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American Horror Story {Murder house
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Re: American Horror Story {Murder house
y luego de eso yo subiré el mío bc mañana debo estudiar ): TE AMO MICHIEEEEEEEEEEE<3
y a tu pack igual
y a tu pack igual
taeyong.
Re: American Horror Story {Murder house
Capítulo 012
Falling of a heaven and hell be in pain.
♙Savannah en el resto del día, después de la "charla" con los demás, había pasado observarlos, no solo a los nuevo residentes en la casa, también a sus compañeros estos últimos años. Cada ves que se le volvía aburrido, o le parecía mas intimo se iba. Cosas como ver a los demás viendo a cada integrante de la familia. Incluso vio interesada a uno de los chicos que había visto en la sala, Zac según había escuchado a alguno de los hermanos, que no podía descansar, tal y como ella. Pero poco después se aburrió y se fue a otro de las habitaciones. Se quedo inmóvil, para unos instantes, su vista fija en los ojos del chico. Creyendo que podía verla, pero segundos después supo que estaba viendo a través de ella. Miraba algunos retratos, familiares, sobre cajonera. Donde estaban cada uno de los integrantes de la familia; él, Eithan, si no mal recordaba haber escuchado, con varios de sus hermanos. Algunos en el aire libre, o otro vagamente captados en un día común.
Se sintió aliviada, feliz, un tanto decepcionada y tonta; era obvio que no podría verla amenos de que ella quisiera, y tampoco era como que no tuviera control en ello. Dio una vuelta mirando la habitación completa y lo que había en ella. La recordaba perfectamente, había estado tantas veces ahí, pero apenas un par de veces estando viva. Volvió la vista hacia el chico que ahora dormía, se arrodillo frente a la cama, pozo el mentón y sus manos en la cama.
—Ir y quedarse, y con quedar partirse. Partir sin alma, y ir con alma ajena, oír la dulce voz de una sirena, y no poder del árbol desasirse; arder como la vela y consumirse, haciendo torres sobre tierna arena; caer de un cielo, y ser demonio en pena.... —Susurro ella, mientras alargaba la mano y rozaba, casi nada, con la yema de sus dedos, el cabello del Eithan.— Y de serlo jamás arrepentirse; hablar entre las mudas soledades, pedir prestada sobre fe paciencia, y lo que es temporal llamar eterno. —Retiro su mano cuando él, casi despierta.— Creer sospechas y negar verdades, es lo que llaman en el mundo ausencia, fuego en el alma, y en la vida infierno. —Se alejo de el, y al ponerse de pie desapareció para volver al sótano.
La puerta de la habitación del rubio se abrió, dejando ver al padre de este con una amplia sonrisa. Ben, el padre, se dirigió directamente a la ventana, que gracias a una gruesa cortina azul oscuro no dejaba pasar la luz de la clara mañana, y la abrió de jalón. Eithan, que se encontraba recostado tal y como estaba vestido el día anterior, se había quedado dormido mientras pensaba en todo lo que pasaba y había pasado.
—¡CIÉRRALA! —Se quejo Eithan, buscando con que cubrirse el rostro. Al estar recostado sobre las cobijas, lo único que hizo fue dance la vuelta y pego el rostro contra la almohada.
—Vamos, Eithan. Levanta, vamos a la escuela donde asistirán tu y el resto de tus hermanos problema. —Dijo su padre, mientras jalaba la almohada. Y tras unos jalones de parte de ambos, logro quitársela a Eithan. Este ultimo enfurruñado se sentó para plantarle cara a su padre.
—No iré. ¿Para que quiero ir hoy? Si de todas formas no tenemos elección de decidir si iremos o no ahí el resto del año. —Se levanto y le quito a su padre la almohada de las manos. Esto solo rió y le volvió a quitar la almohada de las manos.
—Pues, como en si asistirás o no a esa escuela, en esto tampoco tienes elección. —Tiro la almohada a la cama que se encontraba revuelta por la reacción del Eithan. Ben se dirijo aun riéndose de algo a lo que Eithan, por lógica, no le encontraba gracia.— Nos vamos en una media hora, creo que deberías apurarte si quieres alcanzar a desayunar algo. —Y dicho esto salio por la puerta.
Eithan, maldiciendo por lo bajo todo, se dirijo al baño del pasillo. La desventaja de tener un cuarto solo para el era que este no tenia baño propio como alguno de los de sus hermanos.
Savannah, nuevamente se encontraba en el suelo de sótano. Esta ves se encontraba recostada lanzado, la misma pelota de baseball, hacia arriba, y la atrapaba al cuando ya estaba a su alcance. A su lado apareció un chico de la nada, y atrapo la pelota cuando Savannah la lanzo una ves mas. Esta ultima miro al chico y rodó los ojos, ser levanto rápidamente para mirar de frente al chico, que rodaba entre sus dedos la pelota.
—Me recuerdas de donde la sacaste. —Dijo lanzando la hacia arriba y atrapándola en sus manos, imitando a Savannah segundos antes. Volvió a lanzarala, y Savannah alargo la mano tratando de atraparla antes que él, inútilmente ya que este la atrapo mucho antes y la alejo de su alcance.
—Jamas te lo e dicho, Tate. —Le recordó Savannah que había echo otro fallido intento. Se rindió en el tercer intento, y simplemente miro seria a Tate, que le regalaba una sonrisa burlona.— Y tampoco creo que lo haré. —Este la miro un par de segundo pensativo, su sonrisa que había desaparecido, volvió.
—Me sorprende que no le pidieras a Constance, que también te llevara con el "psiquiatra" que vive bajo nuestro techo. —Savannah, lo miro sin entender nada en absoluto.— Digo, como así tendrías un acceso mas fácil a, como es que era, Eithan. Y que recuerde, te habías llevado bien con la zorra que tengo por madre.—Se acerco como si fuera a contarle algo que nadie mas debía oír.— Supongo que te gustaría rebelarle todos tu secretos a el. Tal y como nadie sabia, que tu sabias poesía.—Savannah dejo salir una carcajada.
—No estoy loca, y no me llevaba bien con Constance, solo era una alida de momento para un mismo beneficio. —Negó mientras reía, tener a Constance. Era tan engañosa, y solo le gustaba su beneficios.— En tanto a el resto. Me espías, vaya amigo de mierda. —Volvió a reír mientras se alejaba con dirección hacia las escaleras.
—Y tu, vaya amiga de mierda. —Le reprocho Tate, en broma. Mientras le lanzaba la pelota, y Savannah la atrapaba.
—Tienes razón. —Asintió, para después desaparecer.
La visita a la escuela había sido tan horrible, como Eithan lo esperaba. Tan mala como comenzar cuando los demás ya llevan tiempo ahí. Lo peor es que cada ves era mas evidente que sus padres querían dictar sus vidas. Y para colmo tenían que hacerse todo. Había tenido que desayunar un cereal. Y tenia que caminar a la escuela. Habían salido todos juntos, pero cada quien decidió tomar su propio camino, y por naturaleza el también quería estar solo. Decidió que alargaría lo mas que pudiera el camino a la escuela, para así si se desidia a simplemente no ir, lo aria. Perdió la cuenta de cuanto tiempo paso, pero cuando miro a su alrededor estaba frente a la escuela. No quería entrar, pero cuando se dio la vuelta, se encontró con un de los de seguridad. Eithan maldijo por lo bajo, antes de darle la escusa de que se acababa de mudar y era su primer día. Lo cual se trago, pero lamentablemente lo llevo a su clase. Donde simplemente después de entregarle su horario al desabrido profesor, se sentó en el penúltimo asiento de la esquina. Saco una hoja y se puso a escribir cualquier cosa, sin prestarle nada de atención a lo que dictaban al frente.
