Around the world.

AROUND THE WORLD.

Escapamos de casa, de nuestra realidad. No hubo gritos, no hubo golpes. Una vida perfecta para algunos, pero para nosotros no. Nadie nos busca y no queremos ser encontrados. Finalmente somos libres y vamos a disfrutarlo. Seguimos adelante, hacia donde sopla el viento, para conocer nuestro destino. ¿El final? Nadie piensa en la llegada, solo seguimos con la mirada en el horizonte, disfrutando del paisaje.
Hasta que el dinero alcance, seremos peregrinos en la ciudad. No más problemas ni estándares imposibles de alcanzar. Somos nosotros y nosotros, no permitiremos que cambie. Huimos de la presión, de las mentiras y de la superficialidad. Según otros, como nosotros no hay muchos. Nos protegemos entre sí, todos para uno y uno para todos.

¿Nunca has deseado simplemente abandonar esa falsa imagen de ti mismo y huir a donde nadie te juzgue? Ellos siempre lo han deseado, salvaron pequeñas joyas de oro como lo eran sus sentimientos sinceros, cuando todo alrededor indicaba lo contrario. Son afortunados de tener lo necesario para escapar. Nadie sabe a dónde van y ellos quieren descubrirlo. De país en país, a diferentes continentes, se arriesgan a una travesía de sentimientos en este viaje.

Son amigos desde antes de nacer, probablemente desde sus vidas pasadas. La indiferencia frente a los problemas los viste de valentía. Solo saben una cosa: no llegarán a la hora de la cena.

R E G L A S

• Respeto entre nosotras y las lectoras, por favor.
• Responsabilidad por sobre todas las cosas. Necesito que se comprometan con la nc.
• Todas deberán comentar cada capítulo. En caso de estar ausente y no poder, pueden avisar, de otra manera se les pondrá una falta.
• Tienen 5 (cinco) días para subir el capítulo.
• Si no puedes subir, por favor avisa para que se pase al siguiente turno.
• Si no suben en el lapso determinado se colocará una falta.
• Las que no hayan podido subir cuando les correspondía lo harán al final de la ronda y contarán con 3 (tres) días para hacerlo.
• Tienen 4 (cuatro) días para comentar y/o editar cada capítulo o se les agregará una falta, en caso deno justificarse.
• A las 4 (cuatro) faltas (✘) se le quitará el puesto de la nc y los personajes quedarán libres.
• Yo le avisaré a la escritora correspondiente cuando llegue el momento de viajar e ir a otro país. Si alguna tiene una idea y necesita que los personajes viajen, pueden decirme a mí por mp.
• El capítulo se escribirá en narrador omnisciente, letra arial o verdana. Justificado por favor, así queda más organizado.
• Máximo de pejotas 4 (cuatro)
• Si has leído todo, felicitaciones, es la tercera vez que lo haces(?).

O R D E N

•dezza. ✘
•michael.
•stymest.
•Sandara.
•wilkinson.
•stymer.
•Emerson. ✘
•Hook.
•vicious.
•{Ally}
•bowie
•lennon. ✘
•tobias.
•lemon.
•quicksilver. ✘
•harry. ✘

L I N K S

•Personajes.
•Fichas.
•Guía de capítulos.

C Ó D I G O

pasa el cursor por la imagen.

Harry Murray | Jennifer Thompson | Eddie Michaelson | April Johnson.

Arrastró consigo las maletas dejándose llevar por el nerviosismo, muy cerca del pánico. Le aliviaba un poco el hecho de saber que ella lo exageraba todo. Lo que estaba haciendo no era tan malo. Se paró en medio del aeropuerto mirando de un lado al otro. Si no veía a alguien conocido pronto, volvería a casa llorando como una niña pequeña, dejándose castigar por sus padres. Acarició sus muñecas que aun dolían por el forcejeo que le proporcionó su padre. Esa fue la última gota que rebalsó el vaso y la empujó a cometer una de las locuras más grandes que se le habría ocurrido. Precipitado o no, fue un momento impulsivo llevado por la rabia y más que nada la irritación de tener diecinueve años y ser tratada como una niña de doce.

Sus manos seguían transpirando y de repente tenía mucho calor. Su mente empezó a gritar horrorosamente que todo había sido un error. Una y otra vez, alarmantemente, su propia voz sonaba en su cabeza diciéndole que debería estar en casa, tocando el violonchelo. Cerró los ojos y controló sus nervios, no debía exasperar por un tema de tan poca importancia. Al fin y al cabo, era mayor de edad y tenía permitido hacer lo que quisiera... en tanto la ley lo permitiese. Como una loca que habla consigo misma, negó levemente la cabeza y tomó las maletas para ir a casa. Pero por supuesto, y como todo lo que le pasaba en la vida, hubo un impedimento.

