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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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De Playboy a Padre |Zayn & Tu|
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: De Playboy a Padre |Zayn & Tu|
Capitulo 2
—Eres un héroe. La forma en que tú y el equipo de los SEAL os ocupasteis de esos piratas fue épica.
Zayn había servido seis años en la Marina después de graduarse en la universidad. Había sido hombre rana especializado en la desactivación de explosivos. Como miembro del grupo de elite de los SEAL se había ocupado de unos cuantos piratas y había salvado algunas vidas, pero el mérito también era de sus compañeros.
—Sólo hacía mi trabajo, como cualquier otro.
Brock le dio un último bocado a su cena.
—Prentice te ha echado el ojo, y su influencia te hará llegar muy lejos siempre que no te metas en líos. El acuerdo con su marca de ropa no podría haber llegado en mejor momento, especialmente con Golden Gate Promotions vigilando todos nuestros pasos.
Zayn había servido seis años en la Marina después de graduarse en la universidad. Había sido hombre rana especializado en la desactivación de explosivos. Como miembro del grupo de elite de los SEAL se había ocupado de unos cuantos piratas y había salvado algunas vidas, pero el mérito también era de sus compañeros.
—Sólo hacía mi trabajo, como cualquier otro.
Brock le dio un último bocado a su cena.
—Prentice te ha echado el ojo, y su influencia te hará llegar muy lejos siempre que no te metas en líos. El acuerdo con su marca de ropa no podría haber llegado en mejor momento, especialmente con Golden Gate Promotions vigilando todos nuestros pasos.
Golden Gate, el mayor rival de Maddox Communications, era una agencia de publicidad de gran renombre que aún seguía bajo la batuta de su fundador, Athos Koteas. Zayn comprendía muy bien la amenaza que podría llegar a suponer, y no iba a permitir que nada ni nadie echara a perder la mejor oportunidad de su vida. El trabajo en Maddox Communications lo era todo para él.
El BlackBerry volvió a zumbar en su chaqueta. ¿Otro mensaje? ¿Le estarían enviando una foto de la ecografía? Se le formó un doloroso nudo en la garganta. Le gustaban los niños y quería tener los suyos propios, pero aún no.
Flynn se acercó a él.
—Fue un golpe maestro, el tuyo. Irrumpiste de lleno justo después de que despidieran a ese pobre imbécil.
Brock sonrió con sarcasmo.
—¿Pobre imbécil? Exhibicionista, más bien, paseándose por una playa como Dios lo trajo al mundo—
Flynn se acercó a él.
—Fue un golpe maestro, el tuyo. Irrumpiste de lleno justo después de que despidieran a ese pobre imbécil.
Brock sonrió con sarcasmo.
—¿Pobre imbécil? Exhibicionista, más bien, paseándose por una playa como Dios lo trajo al mundo—
Las risas se elevaron del grupo. Zayn se pasó el dedo por el cuello de la camisa. Walter Prentice había desheredado a su nieta porque ésta se negó a casarse con el padre de su hijo. Prentice se regía por un solo lema: la familia lo era todo.
El trabajo era lo único que debería importarle. En Maddox Communications ya lo conocían como «el chico de oro», un título que le había costado mucho conseguir y que estaba dispuesto a conservar a toda costa. La clave era muy simple: trabajo y más trabajo.
En vez de unirse a la empresa publicitaria de su padre, había aceptado una beca del ejército para ir a la universidad. Tras seis años de servicio se había establecido por su cuenta en el mundo de la publicidad, pero mientras trabajaba en Bradford seguía sintiendo la enorme influencia de su padre. No fue hasta que recibió la oferta de Maddox Communications en Londres cuando finalmente pudo escapar de la larga sombra paterna. Ahora, sólidamente asentado en la cima, no iba a permitir de ninguna manera que una tontería cometida cuatro meses antes echara a perder el éxito por el que tanto había luchado.
De repente, supo lo que debía hacer.
El trabajo era lo único que debería importarle. En Maddox Communications ya lo conocían como «el chico de oro», un título que le había costado mucho conseguir y que estaba dispuesto a conservar a toda costa. La clave era muy simple: trabajo y más trabajo.
En vez de unirse a la empresa publicitaria de su padre, había aceptado una beca del ejército para ir a la universidad. Tras seis años de servicio se había establecido por su cuenta en el mundo de la publicidad, pero mientras trabajaba en Bradford seguía sintiendo la enorme influencia de su padre. No fue hasta que recibió la oferta de Maddox Communications en Londres cuando finalmente pudo escapar de la larga sombra paterna. Ahora, sólidamente asentado en la cima, no iba a permitir de ninguna manera que una tontería cometida cuatro meses antes echara a perder el éxito por el que tanto había luchado.
De repente, supo lo que debía hacer.
En cuanto acabara en aquel bar, tomaría un vuelo nocturno a Bradford. A la mañana siguiente estaría en la puerta de ______ Presley y se enfrentaría a la situación cara a cara. Si el bebé era suyo, a ella no le quedaría más remedio que irse a California con él.
De los rumores ya se encargaría cuando presentara a ______ como su novia y prometida.
El viento helado de enero no invitaba a salir a la calle. Normalmente ______ se habría quedado en su apartamento como todo el mundo, con unos gruesos calcetines de lana y ocupándose de sus plantas. Pero el frío la ayudaba a aliviar las náuseas, de modo que subió a la azotea para trabajar en el huerto comunitario que ella misma había plantado un par de años antes.
De los rumores ya se encargaría cuando presentara a ______ como su novia y prometida.
El viento helado de enero no invitaba a salir a la calle. Normalmente ______ se habría quedado en su apartamento como todo el mundo, con unos gruesos calcetines de lana y ocupándose de sus plantas. Pero el frío la ayudaba a aliviar las náuseas, de modo que subió a la azotea para trabajar en el huerto comunitario que ella misma había plantado un par de años antes.
Se arrodilló para estirar el plástico sobre los maceteros del tejado mientras el ruido de los motores y cláxones anunciaba el despertar de la Gran Manzana. En invierno la ciudad era como un cuadro de Andrew Wyeth: una inexpresiva gama de matices blancos, negros, grises y pardos. El hormigón helado le congelaba las piernas a través de los vaqueros, junto a la brisa que soplaba desde East River. ______ se arrebujó en su abrigo de lana y flexionó los entumecidos dedos en el interior de los guantes de jardinería.
