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"Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
-¿Se siente un poco mejor, señorita Kendall?
____ parpadeó un poco. Aquella cara le resultaba vagamente familiar. Una mujer con una bata blanca, evidentemente una enfermera, estaba a su lado tomándole el pulso.
-¿Qué es lo que me ha pasado? -murmuró. Apenas recordaba nada más que los accesos de tos, el dolor agudo en el pecho y la dificultad para respirar.
-Acaba de pasar una neumonía. No es corriente, y puede resultar bastante peligroso -le explicó la enfermera-. Ha estado delirando casi cinco días.
-¿Cinco días? -____ se quedó mirando el espacioso dormitorio en el que se encontraba. Indudablemente, estaba en el apartamento de Nicholas. Aunque los muebles eran elegantes y muy caros, no había el menor toque femenino en la decoración.
-Tuvo mucha suerte de que el señor Petronides la encontrara a tiempo -continuó la enfermera, sacándola de su abstracción-. Se puede decir que la salvó la vida al darse cuenta de la gravedad de su enfermedad tan rápido.
-¡No! ¡No quiero deberle nada más! -gimió ____ horrorizada. La joven la miró incrédula.
-¿Cómo puede decir eso después de que el señor Petronides haya puesto a su disposición a los mejores especialistas del país y haya contratado todo un equipo de enfermeras para atenderla...?
-La señorita Kendall ha estado muy enferma, así que puede decir lo que quiera -la interrumpió Nick desde la puerta de la habitación-. Puede tomarse un descanso, enfermera, yo me quedaré con la paciente.
-Sí, señor Petronides -ruborizándose, la enfermera se retiró a toda prisa.
Impulsivamente, ____ se echó la sábana por encima de la cabeza.
-¡Vaya! Por lo que veo la enferma mejora por momentos -comentó Nicholas en cuanto se hubo cerrado la puerta-. Y sigue siendo tan ingrata como siempre... No sé por qué, pero eso no me sorprende.
-¡Vete! -murmuró ____, repentinamente consciente de que tenía el pelo muy sucio y de que, probablemente, los granos se habrían multiplicado.
-Estoy en mi apartamento -dijo Nick secamente-, y no pienso marcharme. Te diré que he venido a verte todos estos días para comprobar cómo estabas.
-No me importa. Si tan enferma estaba, ¿por qué no me llevaste al hospital? -preguntó ___ debajo de la sábana.
-El mayor especialista en este campo es muy amigo mío. Como respondiste muy bien al tratamiento, no vio la necesidad de trasladarte.
-¡Nadie me preguntó nada! -se quejó ____, y empezó a rascarse en la cadera.
Sin previo aviso, Nicholas retiró la sábana.
-¡No se te ocurra rascarte! Tendrás cicatrices por todo el cuerpo si lo haces. Si vuelvo a pillarte, te ataré las manos para impedírtelo -le amenazó.
-Eres un cerdo -le insultó ____, a punto de perder los estribos ante aquella arrogancia-. No tenías ningún derecho a traerme aquí.
-No estás en condiciones de decirme lo que tengo o no que hacer -le recordó Nicholas brutalmente-. No pienso discutir mientras sigas convaleciente. Si te sirve de consuelo para tu maltrecha vanidad, te diré que esas manchas me han acabado pareciendo de lo más atractivo...
____ parpadeó un poco. Aquella cara le resultaba vagamente familiar. Una mujer con una bata blanca, evidentemente una enfermera, estaba a su lado tomándole el pulso.
-¿Qué es lo que me ha pasado? -murmuró. Apenas recordaba nada más que los accesos de tos, el dolor agudo en el pecho y la dificultad para respirar.
-Acaba de pasar una neumonía. No es corriente, y puede resultar bastante peligroso -le explicó la enfermera-. Ha estado delirando casi cinco días.
-¿Cinco días? -____ se quedó mirando el espacioso dormitorio en el que se encontraba. Indudablemente, estaba en el apartamento de Nicholas. Aunque los muebles eran elegantes y muy caros, no había el menor toque femenino en la decoración.
-Tuvo mucha suerte de que el señor Petronides la encontrara a tiempo -continuó la enfermera, sacándola de su abstracción-. Se puede decir que la salvó la vida al darse cuenta de la gravedad de su enfermedad tan rápido.
-¡No! ¡No quiero deberle nada más! -gimió ____ horrorizada. La joven la miró incrédula.
-¿Cómo puede decir eso después de que el señor Petronides haya puesto a su disposición a los mejores especialistas del país y haya contratado todo un equipo de enfermeras para atenderla...?
-La señorita Kendall ha estado muy enferma, así que puede decir lo que quiera -la interrumpió Nick desde la puerta de la habitación-. Puede tomarse un descanso, enfermera, yo me quedaré con la paciente.
-Sí, señor Petronides -ruborizándose, la enfermera se retiró a toda prisa.
Impulsivamente, ____ se echó la sábana por encima de la cabeza.
-¡Vaya! Por lo que veo la enferma mejora por momentos -comentó Nicholas en cuanto se hubo cerrado la puerta-. Y sigue siendo tan ingrata como siempre... No sé por qué, pero eso no me sorprende.
-¡Vete! -murmuró ____, repentinamente consciente de que tenía el pelo muy sucio y de que, probablemente, los granos se habrían multiplicado.
-Estoy en mi apartamento -dijo Nick secamente-, y no pienso marcharme. Te diré que he venido a verte todos estos días para comprobar cómo estabas.
-No me importa. Si tan enferma estaba, ¿por qué no me llevaste al hospital? -preguntó ___ debajo de la sábana.
-El mayor especialista en este campo es muy amigo mío. Como respondiste muy bien al tratamiento, no vio la necesidad de trasladarte.
-¡Nadie me preguntó nada! -se quejó ____, y empezó a rascarse en la cadera.
Sin previo aviso, Nicholas retiró la sábana.
-¡No se te ocurra rascarte! Tendrás cicatrices por todo el cuerpo si lo haces. Si vuelvo a pillarte, te ataré las manos para impedírtelo -le amenazó.
-Eres un cerdo -le insultó ____, a punto de perder los estribos ante aquella arrogancia-. No tenías ningún derecho a traerme aquí.
-No estás en condiciones de decirme lo que tengo o no que hacer -le recordó Nicholas brutalmente-. No pienso discutir mientras sigas convaleciente. Si te sirve de consuelo para tu maltrecha vanidad, te diré que esas manchas me han acabado pareciendo de lo más atractivo...
#Alejandra
Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
-¡Cállate! -gritó ____, y acto seguido se desplomó sobre los almohadones agotada por el esfuerzo.
A pesar de su debilidad, Nicholas le había parecido tan atractivo como le recordaba: llevaba un traje beige con una corbata color caramelo y una camisa de seda a juego. Aquellos colores tan suaves contrastaban de maravilla con su piel morena. Por contraste, _____ se veía más desaliñada que nunca; furiosa, se dio la vuelta para no verlo.
-Estaré en Atenas diez días -dijo Nick conciliador rodeando la cama-. Espero que te recuperes del todo en mi ausencia.
-No pienso estar aquí cuando regrese... ¡Oh, no! ¡La casa de Selena se ha quedado vacía todos estos días! -exclamó ____ sintiéndose muy culpable.
-No, he contratado a una persona para que vaya a cuidarla.
A ___ le dio un vuelco el corazón: aquel hombre no sólo se había hecho cargo del préstamo de Leland, sino que había pagado el tratamiento médico que estaba recibiendo, y, para colmo, también se había ocupado de la casa de Sel. No podría devolverle todo aquello ni en lo que le quedaba de vida.
-Gracias -murmuró secamente, aunque sólo fuera por el favor que le había hecho a su amiga.
-De nada -replicó irónicamente-. Y espero que estés aquí cuando vuelva, pues, de lo contrario, iré a buscarte...
-¡No se te ocurra hablarme como si fueras mi dueño! -exclamó ____ frenética-. Hace tan sólo unos cuantos días estabas con esa actriz francesa... y me dijiste que nunca más volverías a llamar a mi puerta.
-Eres tú la que ha llamado a la mía... ¡Ah! Te refieres a esto... -dijo, y sacó una joya de oro de su cartera, dejándosela al lado en la cama.
____ se quedó mirando atónita el brazalete que había empeñado.
-El titular del periódico decía Reina de Hielo en el Monte de Piedad -dijo Nicholas enarcando las cejas sardónicamente-. Supongo que el mismo dueño llamó a los periodistas. Encontré el recibo en tu bolso y pude recuperarlo.
____ lo miró boquiabierta.
-No tendrás que soportar el acoso de la prensa mientras estés conmigo -le ofreció Nick muy seguro de sí mismo-. Yo te protegeré. Tampoco tendrás que volver a empeñar nada. Y mucho menos volver a hacer esos tontos anuncios en los que salías peinándote las trenzas en medio de un prado alpino cubierto de flores...
Ella se limitó a cerrar los ojos, sin fuerzas para pelear con él. Era como un tanque que lo arrasara todo a su paso. Sólo un misil podría detenerlo.
-El silencio te sienta bien -comentó satisfecho.
-Te odio -murmuró ____.
-Lo que odias es desearme tanto -la contradijo Nicholas con énfasis-. Y me parece justo, no creas: cuando te imagino tumbada al Iado de Leland, tan tiesa como un bloque de hielo, a mí tampoco me hace gracia la idea de desearte tanto.
A pesar de su debilidad, Nicholas le había parecido tan atractivo como le recordaba: llevaba un traje beige con una corbata color caramelo y una camisa de seda a juego. Aquellos colores tan suaves contrastaban de maravilla con su piel morena. Por contraste, _____ se veía más desaliñada que nunca; furiosa, se dio la vuelta para no verlo.
-Estaré en Atenas diez días -dijo Nick conciliador rodeando la cama-. Espero que te recuperes del todo en mi ausencia.
-No pienso estar aquí cuando regrese... ¡Oh, no! ¡La casa de Selena se ha quedado vacía todos estos días! -exclamó ____ sintiéndose muy culpable.
-No, he contratado a una persona para que vaya a cuidarla.
A ___ le dio un vuelco el corazón: aquel hombre no sólo se había hecho cargo del préstamo de Leland, sino que había pagado el tratamiento médico que estaba recibiendo, y, para colmo, también se había ocupado de la casa de Sel. No podría devolverle todo aquello ni en lo que le quedaba de vida.
-Gracias -murmuró secamente, aunque sólo fuera por el favor que le había hecho a su amiga.
-De nada -replicó irónicamente-. Y espero que estés aquí cuando vuelva, pues, de lo contrario, iré a buscarte...
-¡No se te ocurra hablarme como si fueras mi dueño! -exclamó ____ frenética-. Hace tan sólo unos cuantos días estabas con esa actriz francesa... y me dijiste que nunca más volverías a llamar a mi puerta.
-Eres tú la que ha llamado a la mía... ¡Ah! Te refieres a esto... -dijo, y sacó una joya de oro de su cartera, dejándosela al lado en la cama.
____ se quedó mirando atónita el brazalete que había empeñado.
-El titular del periódico decía Reina de Hielo en el Monte de Piedad -dijo Nicholas enarcando las cejas sardónicamente-. Supongo que el mismo dueño llamó a los periodistas. Encontré el recibo en tu bolso y pude recuperarlo.
