Butterflies and Bullets. NC|¡RESULTADOS!

IDK.:

Snow. escribió:

Allison Lewis.

~Representante: Zoe Sugg.
~Edad: 17 años.
~Chico: Ashton Irwin.
~Rol: La rebelde y el tranquilo.
~Capitulo de tu autoría: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] | [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

IDK.:

.-Ficha Aceptada.-

Mar,sabes que amo como escribes,tu ficha   la super ame.Escribes mega genialoso  :ilusion: ,y por los links no te preocupes,me encantan que sean directos,porque sino me pierdo toda.Klsdfkldkfkgjkgkh ame Heather es muy fgjfgfhhklfñf  :(L):  :(L): y cabe destacar que el cap, de The Heroines simplemente perfecto. Usas a Zoe la amo  :love:  :love:. Más que obvio que tu ficha esta aceptadisima ¡Ya estas participando! :3:3

♡Sky♡ escribió:

Bonnie Clapton

~Representante: Kaya Scodelario.
~Edad: 18.
~Chico:  Zayn Malik.
~Rol:  Los exnovios.
~Capitulo de tu autoría: (Preferiblemente en spoiler)

Recuerdos de media noche:

.-Ficha Aceptada.-

¡Tomi! me encanta tu ficha.Tu escrito me dejo sin palabras  :amor: .Escribes precioso,y tu ortografía es muy impecable   ,sinceramente no sé que haré,hay muchas fichas genialosas por Zayn. ¡Obviamente ya estas participando!  :3

Nadia. escribió:¡Hola! ¿Se puede seguir audicionando?

Nadia. escribió:

Norah Kathleen Shay.

~Representante: Selena Gomez

~Edad: 18 años.

~Chico: Niall Horan.

~Rol: Totalmente desconocidos.

~Capitulo de tu autoría:

Spoiler:

Norah abrió sus ojos lentamente a causa de los rayos del sol, encontrándose en su cuarto rosa. Suspiró recordándose una vez más, cambiar ese rosa chillón que de pequeña amaba tanto. Siempre que lo quería cambiar, un evento o algún problema aparecía y arruinaba sus planes para esa tarde.

Se maldijo mentalmente por haber dejado las cortinas de su cuarto abiertas antes de irse a dormir, ya que odiaba ser despertada por el sol, o bueno, odiaba ser despertada. Pero un recuerdo inundó sus pensamientos; todo, o una pequeña parte, de lo sucedido anoche. Un vaso que contenía alcohol en sus delgadas manos, un cigarrillo posándose en sus labios, un perfume de hombre penetrando en sus fosas nasales, y unos labios ajenos en su cuello dejando un recorrido de besos húmedos.

Cerró sus ojos fuertemente, esa, era la razón de las cortinas abiertas.

Miró a su derecha, en su mesita de luz reposaba su reloj-alarma con orejas de Mickey Mouse, marcando las once y quince minutos en él. Se sentó pesadamente en su cama y se dio cuenta que un rubio estaba a su lado. Bufó y rió al ver sus pechos desnudos sin tapar. Si mi abuela me vería ahora, me reprocharía y luego me dejaría sin dulces para la tarde se dijo a si misma. Su abuela era de esas que veía a su nieta adolescente de dieciocho años como una niña de nueve. Siempre que la veía le apretujaba sus redondas mejillas, la alimentaba como si fuera el fin del mundo, y a la tarde, le regalaba dulces y golosinas de diferentes tamaños, colores y gustos. Pero cada vez que le hablara de chicos, para su abuela seguía siendo virgen; ni un chico se te puede acercan sin antes hablar conmigo le dijo una tarde de lluvia y granizo.

Miró nuevamente al chico y decidió dejarlo dormir, hasta que al menos, estuviera vestida.

Así que, estiró sus brazos y lanzó un bostezo, para así despejarse un poco. Apartó las mantas de su desnudo cuerpo y caminó hasta el armario, donde recogió ropa interior, una remera blanca que contenía una calavera con un sombrero y una pipa entre sus dientes. Irónico. También recogió un jean azul y botas negras. Algo de lo más simple que contenía en su guardarropa, ya que, con tantos eventos, fiestas, premios, y alguna que otra prenda de algún papel que haya protagonizado, siempre lo guardaba o de recuerdo, o para usarlo otro día.