Las sacudidas en el estómago no sólo se las producía el bebé.
Había recibido una llamada histérica de su amiga Stephanie, informándola de que su marido le había enviado a Zayn una foto de la fiesta de Año Nuevo celebrada la semana anterior, donde se apreciaba claramente su embarazo.
Las sacudidas en el estómago no sólo se las producía el bebé.
Había recibido una llamada histérica de su amiga Stephanie, informándola de que su marido le había enviado a Zayn una foto de la fiesta de Año Nuevo celebrada la semana anterior, donde se apreciaba claramente su embarazo.
Y ahora Zayn estaba de camino a Bradford.
Ni el frío ni el trabajo de jardinería bastaron en aquella ocasión para sofocar las náuseas. Todo su mundo se estaba desmoronando. Zayn iba a pedirle explicaciones sobre ese bebé que nacería al cabo de cinco meses y del que ella no se había molestado en decirle nada. Y por si fuera poco, su negocio estaba al borde de la ruina.
Ni el frío ni el trabajo de jardinería bastaron en aquella ocasión para sofocar las náuseas. Todo su mundo se estaba desmoronando. Zayn iba a pedirle explicaciones sobre ese bebé que nacería al cabo de cinco meses y del que ella no se había molestado en decirle nada. Y por si fuera poco, su negocio estaba al borde de la ruina.
Se apoyó contra la fuente de hormigón, donde el agua se había congelado en la base y los carámbanos colgaban desde la melena del león de piedra. La semana anterior había descubierto que su contable, Dave, había aprovechado su baja por enfermedad para robarle medio millón de dólares a la empresa. Lo descubrió cuando tuvo que contratar a un contable temporal para que sustituyera a Dave mientras estaba «de vacaciones», y ya nadie, y aun menos las autoridades, albergaba esperanzas de encontrarlo y recuperar el dinero.
Se frotó suavemente la curva del vientre. Era responsable de una vida y ni siquiera sabía cómo manejar la suya. ¿En qué clase de madre iba a convertirse? No era más que una pobre cobarde que se ocultaba de todo y de todos.
Las cosas habían cambiado mucho en los últimos meses. Echaba de menos los colores de la primavera y del verano, pero su ojo artístico aún podía apreciar la crudeza monocromática de un paisaje invernal.
Las cosas habían cambiado mucho en los últimos meses. Echaba de menos los colores de la primavera y del verano, pero su ojo artístico aún podía apreciar la crudeza monocromática de un paisaje invernal.
La puerta de la azotea se abrió con un chirrido y una sombra alargada se proyectó sobre ______. Supo de quién se trataba incluso antes de girarse. Zayn no había tardado en encontrarla, y de todos modos no tenía sentido postergar el inevitable enfrentamiento.
Miró por encima del hombro y se estremeció ante la imagen de Zayn, cuya imponente presencia añadía el toque final al destemplado horizonte. El viento agitaba sus oscuros cabellos, ligeramente más largos de lo que ella recordaba, pero el resto de su esbelta figura permanecía completamente inmóvil, tanto por fuera como por dentro.
Volvió la vista al frente y metió las herramientas de jardinería en la bolsa.
—Hola, Zayn.
Miró por encima del hombro y se estremeció ante la imagen de Zayn, cuya imponente presencia añadía el toque final al destemplado horizonte. El viento agitaba sus oscuros cabellos, ligeramente más largos de lo que ella recordaba, pero el resto de su esbelta figura permanecía completamente inmóvil, tanto por fuera como por dentro.
Volvió la vista al frente y metió las herramientas de jardinería en la bolsa.
—Hola, Zayn.
MariaBlanco19
Re: De Playboy a Padre |Zayn & Tu|
Capitulo 3
Oyó sus pisadas acercándose, pero él no pronunció palabra.
—Supongo que el portero te habrá dicho que estaba aquí —balbuceó ella, moviendo frenéticamente las manos.
Él se arrodilló a su lado.
—Deberías tener más cuidado —le dijo él.
Ella se apartó ligeramente.
—Y tú no deberías ser tan sigiloso al acercarte a alguien.
—¿Y si no hubiera sido yo quien subiera aquí? Parecías estar en otro mundo.
—Vale, tienes razón. Estaba distraída —confesó.
—Supongo que el portero te habrá dicho que estaba aquí —balbuceó ella, moviendo frenéticamente las manos.
Él se arrodilló a su lado.
—Deberías tener más cuidado —le dijo él.
Ella se apartó ligeramente.
—Y tú no deberías ser tan sigiloso al acercarte a alguien.
—¿Y si no hubiera sido yo quien subiera aquí? Parecías estar en otro mundo.
—Vale, tienes razón. Estaba distraída —confesó.
Se había sumido completamente en sus divagaciones sobre la inminente llegada de Zayn, sobre el bebé que estaba en camino y sobre la malversación de fondos de la que había sido víctima. Era demasiado para pretender que estaba lista para enfrentarse al mundo.
Podía oír la reprobación de sus padres y sus críticas por todo lo que hacía. Por todo, menos por estar con alguien como Zayn. Era el tipo de hombre que su madre elegiría para ella: sangre azul, buen aspecto y una jugosa cuenta bancaria.
En realidad, cualquier madre estaría encantada de tener a Zayn Malik como yerno. Por desgracia, también era muy testarudo y autoritario, y ella había trabajado muy duro para conseguir una independencia a la que no estaba dispuesta a renunciar. Sería muy arriesgado iniciar una relación con él, y gracias a esa certeza había logrado ignorar durante los últimos meses la atracción que sentía hacia él.
Podía oír la reprobación de sus padres y sus críticas por todo lo que hacía. Por todo, menos por estar con alguien como Zayn. Era el tipo de hombre que su madre elegiría para ella: sangre azul, buen aspecto y una jugosa cuenta bancaria.
En realidad, cualquier madre estaría encantada de tener a Zayn Malik como yerno. Por desgracia, también era muy testarudo y autoritario, y ella había trabajado muy duro para conseguir una independencia a la que no estaba dispuesta a renunciar. Sería muy arriesgado iniciar una relación con él, y gracias a esa certeza había logrado ignorar durante los últimos meses la atracción que sentía hacia él.