____ lo miró boquiabierta.
-No tendrás que soportar el acoso de la prensa mientras estés conmigo -le ofreció Nick muy seguro de sí mismo-. Yo te protegeré. Tampoco tendrás que volver a empeñar nada. Y mucho menos volver a hacer esos tontos anuncios en los que salías peinándote las trenzas en medio de un prado alpino cubierto de flores...
Ella se limitó a cerrar los ojos, sin fuerzas para pelear con él. Era como un tanque que lo arrasara todo a su paso. Sólo un misil podría detenerlo.
-El silencio te sienta bien -comentó satisfecho.
-Te odio -murmuró ____.
-Lo que odias es desearme tanto -la contradijo Nicholas con énfasis-. Y me parece justo, no creas: cuando te imagino tumbada al Iado de Leland, tan tiesa como un bloque de hielo, a mí tampoco me hace gracia la idea de desearte tanto.
#Alejandra
Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
_____ escondió la cara entre las sábanas, muerta de vergüenza.
-Limítate a comer mucho y a descansar -le aconsejó Nicholas agachándose hacia ella-. Para cuando vuelva de Grecia tienes que estar totalmente recuperada.
____ dio un mordisco a la almohada, hirviendo de rabia. En aquel momento habría vendido su alma al diablo a cambio de poder darle una buena bofetada. Al cabo de un rato se atrevió a asomar la cabeza, suponiendo que ya se había ido. Sin embargo, él aún estaba en la puerta.
-Por cierto -le dijo antes de salir-, espero que seas discreta con la prensa acerca de esta relación...
-¡No tenemos ninguna relación! -le interrumpió-. No admitiría haber estado en tu apartamento aunque los paparazzi me sometieran a tortura.
Nick se la quedó mirando satisfecho un instante antes de marcharse, dejándola tan abatida y acobardada como un ratoncillo que acabara de escapar de las garras de un gato.
Por fin acabó de empaquetar sus cosas. Mientras yacía enferma, Nicholas había hecho que le llevaran todas sus ropas de la casa de Lena. Se había puesto furiosa al enterarse. ¿Acaso pensaba de verdad que se quedaría con él después de curarse?
Durante los dos días que siguieron a la marcha de Nicholas, hizo todo lo posible por recuperarse cuanto antes. Por fin el especialista le dijo que estaba ya curada, aunque le recomendó que se tomara las cosas con calma. Decidió que lo mejor sería ser sensata y aprovechar la oportunidad que se le presentaba de descansar tranquilamente en la casa de Nicholas, atendida por sus sirvientes griegos. Sin embargo, decidió marcharse antes de que volviera Nicholas, el mismo día en que Liz tenía previsto regresar.
Dos de los guardaespaldas de Nick se la quedaron mirando inquietos mientras amontonaba sus cosas en el vestíbulo. Ninguno de ellos hizo el menor intento por ayudarla.
-El señor Petronides... -empezó a decirle el más veterano.
-Será mejor que se mantenga al margen de esto -le advirtió ____ mientras llamaba al ascensor.
-El señor Petronides no desea que se marche, señorita Kendall. Se va a enfadar...
-¿Y?
-Hará que la sigamos, señorita... -confesó.
-Nada de eso -murmuró amablemente ____-. No me gustaría tener que avisar a la policía. Además, estoy segura de que los periódicos darían la noticia, y al gran jefe no le gusta nada la publicidad, ¿verdad?
-Limítate a comer mucho y a descansar -le aconsejó Nicholas agachándose hacia ella-. Para cuando vuelva de Grecia tienes que estar totalmente recuperada.
____ dio un mordisco a la almohada, hirviendo de rabia. En aquel momento habría vendido su alma al diablo a cambio de poder darle una buena bofetada. Al cabo de un rato se atrevió a asomar la cabeza, suponiendo que ya se había ido. Sin embargo, él aún estaba en la puerta.
-Por cierto -le dijo antes de salir-, espero que seas discreta con la prensa acerca de esta relación...
-¡No tenemos ninguna relación! -le interrumpió-. No admitiría haber estado en tu apartamento aunque los paparazzi me sometieran a tortura.
Nick se la quedó mirando satisfecho un instante antes de marcharse, dejándola tan abatida y acobardada como un ratoncillo que acabara de escapar de las garras de un gato.
Por fin acabó de empaquetar sus cosas. Mientras yacía enferma, Nicholas había hecho que le llevaran todas sus ropas de la casa de Lena. Se había puesto furiosa al enterarse. ¿Acaso pensaba de verdad que se quedaría con él después de curarse?
Durante los dos días que siguieron a la marcha de Nicholas, hizo todo lo posible por recuperarse cuanto antes. Por fin el especialista le dijo que estaba ya curada, aunque le recomendó que se tomara las cosas con calma. Decidió que lo mejor sería ser sensata y aprovechar la oportunidad que se le presentaba de descansar tranquilamente en la casa de Nicholas, atendida por sus sirvientes griegos. Sin embargo, decidió marcharse antes de que volviera Nicholas, el mismo día en que Liz tenía previsto regresar.
Dos de los guardaespaldas de Nick se la quedaron mirando inquietos mientras amontonaba sus cosas en el vestíbulo. Ninguno de ellos hizo el menor intento por ayudarla.
-El señor Petronides... -empezó a decirle el más veterano.
-Será mejor que se mantenga al margen de esto -le advirtió ____ mientras llamaba al ascensor.
-El señor Petronides no desea que se marche, señorita Kendall. Se va a enfadar...
-¿Y?
-Hará que la sigamos, señorita... -confesó.
-Nada de eso -murmuró amablemente ____-. No me gustaría tener que avisar a la policía. Además, estoy segura de que los periódicos darían la noticia, y al gran jefe no le gusta nada la publicidad, ¿verdad?
#Alejandra
Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
El ascensor llegó por fin y ella se apresuró a colocar sus maletas.
-Permita que le de un consejo: el señor Petronides puede ser un enemigo implacable.
____ se dijo que no era de extrañar que aquel hombre estuviera tan pagado de sí mismo. Su riqueza e ilimitado poder le debían haber hecho creer que era un semidiós, acostumbrado siempre a obtener cuanto deseaba. Se juró a sí misma que a ella nunca la conseguiría, su mente era sólo suya, lo mismo que su cuerpo, y él no podría tenerla, jamás.
Por fin llegó a casa de Sel, de la que, siguiendo sus órdenes, ya se había marchado la persona contratada por Nicholas. Exhausta, se preparó una taza de café y se puso a revisar el correo, donde encontró una carta dirigida a ella.
La había enviado una agencia inmobiliaria, y, debido a los nervios y a la dislexia, al principio le costó un poco entender lo que decía. En realidad, deseaban contactar con Russ, pero les había sido imposible encontrar su dirección, por lo que se dirigían a ella como persona de contacto. Solicitaba instrucciones respecto a una propiedad de su padre que había quedado vacante. Poco a poco, ____ fue haciendo memoria.
Sus acomodados abuelos habían muerto cuando su padre era aún un niño. Ya entonces se le consideraba la oveja negra de la familia, y sólo había heredado una pequeña casa y la correspondiente parcela en Cambridgeshire. Sin embargo, no pudo ocuparla ni venderla porque vivía en ella una antigua inquilina que no estaba dispuesta a marcharse.
____ telefoneó de inmediato a la agencia.
-No puedo decirles dónde está mi padre por que no lo sé -admitió tristemente-. Hace mucho que no sé nada de él.
-La anciana inquilina se ha ido a vivir con unos parientes. Si su padre desea arrendar la propiedad de nuevo, tendrá que hacer muchas reformas. Sin embargo -continuó el agente-, la propiedad está en un lugar ideal para edificar, y si su padre lo desea, podemos encargarnos de venderla.
____ estaba segura de que eso precisamente sería que su padre querría... para derrochar el dinero en las carreras de caballos en el juego. Respiró hondo y preguntó si había algún problema para que ella pasara a buscar las llaves y se hiciera cargo de la casa.
Cuando colgó el teléfono, era tal el torbellino de ideas que bullía en su cabeza que tuvo que sentarse para pensar con calma. Lo único cierto era que necesitaba una casa y que siempre le había gustado vivir en el campo. Si tenía la valentía suficiente, podría empezar de nuevo. A fin de cuentas, en Londres sólo le quedaban los miserables restos de una carrera de modelo que le había dado más sinsabores que alegrías. Suponía que podría encontrar un trabajo en la comarca como camarera o dependienta, puestos en los que, además, contaba con cierta experiencia.
Cuando Selena regresó, ____ estaba ya más que decidida, así que se limitó a exponer sus planes ante su cada vez más atónita amiga.
-Si la casa está realmente mal, te costará una fortuna ponerla en condiciones, ____ -le recordó preocupada-. No quiero descorazonarte, pero me parece que...
-Lena, escucha: nunca he querido ser modelo y, ahora, además, no tengo ningún trabajo -argumentó ____-. Ésta puede ser mi oportunidad para empezar una nueva vida. Cueste lo que cueste, quiero intentarlo. Dejaré la dirección en la agencia, por si quieren contratarme para algo, pero lo cierto es que no puedo permitirme quedarme sentada sin hacer nada. Por lo menos, si consigo ganar algo de dinero, podré empezar a devolverle el préstamo a Nicholas.
____ hubiera querido evitar tener que contarle a su amiga que había estado enferma, pero no le parecía justo no decirle que un extraño había estado cuidando de la casa durante su ausencia. Sin embargo, Selena pareció preocuparse más por su enfermedad y el papel desempeñado en ella por Nicholas Petronides.
-¡Juraría que ese hombre está completamente enamorado de ti! -exclamó, sacudiendo la cabeza.
-¡Ja! ¡Ni siquiera sabe lo que significa esa palabra! Lo que pasa es que haría cualquier cosa por conseguir lo que desea. Debe creer que cuantos más favores me haga, más obligada me sentiré a corresponderle.
-____, si te hubiera dejado aquí sola, probablemente habrías muerto. ¿No deberías estarle agradecida? -preguntó Selena incómoda-. Podía haberse limitado a llamar a una ambulancia.
-¿Y perderse la oportunidad de tenerme en sus garras? -replicó ____ cínicamente-. ¡Ni hablar! Sé muy bien cómo funciona su cerebro.
-Puede que tengáis mucho más en común de lo que estás dispuesta a admitir -comentó su amiga reflexivamente.
____ llegó al chalet dos días después. A la luz del atardecer, tenía un aspecto un poco sombrío, pero estaba situado en un lugar muy hermoso. Había un sendero que llegaba hasta la puerta bordeado de preciosos árboles.
Había conseguido ingresar algo de dinero en su cuenta vendiendo la mayor parte de su guardarropa.
Tras explorar detenidamente su nuevo hogar, su entusiasmo no decayó un ápice. Aunque las paredes pedían a gritos una mano de pintura, decidió que las reparaciones de las que le habían hablado en la agencia inmobiliaria podrían esperar.
Le encantó la pequeña chimenea que alegraba el salón, aunque no podía decir lo mismo del fregadero o del estado de los sanitarios del cuarto de baño. Apenas tenía los muebles imprescindibles, aunque esperaba que le trajeran una cama nueva aquel mismo día.
