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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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we hate girls! {resultados}
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Re: we hate girls! {resultados}
de nada, nena c:Jhensley. escribió:omg gracias por aceptarla skldhfkj<3 ahora estoy mas emocionada<3
pinkfloyd.
Re: we hate girls! {resultados}
tu nombrethebeatles. escribió:Grazie mille por el comentario.
Ciao <33
me encanta<3
pinkfloyd.
Re: we hate girls! {resultados}
no lo sé. al parecer nadie más va a audicionar, pero igual lo voy a dejar un tiempo más. algo como 3 días.
pinkfloyd.
Re: we hate girls! {resultados}
idkimanerd escribió:
- Tocando las estrellas:
Tocando las estrellas. {Liam Payne & tu}
¿Y si hubiera sido mejor no conocernos? Evitaría muchas cosas, muchos recuerdos, muchas memorias que ahora duelen como cuchillos incrustados en lo más profundo de mi carne, de mi ser y de mi alma. “Nunca te arrepientas del pasado” dicen muchos, yo no sé si esa frase sea tan cierta.
Puta madre – exclamé golpeando con fuerza la mesa del aeropuerto. La señorita detrás de la mesa me miró asustada. Siempre las personas me temen. De entrada parezco muy agresiva pero me juzgan sin conocerme, no tienen ni la menor idea de cómo soy. – disculpe, sé que no es su culpa. Es solo que esta situación me pone de muy mal humor- me excusé. Arrastré, con la ayuda de las pequeñas ruedecitas, mi enorme maleta color verde, llena de ropa, discos y sueños, hasta el extremo norte del aeropuerto. Había una banca bastante espaciosa en la que me senté y coloqué mis cosas. Comencé a observar el paisaje desolador a mí alrededor. En todo el lugar, probablemente solo éramos 20 personas sin contar guardias ni funcionarios. Boston, cuando vine de vacaciones acá y dije “sorpréndeme” no me refería específicamente a esto. Una señora con rasgos asiáticos pasó frente a mí y pude leer en el titular del diario que traía firmemente en sus manos “Tormenta Eléctrica Para toda la Semana” – puto clima, maldita madre naturaleza – maldije en voz baja; apenas terminé la frase un flash potente me cubrió por completo. Miré asustada a la dirección de la que venía.
- Decirle malas palabras al clima no hará que deje de llover torrencialmente, que las nubes se vayan y salga un sol espléndido para que tu vuelo a donde sea que vayas salga en unas horas de nuevo, recompensando que lo hayan cancelado – fueron las palabras con acento británico que salieron de la boca del chico de pie frente a mí. En sus manos tomaba con delicadeza una Cámara digital profesional bastante grande y con una lente muy amplia. Su era cabello castaño; sus grandes ojos café irradiaban un brillo capaz de mejorarle el ánimo a cualquiera, para qué explicar cuando sonrió…¿En serio esa sonrisa no podía hacer salir el sol en un día de lluvia?
- ¿Por qué la foto?- pregunté de mala gana.
- Soy fotógrafo. Me gusta sacar fotos a las cosas simples, pero significativas de la vida; y me pareció que tu cara era la encarnación perfecta de lo que todos sentimos por la cancelación de los vuelos – puso su mano frente a mi- Soy Liam, Liam Payne. – Miré su mano unos segundos, dudosa si era buena idea, y terminé apretándola fuertemente.
- Un gusto Payne, yo soy __________ - dicho eso, se sentó junto a mí, dejando su maleta en el suelo cerca de la mía. La lluvia se escuchaba fuertemente en el techo del aeropuerto y a través de los inmensos ventanales se veían las luces de los relámpagos.
- Escuché de un señor que la tormenta acabará en una semana –dijo un tanto desanimado, a lo que respondí con una mueca – la mayoría de la gente al menos vuelve a su hogar. Yo me tengo que alojar aquí – lo miré con detenimiento
- Somos dos – dije levantando mi mano con la palma extendida – dame esos 5 – Sonrió y chocó su mano junto a la mía.
- ¿Tampoco vives aquí? ¿Y a dónde ibas? – preguntó acomodándose mejor en la banca.
- Soy una guitarrista de una banda mediocre de Atlanta. Tocamos rock y algo funk, aunque no niego que el pop me atrae bastante – rio para sí – vine a Boston de vacaciones, buscando algo alocado, una historia que contar pero solo me encontré con una ciudad más aburrida que un domingo – ahora su risa no la ocultó- y ahora voy rumbo a los Ángeles en busca de lograr estúpidos sueños e ilusiones que tengo muy arraigados. Ahora tendré que quedarme como una indigente aquí.
- ¡Woho! ¡Vivan los indigentes! – Dijo irónicamente- vaya tenemos algo en común además de albergarnos acá, ambos vamos a los Ángeles. Yo viajo por American Airlines ¿y tú?
- United Airlines – dije triste. No sé por qué, pero me hubiera gustado viajar en el mismo avión que él.
- Rayos – dijo golpeando la banca – No iremos juntos entonces.¿ En qué estaba?¡ Ah!...Yo vine a entregar unas fotos que me pidieron para el periódico de Boston y ahora se supone debería estar viajando a LA para un curso especial de fotografía antes de volver a Londres, para finalmente llegar a mi Wolverhampton natal – sus ojos se iluminaron al nombrarlo.-
-Wolverhampton –dije en voz alta sin notarlo- suena bastante británico – sonreí-
- Es hermoso, algún día deberías ir- posó su mano en mi hombro- tal vez allí encuentres la aventura que estás buscando.
Incertidumbre. ¿Cuándo acabará todo esto? La noche cae, igual que la temperatura. El sueño me invade y el frio se cuela sin piedad por mi piel. ¿Qué irá a pasar con mi vida luego de esto? ¿Los ángeles será la solución?¿Y si mamá tenía razón, antes de echarme de casa, que me moriría sola y de hambre si me dedicaba a la música?
- Deja descansar a tu mente un momento
- ¿Cómo sabes que mi mente no está descansando?- me sorprendía su capacidad de intuición
- Tu rostro es muy expresivo – me sonrojé- no te pongas así, es muy bueno eso. Significa que por más que quieras, te es imposible mentir. Faltan mujeres honestas en este mundo, como tú quedan pocas
-Pues, parece que de poco me ha ayudado ser así – bostecé pero rápidamente logré llevar mi mano a la boca.- Mejor dormiré un poco, será una larga semana. Me bajé de la banca y me acomodé en el suelo colocando un chaleco abultado como almohada- buenas noches- dije y cerré los ojos. Lo siguiente que escucho fue su risa y su voz profunda
- ¿Es enserio? ¿Te dormirás ahí, en el suelo, sin nada con que cubrirte?
- mi ropa esta toda en la maleta y nada abriga, solo son short y poleras para LA – dije aun con los ojos cerrados. Realmente estaba cansada y quería dormir luego. Pero lo siguiente que siento fue una sensación suave alrededor de mi piel y el frío se iba. Abrí los ojos y vi sobre mí una manta de polar color verde agua. – ¿y esto?
-Siempre traigo una manta conmigo
- ¿pero qué usarás tú? – se encogió de hombros. – No tendré la conciencia tranquila si yo duermo calentita y tú mueres congelado. Ten – me saqué la cobija- úsala tú – rodó los ojos
- Entonces hagamos lo siguiente – se sacó la parca que traía puesta y la puso en el suelo- ven recuéstate acá – asentí y me coloqué sobre la chaqueta. Acto seguido a eso, él se recostó junto a mí y puso la manta encima cubriéndonos a ambos.
- Yo no suelo dormir con fotógrafos británicos que acabo de conocer en un aeropuerto
- Y yo no suelo dormir con guitarristas rockeras que acabo de conocer en un aeropuerto- sonreí y el igual – quizás deberíamos hacer más seguido cosas que no solemos hacer.
- Buenas noches Payne
- Que duermas bien ________ -
Un día menos. Ya amaneció en Boston y los rayos de sol pasan tranquilamente a través del tragaluz sobre nosotros. Sol, te disfruto como nunca, en pocos minutos volverán las nubes negras. Dormí tan bien.. .Quien lo diría, el suelo también es cómodo. La modorra del sueño se me estaba comenzando a quitar cuando me di cuenta de que estaba abrazando al inglés. No solamente eso, él también me estaba abrazando a mí. Su rostro estaba a pocos centímetros del mío, su nariz rozaba la mía y su dulce aliento rebotaba en mis mejillas. Así de cerca se veía incluso más hermoso de lo que es… Era como verlo en HD. Sus rasgos son muy finos y lindos. Me detuve a observar unos segundos sus labios. Sus gruesos labios. Sentí unas ganas inexplicables de besarlo. Pocas personas se ven tan angelicales mientras duermen. Deslicé mi mano lentamente por la tersa piel de sus mejillas, lo cual hizo que se despertara de a poco. Al verme tan cerca y notar que sus brazos rodeaban mi cintura, rio.
- ¿cómo fue que…?
- Ni yo lo sé, acabo de despertar – hacia esfuerzos descomunales para no mirar sus apetecibles labios. El giró para sacar algo de su bolso y antes de que alcanzara a protestar, me sacó una foto. Gruñí.- ¿Por qué?
-¿Por qué no?
- Porque las mujeres odiamos que nos saquen fotos cuando recién despertamos – exclamé- despeinadas, con ojeras y mal humor, no es una buena combinación
- Yo las prefiero así. Conocer a una mujer cuando despierta es conocerla tal cual es – sus palabras hacían que extraño cosquilleo se sintiera en mi estómago- si las conoces después, la mayoría lo que trae es una máscara.
Tres días ya han pasado desde la cancelación de los vuelos, pero siento como si solo hubiera ocurrido solo hace un par de horas. Con él, el tiempo se me pasaba tan rápido. No te apures Septiembre, nadie te está persiguiendo. Compartir las 24 horas del día con alguien que hace poco conoces resultaría incómodo para cualquiera, pero por alguna razón con Liam no pasa eso. Siento como si ya nos conociéramos de otra vida. Le he contado cosas de mi que ha pocos he dicho y él me ha platicado cosas de él que ha pocos le ha dicho, como su sueño de convertirse en fotógrafo de animales salvajes en África. Luego de haber almorzado una lata de duraznos en conserva nos sentamos cerca de los ventanales para admirar el paisaje tormentoso de Boston. Una chinita caminaba con el marco de una de las ventanas y Liam estaba muy entretenido sacándole fotos al pequeño ser. – Me gustaría ser como tú y disfrutar de las pequeñas cosas de la vida – Dije sin pensar. Pero me alegré de no haberlo pensado. Jamás hubiera dicho eso usando mi razón. Él me miró extrañado y se puso frente a mi
- ¿Por qué dices que no disfrutas de las pequeñas cosas de la vida?
- Porque no lo hago, mi mente siempre está en otro lado y me preocupo por *****
- ¿Dónde estás? – Lo miré extrañado pero él seguía muy serio
- En Boston
- ¿Qué hora es? – Miré mi celular
- Las 4 de la tarde
- ¿Qué eres? – ¿por qué me preguntaba todo esto?
- soy… una persona – el rio
- ahora pregúntame lo mismo a mi
- bueno… ¿Dónde estás?
