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Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
»the mob {audiciones abiertas.
O W N :: Novelas colectivas :: Novelas colectivas :: Novelas Colectivas :: Inscripciones / audiciones
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Re: »the mob {audiciones abiertas.
Aviso:
Ya no se puede audicionar por el Dj de the mob || hijo de patrocinador de hoteles.
wasteland
Re: »the mob {audiciones abiertas.
Una pregunta, ¿es necesario haber visto la película? Porque estoy un tanto ocupada estas semanas, la verdad
Ledger.
Re: »the mob {audiciones abiertas.
im here, amen mi avy ahke. audicionen. lands, creo que nos va a costar mucho elegir ... malditas bastardas ah.
holmes.
Re: »the mob {audiciones abiertas.
pq soy una bastarda? D: si ni escribo bien y ni creo quedar:c bc hay muchas cjicas mejores que sho en esto:3
wilkinson.
Re: »the mob {audiciones abiertas.
Melissa quiere audiciones u_u dejaré mi ficha, les guste o no. xD
- Gif:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Última edición por Mess. el Sáb 31 Mayo 2014, 3:12 pm, editado 1 vez
Mess.
Re: »the mob {audiciones abiertas.
Vannah & Danniel
❣ Nombres: Savannah Granger & Danniel Winslet.
❣ Edades: Veintiuno & Veintitrés
❣ Rol: Encargada de las cámaras/ Periodista
❣ Representantes: Sasha Pieterse & Luke Hemmings
❣ Escrito de su autoría:
❣ Edades: Veintiuno & Veintitrés
❣ Rol: Encargada de las cámaras/ Periodista
❣ Representantes: Sasha Pieterse & Luke Hemmings
❣ Escrito de su autoría:
- No me jodan por el "Link" que actualmente estoy en tres colectivas y en dos de ellas están ustedes.:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Prólogo— ¿Cuánto pides por esto, Fletch? —pregunté al hombre de las verduras sonteniéndo unas zanahorias en mis manos.
— Tres de los medianos, cariño — me respondió sin mirarme, sabía perfectamente que era lo que compraría. Se me había hecho habitual comprar zanahorias ya que era una de las verduras más baratas, o al menos, lo que podía costear.
— ¿Estás de broma? con suerte me alcanza para dos, Fletcher, por favor, no me hagas esto, sabes que tengo a Danny enfermo y que no tengo dinero — le dije apelando a sus sentimientos. Obviamente no cedería a mi petición. La zona norte estaba hecha un caos y la gente se había vuelto completamente egoísta, preocupándose por su bienestar y por velar por sus propios intereses.
— Lo siento, Lena, pero todos sabemos lo mucho que cuesta la vida hoy — me dijo tratando de transmitirme que lo sentía. Claro, la vida costaba demasiado, pero yo solo era una adolescente de diecisiete años que no tenía empleo mediante el cuál generar ingresos para mantener a mi hermano de cuatro años ¿Lo peor? Fletcher lo sabía y de a poco, fue quitándome su ayuda.
— Me llevo una — dije molesta. Le entregue las tres Medals que me había pedido y me di media vuelta para ir a casa, si es que así podría llamarse.
— Que tengas buen día, Helena — me dijo el anciano. No me molesté en girarme para responderle, se que no era mala persona, pero yo no me olvidaba de la promesa que le había hecho a mi padre cuando estaba muriendo frente a nuestros propios ojos: “No te preocupes, yo cuidaré de ellos”.
Medité todo el camino de vuelta a casa, a esa pocilga que tenía el descaro de llamar casa que no era una habitación de seis por seis sin baño ni cocina. Cuando llegué frente a la puerta no me atreví a abrirla. ¿Cómo le diría a mi hermano de cuatro años, el cuál padecía de una peste que estaba acechando Inglaterra y el mundo, que la cena era una simple zanahoria? Por mi parte, estaba acostumbrada a pasar hambre, pero me dolía en el alma tener que soportar que Danny muriera no solo por la peste, sino que también por el hambre. Finalmente abrí la puerta y me encontré con mi hermano tapado con las sabanas hasta la cabeza, seguramente tenía fiebre. Dejé la zanahoria encima de la mesa de melanina que había hecho hace unas semanas atrás y me acerqué a Danny, le destapé la cabeza y toqué su frente. Estaba ardiendo en fiebre.
