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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Los chicos de piedra | n.c | ¡Resultados!
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Re: Los chicos de piedra | n.c | ¡Resultados!
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Nombre: Destinity Evans
Rol: Venganza
Chico: Louis Tomnlinson
Escrito de tu autoría:
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Nombre: Destinity Evans
Rol: Venganza
Chico: Louis Tomnlinson
Escrito de tu autoría:
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Clifford
Re: Los chicos de piedra | n.c | ¡Resultados!
the truth is... I love you
Te juro que veía el tema, entraba y me tentaba, pero me daba miedo audicionar ;-; es que, por el que quiero ir
Pero haré el intento...
En un rato te dejo la ficha.
mindless
Re: Los chicos de piedra | n.c | ¡Resultados!
que negativa eres sha, pero si tu escribes hermoso :hug:
✦ ausente.✦
pixie.
Re: Los chicos de piedra | n.c | ¡Resultados!
Ayleen O'Connor
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Nombre completo del PJ: Ayleen White O'Connor.
Chico: Harry Styles.
Rol: El mujeriego y la virgen.
Escrito de tu autoría:
Chico: Harry Styles.
Rol: El mujeriego y la virgen.
Escrito de tu autoría:
- Las doce rosas rojas:
- Capítulo 05
♙Elena O'Brian | Niall Horan
Me acomodo el último mechón desarreglado.
Listo, retrocedo para mirarme completamente. Es la primera vez que me siento linda.
Hoy es el día. Mi día. Hoy tengo la oportunidad de decirle a Niall que me gusta. Todos estos años reteniéndolo en mí. Es cansado a decir verdad, tener que verlo cada día en mi casa, hablando y haciendo bromas con mi hermano.
Aliso mi hermoso vestido rojo y tomo mi máscara, que cubre completamente mi rostro, blanco con detalles dorados. Que pena que no usare esto, pensé mientras hago una mueca.
Tocan mi puerta y la cabeza de mi hermano se asoma.
—Guau... Te ves hermosa hermanita.– entra y me da una vuelta completa para verme en mi totalidad. –Pero te verías mejor sin la máscara.– pongo mis ojos en blanco.
—Sabes que debo llevar esto para que no sepan quien soy.– se ríe.
—Sí, lo sé, lo se.–
—¿Irás Dylan?– Por favor no, por favor no... susurre a mis adentros.
—Tu ya sabes que sí... Una de las rosas rojas se me va a declarar– sonríe.
—¿Y sabes quien es?– le pregunto mientras sonrío abajo de mi máscara.
—No tengo ni la menor idea– sonríe aún más. –Es divertido todo esto de la confidencialidad–
—¿Dónde están mamá y papá?– pregunte, aunque ya sabía la respuesta.
—Trabajando y siguiendo sin importarse por nosotros, más que con Jessica– hago una mueca. –Pero por eso estoy contigo.– me abraza.
Se separa y mira a su reloj.
—Mejor me voy. Te espero allá– sale de la habitación.
Espero un minuto para escuchar que salga por la puerta principal. Al escuchar que ya lo hizo, rápido sacó mi segundo vestido rojo y máscara blanca.
No puedo dejar que sepa que me gusta su mejor amigo pienso mientras me cambio rápidamente.
Bajo las escaleras y voy a la lavandería, dejo el vestido que Dylan vio y me dirijo a la puerta principal.
{#}
Ya estoy en la limosina con unas cuantas de las damas. 1... 2... 3... 4... 5. Somos 5 conté.
Todas estamos tensas y no nos hablamos en ningún momento. Al parecer tenemos miedo de que hasta nos reconozcamos a nosotras mismas.
Tranquila, Elena, sólo... Vas a declararle tu amor a Niall y bailarás con él me pellizcaba la piel. Dios... Nunca me había puesto así de nerviosa.
—¿No te duele?– me susurra la que esta a mi lado, en una manera que no pueda reconocer su voz. Niego con la cabeza y bajo mi mirada a mi vestido.
—Lindo vestido, por cierto–
—Gracias...– susurro de la misma manera.
{#}
Llegamos. Estamos todas caminando, con nuestras máscaras aún puestas, en una línea. Todos nos ven llegando y varios de los hombres nos comen con la mirada. Esta será una noche agotadora.
Al entrar ponen una hermosa balada. Heart of Gold de Birdy. Ella canta precioso.
Al sólo poner un pie en la pista, un chico me toma desprevenida y empieza a bailar conmigo. Veo su rostro. Oh Dios mío, no... pensé, era Terrence, el pervertido de mi clase de Historia. Como lo odio...
—Oye, después del baile, ¿quieres ir a un lugar más... Privado?– me mira picaron. Siento mi rostro arder. Yo sólo sacudo la cabeza. –Oh, vamos. Se que quieres.– recorre su mano de mi cintura a mi trasero.
Yo me suelto y me doy vuelta. Idiota, fue lo único que pensé. Otro chico me toma desprevenida y me empieza a mover al ritmo de la canción. Ok, aquí vamos otra vez.
{#}
Estaba en la barra de bebidas, mirando a la entrada. Veo como varios chicos y chicas entran con parejas y otros solos. Estaba un poco inquieta. ¿Por qué aún no llega? Volteo a la pista y me fijo en como Dylan baila con una de las damas. Se ve radiante.
—¿Me estabas esperando?– giro mi cabeza instintivamente.
Y ahí esta. Niall Horan. Se ve más guapo con su traje. Me sonríe y mi rostro empieza a arder, que en algún momento podría derretir la máscara. Sacudo mi cabeza formulando un sí tímido. Me tiende su mano en una invitación para bailar. Sonrío debajo de la máscara y tomo su mano.
{#}
Se mueve tan bien al ritmo de la balada. Let her go de Passenger, es lo que se escucha en este instante. Cada dama tiene un reflector para sí mismas, pero era obvio, nosotras somos el centro de atención este año.
—¿Y cómo te sientes?– me susurra.
—Nerviosa– susurro, reímos un poco.
—Créeme, yo también.– suelto una pequeña risa. –¿Qué? ¿No me crees?– niego.
—Has sido invitado al mismo baile por 2 años consecutivos, yo sería tu tercera.–
—Pero tu eres más especial– susurra seductivamente en mi oído, siento como empiezo a temblar de nervios.
Dios, este hombre no podría estar más bueno...
Paso mi mirada discretamente hacia Dylan, sigue bailando con esa dama. Se ve tranquilo y hermoso. Pero después la dama sale corriendo y él la persigue. ¿Qué sucedió?
—¿A quién miras?– me susurra en el oído.
—¿Eh?, uhmm, a nadie.–
—Esta bien.– la balada termina y nos separamos. –¿Quieres ir por ponche?– asiento.
{#}
Ya van a ser las 2 de la mañana, y ya tengo que regresar. Oh pero, no quiero irme.
—Mi dama,– volteo a verlo con la bebida en mano. –quisiera pedirte que, aunque posiblemente no nos volvamos a ver,– Oh, claro que sí. –me podrías , no se.... Darme un beso...–
Me pidió ¿¡qué?!. Dejo mi ponche en la mesa de bebidas al igual que él. Se acerca y veo como todo a mi alrededor deja de moverse, es como si el tiempo se haya detenido, excepto nosotros. Me toma de la cintura delicadamente y me detiene contra su cuerpo, sintiendo su pecho latir contra mi pecho. Y al segundo levanta un poco mi máscara y, he ahí, siento sus labios. Se sienten muy bien.
Los separa. Oh, por favor, no te detengas... suplica mi mente.
—Es tarde– mira su reloj. –, y tengo que volver.–
Lo veo atenta hacia sus ojos cristalinos. Me sonríe de lado y me abraza.
—Adiós, mi dama.– me da un beso en la mejilla, y se va.
Estoy ahí por unos minutos, hasta que el shock que detiene mi cuerpo se desvanece. Yo también debería de regresar, pensé, un poco triste.
{#}
Entro cautelosamente por la parte atrás y corro sigilosamente a la lavandería a cambiarme por sí Dylan llegaba a verme.
—¿Quién está ahí?– escucho a Dylan a lo lejos.
Diablos, diablos... Me coloco las zapatillas y la máscara que no use, y escondí el otro vestuario. Salgo de ahí rápidamente y choco bruscamente con Dylan, que me toma para no caerme.
