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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
The Third Magic War {Incripciones Cerradas, Resultados Puestos
O W N :: Novelas colectivas :: Novelas colectivas :: Novelas Colectivas :: Inscripciones / audiciones
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Re: The Third Magic War {Incripciones Cerradas, Resultados Puestos
Patry y Cia escribió:amaya escribió:[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Amaya Dayker Nombre de la chica: Amaya Elzabeth Dayker BeryNombre del futuro novio: Albus Severus PotterNombre del otro chico: Fred Weasley IIEdad de la chica: 16 añosEdad del fututo novio: 17 añosEdad del otro chico: 17 añosLealtad:La HufflepuffRol: Albus Severus Potter- Fred Weasley IIPB: Chloe MoretzCapitulo escrito por ti: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
- rules:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]No estoy muy segura que esa sea la pelicula :/¡Ficha Semi-Aceptada!
El gif no es de la pelicula, ese gif es de la tercera
Gracias digo me gusta la pelicula pero me confundo XDD
Invitado
Invitado
Re: The Third Magic War {Incripciones Cerradas, Resultados Puestos
Nombre de la chica: Charlotte Anne Malfoy G.
Nombre del futuro novio: Louis Weasley
Nombre del otro chico: Lyssander Scamander
Edad de la chica: 16
Edad del fututo novio: 16
Edad del otro chico: 17
Lealtad: Slytherin- Familia Malfoy- Familia Greengrass
Rol: La Slytherin- Louis Weasley-Lyssander Scamander
PB: Ashton Irwin-Freya Marvor-Niall Horan
Capitulo escrito por ti:
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- Here:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] De tal palo,tal astilla
- Ash,otro spoiler :|:
- Holaaaa Patry,tu idea la ame por completo, Harry Potter , bueno hay esta mi ficha,si hace falta algo me avisas, la verdad no sé si se podía ser familia de la segunda generación,pero como se vinieron muchas ideas a la cabeza,pero cualquier cosa cambio el apellido no hay problema,so,besos
Invitado
Invitado
Re: The Third Magic War {Incripciones Cerradas, Resultados Puestos
OH MY GOD!!! ME ENCANTO!! AUDICIONARE OMG OMG AOIFPOAF :')
.wonderwall.
Re: The Third Magic War {Incripciones Cerradas, Resultados Puestos
acacia. escribió:[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Ashley. Nombre de la chica: Ashley Dallas
Nombre del futuro novio: Hugo Weasley
Nombre del otro chico: Milton Harries
Edad de la chica: 16 años.
Edad del futuro novio: 16 años.
Edad del otro chico: 17 años.
Lealtad: Neutral
Rol: La de Dumstrang- Hugo Weasley- Chico de Dumstrang
PB: A. B. C.
Capitulo escrito por ti: MP:3
- da ruleees:
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Ficha Aceptada
james
Re: The Third Magic War {Incripciones Cerradas, Resultados Puestos
tobias. escribió:[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Rach Rottmayer.
Nombre de la chica: Rachel Marie Rottmayer.
Nombre del futuro novio: James Sirius Potter.
Nombre del otro chico: Jim Harrison.
Edad de la chica: 15 años.
Edad del fututo novio: 17 años.
Edad del otro chico: 16 años.
Lealtad: Hogwarts y Beauxbatons.
Rol: La de Beauxbatons-James Sirius Potter- (Chico de Beauxbatons).
PB: Gabriella Wilde.
Capitulo escrito por ti: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Ficha Aceptada
james
Re: The Third Magic War {Incripciones Cerradas, Resultados Puestos
anderlysbella escribió:[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Charlotte
Nombre de la chica: Charlotte Anne Malfoy G.
Nombre del futuro novio: Louis Weasley
Nombre del otro chico: Lyssander Scamander
Edad de la chica: 16
Edad del fututo novio: 16
Edad del otro chico: 17
Lealtad: Slytherin- Familia Malfoy- Familia Greengrass
Rol: La Slytherin- Louis Weasley-Lyssander Scamander
PB: Ashton Irwin-Freya Marvor-Niall Horan
Capitulo escrito por ti:
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- Here:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] De tal palo,tal astilla
- Ash,otro spoiler :
Holaaaa Patry,tu idea la ame por completo, Harry Potter , bueno hay esta mi ficha,si hace falta algo me avisas, la verdad no sé si se podía ser familia de la segunda generación,pero como se vinieron muchas ideas a la cabeza,pero cualquier cosa cambio el apellido no hay problema,so,besos
Ficha Aceptada
Tranquila Andy se puede :D
james
Re: The Third Magic War {Incripciones Cerradas, Resultados Puestos
Nombre de la chica: Aimé Mistery Goodrick
Nombre del futuro novio: Lorcan Scamander
Nombre del otro chico: Zach Nott
Edad de la chica: dieciséis años
Edad del fututo novio: dieciséis
Edad del otro chico: diecisiete
Lealtad: Al mundo mágico, Hogwarts, a su casa y familia.
Rol: La gryffindor
PB: Lucy Hale - Drew Roy (Zach) y Logan Lerman (Lorcan)
Capitulo escrito por ti:
- Capitulo Divergentes:
- Como ya conoces mis otros escritos, te enseñare unos de las novelas colectivas en las que estoy :)Capítulo 02[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Calíope Fergusson—Calíope, bájate ya de ese árbol por favor –Pidió una mujer alta y delgada, de cabellera rubia mientras me observa con sus ojos almendrados.
Escale aun más alto de lo que me encontraba, tengo aquella extraña reacción todo el tiempo, nada mas alguien me dice que no hiciese algo y era lo primero que pasaba; simplemente no puedo controlarlo. Lo he hecho desde pequeña. Mis manos se lastiman con el tronco del árbol y se me clavan astillas en los dedos, aprieto con fuerza mis labios pero continuo con mi trabajo, aquel árbol es el más alto y el que más me gusta para trepar, pero mi madre no entiende eso.
—Calí… –pronuncio con voz cansada–. Por favor cariño, vas a lastimarte.
—¡Vaya! ¡Tienes que verlo mamá la vista es estupenda! –exclamo entusiasmada, mientras me pongo de pie y contemplo el resto del mundo, que no suele parecer tan grande dentro de la sede de Cordialidad –mi casa–, pero sé que hay mucho mas por explorar y algún día espero hacerlo.
Mi madre continua hablándome, pidiendo de forma amable y sin perder el control que debo volver al suelo, que necesito tomar un descanso y dejar de ser tan hiperactiva, bah, eso dice ella que nunca hace nada fuera de lo normal. Los Cordialidad podemos ser demasiado amables y aburridos a veces y es mucha tranquilidad para mi gusto.
Observo hacia arriba y una mariposa se posa en la rama sobre mi cabeza, sonrió al contemplarla y trato de alcanzarla estirando mi brazo izquierdo, mientras me sostengo del tronco con el otro. Me hubiera gustado decir que logre tocarla y contemplar sus colores de cerca, pero digamos que bueno, ocurrió todo lo contrario. Escuche los gritos de mi madre tan pronto oí el crujir de la rama bajo mis pies, segundos después esta se había roto y me encontraba cayendo contra el suelo.
Cerré mis ojos esperando el impacto mientras mi corazón latía desbocado, tenia tanto miedo, tanto vertido y a la vez ganas de saber que se sentiría al final, que mi reacción me sorprendió hasta a mí misma, cuando estire mis brazos y me sostuve de la primera rama que tocaron mis manos. Mi cuerpo se sacudió con brusquedad y solté un grito, abrí mis ojos y vi hacia la rama, la cual apenas soporta mi peso y mis brazos están cansándose. En el suelo, mamá llama a otras personas que se asoman de los manzaneros a observar.
Bien, otro patético espectáculo de Calíope Fergusson.
Como puedo me estabilizo alrededor del tronco y comienzo a descender hasta el suelo, cuando finalmente caigo, mi pecho se aprieta y cierra provocándome dolor, me hallaba tan agotada…
—Calíope, ¿te encuentras bien? –pregunta mi papá, corriendo a mi lado. El es pelirrojo como yo y sus ojos son azules, sonrió débilmente mientras cierro mis ojos.
—¿Lo viste? Seguro fue una caída estupenda –murmuro y el sonrió.
—Ay, ¿Qué haremos contigo? Casi nos das un susto de muerte, tu madre…
El no necesito terminar la frase, seguramente le indujeron el suero de la paz, con lo loca que se puso… Supongo que tengo crédito en ello, suelo poner locos a mis padres, lo cual me hace sentir culpable, pero yo no planeaba caerme o lastimarme, no planeaba preocuparlos.
Johanna Reyes se acerca poco después de que mi padre me ayuda a ponerme de pie, abriéndose paso entre los demás espectadores y me observa de la manera en que la mayoría lo hace: como si fuera un problema que lamentablemente no tiene cura. Ella es amable, sin embargo.
—No sé porque tenía la sensación de que eras tú otra vez –sonrió de lado.
—Lo siento –Me disculpo apenada–. Dejare que me inyecten el suero sin oponerme esta vez.
—No hace falta querida, creemos comprender porque te encuentras tan agitada hoy –Guarda sus manos en sus bolsillos–. Lo dejaremos pasar por esta noche Calíope, pero tienes que mantenerte calmada ¿de acuerdo?
Solo asiento avergonzada y ella se despide, platicando con otras personas, quienes se quejan porque no logre ser “calmada”. Camino con la vista en el suelo de camino a nuestra casa, mi papá mantiene un brazo rodeando mis hombros y el otro sosteniéndome del brazo, como si temiera que volviera a escaparme de nuevo; mamá no va a regresar aun por el momento.
Cuando entramos a nuestra pequeña y acogedora casa, me siento en el sofá y observo a mi padre.
—Qué quiso decir Johanna… ¿Con que comprendían mi ansiedad? No tengo ansiedad.
—Se refiere a la prueba de iniciación de mañana –Sostiene una botella de agua para mí y lo tomo, agradeciéndole el gesto–. Comprendemos que te sientes… Inquieta, todos los jóvenes de tu edad lo están.
—¡Yo no me siento así! –reprocho, porque no estoy ansiosa, ni siquiera pensé en ello hasta que acaban de recordármelo–. Sé que pertenezco aquí, esto es mi hogar.
—Lo decidirán las pruebas.
—Pero…
—Cariño, a veces creemos pertenecer a un lugar porque nos sentimos cómodos al respecto –Comenzó sentándose a mi lado–, pero incluso aunque estemos seguros, todo puede modificarse, puedes hallar un lugar que calce perfecto con tu personalidad, un nuevo hogar.
Observo hacia al frente, a nuestra chimenea apagada y a las fotografías familiares en el estante de arriba, ¿un lugar nuevo al cual llamar hogar? ¿Un lugar perfecto para mí? ¿Qué quería decir eso? Pensé que mi padre trataba de decirme que no encajo con los Concordia, porque soy algo inquieta, pero no es justo, soy amable y –aunque no lo parezca– soy tranquila, no me gustan las guerras o las discusiones. Soy lo que ellos han creado, tal vez a mi manera, pero lo soy. Parecerá raro, pero nunca pensé en que fuera distinta a los demás, en que no encajara. Me preguntaba si mi padre indirectamente estaba diciéndome todo esto porque él es un transferido de Osadía y a pesar de que ya tenía un hogar, lo cambio por otro. Papá nunca me deja preguntar sobre su antigua vida, siempre cambia de tema o dice que es descortés entrometerse donde no se debe. ¿Esta incitándome a que pregunte esta vez? Dentro de mí la ansiedad comienza a formarse nuevamente, deseo tanto saber sobre los secretos que oculta mi padre… ¿Pero me animaría a preguntarle al respecto?
—¿Crees que no pertenezco a este lugar? –Cambio de pregunta.
—Solo creo que tú idea de paz y tranquilidad es distinta al resto –Me guiña el ojo, palmea mi rodilla y se levanta–. Iré a ver a tu madre, por favor, recuéstate un poco.
—Claro. –sonrió nuevamente y el comienza a alejarse. Me giro en mi lugar y observo hacia él, sosteniendo el pomo de la puerta–. ¿Papá?
—¿Sí?
—¿Por qué dejaste Osadía, no eras como ellos?
—Descansa cielo. –Se gira ignorándome y se marcha tras la puerta.
Suelto un suspiro desanimado y me recuesto en el sofá, observo al techo, pensando en que sufro de ansiedad e hiperactividad y no lo acepto, en que estoy nerviosa por mañana, en que tal vez no pertenezco a este lugar… Tengo otros cuatro para escoger, ¿pero quiero realmente marcharme? Si me fuera, nunca sabría del pasado de mi padre, nunca volvería a tocar música, dibujar o trepar arboles, dejaría a mi familia para siempre. ¿Quiero dejar todo esto? Llevo dieciséis años en Cordialidad, toda mi corta vida, mis vecinos son amables y nos conocemos bastante, tengo muchos amigos y me gusta abrazar a todo el mundo, aquí me siento libre de correr por todos lados; hasta sé que me soy demasiado escandalosa, pero aquí no hay violencia, no hay malas personas, somos una gran comunidad. Somos una familia.
Si antes no creía estar ansiosa por mañana, ahora lo estoy completamente, papá me hizo pensar en la probabilidad de no pertenecer a este recinto, de que la prueba me indique que no soy compatible, ¿Qué haría si eso sucede? No me plantee elegir otro lugar, estaba decidida a elegir Cordialidad nuevamente, segura de que las pruebas no me dirían lo contrario, supongo que ser segura puede costar un poco caro. ¿Qué facción elegiré por si acaso? Tendré que estar preparada para las malas noticias, solo no se qué elegir. ¿Erudición? Puag, no. Definitivamente no, no soy inteligente hasta que me duela la cabeza.
¿Sinceridad? ¡Ni de broma! ¿Obligarme a decir la verdad todo el tiempo? Me gusta mi privacidad y mis pequeñas mentiras, no podría vivir allí nunca.
¿Abnegación? Bueno, esa no esta tan mal, pero ser un abnegado es un poco aburrido y ellos nunca pueden hacer cosas, por más que las deseen con el corazón, además no me gusta el color gris o sus peinados reservados.
¿Osadía? Bueno, ellos son almas libres, son valientes y siempre van por ahí a su manera, me gustaría mucho esa facción, sino fuera por lo violentos que pueden llegar a ser y yo soy partidaria de la paz y no de la violencia. ¿Entonces? No quiero ser una Sin Facción, me aterra pensar en ello, lo mejor que podía pasarme, seria que me tocara Cordialidad, entonces volvería aquí y así seria por el resto de mi vida.
Un golpe provoca que mis ojos se abran por el susto, me reincorporo y vuelven a golpear la puerta, suelto un suspiro y camino para abrirla, una chico de cabello castaño ondulado, ojos marrones y vestimenta color rojo espera del otro lado. Su semblante cambia de preocupado a aliviado tan pronto me ve.
—Oh Calí, estás bien –Me atrae hacia él con un abrazo.
