¡Conéctate y ven a divertirte con nosotr@s! :)
Si no estás registrado, hazlo y forma parte de nuestra gran comunidad.
¡La administración ha modificado otra vez el foro, y los Invitados ya pueden ver todas las secciones! Aún así, para comentar y crear temas debes tener una cuenta.
Cualquier duda, queja o sugerencia que quieras darle al staff, éste es nuestro facebook: https://www.facebook.com/onlywebnovels
¡IMPORTANTE!, los Mensajes Privados de los Invitados no serán respondidos por la administración. Te esperamos en nuestro facebook (:
Atte: Staff OnlyWns.
Unirse al foro, es rápido y fácil
O W N
¡Conéctate y ven a divertirte con nosotr@s! :)
Si no estás registrado, hazlo y forma parte de nuestra gran comunidad.
¡La administración ha modificado otra vez el foro, y los Invitados ya pueden ver todas las secciones! Aún así, para comentar y crear temas debes tener una cuenta.
Cualquier duda, queja o sugerencia que quieras darle al staff, éste es nuestro facebook: https://www.facebook.com/onlywebnovels
¡IMPORTANTE!, los Mensajes Privados de los Invitados no serán respondidos por la administración. Te esperamos en nuestro facebook (:
Atte: Staff OnlyWns.
O W N
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
00 . 01 Anuncios del mes febrero. 00 . 02 Actualización del PROTOCOLO, nueva medida obligatoria de avatares. 00 . 03 Remodelación del foro febrero del 2017. 00 . 00 Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit.
'Cause you throw your head back laughing like a little kid...†
-Abre los ojos
Susurro Niall en mi oído mientras quitaba sus manos de mis ojos dejándome ver un hermoso paisaje, estábamos un bosque uno de esos en lo que no quisieras entrar en ellos a la media noche pero vamos son las seis y todavía había un poco de solo, lo que me relajo ya que no me gusta estar en la obscuridad. Los arboles formaban un circulo en medio de este se encontraba una mesa junto con dos sillas, era un imagen realmente hermosa porque el sol iluminaba la mesa.
-Es hermoso-dije volteándome hacia el -Me alegro de que te gustara porque realmente me llevo un buen tiempo encontrar este bosque y decorar ese lugar, no soy bueno en eso así que le pedir a la hermana de Harry que me ayudara con esto-wow sí que era demasiado tierno, nunca antes un chico había este hecho por mi así que pienso que esta cita será inolvidable -No debiste en molestarte, esto demasiado para mi ningún otro chico había esto hecho por mí, esto es sumamente especial -Me encargare entonces que esto sea aún más especial y espero que de todas las citas que has tenido esta sea la mejor y que supere tus expectativas -Eso espero Sr. Horan
Dije de forma divertida mientras caminábamos hacia la mesa, saco la silla y me ayudo a sentarme, lo que me pareció un gesto lindo empezamos a cenar, cuando terminamos empezamos a habla de cosas sin sentido hasta que toco el tema de mi familia.
-¿Y qué me cuentas sobre tu familia, como es, como te llevas con tus padres, tienes hermanas? -Niall, realmente no quiero hablar de ello no es que me sienta avergonzada o algo por el estilo pero no creo que sea el momento para hablar sobre eso-dije seria y vi que su sonrisa se borró -Claro, es tu decisión cuando estés lista para poder decirme, ahí estaré- si este chico sigue así, me enamorare lo digo enserio -Lo tomare en cuenta-dije sonriéndole -¿Dime qué tipo de música te gusta, quien es tu cantante favorito? -Coldpay -¿Coldplay, enserio? -Sí, tiene algo de malo -No porque de hecho Colplay es también mi banda favorita, la canción que más me gusta es Viva la vida -La mía es Fix you -¿Qué te parece si vamos a caminar? -Claro, vamos
Una vez dicho esto nos paramos y me extendió su brazo, entrelace el mío con el suyo y de esa forma empezamos a caminar hasta llegar a un riachuelo, el paisaje era hermoso por que llegamos justo cuando estaba atardeciendo por lo tanto el sol hacia que el cielo estuviera de un color anaranjado.
-Es hermoso-dijo el -De hecho-dije mirándolo -Te tomare una foto -¿Qué? ¿Con que? -Con esto-dijo mientras sacaba del bolsillo de su saco una cámara fotográfica
Camine hasta un árbol que estaba ahí, voltee y mire hacia donde estaba Niall, parado sonriéndome y apunto de tomar la foto. Sonreí y note que tomo la foto y grito un “¡Saliste hermosa!” provocando que me sonrojara, camino hacia mí y me abrazo, cosa que me extraño un poco pero le correspondí.
-Gracias por aceptar salir conmigo porque debo confesare te que me gustas-me susurro en el oído y me sorprendió sus palabras ya que a mí también me gustaba, pero era demasiado pronto para decir eso -No tiene porque darlas sobre lo otro, creo que son palabras demasiado fuertes porque pienso que es muy para decir eso, quiero decir que no nos conocemos bastante bien como para poder decir eso -Tienes razón, pero es la verdad me estas comenzando a gustar pero hey no te preocupes tenemos todo el tiempo para conocernos perfectamente-Dijo deshaciendo el abrazo y sonriéndome de forma coqueta a la que le correspondí de igual manera
Me agarro de la mano y me condujo hacia la orilla del riachuelo, nos sentamos en un mantel del cual no me había dado cuenta, ninguno de los dos dijo nada simplemente nos quedamos silencio pero no un silencio incómodo. Cuando anocheció empezó hacer frio cosa que no me gusto porque me empezaron a dar escalofríos, Niall lo noto y se quitó su saco y la puso sobre mi hombros, lo voltee a ver y le sonreí.
-Gracias-dije para después besarle su mejilla -No tienes porque…es mejor no vallamos, no quiero que te enfermes por mi culpa-dijo sonriendo de lado -Claro- dije mientras me separaba de él, se paró y después me ayudo a pararme, recogió en mantel y regresamos hacia donde habíamos cenado, dejo el mantel encima de la mesa y agarro mi mano, entrelazando nuestras dedos lo mire, me sonroje y baje la cabeza. Caminamos hacia la entrada del bosque en donde se encontraba el carro de Niall, me abrió la puerta y me subí una vez que cerró la puerta rodeo el carro para después hacer lo mismo que yo, encendió el motor arranco.
-¿Dejaras las cosa ahí?-pregunte extrañada -Regresare mañana por ella, nadie sabe la existencia de ese lugar así que estoy seguro de que no se las robaran- dijo riendo y yo , yo solo me limite a mirarlo tiernamente por que se reía como un niño chiquito , porque su cabeza la hacía hacia atrás y abría la boca mostrando sus dientes
Nos llevó un hora volver hacia la cuidad y otra meda hora llegar hacia el edificio en donde vivía.
-Vamos, te acompaño hasta tu departamento-dijo mientras conducía hacia el estacionamiento subterráneo, lo estaciono y salimos del carro -No tienes por qué hacerlo de seguro tienes aun otro compromiso, además ya es tarde -Claro que no apenas son la nueve y media aun no es tarde y no tengo otro compromiso mi compromiso de hoy era tener una cita contigo, la cual espero que te haya gustado -No me gusto, me encanto realmente superaste mis expectativas-dije riéndome
Caminamos hacia el elevador y apreté el botón que tenía el número diez, mientras llegábamos, hablábamos de cosas triviales, cosa incoherentes de las cuales no tiene importancia contarlas. Una vez que las puertas del elevador se abrieron salimos de este y caminamos hacia la puerta de enfondo, en donde tenía el numero cuarenta, estoy casi segura de que te preguntaras “¿Piso diez y tu habitación es la numero cuarenta? Pues como están acomodados los pisos” Te lo explicare como se lo explique a Kate: en este edificio hay veinte pisos en cada piso hay cuatro departamentos.