Caminó hacia el baño blanco de su dormitorio. Miró su reflejo en el espejo enorme y frunció el ceño. ¡Que horrible se veía esa mañana! Ojeras bajo sus ojos color café, su cabello despeinado parecía el de los dibujos animados, ¿como era? Ah, si, Goku. Goku en versión femenina y realista se dijo a si misma. Rió ante su pensamiento y por un momento se creyó loca ella misma, hablándose sola todo el tiempo.

Abrió el grifo que contenía el agua caliente y luego abrió la fría, dejándola a una temperatura estable. Colocó su ropa encima del inodoro, obviamente con la tapa cerrada, y se metió en la ducha, dejando que el agua recorriera su cuerpo.

Mientras sostenía el pote de shampoo en una mano y vertía el liquido en la otra, trataba de recordar que había sido la noche anterior, pero lo único que le llegaba a la mente, eran los besos de Zack en su cuello y labios, y ¡ah! Que sabían a alcohol. Luego también recordaba gritos y aplausos, además de la música fuerte y las imágenes de todos los cuerpos pegados en la pista. Elimino cualquier otro rastro de esos recuerdos y se despejó masajeando su cuero cabelludo. Amaba que le acariciaran el pelo, claro, si lo hacia otra persona, no ella misma.

Luego de haberse enjuagado su cabello castaño y largo y su cuerpo bien formado, decidió darle fin al único lugar donde, después de la cama, desearía estar.

Tomó una toalla que se encontraba colgada por allí y la envolvió alrededor de su cuerpo, mientras tomaba otra, la cual usó para sujetar su cabello. Saltó en su lugar al sentir un ruido proveniente de su dormitorio, ya se habrá despertado pensó. Secó su cuerpo rápidamente y se vistió en menos de lo que canta un gallo. Bueno, no tan rápido, pero hizo su esfuerzo.

Al terminar, salió del cuarto de baño y enarcó una ceja. Zack la esperaba acostado en su cama, completamente desnudo, sin sabana alguna tapándolo.

—¿Acaso quieres que entre mi madre y vea todo este teatro?— Preguntó divertida. Tomó los boxers azules del suelo y se los aventó, cayendo justo en su pecho trabajado. Un perverso recuerdo se asomó por la cabeza de Norah; ella quitándole los mismos boxers que le pasó a su novio, agresivamente con los dientes. Sus mejillas se tornaron rosas por las imágenes que pasaron por sus pensamientos. Zack enarcó una ceja y rió divertido

—¿Por qué te sonrojas? Se que amas verme así— Vanidoso, uno de los defectos de Zack. No era perfecto como sus fans decían. Siempre la insultaban y le hacían saber que el rubio era demasiado para tan poca cosa como ella. »Él es perfecto, mientras que tu eres una zorra« »¡Lo amo! Él es tan bueno con los animales. Tiene a una perra como novia« »Dios, mirate a un espejo, es obvio que esta contigo por lastima« Y ella siempre con una sonrisa en la cara, ignorando los twitts, mensajes y palabras de odio que llegan a sus ojos y oídos.

Britney Spears interrumpe sus pensamientos, avisándole que tiene un mensaje entrante.

Cariño, me urge hablar contigo, SOS.

¿Nos vemos ahora en Starbucks?

Xo, Emily.

¿Enserio? Pensó. Bufó quitando su mirada de su celular y miró al interrogante de su novio, quien ya estaba casi vestido. Supo de que se trataba su mirada, así que le contesto, ahorrándole palabras.

—Emily— dijo obvia. Zack era el único, además de su abuela y su prima, que sabía lo de su vida. Los falsos amigos y sus estúpidas ganas de querer audicionar para películas junto a famosos. O simplemente ser conocidos por estar siempre alrededor de Norah Shay.

Zack asintió con la cabeza entendiendo su repentino enojo. Se colocó su chaqueta de cuero y beso la cabeza de Norah, como un beso de despedida.

—Llámame si necesitas algo ¿si?— dijo sobreprotector. Además de ser su novio falso, también era su mejor amigo. Lo conoció cuando apenas tenía siete años y debían ser compañeros en la salida didáctica de la escuela. Desde ese día, fueron inseparables. Claro, hasta que Norah cumplió los diez años y salió de la escuela para estudiar en casa y tener más tiempo para las audiciones. Las llamadas y visitas se hicieron presentes, al ver que Norah no iba a regresar a la escuela durante un largo tiempo. —Oh, pero no entre las cuatro y las seis, tengo tiempo libre y quiero aprovecharlo para descansar— bromeó. Norah rió, frunciendo su nariz en forma graciosa y tierna a la vez.