La casa estaba a unos dos kilómetros del pueblo más cercano. En cuanto le trajeran la cama, pensó, llamaría al hotel para preguntar sin podían ofrecerle algún trabajo. Como estaban en plena temporada alta, supuso que no le sería muy difícil lograrlo.
Cinco días más tarde ____ estaba en su tercer día de trabajo a media jornada como camarera en el animado bar del hotel. Empezaba a pensar que aquel puesto no era tan estupendo como había supuesto en un principio.
¿Por qué no había preguntado si tendría que servir comidas antes de aceptar? Estaba acostumbrada a servir bebidas, pero le costaba mucho anotar pedidos complicados a toda velocidad.
____ vio a Nicholas en cuanto éste entró en el bar. En cuanto su imponente silueta se recortó en la puerta, todo el mundo se volvió hacia él. Era como un gigante entre pigmeos.
Llevaba un traje gris oscuro, con una camisa de seda y una corbata a juego. Parecía insultantemente rico, casi un poco fuera de lugar incluso. ____ notó que el corazón empezaba a latirle a toda velocidad; de repente, la estancia le pareció más abarrotada que nunca, casi le faltaba aire para respirar.
Nick se la quedó mirando fijamente, haciendo que se sintiera como un conejillo sorprendido por las luces de un coche.
Con un gran esfuerzo, consiguió concentrarse para acabar de tomar nota en la mesa que estaba atendiendo. Plegó los menús y se dirigió a las cocinas lo más rápido que pudo. Pero no lo suficiente como para que Nicholas no la interrumpiera.
-Para un momento -le ordenó en voz baja.
-¿Cómo me has encontrado?
-Catriona Ferguson, la directora de la agencia, no tuvo ningún inconveniente en decírmelo -dijo.
Con un rápido movimiento, ____ consiguió eludirlo y continuar hacia la cocina. Cuando salió comprobó con desmayo que Nicholas se había sentado en una de las mesas que le tocaba atender.
Aunque se esforzó por ignorarlo, sabía que él no la quitaba ojo de encima. Empezaron a sudarle las manos y a temblar, hasta tal punto que casi se derramó encima una de las bebidas que iba servir.
Por fin se le acercó Dennis, el jefe de camareros.
-¿Has visto al tipo de la mesa seis? -preguntó casi disculpándose, mirando su hermoso rostro con expresión de carnero degollado-. Es extraño: algo en él me resulta familiar, pero no sé dónde le he podido ver antes.
Maxie se obligó a acercarse a Nicholas, quien tamborileaba impaciente sobre la mesa.
-¿Sí? -preguntó.
-Permita que le de un consejo: el señor Petronides puede ser un enemigo implacable.
____ se dijo que no era de extrañar que aquel hombre estuviera tan pagado de sí mismo. Su riqueza e ilimitado poder le debían haber hecho creer que era un semidiós, acostumbrado siempre a obtener cuanto deseaba. Se juró a sí misma que a ella nunca la conseguiría, su mente era sólo suya, lo mismo que su cuerpo, y él no podría tenerla, jamás.
Por fin llegó a casa de Sel, de la que, siguiendo sus órdenes, ya se había marchado la persona contratada por Nicholas. Exhausta, se preparó una taza de café y se puso a revisar el correo, donde encontró una carta dirigida a ella.
La había enviado una agencia inmobiliaria, y, debido a los nervios y a la dislexia, al principio le costó un poco entender lo que decía. En realidad, deseaban contactar con Russ, pero les había sido imposible encontrar su dirección, por lo que se dirigían a ella como persona de contacto. Solicitaba instrucciones respecto a una propiedad de su padre que había quedado vacante. Poco a poco, ____ fue haciendo memoria.
Sus acomodados abuelos habían muerto cuando su padre era aún un niño. Ya entonces se le consideraba la oveja negra de la familia, y sólo había heredado una pequeña casa y la correspondiente parcela en Cambridgeshire. Sin embargo, no pudo ocuparla ni venderla porque vivía en ella una antigua inquilina que no estaba dispuesta a marcharse.
____ telefoneó de inmediato a la agencia.
-No puedo decirles dónde está mi padre por que no lo sé -admitió tristemente-. Hace mucho que no sé nada de él.
-La anciana inquilina se ha ido a vivir con unos parientes. Si su padre desea arrendar la propiedad de nuevo, tendrá que hacer muchas reformas. Sin embargo -continuó el agente-, la propiedad está en un lugar ideal para edificar, y si su padre lo desea, podemos encargarnos de venderla.
____ estaba segura de que eso precisamente sería que su padre querría... para derrochar el dinero en las carreras de caballos en el juego. Respiró hondo y preguntó si había algún problema para que ella pasara a buscar las llaves y se hiciera cargo de la casa.
Cuando colgó el teléfono, era tal el torbellino de ideas que bullía en su cabeza que tuvo que sentarse para pensar con calma. Lo único cierto era que necesitaba una casa y que siempre le había gustado vivir en el campo. Si tenía la valentía suficiente, podría empezar de nuevo. A fin de cuentas, en Londres sólo le quedaban los miserables restos de una carrera de modelo que le había dado más sinsabores que alegrías. Suponía que podría encontrar un trabajo en la comarca como camarera o dependienta, puestos en los que, además, contaba con cierta experiencia.
Cuando Selena regresó, ____ estaba ya más que decidida, así que se limitó a exponer sus planes ante su cada vez más atónita amiga.
-Si la casa está realmente mal, te costará una fortuna ponerla en condiciones, ____ -le recordó preocupada-. No quiero descorazonarte, pero me parece que...
-Lena, escucha: nunca he querido ser modelo y, ahora, además, no tengo ningún trabajo -argumentó ____-. Ésta puede ser mi oportunidad para empezar una nueva vida. Cueste lo que cueste, quiero intentarlo. Dejaré la dirección en la agencia, por si quieren contratarme para algo, pero lo cierto es que no puedo permitirme quedarme sentada sin hacer nada. Por lo menos, si consigo ganar algo de dinero, podré empezar a devolverle el préstamo a Nicholas.
____ hubiera querido evitar tener que contarle a su amiga que había estado enferma, pero no le parecía justo no decirle que un extraño había estado cuidando de la casa durante su ausencia. Sin embargo, Selena pareció preocuparse más por su enfermedad y el papel desempeñado en ella por Nicholas Petronides.
-¡Juraría que ese hombre está completamente enamorado de ti! -exclamó, sacudiendo la cabeza.
-¡Ja! ¡Ni siquiera sabe lo que significa esa palabra! Lo que pasa es que haría cualquier cosa por conseguir lo que desea. Debe creer que cuantos más favores me haga, más obligada me sentiré a corresponderle.
-____, si te hubiera dejado aquí sola, probablemente habrías muerto. ¿No deberías estarle agradecida? -preguntó Selena incómoda-. Podía haberse limitado a llamar a una ambulancia.
-¿Y perderse la oportunidad de tenerme en sus garras? -replicó ____ cínicamente-. ¡Ni hablar! Sé muy bien cómo funciona su cerebro.
-Puede que tengáis mucho más en común de lo que estás dispuesta a admitir -comentó su amiga reflexivamente.
____ llegó al chalet dos días después. A la luz del atardecer, tenía un aspecto un poco sombrío, pero estaba situado en un lugar muy hermoso. Había un sendero que llegaba hasta la puerta bordeado de preciosos árboles.
Había conseguido ingresar algo de dinero en su cuenta vendiendo la mayor parte de su guardarropa.
Tras explorar detenidamente su nuevo hogar, su entusiasmo no decayó un ápice. Aunque las paredes pedían a gritos una mano de pintura, decidió que las reparaciones de las que le habían hablado en la agencia inmobiliaria podrían esperar.
Le encantó la pequeña chimenea que alegraba el salón, aunque no podía decir lo mismo del fregadero o del estado de los sanitarios del cuarto de baño. Apenas tenía los muebles imprescindibles, aunque esperaba que le trajeran una cama nueva aquel mismo día.
La casa estaba a unos dos kilómetros del pueblo más cercano. En cuanto le trajeran la cama, pensó, llamaría al hotel para preguntar sin podían ofrecerle algún trabajo. Como estaban en plena temporada alta, supuso que no le sería muy difícil lograrlo.
Cinco días más tarde ____ estaba en su tercer día de trabajo a media jornada como camarera en el animado bar del hotel. Empezaba a pensar que aquel puesto no era tan estupendo como había supuesto en un principio.
¿Por qué no había preguntado si tendría que servir comidas antes de aceptar? Estaba acostumbrada a servir bebidas, pero le costaba mucho anotar pedidos complicados a toda velocidad.
____ vio a Nicholas en cuanto éste entró en el bar. En cuanto su imponente silueta se recortó en la puerta, todo el mundo se volvió hacia él. Era como un gigante entre pigmeos.
Llevaba un traje gris oscuro, con una camisa de seda y una corbata a juego. Parecía insultantemente rico, casi un poco fuera de lugar incluso. ____ notó que el corazón empezaba a latirle a toda velocidad; de repente, la estancia le pareció más abarrotada que nunca, casi le faltaba aire para respirar.
Nick se la quedó mirando fijamente, haciendo que se sintiera como un conejillo sorprendido por las luces de un coche.
Con un gran esfuerzo, consiguió concentrarse para acabar de tomar nota en la mesa que estaba atendiendo. Plegó los menús y se dirigió a las cocinas lo más rápido que pudo. Pero no lo suficiente como para que Nicholas no la interrumpiera.
-Para un momento -le ordenó en voz baja.
-¿Cómo me has encontrado?
-Catriona Ferguson, la directora de la agencia, no tuvo ningún inconveniente en decírmelo -dijo.
Con un rápido movimiento, ____ consiguió eludirlo y continuar hacia la cocina. Cuando salió comprobó con desmayo que Nicholas se había sentado en una de las mesas que le tocaba atender.
Aunque se esforzó por ignorarlo, sabía que él no la quitaba ojo de encima. Empezaron a sudarle las manos y a temblar, hasta tal punto que casi se derramó encima una de las bebidas que iba servir.
Por fin se le acercó Dennis, el jefe de camareros.
-¿Has visto al tipo de la mesa seis? -preguntó casi disculpándose, mirando su hermoso rostro con expresión de carnero degollado-. Es extraño: algo en él me resulta familiar, pero no sé dónde le he podido ver antes.
Maxie se obligó a acercarse a Nicholas, quien tamborileaba impaciente sobre la mesa.
-¿Sí? -preguntó.
#Alejandra
Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
-Ese uniforme que llevas es tan corto que pareces una camarera francesa de opereta -le espetó-. Cada vez que te agachas, alguno de estos tipos baja la cabeza para ver mejor el panorama, ¡incluso el maitre!
____ enrojeció bruscamente. Efectivamente, el uniforme le estaba un poco pequeño, pero ya había estirado el bajo todo lo posible.
-¿Vas a beber algo o no? -insistió secamente.
-Primero me gustaría que me limpiaras la mesa -dijo Nick señalando con disgusto la superficie de madera-. Luego me traes un brandy y te sientas conmigo.
-¡No digas bobadas! ¡Estoy trabajando! -contestó ____ afanándose por dejar la mesa impecable.
-Trabajas para mí, y si yo digo que quiero que te sientes, te sientas -replicó Nick dominante. ____ se quedó en suspenso.
-¿Qué quieres decir con eso de que trabajo para ti?
