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"Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
Nicholas se la quedó mirando como hipnotizado. _____ exhibía ante él su espectacular silueta; sólo llevaba unas minúsculas braguitas blancas y un sujetador de encaje del mismo color. Ante aquella visión se quedó sin habla. Como si estuviera desfilando en la pasarela, se dirigió perezosamente hacia la cama y se tendió en ella.
-¿A qué estás esperando? ¿A que saque una bandera blanca? -preguntó provocadoramente.
-Esperaba algo menos preparado, más cálido -admitió Nicholas tumbándose en el otro lado de la cama, devorándola con la mirada-. No tienes ni idea de cómo me siento, ¿verdad?
-¿Qué quieres decir? -preguntó _____, repentinamente incómoda.
-Vas a entenderlo enseguida -se limitó a responder Nicholas mientras se desabotonaba la camisa.
-¿Es una amenaza acaso? -preguntó _____ con la respiración entrecortada.
-¿Es miedo o deseo eso que oigo? -con una carcajada cargada de sensualidad, Nicholas se despojó de la camisa y se quedó mirándola-. Sólo por ver la expresión de tu cara, merecía la pena todo esto.
_____ escondió la cabeza, roja de vergüenza. Nicholas se levantó de nuevo, mucho más tranquilo después de conseguir recuperar el control de la situación.
-Y acerca de eso que has dicho, ¿qué pasa? ¿acaso no conoces a los hombres? Llevo semanas sin acostarme con nadie. Te deseo desde hace mucho tiempo, y no estoy acostumbrado a esperar y a pelear por nadie. Cuando se tiene todo, como es mi caso, lo que cuesta ganar adquiere una importancia tremenda...
-Y supongo que cuando por fin lo consigues, pierde todo su interés -intervino _____ irónicamente.
-Eso lo dices tú -replicó Nicholas enarcando las cejas, como si no hubiera estado hablando en ningún momento de ellos dos-. Eso lo decide sólo el tiempo. Yo siempre vivo en el presente, y eso mismo deberías hacer tú, pethi mou.
Acabó de desvestirse rápidamente. _____ le contempló fascinada; aunque desde la noche del accidente la imagen de su cuerpo desnudo se había grabado a fuego en su mente, se estremeció de pies a cabeza al comprobar nuevamente la fascinación que ejercía sobre ella. No había visto nunca a un hombre tan hermoso, volvió a decirse mientras reparaba en sus anchos hombros, las esbeltas caderas y poderosos muslos.
-Has estado tan callada desde la boda... y ahora, de repente, te echas sobre mi cama como una hermosa estatua de piedra... Casi estoy por pensar que, por ridículo que parezca, me tienes miedo.
_____ soltó una áspera carcajada. Le asombraba que se mostrara desnudo con tanta tranquilidad.
Nicholas se tumbó a su lado y empezó a acariciarle lentamente el pelo; le asió por los hombros obligándola a mirarlo de frente.
-Ya es hora de que me cobre mi recompensa -susurró-. Ahora nada puede impedírmelo.
-Nick... -sintió que se ahogaba en aquellos ojos que parecían hechos de oro líquido.
Pero él empezó a acariciar la comisura de sus labios con la punta de la lengua.
-Estás helada, pero yo te derretiré -dijo roncamente mientras le desabrochaba el sujetador con manos expertas.
_____ sentía todo su cuerpo preso de una deliciosa tensión. Cerró los ojos, dejándose llevar. Cada beso que él le daba aumentaba aquel dulce tormento.
Nicholas se colocó sobre ella, acariciándole suavemente el seno. Sonrió al ver que ella se arqueaba, incapaz de soportar aquella tortura.
-Me encanta que te guste -musitó Nicholas-. Me encanta ver cómo pierdes el control.
-¡No me gusta...! -protestó _____ débilmente.
-Te gustará -le interrumpió Nicholas, y agachando la cabeza empezó a lamerle un pezón, provocando que la recorriera una oleada de placer aún más intenso.
-No... -apenas gimió.
-No te resistas -Nicholas continuó acariciándola sabiamente.
Estaba a punto de perder el control de su cuerpo, pero ya no la importaba. Lo único que deseaba es que él no dejara de acariciarla. Se sentía como intoxicada por una droga poderosa.
Sin quererlo, casi sin darse cuenta, lo llamó por su nombre desde el fondo de sus entrañas.
Nicholas entonces la besó interminablemente, y cuando por fin se detuvo, se la quedó mirando como si quisiera descifrar sus más íntimos pensamientos.
-¿A qué estás esperando? ¿A que saque una bandera blanca? -preguntó provocadoramente.
-Esperaba algo menos preparado, más cálido -admitió Nicholas tumbándose en el otro lado de la cama, devorándola con la mirada-. No tienes ni idea de cómo me siento, ¿verdad?
-¿Qué quieres decir? -preguntó _____, repentinamente incómoda.
-Vas a entenderlo enseguida -se limitó a responder Nicholas mientras se desabotonaba la camisa.
-¿Es una amenaza acaso? -preguntó _____ con la respiración entrecortada.
-¿Es miedo o deseo eso que oigo? -con una carcajada cargada de sensualidad, Nicholas se despojó de la camisa y se quedó mirándola-. Sólo por ver la expresión de tu cara, merecía la pena todo esto.
_____ escondió la cabeza, roja de vergüenza. Nicholas se levantó de nuevo, mucho más tranquilo después de conseguir recuperar el control de la situación.
-Y acerca de eso que has dicho, ¿qué pasa? ¿acaso no conoces a los hombres? Llevo semanas sin acostarme con nadie. Te deseo desde hace mucho tiempo, y no estoy acostumbrado a esperar y a pelear por nadie. Cuando se tiene todo, como es mi caso, lo que cuesta ganar adquiere una importancia tremenda...
-Y supongo que cuando por fin lo consigues, pierde todo su interés -intervino _____ irónicamente.
-Eso lo dices tú -replicó Nicholas enarcando las cejas, como si no hubiera estado hablando en ningún momento de ellos dos-. Eso lo decide sólo el tiempo. Yo siempre vivo en el presente, y eso mismo deberías hacer tú, pethi mou.
Acabó de desvestirse rápidamente. _____ le contempló fascinada; aunque desde la noche del accidente la imagen de su cuerpo desnudo se había grabado a fuego en su mente, se estremeció de pies a cabeza al comprobar nuevamente la fascinación que ejercía sobre ella. No había visto nunca a un hombre tan hermoso, volvió a decirse mientras reparaba en sus anchos hombros, las esbeltas caderas y poderosos muslos.
-Has estado tan callada desde la boda... y ahora, de repente, te echas sobre mi cama como una hermosa estatua de piedra... Casi estoy por pensar que, por ridículo que parezca, me tienes miedo.
_____ soltó una áspera carcajada. Le asombraba que se mostrara desnudo con tanta tranquilidad.
Nicholas se tumbó a su lado y empezó a acariciarle lentamente el pelo; le asió por los hombros obligándola a mirarlo de frente.
-Ya es hora de que me cobre mi recompensa -susurró-. Ahora nada puede impedírmelo.
-Nick... -sintió que se ahogaba en aquellos ojos que parecían hechos de oro líquido.
Pero él empezó a acariciar la comisura de sus labios con la punta de la lengua.
-Estás helada, pero yo te derretiré -dijo roncamente mientras le desabrochaba el sujetador con manos expertas.
_____ sentía todo su cuerpo preso de una deliciosa tensión. Cerró los ojos, dejándose llevar. Cada beso que él le daba aumentaba aquel dulce tormento.
Nicholas se colocó sobre ella, acariciándole suavemente el seno. Sonrió al ver que ella se arqueaba, incapaz de soportar aquella tortura.
-Me encanta que te guste -musitó Nicholas-. Me encanta ver cómo pierdes el control.
-¡No me gusta...! -protestó _____ débilmente.
-Te gustará -le interrumpió Nicholas, y agachando la cabeza empezó a lamerle un pezón, provocando que la recorriera una oleada de placer aún más intenso.
-No... -apenas gimió.
-No te resistas -Nicholas continuó acariciándola sabiamente.
Estaba a punto de perder el control de su cuerpo, pero ya no la importaba. Lo único que deseaba es que él no dejara de acariciarla. Se sentía como intoxicada por una droga poderosa.
Sin quererlo, casi sin darse cuenta, lo llamó por su nombre desde el fondo de sus entrañas.
Nicholas entonces la besó interminablemente, y cuando por fin se detuvo, se la quedó mirando como si quisiera descifrar sus más íntimos pensamientos.
#Alejandra
Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
-¿Nick...? -alzó una mano temblorosa para acariciar la línea de sus labios, pero él torció la cabeza. Desolada, ____ retiró la mano sin saber muy bien qué hacer.
-No hacías más que mirarme -le reprochó Nicholas-, pero en cuanto yo te devolvía la mirada, siempre hacías como si no me hubieras visto... excepto aquella vez, hace siete meses. Entonces supe que algún día serías completamente mía.
____ desvió la mirada asombrada. Le parecía terrible que él hubiera descubierto en su interior aquel ansia, cuando ni siquiera ella misma era capaz de admitirla.
-Esperé a que tú hicieras algún movimiento -continuó Nicholas-, pero tú continuabas con Leland. Empecé a preguntarme si no serías completamente tonta.
-Pero si yo no... -empezó a protestar.
-¡Oh, sí! Ahora entiendo por qué te quedaste con él. Le debías demasiado dinero. Debió ser entonces cuando decidiste ponerte en venta... cuando pienso en eso me dan ganas de romper cosas. Aprendiste tan bien la lección que no paraste hasta conseguir de mí el precio más alto por tus favores.
-¿Cómo te atreves...?
-¿Acaso este matrimonio no es lo que he tenido que pagar para conseguirte?
-Eres... un... cerdo -bisbiseó ____, sintiendo que se ahogaba al escuchar aquella ponzoñosa acusación.
-Te dejaré a un lado en cuanto empieces a resultar peligrosa -le juró Nicholas.
-¡Empieza por dejarme salir de esta cama! -le rogó ____.
-Ni lo pienses. He pagado un precio muy alto por este placer.
-¡No!
-Sabes muy bien que eres incapaz de resistirte -murmuró Nicholas acercando su boca a la de ella-. Te conviertes en cera entre mis manos en cuanto estoy cerca. Ese es mi único consuelo por comportarme como un imbécil con una mujer como tú.
-¡Cómo te atreves!
Pero por toda respuesta Nicholas se limitó a poner una mano entre sus muslos mientras la besaba de nuevo. Aquello fue suficiente para que ____ sintiera que se deshacía, mientras él agotaba sobre su piel todo su extenso repertorio de caricias. Una tras otra fueron cayendo todas las defensas que tan cuidadosamente había levantado para protegerse.
No pudo reprimir un gemido cuando él empezó a acariciarla en la parte más íntima de su cuerpo, a punto casi de suplicarle que acabara de una vez con aquella insoportable espera. Nicholas aún se hizo de rogar un poco más, acariciándola y besándola, satisfecho sin duda al comprobar el inmenso poder que ejercía sobre ella.
-No hacías más que mirarme -le reprochó Nicholas-, pero en cuanto yo te devolvía la mirada, siempre hacías como si no me hubieras visto... excepto aquella vez, hace siete meses. Entonces supe que algún día serías completamente mía.
____ desvió la mirada asombrada. Le parecía terrible que él hubiera descubierto en su interior aquel ansia, cuando ni siquiera ella misma era capaz de admitirla.
-Esperé a que tú hicieras algún movimiento -continuó Nicholas-, pero tú continuabas con Leland. Empecé a preguntarme si no serías completamente tonta.
-Pero si yo no... -empezó a protestar.
-¡Oh, sí! Ahora entiendo por qué te quedaste con él. Le debías demasiado dinero. Debió ser entonces cuando decidiste ponerte en venta... cuando pienso en eso me dan ganas de romper cosas. Aprendiste tan bien la lección que no paraste hasta conseguir de mí el precio más alto por tus favores.
-¿Cómo te atreves...?
-¿Acaso este matrimonio no es lo que he tenido que pagar para conseguirte?
-Eres... un... cerdo -bisbiseó ____, sintiendo que se ahogaba al escuchar aquella ponzoñosa acusación.
-Te dejaré a un lado en cuanto empieces a resultar peligrosa -le juró Nicholas.
-¡Empieza por dejarme salir de esta cama! -le rogó ____.
-Ni lo pienses. He pagado un precio muy alto por este placer.
-¡No!
-Sabes muy bien que eres incapaz de resistirte -murmuró Nicholas acercando su boca a la de ella-. Te conviertes en cera entre mis manos en cuanto estoy cerca. Ese es mi único consuelo por comportarme como un imbécil con una mujer como tú.
-¡Cómo te atreves!
Pero por toda respuesta Nicholas se limitó a poner una mano entre sus muslos mientras la besaba de nuevo. Aquello fue suficiente para que ____ sintiera que se deshacía, mientras él agotaba sobre su piel todo su extenso repertorio de caricias. Una tras otra fueron cayendo todas las defensas que tan cuidadosamente había levantado para protegerse.
No pudo reprimir un gemido cuando él empezó a acariciarla en la parte más íntima de su cuerpo, a punto casi de suplicarle que acabara de una vez con aquella insoportable espera. Nicholas aún se hizo de rogar un poco más, acariciándola y besándola, satisfecho sin duda al comprobar el inmenso poder que ejercía sobre ella.
#Alejandra
Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
Cuando por fin él se colocó encima de ella, empezó a temblar, tan excitada que por un momento pensó que estaba a punto de desmayarse. Por eso no estaba preparada en absoluto para sentir aquel intenso dolor, mezclado con un placer desconocido para ella. Sin poderlo evitar, profirió un grito y le empujó para que se apartara de ella, aunque para entonces Nick ya se había detenido y la contemplaba incrédulo.
-¿Por qué me miras de esa forma? -susurró, avergonzada de que su cuerpo hubiera podido traicionarla hasta ese extremo.
-¡Cristo!
¡Eres... virgen! -logró articular al fin Nicholas, pálido y sudoroso. ____ deseó que la tierra se la tragara-. ¡Realmente te he hecho daño! -Nick se hizo a un lado sin dejar de mirarla con la misma expresión asombrada-. ¿Estás bien?
Sin decir palabra, ____ se levantó de la cama y huyó al cuarto de baño. ¡Santo Cielo! Nicholas debía sentirse realmente asqueado.
-¡____! Tenemos que hablar de esto inmediatamente -gruñó.
____ cerró la puerta de golpe. Allí acababa su carrera de mujer fatal, pensó, completamente humillada. No se sentía con fuerzas para soportar sus preguntas. Con los ojos llenos de lágrimas, recordó las terribles palabras que él le dijera antes de hacer el amor.
-¿____? -Nick dio unos golpes en la puerta-. ¡Sal ahora mismo!
-¡Vete al infierno! -exclamó, rezando para que el agua que caía en la bañera disimulara el temblor de su voz.
-¿Estás bien?
-¡Por Dios Santo, Nicholas! Sólo estoy dándome un baño, no voy a ahogarme... aunque con esa técnica tuya tan estupenda entiendo que te preocupes...
