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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Two Worlds Collide | One Direction |
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Two Worlds Collide | One Direction |
Las admins son buenas, lindas y bondadosas. Es simple y sano spam.
terminaba baneada la chica.
the1975.
Re: Two Worlds Collide | One Direction |
Que hiciste, picarona? ah
Pd: Sali de la nada (?
Pd: Sali de la nada (?
Invitado
Invitado
Re: Two Worlds Collide | One Direction |
¿En serio? A mi como por 30 días.Heart Attack escribió:A mi ya me banearon una vez. Por tres dias creo.
Carl´s®
Re: Two Worlds Collide | One Direction |
Segun me explicaron. Asalte un banco -okno- y me robe una firma. AHORA YO DIJE ¿GUATSS? Todas mis firmas son pedidas en Our Source Code. Tambien no llevaba el "Lei las Reglas" y mi imagen era demasiado grande. SOY MUY MALOTA
darkness.
Re: Two Worlds Collide | One Direction |
OKNO ES MUCHOCarl´s® escribió:¿En serio? A mi como por 30 días.Heart Attack escribió:A mi ya me banearon una vez. Por tres dias creo.
darkness.
Re: Two Worlds Collide | One Direction |
Capitulo 1
El avión que trasladaba a la banda al continente americano llegaba al final de su viaje justo a las cinco de la mañana. Los chicos dormían plácidamente sobre los sillones de piel color beige de su jet privado, sin saber lo que les esperaba al bajar de su avión. Estaban tan exhaustos y concentrados en su sueño que no lograron darse cuenta cuando una de las puertas se abrió, dejando entrar una brisa helada que ni siquiera les hizo cosquillas. Por la misma puerta que segundos atrás había sido abierta entro un hombre de traje, alto y a pesar de sus cuarenta años aún mantenía todo su cabello, esté de un color cobrizo y sin ningún rastro de canas. Peter sonrió y cruzo sus brazos mientras observaba a los cinco jóvenes que desde ahora trabajarían para él y para sus seis adoradas hijas.
—Evan -se dirigió Peter al chico que se encontraba a sus espaldas-. Llama a Simon y dile que han llegado sanos y salvos.
—Sí señor.
El chico de tan solo 20 años de edad era la mano derecha de Peter. Evan conocía al señor Cartwright desde que podía recordar. Sus padres, quienes habían sido íntimos amigos de Peter, habían muerto en un terrible accidente automovilístico años atrás, y desde ese día, Peter le había dado un hogar a Evan junto a él y sus hijas. Ya que, su esposa Meredith había muerto recientemente, y Peter estaba seguro que las niñas encontrarían consuelo en aquel niño que al igual que ellas, había sentido aquel horrible dolor de perder a uno de su madre, o en ese caso, padre y madre.
Evan bajo del avión y Peter decidió que era hora de dar la bienvenida a los recién llegados. El señor comenzó a caminar por el ancho pasillo del jet con bastante confianza y en el camino les fue arrebatando los cobertores a los chicos de un jalón. Al sentir el frió que se colaba por la puerta abierta, comenzaron a despertar.
—¡Despierten inútiles, hoy tendrán mucho trabajo y si quieren comer tendrán que terminarlo antes del mediodía!
Niall fue el primero en abrir los ojos, preso por el mal humor que le provoco su sueño interrumpido. El rubio tomo su cobertor y se cubrió de nuevo dispuesto a seguir durmiendo. Sin embargo, Peter se dio cuenta y se lo arrebato por segunda vez.
—¡Quién demonios crees que eres para…!
Una mirada fría y matadora por parte de Peter le cerró la boca antes de terminar su oración. Los demás despertaron y se miraron confundidos ante la inesperada presencia de aquel desconocido que los había despertado con tanta agresividad y además les había insultado. Estaban asombrados de que un viejo cualquiera le faltara al respeto a la banda más exitosa del momento.
—¿Qué clase de recibimiento es este? -pregunto Liam, ofendido-. ¿Acaso no sabes quiénes somos? Será mejor que recompenses esto de inmediato antes de que hablemos pestes de la hospitalidad de este lugar.
—Yo los recibo como me venga en gana, y más vale que bajes el tono de voz pequeño insolente -respondió Peter.
