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tad:
El pequeño Aaron caminaba cabizbaja por los pasillos de TAD; en cualquier otro momento, a pesar de no hacerlo con demasiada emoción, miraría hacia arriba y contemplaría el lugar, pues se alardeaba mucho sobre aquel edificio y sobre todo sobre su diseño, pero a tan temprana hora del día, ya estaba sin ganas de nada, ¿qué acaso era imposible ir a algún lado y que nadie se burlara de él? Claro que no se lo desearía a nadie, es un ángel de persona y pelearía todas las batallas de los demás con tal de que ellos no sufran, pero eso no significaba que le gustaba sufrir a él. Sin embargo, ya se había acostumbrado a ese sentimiento.
— ¿Estás bien? —Su mellizo Ezra interrumpió sus pensamientos. Aaron asintió con la cabeza y enfocó su vista en el camino que hacía su hermano con los pies para seguirlo. Todos los nuevos alumnos tendrían tiempo libre por lo que decidió alejarse por un momento y salir a recorrer el patio trasero. Estaba lleno de chicos de su edad y un poco más grandes también, por lo que el edificio estaría lleno las 24 horas. No pensó que habría tanta cantidad de estudiantes. Genial, pensó para sí mismo, porque tengo tanta facilidad para hacer amigos que lo que más necesito es muchas personas a mi alrededor. Aaron todavía no encontraba la razón por la cual estaba desganado ese día, simplemente despertó así, no le importó que ese fuera su primer día en TAD ni nada por el estilo, nada haría a Aaron tan feliz como para combatir su tristeza. Sacó de su mochila sus auriculares y puso cualquier canción de All Time Low que tenía allí, y moviendo su cabeza al ritmo de la música se dirigió a uno de sus lugares favoritos con sus hermanos, la cancha de basketball. Si bien jamás fue una persona demasiado fanático de los deportes -de hecho cuando toda su familia miraba partidos de football por televisión el estaba arriba en su cuarto leyendo alguna revista sobre música-, este en particular era una debilidad para el y amaba jugarlo. Colocó bien su teléfono en un bolsillo de su pantalón, ajustó sus audífonos para que no se cayeran y comenzó a lanzar al aro. Eran simples tiros libres que hacía, y entre medio a veces picaba un poco la pelota y corría para entrar en calor, pero jugaba más por un hobbie que por profesionalismo, algo que no era ni tampoco pensaba ser en un futuro.
Media hora había pasado y Aaron seguía allí, ahora con Therapy sonando en sus oídos. Fue interrumpido cuando un cuerpo se puso delante de él y lo empujó. Divisó que era el de una chica por obvias razones, sin embargo estaba sorprendido de que tenía mucha mas fuerza que él. La castaña, cuya cara todavía no había visto, corrió con la pelota en sus manos, dio un salto y, para otra sorpresa del rubio, encestó limpiamente. Se dio vuelta para mirarlo con un gesto que para Aaron fue un tanto egocéntrico, más como "Ja, patee tu trasero", y le dio una sonrisa triunfante. Se sintió un tanto intimidado por su presencia, parecía una de esas típicas chicas rudas con las que ya había tenido malas experiencias. Lucía extremadamente bien -para su humilde opinión sobre mujeres-, una remera blanca sin mangas, unos pantalones cortos negros y de tiro por la cintura, unas medias negras un poco transparentes y rasgadas y unas zapatillas converse negras, mientras que su cabello estaba decorado por un gorro negro de lana. Se dio cuenta de que se había quedado embobado con sus azules ojos bordeados con bastante delineador cuando ella hablo;
— ¿Te gusta lo que ves? —Preguntó burlona. Fue acercándose de a poco a él y cuando reaccionó para retroceder, ya la tenía a centímetros de su cuerpo. La castaña simplemente le dio la pelota y se marchó de allí, dejando a Aaron más desconcertado que cuando se la había quitado. Su lista de reproducción ya había terminado y comenzó a sentir calor por haber corrido hace unos momentos, por lo que decidió marcharse de ahí como la misteriosa chica e ir a buscar a sus hermanos, básicamente las únicas personas con las que pretendía hablar en todo su tiempo en TAD, no importaba si encontraba buenas personas allí ni cuanta intriga le había dejado aquella chica de ojos y sonrisa cautivantes.
Secó la transpiración de su frente con su puño e intentó encontrar a sus hermanos. Christian estaba totalmente desaparecido, desde que entraron al edificio no lo volvió a ver, pero tampoco le preocupaba demasiado, él era el mayor y sabía lo que hacía. Sean tampoco parecía estar muy cerca, pero supuso que tampoco estaría demasiado lejos porque la mayoría de las chicas estaban por el sector donde caminaba él en ese momento. Ezra charlaba con una ¿niña? que no parecía de más de dieseis años. Como si tú fueras tan grande, Aaron, se reprochó. Genial. No tendría con quien estar, y de nuevo solo. Suspiró con frustración y sintió algo chocarle el hombro, ¿Acaso todo el mundo tiene que empujarme? Pero como siempre, no dijo nada, no se defendió, era demasiado débil. Giró su cabeza para saber de quien era aquel hombro tan duro y se encontró con nada más y nada menos que aquella chica, quien le guiñó un ojo y se dio la vuelta, desapareciendo por otro pasillo.
{***}
Aaron se encontraba en un total trance, que los gritos de su hermano mellizo se encargó de desaparecer cuando empezó a gritar su nombre desde la otra punta del pasillo, un chico rubio y otro castaño lo acompañaban detrás. Ezra parecía más feliz de lo normal, pues corrió hacia el soltando carcajadas y sonriéndole.
— Hermano, te vimos con esa chica de allí, ¿Ya andas rompiendo corazones acaso? —Aaron se sonrojó a más no poder por el comentario de Ezra, mientras bajaba su cabeza y se concentraba en mirar al piso. — Claro que no, solo apareció. — Y estoy seguro de que va a quedarse —Bromeó este. —. Sabes, quiero que esta vez sea diferente, no vas a quedarte solo encerrado en tu habitación todo el día, ¿Estás al tanto de eso? — Ya lo se. —Rodó los ojos el rubio. — Bien —Respondió. —Este es Sid y este es Ian, has amigos y no los espantes con una de tus falsas historias. Y quizás Ezra por primera vez estaba siendo el mellizo inteligente, porque a partir de ese día su vida había cambiado y no podía negarse a que algún día eso tendría que pasar de todas formas, y que no podría vivir bajo una roca todo el tiempo.
Cameron estaba a punto de dormirse cuando el conductor del taxi avisó que ya habían llegado a destino. Su hermano, Seth, le sio un sacudón para despertarla del todo y luego bajó del auto. La castaña se despabiló y realizó la misma acción, yendo hacia el baúl y tomando sus valijas, o al menos intentándolo; había tres de estas gigantes y dos pequeñas mochilas donde guardaba accesorios y cosas de aseo personal respectivamente. Su hermano no se molestó en ayudarla porque ya estaba caminando hacia la puerta, por lo que intentó hacerlo por si misma, y fracasó, porque terminó con todo en el piso.
— Mierda. —Murmuró. Miró hacia el desastre que era en el suelo y no se encontró con demasiadas ganas de levantarse. Suspiró, y segundos después un cuerpo le tapo el radiante sol que le daba en la cara, molestándola aún más. — ¿Necesitas ayuda, preciosa? —Levantó su cabeza para ver que la voz provenía de un chico alto, con pelo semi-rubio y extremadamente llamativos ojos verdes. — Claro que no. —Respondió, pero cuando intentó levantarse, una de sus valijas se atascó en su pie y volvió al piso. Él soltó una risa burlona y tendió una mano, a la que ella aceptó a regañadientes. Tomó la mitad de las maletas y ella hizo lo mismo con las restantes, en cuanto llegaron a la habitación de Cameron -según estaba informada-, entró y tiraron todo en el suelo. — Soy Zeppelin, Zep para ti.—Alzó sus cejas. Ella le dio una falsa sonrisa y, dándose la vuelta, le cerró la puerta en la cara. Segundos después, sintió unos golpes en esta. Rodó sus ojos y la abrió, encontrándose con Zeppelin de nuevo. — No voy a acostarme contigo.—Sentenció. — Venía a darte esto, supongo que se te cayó en el camino. —Le tendió una de sus mochilas, con la misma mueca de burla que tenía antes. Cameron abrió su boca pero nada salió de allí, por lo que se la arrancó de las manos y se encerró en su habitación. Mal comienzo. Notó que había dos chicas, una rubia y otra castaña, charlando animadamente sobre una de las camas, cama que decidió que sería suya. Aclaró su garganta para hacerse ver, ¿Qué acaso no habían escuchado todo lo anterior?