—Diablos, Elena, me diste un gran susto.–
—Lo siento– suelto una pequeña y nerviosa risa.
—¿Por qué entras por atrás?–
—Uh, no lo se.– Soy una pésima mentirosa
—Uhm, esta bien.– nos sentamos en el sillón de la sala. –Dime, ¿cómo te fue? Porque no te pude encontrar en ningún lado.– me sonríe, se ve demasiado tierno.
—Maravilloso.– dejo escapar y suelto una risita. –¿Ya a ti?– suspira.
—Hermoso– sus ojos empiezan a brillar. –Creo que me he enamorado.
- The s t a l k e r club:
- Capitulo 002Elizabeth Winter Mots
La primera clase del semestre ya iba a empezar, Historia... Me encanta esta materia. Llega la profesora Nancy Williams, y detrás de ella, una niña, rubia y tímida, abrazada de sus libros. Giro mi cabeza hacia mi mejor amigo, Sebastián, que también esta un poco confundido por la llegada de la rubia.
—Creo que se equivocó de salón.– se acerca a mí y vemos atentos hacia ella.
—¿Cuántos años tiene?– le pregunto. –Parece de 13.
—No lo se– me susurra. –, pero es obvio que no pertenece en este salón.– alza la mano para capturar la atención de la maestra. –Ah, uh, profesora. Al parecer uno de primero se coló a la clase.
La profesora llama a la niña para que pase al frente, y le pide presentarse a los demás. Le susurra algo antes y la rubia se prepara para presentarse.
—Mi nombre es… Venus Bates. Esto… tengo quince años. Y... – se nota a kilómetros que esta nerviosa. –, eso es todo.
Muchos murmullos se acumulan en el aula. ¿Por qué deberían estar tan sorprendidos? Giro mi cabeza a Sebastián, que tiene su barbilla hasta el suelo.
Venus Bates... Venus Bates... Me suena conocida. Bueno, no importa, puede que haya saltado algunos años, no es gran cosa.
{#}
Receso. Al fin. Mi cerebro está a punto de estallar por tanta información recibida en las últimas clases. Doy vuelta al pasillo en el que se encuentra mi casillero, y lo primero en observar es a 2 estudiantes nuevos, probablemente del mismo año que yo, fumando. Que asco.
Llevo mis dedos a mi nariz para poder evitar el olor a tabaco quemado. ¿Cómo es que les gusta esa porquería? ¿Qué no van a Biología?.
Par de estúpidos.
Camino rápido enseguida de ellos, y uno de ellos tira la colilla del cigarro a mis botas.
—¡Oye estúpido!– sacudo mis pies para retirar esa droga legal de ahí. –¿¡Qué mierda te pasa?!
—Fíjate por donde pisas– saca otro y lo enciende.
—Estas idiota– lo miro, estupefacta. –, tu sabias que pasaba por enfrente de ti. Lo hiciste intencionalmente.
—O puede que este ciego.– alza sus manos y los mueve en el aire. –Oye, idiota, ¿dónde estoy?– Se sueltan riendo.
—¿Cómo es que los aceptaron en este instituto?– dije aún molesta.
—Fácil, tenemos dinero.
Después me arroja humo a mi cara, me hace toser 3 veces. Huele horrible. Ya me hicieron enfurecer.
—Mira, estúpido, discúlpate antes de...
—Antes de qué, niña bonita.– dice el otro, desafiante.
—¡No soy ninguna niña bonita!– le escupo.
—¿A no?– levanta su rubia ceja. – Actúas como tal.
Siguen fumando de su cigarrillo, como si no estuviera pasando nada. Estoy a una de darle una bofetada.
—¿Sabes qué?– me acerco a él. –Haré como si nada de esto haya pasado.– le sonrío falsamente. – Buen día.
—Adiós.– me arroja nuevamente humo a mí.
Doy media vuelta y le estampo una bofetada en su mejilla. Todos en el pasillo se detienen a mirar como el rubio va a reaccionar. Pero un profesor no le da tiempo de hacerlo. Nos manda a la oficina del director.
{#}
—Señorita Winter– el director se sorprende. –, ¿qué hace usted aquí?
—Este...– trato de encontrar una palabra que sustituya a idiota– Tipo, me tiró su colilla de cigarro a mis botas.– El tipo sonríe sarcásticamente.
—¿Pero, entonces, qué hace aquí?
—Me tiró una bofetada– responde el otro. Muerdo internamente mi mejilla. Dios, esto me va a costar caro.
Nos invita a sentarnos en las sillas de enfrente, lo cual hago de mala manera. Volteo a ver al rubio, que tiene una sonrisa burlona dibujada en su rostro. Me dan ganas de darle otra bofetada.
—Tengo que decir que me desconcierta el hecho de que haya usado la violencia, señorita Winter– revuelvo los ojos–, no es muy típico de usted. ¡Ni siquiera llegue a pensar que usted haría algo como eso!
—Director, siempre hay una razón para todo, ¿no cree?
—Prosiga, señorita.
—Yo sólo estaba caminando por el pasillo, para ir a mi casillero– continuo. –, y me fije que él y su amigo estaban fumando, que por cierto esta prohibido en el reglamento si más lo recuerdo, y me tiró su colilla. Me moleste, él sólo saco otro cigarro y fingió que no pasó nada. Me tiro humo en mi cara y eso me enfureció. Ya después de un minuto, quise dejarlo, para no causar más alboroto. Pero él me arrojo, de nuevo, humo en mis espaldas, y es cuando le tiré la bofetada.
El director no dice nada, sólo se queda quieto, es como si estuviera evaluando la situación. El idiota me esta mirando con sus típicas sonrisas burlonas. De aseguro se está burlando de mí en su mente, el muy maldito.
—Señor Peters, ¿no dirá nada?– responde al fin.
—Sólo que es cierto.
¿Se rindió así de fácil? Mi boca está hasta el suelo de la impresión.
—Bien– abre un cuaderno y empieza a anotar. –, ya que usted, Señor Evan Peters, cometió 2 faltas– sigue anotando–. Las cuales son molestar a sus compañeros y fumar en la institución, lo cual la última es muy grave– añade. –, quedara suspendido por una semana.– cierra el libro de un golpe y se levanta de su asiento. –Puede retirarse señorita.
Me levanto con orgullo y salgo de esa oficina.
Que te vaya bien, Evan "idiota" Peters.
{#}
—Cuidado por donde pisas, estupido.– le susurro.
—Bien, ¿qué le haremos Evan?– dice emocionado. –¿Le desinflamos las llantas de su auto? ¿Pintarrajeamos las ventanas de su auto?
—Callate Kevin–espeto. –Pareces un niño de 5.
—Hace mucho que no haciamos esto.
—Lo se, lo se. Pero no por eso vas a comportarte como un estupido.– revuelve los ojos.
—Entonces, ¿qué?
—Creo que lo de reventar sus llantas suena interesante.–me sonríe.
Escuchamos a alguien salir por la puerta y nos ocultamos atrás de los arbustos. Mierda. Es Elizabeth.
Esta con shorts, una blusa blanca básica y con el cabello recogido en un molote. A pesar de estar en fachas, se veía bien. Tiene una bolsa en su mano. Y viene hacia aquí
Empujo a Kevin hacia atrás, y este cae, aplastando unas cuantas ramas. Elizabeth voltea en nuestra dirección y se acerca lentamente. ¡Mierda, Kevin! grito en mi interior. Lo volteo a ver y este solo me ve nervioso. Esta a tan solo un metro de nosotros, pero una voz la llama a lo lejos.
—¡Elizabeth! ¡Ya tiraste esa bolsa de ropa!
—¡No, Jessica, en eso estoy!– le grita de vuelta.
"Jessica" cierra la puerta y Elizabeth rápido se dirige a su auto, abre la cajuela y mete la bolsa que trae en mano. ¿Qué diablos...? Saca de su bolsillo trasero un marcador y en lo que iba anotando, también iba diciendo. "Ropa para Caridad".
Bueno, tiene razón, no es una "niña bonita" sonrío ante mi recuerdo de la mañana.
Cierra la cajuela y corre hacia su casa.
—Listo, vamos.– se levanta de su lugar y corre al auto de Elizabeth.