- Aquí
- ¿Qué hora es?
- Ahora
-¿Qué eres? – Sonrió ampliamente
- Este momento – no entendía nada- Así es cómo debes pensar, en el aquí, ahora y en este momento. Vivir el presente porque es lo único que realmente tenemos. El pasado ya pasó y el futuro es incierto y vivir pensando en el pasado y temiendo el futuro no cambiará las cosas. – Me quedé observando su perfecto lunar en su cuello. Sus palabras rebotaban una y otra vez en mi mente. ¿Por qué no lo habré conocido antes?
9 de Septiembre decía mi celular. Ya van 5 días en este aeroportuario albergue improvisado. Liam negociaba con otra familia el intercambiar latas de duraznos por pan fresco. Ya no quería volver a probar esa fruta en mi vida. Con las pocas cosas que teníamos armamos una especie de carpa bastante efectiva. No me lo logro explicar pero cada mañana despertamos abrazados. ¿Será que inconscientemente nos amamos o algo por el estilo? Sacudí mi cabeza para difuminar esos pensamientos.
- Logré obtener dos emparedados de jamón y queso con los italianos de allá. Parece estar en la sangre de ellos lo del comercio – me pasó uno y lo comimos lentamente. Disfrutando con el paladar su sabor. Quizás después volvamos a los malditos duraznos. Una vez que terminé de engullir el mío, me levanté para ir al baño. Cuando volví vi a Liam armando la carpa de nuevo
- ¿Qué pasó?
- los pequeños de allá jugando a la pelota, la botaron.
- Déjame ayudarte – me puse de rodillas junto a él para armarla de nuevo. Tomé uno de los fierros que conseguimos prestados con los guardias y lo puse en forma vertical. Liam tomó su parca y la puso sobre ambos palos que ambos colocamos. De pronto siento que me toma firmemente mi muñeca. Cresta. No quería que lo viera…
-¿Qué es esto?- dijo indicando las marcas en mis muñecas
- cicatrices- dije con voz apagada. Me observó en silencio por unos segundos
-¿Por qué lo hacías?
- porque soy una idiota que piensa que así se solucionan las cosas – Me miró con tristeza, se acercó a mí y volvió a tomar mi muñeca. La miró con detenimiento y la besó
- Prométeme que jamás volverás a hacer alguna cosa así de nuevo
- Es una cicatriz de hace un mes.
- prométemelo. – dijo con voz firme. Sus ojos castaños revelaban preocupación. Respiré hondo y sonreí
- te lo prometo – dije decidida. Me abrazó y me dio un beso en la frente. Podría estar eternamente allí, sumida en sus brazos.
- No busques el trabajo perfecto, ni el novio perfecto, ni la ciudad perfecta. Solo busca tu felicidad. Cuando la encuentres, todo lo demás llegará solo. Que nadie te haga sentir que no vales nada. No eres mejor que nadie pero NADIE es mejor que tu. – Me aferré aun más a su cuerpo- y si algún día piensas en volver a dañarte, piensa en lo egoísta que estarás siendo, porque para alguien eres importante.
Costó, pero logré meter mi última prenda de nuevo a la maleta y para variar, Liam tomó una fotografía del momento.
- deja de tomarle fotografías a todo- exclamé
- Porque ya llegarán nuestros respectivos aviones y nos marcharemos de aquí. – No quería recordarlo, pero era cierto. – así que registro cada momento en una fotografía. Una vez mi profesor me dijo “Saca una fotografía a tus sueño y
- escribe una dedicatoria al reverso – lo interrumpí. Sonrió. De pronto por los parlantes una voz femenina dijo “Pasajeros del vuelo 14 United Airlines. El avión despegará en 15 minutos. Una tristeza extraña me empezó a invadir por todo cuerpo. No quería irme. No me quería alejar de él. – mi avión… – él asintió cabizbajo y con una sonrisa a medio terminar. Si hay algo que odio desde siempre y que siempre odiaré son las despedidas. Nunca sé cómo despedirme, como iniciar o finalizar aquella conversación. Pero sabía que tenía que despedirme. – Bien – hice una pausa- fue un placer conocerte Liam – dije estrechando su mano
- igualmente _______ - No me aguanté las ganas y lo abracé fuertemente
- Espero que te vaya excelente en todo y logres cumplir tu sueño de ser fotógrafo en la sabana africana – apreté con fuerza mi mejilla a su pecho. Lo escuché reírse
- Y yo espero, con toda sinceridad, que cumplas todo aquello que te propongas y que por sobre todas las cosas… seas feliz – cuando terminó de decir eso la voz femenina del aeropuerto avisó que quedaban 5 minutos para que despegara el avión. Y que el vuelo 11 de American Airlines saldría de Boston en 15 minutos.- Ese es mi vuelo – dijo con melancolía. Le besé la mejilla sonoramente y me fui enseguida. No quería seguir allí. Se haría más doloroso cada segundo junto a él. Qué locura. Enamorarse de alguien en 7 días. Bueno estuvimos 168 horas juntos y eso es bastante. Los Ángeles. Aquí voy. Siento que en esencia, soy la misma pero cambié cosas banales de mí. Me siento mejor conmigo misma y me tengo más confianza. ¿Cómo alguien puede hacer que logres eso en tan solo 7 días?. Escuché mi nombre. Lo escuché de nuevo y más cerca. Cuando me giré para observar lo que ocurría vi a Liam corriendo y ya estaba prácticamente sobre mi cuando me tomó de la cintura, me elevó un poco y colocó bruscamente sus labios sobre lo míos. Todo pasó tan rápido y de forma tan repentina que me costó trabajo asimilar que lo estaba besando. A él. El hombre que tan solo en una semana significó más para mi vida que otros que conozco hace años. El estómago se me revolvía de la emoción y entrelacé mis dedos con su cabello. Sus manos seguían sujetándome firmemente de la cintura y sus gruesos labios lentamente recorrían los míos. Quiero que esto se haga eterno y no se acabe. Porque soy este momento. Perdí la noción del tiempo de cuanto estuvimos así, pero una vez que me bajo, me dio un pequeño beso de nuevo
- No podía dejarte ir solo como si fuéramos extraños – ambos reímos – además, ambos iremos a los Ángeles. No podemos dejar todo lo que pasó solo acá.
- Liam – mis manos recorrieron su rostro. Y escuché la voz de la señora diciendo que el avión en un minuto despegaría - *beep*. Ya me tengo que ir – abrí un bolsillo de mi bolso y saque un marcador permanente. Tomé su mano y anoté mi numero de celular con un corazón al final – llámame cuando llegues a Los Ángeles – “vuelo 11 American Airlines saldrá en 8 minutos”, su vuelo. Tomé su rostro y le di un beso rápido. – Nos vemos en LA – una sonrisa amplia ilumino todo el aeropuerto y me fui corriendo con mis maletas directo al avión.
Calle Skypark, Residencial “The Sun” 405, Malibú leí en mi papel. Llevo caminando aproximadamente 6 cuadras y aun no encuentro la maldita residencial. ¿Por qué calle Skypark es tan larga? Deberían llamarla avenida. Suerte la mía que las maletas tienen ruedas. En estos momentos me gustaría ser rellenita e irme rodando por la vida, sería más sencillo. Noté que había muchísimo movimiento en las calles, la gente corría de un lugar a otro apresurados – bueno es Los Ángeles, no la aburrida Atlanta ni Boston – pensé en voz alta. Pasé junto a una cabina telefónica y había una docena de personas esperando su turno para poder llamar. Vaya, que alterados son acá. “The Sun”. Al fin te encontré. Estaba a punto de tocar el timbre cuando noté que en el café de al lado habían aproximadamente unas 30 personas agolpadas en el ventanal. Me acerqué pero no pude ver qué pasaba. Entonces le pregunté a una joven de rasgos mexicanos que veían.
- las noticias – dijo indiferente. Me abrí paso a través de la gente hasta estar de frente al vidrio. Una señora junto a mí se secaba algunas lágrimas pero no entendía lo que ocurría. Miré el televisor y vi a un periodista desesperado. No lograba escuchar lo que decía así que entré al café.
- Así es Richard, a cada minuto nos llega más información de lo acontecido aquí en nueva York. – Mostraban una imagen de un avión atravesando una de las torres gemelas y a los pocos segundos otra aeronave impactando a la segunda torre- Según nos informan desde la casa blanca, el secretario de gobierno ha entregado un primer comunicado en el cual informa que el primer avión en chocar la primera torre fue el vuelo comercial 11 de American Airlines. No se sabe la cantidad exacta de pasajeros que iban en él. La teoría de que todo se trataría de un ataque terrorista, crece a pasos gigantes. Al parecer el avión que se dirigía de Boston a Los Ángeles, fue secuestrado por terroristas de la red al qaeda, desviando el vuelo a Nueva York. Se piensa que el tercer avión derribado iba directo a la Casa Blanca. Hoy, 11 de Septiembre de 2001 es un día que quedará en la memoria de todos. El día en que las torres gemelas colapsaron ante…- luego que el periodista dijo vuelo 11 de American Airlines dejé de escuchar. Dejé de pensar. Sentía que me ahogaba en el llanto. De pronto estaba en el suelo aferrada a mis rodillas y sentía algunas palmadas de personas en mi espalda pero mi mente bloqueaba cualquier mensaje externo a mí. Escuchaba voces y ruidos pero nada lo entendía, nada tenía sentido.- ¿Por qué? –Grité con rabia mientras golpeaba con las manos el suelo - ¿POR QUÉ?- Traté de secarme con los puños mi rostro empapado – puto clima, PUTO CLIMA- maldije. ¿Y si hubiera sido mejor no conocernos? Evitaría muchas cosas, muchos recuerdos, muchas memorias que ahora duelen como cuchillos incrustados en lo más profundo de mi carne, de mi ser y de mi alma. “Nunca te arrepientas del pasado” dicen muchos, yo no sé si esa frase sea tan cierta. Si no hubiese habido esa tormenta eléctrica, no nos hubiéramos conocido, pero él… pero él estaría vivo.
- Todo paso por alguna razón – escuché a un señor decir tras de mí. ¿y Qué va a saber él? ¿Por qué hubiera pasado esto por una razón? “Solo busca tu felicidad. Cuando la encuentres, todo lo demás llegará solo” recordé. Quizás esa era su misión. Sacarme del hoyo negro en el que estaba. ¿Y si en verdad era un ángel?... si de algo estoy segura, es que ahora debe estar Tocando Las Estrellas.
[Bueno, ese mi One-Shot. La verdad es que soy una famosa escritora en wattpad, y me he hecho onlywn solo para poder audicionar acá. Me encanta la historia, idk. Bueno, me dejo de palabrerías y te digo mi nombre. Me llamo Lydia, aunque me llaman Lyam. Un sobrenombre raro, ¿cierto?
Te dejo aquí este comentario con grandes ilusiones, y espero que me tengas en cuenta, y si no es en esta fic, en otras. Un beso.]
ficha denegada.
Mira, nena. Siempre he sido muy loca con la ortografía -la cual, en general está bien, solo hay un detalle- en algunas partes no has comenzado con mayúscula, algo escencial.
Y al parecer no has leído las reglas.
