"ROSE GARDEN"(Nick y Tu) 1° Temporada TERMINADA

sorpresa especial?? que que ya ya ya que es ya ya ya ya ya jajaja :bounce: :bounce: :bounce:

me encantoooooo!!
xxoxo

:D

ESPECIAL NAVIDEÑO MARATÓN

:D

CAPITULO 30

─estás loca verdad─

─un poco─ respondió cínicamente


La tarde paso rápido, más de lo que esperaba, regrese a la florería, ese día el tío Bruce me había dicho que se haría cargo de atender aquel lugar. Así que decidí ir con Sofía. Al regresar ayude a limpiar un poco el lugar y a ordenar unos ramos florales para una boda, después de eso tome un baño sumamente relajante para luego descansar, o al menos intentarlo, ya que al día siguiente estaría más que ocupada.


La mañana apareció demasiado rápido, no podía ser sentía que acababa de juntar los parpados cuando mi despertador sonó, interrumpiendo mis sueños. Me cambie, levante como siempre mi cabello en una cola tome mi mochila y me dirigí a la esquina a esperar el autobús. Al parecer el tiempo se estaba vengando de mi por alguna razón, pues cada minuto pasaba como un segundo.
Subí al bus cuando este se paro frente a mí, salude como de costumbre al chofer y busque entre los asientos a Sofía, la cual estaba sentada en el mismo lugar de siempre, solo que esta vez el lugar que siempre ocupaba estaba ocupado y si adivinaron, la persona sentada junto a ella, era aquel chico de ojos color miel, cabello corto y lacio, y una sonrisa que a mi pobre amiga, la mataba, y literalmente la mataba.

─hola chicos─ salude

─hola─ respondieron al unisonido

─amm, me sentare por allá─ les sonreí y camine hacia la parte trasera buscando un lugar vacío, y para mi mala o buena fortuna el único asiento que quedaba libre era justo a su lado.


////Nick/////


Valla que estaba confundido, después de esa fiesta, mi cabeza daba vueltas, y más vueltas, no podía sacarme a Rose de la cabeza, sus ojos verdes, su cabello ondulado y largo, su sonrisa, no podía dejar de pensar en ella, eso era por un lado, por el otro estaba ella, si _________, aunque Rose robo mi atención durante esa noche, en todo el fin de semana ________ estaba presente, no podía sacarme de la cabeza su mirada llena de inocencia con esos ojos pardos que tenían un brillo único, su cabello, aunque siempre lo tenía recogido me encantaba, su aroma tan dulce y fresco, su sonrisa, ¡dios! Esa sonrisa me mataba, tan tierna y con esos labios color rosa, si lo admito los labios rojizos de Rose me habían fascinado, pero los labios de ______, para mi eran sencillamente perfectos, solo el recordarlos, me daban unas intensas ganas de tenerla enfrente y besarla, rayos qué demonios me pasa.


─Nick ya vámonos es tarde─ Grito Kevin desde la sala

─Kevin, aun es temprano¬─ hable mirando el reloj, Kevin es un chico al cual le gusta la puntualidad y eso algunas veces no es de mi agrado

─lo sé, pero anda─ No me quedo opción más que tomar mi mochila y subir junto con mis hermanos al auto de papá, Kevin no tenía clases ese día así que se ofreció a llevarnos.


En el camino yo era el más callado mientras Joe y Kevin hablaban y hablaban en la parte delantera del auto.

─Oye ricitos ya deja de pensar en Rose─ dijo Joe aventándome una bola de papel mientras yo veía a través del cristal

─Y quien dice que estoy pensando en ella─

─oh, vamos Nick, ese día de la fiesta, estuviste solo con ella, y cuando nos contaste lo que paso, bueno te diré que…Nicky estaba emocionado─ odio cuando enfatiza las palabras de forma aguda. Algunas veces no considero lo correcto que mis hermanos sean mis confidentes, solo por el hecho de que Joe es mi hermano y es un completo bobo.


Siguió molestándome por el resto del camino y Kevin, bueno Kevin solo reía ante las ocurrencias de Joseph. Al llegar bajamos del auto. Caminamos solo un poco antes de de toparnos con las chicas, estaba a punto de saludar pero Kevin me interrumpió.


─Hola chicas─ les dijo sonriendo. ─___________, podemos hablar─ ¿hablar?, ¿con ella? De que porque sonríe, que se trae.

─ah!─ miro a Sofía algo nerviosa.

─Kevin lo siento pero ya debemos entrar─ al parecer Sofía entendía algo que yo no.

─sí, Sofía tiene razón, ya debemos entrar─ me apresure a decir detrás de ella.

─ah!─ estaba nerviosa no hay duda, un momento ¿Kevin la pone nerviosa?

─no se preocupen, faltan quince minutos para que sus clases comiencen, no tardaremos más que eso, me acompañas─ la miro sonriéndole para que lo siguiera y ella así lo hizo. Se fueron a sentar en una banca y al parecer charlaban de algo incomodo para ella, pues su mirada se perdía por momentos.


Mi desesperación exploto cuando vía mi querido hermano tomarla del mentón para que ella lo mirara. Me di cuenta de algo, y esto era real, yo estaba…celoso, con toda la expresión contenida en esa palabra.

CAPITULO 31

Me fui de aquel lugar antes de que los chicos se dieran cuenta y si Kevin no se alejaba de ella, lo golpearía así fuese mi hermano mayor.