—Te daré 60 segundos para que te disculpes, o llamare a nuestro representante para que nos saque de este lugar –amenazo Harry.
—Ignorare tu comentario –índico Peter revolviendo los rizos del chico-. Muy bien inútiles, antes de explicarles la razón de este recibimiento tan hostil, déjenme presentarme: mi nombre es Peter Cartwright y desde este momento, ustedes trabajan para mí y para mi familia.
Una fuerte carcajada por parte de los cinco hizo eco en cada rincón del avión. Peter frunció el ceño y se dispuso a reír por un momento junto a ellos, pensando que merecían un momento agradable antes de su merecida intervención.
—Mira anciano -hablo Louis sin temor-. Será mejor que te disculpes y te largues, estamos cansados por el viaje y queremos ir al hotel para descansar antes de ir a divertirnos a la playa.
Louis se levantó con toda la confianza del mundo y con su brazo dio un empujón a Peter para quitarlo del camino. Pero el anciano, como había sido llamado anteriormente, con mucha más fuerza lo arrojo a su asiento logrando llamar la atención de todos y haciendo empalidecer a Louis.
—Louis Tomlinson, pronto te enseñare lo que significa la palabra respeto –le dijo Peter-. Ya arreglare esas personalidades tan groseras que llevan cargando por años.
El señor Cartwright arreglo su saco y dio la media vuelta para bajar del avión, pero antes de salir se giró hacia los chicos.
—En cuanto razonen y estén preparados para salir, una camioneta los estará esperando afuera, sus pertenencias ya no están a bordo si no en camino a mi casa. Les recomiendo que no tarden mucho tiempo o el transporte se ira y tendrán que caminar varios kilómetros para llegar a mi mansión. Bienvenidos a Tennessee chicos.
Horas después y unos cuantos kilómetros hacia el este, las hijas de Peter llegaban a la propiedad y las grandes puertas principales de la mansión Cartwright se abrían después de haber estado años bloqueadas por un pesado candado. Una nube de polvo se alzó hacia las seis chicas y sus acompañantes, y nadie pudo entrar hasta que la nube se dispersó.
Las primeras en ingresar fueron las gemelas Celeste y Belén, seguidas por sus cuatro hermanas: Carolina, Emily, Skylett y Heather. Ya adentro, las hermanas se quedaron en la estancia principal observando asombradas cada detalle de la casa en la que vivieron su feliz niñez y pasaron sus últimos minutos con su madre, Meredith. Mientras, sus chóferes subían a las habitaciones para dejar las pesadas maletas de las Cartwright en su lugar, y después de terminar sus cortas tareas que consistían en dejar la casa un poco más decente, retirarse.
—Habrá mucho que ordenar aquí -índico Belén, observando las blancas y polvorientas sábanas que cubrían gran parte de los muebles-. No pienso dormir en este lugar hasta que esté completamente limpio.
—La limpiadora compulsiva que llevas dentro nunca te abandona hermana -se dijo para sí misma Heather, pero al notar la mirada de Belén supo que lo había dicho en voz alta e inmediatamente agrego más dialogo-. Pero me parece correcto que quieras dormir en un lugar limpio y ordenado.
—Si me disculpan -interrumpió Emily-. Estoy cansada e iré a descansar un rato a mi antigua habitación, avísenme cuando llegue papá, necesito hablar con él.
—Cuando llegue papá o cuando lleguen los chicos -pensó en voz alta Heather. Cinco miradas se posaron en ella y la castaña se ruborizo-. Iré a mi habitación a taparme la boca con cinta adhesiva.
—Te ayudamos -dijeron Belén y Celeste al mismo tiempo.
Cuatro de las seis chicas desaparecieron de la estancia y solo quedaron Carolina y Skylett. La más pequeña se encontraba algo incomoda en la propiedad. No tenía recuerdos felices de Arkansas como sus hermanas mayores. Ni siquiera sabía cómo sería su vida en el campo después de tantos años viviendo en esa gran ciudad, y además, saber que compartiría techo con cinco desconocidos no le ayudaba a calmar sus nervios. Skylett miro a su hermana y se acercó a ella rodeándola con su brazo para dar apoyo. Aunque, el momento fraternal solo duro poco, ya que segundos después Peter y Evan aparecieron en la puerta.