Antes de acabar de decir aquellas terribles palabras, ____ lamentó haberlo hecho. Sabía que él no había pretendido hacerle daño, que no tenía la menor culpa de lo ocurrido, y decirle semejante cosa sólo en venganza, por que se sentía humillada y avergonzada, no había sido nada justo. Se produjo un opresivo silencio.
Cuando ya estaba en la bañera, empezó a pensar que era una tontería molestarse por lo que Nick le había dicho. Ahora que ya sabía que le había dicho la verdad respecto a su relación con Leland, seguramente la miraría con otros ojos... a no ser que estuviera horrorizado precisamente por su inocencia.
Recordó aquella ocasión que Nicholas había mencionado, siete meses atrás, cuando sus miradas se cruzaron en la sala de reuniones. Desde entonces él había estado esperando que dejara a Leland; de hecho, ni siquiera podía soportar hablar de él, lo que demostraba que aquella antigua relación con su ex-cuñado le importaba mucho más de lo que había querido aparentar durante su primera visita a casa de Selena. Los hombres eran seres extraños, se dijo, y ninguno lo era tanto como Nicholas.
Tardó mucho en salir de la bañera; cuando lo hizo, se puso una larga bata de seda y volvió al dormitorio que, para su sorpresa, estaba vacío. Se tumbó en la cama, aunque estaba demasiado tensa como para conciliar el sueño, esperando que Nicholas regresara. Seguramente, pensó aprensivamente, estaría furioso después de lo ocurrido.
Yació largo rato, atormentada por los remordimientos: no había sido justa con él, se repetía una y otra vez, Lena tenía toda la razón. Se había pasado de lista aparentando ser lo que no era. No dejaba de preguntarse por qué aquel hombre tenía sobre ella una influencia que ningún otro había tenido jamás.
De repente, se abrió la puerta y Nicholas apareció en el umbral. Estaba descalzo y despeinado, y la miraba apretando la mandíbula con una expresión feroz que no le había visto antes. Llevaba unos vaqueros de color negro y una holgada camisa blanca desabrochada.
-¿Por qué me miras de esa forma? -susurró, avergonzada de que su cuerpo hubiera podido traicionarla hasta ese extremo.
-¡Cristo!
¡Eres... virgen! -logró articular al fin Nicholas, pálido y sudoroso. ____ deseó que la tierra se la tragara-. ¡Realmente te he hecho daño! -Nick se hizo a un lado sin dejar de mirarla con la misma expresión asombrada-. ¿Estás bien?
Sin decir palabra, ____ se levantó de la cama y huyó al cuarto de baño. ¡Santo Cielo! Nicholas debía sentirse realmente asqueado.
-¡____! Tenemos que hablar de esto inmediatamente -gruñó.
____ cerró la puerta de golpe. Allí acababa su carrera de mujer fatal, pensó, completamente humillada. No se sentía con fuerzas para soportar sus preguntas. Con los ojos llenos de lágrimas, recordó las terribles palabras que él le dijera antes de hacer el amor.
-¿____? -Nick dio unos golpes en la puerta-. ¡Sal ahora mismo!
-¡Vete al infierno! -exclamó, rezando para que el agua que caía en la bañera disimulara el temblor de su voz.
-¿Estás bien?
-¡Por Dios Santo, Nicholas! Sólo estoy dándome un baño, no voy a ahogarme... aunque con esa técnica tuya tan estupenda entiendo que te preocupes...
Antes de acabar de decir aquellas terribles palabras, ____ lamentó haberlo hecho. Sabía que él no había pretendido hacerle daño, que no tenía la menor culpa de lo ocurrido, y decirle semejante cosa sólo en venganza, por que se sentía humillada y avergonzada, no había sido nada justo. Se produjo un opresivo silencio.
Cuando ya estaba en la bañera, empezó a pensar que era una tontería molestarse por lo que Nick le había dicho. Ahora que ya sabía que le había dicho la verdad respecto a su relación con Leland, seguramente la miraría con otros ojos... a no ser que estuviera horrorizado precisamente por su inocencia.
Recordó aquella ocasión que Nicholas había mencionado, siete meses atrás, cuando sus miradas se cruzaron en la sala de reuniones. Desde entonces él había estado esperando que dejara a Leland; de hecho, ni siquiera podía soportar hablar de él, lo que demostraba que aquella antigua relación con su ex-cuñado le importaba mucho más de lo que había querido aparentar durante su primera visita a casa de Selena. Los hombres eran seres extraños, se dijo, y ninguno lo era tanto como Nicholas.
Tardó mucho en salir de la bañera; cuando lo hizo, se puso una larga bata de seda y volvió al dormitorio que, para su sorpresa, estaba vacío. Se tumbó en la cama, aunque estaba demasiado tensa como para conciliar el sueño, esperando que Nicholas regresara. Seguramente, pensó aprensivamente, estaría furioso después de lo ocurrido.
Yació largo rato, atormentada por los remordimientos: no había sido justa con él, se repetía una y otra vez, Lena tenía toda la razón. Se había pasado de lista aparentando ser lo que no era. No dejaba de preguntarse por qué aquel hombre tenía sobre ella una influencia que ningún otro había tenido jamás.
De repente, se abrió la puerta y Nicholas apareció en el umbral. Estaba descalzo y despeinado, y la miraba apretando la mandíbula con una expresión feroz que no le había visto antes. Llevaba unos vaqueros de color negro y una holgada camisa blanca desabrochada.
#Alejandra
Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
-¡Ahora lo sé todo -murmuró arrastrando las palabras-. Por desgracia, estoy demasiado borracho como para pilotar el helicóptero. ____ se incorporó en la cama, a la defensiva. Nick había bebido demasiado, y eso le daba un aire desvalido que le llegó al corazón. Se levantó de un salto, asiéndole por el brazo.
-Ven, túmbate -le rogó.
-¡No en esa cama! -replicó con súbita furia-. Ahora mismo la quemaría.
____ se dio cuenta de que su despectivo comentario acerca de sus dotes como amante le había dolido en lo más hondo. ¿Acaso era esa la razón por la que se había emborrachado?», se preguntó mientras tiraba de él.
-¡Acuéstate! -le gritó desesperada por su obstinada resistencia.
Por increíble que pudiera parecer, Nick la obedeció de inmediato, como si le hubiera puesto una pistola en el pecho. Tenía un aspecto lamentable, parecía el ejemplo viviente de que, como rezaba el viejo proverbio, las mujeres eran el auténtico sexo fuerte. Se había derrumbado por completo al fracasar en un terreno en el que se enorgullecía ser un consumado maestro.
____ se tendió a su lado, dispuesta a confortarlo.
-Lo estabas haciendo muy bien justo hasta ese momento -lo consoló-. No pensaba en serio eso que te dije. No debes culparte...
-¡El culpable es Leland! -la interrumpió Nicholas.
-¿Le... Leland? -repitió ____ más confundida que nunca. Nick soltó una parrafada en griego-. En inglés, por favor...
-¡Es una babosa! -estalló, mientras sacaba del bolsillo del pantalón una hoja de fax.
____ se la quitó de las manos, extendiéndola cuidadosamente. Forzando la vista, reconoció su propia firma al pie de aquel documento, aunque la luz era tan escasa, por no hablar de su nerviosismo, que fue incapaz de descifrarlo.
-Leland se aprovechó de tu estupidez...
-¿Cómo dices? -preguntó ____ con los ojos como platos.
-Sólo una persona realmente ignorante en cuestiones financieras podría haber firmado un documento como ése... y ni siquiera el peor de los usureros habría fijado unas condiciones para el préstamo tan draconianas como las que te impuso ese bastardo.
Por fin ____ entendió que Nick se había hecho con una copia del contrato que había firmado tres años antes.
-¿Cómo lo has conseguido?
-Eso no importa -respondió evasivamente.
-¿Y por qué piensas que soy tan estúpida?
-Si tuvieras que cumplir las condiciones que se mencionan en ese documento, tendrías que estar pagándole otros diez años -le explicó, entrando de lleno en cuestiones técnicas sobre tasas de interés y plazos de vencimiento.
No podía explicarle que se había dejado atrapar porque había sido demasiado orgullosa como para pedirle a alguien que le leyera la letra pequeña y le explicara los términos legales del documento.
-Sólo tenías diecinueve años -concluyó Nicholas-, lo firmaste justo un día antes de irte a vivir con Leland. Es evidente que ese cerdo te chantajeó.
-No... yo acepté. Nunca me pidió que me acostara con él ni nada parecido, lo único que quería era exhibirse en público conmigo. No sabía en el lío en que me estaba metiendo hasta que fue demasiado tarde -le explicó ____ estrujando el fax en el puño.
-Lo único que quería Leland era devolverle el golpe a Jennifer.
Sorprendida de que él supiera aquella sórdida historia, ____ decidió mostrarse franca con él.
-Mi padre es un adicto al juego, Nick. Se metió en un serio problema con unos tipos muy peligrosos a los que no podía devolver el dinero que les debía. Yo casi no conocía a Leland, pero acudí a pedirle consejo. Fue entonces cuando me dijo que él me prestaría el dinero si me iba a vivir con él.
-Como un cordero al que llevan al matadero, ¿eh? -gruñó Nicholas-. ¿Has dicho adicto al juego?
-Si pudiera, mi padre vendería hasta esta misma cama en la que estamos sin que nos diéramos cuenta.
-¿Y dónde está ahora esa joya de hombre?
-No tengo ni la menor idea. Nos separamos cuando acepté el préstamo de Leland para pagar sus deudas. Creo que se siente avergonzado por eso.
-¿Así que tu maravilloso padre consintió en que te fueras a vivir con Leland para saldar sus deudas de juego? -era evidente que le costaba creer lo que oía.
-Era una cuestión de vida o muerte, Nick, de verdad -se defendió ____-. Ya le habían dado una paliza tremenda, y tenía miedo de que lo mataran. Leland se ofreció a darme el dinero, y eso salvó su vida.
-No se merecía que hicieras semejante sacrificio por él...
-¡No te atrevas a meterte con mi padre! -____ estaba indignada-. ¡Me sacó adelante él solo!
-Sí claro, imagino que muy pronto te enseñó el camino a la casa de empeños. Tienes que haber tenido una infancia de pesadilla...
-El hacía lo que podía. No todos hemos tenido la suerte de nacer de pie, como tú, ¿sabes? Tú eres rico y egoísta, y mi padre pobre y también egoísta, pero, por desgracia para él, tenía la cabeza llena de grandes esperanzas.
-¡Y yo también, te lo aseguro! -replicó Nicholas amargamente-. Lo único en lo que no me equivoqué fue en pensar que tú me necesitabas, porque todo lo demás que esperaba de ti... Esta noche he recibido mi merecido.
Aquellas palabras hicieron que se le helara la sangre en las venas. Quiso decirle que nunca le había necesitado, pero, a punto de estallar en lágrimas, no logró articular las palabras. ¿Una fantasía? ¿Sólo había sido eso para él? Aquello era incluso mucho peor que ser utilizada y exhibida como un simple objeto.
-La verdad -continuó Nicholas cada vez más deprimido-, es que cuantas más cosas sé de ti, peor me siento. Y aborrezco sentirme culpable, no lo puedo soportar. ¿Cómo he podido ser tan estúpido?
-Por el sexo supongo -contestó ____ abatida. Nick se estremeció de pies a cabeza-. ¿Acaso eso te parece tan mal? -preguntó sorprendida.
-Peor que mal, me siento como un violador.
-No seas tonto. Ha sido una cuestión de mala suerte -le consoló ____ al borde del llanto.
-Deberías estar furiosa conmigo...
-No merece la pena... estás demasiado borracho. Casi te diría que me gustas más así que sobrio, eres mucho más humano...
-¡Christos!
¿Te gusta poner el dedo en la llaga, eh? -mortalmente pálido, Nick se recostó sobre la almohada-. Por lo menos ahora sé que tu opinión sobre mí no puede ser peor... -murmuró incoherentemente.
-Duerme -le urgió ____.
-Y cuando uno está en el fondo del pozo, sólo cabe ir mejorando, ¿verdad? -preguntó esperanzado.
Lo único bueno de todo aquello, pensó ____, era que, por lo menos, parecía haberse olvidado de pilotar el helicóptero. Sabía que tendría que odiarlo por haberle roto el corazón con aquella insultante sinceridad, pero, y pesar de la lista de defectos que aún conservaba, lo cierto es que lo amaba, y que lo único que deseaba era abrazarlo y consolarle.
Pensó que había tardado tanto tiempo en reconocer cuáles eran sus verdaderos sentimientos porque estar enamorada de él le dolía más que cualquier cosa que hubiera experimentado hasta aquel momento. Y pensar que había llegado a creer que la reacción de Nicholas se debía a su mala actuación en la cama...
Lo cierto era que, en cuanto había descubierto sin el menor género de dudas que él era el primer hombre con el que se acostaba, había empezado a preguntarse por la verdadera naturaleza de su relación con Leland. Por supuesto, había sido entonces cuando había empezado a pensar en el préstamo... lo que le había llevado a enterarse de la peor forma posible del resto de la historia.
Recordó con amargura que Selena pensaba que le divertía aparentar que era una chica mala... sin considerar la posibilidad de que Nicholas se sintiera más excitado por una de ellas que por una virgen auténtica.
-Ven, túmbate -le rogó.
-¡No en esa cama! -replicó con súbita furia-. Ahora mismo la quemaría.
____ se dio cuenta de que su despectivo comentario acerca de sus dotes como amante le había dolido en lo más hondo. ¿Acaso era esa la razón por la que se había emborrachado?», se preguntó mientras tiraba de él.
-¡Acuéstate! -le gritó desesperada por su obstinada resistencia.
Por increíble que pudiera parecer, Nick la obedeció de inmediato, como si le hubiera puesto una pistola en el pecho. Tenía un aspecto lamentable, parecía el ejemplo viviente de que, como rezaba el viejo proverbio, las mujeres eran el auténtico sexo fuerte. Se había derrumbado por completo al fracasar en un terreno en el que se enorgullecía ser un consumado maestro.
____ se tendió a su lado, dispuesta a confortarlo.
-Lo estabas haciendo muy bien justo hasta ese momento -lo consoló-. No pensaba en serio eso que te dije. No debes culparte...
-¡El culpable es Leland! -la interrumpió Nicholas.
-¿Le... Leland? -repitió ____ más confundida que nunca. Nick soltó una parrafada en griego-. En inglés, por favor...
-¡Es una babosa! -estalló, mientras sacaba del bolsillo del pantalón una hoja de fax.
____ se la quitó de las manos, extendiéndola cuidadosamente. Forzando la vista, reconoció su propia firma al pie de aquel documento, aunque la luz era tan escasa, por no hablar de su nerviosismo, que fue incapaz de descifrarlo.
-Leland se aprovechó de tu estupidez...
-¿Cómo dices? -preguntó ____ con los ojos como platos.
-Sólo una persona realmente ignorante en cuestiones financieras podría haber firmado un documento como ése... y ni siquiera el peor de los usureros habría fijado unas condiciones para el préstamo tan draconianas como las que te impuso ese bastardo.
Por fin ____ entendió que Nick se había hecho con una copia del contrato que había firmado tres años antes.
-¿Cómo lo has conseguido?
-Eso no importa -respondió evasivamente.
-¿Y por qué piensas que soy tan estúpida?