Entre a la escuela y me perdí en uno de los pasillos, camine creo por toda la escuela, bueno en realidad no por toda, pero si despeje mi mente de absurdos pensamientos.


Me encamine a mi casillero que quedaba a la vuelta de donde se encontraba el casillero de ________, tome unos cuantos libros, claro los que ocuparía en las siguientes tres clases, camine unos pasos y…


─buen punto, si Nick se entera de que eres demasiado cercana a Rose, no sé que pase─ un momento ________ conoce a Rose, eso si no me lo esperaba.

─así que tu y Rose son muy amigas─ pregunte deseando obtener una buena respuesta, pues mi mente ya comenzaba a volar.

─ah, yo…este─ esta chica siempre hace lo mismo cuando está nerviosa y es hasta ahora cuando me doy cuenta. Pero si ella me ayuda a ver de nuevo a aquella chica mis dudas se resolverán.

─vamos, dime que escuche bien, y que me ayudaras a ver de nuevo a Rose─ la mire tratando de convencerla. ─bueno, ambas me ayudaran, no es así Sofí─ mire de la misma forma a Sofía la cual estaba igual o más nerviosa que ___________.

─Oigan, ya es hora de ir a clases, así que nos vemos más tarde─ Hablo demasiado rápido y desapareció de mi vista.

─ah─ balbuceo mientras yo la seguía mirando recargado en el casillero al lado del suyo.

─te hice una pregunta y no me contestaste ni tu ni Sofía─

─ya…ya vamos a clases─ dijo mirando un ponto muerto.

─si claro─ giro y dio un paso, cuando inconscientemente o más bien más que consciente recordé lo de Kevin y la jale del brazo antes de que se me escapara.

─que hablabas con Kevin─ le dije serio, algo me decía que estaba nerviosa por Kevin.

Cosas─ ¿cosas? Oh vamos eso es estúpido.

─que…clase de cosas─ le dije sin dejar de mirarla

─Nick, me lastimas─ la oí decir mas no la escuche perfectamente.

─contesta─ mi rabia podía más que yo, el solo pensar que mi propio hermano a pesar de saber o al menos sospechar lo que siento por ella le estuviera coqueteando.

─que me sueltes dije─ grito y con algo de fuerza tiro de su brazo y lo libero de la pinza en la que se había convertido mi mano.

Fue entonces cuando me tranquilice ─lo…lo lamento─ pero ella giro y camino con rumbo al salón dejándome atrás.

─camina ya es tarde─ dijo fríamente sin decirme si me disculpaba >>obvio no lo hará<< >>al menos no ahora<< me decían voces en mi interior, será normal tener más de una consciencia. Camine tras ella después de entrar al salón me senté detrás de ella, pero ni aun así me miro.

─_________, perdón, si─ no me respondió, deje mi mochila a un lado mío y me acerque aun más a ella dios esa chica con solo su cercanía me vuelve loco. Acerque mi rostro hasta estar cerca de su oído.

─vamos, sé que no estás molesta─ Recargue mi rostro en su hombro aspirando su dulce aroma, dios, me dieron unas intensas ganas de besarle el cuello. 


No pude controlar bien mis pensamientos ni mi cuerpo lo admito, pues una de mis manos que coloque en hombro en donde no se encontraba mi rostro se fue deslizando hasta colocarse en su cintura, en verdad deseaba hacer esto, estar de esta manera desde hace tal vez poco tiempo.


─ya basta─ se levanto ─ya basta─ repitió sin mirarme. Y así como si nada salió a paso rápido del salón. Que le pasa.

─_______─ Salí tras ella, pero era tarde pues la maestra estaba por entrar y ella se alejo de mi vista


No me gustaba sentirme de esa manera, y tenía que hacer algo al respecto, y lo mejor era alejarme de ella, esas dos horas me sirvieron para pensar bien las cosas y eso es lo que tenía que hacer, no podía enamorarme de “mi mejor amiga” y mucho menos enamorarme de la forma en la que lo estaba haciendo, no podía permitir que me sucediera de nuevo. Cuando ella regreso al salón intento hablarme y me sentí realmente el mal al ignorarla, pero no quería seguir de esa forma.


El día fue demasiado pesado para mí, a la última clase ella salió antes, pues fue la primera en entregar el trabajo que nos habían pedido. Tuve que esperar a que el maestro hojeara mi trabajo para que me dejara salir, pero hubiera sido mejor quedarme en el salón sabiendo que al salir la encontraría tan campante platicando con el torpe de Steve y para complicar el asunto se estaba al parecer divirtiendo, y por esa razón tenía que olvidarme de ella a como dé lugar.

 
─Que haces aquí Nick─ dijo Kevin acercándose a donde me encontraba sentado.

─nada─ respondí fríamente

─si tu lo dices─

─ ¿si yo lo digo?─

─pues sí, porque lo que en verdad haces es no quitar la vista de aquella banca de allá─ dijo señalando con la mirada hacia Steve y ella.

─Kevin…─

─porque no solo le dices lo que sientes y ya─

─De que hablas, ya te lo dije antes no siento nada por ella─

─oh vamos Nick, te conozco, no me engañas hermano─

─por dios QUE NO LO VES ya me arte Kevin me arte─ tome mi mochila me levante y a grandes pasos camine lo más rápido que pude ya no quería estar más ahí


Mi hermano tenía razón lo sabía, estaba enamorado como un tonto, pero existía una posibilidad de sacarla de mi mente y esa posibilidad tenia nombre Rose, y de una o de otra forma la encontraría.

