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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Tell your story |nc|
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Re: Tell your story |nc|
por Ariel. Lun 03 Feb 2014, 8:34 pm
ya me desocupe de la otra fic, ahora me toca en esta 
Subire tan pronto termine chicas y pido disculpas, pero siempre me tocan todas las colectivas a la vez y comence las clases tambien T.T
Subire tan pronto termine chicas y pido disculpas, pero siempre me tocan todas las colectivas a la vez y comence las clases tambien T.TAriel.
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Re: Tell your story |nc|
por Cami Vie 07 Feb 2014, 9:07 am
Me encantó el capítulo, Juli <3 Amé la personalidad de Ann y su encuentro con el nene. Me encantó, también, como integraste al personaje de Dani, la escena del iphone fue simplemente fantástica. Me dio mucha gracia lo del perro JAJAJAJA, ni maniática pobre :cc
Espero a Dani
Espero a Dani
Cami
Re: Tell your story |nc|
por Ariel. Sáb 08 Feb 2014, 3:29 pm
Esquema de estos ultimos momentos:
Me bañare
Me vestiré
Comeré
Editare y anexare una ultima parte
SUBO!
Me bañare
Me vestiré
Comeré
Editare y anexare una ultima parte
SUBO!
Ariel.
---
Re: Tell your story |nc|
por Ariel. Dom 09 Feb 2014, 4:30 pm
Capítulo 06
Kiara Hoffman
Tomo cuatro respiraciones rápidas, profundas y alentadoras para caminar por los pasillos de esta casa y sacar mis maletas sin tener ningún inconveniente antes de largarme por un tiempo de paz. Tal vez un instituto de rehabilitación para inadaptados sea un infierno para sus pacientes luego de haber tenido una vida tan vale madres, pero para mí es una forma de escapar del infierno que he estado viviendo estos años, he vivido en el infierno y lidiado con los demonios todo este tiempo sin quejarme y solo dejar que mi mente se desquite dibujando y que la música me tranquilice. Borya, el instituto en el que mis tíos me han internado con la intención de burlarse de mí y la excusa de que me quieren sana pronto, resultaría ser la cárcel en el cielo, donde Fabio no estuviera sería un alivio. No quiero encontrarme con él, no quiero volver a verlo, sabe lo que me provoca y se burla de ello, el solo quiere volverme loca y asustarme hasta la mierda y yo soy tan idiota que se lo permito. Peter ha estado cuidando de mi estos últimos días que he pasado en casa de mi tío, por lo tanto Fabio no se ha podido acercar a mí lo suficiente, incluso sin acercarse tanto me ha causado terrores nocturnos, mis pesadillas no se detienen. Los últimos siete días que pase luego de salir de la clínica, ha sido Peter quien me ha confortado cuando me despierto hecha una loca escandalosa, también se ha quedado conmigo cuando entro en los estados de shock. Pero hemos descubierto durante las dos últimas noches que si me duermo con música los miedos no aparecen, mi mente se relaja y duermo corrido. No sé qué voy a encontrarme en ese instituto, sé que compartiré habitación con alguien, quiero tener un amigo aunque sea, no quiero alejar y asustar a las personas antes de conocerme sin ver el lado feo de lo que es ser yo, no podre quitarme los audífonos para dormir; estoy loca, estoy mal, pero no quiero dañar a nadie.
Salgo de la casa de mis tíos sin encontrarme con nadie, los mellizos están en la escuela y mis tíos trabajando, nadie se molestó en despedirse de mí, salvo Mario, no tardo mucho tiempo en acercarse a mi esta mañana antes de largarse a la escuela, y escupirme en la cara todo lo que me aborrecía y burlarse de mi por cuan miserable era. Asomo mi cabeza fuera de la puerta haciendo que mis largas ondas castañas se muevan de un lado a otro, le sonrió a Peter y este se aleja rápido de su lindo Mercedes y corre a tomar mis maletas. Cuando se inclina para besar mi frente le sonrío tímidamente, incluso con el me siento pequeña, de no ser porque sé que le gustan los hombres, me alejaría de él y no dejara que fuera tan cariñoso me intimidaría lo suficiente. Abro mi bolso cerciorándome de que no falten cuatro cosas súper importantes en él; audífonos, Cuaderno, Lapiceras y mi IPhone. Solo eso necesito para que mi mente se libere y no caiga en mis malditos comas mentales.
- ¿Lista para salir de este infierno?- pregunta una vez que se coloca detrás del volante y me dedica una mirada apreciativa llena de nostalgia. Yo simplemente asiento con la cabeza, no puedo mentir y decir que estoy asustada por lo que pueda encontrarme en ese lugar, incluso con el insipiente alivio que siento. – Me gustaría que escaparas de este lugar, pero para vivir conmigo, no en un loquero.
- Mientras no esté aquí estaré bien, Peter.
El bufa con enojo y pone el auto en marcha. Estos años él ha sido el único que ha demostrado interés por mí y por mi bienestar, es la única muestra de afecto que he tenido, a pesar de todo lo que conllevo formar parte de su grupo, nunca me drogue con Marihuana o Cocaína, pero me destruí a mí misma con analgésicos y mi bajo índice alimenticio. Cuando el medico hablo sobre mis problemas alimenticios y mi poco apetito, mi tía Sofía me tacho de anoréxica con las personas de nuestro alrededor, incluso me hizo creérmelo, pero solo estaba seis kilos por debajo de mi peso cuando me hicieron las pruebas, eso no era nada a comparación de muchas chicas con problemas alimenticios, si me sentía un poco débil, pero no tanto, podría correr una maratón si quisiera –una no tan larga por supuesto- Esta última semana debo haber perdido uno o dos kilos más debido al estrés y a que no me da hambre, Peter se cercioraba de que al menos tuviera mis cuatro comidas: desayuno, almuerzo, merienda y cena. Comía poco, pero varias veces, eso me mantenía estable.
Me recline en mi asiento y deje caer mi cabeza para disfrutar de la brisa acariciando mi rostro. No recuerdo la última vez que me sentí así, claro que estaba asustada, pero nada podría ser peor que vivir con el hermano de mi padre.
- Duerme un rato.- hablo Peter y me voltee hacia el para mirarle sonreír aun con nostalgia. Deje que mi mano callera sobre la suya sosteniendo la palanca de cambio y me echo un vistazo rápido para seguir con la vista fija en la carretera.- Borya está a cuarenta y cinco minutos de aquí, chica.
- No quiero ser una mala compañía.
- Solo duerme, Kiara.
Sonrío de lado y vuelvo a recostarme en mi asiento para cerrar mis ojos. El solo intentaba hacerme sentir tranquila y una siesta ayudaría. Subió volumen a su música y no me hizo falta preguntar el porqué. Mi mente no tardo más en apagarse y hacerme dormir.
Peter me despertó hasta que estuvimos en el lugar, entro conmigo en la oficina del doctor Phillips y escucho la charla conmigo. El hombre nos envió a buscar a Garrett el encargado de la sección femenina, Peter estaba demasiado exasperado en el lugar donde nos encontrábamos, mi amigo fumaba marihuana desde los doce años, también consumía cocaína de vez en cuando, miraba en todas direcciones observando personas con los mismos problemas de adicción que el tenia y los mismos arranques destructivos que tenía yo. Se veía incluso aterrado, más de lo que yo estaba, y él no tendría que quedarse. Durante el camino me pregunto demasiadas veces si no quería escapar con él en un puto tren lejos de aquí, mi respuesta siempre fue acompañada de una sonrisa agradecida, pero somos menores no podemos salir ni siquiera de un estado a otro sin un permiso de padre o tutor. Antes de que estuviéramos cerca de la recepción donde nos encontraríamos con Garrett, estaba una chica de cabellos rojizos siendo revisada por una mujer alta y de cabello rubio con la silueta de una Barbie tamaño real, detrás de ella estaba un hombre que podría ser Garrett. Note que lo que había sacado de la maleta de la chica se trataba de un teléfono, un ipod e incluso una IPad y cigarrillos. Me tense en mi lugar, no podían sacarme el teléfono, nada de eso.Peter observo silencioso y se detuvo delante de mi.
- No te asustes.- ya era tarde para eso, ni siquiera podía respirar.- Kiara, mírame.- exigió logrando que lo mirara, pero podía sentir como mi piel se hacía pálida y mi corazón empujaba fuerte en mi pecho, siempre era así al inicio de un ataque. Tenía que respirar.- Escúchame, chica- tomo mi rostro entre sus manos y me acerco a él. Mi vista ya estaba nublada. – Respira, Kiara. No van a sacarte el IPhone, solo dámelo.- Negué con la cabeza, eso era absurdo si se lo daba era igual a que me lo quitaran. – Kiara, dame el maldito teléfono, hare que lo tengas. Confía en mí, Chica.
Me tiro hacia su pecho y me abrazo fuertemente hasta que pude tranquilizar mis sollozos, ya no estaba asustada, estaba malditamente aterrada. Saque mi nariz de su pecho comando respiraciones profundas y deje mi mejilla recostada en él. Peter murmuraba palabras para brindarme tranquilidad, susurrando que todo estaría bien, jurándome que me sacaría de aquí en cuanto cumpliera dieciocho años y nos iríamos lejos. Cuando por fin abro mis ojos en lo que parecen cinco minutos eternos, mi mirada es distorsionada pero fija en un punto claro hasta que esta nítida y me doy cuenta de que me devuelven la mirada un par de esmeraldas, confundidas y llenas de arrogancia al mismo tiempo. Esos ojos me estudian con mucho cuidado, las facciones que los rodean están tensas y como reacción en respuesta mi cuerpo tiembla. Sus cabellos son castaños y con enormes rizos que enmarcan su hermoso rostro, labios y nariz cincelados sin duda su única imperfección serian esas manchas color purpura bajo las dos joyas verdes que me miran. Siento los labios de Peter en mi cabeza y me separo de él, cuándo el chico frunce el ceño en nuestra dirección, sus ojos ya no brillan con confusión no conozco esa mirada, el único sentimiento que reconozco en ella es el recelo que timbra cuando sube la mirada hacia Peter. Su actitud a provocado que me aparte de mi amigo y que aleje la mirada de él, hasta que la vuelvo para comprobar que ya no está.
- ¿estás bien?
- Si.- respondo un poco titubeante.
- De acuerdo, chica. – sacude su cabellera y estira la mano hacia mi.- Dame el teléfono.
Saco de mi bolso mis audífonos y mi teléfono poniéndolos en su mano, inmediatamente los esconde en su chaqueta de gabardina color azul marino y tomando mi maleta me hace caminar hacia la Barbie y el hombre junto a ella. Leo en la credencial de la mujer el nombre de Cristal, digno nombre de una rubia. Me detengo frente al hombre cuando leo su nombre en la credencial: Garrett.
- Hola, un placer, soy Peter.- mi amigo extiende su mano hacia el hombre y este con una sonrisa la estrecha y luego vuelve su mirada en mi dirección.- Ella es Kiara.
- Kiara Hoffman, supongo, estaba esperándote cariño.- levanta la mano en mi dirección y decido no estrecharla, no puedo tener contacto físico con alguien que no conozco, menos un hombre. Asiento con la cabeza y antes de que el hombre diga algo Peter interviene.
- Es demasiado tímida, no le gusta el contacto.
- Está bien.- sonríe en mi dirección.- No tendré que advertirte entonces sobre no ir a la sección de chicos.- La mujer me evalúa con una sonrisa que no demuestra más que lastima, supongo que es la sonrisa que le da a todas las personas que caminan por aquí, Perra. – Debo llevarle a su dormitorio señorita Hoffman.
- ¿Podría ir con ella?
- Lo siento pero no está permitido.- Mi cuerpo vuelve a tensarse y mis ojos se agrandan del susto. No quiero caminar sola con este hombre. Me abrazo más fuerte al brazo de Peter, mirando con recelo en dirección del Garrett, no parece ser malo pero no puedo explicarle eso a mi cerebro, él no lo entiende justo ahora, solo me mantiene alerta.- ¿Eres su novio?- pregunta cuando se da cuenta de la reacción que he tomado.
- No señor, pero soy la única familia que tiene.- asegura el castaño con un tono suave y educado.- Y me gustan los hombres.
Mis ojos se abren incluso más cuando confirma ser gay a los dos adultos que nos devuelven la mirada, sé que Peter está orgulloso de su homosexualidad, pero algunas veces sale lastimado por sus imprudencias. Garrett sonríe y luego mira en mi dirección comprendiendo.
- De acuerdo, te dejare acompañarnos.
- Muchas gracias.- murmuro hablando por primera vez sintiéndome más segura.
- Pero primero debo revisarte.