—Claro que estoy bien, Andrew –digo separándome de él–. Sabes cómo exageran las personas.
—Eh si… Claro –sonríe inquieto–. ¿Damos una última vuelta, juntos? Esta anocheciendo.
—Bien.
Andrew es mi mejor amigo en mi facción, vive en la casa de al lado con sus tres hermanos pequeños y sus padres, suelen invitarme a tomar el té todo el tiempo y son muy divertidos. Andrew es de las personas que adora salir a caminar en la noche, bajo las estrellas y la luna, a veces ni siquiera platicamos sobre algo, simplemente nos relajamos con el silencio; tengo muchos amigos en el trabajo y en la escuela, pero el simplemente no tiene comparación. Para mi es único.
Mientras el platica sobre como el rellenaba un costal con papas y este se rompió, hoy en el trabajo, divise a Noelia Popplewell a lo lejos, seguramente yéndose a casa. Ella es una chica muy solitaria, no suelo verla platicar con muchas personas, a veces siento ese impulso de acercarme a saludarla, pero cambio de parecer cuando me pregunto si le molestara ser interrumpida. Mamá me dijo una vez, que las personas guardan distancia y silencio cuando tiene mucho en mente y debemos de respetarlo, así que supongo, que no quería interrumpir lo que sea que estuviera pensando; solo seguía con mis cosas, sin haberme acercado nunca.
—Calíope –Me llama Andrew–. ¿Qué crees que sea la prueba de iniciación?
—Tal vez es diferente según de qué facción seas –Me encojo de hombros–. No lo sé, solo espero no tengan que inyectarme nada.
—Me gustaría que fuera como un examen –murmura tranquilamente, mientras llegábamos al final del área de trabajo y llegábamos a un claro–, aunque tenga miedo de las preguntas que puedan hacerme.
Observo la luna iluminándonos desde el cielo, a las estrellas tintineando y luego hacia atrás, hacia mi facción, preguntando que decidiría la prueba por mí, que opciones me dará y que decisión tomare mas tarde.
—¿Qué facción elegirías? –pregunto de repente, haciendo que voltee hacia él.
—¿Tu cual escogerías?
—Bueno, espero mi prueba me diga que pertenezco aquí, no me gustan las demás facciones. –sonrió–. ¿Tú que elegirías?
—No lo sé –respondo afligida, porque el luce tan seguro y yo tan dudosa.
¿Cómo puedo dudar si se cual es mi hogar? Porque esta es mi casa, aquí es donde pertenezco, ¿no es así? Suelto un suspiro y observo a la luna, deseando que pueda dormir esta noche, dejando mi futuro en otras manos.[…]Desperté esta mañana sintiéndome mucho mejor, fue un poco difícil dormir después de mi charla con Andrew, después de que mamá volviera con una sonrisa y sus versos de “amor y paz”, pensando en que yo lo provoque. Traigo más problemas a mi familia que cualquier otro adolescente de mi facción, seguro que ella desearía haber tenido otra hija, tal vez estará esperando el día en que se deshagan finalmente de mí. ¿Pero en que estoy pensando yo? Son mis padres, me aman tanto como yo a ellos, no importa que tan difícil sea de tratar y lo mucho que ponga nerviosa a mamá.
Ellos se despidieron de mí luego del desayuno, me desearon suerte y agitaron sus manos hasta que me perdieron de vista. Fui a la escuela como cada día, platicando con los chicos de mi facción y caminando a la par de Andrew, observamos a los jóvenes de las otras facciones mientras tratamos de adivinar que les tocaría como examen.
—Seguro que por parte de los de erudito tenemos que responder más de cien preguntas –dice mi mejor amigo.
—Con cronometro de tiempo y todo –le sigo el juego.
—Por Abnegación vamos a decidir entre salvarnos o salvar la vida de alguien más.
—De una casa en llamas, ¿no crees?
—Seguramente –asiente con aprobación–. Para Osadía vamos a tener que hacer algo verdaderamente loco.
—Oh y ya sé que nos toca por parte de Sinceridad –comento riendo–. Si decimos una mentira no somos aptos para aquella facción, si somos honestos, definitivamente quedamos dentro.
—No es justo, entonces en ese no quedo –suelta un resoplido y rio más fuerte.
Para cuando vamos a desayunar, el aire se vuelve más tenso para muchos de nosotros, mas para quienes no sabemos qué va a ocurrir y tenemos ansiedad, no tengo miedo o estoy nerviosa, intento relajarme pero cuando estoy ansiosa por algo, quiero estar en movimiento. Comienzo a mover mis pies bajo la mesa, siguiendo un ritmo imaginario, juego con el zumo de naranja en mi mano y veo hacia los demás, Andrew dice que deje de moverme tanto porque parezco que quiero ir al baño, pero lo ignoro. Cuando el almuerzo finaliza, nos vamos a esperar para que nos llamen a hacer nuestras pruebas, me reúno con el resto de los Cordialidad y trato de platicar con ellos. Las letras del abecedario van transcurriendo una a una, con chicos y chicas yéndose tras ser llamados, cuando llegan a la F, mis manos empiezan a hormiguear.
—Llego el momento de mi ejecución –bromeo mirando a Andrew.
—Estarás bien –Intenta animarme–. Suerte.
—Igual para ti.
Sonrió al resto de los chicos de mi facción y noto a Noelia algo nerviosa, desvió aquella sensación de mí porque no quiero ponerme nerviosa y sigo al hombre de abnegación hasta una sala. Desde el momento en que entro, no me gusta el lugar. Las paredes son inexistentes, hay enormes espejos cubriéndolo todo y en el medio del lugar, solo se encuentra un asiento junto a una enorme maquina, la luz que viene desde el techo es segadora y me hace sentir incomoda, como si me observaran de cada ángulo que fuera posible. El hombre que espera en el centro, es de Osadía, por lo que puedo notar y me pide que me acerque.
Observo mi reflejo en todos los ángulos posibles y mi rostro luce tranquilo, aunque no me sienta de ese modo, llevo una blusa amarilla y un short rojo, mi cabello esta suelto sobre mis hombros. ¿Qué irán a hacerme?
—Hola, soy Trenton –Él hombre me saluda, dándome una pequeña sonrisa, lo cual me sorprende. Me acerco y sonrió de regreso.
—Hola, soy Calíope.
—Lo sé –asiente–. Toma asiento por favor.
Su amabilidad me hace pensar, que él sabe cómo tratar con Cordialidad, por lo tanto obedezco y me acuesto en la silla, tratando de estar cómoda, de concentrarme en la tranquilidad y no pensar en que de esto dependerá mi futuro, el resto de mi vida, lo que soy como persona.
Trenton me coloca unos cables y luego también a él mismo, le miro con curiosidad, incapaz de contener ese lado mío y abro la boca.
—¿Para qué es esto?
—No te hará daño –responde a cambio.
—¿Por qué tú también tienes puestos unos?
—Señorita Fergusson…
—¿Qué es esta sala? Tiene muchos espejos, parece muy curioso.
—Recuéstate por favor –Pide de forma más dura esta vez, cuando me quise sentar.
—Lo siento, ¿Qué es eso?
El había tomado un frasco con líquido transparente, como agua y lo está destapando, me pregunto si él creyó que yo tenía sed o si era una especie de suero de la paz para que me calme, porque estoy interfiriendo con su trabajo.
Ignora mi pregunta y se gira para enfrentarme, tendiendo el frasco hacia mí.
—No tengo sed, gracias –murmuro inquieta.
—Bébelo todo por favor, es necesario.
—Hum… –dudo un momento, ¿este es el examen? ¿Ver si puedo beber o no este liquido misterioso? Bien, resulta sencillo–. De acuerdo.
Me vuelvo a recostar y vacio el liquido de una sola vez, dejándolo que pasee por mi garganta y el resto de mi cuerpo, sintiéndome adormecer, sintiendo como todo se vuelve oscuro.[…]Siento los parpados pesados cuando finalmente abro mis ojos, estoy en una especie de comedor vacio, preguntándome que está pasando y cómo fue que llegue aquí. Al frente diviso dos cestas y me acerco a verificar que contienen, una contiene una enorme manzana roja y la otra un cuchillo, más bien como una especie de daga, los observo atentamente. Tal vez pueda cortar con el cuchillo la manzana.
—Elige –me exige la voz de un hombre, me giro pero no veo a nadie.
—¿Elegir qué cosa?
—Elige.
Tomo ambas cosas pero no escojo, ambas se ven útiles, incluso aquella daga, no quiero escoger.
—Bien, si eso quieres… –la voz murmura y todo se vuelve negro otra vez.
Cuando la luz llega, en el lugar de las cestas no hay nada y mis manos se encuentran vacías, ¿Qué rayos…? Un horrible lobo gris gruñe hacia mi cuando me giro, mostrando sus enormes colmillos, soltando baba de su boca, sus ojos son furiosos y no sé qué hacer. Me quedo quieta y con el latido de mi corazón golpeando mi pecho, les tengo tanto miedo a estos animales… No sé qué hacer. Evito mirar sus ojos, evito observarlo en lo absoluto.
No es verdad, no es verdad, no es verdad –murmuro para mí misma, cerrando mis ojos, porque no quiero que sea cierto, deseo que este animal sea una mentira. Aunque se sienta todo lo contrario.
El suelta un ladrido asiéndome temblar pero cuando miro, solo esta olfateando cerca de mí y luego se marcha; entonces, oigo la voz de una anciana.
—¿Qué fue ese ruido, querida?
La observo con miedo, porque el animal que me había ignorado, corre para atacarla, la arroja al suelo y la anciana solo grita por ayuda, mi cuerpo tiembla y me obligo a pensar rápido, tengo que hacer algo. No puedo dejar que la devore.
—¡Hey!
Me tiro sobre el animal tratando de quitarlo de encima de la anciana, luchando contra su enorme y pesado cuerpo, tirándole hacia atrás, el inclina su cabeza enloquecido y abre su boca para morderme, entonces, lo empujo lejos y desaparece. Estoy en un autobús.
Observo a mi alrededor agitada, ¿Cómo llegue aquí? Las personas a mí alrededor lucen indiferentes a mi repentina presencia, ni siquiera me están mirando, el hombre de mi derecha lee un periódico y el simple vistazo que le doy, me da miedo. El tipo tiene un aspecto terrible, lo que hace que me pregunte, porque elegí sentarme a su lado en primer lugar. Él mira en mi dirección de forma retorica y frunce el ceño.
—¿Lo conoces? ¿Conoces a este tipo? –pregunta con voz fuerte, observo el periódico y veo que se trata de un asesino.
¿Lo conozco? No, por supuesto que no. Pero, ¿Por qué siento que si, entonces? Mi cabeza esta confundiéndome, me está haciendo creer que conozco a un asesino, me está haciendo dudar y el hombre no pasa por alto aquello.
—¿Lo conoces sí o no?
—No –digo de forma automática, porque se mentir, se como parecer segura de mis respuestas–. No tengo idea de quién es.
—¡Estas mintiendo! ¡Dime la verdad! ¡Por favor dime la verdad, es de vida o muerte! ¡Dímelo!
—¡NO! –grito poniéndome de pie, mirándole enojada, aquel instinto de hacer lo contrario a lo que me piden, me hace reaccionar de aquella manera y el luce fuera de sus cabales–. ¡He dicho que no lo sé! ¡Vete y déjame en paz!
Entonces, el hombre se esfuma, también el resto de las personas y el autobús. Todo se ha ido.[…]El hombre a mi lado es Trenton, lo que me hace sentirme mejor, más aliviada, estoy de nuevo en la sala de los espejos y no estoy herida, solo fue un sueño. ¿Verdad? Pero el luce serio, bastante inquieto e incomodo. ¿Qué paso? ¿Debía haberle dicho la verdad a aquel hombre? Comencé a preguntarme si algo andaba mal, cuando él me quita mis cables y luego los suyos, observa de soslayo hacia mí, apretando sus labios con fuerza; sus manos están temblando.
—¿Qué sucede? ¿Eso era la prueba? ¿Lo hice bien? –Lo inundo de preguntas.
—Sí, eso era la prueba –finalmente responde.
—¿Cómo lo hice?
—Es… Es que nunca me había tocado algo como esto –Luce perplejo–. Tendré que… No.
—¿Trenton? –pregunto con miedo, su actitud esta asustándome.
—Señorita Fergusson, no haga preguntas, solo escuche –Me mira más serio que antes–. Esto es grave, muy grave.
—¿Qué cos…?
—En tu examen, demostraste tener cualidad de Abnegación y Cordialidad –explica–, pero también tienes características de un Osado, lo demostraste, pero no es eso lo que me inquieta…
—¿No es el hecho de que en vez de salirme una sola opción me salieron dos? –exclamo sentándome en la silla.
—Bueno, sí, eso también –Rasca su barbilla–. Pero tú hiciste algo increíble, Calíope, tú controlaste la simulación, te resististe a ello.
—¿Y eso es malo?
Mi cuerpo tiembla y siento el sudor de mi frente bajando por mi rostro, el muchacho me observa por última vez, como si el creyera que era demasiado joven para morir y eso solo envía más miedo a mi ser. Pone sus manos en sus bolsillos y se acerca lo suficiente como para poder susurrarme.
—Por favor, tendré que pedirte que no le digas a nadie sobre lo ocurrido aquí, no a tu familia, no a tus amigos, ¿entendido? Evita llamar la atención, ser notada, en tu prueba voy a poner que salió Abnegación y tienes que creer que así fue, ¿de acuerdo? Esto es por tu bien, es para protegerte, si alguien lo sabe…
—¿Por qué es tan malo? ¿Qué sucede si alguien sabe?
—Es peligroso –sentencia de forma cortante–. Correrías peligro, tienes que cuidarte mucho de ahora en adelante, ten cuidado cuando escojas.
—¿Por qué es peligroso? –pregunto con mi voz temblorosa.
—Porque eres diferente, Calíope, eres –Baja el tono de su voz, observándome con compasión–. Creo que eres un divergente.
—¿Un qué?
—No vuelvas a decirlo nunca, ¿entendido? Nunca. No lo pronuncies delante de nadie, no le digas a nadie sobre esto y estarás bien, es lo único que puedo hacer por ti.
Quería preguntarle más, quería que me dijera todo, porque soy diferente, porque nadie debe saberlo, porque no puedo pronunciar la palabra, porque se supone que es peligro y sobre todo, ¿Qué es un divergente? El me ayuda a bajar de la silla y me guía hasta la puerta.
—Recuerda lo que te dije. ¿Bien?
—Gra-gracias –susurro–. Lo haré.
Salgo hacia un pasillo diferente, no hay personas en él y sé que cuando llegue al final, encontrare a los demás que ya han obtenido su examen, pienso en todo lo que Trenton me dijo y en como controle la simulación, en como estoy apta para varias opciones de facción y como nunca, podre hablar sobre ello con nadie.
