atreví a decirlo en voz alta por miedo a estar diciendo una tontería.
— Lo sé— susurró y me atrajo hacia él, haciendo que mi cabeza quede sobre su pecho. Así pasamos las horas, conversando, riendo, disfrutando de la compañía del otro. En ocasiones me podía imaginar dentro de muchos años, en este mismo lugar, trayendo a nuestros nietos a jugar...pero luego me dije a mi misma que eso no iba a suceder.
Pero entonces todo se derrumbó cuando crucé la puerta de mi casa, sí, se habían enterado y mi padre fue uno de los primeros en saber. Estaba esperándome en la sala, con una expresión nada agradable en el rostro. Otra vez sucedió, otra vez me golpeó. Me preguntaba si le sucedía como a los perros, ellos una vez que prueban la sangre, no pueden parar y sus dueños terminaban sacrificándolos, me preguntaba si a mi padre se le había dado esa nueva manía. Y fundamentalmente, quería un por qué.
Esa noche, también decidí que iba a romper una cuantas promesas recientes, en realidad, la idea no me agradaba pero lo necesitaba, lo necesitaba tanto como un drogadicto a las drogas. Así que me adentré en mi cuarto de baño y abrí el botiquín de primeros auxilios donde se encontraban varias navajas, las escondí allí a propósito ya que nadie lo usaba. Tomé la primera que encontré y me subí las mangas de mi sweeter, dejando al descubierto mi ,ya algo lastimada, muñeca izquierda. Hago tres cortes y la sangre comienza fluir, llevándose consigo el peso de mis problemas, la confusión de mis sentimientos, el reciente odio, la preocupación de ser descubierta, cada corte significaba un problema que liberaba pero tuve cuidado de no hacer demasiados, hoy no iba a dejar que las cosas se salieran de control, no iba a suicidarme...aún no era el momento.
Oriana.
Caminé por los largos pasillos del hospital, cada día se tornaban más oscuros y sin sentido para mi pero no importaba ya que en este se encontraba mi hermana. Cuando por fin estuve frente a la habitación 7, me adentré en ella, no me sorprendí con lo que encontré...como de costumbre, mi hermana se encontraba recostada en esa estúpida cama, conectada a ese estúpido suero, pero esta vez estaba despierta.
— Hey— la saludé, dejando la cartera a un lado y tomando lugar en la silla a su lado. Le sonreí lo más amable que pude pero siempre me resultaba difícil, no soy una persona que demuestre abiertamente sus emociones, generalmente me las guardo para mi misma. Incluso, antes de que Hayley cayera en este estado, no manteníamos una relación demasiado familiar, casi ni hablábamos.
— ¿Cómo estas?— sonrió débilmente, me pregunté cuanto tiempo se mantendría de esta manera, si bien no hace mucho de su hospitalización, ya debería de haber mejorado. Me preocupaba demasiado.
— Cansada— peiné mi cabello rizado inconscientemente, preguntándome si debía contarle sobre lo de Hannah, quizás la alegraría— Le dí una lección a la perra de Hannah— expuse tratando de hacerme sonar despreocupada.
— ¿Que hiciste qué?— sus ojos parecían un par de platos por lo abiertos que se encontraban, no esperaba que se sorprendiera tanto.
— Sólo la avergoncé frente medio Instituto— me encogí de hombros sin querer dar muchos detalles, no hacía falta que supiera que hablé sobre ella— tendrías que haberla visto, fue tan gracioso. Incluso algunas personas lo grabaron con sus celulares, no me sorprendería si esta tarde apareciera en Youtube— Hayley sólo sonrió, sé a ciencia cierta que en el fondo ella no la culpa de nada, pero yo sí y es una clase de odio que llevaría por el resto de mis días.
— ¿Has visto a papá y mamá?— murmuró mi hermana, y la pregunta me toma por sorpresa. Sí, había hablado con ellos, por supuesto que lo había hecho ya que vivo bajo su mismo techo pero no era algo que realmente mi interesara. Al descubrir la enfermedad de Hayley, estos actuaron como unos completos idiotas, jamás voy a entender por qué, ni tampoco entenderé como mi hermana puede llegar a perdonarlos. Sin duda Hayley era demasiado ingenua.