Apretó la bolsa contra el pecho.
—¿Qué haces aquí? Podrías haberme llamado.
—También podrías haberme llamado tú —replicó él, mirándola de arriba abajo—. Anoche hablé con un amigo deBradford y me dijo que estabas trabajando desde casa porque no te sentías bien. ¿Qué te ocurre? ¿El bebé está bien?
Con aquella pregunta, natural y espontánea, todas las cartas quedaban sobre la mesa. Sin gritos ni discusiones, como había sido el caso de sus padres antes y después del divorcio. Aun así, a ______ le temblaban tanto las piernas que apenas pudo ponerse en pie.
—También podrías haberme llamado tú —replicó él, mirándola de arriba abajo—. Anoche hablé con un amigo deBradford y me dijo que estabas trabajando desde casa porque no te sentías bien. ¿Qué te ocurre? ¿El bebé está bien?
Con aquella pregunta, natural y espontánea, todas las cartas quedaban sobre la mesa. Sin gritos ni discusiones, como había sido el caso de sus padres antes y después del divorcio. Aun así, a ______ le temblaban tanto las piernas que apenas pudo ponerse en pie.
—Sólo son unos mareos por la mañana —dijo, metiéndose las manos en los bolsillos—. El médico dice que estoy bien, y en casa trabajo mucho mejor. Lo peor ha pasado ya.
—Me alegra saberlo.
Las náuseas la habían debilitado mucho durante dos meses, y confiarles el grueso del trabajo a sus colegas de la oficina había causado estragos en sus nervios. Pero, lamentablemente, no le había quedado otra opción.
—La semana pasada volví a trabajar a la oficina, a media jornada.
—¿De verdad estás preparada para volver al trabajo? —sus ojos se iluminaron con un brillo protector. Agarró una silla de hierro y se la acercó.
______ lo miró con recelo antes de sentarse.
—Me alegra saberlo.
Las náuseas la habían debilitado mucho durante dos meses, y confiarles el grueso del trabajo a sus colegas de la oficina había causado estragos en sus nervios. Pero, lamentablemente, no le había quedado otra opción.
—La semana pasada volví a trabajar a la oficina, a media jornada.
—¿De verdad estás preparada para volver al trabajo? —sus ojos se iluminaron con un brillo protector. Agarró una silla de hierro y se la acercó.
______ lo miró con recelo antes de sentarse.
—¿Qué sabes de este embarazo?
—¿Eso importa? —Zayn se quitó la gabardina y se la echó sobre los hombros.
La tela estaba impregnada con el olor familiar de su loción de afeitado mezclado con el calor de su cuerpo. Era una tentación demasiado poderosa y ______ se vio obligada a devolverle el abrigo. No podía afrontar más obstáculos en su vida.
—¿Eso importa? —Zayn se quitó la gabardina y se la echó sobre los hombros.
La tela estaba impregnada con el olor familiar de su loción de afeitado mezclado con el calor de su cuerpo. Era una tentación demasiado poderosa y ______ se vio obligada a devolverle el abrigo. No podía afrontar más obstáculos en su vida.
—Supongo que no—Lo que importa es que lo sabes.
Él se acercó y le clavó una mirada tan intensa que le provocó un estremecimiento por todo el cuerpo, semejante al que la había llevado a quitarse las bragas cuatro meses antes.
Se obligó a apartar la mirada, recordando las sensaciones que la habían arrojado a sus brazos la primera vez.
Él se acercó y le clavó una mirada tan intensa que le provocó un estremecimiento por todo el cuerpo, semejante al que la había llevado a quitarse las bragas cuatro meses antes.
Se obligó a apartar la mirada, recordando las sensaciones que la habían arrojado a sus brazos la primera vez.
—Gracias por creerme.
—Gracias a ti por contármelo—salvo que no lo has hecho —la voz de Zayn empezaba a teñirse de enojo.
—Te lo habría acabado diciendo —le aseguró ella. Antes de que su hijo se graduara en la universidad, al menos—. Aún me faltan cinco meses para dar a luz.
—Quiero formar parte de la vida de mi hijo. Empezando desde este momento.
—¿Piensas mudarte de nuevo a Bradford?
—No —se subió el cuello de la gabardina hasta las orejas. El bronceado de su rostro era la prueba de lo bien que se había adaptado al clima soleado de Londres—. ¿Sería posible mantener esta conversación en tu apartamento, donde podamos entrar en calor?
Una sospecha asaltó a ______.
—No vas a mudarte a Bradford, pero quieres formar parte de la vida del bebé—No estarás esperando que me vaya a Londres, ¿verdad?
El silencio de Justin lo dijo todo.
—Gracias a ti por contármelo—salvo que no lo has hecho —la voz de Zayn empezaba a teñirse de enojo.
—Te lo habría acabado diciendo —le aseguró ella. Antes de que su hijo se graduara en la universidad, al menos—. Aún me faltan cinco meses para dar a luz.
—Quiero formar parte de la vida de mi hijo. Empezando desde este momento.
—¿Piensas mudarte de nuevo a Bradford?
—No —se subió el cuello de la gabardina hasta las orejas. El bronceado de su rostro era la prueba de lo bien que se había adaptado al clima soleado de Londres—. ¿Sería posible mantener esta conversación en tu apartamento, donde podamos entrar en calor?
Una sospecha asaltó a ______.
—No vas a mudarte a Bradford, pero quieres formar parte de la vida del bebé—No estarás esperando que me vaya a Londres, ¿verdad?
El silencio de Justin lo dijo todo.
—¡No voy a ir a ningún sitio contigo! —exclamó ella—. Ni a mi apartamento ni a Londres. ¿Crees que voy a dejar la vida que tengo aquí, la empresa en la que me he volcado en cuerpo y alma? —como si quedara alguna empresa por la que velar, pensó, pero se calló prudentemente.
—Eso es —afirmó él exhalando una bocanada de vaho—. Quiero que vengas a Londres y que estemos juntos por el bien de nuestro hijo. ¿Qué es más importante para ti, la empresa o el bebé?