Sí, así de pesada soy.
Lamentablemente, esta denegada.
No me has indicado que representantes como lo indique en las reglas.
Lo lamento.
Y al parecer no has leído las reglas.
Sí, así de pesada soy.
Lamentablemente, esta denegada.
No me has indicado que representantes como lo indique en las reglas.
Lo lamento.
pinkfloyd.
Re: we hate girls! {resultados}
Viany. escribió:¡Tu quieres hacerme estallar! ¬¬ ¿De donde sacas tan fantasticas ideas honey? pero bueh, aquí me ves audicionando en esta sexy colectiva, ya ni siquiera me pasaba por el tema de las inscripciones para no caer en la tentación ¡Pero tenias que ponerla en tu firma! ya no discutiré mas y te dejo mi ficha a regañadientes[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Representantes: Lucy Hale-Logan Lerman
Escritos:
- Ojitos:
Ojos de Cristal
Había permanecido en la banca del parque desde las cinco de la tarde, me sentía confundida e irritada por todo y todos, mis manos aun estaban vendadas y el inmenso ardor de mis quemaduras aun estaba atrapado en aquella tela blanca, el ambiente era frio, ya había oscurecido desde hacia unos minutos, así que la única fuente de luz eran las viejas lámparas de la calle. Gire mi cabeza hacia la izquierda y luego hacia la derecha, saque un suspiro y me acomode en el asiento.
-¿Qué? –Pregunte de mala gana al chico que había aparecido a mi lado.
-Solo vine a pensar –Contesto mientras miraba hacia el frente, hacia la nada.
-Londres es mas bonito en las noches ¿No te parece? –Dijo seguido de una honda respiración, podía oír como todo el aire iba metiéndose en sus pulmones lentamente y podía ver como su pecho se iba alzando con el progresar de su esfuerzo.
-Lo extrañare todo –Dije finalmente mientras me colocaba mi capucha negra.
-¿Te iras? Pensé que eras más fuerte –Respondió con una pisca de sorpresa en su voz, quería clavarme una espina para que aceptara mi encomienda, ¡Que se pudra!
-Ahórrate tus juegos baratos, no vas a convencerme –Metí mis manos en la bolsa cangurera de mi chamarra, el frio se estaba incrementando.
-No son juegos, pero ya olvídalo, después de todo, no te necesito –Sonreí sarcásticamente y mordí mi labio mientras mi sonrisa se extendía.
-Eres un idiota –Dije calmada para después pararme de la incomoda banca de metal.
-¿Se te entumió el trasero? –Voltee a verlo y rodee los ojos, tal vez era un idiota y mil y un de
adjetivos despreciativos mas, pero definitivamente, el iba ser al que mas extrañaría.
-Cuídate sapo –Dije mientras le sacudía el cabello con mi mano, el la tomo y se levanto.
-No dejes que te venza –Me dijo mientras apretaba mi mano con fuerza- Perdiste una batalla, no la guerra.
Saque mi mano de su agarre lentamente, mordí mi mejilla interior, sentí las lagrimas acumularse en mis pupilas, tome una enorme bocanada de aire y sonreí, pero incluso yo podía sentir mi inútil intento de esconderlo todo.
-Ya es tarde –Dije con una voz aguda por el nudo en mi garganta.
-No, no lo es, no si no quieres –Pude sentir la tristeza en su voz, si no lo conociera bien, podría decir que lloraría.
-Perdón –Susurre con la cabeza baja, di media vuelta y comencé a caminar. Miraba mis pasos, arrastrados y cansados, no me quería ir, pero era lo mejor. No entendía muy bien por que lo hacia, así como no entendía por que no quería hacerlo. "Estúpido miedo" pensé mientras apretaba mis ojos y mis puños, en un débil intento de sentirme fuerte y firme.
-¡No me dejes! –Escuche la varonil voz de mi amigo gritar, el no hacia ese tipo de cosas, no era ese tipo de chico, Luck tenia Razón, yo soy su talón de Aquiles, yo lo estoy matando. Apreté mis labios con fuerza y finalmente las lágrimas salieron de mis ojos.
"Jamás lo haría ojitos de cristal, jamás lo haría"
- El Club:
Después de una noche larga y reconfortante, Kay paseaba en su habitación con sus audífonos puestos mientras metía sus útiles a la confiable mochila que la acompañaba desde hacía varios años, hacia unos minutos que había terminado de ponerle brillo a sus uñas. Con su cabello rubio expuesto al aire y su típica ropa oscura y holgada se dirigió a la escuela. Sus ojos mostraban lo descansada que estaba, se podía ver las pilas totalmente cargadas que llevaba ese día, no sabía el porqué de esos latidos vibrantes y llenos de alegría que la acompañaban ese día, era extraño que se sintieran tan… bien y feliz.
El día estaba totalmente despejado, el sol no quemaba como usualmente hacía, la brisa del viento era fresca y hacia que su lacio cabello flotara mientras aceleraba su caminata, era el día de elegir el club al que se pertenece el resto del semestre, no eran muy buenas noticias, ni para ella o para alguna de las otras tres chicas.
Mientras que Kay lucia radiante, Diana parecía una fiera, desde que despertó se encarrero como nunca, una especie de euforia le llenaba el cuerpo, se había dado una ducha caliente rápida, había corrido de su habitación sin siquiera saludar a sus padres o a su hermana, de todos modos, no creía que les importara, tomo las llaves del auto y corrió como nunca, era una adrenalina tan potente, tan grande que le traspasaba los huesos y hacia que en su estómago se sintieran fuegos artificiales, nadie la detendría ni ahora ni nunca, nadie le amargara su día, todo sería perfectamente como ella quería.
Lindsay ya había llegado al colegio, se había sentado en una de las bancas del patio y había comenzado a dibujar en su especial cuaderno mientras escuchaba música a todo volumen desde sus audífonos. El tiempo pasaba y para ella nada existía en ese momento, no era como si tuviera prisa de entrar a clases, de vez en cuando le gustaba hacerla de la chica mala, y ese era uno de esos días en los que estaba de suficiente buen humor como para hacerlo.
Abril se había quedado en uno de los arboles de afuera, viendo a las personas pasar, había estado pensando en como decirle a su hermano que el rosa no le gustaba, y que era por ello que nunca se ponía las cosas que le regalaba, no era nada agradable abrir su closet todas las mañanas y que el rosa le lastimara sus pupilas, solo suspiraba exasperadamente, por que no sabia como decirle a su hermano que ella no era como se imaginaba.
Las personas del colegio se criticaban unas con los otros, como ver a una manada de lobos gruñéndose y arañándose entre si, Vianey los miraba como una bola de estúpidos perros salvajes, como si no tuvieran otra razón para vivir. Negó con la cabeza mientras trato de recordar como había llegado a ser un frijol en el arroz, no recordaba la ultima vez que había tratado de socializar con la comunidad estudiantil, le había hecho creer a toda su familia que su vida social era de lo mejor. Pero todas esas salidas a las que su mamá pensaba iba con sus amigas las había pasado en la biblioteca, en una cafetería o en el parque. No quería que la obligaran hablar con un grupo de personas que no tenían nada que ofrecerle.
Una hora después del receso, las casillas para inscribirte a los diferentes clubs estaban listas, todas ellas dirigidas por los populares, atletas o nerds. Kay se paseo por varios antes de que le dirigieran miradas desaprobatorias, al igual que a Lindsay. Diana se había limitado a salir al patio para alejarse todo el ajetreo de gente que había en tumultos allí dentro. Abril miraba folletos y pasaba por alto las risitas que se escuchaban detrás de ella.
Vianey se había escondido en una de las aulas abandonadas al final del pasillo, había decidido no sucumbir a los encantos de pertenecer a un grupo de amigos. Kay se había encontrado con un jugador de americano en el pasillo, George era un gran soquete lleno de testosterona y masa muscular. Era demasiado hueco y eso lo sabían todos, pero nadie se metía con el o se le acercaban, era demasiado impulsivo y salvaje, en especial con los chicos.
La rubia había comprado un gran vaso de malteada de chocolate, parecía demasiado distraída buscando un buen anuncio, pero una de las animadoras decidió ponerle el pie, ella se tambaleo y callo al piso, no sin antes derramar todo el contenido en la cara de George, Diana que había estado viendo a todos desde una de las esquinas, abrió los ojos como platos, eso no era bueno.
Kay se levanto y se pregunto por que nadie se reía aun, era lo usual después de una caída tan vergonzosa como la de ella, pero al alzar la cara comprendió todo. El grandulón tenía los ojos bien abiertos dirigidos hacia ella, no le daba miedo, pero la cansaba su actitud de gorila sin razonamiento.
– ¿Me golpearas o qué? –Dijo algo impaciente, George respondió con una sonrisa sínica, Lindsay al entrar se topo con aquel comentario que le hizo reír en el medio de ese sepulcral silencio, todos voltearon a verla.
– ¿Qué? ¿Ahora también me pegaras a mí? –Diana se acerco a la escena de Lindsay bastante curiosa de lo que pasaría después, Abril miraba la escena escondida entre los cuerpos de los estudiantes, mientras que Viany salía del salón bastante extrañada de que el ruido hubiera parado.
Justo a tiempo para ver como George tomaba del cabello a Kay y la arrastraba en dirección de Lindsay, estupefacta, corrió hasta el frente para comprobar lo que veían sus ojos, la rubia le exigía que la soltara, y los balbuceos de los chicos comenzaron a ser estruendosos para sus oídos.
– ¡Déjala en paz cabeza hueca! –La pelinegra no se explicaba de donde había recogido el valor para gritar lo que había dicho. George volteo y la fulmino con la mirada.
– Una rata defendiendo a otra rata –Dijo burlón mientras comenzaba a reír y los demás le seguian.
– No es la única –Se escucho entre la muchedumbre, Se abrieron paso y divisaron a Diana temblando, no sabían si por miedo o coraje, pero la chica no dejaba de moverse, las cejas de Vianey formaron un gesto de extrañez ¿Había admitido que eran ratas?
De pronto un bate de beisbol golpeo a George en la cabeza, el chico soltó a Kay haciendo que callera bruscamente al piso, se tiro mientras se tomaba la cabeza con las dos manos, fue cuando se pudo apreciar a Abril con el bate entre las manos, tenía los ojos bien abiertos y estaba totalmente tiesa.
– Buen golpe –La felicito Lindsay mientras le tomaba el hombro por atrás. A pesar de que Vianey era conocida por ser “ruda” ella no se sentía como una brabucona, jamás se había tenido que enfrentar a nadie, había sido la primera vez que alguien la había visto en ese papel, y ni siquiera había sido un buen espectáculo.
– ¿¡Que siguen viendo!? ¡El show ya acabo! –Dijo mostrando lo molesta que “estaba”, los demás volvieron a lo suyo, mientras que George seguía en el piso quejándose de dolor.
Diana había corrido para revisar a la chica que ahora estaba sentada en el piso, no tenia ni un rasguño en la cara, pero sus pantalones se veían como si hubiera limpiado todo el azulejo, literalmente. Las tres rodearon a
Kay, no se habían dado cuenta que el chico ya estaba de pie frente a ellas.