— Están sentadas en mi cama. —Escupió. Ambas se levantaron cuando Cameron arrojó su bolso. — Lo siento. —Conestó una de ellas. — Eso fue un poco rudo. —Se quejó la rubia. Ella alzó sus cejas. — ¿Eso crees? — Soy Sadie. —Interrumpió la castaña para evitar la tensión. Se inclinó para darle un abrazo que Cameron no devolvió. — Cameron —Respondió seca.—, y mientras no me molesten —Voló su vista a la otra chica, cuyo nombre no conocía aún.—, todo estará bien entre nosotras. Abandonó aquel lugar luego de acomodar sus maletas debajo de la cama y salió a caminar, chocando con un cuerpo que ni siquiera se molestó a ver al salir. Supuso que sería su tercer compañera de cuarto porque, luego de insultarla, entró a donde ella se había ido. Recibió unas cuantas miradas de chicos en su camino sin destino, que ella, complacida, respondió. Llegó a las canchas de basketball y divisó a un chico rubio encestando libremente. Decidió molestarlo y hacer una canasta luego de sacarle la pelota. Se había quedado embobado mirándola y ella sonrió complacida, largándose de allí. Se encontró de nuevo con Zeppelin en el camino, y el hizo una desviación, siguiéndola.
— ¿Tienes algo que hacer más tarde? — De hecho, sí. Dos chicos me propusieron sexo y, supongo que ya sabes, tres siempre es mejor que dos. Lo siento, no estaré disponible para ti.—Se alzó de hombros. El rubio tomó por las muñecas a Cameron y la arrinconó contra la pared más cercana. — No te creo en absoluto. —Murmuró contra su boca, sus alientos chocando.—Pero créeme que soy mejor que esos dos juntos. —Y así, ambos hicieron camino a la habitación de Zeppelin a los tropezones.
{***}
Luego de arreglar su cabello y salir de la habitación; Cameron hizo camino hacia la cafetería, luego de gastar tanta energía moría de hambre. Rió ante el pensamiento, Zeppelin de veras creía que se iba a repetir, no sabía lo equivocado que estaba. Al entrar se sorprendió por el olor a cigarrillo que había, si bien no le molestaba demasiado, no le parecía demasiado bien el hecho de que se pudiera fumar en un espacio cerrado y mucho menos en un educativo. Aquel chico callado y de ojos azules estaba ahí y Cameron no podía evitarlo, pero se sentía bastante intrigada por él. Normalmente cuando ella se les tiraba como lo hizo en las canchas de baloncesto ellos responderían igual, él solo se quedó parado mirándola.
— Hey, ¿Eres mudo? —Preguntó la castaña sin pelos en la lengua. Aaron levantó su cabeza y la miró sorprendido, una de sus cejas alzadas. — No. —Se inmutó a responder y volvió a concentrarse en sus pulseras, que al parecer eran más interesantes que Cameron. Fue turno de ella de alzar sus cejas, ofendida por la poca atención por parte del rubio. Dio un paso más hacia el pero no pareció importarle la cercanía. — ¿Cómo te llamas? — Aaron. — Lindo nombre. — Gracias. — ¿No vas a preguntar el mio? — No. — ¿Tus conversaciones normales solo son de una persona preguntándote cosas y tu respondiendo monótonamente? — Si. —Y se dio vuelta. — Por lo menos podrías ser menos grosero. — Generalmente soy amable con las personas que se hacen respetar, una chica como tú, siendo así de linda, no lo hace si se le tira a cada chico que le pasa por al lado. —Contestó Aaron tranquilamente. Cameron abrió sus ojos y su boca a más no poder. — ¿Estás llamándome puta? —El rubio estaba a punto de responder, cuando un chico de cabello de distintos colores apareció por detrás de ella y pasó un brazo por sus hombros.
— Heeeey. —Saludó.— Espera, ¿no eres a la que casi violo hoy en el pasillo? — Claro que sí, eras tú, como olvidarte. — Soy Aoi. —Extendió su mano. — Cameron. —Le devolvió el saludo, mientras Aaron festejaba internamente por ahora saber su nombre y no tener que dejar su orgullo de lado para preguntárselo. — ¿Quieren oir un chiste? —Ambos se miraron algo confundidos por el cambio de tema, pero era obvio que el chico era así de improvisado para todo. —Esto era una mujer que quería a un hombre con las siguientes indicaciones: Que no le pegara, que no se fuese de su lado y que fuese muy potente, por lo que puso un anuncio en el periódico. Un día toca a su puerta un anciano que no tenía ni brazos ni piernas. La mujer le preguntó. - ¿Usted me maltrataría?- A lo que el hombre contestó. - ¿Cómo, si no tengo brazos? - ¿Se iría de mi lado? - dijo la mujer. - No, porque no tengo piernas. - ¿Y es potente en la cama? -dijo la mujer. - ¿Y como cree que he tocado la puerta?" —Cameron estalló en risas junto a Aoi y Aaron se los quedó mirando como si fueran dos retrasados. Una chica rubia pasaba mientras él ojiverde contaba su chiste y se rió mientras chocaba los cinco con él. Cuando los tres se calmaron, posaron su vista en el rubio, quien permanecía quieto, y luego se miraron entre sí, cuestionándose si había algo mal con aquel chico, mas no se había reído en absoluto. El peli-azul posó una mano en su hombro y le sonrió a su prima. —Aoi Rumsfeld tiene su nueva monja.
Sean se odiaba a sí mismo en ese momento, pero no era algo que pudiera evitar. No había entrado al edificio hace más de cinco minutos y ya tenía un cigarrillo en su mano. Se reprochaba que iba a terminar igual que su padre, Christian le reprochaba, Ezra le reprochaba, Aaron le reprochaba; pero ese era el problema, cuando otras personas lo hacían, más grande era su necesidad de demostrarles que su vida no le pertenece, no era su mayor acto de orgullo, sin embargo. Aún con su mochila colgando en su espalda y sus dos maletas en ambas manos, caminó hacia un rincón del patio trasero y se sentó, dedicándose a mirar gente y fumar tranquilo. Divisó a un chico alto y rubio empujando a otro, pero no se hizo cargo de problemas que no eran suyos. Rodó los ojos, en todos lados debía haber un idiota así. Terminado el cigarro se dirigió tranquilamente hacia la que sería su nueva habitación por un largo tiempo. Eso era lo que más emocionaba a Sean sobre TAD; 1- Tendría todo el tiempo del mundo para hacer lo que quisiera ya que no tendría a nadie apurándolo ni diciéndole qué hacer -de hecho sí, pero poco le importaba-, y 2- Que tendría una nueva habitación luego de pasar diecinueve años en la misma. Tan solo esperaba que sus compañeros no fueran igual de revoltosos que sus hermanos ni que lo molestaran demasiado así podía estar tranquilo. Llegó a la habitación y pasó, sin molestarse en tocar la puerta ya que de ahora en adelante ese lugar sería de su propiedad.