—Eso es —afirmó él exhalando una bocanada de vaho—. Quiero que vengas a Londres y que estemos juntos por el bien de nuestro hijo. ¿Qué es más importante para ti, la empresa o el bebé?
______ quería decirle, gritarle, que había antepuesto la vida de su hijo al futuro de su empresa. Y que volvería a hacerlo sin la menor duda. Lo único que lamentaba era no haber ahorrado un poco de dinero para contratar a alguien de confianza que atendiera el negocio, y así no tener que angustiarse por un presupuesto extremadamente ajustado y por la incompetencia de los trabajadores temporales.
—Zayn, ¿a qué viene tanta prisa? —le preguntó, dirigiendo contra él gran parte del miedo y la frustración por su trabajo—. Tenemos mucho tiempo por delante para hablar de esto. ¿Qué está pasando aquí?
La expresión de Zayn se tornó tan fría e impenetrable como el león de piedra de la fuente.
—No sé de qué estás hablando.
—Tiene que haber una razón para esa repentina necesidad de llevarme contigo —el viento aullaba con más fuerza, ahogando el ruido del tráfico—. ¿A tu madre la abandonó algún indeseable? ¿Te hizo daño alguna mujer?
La expresión de Zayn se tornó tan fría e impenetrable como el león de piedra de la fuente.
—No sé de qué estás hablando.
—Tiene que haber una razón para esa repentina necesidad de llevarme contigo —el viento aullaba con más fuerza, ahogando el ruido del tráfico—. ¿A tu madre la abandonó algún indeseable? ¿Te hizo daño alguna mujer?
MariaBlanco19
Re: De Playboy a Padre |Zayn & Tu|
Bueno, tienes una nueva lectora.
Puedes contar con que seguiré comentando, asi que sigue pronto!
Puedes contar con que seguiré comentando, asi que sigue pronto!
Good Vibes.
Re: De Playboy a Padre |Zayn & Tu|
Capitulo 4
Zayn soltó una carcajada y sacudió la cabeza.
—Tienes mucha imaginación. Pero te aseguro que no he sufrido ninguno de esos traumas.
Su risa era tan contagiosa que ______ tuvo que concentrarse en el asunto que tenían entre manos.
—No me has respondido del todo.
—No he venido a discutir contigo —se acercó a ella y su olor a océano y sol embargó sus agudizados sentidos de embarazada.
—Tienes mucha imaginación. Pero te aseguro que no he sufrido ninguno de esos traumas.
Su risa era tan contagiosa que ______ tuvo que concentrarse en el asunto que tenían entre manos.
—No me has respondido del todo.
—No he venido a discutir contigo —se acercó a ella y su olor a océano y sol embargó sus agudizados sentidos de embarazada.
El calor que desprendía su cuerpo suponía un delicioso contraste con el frío invernal. ______ quería acurrucarse contra su pecho y sentir sus fuertes músculos rodeándola.
La tensión sexual siempre había prendido rápidamente cuando estaba cerca de Zayn, y más ahora que sabía hasta dónde podían llegar. Levantó las manos entre ellos y se detuvo a tiempo de no tocarle el pecho. Ni siquiera se atrevía a tocarlo para apartarlo de su lado.
—Vas muy rápido para mí. Necesito más tiempo para pensar.
—Como quieras, pero mientras estés pensando, ten presente esto —se metió la mano en el bolsillo y sacó un estuche negro de terciopelo. La tapa crujió ligeramente al abrirla y revelar un anillo de platino con un diamante engarzado.
Zayn esperaba la respuesta de ______ con el estuche de terciopelo en la mano. Le había costado encontrar una joyería donde lo atendieran después de cerrar, pero había conseguido el anillo a tiempo de tomar el vuelo nocturno.
La expresión de ______ no invitaba a ser optimista, pero él estaba acostumbrado a superar todo tipo de dificultades. El viento agitaba las hojas secas a sus pies, ofreciendo una imagen muy distinta de la noche veraniega que habían pasado en la oficina de ______.
Alargó la mano con el anillo de compromiso. Sabía que estaba siendo impaciente, pero no había tiempo que perder.
La tensión sexual siempre había prendido rápidamente cuando estaba cerca de Zayn, y más ahora que sabía hasta dónde podían llegar. Levantó las manos entre ellos y se detuvo a tiempo de no tocarle el pecho. Ni siquiera se atrevía a tocarlo para apartarlo de su lado.
—Vas muy rápido para mí. Necesito más tiempo para pensar.
—Como quieras, pero mientras estés pensando, ten presente esto —se metió la mano en el bolsillo y sacó un estuche negro de terciopelo. La tapa crujió ligeramente al abrirla y revelar un anillo de platino con un diamante engarzado.
Zayn esperaba la respuesta de ______ con el estuche de terciopelo en la mano. Le había costado encontrar una joyería donde lo atendieran después de cerrar, pero había conseguido el anillo a tiempo de tomar el vuelo nocturno.
La expresión de ______ no invitaba a ser optimista, pero él estaba acostumbrado a superar todo tipo de dificultades. El viento agitaba las hojas secas a sus pies, ofreciendo una imagen muy distinta de la noche veraniega que habían pasado en la oficina de ______.
Alargó la mano con el anillo de compromiso. Sabía que estaba siendo impaciente, pero no había tiempo que perder.
—¿Y bien? ¿Cuál es tu respuesta?
—Espera un momento…—______ se apartó el pelo de la cara y respiró profundamente—. ¿Primero esperas de mí que me vaya a vivir a Londres y ahora me propones matrimonio?
—¿Te parece que esté bromeando? —preguntó él, levantando el estuche. El sol de la mañana se reflejaba en el diamante de tres quilates.
La bolsa de ______ se deslizó por su hombro y cayó al suelo con un ruido sordo.
—¿De verdad piensas que voy a casarme contigo sólo porque estoy embarazada? ¿Pero en qué época vives tú?
—Espera un momento…—______ se apartó el pelo de la cara y respiró profundamente—. ¿Primero esperas de mí que me vaya a vivir a Londres y ahora me propones matrimonio?
—¿Te parece que esté bromeando? —preguntó él, levantando el estuche. El sol de la mañana se reflejaba en el diamante de tres quilates.
La bolsa de ______ se deslizó por su hombro y cayó al suelo con un ruido sordo.
