Re: Pasión en Venta (Nick y Tu) Adaptación

por **Muffin_Nickita_Jonas92** Dom 13 Nov 2011, 10:09 am

¡¡¡ S I G U E L A !!!

por **Bianca** Dom 13 Nov 2011, 11:08 pm

caaaaap...!!

por **TeamJonas2** Lun 14 Nov 2011, 7:13 am

Siguelaaaaaaaaaaa por favoooooooooor!

por **TeamJonas2** Mar 15 Nov 2011, 10:15 am

Caaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaapitulo pliiiis!

por **Bianca** Mar 15 Nov 2011, 1:56 pm

siguee..!!

por **Bianca** Mar 15 Nov 2011, 7:24 pm

caaaap...!!

por **TeamJonas2** Miér 16 Nov 2011, 6:46 am

Maaaaaaaaaas caaaaps porfaaaaaas!

por **TeamJonas2** Vie 18 Nov 2011, 7:05 am

Caaaaaaaaps?

por **Bianca** Vie 18 Nov 2011, 11:23 pm

siigueeee....!!!

por **TeamJonas2** Lun 21 Nov 2011, 7:16 am

Sigue la nove por favoooooor!

por **Bianca** Miér 23 Nov 2011, 4:48 pm

siiigueeee...!!

por **Just_Yazs** Miér 23 Nov 2011, 4:50 pm

¡¿QUE DEMONIOS?! :enfadado:

porque no la sigues?

aahh... lo siento, no me eh presentado ;$ .... soy Yazmin (pero dime Yazs), soy de Mexico, tengo 16 años y no entiendo porque demonios no la sigues! bueee... siguela ;DD

por **WhoIam13** Jue 24 Nov 2011, 12:34 pm

Yazs No la eh seguido porque no eh tenido Interneeeeeet PERO PARA RECOMPENZARLAS MARAAAAAAAAAAATON YA ME PONGO A ORGANIZAR LOS CAPITULOS VALE? GRACIAS POR ESPERAAAAAR Y AGUANTARME

por **WhoIam13** Jue 24 Nov 2011, 2:17 pm

Chicas de verdad siento haberlas dejado en la nada No tuve internet por varios días pero sobreviví Bienvenidas las Nuevas Lectoraaaaaaaas :cheers: Me llamo Florencia Para ustedes Flor o Flo (? okya