— Sí, los vi, quizás vengan en la tarde. A papá hoy le tocaba trabajar doble turno y mamá tenía una reunión con un cliente— le proporcioné la información más clara y sencilla que pude resumir, Hayley no necesitaba saber que últimamente se encontraban mucho más idiotas que lo habitual.
— Eso espero. Extraño mucho estar en casa— suelta de repente y siento como se me congela el corazón. Yo también la extrañaba, de hecho, la extrañaba a horrores y no me parecía justa toda esta situación.
— Lo sé, bebé— la abrazo cuidadosamente pero me resulta extraño, ella aún es puro piel y huesos, parece mas pequeña, quizás de unos doce años aunque es mucho mayor. Beso su coronilla, sí, definitivamente las cosas tendrían que haber sido diferentes.
5sosfics
Re: Maybe I'm your cure (Ashton Irwin)
alessa. escribió:Espero que la sigas pronto.
Ya la seguí, ¡Gracias por leer!
5sosfics
Re: Maybe I'm your cure (Ashton Irwin)
holis nueva lectora!!!
me llamo Zoe
dime Zoe
JAJAJAJA ME ENCANTA SIGUELA
me llamo Zoe
dime Zoe
JAJAJAJA ME ENCANTA SIGUELA
zoe_horan9
Re: Maybe I'm your cure (Ashton Irwin)
zoe_horan9 escribió:holis nueva lectora!!!
me llamo Zoe
dime Zoe
JAJAJAJA ME ENCANTA SIGUELA
¡Hola, Zoe! Seguramente hoy la siga, ¡Gracias por leer!
5sosfics
Re: Maybe I'm your cure (Ashton Irwin)
Capitulo 18
Pasó otro mes. Ya es jueves y me preparo para comenzar un nuevo día, el cual nunca desee. Mis párpados se abren pesadamente y apenas abro los ojos, sé que me cabeza duele como si estuviera siendo maltratada por mil agujas. Que asco mi vida.
Lo único bueno que tengo son mis amigos, sí, ya pasó un tiempo desde que los conozco y puedo afirmar que realmente son buenos amigos, en cambio, yo soy la peor. Una mentirosa, lo cierto es que desde hace un tiempo, les miento a mis amigos, ellos insistían en que comiera pero no podía hacerlo, no quería hacerlo pero debía...entonces encontré otra solución a mis problemas. Sí, no fue la mejor decisión pero estaba desesperada, no quería engordar. Habíamos tenido una cena con los chicos y definitivamente tenían un ojo puesto en mí, así que tuve que comer varias porciones de pizza...me sentí muy culpable, demasiado, así que me dirigí al baño y lo hice. Vomité. Y ahora lo hago siempre que tengo la oportunidad.
Aparté las sábanas y me dirigí al baño, directamente hacia mi balanza, me subí a esta y comprobé mi peso: cincuenta kilogramos. Demasiado gorda. Nada perfecta. Bajé con un poco de rabia contenida, respiré profundamente intentando calmarme, nadie debía saber que me molestaba. Últimamente todo me molestaba, y me encontraba de mal humor todo el día ¿El motivo? Bueno, digamos que no comer y lo poco que comes, vomitarlo, no ayuda al buen humor. Constantemente me siento hambrienta pero no puedo ceder a la tentación.
Bajo las escaleras y me dirijo a la cocina, esperando encontrar a mi padre, pero este se marchó muchas horas antes, ya casi ni estaba en casa desde que lo ascendieron, pero yo creo que la razón soy yo; no quiere verme y darse cuenta que su hija es un obeso fracaso. Aparto momentáneamente ese pensamiento, ya tendría tiempo para deprimirme por ello, y camino hacia la salida. Otro absurdo día rodeada de tareas y materias que no me importan. Ya no me interesa llegar temprano, asi que me tomo mi tiempo.
Llego unos minutos más tarde de lo normal pero no me detengo a pensar en ello, simplemente camino por los poblados pasillos del Instituto. En otras ocasiones, la mayoría de los estudiantes, al verme voltearían y hablarían entre ellos, pero hoy, por alguna extraña razón, han conseguido un nuevo tema del cual cotillear. Me pregunto sobre quién o qué será.