—¿Ya no estas molesta conmigo? -pregunto Peter a Skylett.
A Skylett no le parecía correcta la decisión de su padre. Para ella, las personas superficiales y arrogantes jamás cambiaban.
—Esos chicos nunca cambiaran padre –contestó Skylett con frialdad-. Solo estás perdiendo tu tiempo y estás haciendo perder el mío para traerme a esta pocilga y alejarme de mis amistades.
—Con el tiempo me darás la razón hija.
La rubia mordió su lengua para no contestarle una grosería a Peter y comenzar una fuerte discusión, que era lo más común entre ellos. Así que, salió por la puerta directo a los establos donde su caballo preferido la esperaba. Carolina se acercó a su padre y lo abrazo.
—Yo no estoy molesta -dijo con una gran sonrisa-. Sé que Simon y tú quieren ayudar a esos chicos y estoy segura que lo lograran.
—Por lo menos una de las seis está a mi favor -contestó lanzándole una mirada a Evan para que se fuera.
—¿Dónde los dejaste? -pregunto Carolina, refiriéndose a los chicos-. ¿Por qué no entraron contigo, escaparon?
—Claro que no, están en la camioneta, se rehúsan a bajar.
Y Peter estaba en lo cierto. A unos diez metros del enorme portón, los chicos se encontraban al borde de la deshidratación en la camioneta. Peter, en un acto de maldad, había cerrado las puertas, subido las ventanas y dejado dos guardias para evitar que salieran hasta que ellos se disculparan y aceptaran entrar a la propiedad. Para lo cual, no faltaba mucho.
—¡No hay señal! ¿Por qué mierda no hay señal?-se desesperó Niall pateando la puerta con furia.
—¡Hey tú, no se patea la puerta! –le grito un guardia.
Niall asintió y volvió a su posición un poco intimidado por la mirada que le lanzo el guardia. Louis comenzó a burlarse de él.
—Nena –dijo el ojiazul.
—No comiencen a pelear –ordeno Zayn-. No estoy de humor para aguantarlos, aún sigo sin poder creer que Simon nos dejara a cargo de un loco que vive en medio de la nada y piensa que seremos sus sirvientas.
—Debí imaginarlo –continúo Harry-. ¡Como pudimos permitir que nos engañaran! ¿Ahora qué demonios vamos a hacer?
—Deja de quejarte José -le interrumpió Peter, abriendo la puerta de la camioneta-. Discúlpense ahora para que puedan salir, tienen que comer algo y no estoy de humor para aguantar sus aires de diva.
—Soy Harry no José -lo corrigió casi gritándole.
—Yo soy tu jefe ahora y te llamare como se me plazca, así que más te vale ir cambiando esa actitud -le amenazo.
—¿Cuánto tiempo estaremos aquí? -pregunto Niall con impaciencia.
—Eso dependerá de ustedes, de mí y de Simon. Pero, primero necesito hablarles de algo muy serio e importante para mí. Después, cuando me hayan escuchado, podrán hacer todas las preguntas que deseen.
—No escuchare nada de lo que tengas que hablar, me iré de aquí en cuanto pueda -aclaro Zayn-. Ni siquiera te darás cuenta cuando lo haga.
—Vas a escucharme, puberto, o sino comenzaras a trabajar desde ahora. Mis hijas están cansadas por el viaje y necesitan…
—¿Hijas? -pregunto Harry -. ¿No mencionaste nada de vivir con chicas?
—Mencione una familia, y justo de eso quería hablarles, de mis seis hijas –contesto Peter-. Vivirán con ellas y conmigo.
—Eso no será ningún problema -interrumpió Louis llevándose sus manos a la nuca.
—Simon me pidió que no fuera rudo con ustedes -siguió hablando, tratando de olvidar el comentario del ojiazul-. Pero no me dan confianza. Así que, les advierto, solo se acercaran a ellas cuando yo ordene, tendrán estrictamente prohibido entrar a sus habitaciones a menos que sea para limpiar, y si los veo molestándolas yo mismo me encargare de mandarlos a dormir a los establos con los caballos. ¿Entendido?