MARATON

1/4
En los ojos de Nick también brilló un destello de cólera.
— ¿Y crees que yo no? Vamos, ________, si lo que busco es una aventura de una noche, ¿entonces qué diablos estoy haciendo aquí ahora? Podría estar en Sidney, eligiendo entre muchas mujeres.
Un destello de esperanza reanimó a _________, pero se negó a aferrarse a él.
— ¿Entonces por qué no lo haces, Nick? ¿Por qué yo? Dímelo.
—Si necesitas preguntarme eso, es que aún sigues huyendo de la verdad —suspiró él, frustrado—. Pero no puedes negar que me deseas, ________. Simplemente no puedes creer que yo te deseo y eso se debe a tu crónico complejo de inferioridad. Durante mucho tiempo te has estado diciendo a ti misma que ningún hombre puede desearte y has llegado a creértelo. Es algo que está arraigado en tu conciencia, pero tu subconsciente se negó a escuchar eso el día que me conociste. Respondió a mí a un nivel primitivo, tanto en el parque como en tu despacho, cuando tu atractivo trasero me envió un mensaje sexual al dirigirte al cuarto de baño. — ¡No seas vulgar! —estalló ________. —La atracción sexual no es vulgar, es algo muy normal. Por eso te invité a salir. Necesitaba a una mujer ese día y mucho.
—Me resulta difícil creerlo.
—Quizá, pero es la verdad. Durante meses he estado remodelando esos gimnasios. Luego, nuestra agencia publicitaria decidió que yo debía ser la estrella de nuestra campaña. ¡Fue una experiencia detestable! Acababa de terminar la última sesión la noche antes de conocerte. Recuerdo que esa noche llegué tarde a casa y pensé que hacía meses que no estaba con una mujer. Tenía intención de buscar a una atractiva
rubia para llevármela a la cama ese fin de semana, cuando de pronto te conocí y tú fuiste la única mujer que deseé.
________ no podía pensar con claridad. Se llevó las manos a las sienes.
—Pero yo no soy pelirroja ni atractiva —gimió. —Bueno, no eres pelirroja —declaró él—. Y he conocido a mujeres más atractivas, a su modo. Pero tú me has hecho desearte más de lo que he deseado jamás a ninguna mujer.
—No te creo —murmuró ella sin aliento.
—Lo sé.
—Sólo... lo dices para persuadirme de que me vaya a la cama contigo.
— ¿Crees sinceramente que necesito mentir para conseguirlo, ________? Los dos sabemos que podría hacerlo sin ningún subterfugio. Todo lo que debo hacer es estrecharte en mis brazos y empezar a besarte. Es algo que deseas tanto como yo —sonrió burlón y añadió—: No, tal vez no tanto, porque me muero de ganas de irme a la cama contigo, de desnudarte. Me muero de ganas de hacer muchas cosas, como estrecharte entre mis brazos, sentir tu cuerpo desnudo temblando junto al mío durante horas...
Ni siquiera la tocó, pero las imágenes evocadas por sus palabras, la sensualidad que prometían sus ojos, la llevaron a un estado de excitación sexual. Lo miró con los ojos muy abiertos, y de sus labios escapó un gemido.
—Yo puedo reconocerlo, ________ —continuo él con voz ronca—. ¿Puedes reconocerlo tú? Y si puedes, ¿harías algo? Porque yo no voy a dar el primer paso. Deberás darlo tú. Y sabes por qué.
— ¿Lo sé? —no podía pensar, y simplemente lo miró a los ojos, cayendo en aquella trampa erótica que la estaba enloqueciendo.
—Piensa en ello esta noche, cuando estés en tu cama. Cuando estés dispuesta a ser de nuevo una mujer, házmelo saber.
Diciendo eso, dio media vuelta y se alejó, pero antes se detuvo para dirigirle un mirada dura, y por un segundo ella casi lo odió. Sabía que Nick tenía razón, quería que le hiciera el amor.
—Estaré esperando —fue todo lo que él dijo.
________ se dirigió a la habitación de los invitados, poco después de las tres. Cerró la puerta sin hacer ruido y se apoyó contra ella, segura de que él estaba dormido. Pensó que de ser así, lo despertarían los latidos de su corazón. « ¿Qué estoy haciendo aquí?», se preguntó después de unos segundos, temblando de temor y de frío. Pero sabía la respuesta. Él estaba tumbado en esa cama, durmiendo.
Una colérica frustración la hizo olvidarse por un momento de su temor. Ella sí que no había podido dormir ni un segundo. Al principio, estuvo escuchando el ruido que hacía Nick en la ducha, y cuando el sonido de unas puertas que se abrieron y cerraron le indicó que al fin se había ido a la cama, se levantó y se dirigió al baño para calmar sus alterados nervios con una ducha de agua caliente.
Pero eso no le dio resultado. Si acaso, había empeorado las cosas, atrayendo su atención hacia su cuerpo desnudo, haciéndola desear cosas que nunca antes había deseado.
Pero cuanto más esperaba apoyada contra la puerta, temblando, con el camisón rosa de satén puesto, más empezaba a faltarle el valor. Hasta que al fin lo perdió por completo. Por muy poderoso que fuera su deseo, su temor al fracaso y a un rechazo era mayor. ¿Por qué se había expuesto de esa manera? Se dijo que debía de estar loca.
Tal vez podría salir sin hacer ruido, como había entrado. Deslizó una mano por el pomo de la puerta y empezó a girarla.
—Si te vas ahora —murmuró Nick desde la cama—, jamás volveré a dirigirte la palabra.
—Yo... creí que estabas dormido —declaró ella.
Nick se movió hacia el rayo de luna que se filtraba a través de la ventana. Haciendo a un lado el edredón, dejó ver su torso desnudo y se irguió, apoyándose sobre un codo; luego se estiró para echar un vistazo al reloj de la mesilla.
—Lo que sería muy probable a esta hora —declaró—, pero tengo el sueño ligero. Y supongo que no habrás venido a sostener una conversación confidencial a mitad de la noche —dijo con expresión sardónica, y eso reavivó la furia de _________.