Apenas cruzo la puerta que divide los pasillos del aula de clases que me mantendría cautiva por durante dos horas, dirijo mi atención al profesor de física, este se encuentra explicando un nuevo trabajo grupal y me golpeo mentalmente por ello, ya que al no haber llegado antes, no pude eligir un compañero y al no elegirlo, él elegirá por mí. Con lo que me gusta socializar con nuevas personas. Observo a todos los alumnos, todos, incluso Ashton, tenía un compañero, excepto uno, uno al que nunca había visto.
—Johnson, llega tarde—me reprende mientras niega con la cabeza. Asiento levemente, y dirijo mi vista hacia donde se encontraba Ashton; él me hace una seña que enuncia algo como: ¿Por qué llegaste tarde?. A lo que le respondo de la misma manera: Luego te explico. Fijo nuevamente mi atención en el profesor, el cual estaba hablandome aunque haya oído menos de la mitad de lo que dijo.
—Lo siento, no volverá a pasar—pronuncio usando la mejor voz de niña buena que encuentro. Aunque no estoy observandolo, sé que Ash rió por lo bajo.
Murmura algo por la bajo pero finalmente decide olvidarlo—Se te perdona sólo por esta vez, Samantha —advierte y vuelvo asentir, esas eran las ventajas de ser buena alumna—Toma lugar junto al alumno nuevo y copia el trabajo práctico—lo señala con la mirada y automáticamente camino hacia allí.
Dejo mi mochila a un lado y me siento junto al muchacho nuevo, este me observa sin saber muy bien que decir, hasta que finalmente habla—Hola.
—Hola—sonrío al darme cuenta de su timidez, gracias a ella resultaba muy tierno—Soy Samantha Johnson pero dime Sam—¿desde cuanto contaba con tanta seguridad? Sinceramente no lo sabía, pero este chico comenzaba a inspirarme confianza, quizás sea producto de su timidez o de la expresión tan sombría y cálida a la vez. Intrigante.
—Connor West—responde y me tiende la mano para que la estreche, lo hago. No recordaba la últimamente que le estreché la mano a alguien, ni la última vez en la que contara como saludo, era extraño. Viéndolo desde otro punto de vista, Connor no era feo, en absoluto. Tenía el cabello rubio, unos tonos más claros que Ashton, lacio y largo, aunque no lo suficiente como para taparle los ojos, los cuales eran de un tono azul muy oscuro. Su sonrisa era sorprendentemente blanca y contaba con unos hoyuelos muy simpáticos, pero uno podía darse cuenta muy fácilmente que detrás de esta se encontraba algo más.
—Bien, Connor, ¿puedes prestarme la hoja del trabajo práctico? Sólo copiaré las preguntas—mantengo mi sonrisa pero la de él se torna leve. Asiente y me tiende su hoja amablemente—Gracias.
La tarea no era para nada complicada y hacerla con Connor, la volvió mucho menos complicada. La verdad es que es un muchacho demasiado inteligente, casi todo el trabajo fue hecho por él, pero no porque yo no quisiera participar, sino porque me superaba ampliamente. Sonreímos en varias ocasiones, y en cada una de estas, podía sentir la mirada de Ash sobre nosotros pero no hice ni dije nada, después de todo, no estaba haciendo nada malo. Fuimos el primer grupo en terminar el trabajo, y apenas terminamos, comenzamos a hablar sobre diversos temas: bandas favoritas, escritores favoritos, lo que nos gustaba de la gente y lo que odiábamos...en la mayoría de los temas coincidíamos y no supe muy bien como debería sentirme al respecto, ¿realmente era bueno tener tantas cosas en común con este muchacho?
El timbre resonó y casi todos los alumnos corrieron hacia la salida como si fuesen animales enjaulados, típico de ellos. Yo juntaba mis libros lentamente, me tomaba mi tiempo, ¿que apuro tenía para ir a la cafetería? Ninguno. Además, tenía intenciones de continuar hablando con Connor, pero apenas el aula se vio un poco desalojada, este se marchó sin más.
Apenas crucé la puerta, fui consciente de que Ashton estaba esperándome, recostado contra la pared, pensando en quién-sabe-que.
—Hey—lo llamé y este dejó el pensamiento a un lado y me sonrió. Amaba su sonrisa, era tan sincera y amorosa.
—Sam—me rodeó con sus brazos, últimamente se encontraba muy cariñoso, aún más desde que decidimos intentar algo— ¿por qué llegaste tarde?—indagó mientras me tomaba de la mano y nos adentrábamos en el largo pasillo.