-Bueno es tiempo de decir adiós -comente recargándome en la puerta -Creo que si…te llamare mañana ¿Te parece? -Esperare ansiosa tu llama -Estupendo, entonces hasta luego-dijo para después acercarse hacia a mí y así poder darme un beso en mi mejilla izquierda, cuando se separó me regalo un sonrisa- descansa-dijo finalmente para después darse la vuelta y dirigirse hacia el elevado, se metió en este y las puertas empezaron a cerrarse, alzo la mano y la ladeo en forma de despedida hice lo mismo dirigiéndole también una sonrisa
Saque la llave del bolso que traía y la metí en la cerradura, se oyó el un clac, indicando que la puerta se había abierto. Entre y note que todavía tenía puesto el saco de Niall, se me había olvidado dárselo, camine hacia la sala y deje las llaves en mesa de centro justo cuando lo hacía se prendieron las luces cosa que hizo diera un pequeño brinco, voltee hacia el apagador y vi que Kate estaba parada con el ceño fruncido.
-¿Qué horas son estas de llegar a casa eh? Hace horas que estoy aquí y tu ni tus luces mujer-dijo caminando hacia mí -Lo siento, no sabía que vendrías, no me avisaste así que no me reclames -Está bien, está bien dejare de reclamarte pero dime la verdad ¿Quién fue el afortunado de haber tenido una cita contigo? -No tuve una cita-dije un poco nerviosa, no quería que supiera que había salido con Niall un parte de mi me decía que no debería de contárselo -Si claro, entonces de seguro decidiste vestirte así y salir a caminar un rato ¿No?-dijo de forma sarcástica -Estas en lo correcto -Oh vamos, dime ya…dímelo, dímelo, dímelo, dímelo, dímelo, di… -Con Nialll ¡¿Ya feliz?!-dije harta, no me gustaba que las personas digieran muchas veces la misma palabra -¿Con Niall?-dijo poniendo seria -Si ¿Por qué, tiene algo de malo? -Sí y no -Explícate -No porque tienes el derecho de salir con quien sea. Y si porque…amiga el no te conviene, lo sé porque lo conozco desde hace mucho el solo juega con las mujeres, no es de una sola mujer y perdóname pero no creo que eso cambien estando el contigo, así que te aconsejo que te alejes te lo digo porque no quiero que acabes con el corazón roto-dijo mientras agarra mis manos -Te agradezco te preocupes por mí pero yo tomo mis decisiones y mi decisión es no alejarme de el -Claro…te llevo a cenar a una bosque ¿Verdad?-dijo viéndome detenidamente -¿Que te hace creer eso ? -Lo hizo, debo irme-dijo soltándome las manos para después agarrar su bolso que estaba en el perchero de la entrada, abrió la puerta y sin decir adiós se fue.
Leí las reglas!!:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Aww's se me antojo una XD
Presentacion:
Hi! Mi nombre es Gabriela pero dime Aby, tengo 15 años && ammm soy nueva en esto de la N.C XD && si me escojes espero que seas paciente conmigo LOL.
Creo que eso es todo && bueno xoxo.
FICHA ACEPTADA!
Hermosa, me gusta como escribes!
El capitulo me gusto mucho:)
Tu ficha quedo bonita.
Estas participando para el rol:
La Romantica & El Mujeriego.
Pronto dejare resultados.
Besos
Sofi
Aww's Gracias ;) Tus palabras me hacen sonrojar :3 Aqui los esperare ansiosamente jeje
Jajaja de nada hermosa. Ainsss que linda:) Esperalos linda. Besos Sofi
Susurro Niall en mi oído mientras quitaba sus manos de mis ojos dejándome ver un hermoso paisaje, estábamos un bosque uno de esos en lo que no quisieras entrar en ellos a la media noche pero vamos son las seis y todavía había un poco de solo, lo que me relajo ya que no me gusta estar en la obscuridad. Los arboles formaban un circulo en medio de este se encontraba una mesa junto con dos sillas, era un imagen realmente hermosa porque el sol iluminaba la mesa.
-Es hermoso-dije volteándome hacia el -Me alegro de que te gustara porque realmente me llevo un buen tiempo encontrar este bosque y decorar ese lugar, no soy bueno en eso así que le pedir a la hermana de Harry que me ayudara con esto-wow sí que era demasiado tierno, nunca antes un chico había este hecho por mi así que pienso que esta cita será inolvidable -No debiste en molestarte, esto demasiado para mi ningún otro chico había esto hecho por mí, esto es sumamente especial -Me encargare entonces que esto sea aún más especial y espero que de todas las citas que has tenido esta sea la mejor y que supere tus expectativas -Eso espero Sr. Horan
Dije de forma divertida mientras caminábamos hacia la mesa, saco la silla y me ayudo a sentarme, lo que me pareció un gesto lindo empezamos a cenar, cuando terminamos empezamos a habla de cosas sin sentido hasta que toco el tema de mi familia.
-¿Y qué me cuentas sobre tu familia, como es, como te llevas con tus padres, tienes hermanas? -Niall, realmente no quiero hablar de ello no es que me sienta avergonzada o algo por el estilo pero no creo que sea el momento para hablar sobre eso-dije seria y vi que su sonrisa se borró -Claro, es tu decisión cuando estés lista para poder decirme, ahí estaré- si este chico sigue así, me enamorare lo digo enserio -Lo tomare en cuenta-dije sonriéndole -¿Dime qué tipo de música te gusta, quien es tu cantante favorito? -Coldpay -¿Coldplay, enserio? -Sí, tiene algo de malo -No porque de hecho Colplay es también mi banda favorita, la canción que más me gusta es Viva la vida -La mía es Fix you -¿Qué te parece si vamos a caminar? -Claro, vamos
Una vez dicho esto nos paramos y me extendió su brazo, entrelace el mío con el suyo y de esa forma empezamos a caminar hasta llegar a un riachuelo, el paisaje era hermoso por que llegamos justo cuando estaba atardeciendo por lo tanto el sol hacia que el cielo estuviera de un color anaranjado.
-Es hermoso-dijo el -De hecho-dije mirándolo -Te tomare una foto -¿Qué? ¿Con que? -Con esto-dijo mientras sacaba del bolsillo de su saco una cámara fotográfica
Camine hasta un árbol que estaba ahí, voltee y mire hacia donde estaba Niall, parado sonriéndome y apunto de tomar la foto. Sonreí y note que tomo la foto y grito un “¡Saliste hermosa!” provocando que me sonrojara, camino hacia mí y me abrazo, cosa que me extraño un poco pero le correspondí.
-Gracias por aceptar salir conmigo porque debo confesare te que me gustas-me susurro en el oído y me sorprendió sus palabras ya que a mí también me gustaba, pero era demasiado pronto para decir eso -No tiene porque darlas sobre lo otro, creo que son palabras demasiado fuertes porque pienso que es muy para decir eso, quiero decir que no nos conocemos bastante bien como para poder decir eso -Tienes razón, pero es la verdad me estas comenzando a gustar pero hey no te preocupes tenemos todo el tiempo para conocernos perfectamente-Dijo deshaciendo el abrazo y sonriéndome de forma coqueta a la que le correspondí de igual manera
Me agarro de la mano y me condujo hacia la orilla del riachuelo, nos sentamos en un mantel del cual no me había dado cuenta, ninguno de los dos dijo nada simplemente nos quedamos silencio pero no un silencio incómodo. Cuando anocheció empezó hacer frio cosa que no me gusto porque me empezaron a dar escalofríos, Niall lo noto y se quitó su saco y la puso sobre mi hombros, lo voltee a ver y le sonreí.