— Danny... — lo moví — Danny, despierta, tenemos que bajarte la fiebre - el pequeño se despertó y me miró con sus ojos cansados y sus mejillas al rojo vivo. Lo dejé en el colchón mientras llenaba una cacerola con un poco de agua fría embotellada y hundía un paño en ella. Me daba dolor de estomago de tan solo ver que quedaba menos de la mitad de la botella y recién estábamos a martes. Me senté en el borde del colchón y le puse el paño frío en la frente.
— ¿habrá cena hoy? — preguntó.
— Zanahoria — le sonreí de medio lado. Pude ver la decepción pasar por su rostro, pero se preocupó de disimularlo devolviéndome la sonrisa. Aquel gesto me dolió en lo más profundo.
— Bueno.. al menos, tenemos algo para cenar, hay niños que se están muriendo de hambre — me dijo el pequeño. Se me formó un nudo en la garganta y los ojos se me llenaron de lágrimas. Me levanté del colchó y le dí la espalda para que no viera las lágrimas caer por mis mejillas.
— Duérmete un rato, amor, para ver si baja la fiebre, vengo en un momento — le dije sin mirarlo tratando de tragarme el nudo de la garganta. Salí rápidamente de la habitación y me llevé una mano a la boca para callar el sollozo apoyando mi espalda en la puerta. No podía más, mi cuerpo estaba cansado al igual que mi mente. ¿Cómo es posible que un niño de cuatro años se conforme con una Zanahória diaria? ¡Dios mío! solo me quedaban dos medianos para toda la semana y el gobierno había reducido la cantidad de dinero a repartir, de dos grandes a uno y medio, lo que equivalía a cuatro medianos.
Mientras deambulaba por las calles del barrio bajo de Londres, pensaba en como conseguir más dinero, que hoy en día era llamado Medals -una moneda de oro universal- y lo primero que se me vino a la cabeza fue "Patrick.." . ¡No! Helena, por el amor de dios, no puedes estar pensando en ese hombre. Una batalla se desató en mi mente. Mientras una parte de mí quería ir en su búsqueda, la otra me recordaba quién era él. Después de largo rato tratando de aclarar mi mente, llegué a la conclusión que Danniel necesitaba el dinero, definitivamente no iba a dejar a mi hermano morir, así es que decidí ir en su búsqueda.
"-¡...estás loco! - le grité a al cara- ¡jamás tomaría el lugar de papá en tu negocio sucio! - hice un esfuerzo por respirar.
— Tarde o temprano te darás cuenta, Helena, sabrás que es lo que realmente te conviene - me dijo sonriéndo de esa forma tan característica arremangándose las mangas de su traje de Channel — cuando Danniel muera de hambre o por la peste roja, cuando te estés muriendo de hambre, vendrás a mí sedienta, buscando un techo donde refugiarte de los violadores, de los ladrones, cuando te roben lo poco que tienes, vendrás a mí — me amenazó — pero para que veas que lo que quiero es ayudarte... mi propuesta estará vigente para ese entonces — me dijo levantándose de su asiento mientras sus guardaespaldas se pocisionaban detrás de él. Avanzó hasta mí y se detuvo a mi lado — Le tenía mucho aprecio a tu padre, Lena, tu padre era un buen hombre y era uno de los mejores en mi negocio — me susurró al oído — si cambias de opinión, ya sabes donde encontrarme.. — y se marchó... "
Comencé a caminar rumbo a aquel pub donde solía concurrir Patrick y sus socios, en una zona llena de personas adineradas. Al llegar, los guardias me miraron de pies a cabeza.
— Hey, Mark, ¿que puede hacer una Sub-urbana de la zona norte en la zona sur? — le dijo uno de ellos al otro.
— ¿Qué mas que robar, Phill? — ambos se echaron a reír.
— Estoy buscando a Patrick, Patrick Stylsenn — le dije al tipo grandulón en tono firme, la discriminación ya no afectaba a la gente, estábamos tan acostumbrados a que los de la zona sur nos miraran en menos que ya no nos afectaba, era una forma de vida. El hombre de color me miró seriamente y sacó un teléfono costoso, marcó un número y se lo llevó al oído.