—Simplemente desperté más tarde que lo habitual—le sonreí y le di un corto beso cuando nadie estaba mirando.
Asiente y su expresión se torna seria—Hay algo de lo que quiero hablarte, Sam—comienza, y por su tono de voz, sé que no es algo realmente bueno.
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Re: Maybe I'm your cure (Ashton Irwin)
Capitulo 19.
Frunzo ligeramente el ceño —¿De qué se trata?—indago, como siempre, preparándome para lo peor. El pasa su mano por mi hombro y me conduce a la cafetería.
—No te preocupes, ¿si?—Ashton deposita un suave beso en mi cien y luego sonríe. Eso claramente dejaba a entrever que no se trataba de nada malo.
—Bueno, si no es nada malo, podrías decírmelo—insisto ya que odio esperar y él lo sabe. Suelta una risita y aunque no lo veo, sé que está rodando los ojos.
—Espera a que estemos todos—murmura, y nos adentramos a la cafetería. Él toma una bandeja y me pasa una a mí, la tomo a duras penas. Hacemos la fila y cuando llega mi turno de elegir qué comer, él lo hace por mí, colocando una hamburguesa en mi bandeja, pero claro, no puedo quejarme. Minutos después, nos dirigimos hacia donde se encuentran los demás—Bien, ahora si.
Niego con la cabeza e intento no hacer notar mi ligero enojo, odiaba que se comportara de esa manera conmigo, tomo lugar junto a Calum, le sonrío y el me devuelve la sonrisa—Bien, ¿se puede saber qué es la cosa tan importante que tengo que saber?—comienzo, enfatizando cada frase. Los chicos se miraron entre sí—¡Vamos, suéltenlo!
Michael hace como si dudara un momento—Bueno, podemos hacer un trato, ¿ verdad chicos?—dirige su vista hacia Ashton, Calum y Luke, al parecer, todos saben de lo que habla ya que asienten— Tu comes ésa hamburguesa y nosotros te revelamos el secreto—Genial, ahora me tratan como si fuese una niña pequeña.
Ruedo los ojos y niego con la cabeza, ahora mismo no tenía ganas de fingir que no me molestaba, de hecho, lograron molestarme aún más. No son mis padres como para tratar de ayudar de esa manera—No hay trato—me levanto de mi asiento, llevándome mi bandeja conmigo—Y sólo para que lo sepan, no soy una niña pequeña a la cual la convencen para que coma sus estúpidos vegetales—añado con rabia, sabía que lo hacían con buenas intenciones, pero realmente me irritó. Tomo mi comida, sólo por hacerlo parte del acting, y dejo la cafetería. Nadie me sigue.
Camino por los , ahora, vacíos pasillos del Instituto y apenas veo un bote de basura, arrojo mi comida dentro de este. Reflexiono que quizás en este instante no están siguiéndome pero dentro de unos minutos lo harían, así que apenas veo el baño de mujeres, me adentro en este como si fuera una rata asustada que se esconde de el temible gato que quiere cazarla. Tan pronto abro la puerta, me topo con algo que, en bajo otras circunstancias, me hubiese parecido extraño; un muchacho.
Me acerco un poco más a este y descubro que está sentado en una esquina de la habitación cortándose con una pequeña navaja. Me siento a su lado como si fuese lo más normal de mundo, como lo había hecho hace un tiempo Oriana conmigo.
—Sabes que es el baño de mujeres, ¿verdad?—trato de no observarlo para no incomodarlo, sólo fijo mi mirada en el azulejo del baño.
—Sí, lo sé—murmura, mientras guarda la pequeña navaja, posiblemente no lo hizo con la intención de suicidarse. Otra cosa más en común.
—¿Día difícil?—mantengo mi mirada fija en el azulejo, pero aún así puedo notar como asiente. Me encojo de hombros—Los primeros días siempre son mierda, Connor.
—Lo sé, no es por eso—vuelve a murmurar. Esta mañana me había parecido un chico tierno, en este momento, me parecía un chico oscuro, y me preguntaba como esas dos personalidades pueden habitar dentro de un solo muchacho.
—Supongo que no vas a decirme—afirmo, era un hecho. Nos conocimos hace unas horas pero no por esa razón tendría que comentármelo.
—Supones bien—poco a poco se levanta, dejándome a mi sentada, sola, en el suelo.