CAPITULO 32

/////____tn____////

Estábamos ya en la fiesta de John y seguía sin creer que me encontrara ahí sentada vestida como alguien que no era, y lo peor es que aun sin disfraz como la vez pasada, seguían sin darse cuenta de quién era me sentía un tanto incomoda ya que Sofía intervino en todo esto, fuimos de compras y bueno, estos pantalones ajustados, incluso la blusa de color llamativo no eran lo mío incluso los zapatos que hacían juego con la ropa.

─y bien piensas quedarte toda la fiesta aquí sentada─

─Kevin─ fue lo único que pude decir.

─no se supone que…─

─lo sé, pero no me escucha, ni siquiera me habla─

─si lo se─ dijo en un suspiro

─donde…esta─ dije en una mueca.

─no tarda─ sonrío

─viene con Joe y bueno…tú conoces a Joe─ rodo los ojos y recordé a Joe, un chico muy lindo pero cuando se trataba de salir o ir a alguna fiesta se tardaba la horas arreglándose para ello, según cuentan sus dos hermanos.

─y Dany─ le pregunte al notar la ausencia de su novia.

─tampoco tarda, iba a pasar por ella, pero su papá dijo que él la traería─

─ha, OK─

─hola Kev─ sonrió mi amiga sentándose junto a mí con dos vasos de limonada.

─hola cómplice─ dijo Kevin con una mirada que daba a entender nuestra pequeña gran mentira.

─yo…─sonrío con nerviosismo. Más fue salvada por la campana.

─hola─ su hipnotizante voz, resoplando en mis oídos causo una leve pero notable corriente eléctrica recorrer mi cuerpo por completo.

─bien, es tu hora─ Dijo Kevin antes de caminar en dirección a unos chicos al otro extremo de la habitación. Y bueno esta vez no tenía escapatoria alguna pues cuando gire mi rostro buscando a Sofía ella ya se encontraba platicando gustosamente con Joseph en otro lugar en vez de estar junto a mí.

─y cómo has estado─ pregunto sentándose frente a mí, dios, ese chico no podía ser más perfecto se veía aun mejor que como recordaba verlo todos los días en la escuela, y bueno se veía aun mejor sonriendo, cosa que no hacía muy a menudo en la escuela.

¬─Nick─ las únicas palabras que cruzaron mis labios acompañadas de una sonrisa, que más bien sentí como una mueca muy torcida.

─por que no te he visto de nuevo hasta hoy─ ok no esperaba que preguntara eso, en verdad que no.

─pues…digamos que, vivo lejos─ fue lo único que mi cabeza formulo.

─dude en que vendrías─ dijo mirándome directamente a los ojos, y mi cobardía era tal que los esquivaba.

─ ¿Por qué?─

─no lo sé, solo lo dude─ le sonreí, por primera vez desde que llego

─te vez tan hermosa cuando sonríes de esa forma─ pude sentir el calor invadiendo mis mejillas y solo sonreí nuevamente.


Platicamos, y platicamos por mucho tiempo, y mi cobardía no me dejaba decir lo que debería saber desde el principio, la noche se estaba terminando y yo seguía sin decirle nada.


En un momento en que John lo llamo me perdí de su mirada y salí a tomar un poco de aire y a tomar el valor necesario para poder enfrentar las cosas.
>>vamos no puedes ser tan cobarde, el no merece esto<<, me decía mi subconsciente, mas seguía sin saber qué hacer, y como.


Un suspiro salió de mi interior cuando unos brazos me rodearon por la cintura, me estremecí ante su contacto.


─Porque te fuiste así, pensé que te habías ido─ su voz, dios su voz tan cerca de mi me erizaba la piel.

─yo, ah…─

─ ¡shh!, no digas nada─ me giro delicadamente hasta estar frente a él, chocando con su penetrante mirada y con mis incontenibles deseos de besarlo 

─solo…solo─ sus labios hicieron contacto con los míos logrando un beso, perfecto, mis temerosas manos rodearon su cuello con lentitud, mientras las suyas esparcían leves y placenteras caricias por mi espalda. ─no sabes cuánto deseé esto…te quiero, te necesito─ dijo sobre mis labios para después volver a capturarlo entre los suyos, y hacerme perder la razón con ello. ─no te apartes de mi Rose, no lo hagas─ esa fue la gota que derramo el vaso, y que desgarro mi corazón, me separe de él bruscamente y me aleje lo suficiente para no caer ante sus encantos, algo muy difícil.

─que pasa─ dijo con su mirada llena de incertidumbre.

─Nick, esto─ estaba a punto de decir todo, ya no podía con eso, no quería seguir mintiendo, no a él.

CAPITULO 33

─solo, dame una oportunidad, para demostrarte lo que siento─

─no, no puedo─ fueron palabras en doble sentido, no podía darle una oportunidad, y no podía decirle la verdad.