-Si tuvieras que cumplir las condiciones que se mencionan en ese documento, tendrías que estar pagándole otros diez años -le explicó, entrando de lleno en cuestiones técnicas sobre tasas de interés y plazos de vencimiento.
No podía explicarle que se había dejado atrapar porque había sido demasiado orgullosa como para pedirle a alguien que le leyera la letra pequeña y le explicara los términos legales del documento.
-Sólo tenías diecinueve años -concluyó Nicholas-, lo firmaste justo un día antes de irte a vivir con Leland. Es evidente que ese cerdo te chantajeó.
-No... yo acepté. Nunca me pidió que me acostara con él ni nada parecido, lo único que quería era exhibirse en público conmigo. No sabía en el lío en que me estaba metiendo hasta que fue demasiado tarde -le explicó ____ estrujando el fax en el puño.
-Lo único que quería Leland era devolverle el golpe a Jennifer.
Sorprendida de que él supiera aquella sórdida historia, ____ decidió mostrarse franca con él.
-Mi padre es un adicto al juego, Nick. Se metió en un serio problema con unos tipos muy peligrosos a los que no podía devolver el dinero que les debía. Yo casi no conocía a Leland, pero acudí a pedirle consejo. Fue entonces cuando me dijo que él me prestaría el dinero si me iba a vivir con él.
-Como un cordero al que llevan al matadero, ¿eh? -gruñó Nicholas-. ¿Has dicho adicto al juego?
-Si pudiera, mi padre vendería hasta esta misma cama en la que estamos sin que nos diéramos cuenta.
-¿Y dónde está ahora esa joya de hombre?
-No tengo ni la menor idea. Nos separamos cuando acepté el préstamo de Leland para pagar sus deudas. Creo que se siente avergonzado por eso.
-¿Así que tu maravilloso padre consintió en que te fueras a vivir con Leland para saldar sus deudas de juego? -era evidente que le costaba creer lo que oía.
-Era una cuestión de vida o muerte, Nick, de verdad -se defendió ____-. Ya le habían dado una paliza tremenda, y tenía miedo de que lo mataran. Leland se ofreció a darme el dinero, y eso salvó su vida.
-No se merecía que hicieras semejante sacrificio por él...
-¡No te atrevas a meterte con mi padre! -____ estaba indignada-. ¡Me sacó adelante él solo!
-Sí claro, imagino que muy pronto te enseñó el camino a la casa de empeños. Tienes que haber tenido una infancia de pesadilla...
-El hacía lo que podía. No todos hemos tenido la suerte de nacer de pie, como tú, ¿sabes? Tú eres rico y egoísta, y mi padre pobre y también egoísta, pero, por desgracia para él, tenía la cabeza llena de grandes esperanzas.
-¡Y yo también, te lo aseguro! -replicó Nicholas amargamente-. Lo único en lo que no me equivoqué fue en pensar que tú me necesitabas, porque todo lo demás que esperaba de ti... Esta noche he recibido mi merecido.
Aquellas palabras hicieron que se le helara la sangre en las venas. Quiso decirle que nunca le había necesitado, pero, a punto de estallar en lágrimas, no logró articular las palabras. ¿Una fantasía? ¿Sólo había sido eso para él? Aquello era incluso mucho peor que ser utilizada y exhibida como un simple objeto.
-La verdad -continuó Nicholas cada vez más deprimido-, es que cuantas más cosas sé de ti, peor me siento. Y aborrezco sentirme culpable, no lo puedo soportar. ¿Cómo he podido ser tan estúpido?
-Por el sexo supongo -contestó ____ abatida. Nick se estremeció de pies a cabeza-. ¿Acaso eso te parece tan mal? -preguntó sorprendida.
-Peor que mal, me siento como un violador.
-No seas tonto. Ha sido una cuestión de mala suerte -le consoló ____ al borde del llanto.
-Deberías estar furiosa conmigo...
-No merece la pena... estás demasiado borracho. Casi te diría que me gustas más así que sobrio, eres mucho más humano...
-¡Christos!
¿Te gusta poner el dedo en la llaga, eh? -mortalmente pálido, Nick se recostó sobre la almohada-. Por lo menos ahora sé que tu opinión sobre mí no puede ser peor... -murmuró incoherentemente.
-Duerme -le urgió ____.
-Y cuando uno está en el fondo del pozo, sólo cabe ir mejorando, ¿verdad? -preguntó esperanzado.
Lo único bueno de todo aquello, pensó ____, era que, por lo menos, parecía haberse olvidado de pilotar el helicóptero. Sabía que tendría que odiarlo por haberle roto el corazón con aquella insultante sinceridad, pero, y pesar de la lista de defectos que aún conservaba, lo cierto es que lo amaba, y que lo único que deseaba era abrazarlo y consolarle.
Pensó que había tardado tanto tiempo en reconocer cuáles eran sus verdaderos sentimientos porque estar enamorada de él le dolía más que cualquier cosa que hubiera experimentado hasta aquel momento. Y pensar que había llegado a creer que la reacción de Nicholas se debía a su mala actuación en la cama...
Lo cierto era que, en cuanto había descubierto sin el menor género de dudas que él era el primer hombre con el que se acostaba, había empezado a preguntarse por la verdadera naturaleza de su relación con Leland. Por supuesto, había sido entonces cuando había empezado a pensar en el préstamo... lo que le había llevado a enterarse de la peor forma posible del resto de la historia.
Recordó con amargura que Selena pensaba que le divertía aparentar que era una chica mala... sin considerar la posibilidad de que Nicholas se sintiera más excitado por una de ellas que por una virgen auténtica.
#Alejandra
Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
Cap.9
____ se despertó al día siguiente entre los brazos de Nick. Era como estar en el cielo. Entreabrió los labios y rozó con la lengua su hombro desnudo. Sabía a gloria. Aspiró su cálido aroma, mientras acompasaba el ritmo de su respiración a la de él.
Sin embargo, no se engañaba: Nicholas estaba allí solo porque se había quedado dormido. No se trataba de que aquella noche lo hubiera perdido porque, en realidad, nunca había sido suyo. El había perseguido en ella una quimera, una imagen, y el espejismo se había roto.
Posó la mano en su amplio pecho y trazó con la punta de los dedos la línea de aquellos músculos poderosos. Fascinada, alargó aquella suave caricia hasta llegar a la parte baja del abdomen, y allí se detuvo súbitamente al darse cuenta de que, sin querer, estaba a punto de despertarlo.
Lo que menos deseaba en el mundo era enfrentarse con él. Seguramente se pondría furioso al recordar los sucesos de la noche anterior. Se quedó muy quieta hasta que notó que él volvía a relajarse.
Se levantó muy despacio, reuniendo sus ropas precipitadamente. La puerta daba a otro dormitorio donde encontró su maleta al pie de la cama. Amargamente pensó que aquello resumía exactamente su posición en aquella casa: apenas era algo más que una visitante a la que se aloja en la habitación de invitados.
Se puso un vestido ligero y unas sandalias de tiras, pues aunque sólo eran las siete de la mañana, ya hacía bastante calor. Se encaminó a la cocina donde se sirvió un vaso de zumo de naranja, y después salió de la casa. No deseaba enfrentarse con Nicholas hasta meditar bien lo que le iba a decir.
Para empezar, su noche de bodas había resultado un completo desastre. Rezaba para que Nick no recordara bien todas las tonterías que le había dicho y, sobre todo, para que no llegara a descubrir que se había enamorado de él.
Durante un breve instante, él la había tratado como a una igual, y ella había tenido que estropearlo todo escogiendo precisamente aquel instante para despojarse de su armadura y mostrarse ante él tal y como era: un patético fraude, una virgen tonta, en definitiva, tan sólo una pobrecilla, víctima de una chantaje en vez de la avariciosa amante de un hombre rico.
Pero lo más sorprendente había sido la insólita revelación de que, después de todo, Nicholas tenía conciencia: no sólo se había quedado pasmado al descubrir la verdad, sino que se había compadecido de corazón por su triste infancia.
Pero ____ no quería que la compadeciera, y mucho menos que se sintiera culpable, y llegó a la conclusión de que la única forma de evitarlo sería contándole con detalle las condiciones del testamento de la difunta Nancy Leeward. Cuando Nicholas viera lo poco nobles que habían sido sus motivos para casarse con él, sin duda la vería con otros ojos, y, por lo menos, podría recuperar parte de su orgullo.
Cuando dio la vuelta a un saliente rocoso, vio en la playa a dos niños ayudando a un anciano marinero a arrastrar las redes.
Era una escena tan bonita que, inconscientemente, una amplia sonrisa se dibujó en su rostro.
-Nunca te había visto sonreír así -dijo una voz a sus espaldas.
Sorprendida, se dio la vuelta en redondo. Nick estaba tan guapo que sintió que se le salía el corazón del pecho al verlo. Pero, casi instantáneamente, se puso en guardia para ocultarle como fuera sus sentimientos.
-Aunque, lo más probable -continuó-, es que nunca haya hecho nada para merecerlo.
____ se despertó al día siguiente entre los brazos de Nick. Era como estar en el cielo. Entreabrió los labios y rozó con la lengua su hombro desnudo. Sabía a gloria. Aspiró su cálido aroma, mientras acompasaba el ritmo de su respiración a la de él.
Sin embargo, no se engañaba: Nicholas estaba allí solo porque se había quedado dormido. No se trataba de que aquella noche lo hubiera perdido porque, en realidad, nunca había sido suyo. El había perseguido en ella una quimera, una imagen, y el espejismo se había roto.
Posó la mano en su amplio pecho y trazó con la punta de los dedos la línea de aquellos músculos poderosos. Fascinada, alargó aquella suave caricia hasta llegar a la parte baja del abdomen, y allí se detuvo súbitamente al darse cuenta de que, sin querer, estaba a punto de despertarlo.
Lo que menos deseaba en el mundo era enfrentarse con él. Seguramente se pondría furioso al recordar los sucesos de la noche anterior. Se quedó muy quieta hasta que notó que él volvía a relajarse.
Se levantó muy despacio, reuniendo sus ropas precipitadamente. La puerta daba a otro dormitorio donde encontró su maleta al pie de la cama. Amargamente pensó que aquello resumía exactamente su posición en aquella casa: apenas era algo más que una visitante a la que se aloja en la habitación de invitados.
Se puso un vestido ligero y unas sandalias de tiras, pues aunque sólo eran las siete de la mañana, ya hacía bastante calor. Se encaminó a la cocina donde se sirvió un vaso de zumo de naranja, y después salió de la casa. No deseaba enfrentarse con Nicholas hasta meditar bien lo que le iba a decir.
Para empezar, su noche de bodas había resultado un completo desastre. Rezaba para que Nick no recordara bien todas las tonterías que le había dicho y, sobre todo, para que no llegara a descubrir que se había enamorado de él.
Durante un breve instante, él la había tratado como a una igual, y ella había tenido que estropearlo todo escogiendo precisamente aquel instante para despojarse de su armadura y mostrarse ante él tal y como era: un patético fraude, una virgen tonta, en definitiva, tan sólo una pobrecilla, víctima de una chantaje en vez de la avariciosa amante de un hombre rico.
Pero lo más sorprendente había sido la insólita revelación de que, después de todo, Nicholas tenía conciencia: no sólo se había quedado pasmado al descubrir la verdad, sino que se había compadecido de corazón por su triste infancia.
Pero ____ no quería que la compadeciera, y mucho menos que se sintiera culpable, y llegó a la conclusión de que la única forma de evitarlo sería contándole con detalle las condiciones del testamento de la difunta Nancy Leeward. Cuando Nicholas viera lo poco nobles que habían sido sus motivos para casarse con él, sin duda la vería con otros ojos, y, por lo menos, podría recuperar parte de su orgullo.
Cuando dio la vuelta a un saliente rocoso, vio en la playa a dos niños ayudando a un anciano marinero a arrastrar las redes.
Era una escena tan bonita que, inconscientemente, una amplia sonrisa se dibujó en su rostro.
-Nunca te había visto sonreír así -dijo una voz a sus espaldas.
Sorprendida, se dio la vuelta en redondo. Nick estaba tan guapo que sintió que se le salía el corazón del pecho al verlo. Pero, casi instantáneamente, se puso en guardia para ocultarle como fuera sus sentimientos.
-Aunque, lo más probable -continuó-, es que nunca haya hecho nada para merecerlo.
#Alejandra
Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
Ella se lo quedó mirando, inmóvil, tan bella como una estatua, con el pelo reluciendo bajo aquel sol de verano. Nick le asió de la mano y empezó a andar hacia la costa.
-Desde ahora, desde este mismo momento, todo va a ser muy distinto entre nosotros -le prometió.
-¿Sí? -____ empezaba a ponerse muy nerviosa.
-Deberías haberme dicho la verdad sobre tu relación con Leland desde el primer día...
-No lo habrías creído.
-Tienes razón -asintió Nicholas mirando el mar que se extendía ante ellos-. Sólo lo que ocurrió la pasada noche me convenció de que no eres la mujer que yo creía que eras.
-Por lo menos eres sincero -musitó ____.
-Considerando todas las cosas que se han dicho sobre ti -se defendió Nick-, creo que tenía todo el derecho del mundo a pensar mal, aunque no creas, no me enorgullezco precisamente de mi comportamiento. Cuando pienso que incluso te marchaste de Londres para evitarme... Nunca me he portado con ninguna mujer tan mal como contigo; estoy muy arrepentido por haberte obligado a aceptar este matrimonio, pethi mou.
____ se quedó atónita ante tan inesperada confesión, pero, sobre todo, no podía soportar que él la compadeciera.
-Escucha, quiero decirte una cosa -le interrumpió, soltándose de su mano.
-No, deja que siga. Esto no está siendo nada fácil para mí, no estoy acostumbrado a mostrar de este modo mis sentimientos.
-Tú no sientes nada por mí -le espetó ____ sin pensar.
-Pareces muy segura de ti misma...
-Reconócelo Nick: las rocas de esta playa seguramente tienen más sentimientos que tú -le acusó cínicamente-. Por otra parte, ¿por qué debería importarme que me utilices, cuando yo estaba dispuesta también a aprovecharme de la situación. No es lo mismo que si estuviera enamorada de ti, o algo parecido -continuó, incapaz de detenerse-. Me casé contigo porque me convenía hacerlo. Necesitaba un marido por lo menos durante seis meses.
Se produjo un interminable silencio entre ellos.
-¿Qué diablos quieres decir? -estalló al fin Nicholas tensando todos los músculos de su rostro.
-Me refiero al testamento de mi abuela -le explicó ____ impasible-. Era una mujer muy rica, pero sólo podía heredar mi parte si me casaba. Todo lo que quería casándome contigo era conseguir mi propio dinero, no el tuyo.
-Es una broma, ¿verdad? -Nick parecía haberse quedado petrificado. ____ negó con la cabeza, incapaz de articular palabra-. ¿Te das cuenta de que si eso que me dices es verdad pienso matarte?
-No sé por qué -replicó ____ con fingida calma-. Este matrimonio es tan falso para ti como para mí. Me lo propusiste sólo para acostarte conmigo, y sólo ibas a mantenerlo hasta que te aburrieras de mí, ni un minuto más. Por eso, me pareció que lo mejor sería ser igual de franca contigo.
Incapaz de seguir, ____ se dio la vuelta, encaminándose hacia la casa. Ahí terminaba aquella historia, pensaba, nunca más volvería a verlo: pasaría el resto de su vida en la pobreza y echando de menos a aquel hombre.