No soy consciente del peligro que puede suponer todo esto, porque no entiendo absolutamente nada, no sé qué es ser divergente y porque eso me afectaría. ¿Estoy dañada? ¿Soy peligrosa? ¿Eso significa divergente? ¿Habrá otros como yo? Llego hacia el patio y el sol brilla ante mis ojos, no puedo contarles a mis padres o a Andrew, se supone que obtuve como resultado de mi prueba, a Abnegación. Bien, ya sé que tengo que decir, ya sé como tengo que engañar a las personas, soy de Cordialidad, miento todo el tiempo, si esto mantendrá la paz en mi familia, entonces lo haré.
No diré que soy divergente.
- The Elements:
- Capítulo 4Marine Dempsey and the power of water.
Camino sobre las hojas caídas de los arboles a mi alrededor, mientras estas crujen ante mi pisar y el viento agita todo a mi alrededor. Acaricio el tronco de uno de ellos y observo con adoración a mí alrededor, a la naturaleza pura. Suelto una risa emocionada y continuo caminando, mientras mis pies se van ensuciando con el suelo, había guardado mis zapatos en el bolso sobre mi espalda hacía mucho tiempo atrás, mientras me adentraba en la selva; mi vestido blanco ondea alrededor de mis tobillos y la brisa acaricia mi rostro. Esto es vida, pienso.
Un ave exótica emite un sonido, comunicándose con los suyos y eso llama mi atención, elevo mi rostro hacia el enorme árbol frente a mí y trato de divisar algo, algunos rayos de sol se filtran y estorban mi vista pero aun así, no dejo que me detenga, continuo mi camino llena de curiosidad. ¿Siempre es así de caluroso y húmedo? ¿Hasta dónde podían crecer estos árboles? Me encuentro demasiado emocionada, este lugar es perfecto y el primero con el que me topo, que es completamente natural; no casas, no autopistas y automóviles, no personas. Esto es área salvaje y para mi, área sagrada.
—¡Hey! –Sopla alguien en mi oído y por soplar me refiero, a salpicar agua de forma traviesa y avanzar como un rayo, sin que siquiera pueda verlo.
—¡Rainy! –Exclamo sonriente, limpiando el agua de mi oreja y buscando en todos lados–. ¿Dónde estás pequeña traviesa?
—¡Yuju! –Esta vez el sonido vino detrás de mí y como puedo, me giro y la atrapo con la mano, sin presionar demasiado para no herirla.
—Eres una gotita demasiado ágil, pero te olvidas que yo también.
La pequeña Rainy suelta un ruidito, que podría ser tomado como una risita, abro la palma de mi mano y la dejo salir, mientras ella vuela a mi alrededor, haciéndome girar y marearme. ¿Qué puedo decir? Amo demasiado a esa gota de agua traviesa, porque si, aunque parezca extraño, Rainy es mi vieja amiga, juntas vinimos a este mundo desde Treyon; mi antiguo hogar. Recuerdo que mi madre me dijo, que mientras fui creada, también se creó a la pequeña gota, porque su misión seria acompañarme en mi aventura y desde entonces, la siento como si fuese una parte esencial de mí; como una hermana. Rainy no tiene boca, curiosamente pueden vérseles ojos si la miras bien pero como es del mismo color que toda su anatomía, no se le distinguen. Como ella no tiene boca, nos comunicamos telepáticamente, simplemente puedo hablarle a través de mi mente y ella va a oírlo, incluso puede responderme también, es algo bueno porque me ayuda a no sentirme sola en este enorme lugar.
El planeta tierra es más de lo que ves a tu alrededor y puedo sentirlo, he estado viajando a diferentes lugares desde mi estancia aquí, por ello, se puede decir que no tengo una casa, no tengo rumbo o lugar fijo, simplemente me muevo con el viento, con la corriente de los ríos y mares, aunque a veces sean traicioneros y acabe en quien sabe qué lugar. El viaje más largo que he tenido, es este, porque estoy en Asia y anteriormente me hallaba en Estados Unidos, he surcado todo un gran mar, pero nos lo hemos pasado increíble, por suerte, puedo adaptarme a donde sea que vaya. Nunca he tenido problema al respecto.
Me gustan los lugares solitarios como esta selva, porque puedo usar mis poderes sin que este rompiendo las reglas y me gusta utilizarlos para perfeccionarme, para seguir usándolos para un bien y de la forma correcta, he viajado a aquellos lugares en donde las personas mueren de sed y les he dado de beber, ayude a los animales a encontrar un río cercano cuando estaban perdidos bajo el intenso sol, porque puedo percibir donde habrá agua aunque me encuentre lejos, es como un cosquilleo que se intensifica cuando me estoy acercando.
Se puede decir, que estoy haciendo mi trabajo todo lo mas bien que me es posible, siempre para ayudar al prójimo y nunca para mi beneficio, además debo decir, que me agradan esas personas, aquellas que tienen muy poco pero que te entregan todo el corazón; son agradecidos y son bondadosos, aprendo de ellos cada día, razón por la cual cada uno de mis viajes, es una nueva y emocionante aventura.
Rainy vuelve a zumbar en mi oreja y se agita con impaciencia, ella es un espíritu libre, ama la velocidad e ir a cualquier lado aunque no la acompañe, siempre sabe cómo encontrarme, tenemos ese vinculo en el cual, no importa donde vayamos, siempre vamos a estar juntas.
Cuando la veo alejarse, comienzo a caminar de prisa, tratando de seguirla, solo puedo ser rápida como ella cuando estoy sobre el agua y el viento se mezcla con esta, de lo contrario, solo somos el agua y yo.
—Muy bien, ¿quieres divertirte un poco? –pregunto en voz alta, aunque ella puede escucharme igual, su respuesta resuena en mi mente y sonrío abiertamente–. Entonces prepárate, porque vamos a divertirnos a lo grande.
Ella rebota alegremente y acaricia mi mejilla, antes de irse flotando hacia adelante, me aseguro de que mi bolso este bien sujeto a mi espalda y comienzo a correr lo más fuerte que puedo, esquivando arboles, ramas y raíces de los troncos, a veces, oyendo a las aves cantar y a los demás animales salvajes. Siento que estoy cerca de llegar al riachuelo, finalmente lo encontrare, aquel vértigo crece en mi vientre pero no es un sentimiento feo, es como de anticipación porque estoy deseando encontrarla. El cosquilleo crece desde mis pies y se va acercando hasta mi pecho, mientras los arboles comienzan a despejarse, el cosquilleo llega a mis manos y las cierro en dos puños para luego liberarlas, un escalofrió corre por la parte posterior de mi cuello y entonces lo veo, el gran río abriéndose paso ante mis ojos. Rainy da saltitos de felicidad sobre este, haciendo ondas pequeñas y agitando a los peces, me siento tan completa que cuando mis pies se adentran en el río, soy completamente feliz y siento que todo el viaje ha valido la pena. Encontré mi recompensa. Estiro mis manos a mis lados, formando una cruz con mi cuerpo y estiro mis dedos para que el agua se eleve hasta su altura y puedan enredarse en ellos, mi vestido se humedece en las puntas y puedo sentirme libre. Empujo el agua hacia atrás y luego la traigo de regreso, frenándola antes de que me impacte –luego–, la hago girar a mi alrededor, formando un remolino gigante, la dejo ir y formo remolinos pequeños, la elevo y ondeo formas con mis manos; el agua se rinde ante mis pies, es completamente mía y amo controlarla.
—Bien Rainy, vamos a dar una vuelta, creo que el viento nos ayudara esta vez.
Hago que el agua me eleve hasta que mis pies se rosan con ella y con ayuda del viento soplando hacia la izquierda, comienzo a deslizarme con lentitud y cuidado, suelto una risa y tanto Rainy, como yo, gritamos por pura diversión. El viento se vuelve más salvaje mientras se mezcla con el río y aumentamos la velocidad, todo a mí alrededor es solo un borrón de colores, mi vista se encuentra fija al frente, hacia la desembocadura del río que se abre en dos túneles de mas selvas. Encuentro el camino de la derecha y disminuyo la velocidad, disfrutando del paisaje, de los animales, del hermoso cielo, me agradaría tener más compañía, que Rainy y yo pudiéramos compartir esto con más amigos, ¿pero qué puedo hacer yo al respecto? Sé que hay otras chicas, ¿pero querrían ser mis compañeras de viaje? Se supone que estamos en misiones, no para divertirnos, aun así… Quito la idea de mi mente, dando una sacudida y mientras me acerco a un pueblo, comienzo a acercarme a la orilla para que no me puedan ver; mis pies tocan la tierra bajo el agua y suelto un enorme suspiro.
—¡Eso fue increíble, Marine! –chillo mi amiga.
—Lo sé pequeña, lo sé.[…]
Aquella noche nos quedamos a dormir en una de las aldeas de aquellas personas, fueron muy amables y compartieron su escasa comida con nosotras, aunque no podían ver a Rainy porque ella se había marchado, los niños fueron muy tiernos y jugamos un rato, me contaron de su civilización y de sus vidas, me encontraba tan fascinada por ello. Luego de haber bailado alrededor de una hoguera y de haberles agradecido, me quede dormida, abrazando el collar de cuentas que tenía en mi cuello, el que ellos me han obsequiado como amuleto de buena suerte.
Al otro día en la mañana, cuando desperté, fue muy duro, no quería despedirme porque por más que solo pase un día o unas pocas horas con algunas personas, me encariño rápido y siento que soy una persona agradecida; siempre van a tener un espacio en mi corazón y mis bendiciones con respecto a que nunca les falte el agua, son dadas como regalo.
Uno de los niños me da un abrazo y me pide que regrese algún día, les sonrió y como ultimo regalo, arreglo aquel pozo de agua que se les descompuso –impidiéndoles utilizarlo y haciendo que vayan por agua hasta el rio–, ahora tendrán agua potable, ya no están las vías tapadas y lo bueno, es que no me vieron hacerlo, se enteraran mas tarde.
Rainy y yo nos preparamos para otro viaje y en un parpadear, nos alejamos de las selvas.[…]
Despierto la siguiente noche dentro de un coche oxidado en una chatarrería, el viaje me exhausto y necesite reponer mis fuerzas, ahora me siento más fresca aunque este necesitando el contacto de mi elemento, Rainy se levanta de su siesta y brinca sobre mi regazo, deseosa de saber que haremos ahora; pero no lo sé. Ayudo a los pueblos pequeños, a las personas en los campos que no tienen mi elemento y sé que no van a desperdiciarlo como las demás personas, se que la aprecian y les ayuda a sobrevivir, pero nunca ayude a la gente de la ciudad; digamos que me molesta que solo derrochen el agua, que no puedan valorarla. ¿Debería darles una lección? Tal vez no sería muy bueno… Cuando comienzo a dudar y a sentirme insegura de lo que debería o no hacer, es cuando me enfado conmigo misma, soy una persona tranquila y alegre, pero en mis pensamientos, quisiera no tener dudas y saber que hacer respecto a todo.
Salgo de aquel viejo coche y me alejo, adentrándome a la ciudad, caminando por calles vacías y pavimentadas, comenzando a distinguir enormes edificios a mí alrededor y más movimiento de personas. Decido que he caminado mucho y tengo sed, por ello, camino hasta un pequeño local con algo raro llamado Restaurant. No sé que sea, pero huele bien ahí dentro, sonrió y busco en mi nueva muda de ropa –un short azul marino con una blusa suelta de estampados raros–, si tengo bastante dinero y luego me acerco a una mesa junto a la ventana.
—Buenos días señorita, bienvenida a nuestro restaurant, aquí tiene la carta con nuestros platillos –La mujer rubia de rostro aburrido me entrega una especie de cuaderno de solo una hoja, agradezco que se leer, al menos–, déjeme saber cuando tenga listo su pedido y… ¿No está usando zapatos? –pregunta extrañada, viendo hacia el suelo.
—¡Oh! –exclamo apenada, olvide colocármelos antes de entrar–. Lo siento señora, los traigo en mi bolso, puedo ponérmelos ahora.
—Hum, ¿ya qué? –Se encoge de hombros–. Solo asegúrese de que obtenga buena propina.
Le sonrío tímidamente y siento, buscando en la lista algo para comprar, me gustan las pizzas pero también me gustaría un caldo de verduras o… Me alarmo, abriendo mis ojos como platos y llamo a la señora, que camina con pesadumbres.
—¿Sí?
—Discúlpeme, creo que he leído mal, ¿aquí dice estofado de carne de gallina? ¿Alitas de pollo? ¿Cerdo a la cacerola?
—Es usted una buena lectora, señorita. Eso mismo dice.
—Pe-pero… ¿Qué hay del derecho a la vida de los animales?
—¿Tienen eso? –frunció el ceño hacia mí y me sentí afligida–. Oh espere, ya lo entiendo, otra loca vegetariana, ¿no es así?
—¿Vege… Qué? Ah, se refiere a que como vegetales, sí, eso es cierto.
—Entonces, déjeme traerle algo sin carne animal y estaríamos bien, ¿le parece? –arrebata el menú de mis manos.
—Bien, gracias, supongo –murmuro–. Y quiero dos botellas con agua por favor, de un litro.
La mujer asiente y se marcha. He conocido lugares en donde comen animales en mis viajes, pero eso fue al comienzo, luego, las demás aldeas o pueblos, tenían muchas verduras y frutas, tal vez por eso me exalte, me acostumbre a eso y ahora estando en la ciudad, debo aceptar que todo volvió a cambiar. No me gusta comer animales, porque me pone triste la forma en que los matan, creo que deberían tener derecho a vivir, los humanos podríamos sobrevivir con vegetales; al menos yo lo hago.
La señora vuelve con mi sopa de verduras y la mitad de una pizza vegetariana, no sé donde me entrara todo eso, pero increíblemente, lo como todo. Cuando me voy le dejo una propina generosa y me aseguro de ponerme mis zapatillas antes de continuar mi camino.
La ciudad es grande, me pregunto si tendré que buscar un lugar donde vivir mientras me quedo, Rainy y yo no podemos estar durmiendo en cualquier lugar, no es seguro estando aquí, voy a tener que adaptarme, aunque sé que lo haré bien. Soy adaptable a diferentes climas y sitios, casi como el mismísimo agua.
—¡Oigan, ya basta! ¡DÉJENME TRANQUILO, HEY!
Oigo los gritos desde una cuadra antes, frente a un local de prendas deportivas, se halla aquel auto negro y una persona esta gritando desde adentro, mientras una multitud golpea el coche y grita furiosamente, me asusto y pego un salto hacia atrás, preguntándome que les hizo molestarse tanto. Los humanos son tan violentos, son como granadas, un pequeño toquecito en el lugar incorrecto y estallaran llevándose todo lo que tienen cerca en su camino.
Me preocupo por ayudar a la persona dentro, tal vez le estén intentando robar. Me oculto detrás de otro coche y siento la presión del agua bajo mis pies, en aquella esquina hay una alcantarilla, si puedo hacer que el agua salga… Quizá pueda salvar a esta persona de ser agredida.
—¿¡TIENEN IDEA DE CUANTO VALE ESTE AUTO!? –vuelve a gritar. Bien, quizá no se lo merezca tanto pero no puedo juzgar sin saber los hechos.
