Crítical Minds | Novela colectiva |

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Que la fiesta empieze, criaturitas del señor!

ah

Charlotte Wilde

Creaciones  ♡

Capitulo 001

"Si tú no creas algo,créeme yo lo hare"
                                           Charlotte

"Si puedes imaginarlo, puedes crearlo". Bonita filosofía, quizás años atrás, la hubiera escrito en la primera hoja de mi cuaderno o fuera sido un twett muy retwitteado en mi cuenta, pero ahora es solo un defecto. No me malinterpretes, que pienses en algo y luego se materialice, no es muy agradable. Al principio muy guay, pero ahora, mi vida y quizás la de los demás corre peligro.
Hace más de 4 años, era una chica cualquiera, ahora una fugitiva.

—Charlie—escuché la voz de Logan. Me giré hacia él.

Logan, el único digamos que puede comprenderme,tenemos una amistad complicada,pero amigos al fin, es alto, de contextura delgada, con abdomen bien definido, cabello azabache revuelto, ojos de un azul mar, y una sonrisa problemática picaresca. Lo conocí hace 3 años, él podía hacer lo mismo que yo hacía. Cualquier cosa que imagináramos o dibujáramos la materializábamos, inclusive si tocamos algún material e imaginamos alguna otra cosa, ¡Boom!, lo tendrías frente a ti en segundos.

—Es hora de irnos—dijo tendiéndome su mano, para levantarme del suelo.
La tomé, una vez puesta en pie, empezamos a correr. ¿La razón?, ellos nos perseguían.
—¿Que ruta tomamos?—preguntó jadeando mi compañero
Mi respiración era cada vez más agitada, visualicé toda la calle. Los vi, eran ellos, eran pocos, solo 4 silhuetas, vestidos completamente de negro.
—No hay tiempo, nos alcanzan—dije empezando de nuevo a correr, por toda la avenida. Era extraño ver la calle con tan pocas personas.
Logan trataba de alcanzarme, no es que no fuera atlético, porque lo era y bastante, sólo que la noche anterior, había tomado la primera guardia, en aquel escondite donde nos refugiamos, prometió despertarme para tomar la segunda guardia, pero no sé por qué no lo hizo.
—Tengo una idea—habló todavía jadeando cuando por fin me había alcanzado.
Mis piernas ya no daban más, pero mi mente me exigía seguir corriendo.
—No ahora Logan, sabes que cuando….
—Solo dame tu mano—me ordenó interrumpiéndome.
—Te das cuenta que estamos corriendo, parecemos locos corriendo por toda la ciudad, y tú quieres que nos tomemos de la mano-le espeté agitadamente, ya me estaba enojando y no es fácil recriminar algo corriendo, sin embargo el sólo me dedico una mirada irónica y tomo mi mano.
Y se detuvo, me tenía tomada de la mano, por lo tanto también me frenó de golpe.
— ¿Crees que podamos crear un portal?—preguntó, aunque parecía más una afirmación.
—Nos tomaría tiempo, podríamos hacerlo pero bien sabes que no somos viajeros de dimensiones o algo por el estilo, y no sabríamos en que la lado terminaríamos— repliqué, aunque mi voz podría decirse que se elevaba cada vez más.
Él asintió, y con mis manos entrelazadas con las de él corrió hacia la otra esquina de la calle, era la entrada a un pequeño callejón, empecé a inquietarme ya nos habíamos detenido y ellos venían tras nosotros, mi mente planteó 2 alternativas: a) Habían dejado de perseguirnos y nos dejarían en paz el resto de nuestras extrañas vida.  Ó  b) Logramos despistarlos por unos minutos, pero no tardarían en descubrirlo y llegarían pronto a nuestro encuentro.  Sí, creo que la última.
—Oye esto no pa...—empecé, pero me interrumpió. Esto se le estaba volviendo costumbre
—Imagina un carro—dijo apretando mis manos, ya no tenía una, sino mis dos manos sujetadas.
En otras circunstancias, creo que me fuera sonrojado o algo parecido. Pero ahora sólo quería estar a salvo.
—¿Un carro?, en esta situación, ¿quieres un carro?—atiné a decirle ya molesta—Además es imposible, necesitamos mucha fuerza, y nunca hemos creado tal cosa—agregué
— ¡Solo hazlo!
Si soy sincera, no pensé que llegaríamos a lograr algo, jamás en mi vida se me cruzó por la mente crear un vehículo y no sabía si eso era posible, siempre creaba cosas desde callejones, baratijas, cosas que la razón humana nunca acreditaría.  No acordamos el modelo, creía que se nos aparecería una mezcla muy extraña de una carreta, con propulsores y un cuarto de techo. Pero me límite a concentrarme.
— ¡Ya!—exclamó, soltando mis manos, era la segunda o tercera vez, que hacíamos eso, nos poníamos de acuerdo para crear algo, no es que por nuestra cuenta no pudiéramos, obviamente sí, pero cuando esas algo debilitado, por decirlo así, unir fuerzas es lo mejor.
Frente a nosotros teníamos un ¿lujoso?, auto color gris metalizado
— ¡Vamos!-me gritó, jalándome hacia la puerta, del recién aparecido automóvil.
Abrió la puerta de este y casi que me empujó, acto seguido volvió a cerrar la puerta.
Está vez me iba a escuchar, tendríamos una larga conversación de cómo tratarme en situaciones casi de muerte.
En menos de un minuto ya estaba dentro, en el asiento del conductor, sin más, encendió el carro, y que digo que pisó, creo que casi acabó con el pobre acelerador.
Ya era un hecho, íbamos a un destino que ni siquiera nosotros conocíamos, con 2 mochilas, una billetera con unos cuantos dólares y algo de ropa en las mismas.
—Los perdimos de vista—suspiró aliviado, bajando la velocidad. Ya habíamos recorrido un par de kilómetros.
— ¿Un Lamborghini? ¿Es en serio?—pregunté burlonamente.
El sólo embozó, una de esas sonrisas problemáticas. Qué a decir verdad, me parecían encantadoras, ¡que estoy pensando!.
—Si tu no imaginabas algo, yo lo tenía que hacer—se limitó a contestar, sonriendo.
Yo había pensando claramente en que tuviera todas las piezas, motor, combustible, y él ya lo había pensado con carrocería, de color rojo, y uno de los modelos más actuales.
Después de eso, el silencio volvió a inundar el ambiente.
Solo veía grandes letreros con cosas como "Welcome L.A”. "Malibu Beach 60 km"
—No creo que nos ubiquen—comentó después de largas horas en silencio.
—Bien entonces nos detenemos aquí—afirmé suspirando.
Era de noche, pero por alguna razón la ciudad se veía muy acogedora o eso creíamos.