-Este hotel pertenece a mi cadena -gruño-, y, de momento, no me está gustando nada lo que veo.
____ se quedó helada. Apiló los platos sucios y se dirigió a la cocina sintiéndose enferma. Nicholas hizo una señal a Dennis y le ordenó que se sentara a su mesa. El joven parecía la misma imagen de la desolación.
Aunque se apresuró para servir los pedidos, ____ no pudo evitar que se elevara un coro de quejas entre los clientes.
-¡Yo no he pedido esto! ¡Le he dicho que me trajera una ensalada, no patatas fritas!
-¡Y yo las quería asadas!
-¡Señorita, este filete no está bien...!
Desesperada, ____ se dio cuenta de que había mezclado todos los pedidos. Haciéndose cargo de la situación, Nicholas se levantó de la mesa y le pidió el bloc.
-¿Qué es esto? -preguntó severamente-. ¿Jeroglíficos egipcios acaso? Aquí no hay quien entienda nada.
____ estaba mortalmente pálida.
-Creo que me he equivocado -se disculpó. Empezaron a temblarle las piernas-. Lo siento...
-No se preocupen -dijo Nicholas a los clientes-, enseguida les serviremos lo que han pedido. Vamos, ____, muévete.
Vio que Dennis llamaba a alguien por el teléfono interno. Parecía un hombre superado por los acontecimientos. Al poco entró el director del hotel, que de inmediato se sentó con Nicholas, con la misma expresión de un ternero entrando en el matadero.
____ se dio cuenta de que era ella la que había provocado aquel desastre, pero ¿cómo iba a saber que aquel hotel era de Nick? Recordó la inmensa lista de empresas que había en el Edificio Petronides de Londres, en la que se mencionaban desde compañías petrolíferas, hasta industrias de telecomunicaciones, pasando por los seguros y otros servicios.
-____... digo, señorita Kendall, por favor -la llamó Dennis humildemente. Se preguntó qué le habría dicho Nicholas para amansarlo hasta ese punto-. El señor Petronides dice que puede tomarse la tarde libre.
-No puedo, estoy trabajando -replicó.
-Pero... -Dennis estaba pasmado.
-Estoy contratada para trabajar esta noche y necesito el dinero -continuó ____, y levantando la barbilla desafiante se acercó a la mesa de Nicholas para servirle el brandy-. No eres más que un presuntuoso y un egoísta -le espetó.
Antes de que pudiera evitarlo, él le puso la mano en el codo y la obligó a permanecer a su lado. La lanzó una mirada tan negra y ardiente como el mismísimo infierno.
-Si te diera una pala, seguro que te ponías a cavar tu propia tumba tan contenta. Vete a por tu abrigo y vámonos.
-No, éste es mi trabajo y no pienso...
-Te pondré las cosas fáciles: estás despedida -dijo Nick con rudeza.
Con la mano que tenía libre, ____ asió la copa de brandy y se la echó por encima de los pantalones. Nicholas se echó hacia atrás sorprendido y furioso.
-Si no puedes soportar el fuego, será mejor que te mantengas alejado de la cocina -murmuró ____, y alzando la cabeza con la misma arrogancia que una reina, se dio la vuelta.
____ enrojeció bruscamente. Efectivamente, el uniforme le estaba un poco pequeño, pero ya había estirado el bajo todo lo posible.
-¿Vas a beber algo o no? -insistió secamente.
-Primero me gustaría que me limpiaras la mesa -dijo Nick señalando con disgusto la superficie de madera-. Luego me traes un brandy y te sientas conmigo.
-¡No digas bobadas! ¡Estoy trabajando! -contestó ____ afanándose por dejar la mesa impecable.
-Trabajas para mí, y si yo digo que quiero que te sientes, te sientas -replicó Nick dominante. ____ se quedó en suspenso.
-¿Qué quieres decir con eso de que trabajo para ti?
-Este hotel pertenece a mi cadena -gruño-, y, de momento, no me está gustando nada lo que veo.
____ se quedó helada. Apiló los platos sucios y se dirigió a la cocina sintiéndose enferma. Nicholas hizo una señal a Dennis y le ordenó que se sentara a su mesa. El joven parecía la misma imagen de la desolación.
Aunque se apresuró para servir los pedidos, ____ no pudo evitar que se elevara un coro de quejas entre los clientes.
-¡Yo no he pedido esto! ¡Le he dicho que me trajera una ensalada, no patatas fritas!
-¡Y yo las quería asadas!
-¡Señorita, este filete no está bien...!
Desesperada, ____ se dio cuenta de que había mezclado todos los pedidos. Haciéndose cargo de la situación, Nicholas se levantó de la mesa y le pidió el bloc.
-¿Qué es esto? -preguntó severamente-. ¿Jeroglíficos egipcios acaso? Aquí no hay quien entienda nada.
____ estaba mortalmente pálida.
-Creo que me he equivocado -se disculpó. Empezaron a temblarle las piernas-. Lo siento...
-No se preocupen -dijo Nicholas a los clientes-, enseguida les serviremos lo que han pedido. Vamos, ____, muévete.
Vio que Dennis llamaba a alguien por el teléfono interno. Parecía un hombre superado por los acontecimientos. Al poco entró el director del hotel, que de inmediato se sentó con Nicholas, con la misma expresión de un ternero entrando en el matadero.
____ se dio cuenta de que era ella la que había provocado aquel desastre, pero ¿cómo iba a saber que aquel hotel era de Nick? Recordó la inmensa lista de empresas que había en el Edificio Petronides de Londres, en la que se mencionaban desde compañías petrolíferas, hasta industrias de telecomunicaciones, pasando por los seguros y otros servicios.
-____... digo, señorita Kendall, por favor -la llamó Dennis humildemente. Se preguntó qué le habría dicho Nicholas para amansarlo hasta ese punto-. El señor Petronides dice que puede tomarse la tarde libre.
-No puedo, estoy trabajando -replicó.
-Pero... -Dennis estaba pasmado.
-Estoy contratada para trabajar esta noche y necesito el dinero -continuó ____, y levantando la barbilla desafiante se acercó a la mesa de Nicholas para servirle el brandy-. No eres más que un presuntuoso y un egoísta -le espetó.
Antes de que pudiera evitarlo, él le puso la mano en el codo y la obligó a permanecer a su lado. La lanzó una mirada tan negra y ardiente como el mismísimo infierno.
-Si te diera una pala, seguro que te ponías a cavar tu propia tumba tan contenta. Vete a por tu abrigo y vámonos.
-No, éste es mi trabajo y no pienso...
-Te pondré las cosas fáciles: estás despedida -dijo Nick con rudeza.
Con la mano que tenía libre, ____ asió la copa de brandy y se la echó por encima de los pantalones. Nicholas se echó hacia atrás sorprendido y furioso.
-Si no puedes soportar el fuego, será mejor que te mantengas alejado de la cocina -murmuró ____, y alzando la cabeza con la misma arrogancia que una reina, se dio la vuelta.
#Alejandra
Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
DISCULPAME por no haber pasado antes pero he tenido muchos asuntos en el insti que me dejan sin vida social.......y claro llamame como gustes n.n prometo pasar mas seguido vale..? ooooh y que hermosisimos capis.....saludos
Bianca
Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
Cuando _____ salió del vestuario del personal, se encontró con que Dennis la estaba esperando.
-Debes estar loca para tratar de ese modo a Nicholas Petronides.
-Me importa un bledo, ya no trabajo aquí -replicó _____ sacudiendo la cabeza-. ¿Puedes darme mi paga, por favor?
-¿Tu... tu paga?
-Sí, ¿pasa algo? -preguntó beligerante. Se hizo un largo silencio.
-Está bien, te la daré -admitió Dennis por fin-, pero no sé qué pensará el señor Petronides...
Cuando salió a la calle, estaba lloviendo a mares, y, a pesar de que llevaba paraguas, _____ se empapó de pies a cabeza. Cuando apenas había caminado unos pasos, se detuvo a su lado un fantástico coche deportivo.
-Sube -dijo Nicholas desde el interior.
-¡Vete a paseo! Podrás tiranizar si quieres a tus empleados, pero no a mí.
-¿Tiranizar? -Nicholas estaba sinceramente sorprendido-. ¿Pero tú te has fijado bien en qué condiciones estaba ese local? -salió del coche y se plantó frente a ella-: El personal era insuficiente y mal preparado, los clientes llevaban horas esperando a que se les atendiera, las mesas estaban sucias... ¡Pero si hasta la alfombra estaba hecha un asco! Si el director no toma las medidas oportunas, pienso despedirlo.
_____ se quedó sin habla, no sólo por su vehemencia sino porque se había cambiado de ropa, y el ligero traje gris pálido que llevaba puesto le sentaba como un guante. Se lo quedó mirando mientras notaba correr la adrenalina por sus venas.
-Te odio por haberme seguido hasta aquí... -empezó.
-¡Pero si estabas esperando que lo hiciera! -la interrumpió Nick, y en cuanto lo hubo dicho ella supo que era cierto.
-Me voy a casa andando, no pienso meterme en tu coche -se fijó en que, una vez más él estaba calándose por su culpa.
-No quiero desperdiciar toda la noche esperándote a la puerta de tu casa -gruñó.
-¿Así que ya sabes donde vivo? -_____ apenas podía dar crédito a lo que acababa de oír-. Pues no te molestes en ir hasta allí, no pienso abrirte la puerta.
-¿No te das cuenta de que pueden agredirte por alguno de esos caminos tan solitarios? ¿Acaso merece la pena?
_____ asió el paraguas con fuerza y emprendió el camino con decisión. No había recorrido ni diez metros cuando vio delante de ella un grupo de jóvenes que la miraban aviesamente. Cuando pasó a su lado, empezaron a decirle groserías que la hicieron acelerar el paso.
-Debes estar loca para tratar de ese modo a Nicholas Petronides.
-Me importa un bledo, ya no trabajo aquí -replicó _____ sacudiendo la cabeza-. ¿Puedes darme mi paga, por favor?
-¿Tu... tu paga?
-Sí, ¿pasa algo? -preguntó beligerante. Se hizo un largo silencio.
-Está bien, te la daré -admitió Dennis por fin-, pero no sé qué pensará el señor Petronides...
Cuando salió a la calle, estaba lloviendo a mares, y, a pesar de que llevaba paraguas, _____ se empapó de pies a cabeza. Cuando apenas había caminado unos pasos, se detuvo a su lado un fantástico coche deportivo.
-Sube -dijo Nicholas desde el interior.
-¡Vete a paseo! Podrás tiranizar si quieres a tus empleados, pero no a mí.
-¿Tiranizar? -Nicholas estaba sinceramente sorprendido-. ¿Pero tú te has fijado bien en qué condiciones estaba ese local? -salió del coche y se plantó frente a ella-: El personal era insuficiente y mal preparado, los clientes llevaban horas esperando a que se les atendiera, las mesas estaban sucias... ¡Pero si hasta la alfombra estaba hecha un asco! Si el director no toma las medidas oportunas, pienso despedirlo.
_____ se quedó sin habla, no sólo por su vehemencia sino porque se había cambiado de ropa, y el ligero traje gris pálido que llevaba puesto le sentaba como un guante. Se lo quedó mirando mientras notaba correr la adrenalina por sus venas.
-Te odio por haberme seguido hasta aquí... -empezó.
