¿Quien es ese chico? [Logan Lerman]

Hola, Jonoury, :B. Bienvenida mija, me alegro bastante que te haya gustado así para leerla en un solo día, lol.
Discúlpame por no haberte contestado antes y defraudarte al no subir capitulo pronto, pero ya casi actualizo :) .

La llegada de Richard trajo y traerá consigo cambios relativos en los personajes, para ser más precisos en Logan Lerman, quien viendo los detalles que este tiene con Clara Maguire, le comienza abrir no solo los ojos de la realidad que ha vivido durante 5 años sino también el corazón, pues empieza a sentir celos de él por estar tan cerca de ella y ver que incluso el físico de Richard es más llamativo que el propio, lo que hace que se vuelva un poco inseguro e independiente, encontrando la excusa perfecta para tener a Clara cuando tuvo un ligero accidente por su culpa, pegándole con una pelota de golf. La muchacha, ingenua le creyó el cuento de su inquebrantable dolor, y muy avergonzada por lo sucedido decidió auxiliarlo y apoyarlo en sus deberes. Así lo hizo por semanas, sin saber que Logan tenia malas intenciones pero que al mismo tiempo, poco a poco iba enamorándose de ella, esto también ignorado por Clara. Por otro lado, descubrimos un poco más de la vida personal de Kevin Konrad, que regresándonos un poco a la trama, hay que recordar que es el padre de Clara Maguire, no obstante él no tiene ni la más remota idea de esto. Conocemos de lejos la tragedia por la que pasa con su hermano Nicholas, un personaje secundario pero importante, atado a una cama de hospital. Así mismo se sabe de una tal Laura Velasco, a quien la define como la mujer que amo, que sigue amando pero que lo engaño. Dana por su parte ha logrado un 50% de lo que busca con Logan.

Capítulo 24

La inesperada llamada de Laureen logró que mi estado de ánimo cambiara relativamente de un moqueando a despojo de lágrimas. En el trayecto de regreso no había querido, me negaba contundentemente a reconocer que Logan era mi ilusión, que estaba enamorada de él, y por sobre todo, que había sentido celos de Dana, por tener la oportunidad de estar a su lado con razones distintas a las que yo tenía. Cuando me decía algo salido de tema no podía prestarle atención, me distraía viendo cada facción de su rostro, cada gesto en sus diferentes humores, hasta los vellos que le sobresalían al estar en contraste con la luminosidad. Si me pidieras ahora mismo darte una descripción de su boca, solo sería cuestión de cerrar los ojos y revivir ese pequeño instante en que se acercó y acomodo un mechón que salía de mi peinado, para decirte el trazo acentuado y su tonalidad asalmonada.

Discutíamos por los opuestos caracteres de Jane y Elizabeth Bennet. Él decía que una chica como Elizabeth solo le traería problemas a un hombre, por su peculiar forma de comportarse para con Mr. Darcy, concluyendo en su absurda idea de que si fuera él en su lugar, buscaría acostarse con ella y luego reemplazarla por una más “mejorcita”. Yo en cambio, que la forma de ser de Jane era comprensiva, ya que muchas mujeres pasan por momentos de timidez, donde no pueden expresar a cien sus sentimientos por miedo al qué pensará, acaso le importara.

Intempestivamente, Logan me pregunto si ya había tenido novio antes, o un free; no sabía que era un free así que le pedí que me lo dijera y después le contesté que no a las dos; me sentí algo intimidada cuando él me reafirmo lo que había oído decir a muchos, que era extraño que alguien de mi edad aún no haya vivido algún tipo de experiencia relacionada con amoríos, pero después de un minuto de silencio me dijo que le parecía tierno. Sonreí y volví a levantar la vista, encontrándome con sus orbes lapislázuli que me veían intensamente, como si quisieran buscar a través de mi interior. Se arrastró hasta mí, me inspecciono la cara, acomodando un mechón que travieso se asomaba, y posterior… En ese momento sentí mi pecho expandirse y a mi corazón andar a mil por segundo. Se rió, lo que para mí fue una melodía y me susurró—: No se te vaya a salir el corazón. Me separe y me toque la mejilla debido a la vergüenza que me ocasionó el saber que lo había notado.