—No, espera– se detiene y me mira confundido –. Mejor vayámonos.
—¿Qué? Pero, ¿por qué?– me mira decepcionado – Recuerda que te hizo suspender por una semana.
—No importa, vamos.
Empieza a caminar a la dirección contraria al auto. Volteo una vez más hacia la casa de Elizabeth y logro verla en la habitación de la planta superior, sentada al parecer en su escritorio. Probablemente haciendo tarea. Y probablemente este conmigo en algunas clases.
Es linda.
mindless
Re: Los chicos de piedra | n.c | ¡Resultados!
bowie escribió:que negativa eres sha, pero si tu escribes hermoso :hug:
Lo se, soy muy insegura... Trato de cambiar eso. Gracias, Zoe, te amo :luuv:
mindless
Re: Los chicos de piedra | n.c | ¡Resultados!
De nada, en verdad yo también lo soy, pero se me da bien consolar (?)
✦ ausente.✦
pixie.
Re: Los chicos de piedra | n.c | ¡Resultados!
Me dije que no más colectivas, pero esta nc no se puede pasar por alto. La idea me encantó y los roles...no sé por cuál ir :c pero ya veré.
The truth is… I love you
The truth is… I love you
Verlarc.
Re: Los chicos de piedra | n.c | ¡Resultados!
soy idiota.
“The truth is… I love you”
✦ ausente.✦
pixie.
Re: Los chicos de piedra | n.c | ¡Resultados!
¿De verdad te gustó? ¡Qué bueno! :D Ahora leo tu ficha c:DunnySweet♡ escribió:ire por el libre
ame tu idea!
FUE GENIAL
Ya te envio mi ficha
kisses
“The truth is… I love you”
Diamandis.
Re: Los chicos de piedra | n.c | ¡Resultados!
DunnySweet♡ escribió:
Dunny Campbell[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Nombre completo del PJ: Dunny Rosse Campbell Bower
Chico: Ashton Irwin
Rol: Se conocieron por internet
- Midnight, Love-One Shot-Zayn M.:
Ya caía la noche, en un bar de mala muerte se encontraba Zayn. Era como siempre, ella se dedicaba a limpiar la casa, tender la ropa, hacer la comida y todo lo que el quisiera. Aunque hiciera todo eso, no era suficiente para Zayn. El la amaba pero amaba más el sexo rudo y con ella, era todo monótono, nada rudo, lo contrario a el. Todos los días Zayn llegaba sobre las 3:00 de la noche, oliendo a perfume de mujer que no era suyo y gritándole. Ella no le reclamaba nada, sabia que el trabajaba por ella y ella no debía reclamarle nada. Seguramente os preguntareis ¿Por qué no le deja? Fácil, ella no tenia autoestima, era anoréxica y desde que lo conoció se sentía protegida. No quería dejarlo porque creía que no era lo suficiente hermosa para que otro hombre la ame. El coche de Zayn estaciono cerca de su casa. Saco las llaves de su coche y camino lentamente hacia su casa. Esta noche se le presento una hermosura de mujer, rubia, ojos azules como el mar y un cuerpo descomunal, una diosa. No sabia porque la rechazo pero al verla recordó a su esposa ____ y no pudo.
No sabia cuando dejo de amarla ni cuando se atrevió a engañarla. Todo este engaño comenzó en su empresa. Su anterior secretaria renunció por los acosos de su socio Harry y llegó un pibón moreno de 1'80 y con un cuerpo descomunal. Desde el principio la rechazaba, se llevo 3 meses rechazándola, hasta que un día al llegar a su despacho la encontró desnuda sobre su escritorio y con nata sobre su cuerpo, la tentación fue demasiada para el y acabo teniendo sexo con ella. Aparto sus pensamientos y entró a su casa aspirando el olor a vainilla de la colonia de su esposa. Siempre le gusto esa colonia, olia de maravilla y más en ella. Amaba dormir pegado a ella y aspirar ese olor de su sedoso cabello. Suspiro pesadamente y dejo su carpeta de 2 toneladas en la mesa de marmól de la sala. Camino hacia su habitación y encontró a su esposa dormida. Era hermosa, en todos los aspectos. Puede que se acostara con mujeres preciosas pero para el no existía mujer que fuera igual o más bella que ella.
-¿Zayn?
Escucho la melodiosa voz de su esposa. No le respondió, se sentía tan culpable que hasta al hablarle quería morirse. Ella era inocente, no sabia como una chica tan maravillosa se despreciaba tanto. Recordaba su luna de miel, cuando le regalo su virginidad y los 2 se juraron ser fieles, siempre y para siempre. Esa era la contraseña de su escritorio "Forever&Always". Se quito el traje elegante y se puso su pijama entrando a la cama y abrazando a su esposa.
-¿Porque eres tan hermosa?¿Porque te amo tanto?
Le acaricio su mejilla. Escucho su suspiro, estaba despierta. Quizás estuvo siempre despierta, esperando a su esposo. Después de su luna de miel ya no le hacia el amor, solo tenían sexo aunque ella seguía diciendo que hacia el amor con su esposo. Ya no la besaba y tampoco le decía te amo cuando llegaba al climax. Ya no se preocupaba por que ella llegara. Siempre debía llegar el y si ella no llegaba, su problema.
Después de contemplar a su esposa cayo en los brazos de Morfeo.
Al día siguiente, despertó ella primero. Se lavo la cara. Antes de bajar a hacerle un café a su esposo escucho como el móvil de Zayn sonaba, un mensaje. El no lo escucho y siguió dormido. Lentamente y sin hacer ruido cogió el móvil y miro su bandeja de mensajes. El mensaje era de un contacto que ponía "Courtney". Abrió el mensaje y leyó lo que ponía:
Cariño, ayer no fuiste a mi casa.Hoy te espero, no llegues tarde, me untare en mermelada de fresa.
Solo para ti. Besos, Courtney.
No se lo creía.Su esposo la engañaba. Era difícil para ella ¿Qué hizo mal? No lo sabia ¿Era tan fea? Si lo era pero eso antes no era problema. Dejo su móvil como estaba y bajo entre sollozos a hacerle el café a el infiel de su esposo. Por otro lado, Zayn despertó. No encontró a su esposa al lado y se vistió. Bajo y encontró su café de todas las mañanas y su esposa aun mas triste que siempre. Se tomó su café en silencio se despidió de su esposa con un simple adiós.
En su empresa todo paso rápido, decidió que no engañaría mas a su esposa. La amaría como juro ante los ojos de dios. Llego a su casa y no encontró su almuerzo hecho. Río, obvio que hace tiempo que ella dejo de hacerle el almuerzo, siempre llegaba demasiado tarde. Subió a su habitación sin saber que lo que encontraría lo marcaria para siempre. Al entrar, encontró la sombra de un cuerpo en el suelo. Encendio la luz.
-¡_____!
Gritó al ver que ese cadáver pertenecia a su esposa. Sollozaba como bebe sin su caramelo. Ella era su todo. Encima de su pecho había una carta, de color rosa, ponía que era para el. La cogió con su mano temblando y lentamente abrió el sobre. Ponia:
Querido Zayn:
Quizás estes llorando, aunque no lo creo. Cuando leas esto yo ya estaré muerta y ya no podré abrazarte ni besarte. Sigo sin entender porque me engañaste, creía que todo iba bien, sin contar que casi nunca te veía. No se si mi amor no era suficiente o si era yo la que no era lo suficiente. ¿Recuerdas cuando íbamos a tus reuniones de empresa? Todas eran hermosas y yo me sentía inferior pero tu me mirabas y con todo el amor que antes me tenias, decias: " Ellas pueden parecer lindas después de tantas operaciones pero no se comparan a ti". Al parecer todo era mentira porque no era lo mejor para ti. ¿Cuándo dejaste de amarme?¿Cuando mi amor fue poco para ti?¿Tan fea soy?¿Me ibas a dejar? Son tantas preguntas que nunca tendrán respuesta. Aun recuerdo nuestra luna de miel, me entregue a ti, me hiciste la mujer mas amada del mundo para que años después amaras a otras. Ahora eres libre, como dijo el cura, hasta que la muerte nos separe, ya lo hizo, cuando te acuestes con mujeres no te sentiras culpable. No te hecho en cara nada, porque se que no hice lo suficiente para retenerte, siempre te amare eso no cambiara. Muerta o viva.