—Sabes muy bien por qué he venido —estalló.
—Eso espero, _________.
Alzó el edredón en un gesto de invitación, y al verlo desnudo bajo las sábanas, _______ sintió un nudo en la garganta. Antes, cuando estaba acostada en su dormitorio, se había preguntado si Nick dormiría desnudo o no, y el pensamiento la había excitado y atemorizado a la vez. Pero la vista de ese poderoso cuerpo bajo la luz de la luna, con todos los músculos bien definidos, la dejó paralizada. Se quedó allí como una estatua, mirándolo, mientras en su interior empezaba a arder un fuego intenso.
— ¡Por todos los cielos! —rezongó Nick, impaciente—. Ven aquí antes de que mueras congelada.
_______ tragó saliva y de alguna manera empezó a caminar hacia la cama, avanzando más rápidamente con cada paso. Al fin, se metió bajo el edredón, al lado de él, sin percatarse de nada, excepto del alocado latido de su corazón. Cuando Nick la estrechó con firmeza contra su pecho, _______ empezó a temblar de manera incontrolable.
—Vamos —le dijo Nick, frotándole la espalda y acariciándole el cabello—. ¿Qué sucede? ¿Tienes mucho frío?
—No no —tartamudeó, y siguió temblando—. Estoy aterrorizada.
Nick la estrechó con fuerza hasta que dejó de temblar, luego la recostó con ternura sobre la almohada, y contempló su atemorizado rostro con una mirada comprensiva.
—No tienes por qué estar nerviosa —la tranquilizó, apartándole el cabello de la cara, y luego se inclinó para besarla en los labios. Cuando alzó la cabeza, sonrió malicioso—. Los gigolós somos expertos en complacer a las mujeres.
— ¿Debes recordarme eso? —protestó ____________, ruborizada.
— ¿Por qué no? En cierta manera, es muy halagador que pensaras que podía complacer a tantas mujeres. Es un pensamiento inquietante y también divertido, considerando que hace meses que no estoy con una mujer.
_________ no estaba segura de si eso la complacía o no. No le agradaba pensar que la frustración era la única razón por la que él la deseaba.
—Aún me resulta difícil creer eso —murmuró.
—Pues bien, es cierto. Cuando trabajas tanto como yo lo he estado haciendo, lo único que quieres cuando regresas a casa por la noche es dormir. ¿Te das cuenta de que yo solo pinté el exterior y el interior de todos esos gimnasios? ¡Fue un trabajo muy duro!
— ¿Y tu socio, Ned, qué me dices de él? ¿No te ayudó?
—Me temo que Ned no es muy útil para eso —respondió Alfonso, irónico.
________ se preguntó si su socio no se estaría aprovechando de él. Sospechaba que Nick tenía un punto débil en lo referente a sus amigos. Sin embargo, ese hombre le había prestado su coche a Nick y eso era algo muy generoso por su parte. Pocas personas le prestarían un Mercedes deportivo a un amigo.
— ¿Ned y tú sois buenos amigos? —le preguntó.
—Los mejores. Jugábamos al fútbol juntos.
—Jugabais. ¿Significa eso que él es mayor que tú, o también se retiró debido a una lesión?
La mirada de Nick se nubló por un segundo, pero luego la miró sonriendo.
—Vamos, ¿qué es esto? Creía que habías venido en busca de acción, no de conversación, y aquí estás, hablando de otros hombres. Yo soy el único hombre en quien debes concentrarte, ________. Ahora bésame, antes de que cambie de opinión y te eche de aquí.
_________ se sorprendió al ver que estaba charlando tranquilamente en la cama, con un hombre desnudo. Abrió los ojos, sorprendida, justo cuando Nick inclinó la cabeza hacia ella, y apenas pudo respirar cuando aquellos labios firmes y sensuales se apoderaron de los suyos. De su garganta brotó un gemido. Pensó que nunca se acostumbraría a la sorpresa de esa lengua invasora, o a la manera en que enloquecían sus sentidos cuando él la deslizaba hacia las húmedas profundidades de su boca.
El beso se prolongó y después Nick se colocó encima de ella. Aunque se apoyaba sobre los codos, _________ jadeó bajo la presión de ese cuerpo sobre el suyo. Con un gemido, él cambió ligeramente de posición, introduciendo una rodilla entre sus piernas, para apartarlas.
—Así está mejor —murmuró con voz ronca—. No me gustaría aplastar a mi encantadora _________.
A su encantadora __________ eso tal vez no le habría importado. Experimentaba cierto placer primitivo al sentir el peso de ese cuerpo dominando al suyo, sobre todo cuando estaba desnudo. Él era todo dureza, fuerza y poder masculino. La hacía sentirse tan pequeña y femenina, y sí, tan sumisa...
Sin embargo, junto con el deseo de sentirse dominada por la fuerza bruta de Nick, ________ también experimentó el fuerte impulso de tocarlo, de explorar esos músculos, de deslizar los dedos por su cuerpo. Empezó a hacerlo y se excitó al ver que sus caricias lo hacían estremecerse. Después de deslizar los dedos por sus caderas y muslos, siguió con la espalda, extendiendo las manos y deslizando las palmas sobre su piel. Siguió acariciándola hasta la cintura y luego sus manos encontraron su trasero, en donde la carne era más suave, más maleable; y empezó a darle masajes hasta que un repentino impulso de ciega pasión la hizo sujetarlo con fuerza, para acercarlo más hacia sí.
Él se apartó bruscamente, hasta que quedó sentado sobre sus talones, entre los muslos de ella, con el edredón cubriendo sus hombros, como una tienda de campaña.
—Nada de eso, pequeño demonio —le advirtió con una sonrisa irónica—. Trato de complacerte, ¿y qué haces tú? Tentarme a una aventura prematura y... podría añadir... peligrosa. ¿No sabes que es una manera segura de quedarte embarazada? ¿O de que suceda algo peor?