Cuando al fin llegamos a la habitación luego de revisar mi maleta, mi bolso, mis bolcillos y confirmar que estaba limpia, el hombre entra en mi habitación con la intención de asegurarse de que mi cama y todo lo que será mío este en buenas condiciones. Me deja sola con Peter en la entrada de la habitación, dijo que no hiciéramos mucho ruido ya que mi compañera estaba dentro y se encontraba dormida. Peter no perdió el tiempo cuando el hombre nos dejó cinco minutos de soledad y se abalanzó contra mi escondiendo mi teléfono entre mis pechos y mi sostén. Tendría que mantenerlo ahí hasta que Garrett me dejara sola. Peter me hizo jurarle que lo llamaría cada vez que pudiera y que no tuviera miedo que tratara de no alejarme de la música y de mi cuaderno así saldría cuanto antes y podría irme con él.
Una vez que logro despedirme de Peter y Garrett se lo lleva dándome la bienvenida a Borya, entro a la habitación y observo a mi compañera dormir. Camino y dejo mi maleta sobre mi cama junto a mi bolso y me saco la gabardina. Me siento sobre mi propia cama a pensar en nada en absoluto mientras mi compañera respira pesadamente en su cama. Es bastante bonita, sus facciones son finas y su cabello es largo y castaño, no chocolatoso como el mío, el suyo es más claro y su piel es blanca sin ninguna mancha en el rostro salvo por algunas pecas en su nariz. Me pone nerviosa convivir con otras personas, más cuando ellas también tienen problemas incluso peores que los míos. Soy una persona carismática, mis amigos me lo recuerdan todo el tiempo, pero aún me pone nerviosa conocer personas, no quiero ser tratada a los bruces como lo hacía mi familia, por eso una vez que tomo confianza y sé que no me van a lastimar soy dada y apreciativa con las personas.
Saco mi teléfono de mis pechos y lo separo de mis audífonos, por algún motivo True Colors sale disparada por los altavoces de mi IPhone cuando presiono una de las teclas de los laterales. Me llevo una mano a mi boca de impresión y me vuelvo a ver a mi compañera quien esta moviéndose perezosamente hasta que abre los ojos enfocándolos en mi dirección. Cojo mi teléfono y apago la música con nerviosismo, no era la forma en la que quería comenzar una relación con alguien, quería una amiga o amenos una compañera y ahora he despertado molestando a la mía. Comienzo a balbucear mis disculpas y la chica solo observa el aparato entre mis manos con el ceño fruncido y confusión, no quiero que me delate, me moriré de ansiedad si lo hace.
- Disculpa, Enserio, no fue mi intención apreté el botón sin querer.- le digo rápido mientras me pongo recta sobre mi cama.- Puedes volver a dormir, prometo ser más cuidadosa.- Asiente con la cabeza y me mira sosteniendo una sonrisa burlona en mi dirección, eso es bueno.- Por favor no digas nada.
Ella me estudia durante unos segundos, mantiene una sonrisa en su rostro no como la de Cristal, sino una sonrisa comprensiva y agradable, no es una chica mala al menos y eso me tranquiliza lo suficiente, más cuando asiente con la cabeza y sé que no dirá nada a nadie.
- Soy Kiara, Kiara Hoffman.- estiro mi mano para que la estreche y ella me mira con una mueca socarrona en su rostro pero aun así la toma y yo sonrío agradecida de que no tenga una tipa mala en mi habitación.
Se defenderme de cualquier persona menos de Fabián y Mario, en especial de Fabián; pero no vine aquí a pelear con nadie, tampoco me gusta hacerlo, evado los problemas, el que lo haga no significa que sea por miedo a una pelea, sé muy bien que puedo cuidar de mí, es lo único que tengo seguro acerca de mí.
- Annie Johnson, pero para ti que sea Ann.
Sonrío con sinceridad, es la primera vez que me presento por mi cuenta, siempre es Peter el que me integra hasta quien entro en confianza, me pone feliz que he podido hacer esto por mi cuenta y la chica me sonríe de vuelta. Bien Kira, has empezado bien, no lo arruines luego.
Annie me juro y perjuro que nunca me volvería a acompañar a las clases de arte, según ella porque yo soy buena y a ella solo le gusta hacer personas con salchichas o palitos, pero yo sé perfectamente que ha sido por ese chico. Se trabo completamente luego de que él le diera la espalda, no hay que ser brujo para notar lo que pasaba por su mente mientras se lo comía con la mirada aunque negara haber estado haciendo eso. La chica resulto ser bastante agradable y terca como una mula, no quiso admitirme que el chico de arte estaba bueno, bastante soberbia resulto ser. Por otro lado, el lugar no esta tan mal, por ahora no ha habido nada que me perturbe o me asuste por los pasillos es, definitivamente, un respiro de mi vida, al menos lo han sido estas últimas cinco horas, normalmente estaría encerrada en mi habitación huyendo de mis primos y de los salvajes ojos de mi tío Gerard. Si mis padres resultaran estar vivos por ahí haciendo de las suyas nunca les perdonaría el hecho de haberme abandonado con estas personas, pero si están perdidos por ahí los buscare hasta debajo de la tierra, no puedo volver con Sofia y Gerard. Aun habiendo pasado dos años desde el primer toque de Fabio, aun puedo sentir sus asquerosas manos como si fueran la primera vez. Se me tiro encima tantas veces que ya ni recuerdo si de verdad…
Un escalofrió recorre mi espina dorsal, el miedo vuelve a través de mi alejando mis pensamientos destructivo, no puedo quebrarme en frente de estas personas sí. No puedo recordar si de verdad me toco lo suficiente, mis ataques de pánico lo bloquean todo y cuando despierto de ellos no recuerdo nada. Sacudo mi cabello como si con eso fuese a alejar el miedo y me fuese a calmar y evitar un ataque, no puedo asegurarme de nada cuando tengo a mi primo consumiendo mi cerebro.
- Oye.- me llama Annie sosteniendo una bandeja.- Tienes que cenar.
- Claro.- hago una mueca distraída y cojo una bandeja.- No tengo mucha hambre igualmente.
- Solo come algo.
Asiento con la cabeza y paso con ella por la barra de comida tomando un pie de manzana, pollo a la plancha y un poco de puré de papa. La chica me mira con desaprobación. Sé que no como mucho, soy pésima para comer, pero no tengo hambre no voy a forzar a mi estómago, terminare vomitando.
- ¿Tienes problemas con la comida?
- Tengo problemas de apetito, es muy diferente.
- Pues, intenta mantenerte fuerte.- coge un vaso de avena y una ensalada cesar y los pone en mi bandeja.- Ay una última actividad en esta cárcel, así que come bien.
- Odio los vegetales.- murmuro y ella se ríe.
- Pues comerás aunque sea un poco.- devuelvo la ensalada y me quedo solo con el vaso de avena, ella frunce el ceño.- deberia…
- No quiero, no me gustan.-la interrumpo y le dedico una suave sonrisa. Me gusta cuando alguien muestra un poquito de interés en mí, pero no comeré vegetales. – Gracias.
Ella niega con la cabeza exasperada pero al final me sonríe y nos damos la vuelta para caminar hacia una mesa vacía en la parte superior izquierda del cafetín. Nos sentamos y ella comienza a comerse su hamburguesa en silencio y yo ni siquiera toco mi comida. Me siento incomoda y observada, vuelvo mirando en todas direcciones y ahí está el chico de la clase de arte, mirando claramente hacia nosotras, más bien, solo mira a Ann. Me rio de esto y paso la mano por mi cabello para acomodar mis rizos por encima de mi hombro y dedicarle una mirada a Annie hasta que ella la nota y me la devuelve.
- ¿Qué?
- Creo que el chico de Arte no opina lo mismo que tu.- me rio.- Creo que tienes un admirador.
Sus ojos se abren en grande y traga otro bocado de su comida para volverse hacia donde le señalo con la cabeza. El chico la nota y aleja la mirada fingiendo estar concentrado en la conversación con el rubio a su lado.
- ¡No mames!- se queja ella en un tono bajo volviendo a su bandeja.
- No es feo.
- Déjalo estar, Kiara.- se queja y yo me rio de nuevo.
La chica murmura maldiciones, parece no estar muy feliz con la atención del chico. Tengo curiosidad por saber que ha pasado en su vida para que terminara aquí conmigo encerrada, yo estoy loca, pero ella se ve bastante normal.
Mi sonrisa se borra y dejo de reírme tomando una posición recta en mi asiento cuando el par de esmeraldas que me observaban en la entrada, me miran de nuevo. Le devuelvo la mirada solo que con menos intensidad que la que él me da a mí, me congela incluso desde lejos. Aparto mis ojos un poco de él encontrando a un chico castaño sentado a su derecha, el chico come su hamburguesa y además le está murmurando unas cosas al de rulos, pero él no parece prestarle atención ya que sus ojos están fijos en mí. Los vellos de mi cuerpo se erizan y la curiosidad se inyecta dentro de mí, mi ceño cae fruncido sobre mis pestañas y necesito romper el contacto visual con él. Su mirada es muy intensa me intimida, se puede saber por encima de sus pellejos la prepotencia, arrogancia, lo territorial y su curiosidad. Ese chico es un maldito León.
La última actividad fue dividida por categorías, este instituto acepta personas desde los once años hasta los veintiuno, por lo tanto, hay once aulas en la planta baja del edificio de recreación, creadas para que cada paciente se relacione con chicos de su edad y no aspire a involucrarse con gente más grande o con menores en el caso de los ya mayores. Esta es la única actividad que se mantiene dividida de esta forma, las demás son libres. Es como una clase “guía de vida”, en mi caso solo para personas de diecisiete años, es dictada por un psicólogo italiano que tiene un Post Grado en Filosofía, su nombre es Giuseppe Guarinno. Me hubiera animado más que Annie viniera conmigo, pero la muy menor tiene solo dieciséis años, de nuevo estoy sola a la mía, al menos solo será por una hora.
Abro mi bolso y saco mi cuaderno junto con mi lapicera, mientras el aula se llena y el Psicólogo entra, de nada sirve estar sentada viendo la pizarra acrílica cuando puedo dibujar y calmar mi corazón dando tumbos enormes dentro de mi pecho. Me concentro de lleno en mi dibujo; el chico de los ojos verdes. Sus facciones eran exquisitas y sus ojos eran intimidantes, me hacía sentir incomoda pero no asustada, me daba curiosidad. Podía dibujar su rostro exacto y lo haría, no sé por qué pero quiero hacerlo y detenerme a mirar sus ojos verdes remarcándolos con mi lapicera verde agua. No le dije nada a Annie sobre el chico, ni cuando estuvo mirándome en la cafetería y mucho menos cuando me miro en la entrada de los dormitorios, lo he tomado a la ligera pero vaya que tengo curiosidad por él. Me destaco en sus risos desordenados hacia arriba cuando siento una respiración en mi nuca y rápidamente intento cerrar el cuaderno, pero una enorme mano se pone sobre mi boceto impidiéndome cerrarlo. Sigo con la mirada un camino de tatuajes a lo largo del brazo que me impide cerrar mi cuaderno, hasta que subo completamente con la respiración atorada en mis pulmones. El chico que mantiene mi dibujo apartado y sus ojos en mi cuaderno toma asiento justo a mi lado derecho. Lo examino lentamente aun en mi estado de shock; cabellos azabache, cejas gruesas, rostro cincelado, facciones definidas y unos perturbadores ojos color ámbar. El chico bufa sin quitar los ojos de mi dibujo. Escucho ruido en la entrada del salón por lo que subo la mirada y observo al chico de los ojos verdes entrar junto al mismo muchacho con el que estaba en la cafetería. Cada uno de mis músculos se tensa cuando sus ojos examinan todo el salón hasta dar conmigo, me mira unos segundos y luego frunce el ceño al encontrarse con el moreno a mi lado. Me volteo para mirar al chico junto a mí y él también tiene la mirada en el muchacho, luego sonríe con burla y se vuelve a mirarme.
- Lindo retrato.
- No quiero que digas nada.- exijo con el miedo en mi voz. – Me daría demasiada vergüenza.
- No hago favores niña.- sonríe con engreimiento y se recuesta de su silla. Genial, otro macho alfa.- a menos que reciba algo a cambio.
Mi cuerpo se tensa de nuevo y me siento derecha en mi lugar, el aún está mirándome, inquiriendo con sus ojos verdes y yo estoy enfadada, molesta como la mierda gracias al cretino junto a mí.
- Entonces, ¿Me darás algo a cambio chica?- me vuelvo para enfrentarlo con mi entrecejo totalmente fruncido, estoy harta de esto.
- Vine aquí para escapar de los abusos, prefiero quedar en ridículo antes que dejar que te aproveches de mí.