— Chico de poesía. No lo pareces. —Eithan se volteo para ver que había una chica sentada detrás de el, Era pelinegra, blanca y de ojos color marón. Le pareció una chica normal, seguro de las que siempre se meten en asuntos ajenos. Típico, en una escuela. — Soy Penn, un gusto.
—No soy chico de poesía, y no estoy de humor. — Dijo, para después darle la espalda. La poesía era algo que a el no le interesaba. Ni le entraba en gana saberlo.
— Uhg... Esas pulgas. Pues, Sr. Nosoydepoesia Perolaescribo. Eso es de Lope de Vega, lo estudiamos el mes pasado. —Eithan se quedo mirando la hoja. Había echo unos garabatos, pero justo a un lado estaba escrito un corto poema. Sin dudas lo mas raro que podría haberle pasado.— Y si te interesa se llama Ir y quedarse.
- Spoiler:
- Lo ultimo es kk, lo se. Soy un asco con los finales. Se me fue la poca inspiracion que tenia. Y me demora mas de lo que dije. xd
De verdad de asco. Sigue Sersh. "Emiliana". Bye, criticas abajo y si ven faltas ortográficas disculpen. Lo escribí aquí y no use word. BESOS.
moondust.
Re: American Horror Story {Murder house
amé pero amé pero amé tu capítulo.
tú sabías que amaba a eithan y savannah, ¿y qué hiciste? me hiciste amarlos más. te odio, ah. (?)
savannah tiene una personalidad tan maravillosa y misteriosa —según mi opininón— que me hace querer siempre más de ella. es interesante y sin duda una de las grandes fantasmas (?) su personalidad es so cute, como la de eithan. y vayamos a eithan ahora, bc tu sigues sin saber porque lo encontramos tiernos, pero él es tierno de por sí así que te digo; ¡es tan tierno! (?) ahrelok. él también es un gran chico, me gusta que sea tan...callado, solo, aislado; diferente en todos los sentidos, ya que es solo él mismo.
la parte en la que savannah le canta al oído me dejó así re fangirl, me pareció una muy bonita poesía, así que me alegra que la hayas citado porque la guardé, ah. me imaginé toda la escena de ella tocándole el pelito mientras le cantaba en la oscuridad y él dormido pero aslkfjaksl idk, muchos feels. y después cuando no sé da cuenta y comienza a escribirla en un papelito me dieron ganas de gritarle que lo había aprendido de savannah y esop, me gustaron mucho las florcitas que pusiste, eran re cutes<3
tú sabes que escribes perfecto, de verdad, me encanta como lo haces y siempre terminas sorprendiéndome. te amo, michie<3
tú sabías que amaba a eithan y savannah, ¿y qué hiciste? me hiciste amarlos más. te odio, ah. (?)
savannah tiene una personalidad tan maravillosa y misteriosa —según mi opininón— que me hace querer siempre más de ella. es interesante y sin duda una de las grandes fantasmas (?) su personalidad es so cute, como la de eithan. y vayamos a eithan ahora, bc tu sigues sin saber porque lo encontramos tiernos, pero él es tierno de por sí así que te digo; ¡es tan tierno! (?) ahrelok. él también es un gran chico, me gusta que sea tan...callado, solo, aislado; diferente en todos los sentidos, ya que es solo él mismo.
la parte en la que savannah le canta al oído me dejó así re fangirl, me pareció una muy bonita poesía, así que me alegra que la hayas citado porque la guardé, ah. me imaginé toda la escena de ella tocándole el pelito mientras le cantaba en la oscuridad y él dormido pero aslkfjaksl idk, muchos feels. y después cuando no sé da cuenta y comienza a escribirla en un papelito me dieron ganas de gritarle que lo había aprendido de savannah y esop, me gustaron mucho las florcitas que pusiste, eran re cutes<3
tú sabes que escribes perfecto, de verdad, me encanta como lo haces y siempre terminas sorprendiéndome. te amo, michie<3
Última edición por Sersh. el Sáb 14 Jun 2014, 9:58 pm, editado 1 vez
taeyong.
Re: American Horror Story {Murder house
Capítulo 013
Freak.
♙Todos en la familia Harmon tenían graves problemas. Y Chloe no era la excepción.
Sin embargo, el hecho de sufrir de misantropía —la cual es una actitud social y psicológica que se caracteriza por la aversión al género humano y la sociedad— no era precisamente su problema. Lo que sí podía serlo, era que no odiaba a ciertas personas, y le costaba tanto admitirlo que casi por inercia los ignoraba de manera olímpica, intentando siempre suprimir sus sentimientos hacia ellos, siempre callando todo.
No odiaba a su hermano Jack.
Aquel día para ella no había empezado de buena manera, ya que sus padres la había obligado a ir a hacer un recorrido por la nueva escuela, siempre lo hacían, porque Chloe no solía levantarse a altas horas de la mañana, ella gustaba más de dormir toda la tarde, y si pudiera, toda la eternidad. Por ello, prácticamente la sacaron a rastras de la casa mientras ella se aseguraba de guardar unos cigarrillos en su bolso sin que Vivien ni Ben se dieran cuenta. Al notar eso, Violet sonrió.
Era un lugar grande, demasiado grande para el gusto de Chloe. Las personas se movían de un lado a otro sin parar y hablaban a tal punto de provocar un leve dolor de cabeza en la chica. Los demás estudiantes ni tomaban en cuenta su presencia, hecho que la agradó, estaba demasiado cansada para provocar problemas esa mañana, o eso creía ella, porque al fin y al cabo, como siempre, terminó encontrándose con alguien que la haría perder el autocontrol a tal punto de que llegaran a los golpes.
¿Otro problema? Una palabra que había dicho la chica si le había afectado. Y a ella no solían afectarle las cosas. Era como si ese día estuviera maldito o algo provocara que ella se encontrara en un estado emocional tan sensible.
Sólo había chocado con esa muchacha, ni siquiera había sido su intención, y el escándalo que ella armó fue digno de película. No le hubiera interesado si no la hubiera llamado “Fenómeno”. Chloe siempre supo que uno de sus ojos era una anormalía, ya que poseía heterocromía parcial; irídrica para ser exactos. No era algo que la soliera afectar, porque que tuviera un pequeño manchón de otro color en uno de sus ojos no era tan malo, pero sabía la manera en la que todos la miraban por ello. Y nunca se lo habían dicho de tal manera de que si se preguntara si estaba mal.
Luego del recorrido que ella durante la mañana intentó sacar de su cabeza, con Violet se dirigió a un parque que no conocía. Era quizás la hermana con la que mejor se llevaba, se entendían. Y Chloe no se molestaría en admitir que a ella si la quería.
Violet se hacía daño, y ella fingía ser indiferente, pero con aquellos silencios que compartían intentaba que su hermana notara lo preocupada que estaba. Chloe suponía que Violet tenía conocimiento de esto.
Y eso no era todo, ya que al llegar a casa algo estaba distinto en Jack.
Cuando Chloe era pequeña solía admirar mucho a su hermano, o eso hasta que se volvió un adicto al sexo. De cualquier manera, el cariño que le mantuvo durante toda su niñez se mantenía hasta ahora.
Intento saber que le pasaba, e incluso bromeó con él. No quería admitirlo, porque el orgullo siempre era más fuerte que ella, pero se sintió bien. Por primera vez en mucho tiempo se sintió bien y arruinó todo en un intento vano de detener a Jack en una de sus ideas.
Pero lo que aún no la sacaba de su total shock era el simple, hecho de que la haya apartado tan violentamente.
Nunca nadie la había tocado.
Nunca pensó que Jack actuaría así con ella.