—¡Jennifer, querida! —Esa voz masculina que con tan solo haberla escuchado un par de veces, quedó plasmada en sus oídos, en su mente, en todos lados, hasta el punto de estremecerse al oírla después de tanto tiempo. Se volteó como si estuviera por ver el fantasma de su abuela muerta, o peor, como si la hubieran descubierto justo cuando iba a cometer un delito. En vez de todo eso, se encontró con la radiante sonrisa de Harry Murray, quien la admiraba con sus preciosos ojos esperaldas. Desde lejos caminó hacia ella, mientras que por la mente de Jennifer solo se le ocurría una idea: correr. Pero no era una opción, Harry ya estaba estrechándola fuertemente en sus musculosos brazos cuando se dignó a moverse. La elevó del suelo, repitiendo "Qué bueno volver a verte, creí que no vendrías"

—En realidad no iba a venir, estaba pensando irm...—Como de costumbre, no la dejó terminar.

—Debo admitir, bella Jennifer, que verte unirte a este viaje me ha alegrado el día. Posiblemente la semana. —Le pasó un brazo por los hombros acercándola aun más hacia él, mientras Jenn temblaba por dentro. Así era Harry, tenía poco respeto por el espacio personal y en todos sus encuentros no tardaba en ponerla tan incómoda que era capaz de desmayarse. La cercanía con un chico no era común para ella, su corazón amenazaba con salir disparado de su pecho si no se calmaba un poco. ¿Pero cómo hacerlo? Este chico era lo suficientemente descarado (y guapo) como para derretir sus propias piernas. Se separó un poco, para mirarlo a los ojos. ¡Mala idea! Al encontrarse con ellos inmediatamente tuvo que desvíar la mirada. No era como si le gustara Harry, pero era una estúpida si no admitía que, no solo sus ojos, sino todo él, podía fácilmente obtener el corazón de muchas chicas.

—No estoy muy convencida de esto, Harry. —Logró decir.

—No te preocupes, Jenn. Tu amigo Harry no se despegaráde ti. Estaré siempre a tu lado para que nada te pase, ¿Confías en mí? —Las mejillas de Jennifer ardieron como el infierno, mientras una inevitable sonrisa se filtró en su rostro. ¿Porqué este chico era así? De reojo y mientras Harold no lo notaba, se dio el lujo de analizarlo luego de casi un año sin verlo. Harry era un importante miembro de la sociedad a la cual su familia pertenecía, solo por ser un heredero de los Murray. Entre fiesta  y fiesta, reunión y reunión, Jennifer fue presentada a él y a su hermana Alaska. Desde entonces, solo se veían un par de veces al año, en algunas tertulias. Bastaron pocas ocasiones para que Jennifer identificara con facilidad la personalidad de este chico. Una personalidad que le daba ganas de mantenerse lo más alejada de él, porque en tanto estuviera demasiado cerca, sabía que le sería imposible alejarse. No por tener apego, sino porque sus palabras, sus acciones, su persona, la petrificaba de una manera que ella nunca supo el porqué.

—Y bien... —Quiso decir para romper los minutos de silencio.  —¿A dónde iremos primero?

—Uhm, no lo sé. ¿Te parece Hawaii? —Inmediatamente el entrecejo de Jennifer se frunció y miró a Harry con gran reproche.

—¿Cómo no vas a saber? ¡Tú organizaste todo esto! Al menos podrías haber pensado el primer destino.

—Tranquila, Jenny. —Sonrió encantadoramente. —No tenía idea de que vendrías, y al verte desde allá, se me ocurrió la magnífica idea de ir a Hawaii. —Habló con naturalidad hasta que un pensamiento se le cruzó por la mente. —Porque... traes traje de baño ¿Verdad?

Como si le hubiesen ofendido no tardó en responder: —¡Por supuesto que sí! —Claro que podía ir a Hawaii con su maya para competencias de natación... No era tan malo.

—¡Perfecto! —Juntó ambas palmas con entusiasmo. —Será Hawaii, entonces. —Queda de más decir que la ilusa mente de Jennifer no llegó a descifrar del todo las palabras del rizado, sus razones y más que nada sus deseos de admirar su esbeltez desde un traje de baño. —Ven, es hora de unirse con el resto. —Echó a andar, dejando a Jennifer con las terribles ganas de gritar y preguntar "¡¿Porqué me lo dices hasta ahora?!" Pero, aunque le hubiera dado el tiempo, no habría sido capaz de decirlo. Esa actitud no era parte de su común forma de ser.


Luego de que Harry mencionara el próximo destino, Eddie preparó bien sus papeles para el viaje en avión. Sin percatarse que, desde la otra punta del grupo, una castaña no podía quitarle los ojos de encima. April observó bien cada uno de sus movimientos, fue inevitable su sonrisa maléfica al contemplar con una ternura para nada buena, los torpes movimientos de aquel chico. Fran, que estaba a su lado, la miraba con extrañeza. EL grupo de jóvenes que viajaría era sin duda y en su mayoría, muy bien parecidos. Algunos más altos, otros más musculosos, todos con sonrisas que enamoraban. Sin embargo, desde hace varios minutos April no le quitaba la mirada a ese chico algo solitario y un poco torpe que le sonreía a todo el mundo. No sabía sus intenciones, pero de seguro no eran buenas, puesto que en su mirada se posaba esa suspicacia que le traía más de un problema.