Me concentro en mí poder, en mi don, en mi elemento y dejo que el agua fluya, dejo que luche por liberarse, por salir. Un ruido ensordecedor inunda la calle y la tapa de la alcantarilla sale despedida hacia el cielo, controlo al agua para que la sostenga y la haga caer al suelo sin que lastime a alguien, el agua sucia golpea calles, autos y personas; los agresores se espantan ante el hecho de haber sido empapados y salen huyendo. Mi brazo cae sobre mi lado agotado y suelto un suspiro. Rainy me felicita y me acerco poco a poco al coche, la parte de adelante fue alcanzada por el agua sucia y huele mal, pero no es algo que no pueda arreglarse.
La persona dentro sale y veo a un muchacho, su cabello es castaño casi negro y sus ojos azules, como el mar, el luce enojado y esta sudando un poco; lleva puesto un traje azul oscuro a rayas y parece algo joven para llevarlo puesto. El se gira enfrentándome y su ceño se intensifica.
—¿Vas a agredirme tú también? –espeta.
—¿Por qué lo haría? –murmuro intimidada.
—Porque es lo que todos hacen, no les basta con agredirme, estropear mi auto y amenazarme de muerte sino que además, tengo la mala suerte de que mi coche huela a un baño público.
—¡Oye! Eso te salvo el pellejo, para que sepas –Me cruzo de brazos ofendida.
El hace un gesto con la mano, restándole importancia y se acerca a ver los daños de su preciado auto, bah, ni que fuera gran cosa, ¿tienen idea de cuanta gasolina gasta eso? Caminar es más saludable y puedes verlo todo con tranquilidad, las personas en sus coches siempre parecen correr contra el tiempo, como si sus vidas dependieran de ello.
De alguna forma me enoja que no se vea agradecido de haber sido rescatado pero yo no pretendía hacerlo, fue un accidente… Apreté mis puños con fuerza, enojada y mi estomago hormigueo, un segundo después, el chico gruñón se encontraba empapado de agua que se salpico –oh, sin quererlo– del suelo; el soltó un gruñido y al querer echarse hacia atrás, resbalo y cayo sentando en el piso. Rainy se reía divertida y yo me alarme, acercándome a él para ayudarlo.
—¡Dioses, lo siento tanto! Por favor déjame ayudarte.
—¿Por qué lo sentirías? Ni que hubiera sido tú culpa –Me miro como si creyera que yo estoy chiflada y se levanto solo–. Estoy bien, de todos modos.
—¿Por qué decías que las personas te agreden?
—Porque lo hacen, desde que mi tío quiere derribar unos árboles en un parque a las afueras de la ciudad e instalar allí su empresa, esos ambientalistas están como locos y como soy su único sobrino y no tiene hijos, creen que pueden tomárselas contra mí.
—¿De verdad él va a hacer eso? ¡Es horrible! ¡Agh, los humanos son tan crueles!
—¿Eh?
—Olvídalo, solo… Solo pienso que ellos tienen razón para estar enojados.
—Sí, pero no tengo la culpa de los planes de mi tío, ¿sabes? Solo me saque una foto con él para su entrevista y desde entonces, creen que estoy de su parte.
—¿Y no lo estás?
—Me da igual –Se encoge de hombros–. Como sea chica desconocida, algún día se cansaran y me dejaran en paz, ahora, si no vendieras todo lo que dije a una revista, te lo agradecería.
—Hum. Soy Marine en realidad...
—Qué bien, lindo nombre –dijo sin importancia interrumpiéndome, arreglando su corbata y tratando de quitarse un poco de suciedad de encima–. Yo soy León, León Chamberlain.
El muchacho –León–, se quito su saco empapado y lo arrojo a un bote de basura cercano, luego, busco una manta de su maletero y lo puso en el asiento de conductor para poder sentarse encima, se giro a verme y me saludo con un asentimiento de cabeza. Lo siguiente que supe, era que se había metido dentro de su preciado auto, había encendido el motor y se alejaba a gran velocidad por lo largo de la calle, hasta que no podía verlo más.
—Bueno Rainy, creo que tenemos más trabajo del que creíamos, los humanos siguen explotando los recursos naturales, siguen abusando de ello. Es hora de que les ayudemos a ver el camino correcto, ¿no crees?
La gota de agua asintió soltando un ruidito y mire a mi alrededor, pensando a donde iré ahora, supongo que voy a tener que buscar un lugar donde pasar la noche e idear un plan para comenzar a cambiar un poco las necesidades reales de estas personas y las formas correctas de cuidarlas. Presiento, por supuesto, que no podre hacerlo sin más ayuda, ¿Dónde estarán los demás elementos en este instante?
¡Hola Patry! Iba a audicionar ayer y el internet jodido se corto -.- aqui esta mi ficha :D
besitos!!
¡Lo olvidaba!
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TheGirlImpossible
Re: The Third Magic War {Incripciones Cerradas, Resultados Puestos
TheGirlImpossible escribió:[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Aimé
Nombre de la chica: Aimé Mistery Goodrick
Nombre del futuro novio: Lorcan Scamander
Nombre del otro chico: Zach Nott
Edad de la chica: dieciséis años
Edad del fututo novio: dieciséis
Edad del otro chico: diecisiete
Lealtad: Al mundo mágico, Hogwarts, a su casa y familia.
Rol: La gryffindor
PB: Lucy Hale - Drew Roy (Zach) y Logan Lerman (Lorcan)
Capitulo escrito por ti:
- Capitulo Divergentes:
Como ya conoces mis otros escritos, te enseñare unos de las novelas colectivas en las que estoy :) Capítulo 02[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Calíope Fergusson—Calíope, bájate ya de ese árbol por favor –Pidió una mujer alta y delgada, de cabellera rubia mientras me observa con sus ojos almendrados.
Escale aun más alto de lo que me encontraba, tengo aquella extraña reacción todo el tiempo, nada mas alguien me dice que no hiciese algo y era lo primero que pasaba; simplemente no puedo controlarlo. Lo he hecho desde pequeña. Mis manos se lastiman con el tronco del árbol y se me clavan astillas en los dedos, aprieto con fuerza mis labios pero continuo con mi trabajo, aquel árbol es el más alto y el que más me gusta para trepar, pero mi madre no entiende eso.
—Calí… –pronuncio con voz cansada–. Por favor cariño, vas a lastimarte.
—¡Vaya! ¡Tienes que verlo mamá la vista es estupenda! –exclamo entusiasmada, mientras me pongo de pie y contemplo el resto del mundo, que no suele parecer tan grande dentro de la sede de Cordialidad –mi casa–, pero sé que hay mucho mas por explorar y algún día espero hacerlo.
Mi madre continua hablándome, pidiendo de forma amable y sin perder el control que debo volver al suelo, que necesito tomar un descanso y dejar de ser tan hiperactiva, bah, eso dice ella que nunca hace nada fuera de lo normal. Los Cordialidad podemos ser demasiado amables y aburridos a veces y es mucha tranquilidad para mi gusto.
Observo hacia arriba y una mariposa se posa en la rama sobre mi cabeza, sonrió al contemplarla y trato de alcanzarla estirando mi brazo izquierdo, mientras me sostengo del tronco con el otro. Me hubiera gustado decir que logre tocarla y contemplar sus colores de cerca, pero digamos que bueno, ocurrió todo lo contrario. Escuche los gritos de mi madre tan pronto oí el crujir de la rama bajo mis pies, segundos después esta se había roto y me encontraba cayendo contra el suelo.
Cerré mis ojos esperando el impacto mientras mi corazón latía desbocado, tenia tanto miedo, tanto vertido y a la vez ganas de saber que se sentiría al final, que mi reacción me sorprendió hasta a mí misma, cuando estire mis brazos y me sostuve de la primera rama que tocaron mis manos. Mi cuerpo se sacudió con brusquedad y solté un grito, abrí mis ojos y vi hacia la rama, la cual apenas soporta mi peso y mis brazos están cansándose. En el suelo, mamá llama a otras personas que se asoman de los manzaneros a observar.
Bien, otro patético espectáculo de Calíope Fergusson.
Como puedo me estabilizo alrededor del tronco y comienzo a descender hasta el suelo, cuando finalmente caigo, mi pecho se aprieta y cierra provocándome dolor, me hallaba tan agotada…
—Calíope, ¿te encuentras bien? –pregunta mi papá, corriendo a mi lado. El es pelirrojo como yo y sus ojos son azules, sonrió débilmente mientras cierro mis ojos.
—¿Lo viste? Seguro fue una caída estupenda –murmuro y el sonrió.
—Ay, ¿Qué haremos contigo? Casi nos das un susto de muerte, tu madre…
El no necesito terminar la frase, seguramente le indujeron el suero de la paz, con lo loca que se puso… Supongo que tengo crédito en ello, suelo poner locos a mis padres, lo cual me hace sentir culpable, pero yo no planeaba caerme o lastimarme, no planeaba preocuparlos.
Johanna Reyes se acerca poco después de que mi padre me ayuda a ponerme de pie, abriéndose paso entre los demás espectadores y me observa de la manera en que la mayoría lo hace: como si fuera un problema que lamentablemente no tiene cura. Ella es amable, sin embargo.
—No sé porque tenía la sensación de que eras tú otra vez –sonrió de lado.
—Lo siento –Me disculpo apenada–. Dejare que me inyecten el suero sin oponerme esta vez.
—No hace falta querida, creemos comprender porque te encuentras tan agitada hoy –Guarda sus manos en sus bolsillos–. Lo dejaremos pasar por esta noche Calíope, pero tienes que mantenerte calmada ¿de acuerdo?
Solo asiento avergonzada y ella se despide, platicando con otras personas, quienes se quejan porque no logre ser “calmada”. Camino con la vista en el suelo de camino a nuestra casa, mi papá mantiene un brazo rodeando mis hombros y el otro sosteniéndome del brazo, como si temiera que volviera a escaparme de nuevo; mamá no va a regresar aun por el momento.
Cuando entramos a nuestra pequeña y acogedora casa, me siento en el sofá y observo a mi padre.
—Qué quiso decir Johanna… ¿Con que comprendían mi ansiedad? No tengo ansiedad.
—Se refiere a la prueba de iniciación de mañana –Sostiene una botella de agua para mí y lo tomo, agradeciéndole el gesto–. Comprendemos que te sientes… Inquieta, todos los jóvenes de tu edad lo están.
—¡Yo no me siento así! –reprocho, porque no estoy ansiosa, ni siquiera pensé en ello hasta que acaban de recordármelo–. Sé que pertenezco aquí, esto es mi hogar.
—Lo decidirán las pruebas.
—Pero…
—Cariño, a veces creemos pertenecer a un lugar porque nos sentimos cómodos al respecto –Comenzó sentándose a mi lado–, pero incluso aunque estemos seguros, todo puede modificarse, puedes hallar un lugar que calce perfecto con tu personalidad, un nuevo hogar.
Observo hacia al frente, a nuestra chimenea apagada y a las fotografías familiares en el estante de arriba, ¿un lugar nuevo al cual llamar hogar? ¿Un lugar perfecto para mí? ¿Qué quería decir eso? Pensé que mi padre trataba de decirme que no encajo con los Concordia, porque soy algo inquieta, pero no es justo, soy amable y –aunque no lo parezca– soy tranquila, no me gustan las guerras o las discusiones. Soy lo que ellos han creado, tal vez a mi manera, pero lo soy. Parecerá raro, pero nunca pensé en que fuera distinta a los demás, en que no encajara. Me preguntaba si mi padre indirectamente estaba diciéndome todo esto porque él es un transferido de Osadía y a pesar de que ya tenía un hogar, lo cambio por otro. Papá nunca me deja preguntar sobre su antigua vida, siempre cambia de tema o dice que es descortés entrometerse donde no se debe. ¿Esta incitándome a que pregunte esta vez? Dentro de mí la ansiedad comienza a formarse nuevamente, deseo tanto saber sobre los secretos que oculta mi padre… ¿Pero me animaría a preguntarle al respecto?
—¿Crees que no pertenezco a este lugar? –Cambio de pregunta.
—Solo creo que tú idea de paz y tranquilidad es distinta al resto –Me guiña el ojo, palmea mi rodilla y se levanta–. Iré a ver a tu madre, por favor, recuéstate un poco.
—Claro. –sonrió nuevamente y el comienza a alejarse. Me giro en mi lugar y observo hacia él, sosteniendo el pomo de la puerta–. ¿Papá?
—¿Sí?
—¿Por qué dejaste Osadía, no eras como ellos?
—Descansa cielo. –Se gira ignorándome y se marcha tras la puerta.
Suelto un suspiro desanimado y me recuesto en el sofá, observo al techo, pensando en que sufro de ansiedad e hiperactividad y no lo acepto, en que estoy nerviosa por mañana, en que tal vez no pertenezco a este lugar… Tengo otros cuatro para escoger, ¿pero quiero realmente marcharme? Si me fuera, nunca sabría del pasado de mi padre, nunca volvería a tocar música, dibujar o trepar arboles, dejaría a mi familia para siempre. ¿Quiero dejar todo esto? Llevo dieciséis años en Cordialidad, toda mi corta vida, mis vecinos son amables y nos conocemos bastante, tengo muchos amigos y me gusta abrazar a todo el mundo, aquí me siento libre de correr por todos lados; hasta sé que me soy demasiado escandalosa, pero aquí no hay violencia, no hay malas personas, somos una gran comunidad. Somos una familia.
Si antes no creía estar ansiosa por mañana, ahora lo estoy completamente, papá me hizo pensar en la probabilidad de no pertenecer a este recinto, de que la prueba me indique que no soy compatible, ¿Qué haría si eso sucede? No me plantee elegir otro lugar, estaba decidida a elegir Cordialidad nuevamente, segura de que las pruebas no me dirían lo contrario, supongo que ser segura puede costar un poco caro. ¿Qué facción elegiré por si acaso? Tendré que estar preparada para las malas noticias, solo no se qué elegir. ¿Erudición? Puag, no. Definitivamente no, no soy inteligente hasta que me duela la cabeza.
¿Sinceridad? ¡Ni de broma! ¿Obligarme a decir la verdad todo el tiempo? Me gusta mi privacidad y mis pequeñas mentiras, no podría vivir allí nunca.
¿Abnegación? Bueno, esa no esta tan mal, pero ser un abnegado es un poco aburrido y ellos nunca pueden hacer cosas, por más que las deseen con el corazón, además no me gusta el color gris o sus peinados reservados.
¿Osadía? Bueno, ellos son almas libres, son valientes y siempre van por ahí a su manera, me gustaría mucho esa facción, sino fuera por lo violentos que pueden llegar a ser y yo soy partidaria de la paz y no de la violencia. ¿Entonces? No quiero ser una Sin Facción, me aterra pensar en ello, lo mejor que podía pasarme, seria que me tocara Cordialidad, entonces volvería aquí y así seria por el resto de mi vida.