________ lo miró, sonrojada, con los ojos muy abiertos por la sorpresa. ¿Cómo había podido olvidarlo, si su propia madre se lo acababa de advertir?
— ¿Tienes... algún preservativo? —le preguntó temblorosa.
—Por supuesto. Es la regla número uno en este mundo. Llevar siempre un preservativo cuando se pretende estar sexualmente activo.
— ¿Y cuál es la regla número dos?
—No permitir que una mujer atractiva empiece a tocarte, antes de estar bien armado.
— ¡Oh...! —se ruborizó, aunque se sintió halagada al saber que Nick la encontraba atractiva. Y así se sentía en ese momento, muy atractiva.
— ¡Bien! —declaró él—. Procederemos conforme a las reglas de Nick. Primero, debemos deshacernos de ese camisón, pero nada de tocarme ahora, tú quédate quie-ta.
__________ se estremeció cuando él empezó a desabrocharle el camisón, y volvió a sentir su antiguo complejo de inferioridad. ¿Y si a él no le agradaba su cuerpo? Su tensión iba en aumento con cada botón. Cuando al fin terminó, él la miró ceñudo.
— ¿Qué sucede? —le preguntó, intuitivo.
—Creo que estoy un poco nerviosa —reconoció ella.
—Lo sé —sonrió con gesto comprensivo—. Eso es lo que me gusta de ti.
— ¿Qué... quieres decir?
—El hecho de que sea el primer hombre en quien has confiado en mucho tiempo, me hace sentirme especial, ________. Jamás traicionaré esa confianza. Todo saldrá bien. Más que bien, será maravilloso. Ahora, lo único que quiero es que te tumbes y disfrutes. Ahora es tu turno.
—Mi turno...
Gimió en silencio cuando él le apartó el camisón, exponiendo su piel desnuda y temblorosa.
— ¡Ah! —Gimió él, deslizando una mano por sus endurecidos pezones, lo que hizo que _______ experimentara un delicioso tormento—. Eres hermosa ________—inclinó la cabeza, y su boca se apoderó de uno de los pezones.
________ dejó escapar un jadeo involuntario, y Nick se detuvo para mirarla con el ceño fruncido. — ¿Te estoy haciendo daño?
Cuando ella negó con un movimiento de cabeza, Nick rió con suavidad y continuó, alternando sus atenciones de un seno al otro, hasta que ________ se sintió fuera de sí. Alzó los brazos para cubrirse los ojos, pues ya no quería ver lo que él le hacía. Le bastaba con concentrarse en las sensaciones que estremecían su cuerpo, y en no gemir demasiado alto. «Sí, ése», gimió en silencio cuando él dejó un pezón para empezar con el otro, y suspiró de placer antes de gemir, frustrada, cuando el seno abandonado también ansiaba el calor de esa boca. Al fin ya no sabía lo que quería. Tal vez más, ¿pero qué?
Cuando él inició una lenta jornada sensual a lo largo de su cuerpo, besándolo y acariciándolo con la lengua, ________ se olvidó de todo. El placer hacía que la cabeza le diera vueltas y su cuerpo se estremeciera. Pero entonces descubrió que lo que ella pensaba que era el máximo placer no era nada en comparación con el éxtasis que podía experimentar bajo los labios y la lengua de Nick.
—No —protestó al principio, cuando él deslizó las manos debajo de su trasero y alzó su estremecida carne hacia su boca, pero fue una protesta débil y nada convincente, porque en esa boca había una magia a la que _________ no podía resistirse. Gimió bajo esa dulce posesión, aturdida por las sensaciones que él podía producirle con esos labios maravillosos y esa lengua devoradora.
________ estaba gozando de esas atenciones íntimas de Nick, cuando de pronto contuvo el aliento, sintiendo que un millón de estrellas estallaban en su cabeza. Un grito escapó de sus labios y arqueó el cuerpo hacia arriba, tensándose, antes de estallar en exquisitos espasmos de deleite. Cuando al fin se desplomó sobre la cama, suspiró satisfecha, pero también confundida. Miró desconcertada a Nick, cuando él se tumbó a su lado, pero en el momento en que abrió la boca para hablar, él le puso un dedo sobre los labios.
—Calla. Esto es sólo el principio, no el final. Las mujeres son criaturas excepcionales, _______. ¿Sabías que puedes tener tantos orgasmos como quieras en una sola noche?
Ella movió la cabeza. No sabía gran cosa del sexo. ¿Lo comprendería él?
—Sin embargo, será mejor que continuemos —prosiguió él con una seductora sonrisa—, antes de que hagas algo desastroso, como quedarte dormida, y entonces me moriré de frustración —inclinándose sobre ella, tomó su cartera, que estaba al lado del reloj y sacó un sobrecito de plástico.
Hipnotizada, ________ contempló la eficiencia y la rapidez con que ________ se puso el preservativo.
—Deja de mirarme así, atrevida. ¿Nunca habías visto uno?
—No igual —murmuró ella.
— ¿Estamos hablando de condones?
________ movió la cabeza, y Nick se echó a reír.
— ¿Es un cumplido, o simplemente tratas de adularme?
—Es... es un hecho.
—Eres fantástica para mi orgullo masculino, ________. Ahora, ven aquí —rezongó y la colocó debajo de él—. Ningún hombre es capaz de hacer tantos sacrificios nobles en una noche. ¡Me estás volviendo loco!
_________ estaba tan distraída por la intimidad de su beso, que cuando él se colocó entre sus muslos, no se dio cuenta de nada. Incluso, cuando deslizó las manos para sujetar sus caderas, no comprendió que se estaba preparando para la inminente posesión. Su mente estaba concentrada en esa apasionada lengua que excitaba sus sentidos. La presión extraña y dolorosa del miembro de Nick, buscando la entrada en su cuerpo, la tomó por sorpresa y la hizo lanzar un grito.
Con un jadeo, él se apartó de inmediato y se irguió, apoyándose sobre los codos. Cuando la miró ceñudo. Anahi volvió la cabeza hacia un lado, huyendo angustiada de ese escrutinio.
—Eres virgen —exclamó él, sorprendido.