Esa fue la primera vez que Chloe se puso a llorar, y lloró horas sin ser detenida, encerrada en su habitación, sufriendo como siempre; sola.
Chloe no era apegada a su familia, Chloe no era la hija preferida, ni la más odiada. Chloe era nada.
Sin embargo, ese pensamiento la hizo limpiarse las lágrimas. Se dirigió al baño a pasos lentos, donde visualizó sus ojos aún rojos e hinchados —lo cual duraría un buen rato—, estos dejaban rastro de su pequeño percance. Y no era un problema, era un percance, porque eso no volvería a afectarla. Ya no le importaría Jack, ni la chica, ni nadie que no valiera la pena. Porque eso era lo que la caracterizaba.
De la nada, se empezó a reír. Y comenzó a carcajearse tan fuerte que parecía estar llegando a un grado de locura extrema. Sus carcajadas resonaban por toda la casa, de manera que cualquiera se estremecería al escucharlas. No podía parar de reír, y siguió riendo un buen rato con una demencia oscura que se comenzaba a apoderar de su cuerpo y mente. Como si fuera una psicópata o estuviera loca. Riéndose y recordando lo patético que era todo.
Porque nadie podía quebrarla. Nadie podía quebrar a Chloe Harmon, ni nunca podrían hacerlo.
¿No se puede quebrar lo que ya está roto, verdad?
Chloe pensaba que la felicidad era una utopía para no caer en depresión. Porque, ¿en serio existe la felicidad? Para ella no, ni para sus hermanos, ni sus padres tampoco. Entonces, ¿Por qué se hablaba tanto de ello? La muchacha hace mucho tiempo asumió la idea de que jamás lograría esa inalcanzable meta que solo los soñadores se ponían. Porque según ella, sus ojos veían sin ver, y no comprendían que no toda la vida era una creencia estúpida y cliché, que solo había que vivir y sentir. Aunque sea puro dolor.
Cuando salió del baño lo primero con lo que se encontró fue con la mirada confundida de Zac, quien luego al fijarse en sus ojos le dedicó una de lástima.
—¿Qué te pasó? —nunca en su vida le había hablado tan atenta y calmadamente, pues ellos se llevaban bien, pero más en una relación de hermanos que se insultan entre ellos. Solamente le habló en ese tono intentando hacerla sentir bien, no lo logró.
—¿Qué te pasó a ti? ¿Acaso perdiste tus pelotas, imbécil? —su intención al principio nunca fue insultar a Zac por su buena relación, pero al fin y al cabo, no se arrepentía. Se fue caminando tranquilamente y lo último que vio antes de desaparecer por el largo y estrecho pasillo, fue la mirada indignada de su hermano, que la hizo, una vez más, reír a carcajadas.
—Mira, Ben. En serio no tengo idea de que quieres, pero…—el hombre de ojos azules la interrumpió con una seriedad extrema, indicándole que tomara asiento frente a él.
Parecía que ese lugar sería su “estudio”, la sala donde atendería a sus pacientes, ya que la había decorado de una manera en realidad elegante. Habían muchos cuadros con fotografías de sus hijos. Chloe no aparecía en ninguna de ellas.
Aún así, era un lugar reconfortante y que a cualquiera le calmaría los nervios. Quizás era esa la intención, pensó la chica.
—No vengo a pelear, Chloe Anne. —ella puso los ojos en blanco ante la manera que la había llamado, detestaba que mencionara su segundo nombre. —Tenemos que hablar de lo que he hablado con algunos de tus hermanos en su momento. La universidad.
La castaña movió su mano en el aire restándole importancia y con aburrimiento.
—Seré psiquiatra, justo como tú.
—No te veo como una psiquiatra.
—¿Me importa? —el hombre le dedicó una mirada de advertencia que Chloe ignoró.
—También quiero hablarte sobre lo de tu amiga, esa chica…—ni siquiera recordaba su nombre.
—¿Te refieres a Madison? —su voz tembló ligeramente, pero lo disimuló bastante bien. —Hace mucho tengo asumido que no volverá, Ben. Ya pasaron varios años.
—Y pareces no haberlo superado.
—¿No me psicoanalices, okay? No soy ninguna paciente tuya. —lo paró de golpe. —Está muerta y enterrada bajo tierra desde que tenía catorce, cumpliré dieciocho en unos meses, hombre. —aunque después de todo, ella seguía mintiendo. —Además, vinimos a hablar de que quiero ser psiquiatra.
—Tú como psiquiatra no es una buena idea. Conociéndote, terminarás siendo una versión moderna del Doctor Lecter y te volverás caníbal. —ella se rió, por la referencia a uno de sus grandes personajes favoritos.
—El problema es que no me conoces. —se levantó de golpe de la silla y se dirigió a la salida del estudio. —¿Y sabes? Quiero ser pediatra. Una vez te lo dije, pero no importa. No me sorprende que no lo recuerdes.
Ben Harmon solo guardó silencio mientras escuchaba como se cerraba la puerta del lugar. Por primera vez en su vida, sintió que no había apoyado a Chloe. Y que quizás, tampoco a alguno de sus hijos.
Pero no hizo nada por remediarlo, se quedó allí, sentado, con culpa y un intento vano de probar su inocencia.
Su habitación había dejado de ser un completo desastre.
Nadie creyó en ella, ni siquiera ella misma; Chloe no arreglaría esa habitación, antes sobornaría a alguien o preferiría quedarse sin una que trabajar ella misma. Pero ella tenía tantas ganas de demostrarles que no tenían idea de su mentalidad e hizo un esfuerzo por realizar sus labores y terminar de redecorar la habitación.
Su madre entró de la nada por la puerta, con una mirada asombrada e incrédula.
—¿A quién sobornaste esta vez? ¿A Jude? —Vivien sin duda no confiaba en ella, pero Chloe se limitó a encogerse de hombros.
—A nadie. Fui yo, aunque no lo creas. —la mujer no se lo creyó, pero se limitó a darle la razón. —¿No te gusta el diseño de mi habitación? ¿Las paredes quizá?
Allí fue cuando su madre se fijó precisamente en las paredes.
Abrió los ojos de tal manera que parecía que se le saldrían en cualquier momento.
—¿Qué…Qué es eso? —tartamudeó con los pelos de punta y miedo. Había manchas rojas salpicadas en las paredes de manera irregular y ella, relacionándolo con el carácter de Chloe solo le dio una explicación: Sangre.
—¿No tenías una perrita? —le respondió con otra pregunta la castaña. La cara de su madre adoptó una expresión de horror.
—Tú…¡Tú! —chilló incrédula. —¡Estás loca, por dios! ¡¿Qué demonios le hiciste?
—Es mi habitación, hice lo que quería. —se volvió a encoger de hombros y sonrió, viendo como su madre perdía los estribos y estaba a punto de desmayarse. —Bueno, cálmate, Vivien. En realidad es pintura roja.
La mujer soltó el aire que había retenido de golpe y suspiró, aún con un poco de miedo por su hija.
—Tienes razón, es tu habitación, por algo la tienes. Además sobran habitaciones en esta casa para que si llegas a hacer un desastre puedas cambiarte. —se tocó la frente para luego dirigirse a la puerta. Lo único que quería era alejarse de la chica.
—¿Y no pudiste darle una de esas habitaciones a Dallas? —preguntó sobresaltándola y sorprendiéndola, sin embargo, la mujer salió de la habitación aún así. —¡Intentaste matarla, Vivien! ¡No escapes y enfréntate a lo que hiciste de una puta vez! —le gritó, intentando que después de todo, alguno de sus padres se diera cuenta de sus errores.
No lo logró.
Chloe no era de la clase de personas que contaban lo que sentían, pero aunque no lo pareciera, lo escribía.