-¡Pero si estabas esperando que lo hiciera! -la interrumpió Nick, y en cuanto lo hubo dicho ella supo que era cierto.
-Me voy a casa andando, no pienso meterme en tu coche -se fijó en que, una vez más él estaba calándose por su culpa.
-No quiero desperdiciar toda la noche esperándote a la puerta de tu casa -gruñó.
-¿Así que ya sabes donde vivo? -_____ apenas podía dar crédito a lo que acababa de oír-. Pues no te molestes en ir hasta allí, no pienso abrirte la puerta.
-¿No te das cuenta de que pueden agredirte por alguno de esos caminos tan solitarios? ¿Acaso merece la pena?
_____ asió el paraguas con fuerza y emprendió el camino con decisión. No había recorrido ni diez metros cuando vio delante de ella un grupo de jóvenes que la miraban aviesamente. Cuando pasó a su lado, empezaron a decirle groserías que la hicieron acelerar el paso.
#Alejandra
Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
Notó que una mano se posaba a sus espaldas, y antes de que pudiera desasirse, los acontecimientos se precipitaron: Nicholas apareció a su lado y soltó un puñetazo a su atacante; de inmediato, sus compinches acudieron en su ayuda, por lo que pronto se organizó una tremenda pelea. ____ se puso a gritar con todas sus fuerzas, absolutamente aterrorizada.
-¡Sueltenlo! -gritaba, al tiempo que propinaba patadas y paraguazos a los gamberros, que se dieron a la fuga en cuanto empezó a acudir gente de los bares cercanos, alarmados por el griterío.
____ se agachó al lado de Nicholas, sosteniéndole la cabeza mojada.
-¡Eres un tonto! -repetía una y otra vez.
Por fin Nicholas meneó la cabeza muy lentamente; tenía una herida que sangraba en una de las sienes.
-Eran cinco contra uno -murmuró dolorido.
-Súbete al coche, no vaya a ser que regresen -dijo ____ ayudándole a incorporarse-. Podían haberte machacado.
-Bueno, no creo que sea para tanto... -protestó Nicholas.
-Hay una comisaría justo al final de la calle...
-No pienso poner una denuncia a esos gamberros desharrapados -gruñó Nick poniéndose en pie-. Total ya han recibido un par de buenos puñetazos...
-No tantos como tú -puntualizó ____ ayudándole a acomodarse en el asiento delantero.
-¿Qué es lo que pretendes?
-No estás en condiciones de conducir.
-¿Y eso por qué?
-¡Por favor, Nick! Estás sangrando, probablemente estés también conmocionado. Por una maldita vez en tu vida, haz lo que te dicen.
El consideró durante unos instantes semejante posibilidad, hasta que por fin dio su brazo a torcer.
-¿Sabes conducir un Ferrari?
-Por supuesto -contestó ____ entre dientes mientras ponía en marcha el coche.
-Las luces -le indicó Nicholas aprensivamente-. Tienes que encender las luces... o si lo prefieres, cierro los ojos...
-¡Cállate! Estoy intentando concentrarme -____ dio por fin con el interruptor-. Es muy típico de ti eso de sacar faltas. Por cierto, a ver, ¿dónde estaban tus guardaespaldas?
-¿Cómo te atreves a decirme eso? -Nicholas intentó incorporarse un poco, pero el cinturón de seguridad se lo impidió-. Puedo cuidar de mí mismo.
-¿Contra cinco matones a la vez? -preguntó ____. Todavía se le revolvían las tripas al recordar la pelea; se sentía terriblemente culpable por lo sucedido-. Te llevaré a Urgencias.
-No necesito ningún médico, estoy perfectamente -se resistió Nicholas.
-No quiero ser responsable de que mueras por conmoción cerebral o algo parecido -replicó ____ inexorable.
-Sólo tengo unos cuantos arañazos y moretones, lo único que me hace falta es descansar un poco. Después pediré que me lleven un coche.
Aquel era el auténtico Nicholas: organizador, dispuesto a llevar la voz cantante. ____ captó la indirecta y condujo en dirección a su casa probablemente a la velocidad mínima a la que había ido ese coche jamás. La lluvia había arreciado, haciendo que se redujera considerablemente la visibilidad.
-De acuerdo, puedes venir a casa conmigo, pero sólo estarás una hora -le advirtió.
-¡Qué generosa eres!
-¡Sueltenlo! -gritaba, al tiempo que propinaba patadas y paraguazos a los gamberros, que se dieron a la fuga en cuanto empezó a acudir gente de los bares cercanos, alarmados por el griterío.
____ se agachó al lado de Nicholas, sosteniéndole la cabeza mojada.
-¡Eres un tonto! -repetía una y otra vez.
Por fin Nicholas meneó la cabeza muy lentamente; tenía una herida que sangraba en una de las sienes.
-Eran cinco contra uno -murmuró dolorido.
-Súbete al coche, no vaya a ser que regresen -dijo ____ ayudándole a incorporarse-. Podían haberte machacado.
-Bueno, no creo que sea para tanto... -protestó Nicholas.
-Hay una comisaría justo al final de la calle...
-No pienso poner una denuncia a esos gamberros desharrapados -gruñó Nick poniéndose en pie-. Total ya han recibido un par de buenos puñetazos...
-No tantos como tú -puntualizó ____ ayudándole a acomodarse en el asiento delantero.
-¿Qué es lo que pretendes?
-No estás en condiciones de conducir.
-¿Y eso por qué?
-¡Por favor, Nick! Estás sangrando, probablemente estés también conmocionado. Por una maldita vez en tu vida, haz lo que te dicen.
El consideró durante unos instantes semejante posibilidad, hasta que por fin dio su brazo a torcer.
-¿Sabes conducir un Ferrari?
-Por supuesto -contestó ____ entre dientes mientras ponía en marcha el coche.
-Las luces -le indicó Nicholas aprensivamente-. Tienes que encender las luces... o si lo prefieres, cierro los ojos...
-¡Cállate! Estoy intentando concentrarme -____ dio por fin con el interruptor-. Es muy típico de ti eso de sacar faltas. Por cierto, a ver, ¿dónde estaban tus guardaespaldas?
-¿Cómo te atreves a decirme eso? -Nicholas intentó incorporarse un poco, pero el cinturón de seguridad se lo impidió-. Puedo cuidar de mí mismo.
-¿Contra cinco matones a la vez? -preguntó ____. Todavía se le revolvían las tripas al recordar la pelea; se sentía terriblemente culpable por lo sucedido-. Te llevaré a Urgencias.
-No necesito ningún médico, estoy perfectamente -se resistió Nicholas.
-No quiero ser responsable de que mueras por conmoción cerebral o algo parecido -replicó ____ inexorable.
-Sólo tengo unos cuantos arañazos y moretones, lo único que me hace falta es descansar un poco. Después pediré que me lleven un coche.
Aquel era el auténtico Nicholas: organizador, dispuesto a llevar la voz cantante. ____ captó la indirecta y condujo en dirección a su casa probablemente a la velocidad mínima a la que había ido ese coche jamás. La lluvia había arreciado, haciendo que se redujera considerablemente la visibilidad.
-De acuerdo, puedes venir a casa conmigo, pero sólo estarás una hora -le advirtió.
-¡Qué generosa eres!
#Alejandra
Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
_____ se ruborizó al recordar el interés que se había tomado Nicholas durante su enfermedad para asegurarse de que estaba bien atendida. Sin embargo, no había tenido que ocuparse personalmente de su bienestar, se había limitado a pagar a otros para que la cuidaran. De hecho, no podía imaginar a Nicholas sacrificándose por nadie.
De repente, notó que el camino a la casa estaba completamente enfangado; alarmada, frenó de golpe, provocando que el coche diera un brusco patinazo. Sin que pudiera hacer nada por evitarlo, chocó de golpe contra el borde del camino.
-Aunque parece que nuestro ángel de la guardia esté de vacaciones, por suerte aún seguimos vivos -ironizó Nick mientras apagaba el contacto.
-Ahora supongo que te dedicarás a hacer un montón de comentarios ofensivos sobre las mujeres que conducen, ¿no? -siseó _____ aferrándose aún al volante.
-No me atrevo. Eres tan gafe que si ahora salgo del coche seguro que me ahogo en el arroyo.
-¡Pero si no es nada profundo!
-Me tranquiliza oír eso -forcejeó con la portezuela hasta que consiguió salir al camino embarrado.
-¡Lo siento! -se disculpó _____-. Me asusté mucho cuando vi tanta agua en el camino.
-¡Pero si no es nada! ¿Qué harás cuando veas el océano entonces?
-Pensé que el arroyo se había desbordado, y que la corriente nos arrastraría en la oscuridad, por eso frené tan de golpe -intentó explicar _____ mientras se encaminaban a la casa. Por fin abrió la puerta principal y encendió la luz.
Nicholas tuvo que agacharse para entrar, y se quedó mirando la desnuda estancia sin hacer el menor comentario. _____ tuvo que reconocer que cuando el fuego no estaba encendido, parecía aún más triste y desolada.
-El piso de arriba está un poco mejor. Si quieres, puedes acostarte en mi cama.
-No sé si merezco tanta amabilidad. ¿Dónde está el teléfono?
-No tengo -confesó _____.
-¿Estás bromeando?
-¿Es que no tienes un móvil? -replicó un poco molesta.
-Debió caérseme durante la pelea -dijo Nicholas, y jurando por lo bajo en griego empezó a subir las escaleras tambaleándose un poco.
-Tendría que verte un médico -insistió _____ preocupada.
-¡Tonterías! Lo único que necesito es descansar un poco...
-¡Cuidado con la cabeza! -le advirtió _____ justo un segundo antes de que se chocara con el dintel de la puerta-. ¡Oh, no! -gimió, corriendo a su lado. Rápidamente le condujo hacia el interior del dormitorio antes de que se hiciera más daño.
-Hay charcos en el suelo -señaló Nicholas parpadeando confuso.
-No digas bobadas -dijo _____, y precisamente entonces le cayó en la nariz una enorme gota de agua.
Levantó la cabeza hacia el techo cubierto de vigas de madera y, horrorizada, descubrió un montón de goteras. De hecho, el suelo estaba casi completamente cubierto de agua.
-Esto parece una cabaña -dijo Nicholas.
_____ maldijo entre dientes y se acercó a comprobar cómo estaba la cama. Por suerte, era lo único en la habitación que estaba completamente seco. Nick se dejó caer en una esquina del colchón. Quiso colocar su chaqueta en uno de los postes de la cama, pero no tuvo fuerzas y ésta cayó de lleno en un charco.
-No tenía que haberte hecho caso -se reprochó _____ mirando la prenda hecha un trapo--. Tenía que haberte llevado a urgencias.
-Sólo me duele un poco la cabeza, nada más -protestó Nicholas arrogante-. Deja de tratarme como a un niño.
-¿Cuántos dedos ves? -preguntó ansiosamente plantando delante de él el dedo gordo. Estaba tan nerviosa que no fue capaz de extender ninguno más.
-Veo tu dedo gordo -contestó Nicholas secamente-. ¿Qué tontería de pregunta es ésa?
Roja como un tomate, _____ dio un salto al ver que él se soltaba la corbata.
-¿Vas a quitarte la ropa?
-Sí, así estaré más cómodo.