─Nick, yo…─ tenía que ser un poco cruel, sino, no terminaría con esto ─yo…me iré lejos de aquí─

─no, no juegues con eso─ produjo una risa algo extraña y yo solo negué. ─no, no puedes irte, no tu─ se acerco a mí y tomo mi rostro entre sus manos ─no puedes dejarme, que no me escuchaste, te necesito, necesito que estés conmigo, no puedes irte, no puedes dejarme…solo─ junto su frente con la mía, sus palabras me causaban un hueco en el corazón sin que él se diera cuenta de ello.

─compréndeme, tengo que…irme─ y en verdad esa estúpida farsa tenía que desaparecer.

─es que─

─Nick, como puedes necesitarme y…quererme, no es posible, dos veces te he visto, y…─

─y eso basto, para que…para enamórame de ti─ sus ojos expresaban un pequeño brillo, y no quería mirarlo, no más.

─yo─ suspire pesadamente ─no puedo, perdón¬─ 
Como toda una cobarde entre casi corriendo a la casa, no vi por ningún lado a Sofía.

─Que tienes─ De nuevo Kevin estaba ahí enfrente de mí.

─dile a Sofía que me fui a casa, por favor─ dicho esto salí como relámpago de aquel lugar, no quería enfrentar de nuevo a Nicholas. Corrí lo mas que pude hasta llegar a casa saque las llaves y con la vista completamente nublada por el dolor que contenían aquellas lagrimas entre para refugiarme en la obscura soledad que llenaba mi pequeño hogar.


Después de un par de horas de llorar mis ojos estaban completamente secos y me ardían, me quite aquellos trozos de plástico dentro de mis ojos y los guarde en su pequeña cajita, cambie mi ropa y quite el resto de maquillaje que cubría mi rostro, me mire al espejo>> esta si soy yo<< me dije, tome un poco de agua y la puse a calentar para hacerme un café, necesitaba dormir y aunque parezca extraño a mí el café en vez de quitarme el sueño, provocaba que fuera aun más profundo, y eso necesitaba, dormir lo más profundo posible. Eran cerca de las doce así que sería más sencillo dormir.
Estaba por servir mi café en una taza cuando unos golpeteos algo fuertes llamaron mi atención, no soy de esas chicas miedosas que se asustan con cualquier cosa, pero por si las dudas tome un pequeño bate que tenia escondido detrás de la puerta y camine con dirección a la florería para revisar, pues los golpeteos en la puerta principal no cesaban.


Al acercarme aun más mis manos sudaban, y bueno como no si podría ser alguien que intentara robar.


─por favor ábreme─

─Nick─ sin pensarlo dos veces asome la cabeza por las persianas y efectivamente, Nick se encontraba ahí parado, o más bien recargado sobre la puerta.


Quite los seguros de la puerta y abrí, al instante su cuerpo cayó frente a mí y con todas las fuerzas que disponía lo ayude a levantarse, cerré la puerta y me dirigí con él a mi pequeño hogar. Lo recosté sobre la cama y fue cuando me di cuenta a la perfección en el estado en que se encontraba.

─por dios Nicholas que te haz hecho─ Entre la oscuridad de los minutos anteriores no podía ver la gravedad del asunto, pero ahí con ayuda de la luz, se me hizo un nudo en el estomago al verlo así.

CAPITULO 34

No había duda que con alguien se había agarrado a golpes, pero eso era lo de menos, solo tenía unos cuantos golpes leves esparcidos por su rostro, y un poco de sangre quedaba en su ceja derecha. Lo que en verdad me preocupaba, era el estado de ebriedad en que se encontraba, estaba tan ebrio que dudaba que las heridas le dolieran.


─Por dios Nick, respóndeme─ dije golpeando levemente su rostro.

─que…que rayos quieres que te responda─ pronuncio lo más claro posible que su boca se lo permitió.

─porque estas así─

─porque soy un idiota, por eso─

─Ese no es un buen motivo que digamos─ le dije mientras secaba su cara con ayuda de una pequeña franelilla.

─pues para mí lo es─ respondió entre una pequeña queja por pasar el trapo por las heridas.

─Torpe─ sonreí me senté a su lado y no pude evitar acariciar uno de sus rebeldes rulos mientras él se acomodaba en mi cama.

─ven aquí, necesito un abrazo─ extendió sus brazos hacía mi y por más que quisiera negarme no podía, mucho menos sabiendo que “Rose” era la posible, o más bien la segura causa de su estado.

─creo que será mejor que llames a tu casa, deben estar muy preocupados─

─no quiero─ suspire pesadamente, me levante y serví el agua que había puesto a calentar para mi café.

─quieres un…─ cuando gire para mirarlo, estaba completamente dormido, se veía tan tierno de esa forma, y se vería aun más tierno de no tener un pequeño moretón en el ojo.


Un pequeño sonido se hizo presente en la habitación y cada vez con mayor intensidad, me acerque donde Nick y comprobé que era su celular el que sonaba, seguramente eran sus padres. Lo abrí y presione la tecla verde para luego ponerlo junto a mi oreja.


─Nicholas Jerry donde rayos estas, mamá aun no sabe que te perdimos y se va a poner como loca si no llegas en menos de media hora─ hablo rápidamente Joe desde el otro lado de la línea antes de que yo pudiera pronunciar alguna palabra.

─Joe soy yo─

─ ¿________?, pero que…Nick está contigo─

─eso creo─

─ ¿Cómo?─ inquirió algo desconcertado

─no lo sé, llego aquí, y esta ebrio, y bueno se acaba de quedar dormido─ le dije

─pero está bien─

─mas o menos, es largo de contar─ no quería preocuparlo más diciéndole que con alguien se había agarrado a golpes.