No es porque le gustara, es más, odiaba hacerlo, pero era su manera de desahogarse sin ser criticada. De lanzar lejos todo lo que le afectaba, quizás no lo lograba, pero parecía ayudarle a recordar quién era, y las consecuencias de que alguien la viera triste.
La tacharían de débil, y jamás la volverían a respetar como ahora lo hacían.
Se dirigió al escritorio que estaba en la esquina de la habitación, encendió la pequeña lámpara que iluminó levemente el ambiente y tomó un lápiz. Su cuaderno, ella, y las palabras que jamás salían de su boca. Simplemente su mano comenzó a danzar elegantemente y sin detenerse.
La tristeza no se va, por más que uno no quiera demostrarlo, queda oculta bajo sonrisas falsas, pero aunque la ocultes, se adueña de tus pensamientos y te cambia. Te hace interrogarte cosas que nunca analizaste, hace que te duelan cosas que nunca te dolieron, hace que te enojes por cosas que nunca te enojaron. ¿Hay algún propósito en esta vida? ¿Por qué estoy aquí? ¿Merezco las cosas que tengo? La tristeza podemos sobrellevarla de distintas maneras, en mi caso, me escondo. Escondo cada sentimiento y me quedo callada, no digo nada. ¿Le importaré a alguien? ¿Qué pasaría si desapareciera? ¿Alguien se daría cuenta? Preguntas que nunca me había hecho rondan por mi cabeza, ¿Habrá vida después de la muerte? ¿Cómo moriré yo? ¿Existe ese cielo en el que todos creen? ¿En el que puedes observar todo? Tus pensamientos te alejan poco a poco sumergiéndote en una tristeza profunda ¿Todo esto tiene algún sentido? Tristeza que logra que te frustres con todos, pero más que nadie contigo mismo. ¿Por qué soy así? ¿Por qué no puedo cambiar? Siempre digo que me alegro de ser distinta, y es verdad, me gusta serlo. Pero en los momentos de tristeza solo pienso en que me gustaría ser alguien común, simple e igual a los demás. Solo quiero liberarme de mi tristeza, quiero acabar con todo. Quiero morir, y podré ser feliz. Quiero solo estar viva en los recuerdos mientras mi mente deja de torturarme, porque la muerte es vida. Y eso me hace feliz.
Chloe levantó la mirada y pensó por un minuto en sus hermanos.
En sus estúpidos y a la vez maravillosos hermanos, que ella tanto detestaba pero quería, que odiaba pero amaba.
Pensó en Violet, Roman, Eithan, Zac, Tris, Jack, Jude y Dallas. Y que prefería tener a aquellos enfermos corrompidos en vez de a cualquier otra persona. Prefería estar con aquellos “locos” chicos, que le recordaban que no era la única con un problema.
Pensó en Madison, su mejor amiga, la única que tuvo, y se puso un cigarrillo en los labios.
Es entonces cuando una respiración en su hombro la sorprende, sin embargo, no la sobresalta. Chloe voltea su cabeza para observar quien es el que interrumpió en su espacio personal.
—¿No te molesta fumar en un espacio cerrado? Por lo menos yo siento que es asfixiante, así que quita esa cosa de mi cara. —exclamó el chico con el ceño fruncido.
—¿Quién demonios eres, y por qué me vienes a dar órdenes en mi habitación, hijo de puta? —la castaña se levantó del asiento en el que se encontraba y se acercó a él. —¿Es sangre lo que tienes en tu camisa? —Jackson rápidamente observó la dirección en la que Chloe miraba, y sí, lo era. No se había dado cuenta que llevaba la camisa con la que lo habían asesinado, al parecer las manchas no habían salido por completo.
—No, es tomate. —se limitó a decir.
—¿Me puedes decir que haces en mi habitación o quieres que te eche a patadas? —el chico abrió los ojos e internamente siguió pensando en que le gustaba esa chica, era tan…extraña.
—Ten por seguro que nos seguiremos viendo. —dijo justo antes de dirigirse a la puerta y cerrarla tras de él.
—¡Oye! —Chloe lo siguió con rapidez, pero luego de abrir la puerta y al observar el pasillo se dio cuenta de una cosa.
Había desaparecido.
—Parece que ella si te interesa, eh. —llegó a su lado un rubio, molestándolo.
En seguida la rabia se apoderó de Jackson.
—Cállate, Langdon. Métete en tus putos asuntos. —sin duda lo odiaba, y no soportaba estar cerca de él, era algo que todos sabían.
—Es simpática, no me sorprende que lo haya hecho. Aunque pensándolo bien, ¿Tu anterior novia no terminó muy bien, verdad? —en seguida de decir esas palabras Jackson lo tomó del cuello y lo sujetó con fuerza contra la pared del sótano. Tate podría soltarse, sin embargo, no lo hizo. Solo comenzó a reír a carcajadas.
—Es por tu culpa. —rugió con el enojo acumulado por los años, mientras sus facciones se endurecían.
—Aunque no es como si la hubieras querido…—Y siguió riéndose, como burlándose de él. —Y ahora te gusta esa chica, ¿Chloe se llama?
—Basta. —llegó Savannah interrumpiendo todo. —No peleen, chicos. Por favor basta. —Nadie se movió, por lo que la rubia se dirigió a Bradbury. —Suéltalo, Jackson.
El chico hizo caso.
—En serio, deben dejar eso de lado, ¿bueno? —rogó Savannah.
—Yo no tengo nada en su contra. —alegó Tate.
—¡Me asesinaste! —atacó Bradbury enojado.
—Bueno, eso es verdad. —y se volvió a reír como un desquiciado.
Cuando se levantó la mañana siguiente estaba agotada, y como siempre, estaba por volver a su sueño, pero es entonces cuando su madre irrumpió en su habitación para asegurarse de que ella no se volviera a acostar. Se lo había hecho muchas veces, así que Vivien se había cansado de intentar razonar con Chloe, pues ella no haría caso. Ahora la única manera de mandarla a la escuela era obligándola.
Chloe se terminó de vestir en un intento de demorarse lo mayor posible, su madre la regañó y antes de irse de la habitación le advirtió que no realizara trucos extraños ya que no funcionaría. Pero lo que en realidad la alentó a terminar de asearse y tomar sus cosas para ir a la institución fue el recuerdo de la chica del día anterior.
Oh, iba a hacerla pagar.
Salió también de la habitación y comenzó a caminar en dirección a la salida.
—Siempre estás apartada de la familia, pero hoy no lo estás. ¿Qué te sucede? —se dirigió Dallas directamente a ella cuando se cruzaron en el pasillo.
—No te interesa. —expresó Chloe.
—Tienes razón. —y simplemente se alejó de ella, siguiendo con su camino.
La oji-azul hizo una mueca de satisfacción.
Se fue caminando a la escuela, no quería ir con nadie así que simplemente se colocó sus audífonos y caminaba con lentitud. No le importaba si llegaba tarde o temprano, ni siquiera tenía conocimiento de la hora que era.
Al entrar a la gran institución, a diferencia del día anterior, varias personas quedaron mirándola.
Una sonrisa maligna se posó en su rostro.
Justo al final del corredor estaba la chica de ayer, se las pagaría.
Se arregló un poco el cabello antes de entrar a casa, lo tenía revuelto, pero no en exceso. Abrió la puerta y con sigilo se fue a su habitación. No quería que sus padres se dieran cuenta que había llegado un poco antes. O que precisamente se había saltado su última clase y había venido directamente a casa.
Al entrar a esta, lanzó la mochila a un costado y prácticamente se desplomó en la cama, de la cual no se levantó en los próximos cuarenta y cinco minutos.
Al parecer, una vez más, para Chloe observar el techo se convirtió en una actividad completamente divertida.