Los cinco asintieron sin decir una palabra, logrando que Peter sonriera satisfecho.
El moreno asintió bastante enojado y con ganas de golpear al hombre. El cual, justo cuando los chicos comenzaron a bajar, los detuvo.
—¿Y la disculpa?
Muy a su pesar, los cinco tuvieron que disculparse individualmente por su actitud para poder entrar a casa. Hasta entonces Peter les permitió la entrada, sin saber, que no solo los dejaba entrar en su casa por primera vez, si no también, a su vida y a la de sus hijas.
—Evan -se dirigió Peter al chico que se encontraba a sus espaldas-. Llama a Simon y dile que han llegado sanos y salvos.
—Sí señor.
El chico de tan solo 20 años de edad era la mano derecha de Peter. Evan conocía al señor Cartwright desde que podía recordar. Sus padres, quienes habían sido íntimos amigos de Peter, habían muerto en un terrible accidente automovilístico años atrás, y desde ese día, Peter le había dado un hogar a Evan junto a él y sus hijas. Ya que, su esposa Meredith había muerto recientemente, y Peter estaba seguro que las niñas encontrarían consuelo en aquel niño que al igual que ellas, había sentido aquel horrible dolor de perder a uno de su madre, o en ese caso, padre y madre.
Evan bajo del avión y Peter decidió que era hora de dar la bienvenida a los recién llegados. El señor comenzó a caminar por el ancho pasillo del jet con bastante confianza y en el camino les fue arrebatando los cobertores a los chicos de un jalón. Al sentir el frió que se colaba por la puerta abierta, comenzaron a despertar.
—¡Despierten inútiles, hoy tendrán mucho trabajo y si quieren comer tendrán que terminarlo antes del mediodía!
Niall fue el primero en abrir los ojos, preso por el mal humor que le provoco su sueño interrumpido. El rubio tomo su cobertor y se cubrió de nuevo dispuesto a seguir durmiendo. Sin embargo, Peter se dio cuenta y se lo arrebato por segunda vez.
—¡Quién demonios crees que eres para…!
Una mirada fría y matadora por parte de Peter le cerró la boca antes de terminar su oración. Los demás despertaron y se miraron confundidos ante la inesperada presencia de aquel desconocido que los había despertado con tanta agresividad y además les había insultado. Estaban asombrados de que un viejo cualquiera le faltara al respeto a la banda más exitosa del momento.
—¿Qué clase de recibimiento es este? -pregunto Liam, ofendido-. ¿Acaso no sabes quiénes somos? Será mejor que recompenses esto de inmediato antes de que hablemos pestes de la hospitalidad de este lugar.
—Yo los recibo como me venga en gana, y más vale que bajes el tono de voz pequeño insolente -respondió Peter.
—Te daré 60 segundos para que te disculpes, o llamare a nuestro representante para que nos saque de este lugar –amenazo Harry.
—Ignorare tu comentario –índico Peter revolviendo los rizos del chico-. Muy bien inútiles, antes de explicarles la razón de este recibimiento tan hostil, déjenme presentarme: mi nombre es Peter Cartwright y desde este momento, ustedes trabajan para mí y para mi familia.
Una fuerte carcajada por parte de los cinco hizo eco en cada rincón del avión. Peter frunció el ceño y se dispuso a reír por un momento junto a ellos, pensando que merecían un momento agradable antes de su merecida intervención.
—Mira anciano -hablo Louis sin temor-. Será mejor que te disculpes y te largues, estamos cansados por el viaje y queremos ir al hotel para descansar antes de ir a divertirnos a la playa.
Louis se levantó con toda la confianza del mundo y con su brazo dio un empujón a Peter para quitarlo del camino. Pero el anciano, como había sido llamado anteriormente, con mucha más fuerza lo arrojo a su asiento logrando llamar la atención de todos y haciendo empalidecer a Louis.
—Louis Tomlinson, pronto te enseñare lo que significa la palabra respeto –le dijo Peter-. Ya arreglare esas personalidades tan groseras que llevan cargando por años.
El señor Cartwright arreglo su saco y dio la media vuelta para bajar del avión, pero antes de salir se giró hacia los chicos.