En su rostro se borra completamente la arrogancia y prepotencia, ahora solo me observa con la vista agudizada por sus largas pestañas y en su sonrisa tiembla el placer, está complacido.
- Genial, no eres una boba después de todo.- se hace hacia adelante y cierra mi cuaderno entregándomelo.- No iba a pedirte nada del otro mundo pequeña picazo.
- ¿Entonces?
- No suelo ser amable.- frunce el ceño con los ojos fijos en la pizarra.- Me gusta como dibujas, me recuerda a alguien. Lo haces muy bien.
- Gracias.- murmuro agradecida y con sorpresa, dice que no suele ser amable y tiene pinta de maton.
- Solo se mi pareja en esta clase y no le diré a Styles que has estado observándolo, además se que si me siento contigo lo molestare.
- ¿Quién es Styles?- el moreno señala con la cabeza hacia el chico de los risos, ya no me esta mirando.
- Él es Harry Styles, el segundo cretino más grande de Borya.
- ¿Quién es el primero?- pregunto creyendo saber la respuesta.
- Yo.
Me rio de su sinceridad y el se encoje de hombros. No sé por qué razón me vuelvo a mirar al chico llamado Harry y lo encuentro mirándome y frunciendo el ceño en nuestra dirección.
- Supongo que ambos compiten por ver quién es el rey de Borya.
- Si, la mayor parte del tiempo si.- se rie.- Pero nunca a estado interesado en nadie, tú lo tienes curioso.
- ¿Se conocen?
- Louis es amigo de ambos así que tenemos que convivir la mayor parte del tiempo. – Explica señalándome al chico castaño.- En la cafetería no te quito los ojos de encima.
- Es bastante intimidante.- admito.
- Es una bestia.- se queja.- Soy Zayn por cierto.
- Kiara.- extiendo mi mano y el la examina con cuidado, por un segundo creo que no va a estrecharla hasta que la toma.
Un chico de cabellos castaños pasa por el frente de nosotros y choca puños con Zayn. Detrás de él, entra un pequeña rubia de ojos celestes. Zayn la estudia de la misma forma en que el otro chico me estudia a mí y luego toma asiento en los puestos detrás de nosotros. La rubia lo piensa mucho para sentarse, sus ojos están abiertos de forma exagerada y se nota nerviosa tanto que me lo contagia. Guardo mi cuaderno en mi bolso y me concentro con en otra cosa mientras una castaña con aires de reina entra en el salón buscando con la mirada, recibe varias miradas incluidas la de, el chico junto a Harry: Louis. Ella pasa de largo sin notarlo o al menos fingiendo no hacerlo y eso me hace reir.
- ¿Qué pasa?- pregunta Zayn a mi lado.
- Nada.
Respondo aun con un poco de diversión, esto es como estar en la escuela, solo que sin Peter y sus amigos. Suelto un suspiro al recordar a mi mejor amigo y dejo caer mi cabeza en mis brazos sobre la mesa; Estoy aquí para curar mi mente lo cual es imposible. Un bufido a mis espaldas me hace levantar la cabeza, estoy demasiado curiosa hoy, no sé dónde estoy prácticamente. La rubia se ha dado la vuelta para sentarse junto a la castaña de hace unos segundos y el chico sentado detrás de mi no parece contento. Veo el cuerpo de Zayn tensarse por alguna razón y vuelvo a mirar en dirección de sus ojos: un metro ochenta en músculos y tatuajes caminando hacia nosotros.
- No hables.- murmura el moreno a mi lado y yo asiento confundida.
El hermano gemelo de termineitor me observa con los mismos ojos con los que lo hace Fabio. Siento asco, quiero correr y encerrarme para llorar, es esa misma mirada, la de mis pesadillas, pero no es el y tomo una enorme respiración y me acurruco en mi silla.
- Me sentare contigo, Payne.- rueda la silla junto al castaño y se sienta aun con sus ojos a mis espaldas, lo miro de reojo levantar su mano para alcanzar mi cabello e instantáneamente me inclino hacia adelante.- Se ve como un rico chocolate.
- Déjala en paz, Rob.
- ¿Es tu perra, Malik?
- Te lo advierto.- chasquea el moreno.
- Es bastante linda, me gustan morenas.
Un sollozo ahogado se escapa de mis labios. El psicólogo por fin entra en el salón y el tipo detrás de mí se calla. Saco mi cuaderno de nuevo para alejar mis pensamientos destructivos; Peter me prometió que todo estaría bien y así seria, no importa cuán destructiva fuera mi mente, lo alejaría. Comienzo a dibujar enormes tulipanes en una de las hojas sin parar, tengo que calmarme, no es Fabio, él no está aquí. Algo me hace detenerme y subir la mirada; son sus ojos verdes de nuevo. Está siendo obvio al mirarme, no demuestra nada pero tampoco le importa que las chicas que lo miran lo noten.
- Bueno, para los que no me conocen soy el ayudante de esta cátedra.- comienza el rubio de unos cuarenta años reclinado sobre su escritorio.- Soy el psicólogo Giuseppe Guarinno, y estaré para ustedes para lo que sea y cuando sea que lo necesiten.
El señor Guarinno se tardó quince minutos demás para dejarnos ir, remarcando que estábamos aquí para descubrirnos nosotros mismos. El moreno lo único que hizo fue quejarse toda la clase, pero a mí me entretuvo, pude alejar la mirada de Harry durante mucho rato, aun asi la sentía en mí, así como sentía la de Rob en mi espalda. Zayn me acompaño a través del campo para llegar al edificio principal hasta que la chica rubia y la castaña llegaron a nosotros, el se fue para que yo me quedara con ellas y por un segundo no estuve contenta, me puse nerviosa de no ser agradable. Ambas se presentaron y la castaña llamada Cleo no resulto ser una diva, o tal vez si un poco pero no era mala por los momentos, aunque viniendo de mi no seria raro que subestime a una persona muy rápido, por eso salgo herida todo el tiempo. Tim es bastante recelosa y lo note por como miraba al castaño, Liam. El, la miraba de forma juguetona pero ella no le hacia frente era chistoso verlo fruncir el ceño cuando ella lo ignoraba.
Veo a Zayn alejarse de nosotras mientras Cleo le explica a Tim que no puede dejarse engatusar por ese chico, Tim le responde que no hace falta que se lo diga. Ambas preguntan mi opinión pero no serviría de nada, siempre pienso lo mejor de las personas, necesito mirarlas a los ojos para saber que son. Yo solo me encojo de hombros en respuesta y sigo mirando a Zayn y a Louis. Una chica pequeña y delgada tiene la atención del moreno. Muchas personas me tachan de loca, incluso yo lo hago, se que estoy loca, pero puedo darme el lujo de observarlo todo, soy demasiado detallista y estudio perfectamente los ojos de las personas, me doy cuenta de muchas cosas y hoy me he dado cuenta que en este instituto hay demasiados corazones rotos que buscan consuelo, incluido el mío.
- Ya vayamos a los dormitorio.- se queja Cleo alejándose del centro con disgusto.
- ¿Estas enojada?
- No me gusta que me quieran hacer sentir incomoda.
- ¿Quién lo hace?- pregunto yo esta vez.
- El culon junto a tu amigo.
- Zayn no es mi amigo, es mi compañero.
- Lo que sea.- chilla rodando los ojos.- me saca de quicio. – toma nuestras muñecas y nos arrastra al edificio de los dormitorios.
Me quedo un segundo riéndome de ella hasta que mi cuerpo entero se congela debajo de su agarre. Un par de ojos negros, brillantes como la noche me miran justo en frente de nosotras, me ponen los pelos de punta y mis dedos se contraen haciéndome daño en las palmas de mis manos y Cleo me suelta volviéndose para mirarme. Debo tener el rostro lleno de horror por la expresión de ambas chicas. Él sonríe porque va a conseguir lo que ha venido a buscar, no pudo hacerlo antes de que me fuera así que ha venido a dármelo aquí, en frente de todos, su maldita sonrisa me hace querer correr pero estoy inmóvil, no puedo mover mis piernas no puedo hablar ni siquiera responder a las chicas que preguntan que me pasa de manera tan insistente, estoy a punto de entrar en un estado de coma mental de nuevo. Escucho la voz de Annie detrás de mi y siento el zarandeo de los brazos de las otras dos chicas. Fabio da un paso hacia adelante y al fin mi cuerpo responde con protección haciéndome dar uno hacia atrás lejos de él. No quiero que lo arruine para mi, solo verlo hace que todo regrese, he tenido un día diferente y él se está encargando de que mi infierno continuo aun estando lejos de su casa.
- Pequeña loca ¿Ya has entrado en uno de tus ataques?- pregunta maliciosamente y yo niego con la cabeza.
- No, aun no.
- No pude despedirme de ti en casa.- suelta un suspiro en burla como si eso lo pusiera nostálgico. La mano de Tim se aprieta más en mi brazo, ella está asustada, igual que yo. Miro en todo el lugar y compruebo que solo estamos nosotras cuatro y Fabio. – Tenia que asegurarme de no te olvidaras de mi, primita.
- No podría.
- Lo se, pero tenia que despedirme.- asegura y se acerca completamente a nosotras.- Aun estando a kilómetros de casa hare tu vida un maldito infierno, Kiara. Mi deber es recordarte lo loca que estas y lo retorcida que eres, no vas a escapar de mi aunque no me tengas frente a ti, estoy en tus pesadillas y es tu mente todo el tiempo, soy el asco, soy el odio y toda la repulsión que vez, todo va a recordarte a mi.- levanta su mano en mi dirección y el aire se escapa de mis pulmones, no puedo respirar cuando su mano me alcanza.- Incluso cuando estén tocándote me recordar.
- ¿Pasa algo?
Fabio sube la cabeza para encontrarse con el dueño de la voz ronca a nuestras espaldas. Luego vuelve a mirarme a mi. Ha conseguido lo que quiere, el asco que siento en estos momentos no se compara con nada en el mundo. Me alejo de su toque y las tres chicas están junto a mi calladas y dos de ellas fulminan al moreno frente a mi con la mirada. Cuando doy un paso lejos de Fabio, veo a Harry junto al otro chico castaño, Liam.
- Solo vine a despedirme de mi prima, nada que les importe.
- La hora de visita termino, son las nueve de la noche, así que supongo entraste hace horas.- escupe el muchacho y se acerca hacia nosotros.- Lárgate de aquí.
- Vaya.- Fabio se vuelve a mirarme.- Definitivamente hemos encontrado tu lugar, cariño. Aquí están igual de enfermos que tu.- se inclina para tocarme de nuevo y me echo de forma atropellada hacia Cleo. Me toca.- Estaré visitándote. En cuanto a ti.- se vuelve a ver al castaño.-aléjate de ella.
- No me interesa lo que tengas con ella.- sentencia el chico con ira en su voz, sus ojos verdes flamean.- Solo vete de aquí y deja de molestar. Puedes venir a verla cuando quieras en las horas de visitas, por ahora eres un grano en el culo.
Mi gesto se pone duro del terror, le está diciendo que puede venir a visitarme y yo no quiero que eso pase, la única visita que quiero es Peter no a Fabio ni a Mario y mucho menos a mis tios.
- Claro, a quien podrías importarle mas que a mi.- murmura el con una risita siniestra que me eriza la piel.- Nos vemos primita.
Respiro repetidas veces y cuento hasta diez para calmarme, no lo quiero aquí, me aterra saber que podrá venir cuando quiera y no quiero verlo de nuevo, me siento asquerosa, no puedo respirar y mis manos tiemblan, mi mente quiere ponerse en blanco y pronto lo estar. Lo miro alejarse y a Harry y Liam acercarse a nosotras. Harry solo me mira, sus ojos aun flamean y por algún motivo salgo de mi trance, hoy sus ojos me han salvado de dos ataques, necesitaba dibujarlos, necesitaba mirarlos cuando estuviera asustada, necesito música, necesito correr y esconderme en el cuarto junto a Annie. Liam, intenta colar una mano sobre mi hombro pero yo me hecho hacia atrás y Tim la aleja de un manotón.
- Solo dejala.- pide ella apretando mi mano.- Vamonos.
Me alejan del verde, el verde, el verde que necesito dibujar en mi cuaderno. Se que estamos caminando por el pasillo mientras Cleo murmura maldiciones y se queja de los hombres al igual que Annie, Tim luce callada, no dice nada, solo me arrastra, ella estaba asustada cuando Fabio se me acerco, ella también tembló cuando el intento tocarme.
- Estoy bien, chicas.- me detengo en el pasillo.- Estoy bien, solo consiguió parte de lo que quería.
- Te quedaste ahí parada sin mirar nada, sin moverte siquiera, Kiara.- murmura Ann.- obviamente es tu primo ese imbécil, ¿Qué te hizo?
- No quiero hablar de eso.