— Bienvenido. —Escuchó a un chico risueño del otro lado del lugar. Giró totalmente su cabeza y se encontró con un chico castaño tirado en su cama, con su cabeza siendo apoyada por sus brazos. Este lo miraba con una sonrisa de burla, pero una agradable, no de esas que le dan ganas de darle un puñetazo en la cara. —Soy Dipper. —Se levantó. Sean decidió que por lo menos sería amable con dos personas por lo que soltó un respiro y contesto; — Sean. —Y tendió su mano. Si bien era un cretino, cuando su madre les enseñaba modales el si escuchaba. — ¿Tienes idea de quién más está en esta habitación? — Nop. —Respondió, volviendo a su posición anterior. —Acabo de llegar, pero la verdad espero que sea alguien normal, he visto muchos colores de cabello mientras venía aquí. —El rubio rió ante el comentario, quizás no iba a ser tan malo como pensaba. —Y estoy hablando de una sola cabeza. — Iré a buscar a mis hermanos, —Se dirigió hacia la puerta. —Nos vemos. — Adiós. —Y el castaño volvió a su corta siesta.
{***}
Sean recorrió pasillo por pasillo pero no veía señal de ninguno de los otros Cartairs, y al no tener idea de sus habitaciones, decidió rendirse, y comenzar a caminar por todo el edificio para conocerlo mejor. En el camino el mismo chico con el que se había tropezado antes, moreno y con ojos extremadamente hipnotizantes para Sean, aunque por supuesto no lo admitiera, mantuvieron el contacto hasta que el rubio se chocó a alguien que ni siquiera se molestó en ver, y el soltó una risa desapareciendo al entrar. Se dirigió hacia la zona de las habitaciones de mujeres. Si bien se propuso cambiar, no significaba que iba a ser una persona irreconocible, y las chicas se quedarían con él, además de querer evitar el recuerdo de los ojos de aquel chico, que le habían causado un extraño sentimiento ¿Aidan? Si, ese era su nombre, no se olvidaba la forma en la que el lo pronunció cuando chocaron por primera vez. Una cabellera rubia pasó por su lado y optó por seguirla ya que el lugar no estaba demasiado lleno de todas formas. Sean llegó a su lado y fingió tropezarse para chocar con ella, a lo que la chica respondió con un pequeño salto.
— ¡Oh por Dios! Lo siento tanto, tengo algo con chocarme con todo el mundo hoy. —El rubio sonrió al escucharla, bien, no parecía demasiado zorra regalada por lo que no era demasiado su estilo, pero probar no le hacía mal a nadie, ¿No? — Está bien, preciosa. ¿Qué tal si me lo compensas saliendo a dar una vuelta conmigo? —La chica cuyo nombre aún no sabía retrocedió ante la cercanía que Sean había tomado, intentando ocultar sus mejillas rosadas. — Es el primer día, no creo que debamos salir tan pronto. — Vamos, solo una vuelta. —Dijo él, agitando las llaves del auto que había sacado de su bolsillo. — ¿Tienes un auto? —Los ojos de la rubia se abrieron de golpe. — No es precisamente mío, ¿vienes o no? — No me vuelve loca la idea de ir en un auto robado. — No es robado, solo lo tomé prestado. Soltó un suspiro y respondió rápidamente, los chicos no llegaban a ella demasiado seguido por lo que no perdería la oportunidad; —Está bien. — Genial, vámonos. — A todo esto no me has dicho tu nombre. — Soy Sean, y tengo la impresión de que vamos a vernos seguido. — Anastasia, un gusto.
— ¡Derek! —Llamó la rubia por tercera vez, pero el no pensaba hacerle caso. Luego de que su voz le retumbara en el tímpano otras cinco veces, contestó. — ¿Qué mierda quieres Simone? — ¿Podrías hacerme el favor de ayudarme por una vez en tu fracasada vida? — ¿Por qué no vas y le pides a alguna chica con tu mismo problemita que te ayude? —Y ahí estaba de nuevo. Ella bajó la cabeza conteniendo las lágrimas, mientras que el rubio se marchó con sus maletas, sonriendo. Desde que Simone se había abierto hacia su familia sobre su sexualidad, todos la apoyaron incondicionalmente, salvo su hermano. Este era un caso especial, una mezcla entre estupidez y ceguera, donde no veía que cada día le deseaba la muerte a una de las personas que solía ser lo más importante en su vida. El hecho de que Derek fuera homofóbico, y a tal grado de decir que odiaba a su propia hermana y el tener que compartir sangre con ella, hizo que la familia Stank se desmoronara de a poco, pero a él no le importo, porque juraba que nadie jamás podría cambiar su opinión ni sus creencias. Al entrar a aquel edificio se sintió bastante intimidado por la cantidad de chicos que había allí, y con chicos se refería a prácticamente hombres, que no aparentaban su edad en absoluto. Claro que no demostraría debilidad ante ellos, por lo que caminó con la frente en alto y dando algunas miradas de asco y se dirigió a la habitación 20 B, donde residiría a partir de ese momento. Unos ojos celestes lo examinaron ni bien entró, pero se notaba a kilómetros que no lo hacía con las mismas intenciones que Derek miraba a todo el mundo, por lo que prefirió no seguir la corriente y terminar golpeándolo. Lamentablemente el rubio piensa que todo el mundo le tiene miedo y no sabe lo equivocado que está, porque aquel chico pudo notar lo que Derek había hecho y soltó una risa burlona, volviendo a su tema.
— Hola —Escuchó decir a alguien desde atrás, Derek casi se tropezó con una de sus maletas por el susto que le dio. —, me llamo Elías. — ¿De dónde mierda saliste? —El castaño abrió los ojos de repente, sorprendido, esperando que su compañero fuera un poco más simpático. —Derek. — Genial, ¿Y por qué entraste a TAD? — Porque le pegaba a la mesa con las manos y mi "mejor amiga" —Respondió, haciendo comillas con sus dedos. — creyó que sería buen baterista. —Un poco de molestia se notaba en su voz. — Está bien, lo siento —Elias puso sus manos a cada costado de su cabeza en modo de defensa. —. Solo quería saber. — Todos quieren saber. —Ambos rodaron sus ojos, uno con arrogancia, el otro rindiéndose por lo terco que era.
09:05 pm, y una Charlize Armstrong deseaba no haberse despertado nunca más. Su madre había llamado tres veces a su puerta para que fuera a tomar su desayuno y partiera hacia TAD. La colorada tomó aire y salió de la cama, yendo hacia su armario donde ya había preparado sus maletas y lo que se pondría ese día. Dentro de una de estas había un pequeño compartimiento donde guardaba sus cosas personales, que para una chica normal sería maquillaje y otros accesorios, pero para ella era un pequeño frasco de pastillas, las que estaba obligada a tomar y las que tomaba porque ella quería, y un metal escondido dentro de uno de estos. No importara que la mandaran a 200 kilómetros lejos de donde vivía, llevaría esa mochila hasta su tumba.
— Charlize. —Tocó otra vez la puerta su madre, ella guardó todo rápidamente y se acomodó para salir. — Ya estoy mamá. — ¿No vas a desayunar? —Preguntó al ver que luego de bajar de las escaleras se dirigía directo a la puerta. Para no dejarla preocupada, ya que dudaba que esta fuera a visitarla mientras se quedara en TAD, tomó una manzana de la cocina y se la comió, suficiente para el día. — Adiós. — Charlize —Ella bufó y se dio la vuelta, tomando los puños de su gran buzo, temiendo lo que podría preguntar. —. Kellin irá a visitarte una vez por mes. — ¡¿Qué?! — Lo que escuchaste. Se que estás viendo esto como una oportunidad para alejarte de mi y hacer lo que quieras, pero eres mi hija a pesar de todo y no voy a dejarte sola, te quiero viva para cuando vuelvas. — Puedo ver notablemente que confías en mi, mamá. — Ojalá pudiera hacerlo, pero la última vez que dijiste eso te encontré casi desangrándote en tu habitación. —La pelirroja rodó los ojos y sacudió su cabeza para evitar el recuerdo. Odiaba que su madre fuera tan insensible con ella y mucho más después de haberse enterado de todo. Sabía que todo lo que decía eran simples palabras y que no le importaba verdaderamente, quizás solo que la gente diría o pensaría sobre ella si se enteraban que sus dos hijos que habían suicidado. — ¿Puedo irme ya? — Muéstrame tus brazos. — Mamá —Se quejó, pateando el piso. —, está limpios desde hace dos semanas. — Muéstrame —Y así lo hizo. A Charlize no le importaba cuantas veces la encontrara drogándose o le viera los brazos, porque ambas sabían que ella no pararía. Una cachetada en su mejilla fue suficiente para que Kellin, quien se encontraba esperando en la puerta, interfiriera y se llevara a la chica hacia el auto. —. No entiendo como es que aún tienes cara para llamarme madre.