- Thomas, buscan a Stylsenn…- Dijo el hombre luego de un rato — no, idiota, Stylsenn padre, buscan a Patrick, no a Mike — agregó — ¿Cuál es tu nombre? — me preguntó.
— Dile que soy la hija de James Foster, seguro sabrá quién soy — Le dije sin mirarlo. El tipo dijo una grosería luego comenzó a hablar por teléfono.
— Es la cachorra del finado — dijo el tipo en forma burlesca. Levanté mi mirada y clavé los ojos en él. Estaba bien que se burlaran de mí, pero nadie mancharía la memoria de mi padre, sin importar lo que haya hecho en vida.
— Más respeto, imbécil, recuerda que tú no perteneces a esta sociedad de ricachones, eres simplemente un esclavo de ellos, terminando la jornada, regresaras a una de esas pocilgas en las que vivo yo — le dije entre dientes conteniendo mi rabia.
— Vuelve a repetirlo pequeña sabandija y verás lo que.. —
— ¿Phillips? - dijo una voz que perfectamente conocía interrumpiendo al hombre que estaba dispuesto a golpearme — ¿que significa esto? baja tu mano grotesca en este instante, no te atrevas a tocar a la muchacha — dijo la voz femenina.
— No necesito que me defiendas, Mayrisse — le dije sin mirarla.
— ¿Acaso tengo derecho en proteger a mi pequeña sobrina? — levanté la mirada y me di cuenta que su expresión era fría y dura. Iba vestida con un traje brillante de color plateado, su maquillaje contrastaba perfectamente con su piel pálida al igual que la mía. Estaba convertida en toda una mujer de la zona sur, pero seguía teniendo ese parecido impresionante con mamá — vaya que haz crecido... ¿veinte, veintiuno, veintidos..? - comenzó a contar.
— Veintiuno, tengo veintiún años, querida tía... — traté de sonar lo más irónica posible. Guardaba profundo rencor a aquella mujer que estaba plantada ante mí materializando la perfección. Mayrisse era hermana de mi madre, quien había muerto asesinada por unos tipejos de nuestro barrio de la manera más brutal y poco digna para una mujer como ella. Mayrisse se alejó de nosotros cuando papá entró a trabajar a la mafia en donde ella lo había metido, por lo que ella sabía de la muerte de papá y ni siquiera se había dado la mísera molestia de mandarnos a alguna persona para que le informara las condiciones en que vivíamos Dann y yo. Por mucho tiempo, circuló el rumor de que papá y Mayrisse habían sido amantes cuando mis padres llevaban poco más de un año de casados y que lo siguieron siendo cuando papá entró a la mafia. También había un rumor de que yo era hija de Mayrisse y que mamá se había hecho cargo de mí tras perdonar a papá.
— ¿Donde está tu hermano? — preguntó levantando su mirada haciendo que la luz de los alrededores hiciera que sus ojos lucieran aún mas azules de lo que eran, Mayrisse era tan hermosa como mamá, algo que yo no poseía.
— En casa — respondí impaciente al recordar que Danny estaba en casa solo.
— Ven, Patrick te espera — dijo mientras me daba la espalda y comenzaba a caminar hacia adentro. Antes de seguirle, me volví al gordinflón y le levanté el dedo de al medio. Avanzamos entre personas cuyas prendas de vestir valían más que mi propia vida. Bailaban y reían como si todo lo que pasara con la gente de mi clase les fuera ajeno a su propia realidad. Por supuesto que lo era. Las luces se reflejaban en los trajes de lentejuelas de las mujeres y me cegaban.
— Lo siento... — dijo una chica al chocar conmigo mientras bailaba. La rubia me miró de pies a cabeza con sus ojos celestes — ¿qué mierda hace una sub-urbana aquí? — gritó al analizarme — ¡Seguridad! — comenzó a gritar.
— ¿Qué sucede, Summer? — dijo un chico llegando a su lado.
— ¡hay una sub-urbana aquí! — gritó. — Sácala de aquí, Mike, por favor, puede estar infectada de peste roja o de SIDA — dijo la estúpida escondiéndose tras la espalda del chico.