– ¡Son un montón de ratas! –Grito enfurecido, el resto del equipo de americano llegaron con el, seguramente para cerciorarse de que siguiera igual de tonto que antes.
– Tus adjetivos no son nada originales, ¿Con cuanto pasaste español? –Lindsay hablo una vez mas, incluso el equipo había emitido algunas risas. George no parecía nada contento, y su mirada hacia que te sintieras amenazada, ese era el verdadero talento que poseía, la intimidación.
– Tranquilo hermano, solo son la bola de raras del colegio –Una vez mas el equipo rio, esta vez de una forma mucho mas estruendosa que la anterior, Vianey estaba a punto de decir algo, pero una animadora apareció entre ellos.
– ¡Osito! No puedo creerlo ¿Estas bien? –Su voz chillona y esa coleta rubia, Brianna la capitana de las porristas era la novia del gorila, lo cual era bastante extraño. Porque ella no era nada tonta, a diferencia de muchas otras de las animadoras Brianna era realmente astuta, eso la había hecho la líder. De repente cambio la dirección de su mirada hacia las chicas, Vianey se paro de golpe, si había alguien a quien detestara, era a ella. La rubia lo pensó dos veces, pero luego hablo.
– Si sus vidas ya eran miserables en esta escuela, no saben lo que les espera –Había hablado en un tono siseante y serio mientras las apuntaba con el dedo, las demás rodaron los ojos.
–Palabras tontas de una chica tonta –Dijo Kay mientras se paraba a un lado de la pelinegra, las demás también lo hicieron.
– Tus amenazas no sirven de nada, chica oxigenada con cara de niña malcriada –Diana mostro una sonrisa satisfactoria mientras la barría con la mirada.
– Suerte con encontrar cupo en algún club –Dijo George mientras terminaba de quitarse la malteada con una toalla– ¡Cállense todos! –Todos obedecieron a su grito.
– Nadie podrá aceptar a cualquiera de estas chicas, por que si lo hacen –Una sonrisa cruzo su rostro– Se la verán con todos nosotros, se convertirán en el blanco de las burlas y nadie les dirigirá la palabra, serán unas ratas mas de su ratonera.
Las palabras retumbaron en todo el lugar, las chicas miraban a todos lados, pero los demás las esquivaban, Brianna les sonrió complacida y salió de allí junto con los demás. La situación no era tan mala, pero era algo desconsolador que todos cedieran de esa forma a las peticiones de esos tipos, solo por tener dinero y comportarse como si fueran de la realeza, o peor. Se quedaron ahí paradas, con las mejillas rojas de furia, sus respiraciones eran agitadas, otra vez la misma historia, era tan estúpida la situación, no podían describirla de otra manera aunque quisieran.
– ¡Son una bola de lame botas! –Soltó Vianey al aire con todas sus fuerzas, acto seguido camino al aula donde estaba antes. Las demás habían quedado estáticas, y por alguna razón entraron a la misma aula.
No emitían ni una palabra, solo trataban de calmarse, Vianey estaba recostada en el escritorio empolvado con el brazo cubriéndole los ojos de la luz, Kay había quedado recargada de la puerta y las demás estaban sentadas en el piso. Después de un rato escucharon que llamaban a la puerta, el señor Scrubbs tenían la libreta en la que anotaba los nuevos grupos del semestre.
– Ya están anotadas señoritas –Dijo con una sonrisa, Vianey se paro de golpe confundida.
– ¿Anotadas? –Todas se miraron entre si, se comenzaron a escuchar gritos y el profesor corrió por el pasillo, sin contestar la pregunta.
– Hay no es cierto –Dijo Abril en un tono cansado mientras leía una hoja de papel que estaba pegada afuera del salón.
– ¿El club de las ratas? –Leyó Kay con cierta molestia en su tono.
– De hecho esa “t” se ve como una “r” –Dijo Diana observando la hoja.
– Yo los mato –Exclamo Lindsay cuando lo vio. El profesor Scrubbs paso de nuevo por allí y le entrego una hoja a Vianey, quien apenas iba saliendo para ver el escrito, el señor se fue y Viany se rio.
– Creo que ya no tenemos que preocuparnos por el club –Las demás chicas la vieron confundidas, ella volteo la hoja y Diana leyó.
– “Le damos la Bienvenida al Club de las raras”
- Capitulito :
Capitulo 1
Vianey
Cuando desperté desee instintivamente tener un martillo para destruir mi celular y con él, la alarma más desesperante de la historia, después de que parara me acurruque entre mis cobijas como un bebé pero sabía que mi madre pronto vendría a despertarme, como todas las mañanas.
Unos segundos después escuche que tocaban a mi puerta, hoy ella tampoco se había despertado con ganas de nada.
Tome una ducha y me aliste para ir a la escuela, esta vez con unos jeans oscuros, converse negros, una blusa con el logo de una de mis bandas favoritas Red Hot Chili Peppers y mi chamarra de cuero tan emblemática.
Salí disparada en dirección a la cocina, mi estómago gruñía con una fuerza estremecedora y hacia que el olor a tocino y huevo se volviera algo glorioso. Tan pronto como me senté en la mesa llego el plato con mi desayuno, comí tan rápido que ahora el estómago me dolía por eso.
–Te he dicho que no comas rápido –Dijo mi madre mientras trataba de omitir su tono de “te lo dije” Hice una mueca de dolor y Salí de allí, tome mi mochila y mis llaves.
–¡Regresare tarde! –Grite mientras me dirigía a la puerta, de repente un balón de football americano me golpeó la cabeza con fuerza.
–¡Lo siento! –Dijo David mientras me tomaba la cabeza y me zangoloteaba, era su salvaje manera de sobarme.
–¡Ya! Me duele más cuando haces eso –Le reproche mientras le daba un manotazo en el hombro.
–Me entere de lo que paso ayer, lamento no haberte defendido –Dijo el castaño mientras se rascaba la nuca, yo le sonreí y negué con la cabeza.
–De todos modos, nadie en la escuela sabe que somos hermanos, dedícate a tu popularidad, yo ya me las arregle –un gesto de confusión cruzo mi cara– o algo así.
Cuando llegue al salón de literatura, el mundo entero volteo y regreso su mirada como relámpago (y de esa forma sabes que te respetan) aunque de igual forma, sigo siendo una antisocial, las torpes bromas de los inmaduros no me tocan a mí, sino a las almas inocentes como…
–¡Quien puso gel en mi asiento! –Como a Rachel Higgs, que la fuerza acompañe a esta pobre alma ilusa.
Cuando la clase empezó, mi mente se esfumo a Narnia, había algo en la ventana que me hacía perderme de mi realidad, y eso había aparecido una semana atrás, no lo soportaba, de seguir así pronto reprobaría el año y me perdería la oportunidad de irme a estudiar fuera.
El timbre del receso había sonado como la salvación solo puede escucharse, Salí corriendo del salón de química y corrí a la cafetería, si había algo que me encantaba, eran los enormes cristales en lugar de pared que tenía el lugar, daban directo al patio, y me daba perfecta iluminación para que hiciera lo que usualmente, leer. Pero de repente sentí la presencia de más chicas en mi mesa, al bajar el libro mis ojos se tornaron confusos.
–¿Hola? –Dije mientras a mi mente llegaban los nombres de las chicas, cuando los recordé por completo ya me dirija una de ellas una sonrisa.
–Hola –Me dijo Lindsay mientras metía el popote en su jugo de caja, a pero claro, ya éramos amigas, o algo como eso.
La verdad era que no sabía más que sus nombres, y no tenían interés en hablar con alguien, la soledad era mi mejor amiga desde que tenía memoria, y algo como un grupo de amigas era totalmente nuevo, y no quería equivocarme.
–Bien, supongo que… ¿Cómo están? –Dije tratando de ser cortes, pero solo recibí una mirada confusa de parte de las dos chicas que tenía enfrente.
–¿Raro no? –Menciono Diana mientras miraba a una de las puertas de cristal que estaban a un costado, al voltear pude ver a Brianna sentada en el regazo de George, eso no era legal.
–A esa chica le urge –Mire a mi derecha y me encontré con Kay, se sentó a mi costado y comenzó a comer, de repente noto mi mirada, lo sé porque paro de masticar y me miro.
–¿No me puedo sentar aquí, ruda? –Dijo con un sarcasmo obvio, cosa que me hizo reír.
–No es eso, solo que esto es… –Pare en busca de un adjetivo.
–¿Raro? –Diana me había enseñado en esos minutos, que amaba esa palabra, pero asentí satisfecha con esa descripción. De repente Abril apareció y se sentó apresurada entre Diana y Lindsay ¿Ya mencione que las mesas son redondas?
–¿Algo nuevo? –Dijo un poco agitada, mire a las demás y omití preguntas, aun no había suficiente confianza como para interrogar su estado.
De repente sentí una mano en mi hombro, una pesada y firme y que por alguna razón, me puso nerviosa.
–¿Vianey? –Una voz masculina me atravesó el oído y me puso los nervios de punta, me voltee y mi quijada estuvo a punto de caerse, trague saliva y abrí la boca para hablar, no podía creer que era el mismo.
–¿Skandar? –El me sonrió como solía hacerlo 5 años atrás, como cuando era yo quien abría la puerta cuando él iba a jugar con Dave, rayos, por supuesto que no era el mismo.
–¿Ni siquiera un abrazo de bienvenida? –Dijo esta vez con menos seguridad que la anterior, de hecho se había puesto serio, y de repente sonreí tímida, solo es el amigo de Dave, incluso mi amigo.
Me levante y rodee con mis brazos su cuello, al principio él no me respondió, tal vez por la rapidez del acto, pero luego me apretó con fuerza, incluso me alzo haciendo que doblara mis piernas, madre mía, es mucho más fuerte que hace cinco años (Oh vamos Vianey es obvio que es más fuerte) al bajarme seguimos abrazados, y por alguna razón no paraba de sonreír ¿De verdad lo había extrañado tanto? Escuche carraspear a alguien, y lo solté apenada.
–Te sigues sonrojando con facilidad –Dijo cuándo me miro la cara, hice una mueca tratando de apartar mi sonrisa apenada, suficiente vergüenza por el momento.
Se aclaró la garganta y volvió a sonreír, cosa que me hizo sonreír, COSA que hizo reír a toda la mesa, lo cual también provoco que yo parara de enseñar mis dientes como una tonta y que regresara al mundo real.
–Mi hermano debe de estar en el patio jugando football, por si querías ir a verlo –Después de decirlo quise darme un golpe en la cabeza, por supuesto que quiere ir a verlo ¡duh!
–Me dio gusto verte Any –¿Any? ¡Jesús! Nadie me había llamado Any en años, me sentía una niña con vestido rosa floreado en un campo de margaritas jugando a brincar como idiota, había golpeado fuertemente a Dave para que dejara de llamarme de ese modo, y el solo consiguió que alzara las cejas sorprendida además de que lo viera marcharse con una sonrisa, ya me las pagara.
–¿Any? –Repitieron las chicas haciendo que volteara a verlas confundida aún.
–¿Podrían omitir los últimos momentos de sus vidas? –Dije mientras suspiraba exasperante y me concentraba en mi desayuno.