— ¿Estás bien? —Preguntó. — No me toques. — ¿Qué pasa, Charlize? — ¡Eres un maldito traidor! —Gritó. — Siempre supe que estabas de su lado, ¿Vas a pedirme dinero a mi también ahora? —La chica secó un par de lágrimas que se le habían caído por el dolor del golpe y se adentró al auto antes de que Kellin, quien para ella era como un abuelo joven o un segundo padre, pudiera decir una palabra. El viaje consistió en ella escuchando Bring Me The Horizon a todo volumen para evitar cruzar palabra alguna con él, mientras miraba por la ventana y esperaba llegar a su habitación, o por lo menos al edificio, y fumar. Cuando llegó a destino se encargó de descargar un poco su furia contra el auto y casi hizo giratoria la puerta cuando la cerró, pero no le importo en absoluto. Kellin se encontraba en el baúl ayudándola a bajar sus maletas e intento ignorarlo por completo.
— ¿Sabes? Vendré aquí a verte una vez por mes, será imposible que me evites. — No me importa. —Contestó evadiendo su mirada. Él acarició su mejilla con su pulgar y le sonrió. — ¿No vas a darme ni siquiera un abrazo de despedida? — Ella apretó sus labios y segundos después se le tiró encima, apretándolo lo más fuerte que pudo. — No puedo estar enojada contigo. —Revolvió su cabello por última vez y entró al auto. Mientras este se iba alejando, le dio una última mirada a la chica por el espejo retrovisor, y pudo leer un "te quiero" saliendo de sus labios. Charlize suspiró por décima vez en el día y entró al edificio, esperando ya lo peor. Caminó y caminó y tan solo llegó a un baño, por lo que entró y se sentó, el peso de sus maletas ya la estaba haciendo cansar de todas formas. Quitó el delineador que se le había corrido por las lágrimas que soltó y usó lo último de base que le quedaba para tapar las ojeras que tenía. Acomodó todo en su espalda y salió. Al abrir la puerta se escuchó un golpe y ella cerró los ojos, rogando que aquella persona no le hiciera nada.
— ¿Estás bien? —Preguntó una chica castaña que se encontraba tirada en el piso mientras sobaba su frente con una mueca de dolor. — E-eh, si. —No, así no debía hacer las cosas. Que bien te va en socializar, Charlize. — ¿Y tú? — Sí, gracias. —Contestó mientras se levantaba y la miraba con una mueca extraña. — ¿Segura estás bien? —Asintió nuevamente. — ¿No vas a hacerme nada? — ¿Disculpa? — Hice que te golpearas, te tiré al piso y ni siquiera te ayudé a levantarte. — Claro que no —Frunció su ceño. —. Soy Maddie. —Tendió su mano. — Charlize. —Y luego de que respondiera, desapareció de allí con una sonrisa agradable en su rostro, una que hace mucho no veía y la hizo sentirse bien. Ni que pudieras hacer amigos, de todas formas. Supuso que debería ir a su habitación a acomodar sus cosas y luego dirigirse a la junta de estudiantes, pero no tenía un mapa del lugar o idea de a donde debería ir. Una espalda bastante grande -de un chico, supuso-, la empujó un poco, y decidió preguntarle a él ya que no parecía haber otra persona rondando por ahí. Tocó su hombro dos veces tímidamente. Cuando él se dio vuelta se le fue el aire del cuerpo, intentó disimular el color de sus mejillas cuando este le sonrió.
— ¿Necesitas algo? —Preguntó él. Cuando alguien es tan torpe como para hablarte lo poco que debes hacer es responder, Charlize. — ¿Sabes dónde están las habitaciones de las chicas? — Claro. Son las del oeste, vas hacia ese pasillo al fondo y luego doblas, ¿sabes cuál es la tuya? — S-si, gracias. —No era la primera vez que ella se sentía intimidada por un chico, ni que se le trababan las palabras al hablar con ellos, pero si la primera que tanto, se reprochaba a si misma si él se había dado cuenta de lo embobada que se había quedado mirándolo. — ¿No vas a decirme tu nombre? —Preguntó el a lo lejos, aún con la sonrisa pegada en su rostro. — Charlize. —Se la devolvió ella tímidamente. — Ian. —Escuchó decir cuando se dio vuelta. Y soltó otro suspiro, pero esta vez algo contenta porque ya había hablado con dos personas y ambas la habían tratado bien, incluso le sonrieron y preguntaron su nombre, algo a lo que Char definivitivamente no estaba acostumbrada.
ficha aceptada.
díos mío. Estuvo todo hermoso aaron y sid y cameron y zep y ezra y todos. *se muere* tardé un poco en leerlo y aún me queda un trozito, pero amé la forma en la que narras y obviamente tu ficha está aceptada. Además, el limón salvaje así lo llamaré xd sale perfecto ¡suerte!
stymest. escribió:holi, izzy c: mis feels por tu nombre :o me llamo giannina. la idea me gustó muchísimo, y como hace tiempo que no audiciono en ninguna... las ganas que le tengo fueron demasiadas y no me aguanté. amo a este hombre
holo c: mis feels por el tuyo también c': ¿puedo llamarte gia? cc: me alegra que te gustara, estaré esperando tu ficha plz, ¿quién no ama a hunter? No, enserio, ¿quién no lo ama? Que me lo cargo. (?
reservados: thomas.s, c.n. nombres de tus pj's: Simon John Ritchie & Lydia Len Kagamine. rol:actor y corazón roto. escrito de tu autoría:
capítulo:
Hoy no me esperaba nada normal o tranquilo, hoy iría mi paciente, ¿favorita? Ruthless Door, una chica perdida, más que perdida y con la necesidad de alguien que la ayude. Llámenme humilde, torpe, como quieran, pero era interesante saber cada vez más de esta chica. Es algo así como en las películas, o en la misma aserie Touch, salía a caminar con ella en un tiempo de reflexión y algo pasaba, algo así como si ella uniera a las personas. Sonreía para esconder el dolor, si, ella lo hacía siempre. Me dirigí a mi cuarto para esperarla como siempre a las 11:30 am. A veces llegaba tarde, a veces no pero no era de esperarse porque, ella era así, distinta cada día.
—¡Hola!—gritó mientras abría la puerta con una sonrisa enorme, los dientes le brillaban e inspiraba paz. —Ruthless, querida, ¿cómo te ha ido? ¿estas emocionada de venir?—dije para poder tomar asiento, ambos. —Em, ¡claro! ¡Hoy vamos a salir! ¿Cierto?—cambió la sonrisa a una mueca de duda, y sí, hoy íbamos a salir. Ella se paró del asiento mientras murmuraba canciones y movía los brazos en señal de baile, podría lograr cualquier cosa. —Sí, eso vamos a hacer, así que, toma asiento, quiero saber como ha ido tu vida.—Ella sólo frunció ambas cejas, y se sentó algo fastidiada.—¿Finnick? ¿Cómo ha estado tu hijo?—sí, Finnick era el nombre del pequeño de 4 años. —Sí, él esta mejor, mejor que yo.—solté mis ojos de mi libro y posé mi mirada en ella quien tenía la suya perdida en el suelo. Anoté y me correspondí a seguir tomando preguntas. —Bien, ¿hay algo que te entretenga? Te he visto muy desinteresada, ¿la escuela?— —¡Sí! El piano—dijo con una sonrisa de oreja a oreja y al escuchar la otra pregunta, la cambio por una línea frívola en sus labios.—Eh-eh, sí, va bien.—y sabía que no era cierto. —Esta bien, ahora toma tu bolso y ven conmigo, hoy vamos a salir afuera.—le sonreí y ella con la cabeza para un costado y los pies balanceándose.