Llegamos en la tarde, se desbordaba un enorme sol, característico de California, pensé.
Jamás, en serio, jamás  imagine que terminaría  en California, nací y crecí en New York, mis padres, divorciados, solía vivir con papá y visitaba los veranos a mamá, loco ¿no?, normalmente  siempre es al revés. Un verano, en casa de mi madre, yo tendría unos  13 años. Me enoje con mi hermana, bueno, más bien con mi media hermana. Había tomado mi cuaderno de dibujo, si había algo que me molestaba, mejor dicho me molesta, es que tomen mis cosas, empezó a correr por todo  el jardín, la casa de mamá poseía un enorme jardín que se unía con un poblado bosque; Yo iba detrás de ella..
— ¡Samantha, regrésame eso o no respondo!—sentencié molesta
—Huy si mi hermanota, me hará mucho daño—se burló
Ella corría alrededor de los pinos, mientras abría y hojeaba mi cuaderno
Mis puños se cerraban, estaba cada vez más furiosa. En ese momento todo se tornó para mí blanco.
Los árboles y pinos, se agitaban ferozmente, los gritos de Sam, llegaban a mis oídos, una lluvia de... ¿Arena?, se avecinaba sobre ella. Sam quien aún gritaba, caía al piso. Era arena, millones y millones  de granitos.
— ¡Ayúdame!—Gritaba desgarradoramente.
En ese momento, mi mente daba vueltas, sin embargo trate de ayudarla se hundía en hoyo de arena. La tomé de la mano, cuando logro recuperarse,  arrancó a correr, asustada, gritando, y otras cosas más. Lo último que vi de ella fue como llegaba a la casa, la cual quedaba solo unos metros del bosque, mamá salió a su encuentro, por lógica no creyó lo que había pasado.
Yo me quede en el bosque, mi respiración era agitada, me sentía abrumada, pero no me sentía asustada. Todo había acabado solo quedo los montones de arena, fue cuando entonces fije mi vista en mi cuaderno, que yacía tirado al otro extremo de un pino, estaba abierto, y mostraba en una de sus hojas  un dibujo de un desierto, con sus pirámides. Fue entonces cuando caí en cuenta que todo aquello yo lo había creado. Los años pasaron, y mis poderes, si podía llamarlos así crecían, cualquier cosa que imaginara simplemente aparecía. Podía crear cosas jamás vistas, pero todo cambió, aquel día lluvioso que me tope accidentalmente con Logan en el Time Square, supe que no era la única, que él podía hacer lo mismo que yo, me sentí aceptada ,sin embargo él no me agradaba mucho que digamos. Los 2 últimos años, alguien se ha revelado, no, alguien no,  un grupo, Los Rumanos. Hemos huido, aunque sabemos que algún día tendremos que enfrentarlo, aunque tengo la sospecha de que no somos los únicos, que existen otros como nosotros, quizás no con nuestras habilidades pero también son perseguidos.

— ¿Y...nos vamos de fiesta?—Preguntó Logan, sacándome de mis recuerdos. Se había puesto unos lentes de sol.

Medio sonreí, pero lo seguí .Era una nueva ciudad después de todo. Tener  19,creo que no cambiaba nada.

-Sigue: Marie(MariaStylesHoran)