–¿Qué últimos minutos? –Contesto Kay mientras seguía mordiendo su sándwich.
ficha aceptada.
No tengo ni la menor idea de donde demonios saco esta clase extraña de ideas.
Ya sabes lo que pienso de Ojos de cristal -el cual, por cierto, no has continuado.
Y bueno, de el club de las raras, lo he vuelto a leer y he vuelto a reír.
Y el capitulo, genial. Me encanta.
Ficha aceptada, ya sabes.
Ya sabes lo que pienso de Ojos de cristal -el cual, por cierto, no has continuado.
Y bueno, de el club de las raras, lo he vuelto a leer y he vuelto a reír.
Y el capitulo, genial. Me encanta.
Ficha aceptada, ya sabes.
pinkfloyd.
Re: we hate girls! {resultados}
fluttershy. escribió:[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Lucy Dellaware; India Eisley. Harry Doyle; Harry Styles.
- dear jhon, i hate you {wattpad.:
Amanda se ahogaba en helado de chocolate. Sentía que el helado era lo único que la mantendría con vida, luego de que Jhon le rompiera el corazón a través de una puta llamada. Su mejor amiga, Sarah Halcon, realmente estaba preocupada por ella. Así que se dedicaba a ver incontables veces “the notebook” y comprar helado para ella.Pero esa tarde sería diferente a las otras cinco, esta vez, Sarah tenía un plan.
Las tres de la tarde significaban una cosa en la casa de los Dawson: era tiempo de ver “the notebook” junto con Sarah, mientras ahogaba sus penas en helado de frambuesa o chocolate. Pero esta vez, Sarah no se presentó.
Amanda estaba bastante inquieta. Su mejor amiga era puntual y responsable, como ella, así que estaba muy preocupada por la pelinegra. Rezó por que todo estuviera bien y saco el pote de helado de la nevera. Lo abrió y se encontró que no había nada. Bufó, seguro Dylan, su hermano mayor, se lo había comido. Lo cerró y cuando se dispuso a gritarle a su hermano, la puerta se abrió y Sarah entró por la puerta.
-¡Sarah! –Exclamó Amanda, dejando el pote de helado sobre la mesa mientras corría a abrazar a su mejor amiga -¿Dónde demonios estabas? ¡Me preocupaste!
-Oh, haciendo nada… -dijo abrazándola devuelta –me estas sofocando, Mandy.
Amanda rió y se separó de ella.
-Lo siento –se disculpó. Miró a la mesa de café y se dirigió a ella. Levanto el DVD que estaba escrito con indeleble “THE NOTEBOOK” –¿lista para dos horas de llanto?
Mandy caminaba por los pasillos de la escuela McHenry –er, perdón, preparatoria- y se encontraba con la mirada extraña de varias personas, ya que, bueno, Jhon no estaba a su lado. Jhon. La simple mención de su nombre, incluso en sus pensamientos, la hacían querer ahorcar algo. Mandy sabía él había salido con varias chicas, pero de repente una pregunta apreció en su mente:
¿Y si estas chicas estaban tan resentidas como ella?
Sonrió amplamente. Obviamente había chicas resentidas con él por algo que habría pasado, seguramente todas con diferentes versiones de la historia.
-¡Hey! –la llamó la atención la líder de las porristas, Mackenzie Clark. Mandy paró allí mismo y se dio media vuelta, chocando con sus fríos ojos azueles. Mackenzie era la ex de Jhon, y a Mandy realmente estaba comenzando a cansarse con sus comentarios de “Jhon no es bueno en la cama” o “No debiste salir con él, zorra con lentes”, cuando se aproximó lo suficiente, soltó una risotada seca –¿A la zorrita la dejaron sola?
Mandy rodó los ojos.
-¿Enserio? ¿eso es lo mejor que se te ocurre, inútil? -La sonrisa de Mackenzie se transformó en una mueca, y Mandy supo que dio en el blanco, y la mente de Mackenzie estaba vacía.
–Hazle un favor al mundo y desaparece, perra.
Mandy sonrió.
-Con gusto, majestad –hizo una reverencia burlona y se retiró de allí.
Mandy realmente odiaba como Mackenzie pretendía que la preparatoria era suya y los demás eran simplemente sirvientes o simples “aldeanos”. La hacía sentir enferma. En realidad, Mackenzie manejaba la escuela porque era hermosa, y hasta Mandy lo admitía: alta como jirafa, con un cuerpo envidiable y rubia de un tono dorado hermoso.
Mandy sacudió su cabeza bruscamente, decidiendo ignorar sus pensamientos inútiles, mientras abría la puerta de la sala de biología, su próxima clase.
El último cartel se cayó al frío suelo del pasillo, y Mandy corrió a recogerlo. Tomo la cinta del bolsillo de su chaqueta y corto un pedazo razonable. Tomó el cartel y volvió a pegarlo en el mural para luego observar el acabado: había terminado de colgar los carteles para su nuevo club: “el club de las exes resentidas”. Sí, el nombre es un verdadero asco, pero cuando solo tienes dos horas para hacer carteles, pegarlos y diseñar todo un club supongo que elijes la primera opción que tienes en mente.
La campana resonó en sus oídos y sonrió. Lo había logrado, ahora solo hacía falta esperar hasta las tres, luego de clases.
El día pasó de lo más aburrido posible:
La clase del señor Hotchman en especial. El hombre de sesenta años era un anciano completamente sordo, y casi siempre tenías que gritar todo para que te entendiera. Y lo peor, el almuerzo. Mandy se encontró con Jhon, el cual la ignoró completamente y se dirigió hacía una chica pelirroja, mientras que a Mandy le entraron unas horribles ganas de llorar hasta quedarse sin lágrimas.
Finalmente, las tres de la tarde llegaron y varios alumnos se fueron, excepto algunos, que se quedaban a los clubs. Mandy rezó por que alguna de esas chicas se quedará en el suyo.
Se dirigió hacía la sala donde se enseñaba química, la cual el director le asigno para el club, y preparó algunas cosas. Alejó las cosas peligrosas y puntiagudas en el escritorio, el cual estaba detrás de ella, así que solo Mandy tendría acceso a ellos, solo por si las dudas. Reunió todas las sillas formando un círculo con doce de estas. Se sentó en una; Solo quedaba esperar.
Cuando una chica entró dentro de la clase, Mandy no podía creerlo. Se levanto de su silla y se acerco a ella. Sonrió cálidamente y la chica la saludó cordialmente. Era bajita, pálida y tenía una cabellera de color negro la cual estaba atada en dos coletas muy tiernas, lo cual a Mandy le extraño. Jhon no solía salir con ese tipo de chicas.
-¡Hola! Soy Amanda Dawson, pero todos me dicen Mandy –la saludo, mientras la chica le sonreía.
Se sentó en una de las sillas, y Mandy la copió. La chica comenzó a mecer las piernas y a tararear una canción de Justin Bieber, la cual Mandy supuso que era Baby. Cuando ella registró lo que Mandy había dicho, la miró y sonrió.
-Lucy Parker –sacó de su bolsillo una tira de goma de mascar -¿quieres?
Mandy la miró con asco. Odiaba la goma de mascar. Cuando era pequeña, su hermano mayor, Dylan, le había dado unos dos paquetes de goma de mascar, y Mandy se lo comió todos. Terminó con un horrible dolor de estomago y tuvierón que llevarla al hospital más cercano.
–Diu, No –hizo una mueca de disgusto.
Lucy frunció el entrecejo.
-¿No te gusta?
-Para nada.
Lucy soltó una risotada.
-Nunca conocí a alguien que no le gustará la goma de mascar.
Mandy sonrió.
-Supongo que no soy normal.
La puerta de la sala se abrió de golpe, y entró una chica con ropas negras, piercings y tatuajes que hizo que Mandy se congelara ahí mismo. Lucy y Mandy intercambiaron miradas preocupadas. La chica era alta y su cabello marrón estaba decorado con mechas violetas y azul eléctrico, y su atuendo constaba de unos jeans ajustados negros, unas botas del mismo color y una camiseta negra que tenía escrito en letras mayúsculas, grises y gordas “Kill everybody!”. Mandy sabía quién era, todos en la preparatoria lo sabían:
Megan Bianchi.
Megan Bianchi era conocida, principalmente, por ser una perra despiadada. Magan era esa típica chica gótica a la que todos temían. Era increíblemente agresiva, pero Mandy era bastante inteligente y siempre se alejaba lo suficiente de ella. Megan se aproximo a ellas y se sentó al lado de Lucy, cruzando las piernas.
-¿Es este el club de las exes resentidas? –preguntó mirando a Mandy tan intensamente que esta se achicó por completo.
-S-Sí –respondió Lucy rescatándola. Mandy le dedicó una sonrisa de agradecimiento.
-Bien –dijo asintiendo levemente.
Un silencio fúnebre las hundió, y a Mandy no le gustaba nada. Este maldito club era para de poder desquitarse, hablar y toda esa mierda sobre Jhon. Se aclaró la garganta y habló, captando la atención de las dos chicas:
-Soy Amanda Dawson, pero puedes decirme Mandy –le sonrió. Luego señalo a Lucy – y ella es Lucy Parker.
Megan frunció el entrecejo divertida: -¿Qué clase de nombre es Mandy?
-¿Qué clase de nombre es Megan? –escupió Mandy. Sí había algo que no soportaba, eran las brabuconas.
Megan sonrió y levantó los brazos en señal de derrota: –Touché.
La conversación fue interrumpida por la puerta abriéndose. Las tres cabezas en la habitación se giraron momentáneamente y se encontraron con Charlotte Le Blanc. Mandy se quedo boquiabierta; las sorpresas de este día no se acababan. Charlotte, o como le decían sus amigas, Lottie, era una puta. Charlotte Le Blanc literalmente era la puta personal de la preparatoria McHenry. Vestía con faldas súper cortas o vestidos ajustados que marcaban sus “atributos”, se había acostado con todo el equipo de futbol y Mandy realmente no la soportaba. Charlotte vestía una mini-falda rosada, una camiseta ajustada que mostraba su ombligo y tacones rojos tan altos que Mandy pensó que se veía unos veinte centímetros más alta. Se acercó y se sentó al lado de Megan, y cruzó las piernas.
-Er, hola… supongo –dijo ella, haciendo una mueca de repulsión mientras observaba las ropas de Mandy. Ella llevaba unos jeans holgados, una camiseta roja suelta y unas converse del mismo color.
-¿Qué se supone que significa eso? –atacó Mandy, Lucy le dio un codazo en las costillas que hizo que soltará un audible quejido. Mandy la miró enojada, y Lucy solo la miró con cara de: “cálmate-o-tendrás-problemas”.
-Agh, nada –bufó Carlotte, y a Mandy le entraron unas terribles ganas de ahorcarla ahí mismo, así que tomó su cabello rubio dorado y comenzó a masticarlo, mientras las otras tres chicas la miraban extrañada.
-¿Qué demonios estás haciendo, Dawson? –le preguntó Megan frunciendo el entrecejo.
-Me muerdo el cabello cuando estoy nerviosa –explicó, sacándose el mechón de la boca avergonzada.
Charlotte y Megan lanzaron una risotada, mientras Lucy las fulminaba con la mirada.