- Se supone que estoy aquí porque en este lugar nos van a mantener a salvo.- se queja Cleo.- mis nervios están de punta y tengo ansiedad.
- Todos tenemos ansiedad.
- Esto es una mierda, deberían dejarnos vivir a la nuestra.
- Eso estaría bien para mi.- concuerda Ann con la morena.
Yo también estaría de acuerdo, pero no podía opinar justo ahora, necesito salir de mi cabeza y concentrarme en las tonadas de iphone. Antes de darme cuenta ya estaba en nuestra habitacion, en silencio y sin decir nada tome mi telefono y me encerre en el baño. Tuve un dia genial, pero Fabio lo arruino, como siempre el me hacia la vida difícil. A diferencia de las chicas; yo no estaba molesta ni asustada de estar aqui, estaba malditamente aliviada por escapar de casa. Los ojos verdes de Harry regresan a mi mente sacandome de nuevo de mi trance, no lo conozco pero quiero hacerlo, Zayn me dijo que era un cretino, pero si hay algo en lo unico que soy buena es para desnudar a las personas de si mismas, y lo haria con ese chico, cueste lo que cueste, con o sin mis miedos de por medio, no me tiraria a el, pero lo estudiaria profundamente a mi distancia.
Salgo de la casa de mis tíos sin encontrarme con nadie, los mellizos están en la escuela y mis tíos trabajando, nadie se molestó en despedirse de mí, salvo Mario, no tardo mucho tiempo en acercarse a mi esta mañana antes de largarse a la escuela, y escupirme en la cara todo lo que me aborrecía y burlarse de mi por cuan miserable era. Asomo mi cabeza fuera de la puerta haciendo que mis largas ondas castañas se muevan de un lado a otro, le sonrió a Peter y este se aleja rápido de su lindo Mercedes y corre a tomar mis maletas. Cuando se inclina para besar mi frente le sonrío tímidamente, incluso con el me siento pequeña, de no ser porque sé que le gustan los hombres, me alejaría de él y no dejara que fuera tan cariñoso me intimidaría lo suficiente. Abro mi bolso cerciorándome de que no falten cuatro cosas súper importantes en él; audífonos, Cuaderno, Lapiceras y mi IPhone. Solo eso necesito para que mi mente se libere y no caiga en mis malditos comas mentales.
- ¿Lista para salir de este infierno?- pregunta una vez que se coloca detrás del volante y me dedica una mirada apreciativa llena de nostalgia. Yo simplemente asiento con la cabeza, no puedo mentir y decir que estoy asustada por lo que pueda encontrarme en ese lugar, incluso con el insipiente alivio que siento. – Me gustaría que escaparas de este lugar, pero para vivir conmigo, no en un loquero.
- Mientras no esté aquí estaré bien, Peter.
El bufa con enojo y pone el auto en marcha. Estos años él ha sido el único que ha demostrado interés por mí y por mi bienestar, es la única muestra de afecto que he tenido, a pesar de todo lo que conllevo formar parte de su grupo, nunca me drogue con Marihuana o Cocaína, pero me destruí a mí misma con analgésicos y mi bajo índice alimenticio. Cuando el medico hablo sobre mis problemas alimenticios y mi poco apetito, mi tía Sofía me tacho de anoréxica con las personas de nuestro alrededor, incluso me hizo creérmelo, pero solo estaba seis kilos por debajo de mi peso cuando me hicieron las pruebas, eso no era nada a comparación de muchas chicas con problemas alimenticios, si me sentía un poco débil, pero no tanto, podría correr una maratón si quisiera –una no tan larga por supuesto- Esta última semana debo haber perdido uno o dos kilos más debido al estrés y a que no me da hambre, Peter se cercioraba de que al menos tuviera mis cuatro comidas: desayuno, almuerzo, merienda y cena. Comía poco, pero varias veces, eso me mantenía estable.
Me recline en mi asiento y deje caer mi cabeza para disfrutar de la brisa acariciando mi rostro. No recuerdo la última vez que me sentí así, claro que estaba asustada, pero nada podría ser peor que vivir con el hermano de mi padre.
- Duerme un rato.- hablo Peter y me voltee hacia el para mirarle sonreír aun con nostalgia. Deje que mi mano callera sobre la suya sosteniendo la palanca de cambio y me echo un vistazo rápido para seguir con la vista fija en la carretera.- Borya está a cuarenta y cinco minutos de aquí, chica.
- No quiero ser una mala compañía.
- Solo duerme, Kiara.
Sonrío de lado y vuelvo a recostarme en mi asiento para cerrar mis ojos. El solo intentaba hacerme sentir tranquila y una siesta ayudaría. Subió volumen a su música y no me hizo falta preguntar el porqué. Mi mente no tardo más en apagarse y hacerme dormir.
(***)
Peter me despertó hasta que estuvimos en el lugar, entro conmigo en la oficina del doctor Phillips y escucho la charla conmigo. El hombre nos envió a buscar a Garrett el encargado de la sección femenina, Peter estaba demasiado exasperado en el lugar donde nos encontrábamos, mi amigo fumaba marihuana desde los doce años, también consumía cocaína de vez en cuando, miraba en todas direcciones observando personas con los mismos problemas de adicción que el tenia y los mismos arranques destructivos que tenía yo. Se veía incluso aterrado, más de lo que yo estaba, y él no tendría que quedarse. Durante el camino me pregunto demasiadas veces si no quería escapar con él en un puto tren lejos de aquí, mi respuesta siempre fue acompañada de una sonrisa agradecida, pero somos menores no podemos salir ni siquiera de un estado a otro sin un permiso de padre o tutor. Antes de que estuviéramos cerca de la recepción donde nos encontraríamos con Garrett, estaba una chica de cabellos rojizos siendo revisada por una mujer alta y de cabello rubio con la silueta de una Barbie tamaño real, detrás de ella estaba un hombre que podría ser Garrett. Note que lo que había sacado de la maleta de la chica se trataba de un teléfono, un ipod e incluso una IPad y cigarrillos. Me tense en mi lugar, no podían sacarme el teléfono, nada de eso.Peter observo silencioso y se detuvo delante de mi.
- No te asustes.- ya era tarde para eso, ni siquiera podía respirar.- Kiara, mírame.- exigió logrando que lo mirara, pero podía sentir como mi piel se hacía pálida y mi corazón empujaba fuerte en mi pecho, siempre era así al inicio de un ataque. Tenía que respirar.- Escúchame, chica- tomo mi rostro entre sus manos y me acerco a él. Mi vista ya estaba nublada. – Respira, Kiara. No van a sacarte el IPhone, solo dámelo.- Negué con la cabeza, eso era absurdo si se lo daba era igual a que me lo quitaran. – Kiara, dame el maldito teléfono, hare que lo tengas. Confía en mí, Chica.
Me tiro hacia su pecho y me abrazo fuertemente hasta que pude tranquilizar mis sollozos, ya no estaba asustada, estaba malditamente aterrada. Saque mi nariz de su pecho comando respiraciones profundas y deje mi mejilla recostada en él. Peter murmuraba palabras para brindarme tranquilidad, susurrando que todo estaría bien, jurándome que me sacaría de aquí en cuanto cumpliera dieciocho años y nos iríamos lejos. Cuando por fin abro mis ojos en lo que parecen cinco minutos eternos, mi mirada es distorsionada pero fija en un punto claro hasta que esta nítida y me doy cuenta de que me devuelven la mirada un par de esmeraldas, confundidas y llenas de arrogancia al mismo tiempo. Esos ojos me estudian con mucho cuidado, las facciones que los rodean están tensas y como reacción en respuesta mi cuerpo tiembla. Sus cabellos son castaños y con enormes rizos que enmarcan su hermoso rostro, labios y nariz cincelados sin duda su única imperfección serian esas manchas color purpura bajo las dos joyas verdes que me miran. Siento los labios de Peter en mi cabeza y me separo de él, cuándo el chico frunce el ceño en nuestra dirección, sus ojos ya no brillan con confusión no conozco esa mirada, el único sentimiento que reconozco en ella es el recelo que timbra cuando sube la mirada hacia Peter. Su actitud a provocado que me aparte de mi amigo y que aleje la mirada de él, hasta que la vuelvo para comprobar que ya no está.
- ¿estás bien?
- Si.- respondo un poco titubeante.
- De acuerdo, chica. – sacude su cabellera y estira la mano hacia mi.- Dame el teléfono.
Saco de mi bolso mis audífonos y mi teléfono poniéndolos en su mano, inmediatamente los esconde en su chaqueta de gabardina color azul marino y tomando mi maleta me hace caminar hacia la Barbie y el hombre junto a ella. Leo en la credencial de la mujer el nombre de Cristal, digno nombre de una rubia. Me detengo frente al hombre cuando leo su nombre en la credencial: Garrett.
- Hola, un placer, soy Peter.- mi amigo extiende su mano hacia el hombre y este con una sonrisa la estrecha y luego vuelve su mirada en mi dirección.- Ella es Kiara.
- Kiara Hoffman, supongo, estaba esperándote cariño.- levanta la mano en mi dirección y decido no estrecharla, no puedo tener contacto físico con alguien que no conozco, menos un hombre. Asiento con la cabeza y antes de que el hombre diga algo Peter interviene.
- Es demasiado tímida, no le gusta el contacto.
- Está bien.- sonríe en mi dirección.- No tendré que advertirte entonces sobre no ir a la sección de chicos.- La mujer me evalúa con una sonrisa que no demuestra más que lastima, supongo que es la sonrisa que le da a todas las personas que caminan por aquí, Perra. – Debo llevarle a su dormitorio señorita Hoffman.
- ¿Podría ir con ella?
- Lo siento pero no está permitido.- Mi cuerpo vuelve a tensarse y mis ojos se agrandan del susto. No quiero caminar sola con este hombre. Me abrazo más fuerte al brazo de Peter, mirando con recelo en dirección del Garrett, no parece ser malo pero no puedo explicarle eso a mi cerebro, él no lo entiende justo ahora, solo me mantiene alerta.- ¿Eres su novio?- pregunta cuando se da cuenta de la reacción que he tomado.
- No señor, pero soy la única familia que tiene.- asegura el castaño con un tono suave y educado.- Y me gustan los hombres.
Mis ojos se abren incluso más cuando confirma ser gay a los dos adultos que nos devuelven la mirada, sé que Peter está orgulloso de su homosexualidad, pero algunas veces sale lastimado por sus imprudencias. Garrett sonríe y luego mira en mi dirección comprendiendo.
- De acuerdo, te dejare acompañarnos.
- Muchas gracias.- murmuro hablando por primera vez sintiéndome más segura.
- Pero primero debo revisarte.
Cuando al fin llegamos a la habitación luego de revisar mi maleta, mi bolso, mis bolcillos y confirmar que estaba limpia, el hombre entra en mi habitación con la intención de asegurarse de que mi cama y todo lo que será mío este en buenas condiciones. Me deja sola con Peter en la entrada de la habitación, dijo que no hiciéramos mucho ruido ya que mi compañera estaba dentro y se encontraba dormida. Peter no perdió el tiempo cuando el hombre nos dejó cinco minutos de soledad y se abalanzó contra mi escondiendo mi teléfono entre mis pechos y mi sostén. Tendría que mantenerlo ahí hasta que Garrett me dejara sola. Peter me hizo jurarle que lo llamaría cada vez que pudiera y que no tuviera miedo que tratara de no alejarme de la música y de mi cuaderno así saldría cuanto antes y podría irme con él.
Una vez que logro despedirme de Peter y Garrett se lo lleva dándome la bienvenida a Borya, entro a la habitación y observo a mi compañera dormir. Camino y dejo mi maleta sobre mi cama junto a mi bolso y me saco la gabardina. Me siento sobre mi propia cama a pensar en nada en absoluto mientras mi compañera respira pesadamente en su cama. Es bastante bonita, sus facciones son finas y su cabello es largo y castaño, no chocolatoso como el mío, el suyo es más claro y su piel es blanca sin ninguna mancha en el rostro salvo por algunas pecas en su nariz. Me pone nerviosa convivir con otras personas, más cuando ellas también tienen problemas incluso peores que los míos. Soy una persona carismática, mis amigos me lo recuerdan todo el tiempo, pero aún me pone nerviosa conocer personas, no quiero ser tratada a los bruces como lo hacía mi familia, por eso una vez que tomo confianza y sé que no me van a lastimar soy dada y apreciativa con las personas.