—Deberías lavar los cortes, pueden infectarse—le recomiendo, dicho esto, me encojo de hombros como si, nuevamente, fuese algo normal.
—Y tu comer, puedes morir de inanición—respondió de la misma manera, pero no fue un comentario cruel sino mal bien como chiste negro que ambos entendíamos. Sonreí y él me devolvió la sonrisa.
—Bueno, moriré feliz—añadí, en realidad últimamente pensaba de esa manera, después de todo, todos vamos a morir de algo, ¿no es así?.
—Igual yo—lavó sus cortes y lo envolvió con un poco de papel higiénico (lo cual no fue nada higiénico). Luego, se marchó.
Así que ese era el verdadero Connor West, ¿O es el otro? ¿O es ambos? No lo sé, pero sí lo averiguaré, también las razones por las cual se encontraba mutilándose. Claramente no podían ser buenas, pero había algo en él, algo que llamó particularmente mi atención...su ternura y oscuridad en una misma persona. Alejé rápidamente esos sentimientos, ya tendría tiempo para razonarlos cuando estuviera encerrada en mi habitación. De pronto, la puerta se abrió, Oriana se adentró al baño.
—Por favor, dime que no estás engañando a Ashton con este intento de dark—dijo señalando la puerta por donde minutos antes había salido Connor. Rodé los ojos.
—No, Oriana, no estoy engañando a Ashton con Connor—afirmo mientras me acerco hacia el lavado.
—Entonces...¿por qué salía del baño de mujeres?—alza una ceja, incredúla. Yo me lavo la cara con el agua que corre del lavado, necesitaba refrescarme.
—No sé, quizás se confundió—me encojo de hombros y paso una toalla por mi rostro. Oriana se recuesta contra la pared, algo aburrida.
—Ajá.
—¿Viniste aquí para buscarme o...?—Sí, había sonado muy egocéntrica, incluso más de lo que pretendí sonar pero ya lo había dicho. Ella soltó una risita.
—Están buscándote como locos—comienza, claramente había decido ignorar el comentario— en especial tu novio, al parecer hicieron algo que realmente te molestó.
—También te hubieses molestado si te trataran como si tuvieses ocho años y no quisieras comerte tus vegetales—expongo, no sé por qué lo hago, Oriana está muy lejos de ser mi amiga como para contarle este tipo de cosas.
Se encogió de hombros—Nunca me obligaron a comer vegetales. Pero el punto es que, vamos, no puedes dedicarte a armar ese tipo de escenas cada vez que te molesta algo ¿o si? Sino yo tendría que ser la reina del drama—dice, y suena casi como un consejo, más que nada por el modo en el que lo dice. Sí, así era Oriana, no sé a ciencia cierta si algún día lograré entenderla a la perfección, no es fácil de leer.
—Si puedo—Sé que estoy siendo obstinada y que probablemente Oriana tenga razón en eso de hacer escenas pero simplemente no quiero darle la razón esta vez, estoy cansada.
—Oh, Samantha, deja tu mierda de lado al menos un minuto ¿quieres? ¡Pretendían darte una buena noticia! ¿sabes?—exclama y luego se va. Ouch, se ve enojada, aún más que lo habitual, aunque pensándolo bien, pocas veces he visto enojada a Oriana, el resto de las veces se muestra amargada pero no tan enojada. Siento como si la hubiese cagado. Otra vez.
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Re: Maybe I'm your cure (Ashton Irwin)
Capitulo 20.
Ashton.
Las siguientes horas fueron un martirio, ya no me tocaban clases con ella y realmente había quedado muy preocupado desde que abandonó la cafetería de esa manera. Habíamos sido estúpidos y muy poco sutiles, anoto mentalmente nunca más seguir una idea de Michael, pero entonces ¿como? ¿cómo podríamos ayudarla? Cada día lo vemos, cada día somos parte de ello; Samantha cada día empeora, cada día se ve más delgada y cada día pierde una parte de su verdadero yo, como si se estuviera consumiendo poco a poco. Odio verla así y a la vez extraño a la vieja Sam.
El timbre toca y me apresuro a guardar mis cosas para marcharme de allí. Esta noche tendríamos una presentación, hace semanas lo mantenemos en secreto y hoy tenía pensado comentárselo a Sam pero luego ocurrió aquel incidente y todo terminó en desastre. Realmente quería decírselo.
