Into a Monster|nc {a. cerradas

Estábamos sentados en la banqueta, quería ser fuerte pero era obvio que no podía serlo cuando sabía que Zayn se iría por un tiempo a no sé dónde. No sé porque su padre se esmero tanto en vernos separados, me dan ganas de gritar de rabia, ir en este mismo instante haya adentro y gritarle hasta lo inimaginable.
Zayn está bastante nervioso por no saber a dónde se va, en principio pensó que me podía llevar con él y era algo de alegrarse, Malik y yo en el mismo viaje era como tomarse unas vacaciones junto con él. Pero la noticia de que se iría solo causo tal impacto en el moreno que durante dos días no salió de su habitación. Me sorprendió la reacción del moreno, nunca lo había visto tan decaído como en esos días, pero saber que no volvería a ver a su familia durante cinco años debió de causarle fuertes daños emocionales.
El taxi no tardaba en llegar y las lágrimas ya estaban llegando a mis parpados, no podía soportar la idea de perder a la única persona que me ha mantenido a flote y menos ahora que mi padre se fue de la casa, porque demonios tiene que pasarme esto en la vida. Veo que la ley de compensación no está funcionando en este instante.
El pie de Zayn golpeaba una y otra vez el cemento de la banqueta, haciendo que con cada golpe una furia interna apareciera, me estaba matando el esperar, estar en silencio cuando siempre nos hemos contado todo, ahora todo esto es muy emocional.

- ¿Puedes dejar de hacer eso carajo? – gruñí más alto de lo normal

Zayn me volteo a ver como si lo hubiera ofendido de una manera imperdonable, sus ojos mostraban dolor, aunque eso había sido desde hace una semana cuando se entero de su pequeña “sorpresa”, su cabello esta ordenado como siempre lo ha sido, y sus ropas son formales, una abrigo negro que le queda largo pero esta perfecto para él, odio que todo le quede condenadamente bien.

- ¿Por qué te enojas? – su voz se quebró un momento y mi poca cordura se quedo en el suelo, junto con los copos de nieve que caían del cielo
- ¿Qué porque estoy enojada? ¿Por qué? – apreté los dientes sintiendo tensión por mi mandíbula entera
- Recuerda que yo no escogí hacer el viaje – apretó los puños y luego los volvió a abrir
- Si lo sé y sabes que me enfurece que aceptes todo lo que te dice tu padre, si te dice que te largues a vivir debajo de un puente tu lo harás con un gusto que hasta le darás tus ahorros, y tu padre se riera de lo fácil que fue sacarte de tu casa – estaba gritando y a estas alturas me valía lo que pensarían los vecinos
- Es eso – asintió como si lo esperara – crees que soy un estúpido ¿Verdad? – sonrió tristemente, demonios como extrañaría al moreno
- El mayor de todos – reí por lo bajo, tal parecía que hace un minuto estaba gritándole

Nos quedamos en silencio y vi como un taxi entraba por la calle con las luces delanteras encendidas, cerré los ojos y solté un suspiro, tenía que abrir los ojos, si duraba demasiado con los ojos cerrados era muy posible que me soltara a llorar en los brazos de Zayn, y eso no iba conmigo en absoluto.
Tome el suficiente aire para prepararme para el golpe emocional y comencé a ayudarle a subir las maletas, era demasiado triste ayudarle en algo que pronto me iba a destrozar. Cuando ya estaba arriba la última maleta, el conductor del taxi se subió y espero paciente a que Zayn subiera.

- Prométeme que me escribirás estés donde estés – me cruce de brazos intentando que no se quebrara mi voz
- Lo haré si tú me prometes algo – su mirada fue del conductor a mí de nuevo – quiero que pasados los cinco años vayas a ese restaurante, donde nos conocimos

Reí por un momento recordando como conocí a este chico, solo que no quise recordar para no hacerme daño.

- Llegas a las cinco en punto Malik – sonreí tristemente al ver su cara de nostalgia

Me acerque lo suficiente y nos dimos un fuerte abrazo, bien podría ser que no volviera y que el maldito destino nos separara, cosa que no quería, deseaba tener a mi amigo por el resto de mi vida.

- Marie – me llamo suavemente, como si doliera decir mi nombre
- Dime – nos separamos del todo sintiendo el vació
- Cuando vuelva te quiero pedir algo especial
- ¿Qué?
- Será una sorpresa – odiaba sus misterios, pero si eso lo hacía volver por mi estaba perfecto

Rodé los ojos de irritación y el soltó una risita, cosa que me irritó muchísimo más. Como odiaba que me manipulara tan fácil.