Saco mi teléfono de mis pechos y lo separo de mis audífonos, por algún motivo True Colors sale disparada por los altavoces de mi IPhone cuando presiono una de las teclas de los laterales. Me llevo una mano a mi boca de impresión y me vuelvo a ver a mi compañera quien esta moviéndose perezosamente hasta que abre los ojos enfocándolos en mi dirección. Cojo mi teléfono y apago la música con nerviosismo, no era la forma en la que quería comenzar una relación con alguien, quería una amiga o amenos una compañera y ahora he despertado molestando a la mía. Comienzo a balbucear mis disculpas y la chica solo observa el aparato entre mis manos con el ceño fruncido y confusión, no quiero que me delate, me moriré de ansiedad si lo hace.
- Disculpa, Enserio, no fue mi intención apreté el botón sin querer.- le digo rápido mientras me pongo recta sobre mi cama.- Puedes volver a dormir, prometo ser más cuidadosa.- Asiente con la cabeza y me mira sosteniendo una sonrisa burlona en mi dirección, eso es bueno.- Por favor no digas nada.
Ella me estudia durante unos segundos, mantiene una sonrisa en su rostro no como la de Cristal, sino una sonrisa comprensiva y agradable, no es una chica mala al menos y eso me tranquiliza lo suficiente, más cuando asiente con la cabeza y sé que no dirá nada a nadie.
- Soy Kiara, Kiara Hoffman.- estiro mi mano para que la estreche y ella me mira con una mueca socarrona en su rostro pero aun así la toma y yo sonrío agradecida de que no tenga una tipa mala en mi habitación.
Se defenderme de cualquier persona menos de Fabián y Mario, en especial de Fabián; pero no vine aquí a pelear con nadie, tampoco me gusta hacerlo, evado los problemas, el que lo haga no significa que sea por miedo a una pelea, sé muy bien que puedo cuidar de mí, es lo único que tengo seguro acerca de mí.
- Annie Johnson, pero para ti que sea Ann.
Sonrío con sinceridad, es la primera vez que me presento por mi cuenta, siempre es Peter el que me integra hasta quien entro en confianza, me pone feliz que he podido hacer esto por mi cuenta y la chica me sonríe de vuelta. Bien Kira, has empezado bien, no lo arruines luego.
(***)
Annie me juro y perjuro que nunca me volvería a acompañar a las clases de arte, según ella porque yo soy buena y a ella solo le gusta hacer personas con salchichas o palitos, pero yo sé perfectamente que ha sido por ese chico. Se trabo completamente luego de que él le diera la espalda, no hay que ser brujo para notar lo que pasaba por su mente mientras se lo comía con la mirada aunque negara haber estado haciendo eso. La chica resulto ser bastante agradable y terca como una mula, no quiso admitirme que el chico de arte estaba bueno, bastante soberbia resulto ser. Por otro lado, el lugar no esta tan mal, por ahora no ha habido nada que me perturbe o me asuste por los pasillos es, definitivamente, un respiro de mi vida, al menos lo han sido estas últimas cinco horas, normalmente estaría encerrada en mi habitación huyendo de mis primos y de los salvajes ojos de mi tío Gerard. Si mis padres resultaran estar vivos por ahí haciendo de las suyas nunca les perdonaría el hecho de haberme abandonado con estas personas, pero si están perdidos por ahí los buscare hasta debajo de la tierra, no puedo volver con Sofia y Gerard. Aun habiendo pasado dos años desde el primer toque de Fabio, aun puedo sentir sus asquerosas manos como si fueran la primera vez. Se me tiro encima tantas veces que ya ni recuerdo si de verdad…
Un escalofrió recorre mi espina dorsal, el miedo vuelve a través de mi alejando mis pensamientos destructivo, no puedo quebrarme en frente de estas personas sí. No puedo recordar si de verdad me toco lo suficiente, mis ataques de pánico lo bloquean todo y cuando despierto de ellos no recuerdo nada. Sacudo mi cabello como si con eso fuese a alejar el miedo y me fuese a calmar y evitar un ataque, no puedo asegurarme de nada cuando tengo a mi primo consumiendo mi cerebro.
- Oye.- me llama Annie sosteniendo una bandeja.- Tienes que cenar.
- Claro.- hago una mueca distraída y cojo una bandeja.- No tengo mucha hambre igualmente.
- Solo come algo.
Asiento con la cabeza y paso con ella por la barra de comida tomando un pie de manzana, pollo a la plancha y un poco de puré de papa. La chica me mira con desaprobación. Sé que no como mucho, soy pésima para comer, pero no tengo hambre no voy a forzar a mi estómago, terminare vomitando.
- ¿Tienes problemas con la comida?
- Tengo problemas de apetito, es muy diferente.
- Pues, intenta mantenerte fuerte.- coge un vaso de avena y una ensalada cesar y los pone en mi bandeja.- Ay una última actividad en esta cárcel, así que come bien.
- Odio los vegetales.- murmuro y ella se ríe.
- Pues comerás aunque sea un poco.- devuelvo la ensalada y me quedo solo con el vaso de avena, ella frunce el ceño.- deberia…
- No quiero, no me gustan.-la interrumpo y le dedico una suave sonrisa. Me gusta cuando alguien muestra un poquito de interés en mí, pero no comeré vegetales. – Gracias.
Ella niega con la cabeza exasperada pero al final me sonríe y nos damos la vuelta para caminar hacia una mesa vacía en la parte superior izquierda del cafetín. Nos sentamos y ella comienza a comerse su hamburguesa en silencio y yo ni siquiera toco mi comida. Me siento incomoda y observada, vuelvo mirando en todas direcciones y ahí está el chico de la clase de arte, mirando claramente hacia nosotras, más bien, solo mira a Ann. Me rio de esto y paso la mano por mi cabello para acomodar mis rizos por encima de mi hombro y dedicarle una mirada a Annie hasta que ella la nota y me la devuelve.
- ¿Qué?
- Creo que el chico de Arte no opina lo mismo que tu.- me rio.- Creo que tienes un admirador.
Sus ojos se abren en grande y traga otro bocado de su comida para volverse hacia donde le señalo con la cabeza. El chico la nota y aleja la mirada fingiendo estar concentrado en la conversación con el rubio a su lado.
- ¡No mames!- se queja ella en un tono bajo volviendo a su bandeja.
- No es feo.
- Déjalo estar, Kiara.- se queja y yo me rio de nuevo.
La chica murmura maldiciones, parece no estar muy feliz con la atención del chico. Tengo curiosidad por saber que ha pasado en su vida para que terminara aquí conmigo encerrada, yo estoy loca, pero ella se ve bastante normal.
Mi sonrisa se borra y dejo de reírme tomando una posición recta en mi asiento cuando el par de esmeraldas que me observaban en la entrada, me miran de nuevo. Le devuelvo la mirada solo que con menos intensidad que la que él me da a mí, me congela incluso desde lejos. Aparto mis ojos un poco de él encontrando a un chico castaño sentado a su derecha, el chico come su hamburguesa y además le está murmurando unas cosas al de rulos, pero él no parece prestarle atención ya que sus ojos están fijos en mí. Los vellos de mi cuerpo se erizan y la curiosidad se inyecta dentro de mí, mi ceño cae fruncido sobre mis pestañas y necesito romper el contacto visual con él. Su mirada es muy intensa me intimida, se puede saber por encima de sus pellejos la prepotencia, arrogancia, lo territorial y su curiosidad. Ese chico es un maldito León.
(***)
La última actividad fue dividida por categorías, este instituto acepta personas desde los once años hasta los veintiuno, por lo tanto, hay once aulas en la planta baja del edificio de recreación, creadas para que cada paciente se relacione con chicos de su edad y no aspire a involucrarse con gente más grande o con menores en el caso de los ya mayores. Esta es la única actividad que se mantiene dividida de esta forma, las demás son libres. Es como una clase “guía de vida”, en mi caso solo para personas de diecisiete años, es dictada por un psicólogo italiano que tiene un Post Grado en Filosofía, su nombre es Giuseppe Guarinno. Me hubiera animado más que Annie viniera conmigo, pero la muy menor tiene solo dieciséis años, de nuevo estoy sola a la mía, al menos solo será por una hora.
Abro mi bolso y saco mi cuaderno junto con mi lapicera, mientras el aula se llena y el Psicólogo entra, de nada sirve estar sentada viendo la pizarra acrílica cuando puedo dibujar y calmar mi corazón dando tumbos enormes dentro de mi pecho. Me concentro de lleno en mi dibujo; el chico de los ojos verdes. Sus facciones eran exquisitas y sus ojos eran intimidantes, me hacía sentir incomoda pero no asustada, me daba curiosidad. Podía dibujar su rostro exacto y lo haría, no sé por qué pero quiero hacerlo y detenerme a mirar sus ojos verdes remarcándolos con mi lapicera verde agua. No le dije nada a Annie sobre el chico, ni cuando estuvo mirándome en la cafetería y mucho menos cuando me miro en la entrada de los dormitorios, lo he tomado a la ligera pero vaya que tengo curiosidad por él. Me destaco en sus risos desordenados hacia arriba cuando siento una respiración en mi nuca y rápidamente intento cerrar el cuaderno, pero una enorme mano se pone sobre mi boceto impidiéndome cerrarlo. Sigo con la mirada un camino de tatuajes a lo largo del brazo que me impide cerrar mi cuaderno, hasta que subo completamente con la respiración atorada en mis pulmones. El chico que mantiene mi dibujo apartado y sus ojos en mi cuaderno toma asiento justo a mi lado derecho. Lo examino lentamente aun en mi estado de shock; cabellos azabache, cejas gruesas, rostro cincelado, facciones definidas y unos perturbadores ojos color ámbar. El chico bufa sin quitar los ojos de mi dibujo. Escucho ruido en la entrada del salón por lo que subo la mirada y observo al chico de los ojos verdes entrar junto al mismo muchacho con el que estaba en la cafetería. Cada uno de mis músculos se tensa cuando sus ojos examinan todo el salón hasta dar conmigo, me mira unos segundos y luego frunce el ceño al encontrarse con el moreno a mi lado. Me volteo para mirar al chico junto a mí y él también tiene la mirada en el muchacho, luego sonríe con burla y se vuelve a mirarme.
- Lindo retrato.
- No quiero que digas nada.- exijo con el miedo en mi voz. – Me daría demasiada vergüenza.
- No hago favores niña.- sonríe con engreimiento y se recuesta de su silla. Genial, otro macho alfa.- a menos que reciba algo a cambio.
Mi cuerpo se tensa de nuevo y me siento derecha en mi lugar, el aún está mirándome, inquiriendo con sus ojos verdes y yo estoy enfadada, molesta como la mierda gracias al cretino junto a mí.
- Entonces, ¿Me darás algo a cambio chica?- me vuelvo para enfrentarlo con mi entrecejo totalmente fruncido, estoy harta de esto.
- Vine aquí para escapar de los abusos, prefiero quedar en ridículo antes que dejar que te aproveches de mí.
En su rostro se borra completamente la arrogancia y prepotencia, ahora solo me observa con la vista agudizada por sus largas pestañas y en su sonrisa tiembla el placer, está complacido.
- Genial, no eres una boba después de todo.- se hace hacia adelante y cierra mi cuaderno entregándomelo.- No iba a pedirte nada del otro mundo pequeña picazo.
- ¿Entonces?
- No suelo ser amable.- frunce el ceño con los ojos fijos en la pizarra.- Me gusta como dibujas, me recuerda a alguien. Lo haces muy bien.
- Gracias.- murmuro agradecida y con sorpresa, dice que no suele ser amable y tiene pinta de maton.
- Solo se mi pareja en esta clase y no le diré a Styles que has estado observándolo, además se que si me siento contigo lo molestare.
- ¿Quién es Styles?- el moreno señala con la cabeza hacia el chico de los risos, ya no me esta mirando.
- Él es Harry Styles, el segundo cretino más grande de Borya.
- ¿Quién es el primero?- pregunto creyendo saber la respuesta.
- Yo.
Me rio de su sinceridad y el se encoje de hombros. No sé por qué razón me vuelvo a mirar al chico llamado Harry y lo encuentro mirándome y frunciendo el ceño en nuestra dirección.
- Supongo que ambos compiten por ver quién es el rey de Borya.
- Si, la mayor parte del tiempo si.- se rie.- Pero nunca a estado interesado en nadie, tú lo tienes curioso.
- ¿Se conocen?
- Louis es amigo de ambos así que tenemos que convivir la mayor parte del tiempo. – Explica señalándome al chico castaño.- En la cafetería no te quito los ojos de encima.
- Es bastante intimidante.- admito.
- Es una bestia.- se queja.- Soy Zayn por cierto.
- Kiara.- extiendo mi mano y el la examina con cuidado, por un segundo creo que no va a estrecharla hasta que la toma.