—¿Siempre eres así de aburrida? —le preguntó Jackson, sentado a los pies de la cama.
—¿Tú otra vez? —Chloe puso cara de fastidio. —No sé quién te crees que eres. Vienes a mi habitación, me regañas sobre fumar y te desapareces como un puto fantasma. ¿Podrías dejar de molestarme, pedazo de mierda?
—¿Podrías dejar de insultarme? —fue lo único que contestó Bradbury, pero al parecer su petición no fue bien recibida por Chloe.
—No. —se posicionó para quedar sentada en la cama y le señaló la puerta. —Ahora vete.
—¿Qué? ¡No! —el chico negó con la cabeza.
—¿Cómo que no? ¡Fuera, imbécil! —se iba a lanzar a golpearlo, pero él logró agarrarla en el aire, evitando cualquier daño que ella llegara a hacerle.
—Me llamo Jackson. —ignoró el comportamiento de la chica y le sonrió.
—¿Y a mí que putas me importa? —estaba furiosa. —Suéltame. No me toques. —Jackson hizo caso. —Ahora largo.
—Está bien. —se resignó él, agachando la cabeza. —Nos vemos, Chloe. —dijo justo antes de cerrar la puerta, dejando a la chica con una duda.
—¿Cómo demonios sabe mi nombre?
—¡Chloe Anne! —comenzó a gritar su padre, furioso. Chloe se apresuró a ir a cerrar la puerta con seguro. —¡Chloe Anne, abre la puerta!
—¡No! —apoyó su peso contra esta para evitar que su padre la abriera. —¿Qué demonios quieres?
—Hablar. —expresó su padre, intentando retener su enojo. —Es importante, Chloe…—se calló a sí mismo, con el conocimiento de que si quería convencerla, era mejor no llamarla de esa manera.
—¿Ahora te importo, verdad? Desde que llegamos a esta casa. —le sacó en cara, ella sabía que le afectaría a su padre—¡Nunca lo hice, ni yo ni mis hermanos, y ahora quieres hacer de cuenta que tienes una familia perfecta! ¡¿Por qué?! ¡Porque engañaste a mamá con una puta que tiene casi la misma edad de Jude!
—¡Basta! —escuchó la voz de su padre, dura, pero un poco quebrada. Había dado en el clavo. —No voy a dejar que sigas haciendo lo que quieras, Chloe.
Ella abrió la puerta de golpe.
—¿Y qué vas a hacerme? ¿Me atravesarás un palo por el trasero como a uno de los antiguos dueños? ¿O vas a encerrarme castigada en mi habitación? —se burló de él. —No tienes nada contra mí, nada de nada.
Ben Harmon estaba exasperándose, por lo que decidió dar el tema por terminado.
—Me llamaron de la escuela. —le informó. —Y, ¿sabes? Justo me dijeron algo de ti —levantó las cejas, como si hablara de algo interesante. Chloe hizo una sonrisa irónica. —Hoy te escapaste al último bloque, ¿no es así? —la chica asintió. —¿Por qué?
—Estaba cansada.
—Eso no es excusa. —dijo el hombre. —Tienes que entrar en razón, ambos sabemos que puedes parecer una demente pero que en realidad eres inteligente. —Chloe no sabía si tomárselo como un halago o no. —Hace años pensaba que eras estúpida por tus malas notas, y luego me enteré que te dormías en los exámenes y los dejabas en blanco aunque tuvieras los conocimientos, tuve que luchar contigo para que al menos los terminaras y luego te durmieras. Desde ahí llegabas siempre con 10’s. ¿Acaso no te importa nada, Chloe?
—Es exactamente eso. No me interesa. —y le volvió a cerrar la puerta en la cara.
—Es muy rara. —exclamó de repente el chico. —A veces creo que está loca.
—No la conoces, y no puedes juzgar a la gente sin conocerla. —habló Savannah sin mirarlo siquiera, su mirada estaba perdida, como siempre. A Jackson le agradaba estar con ella, era sin duda la persona más pura que había conocido, y su compañía siempre sería un placer.
—Quizás solo está rota, como la mayoría de los que estamos aquí. O quizás la casa ya la está volviendo loca. —habían sido las dos conclusiones del muchacho. Ambos se quedaron en silencio durante varios segundos y Savannah solo respondió con una palabra:
—Quizás.
Sin embargo, el hecho de sufrir de misantropía —la cual es una actitud social y psicológica que se caracteriza por la aversión al género humano y la sociedad— no era precisamente su problema. Lo que sí podía serlo, era que no odiaba a ciertas personas, y le costaba tanto admitirlo que casi por inercia los ignoraba de manera olímpica, intentando siempre suprimir sus sentimientos hacia ellos, siempre callando todo.
No odiaba a su hermano Jack.
Aquel día para ella no había empezado de buena manera, ya que sus padres la había obligado a ir a hacer un recorrido por la nueva escuela, siempre lo hacían, porque Chloe no solía levantarse a altas horas de la mañana, ella gustaba más de dormir toda la tarde, y si pudiera, toda la eternidad. Por ello, prácticamente la sacaron a rastras de la casa mientras ella se aseguraba de guardar unos cigarrillos en su bolso sin que Vivien ni Ben se dieran cuenta. Al notar eso, Violet sonrió.
Era un lugar grande, demasiado grande para el gusto de Chloe. Las personas se movían de un lado a otro sin parar y hablaban a tal punto de provocar un leve dolor de cabeza en la chica. Los demás estudiantes ni tomaban en cuenta su presencia, hecho que la agradó, estaba demasiado cansada para provocar problemas esa mañana, o eso creía ella, porque al fin y al cabo, como siempre, terminó encontrándose con alguien que la haría perder el autocontrol a tal punto de que llegaran a los golpes.
¿Otro problema? Una palabra que había dicho la chica si le había afectado. Y a ella no solían afectarle las cosas. Era como si ese día estuviera maldito o algo provocara que ella se encontrara en un estado emocional tan sensible.
Sólo había chocado con esa muchacha, ni siquiera había sido su intención, y el escándalo que ella armó fue digno de película. No le hubiera interesado si no la hubiera llamado “Fenómeno”. Chloe siempre supo que uno de sus ojos era una anormalía, ya que poseía heterocromía parcial; irídrica para ser exactos. No era algo que la soliera afectar, porque que tuviera un pequeño manchón de otro color en uno de sus ojos no era tan malo, pero sabía la manera en la que todos la miraban por ello. Y nunca se lo habían dicho de tal manera de que si se preguntara si estaba mal.
Luego del recorrido que ella durante la mañana intentó sacar de su cabeza, con Violet se dirigió a un parque que no conocía. Era quizás la hermana con la que mejor se llevaba, se entendían. Y Chloe no se molestaría en admitir que a ella si la quería.
Violet se hacía daño, y ella fingía ser indiferente, pero con aquellos silencios que compartían intentaba que su hermana notara lo preocupada que estaba. Chloe suponía que Violet tenía conocimiento de esto.
Y eso no era todo, ya que al llegar a casa algo estaba distinto en Jack.
Cuando Chloe era pequeña solía admirar mucho a su hermano, o eso hasta que se volvió un adicto al sexo. De cualquier manera, el cariño que le mantuvo durante toda su niñez se mantenía hasta ahora.
Intento saber que le pasaba, e incluso bromeó con él. No quería admitirlo, porque el orgullo siempre era más fuerte que ella, pero se sintió bien. Por primera vez en mucho tiempo se sintió bien y arruinó todo en un intento vano de detener a Jack en una de sus ideas.
Pero lo que aún no la sacaba de su total shock era el simple, hecho de que la haya apartado tan violentamente.
Nunca nadie la había tocado.
Nunca pensó que Jack actuaría así con ella.