ATT:_____.
Ahora sabia que mi vida había cambiado. Todo era mi culpa, solo deseaba que me esperaras hasta medianoche, amor.
- Amar Es Destruir, N.C:
Capítulo 001
La Vida De Dunny Ben Barek
Narrador OmniscenteLa chica de cabellos castaños comenzó a rellenar su solicitud de ingreso a el nuevo reality. Ella sabía que sus padres y su hermano mayor no estarian de acuerdo con que pasara 1 año encerrada con 11 adolescentes con las hormonas revolucionadas que podrian hacerle cualquier cosa. Aún asi ella empezó a rellenar la solicitud, seria la primera vez que no hacía lo que sus padres querian pero para ella, ya era hora de tomar sus propias decisiones y está, sería la primera. Claro que también pensó que se alejaría de sus amigos y su familia, sobre todo, de su hermana pequeña, Nayat. Su hermanita solo tenia 7 años y estaba muy unida con ella, era cómo su mejor amiga, pero muchos años menor que ella. En cambio, no tenia tanta relación con su hermano mayor Faruq, siempre había sido demasiado protector y posesivo con ella hasta el punto de golpear a sus amigos, aún asi, ella sabia que Faruq la queria y también sabía que cuando se entere de que envió la solicitud querria matarla. Seguramente os preguntais porque tienen nombres tan raros, bueno, su familia es arabe-inglesa pero prefieren adaptarse a la religión arabe. Aunque también tenía un hermano gemelo, Abdelssalam pero le deciamos Abdu. su vida te puede parecer la de cualquier chica arábe en el mundo, pues no, la de ella era diferente. Sus padres siempre fueron demasiado exigentes con ella, mientras, a los demás los trataban como reyes y los querían como eran, ella debía hacer lo que sus padres querían para solamente recibir una milésima del amor que sus hermanos recibían. Daba clases de piano, cantó, francés, guitarra, alemán, cuidaba a su hermana menor, sacaba buenas notas y nunca fallo en nada.—¡Dunny!—Grito Nayat corriendo a sus brazos, rapidamente Dunny escondió la solicitud y la cogió en sus piernas para después besar su mejilla y recibir un fuerte abrazo de la pequeña—¿Que es eso?—Dijo sacando la solicitud de el mantel de la mesa, lo miro y intento leer—So..li..ci..tud..de..in..gre..so.—Al terminar miró extrañada la hoja y después a su hermana mayor—¿Que es una solicitud de "injeso"?—Dijo intentando pronunciar la ultima palabra.—No es nada pequeña—Dijo quitandole la hoja, ella forcejeo un poco intentando quitarmela, obviamente, no pudo con ella.Nayat se bajó de las piernas de su hermana y corrió a su habitación no sin antes gritarle a su hermana "¡Mala!". Dunny intento seguirla pero sabia que cuando ella se enojaba era dificil que la perdonará.Resignada volvió a mirar su solicitud y soltó una maldición cuando vió que necesitaba la firma de sus padres por ser menor de edad. Ahora solo tenia 2 opciones, la primera era contarles a sus padres y que la castiguen hasta que cumpla 48 años y la segunda era falsificar las firmas. Obviamente decidió la segunda, ya había falsificado unas cuantas veces las firmas en el instituto.—Dunia ¿Que haces?—Dijo una voz detras de ella, se giro y era Faruq, la estaba mirando sospechosamente "¡Mierda!" pensó ella, sabía que el la conocía demasiado y sabía cómo se comportaba cuando ocultaba algo—¿Que tienes ahí?—Dijo mirando como ella escondia la solicitud a sus espaldas—¡أعطني أن!(Dame eso)-Dijo ahora más enojado.—No—Dijo firme aunque tenia miedo a Faruq, el me miro sin creerse lo que había dicho, se habia buscado un problema.—Dunia, sabes que no me gusta que no hagan lo que digo, mejor dame eso papel y no tendrás ningun problema—Dijo amenazante, Dunny solo veía 2 salidas, la primera era enseñarsela y ganarse 2 cachetadas de su hermano y la segunda es pegar una carrera hacia su habitación. Otra vez, prefirió la segunda.Cuando empezó a correr su hermano intento cogerla, claramente no pudo, Dunny había ganado siempre el primer puesto de las carreras de su instituto. Faruq soltó muchas maldiciones y insultos dirigidos a ella en arabe. Dunny rió cuando llego a su habitación y se dispuso a terminar de falsificar las firmas de sus padres. La de su madre le salió perfecta, parecía que realmente ella la firmo, en cambio, la de su padre salió un poco peor pero aceptable. Cerro su solicitud y la metió en un sobre con para enviarlo a Londres, ella vivía en Florida y el reality era en Londres. Ahora tenía que pensar la forma de salir de su habitación sin toparse con Faruq, Abdelssalam o sus padres. No había forma, además no podía salir por la ventana ya que la ventana estaba con barrotes desde la vez en que se intento escapar para ir a una fiesta. Se asomo por la ventana resignada y vió a su amiga Mackenzie, Mackenzie Colvin. Silvó y su amiga asustada miró por todos lados hasta que miró hacia donde ella se encontraba y hecho un gran suspiro.—¿Estas loca? ¡Casi me provocas un paro cardíaco!—Grito enojada, Dunny no hecho cuenta a sus palabras, se fijo en que llevaba un sobre en sus manos, exactamente el mismo que ella tenia, sonrió.—¡Lo siento! Necesito un favor, Faruq me pilló escribiendo la solicitud y no me deja salir de aqui, necesito que envies mi solicitud del reality—Dije poniendo ojitos tiernos y haciendo pucheros, si algo aprendio teniendo una hermana pequeña es que todo se puede conseguir con ojitos tiernos y pucheros.—¿Que ganó yo ayudandote?—Dijo ella cruzandose de brazos.—¡Ayudar a tu amiga a que entre al reality contigo!—Grito algo enojada, ella se resigno y acepto.Tire la carta rezando por que no se quedara en el techo, sus oraciones fueron escuchadas y la carta llegó a manos de Mackenzie que se fue después de despedirse. Ahora tenia que esperar al menos 2 meses a que me dijieran si entraba o no. Ella tenía muchas ganas de ir, su familia nunca le dejo tener una vida normal de una adolescente normal aunque nunca dijo nada, en su familia Faruq era el hombre de la casa ya que su padre estaba viejo y Faruq apenas acababa de cumplir los 25 años y era mejor enfrentarse a su padre que a el macho peludo de Faruq.—¡Dunny! Es la hora de la cena, baja ya—Grito su madre y Dunny rápidamente bajo, tenía un hambre de muerte y la comida de su madre era la mejor del universo, no sabía como sobreviviría si quedara en el reality sin las empanadillas rellenas de su madre o de sus brownies de crema ¡Se moriría!Al llegar estaban todos en la mesa esperandoles pero se sorprendió al ver que había una silla y unos cubiertos de más en la mesa, oyó un ruido proveniente de la cocina, lentamente se acercó a ella y allí vió a su prima Nadia y su otro primo, Samir.—¡Dounia!—Dijo Nadia pronunciando mal su nombre, nunca lo pronuncia bien, es muy dificil que lo haga.
¡Ficha aceptada!
Diamandis.
Re: Los chicos de piedra | n.c | ¡Resultados!
Katherine Collins
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Chico: Liam Payne
Rol: Primos.
Escrito de tu autoría:
Chico: Liam Payne
Rol: Primos.
Escrito de tu autoría:
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- Begin Again {os:
- Ocho meses atrás…
Mi teléfono sonaba por enésima vez y yo seguía ignorándolo. No valía la pena contestar porque sabía lo que iba a escuchar; unas hipócritas palabras provenientes de una persona hipócrita.
Unos fuertes y repetitivos golpes provenientes de la puerta de mi departamento, hizo que dejara de ver por la ventana. Fruncí mi ceño y caminé hacia ésta.
― ¿Por qué no contestas mis llamadas? ―Fue lo primero que escuché al abrirla. Levante mi mirada para ver como lucia. Seguía siendo atractivo, pero su mirada ya no era la misma. Sus ojos habían perdido el brillo; no eran aquellos ojos de los cuales me enamoré.