por **WhoIam13** Jue 24 Nov 2011, 2:18 pm

2/4

________ se volvió para mirarlo, confundida. ¿Qué se habría creído él? Ya le había dicho que no tenía experiencia con los hombres.
— ¡Diablos! —murmuró Nick y se bajó de un salto de la cama, tomando una bata que estaba sobre una silla. Le dio la espalda y se la puso antes de volverse para mirarla, con una expresión no tan sorprendida, pero aún perturbada—. ¡Por todos los cielos! ¿Por qué no me lo dijiste?
—Yo... creía que lo sabías.
— ¿Cómo podía saberlo? Creía que te habías acostado con ese tipo de la universidad.
Me diste a entender que antes eras una mujer apasionada! Pensé que ese era el problema cuando lo oíste decir que eras una presa fácil. Suponía que eso sucedió después del gran acontecimiento, puesto que estabas tan traumatizada por sus comentarios. Ni por un momento se me ocurrió pensar que nunca hubieras tenido una relación sexual.
— ¿Y eso... importa? —murmuró ella. Su tono inseguro debió de afectarlo, porque se sentó a su lado y la tomó de una mano.
—Por supuesto. Si lo hubiera sabido, habría hecho las cosas de una manera diferente. Ciertamente no habría...
________ se sorprendió al ver que Nick se ruborizaba, avergonzado.
— ¿Qué has debido pensar de mí?
—Que eras maravilloso —le aseguró ella, emocionada—. Y quiero que termines lo que has empezado.
— ¡Oh, no! —Se puso de pie de un salto—. De ninguna manera.
—Ya no me deseas —murmuró ella, a punto de llorar.
— ¡Oh, Dios! —alzó las manos, exasperado—. Por supuesto que te deseo, no seas ridicula.
_______ se sentó y empezó a abrocharse el camisón.
—No importa, yo... lo entiendo. No quieres molestarte con una virgen.
Nick se arrodilló a su lado y le estrechó las manos entre las suyas, pero ________ se negó a mirarlo, manteniendo la mirada fija en el suelo.
—Estás equivocada, _______. Muy equivocada.
—No tenías que haberte detenido —exclamó ella con voz ahogada.
—Cariño, Anahi, ¿crees sinceramente que habrías disfrutado si yo hubiera ignorado tu incomodidad y hubiera seguido adelante? ¿Crees que en algún momento tu dolor se habría convertido en placer? Eso es absurdo, un absurdo romántico. Por cada vez que eso sucede, hay cientos de mujeres que acaban pensando que el sexo es horrible. Una primera experiencia satisfactoria requiere mucha paciencia y habilidad por parte del hombre. Yo no estaba preparado para eso, pero lo estaré la próxima vez.
— ¿Oh, es cierto eso? —_______ alzó la mirada—. ¿Y cuándo será la próxima vez? ¿O también seré yo quien deba dar el primer paso?
—Estás enfadada conmigo —sonrió él.
—Sí, lo estoy.
—No deberías estarlo. Tú te has divertido más que yo.
— ¡Oh! Quieres avergonzarme diciendo eso.
—Cuando haya terminado contigo, cielo, no te sentirás avergonzada en absoluto —la hizo ponerse de pie—. Ahora, sal de la cama, antes de que cambie de opinión y haga algo de lo que después pueda arrepentirme.
— ¡No creo que seas capaz de arrepentirte de nada! —declaró ella, y apartándole la mano se dirigió a la puerta.
—Tú te arrepentirás de algo —repuso él echándose a reír—, si sigues haciendo tanto ruido. ¿O acaso has drogado a tus padres antes de acudir a esta escandalosa cita?
_________ se quedó paralizada, al darse cuenta de que había estado hablando en voz alta. Por suerte, el dormitorio de sus padres se encontraba al otro extremo del pasillo.
—Esa es otra de las razones por las que quiero posponer esto —declaró Nick y se acercó a ella, apoyando las manos sobre sus hombros—. No quiero que nos veamos obligados a murmurar, ni que haya nada furtivo cuando al fin hagamos el amor. Te he prometido lo mejor y eso es lo que tendrás. Confía en mí...
Durante un largo momento, ella lo miró a los ojos descubriendo en ellos su promesa erótica. Y era algo tan excitante, que sintió un intenso calor entre sus muslos.
—Dame un beso de buenas noches —murmuró.
—No —replicó bruscamente Nick y ella retrocedió—. Basta de besos. Ya has tenido algo más de lo que te correspondía esta noche, y quisiera dormir. Sólo Dios sabe qué aspecto tendremos por la mañana...
SU aspecto no era demasiado malo. El de ________ era un poco mejor que el de Nick, que estaba ojeroso. Fue un día difícil para _________, pero no mostró ninguna señal visible de frustración. Pero en su interior, las cosas eran muy diferentes. No podía mirar a Nick sin pensar en la noche anterior, sin revivir aquellos increíbles momentos. A pesar del desafortunado final, el resto había sido de lo más placentero. No obstante, él le había asegurado que faltaba lo mejor.