-Gracias-dije para después besarle su mejilla -No tienes porque…es mejor no vallamos, no quiero que te enfermes por mi culpa-dijo sonriendo de lado -Claro- dije mientras me separaba de él, se paró y después me ayudo a pararme, recogió en mantel y regresamos hacia donde habíamos cenado, dejo el mantel encima de la mesa y agarro mi mano, entrelazando nuestras dedos lo mire, me sonroje y baje la cabeza. Caminamos hacia la entrada del bosque en donde se encontraba el carro de Niall, me abrió la puerta y me subí una vez que cerró la puerta rodeo el carro para después hacer lo mismo que yo, encendió el motor arranco.
-¿Dejaras las cosa ahí?-pregunte extrañada -Regresare mañana por ella, nadie sabe la existencia de ese lugar así que estoy seguro de que no se las robaran- dijo riendo y yo , yo solo me limite a mirarlo tiernamente por que se reía como un niño chiquito , porque su cabeza la hacía hacia atrás y abría la boca mostrando sus dientes
Nos llevó un hora volver hacia la cuidad y otra meda hora llegar hacia el edificio en donde vivía.
-Vamos, te acompaño hasta tu departamento-dijo mientras conducía hacia el estacionamiento subterráneo, lo estaciono y salimos del carro -No tienes por qué hacerlo de seguro tienes aun otro compromiso, además ya es tarde -Claro que no apenas son la nueve y media aun no es tarde y no tengo otro compromiso mi compromiso de hoy era tener una cita contigo, la cual espero que te haya gustado -No me gusto, me encanto realmente superaste mis expectativas-dije riéndome
Caminamos hacia el elevador y apreté el botón que tenía el número diez, mientras llegábamos, hablábamos de cosas triviales, cosa incoherentes de las cuales no tiene importancia contarlas. Una vez que las puertas del elevador se abrieron salimos de este y caminamos hacia la puerta de enfondo, en donde tenía el numero cuarenta, estoy casi segura de que te preguntaras “¿Piso diez y tu habitación es la numero cuarenta? Pues como están acomodados los pisos” Te lo explicare como se lo explique a Kate: en este edificio hay veinte pisos en cada piso hay cuatro departamentos.
-Bueno es tiempo de decir adiós -comente recargándome en la puerta -Creo que si…te llamare mañana ¿Te parece? -Esperare ansiosa tu llama -Estupendo, entonces hasta luego-dijo para después acercarse hacia a mí y así poder darme un beso en mi mejilla izquierda, cuando se separó me regalo un sonrisa- descansa-dijo finalmente para después darse la vuelta y dirigirse hacia el elevado, se metió en este y las puertas empezaron a cerrarse, alzo la mano y la ladeo en forma de despedida hice lo mismo dirigiéndole también una sonrisa
Saque la llave del bolso que traía y la metí en la cerradura, se oyó el un clac, indicando que la puerta se había abierto. Entre y note que todavía tenía puesto el saco de Niall, se me había olvidado dárselo, camine hacia la sala y deje las llaves en mesa de centro justo cuando lo hacía se prendieron las luces cosa que hizo diera un pequeño brinco, voltee hacia el apagador y vi que Kate estaba parada con el ceño fruncido.
-¿Qué horas son estas de llegar a casa eh? Hace horas que estoy aquí y tu ni tus luces mujer-dijo caminando hacia mí -Lo siento, no sabía que vendrías, no me avisaste así que no me reclames -Está bien, está bien dejare de reclamarte pero dime la verdad ¿Quién fue el afortunado de haber tenido una cita contigo? -No tuve una cita-dije un poco nerviosa, no quería que supiera que había salido con Niall un parte de mi me decía que no debería de contárselo -Si claro, entonces de seguro decidiste vestirte así y salir a caminar un rato ¿No?-dijo de forma sarcástica -Estas en lo correcto -Oh vamos, dime ya…dímelo, dímelo, dímelo, dímelo, dímelo, di… -Con Nialll ¡¿Ya feliz?!-dije harta, no me gustaba que las personas digieran muchas veces la misma palabra -¿Con Niall?-dijo poniendo seria -Si ¿Por qué, tiene algo de malo? -Sí y no -Explícate -No porque tienes el derecho de salir con quien sea. Y si porque…amiga el no te conviene, lo sé porque lo conozco desde hace mucho el solo juega con las mujeres, no es de una sola mujer y perdóname pero no creo que eso cambien estando el contigo, así que te aconsejo que te alejes te lo digo porque no quiero que acabes con el corazón roto-dijo mientras agarra mis manos -Te agradezco te preocupes por mí pero yo tomo mis decisiones y mi decisión es no alejarme de el -Claro…te llevo a cenar a una bosque ¿Verdad?-dijo viéndome detenidamente -¿Que te hace creer eso ? -Lo hizo, debo irme-dijo soltándome las manos para después agarrar su bolso que estaba en el perchero de la entrada, abrió la puerta y sin decir adiós se fue.
Leí las reglas!!:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Aww's se me antojo una XD
Presentacion:
Hi! Mi nombre es Gabriela pero dime Aby, tengo 15 años && ammm soy nueva en esto de la N.C XD && si me escojes espero que seas paciente conmigo LOL.
Creo que eso es todo && bueno xoxo.
FICHA ACEPTADA!
Hermosa, me gusta como escribes!
El capitulo me gusto mucho:)
Tu ficha quedo bonita.
Estas participando para el rol:
La Romantica & El Mujeriego.
Pronto dejare resultados.
Besos
Sofi
Aww's Gracias ;) Tus palabras me hacen sonrojar :3 Aqui los esperare ansiosamente jeje
Jajaja de nada hermosa. Ainsss que linda:) Esperalos linda. Besos Sofi
Seee....aquí los esperare lol ...sabes literalmente estoy así --> :jiji: :jiji: :jiji: Es que bueno es la primera vez que estoy audicionando para una N.C. && bueno por eso estoy así, ademas ya tengo algo así como ideas para el rol que me toco y todo eso XD
Nombre completo: Amelie Claire Weinberg Lennon Representante: Alexandra Catherine Alexina Edad: 23 años Chico: Jamie Ryan Dee o Michael Clifford Roles: La misteriosa y el chico malo Descripción psicológica: Un verdadero torbellino descontrolado, Amelie es lo que llaman un puro nervio. Tiene una reserva de energía física, mental y emocional que le hace sumamente imprevisible y activa; todo lo hace rápido, todo lo hace a lo bestia, si quiere algo va a por ello en el momento sin esperarse a que venga por él mismo. Su personalidad dura e inaccesible es un reflejo ante su situación familiar; la ausencia de su padre, al que admira y quiere a pesar de que se muestre fría y hostil con él, ha hecho que se cree una coraza para protegerse, ocultando sus sentimientos y fingiendo que nada le importa y que puede ella sola con el mundo. No le es muy difícil gracias a su gran cabezonería, uno de sus rasgos más notables por las dimensiones épicas de la misma. No hay manera humana de hacerle hacer o decir algo que no quiere, y siempre seguirá su camino sin atender a razones. No se arredra ante nada ni ante nadie, y morirá si hace falta antes de doblegarse o huir de alguna situación, aunque sea por la mayor chorrada, ya ni hablemos de las grandes causas. Tiene unos ideales fuertes y marcados a fuego por los que dirige su vida, y que defenderá a capa y espada.