— calla niñita, esta "sub-urbana" viene conmigo — dijo Mairysse tomándome del brazo para arrastrarme hacia mi destino. Se detuvo frente a una puerta de roble tallada. Me soltó el brazo e hizo una seña a los guardias para que abrieran la puerta. Estos obedecieron y abrieron ambas puertas para dejarnos pasar. Entramos a la habitación con un estilo futurista característico de los gustos de los ricachones de la zona sur. Patrick estaba tras un escritorio enorme sentado fumándose un puro Cubano igual a los que fumaba papá. Mairysse se acercó a él y yo me quedé manteniendo la distancia frente al escritorio. La hermana de mi madre pasó su mano cubierta por un guante de ceda por el pecho del hombre y le habló al oído, este sonrió y me miró. Evidentemente lo puta no se le quitaría.
— Buena suerte... — dijo Marissa al pasar por mi lado antes de salir de la sala y dejarnos solos.
— Veo que haz venido, te tomó bastante tiempo recapacitar, Lena, meses viviendo como una sub-urbana — me dijo riendo.
— No tengo mucho tiempo, tengo que volver a casa — le dije antes de que comenzara a darme un sermón.
— ¿Casa..? bueno, entonces no te quito más tiempo, querida - sacó un papel de un cajón y lo puso sobre la mesa — Supongo que haz decidido tomar mi oferta.. — asentí con la cabeza tratando con todas mis fuerzas no retractarme — entonces, haremos esto simple, firma y estarás dentro.. — comenzó a decirme señalando el papel que resultaba ser un contrato.
— Antes... — dije sentándome en el asiento frente a él - Danniel, curarás a Danniel de la peste roja, lo alimentarás, lo cuidarás y lo sacarás del lugar en el que vivimos.
— Eso no es problema, querida, eso es lo que tu padre quería y eso es lo que haré, después de todo eres mi ahijada - me dijo el hombre. Miré el papel, leí las cláusulas y firme. Oh no, Lena.. ¿qué haz hecho? Le entregué el papel y el lápiz, me levanté de la silla sin despedirme. Oficialmente me había convertido en un asqueroso miembro de la mafia especialista en secuestros — enviaré a alguien por ustedes ahora mismo — me dijo, no fue necesario darme media vuelta para mirarlo a la cara, solo asentí y tomé las manillas de la puerta — ¡ah! y Lena... me temo que Danny no debe ser el único que hay que curar de la peste Roja..- mis ojos se abrieron de par en par y me llevé la mano a la nuca, la primera mancha de la peste había aparecido.By Skinny Lyon for SC
Mess.
Re: »the mob {audiciones abiertas.
Mess. escribió: Vannah & Danniel
❣ Nombres: Savannah Granger & Danniel Winslet.
❣ Edades: Veintiuno & Veintitrés
❣ Rol: Encargada de las cámaras/ Periodista
❣ Representantes: Sasha Pieterse & Luke Hemmings
❣ Escrito de su autoría:
- No me jodan por el "Link" que actualmente estoy en tres colectivas y en dos de ellas están ustedes.:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Prólogo— ¿Cuánto pides por esto, Fletch? —pregunté al hombre de las verduras sonteniéndo unas zanahorias en mis manos.
— Tres de los medianos, cariño — me respondió sin mirarme, sabía perfectamente que era lo que compraría. Se me había hecho habitual comprar zanahorias ya que era una de las verduras más baratas, o al menos, lo que podía costear.
— ¿Estás de broma? con suerte me alcanza para dos, Fletcher, por favor, no me hagas esto, sabes que tengo a Danny enfermo y que no tengo dinero — le dije apelando a sus sentimientos. Obviamente no cedería a mi petición. La zona norte estaba hecha un caos y la gente se había vuelto completamente egoísta, preocupándose por su bienestar y por velar por sus propios intereses.
— Lo siento, Lena, pero todos sabemos lo mucho que cuesta la vida hoy — me dijo tratando de transmitirme que lo sentía. Claro, la vida costaba demasiado, pero yo solo era una adolescente de diecisiete años que no tenía empleo mediante el cuál generar ingresos para mantener a mi hermano de cuatro años ¿Lo peor? Fletcher lo sabía y de a poco, fue quitándome su ayuda.