Un golpe provoca que mis ojos se abran por el susto, me reincorporo y vuelven a golpear la puerta, suelto un suspiro y camino para abrirla, una chico de cabello castaño ondulado, ojos marrones y vestimenta color rojo espera del otro lado. Su semblante cambia de preocupado a aliviado tan pronto me ve.
—Oh Calí, estás bien –Me atrae hacia él con un abrazo.
—Claro que estoy bien, Andrew –digo separándome de él–. Sabes cómo exageran las personas.
—Eh si… Claro –sonríe inquieto–. ¿Damos una última vuelta, juntos? Esta anocheciendo.
—Bien.
Andrew es mi mejor amigo en mi facción, vive en la casa de al lado con sus tres hermanos pequeños y sus padres, suelen invitarme a tomar el té todo el tiempo y son muy divertidos. Andrew es de las personas que adora salir a caminar en la noche, bajo las estrellas y la luna, a veces ni siquiera platicamos sobre algo, simplemente nos relajamos con el silencio; tengo muchos amigos en el trabajo y en la escuela, pero el simplemente no tiene comparación. Para mi es único.
Mientras el platica sobre como el rellenaba un costal con papas y este se rompió, hoy en el trabajo, divise a Noelia Popplewell a lo lejos, seguramente yéndose a casa. Ella es una chica muy solitaria, no suelo verla platicar con muchas personas, a veces siento ese impulso de acercarme a saludarla, pero cambio de parecer cuando me pregunto si le molestara ser interrumpida. Mamá me dijo una vez, que las personas guardan distancia y silencio cuando tiene mucho en mente y debemos de respetarlo, así que supongo, que no quería interrumpir lo que sea que estuviera pensando; solo seguía con mis cosas, sin haberme acercado nunca.
—Calíope –Me llama Andrew–. ¿Qué crees que sea la prueba de iniciación?
—Tal vez es diferente según de qué facción seas –Me encojo de hombros–. No lo sé, solo espero no tengan que inyectarme nada.
—Me gustaría que fuera como un examen –murmura tranquilamente, mientras llegábamos al final del área de trabajo y llegábamos a un claro–, aunque tenga miedo de las preguntas que puedan hacerme.
Observo la luna iluminándonos desde el cielo, a las estrellas tintineando y luego hacia atrás, hacia mi facción, preguntando que decidiría la prueba por mí, que opciones me dará y que decisión tomare mas tarde.
—¿Qué facción elegirías? –pregunto de repente, haciendo que voltee hacia él.
—¿Tu cual escogerías?
—Bueno, espero mi prueba me diga que pertenezco aquí, no me gustan las demás facciones. –sonrió–. ¿Tú que elegirías?
—No lo sé –respondo afligida, porque el luce tan seguro y yo tan dudosa.
¿Cómo puedo dudar si se cual es mi hogar? Porque esta es mi casa, aquí es donde pertenezco, ¿no es así? Suelto un suspiro y observo a la luna, deseando que pueda dormir esta noche, dejando mi futuro en otras manos.[…]Desperté esta mañana sintiéndome mucho mejor, fue un poco difícil dormir después de mi charla con Andrew, después de que mamá volviera con una sonrisa y sus versos de “amor y paz”, pensando en que yo lo provoque. Traigo más problemas a mi familia que cualquier otro adolescente de mi facción, seguro que ella desearía haber tenido otra hija, tal vez estará esperando el día en que se deshagan finalmente de mí. ¿Pero en que estoy pensando yo? Son mis padres, me aman tanto como yo a ellos, no importa que tan difícil sea de tratar y lo mucho que ponga nerviosa a mamá.
Ellos se despidieron de mí luego del desayuno, me desearon suerte y agitaron sus manos hasta que me perdieron de vista. Fui a la escuela como cada día, platicando con los chicos de mi facción y caminando a la par de Andrew, observamos a los jóvenes de las otras facciones mientras tratamos de adivinar que les tocaría como examen.
—Seguro que por parte de los de erudito tenemos que responder más de cien preguntas –dice mi mejor amigo.
—Con cronometro de tiempo y todo –le sigo el juego.
—Por Abnegación vamos a decidir entre salvarnos o salvar la vida de alguien más.
—De una casa en llamas, ¿no crees?
—Seguramente –asiente con aprobación–. Para Osadía vamos a tener que hacer algo verdaderamente loco.
—Oh y ya sé que nos toca por parte de Sinceridad –comento riendo–. Si decimos una mentira no somos aptos para aquella facción, si somos honestos, definitivamente quedamos dentro.
—No es justo, entonces en ese no quedo –suelta un resoplido y rio más fuerte.
Para cuando vamos a desayunar, el aire se vuelve más tenso para muchos de nosotros, mas para quienes no sabemos qué va a ocurrir y tenemos ansiedad, no tengo miedo o estoy nerviosa, intento relajarme pero cuando estoy ansiosa por algo, quiero estar en movimiento. Comienzo a mover mis pies bajo la mesa, siguiendo un ritmo imaginario, juego con el zumo de naranja en mi mano y veo hacia los demás, Andrew dice que deje de moverme tanto porque parezco que quiero ir al baño, pero lo ignoro. Cuando el almuerzo finaliza, nos vamos a esperar para que nos llamen a hacer nuestras pruebas, me reúno con el resto de los Cordialidad y trato de platicar con ellos. Las letras del abecedario van transcurriendo una a una, con chicos y chicas yéndose tras ser llamados, cuando llegan a la F, mis manos empiezan a hormiguear.
—Llego el momento de mi ejecución –bromeo mirando a Andrew.
—Estarás bien –Intenta animarme–. Suerte.
—Igual para ti.
Sonrió al resto de los chicos de mi facción y noto a Noelia algo nerviosa, desvió aquella sensación de mí porque no quiero ponerme nerviosa y sigo al hombre de abnegación hasta una sala. Desde el momento en que entro, no me gusta el lugar. Las paredes son inexistentes, hay enormes espejos cubriéndolo todo y en el medio del lugar, solo se encuentra un asiento junto a una enorme maquina, la luz que viene desde el techo es segadora y me hace sentir incomoda, como si me observaran de cada ángulo que fuera posible. El hombre que espera en el centro, es de Osadía, por lo que puedo notar y me pide que me acerque.
Observo mi reflejo en todos los ángulos posibles y mi rostro luce tranquilo, aunque no me sienta de ese modo, llevo una blusa amarilla y un short rojo, mi cabello esta suelto sobre mis hombros. ¿Qué irán a hacerme?
—Hola, soy Trenton –Él hombre me saluda, dándome una pequeña sonrisa, lo cual me sorprende. Me acerco y sonrió de regreso.
—Hola, soy Calíope.
—Lo sé –asiente–. Toma asiento por favor.
Su amabilidad me hace pensar, que él sabe cómo tratar con Cordialidad, por lo tanto obedezco y me acuesto en la silla, tratando de estar cómoda, de concentrarme en la tranquilidad y no pensar en que de esto dependerá mi futuro, el resto de mi vida, lo que soy como persona.
Trenton me coloca unos cables y luego también a él mismo, le miro con curiosidad, incapaz de contener ese lado mío y abro la boca.
—¿Para qué es esto?
—No te hará daño –responde a cambio.
—¿Por qué tú también tienes puestos unos?
—Señorita Fergusson…
—¿Qué es esta sala? Tiene muchos espejos, parece muy curioso.
—Recuéstate por favor –Pide de forma más dura esta vez, cuando me quise sentar.
—Lo siento, ¿Qué es eso?
El había tomado un frasco con líquido transparente, como agua y lo está destapando, me pregunto si él creyó que yo tenía sed o si era una especie de suero de la paz para que me calme, porque estoy interfiriendo con su trabajo.
Ignora mi pregunta y se gira para enfrentarme, tendiendo el frasco hacia mí.
—No tengo sed, gracias –murmuro inquieta.
—Bébelo todo por favor, es necesario.
—Hum… –dudo un momento, ¿este es el examen? ¿Ver si puedo beber o no este liquido misterioso? Bien, resulta sencillo–. De acuerdo.
Me vuelvo a recostar y vacio el liquido de una sola vez, dejándolo que pasee por mi garganta y el resto de mi cuerpo, sintiéndome adormecer, sintiendo como todo se vuelve oscuro.[…]Siento los parpados pesados cuando finalmente abro mis ojos, estoy en una especie de comedor vacio, preguntándome que está pasando y cómo fue que llegue aquí. Al frente diviso dos cestas y me acerco a verificar que contienen, una contiene una enorme manzana roja y la otra un cuchillo, más bien como una especie de daga, los observo atentamente. Tal vez pueda cortar con el cuchillo la manzana.
—Elige –me exige la voz de un hombre, me giro pero no veo a nadie.
—¿Elegir qué cosa?
—Elige.
Tomo ambas cosas pero no escojo, ambas se ven útiles, incluso aquella daga, no quiero escoger.
—Bien, si eso quieres… –la voz murmura y todo se vuelve negro otra vez.
Cuando la luz llega, en el lugar de las cestas no hay nada y mis manos se encuentran vacías, ¿Qué rayos…? Un horrible lobo gris gruñe hacia mi cuando me giro, mostrando sus enormes colmillos, soltando baba de su boca, sus ojos son furiosos y no sé qué hacer. Me quedo quieta y con el latido de mi corazón golpeando mi pecho, les tengo tanto miedo a estos animales… No sé qué hacer. Evito mirar sus ojos, evito observarlo en lo absoluto.
No es verdad, no es verdad, no es verdad –murmuro para mí misma, cerrando mis ojos, porque no quiero que sea cierto, deseo que este animal sea una mentira. Aunque se sienta todo lo contrario.
El suelta un ladrido asiéndome temblar pero cuando miro, solo esta olfateando cerca de mí y luego se marcha; entonces, oigo la voz de una anciana.
—¿Qué fue ese ruido, querida?
La observo con miedo, porque el animal que me había ignorado, corre para atacarla, la arroja al suelo y la anciana solo grita por ayuda, mi cuerpo tiembla y me obligo a pensar rápido, tengo que hacer algo. No puedo dejar que la devore.
—¡Hey!
Me tiro sobre el animal tratando de quitarlo de encima de la anciana, luchando contra su enorme y pesado cuerpo, tirándole hacia atrás, el inclina su cabeza enloquecido y abre su boca para morderme, entonces, lo empujo lejos y desaparece. Estoy en un autobús.
Observo a mi alrededor agitada, ¿Cómo llegue aquí? Las personas a mí alrededor lucen indiferentes a mi repentina presencia, ni siquiera me están mirando, el hombre de mi derecha lee un periódico y el simple vistazo que le doy, me da miedo. El tipo tiene un aspecto terrible, lo que hace que me pregunte, porque elegí sentarme a su lado en primer lugar. Él mira en mi dirección de forma retorica y frunce el ceño.
—¿Lo conoces? ¿Conoces a este tipo? –pregunta con voz fuerte, observo el periódico y veo que se trata de un asesino.
¿Lo conozco? No, por supuesto que no. Pero, ¿Por qué siento que si, entonces? Mi cabeza esta confundiéndome, me está haciendo creer que conozco a un asesino, me está haciendo dudar y el hombre no pasa por alto aquello.
—¿Lo conoces sí o no?
—No –digo de forma automática, porque se mentir, se como parecer segura de mis respuestas–. No tengo idea de quién es.
—¡Estas mintiendo! ¡Dime la verdad! ¡Por favor dime la verdad, es de vida o muerte! ¡Dímelo!
—¡NO! –grito poniéndome de pie, mirándole enojada, aquel instinto de hacer lo contrario a lo que me piden, me hace reaccionar de aquella manera y el luce fuera de sus cabales–. ¡He dicho que no lo sé! ¡Vete y déjame en paz!
Entonces, el hombre se esfuma, también el resto de las personas y el autobús. Todo se ha ido.[…]El hombre a mi lado es Trenton, lo que me hace sentirme mejor, más aliviada, estoy de nuevo en la sala de los espejos y no estoy herida, solo fue un sueño. ¿Verdad? Pero el luce serio, bastante inquieto e incomodo. ¿Qué paso? ¿Debía haberle dicho la verdad a aquel hombre? Comencé a preguntarme si algo andaba mal, cuando él me quita mis cables y luego los suyos, observa de soslayo hacia mí, apretando sus labios con fuerza; sus manos están temblando.
—¿Qué sucede? ¿Eso era la prueba? ¿Lo hice bien? –Lo inundo de preguntas.
—Sí, eso era la prueba –finalmente responde.
—¿Cómo lo hice?
—Es… Es que nunca me había tocado algo como esto –Luce perplejo–. Tendré que… No.
—¿Trenton? –pregunto con miedo, su actitud esta asustándome.
—Señorita Fergusson, no haga preguntas, solo escuche –Me mira más serio que antes–. Esto es grave, muy grave.
—¿Qué cos…?
—En tu examen, demostraste tener cualidad de Abnegación y Cordialidad –explica–, pero también tienes características de un Osado, lo demostraste, pero no es eso lo que me inquieta…
—¿No es el hecho de que en vez de salirme una sola opción me salieron dos? –exclamo sentándome en la silla.
—Bueno, sí, eso también –Rasca su barbilla–. Pero tú hiciste algo increíble, Calíope, tú controlaste la simulación, te resististe a ello.
—¿Y eso es malo?
Mi cuerpo tiembla y siento el sudor de mi frente bajando por mi rostro, el muchacho me observa por última vez, como si el creyera que era demasiado joven para morir y eso solo envía más miedo a mi ser. Pone sus manos en sus bolsillos y se acerca lo suficiente como para poder susurrarme.
—Por favor, tendré que pedirte que no le digas a nadie sobre lo ocurrido aquí, no a tu familia, no a tus amigos, ¿entendido? Evita llamar la atención, ser notada, en tu prueba voy a poner que salió Abnegación y tienes que creer que así fue, ¿de acuerdo? Esto es por tu bien, es para protegerte, si alguien lo sabe…
—¿Por qué es tan malo? ¿Qué sucede si alguien sabe?
—Es peligroso –sentencia de forma cortante–. Correrías peligro, tienes que cuidarte mucho de ahora en adelante, ten cuidado cuando escojas.
—¿Por qué es peligroso? –pregunto con mi voz temblorosa.
—Porque eres diferente, Calíope, eres –Baja el tono de su voz, observándome con compasión–. Creo que eres un divergente.
—¿Un qué?
—No vuelvas a decirlo nunca, ¿entendido? Nunca. No lo pronuncies delante de nadie, no le digas a nadie sobre esto y estarás bien, es lo único que puedo hacer por ti.
Quería preguntarle más, quería que me dijera todo, porque soy diferente, porque nadie debe saberlo, porque no puedo pronunciar la palabra, porque se supone que es peligro y sobre todo, ¿Qué es un divergente? El me ayuda a bajar de la silla y me guía hasta la puerta.
—Recuerda lo que te dije. ¿Bien?
—Gra-gracias –susurro–. Lo haré.