-E.. entonces mejor me marcho. De... de todas formas tengo que buscar cubos para el agua -se disculpó _____ cobardemente mientras se precipitaba hacia la puerta.
Sólo de imaginarse el cuerpo semidesnudo de Nicholas provocó que le recorriera por todo el cuerpo una corriente de excitación. Se disculpó a sí misma diciéndose que aquella inesperada reacción era producto de la tensión acumulada en las últimas horas. Volvió a lamentar no haber llevado a Nicholas al hospital, aunque sabía que hubiera resultado inútil intentar convencerle.
Cuando iba a por el cubo y la fregona, se le ocurrió que lo mejor sería buscar un antiséptico para la herida de Nick. Temía que fuera más grave de lo que parecía, pues casi estaba segura de que, aunque fuera por unos breves instantes, había perdido el conocimiento después de la pelea; recordaba muy bien que se había quedado con los ojos cerrados, pues aquellas increíbles pestañas que tenía casi rozaban los pómulos... ¡Santo Cielo! ¿Qué demonios le estaba pasando?
Nicholas ya se había metido en la cama cuando ella volvió al cuarto. Parecía que se había dormido. Casi sin atreverse a respirar, _____ se quedó mirándolo un largo instante, fascinada por la fuerza que emanaba de él incluso cuando yacía inmóvil. De repente se dijo que sería mejor dejarse de bobadas e intentar despertarle, no fuera a ser que tuviera de verdad una conmoción cerebral. Se acercó a la cama y le sacudió ligeramente el hombro desnudo; apartó la mano de inmediato, como si se hubiera quemado al contacto con aquella piel ardiente.
Nicholas abrió por fin los ojos.
De repente, notó que el camino a la casa estaba completamente enfangado; alarmada, frenó de golpe, provocando que el coche diera un brusco patinazo. Sin que pudiera hacer nada por evitarlo, chocó de golpe contra el borde del camino.
-Aunque parece que nuestro ángel de la guardia esté de vacaciones, por suerte aún seguimos vivos -ironizó Nick mientras apagaba el contacto.
-Ahora supongo que te dedicarás a hacer un montón de comentarios ofensivos sobre las mujeres que conducen, ¿no? -siseó _____ aferrándose aún al volante.
-No me atrevo. Eres tan gafe que si ahora salgo del coche seguro que me ahogo en el arroyo.
-¡Pero si no es nada profundo!
-Me tranquiliza oír eso -forcejeó con la portezuela hasta que consiguió salir al camino embarrado.
-¡Lo siento! -se disculpó _____-. Me asusté mucho cuando vi tanta agua en el camino.
-¡Pero si no es nada! ¿Qué harás cuando veas el océano entonces?
-Pensé que el arroyo se había desbordado, y que la corriente nos arrastraría en la oscuridad, por eso frené tan de golpe -intentó explicar _____ mientras se encaminaban a la casa. Por fin abrió la puerta principal y encendió la luz.
Nicholas tuvo que agacharse para entrar, y se quedó mirando la desnuda estancia sin hacer el menor comentario. _____ tuvo que reconocer que cuando el fuego no estaba encendido, parecía aún más triste y desolada.
-El piso de arriba está un poco mejor. Si quieres, puedes acostarte en mi cama.
-No sé si merezco tanta amabilidad. ¿Dónde está el teléfono?
-No tengo -confesó _____.
-¿Estás bromeando?
-¿Es que no tienes un móvil? -replicó un poco molesta.
-Debió caérseme durante la pelea -dijo Nicholas, y jurando por lo bajo en griego empezó a subir las escaleras tambaleándose un poco.
-Tendría que verte un médico -insistió _____ preocupada.
-¡Tonterías! Lo único que necesito es descansar un poco...
-¡Cuidado con la cabeza! -le advirtió _____ justo un segundo antes de que se chocara con el dintel de la puerta-. ¡Oh, no! -gimió, corriendo a su lado. Rápidamente le condujo hacia el interior del dormitorio antes de que se hiciera más daño.
-Hay charcos en el suelo -señaló Nicholas parpadeando confuso.
-No digas bobadas -dijo _____, y precisamente entonces le cayó en la nariz una enorme gota de agua.
Levantó la cabeza hacia el techo cubierto de vigas de madera y, horrorizada, descubrió un montón de goteras. De hecho, el suelo estaba casi completamente cubierto de agua.
-Esto parece una cabaña -dijo Nicholas.
_____ maldijo entre dientes y se acercó a comprobar cómo estaba la cama. Por suerte, era lo único en la habitación que estaba completamente seco. Nick se dejó caer en una esquina del colchón. Quiso colocar su chaqueta en uno de los postes de la cama, pero no tuvo fuerzas y ésta cayó de lleno en un charco.
-No tenía que haberte hecho caso -se reprochó _____ mirando la prenda hecha un trapo--. Tenía que haberte llevado a urgencias.
-Sólo me duele un poco la cabeza, nada más -protestó Nicholas arrogante-. Deja de tratarme como a un niño.
-¿Cuántos dedos ves? -preguntó ansiosamente plantando delante de él el dedo gordo. Estaba tan nerviosa que no fue capaz de extender ninguno más.
-Veo tu dedo gordo -contestó Nicholas secamente-. ¿Qué tontería de pregunta es ésa?
Roja como un tomate, _____ dio un salto al ver que él se soltaba la corbata.
-¿Vas a quitarte la ropa?
-Sí, así estaré más cómodo.
-E.. entonces mejor me marcho. De... de todas formas tengo que buscar cubos para el agua -se disculpó _____ cobardemente mientras se precipitaba hacia la puerta.
Sólo de imaginarse el cuerpo semidesnudo de Nicholas provocó que le recorriera por todo el cuerpo una corriente de excitación. Se disculpó a sí misma diciéndose que aquella inesperada reacción era producto de la tensión acumulada en las últimas horas. Volvió a lamentar no haber llevado a Nicholas al hospital, aunque sabía que hubiera resultado inútil intentar convencerle.
Cuando iba a por el cubo y la fregona, se le ocurrió que lo mejor sería buscar un antiséptico para la herida de Nick. Temía que fuera más grave de lo que parecía, pues casi estaba segura de que, aunque fuera por unos breves instantes, había perdido el conocimiento después de la pelea; recordaba muy bien que se había quedado con los ojos cerrados, pues aquellas increíbles pestañas que tenía casi rozaban los pómulos... ¡Santo Cielo! ¿Qué demonios le estaba pasando?
Nicholas ya se había metido en la cama cuando ella volvió al cuarto. Parecía que se había dormido. Casi sin atreverse a respirar, _____ se quedó mirándolo un largo instante, fascinada por la fuerza que emanaba de él incluso cuando yacía inmóvil. De repente se dijo que sería mejor dejarse de bobadas e intentar despertarle, no fuera a ser que tuviera de verdad una conmoción cerebral. Se acercó a la cama y le sacudió ligeramente el hombro desnudo; apartó la mano de inmediato, como si se hubiera quemado al contacto con aquella piel ardiente.
Nicholas abrió por fin los ojos.
#Alejandra
Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
-Me has manchado de sangre toda la almohada -consiguió articular ____. Tenía la garganta completamente seca.
-Te compraré una nueva.
-No hace falta que me compres nada... y estáte quieto -le conminó-, quiero ver cómo tienes la herida.
Ayudándose de un paño de cocina, y procurando disimular su nerviosismo, ____ le limpió la sangre de la cara; de repente, él alzó una de sus manos y le rodeó delicadamente la muñeca.
-Estás temblando como una hoja.
-Te podían haber apuñalado o algo parecido. Me pongo enferma sólo de pensarlo... Te aseguro que podría haberme enfrentado a ese chico yo sola...
-A mí me parece que no. Entre todos ellos podían haberte arrastrado a un callejón oscuro, y después...
-No pienso darte las gracias por lo que hiciste: si me hubieras dejado en paz, nada de esto habría sucedido -afirmó ____ enérgicamente-. Me hubiera quedado en el hotel hasta acabar el turno y después el camarero me hubiera traído en coche a casa. Vive muy cerca.
____ se desasió bruscamente y volvió al piso de abajo. Sabía que lo que tenía que hacer era buscar la fregona y limpiar el suelo, pero lo cierto es que estaba temblando como un flan. En parte era por el shock sufrido, pero sobre todo porque durante todo el tiempo que había durado la cura no había dejado de preguntarse, como una tonta adolescente, qué llevaría puesto Nick debajo de las sábanas.
Minutos más tarde consiguió recobrarse lo suficiente como para subir de nuevo al dormitorio con un montón de cacharros para las goteras, el cubo y la fregona. Se puso a limpiar el suelo, furiosa consigo misma por no haber hecho caso de las indicaciones del agente inmobiliario; era evidente que tendría que retejar toda la casa antes de que llegara el invierno, aunque no tenía ni la menor idea de cómo iba a costear semejante obra.
-¿Cómo te encuentras? -preguntó después de haber colocado todos los recipientes en el suelo.
-¡Fenomenal! -fue su irónica respuesta-. La verdad es que no entiendo por qué prefieres ahogarte dentro de estas cuatro paredes en vez de venirte conmigo.
-Pues ya ves: nada de lo que hagas o digas conseguirá convencerme. No tengo la menor intención de vivir con ningún hombre...
-No te estaba pidiendo que vivieras conmigo -la corrigió Angelos-. Me gusta tener mi propio espacio. Estaba pensando más bien en comprarte algo e ir a verte de vez en cuando...
-¡No estoy en venta! -le recordó ____ furiosa.
-Sólo vendrías si te ofrezco un anillo de compromiso, ¿no? -la interrumpió Nicholas-. Pues te diré una cosa: puede que esté obsesionado por poseer ese delicioso cuerpo tuyo, que tiembla de puro deseo en cuanto estoy cerca -murmuró apasionadamente, al tiempo que le asía delicadamente una mano sin que ella no pudiera oponer la menor resistencia-, a cambio estoy dispuesto a darte todo lo que desees con sumo gusto, excepto eso precisamente, pethi mou.
-Si no tuvieras esa herida en la cabeza te abofetearía -amenazó ____-. ¡Déjame en paz de una vez!
Soltándole la mano,Nick se la quedó mirando con una sonrisa irónica.
-Te compraré una nueva.
-No hace falta que me compres nada... y estáte quieto -le conminó-, quiero ver cómo tienes la herida.
Ayudándose de un paño de cocina, y procurando disimular su nerviosismo, ____ le limpió la sangre de la cara; de repente, él alzó una de sus manos y le rodeó delicadamente la muñeca.
-Estás temblando como una hoja.
-Te podían haber apuñalado o algo parecido. Me pongo enferma sólo de pensarlo... Te aseguro que podría haberme enfrentado a ese chico yo sola...
-A mí me parece que no. Entre todos ellos podían haberte arrastrado a un callejón oscuro, y después...
-No pienso darte las gracias por lo que hiciste: si me hubieras dejado en paz, nada de esto habría sucedido -afirmó ____ enérgicamente-. Me hubiera quedado en el hotel hasta acabar el turno y después el camarero me hubiera traído en coche a casa. Vive muy cerca.
____ se desasió bruscamente y volvió al piso de abajo. Sabía que lo que tenía que hacer era buscar la fregona y limpiar el suelo, pero lo cierto es que estaba temblando como un flan. En parte era por el shock sufrido, pero sobre todo porque durante todo el tiempo que había durado la cura no había dejado de preguntarse, como una tonta adolescente, qué llevaría puesto Nick debajo de las sábanas.