— ¿Tanto así causo en ti?
—Deberíamos volver al libro.
—Clara, levanta la mirada y mírame— lo hice sin soltar Orgullo y Prejuicio.
—Por favor, no me preguntes nada—vi el reloj digital de su buro y viendo una escapatoria le exclame la hora: —Mira que tarde es ¡Son las 6!, debo irme—me incorporé rápidamente y tome mis cosas. Logan se trepó de mi mochila y con dificultad se levantó también.
— ¿Vienes mañana, verdad? —Asentí— Hay que cambiar de sitio… ¿no crees? Aquí es bastante deprimente. Ya sabes…al aire libre.
—Está bien—le arrebaté la mochila que todavía no soltaba y casi salgo huyendo de ahí.

He aquí la problemática: Ni como Clara ni como Bobby se me era fácil controlar mis sentimientos. Como esa vez que, confiando en Bobby Liars, se atrevió a confesarme que creía estar sintiendo cariño o cosas por alguien, que le eran inusuales y poco comunes para un chico como él. Le respondí que tal vez estaba enamorado o se ayeaba en un estado de enamoramiento, a lo que él me contesto con una interminable carcajada y un insistente no; una negativa que se desvaneció en cuanto lo vi besándole el cuello a Dana y cargarla para mantener sus bien torneadas piernas alrededor de su cintura, hoy cuando me disponía a entrar a nuestra habitación.
Logan la soltó y le vi ponerse un tanto nervioso.
—¡Ups! — Dana se puso los pantalones lo más rápido que sus manos le permitieron—Que pena, lo lamento… ¿Eres Bobby, cierto? —me tendió la mano, y yo sin saber si tomarla o dejarla con la mano extendida, la acepte.
—Si....soy…yo. Yo fue quien interrumpió, ustedes perdónenme—comencé a trastrabillar, siguiendo sin saber qué hacer, a donde ir.
—Qué lindo eres. De todos modos ya me iba, no te preocupes.

La chica se despidió de Logan con un beso en la mejilla y un contoneo de caderas que me hizo envidiarla por tales gráciles andares que yo nunca haría. Yo soy torpe y suelo tropezarme o chocar continuamente con personas u objetos. Es sencillo describirme como una chica descoordinada y bastante distraída.


—Tuve que habernos puesto bajo llave—dijo Logan tratando de ambientar la tensión que se dejo sentir dentro.
—Y yo tuve que haber tocado antes de abrir de esa forma.
—Tú duermes aquí, lo olvido con frecuencia. De todas formas no volverá a pasar.
—No, porque hay hoteles.
—Exactamente, solo que no hay como la emocionante experiencia de correr riesgos.

Trate de reír, pero no salió más que una sonrisa extremadamente falsa.

—Clara me pidió que te devolviera esto—extraje un disco de mi mochila.
—Pero son de ella, yo se los regale.
—Ya termino de escuchar el CD y había prometido devolvértelos (lentes de contacto), no se siente cómoda teniendo esto consigo.
—Tengo rato que no la he visto… ¿Cómo esta? —me los quito y aventándolos a la cama, metió la manos a los bolsillos del pantalón.
—Supongo que bien.
—Ah…





Logan Lerman es un muchacho liberal, atado a una etapa de rebeldía y diversión que no se le ve que tenga salida…; o al menos no por ahora. Un tipo que aprovecha su físico para menospreciar el encanto de una mujer, inducirla a sus encantos, hacer que se enamore de él, y luego tirarla como una lata de gaseosa al basurero. No está acostumbrado a obedecerse a sí mismo, si no a lo que le exigen sus hormonas; por eso había conseguido que Dana se creyera el cuento y se convirtiera en su amiga con derechos, sin que ella supiera a ciencia cierta que lo estaba siendo. Pero por encima de esto, Logan quería borrar esas emociones que le causaba Clara Maguire cada que se le acercaba o le rozaba la piel.