—En cuanto razonen y estén preparados para salir, una camioneta los estará esperando afuera, sus pertenencias ya no están a bordo si no en camino a mi casa. Les recomiendo que no tarden mucho tiempo o el transporte se ira y tendrán que caminar varios kilómetros para llegar a mi mansión. Bienvenidos a Tennessee chicos.
Horas después y unos cuantos kilómetros hacia el este, las hijas de Peter llegaban a la propiedad y las grandes puertas principales de la mansión Cartwright se abrían después de haber estado años bloqueadas por un pesado candado. Una nube de polvo se alzó hacia las seis chicas y sus acompañantes, y nadie pudo entrar hasta que la nube se dispersó.
Las primeras en ingresar fueron las gemelas Celeste y Belén, seguidas por sus cuatro hermanas: Carolina, Emily, Skylett y Heather. Ya adentro, las hermanas se quedaron en la estancia principal observando asombradas cada detalle de la casa en la que vivieron su feliz niñez y pasaron sus últimos minutos con su madre, Meredith. Mientras, sus chóferes subían a las habitaciones para dejar las pesadas maletas de las Cartwright en su lugar, y después de terminar sus cortas tareas que consistían en dejar la casa un poco más decente, retirarse.
—Habrá mucho que ordenar aquí -índico Belén, observando las blancas y polvorientas sábanas que cubrían gran parte de los muebles-. No pienso dormir en este lugar hasta que esté completamente limpio.
—La limpiadora compulsiva que llevas dentro nunca te abandona hermana -se dijo para sí misma Heather, pero al notar la mirada de Belén supo que lo había dicho en voz alta e inmediatamente agrego más dialogo-. Pero me parece correcto que quieras dormir en un lugar limpio y ordenado.
—Si me disculpan -interrumpió Emily-. Estoy cansada e iré a descansar un rato a mi antigua habitación, avísenme cuando llegue papá, necesito hablar con él.
—Cuando llegue papá o cuando lleguen los chicos -pensó en voz alta Heather. Cinco miradas se posaron en ella y la castaña se ruborizo-. Iré a mi habitación a taparme la boca con cinta adhesiva.
—Te ayudamos -dijeron Belén y Celeste al mismo tiempo.
Cuatro de las seis chicas desaparecieron de la estancia y solo quedaron Carolina y Skylett. La más pequeña se encontraba algo incomoda en la propiedad. No tenía recuerdos felices de Arkansas como sus hermanas mayores. Ni siquiera sabía cómo sería su vida en el campo después de tantos años viviendo en esa gran ciudad, y además, saber que compartiría techo con cinco desconocidos no le ayudaba a calmar sus nervios. Skylett miro a su hermana y se acercó a ella rodeándola con su brazo para dar apoyo. Aunque, el momento fraternal solo duro poco, ya que segundos después Peter y Evan aparecieron en la puerta.
—¿Ya no estas molesta conmigo? -pregunto Peter a Skylett.
A Skylett no le parecía correcta la decisión de su padre. Para ella, las personas superficiales y arrogantes jamás cambiaban.
—Esos chicos nunca cambiaran padre –contestó Skylett con frialdad-. Solo estás perdiendo tu tiempo y estás haciendo perder el mío para traerme a esta pocilga y alejarme de mis amistades.
—Con el tiempo me darás la razón hija.
La rubia mordió su lengua para no contestarle una grosería a Peter y comenzar una fuerte discusión, que era lo más común entre ellos. Así que, salió por la puerta directo a los establos donde su caballo preferido la esperaba. Carolina se acercó a su padre y lo abrazo.
—Yo no estoy molesta -dijo con una gran sonrisa-. Sé que Simon y tú quieren ayudar a esos chicos y estoy segura que lo lograran.
—Por lo menos una de las seis está a mi favor -contestó lanzándole una mirada a Evan para que se fuera.
—¿Dónde los dejaste? -pregunto Carolina, refiriéndose a los chicos-. ¿Por qué no entraron contigo, escaparon?
—Claro que no, están en la camioneta, se rehúsan a bajar.