Esa fue la primera vez que Chloe se puso a llorar, y lloró horas sin ser detenida, encerrada en su habitación, sufriendo como siempre; sola.
Chloe no era apegada a su familia, Chloe no era la hija preferida, ni la más odiada. Chloe era nada.
Sin embargo, ese pensamiento la hizo limpiarse las lágrimas. Se dirigió al baño a pasos lentos, donde visualizó sus ojos aún rojos e hinchados —lo cual duraría un buen rato—, estos dejaban rastro de su pequeño percance. Y no era un problema, era un percance, porque eso no volvería a afectarla. Ya no le importaría Jack, ni la chica, ni nadie que no valiera la pena. Porque eso era lo que la caracterizaba.
De la nada, se empezó a reír. Y comenzó a carcajearse tan fuerte que parecía estar llegando a un grado de locura extrema. Sus carcajadas resonaban por toda la casa, de manera que cualquiera se estremecería al escucharlas. No podía parar de reír, y siguió riendo un buen rato con una demencia oscura que se comenzaba a apoderar de su cuerpo y mente. Como si fuera una psicópata o estuviera loca. Riéndose y recordando lo patético que era todo.
Porque nadie podía quebrarla. Nadie podía quebrar a Chloe Harmon, ni nunca podrían hacerlo.
¿No se puede quebrar lo que ya está roto, verdad?
Chloe pensaba que la felicidad era una utopía para no caer en depresión. Porque, ¿en serio existe la felicidad? Para ella no, ni para sus hermanos, ni sus padres tampoco. Entonces, ¿Por qué se hablaba tanto de ello? La muchacha hace mucho tiempo asumió la idea de que jamás lograría esa inalcanzable meta que solo los soñadores se ponían. Porque según ella, sus ojos veían sin ver, y no comprendían que no toda la vida era una creencia estúpida y cliché, que solo había que vivir y sentir. Aunque sea puro dolor.
Cuando salió del baño lo primero con lo que se encontró fue con la mirada confundida de Zac, quien luego al fijarse en sus ojos le dedicó una de lástima.
—¿Qué te pasó? —nunca en su vida le había hablado tan atenta y calmadamente, pues ellos se llevaban bien, pero más en una relación de hermanos que se insultan entre ellos. Solamente le habló en ese tono intentando hacerla sentir bien, no lo logró.
—¿Qué te pasó a ti? ¿Acaso perdiste tus pelotas, imbécil? —su intención al principio nunca fue insultar a Zac por su buena relación, pero al fin y al cabo, no se arrepentía. Se fue caminando tranquilamente y lo último que vio antes de desaparecer por el largo y estrecho pasillo, fue la mirada indignada de su hermano, que la hizo, una vez más, reír a carcajadas.
{xxxx}
—Mira, Ben. En serio no tengo idea de que quieres, pero…—el hombre de ojos azules la interrumpió con una seriedad extrema, indicándole que tomara asiento frente a él.
Parecía que ese lugar sería su “estudio”, la sala donde atendería a sus pacientes, ya que la había decorado de una manera en realidad elegante. Habían muchos cuadros con fotografías de sus hijos. Chloe no aparecía en ninguna de ellas.
Aún así, era un lugar reconfortante y que a cualquiera le calmaría los nervios. Quizás era esa la intención, pensó la chica.
—No vengo a pelear, Chloe Anne. —ella puso los ojos en blanco ante la manera que la había llamado, detestaba que mencionara su segundo nombre. —Tenemos que hablar de lo que he hablado con algunos de tus hermanos en su momento. La universidad.
La castaña movió su mano en el aire restándole importancia y con aburrimiento.
—Seré psiquiatra, justo como tú.
—No te veo como una psiquiatra.
—¿Me importa? —el hombre le dedicó una mirada de advertencia que Chloe ignoró.
—También quiero hablarte sobre lo de tu amiga, esa chica…—ni siquiera recordaba su nombre.
—¿Te refieres a Madison? —su voz tembló ligeramente, pero lo disimuló bastante bien. —Hace mucho tengo asumido que no volverá, Ben. Ya pasaron varios años.
—Y pareces no haberlo superado.
—¿No me psicoanalices, okay? No soy ninguna paciente tuya. —lo paró de golpe. —Está muerta y enterrada bajo tierra desde que tenía catorce, cumpliré dieciocho en unos meses, hombre. —aunque después de todo, ella seguía mintiendo. —Además, vinimos a hablar de que quiero ser psiquiatra.
—Tú como psiquiatra no es una buena idea. Conociéndote, terminarás siendo una versión moderna del Doctor Lecter y te volverás caníbal. —ella se rió, por la referencia a uno de sus grandes personajes favoritos.
—El problema es que no me conoces. —se levantó de golpe de la silla y se dirigió a la salida del estudio. —¿Y sabes? Quiero ser pediatra. Una vez te lo dije, pero no importa. No me sorprende que no lo recuerdes.
Ben Harmon solo guardó silencio mientras escuchaba como se cerraba la puerta del lugar. Por primera vez en su vida, sintió que no había apoyado a Chloe. Y que quizás, tampoco a alguno de sus hijos.
Pero no hizo nada por remediarlo, se quedó allí, sentado, con culpa y un intento vano de probar su inocencia.
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Su habitación había dejado de ser un completo desastre.
Nadie creyó en ella, ni siquiera ella misma; Chloe no arreglaría esa habitación, antes sobornaría a alguien o preferiría quedarse sin una que trabajar ella misma. Pero ella tenía tantas ganas de demostrarles que no tenían idea de su mentalidad e hizo un esfuerzo por realizar sus labores y terminar de redecorar la habitación.
Su madre entró de la nada por la puerta, con una mirada asombrada e incrédula.
—¿A quién sobornaste esta vez? ¿A Jude? —Vivien sin duda no confiaba en ella, pero Chloe se limitó a encogerse de hombros.
—A nadie. Fui yo, aunque no lo creas. —la mujer no se lo creyó, pero se limitó a darle la razón. —¿No te gusta el diseño de mi habitación? ¿Las paredes quizá?
Allí fue cuando su madre se fijó precisamente en las paredes.
Abrió los ojos de tal manera que parecía que se le saldrían en cualquier momento.
—¿Qué…Qué es eso? —tartamudeó con los pelos de punta y miedo. Había manchas rojas salpicadas en las paredes de manera irregular y ella, relacionándolo con el carácter de Chloe solo le dio una explicación: Sangre.
—¿No tenías una perrita? —le respondió con otra pregunta la castaña. La cara de su madre adoptó una expresión de horror.
—Tú…¡Tú! —chilló incrédula. —¡Estás loca, por dios! ¡¿Qué demonios le hiciste?
—Es mi habitación, hice lo que quería. —se volvió a encoger de hombros y sonrió, viendo como su madre perdía los estribos y estaba a punto de desmayarse. —Bueno, cálmate, Vivien. En realidad es pintura roja.
La mujer soltó el aire que había retenido de golpe y suspiró, aún con un poco de miedo por su hija.
—Tienes razón, es tu habitación, por algo la tienes. Además sobran habitaciones en esta casa para que si llegas a hacer un desastre puedas cambiarte. —se tocó la frente para luego dirigirse a la puerta. Lo único que quería era alejarse de la chica.
—¿Y no pudiste darle una de esas habitaciones a Dallas? —preguntó sobresaltándola y sorprendiéndola, sin embargo, la mujer salió de la habitación aún así. —¡Intentaste matarla, Vivien! ¡No escapes y enfréntate a lo que hiciste de una puta vez! —le gritó, intentando que después de todo, alguno de sus padres se diera cuenta de sus errores.
No lo logró.