Apenas cruzo la puerta, la veo, esta recostada contra la pared, con los ojos cerrados y sus auriculares blancos puestos, por su expresión, estaba escuchando a su banda favorita. Me acerqué a ella y casi como si fuese algo coordinado, abrió los ojos, al verme, me sonrió; un destello de la antigua Sam.
—Ash—murmura sonriendo, me doy rápidamente cuenta de que su sonrisa es una de las que utiliza cuando las cosas están mal y quiere disimularlas. Las ventajas de conocerla tan bien.
Niego con la cabeza y acuno sus mejillas—No pasa nada, actuamos como idiotas, lo sabemos—ella reduce su sonrisa, haciendo que esta se torne leve pero a la vez, resulta más natural.
—En realidad, yo fui la idiota. Y la dramática. Y la inmadura—la beso antes de comience a enumerar más adjetivos, ella me corresponde dulcemente y me rodea el cuello con sus brazos. Casi olvidamos que estamos en el Instituto, nos separamos levemente y Sam me sonríe.
—¿Qué era lo que querías decirme?—indaga, como si no hubiese pasado nada, como si lo hubiese olvidado. Quiero enojarme con ella, pero su mirada, sus labios, su presencia en sí, me obligan a sólo querer abrazarla y no dejarla ir.
—Hoy tendremos una presentación y eres nuestra invitada estrella—comienzo a jugar con nuestras manos, realmente no importaba que todos los estudiantes, incluso Hannah, pudieran vernos. Esperaba que a Sam tampoco le importe.
—¿Hoy?—mordió levemente su labio, meditándolo, sé por qué se pone así; por su padre, casi nunca hace nada sin pedirle permiso, aunque él actualmente no se interesa en lo más mínimo, lo cual era extraño ya que al principio podría jurar que se desvivía por ella.
—Si hay algún problema con tu padre, puedo explicarle, de seguro entenderá—las pocas veces que había hablado con el hombre, todo había resultado bien, sinceramente no creo que haya cambiado tan drásticamente. Aunque al ver la expresión de mi novia, cambié de opinión.
Negó varias veces con la cabeza—No, no. Está todo perfecto.Estaré alli—expone con aquella sonrisa que anteriormente había mencionado, la sonrisa cubre-todo. Pero no quería volver a verla enojada, así que le sonreí.
—Tocamos a las nueve pero paso por tiene a las ocho treinta, ¿si?—ella asiente y beso suavemente su nariz, luego, tomados de las manos, nos marchamos de aquel monótono lugar.
Le ofrecí llevarla en mi auto hacia su casa pero como de costumbre, se fue con Calum. No tenía nada en contra de nuestro amigo pero , a veces, conseguía ponerme un tanto celoso. Como hoy, en física, cuando Samantha se veía de los más alegre hablando con el chico nuevo. Alejé esos pensamientos, no servía de nada llenar mi cabeza de ellos, no ahora.
Connor.
Bien, esa muchacha si que me había resultado rara apenas crucé palabra con ella, en realidad, no fue rareza, sino intriga. Es intrigante, aunque ya conozco una buena parte de sus secretos y eso es lo que me inquietaba. Es demasiado parecida a mí, mitad ternura, mitad oscuridad, atrae a las personas por su dulzura,"espontaneidad" y alegría pero cuando comienzas a observarla con más detenimiento notas claramente sus partes rotas, las vulnerables y logras palpar una parte de aquella oscuridad oculta. No estoy muy seguro de si quiero conocer a alguien así, pero hay algo que me atrae incluso aunque intente alejarme.
Decidí salir un poco más tarde de lo que había planeado, así tendría tiempo de fumar un cigarrillo en paz sin que lo demás me observen como un bicho raro sólo por ser el chico nuevo. Sí, a mi madre la transfirieron a este estúpido pueblo, no es mi problema, no me molesten. Pero no, en cada sitio en el que he estado, siempre encuentro ese tipo de idiotas sin vida. Apenas coloco el cigarrillo en mi boca, lo enciendo y gozó de su sabor, sí, estaba acabando con mi vida de esta manera pero ¿a quién le importa? A mi no.
Tardé aproximadamente treinta minutos en llegar a mi casa, y apenas abro la puerta, me encuentro con la expresión de disgusto de mi madre, Marissa.