Minutos más tarde consiguió recobrarse lo suficiente como para subir de nuevo al dormitorio con un montón de cacharros para las goteras, el cubo y la fregona. Se puso a limpiar el suelo, furiosa consigo misma por no haber hecho caso de las indicaciones del agente inmobiliario; era evidente que tendría que retejar toda la casa antes de que llegara el invierno, aunque no tenía ni la menor idea de cómo iba a costear semejante obra.
-¿Cómo te encuentras? -preguntó después de haber colocado todos los recipientes en el suelo.
-¡Fenomenal! -fue su irónica respuesta-. La verdad es que no entiendo por qué prefieres ahogarte dentro de estas cuatro paredes en vez de venirte conmigo.
-Pues ya ves: nada de lo que hagas o digas conseguirá convencerme. No tengo la menor intención de vivir con ningún hombre...
-No te estaba pidiendo que vivieras conmigo -la corrigió Angelos-. Me gusta tener mi propio espacio. Estaba pensando más bien en comprarte algo e ir a verte de vez en cuando...
-¡No estoy en venta! -le recordó ____ furiosa.
-Sólo vendrías si te ofrezco un anillo de compromiso, ¿no? -la interrumpió Nicholas-. Pues te diré una cosa: puede que esté obsesionado por poseer ese delicioso cuerpo tuyo, que tiembla de puro deseo en cuanto estoy cerca -murmuró apasionadamente, al tiempo que le asía delicadamente una mano sin que ella no pudiera oponer la menor resistencia-, a cambio estoy dispuesto a darte todo lo que desees con sumo gusto, excepto eso precisamente, pethi mou.
-Si no tuvieras esa herida en la cabeza te abofetearía -amenazó ____-. ¡Déjame en paz de una vez!
Soltándole la mano,Nick se la quedó mirando con una sonrisa irónica.
#Alejandra
Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
-Después de lo que te hizo Leland, no me extraña que te comportes así. Sí, ya sé que te echó del hospital y que hizo llamar a su mujer, dejándote tirada y sin un céntimo. Por eso ahora piensas que es más seguro conseguir un marido que un amante. Pero yo no soy Leland...
_____ estaba aterrada y fascinada a la vez por el poder de aquel hombre. Presentía que era más que capaz de de seducirla, pues a cada segundo que pasaba en su compañía, más terrible era la tentación de ceder. Le odiaba, pero también lo deseaba, y se odiaba a sí misma por ser tan débil.
-Ven, acércate -le apremió Nicholas-. No ganas nada con resistirte. Te prometo que nunca me aprovecharé de ti como hizo Leland.
-¿Qué es lo que pretendes? -preguntó _____ suspicaz.
-Quiero convencerte de que confiar en mí sólo te traerá ventajas. Como ves, ni siquiera te he puesto un dedo encima -señaló, como si considerara tal cosa algo heroico.
Lo terrible del caso era que ella estaba deseando que la tocara. Por fin el alzó el brazo y le soltó la cinta del pelo, hundió los dedos en la sedosa melena y, poco a poco, la atrajo hacia sí.
-¿Acaso no es esto lo que los dos deseamos? -le preguntó.
-No... -se resistió _____, aunque su piel ardía mientras él recorría el contorno de sus labios con la punta del dedo-. Esto no significa nada para mí -insistió desesperada.
-Mira que eres tozuda -se burló Nicholas.
Ella pensó que si seguía mirándola con la misma intensidad acabaría fundiéndose.
-No soy tozuda, sólo que... -se detuvo sin saber cómo seguir, incapaz también de reunir las fuerzas necesarias para separarse de él.
-Te gusta pelear, ¿eh? -susurró Nicholas. _____ se sentía como en una nube, ensordecida casi por los latidos de su propio corazón-. Eres una mujer por la que merece la pena luchar. Sería mucho mejor si no te resistieras, si te dejaras llevar...
-Pero...
-Nada de peros -la interrumpió Nick colocando un dedo en sus labios para hacerla callar-. Me necesitas -insistió, acercándose aún más a ella.
-No... -musitó.
-Sí -dijo Nicholas antes de besarla. Le separó los labios delicadamente con la punta de la lengua llevándola a un estado de excitación tal que casi se dejó caer encima de él.
Aprovechándose de aquel momento de debilidad, Nicholas la estrechó con más fuerza entre sus brazos.
-No -gimió _____ de nuevo.
Él empezó a acariciarle un seno, y el placer que eso la produjo fue tan intenso e insoportable que sólo con un enorme esfuerzo consiguió controlarse. Levantó la cabeza para verle mejor, pero en vez de aplacar su deseo, sólo consiguió avivarlo aún más.
-¿No? -repitió Nicholas juguetonamente.
Se sentía atraída por su irresistible virilidad como una mariposa hacia la llama de una vela. Nicholas se dio cuenta de que estaba a punto de rendirse, y sonriendo como un lobo en el momento de atacar a su presa, empezó a besarla apasionadamente.
La tendió sobre el lecho sin dejar de acariciarla. _____ temblaba de pies a cabeza de puro deseo, y cuando él introdujo una mano por debajo de la camiseta para acariciarlo primero y besarlo después los senos desnudos creyó que se derretiría de placer. Durante un interminable momento lo único que pudo hacer fue acariciarlo a su vez. De repente, Nicholas levantó la cabeza alarmado.
-¿Qué es eso? -preguntó.
-¿El qué? -inquirió _____ parpadeando confusa.
-Alguien está llamando a la puerta.
Sólo entonces pareció darse cuenta _____ de lo que había estado a punto de hacer; avergonzada, se levantó de la cama de un salto.
-¡Eres un cerdo! -le insultó mientras se colocaba la camiseta en su sitio y, sin esperar su respuesta, se abalanzó escaleras abajo.
Cuando abrió la puerta se encontró con Patrick Devenson, su vecino más próximo, al que había conocido el día anterior.
-¿Sabes que hay un ferrari medio hundido en el arroyo de enfrente?
Todavía temblorosa, _____ se limitó a asentir con la cabeza como una marioneta. No se podía creer lo poco que le había faltado para dejarse seducir por aquel miserable.
-Lo he visto cuando volvía a casa -le explicó Patrick, un rubio y atractivo veterinario-. Como sabía que estabas en casa, decidí parar para ver si estabas bien, ¿lo estás? -insistió preocupado.
-El conductor está arriba, descansando -consiguió articular _____.
-¿Quieres que le eche un vistazo?
-No es necesario -dijo _____ con la respiracipn entrecortada.
-¿Y no quieres llamar al médico? -preguntó Patrick señalando su teléfono móvil.
-Te estaría muy agradecida si me dejaras hacer una llamada.
-Claro -asintió el joven-. ¿Te importa si entro? Está lloviendo mucho.
-Por supuesto, perdona.
_____ estaba aterrada y fascinada a la vez por el poder de aquel hombre. Presentía que era más que capaz de de seducirla, pues a cada segundo que pasaba en su compañía, más terrible era la tentación de ceder. Le odiaba, pero también lo deseaba, y se odiaba a sí misma por ser tan débil.
-Ven, acércate -le apremió Nicholas-. No ganas nada con resistirte. Te prometo que nunca me aprovecharé de ti como hizo Leland.
-¿Qué es lo que pretendes? -preguntó _____ suspicaz.
-Quiero convencerte de que confiar en mí sólo te traerá ventajas. Como ves, ni siquiera te he puesto un dedo encima -señaló, como si considerara tal cosa algo heroico.
Lo terrible del caso era que ella estaba deseando que la tocara. Por fin el alzó el brazo y le soltó la cinta del pelo, hundió los dedos en la sedosa melena y, poco a poco, la atrajo hacia sí.
-¿Acaso no es esto lo que los dos deseamos? -le preguntó.
-No... -se resistió _____, aunque su piel ardía mientras él recorría el contorno de sus labios con la punta del dedo-. Esto no significa nada para mí -insistió desesperada.
-Mira que eres tozuda -se burló Nicholas.
Ella pensó que si seguía mirándola con la misma intensidad acabaría fundiéndose.
-No soy tozuda, sólo que... -se detuvo sin saber cómo seguir, incapaz también de reunir las fuerzas necesarias para separarse de él.
-Te gusta pelear, ¿eh? -susurró Nicholas. _____ se sentía como en una nube, ensordecida casi por los latidos de su propio corazón-. Eres una mujer por la que merece la pena luchar. Sería mucho mejor si no te resistieras, si te dejaras llevar...
-Pero...
-Nada de peros -la interrumpió Nick colocando un dedo en sus labios para hacerla callar-. Me necesitas -insistió, acercándose aún más a ella.
-No... -musitó.
-Sí -dijo Nicholas antes de besarla. Le separó los labios delicadamente con la punta de la lengua llevándola a un estado de excitación tal que casi se dejó caer encima de él.
Aprovechándose de aquel momento de debilidad, Nicholas la estrechó con más fuerza entre sus brazos.
-No -gimió _____ de nuevo.
Él empezó a acariciarle un seno, y el placer que eso la produjo fue tan intenso e insoportable que sólo con un enorme esfuerzo consiguió controlarse. Levantó la cabeza para verle mejor, pero en vez de aplacar su deseo, sólo consiguió avivarlo aún más.
-¿No? -repitió Nicholas juguetonamente.
Se sentía atraída por su irresistible virilidad como una mariposa hacia la llama de una vela. Nicholas se dio cuenta de que estaba a punto de rendirse, y sonriendo como un lobo en el momento de atacar a su presa, empezó a besarla apasionadamente.
La tendió sobre el lecho sin dejar de acariciarla. _____ temblaba de pies a cabeza de puro deseo, y cuando él introdujo una mano por debajo de la camiseta para acariciarlo primero y besarlo después los senos desnudos creyó que se derretiría de placer. Durante un interminable momento lo único que pudo hacer fue acariciarlo a su vez. De repente, Nicholas levantó la cabeza alarmado.
-¿Qué es eso? -preguntó.
-¿El qué? -inquirió _____ parpadeando confusa.
-Alguien está llamando a la puerta.
Sólo entonces pareció darse cuenta _____ de lo que había estado a punto de hacer; avergonzada, se levantó de la cama de un salto.
-¡Eres un cerdo! -le insultó mientras se colocaba la camiseta en su sitio y, sin esperar su respuesta, se abalanzó escaleras abajo.
Cuando abrió la puerta se encontró con Patrick Devenson, su vecino más próximo, al que había conocido el día anterior.
-¿Sabes que hay un ferrari medio hundido en el arroyo de enfrente?
Todavía temblorosa, _____ se limitó a asentir con la cabeza como una marioneta. No se podía creer lo poco que le había faltado para dejarse seducir por aquel miserable.
-Lo he visto cuando volvía a casa -le explicó Patrick, un rubio y atractivo veterinario-. Como sabía que estabas en casa, decidí parar para ver si estabas bien, ¿lo estás? -insistió preocupado.
-El conductor está arriba, descansando -consiguió articular _____.
-¿Quieres que le eche un vistazo?
-No es necesario -dijo _____ con la respiracipn entrecortada.
-¿Y no quieres llamar al médico? -preguntó Patrick señalando su teléfono móvil.