El fin de semana le pareció interminable a ________, a pesar del éxito conseguido con su familia. Los niños adoraron a Nick, sobre todo, después de que estuviera jugando con ellos toda la tarde. Su padre no dejaba de alabarlo, al igual que todos los demás. _________ también recibió muchas alabanzas y todos comentaron su nueva apariencia y su actitud relajada y feliz.
Pero seguía inquieta al pensar en sus nuevos sentimientos hacia Nick. Antes no había estado muy segura de lo que sentía por él. El sentido común le decía que no podía ser amor, ya que no lo conocía lo suficiente para eso, y ella no creía en el amor a primera vista. Pero sí podía aceptar el deseo a primera vista, así que pensó que sus sentimientos debían de ser una mezcla de lujuria y enamoramiento adolescente. Él no sólo era atractivo, sino que era diferente de todos los hombres que conocía. Era
osado, irreverente y divertido, pero también era todo un hombre. Fuerte, decidido y muy sensual.
Sin embargo, era esa parte sensual la que la inquietaba ahora, bloqueando todo lo demás. No podía mirarlo sin pensar en el sexo, sin experimentar una tensión en sus senos y su vientre. Y a pesar de que debería sentirse aliviada, porque al fin se había convertido en lo que Estelle llamaba una mujer «normal», también se sentía un poco decepcionada de sí misma. Habría podido jurar que sólo el verdadero amor podría liberar esos sentimientos en ella e inspirar un deseo tan intenso.
Pero el verdadero amor estuvo muy lejos de su mente durante todo el día. Sólo podía pensar en Nick, en su figura tumbada bajo la luz de la luna, y en lo que había sucedido cuando ella se acostó con él.
Durmió mal esa noche y se sintió aliviada cuando al fin emprendieron el camino de regreso a Sidney, a la mañana siguiente. Aspiró profundamente, cuando el Mercedes dobló la primera esquina.
— ¡Me alegro de que por fin todo haya terminado! —exclamó—. Gracias por tu actitud de ayer, Nick. Debió de ser muy aburrido para ti pasarte toda la tarde jugando con los niños.
—No, disfruté mucho. Me encantan los niños.
—Y ellos estaban encantados contigo, sobre todo las niñas. Has tenido un gran éxito con todas las mujeres de la familia, incluyendo a mamá.
—Oh, yo no diría eso. Creo que aún me falta mucho para obtener la aprobación total de Alice. No confía en mis intenciones hacia su querida hija.
— ¿Acaso te dijo algo?
—Nada concreto, pero sí me hizo algunos comentarios.
—También a mí.
— ¡Ah...! La trama se complica. ¿Qué es lo que te dijo?
—Que si tenía una aventura contigo, debía tener cuidado.
— ¿Cuidado? ¿En qué sentido? —preguntó Nick, alzando las cejas.
—Ya sabes... en el aspecto sexual —lo miró avergonzada, y se extrañó al ver que parecía molesto.
— ¿Qué le dijiste a tu madre de mí para que pensara que yo permitiría que te sucediera algo.
________ se quedó confundida por su inesperada cólera.
— ¡Nada! Yo... creo que le preocupa pensar que haga algo estúpido. Creo que piensa que puedo perder la cabeza por ti. Sabe que tengo muy poca experiencia con los hombres.
—Un hecho que pareces estar ansiosa por remediar —observó él con tono mordaz.
— ¿Y qué tiene eso de malo? —Preguntó bruscamente, herida por su sarcasmo—. Pensaba que estabas a favor de que dejase de huir de los hombres. ¡Deberías sentirte orgulloso al saber que has conseguido lo imposible... convertir a la ________ de antes en una mujer de aspecto pasable, reviviéndola y haciéndola sentir el deseo de arrancarle la ropa a un hombre!
— ¡Vaya un cumplido! —La miró de soslayo, con cierta ironía—. ¿Es eso lo que quieres de mí? ¿Sexo?
— ¿Estás diciendo que quieres algo más que eso de mí? —replicó ella.
—Tal vez —respondió él, desconcertándola.
Abrió mucho los ojos, sorprendida. Hasta ese momento no había comprendido lo mucho que deseaba que él quisiera algo más.
—Aunque tal vez no —añadió él con tono seco.
El desaliento de _________ fue tan intenso que se enfureció. ¿Sinceramente había pensado que él le diría que se había enamorado de ella? ¿Que quería casarse y tener hijos?
—No vamos a fingir que es más de lo que es, Nick —manifestó.
— ¿Y qué es eso?
—Tú necesitas mucho a una mujer y yo a un hombre.
— ¡Vaya! Eso es brutalmente sincero. Me quito el sombrero delante de ti, has progresado mucho en una semana. En ese caso, será mejor que vayamos más a la
acción. ¿Cuándo será el gran acontecimiento? ¿Te parece bien el próximo viernes por la noche, o es un día inconveniente para ti?