-¡Shh! –las calló –esta bien Mandy, todos tenemos manías.
Mandy le sonrió cálidamente.
-Gracias.
La puerta se abrió nuevamente, para rebelar una cabellera rubia y unas piernas largas y pálidas que Mandy reconoció al instante. ¿Qué demonios estaba haciendo su peor enemiga, Mackenzie Clark, en su club? Luego lo recordó: toda la mierda que hablaba de Jhon era cierta, y Mandy la había ignorado por completo. Definitivamente, Mandy se sentía una completa idiota por esto. Mackenzie se sentó al lado de Mandy y sin mirar a ninguna, hablo:-Se que me odian, y ustedes saben que las odio. Sin embargo –dijo esta vez volteando a verlas–, odio más al idiota de Jhon, así que, ¿Qué tienen planeado para vengarse?So, here is my ficha:D. Espero que todo este bien, jijiji...(?)
- our own little piece of heaven.:
Y escribió con su sangre la única frase que les haría justicia, antes de sumergirse en el agua por completo.….El quince de Febrero de mil novecientos noventa y cinco, Catherine Miller conoció a James Calder en su primer día en la preparatoria Matterson. Cat era nueva; no conocía a nadie de allí y no tenía intenciones de hacerlo. Nunca fue de esas niñas alegres o que creen en los finales felices. No, Catherine miraba más allá de los cuentos de Disney. Como todo él sufrimiento que hacían pasar a Cenicienta, o como Ariel estaba atrapada en lo que llamaba “hogar”. Algunas personas le temían, ¡y como para no hacerlo! Su cabello rojo intenso, ropas negras y su maquillaje oscuro la hacían ver como una completa brabucona. Para varias personas, no era la clase de persona que se consideraba amigable en esos tiempos.Cat guardaba sus nuevos libros de historia con sumo cuidado en su casillero. Aun que no lo crean, Cat amaba la historia. Le interesaban mucho las cosas del pasado, en especial las guerras coloniales y la guerra fría. Desafortunadamente, Cat era extremadamente inteligente; pero está un poco loca. No, no loca de divertida; en realidad, Cat no era nada divertida. Sino loca de locura. Fue diagnosticada con leve psicosis el año pasado y no se lo ha dicho a nadie; no necesitaba que la gente pensará peor de ella de lo que ya lo hace. Sacó el libro de cálculos avanzados y comenzó a leerlo en medio del pasillo. En medio de la lectura, la sombra de alguien comenzó a opacar toda la luz, hasta el punto en el que Cat no podía leer nada.Levantó la vista de mala gana y se encontró con los más hermosos ojos azules que había visto nunca. Él chico la miró de arriba a abajo y bufó.-¿Qué se supone que eres? –Preguntó el chico sonriendo burlonamente -¿Una clase de rebelde en contra del mundo y la felicidad?Cat pensó en mil y un comentarios malévolos e hirientes para contestarle, como “¿Y tú un idiota frontudo que siempre anda persiguiendo a todas las mujeres pesé a que estén fuera de tu alcancé?” o un simple pero efectivo “Lárgate inútil”. Pero lo único que pudo articular fue un patético:-Sí.….-¡ENTIENDELO! ¡YO NO TE QUIERO, DEMONIOS!Su tono hizo que Cat se sorprendiera y diera un paso hacia atrás, pero permaneció firme aunque sus ojos llorosos le nublarán la vista.-Sé que algún día lo harás. Solo tienes que esperar.….Pesé a que Cat no le gustaba hacer amigos, se encontró haciendo unos tres más ese día. Polly Justice fue la primera. Polly era la novia de James, y Cat se sentía una completa idiota pensando que alguien como él podría fijarse en alguien como ella si tenía a la perfección de su lado. Polly era simplemente perfecta: tenía ojos verdes, era alta, delgada y rubia. Divertida, alegre e hiperactiva. Y Cat era Cat. La fea, pelirroja demente, depresiva y nueva Cat.Luego estaban Marie Hart y Travis Dawson. Marie era simpática, pero demasiado ególatra. Hablaba mucho sobre ella, y a Cat le molestaba un poco. Pero era hermosa: tenía ojos grises, era muy alta (hasta él punto en el que hacía ver a Cat como una completa enana) y morocha. Travis era un historia completamente diferente: era cállado, tímido y reservado y tenía un aspecto misterioso que a Cat no le daba espina.Estás personas eran todo lo que Cat odiaba, y juntarse con ellos era parte de romper su pacto con ella misma e iba en contra de todos sus principios o reglas.Pero creía que podía hacer una excepción solo por esta vez.….Su cuerpo voló al impacto del auto contra su pecho y aterrizo sobre el frío pavimento sin vida.Cat ahogó un gritó.….Habían pasado dos años desde que Cat comenzó la preparatoria, desde que Cat comenzó a enamorarse del ex de su mejor amiga, Polly, y dos años desde que James comenzó a salir con Marie.Todo se había ido a la mierda él día en que Cat le había dado ese estúpido consejo a Marie. Ella había estado mal varias semanas y comenzaba a preocupar al grupo de amigos. Los cuatro estaban desesperados por saber noticias de Marie. Y se notaba de lejos que James era el más preocupado. Cat decidió ignorarlo por su propio bien.Ella tomó valor, y aun que Marie no fuera su persona favorita en el mundo, se preocupo por ella realmente.Cat fue hacía la clase del señor Hitchcook, que enseñaba música. Cat sabía cuánto Marie amaba la música (mayormente por qué no dejaba de hablar sobre eso) y la encontró sentada en una de las sillas, mirando hacía el vacío.-¡Marie! –la llamó. Marie levantó la vista y le dedicó una media sonrisa forzada. Se acomodó en su asiento. Cat se acercó a ella y le dedicó una mirada de pena.-Hola, Cat.-Sabes –dijo sentándose al lado de ella -, estamos preocupados por ti.-Lo sé…-¿Qué te sucede, Mar? –la miró intensamente a los ojos, y Marie rompió en llanto frente a ella. Cat se sintió un poco abatida por el momento, y aunque fuera en contra de sus principios, se acerco y la abrazo. Mar levantó la mirada al momento que sus brazos se envolvieron en ella, Cat le sonrió incómodamente y se volvió a acomodar en su asiento –Supongo que no vas a decirme.Marie negó levemente con su cabeza y Cat suspiró.-Marie –Levanto su cabeza a mirarla, y Cat no pudo evitar sentir pena por ella. Se paró de la silla, sin alejar su mirada de sus ojos grises -, hazte un favor y lucha por tus sueños.….-¡¿QUÉ DEMONIOS SUCEDE AQUÍ?!-Se ha ido, Polly.….James la besó el dos de Noviembre de mil novecientos noventa y siete, a las quince treinta PM, en una tarde nublada. Era el mejor recuerdo de toda la vida de Cat, aun que sabía que estaba mal. Cat amaba a James con su alma, pero sabía que no era suyo; que él nunca devolvería esos sentimientos. Jamás.Fue el mejor beso que nunca tuvo. ¿Conocen eso que dicen las personas de que sienten mariposas en su estomago? Bueno, Cat sentía un zoológico. Y eso la preocupaba, por que no existía y nunca existirá Cat&James, siempre fue Marie&James o Polly&James. Y Cat estaba al tanto de eso, así que por ahora disfrutaría de su fantasía todo lo que pudiera.….La sangré brotaba de su pecho, y Cat no pudo evitar sonreír entre lagrimas.Amaba la sangre.….-¿Qué estamos haciendo, Cat? –le preguntó un día. James y Cat lo habían hecho. Demonios, lo habían hecho toda la noche. Y desafortunadamente, Cat se estaba enamorando cada vez más de él.Cat no podía encontrar una respuesta a esa pregunta. ¿Qué estaban haciendo? Dos amigos, teniendo sexo en la casa en la que James compartía con su comprometida, Marie. Cat sabía que esto se llamaba aventura, y ella era una ramera, pero ella decidía ignorarlo. Le sonrió y se tapó con las sabanas de su cama, mientras susurró suavemente en su oído:-Teniendo nuestro propio pedacito de cielo.….-Yo te amo, James.Cat se encontraba a sí misma en el balcón de la casa de Marie y James Calder, la parejita felizmente casada después de dos años desde la graduación. James estaba frente a ella, no podía dejar de mirarla, se veía tan frágil, delicada y vulnerable. Pero el estaba casado, con la mujer que amaba. Ya habían hablado este tema demasiadas veces desde que Marie se había ido a Londres para terminar sus estudios, y James estaba harto de ella.-¡ENTIENDELO! ¡YO NO TE QUIERO, DEMONIOS!Su tono hizo que Cat se sorprendiera y diera un paso hacia atrás, pero su vos permaneció firme aunque sus ojos llorosos le nublarán la vista.-Sé que algún día lo harás. Solo tienes que esperar.James suspiró un poco más calmado.-No, Cat. No. Jamás te amaré.Y con eso, él corazón de Cat se rompió en mil pedazos.….Cat corrió. Ignoraba completamente los gritos de James que a perseguían y en su cabeza no podía dejar de repetir la frase: “jamás te amaré”. Ella corría aun que las lágrimas no la dejarán ver correctamente. Paró un segundo para tomar aire en medio de la carretera, eran las dos de la mañana, y Cat suponía que no iba a haber nadie. Suspiró y dejo salir un grito de frustración.Los pasos de James se acercaban, y Cat no pudo hacer más que quebrace ahí mismo. ¡Demonios! ¿Por qué la vida de Cat era una mierda? Su padre murió, su madre una estúpida alcohólica y ella una demente que se enamoro de su mejor amigo, el cual estaba casado con su mejor amiga. Cat sintió los fornidos brazos de James abrazarla por detrás, y a ella no podría importarle menos. Se dio media vuelta y apoyo su cabeza en su hombro devolviendo el abrazo, dejando las lagrimas salir.-Todo está bien… -susurró en su oído. Cat negó frenéticamente su cabeza.-No, no lo está.James la separó de él y la miró a los ojos. Cat no podía decidir si besarlo o seguir observándolo. Se veía tan perfecto bajo la luz de la luna que Cat no pudo evitar sentir ese zoológico en su estomago. Una luz fuerte los cegó por un momento a ambos, pero aun así Cat pudo descifrar lo que era.-¡Cat!….-¿Qué se supone que eres? –Preguntó el chico sonriendo burlonamente -¿Una clase de rebelde en contra del mundo y la felicidad?-Sí.….Todo se había ido a la mierda él día en que Cat le había dado ese estúpido consejo a Marie. Ella había estado mal varias semanas y comenzaba a preocupar al grupo de amigos. Los cuatro estaban desesperados por saber noticias de Marie. Y se notaba de lejos que James era el más preocupado. Cat decidió ignorarlo por su propio bien.….-Yo te amo, James.....-Todo está bien… -susurró en su oído. Cat negó frenéticamente su cabeza.-No, no lo está.….¿Conocen eso que dicen las personas de que sienten mariposas en su estomago? Bueno, Cat sentía un zoológico.….Nadie escapa de la muerte.