Y Peter estaba en lo cierto. A unos diez metros del enorme portón, los chicos se encontraban al borde de la deshidratación en la camioneta. Peter, en un acto de maldad, había cerrado las puertas, subido las ventanas y dejado dos guardias para evitar que salieran hasta que ellos se disculparan y aceptaran entrar a la propiedad. Para lo cual, no faltaba mucho.
—¡No hay señal! ¿Por qué mierda no hay señal?-se desesperó Niall pateando la puerta con furia.
—¡Hey tú, no se patea la puerta! –le grito un guardia.
Niall asintió y volvió a su posición un poco intimidado por la mirada que le lanzo el guardia. Louis comenzó a burlarse de él.
—Nena –dijo el ojiazul.
—No comiencen a pelear –ordeno Zayn-. No estoy de humor para aguantarlos, aún sigo sin poder creer que Simon nos dejara a cargo de un loco que vive en medio de la nada y piensa que seremos sus sirvientas.
—Debí imaginarlo –continúo Harry-. ¡Como pudimos permitir que nos engañaran! ¿Ahora qué demonios vamos a hacer?
—Deja de quejarte José -le interrumpió Peter, abriendo la puerta de la camioneta-. Discúlpense ahora para que puedan salir, tienen que comer algo y no estoy de humor para aguantar sus aires de diva.
—Soy Harry no José -lo corrigió casi gritándole.
—Yo soy tu jefe ahora y te llamare como se me plazca, así que más te vale ir cambiando esa actitud -le amenazo.
—¿Cuánto tiempo estaremos aquí? -pregunto Niall con impaciencia.
—Eso dependerá de ustedes, de mí y de Simon. Pero, primero necesito hablarles de algo muy serio e importante para mí. Después, cuando me hayan escuchado, podrán hacer todas las preguntas que deseen.
—No escuchare nada de lo que tengas que hablar, me iré de aquí en cuanto pueda -aclaro Zayn-. Ni siquiera te darás cuenta cuando lo haga.
—Vas a escucharme, puberto, o sino comenzaras a trabajar desde ahora. Mis hijas están cansadas por el viaje y necesitan…
—¿Hijas? -pregunto Harry -. ¿No mencionaste nada de vivir con chicas?
—Mencione una familia, y justo de eso quería hablarles, de mis seis hijas –contesto Peter-. Vivirán con ellas y conmigo.
—Eso no será ningún problema -interrumpió Louis llevándose sus manos a la nuca.
—Simon me pidió que no fuera rudo con ustedes -siguió hablando, tratando de olvidar el comentario del ojiazul-. Pero no me dan confianza. Así que, les advierto, solo se acercaran a ellas cuando yo ordene, tendrán estrictamente prohibido entrar a sus habitaciones a menos que sea para limpiar, y si los veo molestándolas yo mismo me encargare de mandarlos a dormir a los establos con los caballos. ¿Entendido?
Los cinco asintieron sin decir una palabra, logrando que Peter sonriera satisfecho.
El moreno asintió bastante enojado y con ganas de golpear al hombre. El cual, justo cuando los chicos comenzaron a bajar, los detuvo.
—¿Y la disculpa?
Muy a su pesar, los cinco tuvieron que disculparse individualmente por su actitud para poder entrar a casa. Hasta entonces Peter les permitió la entrada, sin saber, que no solo los dejaba entrar en su casa por primera vez, si no también, a su vida y a la de sus hijas.
- Spoiler:
- ¡Lamento la tardanza! Se que debí subir ayer pero tuve unos problemas con el internet. Pero aquí esta el capituo, cinco páginas en word. Espero les guste<3<3
Última edición por Rain. el Miér 18 Jun 2014, 3:27 am, editado 1 vez
Invitado
Invitado
Re: Two Worlds Collide | One Direction |
Ay amotu novela de verdd,coono solo una sinopsis, un prologo y un capitulo me encantaa!
Loss chicos son unos inutiles c:
Seguila♥
Loss chicos son unos inutiles c:
Seguila♥
Invitado
Invitado
Re: Two Worlds Collide | One Direction |
marigratzi escribió:Ameeeee elll cappppp
Seguilaaaaaaaaaa
I love it
Gracias <3
La sigo el jueves.
Invitado
Invitado
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