-____...
Sumida en sus pensamientos, no se había dado cuenta de que él la había seguido. En dos zancadas estuvo a su lado.
-¿No se te ha ocurrido que es posible que no me aburra de ti nunca, pethi mou? -preguntó abrazándola.
-Pero...
Nick la hizo callar con un apasionado beso que duró hasta que llegaron al dormitorio. Una especie de corriente eléctrica le recorrió de pies a cabeza hasta que él por fin se separó de ella, tendiéndola sobre la cama.
-Pe... pero yo creía que ya no querías...
-Y yo no me imaginaba que fueras tan lista, ni tan aguda tampoco -replicó Nick mientras se quitaba la ropa.
-¿Qué vas a hacer? -preguntó sofocada.
-Lo que debería haber hecho cuando me desperté esta mañana y te pillé acariciándome como una niñita... ¡Y pensar que no quería avergonzarte! -exclamó-. ¡Como si tú supieras lo que es la vergüenza! A pesar de tu carita de ángel eres más dura que el acero.
____ se sintió halagada, pero no porque él hubiera dicho que era lista, ni aguda, sino porque por fin parecía haberse ganado su respeto. Conocía a Nick lo suficiente como para entender que, desde la noche anterior, había ganado muchos puntos en su estima. Intuyó entonces que reaccionaba así porque le gustaban los desafíos, y semejante revelación la dejó atónita.
-¿Por qué estás tan tranquila? -preguntó Nick suspicaz-. No me fío de ti cuando estás así.
____ le sonrió lánguidamente.
-Supongo que no querrás divorciarte precisamente ahora...
-¡Theos!
¡Pero si nos casamos ayer!
Era cierto, todavía la deseaba..., por increíble que pudiera parecer, incluso la deseaba más que nunca. Cuando se agachó para besarla de nuevo, su propio deseo volvió a traicionarla; deseaba tocarlo, abrazarlo, sin que por una vez le importaran las consecuencias.
-Esta vez no te haré daño, te lo prometo -susurró Nicholas roncamente mientras le quitaba el vestido-. Ser el primero ha sido... un regalo inesperado. Casi me has vuelto loco contándome esas ridículas historias. -¿Acaso crees que no sé que tú también me deseas? Puedo verlo en tus ojos...
No había creído una palabra de lo que le había contado sobre el testamento. Abrió la boca para explicárselo otra vez, pero él la acalló con un beso, y ella le estrechó entre sus brazos, rendida a una pasión que ya no podía disimular más.
-¿Por qué te empeñas en pelear conmigo? -murmuró Nick quitándole el sujetador y empezando a acariciarle los pechos de tal forma que vibraron todas las fibras de su cuerpo.
En lo más profundo de su conciencia, ____ sabía que había algo que necesitaba decirle, pero mientras aquellos increíbles ojos dorados estuviesen puestos sobre ella, era incapaz hasta de recordar su nombre. Cuando Nick la sonrió, fue como si hubiera estado esperando aquel gesto para adelantarse a besarlo; nunca había deseado hacer algo con semejante intensidad.
Medio tumbado sobre ella, y sin dejar de besarla, Nicholas le quitó las braguitas y empezó a acariciarle dulce, sabiamente. A ____ le pareció que una corriente de lava ardiente empezaba a derramarse de su interior.
Nick continuó hasta que se dio cuenta de que ella no podría aguantarlo mucho más, y sólo entonces la poseyó. Y mientras él la miraba, conteniendo a duras penas su propio deseo, se desataron en su cuerpo oleadas sucesivas del más intenso placer.
-¡Nicholas...! -gritó sin poderse controlar. El se detuvo entonces, hasta que ____ le urgió para que continuara: no quería que se detuviera, no mientras no alcanzara la cima del éxtasis. Por fin él la condujo hasta allí, haciéndola sentir una plenitud tan gloriosa como nunca hubiera imaginado.
-Así tendría que haber sido en nuestra noche de bodas -le dijo Nick sonriendo.
____ apenas podía creer lo que acababa de suceder; se aferraba a su cuerpo, incapaz de separarse, al tiempo que luchaba por contener las lágrimas.
-Me parece que ya es hora de anunciar nuestro matrimonio -dijo Nicholas perezosamente. ____ abrió unos ojos como platos al pensar en las implicaciones de lo que acababa de oír-. ¿Qué te parece? -le preguntó, pero, sin esperar su respuesta, se levantó de un salto de la cama-. Primero una ducha y después el desayuno... Nunca en mi vida he tenido tanta hambre.
Sólo entonces recordó ____ lo que había dicho antes de hacerle el amor acerca de sus «ridículas historias».
-Nick... -él se volvió a mirarla con una amplia sonrisa dibujada en su rostro-. Lo que te he contado antes... lo del testamento... es verdad...
Nicholas se la quedó mirando con una expresión indescifrable mientras ella le contaba con detalle la importancia que su madrina le había dado al matrimonio, su disgusto al enterarse de que se había ido a vivir con Leland. Al principio estaba tan nerviosa que ni siquiera era capaz de mirarlo a la cara.
-Desde ahora, desde este mismo momento, todo va a ser muy distinto entre nosotros -le prometió.
-¿Sí? -____ empezaba a ponerse muy nerviosa.
-Deberías haberme dicho la verdad sobre tu relación con Leland desde el primer día...
-No lo habrías creído.
-Tienes razón -asintió Nicholas mirando el mar que se extendía ante ellos-. Sólo lo que ocurrió la pasada noche me convenció de que no eres la mujer que yo creía que eras.
-Por lo menos eres sincero -musitó ____.
-Considerando todas las cosas que se han dicho sobre ti -se defendió Nick-, creo que tenía todo el derecho del mundo a pensar mal, aunque no creas, no me enorgullezco precisamente de mi comportamiento. Cuando pienso que incluso te marchaste de Londres para evitarme... Nunca me he portado con ninguna mujer tan mal como contigo; estoy muy arrepentido por haberte obligado a aceptar este matrimonio, pethi mou.
____ se quedó atónita ante tan inesperada confesión, pero, sobre todo, no podía soportar que él la compadeciera.
-Escucha, quiero decirte una cosa -le interrumpió, soltándose de su mano.
-No, deja que siga. Esto no está siendo nada fácil para mí, no estoy acostumbrado a mostrar de este modo mis sentimientos.
-Tú no sientes nada por mí -le espetó ____ sin pensar.
-Pareces muy segura de ti misma...
-Reconócelo Nick: las rocas de esta playa seguramente tienen más sentimientos que tú -le acusó cínicamente-. Por otra parte, ¿por qué debería importarme que me utilices, cuando yo estaba dispuesta también a aprovecharme de la situación. No es lo mismo que si estuviera enamorada de ti, o algo parecido -continuó, incapaz de detenerse-. Me casé contigo porque me convenía hacerlo. Necesitaba un marido por lo menos durante seis meses.
Se produjo un interminable silencio entre ellos.
-¿Qué diablos quieres decir? -estalló al fin Nicholas tensando todos los músculos de su rostro.
-Me refiero al testamento de mi abuela -le explicó ____ impasible-. Era una mujer muy rica, pero sólo podía heredar mi parte si me casaba. Todo lo que quería casándome contigo era conseguir mi propio dinero, no el tuyo.
-Es una broma, ¿verdad? -Nick parecía haberse quedado petrificado. ____ negó con la cabeza, incapaz de articular palabra-. ¿Te das cuenta de que si eso que me dices es verdad pienso matarte?
-No sé por qué -replicó ____ con fingida calma-. Este matrimonio es tan falso para ti como para mí. Me lo propusiste sólo para acostarte conmigo, y sólo ibas a mantenerlo hasta que te aburrieras de mí, ni un minuto más. Por eso, me pareció que lo mejor sería ser igual de franca contigo.
Incapaz de seguir, ____ se dio la vuelta, encaminándose hacia la casa. Ahí terminaba aquella historia, pensaba, nunca más volvería a verlo: pasaría el resto de su vida en la pobreza y echando de menos a aquel hombre.
-____...
Sumida en sus pensamientos, no se había dado cuenta de que él la había seguido. En dos zancadas estuvo a su lado.
-¿No se te ha ocurrido que es posible que no me aburra de ti nunca, pethi mou? -preguntó abrazándola.
-Pero...
Nick la hizo callar con un apasionado beso que duró hasta que llegaron al dormitorio. Una especie de corriente eléctrica le recorrió de pies a cabeza hasta que él por fin se separó de ella, tendiéndola sobre la cama.
-Pe... pero yo creía que ya no querías...
-Y yo no me imaginaba que fueras tan lista, ni tan aguda tampoco -replicó Nick mientras se quitaba la ropa.
-¿Qué vas a hacer? -preguntó sofocada.
-Lo que debería haber hecho cuando me desperté esta mañana y te pillé acariciándome como una niñita... ¡Y pensar que no quería avergonzarte! -exclamó-. ¡Como si tú supieras lo que es la vergüenza! A pesar de tu carita de ángel eres más dura que el acero.
____ se sintió halagada, pero no porque él hubiera dicho que era lista, ni aguda, sino porque por fin parecía haberse ganado su respeto. Conocía a Nick lo suficiente como para entender que, desde la noche anterior, había ganado muchos puntos en su estima. Intuyó entonces que reaccionaba así porque le gustaban los desafíos, y semejante revelación la dejó atónita.
-¿Por qué estás tan tranquila? -preguntó Nick suspicaz-. No me fío de ti cuando estás así.
____ le sonrió lánguidamente.
-Supongo que no querrás divorciarte precisamente ahora...
-¡Theos!
¡Pero si nos casamos ayer!
Era cierto, todavía la deseaba..., por increíble que pudiera parecer, incluso la deseaba más que nunca. Cuando se agachó para besarla de nuevo, su propio deseo volvió a traicionarla; deseaba tocarlo, abrazarlo, sin que por una vez le importaran las consecuencias.
-Esta vez no te haré daño, te lo prometo -susurró Nicholas roncamente mientras le quitaba el vestido-. Ser el primero ha sido... un regalo inesperado. Casi me has vuelto loco contándome esas ridículas historias. -¿Acaso crees que no sé que tú también me deseas? Puedo verlo en tus ojos...
No había creído una palabra de lo que le había contado sobre el testamento. Abrió la boca para explicárselo otra vez, pero él la acalló con un beso, y ella le estrechó entre sus brazos, rendida a una pasión que ya no podía disimular más.
-¿Por qué te empeñas en pelear conmigo? -murmuró Nick quitándole el sujetador y empezando a acariciarle los pechos de tal forma que vibraron todas las fibras de su cuerpo.
En lo más profundo de su conciencia, ____ sabía que había algo que necesitaba decirle, pero mientras aquellos increíbles ojos dorados estuviesen puestos sobre ella, era incapaz hasta de recordar su nombre. Cuando Nick la sonrió, fue como si hubiera estado esperando aquel gesto para adelantarse a besarlo; nunca había deseado hacer algo con semejante intensidad.
Medio tumbado sobre ella, y sin dejar de besarla, Nicholas le quitó las braguitas y empezó a acariciarle dulce, sabiamente. A ____ le pareció que una corriente de lava ardiente empezaba a derramarse de su interior.
Nick continuó hasta que se dio cuenta de que ella no podría aguantarlo mucho más, y sólo entonces la poseyó. Y mientras él la miraba, conteniendo a duras penas su propio deseo, se desataron en su cuerpo oleadas sucesivas del más intenso placer.
-¡Nicholas...! -gritó sin poderse controlar. El se detuvo entonces, hasta que ____ le urgió para que continuara: no quería que se detuviera, no mientras no alcanzara la cima del éxtasis. Por fin él la condujo hasta allí, haciéndola sentir una plenitud tan gloriosa como nunca hubiera imaginado.
-Así tendría que haber sido en nuestra noche de bodas -le dijo Nick sonriendo.
____ apenas podía creer lo que acababa de suceder; se aferraba a su cuerpo, incapaz de separarse, al tiempo que luchaba por contener las lágrimas.
-Me parece que ya es hora de anunciar nuestro matrimonio -dijo Nicholas perezosamente. ____ abrió unos ojos como platos al pensar en las implicaciones de lo que acababa de oír-. ¿Qué te parece? -le preguntó, pero, sin esperar su respuesta, se levantó de un salto de la cama-. Primero una ducha y después el desayuno... Nunca en mi vida he tenido tanta hambre.
Sólo entonces recordó ____ lo que había dicho antes de hacerle el amor acerca de sus «ridículas historias».
-Nick... -él se volvió a mirarla con una amplia sonrisa dibujada en su rostro-. Lo que te he contado antes... lo del testamento... es verdad...
Nicholas se la quedó mirando con una expresión indescifrable mientras ella le contaba con detalle la importancia que su madrina le había dado al matrimonio, su disgusto al enterarse de que se había ido a vivir con Leland. Al principio estaba tan nerviosa que ni siquiera era capaz de mirarlo a la cara.
#Alejandra
Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
-Entonces, bueno... fue cuando me propusiste lo de la boda, y me enfadé tanto que se me ocurrió que también podía utilizarte para cumplir la condición impuesta en el testamento -le explicó con voz cada vez más temblorosa. En aquellos momentos no podía entender cómo había sido capaz de llevar adelante una idea tan peregrina. Ante la mirada de Nick, aquel plan que al principio le había parecido algo tan sencillo e inteligente se convertía en algo muy diferente.
Se hizo entre ellos un silencio que podía cortarse con un cuchillo. Sin saber muy bien cómo iba a reaccionar, _____ extendió una mano hacia él.
-Eres una víbora -estalló Nicholas al ver aquel gesto-. Cuando te pedí que te casaras conmigo, lo hice de corazón, porque, a diferencia de ti, yo todavía mantengo algunos principios...
-Nick, yo... -____ se había puesto tan blanca como el papel.
-¡Cállate! ¡No quiero seguir escuchándote! Me estoy acordando de la generosa cantidad que acordamos que recibirías en caso de divorcio... Y eres tan avariciosa que también pretendes hacerte con el dinero de esa pobre anciana... -____ notó que se le inundaban los ojos de lágrimas., Nicholas la miraba como si fuera un ser repugnante-. ¿Cómo has sido capaz de manipularme de esta manera? -le reprochó amargamente.
-¡Estás muy equivocado! -se defendió ____, lamentando en lo más hondo su torpeza-. ¡No fue algo premeditado, se me ocurrió sobre la marcha! Estaba tan enfadada, me sentía tan dolida...
-Cuando un hombre te ofrece un anillo de bodas, lo hace para honrarte, no para utilizarte -dijo Nicholas entre dientes.
-Bueno, yo eso no puedo saberlo: sólo he tenido el supremo honor de llevarlo durante cinco minutos.
-¡Tú me lo devolviste!
-¡Y tú lo aceptaste! -le recordó _____ implacable-. Y no quiero que me lo devuelvas, ni tampoco que le digas a nadie que nos hemos casado... no quiero que se sepa que fui tan tonta como para casarme contigo.
-Eso me parece bien -admitió Nick torvamente-. Ya me aseguraré yo de deshacerme de ti antes de que pasen seis meses -anunció antes de meterse en el baño.