No es una persona violenta por naturaleza, pero es tremendamente impulsiva y ha crecido en un entorno en ocasiones hostil, con lo que reacciona ante cualquier ofensa encarándose con el ofensor a la mínima, ya que cree que si deja que se le suban a la chepa acabarán por poder con ella. No es cruel ni malintencionada, pero, como su mellizo, tiene muy poco tacto a la hora de hablar, y siempre dirá lo que piensa sin tapujos. Aún sacando las espinas y alejando a todos de sí, en general se podría decir que es buena chica, y muchas veces se le ve el plumero y se cae esa fachada de dura insensible, sobre todo cuando tiene que ayudar a alguien. Capítulo o OS de tu autoría:
Antes de decirles mi nombre les voy a decir quién soy. O quién no soy mejor: no soy normal. Sí, ese es mi nombre. Diana. Poco común, aparte de la princesa Diana y tributos a ella , pero claro: no podía llamarme de otra manera. Era previsible que mi nombre no podía ser común, tenía que ser especial. A veces me pregunto si me castigaron por toda mi vida mis viejos al darme ese nombre. Quizás si me hubiera llamado Florencia o Lottie no me hubieran sucedido mitad de las cosas que me tocó vivir, sufrir, negar, experimentar, etc. Así que mi nombre es especial, como yo (según mis padres). Sí, ahora tengo amigas (y de las mejores) pero ellas no creen que sea especial, simplemente que estoy loca. “Una loca linda” como está de moda catalogar a los retorcidos mentales para que no se violenten. Y no es que yo crea que soy una retorcida. Sí, a decir verdad creo que soy una retorcida, pero concuerdo con mis amigas: no puedo hacerle daño a nadie. Solamente a mi misma o a otros por medio de mí. Llegó una época en mi vida cuando en vez de enojarme con alguien me castigaba a mi misma para afectar a ese otro alguien. Pero eso viene más tarde. Sostengo que todavía es temprano.
Después de las experiencias de mi primer colegio mis viejos decidieron mandarme a otro. El segundo colegio al que fui lucía mucho más como un colegio normal que el anterior. Los alumnos llevaban guardapolvos blancos y se sentaban en los famosos “bancos” o “pupitres” de los que tanto había oído hablar pero nunca había visto. Vale aclarar que en el Pedagógico (mi primer colegio) nos sentábamos en alfombras y en posición “chinito” haciendo una ronda. Escribíamos en el piso y no teníamos pertenencias. Era el comunismo hecho colegio. Nunca te enterabas si tu compañerito tenía plata o no porque no lo veías vestido de ninguna manera. Usábamos “pintores”: una suerte de guardapolvo pero que te mandaban a hacer (a tu mamá, claro) del cual podías elegir el estampado o el escocés que querías llevar todo el año. Una porquería. Como decía, ni siquiera nos dejaban llevar pulseras o relojes. “No todos los chicos pueden comprar relojes o pulseras así que ninguno de ustedes debe traerlos al colegio”. Esa fue la manera que encontraron las maestras de adueñarse de pulserita o reloj que veían brillando en el recreo. Se quedaban con todo (supongo que como “castigo por haber roto las reglas”). Una gansada, como todo lo de ese colegio. No usábamos porta-útiles o cartucheras, simplemente había una caja de madera con lápices con el nombre de cada alumno. Y cuatro gomas de borrar. Tampoco había lapiceras, ni exámenes, ni boletines, ni nada. Era absolutamente cualquier cosa. Y a mí me molestaba mi prima que se quedaba siempre con la goma de borrar en la mano. Sobretodo porque yo era básicamente mala en matemáticas y tenía que borrar todo el tiempo. Nunca me gustó eso del comunismo. ¿Todo para todos? Siempre hay algún vivo que se apropia de lo que es de todos. Mejor me compro mi propia goma de borrar y problema solucionado. Nunca lo hice, ahora que lo menciono. Porque nunca rompía las malditas reglas del colegio. Y nunca faltaba, porque mi mamá no me dejaba y más porque cuando faltaba al colegio me aburría. Claro: no tenía amigas, ¿qué iba a hacer en mi casa todo el día? Comer y mirar televisión, ¡qué pregunta!
Entonces me sacaron de ese colegio donde me hicieron leer “El clan del oso cavernario” a los diez años (y créanme, tiene partes lo suficientemente subidas de tono para considerarlas material inapropiado para alumnos de diez años) y me cambiaron al Estrada. Un colegio “normal”, con compañeros normales y hasta quizás más crueles que los del pedagógico. Porque peor que hablen mal de uno es que ni siquiera lo miren o noten su presencia. En eso me convertí yo: en la gorda que va al colegio privado y cheto de la ciudad. Eso suponía:
a) que no iba a tener amigas o
b) que mis amigas iban a ser tan fracasadas o más que yo
Ninguna de las opciones me parecía viable pero simplemente caí en ese colegio desprevenida. Ah, ahora que recuerdo: Rocío. ¿Nunca odiaron y admiraron a alguien a la vez? Sí, probablemente a sus padres, pero me refiero a un par: un compañero de colegio, de trabajo, de algo. A mí me pasó, más de una vez y es el momento de hablar de Rocío y más indirectamente de mi madre.
Mi mamá siempre quiso que yo sea un diez. Es decir, un palo y un cero al lado. Siempre fui un cero, bien redondo y gordo.. Y tiempo después me enteré de la existencia de “los diez”. Una pareja amiga de mis viejos que eran diez, en puntaje, claro. Eran cinco pero los escuchabas hablar de sus habilidades y te sentías miserable en menos de dos palabras. Jugaban tenis, golf, básquet, nadaban, eran perfectos alumnos, arquitectos, hablaban perfectísimo inglés, hacían viajes por todo el mundo, eran extremadamente independientes no solo económicamente sino en todo sentido de la palabra. Eran 10. Así de fácil.
Tuve la maldita suerte de que la amiga perfecta de mamá tenga una hija de mi exacta edad pero abismalmente diferente. Rocío. Ella no tocaba piano pero hacía todo lo demás, imaginen cualquier cosa posible: Rocío lo hacía. El panorama se me complicó un poco cuando empecé a escuchar a mamá diciendo periódicamente que algún hijo perfecto de su amiga había recibido algún estúpido premio. Básicamente me empezó a molestar la repetición en serie de comentarios edulcorados hacia Rocío, o cualquiera de sus familiares. Como ella estudiaba inglés, mi mamá me mandó a estudiar inglés. Como ella bailaba danzas contemporáneas yo empecé a hacerlo. Y así seguía como un detective frustrado las huellas de Rocío. O mejor: cumplía los caprichos de mi madre. Quizás mamá pensó que se iba a parecer a su amiga si yo me parecía a su hija. No sé.
Gracias a Rocío mis habilidades eran innumerables: natación, danzas de todo tipo ¡¡¡patinaje artístico!!! Destreza, patinaje sobre hielo, estudiante de inglés… argh… era una vulgar fotocopia de mi amiga y compañera del colegio: porque mamá me cambió al Estrada porque Rocío iba al Estrada.
Y ahí quería llegar. Ah, olvidé mencionar que mientras yo pesaba 64 kilogramos, Rocío no pasaba los 39. Pero claro “tienen contexturas diferentes”. Si la vieran (la sigo viendo) sabrían de lo que estoy hablando. Tiene el cuerpo que toda mujer quisiera, creo. Dura y blanca y con una cara preciosa y flaca y asquerosamente perfecta. Y es buena mina. Para odiarla, ¿no? En fin.
El primer día de clases de guardapolvo blanco y cartuchera propia había llegado. Y fue un fiasco. Se compartían los bancos y no tenía con quién sentarme. Rocío me había dejado absolutamente sola y claro, yo también me hubiera dejado sola. Pero no volví llorando a casa, estaba más que acostumbrada a la soledad… y de hecho la disfrutaba. Nunca había tenido amigas, no porque me costara relacionarme, sino porque no sabía lo que significaba eso ni cómo hacerlo. No se puede extrañar algo que nunca se tuvo y yo jamás había tenido amigas ni relaciones de ningún tipo con chicos/as de mi edad. Así que simplemente me sentía en una obra de teatro donde los actores eran los mismos y las situaciones similares; donde lo único que cambiaba era el decorado. En vez de sentarme en alfombras ahora me dolía la cola contra una silla dura y apoyaba mi carpeta en un banco atestado de frases escritas con liquid-paper. Y ahora en lugar de cortar pasto en el enorme bosque del pedagógico tendría que contar baldosas en un típico patio de dos por tres metros cuadrados. Una delicia.