…-¡Cat!James la empujo con tal fuerza que Cat terminó cayendo con toda su fuerza en la vereda mientras un punzante dolor la recorrió de arriba a abajo. Al impactar contra el suelo, inmediatamente dirigió su mirada hacía la escena ignorando el dolor y observo a James atentamente mientras gritaba su nombre. James la miro e inmediatamente su cuerpo voló al impacto del auto contra su pecho y aterrizo sobre el frío pavimento sin vida.Cat ahogó un gritó.-¡James! –se levantó del piso rápidamente mientras el auto se alejaba. Cat no podía respirar por ese estúpido nudo en la garganta que no cedía. Las lágrimas salían descontroladamente de sus ojos, porque Cat sabía que no había nada que hacer –Quédate conmigo, por favor. ¡DIOS! ¡AYUDAMÉ! ¡POR FAVOR!Lástima que Cat nunca creyó en Dios.….La policía llego unos minutos después con el conductor del auto, que aparentemente estaba ebrio. Cat corrió hacía él y lo tumbo en el piso mientras lo golpeaba y arañaba.-¡Lo mataste! –Cat le clavo la uña en la mejilla tan fuerte que el hombre chilló de dolor. Cat trató de no sonreír mientras seguía golpeándolo.-¡Perra! –gritó en su cara, y el olor a alcohol la atacó. Cat conocía ese olor, el olor de la misma bebida que su madre tomaba: Vodka. Eso solo la alentó a seguir golpeándolo, mientras las lágrimas seguían cayendo de sus ojos.La policía actuó inmediatamente y la separo de él. Cat luchó, pero cedió a los segundos; No había nada que hacer. Miró él rostro del hombre: estaba llenó de arañazos, moretones y sangre, y luego su mirada se dirigió a sus manos, las cuales estaban llenas de sangre, del hombre y de James. Cat formó una pequeña sonrisa, que luego se desvaneció cuando escucho los gritos desesperados de Polly.-¡¿QUÉ DEMONIOS SUCEDE AQUÍ?!Cat la miró de arriba abajo, mientras Polly observaba el cuerpo de James siendo transportado a la morgue en una ambulancia cuando se dirigía hacia Cat. Ella soltó un chillido de angustia mientras que sus ojos se llenaban de lágrimas. Dirigió su mirada otra vez a Polly, y su vos se quebró:-Se ha ido, Polly.….Cat sentía que se estaba ahogando. No podía respirar, no sentía. Le dolía tanto, pero al mismo tiempo no. Se sentía bien saber que su sufrimiento acabaría en unos pocos minutos, pero al mismo tiempo se sentía mal no volver a ver a sus amigos. Aunque los tres la culparan por la muerte de James, Cat todavía los amaba. Eran sus amigos, sus primeros amigos durante mucho tiempo. Ya habían pasado dos semanas desde la muerte de James, y Polly, Cat y Marie no habían hablado con nadie. Travis intentaba hacer que salieran y vivieran su vida, como James hubiera querido, pero Cat no podía. Dolía demasiado. Por eso es que lo hizo.Eran las tres de la madrugada, y Cat entró por la ventana de la habitación de la casa de Marie a escondidas. Podía escuchar llantos incontrolables del piso de abajo, así que supuso que Marie estaba con Polly. Lo cual era aun mejor para Cat. Corrió hacía el baño de su habitación y prendió el agua caliente de la bañera. Cuando esta ya estaba llena, Cat sacó el cuchillo del bolsillo de su pantalón. Se saco la ropa lentamente, quedando solo en ropa interior. Observo el cuchillo varios minutos, ¿Realmente estaba dispuesta a sacrificar todo? Y Cat sabía que sí.Lo tomo y comenzó a hacer unos cortes pequeños en su estomago, y luego comenzó a hacerlos más profundos, haciendo que soltara leves chillidos de dolor. La sangré brotaba de su pecho, y Cat no pudo evitar sonreír entre lagrimas.Amaba la sangre.Comenzó a hacerlos por todo su cuerpo, lo más profundo que pudo. Miró la bañera y puso los pies en el agua mientras lloraba desconsoladamente. Pasó su mano por su abdomen plano y sangrante y escribió con su sangre la única frase que les haría justicia, antes de sumergirse en el agua por completo.….El nueve de noviembre de mil novecientos noventa y ocho, Catherine Miller fue hallada muerta por múltiples cortes en la bañera de la casa de Marie Calder, dos semanas después de la muerte de James Calder, quien murió aparentemente intentando salvarla en un accidente de auto. En las baldosas del baño, se encontraba escrito con su sangre:“Nuestro propio pedacito de cielo”.
ficha aceptada.
Debo decir que me gusta mucho tu forma de escribir y la narración de esta.
Que me declaro fan #1 de Amanda y Sarah.
Y que está muy, muy, muy aceptada.
Que me declaro fan #1 de Amanda y Sarah.
Y que está muy, muy, muy aceptada.
pinkfloyd.
Re: we hate girls! {resultados}
Mely Payne escribió:[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Representantes: Danielle Campell and Liam Payne.
Capítulo u OS:
- Spoiler:
Capítulo 002Empuje la puerta para poder entrar al edificio. Las nueve y treinta no era mi horario habitual de entrar al trabajo pero mi jefe había hecho que me levante horas antes en busca de un café de Starbucks, acompañado de dos cupcakes y un biberón. Si, un biberón. No entendí muy bien para que, solo me llamo pidiendo uno y luego corto.
Vi las puertas del ascensor cerrarse poco a poco, mis pelos se pusieron de punta. No solo el ascensor se cerraba sino mi salvación se iba y tendría que subir por las escaleras unos seis pisos con tacones de ocho centímetros y medio. Corrí apurada tratando de no caerme, solté unos chillidos desesperados que trate de evitar pero no pude.
—Por favor, paren, paren— Chille por tercera vez. —Por favor— Tropecé con mis tacones, atine a caerme pero antes de que me cayera unos fuertes brazos me tomaron arrastrando prácticamente dentro del ascensor.
—Melene, ¿Estás bien? — El llamado Harry me despertó del pequeño transe en el que había entrado. Mi mejor amiga me mataría después de ver su saco que compro en Inglaterra ensuciado con café.
—Oh, sí— Conteste apenada. —Gracias— Levante mi vista del suelo, clavándola en su camisa, la había ensuciado. Dios, hoy no era mi día. —Lo siento, te he ensuciado con el café, déjame ayudarte— Tome la servilleta que tenía en el saco y comencé a pasar por su camisa, empeorando la situación.
—No, no, no, deja— Hablo rápidamente apartando mi mano de su camisa. —Yo luego lo limpiare— Sonrió fingidamente.
—Yo… yo… lo siento tanto Harry— Comencé a tartamudear.
Lleve mi mano izquierda hasta mi frente, bajando la mirada sintiéndome más que avergonzada, aun faltaba un piso y las personas miraban expectantes el pequeño problema que había creado. Cuando el ascensor llego al sexto piso apenas las puertas se abrieron corrí hacia la oficina de mi jefe.
—Liam, lo siento, hice lo más que pude para poder llegar lo más rápido posible, le debo una camisa nueva a Harry y un nuevo saco a mi amiga, pero ya tengo tú…
Mi voz se corto al ver el rostro preocupado de Liam sosteniendo a una pequeña bebé en brazos.
—Oh, qué bonita, ¿Quién es ella? — Pregunte intrigada acercándome a Liam y a la niña.
—Mi hija— Soltó abrumado.
— ¿Tu hija? — Pregunte. —Por favor Liam, no me hagas reír— No pude evitar soltar una carcajada. Liam asintió.
—Se llama Taylor Tasha… Pa... Pa... Payne— Tartamudeo al terminar la frase. Y con cierta duda agrego su apellido.
— ¿Y la madre? — Pregunté. Tome de las bolsas el biberón y se lo di a la niña.
—No lo sé, apareció en una canasta en casa, diciendo que yo soy el padre y desde ahora tendría que hacerme cargo— Dejo a la niña en la canasta y se sentó acercándose a su escritorio. —Café y nuevas tareas— Cambio radicalmente de tema.
—Bien, el café se perdió en el camino, gran parte cayó en la camisa de Harry y en mi saco— Conteste, avergonzándome de lo sucedido.
—Luego te daré un poco más de dinero para tu saco, llama a Harry, por favor— Me ordeno.
Salí rápidamente de la oficina dirigiéndome ahora a la de Harry Styles, el mejor amigo de Liam. Él era el que lo llevaba de fiestas, y lo sacaba cuando el trabajo a ambos los saturaba. Suponía que era él quien lo había incitado a acostarse con la que era la madre de la niña.
—Harry— Toque la puerta interrumpiendo una charla por teléfono. —Oh, lo siento— Moví mis labios disculpándome.
Un segundo después Harry se despidió.
—Mel, ¿Qué necesitas? — Me pregunto sonriendo.
—Liam te necesita— Le di una sonrisa y luego salí de su oficina.
Volví hacia la oficina de Liam, la pequeña bebé se encontraba ahora sobre los brazos de su padre. Liam la cargaba y se movía de un lado al otro tratando de dormirla, la bebé lloraba.
— ¿Crees que duerma? — Pregunto preocupado, trataba de que la bebé parara de llorar, pero no podía, y por su rostro, me daba cuenta de que su paciencia se estaba acabando.
—No lo creo, pero si quieres puedo hacerla dormir…
—Llévatela— Me interrumpió entregándome a la niña.
—Puedes ser un poco más humano, es tu hija, además de que es una bebé— Le regañe. Otras vez volvían nuestras peleas, a veces olvidaba que era mi jefe y hacia cosas por él que jamás pensé que haría, y lo trataba como no debía, mas como un amigo de preparatoria.
—Liam, ¿Para qué me necesitas? — Harry entro a la oficina, Liam apunto hacia el sillón donde usualmente se sentaban las personas que lo buscaban para pedirle ayuda o negociar con él.
—Yo me llevaré a la niña— Anuncie antes de salir de la oficina, y luego cerré la puerta.
Acune en mis brazos a la bebé por más de media hora, la niña durmió tranquilamente. Jamás había presenciado tanta belleza desde que había cuidado a mis sobrinos, que ahora tenían una edad de siete u ocho años.
Harry salió de la oficina de Liam, sonriente guardando su billetera en el bolsillo de su pantalón. Me dio una sonrisa y luego se acerco a mí. — ¿Crees que en verdad sea su hija? — Pregunto mirando tiernamente a la niña.
—No lo sé, creo que sí, tiene sus ojos—Solté una silenciosa risita mirando a la bebé.
—Es bonita como la ma…— Harry cerró su boca antes de que sea demasiado tarde. Ya era tarde.
— ¿Quién es la madre? — Pregunte frunciendo el ceño, y poniendo las manos a cada lado de la cintura.
—Hey, solo dije por de…— Se defendió, pero rápidamente lo interrumpí.
—Dime— Gruñí.
—No lo sé, puede que sea Danielle, Sophia, Samantha, Valentine, Stephanie— Contó con los dedos y luego alzo sus hombros.
—Dios, no entiendo como puede ser así, encima tu lo ayudas— Volví a gruñir, el humor de perros que me ponían Harry y Liam estaba volviendo, las mini vacaciones habían sido muy pocas.