Un chico de cabellos castaños pasa por el frente de nosotros y choca puños con Zayn. Detrás de él, entra un pequeña rubia de ojos celestes. Zayn la estudia de la misma forma en que el otro chico me estudia a mí y luego toma asiento en los puestos detrás de nosotros. La rubia lo piensa mucho para sentarse, sus ojos están abiertos de forma exagerada y se nota nerviosa tanto que me lo contagia. Guardo mi cuaderno en mi bolso y me concentro con en otra cosa mientras una castaña con aires de reina entra en el salón buscando con la mirada, recibe varias miradas incluidas la de, el chico junto a Harry: Louis. Ella pasa de largo sin notarlo o al menos fingiendo no hacerlo y eso me hace reir.
- ¿Qué pasa?- pregunta Zayn a mi lado.
- Nada.
Respondo aun con un poco de diversión, esto es como estar en la escuela, solo que sin Peter y sus amigos. Suelto un suspiro al recordar a mi mejor amigo y dejo caer mi cabeza en mis brazos sobre la mesa; Estoy aquí para curar mi mente lo cual es imposible. Un bufido a mis espaldas me hace levantar la cabeza, estoy demasiado curiosa hoy, no sé dónde estoy prácticamente. La rubia se ha dado la vuelta para sentarse junto a la castaña de hace unos segundos y el chico sentado detrás de mi no parece contento. Veo el cuerpo de Zayn tensarse por alguna razón y vuelvo a mirar en dirección de sus ojos: un metro ochenta en músculos y tatuajes caminando hacia nosotros.
- No hables.- murmura el moreno a mi lado y yo asiento confundida.
El hermano gemelo de termineitor me observa con los mismos ojos con los que lo hace Fabio. Siento asco, quiero correr y encerrarme para llorar, es esa misma mirada, la de mis pesadillas, pero no es el y tomo una enorme respiración y me acurruco en mi silla.
- Me sentare contigo, Payne.- rueda la silla junto al castaño y se sienta aun con sus ojos a mis espaldas, lo miro de reojo levantar su mano para alcanzar mi cabello e instantáneamente me inclino hacia adelante.- Se ve como un rico chocolate.
- Déjala en paz, Rob.
- ¿Es tu perra, Malik?
- Te lo advierto.- chasquea el moreno.
- Es bastante linda, me gustan morenas.
Un sollozo ahogado se escapa de mis labios. El psicólogo por fin entra en el salón y el tipo detrás de mí se calla. Saco mi cuaderno de nuevo para alejar mis pensamientos destructivos; Peter me prometió que todo estaría bien y así seria, no importa cuán destructiva fuera mi mente, lo alejaría. Comienzo a dibujar enormes tulipanes en una de las hojas sin parar, tengo que calmarme, no es Fabio, él no está aquí. Algo me hace detenerme y subir la mirada; son sus ojos verdes de nuevo. Está siendo obvio al mirarme, no demuestra nada pero tampoco le importa que las chicas que lo miran lo noten.
- Bueno, para los que no me conocen soy el ayudante de esta cátedra.- comienza el rubio de unos cuarenta años reclinado sobre su escritorio.- Soy el psicólogo Giuseppe Guarinno, y estaré para ustedes para lo que sea y cuando sea que lo necesiten.
(***)
El señor Guarinno se tardó quince minutos demás para dejarnos ir, remarcando que estábamos aquí para descubrirnos nosotros mismos. El moreno lo único que hizo fue quejarse toda la clase, pero a mí me entretuvo, pude alejar la mirada de Harry durante mucho rato, aun asi la sentía en mí, así como sentía la de Rob en mi espalda. Zayn me acompaño a través del campo para llegar al edificio principal hasta que la chica rubia y la castaña llegaron a nosotros, el se fue para que yo me quedara con ellas y por un segundo no estuve contenta, me puse nerviosa de no ser agradable. Ambas se presentaron y la castaña llamada Cleo no resulto ser una diva, o tal vez si un poco pero no era mala por los momentos, aunque viniendo de mi no seria raro que subestime a una persona muy rápido, por eso salgo herida todo el tiempo. Tim es bastante recelosa y lo note por como miraba al castaño, Liam. El, la miraba de forma juguetona pero ella no le hacia frente era chistoso verlo fruncir el ceño cuando ella lo ignoraba.
Veo a Zayn alejarse de nosotras mientras Cleo le explica a Tim que no puede dejarse engatusar por ese chico, Tim le responde que no hace falta que se lo diga. Ambas preguntan mi opinión pero no serviría de nada, siempre pienso lo mejor de las personas, necesito mirarlas a los ojos para saber que son. Yo solo me encojo de hombros en respuesta y sigo mirando a Zayn y a Louis. Una chica pequeña y delgada tiene la atención del moreno. Muchas personas me tachan de loca, incluso yo lo hago, se que estoy loca, pero puedo darme el lujo de observarlo todo, soy demasiado detallista y estudio perfectamente los ojos de las personas, me doy cuenta de muchas cosas y hoy me he dado cuenta que en este instituto hay demasiados corazones rotos que buscan consuelo, incluido el mío.
- Ya vayamos a los dormitorio.- se queja Cleo alejándose del centro con disgusto.
- ¿Estas enojada?
- No me gusta que me quieran hacer sentir incomoda.
- ¿Quién lo hace?- pregunto yo esta vez.
- El culon junto a tu amigo.
- Zayn no es mi amigo, es mi compañero.
- Lo que sea.- chilla rodando los ojos.- me saca de quicio. – toma nuestras muñecas y nos arrastra al edificio de los dormitorios.
Me quedo un segundo riéndome de ella hasta que mi cuerpo entero se congela debajo de su agarre. Un par de ojos negros, brillantes como la noche me miran justo en frente de nosotras, me ponen los pelos de punta y mis dedos se contraen haciéndome daño en las palmas de mis manos y Cleo me suelta volviéndose para mirarme. Debo tener el rostro lleno de horror por la expresión de ambas chicas. Él sonríe porque va a conseguir lo que ha venido a buscar, no pudo hacerlo antes de que me fuera así que ha venido a dármelo aquí, en frente de todos, su maldita sonrisa me hace querer correr pero estoy inmóvil, no puedo mover mis piernas no puedo hablar ni siquiera responder a las chicas que preguntan que me pasa de manera tan insistente, estoy a punto de entrar en un estado de coma mental de nuevo. Escucho la voz de Annie detrás de mi y siento el zarandeo de los brazos de las otras dos chicas. Fabio da un paso hacia adelante y al fin mi cuerpo responde con protección haciéndome dar uno hacia atrás lejos de él. No quiero que lo arruine para mi, solo verlo hace que todo regrese, he tenido un día diferente y él se está encargando de que mi infierno continuo aun estando lejos de su casa.
- Pequeña loca ¿Ya has entrado en uno de tus ataques?- pregunta maliciosamente y yo niego con la cabeza.
- No, aun no.
- No pude despedirme de ti en casa.- suelta un suspiro en burla como si eso lo pusiera nostálgico. La mano de Tim se aprieta más en mi brazo, ella está asustada, igual que yo. Miro en todo el lugar y compruebo que solo estamos nosotras cuatro y Fabio. – Tenia que asegurarme de no te olvidaras de mi, primita.
- No podría.
- Lo se, pero tenia que despedirme.- asegura y se acerca completamente a nosotras.- Aun estando a kilómetros de casa hare tu vida un maldito infierno, Kiara. Mi deber es recordarte lo loca que estas y lo retorcida que eres, no vas a escapar de mi aunque no me tengas frente a ti, estoy en tus pesadillas y es tu mente todo el tiempo, soy el asco, soy el odio y toda la repulsión que vez, todo va a recordarte a mi.- levanta su mano en mi dirección y el aire se escapa de mis pulmones, no puedo respirar cuando su mano me alcanza.- Incluso cuando estén tocándote me recordar.
- ¿Pasa algo?
Fabio sube la cabeza para encontrarse con el dueño de la voz ronca a nuestras espaldas. Luego vuelve a mirarme a mi. Ha conseguido lo que quiere, el asco que siento en estos momentos no se compara con nada en el mundo. Me alejo de su toque y las tres chicas están junto a mi calladas y dos de ellas fulminan al moreno frente a mi con la mirada. Cuando doy un paso lejos de Fabio, veo a Harry junto al otro chico castaño, Liam.
- Solo vine a despedirme de mi prima, nada que les importe.
- La hora de visita termino, son las nueve de la noche, así que supongo entraste hace horas.- escupe el muchacho y se acerca hacia nosotros.- Lárgate de aquí.
- Vaya.- Fabio se vuelve a mirarme.- Definitivamente hemos encontrado tu lugar, cariño. Aquí están igual de enfermos que tu.- se inclina para tocarme de nuevo y me echo de forma atropellada hacia Cleo. Me toca.- Estaré visitándote. En cuanto a ti.- se vuelve a ver al castaño.-aléjate de ella.
- No me interesa lo que tengas con ella.- sentencia el chico con ira en su voz, sus ojos verdes flamean.- Solo vete de aquí y deja de molestar. Puedes venir a verla cuando quieras en las horas de visitas, por ahora eres un grano en el culo.
Mi gesto se pone duro del terror, le está diciendo que puede venir a visitarme y yo no quiero que eso pase, la única visita que quiero es Peter no a Fabio ni a Mario y mucho menos a mis tios.
- Claro, a quien podrías importarle mas que a mi.- murmura el con una risita siniestra que me eriza la piel.- Nos vemos primita.
Respiro repetidas veces y cuento hasta diez para calmarme, no lo quiero aquí, me aterra saber que podrá venir cuando quiera y no quiero verlo de nuevo, me siento asquerosa, no puedo respirar y mis manos tiemblan, mi mente quiere ponerse en blanco y pronto lo estar. Lo miro alejarse y a Harry y Liam acercarse a nosotras. Harry solo me mira, sus ojos aun flamean y por algún motivo salgo de mi trance, hoy sus ojos me han salvado de dos ataques, necesitaba dibujarlos, necesitaba mirarlos cuando estuviera asustada, necesito música, necesito correr y esconderme en el cuarto junto a Annie. Liam, intenta colar una mano sobre mi hombro pero yo me hecho hacia atrás y Tim la aleja de un manotón.
- Solo dejala.- pide ella apretando mi mano.- Vamonos.
Me alejan del verde, el verde, el verde que necesito dibujar en mi cuaderno. Se que estamos caminando por el pasillo mientras Cleo murmura maldiciones y se queja de los hombres al igual que Annie, Tim luce callada, no dice nada, solo me arrastra, ella estaba asustada cuando Fabio se me acerco, ella también tembló cuando el intento tocarme.
- Estoy bien, chicas.- me detengo en el pasillo.- Estoy bien, solo consiguió parte de lo que quería.
- Te quedaste ahí parada sin mirar nada, sin moverte siquiera, Kiara.- murmura Ann.- obviamente es tu primo ese imbécil, ¿Qué te hizo?
- No quiero hablar de eso.
- Se supone que estoy aquí porque en este lugar nos van a mantener a salvo.- se queja Cleo.- mis nervios están de punta y tengo ansiedad.
- Todos tenemos ansiedad.
- Esto es una mierda, deberían dejarnos vivir a la nuestra.
- Eso estaría bien para mi.- concuerda Ann con la morena.
Yo también estaría de acuerdo, pero no podía opinar justo ahora, necesito salir de mi cabeza y concentrarme en las tonadas de iphone. Antes de darme cuenta ya estaba en nuestra habitacion, en silencio y sin decir nada tome mi telefono y me encerre en el baño. Tuve un dia genial, pero Fabio lo arruino, como siempre el me hacia la vida difícil. A diferencia de las chicas; yo no estaba molesta ni asustada de estar aqui, estaba malditamente aliviada por escapar de casa. Los ojos verdes de Harry regresan a mi mente sacandome de nuevo de mi trance, no lo conozco pero quiero hacerlo, Zayn me dijo que era un cretino, pero si hay algo en lo unico que soy buena es para desnudar a las personas de si mismas, y lo haria con ese chico, cueste lo que cueste, con o sin mis miedos de por medio, no me tiraria a el, pero lo estudiaria profundamente a mi distancia.
Última edición por Ariel. el Dom 17 Ene 2016, 3:07 pm, editado 2 veces
Ariel.
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Re: Tell your story |nc|
por Jaeger. Lun 10 Feb 2014, 8:29 am
DANI 
perdón por no leer antes tu cap, nena :c pero ya me pongo en marcha
perdón por no leer antes tu cap, nena :c pero ya me pongo en marcha Jaeger.
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Re: Tell your story |nc|
por hange. Dom 16 Feb 2014, 8:57 pm
maldicion, tampoco comente aqui 
DANI ;-; la verdad es que ame mucho tu cap <3 No se, la personalidad de Kiara me gusta demasiado :') es lnda <3 Y su pasado me pone con los pelos de punta ;-; eso de su primo, joder, me dan ganas de meterme a la historia y arrancarle las canicas >:c Peter es un amor de amigo :') ame cuando la llevo y cuando fue tan honesto con su sexualidad, ademas de que la ayudo a ocultar el iphone Dtesto eso de no tener musica. La musica ayuda demasiado en todo tipo de problemas.