- Cuídate ¿Si? – se dio la vuelta y comenzó a caminar a la puerta del taxi, aquí se acababa y estaba segura
- Mañana me verás en las noticias internacionales por disturbio – grite lo suficiente para que me pudiera escuchar

Y lo último que vi de Zayn fue su sonrisa cuando volteo a verme. Después de eso el taxi partió suavemente por la calle, lo que me pareció una eternidad. Cuando por fin perdí de vista el carro amarillento permití que las lágrimas salieran lentamente.


Era un frió y largo diciembre, en ocasiones me decía estúpida por la situación en la que me encontraba, nadie iba a esperar al que se supone que era su mejor amigo por toda la eternidad en un café viejo que parece un congelador viviente. Las personas me empezaban a ver tan mal que decidí pedir un café.
Las cinco en punto, tal como le dije al moreno de pacotilla que estaría aquí, pero bueno después de todo no se cumplen las promesas que se le hacen a una persona.
La comunicación con Zayn se corto de un día para otro, los mensajes de texto – que me salían carísimos – se olvidaron y todo quedo en un “hasta luego”. Después de todo debió de encontrar miles de amigos en Estados Unidos, lugar a donde fue a parar.
Creo que las cosas mejoraron muchísimo para él, lo último que me alcanzo a contar fue de sus nuevos estudios, se graduaría o ya se graduó de abogacía. ¿Zayn? ¿Abogado? Ni yo misma me lo creí hasta que su hermana me dijo el dato.
Mientras que para mí mejoraron tan solo un poco, mi hermana ahora reanuda sus estudios en secundaria y como soy tan buena hermana tuve que pagarle los estudios, hasta que al menos tenga edad para poder ayudarme con los gastos. Solo quedamos Becca y yo en la casa, así que no es tan difícil.
Pasaron los minutos y termine el café de sorbo a sorbo, los señores parecían no recordarme, después de casi medio año de trabajar con ellos no me reconocen. Revise el reloj y ya eran las seis, estaba cansada y aún debía de ir a casa para hacer la cena para Rebecca y para mí, creo que no iba a venir y eso era obvio.
Me levante de la mesa y pagué el café, debo de admitir que no era el mejor café de toda mi vida, pero me mantuvo cuerda con mis pensamientos de odio hacia Malik.
Acomode mi abrigo y salí al exterior, el sol se estaba apagando y dejaba paso a la vida nocturna, donde se podía ver una puesta de sol hermosa. El parque se estaba llenando de turistas y con este paso se llenaría en unos minutos. Odio los lugares atestados.

- Oye – se escucho un grito del otro lado del parque, podía ser cualquier persona así que seguí caminando, debía de llegar antes de que mi hermana comenzara a mandar mensajes de amenaza si no aparecía – ¡Marie Alley Conrad!

Frené en seco, ahora quién demonios será, cerré los ojos de pura frustración y gire sobre los talones.
Un segundo y eso necesite para querer caerme de espaldas, primero me sonrió luego quiso caminar hacia mí. Estaba impresionada, pero más que eso enfadada, después de todo asistí al estúpido café con la esperanza de volverlo a ver después de cuatro años y medio de no tener comunicación con él.
Dio otro paso dudando por mi reacción, tenía la mandíbula apretada y los puños cerrados a mis costados, si que estaba enfadada. Un paso más, dudando.

- No te acerques – grite con la voz ahogada, tengo orgullo y mucho

Zayn dejo de caminar y se quedo con una expresión de dolor y sorpresa, nunca lo había rechazado, sus brazos estaban abiertos, esperando a que corriera para abrazarlo, lástima que no lo haré, no correré al menos.