— Me llevo una — dije molesta. Le entregue las tres Medals que me había pedido y me di media vuelta para ir a casa, si es que así podría llamarse.
— Que tengas buen día, Helena — me dijo el anciano. No me molesté en girarme para responderle, se que no era mala persona, pero yo no me olvidaba de la promesa que le había hecho a mi padre cuando estaba muriendo frente a nuestros propios ojos: “No te preocupes, yo cuidaré de ellos”.
Medité todo el camino de vuelta a casa, a esa pocilga que tenía el descaro de llamar casa que no era una habitación de seis por seis sin baño ni cocina. Cuando llegué frente a la puerta no me atreví a abrirla. ¿Cómo le diría a mi hermano de cuatro años, el cuál padecía de una peste que estaba acechando Inglaterra y el mundo, que la cena era una simple zanahoria? Por mi parte, estaba acostumbrada a pasar hambre, pero me dolía en el alma tener que soportar que Danny muriera no solo por la peste, sino que también por el hambre. Finalmente abrí la puerta y me encontré con mi hermano tapado con las sabanas hasta la cabeza, seguramente tenía fiebre. Dejé la zanahoria encima de la mesa de melanina que había hecho hace unas semanas atrás y me acerqué a Danny, le destapé la cabeza y toqué su frente. Estaba ardiendo en fiebre.
— Danny... — lo moví — Danny, despierta, tenemos que bajarte la fiebre - el pequeño se despertó y me miró con sus ojos cansados y sus mejillas al rojo vivo. Lo dejé en el colchón mientras llenaba una cacerola con un poco de agua fría embotellada y hundía un paño en ella. Me daba dolor de estomago de tan solo ver que quedaba menos de la mitad de la botella y recién estábamos a martes. Me senté en el borde del colchón y le puse el paño frío en la frente.
— ¿habrá cena hoy? — preguntó.
— Zanahoria — le sonreí de medio lado. Pude ver la decepción pasar por su rostro, pero se preocupó de disimularlo devolviéndome la sonrisa. Aquel gesto me dolió en lo más profundo.
— Bueno.. al menos, tenemos algo para cenar, hay niños que se están muriendo de hambre — me dijo el pequeño. Se me formó un nudo en la garganta y los ojos se me llenaron de lágrimas. Me levanté del colchó y le dí la espalda para que no viera las lágrimas caer por mis mejillas.
— Duérmete un rato, amor, para ver si baja la fiebre, vengo en un momento — le dije sin mirarlo tratando de tragarme el nudo de la garganta. Salí rápidamente de la habitación y me llevé una mano a la boca para callar el sollozo apoyando mi espalda en la puerta. No podía más, mi cuerpo estaba cansado al igual que mi mente. ¿Cómo es posible que un niño de cuatro años se conforme con una Zanahória diaria? ¡Dios mío! solo me quedaban dos medianos para toda la semana y el gobierno había reducido la cantidad de dinero a repartir, de dos grandes a uno y medio, lo que equivalía a cuatro medianos.
Mientras deambulaba por las calles del barrio bajo de Londres, pensaba en como conseguir más dinero, que hoy en día era llamado Medals -una moneda de oro universal- y lo primero que se me vino a la cabeza fue "Patrick.." . ¡No! Helena, por el amor de dios, no puedes estar pensando en ese hombre. Una batalla se desató en mi mente. Mientras una parte de mí quería ir en su búsqueda, la otra me recordaba quién era él. Después de largo rato tratando de aclarar mi mente, llegué a la conclusión que Danniel necesitaba el dinero, definitivamente no iba a dejar a mi hermano morir, así es que decidí ir en su búsqueda.
"-¡...estás loco! - le grité a al cara- ¡jamás tomaría el lugar de papá en tu negocio sucio! - hice un esfuerzo por respirar.