***
Hoy tenía una sorpresa, ya que a ella le gustaba el piano, iríamos a una exhibición, tal vez así se entretenía, pero debía tener en mente que a veces sufre el trastorno de déficit de atención, por lo cual tendría que poner más cuidado sobre ella. Hoy escucharíamos distintos músicos, pianistas, tocando obras clásicas, tal vez le gustaría, sólo quería sorprenderla. Nos sentamos en una fila del media, era un teatro grande por lo que la gente era demasiada, y podría perderle.
—Es increíble como tocan ¿verdad Ruth?—dije sonriendo y sin perder mi mirada sobre el pianista. No escuché ninguna respuesta por parte de la joven, por lo que volteé mi mirada para ver si se encontraba bien, y de hecho no estaba.—¿Ruth?—dije bajo mientras tocaba el asiento como si ella se encontrara dentro de él. Comencé a preocuparme así que tomé camino fuera del teatro hacía unas escaleras que daban a distintas salas, tal vez ella estaba ahí pues el teatro era grande. Busqué por todos lados, hasta que escuché la melodía de una canción muy conocida, a decir verdad, una de mis favoritas. Entré, obviamente sin previo aviso, y allí estaba ella, tranquila y despreocupada colocando sus dedos sobre las teclas.
—¡Ruthless! Joder, me habías asustado.—dije y fui corriendo hacía el piano de cola en el que ella tocaba Piano Man, de Billy Joel. —¡Mira! ¡Ves lo que hago doctor! ¡Estoy tocando!—dijo sonriendo y siguiendo la canción de memoria, y me había sorprendido tanto. Puede que estaba tocando desde hace unas semanas, pero aprender una canción de ese nivel y de memoria, era digno de admirar. —Em-em sí, lo veo, y créeme lo haces muy bien.—dije en estado de shock. —Algún día seré como Billy Joel, ¿vale?—y ella respondió sin sacar su mirada de las teclas, podría tener la mentalidad de un niño de 6 años, o de su mismo hijo, pero daba la claridad de una chica única.
Mientras veníamos caminando para volver a mi estudio, ella daba vueltas y vueltas, cantaba melodías frente a los policías, tal vez para fastidiarlos, pero me daba gracia. Casi siempre perdía su destino y tomaba otro, así que se dirigió a un centro de cd's. Tuve que seguirla, no iba a perderle la vista, ya habría ocurrido y si volvía a ocurrir, podría ser peor, conociéndola. Bufé mientras ella con sus manos me indicaba que entre con ella a la tienda de cd's. Tiendas como estas puede colocar un cd y escuchar, para poder justificar si es de tu agrado o no, y ella decidió hacer lo mismo. Atrajo los audífonos grandes a nuestros oídos mientras ponía una pieza de Queen. "You're my best friend", si me preguntan por qué razón colocó ese cd, era simple, el piano. Ella quería escucharlo, no importa si fuese una sinfonía, si fuese Jerry lee Lewis, si fuese Imagine de John Lennon, ella lo ponía por el piano, compañero fiel de un músico, y posiblemente su compañero.
***
El día había terminado, y obviamente la deje en su casa, no podría dejarla sola, ella en ciertos puntos me preocupaba. Llegué a mi departamento listo para descansar pero algo me traía confundido, tal vez habría dejado algo pendiente y no podía recordarlo. Mis pensamientos desaparecieron cuando el teléfono sonó, y seguramente era mi madre.
—¿Hola?—dije y escuché su voz por la otra línea, sí, era ella. —¡Hijo! ¿Todo va bien? ¿Cómo vas con el libro?—¡eso! el libro, eso me tenía tan confundido, debía terminarlo, de hecho, tener una idea para escribirlo. Mi madre siempre quiso que fuera escritor y no psicólogo, pero últimamente las ideas no fluían como para escribir un libro. Aún así vivía con la mentira de que sí lo estaba escribiendo, ella pensaba eso y no iba a decepcionarla, así que debía escribir, para que ella fuera feliz. —Eh-eh em, sí, va muy bien, es algo que llevo preparado por mucho tiempo, creo que ya lo termino.—rasqué mi sien dudando si lo que había dicho sonaba creíble, y al parecer sí porque la risa de felicidad de mi madre, era notable. Al termina una charla familiar colgué el teléfono y deje mi maletín en la mesa, para abrirlo y sacar todo lo que sea necesario. Me encontré con un dibujo hecho por Ruth, y tenía una ideología grandiosa. Era una persona amiga de otra persona y ambos eran totalmente distintos, algo así como un judío y un nazi. Se ve que el nazi ayudo al judío, luego se encontraba en peligro pero su amigo no lo podía ayudar. Tal vez se baso en un hecho real, siempre le dije que dibujara su vida, o hechos que para ella eran importantes y ahí estaba, ¡exacto! Una idea perfecta para escribir un libro. Corrí a mi computadora, a la velocidad de la luz la prendí y obviamente me dispuse a escribir. Gracias Ruth, gracias a ti pude escribir, El Pianista. [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] and [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
reservados: Taylor Swift & Josh Hutcherson. nombres de tus pj's: a Francesca Charlotte Lyne & Edward Jame Brooks rol: Corazón roto // Segundo actor.
Escrito de autoria::
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Capitulo 3
'Cause you throw your head back laughing like a little kid...†
-[/size]Abre los ojos
Susurro Niall en mi oído mientras quitaba sus manos de mis ojos dejándome ver un hermoso paisaje, estábamos un bosque uno de esos en lo que no quisieras entrar en ellos a la media noche pero vamos son las seis y todavía había un poco de solo, lo que me relajo ya que no me gusta estar en la obscuridad. Los arboles formaban un circulo en medio de este se encontraba una mesa junto con dos sillas, era un imagen realmente hermosa porque el sol iluminaba la mesa.
-Es hermoso-dije volteándome hacia el -Me alegro de que te gustara porque realmente me llevo un buen tiempo encontrar este bosque y decorar ese lugar, no soy bueno en eso así que le pedir a la hermana de Harry que me ayudara con esto-wow sí que era demasiado tierno, nunca antes un chico había este hecho por mi así que pienso que esta cita será inolvidable -No debiste en molestarte, esto demasiado para mi ningún otro chico había esto hecho por mí, esto es sumamente especial -Me encargare entonces que esto sea aún más especial y espero que de todas las citas que has tenido esta sea la mejor y que supere tus expectativas -Eso espero Sr. Horan
Dije de forma divertida mientras caminábamos hacia la mesa, saco la silla y me ayudo a sentarme, lo que me pareció un gesto lindo empezamos a cenar, cuando terminamos empezamos a habla de cosas sin sentido hasta que toco el tema de mi familia.
-¿Y qué me cuentas sobre tu familia, como es, como te llevas con tus padres, tienes hermanas? -Niall, realmente no quiero hablar de ello no es que me sienta avergonzada o algo por el estilo pero no creo que sea el momento para hablar sobre eso-dije seria y vi que su sonrisa se borró -Claro, es tu decisión cuando estés lista para poder decirme, ahí estaré- si este chico sigue así, me enamorare lo digo enserio -Lo tomare en cuenta-dije sonriéndole -¿Dime qué tipo de música te gusta, quien es tu cantante favorito? -Coldpay -¿Coldplay, enserio? -Sí, tiene algo de malo -No porque de hecho Colplay es también mi banda favorita, la canción que más me gusta es Viva la vida -La mía es Fix you -¿Qué te parece si vamos a caminar? -Claro, vamos
Una vez dicho esto nos paramos y me extendió su brazo, entrelace el mío con el suyo y de esa forma empezamos a caminar hasta llegar a un riachuelo, el paisaje era hermoso por que llegamos justo cuando estaba atardeciendo por lo tanto el sol hacia que el cielo estuviera de un color anaranjado.