Pero a medida que pasó el tiempo me fui acostumbrando a lo “normal” y empecé a despreciar lo “especial” que antes apreciaba tanto. Empecé a tener tarea, deberes, profesoras como en la televisión, compañeros de guardapolvos blancos, recreo con timbre en lugar de campana y hasta un kiosko. Cosas que hasta ese momento eran impensables para mí dentro de un colegio.
Nombre completo: Amelie Claire Weinberg Lennon Representante: Alexandra Catherine Alexina Edad: 23 años Chico: Jamie Ryan Dee o Michael Clifford Roles: La misteriosa y el chico malo Descripción psicológica: Un verdadero torbellino descontrolado, Amelie es lo que llaman un puro nervio. Tiene una reserva de energía física, mental y emocional que le hace sumamente imprevisible y activa; todo lo hace rápido, todo lo hace a lo bestia, si quiere algo va a por ello en el momento sin esperarse a que venga por él mismo. Su personalidad dura e inaccesible es un reflejo ante su situación familiar; la ausencia de su padre, al que admira y quiere a pesar de que se muestre fría y hostil con él, ha hecho que se cree una coraza para protegerse, ocultando sus sentimientos y fingiendo que nada le importa y que puede ella sola con el mundo. No le es muy difícil gracias a su gran cabezonería, uno de sus rasgos más notables por las dimensiones épicas de la misma. No hay manera humana de hacerle hacer o decir algo que no quiere, y siempre seguirá su camino sin atender a razones. No se arredra ante nada ni ante nadie, y morirá si hace falta antes de doblegarse o huir de alguna situación, aunque sea por la mayor chorrada, ya ni hablemos de las grandes causas. Tiene unos ideales fuertes y marcados a fuego por los que dirige su vida, y que defenderá a capa y espada.
No es una persona violenta por naturaleza, pero es tremendamente impulsiva y ha crecido en un entorno en ocasiones hostil, con lo que reacciona ante cualquier ofensa encarándose con el ofensor a la mínima, ya que cree que si deja que se le suban a la chepa acabarán por poder con ella. No es cruel ni malintencionada, pero, como su mellizo, tiene muy poco tacto a la hora de hablar, y siempre dirá lo que piensa sin tapujos. Aún sacando las espinas y alejando a todos de sí, en general se podría decir que es buena chica, y muchas veces se le ve el plumero y se cae esa fachada de dura insensible, sobre todo cuando tiene que ayudar a alguien. Capítulo o OS de tu autoría:
Antes de decirles mi nombre les voy a decir quién soy. O quién no soy mejor: no soy normal. Sí, ese es mi nombre. Diana. Poco común, aparte de la princesa Diana y tributos a ella , pero claro: no podía llamarme de otra manera. Era previsible que mi nombre no podía ser común, tenía que ser especial. A veces me pregunto si me castigaron por toda mi vida mis viejos al darme ese nombre. Quizás si me hubiera llamado Florencia o Lottie no me hubieran sucedido mitad de las cosas que me tocó vivir, sufrir, negar, experimentar, etc. Así que mi nombre es especial, como yo (según mis padres). Sí, ahora tengo amigas (y de las mejores) pero ellas no creen que sea especial, simplemente que estoy loca. “Una loca linda” como está de moda catalogar a los retorcidos mentales para que no se violenten. Y no es que yo crea que soy una retorcida. Sí, a decir verdad creo que soy una retorcida, pero concuerdo con mis amigas: no puedo hacerle daño a nadie. Solamente a mi misma o a otros por medio de mí. Llegó una época en mi vida cuando en vez de enojarme con alguien me castigaba a mi misma para afectar a ese otro alguien. Pero eso viene más tarde. Sostengo que todavía es temprano.
Después de las experiencias de mi primer colegio mis viejos decidieron mandarme a otro. El segundo colegio al que fui lucía mucho más como un colegio normal que el anterior. Los alumnos llevaban guardapolvos blancos y se sentaban en los famosos “bancos” o “pupitres” de los que tanto había oído hablar pero nunca había visto. Vale aclarar que en el Pedagógico (mi primer colegio) nos sentábamos en alfombras y en posición “chinito” haciendo una ronda. Escribíamos en el piso y no teníamos pertenencias. Era el comunismo hecho colegio. Nunca te enterabas si tu compañerito tenía plata o no porque no lo veías vestido de ninguna manera. Usábamos “pintores”: una suerte de guardapolvo pero que te mandaban a hacer (a tu mamá, claro) del cual podías elegir el estampado o el escocés que querías llevar todo el año. Una porquería. Como decía, ni siquiera nos dejaban llevar pulseras o relojes. “No todos los chicos pueden comprar relojes o pulseras así que ninguno de ustedes debe traerlos al colegio”. Esa fue la manera que encontraron las maestras de adueñarse de pulserita o reloj que veían brillando en el recreo. Se quedaban con todo (supongo que como “castigo por haber roto las reglas”). Una gansada, como todo lo de ese colegio. No usábamos porta-útiles o cartucheras, simplemente había una caja de madera con lápices con el nombre de cada alumno. Y cuatro gomas de borrar. Tampoco había lapiceras, ni exámenes, ni boletines, ni nada. Era absolutamente cualquier cosa. Y a mí me molestaba mi prima que se quedaba siempre con la goma de borrar en la mano. Sobretodo porque yo era básicamente mala en matemáticas y tenía que borrar todo el tiempo. Nunca me gustó eso del comunismo. ¿Todo para todos? Siempre hay algún vivo que se apropia de lo que es de todos. Mejor me compro mi propia goma de borrar y problema solucionado. Nunca lo hice, ahora que lo menciono. Porque nunca rompía las malditas reglas del colegio. Y nunca faltaba, porque mi mamá no me dejaba y más porque cuando faltaba al colegio me aburría. Claro: no tenía amigas, ¿qué iba a hacer en mi casa todo el día? Comer y mirar televisión, ¡qué pregunta!
Entonces me sacaron de ese colegio donde me hicieron leer “El clan del oso cavernario” a los diez años (y créanme, tiene partes lo suficientemente subidas de tono para considerarlas material inapropiado para alumnos de diez años) y me cambiaron al Estrada. Un colegio “normal”, con compañeros normales y hasta quizás más crueles que los del pedagógico. Porque peor que hablen mal de uno es que ni siquiera lo miren o noten su presencia. En eso me convertí yo: en la gorda que va al colegio privado y cheto de la ciudad. Eso suponía:
a) que no iba a tener amigas o
b) que mis amigas iban a ser tan fracasadas o más que yo
Ninguna de las opciones me parecía viable pero simplemente caí en ese colegio desprevenida. Ah, ahora que recuerdo: Rocío. ¿Nunca odiaron y admiraron a alguien a la vez? Sí, probablemente a sus padres, pero me refiero a un par: un compañero de colegio, de trabajo, de algo. A mí me pasó, más de una vez y es el momento de hablar de Rocío y más indirectamente de mi madre.
Mi mamá siempre quiso que yo sea un diez. Es decir, un palo y un cero al lado. Siempre fui un cero, bien redondo y gordo.. Y tiempo después me enteré de la existencia de “los diez”. Una pareja amiga de mis viejos que eran diez, en puntaje, claro. Eran cinco pero los escuchabas hablar de sus habilidades y te sentías miserable en menos de dos palabras. Jugaban tenis, golf, básquet, nadaban, eran perfectos alumnos, arquitectos, hablaban perfectísimo inglés, hacían viajes por todo el mundo, eran extremadamente independientes no solo económicamente sino en todo sentido de la palabra. Eran 10. Así de fácil.