Salgo hacia un pasillo diferente, no hay personas en él y sé que cuando llegue al final, encontrare a los demás que ya han obtenido su examen, pienso en todo lo que Trenton me dijo y en como controle la simulación, en como estoy apta para varias opciones de facción y como nunca, podre hablar sobre ello con nadie.
No soy consciente del peligro que puede suponer todo esto, porque no entiendo absolutamente nada, no sé qué es ser divergente y porque eso me afectaría. ¿Estoy dañada? ¿Soy peligrosa? ¿Eso significa divergente? ¿Habrá otros como yo? Llego hacia el patio y el sol brilla ante mis ojos, no puedo contarles a mis padres o a Andrew, se supone que obtuve como resultado de mi prueba, a Abnegación. Bien, ya sé que tengo que decir, ya sé como tengo que engañar a las personas, soy de Cordialidad, miento todo el tiempo, si esto mantendrá la paz en mi familia, entonces lo haré.
No diré que soy divergente.
- The Elements:
Capítulo 4Marine Dempsey and the power of water.
Camino sobre las hojas caídas de los arboles a mi alrededor, mientras estas crujen ante mi pisar y el viento agita todo a mi alrededor. Acaricio el tronco de uno de ellos y observo con adoración a mí alrededor, a la naturaleza pura. Suelto una risa emocionada y continuo caminando, mientras mis pies se van ensuciando con el suelo, había guardado mis zapatos en el bolso sobre mi espalda hacía mucho tiempo atrás, mientras me adentraba en la selva; mi vestido blanco ondea alrededor de mis tobillos y la brisa acaricia mi rostro. Esto es vida, pienso.
Un ave exótica emite un sonido, comunicándose con los suyos y eso llama mi atención, elevo mi rostro hacia el enorme árbol frente a mí y trato de divisar algo, algunos rayos de sol se filtran y estorban mi vista pero aun así, no dejo que me detenga, continuo mi camino llena de curiosidad. ¿Siempre es así de caluroso y húmedo? ¿Hasta dónde podían crecer estos árboles? Me encuentro demasiado emocionada, este lugar es perfecto y el primero con el que me topo, que es completamente natural; no casas, no autopistas y automóviles, no personas. Esto es área salvaje y para mi, área sagrada.
—¡Hey! –Sopla alguien en mi oído y por soplar me refiero, a salpicar agua de forma traviesa y avanzar como un rayo, sin que siquiera pueda verlo.
—¡Rainy! –Exclamo sonriente, limpiando el agua de mi oreja y buscando en todos lados–. ¿Dónde estás pequeña traviesa?
—¡Yuju! –Esta vez el sonido vino detrás de mí y como puedo, me giro y la atrapo con la mano, sin presionar demasiado para no herirla.
—Eres una gotita demasiado ágil, pero te olvidas que yo también.
La pequeña Rainy suelta un ruidito, que podría ser tomado como una risita, abro la palma de mi mano y la dejo salir, mientras ella vuela a mi alrededor, haciéndome girar y marearme. ¿Qué puedo decir? Amo demasiado a esa gota de agua traviesa, porque si, aunque parezca extraño, Rainy es mi vieja amiga, juntas vinimos a este mundo desde Treyon; mi antiguo hogar. Recuerdo que mi madre me dijo, que mientras fui creada, también se creó a la pequeña gota, porque su misión seria acompañarme en mi aventura y desde entonces, la siento como si fuese una parte esencial de mí; como una hermana. Rainy no tiene boca, curiosamente pueden vérseles ojos si la miras bien pero como es del mismo color que toda su anatomía, no se le distinguen. Como ella no tiene boca, nos comunicamos telepáticamente, simplemente puedo hablarle a través de mi mente y ella va a oírlo, incluso puede responderme también, es algo bueno porque me ayuda a no sentirme sola en este enorme lugar.
El planeta tierra es más de lo que ves a tu alrededor y puedo sentirlo, he estado viajando a diferentes lugares desde mi estancia aquí, por ello, se puede decir que no tengo una casa, no tengo rumbo o lugar fijo, simplemente me muevo con el viento, con la corriente de los ríos y mares, aunque a veces sean traicioneros y acabe en quien sabe qué lugar. El viaje más largo que he tenido, es este, porque estoy en Asia y anteriormente me hallaba en Estados Unidos, he surcado todo un gran mar, pero nos lo hemos pasado increíble, por suerte, puedo adaptarme a donde sea que vaya. Nunca he tenido problema al respecto.
Me gustan los lugares solitarios como esta selva, porque puedo usar mis poderes sin que este rompiendo las reglas y me gusta utilizarlos para perfeccionarme, para seguir usándolos para un bien y de la forma correcta, he viajado a aquellos lugares en donde las personas mueren de sed y les he dado de beber, ayude a los animales a encontrar un río cercano cuando estaban perdidos bajo el intenso sol, porque puedo percibir donde habrá agua aunque me encuentre lejos, es como un cosquilleo que se intensifica cuando me estoy acercando.
Se puede decir, que estoy haciendo mi trabajo todo lo mas bien que me es posible, siempre para ayudar al prójimo y nunca para mi beneficio, además debo decir, que me agradan esas personas, aquellas que tienen muy poco pero que te entregan todo el corazón; son agradecidos y son bondadosos, aprendo de ellos cada día, razón por la cual cada uno de mis viajes, es una nueva y emocionante aventura.
Rainy vuelve a zumbar en mi oreja y se agita con impaciencia, ella es un espíritu libre, ama la velocidad e ir a cualquier lado aunque no la acompañe, siempre sabe cómo encontrarme, tenemos ese vinculo en el cual, no importa donde vayamos, siempre vamos a estar juntas.
Cuando la veo alejarse, comienzo a caminar de prisa, tratando de seguirla, solo puedo ser rápida como ella cuando estoy sobre el agua y el viento se mezcla con esta, de lo contrario, solo somos el agua y yo.
—Muy bien, ¿quieres divertirte un poco? –pregunto en voz alta, aunque ella puede escucharme igual, su respuesta resuena en mi mente y sonrío abiertamente–. Entonces prepárate, porque vamos a divertirnos a lo grande.
Ella rebota alegremente y acaricia mi mejilla, antes de irse flotando hacia adelante, me aseguro de que mi bolso este bien sujeto a mi espalda y comienzo a correr lo más fuerte que puedo, esquivando arboles, ramas y raíces de los troncos, a veces, oyendo a las aves cantar y a los demás animales salvajes. Siento que estoy cerca de llegar al riachuelo, finalmente lo encontrare, aquel vértigo crece en mi vientre pero no es un sentimiento feo, es como de anticipación porque estoy deseando encontrarla. El cosquilleo crece desde mis pies y se va acercando hasta mi pecho, mientras los arboles comienzan a despejarse, el cosquilleo llega a mis manos y las cierro en dos puños para luego liberarlas, un escalofrió corre por la parte posterior de mi cuello y entonces lo veo, el gran río abriéndose paso ante mis ojos. Rainy da saltitos de felicidad sobre este, haciendo ondas pequeñas y agitando a los peces, me siento tan completa que cuando mis pies se adentran en el río, soy completamente feliz y siento que todo el viaje ha valido la pena. Encontré mi recompensa. Estiro mis manos a mis lados, formando una cruz con mi cuerpo y estiro mis dedos para que el agua se eleve hasta su altura y puedan enredarse en ellos, mi vestido se humedece en las puntas y puedo sentirme libre. Empujo el agua hacia atrás y luego la traigo de regreso, frenándola antes de que me impacte –luego–, la hago girar a mi alrededor, formando un remolino gigante, la dejo ir y formo remolinos pequeños, la elevo y ondeo formas con mis manos; el agua se rinde ante mis pies, es completamente mía y amo controlarla.
—Bien Rainy, vamos a dar una vuelta, creo que el viento nos ayudara esta vez.
Hago que el agua me eleve hasta que mis pies se rosan con ella y con ayuda del viento soplando hacia la izquierda, comienzo a deslizarme con lentitud y cuidado, suelto una risa y tanto Rainy, como yo, gritamos por pura diversión. El viento se vuelve más salvaje mientras se mezcla con el río y aumentamos la velocidad, todo a mí alrededor es solo un borrón de colores, mi vista se encuentra fija al frente, hacia la desembocadura del río que se abre en dos túneles de mas selvas. Encuentro el camino de la derecha y disminuyo la velocidad, disfrutando del paisaje, de los animales, del hermoso cielo, me agradaría tener más compañía, que Rainy y yo pudiéramos compartir esto con más amigos, ¿pero qué puedo hacer yo al respecto? Sé que hay otras chicas, ¿pero querrían ser mis compañeras de viaje? Se supone que estamos en misiones, no para divertirnos, aun así… Quito la idea de mi mente, dando una sacudida y mientras me acerco a un pueblo, comienzo a acercarme a la orilla para que no me puedan ver; mis pies tocan la tierra bajo el agua y suelto un enorme suspiro.
—¡Eso fue increíble, Marine! –chillo mi amiga.
—Lo sé pequeña, lo sé.[…]
Aquella noche nos quedamos a dormir en una de las aldeas de aquellas personas, fueron muy amables y compartieron su escasa comida con nosotras, aunque no podían ver a Rainy porque ella se había marchado, los niños fueron muy tiernos y jugamos un rato, me contaron de su civilización y de sus vidas, me encontraba tan fascinada por ello. Luego de haber bailado alrededor de una hoguera y de haberles agradecido, me quede dormida, abrazando el collar de cuentas que tenía en mi cuello, el que ellos me han obsequiado como amuleto de buena suerte.
Al otro día en la mañana, cuando desperté, fue muy duro, no quería despedirme porque por más que solo pase un día o unas pocas horas con algunas personas, me encariño rápido y siento que soy una persona agradecida; siempre van a tener un espacio en mi corazón y mis bendiciones con respecto a que nunca les falte el agua, son dadas como regalo.
Uno de los niños me da un abrazo y me pide que regrese algún día, les sonrió y como ultimo regalo, arreglo aquel pozo de agua que se les descompuso –impidiéndoles utilizarlo y haciendo que vayan por agua hasta el rio–, ahora tendrán agua potable, ya no están las vías tapadas y lo bueno, es que no me vieron hacerlo, se enteraran mas tarde.
Rainy y yo nos preparamos para otro viaje y en un parpadear, nos alejamos de las selvas.[…]
Despierto la siguiente noche dentro de un coche oxidado en una chatarrería, el viaje me exhausto y necesite reponer mis fuerzas, ahora me siento más fresca aunque este necesitando el contacto de mi elemento, Rainy se levanta de su siesta y brinca sobre mi regazo, deseosa de saber que haremos ahora; pero no lo sé. Ayudo a los pueblos pequeños, a las personas en los campos que no tienen mi elemento y sé que no van a desperdiciarlo como las demás personas, se que la aprecian y les ayuda a sobrevivir, pero nunca ayude a la gente de la ciudad; digamos que me molesta que solo derrochen el agua, que no puedan valorarla. ¿Debería darles una lección? Tal vez no sería muy bueno… Cuando comienzo a dudar y a sentirme insegura de lo que debería o no hacer, es cuando me enfado conmigo misma, soy una persona tranquila y alegre, pero en mis pensamientos, quisiera no tener dudas y saber que hacer respecto a todo.
Salgo de aquel viejo coche y me alejo, adentrándome a la ciudad, caminando por calles vacías y pavimentadas, comenzando a distinguir enormes edificios a mí alrededor y más movimiento de personas. Decido que he caminado mucho y tengo sed, por ello, camino hasta un pequeño local con algo raro llamado Restaurant. No sé que sea, pero huele bien ahí dentro, sonrió y busco en mi nueva muda de ropa –un short azul marino con una blusa suelta de estampados raros–, si tengo bastante dinero y luego me acerco a una mesa junto a la ventana.
—Buenos días señorita, bienvenida a nuestro restaurant, aquí tiene la carta con nuestros platillos –La mujer rubia de rostro aburrido me entrega una especie de cuaderno de solo una hoja, agradezco que se leer, al menos–, déjeme saber cuando tenga listo su pedido y… ¿No está usando zapatos? –pregunta extrañada, viendo hacia el suelo.
—¡Oh! –exclamo apenada, olvide colocármelos antes de entrar–. Lo siento señora, los traigo en mi bolso, puedo ponérmelos ahora.
—Hum, ¿ya qué? –Se encoge de hombros–. Solo asegúrese de que obtenga buena propina.
Le sonrío tímidamente y siento, buscando en la lista algo para comprar, me gustan las pizzas pero también me gustaría un caldo de verduras o… Me alarmo, abriendo mis ojos como platos y llamo a la señora, que camina con pesadumbres.
—¿Sí?
—Discúlpeme, creo que he leído mal, ¿aquí dice estofado de carne de gallina? ¿Alitas de pollo? ¿Cerdo a la cacerola?
—Es usted una buena lectora, señorita. Eso mismo dice.
—Pe-pero… ¿Qué hay del derecho a la vida de los animales?
—¿Tienen eso? –frunció el ceño hacia mí y me sentí afligida–. Oh espere, ya lo entiendo, otra loca vegetariana, ¿no es así?
—¿Vege… Qué? Ah, se refiere a que como vegetales, sí, eso es cierto.
—Entonces, déjeme traerle algo sin carne animal y estaríamos bien, ¿le parece? –arrebata el menú de mis manos.
—Bien, gracias, supongo –murmuro–. Y quiero dos botellas con agua por favor, de un litro.
La mujer asiente y se marcha. He conocido lugares en donde comen animales en mis viajes, pero eso fue al comienzo, luego, las demás aldeas o pueblos, tenían muchas verduras y frutas, tal vez por eso me exalte, me acostumbre a eso y ahora estando en la ciudad, debo aceptar que todo volvió a cambiar. No me gusta comer animales, porque me pone triste la forma en que los matan, creo que deberían tener derecho a vivir, los humanos podríamos sobrevivir con vegetales; al menos yo lo hago.
La señora vuelve con mi sopa de verduras y la mitad de una pizza vegetariana, no sé donde me entrara todo eso, pero increíblemente, lo como todo. Cuando me voy le dejo una propina generosa y me aseguro de ponerme mis zapatillas antes de continuar mi camino.
La ciudad es grande, me pregunto si tendré que buscar un lugar donde vivir mientras me quedo, Rainy y yo no podemos estar durmiendo en cualquier lugar, no es seguro estando aquí, voy a tener que adaptarme, aunque sé que lo haré bien. Soy adaptable a diferentes climas y sitios, casi como el mismísimo agua.
—¡Oigan, ya basta! ¡DÉJENME TRANQUILO, HEY!
Oigo los gritos desde una cuadra antes, frente a un local de prendas deportivas, se halla aquel auto negro y una persona esta gritando desde adentro, mientras una multitud golpea el coche y grita furiosamente, me asusto y pego un salto hacia atrás, preguntándome que les hizo molestarse tanto. Los humanos son tan violentos, son como granadas, un pequeño toquecito en el lugar incorrecto y estallaran llevándose todo lo que tienen cerca en su camino.