— Tarde o temprano te darás cuenta, Helena, sabrás que es lo que realmente te conviene - me dijo sonriéndo de esa forma tan característica arremangándose las mangas de su traje de Channel — cuando Danniel muera de hambre o por la peste roja, cuando te estés muriendo de hambre, vendrás a mí sedienta, buscando un techo donde refugiarte de los violadores, de los ladrones, cuando te roben lo poco que tienes, vendrás a mí — me amenazó — pero para que veas que lo que quiero es ayudarte... mi propuesta estará vigente para ese entonces — me dijo levantándose de su asiento mientras sus guardaespaldas se pocisionaban detrás de él. Avanzó hasta mí y se detuvo a mi lado — Le tenía mucho aprecio a tu padre, Lena, tu padre era un buen hombre y era uno de los mejores en mi negocio — me susurró al oído — si cambias de opinión, ya sabes donde encontrarme.. — y se marchó... "
Comencé a caminar rumbo a aquel pub donde solía concurrir Patrick y sus socios, en una zona llena de personas adineradas. Al llegar, los guardias me miraron de pies a cabeza.
— Hey, Mark, ¿que puede hacer una Sub-urbana de la zona norte en la zona sur? — le dijo uno de ellos al otro.
— ¿Qué mas que robar, Phill? — ambos se echaron a reír.
— Estoy buscando a Patrick, Patrick Stylsenn — le dije al tipo grandulón en tono firme, la discriminación ya no afectaba a la gente, estábamos tan acostumbrados a que los de la zona sur nos miraran en menos que ya no nos afectaba, era una forma de vida. El hombre de color me miró seriamente y sacó un teléfono costoso, marcó un número y se lo llevó al oído.
- Thomas, buscan a Stylsenn…- Dijo el hombre luego de un rato — no, idiota, Stylsenn padre, buscan a Patrick, no a Mike — agregó — ¿Cuál es tu nombre? — me preguntó.
— Dile que soy la hija de James Foster, seguro sabrá quién soy — Le dije sin mirarlo. El tipo dijo una grosería luego comenzó a hablar por teléfono.
— Es la cachorra del finado — dijo el tipo en forma burlesca. Levanté mi mirada y clavé los ojos en él. Estaba bien que se burlaran de mí, pero nadie mancharía la memoria de mi padre, sin importar lo que haya hecho en vida.
— Más respeto, imbécil, recuerda que tú no perteneces a esta sociedad de ricachones, eres simplemente un esclavo de ellos, terminando la jornada, regresaras a una de esas pocilgas en las que vivo yo — le dije entre dientes conteniendo mi rabia.
— Vuelve a repetirlo pequeña sabandija y verás lo que.. —
— ¿Phillips? - dijo una voz que perfectamente conocía interrumpiendo al hombre que estaba dispuesto a golpearme — ¿que significa esto? baja tu mano grotesca en este instante, no te atrevas a tocar a la muchacha — dijo la voz femenina.
— No necesito que me defiendas, Mayrisse — le dije sin mirarla.
— ¿Acaso tengo derecho en proteger a mi pequeña sobrina? — levanté la mirada y me di cuenta que su expresión era fría y dura. Iba vestida con un traje brillante de color plateado, su maquillaje contrastaba perfectamente con su piel pálida al igual que la mía. Estaba convertida en toda una mujer de la zona sur, pero seguía teniendo ese parecido impresionante con mamá — vaya que haz crecido... ¿veinte, veintiuno, veintidos..? - comenzó a contar.
— Veintiuno, tengo veintiún años, querida tía... — traté de sonar lo más irónica posible. Guardaba profundo rencor a aquella mujer que estaba plantada ante mí materializando la perfección. Mayrisse era hermana de mi madre, quien había muerto asesinada por unos tipejos de nuestro barrio de la manera más brutal y poco digna para una mujer como ella. Mayrisse se alejó de nosotros cuando papá entró a trabajar a la mafia en donde ella lo había metido, por lo que ella sabía de la muerte de papá y ni siquiera se había dado la mísera molestia de mandarnos a alguna persona para que le informara las condiciones en que vivíamos Dann y yo. Por mucho tiempo, circuló el rumor de que papá y Mayrisse habían sido amantes cuando mis padres llevaban poco más de un año de casados y que lo siguieron siendo cuando papá entró a la mafia. También había un rumor de que yo era hija de Mayrisse y que mamá se había hecho cargo de mí tras perdonar a papá.