—¿Por qué llegas tarde? ¿y qué es ese asqueroso olor a cigarrillo?—reclama pero la ignoro, me quito la mochila y la lanzo hacia el sofá, me preparo para subir las escaleras—¡Ven aquí, Connor!—me volteo usando mi semblante de no más sermones, mamá.
—¿Qué?
—¿No piensas responder?—se cruza de brazos y alza una ceja, esperando por mi respuesta. Cuando quería podía ser muy dulce pero cuando se encontraba en modo irritante, no hay quien la soporte. Ruedo los ojos.
—Llegué tarde porque camino lento ¿ok? y el "asqueroso olor a cigarrillo" es eso mismo: cigarrillo, mamá—comento como si fuese algo obvio, sé que lo molesta pero actúo como si no me importara—Si es solamente eso, subiré a mi habitación—ella no formula ninguna otra pregunta así que me dirijo a mi cuarto, donde pasaré unas cuantas horas antes de pasar la noche en algún bar al azar.
Esa era básicamente mis formas de "escapar": Cortarme, fumar, beber y ocasionalmente, drogarme, no es que me enorgullezca de esto pero no puedo hacer nada por cambiarlo, ya tengo asumido que es mi forma de ser. No fui hecho como las demás personas, soy distinto, no me divierten sus estúpidos chistes, no me agradan sus estúpidos deportes, no le veo el descomunal placer a acostarme con puras putas, en fin, no soy como los demás y lo sé.
Mi celular vibra en mi bolsillo y sé quien es incluso antes de contestar; Emily. Después de unos minutos, me decido por contestar, una llamada no le hacía mal a nadie.
—Emily, llamaste—digo apenas contesto, sin poder alejar la estúpida sonrisa de mi rostro.
—Si, Connor, dije que lo haría—su voz sonaba tal cual la había oído hace unos días, cuando me despedí de ella. Aún me duele aquella despedida pero más me dolió que luego el imbécil de su novio fuese el que la haya consolado más tarde— necesito hablarte de algo importante—y entonces cualquier rastro de alguna sonrisa en mi rostro, se disolvió.
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Re: Maybe I'm your cure (Ashton Irwin)
Capitulo 21.
Connor.
Sí, el idiota nuevamente la había engañado y ella lloraba desde el otro lado de la línea. Que asco mi vida. Que asco no poder estar ahí para ella porque para ser franco, ella es lo único que está bien; siempre me he sentido así con respecto a ello.
Murmuro palabras tranquilizadoras pero sé que no funciona, además, ella volverá a hacerlo, volverá a confiar en él. Tarde o temprano volverá con él pero sin embargo, lo pienso y lo digo.
—Ven, convence a tus padres y ven aquí. A mi madre te encantará tenerte, y puedes ir al mismo Instituto que yo, todo sería tan...—me detengo, porque sé que estoy delirando, mi deseo por tenerla cerca me obliga a pensar y decir cosas estúpidas.
Ella suspira—Lo sé y todo suena grandioso, Connor, pero...no puedo—a pesar de que estaba seguro de que diría eso, no puedo evitar sentirme golpeado, aceptando la realidad de que ya nada será como antes.
—Lo sé, Ems, no debí sugerirlo—se produce un largo silencio, un poco incómodo, una clara advertencia de que esta conversación había llegado a su fin, pero no quiero ser yo quien la termine.
—Te llamaré luego, ¿si?—y fue ella quién lo hizo. Nuevamente el incómodo silencio, espero unos segundos y murmuro un "sí". La llamada termina, mi cabeza está hecho un lío.
Desesperado, reviso cada una de las cajas apiladas en mi habitación, buscando sólo una cosa; mi caja fuerte. Sí, de esas que son de lata y se mantienen cerradas gracias a un pequeño candado, cualquiera diría que este objeto es de niña pero realmente no me importa, ya que en esta guardaba cosas de gran valor sentimental. Rápidamente, me deshago de mi collar, en el se encuentra la pequeña llave, y abro la caja, preparándome para la decena de recuerdos. Allí encuentro desde el boleto de la primera banda de rock a la cual fui a ver hasta la primera carta de amor que le escribí a Emily (cuando tenía 11 años), la cual nunca le envié, pero entre ellos se encontraba un poco de dinero que había estado ahorrando de mis cumpleaños. Tomé unos billetes y bajé las escaleras sigilosamente, aunque no lo suficiente como para que mi madre no lo notara.