_____ enterró la cabeza entre las almohadas, golpeándolas con rabia y frustración. Por un breve instante se había sentido muy cerca de Nicholas, y en menos de un segundo, aquella ilusión se había roto en mil pedazos... y la culpa era sólo suya, por imprudente.
Aunque era cierto que tarde o temprano tendría que haberle hablado del testamento, había elegido sin duda la peor forma de hacerlo. Lo había hecho tan rematadamente mal que, al principio, Nick ni siquiera se lo había creído, tomando sus palabras por un intento infantil de desafiarlo. Se estremeció al darse cuenta de lo bien que la conocía aquel hombre.
Porque aquello era exactamente lo que había pretendido contándole la historia de su herencia en aquellos términos tan ofensivos. Había olvidado que quien siembra vientos, recoge tempestades, y por eso tendría que conformarse con los amargos frutos que ella misma había plantado: ira, desilusión, rechazo...
¿Cómo podría explicarle que lo había hecho porque deseaba seguir casada con él, y que para eso necesitaba una excusa que le permitiera creer que aún mantenía el control? No podía decirle de ningún modo que se había enamorado de él...
Cuando por fin Nick salió del baño, ____ se lo quedó mirando como un perro apaleado.
-Oye Nicholas, no pensaba obligarte a cumplir el acuerdo prenupcial...
-Deberías dedicarte a escribir guiones de ciencia- ficción -le espetó Nick en el colmo de la incredulidad.
-¡Antes has reconocido que te equivocaste al prejuzgarme! -insistió ____.
-Retiro lo dicho -replicó, lanzándole una gélida mirada-. Ah, Y me marcho a Londres un par de días. Tengo que ocuparme de unos asuntos.
____ no era tonta. Desolada, se percató de que no quería estar con ella ni un minuto más.
-¿Siempre eres tan implacable con los que te rodean? -preguntó con el alma en vilo.
-Te aseguro que me encanta esa vocecita lastimera que pones, pero no te esfuerces, no me creo nada.
Cálidas lágrimas empezaron a caer por sus mejillas sin que pudiera hacer otra cosa por remediarlo que secárselas con el borde de la sábana.
Nick acabó de ponerse un elegante traje gris. Parecía tan inaccesible y frío como el Himalaya. Sin embargo, ____ decidió hacer un último intento.
-Te juro que nunca he querido tu dinero, Nick-susurró, imprimiendo a cada una de sus palabras toda la sinceridad de la que fue capaz.
Nicholas esbozó una sonrisa que más bien parecía una mueca de burla.
-Aunque no encajas en la imagen que tengo de la perfecta esposa, como amante eres impagable. No hace falta que disimules tu interés. Hemos hecho un trato: yo disfruto de tu cuerpo, tú de mi dinero. A fin de cuentas, eso es lo que más nos va a los multimillonarios vulgares como yo, ¿verdad?
____ sintió que se le helaba la sangre en las venas. Con el mínimo de lucidez que le quedaba decidió que si lo que Nick quería era una amante, eso era precisamente lo que tendría.
-¿Como es que Nick no sabe dónde estás? ¿Es que no le has dicho que has vuelto a Londres? -preguntó Selena asombrada.
-He venido derecha desde el aeropuerto; quiero darle una sorpresa -le explicó sin faltar del todo a la verdad.
-Claro, lo entiendo -dijo su amiga más tranquila-. ¡Qué pena que los negocios le hayan obligado a interrumpir tan pronto vuestra luna de miel! ¿Cuándo dices que se marchó Nick de la isla?
-Hace unos días -contestó ____, pero no le confesó que ella había embarcado en el ferry apenas veinticuatro horas más tarde, en cuanto recibió las tarjetas de crédito y le fue posible comprar el billete. Se había sentido muy mortificada al ver que en ellas figuraba su nombre de soltera.
Aquel desaire la había inducido a mantenerse hasta sus últimas consecuencias en el papel de amante que le había adjudicado Nick, y como tal, se dedicó a derrochar su dinero a manos llenas. Primero había ido a Roma, y después a París, invirtiendo una considerable cantidad de tiempo y dinero en hacerse con un impresionante guardarropa. Casi podía empapelar aquel cuarto con todos los recibos que había ido acumulando y que esperaba sirvieran para que Nick creyera que aún estaba en el continente; deliberadamente, había utilizado dinero en efectivo para pagar las facturas de los hoteles y los billetes de avión.
-¿Eres feliz? -le preguntó Sel preocupada.
Se hizo entre ellos un silencio que podía cortarse con un cuchillo. Sin saber muy bien cómo iba a reaccionar, _____ extendió una mano hacia él.
-Eres una víbora -estalló Nicholas al ver aquel gesto-. Cuando te pedí que te casaras conmigo, lo hice de corazón, porque, a diferencia de ti, yo todavía mantengo algunos principios...
-Nick, yo... -____ se había puesto tan blanca como el papel.
-¡Cállate! ¡No quiero seguir escuchándote! Me estoy acordando de la generosa cantidad que acordamos que recibirías en caso de divorcio... Y eres tan avariciosa que también pretendes hacerte con el dinero de esa pobre anciana... -____ notó que se le inundaban los ojos de lágrimas., Nicholas la miraba como si fuera un ser repugnante-. ¿Cómo has sido capaz de manipularme de esta manera? -le reprochó amargamente.
-¡Estás muy equivocado! -se defendió ____, lamentando en lo más hondo su torpeza-. ¡No fue algo premeditado, se me ocurrió sobre la marcha! Estaba tan enfadada, me sentía tan dolida...
-Cuando un hombre te ofrece un anillo de bodas, lo hace para honrarte, no para utilizarte -dijo Nicholas entre dientes.
-Bueno, yo eso no puedo saberlo: sólo he tenido el supremo honor de llevarlo durante cinco minutos.
-¡Tú me lo devolviste!
-¡Y tú lo aceptaste! -le recordó _____ implacable-. Y no quiero que me lo devuelvas, ni tampoco que le digas a nadie que nos hemos casado... no quiero que se sepa que fui tan tonta como para casarme contigo.
-Eso me parece bien -admitió Nick torvamente-. Ya me aseguraré yo de deshacerme de ti antes de que pasen seis meses -anunció antes de meterse en el baño.
_____ enterró la cabeza entre las almohadas, golpeándolas con rabia y frustración. Por un breve instante se había sentido muy cerca de Nicholas, y en menos de un segundo, aquella ilusión se había roto en mil pedazos... y la culpa era sólo suya, por imprudente.
Aunque era cierto que tarde o temprano tendría que haberle hablado del testamento, había elegido sin duda la peor forma de hacerlo. Lo había hecho tan rematadamente mal que, al principio, Nick ni siquiera se lo había creído, tomando sus palabras por un intento infantil de desafiarlo. Se estremeció al darse cuenta de lo bien que la conocía aquel hombre.
Porque aquello era exactamente lo que había pretendido contándole la historia de su herencia en aquellos términos tan ofensivos. Había olvidado que quien siembra vientos, recoge tempestades, y por eso tendría que conformarse con los amargos frutos que ella misma había plantado: ira, desilusión, rechazo...
¿Cómo podría explicarle que lo había hecho porque deseaba seguir casada con él, y que para eso necesitaba una excusa que le permitiera creer que aún mantenía el control? No podía decirle de ningún modo que se había enamorado de él...
Cuando por fin Nick salió del baño, ____ se lo quedó mirando como un perro apaleado.
-Oye Nicholas, no pensaba obligarte a cumplir el acuerdo prenupcial...
-Deberías dedicarte a escribir guiones de ciencia- ficción -le espetó Nick en el colmo de la incredulidad.
-¡Antes has reconocido que te equivocaste al prejuzgarme! -insistió ____.
-Retiro lo dicho -replicó, lanzándole una gélida mirada-. Ah, Y me marcho a Londres un par de días. Tengo que ocuparme de unos asuntos.
____ no era tonta. Desolada, se percató de que no quería estar con ella ni un minuto más.
-¿Siempre eres tan implacable con los que te rodean? -preguntó con el alma en vilo.
-Te aseguro que me encanta esa vocecita lastimera que pones, pero no te esfuerces, no me creo nada.
Cálidas lágrimas empezaron a caer por sus mejillas sin que pudiera hacer otra cosa por remediarlo que secárselas con el borde de la sábana.
Nick acabó de ponerse un elegante traje gris. Parecía tan inaccesible y frío como el Himalaya. Sin embargo, ____ decidió hacer un último intento.
-Te juro que nunca he querido tu dinero, Nick-susurró, imprimiendo a cada una de sus palabras toda la sinceridad de la que fue capaz.
Nicholas esbozó una sonrisa que más bien parecía una mueca de burla.
-Aunque no encajas en la imagen que tengo de la perfecta esposa, como amante eres impagable. No hace falta que disimules tu interés. Hemos hecho un trato: yo disfruto de tu cuerpo, tú de mi dinero. A fin de cuentas, eso es lo que más nos va a los multimillonarios vulgares como yo, ¿verdad?
____ sintió que se le helaba la sangre en las venas. Con el mínimo de lucidez que le quedaba decidió que si lo que Nick quería era una amante, eso era precisamente lo que tendría.
-¿Como es que Nick no sabe dónde estás? ¿Es que no le has dicho que has vuelto a Londres? -preguntó Selena asombrada.
-He venido derecha desde el aeropuerto; quiero darle una sorpresa -le explicó sin faltar del todo a la verdad.
-Claro, lo entiendo -dijo su amiga más tranquila-. ¡Qué pena que los negocios le hayan obligado a interrumpir tan pronto vuestra luna de miel! ¿Cuándo dices que se marchó Nick de la isla?
-Hace unos días -contestó ____, pero no le confesó que ella había embarcado en el ferry apenas veinticuatro horas más tarde, en cuanto recibió las tarjetas de crédito y le fue posible comprar el billete. Se había sentido muy mortificada al ver que en ellas figuraba su nombre de soltera.
Aquel desaire la había inducido a mantenerse hasta sus últimas consecuencias en el papel de amante que le había adjudicado Nick, y como tal, se dedicó a derrochar su dinero a manos llenas. Primero había ido a Roma, y después a París, invirtiendo una considerable cantidad de tiempo y dinero en hacerse con un impresionante guardarropa. Casi podía empapelar aquel cuarto con todos los recibos que había ido acumulando y que esperaba sirvieran para que Nick creyera que aún estaba en el continente; deliberadamente, había utilizado dinero en efectivo para pagar las facturas de los hoteles y los billetes de avión.
-¿Eres feliz? -le preguntó Sel preocupada.
#Alejandra
Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
-Muy feliz -contestó. Por lo menos, se dijo, todo lo feliz que podía ser teniendo en cuenta que hacía seis días, catorce horas y treinta y siete minutos que Nick se había marchado de su lado. Se consoló pensando que la alternativa, quedarse vegetando en Chymos hasta que él volviera, era muchísimo peor.
-¿Crees que Nick puede llegar a amarte? -insistió Lena.
____ no supo qué contestar. Lo había deseado, pero ahora se daba cuenta de que era un anhelo imposible. Lo único que podía asegurar con certeza es que a aquellas alturas debía estar furioso porque se hubiera marchado de la isla sin decírselo a nadie.
Aunque, bien pensado, se suponía que toda amante que se preciara de serlo debía buscarse entretenimientos mientras su protector se ocupaba de sus asuntos. No era ella quien tenía que decirle cuándo estaba disponible, sino más bien al contrario.
____ tomó el té con Selena y después llamó a un taxi para que la condujera junto con su inmenso equipaje al edificio donde Nick había dispuesto que viviera. Sintió una punzada de aprensión, pues no estaba muy segura de cómo iba a ser recibida, dado que Nick ni siquiera debía saber que había regresado a Londres.
Pero enseguida se dio cuenta de que, una vez más, le había subestimado: para empezar, en cuanto llegó al ascensor, un guardaespaldas se dirigió a ella.
-¿Señorita Kendall?
-Sí, soy yo. ¿Le importaría hacerse cargo de mi equipaje? -respondió, y sin esperar su respuesta subió al apartamento.
Cuando las puertas se abrieron pensó por un momento que se había equivocado de piso. Habían retirado todos aquellos horribles muebles futuristas, y, en su lugar, habían colocado preciosos muebles antiguos y cálidas alfombras. En la terraza habían instalado barreras protectoras y además, por si aún no se atreviera a salir a respirar aire fresco, habían construido un amplio invernadero.
Aunque era evidente que no se había reparado en gastos para redecorar aquel lugar a su gusto, lejos de sentirse complacida, ____ estaba a punto de estallar en lágrimas. Nick se había tomado tantas molestias solamente para asegurarse de que, tal y como había dispuesto, vivieran separados. A sus ojos, aquel esplendor no bastaba para consolarla de semejante humillación.
La joven pasó el resto de la tarde ordenando su guardarropa, y cuando lo hubo hecho buscó las dos hojas con la lista de defectos de Nick que se había convertido en una especie de talismán. Cuando se sentía furiosa, o le echaba de menos, volvía a leerla de cabo a rabo para recordarse que, aunque ella estuviera lejos de ser perfecta, él tampoco lo era. Soprendentemente, haciendo aquel insólito ejercicio se sentía un poco cerca de él.
¿Cuánto tiempo pasaría antes de que se enterara de su regreso?, reflexionó mientras se relajaba en un baño de espuma. Deseaba llamarlo con todas sus fuerzas, pero sabía que no era eso lo que se esperaba de la perfecta amante, no podía ser indiscreta. Se puso un camisón corto de seda azul y se acostó en la enorme cama del dormitorio principal.
Aunque no oyó el ruido del ascensor, se incorporó sobresaltada al escuchar unos pasos que se dirigían al dormitorio.
Se abrió la puerta y Nick apareció en el umbral. Estaba tan atractivo con aquel esmoquin, la pajarita suelta y la camisa medio desabrochada que ____ sintió que el corazón se le paralizaba.
Nick se quedó clavado en el umbral, con los puños apretados, respirando agitadamente; ella se recostó sobre las almohadas, mirándolo tan tranquila como si le hubiera estado esperando.
-¡Has venido a verme en cuanto he regresado! -le saludó alegremente-. ¡Qué agradable sorpresa!
-¿Crees que Nick puede llegar a amarte? -insistió Lena.
____ no supo qué contestar. Lo había deseado, pero ahora se daba cuenta de que era un anhelo imposible. Lo único que podía asegurar con certeza es que a aquellas alturas debía estar furioso porque se hubiera marchado de la isla sin decírselo a nadie.
Aunque, bien pensado, se suponía que toda amante que se preciara de serlo debía buscarse entretenimientos mientras su protector se ocupaba de sus asuntos. No era ella quien tenía que decirle cuándo estaba disponible, sino más bien al contrario.
____ tomó el té con Selena y después llamó a un taxi para que la condujera junto con su inmenso equipaje al edificio donde Nick había dispuesto que viviera. Sintió una punzada de aprensión, pues no estaba muy segura de cómo iba a ser recibida, dado que Nick ni siquiera debía saber que había regresado a Londres.
Pero enseguida se dio cuenta de que, una vez más, le había subestimado: para empezar, en cuanto llegó al ascensor, un guardaespaldas se dirigió a ella.
-¿Señorita Kendall?
-Sí, soy yo. ¿Le importaría hacerse cargo de mi equipaje? -respondió, y sin esperar su respuesta subió al apartamento.