-Es hermoso-dijo el -De hecho-dije mirándolo -Te tomare una foto -¿Qué? ¿Con que? -Con esto-dijo mientras sacaba del bolsillo de su saco una cámara fotográfica
Camine hasta un árbol que estaba ahí, voltee y mire hacia donde estaba Niall, parado sonriéndome y apunto de tomar la foto. Sonreí y note que tomo la foto y grito un “¡Saliste hermosa!” provocando que me sonrojara, camino hacia mí y me abrazo, cosa que me extraño un poco pero le correspondí.
-Gracias por aceptar salir conmigo porque debo confesare te que me gustas-me susurro en el oído y me sorprendió sus palabras ya que a mí también me gustaba, pero era demasiado pronto para decir eso -No tiene porque darlas sobre lo otro, creo que son palabras demasiado fuertes porque pienso que es muy para decir eso, quiero decir que no nos conocemos bastante bien como para poder decir eso -Tienes razón, pero es la verdad me estas comenzando a gustar pero hey no te preocupes tenemos todo el tiempo para conocernos perfectamente-Dijo deshaciendo el abrazo y sonriéndome de forma coqueta a la que le correspondí de igual manera
Me agarro de la mano y me condujo hacia la orilla del riachuelo, nos sentamos en un mantel del cual no me había dado cuenta, ninguno de los dos dijo nada simplemente nos quedamos silencio pero no un silencio incómodo. Cuando anocheció empezó hacer frio cosa que no me gusto porque me empezaron a dar escalofríos, Niall lo noto y se quitó su saco y la puso sobre mi hombros, lo voltee a ver y le sonreí.
-Gracias-dije para después besarle su mejilla -No tienes porque…es mejor no vallamos, no quiero que te enfermes por mi culpa-dijo sonriendo de lado -Claro- dije mientras me separaba de él, se paró y después me ayudo a pararme, recogió en mantel y regresamos hacia donde habíamos cenado, dejo el mantel encima de la mesa y agarro mi mano, entrelazando nuestras dedos lo mire, me sonroje y baje la cabeza. Caminamos hacia la entrada del bosque en donde se encontraba el carro de Niall, me abrió la puerta y me subí una vez que cerró la puerta rodeo el carro para después hacer lo mismo que yo, encendió el motor arranco.
-¿Dejaras las cosa ahí?-pregunte extrañada -Regresare mañana por ella, nadie sabe la existencia de ese lugar así que estoy seguro de que no se las robaran- dijo riendo y yo , yo solo me limite a mirarlo tiernamente por que se reía como un niño chiquito , porque su cabeza la hacía hacia atrás y abría la boca mostrando sus dientes
Nos llevó un hora volver hacia la cuidad y otra meda hora llegar hacia el edificio en donde vivía.
-Vamos, te acompaño hasta tu departamento-dijo mientras conducía hacia el estacionamiento subterráneo, lo estaciono y salimos del carro -No tienes por qué hacerlo de seguro tienes aun otro compromiso, además ya es tarde -Claro que no apenas son la nueve y media aun no es tarde y no tengo otro compromiso mi compromiso de hoy era tener una cita contigo, la cual espero que te haya gustado -No me gusto, me encanto realmente superaste mis expectativas-dije riéndome
Caminamos hacia el elevador y apreté el botón que tenía el número diez, mientras llegábamos, hablábamos de cosas triviales, cosa incoherentes de las cuales no tiene importancia contarlas. Una vez que las puertas del elevador se abrieron salimos de este y caminamos hacia la puerta de enfondo, en donde tenía el numero cuarenta, estoy casi segura de que te preguntaras “¿Piso diez y tu habitación es la numero cuarenta? Pues como están acomodados los pisos” Te lo explicare como se lo explique a Kate: en este edificio hay veinte pisos en cada piso hay cuatro departamentos.
-Bueno es tiempo de decir adiós -comente recargándome en la puerta -Creo que si…te llamare mañana ¿Te parece? -Esperare ansiosa tu llama -Estupendo, entonces hasta luego-dijo para después acercarse hacia a mí y así poder darme un beso en mi mejilla izquierda, cuando se separó me regalo un sonrisa- descansa-dijo finalmente para después darse la vuelta y dirigirse hacia el elevado, se metió en este y las puertas empezaron a cerrarse, alzo la mano y la ladeo en forma de despedida hice lo mismo dirigiéndole también una sonrisa
Saque la llave del bolso que traía y la metí en la cerradura, se oyó el un clac, indicando que la puerta se había abierto. Entre y note que todavía tenía puesto el saco de Niall, se me había olvidado dárselo, camine hacia la sala y deje las llaves en mesa de centro justo cuando lo hacía se prendieron las luces cosa que hizo diera un pequeño brinco, voltee hacia el apagador y vi que Kate estaba parada con el ceño fruncido.
-¿Qué horas son estas de llegar a casa eh? Hace horas que estoy aquí y tu ni tus luces mujer-dijo caminando hacia mí -Lo siento, no sabía que vendrías, no me avisaste así que no me reclames -Está bien, está bien dejare de reclamarte pero dime la verdad ¿Quién fue el afortunado de haber tenido una cita contigo? -No tuve una cita-dije un poco nerviosa, no quería que supiera que había salido con Niall un parte de mi me decía que no debería de contárselo -Si claro, entonces de seguro decidiste vestirte así y salir a caminar un rato ¿No?-dijo de forma sarcástica -Estas en lo correcto -Oh vamos, dime ya…dímelo, dímelo, dímelo, dímelo, dímelo, di… -Con Nialll ¡¿Ya feliz?!-dije harta, no me gustaba que las personas digieran muchas veces la misma palabra -¿Con Niall?-dijo poniendo seria -Si ¿Por qué, tiene algo de malo? -Sí y no -Explícate -No porque tienes el derecho de salir con quien sea. Y si porque…amiga el no te conviene, lo sé porque lo conozco desde hace mucho el solo juega con las mujeres, no es de una sola mujer y perdóname pero no creo que eso cambien estando el contigo, así que te aconsejo que te alejes te lo digo porque no quiero que acabes con el corazón roto-dijo mientras agarra mis manos -Te agradezco te preocupes por mí pero yo tomo mis decisiones y mi decisión es no alejarme de el -Claro…te llevo a cenar a una bosque ¿Verdad?-dijo viéndome detenidamente -¿Que te hace creer eso ? -Lo hizo, debo irme-dijo soltándome las manos para después agarrar su bolso que estaba en el perchero de la entrada, abrió la puerta y sin decir adiós se fue.
reservados: thomas.s, c.n. nombres de tus pj's: Simon John Ritchie & Lydia Len Kagamine. rol:actor y corazón roto. escrito de tu autoría:
capítulo:
Hoy no me esperaba nada normal o tranquilo, hoy iría mi paciente, ¿favorita? Ruthless Door, una chica perdida, más que perdida y con la necesidad de alguien que la ayude. Llámenme humilde, torpe, como quieran, pero era interesante saber cada vez más de esta chica. Es algo así como en las películas, o en la misma aserie Touch, salía a caminar con ella en un tiempo de reflexión y algo pasaba, algo así como si ella uniera a las personas. Sonreía para esconder el dolor, si, ella lo hacía siempre. Me dirigí a mi cuarto para esperarla como siempre a las 11:30 am. A veces llegaba tarde, a veces no pero no era de esperarse porque, ella era así, distinta cada día.