-Te estaría muy agradecida si me dejaras hacer una llamada.
-Claro -asintió el joven-. ¿Te importa si entro? Está lloviendo mucho.
-Por supuesto, perdona.
#Alejandra
Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
____ echó a correr escaleras arriba y le pasó el móvil a Nicholas.
-Llama ahora mismo para que vengan a buscarte si no quieres que te eche a patadas yo misma.
Nick asió el teléfono impasible, pero no sin antes lanzarle una mirada cargada de odio. Marcó un número, dio algunas órdenes en griego e, inmediatamente salió de la cama.
____ se quedó pasmada no tanto por la intensidad de aquella mirada como por la visión de aquel hombre desnudo y visiblemente excitado. Turbada, salió a toda prisa de la habitación.
-Gracias -dijo, devolviéndole el teléfono a Patrick.
-¿Se había tomado una copa de más, verdad? -preguntó señalando el dormitorio-. Es una pena como ha quedado el coche. ¿Es tu novio? -preguntó mientras se dirigía hacia la puerta.
-No, no lo es.
-Entonces, ¿querrías cenar conmigo mañana?
____ estuvo a punto de rechazar su invitación, pero en el último momento cambió de idea.
-¿Por qué no? -repuso. Sabía que Nicholas estaría escuchando cada palabra desde el dormitorio.
-¡Estupendo! -exclamó Patrick complacido-. ¿Te parece bien a las ocho?
-Sí, muy bien.
Se lo quedó mirando mientras subía a su todo terreno, y no pudo por menos que pensar lo sencilla que debía ser la vida de aquel joven en comparación con la de Nicholas, tan manipulador y egocéntrico. Odiaba a aquel hombre con toda su alma.
Cálidas lágrimas rodaron por sus mejillas. Le detestaba por la forma en que le había hecho ver lo tonta y débil que podía llegar a ser, por usar todas aquellas artimañas con el único fin de hacerle caer en la tentación, por demostrarle que era mucho más vulnerable de lo que creía.
Al cabo de cinco minutos Nicholas apareció en el salón completamente vestido. Su furia era tal que sus ojos parecían despedir chispas.
-Eres una zorra -murmuró entre dientes, en tono bajo y ronco. Su boca se contraía en una especie de mueca-. Primero casi te metes en la cama conmigo y al segundo te pones a coquetear con otro hombre prácticamente delante de mis narices.
-¡No estaba en la cama contigo!... al menos no como tú crees -se defendió.
-Tú no deseas a ningún otro hombre -le espetó Nick-. ¡Sólo me deseas a mí! (ceeeeeelosito )
-No pienso ser tu amante -dijo, pálida como un fantasma-. Te lo dije desde el primer momento. Y aunque me hubiera acostado contigo -añadió-, también te pediría que te marcharas. Enredarme en una relación contigo sólo sería degradarme a mí misma...
-¡Como si yo fuera a seducirte a estas alturas! -se burló Nicholas-. ¿Degradarte has dicho? -repitió incrédulo-. Si el único estúpido aquí he sido yo, al tratarte como si merecieras la pena.
-Ya sé que no me crees, pero te repito que nunca fui la amante de Leland... -empezó a decir.
-No, claro: tú dirías que fuiste su novia -se burló Nicholas.
-No, yo...
-¡Theos! -exclamó Nick fuera de sus casillas-. ¡Qué ciego he estado! Lo único que has estado haciendo desde el principio es intentar conseguir más de mí... y para seguir forzando las cosas, has decidido que lo mejor es darme celos con otro hombre...
-¡No! -casi gritó ____, incapaz de soportar la imagen que Nicholas se estaba haciendo de ella.
-Si por un segundo has pensado que podrías obligarme a ofrecerte un anillo de compromiso a cambio de acostarme contigo es porque debes estar completamente loca.
-¿De verdad? -aquellas duras palabras la hicieron por fin reaccionar-. Pues es una lástima, porque eso es lo único que me haría cambiar de idea -declaró, dispuesta a utilizar cualquier arma a su alcance para hacerle daño.
Atónito al comprobar que sus peores sospechas eran ciertas, Nicholas se la quedó mirando sin saber qué decir.
-Si alguna vez me caso -declaró al fin con un hilo de voz-, mi esposa será una auténtica dama, educada y con una reputación intachable.
____ se encogió acobardada; ella misma le había dado la soga con la que se estaba ahorcando. Sin embargo, su orgullo la ayudó a enfrentarse de nuevo a él.
-Sin embargo, eso no te impedirá seguir teniendo amantes, ¿verdad?
-Por supuesto -replicó Nicholas cortante -. Elegiré a mi esposa con la cabeza, no con mi líbido.
____ hizo un gesto de repugnancia ante semejante declaración. Le estaba costando mucho mantenerse en calma para poder enfrentarse a aquel formidable antagonista.
-Me parece que tu sitio está en el Museo de Ciencias, con los dinosaurios -se mofó.
-Lo único que te digo es que si ahora me marcho, no regresaré nunca más, ¿qué dices a eso?
-Que te marches ya de una vez -replicó ____ al instante.
-¡Dios! Cómo me gustaría arrastrarte escaleras arriba hasta esa cama y demostrarte lo que te estás perdiendo...
Sorprendida, ____ se lo quedó mirando sin saber qué decir. Se sentía como si estuviera ardiendo en un incendio provocado por ella misma.
-¡Sigue soñando! -le espetó por fin con todo el desprecio que fue capaz de reunir, aunque un temblor en su voz estuvo a punto de traicionarla.
Entonces se oyó el motor de un coche que se acercaba por el camino. Nicholas hizo un gesto con la cabeza para despedirse, y se marchó.
-Llama ahora mismo para que vengan a buscarte si no quieres que te eche a patadas yo misma.
Nick asió el teléfono impasible, pero no sin antes lanzarle una mirada cargada de odio. Marcó un número, dio algunas órdenes en griego e, inmediatamente salió de la cama.
____ se quedó pasmada no tanto por la intensidad de aquella mirada como por la visión de aquel hombre desnudo y visiblemente excitado. Turbada, salió a toda prisa de la habitación.
-Gracias -dijo, devolviéndole el teléfono a Patrick.
-¿Se había tomado una copa de más, verdad? -preguntó señalando el dormitorio-. Es una pena como ha quedado el coche. ¿Es tu novio? -preguntó mientras se dirigía hacia la puerta.
-No, no lo es.
-Entonces, ¿querrías cenar conmigo mañana?
____ estuvo a punto de rechazar su invitación, pero en el último momento cambió de idea.
-¿Por qué no? -repuso. Sabía que Nicholas estaría escuchando cada palabra desde el dormitorio.
-¡Estupendo! -exclamó Patrick complacido-. ¿Te parece bien a las ocho?
-Sí, muy bien.
Se lo quedó mirando mientras subía a su todo terreno, y no pudo por menos que pensar lo sencilla que debía ser la vida de aquel joven en comparación con la de Nicholas, tan manipulador y egocéntrico. Odiaba a aquel hombre con toda su alma.
Cálidas lágrimas rodaron por sus mejillas. Le detestaba por la forma en que le había hecho ver lo tonta y débil que podía llegar a ser, por usar todas aquellas artimañas con el único fin de hacerle caer en la tentación, por demostrarle que era mucho más vulnerable de lo que creía.
Al cabo de cinco minutos Nicholas apareció en el salón completamente vestido. Su furia era tal que sus ojos parecían despedir chispas.
-Eres una zorra -murmuró entre dientes, en tono bajo y ronco. Su boca se contraía en una especie de mueca-. Primero casi te metes en la cama conmigo y al segundo te pones a coquetear con otro hombre prácticamente delante de mis narices.
-¡No estaba en la cama contigo!... al menos no como tú crees -se defendió.
-Tú no deseas a ningún otro hombre -le espetó Nick-. ¡Sólo me deseas a mí! (ceeeeeelosito )
-No pienso ser tu amante -dijo, pálida como un fantasma-. Te lo dije desde el primer momento. Y aunque me hubiera acostado contigo -añadió-, también te pediría que te marcharas. Enredarme en una relación contigo sólo sería degradarme a mí misma...
-¡Como si yo fuera a seducirte a estas alturas! -se burló Nicholas-. ¿Degradarte has dicho? -repitió incrédulo-. Si el único estúpido aquí he sido yo, al tratarte como si merecieras la pena.
-Ya sé que no me crees, pero te repito que nunca fui la amante de Leland... -empezó a decir.
-No, claro: tú dirías que fuiste su novia -se burló Nicholas.
-No, yo...
-¡Theos! -exclamó Nick fuera de sus casillas-. ¡Qué ciego he estado! Lo único que has estado haciendo desde el principio es intentar conseguir más de mí... y para seguir forzando las cosas, has decidido que lo mejor es darme celos con otro hombre...
-¡No! -casi gritó ____, incapaz de soportar la imagen que Nicholas se estaba haciendo de ella.
-Si por un segundo has pensado que podrías obligarme a ofrecerte un anillo de compromiso a cambio de acostarme contigo es porque debes estar completamente loca.
-¿De verdad? -aquellas duras palabras la hicieron por fin reaccionar-. Pues es una lástima, porque eso es lo único que me haría cambiar de idea -declaró, dispuesta a utilizar cualquier arma a su alcance para hacerle daño.
Atónito al comprobar que sus peores sospechas eran ciertas, Nicholas se la quedó mirando sin saber qué decir.
-Si alguna vez me caso -declaró al fin con un hilo de voz-, mi esposa será una auténtica dama, educada y con una reputación intachable.
____ se encogió acobardada; ella misma le había dado la soga con la que se estaba ahorcando. Sin embargo, su orgullo la ayudó a enfrentarse de nuevo a él.
-Sin embargo, eso no te impedirá seguir teniendo amantes, ¿verdad?
-Por supuesto -replicó Nicholas cortante -. Elegiré a mi esposa con la cabeza, no con mi líbido.
____ hizo un gesto de repugnancia ante semejante declaración. Le estaba costando mucho mantenerse en calma para poder enfrentarse a aquel formidable antagonista.
-Me parece que tu sitio está en el Museo de Ciencias, con los dinosaurios -se mofó.
-Lo único que te digo es que si ahora me marcho, no regresaré nunca más, ¿qué dices a eso?
-Que te marches ya de una vez -replicó ____ al instante.
-¡Dios! Cómo me gustaría arrastrarte escaleras arriba hasta esa cama y demostrarte lo que te estás perdiendo...
Sorprendida, ____ se lo quedó mirando sin saber qué decir. Se sentía como si estuviera ardiendo en un incendio provocado por ella misma.
-¡Sigue soñando! -le espetó por fin con todo el desprecio que fue capaz de reunir, aunque un temblor en su voz estuvo a punto de traicionarla.
Entonces se oyó el motor de un coche que se acercaba por el camino. Nicholas hizo un gesto con la cabeza para despedirse, y se marchó.
#Alejandra
Re: "Una busqueda Desesperada" (Nick & tu)TERMINADA
bia_mtz escribió:DISCULPAME por no haber pasado antes pero he tenido muchos asuntos en el insti que me dejan sin vida social.......y claro llamame como gustes n.n prometo pasar mas seguido vale..? ooooh y que hermosisimos capis.....saludos
no te preocupes yo entiendoo ñ.ñ!
#Alejandra
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