Tuve la maldita suerte de que la amiga perfecta de mamá tenga una hija de mi exacta edad pero abismalmente diferente. Rocío. Ella no tocaba piano pero hacía todo lo demás, imaginen cualquier cosa posible: Rocío lo hacía. El panorama se me complicó un poco cuando empecé a escuchar a mamá diciendo periódicamente que algún hijo perfecto de su amiga había recibido algún estúpido premio. Básicamente me empezó a molestar la repetición en serie de comentarios edulcorados hacia Rocío, o cualquiera de sus familiares. Como ella estudiaba inglés, mi mamá me mandó a estudiar inglés. Como ella bailaba danzas contemporáneas yo empecé a hacerlo. Y así seguía como un detective frustrado las huellas de Rocío. O mejor: cumplía los caprichos de mi madre. Quizás mamá pensó que se iba a parecer a su amiga si yo me parecía a su hija. No sé.
Gracias a Rocío mis habilidades eran innumerables: natación, danzas de todo tipo ¡¡¡patinaje artístico!!! Destreza, patinaje sobre hielo, estudiante de inglés… argh… era una vulgar fotocopia de mi amiga y compañera del colegio: porque mamá me cambió al Estrada porque Rocío iba al Estrada.
Y ahí quería llegar. Ah, olvidé mencionar que mientras yo pesaba 64 kilogramos, Rocío no pasaba los 39. Pero claro “tienen contexturas diferentes”. Si la vieran (la sigo viendo) sabrían de lo que estoy hablando. Tiene el cuerpo que toda mujer quisiera, creo. Dura y blanca y con una cara preciosa y flaca y asquerosamente perfecta. Y es buena mina. Para odiarla, ¿no? En fin.
El primer día de clases de guardapolvo blanco y cartuchera propia había llegado. Y fue un fiasco. Se compartían los bancos y no tenía con quién sentarme. Rocío me había dejado absolutamente sola y claro, yo también me hubiera dejado sola. Pero no volví llorando a casa, estaba más que acostumbrada a la soledad… y de hecho la disfrutaba. Nunca había tenido amigas, no porque me costara relacionarme, sino porque no sabía lo que significaba eso ni cómo hacerlo. No se puede extrañar algo que nunca se tuvo y yo jamás había tenido amigas ni relaciones de ningún tipo con chicos/as de mi edad. Así que simplemente me sentía en una obra de teatro donde los actores eran los mismos y las situaciones similares; donde lo único que cambiaba era el decorado. En vez de sentarme en alfombras ahora me dolía la cola contra una silla dura y apoyaba mi carpeta en un banco atestado de frases escritas con liquid-paper. Y ahora en lugar de cortar pasto en el enorme bosque del pedagógico tendría que contar baldosas en un típico patio de dos por tres metros cuadrados. Una delicia.
Pero a medida que pasó el tiempo me fui acostumbrando a lo “normal” y empecé a despreciar lo “especial” que antes apreciaba tanto. Empecé a tener tarea, deberes, profesoras como en la televisión, compañeros de guardapolvos blancos, recreo con timbre en lugar de campana y hasta un kiosko. Cosas que hasta ese momento eran impensables para mí dentro de un colegio.
»Nombre: Alicia Hamilton »Chico: Niall Horan »Roles: La seductora y el romántico »Escrito:
Spoiler:
Me incorpore en el asiento y fije mi mirada hacia el exterior. Aquel enorme lugar lleno de edificios era realmente intimidante, desde mi posición observaba todo con lujo de detalle y no podía evitar el sentirme nerviosa y asustada. Siempre me había considerado una chica que se acostumbraba rápidamente a cambios radicales como el que estaba a punto de vivir a continuación, pero en ese momento, solo podía dudar sobre aquella definición.
Mis pensamientos no eran agradables ¿cómo iba a sobrevivir sola si durante mis 18 años de vida mis padres habían hecho todo por mí? Me pareció prudente pensar en las palabras de apoyo que mis hermanos mayores me habían dicho hace unas horas antes de salir de casa. Cuando se lo proponían, Colin y Eric eran de gran ayuda, aunque la mayor parte del tiempo fueran un dolor de cabeza. ―¡Bienvenida! –grito Eric, aturdiéndome. ―¡Sh! No grites, la asustaras –le regaño Colin como si fuera un pequeño animal de bosque al que estaban a punto de cazar. Salí de mi pequeño refugio al que todos llamaban coche y ambos rodearon mis hombros dándome un reconfortante abrazo. Solo dos personas sabían cómo calmarme en momentos de histeria como este: los gemelos. En cambio, mis padres nunca pudieron conmigo. Mamá no sabía cómo actuar y ante la desesperación solo comenzaba a gritar, y mi padre, el solo se sentaba frente a mí a estudiar mis reacciones, como todo un psiquiatra reconocido. ―Hasta aquí llegamos nosotros –anuncio el hombre antes mencionado. Aquellas palabras lograron hacerme un nudo en la garganta. Hasta el día de hoy no me había puesto a pensar en lo mucho que extrañaría mi hogar, en especial escuchar a mamá gritar por las mañanas para bajar a desayunar, o a papá, quien aparentaba ser estricto e insensible, pero que en el fondo era tan cariñoso y amable, como el tipo de persona que te tapa con una manta para que no pases frio, o que llora junto contigo cuando te sientes triste. Siempre lo relacione con una cebolla: hay que quitar capa por capa para conocer sus verdaderos sentimientos. Sin embargo, a Eric siempre le agrado cambiar mi definición a una más a su estilo: "Si lo miras fijamente, te hará llorar". Lo verdaderamente cruel, es que tiene razón. ―Eric, Colin –hablo mamá- traten de que no los expulsen. Los gemelos se miraron con complicidad mientras mamá los abrazaba con fuerza, este era su último año y sería un crimen graduarse sin haber hecho una de sus tan esperadas travesuras. Para ser unos adultos, se comportaban como si tuvieran seis años. Por mi parte, siempre fui una niña muy bien portada, por lo que no tendrían quejas de mi comportamiento este año. Papá se colocó frente a mí y me miró fijamente, con un claro mensaje en su rostro. Así era el, de pocas palabras. ―No quiero novios Elizabeth –me ordeno fríamente. Su comentario me hizo sonreír, así que me acerque y le di un fuerte abrazo de despedida. Tardo en corresponder, pero al final termino cediendo y me apretó a su pecho besando mi frente. La cebolla, como mencione anteriormente. ―No quisiera correrlos –aclaro Colin- pero tenemos que entrar. Ambos asintieron y varios abrazos y te quieros mas tarde Eric, Colin y yo nos encontrábamos solos frente a las enormes puertas principales. Tome mi única maleta y me colgué mi mochila, donde llevaba el resto de mis pertenencias. Ya no era momento para cobardías ni lamentaciones. Comencé a caminar con mis hermanos detrás de mí y después de una charla breve con los guardias en la que tuve que dar mi número de expediente para poder entrar, pise por primera vez el lugar que sería mi nuevo hogar durante una larga temporada. ―Beth –me hablo Colin