—¿De verdad piensas que voy a casarme contigo sólo porque estoy embarazada? ¿Pero en qué época vives tú?
La intención de Zayn no era casarse, sino establecer un compromiso que acallara cualquier rumor y que también resultaría beneficioso para ______. Pero no creía que a ella le hiciera mucha gracia oírlo.
—Si el matrimonio te parece muy precipitado, podríamos conformarnos con un compromiso de prueba.
—¿Un compromiso de prueba? Me parece que has perdido el juicio, y yo me estoy helando —se giró hacia la puerta—. En una cosa sí tienes razón, y es que deberíamos continuar esta conversación en mi apartamento.
—Si el matrimonio te parece muy precipitado, podríamos conformarnos con un compromiso de prueba.
—¿Un compromiso de prueba? Me parece que has perdido el juicio, y yo me estoy helando —se giró hacia la puerta—. En una cosa sí tienes razón, y es que deberíamos continuar esta conversación en mi apartamento.
Zayn recogió la bolsa que ella había dejado caer, el único gesto que delataba su nerviosismo, y la siguió por las escaleras hasta la tercera planta. El edificio parecía seguro para estar en Bradford, pero Zayn no estaba tan convencido. ¿Dónde podría jugar allí un niño pequeño?
Había tenido mucho tiempo para pensar en el avión, y una cosa de la que estaba seguro era que no quería estar a miles de kilómetros de su hijo. Quería ser una parte activa e importante de su vida. Cierto era que trabajaba muy duro, pero bajo ningún concepto se convertiría en alguien como su padre, obsesionado porque su hijo fuera como él pero sin molestarse en pasar tiempo con él para conocerlo.
Había tenido mucho tiempo para pensar en el avión, y una cosa de la que estaba seguro era que no quería estar a miles de kilómetros de su hijo. Quería ser una parte activa e importante de su vida. Cierto era que trabajaba muy duro, pero bajo ningún concepto se convertiría en alguien como su padre, obsesionado porque su hijo fuera como él pero sin molestarse en pasar tiempo con él para conocerlo.
Tenía que convencer a ______ para que se trasladara a Londres, y no sólo por salvar el contrato con Prentice. Se guardó el estuche en el bolsillo y esperó a que ______ abriese la puerta de su casa.
El apartamento era pequeño, pero tan vivo y vibrante como ella. Estaba atestado de flores y cuadros, como un oasis de color en medio del invierno. El salón estaba pintado de amarillo, la cocina de verde, y por la puerta entreabierta del dormitorio se atisbaba una pared rosa. No era la primera vez que Zayn visitaba el apartamento, pues en ocasiones había acompañado a sus ex colegas a tomar una copa en casa de ______. Pero nunca había visto el dormitorio de cerca.
Dejó la bolsa de ______ en la mesa del vestíbulo y se limpió los zapatos en un felpudo antes de seguirla.
—Éramos buenos amigos y nos sentíamos atraídos el uno por el otro —le recordó él, señalándole el vientre—. ¿Puedes afirmar con toda sinceridad que nunca imaginaste un futuro en común?
—Nunca —respondió ella. Colgó el abrigo en un viejo perchero de madera y miró a Zayn por encima del hombro—. ¿Podemos dejar el asunto del bebé para más tarde? Ahora tengo que irme a trabajar.
—Éramos buenos amigos y nos sentíamos atraídos el uno por el otro —le recordó él, señalándole el vientre—. ¿Puedes afirmar con toda sinceridad que nunca imaginaste un futuro en común?
—Nunca —respondió ella. Colgó el abrigo en un viejo perchero de madera y miró a Zayn por encima del hombro—. ¿Podemos dejar el asunto del bebé para más tarde? Ahora tengo que irme a trabajar.
—Vaya... eres única para inflar el ego de un hombre —no parecía el momento más adecuado para recordarle cómo lo había echado a patadas de su oficina cuatro meses antes. Además, ______ parecía estar muy cansada—. ¿De verdad estás bien?
Ella dudó un momento, antes de dirigirse hacia la cocina.
—Sí.
Ella dudó un momento, antes de dirigirse hacia la cocina.
—Sí.
Zayn observó sus movimientos mientras se servía un vaso de leche. Su melena rojiza le caía por la espalda, invitando a acariciarle los cabellos y comprobar si seguían siendo tan suaves como recordaba.
—Me estás ocultando algo.
—Te prometo que el bebé y yo estamos bien —levantó el vaso en un brindis, de espaldas a él.
—Me estás ocultando algo.
—Te prometo que el bebé y yo estamos bien —levantó el vaso en un brindis, de espaldas a él.
MariaBlanco19
Re: De Playboy a Padre |Zayn & Tu|
Capitulo 5
Zayn sabía que no estaba siendo del todo sincera con él, pero también sabía que no conseguiría sacarle nada por el momento. Lo mejor sería retirarse temporalmente y volver a la carga al cabo de unas horas. Como especialista en publicidad sabía esperar a que la oportunidad se presentara por sí sola.
Sacó el estuche del bolsillo y lo dejó sobre la pequeña encimera de la cocina.
—De momento quédatelo. No tenemos por qué tomar una decisión hoy mismo.
Ella miró el estuche como si contuviera una serpiente venenosa.
—No vamos a comprometernos, y mucho menos a casarnos.
—Muy bien —dijo él, empujando el estuche hasta dejarlo junto a un tarro de galletas con forma de manzana—. Guárdalo para nuestro hijo. Quizá algún día necesite un anillo para comprometerse con una chica.
—De momento quédatelo. No tenemos por qué tomar una decisión hoy mismo.
Ella miró el estuche como si contuviera una serpiente venenosa.
—No vamos a comprometernos, y mucho menos a casarnos.
—Muy bien —dijo él, empujando el estuche hasta dejarlo junto a un tarro de galletas con forma de manzana—. Guárdalo para nuestro hijo. Quizá algún día necesite un anillo para comprometerse con una chica.
______ se volvió hacia él y se apoyó en la encimera. Su camiseta con manchas de pintura le ceñía la protuberante barriga y los abultados pechos. Zayn miró la prueba palpable de su embarazo. A unos centímetros de él estaba gestándose una vida que llevaría sus mismos genes. Apenas había tenido tiempo para asimilar la idea de ser padre, pero ahora se moría por tocar a ______, por explorar los cambios que había experimentado su cuerpo, por sentir las pataditas del bebé.