—¿A dónde vas, hijo?—indaga desde la cocina, se encontraba preparando la cena; en la se destacaban ampliamente los vegetales hervidos.
—Quedé con unos chicos del Instituto, tu sabes—me encojo de hombros queriendo parecer despreocupado pero ella me examina de arriba a abajo.
—¿A estas horas? Estaba haciendo la cena...—quizé hacer uno de mis típicos comentarios sobre que no me perdería de mucho pero eso no ayudaría a que me dejara ir, así que sólo asentí. Ella negó con la cabeza pero volvió a su tarea de picar los vegetales— Así que me dejas sola.
—Si, lo siento. Adiós—y antes de que pueda añadir nada, desaparezco con rumbo hacia algún bar desconocido. Necesitaba despejar mi mente y rápido o sufriría un colapso, así que me coloqué mi capucha y caminé por la calles de mi nuevo pueblo.
Sam
No es propio de mi asistir a un bar, o simplemente ir a fiestas, pero Ashton había logrado convencerme y luego del incidente en el almuerzo, no tuve el valor como para decirle que no. Así que me encuentro alistándome para ir a una presentación de su banda, no sé muy bien que usar, pero mis amigos merecían que al menos intentara arreglarme para una ocasión tan especial, es por eso que dejo los jeans oscuros a un lado y me decido por usar falda negra junto con un top rojo y zapatos altos, no era la gran cosas pero algo es algo. Dejo mi cabello suelto y me maquillo muy levemente, añadiendo delineador, unas capas de rímel y un labial durazno. Me observé en el espejo, imitando a aquellas muchachas que al hacerlo realmente se sienten conformes con lo que ven pero yo sufro el efecto contrario; me odio, incluso más que ayer.
Al oír una bocina, bajo las escaleras lo más rápido que puedo, había decido beber una bebida energizante antes para mantenerme lo más activa posible, lo cual estaba funcionando. Mi papá se encuentra discutiendo en la sala con, creo yo, un cliente, así que no me tomo la delicadeza de saludarlo. Tan pronto me aparezco en el umbral de la puerta, Calum se baja de auto y acerca a mí mientras se quita el sweater.
—Póntelo sino Ashton nos matará por alejar la vista de ti durante toda la noche—bromea, tendiéndome su sweater y aunque soy consciente de su broma, lo tomo. Quizás cubrirme más no me vendría nada más, me coloco este.
—¿Así estoy mejor?—sonrió ampliamente y Cal, al verme, me imita. El sweater era unos tres talles más grande que el mio, lo cual hacía que se viera ridículo en mí.
—La verdad no pero le daré a Ashton el privilegio de quitártelo más tarde—finjo estar enojada y lo golpeo suavemente el hombro—Ouch—se soba dónde lo golpee, en realidad lo hace cómicamente, y consiguió arrancarme una risa— Vamos Johnson—me toma de la mano y me conduce al interior de su auto, el cual, misteriosamente, se encuentra vacío.
—Creí que Luke o Michael vendrían contigo—comento mientras me coloco el cinturón de seguridad, no es que sea realmente necesario pero lo hago de todas formas.
—Hey, eso arruinaría mi plan de declarme—comienza a conducir, asi que no puedo ver su expresión pero esperaba que esté bromeando, de no ser así, la situación sería algo incómoda.
—¿Declararte?—indago temerosa mientras juego con mis manos. Él me observa y alza una ceja.
—Es broma, Sam—rompe en un risa tan espontánea que se vuelve contagiosa y de un momento a otro, no puedo evitar reír. Extrañaba estos momentos así con mi mejor amigo, y cada tanto me preguntaba si tener mucho más amigos terminaría por arruinar nuestra amistad, realmente temía de ello porque si actualmente me dieran a elegir entre los chicos y Calum, no sabría muy bien que escoger. No estoy orgullosa de ello.
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Re: Maybe I'm your cure (Ashton Irwin)
OMGGGGGGGGG SIGUELAAAAAAAAA!!!!!!!!!! ESTA BIEN INTERESANTEEEE
ME DEJASTE BIEN PICADAAAAAAA
ME DEJASTE BIEN PICADAAAAAAA
zoe_horan9
Página 2 de 3. • 1, 2, 3
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