{xxxx}
Chloe no era de la clase de personas que contaban lo que sentían, pero aunque no lo pareciera, lo escribía.
No es porque le gustara, es más, odiaba hacerlo, pero era su manera de desahogarse sin ser criticada. De lanzar lejos todo lo que le afectaba, quizás no lo lograba, pero parecía ayudarle a recordar quién era, y las consecuencias de que alguien la viera triste.
La tacharían de débil, y jamás la volverían a respetar como ahora lo hacían.
Se dirigió al escritorio que estaba en la esquina de la habitación, encendió la pequeña lámpara que iluminó levemente el ambiente y tomó un lápiz. Su cuaderno, ella, y las palabras que jamás salían de su boca. Simplemente su mano comenzó a danzar elegantemente y sin detenerse.
La tristeza no se va, por más que uno no quiera demostrarlo, queda oculta bajo sonrisas falsas, pero aunque la ocultes, se adueña de tus pensamientos y te cambia. Te hace interrogarte cosas que nunca analizaste, hace que te duelan cosas que nunca te dolieron, hace que te enojes por cosas que nunca te enojaron. ¿Hay algún propósito en esta vida? ¿Por qué estoy aquí? ¿Merezco las cosas que tengo? La tristeza podemos sobrellevarla de distintas maneras, en mi caso, me escondo. Escondo cada sentimiento y me quedo callada, no digo nada. ¿Le importaré a alguien? ¿Qué pasaría si desapareciera? ¿Alguien se daría cuenta? Preguntas que nunca me había hecho rondan por mi cabeza, ¿Habrá vida después de la muerte? ¿Cómo moriré yo? ¿Existe ese cielo en el que todos creen? ¿En el que puedes observar todo? Tus pensamientos te alejan poco a poco sumergiéndote en una tristeza profunda ¿Todo esto tiene algún sentido? Tristeza que logra que te frustres con todos, pero más que nadie contigo mismo. ¿Por qué soy así? ¿Por qué no puedo cambiar? Siempre digo que me alegro de ser distinta, y es verdad, me gusta serlo. Pero en los momentos de tristeza solo pienso en que me gustaría ser alguien común, simple e igual a los demás. Solo quiero liberarme de mi tristeza, quiero acabar con todo. Quiero morir, y podré ser feliz. Quiero solo estar viva en los recuerdos mientras mi mente deja de torturarme, porque la muerte es vida. Y eso me hace feliz.
Chloe levantó la mirada y pensó por un minuto en sus hermanos.
En sus estúpidos y a la vez maravillosos hermanos, que ella tanto detestaba pero quería, que odiaba pero amaba.
Pensó en Violet, Roman, Eithan, Zac, Tris, Jack, Jude y Dallas. Y que prefería tener a aquellos enfermos corrompidos en vez de a cualquier otra persona. Prefería estar con aquellos “locos” chicos, que le recordaban que no era la única con un problema.
Pensó en Madison, su mejor amiga, la única que tuvo, y se puso un cigarrillo en los labios.
Es entonces cuando una respiración en su hombro la sorprende, sin embargo, no la sobresalta. Chloe voltea su cabeza para observar quien es el que interrumpió en su espacio personal.
—¿No te molesta fumar en un espacio cerrado? Por lo menos yo siento que es asfixiante, así que quita esa cosa de mi cara. —exclamó el chico con el ceño fruncido.
—¿Quién demonios eres, y por qué me vienes a dar órdenes en mi habitación, hijo de puta? —la castaña se levantó del asiento en el que se encontraba y se acercó a él. —¿Es sangre lo que tienes en tu camisa? —Jackson rápidamente observó la dirección en la que Chloe miraba, y sí, lo era. No se había dado cuenta que llevaba la camisa con la que lo habían asesinado, al parecer las manchas no habían salido por completo.
—No, es tomate. —se limitó a decir.
—¿Me puedes decir que haces en mi habitación o quieres que te eche a patadas? —el chico abrió los ojos e internamente siguió pensando en que le gustaba esa chica, era tan…extraña.
—Ten por seguro que nos seguiremos viendo. —dijo justo antes de dirigirse a la puerta y cerrarla tras de él.
—¡Oye! —Chloe lo siguió con rapidez, pero luego de abrir la puerta y al observar el pasillo se dio cuenta de una cosa.
Había desaparecido.
{xxxx}
—Parece que ella si te interesa, eh. —llegó a su lado un rubio, molestándolo.
En seguida la rabia se apoderó de Jackson.
—Cállate, Langdon. Métete en tus putos asuntos. —sin duda lo odiaba, y no soportaba estar cerca de él, era algo que todos sabían.
—Es simpática, no me sorprende que lo haya hecho. Aunque pensándolo bien, ¿Tu anterior novia no terminó muy bien, verdad? —en seguida de decir esas palabras Jackson lo tomó del cuello y lo sujetó con fuerza contra la pared del sótano. Tate podría soltarse, sin embargo, no lo hizo. Solo comenzó a reír a carcajadas.
—Es por tu culpa. —rugió con el enojo acumulado por los años, mientras sus facciones se endurecían.
—Aunque no es como si la hubieras querido…—Y siguió riéndose, como burlándose de él. —Y ahora te gusta esa chica, ¿Chloe se llama?
—Basta. —llegó Savannah interrumpiendo todo. —No peleen, chicos. Por favor basta. —Nadie se movió, por lo que la rubia se dirigió a Bradbury. —Suéltalo, Jackson.
El chico hizo caso.
—En serio, deben dejar eso de lado, ¿bueno? —rogó Savannah.
—Yo no tengo nada en su contra. —alegó Tate.
—¡Me asesinaste! —atacó Bradbury enojado.
—Bueno, eso es verdad. —y se volvió a reír como un desquiciado.
{xxxx}
Cuando se levantó la mañana siguiente estaba agotada, y como siempre, estaba por volver a su sueño, pero es entonces cuando su madre irrumpió en su habitación para asegurarse de que ella no se volviera a acostar. Se lo había hecho muchas veces, así que Vivien se había cansado de intentar razonar con Chloe, pues ella no haría caso. Ahora la única manera de mandarla a la escuela era obligándola.
Chloe se terminó de vestir en un intento de demorarse lo mayor posible, su madre la regañó y antes de irse de la habitación le advirtió que no realizara trucos extraños ya que no funcionaría. Pero lo que en realidad la alentó a terminar de asearse y tomar sus cosas para ir a la institución fue el recuerdo de la chica del día anterior.
Oh, iba a hacerla pagar.
Salió también de la habitación y comenzó a caminar en dirección a la salida.
—Siempre estás apartada de la familia, pero hoy no lo estás. ¿Qué te sucede? —se dirigió Dallas directamente a ella cuando se cruzaron en el pasillo.
—No te interesa. —expresó Chloe.
—Tienes razón. —y simplemente se alejó de ella, siguiendo con su camino.
La oji-azul hizo una mueca de satisfacción.
Se fue caminando a la escuela, no quería ir con nadie así que simplemente se colocó sus audífonos y caminaba con lentitud. No le importaba si llegaba tarde o temprano, ni siquiera tenía conocimiento de la hora que era.
Al entrar a la gran institución, a diferencia del día anterior, varias personas quedaron mirándola.
Una sonrisa maligna se posó en su rostro.
Justo al final del corredor estaba la chica de ayer, se las pagaría.
{xxxx}
Se arregló un poco el cabello antes de entrar a casa, lo tenía revuelto, pero no en exceso. Abrió la puerta y con sigilo se fue a su habitación. No quería que sus padres se dieran cuenta que había llegado un poco antes. O que precisamente se había saltado su última clase y había venido directamente a casa.
Al entrar a esta, lanzó la mochila a un costado y prácticamente se desplomó en la cama, de la cual no se levantó en los próximos cuarenta y cinco minutos.