— ¿Qué quieres decir con eso de... «Inconveniente»? —frunció el ceño, desconcertada por su tono colérico. Se preguntó si estaría enfadado con ella porque había llamado las cosas por su nombre. ¿Le agradaría que las mujeres con quienes se acostaba le declararan su eterno amor, incluso aunque él no correspondiera de igual manera? ¿Su orgullo masculino necesitaba esa clase de satisfacción?
—Escucha, _________, eres tú quien no desea mostrarse cohibida acerca de todo esto —prosiguió él con tono brusco—. Anoche te prometí que la próxima vez que estuviéramos juntos sería la mejor, y me gusta cumplir mis promesas. Esta noche los dos estaremos cansados después del viaje, y el cansancio no ayuda para una buena relación sexual. El resto de la semana también está descartado, porque acabaré agotado tratando de recuperar los tres días que he estado fuera. Ned y yo daremos un cóctel de promoción el próximo sábado, en nuestro gimnasio de Paddington, para lanzar nuestra nueva campaña publicitaria, y aún faltan muchas cosas por hacer. El viernes necesitaré un poco de descanso y distracción, siempre y cuando no sea un mal momento del mes.
_________ trató de no sentirse humillada, tanto por la franca pregunta de Nick, como por su calificación de una velada con ella como de «descanso y distracción». Había exigido sinceridad, y ahora ya la tenía
—No es un mal momento del mes —murmuró—, eso no ocurrirá hasta la próxima semana.
—Bien, entonces será el viernes por la noche.
Los dos guardaron silencio; Nick, concentrado en conducir, y ________ encogida en su asiento. Su dolor se intensificaba por momentos, así que se sorprendió cuando de pronto sintió sobre un muslo la mano de Nick. Volvió la cabeza y vio que él la miraba con una sonrisa de disculpa.
—Lo siento —declaró—. ¿Me perdonas?
________ experimentó un enorme alivio. Había odiado esa discusión y que Nick estuviera enfadado con ella.
—Por supuesto —sonrió—. ¿Tú también me perdonas?
—Nadie debería disculparse por ser sincero. Me estoy comportando como un tonto, mostrándome susceptible por algo que he hecho cientos de veces. Creo que no me ha gustado el cambio de papeles.
Ahora su disculpa parecía falsa. Lo que había provocado su cólera era sólo su orgullo masculino. Por un momento había esperado... _________ se reprendió mentalmente. «No esperes lo que nunca ocurrirá», se dijo con firmeza.
— ¿Quieres oír algo de música? —sugirió _________ y, apartándole la mano, encendió la radio.
_________ se apoyó en el respaldo para disfrutar de la música y de su alivio, al ver que habían hecho las paces. Trató de no pensar en sus esperanzas y sueños vanos, sino en lo bueno que podría resultar un relación con Nick. En el futuro no temería tanto a los hombres, y se sentiría más confiada como mujer. Tal vez incluso, en el futuro encontraría a un hombre al que pudiera amar, tanto como amaba al hombre que iba sentado a su lado.
Se aferró a esa esperanza, porque sabía que si no lo hacía, se echaría a llorar.
—Te he traído algo —anunció Estelle a la mañana siguiente.
________ apartó la mirada de su ordenador, en donde fingía estudiar las fluctuaciones del mercado extranjero del día anterior.
-¿Oh? ¿Qué es?
— ¡Mira! —exclamó la joven, extendiendo ante ella un arrugado cartel.
________ se quedó boquiabierta. Allí, delante de sus ojos, en toda su gloria, estaba el hombre más atractivo del mes de enero del año anterior. Sólo la toalla que él sostenía en una mano impedía que fuera un completo desnudo frontal.
— ¡Aquí lo tienes! —Sonrió Estelle—. ¿Va a ocupar el lugar de honor en tu dormitorio, o quieres que lo usemos como blanco para tirar dardos?
_________ tragó saliva, y siguió mirando la fotografía. Sabía que él era hermoso, pero eso era la perfección masculina.
— ¿Jefa? —Estelle soltó una esquina del cartel, para agitar una mano frente al rostro de ________—. ¿Aún estás aquí?
__________ se recuperó a toda prisa y sonrió burlona.
— ¿No crees que será mejor que lo guardes en el archivo, para que no distraiga a nadie?
— ¡Debes de estar bromeando! Eso sería un sacrilegio. Bien, si no lo quieres, tendré que clavarlo en una pared, en el salón de té. Las demás jóvenes estarán...
__________ se inclinó hacia adelante y se lo quitó de las manos, para dejarlo encima de su escritorio.
—No lo harás, no si quieres seguir trabajando para mí.
—Como tú digas —sonrió Estelle—. ¿Cómo van las cosas con nuestro estimado deportista? ¿Te invitó a su casa a pasar el fin de semana?
—Por supuesto que no —negó bruscamente ________, y se volvió hacia el ordenador.
—Eso es un alivio.
— ¿Qué quieres decir? —preguntó _________ alzando la vista.