Cuando las puertas se abrieron pensó por un momento que se había equivocado de piso. Habían retirado todos aquellos horribles muebles futuristas, y, en su lugar, habían colocado preciosos muebles antiguos y cálidas alfombras. En la terraza habían instalado barreras protectoras y además, por si aún no se atreviera a salir a respirar aire fresco, habían construido un amplio invernadero.
Aunque era evidente que no se había reparado en gastos para redecorar aquel lugar a su gusto, lejos de sentirse complacida, ____ estaba a punto de estallar en lágrimas. Nick se había tomado tantas molestias solamente para asegurarse de que, tal y como había dispuesto, vivieran separados. A sus ojos, aquel esplendor no bastaba para consolarla de semejante humillación.
La joven pasó el resto de la tarde ordenando su guardarropa, y cuando lo hubo hecho buscó las dos hojas con la lista de defectos de Nick que se había convertido en una especie de talismán. Cuando se sentía furiosa, o le echaba de menos, volvía a leerla de cabo a rabo para recordarse que, aunque ella estuviera lejos de ser perfecta, él tampoco lo era. Soprendentemente, haciendo aquel insólito ejercicio se sentía un poco cerca de él.
¿Cuánto tiempo pasaría antes de que se enterara de su regreso?, reflexionó mientras se relajaba en un baño de espuma. Deseaba llamarlo con todas sus fuerzas, pero sabía que no era eso lo que se esperaba de la perfecta amante, no podía ser indiscreta. Se puso un camisón corto de seda azul y se acostó en la enorme cama del dormitorio principal.
Aunque no oyó el ruido del ascensor, se incorporó sobresaltada al escuchar unos pasos que se dirigían al dormitorio.
Se abrió la puerta y Nick apareció en el umbral. Estaba tan atractivo con aquel esmoquin, la pajarita suelta y la camisa medio desabrochada que ____ sintió que el corazón se le paralizaba.
Nick se quedó clavado en el umbral, con los puños apretados, respirando agitadamente; ella se recostó sobre las almohadas, mirándolo tan tranquila como si le hubiera estado esperando.
-¡Has venido a verme en cuanto he regresado! -le saludó alegremente-. ¡Qué agradable sorpresa!
#Alejandra
Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
pff....ahora si que estoy confundida...primero pelean despues terminan en la cama y al final estan peleando de nuevo y AAAAMO esta nove jaja. No debio irse de la isla y muucho menos haberse comprado ropa lo que debio haber echo es ,ahora si, remodelar la casita que tenia he irse a vivir ahi cerca de su veterinario n.n pero buuuueno Sigue me encanta..!!!
Bianca
Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
sigueellaaaa..me gustaria qe dejaran de pelear ashh..pero bueno
Me encanta... :D
SIGUELAAA :D
Me encanta... :D
SIGUELAAA :D
☎ Jimena Horan ♥
Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
Cap.10
El animoso saludo de ____ dejó a Nick desconcertado. Parpadeó, como si no creyera lo que estaba viendo, por no hablar de lo que acababa de oír.
____ había aprendido de él valiosas lecciones, y las puso en práctica. Se inclinó hacia delante, sacudió su preciosa melena rubia y se estiró, de manera que ni un sólo centímetro de su seductor camisón, que marcaba sus voluptuosas curvas, escapara a sus ojos.
-¿Qué te parece? -preguntó animadamente-. Lo he comprado en...
Nick no podía apartar la vista de ella, incrédulo.
-¿Dónde demonios has estado toda esta semana? -le espetó-. ¿Sabes que volví a Chymos? No sabía que te habías ido.
-Oh, yo no sabía que ibas a volver.
-¿Por qué diantres no me llamaste para decirme lo que pensabas hacer? -preguntó Nick con crudeza-. Puedes irte de compras cuando te dé la gana pero no hace falta que lo hagas cuando podríamos estar juntos.
-¿Por qué no me llamaste para decirme que volvías? -replicó ____, sus ojos brillaban como zafiros-. Mira, yo no pude hacerlo: En la villa nadie hablaba una palabra de inglés y no tenía tu número de teléfono...
Nick se quedó de piedra.
-¿Cómo que no tienes mi número de teléfono?
-Bueno, no estás en la guía y estoy segura de que tus empleados no dejan escapar ninguna información privilegiada a cualquiera que...
-¡Diablos! Tú no eres cualquiera -exclamó Nick, con rabia-. ¡Quiero saber dónde estás cada minuto! Y lo único que podía hacer era vigilar los gastos de tu tarjeta de crédito mientras te paseabas por toda Europa.
Aquellas palabras fueron como música para ____.
-Creo que lo más sensato por tu parte sería darme un número de contacto -dijo con suavidad-. Lo siento, pero, sinceramente, no me había dado cuenta de lo posesivo que podías llegar a ser.
-¿Posesivo? -dijo Nick dando un respingo-. No soy posesivo, sólo quería saber dónde estabas.
-A todas horas -dijo ____-. ¿Y cómo iba yo a saber eso si no me lo decías?
Nick se mesó los cabellos.
-No vuelvas a desaparecer sin decirme adónde vas... ¿está claro? -dijo, sacando una pluma de oro del bolsillo interior de la americana.
Y procedió a escribir algo en el reverso de la hoja de papel donde ____ había enumerado sus defectos.
-¿Qué haces? -le preguntó.
-Te voy a escribir todos mis números de teléfono, para que no vuelvas a ponerme la excusa de que no sabías adónde llamarme. El móvil, la línea privada, el piso, los de los coches y cuando estoy en el extranjero...
Y escribió y escribió y escribió mientras ____ lo observaba fascinada. Tenía más números que una empresa de comunicación. Afortunadamente, pensó, no se le ocurrió darle la vuelta al papel.
-Me enteré de que habías aparecido mientras estaba perdiendo el tiempo con un grupo de industriales japoneses -dijo Nicholas-. He tenido que soportarlos durante toda la tarde antes de poder venir aquí.
-Si lo hubiera sabido -dijo ____ con un suspiro, tratando de contener la inmensa alegría que sentía. Nick, al comprobar que ella no era un mero objeto decorativo, había dejado por fin de mostrarse tan duro y frío.
Seguía escribiendo, pero se detuvo un instante y le dirigió a ____ una mirada suspicaz.
-Has estado en Roma... en París... ¿con quién?
El animoso saludo de ____ dejó a Nick desconcertado. Parpadeó, como si no creyera lo que estaba viendo, por no hablar de lo que acababa de oír.
____ había aprendido de él valiosas lecciones, y las puso en práctica. Se inclinó hacia delante, sacudió su preciosa melena rubia y se estiró, de manera que ni un sólo centímetro de su seductor camisón, que marcaba sus voluptuosas curvas, escapara a sus ojos.
-¿Qué te parece? -preguntó animadamente-. Lo he comprado en...
Nick no podía apartar la vista de ella, incrédulo.
-¿Dónde demonios has estado toda esta semana? -le espetó-. ¿Sabes que volví a Chymos? No sabía que te habías ido.
-Oh, yo no sabía que ibas a volver.
-¿Por qué diantres no me llamaste para decirme lo que pensabas hacer? -preguntó Nick con crudeza-. Puedes irte de compras cuando te dé la gana pero no hace falta que lo hagas cuando podríamos estar juntos.
-¿Por qué no me llamaste para decirme que volvías? -replicó ____, sus ojos brillaban como zafiros-. Mira, yo no pude hacerlo: En la villa nadie hablaba una palabra de inglés y no tenía tu número de teléfono...
Nick se quedó de piedra.
-¿Cómo que no tienes mi número de teléfono?
-Bueno, no estás en la guía y estoy segura de que tus empleados no dejan escapar ninguna información privilegiada a cualquiera que...
-¡Diablos! Tú no eres cualquiera -exclamó Nick, con rabia-. ¡Quiero saber dónde estás cada minuto! Y lo único que podía hacer era vigilar los gastos de tu tarjeta de crédito mientras te paseabas por toda Europa.
Aquellas palabras fueron como música para ____.
-Creo que lo más sensato por tu parte sería darme un número de contacto -dijo con suavidad-. Lo siento, pero, sinceramente, no me había dado cuenta de lo posesivo que podías llegar a ser.
-¿Posesivo? -dijo Nick dando un respingo-. No soy posesivo, sólo quería saber dónde estabas.
-A todas horas -dijo ____-. ¿Y cómo iba yo a saber eso si no me lo decías?
Nick se mesó los cabellos.
-No vuelvas a desaparecer sin decirme adónde vas... ¿está claro? -dijo, sacando una pluma de oro del bolsillo interior de la americana.
Y procedió a escribir algo en el reverso de la hoja de papel donde ____ había enumerado sus defectos.
-¿Qué haces? -le preguntó.
-Te voy a escribir todos mis números de teléfono, para que no vuelvas a ponerme la excusa de que no sabías adónde llamarme. El móvil, la línea privada, el piso, los de los coches y cuando estoy en el extranjero...
Y escribió y escribió y escribió mientras ____ lo observaba fascinada. Tenía más números que una empresa de comunicación. Afortunadamente, pensó, no se le ocurrió darle la vuelta al papel.
-Me enteré de que habías aparecido mientras estaba perdiendo el tiempo con un grupo de industriales japoneses -dijo Nicholas-. He tenido que soportarlos durante toda la tarde antes de poder venir aquí.
-Si lo hubiera sabido -dijo ____ con un suspiro, tratando de contener la inmensa alegría que sentía. Nick, al comprobar que ella no era un mero objeto decorativo, había dejado por fin de mostrarse tan duro y frío.
Seguía escribiendo, pero se detuvo un instante y le dirigió a ____ una mirada suspicaz.
-Has estado en Roma... en París... ¿con quién?
#Alejandra
Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
-Sola -replicó _____, con toda la dignidad de que fue capaz.
Nick no despegó los ojos de su rostro, pero se relajó, era evidente.
-He estado muy enfadado contigo...
_____ sabía lo que eso significaba. Debía haber estado tan furioso como un volcán activo, esperando con anhelo el momento de la erupción.
-Te ofrecería algo de beber, pero los armarios están vacíos.
-Claro... no esperaba que vinieras aquí.
_____ frunció el ceño.
-¿Cómo puedes decir eso cuando han reformado este piso sólo para que yo viniera a vivir en él?
Nick se estiró y la miró intensamente.
-Mira, eso fue antes de que nos casáramos... a lo mejor no te has dado cuenta, pero desde entonces las cosas han cambiado.
_____ se quedó pálida.
-¿De verdad?
La hermosa boca de Nick se comprimió.
-He estado pensando. Creo que deberías venir a casa conmigo. Voy a comunicar al periódico la noticia de nuestro matrimonio.
-No, prefiero que las cosas se queden como están -dijo _____. Nunca en su vida le había costado tanto decir algo, pero el orgullo le impedía aceptar el papel de esposa si se lo ofrecían de un modo tan tosco-. Me encanta este piso y, como tú, me gusta vivir en un espacio que pueda sentir como mío. Y no tiene ningún sentido convocar a los medios para decirles que nos hemos casado cuando no creo que duremos juntos mucho tiempo.
Nick no apartaba la mirada de ella, escrutando hasta el mínimo de sus gestos. Luego, súbitamente, su mirada se tornó fría, acerada.
-Muy bien, de acuerdo, no pasa nada. Creo que estás siendo muy sensata.
_____ sintió una punzada en el estómago. Nick, por lo visto, parecía aliviado ante aquella decisión, no encontraba ninguna razón para que intentaran vivir como una pareja casada normal. Evidentemente, seguía sin ver ningún futuro en común para los dos. Y sin embargo ella deseaba que se arrojara a sus pies, rogándole que compartieran el mismo techo.
-Pero te agradecería que me dieras una explicación de tu repentina huida de Chymos -dijo _____.
-No sabía cuándo volverías, y como estabas muy enfadado, me pareció que lo mejor era dejar que pasara un poco de tiempo hasta que te tranquilizaras.
-¿Sabes por qué volví a Londres? -dijo Nick, con el gesto reconcentrado.
-No tengo ni idea.
-Tenía que ocuparme de Leland.
-¿De Leland? -preguntó _____ con perplejidad. Con mirada ausente, Nick dobló las hojas de papel que tenía en la mano y se las metió en el bolsillo. _____ observó el gesto con horror.
-Tenía que hacerlo. ¿No pensarías que iba a dejarlo escapar después de lo que te hizo? Te robó parte de tu vida y, no contento con eso, te machacó con ese préstamo...
-Nicholas, Leland está enfermo...
Nick no despegó los ojos de su rostro, pero se relajó, era evidente.
-He estado muy enfadado contigo...
_____ sabía lo que eso significaba. Debía haber estado tan furioso como un volcán activo, esperando con anhelo el momento de la erupción.
-Te ofrecería algo de beber, pero los armarios están vacíos.
-Claro... no esperaba que vinieras aquí.
_____ frunció el ceño.
-¿Cómo puedes decir eso cuando han reformado este piso sólo para que yo viniera a vivir en él?
Nick se estiró y la miró intensamente.
-Mira, eso fue antes de que nos casáramos... a lo mejor no te has dado cuenta, pero desde entonces las cosas han cambiado.
_____ se quedó pálida.
-¿De verdad?
La hermosa boca de Nick se comprimió.
-He estado pensando. Creo que deberías venir a casa conmigo. Voy a comunicar al periódico la noticia de nuestro matrimonio.
-No, prefiero que las cosas se queden como están -dijo _____. Nunca en su vida le había costado tanto decir algo, pero el orgullo le impedía aceptar el papel de esposa si se lo ofrecían de un modo tan tosco-. Me encanta este piso y, como tú, me gusta vivir en un espacio que pueda sentir como mío. Y no tiene ningún sentido convocar a los medios para decirles que nos hemos casado cuando no creo que duremos juntos mucho tiempo.
Nick no apartaba la mirada de ella, escrutando hasta el mínimo de sus gestos. Luego, súbitamente, su mirada se tornó fría, acerada.
-Muy bien, de acuerdo, no pasa nada. Creo que estás siendo muy sensata.
_____ sintió una punzada en el estómago. Nick, por lo visto, parecía aliviado ante aquella decisión, no encontraba ninguna razón para que intentaran vivir como una pareja casada normal. Evidentemente, seguía sin ver ningún futuro en común para los dos. Y sin embargo ella deseaba que se arrojara a sus pies, rogándole que compartieran el mismo techo.
-Pero te agradecería que me dieras una explicación de tu repentina huida de Chymos -dijo _____.
-No sabía cuándo volverías, y como estabas muy enfadado, me pareció que lo mejor era dejar que pasara un poco de tiempo hasta que te tranquilizaras.
-¿Sabes por qué volví a Londres? -dijo Nick, con el gesto reconcentrado.
-No tengo ni idea.
-Tenía que ocuparme de Leland.
-¿De Leland? -preguntó _____ con perplejidad. Con mirada ausente, Nick dobló las hojas de papel que tenía en la mano y se las metió en el bolsillo. _____ observó el gesto con horror.
-Tenía que hacerlo. ¿No pensarías que iba a dejarlo escapar después de lo que te hizo? Te robó parte de tu vida y, no contento con eso, te machacó con ese préstamo...
-Nicholas, Leland está enfermo...
#Alejandra
Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
-Desde que le quitaron el bypass está tan bien como cualquiera -adujo Nick-. Pero se siente muy avergonzado de sí mismo, lo que no me extraña nada.