― ¿Qué haces aquí? ―le pregunte volviendo a bajar mi mirada para que no viera mis ojos cristalizados―. Te dejé en claro que ya no quería nada de ti.
― ¿Ignorándome? ―preguntó con un tono sarcástico.
―Dime que no pensabas que te iba a llamar, porque sabes que no soy así ―le respondí volviendo a levantar mi mirada.
―Solo quiero que me dejes explicarte lo que sucedió esa noche, permíteme hacerlo. ―Lo miré a los ojos y deje que saliera algo parecido a una risa.
―Vete. ―le ordené cerrándole la puerta en las narices.
― ¡Quiero explicarte! ―gritó desde el otro lado.
― ¿Explicarme como te devorabas a aquella chica? Creo que con lo que vi lo tengo todo claro. ¡Ahora vete! ―Le grité de vuelta.
Estuve allí por tres minutos, esperando a que él me dijera que todo había sido un error y que aquella chica era la que había saltado hacia él y le había robado aquel maldito beso. Pero solo escuché sus pasos a través del pasillo.Presente...―Oh vamos Andrea ―me dice Jess golpeando mi brazo―. Tienes que salir con algún chico…no, en verdad DEBES salir con algún chico.
―Eso ya no es para mí ―le respondo tomando mi taza de café.
― ¡Por Dios! ―habla Abby con exageración―. Llevas ocho meses sola, ¡Ocho!
― ¿Y qué? Me siento bien estando sola. Ustedes bien saben que no quiero volver a estar dentro de mi habitación y comiendo helado por unas semanas, como ya ocurrió.
―Pero Andy, eso sucedió hace ocho meses y ya lo has superado. Ese tipo era un verdadero dolor de trasero y nosotras muchas veces te lo dijimos ―declara Jess.
―Eso es verdad, tú no nos escuchaste porque estabas loca por aquellos dos metros de sensualidad.
― ¡Abby! ―regaña Jessica―. No ayudas.
―En verdad, ninguna ayuda. Quiero estar sola y así lo haré nada de citas o salidas a clubes…Sola.
Al momento de terminar mi maravillosa frase, ambas se echan a reír de forma cómplice. Rápidamente deje mi taza a un lado y me puse de pie.
― ¡¿Qué rayos han hecho?! ―exclamo captando la atención de todos en el lugar.
―Baja la voz pequeña Andy ―dice Abby mientras toma de mi brazo para sentarme.
―Ahora son ustedes el dolor de trasero ―comento―, díganme inmediatamente que es lo que han hecho.
―Bueno… ―comienza Jess―. Tyler tiene un amigo el cual está de paso por la ciudad y bueno, hicimos que guardara un día para ti; así le puedes enseñar lo bonito del lugar.
Fulmino a ambas con mi mirada y les digo: ―Merecen la muerte, pequeños pedazos de mi…
―Alto ahí ―dice Abby―. Recuerda el frasco de groserías.
― ¿Se puede saber cuándo tengo esta cita con ese chico?
―Mañana ―responde Jess.
―Ustedes me volverán loca ―les digo dramáticamente―. Pero iré a esa estúpida cita. Y no quiero que ustedes caigan en mi departamento para ayudarme con mi ropa o el maquillaje iré como yo quiera.
―Oh bueno sí es así esperamos a que dejes el pijama atrás, pequeña ―comenta Jess.
―Acabas de arruinar mi plan. ―Nos quedamos en silencio, para luego explotar en risas.***Según mis lindas amigas, debía estar en un café hoy a las tres en punto y el reloj marcaba las dos. Suelto un bufido y levanto las mantas hasta mi cabeza para ahogar el ruido del grito de frustración que sale. Cuando todo desaparece, me levanto con un paso perezoso para llegar hasta el baño y darme la ducha más rápida del mundo.
Mis amigas en verdad me conocían cuando me decían que dejara el pijama atrás, porque ese era mi plan. No quería impresionar al misterioso chico, pero mis planes cambiaron a último minuto. Un lindo y floreado vestido esperaba en mi cama junto a unos tacones. Llevaba un tiempo sin usarlos sólo porque a él no le gustaba como me vía con ellos.
Antes de salir, me detuve frente al espejo. Todo el sufrimiento había quedado atrás y aquí se encontraba mi nueva yo.***Mi canción favorita sonaba a todo volumen por los auriculares. Levanto mi mano para detener al taxi más próximo y así emprender camino hasta el café. Le doy la dirección al chofer y me acomodo en el asiento. La profunda letra de la canción hace que la cante en silencio y otra vez él viene a mi mente. Nunca pudo entender aquella bella canción y tampoco hizo el esfuerzo de hacerlo.
― ¿Señorita? ―habla el chofer―. Ya estamos aquí.
Elimino todo pensamiento acerca de él y le doy las gracias al hombre para luego bajarme.
Me quedo de pie en la entrada buscando con la mirada a algún chico estando solo pero no lo encontraba. Un ligero toque hizo que me girara para encontrarme con un apuesto chico.
― ¿Andrea? ―pregunta con una sonrisa cálida.
― ¿Eres el amigo de Tyler? ―le respondo.
―William ―me responde señalándome una mesa vacía. Antes de poder sentarme, él ya se encontraba sacando mi silla para que yo pudiera sentarme.
―Gracias ―le digo―. Y bueno, creo que me debería disculpar por mis amigas, ambas son un tanto imprudentes.
―No te preocupes, tuve el gusto de conocerlas un par de días atrás y son un verdadero
―Dolor de trasero ―le interrumpo antes de que pudiera terminar.
―Iba a decir encanto pero sí tú lo dices ―dice riéndose entre risas.
― ¿Decir trasero es inapropiado en la primera cita? ―pregunto sin pensar.
―No lo creo, decir trasero es lo más normal del mundo.
―Sí, ya lo creo ―le digo negando con la cabeza mientras él se ríe tirando su cabeza hacia atrás.
Así continuamos el resto de la cita, entre risas y… ¿coqueteos? Tal vez. Ya se había hecho tarde y debía marcharme. Como todo caballero, me acompañó hasta las afueras del café para que pudiera coger un taxi.
―Esto es lo más raro para mí, ¿lo sabes, no? ―le digo deteniéndome.
―Lo es también para mí. ―me dice mientras las comisuras de su boca se elevaban. Sin haberlo invocado, él aparece en mis pensamientos. ¿William debía saber acerca mi terrible ex?
Antes de que pudiera decir alguna palabra él ya estaba hablando: ― ¿Sabes que es más raro que esto? Mi familia y sus películas de Navidad. La vemos todos los años y siempre son las mismas. ¡Me sé los diálogos!
―Sí eso es raro ―le comento mientras me rio―. Ha sido un gusto, William.
―El placer ha sido mío, querida Andy. ―Un taxi había llegado y yo estaba dispuesta a tomarlo pero su mano me detuvo. ― ¿Nos volveremos a ver?
―Sí así lo quieres ―le respondo. Dejo mi camino libre y me subí al taxi. Miré por la ventana para ver su cautivadora sonrisa y luego volví mi mirada hacia el camino.
Estos ocho meses había gastado mi mente en pensar que todo lo que el amor hacia era romperse, quemarse y terminar. Pero todo eso había cambiado el día de hoy, todo estaba comenzando de nuevo.
Verlarc.
Re: Los chicos de piedra | n.c | ¡Resultados!
Odair. escribió:
Mackenzie Rottmayer.[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Nombre completo del PJ: Mackenzie Rose Rottmayer.
Chico: Louis Tomlinson.
Rol: Venganza.
Escrito de tu autoría:
- here plz:
—Benedict, sé que no estás de acuerdo… —comenzó el Cónsul Wayland.
—Por supuesto que no estoy de acuerdo, Cónsul.
Estaban en la mansión Lightwood, el Cónsul Wayland quería que un Lightwood viviera en el Instituto Londres el cual era dirigido por Charlotte Branwell. El señor Lightwood creía que las mujeres no tenían el carácter suficiente como para darles un puesto de poder. Y el esposo de Charlotte, Henry, tampoco trabajaba mucho en el Instituto. Pasaba la mayor parte del día encerrado en un sótano trabajando en artilugios que jamás servirían para nada bueno o productivo. Pero lo que más lo alteraba era que su pequeña hija tuviera que convivir con Will Herondale, el chico que le había roto el corazón a su hija mayor.