Las conclusiones de Bobby Liars me habían dejado perturbado por tres noches. ¿Yo enamorándome? Me había soltado a reír y para hacerlo más creíble aun, me había tumbado en el asiento, desparramándome al punto de verme desganado. Sentí un escalofrío en la espalda al oírlo tan claro “Estas enamorado, o estas entrando en un estado de enamoramiento” Porque fue justo ahí cuando el rostro de Clara apareció entre mis cavilaciones, sonriéndome… ¿Y por qué precisamente sonriéndome y no en la cama desnuda como solía pasarme?

Parpadee varias veces hasta volver a ver a Bobby y no a su prima; me sentí estúpido ante esa situación, y ridículo sintiéndome como en un rodeo de romance: vueltas más vueltas y en peligro de caer si no hacia algo pronto por retomar la compostura. Así estuve durante cuatro noches, soñándola como un ángel y no como una conejita de Playboy. Dana se convertiría en mi escape, en la salvación de esta intranquilidad. Tal vez en un fondo, pero muy, muy profundo de mí seguía creyendo en el amor…por eso mismo escudriñaba una salida.

—Nunca te olvide, cariño…Quería que lo supieras—Dana me sopló en el lóbulo de la oreja mientras yo seguía insistente y absuelto por una ansiedad incontrolable de su sexo.

En una ocasión habíamos sido sorprendidos por Bobby, pero esta vez estábamos llegando a la consumación. Gimió, abriendo los ojos. Pero más que hacerme sentir todo un profesional en la cama, me sentí vacío; supe que lo que deseaba era hacerle el amor, no simple sexo, sin embargo, siendo ella de quien se trata no me nacía ni podía verla diferente a las otras mujeres. Era un tesoro: hermosa, cuerpo de diosa y cara divina, de una inocencia insurrecta—aunque de inocente no tuviera nada— pero era tan hueca por dentro como yo.


—No imaginé que fueras tan pasional. — Dana jugaba con las yemas de sus dedos en mi torso desnudo, yo miraba al techo, pensando en Maguire, por más que tratase de sacármela de la mente.
—Ahora ya lo ves—Quite su mano y retirando la sábana me senté al borde de la cama—. Tengo que irme, Dana—le dije metiéndome los pantalones.
— ¡No, espera! —me abrazo por la espalda, dándome pequeños besos en el área.
—Hablamos luego ¿está bien? Enserio tengo un asunto que atender.
— ¿Mas importante que estar conmigo?
—Siento decírtelo, pero sí— Se separo.
—Eres un cínico, Logan—La chica se cruzo de brazos haciendo pucheros.
— ¿Me lo preguntaste no?


Habían transcurrido dos meses desde que Clara y yo dejamos de dirigirnos la palabra, apenas nuestras miradas se cruzaban me esquivaba, me evadía prefiriendo tomar otro camino.
Esta vez Clara a clara se le veía animada, contenta; se reía felizmente con el profesor Richard Tyler, mientras este aprovechaba para contemplarla cada que ella se distraía viendo hacia un lado contrario, entretanto yo me limitaba a ver la escena desde un rincón oscuro, sin perderme cada detalle de lo que pasaba. Definitivamente a Richard le gustaba ella, ¿pero ella de él?


— ¿Qué ves? —me sobresalte al sentir a alguien atrás de mi.
—Nada.
— ¡Oh vaya, vaya, vaya! ¡Pero mira quienes están allí! Pero si es Clarita, la bonita y el musculoso poeta.
—Es verdad, no los había visto, que casualidad. Bien…retirémonos, de seguro desean privacidad.
— ¿Mas privacidad? ¿Hablas enserio? Pudieran tener sexo ahorita mismo y sin testigos. Hay que ir a saludarlos, no hay que ser mal educados.
— ¡No! ¿A dónde carajo vas?
— ¡Clara! ¡Maestro Tyler!

Apreté los ojos y, respirando hondo me encamine detrás de David.