─si, vamos por el mamá se dará cuenta de cómo está, crees que sería demasiado pedir que cuides de él hasta mañana─ me pregunto al parecer tímido ante mi respuesta

─pues…claro por qué no─

─cielos─ suspiro ─pensé que dirías que no, por lo torpe que se ha comportado contigo mi hermano─

─pues no pienses eso─

─claro, lo quieres demasiado─ dijo en un tono juguetón

─Joseph eso…─

─si lo sé, mejor me cayó, aunque aun no comprendo porque bebió a ese grado, o bueno no se qué tan ebrio esta pero…Nick en su vida había probado licor─

─aja─

─bueno, Kevin y yo lo cubriremos, mañana a primera hora vamos por él, ahora a dormir, espero que no sea una molestia aunque estoy más que seguro que no─

─tu nunca cambiaras cierto Joe─

─no lo creo─ rió ─bueno, descansa, nos vemos mañana─

─ok adiós─


Deje el teléfono en su chaqueta de cuero y tome una frazada para cubrir su cuerpo del frió y otra más para mi, esta sería una noche incomoda, pues tendría que dormir en el sofá. Quite sus zapatos, para que estuviese más cómodo y lo tape bien. Ahora solo quedaba encontrar una posición cómoda en ese sofá, para poder dormir. Por fin había encontrado una posición cómoda, cuando sentí su cuerpo cerca del mío.


─Nick, que…─

─ ¡shh!, no quiero dormir solo─ dicho eso se acomodo detrás de mí en el sofá su cercanía me hacia estremecer, jalo la frazada y nos tapo a ambos, después, coloco uno de sus brazos bajo mi nuca y con el otro me abrazo por la cintura, pegándome aun más a su cuerpo, lograba sentir el calor que este emanaba, y sentir su respiración en mi oído, me estaba volviendo loca.


─te he extrañado tanto─ pronunció en un susurro, y logre aspirar su aliento mentolado y dulzón mezclado con el licor que había bebido.


Pero aun así, no podía evitar sentirme en las nubes por estar de esa forma con Nicholas, aunque sabía que al día siguiente no me sentiría de la misma manera.

CAPITULO 35

Desperté con los rayos del sol apuntando a mi rostro, quería levantarme, pero olvide un pequeño detalle, o más bien un enorme detalle, llamado Nicholas, pues me tenía aun prisionera entre sus brazos. Se sentía tan bien estar de esa forma con él, nunca me imagine estar así con él, por más amor que le tenga, no imaginaba estar un día así con él, más mi momento de felicidad tenía que terminar y caer en mi tonta realidad.


Mire hacía un lado, eran apenas las ocho de la mañana con doce minutos, debo admitirlo, por más que quiera dormir nunca logro levantarme más allá de las ocho treinta.


No quería arruinar su placentero sueño, así que con mucha dificultad tome su mano que rodeaba mi cintura, para moverla y alejarla de mí y poder levantarme.


─mmm…─ salió de sus labios para de nueva cuenta apretarme con más fuerza contra su cuerpo, >>cree que soy un oso de felpa<< se movió un poco, más bien más de lo debido, pues sentía su respiración sobre mi cuello, eso me estremecía, tenía que salir de aquella situación a como dé lugar. Después de unos minutos de tanto batallar, logre levantar mi cuerpo de ese sofá, no podía decir que dormí placenteramente, porque mi cuerpo estaba todo torcido, pero olvidando la incomodidad de aquel sofá, dormir junto a la persona que más amo, había sido maravilloso. Lo abrigue bien bajo esa cobija, pues la mañana estaba un poco fría, tome un suéter y salí a despejar mi mente. Arreglar las flores por la mañana si que despeja mi mente. Dieron las nueve treinta y Nicholas seguía completamente dormido, y si qué daba gracia verlo dormir plácidamente como un bebé, un bebé que ronca; tome una taza de café y fui al frente de la florería para arreglar un poco, barrí y acomode una que otra cosa que no se encontraba en su sitio. Regrese donde las flores y me dispuse a inventar nuevas formas de hacer que un arreglo floral se viera aun más hermoso.


─hola─ lo escuche detrás mío de una manera tímida, para su tono de voz, más bien sonó como pregunta.

─buenos días─ le regale una sonrisa mientras el permanecía con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón.

─ponte la chaqueta, hace frio─ >>amo formular conversaciones estúpidas<< si lo sé hablo conmigo misma, pero qué más da. Me sonrío de la misma forma en la que hablo, se encogió de hombros, entro y salió de mi cuarto con la chaqueta puesta.

─yo─ dijimos al unisonido, eso fue extraño y ambos reímos por ello.

─Quieres un café─ dije antes de que sucediera lo mismo.

─me agradaría─ hizo una mueca algo torcida.


Entramos de nueva cuenta, se sentó en uno de los extremos del sofá mientras el agua se calentaba al fuego y yo sacaba una taza limpia y el pequeño frasco de café.


Tomo su café con unas galletas que había comprado el día anterior, y todo estaba sumido en un silencio un poco incomodo.


─perdón─ fue lo primero que salió de sus labios, después de ese eterno silencio.