El Cónsul Wayland, le ofrecía enviar a su hija menor, Jenna Lightwood al Instituto Londres a vigilar las actividades de Charlotte Branwell y su extraña familia. El Cónsul tenía miedo de que Charlotte, como mujer fuera débil. Y temía que si enviaban a Gabriel o a Gideon la mujer sospechara de ellos. Gabriel amaba mucho a su padre y lo admiraba lo que haría que todo el Instituto desconfiara de él. Y, Gideon, por otra parte vivía en España y odiaba todo lo que tuviera que ver con su padre. Tatiana, la hija mayor, no querría ver a Will ni en pintura y además estaba muy feliz con su nuevo esposo. Por último estaba Jenna, la menor de todos y la más astuta. El Cónsul automáticamente había pensado en ella para que espiara a Charlotte, era bastante inteligente y nadie dudaba de su palabra. Pero Benedict no quería enviar a su hija por miedo a que aquellas personas la corrompieran. Aunque Jenna era incorruptible, Benedict tenía sus dudas con Will Herondale, no quería que su hija conviviera con él.
—Benedict, debes confiar en tu hija, ella es bastante inteligente como para liarse con alguien tan idiota como Will Herondale. Además es nuestra única oportunidad de sacar a Charlotte y Henry Branwell del Instituto. Si Jenna descubre algo…
—Basta. —Interrumpió—. Mi hija irá, pero si llega a suceder algo malo o fuera de lo normal regresará a casa y tú pagarás por todo. Le revelaré a la Clave tus planes y seguro irás con los Hermanos Silenciosos.
—Tienes mi palabra de que Jenna estará a salvo.
El señor Lightwood asintió y le indicó a la sirvienta que llamara a Jenna. La chica ya estaba al tanto de los planes del Cónsul así que tenía sus cosas listas, sólo era cuestión de que su padre diera la orden. Cuando Jenna llegó a la sala ambos hombres estaban en silencio, su padre parecía nervioso, pero cuando ella apareció sonrió.
—Jenna, prométeme que te cuidarás mucho, en especial de Herondale.
—Sí, padre.
—Debemos irnos, señorita Lightwood, los Branwell esperan su llegada y no queremos causarles una mala impresión. —Dijo el Cónsul mirando a la chica.
Jenna sintió y se revolvió el cabello el cual ya estaba enmarañado. Su padre le dio un abrazo y la dejó marchar sabiendo que si oponía resistencia no serviría de nada, el Cónsul igual se llevaría a su hija.
La sirvienta ayudó a la chica Lightwood con sus cosas. Subió al carruaje seguida del Cónsul quien movía las manos con entusiasmo y nerviosismo. Jenna lo ignoró, él Cónsul Wayland no era un hombre que le agradara ni un poco, de hecho odiaba a ése hombre. Creía que las mujeres eran una basura inútil que jamás podrían hacer nada productivo. Pero se equivocaba, era él quien jamás haría nada productivo con la Clave, desde que él había llegado todo estaba peor, mucho peor.
Cuando llegaron al Instituto Londres Jenna se sorprendió de su grandeza, hacia bastante tiempo que no iba a aquél lugar. Era mucho más hermoso que como lo recordaba, era enorme y elegante.
El Cónsul la dirigió a la entrada y al instante un hombre se apresuró a ayudarla con sus cosas. Ella le sonrió y éste le devolvió la sonrisa. Seguro era uno de los sirvientes. En cuanto entró Charlotte Branwell, una mujer joven y guapa la recibió. La saludó con muchísimo gusto y el Cónsul Wayland le explicó la situación. Jenna tenía que seguir con su entrenamiento y no había mejor lugar para hacerlo que el Instituto. Aunque decía la verdad omitió una parte: “está aquí para espiarte, Charlotte, porque desconfío de ti”. Igual el Cónsul no era valiente como para decir algo así. Pero estaba demente, ¿cómo se le ocurría espiar a una dama? Era un imbécil.
—Bienvenida, Jenna, espero te guste el Instituto. Sophie, te llevará a tu habitación.
—Gracias, señora Branwell.
Charlotte le dedicó una sonrisa y Sophie, la sirvienta del Instituto se apresuró para llevarla por los corredores. Jenna no pudo evitar fijarse en lo guapa que debió haber sido la sirvienta, pero todo eso se había arruinado debido a la enorme cicatriz que le atravesaba la cara. Sophie iba caminando en silencio cargando el equipaje de la chica Lightwood, no quería decir una palabra porque sabía como eran los Lightwood con los sirvientes, aunque Jenna no era del todo así.
—Gracias, señorita… —Comenzó Jenna cuando Sophie la llevó hasta su habitación.
—Collins.
Jenna sonrió y Sophie no le devolvió la sonrisa, creyó que se burlaba de ella. Salió de la habitación y Jenna miró a su alrededor. Era una habitación normal, tenía una cama de colores oscuros en el centro, una puerta a la derecha de la cama que debía ser el baño, el piso era de madera, había una ventana cerca de un enorme armario de madera, un buró posaba junto a la cama, una silla y frente a ella un escritorio y por último un enorme espejo.
La pelinegra se fijó en su aspecto, su cabello oscuro estaba despeinado y le llegaba hasta debajo del pecho, sus ojos verdosos estaban rodeados de ojeras púrpuras, sus mejillas estaban descoloridas, casi pálidas; el vestido floreado estaba algo viejo pero debía admitir que amaba aquel vestido. Era su segunda prenda favorita después del traje de combate.
Comenzó a sacar su ropa de la maleta, la acomodó cuidadosamente en el armario y después sacó su gran cantidad de libros. Sabía que en el Instituto había una biblioteca y ahí debía haber más de un millón de libros, pero no contenían los que a ella le gustaban: poesía. Amaba la poesía, William Shakespeare, Aristóteles, Confucio, etcétera. Pero su padre le negaba rotundamente que leyera aquellos libros, creía que no le traía nada bueno. Igual los leía a escondidas sin ser vista, comúnmente los leía a altas horas de la noche.
Cuando terminó se tiró en la cama, pero después de lo que ella sintió que fueron segundos, la señorita Collins fue a decirle que ya estaba lista la cena y debía ir al comedor. Salió de su habitación y caminó por los pasillos, no tenía ni la menor idea de dónde demonios estaba el comedor pero ya lo encontraría.
—¿Perdida? —preguntó una voz a sus espaldas.
—Herondale. —Respondió fríamente girándose a ver a Will Herondale quien estaba recargado en la pared mirándola divertido. Estaba igual que antes, sólo que más grande, pómulos remarcados, ojos azules y brillantes, tez pálida, cabello negro húmedo seguramente porque se había dado un baño. En fin, estaba igual de horrible que siempre.
—Un placer volver a verte, Jen.
—Lástima que no pueda decir lo mismo.
—¿Sabes? Cualquier chico atractivo como yo te dejaría ahora mismo por ese insulto, pero yo en cambio te ofrezco llevarte al comedor a cambio de un favor.
—¿Cuál?
—Que me dejes romperle el brazo a tu hermano de nuevo.
—Bien, pero tú tienes que hacer algo por mí.
—¿Qué?
—Tirarte del edificio más alto a ver si por casualidad sobrevives.
—No me gusta el trato.
—Creo que mi hermano seguirá con sus dos brazos intactos y yo encontraré el comedor.
Jenna caminó derecho todo el camino y al parecer era el correcto porque por algo Will debía de estar ahí. Tardó unos minutos en llegar al comedor y todos ya estaban cenando, sólo faltaba Will. Jem, su parabatai, decía que era normal que desapareciera a veces en la cena, que no le gustaba mucho por Jessamine.
¡Ficha aceptada!
Diamandis.
Re: Los chicos de piedra | n.c | ¡Resultados!
GetzitaaMurillo: Mira linda, para audicionar tenés que utilizar la ficha que dejé, de otra forma no puedo aceptar tu audición. Lo siento pero es algo que aclaré en las reglas.
Diamandis.
Re: Los chicos de piedra | n.c | ¡Resultados!
shadow. escribió:the truth is... I love you
Te juro que veía el tema, entraba y me tentaba, pero me daba miedo audicionar ;-; es que, por el que quiero irHarry, me daba miedo, pues porque Zoe va por él, y si voy por el cuando Zoe va por él, pues no quedo, y si no quedo me mato ;-;
Pero haré el intento...