Me preocupo por ayudar a la persona dentro, tal vez le estén intentando robar. Me oculto detrás de otro coche y siento la presión del agua bajo mis pies, en aquella esquina hay una alcantarilla, si puedo hacer que el agua salga… Quizá pueda salvar a esta persona de ser agredida.
—¿¡TIENEN IDEA DE CUANTO VALE ESTE AUTO!? –vuelve a gritar. Bien, quizá no se lo merezca tanto pero no puedo juzgar sin saber los hechos.
Me concentro en mí poder, en mi don, en mi elemento y dejo que el agua fluya, dejo que luche por liberarse, por salir. Un ruido ensordecedor inunda la calle y la tapa de la alcantarilla sale despedida hacia el cielo, controlo al agua para que la sostenga y la haga caer al suelo sin que lastime a alguien, el agua sucia golpea calles, autos y personas; los agresores se espantan ante el hecho de haber sido empapados y salen huyendo. Mi brazo cae sobre mi lado agotado y suelto un suspiro. Rainy me felicita y me acerco poco a poco al coche, la parte de adelante fue alcanzada por el agua sucia y huele mal, pero no es algo que no pueda arreglarse.
La persona dentro sale y veo a un muchacho, su cabello es castaño casi negro y sus ojos azules, como el mar, el luce enojado y esta sudando un poco; lleva puesto un traje azul oscuro a rayas y parece algo joven para llevarlo puesto. El se gira enfrentándome y su ceño se intensifica.
—¿Vas a agredirme tú también? –espeta.
—¿Por qué lo haría? –murmuro intimidada.
—Porque es lo que todos hacen, no les basta con agredirme, estropear mi auto y amenazarme de muerte sino que además, tengo la mala suerte de que mi coche huela a un baño público.
—¡Oye! Eso te salvo el pellejo, para que sepas –Me cruzo de brazos ofendida.
El hace un gesto con la mano, restándole importancia y se acerca a ver los daños de su preciado auto, bah, ni que fuera gran cosa, ¿tienen idea de cuanta gasolina gasta eso? Caminar es más saludable y puedes verlo todo con tranquilidad, las personas en sus coches siempre parecen correr contra el tiempo, como si sus vidas dependieran de ello.
De alguna forma me enoja que no se vea agradecido de haber sido rescatado pero yo no pretendía hacerlo, fue un accidente… Apreté mis puños con fuerza, enojada y mi estomago hormigueo, un segundo después, el chico gruñón se encontraba empapado de agua que se salpico –oh, sin quererlo– del suelo; el soltó un gruñido y al querer echarse hacia atrás, resbalo y cayo sentando en el piso. Rainy se reía divertida y yo me alarme, acercándome a él para ayudarlo.
—¡Dioses, lo siento tanto! Por favor déjame ayudarte.
—¿Por qué lo sentirías? Ni que hubiera sido tú culpa –Me miro como si creyera que yo estoy chiflada y se levanto solo–. Estoy bien, de todos modos.
—¿Por qué decías que las personas te agreden?
—Porque lo hacen, desde que mi tío quiere derribar unos árboles en un parque a las afueras de la ciudad e instalar allí su empresa, esos ambientalistas están como locos y como soy su único sobrino y no tiene hijos, creen que pueden tomárselas contra mí.
—¿De verdad él va a hacer eso? ¡Es horrible! ¡Agh, los humanos son tan crueles!
—¿Eh?
—Olvídalo, solo… Solo pienso que ellos tienen razón para estar enojados.
—Sí, pero no tengo la culpa de los planes de mi tío, ¿sabes? Solo me saque una foto con él para su entrevista y desde entonces, creen que estoy de su parte.
—¿Y no lo estás?
—Me da igual –Se encoge de hombros–. Como sea chica desconocida, algún día se cansaran y me dejaran en paz, ahora, si no vendieras todo lo que dije a una revista, te lo agradecería.
—Hum. Soy Marine en realidad...
—Qué bien, lindo nombre –dijo sin importancia interrumpiéndome, arreglando su corbata y tratando de quitarse un poco de suciedad de encima–. Yo soy León, León Chamberlain.
El muchacho –León–, se quito su saco empapado y lo arrojo a un bote de basura cercano, luego, busco una manta de su maletero y lo puso en el asiento de conductor para poder sentarse encima, se giro a verme y me saludo con un asentimiento de cabeza. Lo siguiente que supe, era que se había metido dentro de su preciado auto, había encendido el motor y se alejaba a gran velocidad por lo largo de la calle, hasta que no podía verlo más.
—Bueno Rainy, creo que tenemos más trabajo del que creíamos, los humanos siguen explotando los recursos naturales, siguen abusando de ello. Es hora de que les ayudemos a ver el camino correcto, ¿no crees?
La gota de agua asintió soltando un ruidito y mire a mi alrededor, pensando a donde iré ahora, supongo que voy a tener que buscar un lugar donde pasar la noche e idear un plan para comenzar a cambiar un poco las necesidades reales de estas personas y las formas correctas de cuidarlas. Presiento, por supuesto, que no podre hacerlo sin más ayuda, ¿Dónde estarán los demás elementos en este instante?
¡Hola Patry! Iba a audicionar ayer y el internet jodido se corto -.- aqui esta mi ficha :D
besitos!!
Ficha Aceptada
¡May!
james
Re: The Third Magic War {Incripciones Cerradas, Resultados Puestos
Nombre de la chica: Victoria Marie Radcliffe
Nombre del futuro novio:
Nombre del otro chico: Kennan Feritzyerald
Edad de la chica: Dieciséis
Edad del fututo novio: Dieciocho
Edad del otro chico: Dieciséis.
Lealtad: Apoyaba a Bellatrix hasta que presenció la masacre de su Escuela.
Rol: La de Beauxbatons
PB: Shailene Woodley †Victoria† Jeremy Irvine †James† Douglas Booth †Nathaniel†
Capitulo escrito por ti: ||[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] || [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] || [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] ||
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- [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Prólogo- ¿Cuánto pides por esto, Fletch? - pregunté al hombre de las verduras sonteniendo unas zanahorias en mis manos.
-tres de los medianos, cariño - me respondió sin mirarme, sabía perfectamente lo que llevaba, se me había hecho habitual comprar zanahorias, era una de las verduras más baratas.
- ¿estás de broma? con suerte me alcanza para dos, Fletcher, por favor, no me hagas esto, sabes que tengo a Danny enfermo y que no tengo dinero - le dije apelando a sus sentimientos.
- lo siento, Lena, pero todos sabemos lo mucho que cuesta la vida hoy - me dijo tratando de transmitirme que lo sentía.
-me llevo una - dije molesta. Le entregue las tres Medals que me había pedido y me di media vuelta para ir a casa.
- Que tengas buen día, Helena- me dijo el anciano. No me molesté en girarme para responderle, se que no era mala persona, pero él sabía perfectamente que no mis días jamás serían buenos.
Medité todo el camino de vuelta a casa, a esa posilga que tenía el descaro de llamar casa, era una habitación de seis por seis. Cuando llegué frente a la puerta no me atreví a abrirla. ¿Cómo le diría a mi hermano de siete años, el cuál padecía de una peste que estaba acechando Inglaterra y el mundo, que la cena era una simple zanahoria? Por mi parte, estaba acostumbrada a pasar hambre, pero me dolía en el alma tener que soportar que Danny muriera no solo por la peste, sino que también por el hambre. Finalmente abrí la puerta y me encontré con mi hermano tapado con las sabanas hasta la cabeza, seguramente tenía fiebre. Dejé la zanahoria encima de la mesa y me acerqué a Danny, le destapé la cabeza y toqué su frente. Estaba ardiendo en fiebre.
- Danny... - lo moví - Danny, despierta, tenemos que bajarte la fiebre - el pequeño se despertó y me miró con sus ojos cansados y sus mejillas al rojo vivo. Lo dejé en el colchón mientras llenaba una cacerola con un poco de agua fría embotellada y hundía un paño en ella. Me daba dolor de estomago de tan solo ver que quedaba menos de la mitad de la botella y recién estabamos a martes. Me senté en el borde del colchón y le puse el paño frío en la frente.
- ¿habrá cena hoy? - preguntó.
- Zanahoria - le sonreí de medio lado. Pude ver la decepción pasar por su rostro, pero se preocupó de disimularlo devolviendome la sonrisa.
- bueno.. al menos, tenemos algo para cenar, hay niños que se están muriendo de hambre - me dijo el pequeño. Se me formó un nudo en la garganta y los ojos se me llenaron de lágrimas. Me levanté del colchó y le dí la espalda para que no viera las lágrimas caer por mis mejillas.
- Duérmete un rato, amor, para ver si baja la fiebre, vengo en un momento - le dije sin mirarlo tratando de tragarme el nudo de la garganta. Salí rápidamente de la habitación y me llevé una mano a la boca para callar el sollozo. ¿Cómo es posible que un niño de siente años se conforme con una Zanahória diaria? ¡Dios mío! solo me quedaban dos medianos para toda la semana y el gobierno había reducido la cantidad de dinero a repartir, de dos grandes a uno y medio, lo que equivalía a cuatro medianos.
Mientras deambulaba por las calles del barrio bajo de Londres, pensaba en como conseguir más dinero, que hoy en día era llamado Medals -una moneda de oro universal- y lo primero que se me vino a la cabeza fue "Patrick.." . ¡No! "Helena, por el amor de dios, no puedes estar pensando en ese hombre". Una batalla comenzó a formarse en mi mente. Mientras una parte de mí quería ir en su búsqueda, la otra me recordaba quién era él. Después de largo rato tratando de aclarar mi mente, llegué a la conclusión que Danniel necesitaba el dinero, definitivamente no iba a dejer a mi hermano morir, así es que decidí ir en su búsqueda.
"-¡...estás loco! - le grité a al cara- ¡jamás tomaría el lugar de papá en tu negocio sucio! - hice un esfuerzo por respirar.
- tarde o temprano te darás cuenta, Helena, sabrás que és lo que realmente te conviene - me dijo sonriendome de esa forma tan característica arreglandose las mangas de su traje de Channel - cuando Danniel muera de hambre o por la peste roja, cuando te estés muriendo de hambre, vendrás a mí sedienta, buscando un techo donde refujiarte de los violadores, de los ladrones, cuando te roben lo poco que tienes, vendrás a mí - me amenazó - pero para que veas que lo que quiero es ayudarte... mi propuesta estará vigente para ese entonces - me dijo levantándose de su asiento mientras sus guardaespaldas se posicionaban detrás de él. Avanzó hasta mí y se detuvo a mi lado - Le tenía mucho aprecio a tu padre, Lena, tu padre era un buen hombre y era uno de los mejores en mi negocio - me susurró al oído -si cambias de opinión, ya sabes donde encontrarme.. - y se marchó... "
Comencé a caminar rumbo a aquel pub donde solía concurrir Patrick y sus socios, en una zona llena de personas adineradas. Al llegar, los guarias me miraron de pies a cabeza.
- Hey, Mark, ¿que puede hadcer una Sub-urbana en la zona norte? - le dijo uno de ellos al otro.
- ¿qué mas que robar, Phill? - y ambos se echaron a reír.
-estoy buscando a Patrick, Patrick Styles - le dije al tipo grandulón en tono firme, la discriminación ya no afectaba a la gente, estábamos tan acostumbrados a que los de la zona norte nos miraran en menos que ya no nos afectaba, era una forma de vida. El hombre de color me miró seriamente y sacó un teléfono costoso, marcó un número y se lo llevó al oído.
- Thomas, buscan a Styles... - Dijo el hombre luego de un rato - no, idiota, Styles padre, buscan a Patrick, no a Harry - agregó - ¿Cuál es tu nombre? - me preguntó.
- dile que soy la hija de James Foster, seguro sabrá quién soy - Le dije sin mirarlo. El tipo dijo una grosería luego comenzó a hablar por teléfono.
- es la cachorra de el recién muerto - dijo el tipo en forma burlesca. Levanté mi mirada y clavé los ojos en él.
- más respeto, imbécil, recuerda que tú no perteneces a esta sociedad de ricachones, eres simplemente un esclavo de ellos, terminando la jornada, regresaras a una de esas posilgas en las que vivo yo - le dije entre dientes conteniendo mi rabia.
- vuelve a repetirlo pequeña sabandija y verás lo que..-
- ¿Phillips? - dijo una voz que perfectamente conocía - ¿que significa esto? baja tu mano grotesca en este instante, no te atrevas a tocar a la muchacha - dijo la voz femenina.
- no necesito que me defiendas, Marissa - le dije sin mirarla.
- ¿acaso tengo derecho en proteger a mi pequeña sobrina? -levanté la mirada y me dí cuenta que su expresión era fría y dura. Iba vestida con un traje brillante de color plateado, su maquillaje contrastaba perfectamente con su piel pálida al igual que la mía, estaba convertida en toda una mujer de la zona norte, pero seguía teniendo ese parecido impresionante con mamá - vaya que haz crecido... ¿veinte, veintiuno, veintidos..? - comenzó a contar.
- veintiuno, tengo veintiun años, querida tía... - traté de sonar lo más irónica posible.
- ¿donde está tu hermano? - preguntó levantando su mirada haciendo que la luz de los alrededores hiciera que sus ojos lucieran aún mas azules de lo que eran, Marissa era tan hermosa como mamá, algo que yo no poseía.
- En casa - respondí impaciente al recordar que Danny estaba en casa solo.
- Ven, Patrick te espera - dijo mientras me daba la espalda y comenzaba a mirar hacia adentro, antes de entrar, me volví al gordinflón y le levanté el dedo de al medio. Avanzamos entre personas cuyas prendas de vestir valían más que mi propia vida. Bailaban y reían como si todo lo que pasara con la gente de mi clase les fuera ajeno a su propia realidad. Por supuesto que lo era. Las luces se reflejaban en los trajes de lentejuelas de las mujeres y me cegaban.
- Lo siento... - dijo una chica al chocar conmigo mientras bailaba. La rubia me miró de pies a cabeza con sus ojos celestes - ¿qué mierda hace una sub-urbana aquí? - gritó al analizarme - ¡Seguridad! - comenzó a gritar.
- ¿qué sucede, Summer? - dijo un chico llegando a su lado.
- ¡hay una sub-urbana aquí! - gritó.
- calla niñita, esta "sub-urbana" viene conmigo - dijo Marissa tomándome del brazo para arrastrarme hacia mi destino. Se detuvo frente a una puerta de roble tallada, me soltó el brazo e hizo una seña a los guardias para que abrieran la puerta. Estos obedecieron y abrieron ambas puertas para dejarnos pasar. Entramos a la habitación con un estilo futurista característico de los gustos de los ricachones de la zona Norte. Patrick estaba tras un escritorio enorme sentado fumandose un puro Cubano igual a los que fumaba papá. Marissa se acercó a él y yo me quedé manteniendo la distancia. La hermana de mi madre pasó su mano cubierta por un guante de ceda por el pecho del hombre y le habló al oído, este sonrió y me miró.