Zack se despidió con la mano y salió de la habitación, dejando a Norah completamente sola.

Bufó y se sentó en su escritorio, donde había pinturas esparcidas y un espejo mediano. Tomó el secador de pelo y lo puso en marcha, no sin antes haber quitado la toalla de su cabello.

Mientras lo secaba, pensó si usaría maquillaje y si dejaría su pelo lacio. Pero al notar que le dolía la cabeza y sus ganas de hacer todo estaban por el piso, decidió dejar su pelo al natural y colocar un poco de cubre ojeras sobre estas.

Al terminar, tomó un collar verde que encontró por allí, una pulsera de oro, quien se la había regalado su abuela, y unos aros también de oro y se colocó cada uno de los accesorios. Miró sus uñas perfectamente pintadas de negro y recordó habérselas pintado el día anterior. Tomó su bolso negro y colocó sus pertenencias allí, como su celular, las llaves de su auto, algo de maquillaje por las dudas, entre otras cosas.

Bajó las escaleras de dos en dos, temiendo por tropezar y romperse algún diente. Escucho ruido en la sala, pero pensó que era Soph, la mucama, hasta que vio a su madre salir de allí dirigiéndose rápidamente a la entrada de la casa. Norah se sorprendió al ver a su madre allí, nunca estaba cuando ella despertaba.

—Madre— dijo sorprendida. Amy giró sorprendiéndose de ver a su hija parada en las escaleras, viéndola con las cejas enarcadas.

—¿Qué haces aquí? ¿No debes estar en clase?— preguntó sorprendida, al igual que su hija.

—Mamá, es domingo.— dijo rodando los ojos. Amy abrió sus ojos como platos y lanzó una carcajada nerviosa. Acomodo su bolso en el hombro y una pequeña sonrisa apareció en su boca.— ¿A donde vas? ¿Desayunamos juntas?— preguntó Norah con la esperanza de que su madre accediera. La rubia negó con la cabeza y miró la puerta de entrada como escapatoria.

—Lo siento, pero debo irme— Sin más palabras ni gestos, Amy salió por la puerta, dejando a la castaña confundida y con las palabras en la boca.

Soltó un suspiro cansador, siempre era lo mismo. Al despertar, nunca se encontraban sus padres, debía desayunar sola y luego ir al instituto, donde estaban sus queridos amigos y las cámaras esperándola para llenar su bolsillo con dinero por las fotos y entrevistas que le hacían.

Bajó el escalón que le faltaba para llegar al suelo y se dirigió a la cocina, donde se encontraba Soph, la mujer que la crió y la veía más como una madre que como una mucama. Claro, eso no se lo decía a Amy, heriría sus sentimientos de lagarto.

—Hola Soph— caminó hasta llegar a su lado y le regaló un beso en la mejilla. Esta sacó una jarra con jugo de naranja del refrigerador y un vaso del porta vasos. Norah miró a su alrededor y vio unos pedazos de pan esperando que las coloquen en la tostadora para luego comerlos. — Oh, lo siento, no desayunaré aquí. Me invitaron a Starbucks.— dijo rodando los ojos. Soph asintió con la cabeza y volvió a guardar los pedazos de pan.

Salió de la cocina, no sin antes beber el rico jugo que le había servido y se dirigió hacia la puerta principal, tomando su bolso negro de la mesita que estaba al lado de la escalera.

—Me voy.— gritó. Tomó las llaves de su auto y puso en marcha para llegar al tan famoso lugar, donde Emily la esperaba.

Segundo spoiler.:

.-Ficha Aceptada.-

¡Nadia!,ame por completo tu ficha  :(L):   ,fgjhgkhjkjhkjh me gusta mucho tu forma de escribir y narrar,ni un solo error ortográfico,Norah es muy djfgjglk :(L): .Y por el spoiler no te preocupes,lo importante fue que pude leer tu genialoso capitulo. ¡Más que obvio que ya estas participando!

hurricane. escribió:¿cuando subes resultados?