En un rato te dejo la ficha.
Suele pasar eso lol, pero como siempre digo: el que no arriesga no gana(?) Seguramente tu escritura es hermosa, ahora leo tu ficha c:
Diamandis.
Re: Los chicos de piedra | n.c | ¡Resultados!
shadow. escribió:
Ayleen O'Connor[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Nombre completo del PJ: Ayleen White O'Connor.
Chico: Harry Styles.
Rol: El mujeriego y la virgen.
Escrito de tu autoría:
- Las doce rosas rojas:
Capítulo 05
♙Elena O'Brian | Niall Horan
Me acomodo el último mechón desarreglado.
Listo, retrocedo para mirarme completamente. Es la primera vez que me siento linda.
Hoy es el día. Mi día. Hoy tengo la oportunidad de decirle a Niall que me gusta. Todos estos años reteniéndolo en mí. Es cansado a decir verdad, tener que verlo cada día en mi casa, hablando y haciendo bromas con mi hermano.
Aliso mi hermoso vestido rojo y tomo mi máscara, que cubre completamente mi rostro, blanco con detalles dorados. Que pena que no usare esto, pensé mientras hago una mueca.
Tocan mi puerta y la cabeza de mi hermano se asoma.
—Guau... Te ves hermosa hermanita.– entra y me da una vuelta completa para verme en mi totalidad. –Pero te verías mejor sin la máscara.– pongo mis ojos en blanco.
—Sabes que debo llevar esto para que no sepan quien soy.– se ríe.
—Sí, lo sé, lo se.–
—¿Irás Dylan?– Por favor no, por favor no... susurre a mis adentros.
—Tu ya sabes que sí... Una de las rosas rojas se me va a declarar– sonríe.
—¿Y sabes quien es?– le pregunto mientras sonrío abajo de mi máscara.
—No tengo ni la menor idea– sonríe aún más. –Es divertido todo esto de la confidencialidad–
—¿Dónde están mamá y papá?– pregunte, aunque ya sabía la respuesta.
—Trabajando y siguiendo sin importarse por nosotros, más que con Jessica– hago una mueca. –Pero por eso estoy contigo.– me abraza.
Se separa y mira a su reloj.
—Mejor me voy. Te espero allá– sale de la habitación.
Espero un minuto para escuchar que salga por la puerta principal. Al escuchar que ya lo hizo, rápido sacó mi segundo vestido rojo y máscara blanca.
No puedo dejar que sepa que me gusta su mejor amigo pienso mientras me cambio rápidamente.
Bajo las escaleras y voy a la lavandería, dejo el vestido que Dylan vio y me dirijo a la puerta principal.
{#}
Ya estoy en la limosina con unas cuantas de las damas. 1... 2... 3... 4... 5. Somos 5 conté.
Todas estamos tensas y no nos hablamos en ningún momento. Al parecer tenemos miedo de que hasta nos reconozcamos a nosotras mismas.
Tranquila, Elena, sólo... Vas a declararle tu amor a Niall y bailarás con él me pellizcaba la piel. Dios... Nunca me había puesto así de nerviosa.
—¿No te duele?– me susurra la que esta a mi lado, en una manera que no pueda reconocer su voz. Niego con la cabeza y bajo mi mirada a mi vestido.
—Lindo vestido, por cierto–
—Gracias...– susurro de la misma manera.
{#}
Llegamos. Estamos todas caminando, con nuestras máscaras aún puestas, en una línea. Todos nos ven llegando y varios de los hombres nos comen con la mirada. Esta será una noche agotadora.
Al entrar ponen una hermosa balada. Heart of Gold de Birdy. Ella canta precioso.
Al sólo poner un pie en la pista, un chico me toma desprevenida y empieza a bailar conmigo. Veo su rostro. Oh Dios mío, no... pensé, era Terrence, el pervertido de mi clase de Historia. Como lo odio...
—Oye, después del baile, ¿quieres ir a un lugar más... Privado?– me mira picaron. Siento mi rostro arder. Yo sólo sacudo la cabeza. –Oh, vamos. Se que quieres.– recorre su mano de mi cintura a mi trasero.
Yo me suelto y me doy vuelta. Idiota, fue lo único que pensé. Otro chico me toma desprevenida y me empieza a mover al ritmo de la canción. Ok, aquí vamos otra vez.
{#}
Estaba en la barra de bebidas, mirando a la entrada. Veo como varios chicos y chicas entran con parejas y otros solos. Estaba un poco inquieta. ¿Por qué aún no llega? Volteo a la pista y me fijo en como Dylan baila con una de las damas. Se ve radiante.
—¿Me estabas esperando?– giro mi cabeza instintivamente.
Y ahí esta. Niall Horan. Se ve más guapo con su traje. Me sonríe y mi rostro empieza a arder, que en algún momento podría derretir la máscara. Sacudo mi cabeza formulando un sí tímido. Me tiende su mano en una invitación para bailar. Sonrío debajo de la máscara y tomo su mano.
{#}
Se mueve tan bien al ritmo de la balada. Let her go de Passenger, es lo que se escucha en este instante. Cada dama tiene un reflector para sí mismas, pero era obvio, nosotras somos el centro de atención este año.
—¿Y cómo te sientes?– me susurra.
—Nerviosa– susurro, reímos un poco.
—Créeme, yo también.– suelto una pequeña risa. –¿Qué? ¿No me crees?– niego.
—Has sido invitado al mismo baile por 2 años consecutivos, yo sería tu tercera.–
—Pero tu eres más especial– susurra seductivamente en mi oído, siento como empiezo a temblar de nervios.
Dios, este hombre no podría estar más bueno...
Paso mi mirada discretamente hacia Dylan, sigue bailando con esa dama. Se ve tranquilo y hermoso. Pero después la dama sale corriendo y él la persigue. ¿Qué sucedió?
—¿A quién miras?– me susurra en el oído.
—¿Eh?, uhmm, a nadie.–
—Esta bien.– la balada termina y nos separamos. –¿Quieres ir por ponche?– asiento.
{#}
Ya van a ser las 2 de la mañana, y ya tengo que regresar. Oh pero, no quiero irme.
—Mi dama,– volteo a verlo con la bebida en mano. –quisiera pedirte que, aunque posiblemente no nos volvamos a ver,– Oh, claro que sí. –me podrías , no se.... Darme un beso...–
Me pidió ¿¡qué?!. Dejo mi ponche en la mesa de bebidas al igual que él. Se acerca y veo como todo a mi alrededor deja de moverse, es como si el tiempo se haya detenido, excepto nosotros. Me toma de la cintura delicadamente y me detiene contra su cuerpo, sintiendo su pecho latir contra mi pecho. Y al segundo levanta un poco mi máscara y, he ahí, siento sus labios. Se sienten muy bien.
Los separa. Oh, por favor, no te detengas... suplica mi mente.
—Es tarde– mira su reloj. –, y tengo que volver.–
Lo veo atenta hacia sus ojos cristalinos. Me sonríe de lado y me abraza.
—Adiós, mi dama.– me da un beso en la mejilla, y se va.
Estoy ahí por unos minutos, hasta que el shock que detiene mi cuerpo se desvanece. Yo también debería de regresar, pensé, un poco triste.
{#}
Entro cautelosamente por la parte atrás y corro sigilosamente a la lavandería a cambiarme por sí Dylan llegaba a verme.
—¿Quién está ahí?– escucho a Dylan a lo lejos.
Diablos, diablos... Me coloco las zapatillas y la máscara que no use, y escondí el otro vestuario. Salgo de ahí rápidamente y choco bruscamente con Dylan, que me toma para no caerme.
—Diablos, Elena, me diste un gran susto.–
—Lo siento– suelto una pequeña y nerviosa risa.
—¿Por qué entras por atrás?–
—Uh, no lo se.– Soy una pésima mentirosa
—Uhm, esta bien.– nos sentamos en el sillón de la sala. –Dime, ¿cómo te fue? Porque no te pude encontrar en ningún lado.– me sonríe, se ve demasiado tierno.
—Maravilloso.– dejo escapar y suelto una risita. –¿Ya a ti?– suspira.