Me gusta que ella se lleve con el malote de Zayn porque le recuerda a...bueno, eso. En fin, me encanto cuando Zayn se le puso al lado como todo un stalker(? y como Harry nunca deja de mirarla intensamente ._. el haroldo es rarito, pero sersi(? 
Y Kiara lo dibujo, que linda :') JA, Liam molesto XD AJAJAJJA porque al final Cleo le quito su sitio junto a la Tim(? ella que no lo quiere cerca, ese tonto. Ellos tiene que saber que la mayoria (o todas) las chicas los repugnan e.e Asi como con Cleo alegando que Louis la hace sentir incomoda XD
DIOS, cuando el primo idiota aparecio en Boyra Jesus, en serio, eso me asusto demasiado es un jodido maniatico, como entro? Ademas...actua tan psicopata DD: Que bueno que el rarote d Harry y Liam hayan estado alli ;cc esos temas me ponen nerviosa, en serio.
Lo ame <3 Espero el siguiente
DANI ;-; la verdad es que ame mucho tu cap <3 No se, la personalidad de Kiara me gusta demasiado :') es lnda <3 Y su pasado me pone con los pelos de punta ;-; eso de su primo, joder, me dan ganas de meterme a la historia y arrancarle las canicas >:c Peter es un amor de amigo :') ame cuando la llevo y cuando fue tan honesto con su sexualidad, ademas de que la ayudo a ocultar el iphone
Dtesto eso de no tener musica. La musica ayuda demasiado en todo tipo de problemas.Me gusta que ella se lleve con el malote de Zayn
porque le recuerda a...bueno, eso. En fin, me encanto cuando Zayn se le puso al lado como todo un stalker(? y como Harry nunca deja de mirarla intensamente ._. el haroldo es rarito, pero sersi(? Y Kiara lo dibujo, que linda :') JA, Liam molesto XD AJAJAJJA porque al final Cleo le quito su sitio junto a la Tim(? ella que no lo quiere cerca, ese tonto. Ellos tiene que saber que la mayoria (o todas) las chicas los repugnan e.e Asi como con Cleo alegando que Louis la hace sentir incomoda XD DIOS, cuando el primo idiota aparecio en Boyra
Jesus, en serio, eso me asusto demasiado es un jodido maniatico, como entro? Ademas...actua tan psicopata DD: Que bueno que el rarote d Harry y Liam hayan estado alli ;cc esos temas me ponen nerviosa, en serio.Lo ame <3 Espero el siguiente
hange.
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Re: Tell your story |nc|
por Cami Mar 18 Feb 2014, 10:23 am
Luego leo el cap <3 Perdón por no hacerlo antes, pero es que estuve de vacaciones. Kande subirá y luego lo haré yo, ya lo arreglamos así.
Cami
Capitulo siete.
por Jaeger. Sáb 22 Feb 2014, 11:14 am
Capítulo 07
Becca Bush
Mirando la ventana a través de las rejas me di cuenta que el amanecer nunca había sido igual que todos los demás en los que era protagonista del hecho. Tal vez porque a estas horas siempre estaba dormida o drogada, o tal vez en la cama de algún extraño que no le importaba darme dinero con la condición de que me acostara con él.
Frote mis brazos cuando sentí el nudo de mi garganta subiendo cada vez más, tenía muchas ganas de vomitar y el sueño comenzaba a apoderarse de mi cada vez más, pero enserio no podía dormir cuando estaba tan desesperada por un poco de cocaína. La angustia y la ansiedad me volvían histérica, caminando de un lado a otro por toda la habitación e incluso llegue a hacer abdominales para tranquilizarme un poco, quedarme agotada y exigir un descanso lo más antes posible. Bonnie había estado en todo momento y decidió darme mi espacio y su apoyo silencioso. Creía que si me hubiera hablado en aquellos instantes terminaría mandándola a la mierda, usándola como una manera de descargue.
– ¿Becca? – escuche el murmullo somnoliento de mi compañera de cuarto.
Mire por encima de mi hombro como la rubia se iba despertando poco a poco mientras se refregaba los puños sus ojos y me observaba con el ceño fruncido.
– Siento si te desperté – masculle y volví hacia la ventana, siendo presa una vez más del precioso amanecer que se veía producido delante de mí.
– No te preocupes, no es nada – aseguro. Di gracias nuevamente al Señor por darme una compañera de cuarto para nada entrometida y tranquila, de lo contrario no sé qué podría hacer con este humor de perros que estaba portando.
Solté un suspiro y decidí que era momento de despedirme del amanecer para ir a darme un refrescante baño y comenzar el día, o bien, lo continuaría. Solo esperaba que Garrett y su espíritu alegre me dejaran de joder este día antes que le diera una patada en las pelotas, y estaba segura que dejaría toda timidez y cautela de lado.
– ¿Necesitas algo? – pregunto Bonnie. Oí el correr de sus sabanas y sus pasos tímidos sobre la alfombra, acercándose a mí.
– Sí.
– ¿Qué es? – volvió a preguntar, esta vez se colocó a mi lado y observo conmigo el precioso amanecer.
– Libertad – sentencie sin cambiar mi fría e indiferente expresión. Por mucha angustia, ansiedad u otro tipo de sentimiento que experimente, todo iba a ser en vano. Borya me tendría atrapada muchísimo tiempo.
La biblioteca era un buen refugio para cualquiera de aquí, aunque también estaba la sala de juegos, pero era una habitación a la cual poco interés tenía de entrar. No era que me fascinara leer libros, pero las obras de teatro habían sido mi debilidad a la mañana siguiente después de que me acosté con un tipo que tenía miles de obras clásicas. No evite leer una por pura curiosidad, siempre me habían parecido un poco interesantes, pero también un tanto aburridas. Sin embargo, descubrí que no es tan malo como lo parece.
El estante de "Clásicos" estaba delante de mí, ofreciéndome cualquier variedad de obras. Decidí esta vez buscar algo sin un trágico romance como los de Shakespeare y tome a Oscar Wilde con "La importancia de llamarse Ernesto". El título atraía y estaba segura que Wilde y su maravillosa ironía y sarcasmo no llegarían a decepcionarme.
Me senté en la alfombra que cubría el suelo para leer el libro, prefería ello que estar con un montón de extraños y quizá más problemáticos que yo. Quería que mi estadía en la mierda de Borya llegara a ser lo más tranquila y pacífica, podría salir de aquí antes de lo que se estimaba y volvería a hacer de las mías, obviamente, no sin antes de desaparecer del mapa de la vida de mi padre no reconocido y mi hermana legitima. La bastarda de Rebecca ya había tenido suficiente caridad y era una perra mala agradecía que prefería el sexo, el tabaco y la cocaína.
– Disculpa – dijo una voz femenina, sacándome de mi lectura. Levante la mirada y observe a una muchacha rubia y de cabellos largos, ojos verde esmeralda y una expresión pacífica y llena de serenidad – Pero estas sentada detrás del libro que necesito.
Asentí sin más y me incorpore sobre mis pies para dejar que la rubia sacara su dichoso libro. Gire sobre mis talones cuando vi que lo sacaba del estante y comencé a caminar hacia una parte más lejana de la biblioteca.
– Muchas gracias – la escuche por detrás, pero solo asentí con la cabeza y seguí caminando hasta doblar a la izquierda. Realmente ese día no me apetecía hacer amistades como tampoco esforzarme por lograr algo. Solo quería un libro y sumergirme en aquel mundo.
La biblioteca era bastante grande para mi suerte, por lo que un lugar apartado del mundo podría encontrar si es que ya no estaba ocupado. Observe a cuatro estantes una esquina que se veía bastante solitaria y tranquila, lo cual era perfecto para mí. Me dispuse a seguir caminando de manera perezosa y silenciosa al mismo tiempo, no se me conocía por ser demasiado ruidosa y con los años de vivir con Jeff me gane la habilidad de ser tan invisible; sin ningún ruido o aparición detectado.
A medida que mis pasos iban haciéndose más cercanos a la esquina, también ciertos ruidos extraños comenzaron a llegar a mis oídos. Fruncí el ceño y me pregunte que carajos estaba pasando, pero cuando asome mi cabeza al último estante, me di cuenta que el sexo del todo aquí no estaba prohibido. Había una muchacha de cabellera de fuego que estaba apoyada contra los libros mientras se mordía el labio inferior, tratando de suprimir los gemidos y jadeos que su garganta luchaba por sacar de su boca ante tanto placer y excitación, y detrás de ella se encontraba aquel moreno que le había partido la cara al pelirrojo el primer día que llegue a Borya. Era alto y de una compostura musculosa con tatuajes en ambos brazos; se había dejado crecer la barba de hacía unos pocos días, y se mantenía más concentrado en seguir embistiendo a la pelirroja por detrás.
Sentí cierto asco al verlos coger tan libremente cuando alguien podría descubrirlos, pero no era problema mío, así que solo decidí que era hora de irme. Sin embargo, antes que pudiera girar sobre mis pies y marcharme, los ojos mieles del moreno se centraron en mí, aun toqueteando el pecho descubierto de la muchacha y embistiéndola. No supe definir la expresión de su rostro, tampoco me importo demasiado. Solo revolee los ojos y me marche de allí lo más rápido que pude. Si llegaba a venir alguien no quería meterme en problemas por andar de curiosa.
Llegue al otro extremo de la biblioteca y me senté allí a leer de una buena vez en paz. Habría pasado diez minutos después desde el ángulo en el que estaba en que vi salir a la pelirroja con una sonrisa de oreja a oreja en su rostro y minutos después al moreno. Este parecía buscar a alguien con la mirada con cierta desesperación. Decidí ignorar al play boy y volví a las últimas páginas de mi libro, y de un momento a otro, la obra había desaparecido de mis manos con brusquedad y cayó al lado izquierdo del pequeño pasillo de estantes y libros. Levante la mirada y allí estaban esos ojos mieles mostrándose fríos y llenos de ira. Me encogí y de inmediato mire mis manos que se reposaban sobre mis rodillas. ¿Qué demonios quería? ¿Creía que iba a decirle a Garrett o algún idiota parecido lo que había visto? ¿Realmente creía que a mí me importaba mandar a alguien al frente cuando ni siquiera lo conocía?
– Mas te vale que te quedes callada, rubia, porque me importara un bledo que seas mujer – advirtió para luego marcharse.
Lo observe de reojo, su caminar era de una persona segura y ruda, podía darme cuenta que era un sujeto intimidante por la manera en que todos se alejaban de él cuando pasaba cerca de alguien.
Solté un suspiro y me estire para alcanzar el libro. Volví a mi lectura, aun teniendo en mente aquellos ojos mieles tan preciosas, pero tan maliciosos y llenos de dolor.
La clase de pintura era lo más aburrido y estúpido que pudiera existir, sin embargo era obligatorio y me negaba a tener algún tipo de problema en mi estadía. Dijeron que debía dibujar algo con lo que me sintiera identificada, pero no lograba que una sola idea en mi cabeza.
No había nada con lo que me sintiera identificada, salvo con las canciones de Ozzy Osbourne, pero no me creía capas de dibujar al Príncipe de las Tinieblas y su maravilloso resplandor oscuro. Y entonces recordé la paloma blanca de la portada de uno de sus discos.
Tome una brecha y comencé a pintar todo el cuadro negro mientras dejaba pequeños espacios en blanco. Agarre un pincel más delgado y comencé a hacerle pequeñas formas hasta que se formaron palomas blancas volando. Sin embargo, aun sentía que algo faltaba.
Sin esperar a que la pintura se secara, comencé a pincelar en rojo hasta convertirlo en pequeñas cortinas alrededor de las palomas blancas. Cuando el cuadro estuvo listo, la clase ya había terminado.
– Wow, eso sí es satánico – comento alguien a mi lado. No voltee a verla, sino que seguí mirando mi dibujo una y otra vez sin algún pensamiento coherente por mi mente. – Cuando la señora Harries lo vea se volverá loca.
Asentí con la cabeza y deje asomar una pequeña sonrisa de tan solo imaginarme a la vieja cincuentona con poca paciencia y amante del arte. Mire a mi lado a la muchacha que estaba a su vez mirando mi cuadro, era de casi mi misma estatura, solo que ella era más alta que yo; su cabello castaño y largo hasta los hombros, de ojos grandes y marrones, con una pequeña nariz respingada. Se notaba que era una chica con bastante carácter y no había que joderla demasiado como para que te golpee, todo lo contrario a mí.