—Un amigo mío futbolista, que conoció a Alfonso, asegura que es un incorregible mujeriego. Seduce a las jóvenes, se las lleva a la cama y después las abandona. Nunca le duran más de una semana. No deberías tomarlo demasiado en serio, ________. Los hombres como él nunca cambian.
________ miró la fotografía de Nick, su extraordinario atractivo sexual, y comprendió que lo que le decía Estelle tal vez era cierto. Sin duda había tenido muchas mujeres en su vida. No obstante, mientras contemplaba esos hermosos ojos azules, vio en ellos una vulnerabilidad que desmentía su reputación de donjuán. Tal vez él aún no había conocido a la mujer adecuada, que lo amara con todo su corazón y lo hiciera desear algo más que una sucesión de aventuras de una sola noche.
— ¿No vas a volver a salir con él, verdad? —le preguntó Estelle, preocupada.
—Tal vez sí —respondió, pues no quería seguir mintiendo—. Pero no te preocupes, no me lo tomaré en serio. ¿Podrás preparar café? Debo ponerme al corriente en mi trabajo y me sentaría bien una taza.
Tan pronto como Estelle se fue, _________ dirigió una última mirada al cartel, antes de doblarlo con cuidado y guardarlo en un cajón que usaba muy rara vez. Pensó, enjugándose las lágrimas, que tal vez algún día tendría el valor suficiente para sacar el cartel y volver a mirarlo.
Pero creía que eso no sucedería hasta después de mucho tiempo, cuando el modelo sólo fuera un débil recuerdo en su corazón. No podía creer que ella fuera la mujer especial que cautivara el corazón de Nick; eso sólo era un sueño. Sería mejor aceptar la pequeña parte de vida que él le ofrecía. Podía ser sólo una noche, una semana o tal vez dos. Fuera como fuese, se negó a desear nada más, ya que ese sería el camino que la conduciría a la desesperación.
El viernes amaneció nublado, pero por la tarde la temperatura era cálida, un típico y agradable día de otoño.
Nick ya le había llamado por teléfono la noche anterior, cuando estaba en su casa, para confirmar la cita del viernes por la noche. ________ se sorprendió y, hasta cierto punto, se sintió herida por la brevedad de la llamada. Apesadumbrada, se preguntó si ya habría empezado a cansarse de ella.
Pero ahora que había llegado «el día D», le resultaba difícil sentirse deprimida. Durante el curso de la mañana, había empezado a invadirla una gradual excitación, y su mente se concentró en pensamientos más positivos. Esa noche, Nick volvería a estrecharla entre sus brazos ya besarla. Esa noche le haría realmente el amor. Salió del trabajo a las cinco y media y recorrió a pie, en unos minutos, la breve distancia que separaba su oficina del edificio de Nick. Él se había ofrecido a pasar a recogerla, pero ella se había negado, asegurando que prefería ir sola. Nerviosa, entró en el portal y pasó frente a la cabina de seguridad, esforzándose por dar la impresión de una mujer sofisticada que acudía a una cita con su amante.
Llegó a los ascensores y oprimió un botón. A su lado se encontraba esperando un hombre de negocios, con una carpeta muy parecida a la suya. Mientras esperaban, la recorrió con la mirada, con una expresión curiosa y apreciativa a la vez. « ¿Sabrá por qué estoy aquí?», se preguntó ________, temblorosa. « ¿Lo habrá adivinado? ¿En qué estará pensando? Tal vez en que no estoy vestida para una cita romántica, con este sencillo conjunto gris. ¿O pensará que oculto una sexy ropa interior negra?»
Pero no era así. _______ había pensado en ponerse otra ropa, y no la que usaba para ir a la oficina, pero una extraña rebeldía le había impedido volver a transformar radicalmente su apariencia. Excepto por el ligero maquillaje y el perfume, era la misma _______ que
Nick había conocido en el parque. ¿Y por qué no? No era ni lo sería jamás una mujer aficionada a los trucos de vampiresa o a la ropa interior sexy. Durante el fin de semana, había sido divertido sorprender a su familia y hacerles ver que podía ser diferente, pero no era realmente ella, y menos en público. Decidió que lo más probable era que el hombre que estaba a su lado no estuviera albergando ningún pensamiento sexual acerca de ella. Sólo era su propia imaginación culpable
Cuando _________ llamó a la puerta del apartamento de Nick, su excitación nerviosa estaba matizada por cierta preocupación. ¿Cómo reaccionaría Nick al ver su apariencia? La puerta se abrió de pronto, y Nick la miró con sus penetrantes ojos azules.
—Veo que has tardado poco en volver a los viejos hábitos, ¿no es cierto, _________? —le preguntó con expresión sardónica.
—Tampoco tú —replicó bruscamente ella—. ¿O siempre sales a recibir a una mujer a la puerta, vestido sólo con un albornoz?

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