—¿Quieres que sea niño? Parece que todos los hombres quieren que su primer hijo sea varón.
—¿Eso quería tu padre? —le preguntó Zayn, pensando en los deseos de su propio padre por tener un hijo que copiara todos sus movimientos y opiniones.
El rostro de ______ se ensombreció.
—Esto no tiene nada que ver con mi padre.
—De acuerdo —no pudo resistir la tentación y le acarició brevemente los cabellos, retirando la mano antes de que protestara—. Sigues tan bonita como siempre, pero pareces cansada, y me has dicho que tenías que irte a trabajar…—le dio un rápido beso en la frente y se dirigió hacia la puerta—. Adiós, ______. Hablaremos más tarde.
—¿Eso quería tu padre? —le preguntó Zayn, pensando en los deseos de su propio padre por tener un hijo que copiara todos sus movimientos y opiniones.
El rostro de ______ se ensombreció.
—Esto no tiene nada que ver con mi padre.
—De acuerdo —no pudo resistir la tentación y le acarició brevemente los cabellos, retirando la mano antes de que protestara—. Sigues tan bonita como siempre, pero pareces cansada, y me has dicho que tenías que irte a trabajar…—le dio un rápido beso en la frente y se dirigió hacia la puerta—. Adiós, ______. Hablaremos más tarde.
Salió al rellano con la cara de ______ grabada en su memoria. Su expresión confusa alimentaba la decisión de retirarse por el momento. ______ tenía dudas, y él podía aprovecharlas.
Su primera reacción había sido negarse, pero Zayn estaba convencido de que acabaría convenciéndola. El domingo por la noche, cuando se subiera al avión de regreso a Londres, ella y su hijo irían con él.
Su primera reacción había sido negarse, pero Zayn estaba convencido de que acabaría convenciéndola. El domingo por la noche, cuando se subiera al avión de regreso a Londres, ella y su hijo irían con él.
______ empujó la puerta acristalada de las oficinas del cuarto piso que albergaban su empresa de diseño gráfico. El local constaba tan sólo de una sala común con varias mesas, un mostrador de recepción junto a la puerta y su propio despacho al fondo, donde ella y Zayn habían concebido al bebé.
Pero las náuseas que sentía en aquellos momentos nada tenían que ver con el embarazo. El estómago no dejaba de darle vueltas, como un torbellino pictórico de Jackson Pollock. El estuche de terciopelo le pesaba como una tonelada en el bolso—hecho a partir de un viejo jersey que encontró en una tienda de segunda mano. Había llevado el anillo a la oficina con intención de llamar a Zayn, quedar para comer y devolverle la joya. Un anillo de compromiso—¿Podía haber algo más absurdo? Ella ya tenía bastantes problemas, intentando salvar su empresa de la bancarrota.
Franco, su secretario, le entregó un montón de papeles.
—Sus mensajes, señorita Presley.
—Gracias, Franco —respondió ella con una sonrisa forzada mientras hojeaba los mensajes. Las llamadas de clientes potenciales se mezclaban con los números de teléfono de los acreedores.
Franco se levantó y se alisó la corbata de los New York Giants.
—Sus mensajes, señorita Presley.
—Gracias, Franco —respondió ella con una sonrisa forzada mientras hojeaba los mensajes. Las llamadas de clientes potenciales se mezclaban con los números de teléfono de los acreedores.
Franco se levantó y se alisó la corbata de los New York Giants.
—Antes de que entre en su despacho—
—¿Sí? —preguntó ella al tiempo que abría la puerta. Un olor a flores salió del despacho.
Franco se encogió de hombros y se echó hacia atrás.
—Las han traído antes de que usted llegara. Y…—
—¿Sí? —preguntó ella al tiempo que abría la puerta. Un olor a flores salió del despacho.
Franco se encogió de hombros y se echó hacia atrás.
—Las han traído antes de que usted llegara. Y…—
______ no oyó el resto, porque al girarse de nuevo hacia el despacho se encontró con cinco jarrones de flores blancas con cintas rosas y azules. Y en la esquina de su mesa había una garrafa de zumo y una cesta con magdalenas.
Se volvió hacia Franco para escuchar lo que le estaba diciendo, y entonces vio a Zayn junto al mostrador, observándola con sus sensuales ojos oscuros. ¿Cómo no se había percatado de su presencia al entrar? ¿Y por qué Franco no la había avisado de...? Bueno, en realidad sí había intentado avisarla, pero ella no había prestado atención.
Se volvió hacia Franco para escuchar lo que le estaba diciendo, y entonces vio a Zayn junto al mostrador, observándola con sus sensuales ojos oscuros. ¿Cómo no se había percatado de su presencia al entrar? ¿Y por qué Franco no la había avisado de...? Bueno, en realidad sí había intentado avisarla, pero ella no había prestado atención.
Le hizo un gesto con la cabeza a Zayn para que entrara en su despacho.
—Pasa. A lo mejor te apetece comer conmigo.
Él se apartó de la pared, muy despacio, como un depredador avanzando hacia su presa. Franco, el nuevo contable y las dos becarias de la Universidad de Bradford observaban la escena sin disimular la curiosidad.
Zayn le rodeó la cintura con un brazo.
—Pasa. A lo mejor te apetece comer conmigo.
Él se apartó de la pared, muy despacio, como un depredador avanzando hacia su presa. Franco, el nuevo contable y las dos becarias de la Universidad de Bradford observaban la escena sin disimular la curiosidad.
Zayn le rodeó la cintura con un brazo.
—Quería asegurarme de que la madre de mi hijo estuviera contenta y bien alimentada.
Ella se puso rígida al recibir su tacto. ¿Cómo se podía ser tan pretencioso para anunciar su relación al mundo? Bueno, tal vez al mundo no, pero sí a sus empleados y a tres clientes que esperaban a ser atendidos.
Ella se puso rígida al recibir su tacto. ¿Cómo se podía ser tan pretencioso para anunciar su relación al mundo? Bueno, tal vez al mundo no, pero sí a sus empleados y a tres clientes que esperaban a ser atendidos.