-¿Has hablado con él?
-En presencia de Jennifer. Ahora que conoce la verdadera historia de tus tratos con su marido está eufórica. Leland no tenía ninguna intención de confesar la verdad, así que su vanidad humillada será su castigo. Te tenía atrapada en toda esa charada sólo para impresionar a Jennifer.
-Nunca se me habría pasado por la cabeza que pudieras odiarlo tanto.
-Ahora eres mía -dijo Nick con frialdad-. Y me gusta cuidar de todo lo que me pertenece.
-Yo no te pertenezco... sólo paso por tu vida... -replicó _____ ofendida. Le daban ganas de pegarle, pero apretó los dientes porque sabía que si se acercaba a él, se derretiría entre sus brazos como una bola de nieve en una hoguera. Casi siete días sin su presencia habían supuesto una tortura que la había debilitado enormemente.
Nick, sentado al borde de la cama, no dejaba de mirarla intensamente.
-Al ver a Leland y a Jennifer -dijo con tranquilidad-, he reflexionado en cómo nos gusta a los adultos jugar con los sentimientos. Qué error tan grave es subestimar a tu oponente...
_____ se estremeció. ¿Juegos? No, Nick no podía darse cuenta de lo que intentaba hacer. Además, ella no se proponía ningún juego, ¿o sí?
-No sé qué quieres decir...
-Leland rechazó a su mujer. Jennifer tuvo una estúpida aventura y no se disculpó. Leland se ofendió y no la perdonó. Así que se pasaron tres años haciéndose la vida imposible, enzarzados en continuas peleas, pensando en el divorcio sin llegar a hacer nada para lIevarlo a cabo. Y en todo ese tiempo no se dieron ni un respiro.
-Qué locura -susurró _____.
-¿Verdad? -dijo Nick consultando el reloj-. Me encantaría quedarme, pero le he prometido a mi sobrino Demetrios que iría a la fiesta de su vigésimo primer cumpleaños... y se me hace tarde.
_____ se quedó sentada más inmóvil que una piedra.
-¿Te vas? -dijo con un débil hilo de voz.
-Tengo una vida social muy activa. Negocios, compromisos familiares, en fin. Pero la presión del tiempo y la distancia convertirán en algo maravilloso los pocos momentos que podamos compartir.
-¿Los pocos momentos... ? -repitió _____ con temor-. ¿Y esperas que me quede aquí sentada esperando tu próxima visita?
-_____ empiezas a hablar como una verdadera esposa -dijo Nick con una sonrisa de satisfacción-. Bueno, tengo que irme, vendré a cenar mañana.
-Voy a salir.
-_____ -dijo Nick con un tono exigente-, me gustaría que estuviéramos juntos cuando yo tengo tiempo libre para ti.
-¿Cuando tienes tiempo libre para mí? ¿Y qué voy a hacer el resto del día?, ¿esperar sentada?
-Ir de compras -dejó caer Nick con aplomo-. ¿No es lo que has hecho durante toda la semana pasada?
_____ se puso furiosa, pero lo que decía Nick era cierto, había gastado una verdadera fortuna.
-Pero no me importa -dijo Nick-, puedo permitírmelo.
_____ se quedó muda. Todos sus planes para ponerle furioso yacían a sus pies, descartados, y aun así, no sabía qué había pasado exactamente. Nick se había puesto furioso al principio, pero había recobrado el buen humor enseguida.
Durante aquel breve momento de distracción, Nick se acercó a ella para estrecharla entre sus brazos. _____ estaba rígida hasta aquel instante, pero al contacto de Nick, al sentir su calor, se vio devorada por el fuego de la pasión, del deseo.
-Si no fuera por esa maldita fiesta -dijo Nick-, me quedaría. -se apretaba contra ella, consciente de la sensación que había despertado en _____, y presa asimismo de ella-. Podría echarte sobre la cama y hacerte el amor...
-Sí -dijo _____.
-Pero sería un pecado probar un bocado de la tarta antes de la hora de un banquete que promete ser inolvidable -dijo Nick, besando a _____ en el cuello a pesar de sus ardientes palabras y deslizando la rodilla entre sus piernas-. Tengo que irme...
-Bésame.
-No, no puedo... no podría parar -dijo Nick, y se apartó de ella con una mirada que reflejaba toda su frustración. Parecía un alcohólico resistiéndose a caer en lo que sólo podía significar su perdición-. ¡Dios! Eres tan guapa, y tan perfecta para mí -murmuró.
_____ no podía pensar en otra cosa que en su marcha. Lo único que le importaba en el mundo era que se marchaba y la dejaría allí sola. No podía separarse de él, sería demasiado doloroso. Al darse cuenta de lo que sentía por él, se atemorizó; por primera vez se había dado cuenta de su enorme vulnerabilidad.
Nick se marchó y ella lo estuvo mirando hasta el último momento, y cuando dejó de verlo se esforzó por oír sus pasos, que se alejaban irremediablemente. Cuando se hizo el silencio cayó sobre la alfombra hecha un mar de lágrimas. Dios Santo, qué ******* había sido, cómo se había atrevido a desafiar a Nick. De repente le resultó imposible creer que no hubiera hecho nada por arreglar su matrimonio. Y todo por su maldito orgullo.
Lo que debía hacer, y aquello era todo lo que deseaba, era ser la mejor esposa para él, pero en vez de eso le había dado la espalda, con la ingenua pretensión de hacerle comprender que quería ser algo más que una amante para él. Sin embargo, la manera en que se había comportado justo antes de que él se marchara, sólo había servido para demostrarle que no era más que lo que él quería que fuera, exactamente lo que el quería.
Se estremeció. Nick sólo se había casado con ella por el sexo, ¿por qué si no no le ofrecía otra cosa que su tiempo libre? ¿Por qué si no la había dejado para irse a una discoteca a celebrar el cumpleaños de su sobrino?
Después de sollozar durante un buen rato, se dirigió al baño a lavar su maltratado rostro con agua fría. Su reflejo en el espejo la asustó y volvió a la cama para refugiarse bajo las sábanas.
Aquella noche había hecho muchas cosas mal, pero su decisión era acertada. Lo único que le hacía falta era energía, mucha energía para combatir con Nicholas. Era extraño, pero cada vez que pensaba que había logrado horadar su insultante posición, era él el que lograba que ella se sintiera más y más débil.
-¿Has hablado con él?
-En presencia de Jennifer. Ahora que conoce la verdadera historia de tus tratos con su marido está eufórica. Leland no tenía ninguna intención de confesar la verdad, así que su vanidad humillada será su castigo. Te tenía atrapada en toda esa charada sólo para impresionar a Jennifer.
-Nunca se me habría pasado por la cabeza que pudieras odiarlo tanto.
-Ahora eres mía -dijo Nick con frialdad-. Y me gusta cuidar de todo lo que me pertenece.
-Yo no te pertenezco... sólo paso por tu vida... -replicó _____ ofendida. Le daban ganas de pegarle, pero apretó los dientes porque sabía que si se acercaba a él, se derretiría entre sus brazos como una bola de nieve en una hoguera. Casi siete días sin su presencia habían supuesto una tortura que la había debilitado enormemente.
Nick, sentado al borde de la cama, no dejaba de mirarla intensamente.
-Al ver a Leland y a Jennifer -dijo con tranquilidad-, he reflexionado en cómo nos gusta a los adultos jugar con los sentimientos. Qué error tan grave es subestimar a tu oponente...
_____ se estremeció. ¿Juegos? No, Nick no podía darse cuenta de lo que intentaba hacer. Además, ella no se proponía ningún juego, ¿o sí?
-No sé qué quieres decir...
-Leland rechazó a su mujer. Jennifer tuvo una estúpida aventura y no se disculpó. Leland se ofendió y no la perdonó. Así que se pasaron tres años haciéndose la vida imposible, enzarzados en continuas peleas, pensando en el divorcio sin llegar a hacer nada para lIevarlo a cabo. Y en todo ese tiempo no se dieron ni un respiro.
-Qué locura -susurró _____.
-¿Verdad? -dijo Nick consultando el reloj-. Me encantaría quedarme, pero le he prometido a mi sobrino Demetrios que iría a la fiesta de su vigésimo primer cumpleaños... y se me hace tarde.
_____ se quedó sentada más inmóvil que una piedra.
-¿Te vas? -dijo con un débil hilo de voz.
-Tengo una vida social muy activa. Negocios, compromisos familiares, en fin. Pero la presión del tiempo y la distancia convertirán en algo maravilloso los pocos momentos que podamos compartir.
-¿Los pocos momentos... ? -repitió _____ con temor-. ¿Y esperas que me quede aquí sentada esperando tu próxima visita?
-_____ empiezas a hablar como una verdadera esposa -dijo Nick con una sonrisa de satisfacción-. Bueno, tengo que irme, vendré a cenar mañana.
-Voy a salir.
-_____ -dijo Nick con un tono exigente-, me gustaría que estuviéramos juntos cuando yo tengo tiempo libre para ti.
-¿Cuando tienes tiempo libre para mí? ¿Y qué voy a hacer el resto del día?, ¿esperar sentada?
-Ir de compras -dejó caer Nick con aplomo-. ¿No es lo que has hecho durante toda la semana pasada?
_____ se puso furiosa, pero lo que decía Nick era cierto, había gastado una verdadera fortuna.
-Pero no me importa -dijo Nick-, puedo permitírmelo.
_____ se quedó muda. Todos sus planes para ponerle furioso yacían a sus pies, descartados, y aun así, no sabía qué había pasado exactamente. Nick se había puesto furioso al principio, pero había recobrado el buen humor enseguida.
Durante aquel breve momento de distracción, Nick se acercó a ella para estrecharla entre sus brazos. _____ estaba rígida hasta aquel instante, pero al contacto de Nick, al sentir su calor, se vio devorada por el fuego de la pasión, del deseo.
-Si no fuera por esa maldita fiesta -dijo Nick-, me quedaría. -se apretaba contra ella, consciente de la sensación que había despertado en _____, y presa asimismo de ella-. Podría echarte sobre la cama y hacerte el amor...
-Sí -dijo _____.
-Pero sería un pecado probar un bocado de la tarta antes de la hora de un banquete que promete ser inolvidable -dijo Nick, besando a _____ en el cuello a pesar de sus ardientes palabras y deslizando la rodilla entre sus piernas-. Tengo que irme...
-Bésame.
-No, no puedo... no podría parar -dijo Nick, y se apartó de ella con una mirada que reflejaba toda su frustración. Parecía un alcohólico resistiéndose a caer en lo que sólo podía significar su perdición-. ¡Dios! Eres tan guapa, y tan perfecta para mí -murmuró.
_____ no podía pensar en otra cosa que en su marcha. Lo único que le importaba en el mundo era que se marchaba y la dejaría allí sola. No podía separarse de él, sería demasiado doloroso. Al darse cuenta de lo que sentía por él, se atemorizó; por primera vez se había dado cuenta de su enorme vulnerabilidad.
Nick se marchó y ella lo estuvo mirando hasta el último momento, y cuando dejó de verlo se esforzó por oír sus pasos, que se alejaban irremediablemente. Cuando se hizo el silencio cayó sobre la alfombra hecha un mar de lágrimas. Dios Santo, qué ******* había sido, cómo se había atrevido a desafiar a Nick. De repente le resultó imposible creer que no hubiera hecho nada por arreglar su matrimonio. Y todo por su maldito orgullo.
Lo que debía hacer, y aquello era todo lo que deseaba, era ser la mejor esposa para él, pero en vez de eso le había dado la espalda, con la ingenua pretensión de hacerle comprender que quería ser algo más que una amante para él. Sin embargo, la manera en que se había comportado justo antes de que él se marchara, sólo había servido para demostrarle que no era más que lo que él quería que fuera, exactamente lo que el quería.
Se estremeció. Nick sólo se había casado con ella por el sexo, ¿por qué si no no le ofrecía otra cosa que su tiempo libre? ¿Por qué si no la había dejado para irse a una discoteca a celebrar el cumpleaños de su sobrino?
Después de sollozar durante un buen rato, se dirigió al baño a lavar su maltratado rostro con agua fría. Su reflejo en el espejo la asustó y volvió a la cama para refugiarse bajo las sábanas.
Aquella noche había hecho muchas cosas mal, pero su decisión era acertada. Lo único que le hacía falta era energía, mucha energía para combatir con Nicholas. Era extraño, pero cada vez que pensaba que había logrado horadar su insultante posición, era él el que lograba que ella se sintiera más y más débil.
#Alejandra
Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
Al sentir el calor de su poderoso cuerpo masculino, se despertó.
-No quería despertarte -murmuró Nick.
_____ se dio la vuelta para verle la cara. Contra el pálido resplandor de las sábanas, Nick no era más que una enigmática sombra.
-¿Qué haces aquí?
-¿Tú qué crees? -dijo Nick con evidente buen humor y rodó hacia _____, abrazándose a su espalda con fuerza-. Se supone que la anticipación es lo más excitante del sexo, pero no pienso quedarme con las ganas, agape mou -dijo Nick con voz grave-. Menuda semana he tenido... siete días preguntándome si me habías dejado y te habías ido con otro.
_____ se conmovió, porque no se le había pasado por la cabeza que Nick pudiera interpretar su partida en ese sentido.
-Pensar -prosiguió Nick- que estabas por ahí... perdida.
-¿Cómo que «perdida»?
-El mundo está lleno de hombres como yo. Si yo viera a una belleza como tú andando sola por ahí, no sé lo que haría por estar a su lado.
_____ no sabía qué pensar de aquel comentario.
-Si alguna vez descubro que me engañas, me iré más dep...
-¿Te irás? ¿Adónde? -dijo Nick complacido por los celos de _____ y acariciando su cintura.
_____ se estremeció y su cuerpo respondió, lleno de vida, a la incitación de su marido. Sin embargo, no dejó de hablar, la infidelidad era un asunto que no se podía dejar de lado.
-¿Quién dijo que cuando la amante se convierte en esposa se crea un vacío que hay que volver a llenar?
-Alguien que no tuvo la suerte de conocerte -respondió Nick con satisfacción-. Tú no eres como las otras mujeres.
_____ se sonrojó.
-¿Te lo has pasado bien esta noche?
-¿Tú qué crees? -dijo Nick besándola en el lóbulo de la oreja y estrechándose contra ella, de modo que _____ se dio cuenta de que estaba muy excitado-. Llevo así toda la noche, no he podido dejar de pensar en ti...
_____ lo besó, para callarlo. La estaba avergonzando. Pero el beso sólo logró aumentar el deseo de ambos. Al cabo de unos instantes, tuvo que separarse de él, necesitaba aire. Nick, no cabía duda, pensaba demasiado en el sexo, pero ella lo adoraba igualmente. Se sentía como un objeto sexual, pero tal vez eso fuera una buena base para construir un matrimonio sólido, ¿quién podía saberlo?
Nick volvió a besarla y cualquier atisbo de pensamiento racional se disipó...
_____ se deslizó fuera de la cama y se acercó de puntillas hasta la silla donde estaba doblada la ropa de Nick. Se proponía quitarle la lista antes de que la encontrara. Lo último que le hacía falta a su agitada relación era que Nick encontrara aquella punzante relación de defectos. Al fin y al cabo, la lista era muy exhaustiva, demasiado tal vez, y puntillosa.