— ¿Donde está tu hermano? — preguntó levantando su mirada haciendo que la luz de los alrededores hiciera que sus ojos lucieran aún mas azules de lo que eran, Mayrisse era tan hermosa como mamá, algo que yo no poseía.
— En casa — respondí impaciente al recordar que Danny estaba en casa solo.
— Ven, Patrick te espera — dijo mientras me daba la espalda y comenzaba a caminar hacia adentro. Antes de seguirle, me volví al gordinflón y le levanté el dedo de al medio. Avanzamos entre personas cuyas prendas de vestir valían más que mi propia vida. Bailaban y reían como si todo lo que pasara con la gente de mi clase les fuera ajeno a su propia realidad. Por supuesto que lo era. Las luces se reflejaban en los trajes de lentejuelas de las mujeres y me cegaban.
— Lo siento... — dijo una chica al chocar conmigo mientras bailaba. La rubia me miró de pies a cabeza con sus ojos celestes — ¿qué mierda hace una sub-urbana aquí? — gritó al analizarme — ¡Seguridad! — comenzó a gritar.
— ¿Qué sucede, Summer? — dijo un chico llegando a su lado.
— ¡hay una sub-urbana aquí! — gritó. — Sácala de aquí, Mike, por favor, puede estar infectada de peste roja o de SIDA — dijo la estúpida escondiéndose tras la espalda del chico.
— calla niñita, esta "sub-urbana" viene conmigo — dijo Mairysse tomándome del brazo para arrastrarme hacia mi destino. Se detuvo frente a una puerta de roble tallada. Me soltó el brazo e hizo una seña a los guardias para que abrieran la puerta. Estos obedecieron y abrieron ambas puertas para dejarnos pasar. Entramos a la habitación con un estilo futurista característico de los gustos de los ricachones de la zona sur. Patrick estaba tras un escritorio enorme sentado fumándose un puro Cubano igual a los que fumaba papá. Mairysse se acercó a él y yo me quedé manteniendo la distancia frente al escritorio. La hermana de mi madre pasó su mano cubierta por un guante de ceda por el pecho del hombre y le habló al oído, este sonrió y me miró. Evidentemente lo puta no se le quitaría.
— Buena suerte... — dijo Marissa al pasar por mi lado antes de salir de la sala y dejarnos solos.
— Veo que haz venido, te tomó bastante tiempo recapacitar, Lena, meses viviendo como una sub-urbana — me dijo riendo.
— No tengo mucho tiempo, tengo que volver a casa — le dije antes de que comenzara a darme un sermón.
— ¿Casa..? bueno, entonces no te quito más tiempo, querida - sacó un papel de un cajón y lo puso sobre la mesa — Supongo que haz decidido tomar mi oferta.. — asentí con la cabeza tratando con todas mis fuerzas no retractarme — entonces, haremos esto simple, firma y estarás dentro.. — comenzó a decirme señalando el papel que resultaba ser un contrato.
— Antes... — dije sentándome en el asiento frente a él - Danniel, curarás a Danniel de la peste roja, lo alimentarás, lo cuidarás y lo sacarás del lugar en el que vivimos.
— Eso no es problema, querida, eso es lo que tu padre quería y eso es lo que haré, después de todo eres mi ahijada - me dijo el hombre. Miré el papel, leí las cláusulas y firme. Oh no, Lena.. ¿qué haz hecho? Le entregué el papel y el lápiz, me levanté de la silla sin despedirme. Oficialmente me había convertido en un asqueroso miembro de la mafia especialista en secuestros — enviaré a alguien por ustedes ahora mismo — me dijo, no fue necesario darme media vuelta para mirarlo a la cara, solo asentí y tomé las manillas de la puerta — ¡ah! y Lena... me temo que Danny no debe ser el único que hay que curar de la peste Roja..- mis ojos se abrieron de par en par y me llevé la mano a la nuca, la primera mancha de la peste había aparecido.By Skinny Lyon for SC ¡Aceptada!
¡Estas aceptada suerte!
holmes.
Re: »the mob {audiciones abiertas.
cuando tengamos más audiciones para roles variados, bc todas van por el mismo y para mi gusta, todos son buenos c:
holmes.
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