apresurando el paso para alcanzarme- queremos aclarar ciertos puntos contigo, ya sabes, para una mejor convivencia entre hermanos. ―No se preocupen, no diré nada de lo que hagan o deshagan aquí –contesté. ―Me alegra que entiendas rápido ricitos de oro –indico Eric revolviendo mis rizos- por ser tan inteligente y tan buena hermana, Colin y yo hemos decidido darte una sorpresa. ―¿Sorpresa? –pregunte con temor, las sorpresas de este par nunca eran buenas. ―Aun no te diremos nada –aclaro Colin- solo te pediremos una cosa, ponte linda, iremos por ti a tu dormitorio a las nueve en punto. ―¿Cómo saben dónde está mi dormitorio? –pregunte de nuevo- ni siquiera yo sé dónde está. ―No preguntes como averiguamos todo –contesto Eric- ponte algo lindo y espéranos, ya nos agradecerás después. Ambos besaron mis mejillas al mismo tiempo y desaparecieron entre el alumnado, dejándome sola. Quite mi cara de confusión y me dispuse a pensar en lo que tenía que hacer a continuación. Según la mujer que me dio la plática de inducción hace unas semanas, una guía tenía que mostrarme el campus, pero para mí mala suerte no sabía dónde encontrarla, y la universidad era demasiado grande como para ponerme a buscar. Rendida, me senté en una banca, cerca de mi posición y decidí esperar para ver si alguien aparecía. No pasaron más de dos minutos cuando una mujer, rubia y algo mayor se acercó a mí. No la reconocí, hasta que dijo mi nombre. ―¡Elizabeth! Maura extendió sus brazos y me dio un fuerte abrazo mientras yo entraba en un estado de shock inmediato. Gracias a mi madre no me había perdido ni un solo detalle de la vida de los Horan en estos últimos años, cosa que no le agradecía en lo más mínimo. Sin embargo, gracias a ello, sabía que Maura trabajaba en una universidad, pero jamás me imagine que sería aquí. No veía venir nada bueno de esto. ―Tanto tiempo sin verte –dijo con nostalgia- tu madre me comento que habías sido aceptada en Rutgers, te alegrara saber que yo te daré el tour por la universidad. Asentí, claramente mintiendo. Maura era una mujer muy simpática y no me molestaba en lo absoluto que ella fuera mi guía, más bien, me alegraba por el hecho de conocerla desde hace años. Pero había algo que me inquietaba: Si ella estaba aquí, él también debía estarlo. Y como si me leyera el pensamiento, Maura dijo las palabras exactas que no quería escuchar. ―Por cierto –hablo- Niall también fue admitido aquí. ―¿En serio? –pregunte con ironía, pero mi voz se cortó al final de la última palabra. ―Sí, pero ya habrá tiempo para que lo saludes, será mejor que empecemos. Tome mis maletas y trague saliva, este sería un largo día. Por su parte, Maura comenzó a hablar sobre varios temas, como los planes de estudio, asesorías, fraternidades, la fundación de Rutgers, etc. mientras caminábamos por los largos pasillos llenos de cuadros e historia. Se le veía sonriente y saludable, tal como la recordaba. Pero no podía siquiera concentrarme en lo que decía, de tantas universidades en el país tenía que estrellarme con el pasado justo en esta. Mi cerebro tuvo un flashback inmediato y recordé las palabras de Eric: “No preguntes como averiguamos todo, ponte algo lindo y espéranos, ya nos agradecerás después”. Me sentí como una tonta, era claro que mamá estaba detrás de todo esto. Ella le había pedido a Maura que le diera mi información para que los gemelos me organizaran un reencuentro con Niall Horan. Mi madre siempre me reprocho el haber terminado aquella relación, pero esto era llegar a los extremos, ella sabía perfectamente lo mucho que me afectaba este tema, pero al parecer no le importaban los sentimientos de su hija. Comencé a preguntarme de que manera había sobornado a Eric y a Colin para que fueran cómplices de su plan cuando Maura me saco de mi trance. ―Querida, ¿te sientes bien? –pregunto a la mitad del camino- te veo un poco pálida y desorientada. ―Estoy bien –tartamudee- nervios del primer día. ―Es normal que te sientas así –comentó poniendo su mano en mi hombro- Niall al igual que tu… ―Maura –le interrumpí- si no te importa, no quisiera hablar de él. Ella me miro sorprendida ante mi actitud, pero tenía que decírselo o en cualquier momento explotaría y lo que saldría de mi boca no serían palabras agradables. Lo último que deseaba era faltarle el respeto a Maura, podría gritarle miles de groserías a su hijo, pero no a ella. ―Lamento si te hice sentir incomoda –confeso- ya no hablare del tema, sigamos. Suspire aliviada y un poco más tranquila. Si bien Niall me había echo pasar los momentos mas felices de mi adolescencia, también me había echo pasar los peores. Lo mas prudente era no recordar. Ya al final del recorrido, Maura me entrego la llave y el número de mi dormitorio, junto a otros papeles importantes que debía guardar. ―¿Sabrás llegar sola a los dormitorios? –pregunto amablemente. Mi cara lo dijo todo, ella sonrió y acto seguido me detallo el camino a la perfección. Segundos después, nos despedimos con un hasta luego y un fuerte abrazo para yo seguir mi camino, deseando encontrar a los gemelos para poder ahorcarlos con mis propias manos. Llegue al edificio en cuestión de minutos, no me topé con mis hermanos, lo cual agradecí muy en el fondo ya que no deseaba ser arrestada por asesinato. Subí unos cuantos pisos y cruce varios pasillos en busca del número escrito en mis documentos. Cuando llegue, la puerta estaba entreabierta y podía escuchar a dos chicas platicar animadamente. Al parecer, no era la primera en llegar. Me alegraba la idea de tener compañeras, la soledad no era lo mio. Abrí la puerta poco a poco y al parecer yo tenía razón, dos chicas estaban sentadas en uno de los sillones más grandes de la sala, y al verme, ambas cesaron su plática. Cerré la puerta y me acerque extendiendo mi mano a ambas en señal de saludo. ―Soy Elizabeth Steele –me presenté sonriente. ―Elise Armistead –contestó una de ellas. ―Crystal Kallahan.
Al observar a aquellas chicas me sentí un poco más segura, el nerviosismo se había esfumado, no estaría sola en este lugar. Por primera vez desde que vi a Maura, el asunto de Niall dejo de importarme en lo absoluto.
»Nombre: Alicia Hamilton »Chico: Niall Horan »Roles: La seductora y el romántico »Escrito:
Spoiler:
Me incorpore en el asiento y fije mi mirada hacia el exterior. Aquel enorme lugar lleno de edificios era realmente intimidante, desde mi posición observaba todo con lujo de detalle y no podía evitar el sentirme nerviosa y asustada. Siempre me había considerado una chica que se acostumbraba rápidamente a cambios radicales como el que estaba a punto de vivir a continuación, pero en ese momento, solo podía dudar sobre aquella definición.