—Tanto el bebé como yo estamos bien, gracias —le puso una mano en la espalda y lo empujó con fuerza—. ¿Podemos hablar en mi despacho, por favor?
—Por supuesto, cariño —respondió él con una sonrisa tan encantadora que a las dos becarias se les escapó una risita.
______ cerró la puerta para encerrarse con Zayn en el despacho, a solas con el sofá turquesa y los recuerdos.
—Por supuesto, cariño —respondió él con una sonrisa tan encantadora que a las dos becarias se les escapó una risita.
______ cerró la puerta para encerrarse con Zayn en el despacho, a solas con el sofá turquesa y los recuerdos.
Rápidamente subió las persianas metálicas, pero ni siquiera la luz del sol consiguió calmarla.
—¿Te importaría decirme a qué demonios viene todo esto?
—Sólo quiero que la gente sepa que me preocupo por ti y por nuestro hijo —agarró una gran magdalena de arándanos—. ¿No tienes hambre?
—Ya he desayunado. ¿No crees que deberías haberte molestado en comprobar si mis trabajadores sabían lo del bebé?
—Claro que lo saben. Has estado de baja...
—Cierto, pero los clientes que esperan ahí fuera no tenían ni idea, y ahora se enterará todo el mundo.
—¿Te importaría decirme a qué demonios viene todo esto?
—Sólo quiero que la gente sepa que me preocupo por ti y por nuestro hijo —agarró una gran magdalena de arándanos—. ¿No tienes hambre?
—Ya he desayunado. ¿No crees que deberías haberte molestado en comprobar si mis trabajadores sabían lo del bebé?
—Claro que lo saben. Has estado de baja...
—Cierto, pero los clientes que esperan ahí fuera no tenían ni idea, y ahora se enterará todo el mundo.
MariaBlanco19
Re: De Playboy a Padre |Zayn & Tu|
Capitulo 6
—Tienes razón, y lo siento —le acercó la suculenta magdalena, tentándola con su aroma—. Están recién hechas—He visto como las sacaban del horno.
Con gusto ______ le habría dicho dónde podía meterse las magdalenas, pero la apetitosa imagen de los arándanos y de la capa crujiente de azúcar le estaba haciendo la boca agua. Por mucho que quisiera a su bebé, a veces lamentaba el control que ejercían las hormonas sobre su cuerpo. No sólo le abrían el apetito, sino que también le llenaban los ojos de lágrimas por el bonito detalle que había tenido Zayn con la comida y las flores. Era la clase de atenciones que unos padres primerizos tenían entre ellos, algo de lo que ella había carecido en los primeros meses de su embarazado. Y de lo que seguramente carecería en los meses, y años, siguientes.
Con gusto ______ le habría dicho dónde podía meterse las magdalenas, pero la apetitosa imagen de los arándanos y de la capa crujiente de azúcar le estaba haciendo la boca agua. Por mucho que quisiera a su bebé, a veces lamentaba el control que ejercían las hormonas sobre su cuerpo. No sólo le abrían el apetito, sino que también le llenaban los ojos de lágrimas por el bonito detalle que había tenido Zayn con la comida y las flores. Era la clase de atenciones que unos padres primerizos tenían entre ellos, algo de lo que ella había carecido en los primeros meses de su embarazado. Y de lo que seguramente carecería en los meses, y años, siguientes.
Pero por ahora, sólo quería comerse una magdalena.
Se acercó a Zayn hasta que sus pies se rozaron. Se sorbió las lágrimas y se deleitó con el olor de la magdalena, de las flores y de Zayn. Él desgajó un trozo y se lo puso en los labios, y ella abrió la boca antes de pensar en lo que estaba haciendo, igual que había hecho en el sofá cuatro meses atrás.
Se acercó a Zayn hasta que sus pies se rozaron. Se sorbió las lágrimas y se deleitó con el olor de la magdalena, de las flores y de Zayn. Él desgajó un trozo y se lo puso en los labios, y ella abrió la boca antes de pensar en lo que estaba haciendo, igual que había hecho en el sofá cuatro meses atrás.
¿Qué tenía aquel hombre que la hacía actuar sin pensar? Ella no era una mujer alocada e impulsiva como su madre. Todo lo contrario. Siempre ejercía un férreo control sobre sus emociones—salvo el lapsus que había tenido con Zayn.
Aceptó el bocado y todos sus sentidos explotaron de placer cuando el bizcocho se derritió en su lengua. Zayn le acarició el labio inferior con el pulgar, liberando una oleada de deseo que le endureció los pezones bajo el vestido marrón. ______ se puso de puntillas sobre sus zapatos naranjas hasta quedar a un suspiro de la boca de Zayn—
Y entonces alguien llamó a la puerta del despacho.
Y entonces alguien llamó a la puerta del despacho.
—¿Qué pasa? —preguntó ella con voz jadeante e impaciente. Ninguno de los dos se movió. Los ojos marrones de Zayn despedían llamas abrasadoras.
Los golpes continuaron, más insistentes.
______ carraspeó y volvió a hablar.
Los golpes continuaron, más insistentes.
______ carraspeó y volvió a hablar.
—¿Sí? —preguntó al tiempo que daba un paso hacia atrás, no del todo segura de a quién se estaba dirigiendo—. ¿Qué ocurre?
Zayn sonrió maliciosamente mientras ______ le abría la puerta a la contable que había contratado para intentar resolver la caótica situación financiera de la empresa. Tenía que hablar urgentemente con ella, pero no quería que Zayn se enterara.
—Enseguida estoy contigo —le dijo en voz baja.
Zayn sonrió maliciosamente mientras ______ le abría la puerta a la contable que había contratado para intentar resolver la caótica situación financiera de la empresa. Tenía que hablar urgentemente con ella, pero no quería que Zayn se enterara.
—Enseguida estoy contigo —le dijo en voz baja.
La contable, una mujer de avanzada edad pero muy despierta y dinámica, apretaba los informes contra el pecho, y su mirada sagaz dejaba muy claro que advertía todo cuanto sucediera a su alrededor.
—Claro, claro—Quería repasar contigo las cuentas y la lista de los acreedores más apremiantes.
—Claro, claro—Quería repasar contigo las cuentas y la lista de los acreedores más apremiantes.