─ ¿Cómo?─ respondí tontamente

─sí, perdón por ser…tan estu…─ puse un dedo sobre sus labios. Ya comenzaba a comprender.

─no hay nada que deba perdonarte─ le dije sinceramente

─oh, vamos _______─ dijo apartando mi mano y colocándola entre las suyas mientras yo miraba mi mano entre las suyas como una tonta. ─no es justo, que me perdones así como así, por ser tan mal…amigo─ esa última palabra algún día llegare a odiarla ─no es justo, me haces sentir más que imbécil por comportarme así todo este tiempo─ bajo la mirada y yo con la mano que tenia libre la volví a conectar con la mía. Acaricie su mejilla, y le sonreí de la misma forma en que él lo hacía. Me abalase sobre él y lo abrase por la cintura, mientras él me estrujaba contra su pecho, escondí mi rostro bajo su cuello llenando mis pulmones de su cálido aroma, estuvimos así por unos minutos, yo abrazándole y el dando suaves masajes en mis brazos, en un momento en el que quise mirarlo, me encontré peligrosamente cerca de su rostro, de su penetrante mirada, y peor aun de sus deseables y rosados labios. Por alguna razón mi cerebro no funcionaba correctamente en esos momentos, pues en vez de alejarme, me acercaba aun más a estos. 


Su nariz ya rosaba con la mía y nuestras miradas en ningún momento perdieron ese contacto tan penetrante, un segundo después, mis labios estaban rosando los suyos, mientras que nuestras respiraciones, se comenzaban a tornar un poco agitadas, el último pasó, estaba a punto de darse…


─_________, abre soy Kevin─ pero como en cualquier historia, alguien tiene que interrumpir esa magia, de alguna manera, y este era el turno de mi querido amigo Kevin Jonas.

─la puerta─ fue lo único que articule en apenas un audible susurro, más mi cuerpo no se movía de su lugar, y al parecer el de él tampoco.

─déjala─ soltó en un suspiro. Sus labios en un pequeño y tímido intento capturaron de apoco mi labio inferior. Un choque más que eléctrico recorrió mi clavícula completa al sentir su dulce contacto.

─ ¡hey __________!, mi vejiga no es muy grande, apresúrate─ grito Joe mientras golpeaba la puerta.


 Me separe lentamente y retrocedí hasta levantarme de aquel sillón. Antes de llegar al umbral de la puerta de mi cuarto me detuvo suavemente jalándome de un brazo.

─esto no ha terminado─ hablo con esa mirada penetrante y una pequeña sonrisa bajo sus labios. 


Dios pretendía matarme, yo creo que sí.

CAPITULO 36

Sonreí tímida ante eso que acababa de suceder, baje mi mirada y gire para continuar con mi camino.

─permiso─ entro Joe corriendo y enseguida supe que se trataba de una emergencia que incluía al sanitario.

─discúlpalo, se le ocurrió jugar con Frankie a ver quien bebía más agua─ reímos juntos, ese chico de ojos verdes era realmente adorable, me hubiera gustado tener un hermano mayor como él, incluso uno como Joe. ─donde esta─ dijo repentinamente, al parecer recordando su visita.

─aquí estoy hermano─ respondió de forma tímida, con las manos nuevamente dentro de su pantalón.

─sabías que lo que hiciste anoche fue un tanto o más bien demasiado estúpido, cierto Nicholas─ se cruzo de brazos y se paro frente a su hermano con los recargando el peso de sus brazos cruzados sobre su pecho, y una mirada un tanto intimidante, incluso para Kevin.

─uff! Mucho mejor, recuérdame no jugar de nuevo con Frankie antes de salir de casa, y…de que me perdí─ dijo parándose al lado de Kevin y mirando a Nick con una ceja enarcada. Me causo gracia, bueno todo lo que Joseph hace causa gracia, pero me aguante la risa, al ver la cara de Kevin.

─perdón─ hablo en un hilo de voz

─es lo único que dices─ replico ¬─sabes, mamá y papá deberían enterarse de tus estupideces─ si que estaba furioso, jamás me hubiera imaginado a Kevin de esa manera.

─es solo que…─ no lo dejo terminar.

─no tienes escusa─ levanto aun mas su tono de voz, esto me preocupaba.

─Kev, basta…tranquilízate─ dijo tocando su hombro >> al fin Joe abre su boca para algo bueno<<.

─si, lo sé─ soltó un suspiro y se llevo la mano a los ojos, para oprimirlos con sus dedos índice y pulgar, luego los abrió mas serenado. ─Nick, lo siento, es solo que…te pudo pasar algo, y, no me lo perdonaría entiendes─

─lo sé Kevin, y perdón de nuevo, aunque no tienes porque perdonarte nada hermano, en todo caso el único responsable soy yo, no tu─ dijo algo triste Nick

─no, Nick si tendría que perdonarme algo, cuando salimos los tres juntos, tu y Joe son mi responsabilidad, no quiero pensar que les suceda algo, solo por estar…un tanto distraído con cosas como el amor, me entiendes, me preocupe demasiado cuando de pronto ya no te vi con los chicos, y más aun cuando me dijeron el estado en el que saliste, y peor aun cuando me entere por _________ de que te golpearon, pudo terminar mucho peor Nicholas─

─lo sé, y créeme, no, no volverá a pasar, siento haberlos puesto en apuros, a ambos─

─si me debes una más rulitos, te buscamos por más de una hora, después pensamos que estarías en casa y nada, y mamá se puso algo histérica, y bueno, la calmamos diciendo que te quedabas con John, en fin, no lo hagas de nuevo─ dijo Joe como si nada

─ahora, vamos a casa, papa y mamá no están, para que te duches y te arregles eso─ continuo Kevin señalando su vestuario y su cara. 