—¡Hola!—gritó mientras abría la puerta con una sonrisa enorme, los dientes le brillaban e inspiraba paz. —Ruthless, querida, ¿cómo te ha ido? ¿estas emocionada de venir?—dije para poder tomar asiento, ambos. —Em, ¡claro! ¡Hoy vamos a salir! ¿Cierto?—cambió la sonrisa a una mueca de duda, y sí, hoy íbamos a salir. Ella se paró del asiento mientras murmuraba canciones y movía los brazos en señal de baile, podría lograr cualquier cosa. —Sí, eso vamos a hacer, así que, toma asiento, quiero saber como ha ido tu vida.—Ella sólo frunció ambas cejas, y se sentó algo fastidiada.—¿Finnick? ¿Cómo ha estado tu hijo?—sí, Finnick era el nombre del pequeño de 4 años. —Sí, él esta mejor, mejor que yo.—solté mis ojos de mi libro y posé mi mirada en ella quien tenía la suya perdida en el suelo. Anoté y me correspondí a seguir tomando preguntas. —Bien, ¿hay algo que te entretenga? Te he visto muy desinteresada, ¿la escuela?— —¡Sí! El piano—dijo con una sonrisa de oreja a oreja y al escuchar la otra pregunta, la cambio por una línea frívola en sus labios.—Eh-eh, sí, va bien.—y sabía que no era cierto. —Esta bien, ahora toma tu bolso y ven conmigo, hoy vamos a salir afuera.—le sonreí y ella con la cabeza para un costado y los pies balanceándose.
***
Hoy tenía una sorpresa, ya que a ella le gustaba el piano, iríamos a una exhibición, tal vez así se entretenía, pero debía tener en mente que a veces sufre el trastorno de déficit de atención, por lo cual tendría que poner más cuidado sobre ella. Hoy escucharíamos distintos músicos, pianistas, tocando obras clásicas, tal vez le gustaría, sólo quería sorprenderla. Nos sentamos en una fila del media, era un teatro grande por lo que la gente era demasiada, y podría perderle.
—Es increíble como tocan ¿verdad Ruth?—dije sonriendo y sin perder mi mirada sobre el pianista. No escuché ninguna respuesta por parte de la joven, por lo que volteé mi mirada para ver si se encontraba bien, y de hecho no estaba.—¿Ruth?—dije bajo mientras tocaba el asiento como si ella se encontrara dentro de él. Comencé a preocuparme así que tomé camino fuera del teatro hacía unas escaleras que daban a distintas salas, tal vez ella estaba ahí pues el teatro era grande. Busqué por todos lados, hasta que escuché la melodía de una canción muy conocida, a decir verdad, una de mis favoritas. Entré, obviamente sin previo aviso, y allí estaba ella, tranquila y despreocupada colocando sus dedos sobre las teclas.
—¡Ruthless! Joder, me habías asustado.—dije y fui corriendo hacía el piano de cola en el que ella tocaba Piano Man, de Billy Joel. —¡Mira! ¡Ves lo que hago doctor! ¡Estoy tocando!—dijo sonriendo y siguiendo la canción de memoria, y me había sorprendido tanto. Puede que estaba tocando desde hace unas semanas, pero aprender una canción de ese nivel y de memoria, era digno de admirar. —Em-em sí, lo veo, y créeme lo haces muy bien.—dije en estado de shock. —Algún día seré como Billy Joel, ¿vale?—y ella respondió sin sacar su mirada de las teclas, podría tener la mentalidad de un niño de 6 años, o de su mismo hijo, pero daba la claridad de una chica única.
Mientras veníamos caminando para volver a mi estudio, ella daba vueltas y vueltas, cantaba melodías frente a los policías, tal vez para fastidiarlos, pero me daba gracia. Casi siempre perdía su destino y tomaba otro, así que se dirigió a un centro de cd's. Tuve que seguirla, no iba a perderle la vista, ya habría ocurrido y si volvía a ocurrir, podría ser peor, conociéndola. Bufé mientras ella con sus manos me indicaba que entre con ella a la tienda de cd's. Tiendas como estas puede colocar un cd y escuchar, para poder justificar si es de tu agrado o no, y ella decidió hacer lo mismo. Atrajo los audífonos grandes a nuestros oídos mientras ponía una pieza de Queen. "You're my best friend", si me preguntan por qué razón colocó ese cd, era simple, el piano. Ella quería escucharlo, no importa si fuese una sinfonía, si fuese Jerry lee Lewis, si fuese Imagine de John Lennon, ella lo ponía por el piano, compañero fiel de un músico, y posiblemente su compañero.
***
El día había terminado, y obviamente la deje en su casa, no podría dejarla sola, ella en ciertos puntos me preocupaba. Llegué a mi departamento listo para descansar pero algo me traía confundido, tal vez habría dejado algo pendiente y no podía recordarlo. Mis pensamientos desaparecieron cuando el teléfono sonó, y seguramente era mi madre.
—¿Hola?—dije y escuché su voz por la otra línea, sí, era ella. —¡Hijo! ¿Todo va bien? ¿Cómo vas con el libro?—¡eso! el libro, eso me tenía tan confundido, debía terminarlo, de hecho, tener una idea para escribirlo. Mi madre siempre quiso que fuera escritor y no psicólogo, pero últimamente las ideas no fluían como para escribir un libro. Aún así vivía con la mentira de que sí lo estaba escribiendo, ella pensaba eso y no iba a decepcionarla, así que debía escribir, para que ella fuera feliz. —Eh-eh em, sí, va muy bien, es algo que llevo preparado por mucho tiempo, creo que ya lo termino.—rasqué mi sien dudando si lo que había dicho sonaba creíble, y al parecer sí porque la risa de felicidad de mi madre, era notable. Al termina una charla familiar colgué el teléfono y deje mi maletín en la mesa, para abrirlo y sacar todo lo que sea necesario. Me encontré con un dibujo hecho por Ruth, y tenía una ideología grandiosa. Era una persona amiga de otra persona y ambos eran totalmente distintos, algo así como un judío y un nazi. Se ve que el nazi ayudo al judío, luego se encontraba en peligro pero su amigo no lo podía ayudar. Tal vez se baso en un hecho real, siempre le dije que dibujara su vida, o hechos que para ella eran importantes y ahí estaba, ¡exacto! Una idea perfecta para escribir un libro. Corrí a mi computadora, a la velocidad de la luz la prendí y obviamente me dispuse a escribir. Gracias Ruth, gracias a ti pude escribir, El Pianista. [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] and [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
ficha aceptada.
omg. me encantó todo está hermoso tu manera de escribir es muy buena, mielda(? ruth c': me encantó, i promise. Tu ficha está más que aceptada, ¡suerte!
Susurro Niall en mi oído mientras quitaba sus manos de mis ojos dejándome ver un hermoso paisaje, estábamos un bosque uno de esos en lo que no quisieras entrar en ellos a la media noche pero vamos son las seis y todavía había un poco de solo, lo que me relajo ya que no me gusta estar en la obscuridad. Los arboles formaban un circulo en medio de este se encontraba una mesa junto con dos sillas, era un imagen realmente hermosa porque el sol iluminaba la mesa.
-Es hermoso-dije volteándome hacia el -Me alegro de que te gustara porque realmente me llevo un buen tiempo encontrar este bosque y decorar ese lugar, no soy bueno en eso así que le pedir a la hermana de Harry que me ayudara con esto-wow sí que era demasiado tierno, nunca antes un chico había este hecho por mi así que pienso que esta cita será inolvidable -No debiste en molestarte, esto demasiado para mi ningún otro chico había esto hecho por mí, esto es sumamente especial -Me encargare entonces que esto sea aún más especial y espero que de todas las citas que has tenido esta sea la mejor y que supere tus expectativas -Eso espero Sr. Horan
Dije de forma divertida mientras caminábamos hacia la mesa, saco la silla y me ayudo a sentarme, lo que me pareció un gesto lindo empezamos a cenar, cuando terminamos empezamos a habla de cosas sin sentido hasta que toco el tema de mi familia.