Pero se llevó una gran sorpresa. La chaqueta que estaba en la silla no era su chaqueta de etiqueta. Antes de volver a su lado, Nick debía haberse pasado cambiado de ropa...
-_____... ¿qué haces?
_____ se sobresaltó, tropezando con la silla.
-Nada.
-¿Qué hora es?
-Las ocho.
-Vuelve a la cama, agape mou.
_____ lo hizo al instante, aliviada al darse cuenta de que él no hubiera descubierto lo que estaba haciendo.
Una hora y media después estaba en el comedor, ante el exquisito desayuno servido por Nikos, uno de los sirvientes de Nick. Este había traído a sus propios criados para remediar el vacío que sufrían los armarios de la cocina. No cabía duda de que era un hombre muy eficaz, pensaba _____ viéndole leer los periódicos de la mañana.
También era un amante fantástico, pensó. Tan tierno y tan... salvaje. Había dormido sólo dos horas y debía estar por tanto exhausto, pero allí estaba, tan tranquilo, emanando, como siempre, un aura de energía positiva. «Nunca lograré estar a su altura", pensó, con temor. "Necesito recuperar esa lista para reprogramarme y dejar de ser tan dependiente de él».
De repente, Nick dijo algo entre dientes, en griego, y se levantó. Agil, fuerte, como un oso. Corrió hacia el teléfono y marcó un número.
-¿Quién ha autorizado ese artículo sobre _____ Kendall? -preguntó al cabo de unos segundos-. Quiero una nota de disculpa mañana mismo y después no quiero que vuelva a aparecer ni una palabra sobre ella. Dile a esa imbécil que se busque a otra con quien meterse.
Instantes después colgó. _____ estaba boquiabierta, sin saber qué decir, sólo Nikos, evidentemente al tanto de la agitada vida de Nick, parecía tranquilo. Y sabía cuál era su papel, pues, tras servir otra taza de café, se retiró discretamente.
Nick arrojó el periódico sobre la mesa.
-Esto es lo que pasa cuando te paseas por París por tu cuenta -dijo-. Ni te diste cuenta de que te estaban haciendo fotos, ¿verdad?
-No -dijo _____, aún impresionada por la demostración de protección masculina-. ¿Crees que el periódico te va a hacer caso?
-Ese periódico es mío -replicó Nick-. ¡Mira lo que ha escrito esa estúpida columnista!
_____ inclinó la cabeza obedientemente y se fijó en las líneas de texto que había junto a la foto, pero las letras aparecían borrosas ante su vista. Ni siquiera podía concentrarse en lo que estaba mirando con Nick allí, encima de ella.
El silencio era ensordecedor. Nick señaló el pie de foto.
-Me refiero a eso -dijo.
_____ se quedó blanca, con un nudo en el estómago.
-No sé qué pone -dijo-, soy muy miope y no tengo las gafas aquí.
El silencio duró una eternidad. _____ no se atrevía a levantar la vista para comprobar si había logrado engañar a Nick con aquella desesperada mentira.
-Da igual, no deberías leer una basura como ésa.
_____ sintió escalofríos. ¿Cómo podría decírselo? ¿Cómo podía decirle a Nick que padecía de dislexia? ¿Cómo se lo tomaría un hombre como él? Tal vez, como muchas personas, ni siquiera llegara a creer que tal discapacidad existiera. Podría pensar que tal nombre no era más que un eufemismo que enmascaraba una simple falta de inteligencia. _____ se había encontrado a lo largo de su vida con muchas personas con una idea parecida, y cada vez que había intentado explicarse, sólo había conseguido más y más desprecio.
-_____... -dijo Nick, aclarándose la garganta-. No creo que a tu vista le pase nada y me parece fatal que, a estas alturas de nuestra relación, finjas que sí.
-No quería despertarte -murmuró Nick.
_____ se dio la vuelta para verle la cara. Contra el pálido resplandor de las sábanas, Nick no era más que una enigmática sombra.
-¿Qué haces aquí?
-¿Tú qué crees? -dijo Nick con evidente buen humor y rodó hacia _____, abrazándose a su espalda con fuerza-. Se supone que la anticipación es lo más excitante del sexo, pero no pienso quedarme con las ganas, agape mou -dijo Nick con voz grave-. Menuda semana he tenido... siete días preguntándome si me habías dejado y te habías ido con otro.
_____ se conmovió, porque no se le había pasado por la cabeza que Nick pudiera interpretar su partida en ese sentido.
-Pensar -prosiguió Nick- que estabas por ahí... perdida.
-¿Cómo que «perdida»?
-El mundo está lleno de hombres como yo. Si yo viera a una belleza como tú andando sola por ahí, no sé lo que haría por estar a su lado.
_____ no sabía qué pensar de aquel comentario.
-Si alguna vez descubro que me engañas, me iré más dep...
-¿Te irás? ¿Adónde? -dijo Nick complacido por los celos de _____ y acariciando su cintura.
_____ se estremeció y su cuerpo respondió, lleno de vida, a la incitación de su marido. Sin embargo, no dejó de hablar, la infidelidad era un asunto que no se podía dejar de lado.
-¿Quién dijo que cuando la amante se convierte en esposa se crea un vacío que hay que volver a llenar?
-Alguien que no tuvo la suerte de conocerte -respondió Nick con satisfacción-. Tú no eres como las otras mujeres.
_____ se sonrojó.
-¿Te lo has pasado bien esta noche?
-¿Tú qué crees? -dijo Nick besándola en el lóbulo de la oreja y estrechándose contra ella, de modo que _____ se dio cuenta de que estaba muy excitado-. Llevo así toda la noche, no he podido dejar de pensar en ti...
_____ lo besó, para callarlo. La estaba avergonzando. Pero el beso sólo logró aumentar el deseo de ambos. Al cabo de unos instantes, tuvo que separarse de él, necesitaba aire. Nick, no cabía duda, pensaba demasiado en el sexo, pero ella lo adoraba igualmente. Se sentía como un objeto sexual, pero tal vez eso fuera una buena base para construir un matrimonio sólido, ¿quién podía saberlo?
Nick volvió a besarla y cualquier atisbo de pensamiento racional se disipó...
_____ se deslizó fuera de la cama y se acercó de puntillas hasta la silla donde estaba doblada la ropa de Nick. Se proponía quitarle la lista antes de que la encontrara. Lo último que le hacía falta a su agitada relación era que Nick encontrara aquella punzante relación de defectos. Al fin y al cabo, la lista era muy exhaustiva, demasiado tal vez, y puntillosa.
Pero se llevó una gran sorpresa. La chaqueta que estaba en la silla no era su chaqueta de etiqueta. Antes de volver a su lado, Nick debía haberse pasado cambiado de ropa...
-_____... ¿qué haces?
_____ se sobresaltó, tropezando con la silla.
-Nada.
-¿Qué hora es?
-Las ocho.
-Vuelve a la cama, agape mou.
_____ lo hizo al instante, aliviada al darse cuenta de que él no hubiera descubierto lo que estaba haciendo.
Una hora y media después estaba en el comedor, ante el exquisito desayuno servido por Nikos, uno de los sirvientes de Nick. Este había traído a sus propios criados para remediar el vacío que sufrían los armarios de la cocina. No cabía duda de que era un hombre muy eficaz, pensaba _____ viéndole leer los periódicos de la mañana.
También era un amante fantástico, pensó. Tan tierno y tan... salvaje. Había dormido sólo dos horas y debía estar por tanto exhausto, pero allí estaba, tan tranquilo, emanando, como siempre, un aura de energía positiva. «Nunca lograré estar a su altura", pensó, con temor. "Necesito recuperar esa lista para reprogramarme y dejar de ser tan dependiente de él».
De repente, Nick dijo algo entre dientes, en griego, y se levantó. Agil, fuerte, como un oso. Corrió hacia el teléfono y marcó un número.
-¿Quién ha autorizado ese artículo sobre _____ Kendall? -preguntó al cabo de unos segundos-. Quiero una nota de disculpa mañana mismo y después no quiero que vuelva a aparecer ni una palabra sobre ella. Dile a esa imbécil que se busque a otra con quien meterse.
Instantes después colgó. _____ estaba boquiabierta, sin saber qué decir, sólo Nikos, evidentemente al tanto de la agitada vida de Nick, parecía tranquilo. Y sabía cuál era su papel, pues, tras servir otra taza de café, se retiró discretamente.
Nick arrojó el periódico sobre la mesa.
-Esto es lo que pasa cuando te paseas por París por tu cuenta -dijo-. Ni te diste cuenta de que te estaban haciendo fotos, ¿verdad?
-No -dijo _____, aún impresionada por la demostración de protección masculina-. ¿Crees que el periódico te va a hacer caso?
-Ese periódico es mío -replicó Nick-. ¡Mira lo que ha escrito esa estúpida columnista!
_____ inclinó la cabeza obedientemente y se fijó en las líneas de texto que había junto a la foto, pero las letras aparecían borrosas ante su vista. Ni siquiera podía concentrarse en lo que estaba mirando con Nick allí, encima de ella.
El silencio era ensordecedor. Nick señaló el pie de foto.
-Me refiero a eso -dijo.
_____ se quedó blanca, con un nudo en el estómago.
-No sé qué pone -dijo-, soy muy miope y no tengo las gafas aquí.
El silencio duró una eternidad. _____ no se atrevía a levantar la vista para comprobar si había logrado engañar a Nick con aquella desesperada mentira.
-Da igual, no deberías leer una basura como ésa.
_____ sintió escalofríos. ¿Cómo podría decírselo? ¿Cómo podía decirle a Nick que padecía de dislexia? ¿Cómo se lo tomaría un hombre como él? Tal vez, como muchas personas, ni siquiera llegara a creer que tal discapacidad existiera. Podría pensar que tal nombre no era más que un eufemismo que enmascaraba una simple falta de inteligencia. _____ se había encontrado a lo largo de su vida con muchas personas con una idea parecida, y cada vez que había intentado explicarse, sólo había conseguido más y más desprecio.
-_____... -dijo Nick, aclarándose la garganta-. No creo que a tu vista le pase nada y me parece fatal que, a estas alturas de nuestra relación, finjas que sí.
Última edición por #AllThisTime_[Ale] el Vie 04 Nov 2011, 7:33 am, editado 1 vez
#Alejandra
Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
_____ sintió una gran humillación. Aquélla era su peor pesadilla, Nick había descubierto su secreto. No le habría importado que otra persona descubriera sus excusas, pero Nick... Qué terrible sería que él examinara sus aptitudes para leer y escribir. No podía moverse, no podía mirarlo.
-_____, no quiero molestarte, pero no pienso olvidar el asunto -dijo Nick, sentándose frente a _____, y agarrando su silla por el respaldo, de manera que ella quedara atrapada entre sus brazos-. Eres muy inteligente así que tiene que haber una buena razón para que no puedas leer diez líneas de periódico. Y me acuerdo muy bien del cuaderno que llevabas cuando eras camarera... parecía taquigrafía en vez de palabras.
-Soy disléxica, ¿vale? -espetó _____, sin poder soportar la tensión por más tiempo.
-Vale. ¿Quieres más café? -respondió Nick, sin denotar ninguna emoción.
-No, gracias... Creía que querías hablar de ello.
-Ahora no, si tanto te molesta -replicó Nick.
-¡No estoy molesta! Pero no me gusta que metan las narices en algo que sólo a mí me afecta, ¿está claro?
Nick sostuvo su mirada.
-La dislexia está más extendida de lo que crees. Demetrios, mi sobrino, también la padece, pero estudia en Oxford. Sus hermanos pequeños también la tenían. ¿No te ayudaron en el colegio?
_____ se relajó, cruzó los brazos y negó con la cabeza.
-Estuve en una docena de colegios...
-¿En una docena? -preguntó Nick con asombro.
-Mi padre y yo nunca pasábamos mucho tiempo en el mismo sitio, siempre le estaba debiendo dinero a alguien, si no era al casero, era a la casa de apuestas, o al supermercado...
-Y todo volvía a empezar otra vez, ¿no?
-Sí -dijo _____ frunciendo los labios-. Hasta los diez años no encontré a ningún profesor que pensara que mis dificultades se debían a algo más que a la estupidez. Estaba dispuesto a darme clases especiales, pero nos mudamos antes de empezar -dijo _____, agachando la cabeza-. Y llegamos a un colegio en el que me pusieron en la clase de los más retrasados.
Nick estaba perplejo.
-¿Cuándo dejaste de ir al colegio?
-A los dieciséis, lo más deprisa que pude -admitió _____, con amargura-. Como me dijo una vez mi madrina, no se puede ser guapa e inteligente a la vez.
-Eso es una tontería.
-Mi madrina sólo quería ser amable, pero pensaba que era muy tonta porque leía muy despacio... -dijo _____, y a punto de echarse a llorar, salió corriendo hacia el dormitorio.
Nick llegó tras ella y se sentó a su lado.
-_____, no quiero molestarte, pero no pienso olvidar el asunto -dijo Nick, sentándose frente a _____, y agarrando su silla por el respaldo, de manera que ella quedara atrapada entre sus brazos-. Eres muy inteligente así que tiene que haber una buena razón para que no puedas leer diez líneas de periódico. Y me acuerdo muy bien del cuaderno que llevabas cuando eras camarera... parecía taquigrafía en vez de palabras.
-Soy disléxica, ¿vale? -espetó _____, sin poder soportar la tensión por más tiempo.
-Vale. ¿Quieres más café? -respondió Nick, sin denotar ninguna emoción.
-No, gracias... Creía que querías hablar de ello.
-Ahora no, si tanto te molesta -replicó Nick.
-¡No estoy molesta! Pero no me gusta que metan las narices en algo que sólo a mí me afecta, ¿está claro?
Nick sostuvo su mirada.
-La dislexia está más extendida de lo que crees. Demetrios, mi sobrino, también la padece, pero estudia en Oxford. Sus hermanos pequeños también la tenían. ¿No te ayudaron en el colegio?
_____ se relajó, cruzó los brazos y negó con la cabeza.
-Estuve en una docena de colegios...
-¿En una docena? -preguntó Nick con asombro.
-Mi padre y yo nunca pasábamos mucho tiempo en el mismo sitio, siempre le estaba debiendo dinero a alguien, si no era al casero, era a la casa de apuestas, o al supermercado...
-Y todo volvía a empezar otra vez, ¿no?
-Sí -dijo _____ frunciendo los labios-. Hasta los diez años no encontré a ningún profesor que pensara que mis dificultades se debían a algo más que a la estupidez. Estaba dispuesto a darme clases especiales, pero nos mudamos antes de empezar -dijo _____, agachando la cabeza-. Y llegamos a un colegio en el que me pusieron en la clase de los más retrasados.
Nick estaba perplejo.
-¿Cuándo dejaste de ir al colegio?
-A los dieciséis, lo más deprisa que pude -admitió _____, con amargura-. Como me dijo una vez mi madrina, no se puede ser guapa e inteligente a la vez.
-Eso es una tontería.
-Mi madrina sólo quería ser amable, pero pensaba que era muy tonta porque leía muy despacio... -dijo _____, y a punto de echarse a llorar, salió corriendo hacia el dormitorio.
Nick llegó tras ella y se sentó a su lado.
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