─te debemos una __________─ dijo Kevin abrazándome.

─no hay de que─ le respondí sin antes brindarle una sonrisa, a ese “ya calmado” chico.

─bien, te dejamos seguir descansando─ sonreí, solté un leve suspiro, y me lleve la mano al cuello, rayos, en verdad estaba toda torcida. ─parece como si hubieras dormido en una posición incómoda─ dijo de repente Joe, solo reí un poco.

─ya deja de hablar y vámonos Joseph─ dijo Kevin parándose debajo del marco de la puerta.

─ya voy, y no soy Joseph, soy Joe, se oye mejor─ dijo con ademanes de desesperación. 

─Nos vemos ________- me sonrió, me dio un breve beso en la mejilla, y salió de la florería, para subirse al lugar del copiloto del auto aparcado junto a la acera que obviamente pertenecía a Kevin.

─de nuevo…gracias por cuidar de este tonto─ sonrío y miro a Nick, se despidió de la misma forma que Joe y subió al auto, solo que del lado del conductor.

─bien, supongo que nos vemos después─ dijo Nicholas con las manos dentro de los bolsillos y con la mirada algo tímida.

─si, claro─ le dije con una sonrisa, se acerco lentamente hasta estar a escasos centímetros de mi, acerco su rostro, de forma lenta y tímida, roso su mejilla con la mía, mientras una de sus manos me aferro a el de la cintura, mi cuerpo se paralizo ante sus caricias en mi cintura y en mi mejilla, su otra mano hizo aparición rodándola por toda la melilla en donde no se encontraba su rostro, de a poco sus labios se acercaban peligrosamente a los míos, causándome un envite de emociones incontrolable.


─ ¡Nicholas! Apresúrate─ grito Joe justo cuando sus labios estaban por encontrarse con los míos.

─debo irme─ largo un suspiro, y deposito un suave y lento beso en mi mejilla, se aparto lo suficiente como para mirarnos fijamente a los ojos, me regalo una tierna sonrisa y con pasos lentos camino de espaldas hacía la puerta, para después subirse al auto. Me acerque hasta donde logre ver el auto ya marcharse, sin dejar de mirar a ese chico con rulos rebeldes en la parte trasera del auto agitando su mano en forma de despedida.


Me quede como boba parada junto a esa puerta por algunos minutos, hasta que la sombra de un chico atajo la luz y el calor del sol.


─hola─ me regalo una sonrisa aquel chico de ojos color miel verduzco y cabello castaño claro parado justo en frente mío

CAPITULO 37

 


─hola─ conteste a su saludo y a su interminable e irresistiblemente contagiosa sonrisa. 

─puedo ayudarte en algo, la florería abre a las doce, pero ya estás aquí─ le dije

─no, en realidad no vengo a comprar algo, sino que vengo buscando al señor…amm, espera─ dijo sacando un pequeño papel rectangular de su bolsillo.

─al señor Bruce Bradley─

─amm, es el dueño de la florería, pero llega más tarde─ dije mirando el reloj de pared a un lado mío que marcaba cinco para las diez.

─te molestaría explicarme su dirección, la verdad no sé cómo llegar a su casa, soy nuevo aquí, y bueno me dijeron que era más fácil llegar de la terminal de autobuses a la florería que a su casa─ sonrío de nuevo.

─pues, el llega aquí como a las doce treinta, no creo que lo encuentre a esta hora en su casa, es sábado y bueno, últimamente acompaña a su nieto a los partidos de beisbol, así que puedes esperarlo aquí─

─de acuerdo, te tomo la invitación─

─bien, pasa¬─ lo sé es extraño y a la vez estúpido que deje pasar a una persona y más aun a un hombre completamente extraño, a un lugar donde me encuentro completamente sola, pero por alguna extraña razón ese chico me causaba alguna especie de confianza, que rara vez siento hacia alguna persona que acabo de conocer.

─perdón, ya me invitaste a entrar y ni siquiera me he presentado. Soy Ángel, Ángel Collingwood, mucho gusto─ menciono extendiendo la mano, para que la tomara y así lo hice, pero la sensación que me invadió fue completamente extraña, ajena a mí, al estrechar su mano con la mía, una especie de corriente magnética me estremeció hasta la medula, no puedo expresar con palabras que sentimiento causo en mi aquel chico, pero me agradaba, de una manera muy especial.


─ah, yo…yo─ lo sé siempre seguiré con lo mismo ─yo soy ________ Becket─

─Becket─ espeto con algo de ¿asombro?

─si, te ofrezco un café o algo de tomar─

─no, no gracias─ perdía su mirada por algún lugar inexistente ─y tienes familia─ pregunto repentinamente.

─pues, solo tengo al tío Bruce, mi madre murió, cuando tenía cerca de diez años─ le dije lo más rápido que pude.

─vives aquí─ pregunto nuevamente

─si, es mi hogar─

─oh!─ Fue lo único que dijo, para después hundirse en sus pensamientos.

─________, donde estas pequeña, porque abriste antes─ hablo ese dulce señor desde la puerta.