-¿Y qué me cuentas sobre tu familia, como es, como te llevas con tus padres, tienes hermanas? -Niall, realmente no quiero hablar de ello no es que me sienta avergonzada o algo por el estilo pero no creo que sea el momento para hablar sobre eso-dije seria y vi que su sonrisa se borró -Claro, es tu decisión cuando estés lista para poder decirme, ahí estaré- si este chico sigue así, me enamorare lo digo enserio -Lo tomare en cuenta-dije sonriéndole -¿Dime qué tipo de música te gusta, quien es tu cantante favorito? -Coldpay -¿Coldplay, enserio? -Sí, tiene algo de malo -No porque de hecho Colplay es también mi banda favorita, la canción que más me gusta es Viva la vida -La mía es Fix you -¿Qué te parece si vamos a caminar? -Claro, vamos
Una vez dicho esto nos paramos y me extendió su brazo, entrelace el mío con el suyo y de esa forma empezamos a caminar hasta llegar a un riachuelo, el paisaje era hermoso por que llegamos justo cuando estaba atardeciendo por lo tanto el sol hacia que el cielo estuviera de un color anaranjado.
-Es hermoso-dijo el -De hecho-dije mirándolo -Te tomare una foto -¿Qué? ¿Con que? -Con esto-dijo mientras sacaba del bolsillo de su saco una cámara fotográfica
Camine hasta un árbol que estaba ahí, voltee y mire hacia donde estaba Niall, parado sonriéndome y apunto de tomar la foto. Sonreí y note que tomo la foto y grito un “¡Saliste hermosa!” provocando que me sonrojara, camino hacia mí y me abrazo, cosa que me extraño un poco pero le correspondí.
-Gracias por aceptar salir conmigo porque debo confesare te que me gustas-me susurro en el oído y me sorprendió sus palabras ya que a mí también me gustaba, pero era demasiado pronto para decir eso -No tiene porque darlas sobre lo otro, creo que son palabras demasiado fuertes porque pienso que es muy para decir eso, quiero decir que no nos conocemos bastante bien como para poder decir eso -Tienes razón, pero es la verdad me estas comenzando a gustar pero hey no te preocupes tenemos todo el tiempo para conocernos perfectamente-Dijo deshaciendo el abrazo y sonriéndome de forma coqueta a la que le correspondí de igual manera
Me agarro de la mano y me condujo hacia la orilla del riachuelo, nos sentamos en un mantel del cual no me había dado cuenta, ninguno de los dos dijo nada simplemente nos quedamos silencio pero no un silencio incómodo. Cuando anocheció empezó hacer frio cosa que no me gusto porque me empezaron a dar escalofríos, Niall lo noto y se quitó su saco y la puso sobre mi hombros, lo voltee a ver y le sonreí.
-Gracias-dije para después besarle su mejilla -No tienes porque…es mejor no vallamos, no quiero que te enfermes por mi culpa-dijo sonriendo de lado -Claro- dije mientras me separaba de él, se paró y después me ayudo a pararme, recogió en mantel y regresamos hacia donde habíamos cenado, dejo el mantel encima de la mesa y agarro mi mano, entrelazando nuestras dedos lo mire, me sonroje y baje la cabeza. Caminamos hacia la entrada del bosque en donde se encontraba el carro de Niall, me abrió la puerta y me subí una vez que cerró la puerta rodeo el carro para después hacer lo mismo que yo, encendió el motor arranco.
-¿Dejaras las cosa ahí?-pregunte extrañada -Regresare mañana por ella, nadie sabe la existencia de ese lugar así que estoy seguro de que no se las robaran- dijo riendo y yo , yo solo me limite a mirarlo tiernamente por que se reía como un niño chiquito , porque su cabeza la hacía hacia atrás y abría la boca mostrando sus dientes
Nos llevó un hora volver hacia la cuidad y otra meda hora llegar hacia el edificio en donde vivía.
-Vamos, te acompaño hasta tu departamento-dijo mientras conducía hacia el estacionamiento subterráneo, lo estaciono y salimos del carro -No tienes por qué hacerlo de seguro tienes aun otro compromiso, además ya es tarde -Claro que no apenas son la nueve y media aun no es tarde y no tengo otro compromiso mi compromiso de hoy era tener una cita contigo, la cual espero que te haya gustado -No me gusto, me encanto realmente superaste mis expectativas-dije riéndome
Caminamos hacia el elevador y apreté el botón que tenía el número diez, mientras llegábamos, hablábamos de cosas triviales, cosa incoherentes de las cuales no tiene importancia contarlas. Una vez que las puertas del elevador se abrieron salimos de este y caminamos hacia la puerta de enfondo, en donde tenía el numero cuarenta, estoy casi segura de que te preguntaras “¿Piso diez y tu habitación es la numero cuarenta? Pues como están acomodados los pisos” Te lo explicare como se lo explique a Kate: en este edificio hay veinte pisos en cada piso hay cuatro departamentos.
-Bueno es tiempo de decir adiós -comente recargándome en la puerta -Creo que si…te llamare mañana ¿Te parece? -Esperare ansiosa tu llama -Estupendo, entonces hasta luego-dijo para después acercarse hacia a mí y así poder darme un beso en mi mejilla izquierda, cuando se separó me regalo un sonrisa- descansa-dijo finalmente para después darse la vuelta y dirigirse hacia el elevado, se metió en este y las puertas empezaron a cerrarse, alzo la mano y la ladeo en forma de despedida hice lo mismo dirigiéndole también una sonrisa
Saque la llave del bolso que traía y la metí en la cerradura, se oyó el un clac, indicando que la puerta se había abierto. Entre y note que todavía tenía puesto el saco de Niall, se me había olvidado dárselo, camine hacia la sala y deje las llaves en mesa de centro justo cuando lo hacía se prendieron las luces cosa que hizo diera un pequeño brinco, voltee hacia el apagador y vi que Kate estaba parada con el ceño fruncido.
-¿Qué horas son estas de llegar a casa eh? Hace horas que estoy aquí y tu ni tus luces mujer-dijo caminando hacia mí -Lo siento, no sabía que vendrías, no me avisaste así que no me reclames -Está bien, está bien dejare de reclamarte pero dime la verdad ¿Quién fue el afortunado de haber tenido una cita contigo? -No tuve una cita-dije un poco nerviosa, no quería que supiera que había salido con Niall un parte de mi me decía que no debería de contárselo -Si claro, entonces de seguro decidiste vestirte así y salir a caminar un rato ¿No?-dijo de forma sarcástica -Estas en lo correcto -Oh vamos, dime ya…dímelo, dímelo, dímelo, dímelo, dímelo, di… -Con Nialll ¡¿Ya feliz?!-dije harta, no me gustaba que las personas digieran muchas veces la misma palabra -¿Con Niall?-dijo poniendo seria -Si ¿Por qué, tiene algo de malo? -Sí y no -Explícate -No porque tienes el derecho de salir con quien sea. Y si porque…amiga el no te conviene, lo sé porque lo conozco desde hace mucho el solo juega con las mujeres, no es de una sola mujer y perdóname pero no creo que eso cambien estando el contigo, así que te aconsejo que te alejes te lo digo porque no quiero que acabes con el corazón roto-dijo mientras agarra mis manos -Te agradezco te preocupes por mí pero yo tomo mis decisiones y mi decisión es no alejarme de el -Claro…te llevo a cenar a una bosque ¿Verdad?-dijo viéndome detenidamente -¿Que te hace creer eso ? -Lo hizo, debo irme-dijo soltándome las manos para después agarrar su bolso que estaba en el perchero de la entrada, abrió la puerta y sin decir adiós se fue.
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audición aceptada.
me gustó mucho tu ficha. aunque tienes algún que otro fallo con las comas, pero no es nada que no se pueda solucionar c: tu fichis está aceptada ccc: ¡suerte!
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.