Harry abrió la boca para responder, pero le hice una seña y rápidamente se calló, le indique su oficina indignada y un segundo después se marcho.{ . . . }
La hora de volver a casa llego, Liam prácticamente ni había salido de la oficina, y cada vez que lo hacía para ir al baño ni miraba hacia mi escritorio o a la bebé. El reloj indico las siete de la tarde, tenía que volver a casa después de un largo día de trabajo agotador. Fue mucho el papeleo y mantener a la pequeña Taylor jugando con un oso de peluche o haciéndola dormir.
La bebé dormía plácidamente en la canasta, así que no costo nada tomarla y llevarla a donde estaba su padre, mi jefe, Liam.
Toque la puerta y entre, Liam se encontraba pensativo con el teléfono en la mano, y en la otra una lapicera sobre su libreta.
—Liam— Toque la puerta un par de veces, él levanto la cabeza. —Lo siento, es que ya es la hora, y no sé qué hacer con Taylor— Sonreí hacia un lado.
—Tengo que terminar con unos papeles, ¿Puedes llevártela a casa? — Pregunto sin levantar la mirada, me estaba entregando a su hija, a su hija de menos de un año.
—No soy una niñera Liam— Aclaré la voz. Deje la canasta sobre el escritorio. —Lo siento pero es pequeña, es tu hija.
—Lo sé, pero necesito que alguien la cuide, solo esta noche— Puso la tonta cara de perrito que solía hacer cuando necesitaba algo que yo me negaba a hacer.
—Bien— Sacudí mi pelo hacia un lado y deje salir un bufido. —Pero solo esta noche, ¿Entendido? — Él asintió y luego sonrió de ojera a oreja.
—Liam ya vámonos, tengo que coger dinero y cambiarme de camisa, le avisaré a Samantha que nos reserve dos chi…— Harry paro al verme en la oficina. —Mel, ¿Qué haces aquí? — Pregunto sonriendo y con cautela metió su celular al bolsillo.
—Me pregunto lo mismo, ya debería irme a casa…
—Pero Melene, cuidarías a la niña— Me interrumpió Liam. —Enserio necesito que la cuides…
— ¿Para qué? Para que puedas salir con Harry— Brame enojada encaminándome hacia fuera de la oficina.
—Pero Mel— Tomo mi mano, haciendo que retrocediera. —Por favor, te daré una semana más de vacaciones, y lo que le haya salido el saco a tu amiga.
—Gracias, y el saco es importado así que si consigues uno para mañana cuidaré a Taylor— Hable rápidamente.
—Pero necesito que la cuides ahora— Susurro apenado.
—Okey, pero para mañana quiero el saco importado de Inglaterra con un costo de más de mil euros y no los gastes en perras baratas si es que planeabas salir con esas esta noche— Tomé la canasta y salí de la oficina, sacudiendo mi pelo y riendo.
Agarré mi cartera que se encontraba sobre el escritorio y me dirigí al ascensor para terminar por fin con mi largo día laboral.{ . . . }
Llegar a casa luego de un día de trabajo era complicado usualmente tomaba el metro y luego un bus pero esta vez tuve que tomar un taxi, no me tomaría el riesgo de tomar el bus y el metro sabiendo lo concurrido que estaría y teniendo una bebé bajo mi cargo.
Prendí la luz del living, mi pequeño departamento de solo dos ambientes. Deje la canasta en mi cama, tomé el biberón del bolso para poder lavarlo y luego servir mas leche. La pequeña bebé dormía tranquilamente así que no fue problema cuando me cambie de ropa para estar más cómoda.
La leche llego a su punto y para cuando la serví en el biberón, la pequeña Taylor ya tenía sus ojos abiertos mirando de par en par en lugar donde se encontraba. Me acerque a la canasta y me senté en la cama, prendí el televisor y luego saque a Taylor de la cesta donde se encontraba.
—Tu padre, si es que lo es— Dude. —Es un terrible padre pero sé que en el fondo de todo lo galán y guapo que es, debajo de ese atractivo traje que usa a menudo es un buen hombre que con el tiempo aprenderá a amarte, y si no lo hace, lo obligaré, mira la belleza que eres, como para no amarte— Le di un beso en la frente, nariz y mejilla. —Dudo que seas hija de algunas de las perras con las que se ha acostado Liam, eres pura perfección.
La bebé sonrió y no pude evitar yo también sonreír.
El teléfono sonó, ágatas tome mi celular de la pequeña mesa de noche para poder atender a lo que al parecer era una llamada.
—Liam— Conteste al ver el remitente del llamado. — ¿Qué sucede? — Pregunté algo aturdida debido a la música de fondo que se escuchaba del otro lado de la línea.
— ¿Cómo esta Taylor? — Oí apenas.
—Estaba por darle su biberón, es muy bonita además de tierna, y se comporta como un ángel, es todo un
encanto— Suspire sonriente, la bebé me miro y luego rio. —Eresh preshiosha, preshiosha— Le hable a Taylor haciendo caras y cambiando de vos con las palabras.
—Qué bueno que te encariñaste con ella, porque dudo volver en la noche…
—Ah no Payne, yo tengo vida quería salir esta noche— Mentí.
—Vamos, solo una, prometo mañana recogerte.
—Okey— Accedí. —Pasa una linda velada— Me despedí y luego corte.
Acerque el biberón a Taylor, que encantada comenzó a tomar de él.
—Tu padre me trae loca, loca… loca de amor, al igual que tu.
- Spoiler:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] I just wanted to be loved
Abrazando su guitarra, y volviendo a pasar otro San Valentín sola, tratando de escribir una canción que no suene para nada patética y que paso el día de los enamorados sola en casa tratando de olvidar el pasado.
Le dio otra calada a su cigarrillo, tomo el lápiz y comenzó a escribir, o más bien, un intento. Garabatos y mas garabatos solo habían en su block de notas denominado “canciones de Misha”, — ¿Cómo podía un chico enamorarse de un nombre tan patético?— se pregunto. Había recibido el nombre de “Misha” por su mejor amiga, o mejor dicho, ex mejor amiga. Su nombre era Sharon, pero su amiga le decía mi Sharon, así que decidieron acortarlo y quedando Misha, —nombre estúpido— se repetía cada vez que recordaba cuando quería ligar con algún chico y cada vez que su amiga se acerca y le decía —Misha, ¿quieres un trago? — el chico terminaba yéndose en fuga de allí, jamás podría entender porque su tan mala suerte con los chicos.
—Como yo, como yo, nadie te ha amado— Canto bajo recordando la vieja canción de Bon Jovi, recordaba cuando fue a ese show con su amiga y ambas se habían dedicado esa canción finalizándolo con un fuerte abrazo, y rodeada de aplausos, más que obvio, que para Bon Jovi.
Miro hacia el reloj que se alojaba en su muñeca y dejo salir un sonoro suspiro. —Once y media, solo media hora y batiré mi propio record— Se dijo en un susurro. Una lagrima rodo por su mejilla, rompiéndose en su mejilla poco a poco.
Levanto su cigarro hasta la altura de sus labios, pero luego lo alejo. —Sabes, no entiendo. Siempre me rechazan, me ignoran, no lo entiendo— Soltó otro suspiro. —Tan fea soy, tan gorda estoy— Sus lagrimas comenzaron a brotar de sus ojos tremendamente mieles. —Mi pelo es rizado, mis dientes chuecos, mi cuerpo feo, mis ojos normales, mis labios finos, por ser como soy nadie puede verme— Grito soltando un mar de lágrimas que caían por su mejilla. —Acaso por ser así nadie puede amarme— Tocio un par de veces debido a su llanto. —Tengo diecinueve años, quiero amar, quiero sentir lo que es amor, quiero dar mi primer beso, ¡Joder! ¡Quiero que me amen!
Arrojo su cigarrillo al suelo y llevo su temblorosa mano hacia su boca, tratando de silenciar sus gemidos y chillidos. El mar de lagrimas saladas seguían cayendo sin control alguno, aunque haga el esfuerzo más grande por pararlas seguirían derramándose por sus mejillas, labios y rompiéndose en su cuello. Se levanto del suelo con las pocas fuerzas que tenia encima, y arrojo su guitarra lo más lejos posible que pudo. Piso con pudor su cigarrillo que yacía en el suelo, y a zancadas se tiro sobre su cama, rebusco en su mesa de noche hasta encontrar lo que andaba buscando. —Te arrepentirás de por vida— Se dijo a sí misma. —Algún día de todas formas sucedería.
Abrió suavemente el pequeño frasco de pastillas y, antes de abrirlo por completo cerro sus ojos, torció los labios y oró para sí misma, pidiéndole a dios que cuide a las personas que si la amaban, que si la quería feliz. Dejo salir de sus labios en susurro —Amén— Y tiro la tapa del pequeño envase hacia un lado. Vertió todas las pastillas en su mano y se las llevo a las boca, y de un solo intento las medio todas.
Palpo su cama en busca de su celular, y cuando lo encontró, rápidamente marco a su buzón de correo de voz. Su cuerpo cada vez se movía con más lentitud y algunas partes ya prácticamente, ni moverlas podía. Sus dedos se movieron con la velocidad que mas pudieron para elegir el mensaje que quería reproducir. Cuando su cuerpo ya no estuvo para mas, se tiro de espaldas a la cama, y dejo salir el mensaje de voz.
—Misha, cariño, me ha costado tanto decirte esto pero… yo te amo, cada mínima parte de tu cuerpo, cada alocado pensamiento, cada sentimiento. Misha, yo te amo como a nadie he amado en mi vida, quiero que me des una oportunidad para mostrarte lo valiosa que eres, detrás de tu cabello castaño rebelde hay una hermosa chica, a la cual amo. Misha, te quiero más que a nada, quiero que comprendas mi amor, quiero que sepas que vales oro, que eres una princesa, quiero que seas mi princesa. Misha, te amo, como yo nadie te ha amado. Llámame apenas oigas el mensaje, te quiero demasiado. Atentamente, Hannah, tu mejor amiga— El celular se apago y los ojos de Misha se cerraron, llevándose un profundo secreto con ella.
Misha si alguna vez había sido amada, pero ella no supo ver de quien venía ese profundo y sincero amor. Prefirió un corazón roto, a uno bondadoso que siempre estuvo con ella, que la mantuvo de pie durante mucho tiempo. Prefirió botarla lejos, ha sentir algo completamente diferente, pero sumamente encantador.
Lista mi ficha Eddie! Espero los resultados pronto.. Sabes que te loveo musho, y que quedo bien con Liam
Besos cariño!! ficha aceptada.Liam por la rechucha. Me cae mal.
Taylor es una bebé y el llega y se va como si nada.
Y Misha, pobre Misha :c
¿Por qué?
Deohs, escribes tan bien.
Estoy enamorada con tu forma de escribir.
Aceptada, eso es poco.
pinkfloyd.
Re: we hate girls! {resultados}
de nada, nena.
ah, gia, no había cachado tu comentario. espero tu ficha.
ah, gia, no había cachado tu comentario. espero tu ficha.
pinkfloyd.
Re: we hate girls! {resultados}
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Invitado
Invitado
Re: we hate girls! {resultados}
28. escribió:tu nombrethebeatles. escribió:Grazie mille por el comentario.
Ciao <33
me encanta<3
Gracias
the1975.
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