- buena suerte... - dijo Marissa al pasar por mi lado antes de salir de la sala y dejarnos solos.
- veo que haz venido, te tomó bastante tiempo recapacitar, Lena, meses viviendo como una sub-urbana - me dijo riendo.
- no tengo mucho tiempo, tengo que volver a casa - le dije antes de que comenzara a darme un sermón.
- ¿casa..? bueno, entonces no te quito más tiempo, querida - sacó un papel de un cajón y lo puso sobre la mesa - Supongo que haz decidido tomar mi oferta.. - asentí con la cabeza tratando con todas mis fuerzas no retractarme - entonces, haremos esto simple, firma y estarás dentro.. - comenzó a decirme señalando el papel que resultaba ser un contrato.
- antes... - dije sentandome en el asiento frente a él - Danniel, curarás a Danniel de la peste roja, lo alimentarás, lo cuidarás y lo sacarás del lugar en el que vivimos.
- eso no es problema, querida, eso es lo que tu padre quería y eso es lo que haré, despues de todo eres mi ahijada - me dijo el hombre. Miré el papel, leí las clausulas y firme. Oh no, Lena.. ¿qué haz hecho? Le entregué el papel y el lápiz, me levante de la silla sin despedirme - enviaré a alguien por ustedes ahora mismo - me dijo, no fue necesario darme media vuelta solo asentí y tomé las manillas de la puerta - ¡ah! y Lena... me temo que Danny no debe ser el único que hay que curar de la peste Roja..- mis ojos se abrieron de par en par y me llevé la mano a la nuca, la primera mancha de la peste había aparecido.By Skinny Lyon for SC- <3 Rules <3:
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Hola nenas!! Amor esta saga, la AMO. Junto con Fallen y Divergente, es mi favorita <3 y por eso decidí audicionar hehehe quiero saber que se siente escribir al estilo J.K Rowling <3 BESOS!
Mess.
Re: The Third Magic War {Incripciones Cerradas, Resultados Puestos
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Victoria
Nombre de la chica: Victoria Marie Radcliffe
Nombre del futuro novio:
Nombre del otro chico: Kennan Feritzyerald
Edad de la chica: Dieciséis
Edad del fututo novio: Dieciocho
Edad del otro chico: Dieciséis.
Lealtad: Apoyaba a Bellatrix hasta que presenció la masacre de su Escuela.
Rol: La de Beauxbatons
PB: Shailene Woodley †Victoria† Jeremy Irvine †James† Douglas Booth †Nathaniel†
Capitulo escrito por ti: ||[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] || [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] || [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] ||
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[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Prólogo- ¿Cuánto pides por esto, Fletch? - pregunté al hombre de las verduras sonteniendo unas zanahorias en mis manos.
-tres de los medianos, cariño - me respondió sin mirarme, sabía perfectamente lo que llevaba, se me había hecho habitual comprar zanahorias, era una de las verduras más baratas.
- ¿estás de broma? con suerte me alcanza para dos, Fletcher, por favor, no me hagas esto, sabes que tengo a Danny enfermo y que no tengo dinero - le dije apelando a sus sentimientos.
- lo siento, Lena, pero todos sabemos lo mucho que cuesta la vida hoy - me dijo tratando de transmitirme que lo sentía.
-me llevo una - dije molesta. Le entregue las tres Medals que me había pedido y me di media vuelta para ir a casa.
- Que tengas buen día, Helena- me dijo el anciano. No me molesté en girarme para responderle, se que no era mala persona, pero él sabía perfectamente que no mis días jamás serían buenos.
Medité todo el camino de vuelta a casa, a esa posilga que tenía el descaro de llamar casa, era una habitación de seis por seis. Cuando llegué frente a la puerta no me atreví a abrirla. ¿Cómo le diría a mi hermano de siete años, el cuál padecía de una peste que estaba acechando Inglaterra y el mundo, que la cena era una simple zanahoria? Por mi parte, estaba acostumbrada a pasar hambre, pero me dolía en el alma tener que soportar que Danny muriera no solo por la peste, sino que también por el hambre. Finalmente abrí la puerta y me encontré con mi hermano tapado con las sabanas hasta la cabeza, seguramente tenía fiebre. Dejé la zanahoria encima de la mesa y me acerqué a Danny, le destapé la cabeza y toqué su frente. Estaba ardiendo en fiebre.
- Danny... - lo moví - Danny, despierta, tenemos que bajarte la fiebre - el pequeño se despertó y me miró con sus ojos cansados y sus mejillas al rojo vivo. Lo dejé en el colchón mientras llenaba una cacerola con un poco de agua fría embotellada y hundía un paño en ella. Me daba dolor de estomago de tan solo ver que quedaba menos de la mitad de la botella y recién estabamos a martes. Me senté en el borde del colchón y le puse el paño frío en la frente.
- ¿habrá cena hoy? - preguntó.
- Zanahoria - le sonreí de medio lado. Pude ver la decepción pasar por su rostro, pero se preocupó de disimularlo devolviendome la sonrisa.
- bueno.. al menos, tenemos algo para cenar, hay niños que se están muriendo de hambre - me dijo el pequeño. Se me formó un nudo en la garganta y los ojos se me llenaron de lágrimas. Me levanté del colchó y le dí la espalda para que no viera las lágrimas caer por mis mejillas.
- Duérmete un rato, amor, para ver si baja la fiebre, vengo en un momento - le dije sin mirarlo tratando de tragarme el nudo de la garganta. Salí rápidamente de la habitación y me llevé una mano a la boca para callar el sollozo. ¿Cómo es posible que un niño de siente años se conforme con una Zanahória diaria? ¡Dios mío! solo me quedaban dos medianos para toda la semana y el gobierno había reducido la cantidad de dinero a repartir, de dos grandes a uno y medio, lo que equivalía a cuatro medianos.
Mientras deambulaba por las calles del barrio bajo de Londres, pensaba en como conseguir más dinero, que hoy en día era llamado Medals -una moneda de oro universal- y lo primero que se me vino a la cabeza fue "Patrick.." . ¡No! "Helena, por el amor de dios, no puedes estar pensando en ese hombre". Una batalla comenzó a formarse en mi mente. Mientras una parte de mí quería ir en su búsqueda, la otra me recordaba quién era él. Después de largo rato tratando de aclarar mi mente, llegué a la conclusión que Danniel necesitaba el dinero, definitivamente no iba a dejer a mi hermano morir, así es que decidí ir en su búsqueda.
"-¡...estás loco! - le grité a al cara- ¡jamás tomaría el lugar de papá en tu negocio sucio! - hice un esfuerzo por respirar.
- tarde o temprano te darás cuenta, Helena, sabrás que és lo que realmente te conviene - me dijo sonriendome de esa forma tan característica arreglandose las mangas de su traje de Channel - cuando Danniel muera de hambre o por la peste roja, cuando te estés muriendo de hambre, vendrás a mí sedienta, buscando un techo donde refujiarte de los violadores, de los ladrones, cuando te roben lo poco que tienes, vendrás a mí - me amenazó - pero para que veas que lo que quiero es ayudarte... mi propuesta estará vigente para ese entonces - me dijo levantándose de su asiento mientras sus guardaespaldas se posicionaban detrás de él. Avanzó hasta mí y se detuvo a mi lado - Le tenía mucho aprecio a tu padre, Lena, tu padre era un buen hombre y era uno de los mejores en mi negocio - me susurró al oído -si cambias de opinión, ya sabes donde encontrarme.. - y se marchó... "
Comencé a caminar rumbo a aquel pub donde solía concurrir Patrick y sus socios, en una zona llena de personas adineradas. Al llegar, los guarias me miraron de pies a cabeza.
- Hey, Mark, ¿que puede hadcer una Sub-urbana en la zona norte? - le dijo uno de ellos al otro.
- ¿qué mas que robar, Phill? - y ambos se echaron a reír.
-estoy buscando a Patrick, Patrick Styles - le dije al tipo grandulón en tono firme, la discriminación ya no afectaba a la gente, estábamos tan acostumbrados a que los de la zona norte nos miraran en menos que ya no nos afectaba, era una forma de vida. El hombre de color me miró seriamente y sacó un teléfono costoso, marcó un número y se lo llevó al oído.
- Thomas, buscan a Styles... - Dijo el hombre luego de un rato - no, idiota, Styles padre, buscan a Patrick, no a Harry - agregó - ¿Cuál es tu nombre? - me preguntó.
- dile que soy la hija de James Foster, seguro sabrá quién soy - Le dije sin mirarlo. El tipo dijo una grosería luego comenzó a hablar por teléfono.
- es la cachorra de el recién muerto - dijo el tipo en forma burlesca. Levanté mi mirada y clavé los ojos en él.
- más respeto, imbécil, recuerda que tú no perteneces a esta sociedad de ricachones, eres simplemente un esclavo de ellos, terminando la jornada, regresaras a una de esas posilgas en las que vivo yo - le dije entre dientes conteniendo mi rabia.
- vuelve a repetirlo pequeña sabandija y verás lo que..-
- ¿Phillips? - dijo una voz que perfectamente conocía - ¿que significa esto? baja tu mano grotesca en este instante, no te atrevas a tocar a la muchacha - dijo la voz femenina.
- no necesito que me defiendas, Marissa - le dije sin mirarla.
- ¿acaso tengo derecho en proteger a mi pequeña sobrina? -levanté la mirada y me dí cuenta que su expresión era fría y dura. Iba vestida con un traje brillante de color plateado, su maquillaje contrastaba perfectamente con su piel pálida al igual que la mía, estaba convertida en toda una mujer de la zona norte, pero seguía teniendo ese parecido impresionante con mamá - vaya que haz crecido... ¿veinte, veintiuno, veintidos..? - comenzó a contar.
- veintiuno, tengo veintiun años, querida tía... - traté de sonar lo más irónica posible.
- ¿donde está tu hermano? - preguntó levantando su mirada haciendo que la luz de los alrededores hiciera que sus ojos lucieran aún mas azules de lo que eran, Marissa era tan hermosa como mamá, algo que yo no poseía.
- En casa - respondí impaciente al recordar que Danny estaba en casa solo.
- Ven, Patrick te espera - dijo mientras me daba la espalda y comenzaba a mirar hacia adentro, antes de entrar, me volví al gordinflón y le levanté el dedo de al medio. Avanzamos entre personas cuyas prendas de vestir valían más que mi propia vida. Bailaban y reían como si todo lo que pasara con la gente de mi clase les fuera ajeno a su propia realidad. Por supuesto que lo era. Las luces se reflejaban en los trajes de lentejuelas de las mujeres y me cegaban.
- Lo siento... - dijo una chica al chocar conmigo mientras bailaba. La rubia me miró de pies a cabeza con sus ojos celestes - ¿qué mierda hace una sub-urbana aquí? - gritó al analizarme - ¡Seguridad! - comenzó a gritar.
- ¿qué sucede, Summer? - dijo un chico llegando a su lado.
- ¡hay una sub-urbana aquí! - gritó.
- calla niñita, esta "sub-urbana" viene conmigo - dijo Marissa tomándome del brazo para arrastrarme hacia mi destino. Se detuvo frente a una puerta de roble tallada, me soltó el brazo e hizo una seña a los guardias para que abrieran la puerta. Estos obedecieron y abrieron ambas puertas para dejarnos pasar. Entramos a la habitación con un estilo futurista característico de los gustos de los ricachones de la zona Norte. Patrick estaba tras un escritorio enorme sentado fumandose un puro Cubano igual a los que fumaba papá. Marissa se acercó a él y yo me quedé manteniendo la distancia. La hermana de mi madre pasó su mano cubierta por un guante de ceda por el pecho del hombre y le habló al oído, este sonrió y me miró.
- buena suerte... - dijo Marissa al pasar por mi lado antes de salir de la sala y dejarnos solos.
- veo que haz venido, te tomó bastante tiempo recapacitar, Lena, meses viviendo como una sub-urbana - me dijo riendo.
- no tengo mucho tiempo, tengo que volver a casa - le dije antes de que comenzara a darme un sermón.
- ¿casa..? bueno, entonces no te quito más tiempo, querida - sacó un papel de un cajón y lo puso sobre la mesa - Supongo que haz decidido tomar mi oferta.. - asentí con la cabeza tratando con todas mis fuerzas no retractarme - entonces, haremos esto simple, firma y estarás dentro.. - comenzó a decirme señalando el papel que resultaba ser un contrato.
- antes... - dije sentandome en el asiento frente a él - Danniel, curarás a Danniel de la peste roja, lo alimentarás, lo cuidarás y lo sacarás del lugar en el que vivimos.
- eso no es problema, querida, eso es lo que tu padre quería y eso es lo que haré, despues de todo eres mi ahijada - me dijo el hombre. Miré el papel, leí las clausulas y firme. Oh no, Lena.. ¿qué haz hecho? Le entregué el papel y el lápiz, me levante de la silla sin despedirme - enviaré a alguien por ustedes ahora mismo - me dijo, no fue necesario darme media vuelta solo asentí y tomé las manillas de la puerta - ¡ah! y Lena... me temo que Danny no debe ser el único que hay que curar de la peste Roja..- mis ojos se abrieron de par en par y me llevé la mano a la nuca, la primera mancha de la peste había aparecido.By Skinny Lyon for SC
- <3 Rules <3:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Hola nenas!! Amor esta saga, la AMO. Junto con Fallen y Divergente, es mi favorita <3 y por eso decidí audicionar hehehe quiero saber que se siente escribir al estilo J.K Rowling <3 BESOS!Ficha Aceptada
james
Re: The Third Magic War {Incripciones Cerradas, Resultados Puestos
Espera mi ficha audicionare sobre la una horos española
Pd:Me encanto tu idea
Pd:Me encanto tu idea
Meg 20
Re: The Third Magic War {Incripciones Cerradas, Resultados Puestos
Muchísimas gracias Patry,so,estaré al pendiente de los resultadosPatry y Cia escribió:anderlysbella escribió:[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Charlotte
Nombre de la chica: Charlotte Anne Malfoy G.
Nombre del futuro novio: Louis Weasley
Nombre del otro chico: Lyssander Scamander
Edad de la chica: 16
Edad del fututo novio: 16
Edad del otro chico: 17
Lealtad: Slytherin- Familia Malfoy- Familia Greengrass
Rol: La Slytherin- Louis Weasley-Lyssander Scamander
PB: Ashton Irwin-Freya Marvor-Niall Horan
Capitulo escrito por ti:
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- Here:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] De tal palo,tal astilla
- Ash,otro spoiler :
Holaaaa Patry,tu idea la ame por completo, Harry Potter , bueno hay esta mi ficha,si hace falta algo me avisas, la verdad no sé si se podía ser familia de la segunda generación,pero como se vinieron muchas ideas a la cabeza,pero cualquier cosa cambio el apellido no hay problema,so,besosFicha AceptadaTranquila Andy se puede :D
Invitado
Invitado
Página 2 de 3. • 1, 2, 3
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