─lo siento, es solo que, alguien le busca─ señale hacia el pequeño sofá de espera junto al mostrador, donde se encontraba sentado el tal Ángel, el cual en el momento de ver al tío Bruce se levanto de donde se encontraba, mostrando nuevamente su dulce sonrisa.

─y bien, en que puedo ayudarte hijo─

─pues, ya no en mucho─ dijo mirándome de una forma extraña, la cual no comprendí ─Señor Bruce, gusto en conocerlo─ nuevamente estiro el brazo, en señal de saludo ─soy, Ángel Collingwood─ la expresión en el rostro de aquel anciano, cambio drásticamente y se volvió dura como una roca.


Yo estaba parada junto a ellos sin entender nada, de algo que al parecer ambos sabían perfectamente.


─__________, pequeña, toma─ saco una cantidad de dinero de su billetera y me la entrego. ─anda a comprar, más papel para envolver las flores, un poco de listón y lo que haga falta─

¬─claro─ al parecer quería estar a solas con aquel chico, pues las compras solía hacerlas más tarde, no a esa hora. Solo tome mi chaqueta que estaba colgada tras la puerta y salí dejándolos a ambos platicar a gusto sus asuntos.


/////NARRACIÓN/////


La chica salió de aquel local intentando averiguar en su mente el porqué de la reacción de aquel anciano, que rara ocasión endurecía el rostro. Mientras tanto dentro d aquel lugar, Bruce cerró la puerta, tras echar un vistazo a través de esta, para asegurarse de que la chica ya estaba lejos de aquel sitio. Se acerco al chico que aun permanecía de pie junto al acolchado sillón, mirando su actuar.


─a que has venido─ solo lo dejo salir.

─bien, pues al parecer para usted son demasiado claras mis intenciones─ se dejo caer nuevamente en el sofá invitando al viejo con un ademan de manos a sentarse a su lado, pero este solo negó moviendo la cara de un lado a otro y con el seño fruncido.

─no, no lo son, así que dime, para luego irte de aquí─ espeto cortantemente, una actitud poco usual en ese rostro lleno de arrugas.

─oh! Vamos, no es difícil saber a que vine, y no me iré sin llevarme conmigo a esa chica─ dijo mirando la puerta por donde ella se había ido minutos atrás. 


El silencio reino por escasos segundos en aquella habitación donde solo el tic-tac del reloj se escuchaba.


─no lo permitiré, bastante daño hizo tu padre a esa pequeña niña y a su madre, como para que ahora que ya es casi una mujercita, sentirse con el valor de poder reclamar lo que por años le negó─ las palabras salieron tan amargamente que aquel chico solo soltó un suspiro pesado.

─Ella debe estar conmigo, no aquí en este…─miro a su alrededor ─…intento de hogar─

─ella es feliz aquí, en este intento de hogar como le llamas paso los últimos días que vivió su madre, después de eso intente llevarla a vivir conmigo y con mi esposa, es una gran niña y la quiero demasiado, pero…no quiso, me dijo que sería muy feliz viviendo entre lo que su madre le enseño a amar, además, pudo haber tenido un hogar, si tu padre no se lo hubiera negado─

─se que el cometió errores en el pasado, pero…─ antes de terminar fue interrumpido.
─pero es demasiado tarde para repararlos, por dios, no destruyas la poca vida que esta niña tiene, ella está bien aquí, yo cuido de ella, y le prometí a su madre que jamás la dejaría sola, y mucho menos al alcance de toda la gente de la prole de tu padre─
─pero ella tiene que saber que…─ nuevamente fue interrumpido, y eso lo estaba frustrando demasiado.
─…que tiene que saber, que su padre fue un cobarde que dejo a una pobre e ilusa chica con una criatura en su vientre, tiene que saber algo que le destruirá el alma, no lo creo muchacho, ese hombre no merecería tener una criatura tan inocente como ella por hija, una hija que junto con su madre sufrieron demasiado, por la cobardía de aquel hombre que le dio la vida, que solo logro que estuvieran solas todo este tiempo, y─
ya no pudo continuar, el nudo en su garganta le atravesó el alma al recordar la triste historia que aquella chica que un día llego a la puerta d su casa pidiendo, unas monedas para poder alimentar a una pequeña de tan solo días de nacida, pues por aquel hermoso error en sus brazos le habían cerrado las puertas del que una vez fue su hogar, dejándola completamente desprotegida y sola, pues para sus padres fue un pecado mortal el haber tenido a esa criatura, que para ellos hubiera sido mejor dejar morir en algún sombrío lugar o al menos alejarla de su madre, más sin en cambio ella no fue capaz de apartarse de su pequeña hija y decidió huir y enfrentarse sola al mundo, antes de apartarse de ella.
¬─no permitiré que ese hombre le cause más daño del que ya causo─ Dijo al fin.
─el no puede causarle daño, entiéndame, ella es mi hermana y…el último deseo de mi padre antes de morir fue que la buscara, y yo solo quiero a mi hermana junto a mi─
Así es aquella chica tenía un hermano, que ni siquiera conocía, es más en su vida supo de su existencia, pues lo único que sabía era que su padre había ¡muerto! o más bien fue lo que su madre le dijo desde que ella tuvo consciencia, y el motivo fue evitarle el sufrimiento al saber que su padre le había negado una familia