- Marie, lo siento si nunca volví a llamar pero es que…
- ¡Deja de hablar! ¡Déjame pensar Malik! – di dos pasos para atrás y reanude los recuerdos

Poco a poco los recuerdos llegaron a mi mente, desde niños hasta ahora.
La vez que mis padres me llevaron al café donde lo conocería, de niños ambos éramos tremendos, quebrábamos todo a nuestro alcance y compartíamos mucho, fuimos a la guardería juntos días después. En el instituto éramos como uña y mugre, te metías con uno y la pagas con el otro, siempre fue así. Estuvo cuando mi madre murió enferma, cuando mi padre se fue de la casa por el dolor que le provocaba estar en el mismo cuarto donde murió su esposa, apoyo a Rebecca con sus tareas cuando estaba presente, me ayudo a salir de deudas cuando era demasiado y casi perdíamos la casa.
Tuve mi primera borrachera a su lado e incluso en esa fiesta nos besamos, todo era tan confuso, siempre fuimos amigos y su “sorpresa” me estaba matando.
Aunque aún así tuvimos malos momentos, la vez que me corrió de su casa porque le grite idiota a su hermana porque me había trozado la tarea como advertencia de que me alejara de Zayn. Otra cuando nos peleamos por semanas, hasta que el vació fue muy grande como para seguir peleados. Miles de peleas infantiles y muchas de ellas yo las había provocado, Malik tenía una paciencia de mierda que lo hacía mejor persona que yo.

- Marie si hice algo mal… - comenzó a disculparse como en veces anteriores, siempre era el mismo estúpido discurso
- ¿Por qué no llamaste? – grite haciendo que algunas personas me voltearan a ver – Debiste de decir al menos que estabas bien
- Hubo problemas con la comunicación – se rasco la nuca, signo de que estaba mintiendo
- A sí – bufe molesta – el perro tomo tu celular y lo tiro al escusado y no te aprendiste mi numero de diez años
- No tengo perro – se defendió

No podía creer que mi amigo era tan idiota.

- Pues que alegría que no tengas perros – sonreí y volví a caminar
- Perdón, es que tenía estudios y me absorbieron lo suficiente – escuchaba sus pasos
- Si claro, seguramente estabas ocupado con una rubia y no se te ocurra tocarme – seguí caminando y sus pasos se dejaron de escuchar
- ¿Estás celosa? – su tono fue incrédulo o de burla

Me frene y volví a voltear mirándolo de la peor manera que se me ocurría.

- ¿Qué crees…? Si piensas que… ¿Qué rayos…? – mi lengua se trababa apenas decía una palabra, yo enamorada de Zayn, no lo creo
- Lo estas – sonrió y esta vez se acerco un poco más, ahora con más confianza
- Claro que no – sentí mis mejillas arder, no porque este idiota pensara que estaba loca por él, si no porque ya había personas observando nuestra pequeña escena
- Ahora niégalo – estaba enfrente de mí con su sonrisa burlona
- Lo niego – me encogí de hombros – Más bien el coraje era que me dejaste esperando ¡Dos horas en el café!
- En serio creíste que no volvería – sonreía de una manera burlona, desde cuando Malik se burla de mí
- No como crees – pero el sarcasmo estaba de mi lado – solo pensaba en que te habías quedado con un oso pardo en el bosque para ser libre

Su risa sonó verdaderamente escandalosa, nunca lo había escuchado reírse así, aunque bueno siempre se reía de mis sarcasmos sin lógica alguna.

- Ya extrañaba tus bromas – sonrió ahora de manera triste, ¿Que todo el estado de ánimo de Zayn se iba a definir en sonrisas?
- Y yo extrañaba tus regaños – y sin decir más nos abrazamos en un abrazo único y efusivo, lleno de nostalgia, alegría, tristeza y sobre todo llenando el vació de esos cinco años
- Sabes que duraremos para siempre – dijo en medio del abrazo
- Para siempre – complete recordando la primera promesa que nos hicimos cuando teníamos tres años

Dejamos el abrazo y él paso un brazo por mis hombros, como en los viejos tiempos.

- ¿Cuál era la sorpresa? – pregunte tratando de volver a sonar normal, nada de emotividad
- Te la diré con el tiempo – sonrió

Me volví a enfurecer con Zayn, teniéndome cinco años pensando que sería de esa sorpresa, aunque el enojo se esfumo, estaba de nuevo feliz de que estuviera a mi lado.

- Y dime – interrumpió y comenzamos a caminar hacia la calle que llevaría a mi humilde hogar - ¿Qué ha pasado en estos años?

Las personas nos dejaban pasar, algunos con sonrisas en la boca, como si nosotros fuéramos más que amigos, pero solo el tiempo dirá. Poco a poco le fui contando los detalles, mientras él reía, negaba con la cabeza y se enfadaba, poco a poco volvimos a ser los de antes. Voltee a ver la luna la cual ya estaba en su punto más alto, dando a entender que la vida nocturna acababa de empezar y con eso una nueva etapa de amistad con el moreno.