Mis pensamientos no eran agradables ¿cómo iba a sobrevivir sola si durante mis 18 años de vida mis padres habían hecho todo por mí? Me pareció prudente pensar en las palabras de apoyo que mis hermanos mayores me habían dicho hace unas horas antes de salir de casa. Cuando se lo proponían, Colin y Eric eran de gran ayuda, aunque la mayor parte del tiempo fueran un dolor de cabeza. ―¡Bienvenida! –grito Eric, aturdiéndome. ―¡Sh! No grites, la asustaras –le regaño Colin como si fuera un pequeño animal de bosque al que estaban a punto de cazar. Salí de mi pequeño refugio al que todos llamaban coche y ambos rodearon mis hombros dándome un reconfortante abrazo. Solo dos personas sabían cómo calmarme en momentos de histeria como este: los gemelos. En cambio, mis padres nunca pudieron conmigo. Mamá no sabía cómo actuar y ante la desesperación solo comenzaba a gritar, y mi padre, el solo se sentaba frente a mí a estudiar mis reacciones, como todo un psiquiatra reconocido. ―Hasta aquí llegamos nosotros –anuncio el hombre antes mencionado. Aquellas palabras lograron hacerme un nudo en la garganta. Hasta el día de hoy no me había puesto a pensar en lo mucho que extrañaría mi hogar, en especial escuchar a mamá gritar por las mañanas para bajar a desayunar, o a papá, quien aparentaba ser estricto e insensible, pero que en el fondo era tan cariñoso y amable, como el tipo de persona que te tapa con una manta para que no pases frio, o que llora junto contigo cuando te sientes triste. Siempre lo relacione con una cebolla: hay que quitar capa por capa para conocer sus verdaderos sentimientos. Sin embargo, a Eric siempre le agrado cambiar mi definición a una más a su estilo: "Si lo miras fijamente, te hará llorar". Lo verdaderamente cruel, es que tiene razón. ―Eric, Colin –hablo mamá- traten de que no los expulsen. Los gemelos se miraron con complicidad mientras mamá los abrazaba con fuerza, este era su último año y sería un crimen graduarse sin haber hecho una de sus tan esperadas travesuras. Para ser unos adultos, se comportaban como si tuvieran seis años. Por mi parte, siempre fui una niña muy bien portada, por lo que no tendrían quejas de mi comportamiento este año. Papá se colocó frente a mí y me miró fijamente, con un claro mensaje en su rostro. Así era el, de pocas palabras. ―No quiero novios Elizabeth –me ordeno fríamente. Su comentario me hizo sonreír, así que me acerque y le di un fuerte abrazo de despedida. Tardo en corresponder, pero al final termino cediendo y me apretó a su pecho besando mi frente. La cebolla, como mencione anteriormente. ―No quisiera correrlos –aclaro Colin- pero tenemos que entrar. Ambos asintieron y varios abrazos y te quieros mas tarde Eric, Colin y yo nos encontrábamos solos frente a las enormes puertas principales. Tome mi única maleta y me colgué mi mochila, donde llevaba el resto de mis pertenencias. Ya no era momento para cobardías ni lamentaciones. Comencé a caminar con mis hermanos detrás de mí y después de una charla breve con los guardias en la que tuve que dar mi número de expediente para poder entrar, pise por primera vez el lugar que sería mi nuevo hogar durante una larga temporada. ―Beth –me hablo Colin apresurando el paso para alcanzarme- queremos aclarar ciertos puntos contigo, ya sabes, para una mejor convivencia entre hermanos. ―No se preocupen, no diré nada de lo que hagan o deshagan aquí –contesté. ―Me alegra que entiendas rápido ricitos de oro –indico Eric revolviendo mis rizos- por ser tan inteligente y tan buena hermana, Colin y yo hemos decidido darte una sorpresa. ―¿Sorpresa? –pregunte con temor, las sorpresas de este par nunca eran buenas. ―Aun no te diremos nada –aclaro Colin- solo te pediremos una cosa, ponte linda, iremos por ti a tu dormitorio a las nueve en punto. ―¿Cómo saben dónde está mi dormitorio? –pregunte de nuevo- ni siquiera yo sé dónde está. ―No preguntes como averiguamos todo –contesto Eric- ponte algo lindo y espéranos, ya nos agradecerás después. Ambos besaron mis mejillas al mismo tiempo y desaparecieron entre el alumnado, dejándome sola. Quite mi cara de confusión y me dispuse a pensar en lo que tenía que hacer a continuación. Según la mujer que me dio la plática de inducción hace unas semanas, una guía tenía que mostrarme el campus, pero para mí mala suerte no sabía dónde encontrarla, y la universidad era demasiado grande como para ponerme a buscar. Rendida, me senté en una banca, cerca de mi posición y decidí esperar para ver si alguien aparecía. No pasaron más de dos minutos cuando una mujer, rubia y algo mayor se acercó a mí. No la reconocí, hasta que dijo mi nombre. ―¡Elizabeth! Maura extendió sus brazos y me dio un fuerte abrazo mientras yo entraba en un estado de shock inmediato. Gracias a mi madre no me había perdido ni un solo detalle de la vida de los Horan en estos últimos años, cosa que no le agradecía en lo más mínimo. Sin embargo, gracias a ello, sabía que Maura trabajaba en una universidad, pero jamás me imagine que sería aquí. No veía venir nada bueno de esto. ―Tanto tiempo sin verte –dijo con nostalgia- tu madre me comento que habías sido aceptada en Rutgers, te alegrara saber que yo te daré el tour por la universidad. Asentí, claramente mintiendo. Maura era una mujer muy simpática y no me molestaba en lo absoluto que ella fuera mi guía, más bien, me alegraba por el hecho de conocerla desde hace años. Pero había algo que me inquietaba: Si ella estaba aquí, él también debía estarlo. Y como si me leyera el pensamiento, Maura dijo las palabras exactas que no quería escuchar. ―Por cierto –hablo- Niall también fue admitido aquí. ―¿En serio? –pregunte con ironía, pero mi voz se cortó al final de la última palabra. ―Sí, pero ya habrá tiempo para que lo saludes, será mejor que empecemos. Tome mis maletas y trague saliva, este sería un largo día. Por su parte, Maura comenzó a hablar sobre varios temas, como los planes de estudio, asesorías, fraternidades, la fundación de Rutgers, etc. mientras caminábamos por los largos pasillos llenos de cuadros e historia. Se le veía sonriente y saludable, tal como la recordaba. Pero no podía siquiera concentrarme en lo que decía, de tantas universidades en el país tenía que estrellarme con el pasado justo en esta. Mi cerebro tuvo un flashback inmediato y recordé las palabras de Eric: “No preguntes como averiguamos todo, ponte algo lindo y espéranos, ya nos agradecerás después”. Me sentí como una tonta, era claro que mamá estaba detrás de todo esto. Ella le había pedido a Maura que le diera mi información para que los gemelos me organizaran un reencuentro con Niall Horan. Mi madre siempre me reprocho el haber terminado aquella relación, pero esto era llegar a los extremos, ella sabía perfectamente lo mucho que me afectaba este tema, pero al parecer no le importaban los sentimientos de su hija. Comencé a preguntarme de que manera había sobornado a Eric y a Colin para que fueran cómplices de su plan cuando Maura me saco de mi trance. ―Querida, ¿te sientes bien? –pregunto a la mitad del camino- te veo un poco pálida y desorientada. ―Estoy bien –tartamudee- nervios del primer día. ―Es normal que te sientas así –comentó poniendo su mano en mi hombro- Niall al igual que tu… ―Maura –le interrumpí- si no te importa, no quisiera hablar de él. Ella me miro sorprendida ante mi actitud, pero tenía que decírselo o en cualquier momento explotaría y lo que saldría de mi boca no serían palabras agradables. Lo último que deseaba era faltarle el respeto a Maura, podría gritarle miles de groserías a su hijo, pero no a ella. ―Lamento si te hice sentir incomoda –confeso- ya no hablare del tema, sigamos. Suspire aliviada y un poco más tranquila. Si bien Niall me había echo pasar los momentos mas felices de mi adolescencia, también me había echo pasar los peores. Lo mas prudente era no recordar. Ya al final del recorrido, Maura me entrego la llave y el número de mi dormitorio, junto a otros papeles importantes que debía guardar. ―¿Sabrás llegar sola a los dormitorios? –pregunto amablemente. Mi cara lo dijo todo, ella sonrió y acto seguido me detallo el camino a la perfección. Segundos después, nos despedimos con un hasta luego y un fuerte abrazo para yo seguir mi camino, deseando encontrar a los gemelos para poder ahorcarlos con mis propias manos. Llegue al edificio en cuestión de minutos, no me topé con mis hermanos, lo cual agradecí muy en el fondo ya que no deseaba ser arrestada por asesinato. Subí unos cuantos pisos y cruce varios pasillos en busca del número escrito en mis documentos. Cuando llegue, la puerta estaba entreabierta y podía escuchar a dos chicas platicar animadamente. Al parecer, no era la primera en llegar. Me alegraba la idea de tener compañeras, la soledad no era lo mio. Abrí la puerta poco a poco y al parecer yo tenía razón, dos chicas estaban sentadas en uno de los sillones más grandes de la sala, y al verme, ambas cesaron su plática. Cerré la puerta y me acerque extendiendo mi mano a ambas en señal de saludo. ―Soy Elizabeth Steele –me presenté sonriente. ―Elise Armistead –contestó una de ellas. ―Crystal Kallahan.
Al observar a aquellas chicas me sentí un poco más segura, el nerviosismo se había esfumado, no estaría sola en este lugar. Por primera vez desde que vi a Maura, el asunto de Niall dejo de importarme en lo absoluto.
CataMalikHoran escribió:Jai, ¿Cuándo subes los resultados?
Jelouuu, los subiré pronto, pero necesito unas chicas más. Por ahora, sólo han participado algunas, pero son 8, entonces me hacen falta, sólo espero más fichas y subo resultados hermosa<3 Besos x.x
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.