—Hermoso– sus ojos empiezan a brillar. –Creo que me he enamorado.
- The s t a l k e r club:
Capitulo 002Elizabeth Winter Mots
La primera clase del semestre ya iba a empezar, Historia... Me encanta esta materia. Llega la profesora Nancy Williams, y detrás de ella, una niña, rubia y tímida, abrazada de sus libros. Giro mi cabeza hacia mi mejor amigo, Sebastián, que también esta un poco confundido por la llegada de la rubia.
—Creo que se equivocó de salón.– se acerca a mí y vemos atentos hacia ella.
—¿Cuántos años tiene?– le pregunto. –Parece de 13.
—No lo se– me susurra. –, pero es obvio que no pertenece en este salón.– alza la mano para capturar la atención de la maestra. –Ah, uh, profesora. Al parecer uno de primero se coló a la clase.
La profesora llama a la niña para que pase al frente, y le pide presentarse a los demás. Le susurra algo antes y la rubia se prepara para presentarse.
—Mi nombre es… Venus Bates. Esto… tengo quince años. Y... – se nota a kilómetros que esta nerviosa. –, eso es todo.
Muchos murmullos se acumulan en el aula. ¿Por qué deberían estar tan sorprendidos? Giro mi cabeza a Sebastián, que tiene su barbilla hasta el suelo.
Venus Bates... Venus Bates... Me suena conocida. Bueno, no importa, puede que haya saltado algunos años, no es gran cosa.
{#}
Receso. Al fin. Mi cerebro está a punto de estallar por tanta información recibida en las últimas clases. Doy vuelta al pasillo en el que se encuentra mi casillero, y lo primero en observar es a 2 estudiantes nuevos, probablemente del mismo año que yo, fumando. Que asco.
Llevo mis dedos a mi nariz para poder evitar el olor a tabaco quemado. ¿Cómo es que les gusta esa porquería? ¿Qué no van a Biología?.
Par de estúpidos.
Camino rápido enseguida de ellos, y uno de ellos tira la colilla del cigarro a mis botas.
—¡Oye estúpido!– sacudo mis pies para retirar esa droga legal de ahí. –¿¡Qué mierda te pasa?!
—Fíjate por donde pisas– saca otro y lo enciende.
—Estas idiota– lo miro, estupefacta. –, tu sabias que pasaba por enfrente de ti. Lo hiciste intencionalmente.
—O puede que este ciego.– alza sus manos y los mueve en el aire. –Oye, idiota, ¿dónde estoy?– Se sueltan riendo.
—¿Cómo es que los aceptaron en este instituto?– dije aún molesta.
—Fácil, tenemos dinero.
Después me arroja humo a mi cara, me hace toser 3 veces. Huele horrible. Ya me hicieron enfurecer.
—Mira, estúpido, discúlpate antes de...
—Antes de qué, niña bonita.– dice el otro, desafiante.
—¡No soy ninguna niña bonita!– le escupo.
—¿A no?– levanta su rubia ceja. – Actúas como tal.
Siguen fumando de su cigarrillo, como si no estuviera pasando nada. Estoy a una de darle una bofetada.
—¿Sabes qué?– me acerco a él. –Haré como si nada de esto haya pasado.– le sonrío falsamente. – Buen día.
—Adiós.– me arroja nuevamente humo a mí.
Doy media vuelta y le estampo una bofetada en su mejilla. Todos en el pasillo se detienen a mirar como el rubio va a reaccionar. Pero un profesor no le da tiempo de hacerlo. Nos manda a la oficina del director.
{#}
—Señorita Winter– el director se sorprende. –, ¿qué hace usted aquí?
—Este...– trato de encontrar una palabra que sustituya a idiota– Tipo, me tiró su colilla de cigarro a mis botas.– El tipo sonríe sarcásticamente.
—¿Pero, entonces, qué hace aquí?
—Me tiró una bofetada– responde el otro. Muerdo internamente mi mejilla. Dios, esto me va a costar caro.
Nos invita a sentarnos en las sillas de enfrente, lo cual hago de mala manera. Volteo a ver al rubio, que tiene una sonrisa burlona dibujada en su rostro. Me dan ganas de darle otra bofetada.
—Tengo que decir que me desconcierta el hecho de que haya usado la violencia, señorita Winter– revuelvo los ojos–, no es muy típico de usted. ¡Ni siquiera llegue a pensar que usted haría algo como eso!
—Director, siempre hay una razón para todo, ¿no cree?
—Prosiga, señorita.
—Yo sólo estaba caminando por el pasillo, para ir a mi casillero– continuo. –, y me fije que él y su amigo estaban fumando, que por cierto esta prohibido en el reglamento si más lo recuerdo, y me tiró su colilla. Me moleste, él sólo saco otro cigarro y fingió que no pasó nada. Me tiro humo en mi cara y eso me enfureció. Ya después de un minuto, quise dejarlo, para no causar más alboroto. Pero él me arrojo, de nuevo, humo en mis espaldas, y es cuando le tiré la bofetada.
El director no dice nada, sólo se queda quieto, es como si estuviera evaluando la situación. El idiota me esta mirando con sus típicas sonrisas burlonas. De aseguro se está burlando de mí en su mente, el muy maldito.
—Señor Peters, ¿no dirá nada?– responde al fin.
—Sólo que es cierto.
¿Se rindió así de fácil? Mi boca está hasta el suelo de la impresión.
—Bien– abre un cuaderno y empieza a anotar. –, ya que usted, Señor Evan Peters, cometió 2 faltas– sigue anotando–. Las cuales son molestar a sus compañeros y fumar en la institución, lo cual la última es muy grave– añade. –, quedara suspendido por una semana.– cierra el libro de un golpe y se levanta de su asiento. –Puede retirarse señorita.
Me levanto con orgullo y salgo de esa oficina.
Que te vaya bien, Evan "idiota" Peters.
{#}
—Cuidado por donde pisas, estupido.– le susurro.
—Bien, ¿qué le haremos Evan?– dice emocionado. –¿Le desinflamos las llantas de su auto? ¿Pintarrajeamos las ventanas de su auto?
—Callate Kevin–espeto. –Pareces un niño de 5.
—Hace mucho que no haciamos esto.
—Lo se, lo se. Pero no por eso vas a comportarte como un estupido.– revuelve los ojos.
—Entonces, ¿qué?
—Creo que lo de reventar sus llantas suena interesante.–me sonríe.
Escuchamos a alguien salir por la puerta y nos ocultamos atrás de los arbustos. Mierda. Es Elizabeth.
Esta con shorts, una blusa blanca básica y con el cabello recogido en un molote. A pesar de estar en fachas, se veía bien. Tiene una bolsa en su mano. Y viene hacia aquí
Empujo a Kevin hacia atrás, y este cae, aplastando unas cuantas ramas. Elizabeth voltea en nuestra dirección y se acerca lentamente. ¡Mierda, Kevin! grito en mi interior. Lo volteo a ver y este solo me ve nervioso. Esta a tan solo un metro de nosotros, pero una voz la llama a lo lejos.
—¡Elizabeth! ¡Ya tiraste esa bolsa de ropa!
—¡No, Jessica, en eso estoy!– le grita de vuelta.
"Jessica" cierra la puerta y Elizabeth rápido se dirige a su auto, abre la cajuela y mete la bolsa que trae en mano. ¿Qué diablos...? Saca de su bolsillo trasero un marcador y en lo que iba anotando, también iba diciendo. "Ropa para Caridad".
Bueno, tiene razón, no es una "niña bonita" sonrío ante mi recuerdo de la mañana.
Cierra la cajuela y corre hacia su casa.
—Listo, vamos.– se levanta de su lugar y corre al auto de Elizabeth.
—No, espera– se detiene y me mira confundido –. Mejor vayámonos.
—¿Qué? Pero, ¿por qué?– me mira decepcionado – Recuerda que te hizo suspender por una semana.
—No importa, vamos.
Empieza a caminar a la dirección contraria al auto. Volteo una vez más hacia la casa de Elizabeth y logro verla en la habitación de la planta superior, sentada al parecer en su escritorio. Probablemente haciendo tarea. Y probablemente este conmigo en algunas clases.
Es linda.
¡Ficha aceptada!
Diamandis.
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Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
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