Al parecer, una vez más, para Chloe observar el techo se convirtió en una actividad completamente divertida.
—¿Siempre eres así de aburrida? —le preguntó Jackson, sentado a los pies de la cama.
—¿Tú otra vez? —Chloe puso cara de fastidio. —No sé quién te crees que eres. Vienes a mi habitación, me regañas sobre fumar y te desapareces como un puto fantasma. ¿Podrías dejar de molestarme, pedazo de mierda?
—¿Podrías dejar de insultarme? —fue lo único que contestó Bradbury, pero al parecer su petición no fue bien recibida por Chloe.
—No. —se posicionó para quedar sentada en la cama y le señaló la puerta. —Ahora vete.
—¿Qué? ¡No! —el chico negó con la cabeza.
—¿Cómo que no? ¡Fuera, imbécil! —se iba a lanzar a golpearlo, pero él logró agarrarla en el aire, evitando cualquier daño que ella llegara a hacerle.
—Me llamo Jackson. —ignoró el comportamiento de la chica y le sonrió.
—¿Y a mí que putas me importa? —estaba furiosa. —Suéltame. No me toques. —Jackson hizo caso. —Ahora largo.
—Está bien. —se resignó él, agachando la cabeza. —Nos vemos, Chloe. —dijo justo antes de cerrar la puerta, dejando a la chica con una duda.
—¿Cómo demonios sabe mi nombre?
{xxxx}
—¡Chloe Anne! —comenzó a gritar su padre, furioso. Chloe se apresuró a ir a cerrar la puerta con seguro. —¡Chloe Anne, abre la puerta!
—¡No! —apoyó su peso contra esta para evitar que su padre la abriera. —¿Qué demonios quieres?
—Hablar. —expresó su padre, intentando retener su enojo. —Es importante, Chloe…—se calló a sí mismo, con el conocimiento de que si quería convencerla, era mejor no llamarla de esa manera.
—¿Ahora te importo, verdad? Desde que llegamos a esta casa. —le sacó en cara, ella sabía que le afectaría a su padre—¡Nunca lo hice, ni yo ni mis hermanos, y ahora quieres hacer de cuenta que tienes una familia perfecta! ¡¿Por qué?! ¡Porque engañaste a mamá con una puta que tiene casi la misma edad de Jude!
—¡Basta! —escuchó la voz de su padre, dura, pero un poco quebrada. Había dado en el clavo. —No voy a dejar que sigas haciendo lo que quieras, Chloe.
Ella abrió la puerta de golpe.
—¿Y qué vas a hacerme? ¿Me atravesarás un palo por el trasero como a uno de los antiguos dueños? ¿O vas a encerrarme castigada en mi habitación? —se burló de él. —No tienes nada contra mí, nada de nada.
Ben Harmon estaba exasperándose, por lo que decidió dar el tema por terminado.
—Me llamaron de la escuela. —le informó. —Y, ¿sabes? Justo me dijeron algo de ti —levantó las cejas, como si hablara de algo interesante. Chloe hizo una sonrisa irónica. —Hoy te escapaste al último bloque, ¿no es así? —la chica asintió. —¿Por qué?
—Estaba cansada.
—Eso no es excusa. —dijo el hombre. —Tienes que entrar en razón, ambos sabemos que puedes parecer una demente pero que en realidad eres inteligente. —Chloe no sabía si tomárselo como un halago o no. —Hace años pensaba que eras estúpida por tus malas notas, y luego me enteré que te dormías en los exámenes y los dejabas en blanco aunque tuvieras los conocimientos, tuve que luchar contigo para que al menos los terminaras y luego te durmieras. Desde ahí llegabas siempre con 10’s. ¿Acaso no te importa nada, Chloe?
—Es exactamente eso. No me interesa. —y le volvió a cerrar la puerta en la cara.
{xxxx}
—Es muy rara. —exclamó de repente el chico. —A veces creo que está loca.
—No la conoces, y no puedes juzgar a la gente sin conocerla. —habló Savannah sin mirarlo siquiera, su mirada estaba perdida, como siempre. A Jackson le agradaba estar con ella, era sin duda la persona más pura que había conocido, y su compañía siempre sería un placer.
—Quizás solo está rota, como la mayoría de los que estamos aquí. O quizás la casa ya la está volviendo loca. —habían sido las dos conclusiones del muchacho. Ambos se quedaron en silencio durante varios segundos y Savannah solo respondió con una palabra:
—Quizás.
- Spoiler:
- es raro, porque me gusta y no me gusta. ¿se dan cuenta de que siempre subo el mismo día que michie? ahrehabíansidosolodosveces. pero bueno, después desapareceré por las pruebas así que esop.
taeyong.
Re: American Horror Story {Murder house
Lo sigo diciendo, amo la personalidad de Chloe, es única. Y me gusta que insulte a diestra y siniestra. Me dio gracioso lo de los exámenes por que es lo que hago yo, termino mis exámenes y me acuesto a dormir.Y Tate, dios esta loco, no sabia que había asesinado a Jackson, pobre. Jackson le hace caso a Savannah, ay, que mono. Jé, me encanta que desespere a Ben. Viva el bpwling a Ben. jé. TE AMO EMS<3333 Pequeña Emiliana.
Última edición por moondust. el Lun 23 Jun 2014, 5:06 pm, editado 1 vez
moondust.
Re: American Horror Story {Murder house
Aaaww Dos capítulos maravillosos, tal como sus escritoras <3 Eithan y Savannah son taaaaaan tiernos! me imaginé a la chica irrumpiendo en la habitación del chico y observándolo dormir <3 *o* Mi corazón estalló en ese momento :enamorado: fue taaaan tierno, sin duda, la mejor parte del capítulo.
Por otra parte, tenemos a Chloe: Una chica taaaan extraña y misterios, con una sicología tan compleja que resulta atractiva <3 quiero saber más de ella :3
Lamento mi comentario pobre pero que les quede claro que me han encantado <3 Besos!
Por otra parte, tenemos a Chloe: Una chica taaaan extraña y misterios, con una sicología tan compleja que resulta atractiva <3 quiero saber más de ella :3
Lamento mi comentario pobre pero que les quede claro que me han encantado <3 Besos!
Última edición por Mess. el Dom 15 Jun 2014, 2:59 pm, editado 1 vez
Mess.
Re: American Horror Story {Murder house
Dos capítulos ambos estuvieron geniales y perfectos y Chloe me encanta weón, no sé qué más decir. Escriben perfecto, so, idk.
Bloom.
Re: American Horror Story {Murder house
hermosos y preciosos ambos. god, voy a ir escribiendo el mío, bc va a ser mi debut escribiendo cosas ia tu sabe ahke. eso, espero el prox. las amo bye.
no hago comentario largo bc anoche ví tfios y aun estoy en trauma.
holmes.
Re: American Horror Story {Murder house
¿¡Qué?! ¿¡LA PERRITA MURIÓ O NO?! ¡MIERDAS, RESPONDAN, PERRAS!
Creo que Jack va a llorar medio capítulo por que le hizo a Chloe
Yo veo amor, ¿ustedes no? En ambos capítulos ya empieza a verse la atracciónsexual amorosa, ah
yo tampoco tengo comentario largo bc...bc ¡no tengo porque no tengo que dar explicaciones!
Creo que Jack va a llorar medio capítulo por que le hizo a Chloe
Yo veo amor, ¿ustedes no? En ambos capítulos ya empieza a verse la atracción
Ledger.
Re: American Horror Story {Murder house
Atracción sexual amorosa, y esas cosas de la vida. (?)
moondust.
Re: American Horror Story {Murder house
a quien le toca?
✦ ausente.✦
pixie.
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