—¿Se puede saber qué tanto le miras? —Se atrevió a decir. El chico de cabellos castaños era sin duda guapo, pero también muy dulce,  su inocencia no llamaba la atención de Fran aunque ella misma se atrevía a decir que había cautivado a April.

—No, no puedes saber. —Respondió secamente, sin mirarla siquiera. El chico de piel blanca como la nieve ya no estaba solo, ahora un chico un poco más alto que él le hablaba entre dientes, mirando de muy cerca. April suspiró con cansancio e irritación al ver cómo Ian, su ex novio, disfrutaba el poner nervioso a aquel inocente chico.

—Ian, terminala. —Con ese característico hablar suyo, se acercó para empujar con mínuma fuera al joven de cabellos negros. —¿Nunca dejarás de ser un idiota?

—Cálmate, Ap. Solo hablaba con él. No te sientas importante, pues hoy no has salvado a nadie. —Por la mirada del chico April sintió que quizás este no lo estaba molestando. Pero ningun rastro de vergüenza cruzó por su cuerpo. —Y no me llames idiota, cuando en su momento estuviste bien presa de mi manera de ser. —Sonrió tranquilamente, cuando vio a April hacer mueca de disgusto. Por su parte, Eddie miraba distraído la escena que ocurría allí. Le parecía gracioso que aquella chica, April, hubiera intentado defenderlo de su ex, cuando Ian se mostró tan bien, a pesar de su notable dificultad de generar amistades.

—Cierra el hocico y lárgate. —Escupió mientras Ian se alejaba a pasos tranquilos.

—Nunca te obligué a nada, hermosa...—Dijo mientras se seguía alejando. April rodó los ojos para ver a Eddie. Sonrió con maleficencia y entrecerró los ojos provocando que la postura de Eddie cambiara instantáneamente. Se acercó a él sin respetar su espacio personal y volvió a sonreír.

—Hola, soy April. —Dijo sencillamente. Palabras básicas que acompañadas con su revoloteo de pestañas, fueron suficientes para incomodar al chico. —¿Cómo te llamas?

—Edward, em, me dicen Eddie. —Respondió no con nerviosismo sino más bien con extrañeza. Miró a la amiga de April que, al igual que él, la miraba como si estuviera haciendo el ridículo. Allí, entre el palabrerío de los demás chicos, April había tomado una pose comprometedora al estar tan cerca, sonriendo de esa manera y pestañeando como si tuviera algo malo en los ojos. Eddie lo tomó como un chiste y rió alegremente. —¿Eres de aquí? Nunca te había visto. —En un pueblo no tan grande como era en el que había nacido, (sin mencionar que gran parte de los vecinos eran obligados a congeniar entre ellos a causa del dinero) era raro encontrarse con algunas personas desconocidas. Raro, pero no imposible.

—No, mi espantosa familia se mudó desde California. No me sentí capaz de pasar otrodía con ellos y fue cuando Harry me invitó a este viaje. Y tú... ¿Eres de aquí?

Eddie asintió despreocupadamente posando su mirada en una bella chica rubia, con aspecto angelical que caminó a paso ligero a pocos metros suyos. Sus pupilas parecieron dilatarse y Eddie sonrió casi con nerviosismo al perderse en aquellos cabellos dorados. April, a penas lo notó, carraspeó molesta. Por otro lado, Fran rodó los ojos sosteniéndose el tabique de la nariz con los dedos.

—Eh...—Suspiró para llamar su atención, pero al no lograrlo tomó su barbilla entre sus dedos para dirigir su mirada hacia sí. Al notarlo verdaderamente extrañado por lo que hizo, sonrió sin saber qué decir. ¡Increíble! No sabía qué decirle a este chico, una situación desconocida para ella, algo que no había experimentado nunca. —Y bien, Eddie... ¿Te sientas junto a mí? —Sonrió de una manera que delataba su intento de seducción. Antes de que respondiera, se puso en marcha hacia Aduana. Pero se detuvo de golpe y con gran sopresa al escuchar el "No" de parte de él. Se volteó para verlo como si le hubiera salido un tercer ojo, y Fran quizo golpearla por exagerar su confianza en sí misma.

—Disculpa, ya tengo compañero de asiento. —Sonrió con amabilidad, una amabilidad que hizo saltar chispas de los ojos oscuros de April. Asintió y sonrió mientras Eddie se encaminaba con sus maletas y seguía a todo el grupo. Fran, sin soportarlo otro segundo, echó a andar junto con los demás, a veces April podía comportarse espantósamente caprichosa y demasiado segura de su belleza. April, ignorando sus acciones, pasó su mirada lentamente por el cuerpo del muchacho que por primera vez en mucho tiempo, la rechazó. Sostuvo la mirada unos momentos en su trasero y para luego subir hasta su rostro. Al momento de sonreír y caminar nuevamente hacia él, solo podía pensar una cosa: Edward sería suyo, cueste lo que le cueste.