—Sí, por supuesto —miró a Zayn, hecha un manojo de nervios. Necesitaba que se largara de allí cuanto antes—. Zayn, hablaremos esta noche, después del trabajo.
—¿Acreedores? —preguntó él con el ceño fruncido.
—No es asunto tuyo —declaró ella, evitando la pregunta.
El pecho de Zayn se infló en un gesto posesivo.
—Eres la madre de mi hijo. Eso significa que tus problemas son también los míos.
______ se volvió hacia la contable.
—Estaré contigo en cinco minutos —le dijo, antes de cerrar y apoyarse de espaldas contra la puerta.
—¿Acreedores? —preguntó él con el ceño fruncido.
—No es asunto tuyo —declaró ella, evitando la pregunta.
El pecho de Zayn se infló en un gesto posesivo.
—Eres la madre de mi hijo. Eso significa que tus problemas son también los míos.
______ se volvió hacia la contable.
—Estaré contigo en cinco minutos —le dijo, antes de cerrar y apoyarse de espaldas contra la puerta.
La preocupación que reflejaban los ojos de Zayn parecía tan sincera que la pilló desprevenida.
Llevaba tanto tiempo a la defensiva que había olvidado lo atento que podía ser. En los años que habían sido amigos lo había visto prestar su apoyo a hombres despedidos injustificadamente, a mujeres acosadas por ex novios celosos, incluso al dueño de una empresa que tenía que hacer frente a unas facturas exorbitantes para que su hijo recibiera atención médica.
Llevaba tanto tiempo a la defensiva que había olvidado lo atento que podía ser. En los años que habían sido amigos lo había visto prestar su apoyo a hombres despedidos injustificadamente, a mujeres acosadas por ex novios celosos, incluso al dueño de una empresa que tenía que hacer frente a unas facturas exorbitantes para que su hijo recibiera atención médica.
Zayn Malik podía ser arrogante y autoritario, pero tenía buen corazón.
—Pronto será de dominio público, así que más te vale saberlo ahora. Mi anterior contable malversó medio millón de dólares a la empresa.
Zayn arqueó las cejas.
—¿Cuándo?
—Mientras yo trabajaba desde casa —se apartó de la puerta y se dejó caer en el sofá. De repente volvía a sentirse agotada—. Tenía algunas sospechas sobre Dave y pensaba despedirlo, pero entonces caí enferma y pasé una semana en el hospital por deshidratación. Me sentí muy aliviada cuando él mismo presentó su dimisión, e incluso le pagué dos semanas de vacaciones. Tres días después contraté a la nueva contable. Debería haberla contratado mucho tiempo antes, pero intentaba ahorrar el máximo de dinero posible —se encogió de hombros—. Supongo que yo misma me lo busqué.
—Pronto será de dominio público, así que más te vale saberlo ahora. Mi anterior contable malversó medio millón de dólares a la empresa.
Zayn arqueó las cejas.
—¿Cuándo?
—Mientras yo trabajaba desde casa —se apartó de la puerta y se dejó caer en el sofá. De repente volvía a sentirse agotada—. Tenía algunas sospechas sobre Dave y pensaba despedirlo, pero entonces caí enferma y pasé una semana en el hospital por deshidratación. Me sentí muy aliviada cuando él mismo presentó su dimisión, e incluso le pagué dos semanas de vacaciones. Tres días después contraté a la nueva contable. Debería haberla contratado mucho tiempo antes, pero intentaba ahorrar el máximo de dinero posible —se encogió de hombros—. Supongo que yo misma me lo busqué.
Él se sentó a su lado, sin tocarla.
—Lo siento mucho.
—Yo también.
—No me extraña que estuvieras tan disgustada esta mañana —juntó las manos entre las rodillas y su Rolex destelló a la luz que entraba por la ventana—. No necesitas este tipo de preocupaciones, y menos estando embarazada. Déjame que te ayude.
—Lo siento mucho.
—Yo también.
—No me extraña que estuvieras tan disgustada esta mañana —juntó las manos entre las rodillas y su Rolex destelló a la luz que entraba por la ventana—. No necesitas este tipo de preocupaciones, y menos estando embarazada. Déjame que te ayude.
—Espera, espera—Puede que tenga problemas, pero puedo arreglármelas yo sola.
—No hay nada malo en aceptar ayuda —insistió él. Alargó el brazo sobre el respaldo del sofá y la envolvió con su olor—. De hecho, por eso he venido. Necesito tu ayuda.
—¿Para qué? —preguntó ella con cautela. ¿Aquél era el mismo Zayn que ofrecía su ayuda altruista a todo el mundo?
¿O era el tiburón de la publicidad que conseguía acuerdos millonarios haciendo creer a la gente todo lo que decía?
—No hay nada malo en aceptar ayuda —insistió él. Alargó el brazo sobre el respaldo del sofá y la envolvió con su olor—. De hecho, por eso he venido. Necesito tu ayuda.
—¿Para qué? —preguntó ella con cautela. ¿Aquél era el mismo Zayn que ofrecía su ayuda altruista a todo el mundo?
¿O era el tiburón de la publicidad que conseguía acuerdos millonarios haciendo creer a la gente todo lo que decía?
—Soy nuevo en Maddox Communications y corren tiempos difíciles—Ningún empleo está garantizado al cien por cien —sus ojos marrones brillaban de sinceridad.
—Entiendo.
—No sé cuánto sabes de Maddox—
—Sé que es una empresa familiar —nunca había trabajado para ellos, pero había oído que tenían clientes muy importantes—. La llevan dos hermanos, ¿verdad?
—Así es. Brock Maddox es el director general y Flynn, el vicepresidente. Lo único que se interpone entre ellos y la hegemonía empresarial en la Costa Oeste es Golden Gate Promotions.
—Entiendo.
—No sé cuánto sabes de Maddox—
—Sé que es una empresa familiar —nunca había trabajado para ellos, pero había oído que tenían clientes muy importantes—. La llevan dos hermanos, ¿verdad?
—Así es. Brock Maddox es el director general y Flynn, el vicepresidente. Lo único que se interpone entre ellos y la hegemonía empresarial en la Costa Oeste es Golden Gate Promotions.
MariaBlanco19
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