– ¿Cómo le pondrás? – pregunto dirigiendo su vista hacia a mí – Soy Cleo, por cierto.
– Soy Becca – conteste, estrechando la mano con ella. La solté y mire el cuadro de nuevo, volviendo a sonreír un poquito – Se llamara "No más lágrimas".
Una vez más, agradecía a Ozzy Osbourne y su manera tan rara de inspirarme.
Frote mis brazos cuando sentí el nudo de mi garganta subiendo cada vez más, tenía muchas ganas de vomitar y el sueño comenzaba a apoderarse de mi cada vez más, pero enserio no podía dormir cuando estaba tan desesperada por un poco de cocaína. La angustia y la ansiedad me volvían histérica, caminando de un lado a otro por toda la habitación e incluso llegue a hacer abdominales para tranquilizarme un poco, quedarme agotada y exigir un descanso lo más antes posible. Bonnie había estado en todo momento y decidió darme mi espacio y su apoyo silencioso. Creía que si me hubiera hablado en aquellos instantes terminaría mandándola a la mierda, usándola como una manera de descargue.
– ¿Becca? – escuche el murmullo somnoliento de mi compañera de cuarto.
Mire por encima de mi hombro como la rubia se iba despertando poco a poco mientras se refregaba los puños sus ojos y me observaba con el ceño fruncido.
– Siento si te desperté – masculle y volví hacia la ventana, siendo presa una vez más del precioso amanecer que se veía producido delante de mí.
– No te preocupes, no es nada – aseguro. Di gracias nuevamente al Señor por darme una compañera de cuarto para nada entrometida y tranquila, de lo contrario no sé qué podría hacer con este humor de perros que estaba portando.
Solté un suspiro y decidí que era momento de despedirme del amanecer para ir a darme un refrescante baño y comenzar el día, o bien, lo continuaría. Solo esperaba que Garrett y su espíritu alegre me dejaran de joder este día antes que le diera una patada en las pelotas, y estaba segura que dejaría toda timidez y cautela de lado.
– ¿Necesitas algo? – pregunto Bonnie. Oí el correr de sus sabanas y sus pasos tímidos sobre la alfombra, acercándose a mí.
– Sí.
– ¿Qué es? – volvió a preguntar, esta vez se colocó a mi lado y observo conmigo el precioso amanecer.
– Libertad – sentencie sin cambiar mi fría e indiferente expresión. Por mucha angustia, ansiedad u otro tipo de sentimiento que experimente, todo iba a ser en vano. Borya me tendría atrapada muchísimo tiempo.
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La biblioteca era un buen refugio para cualquiera de aquí, aunque también estaba la sala de juegos, pero era una habitación a la cual poco interés tenía de entrar. No era que me fascinara leer libros, pero las obras de teatro habían sido mi debilidad a la mañana siguiente después de que me acosté con un tipo que tenía miles de obras clásicas. No evite leer una por pura curiosidad, siempre me habían parecido un poco interesantes, pero también un tanto aburridas. Sin embargo, descubrí que no es tan malo como lo parece.
El estante de "Clásicos" estaba delante de mí, ofreciéndome cualquier variedad de obras. Decidí esta vez buscar algo sin un trágico romance como los de Shakespeare y tome a Oscar Wilde con "La importancia de llamarse Ernesto". El título atraía y estaba segura que Wilde y su maravillosa ironía y sarcasmo no llegarían a decepcionarme.
Me senté en la alfombra que cubría el suelo para leer el libro, prefería ello que estar con un montón de extraños y quizá más problemáticos que yo. Quería que mi estadía en la mierda de Borya llegara a ser lo más tranquila y pacífica, podría salir de aquí antes de lo que se estimaba y volvería a hacer de las mías, obviamente, no sin antes de desaparecer del mapa de la vida de mi padre no reconocido y mi hermana legitima. La bastarda de Rebecca ya había tenido suficiente caridad y era una perra mala agradecía que prefería el sexo, el tabaco y la cocaína.
– Disculpa – dijo una voz femenina, sacándome de mi lectura. Levante la mirada y observe a una muchacha rubia y de cabellos largos, ojos verde esmeralda y una expresión pacífica y llena de serenidad – Pero estas sentada detrás del libro que necesito.
Asentí sin más y me incorpore sobre mis pies para dejar que la rubia sacara su dichoso libro. Gire sobre mis talones cuando vi que lo sacaba del estante y comencé a caminar hacia una parte más lejana de la biblioteca.
– Muchas gracias – la escuche por detrás, pero solo asentí con la cabeza y seguí caminando hasta doblar a la izquierda. Realmente ese día no me apetecía hacer amistades como tampoco esforzarme por lograr algo. Solo quería un libro y sumergirme en aquel mundo.
La biblioteca era bastante grande para mi suerte, por lo que un lugar apartado del mundo podría encontrar si es que ya no estaba ocupado. Observe a cuatro estantes una esquina que se veía bastante solitaria y tranquila, lo cual era perfecto para mí. Me dispuse a seguir caminando de manera perezosa y silenciosa al mismo tiempo, no se me conocía por ser demasiado ruidosa y con los años de vivir con Jeff me gane la habilidad de ser tan invisible; sin ningún ruido o aparición detectado.
A medida que mis pasos iban haciéndose más cercanos a la esquina, también ciertos ruidos extraños comenzaron a llegar a mis oídos. Fruncí el ceño y me pregunte que carajos estaba pasando, pero cuando asome mi cabeza al último estante, me di cuenta que el sexo del todo aquí no estaba prohibido. Había una muchacha de cabellera de fuego que estaba apoyada contra los libros mientras se mordía el labio inferior, tratando de suprimir los gemidos y jadeos que su garganta luchaba por sacar de su boca ante tanto placer y excitación, y detrás de ella se encontraba aquel moreno que le había partido la cara al pelirrojo el primer día que llegue a Borya. Era alto y de una compostura musculosa con tatuajes en ambos brazos; se había dejado crecer la barba de hacía unos pocos días, y se mantenía más concentrado en seguir embistiendo a la pelirroja por detrás.
Sentí cierto asco al verlos coger tan libremente cuando alguien podría descubrirlos, pero no era problema mío, así que solo decidí que era hora de irme. Sin embargo, antes que pudiera girar sobre mis pies y marcharme, los ojos mieles del moreno se centraron en mí, aun toqueteando el pecho descubierto de la muchacha y embistiéndola. No supe definir la expresión de su rostro, tampoco me importo demasiado. Solo revolee los ojos y me marche de allí lo más rápido que pude. Si llegaba a venir alguien no quería meterme en problemas por andar de curiosa.
Llegue al otro extremo de la biblioteca y me senté allí a leer de una buena vez en paz. Habría pasado diez minutos después desde el ángulo en el que estaba en que vi salir a la pelirroja con una sonrisa de oreja a oreja en su rostro y minutos después al moreno. Este parecía buscar a alguien con la mirada con cierta desesperación. Decidí ignorar al play boy y volví a las últimas páginas de mi libro, y de un momento a otro, la obra había desaparecido de mis manos con brusquedad y cayó al lado izquierdo del pequeño pasillo de estantes y libros. Levante la mirada y allí estaban esos ojos mieles mostrándose fríos y llenos de ira. Me encogí y de inmediato mire mis manos que se reposaban sobre mis rodillas. ¿Qué demonios quería? ¿Creía que iba a decirle a Garrett o algún idiota parecido lo que había visto? ¿Realmente creía que a mí me importaba mandar a alguien al frente cuando ni siquiera lo conocía?
– Mas te vale que te quedes callada, rubia, porque me importara un bledo que seas mujer – advirtió para luego marcharse.
Lo observe de reojo, su caminar era de una persona segura y ruda, podía darme cuenta que era un sujeto intimidante por la manera en que todos se alejaban de él cuando pasaba cerca de alguien.
Solté un suspiro y me estire para alcanzar el libro. Volví a mi lectura, aun teniendo en mente aquellos ojos mieles tan preciosas, pero tan maliciosos y llenos de dolor.
***
La clase de pintura era lo más aburrido y estúpido que pudiera existir, sin embargo era obligatorio y me negaba a tener algún tipo de problema en mi estadía. Dijeron que debía dibujar algo con lo que me sintiera identificada, pero no lograba que una sola idea en mi cabeza.
No había nada con lo que me sintiera identificada, salvo con las canciones de Ozzy Osbourne, pero no me creía capas de dibujar al Príncipe de las Tinieblas y su maravilloso resplandor oscuro. Y entonces recordé la paloma blanca de la portada de uno de sus discos.
Tome una brecha y comencé a pintar todo el cuadro negro mientras dejaba pequeños espacios en blanco. Agarre un pincel más delgado y comencé a hacerle pequeñas formas hasta que se formaron palomas blancas volando. Sin embargo, aun sentía que algo faltaba.
Sin esperar a que la pintura se secara, comencé a pincelar en rojo hasta convertirlo en pequeñas cortinas alrededor de las palomas blancas. Cuando el cuadro estuvo listo, la clase ya había terminado.
– Wow, eso sí es satánico – comento alguien a mi lado. No voltee a verla, sino que seguí mirando mi dibujo una y otra vez sin algún pensamiento coherente por mi mente. – Cuando la señora Harries lo vea se volverá loca.
Asentí con la cabeza y deje asomar una pequeña sonrisa de tan solo imaginarme a la vieja cincuentona con poca paciencia y amante del arte. Mire a mi lado a la muchacha que estaba a su vez mirando mi cuadro, era de casi mi misma estatura, solo que ella era más alta que yo; su cabello castaño y largo hasta los hombros, de ojos grandes y marrones, con una pequeña nariz respingada. Se notaba que era una chica con bastante carácter y no había que joderla demasiado como para que te golpee, todo lo contrario a mí.
– ¿Cómo le pondrás? – pregunto dirigiendo su vista hacia a mí – Soy Cleo, por cierto.
– Soy Becca – conteste, estrechando la mano con ella. La solté y mire el cuadro de nuevo, volviendo a sonreír un poquito – Se llamara "No más lágrimas".
Una vez más, agradecía a Ozzy Osbourne y su manera tan rara de inspirarme.
- c:
- ¡Holis! Me disculpo por mi tardanza :c pero estos días estuve pintando mi cuarto y se me fue imposible siquiera conectarme :c Realmente lo siento.
El capitulo no es el mejor ni tampoco de mis preferidos, pero aparece Zayn <3 Por cierto, esa chica rubia era Tim(?) solo que decidí que aun no se conocieran formalmente(?)
En fin, espero que el cap sea de su agrado y lamento haberlas echo esperar. Una observación que debo hacer es el concepto de "Principe de las Tinieblas". Es el apodo que se le ha dado a Ozzy Osbourne después de su larga y exitosa carrera como uno de los mejores del heavy c:
"No más lágrimas" es una canción de Ozzy e.e
Sigue Cami
Jaeger.
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Re: Tell your story |nc|
por Jaeger. Sáb 22 Feb 2014, 11:26 am
Dani por fin puedo comentar tu capitulo c: lo ame lo ame <3aunque ese puto deFabio deberia morir, enserio que deberia caerse muerto en algun lugar por ser tan hijo de perra y hacerle algo asi a la pobre de Kiara :c
Zayn y Kiara haran un duo genial xd no sé, lo presiento(?) Aunque me intriga mucho como las cosas con Harry se van formando.
Ame tu capitulo, nena <3<3
por fin puedo comentar tu capitulo c: lo ame lo ame <3aunque ese puto deFabio deberia morir, enserio que deberia caerse muerto en algun lugar por ser tan hijo de perra y hacerle algo asi a la pobre de Kiara :c Zayn y Kiara haran un duo genial xd no sé, lo presiento(?) Aunque me intriga mucho como las cosas con Harry se van formando.
Ame tu capitulo, nena <3<3
Jaeger.
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Re: Tell your story |nc|
por hange. Lun 10 Mar 2014, 5:21 pm
.________. recien veo que subiste, Kande D: lo siento. Leere y comentare <3
hange.
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Re: Tell your story |nc|
por Ariel. Miér 19 Mar 2014, 6:54 pm
Kande ya no recuerdo muy bien de que iba el cap, pero recuerdo que me gusto mucho tal y como siempre me gustan tus caps, y siento mucho no haber comentado bien, pero sabes todo lo que esta pasando a mi alrededor, siento que estoy viviendo en el libro de divergente -.-! asi que prometo que volvere a leer y comentar bien bebe :(L): Te amiss, y te extraño un monton en el WA T.T
ya no recuerdo muy bien de que iba el cap, pero recuerdo que me gusto mucho tal y como siempre me gustan tus caps, y siento mucho no haber comentado bien, pero sabes todo lo que esta pasando a mi alrededor, siento que estoy viviendo en el libro de divergente -.-! asi que prometo que volvere a leer y comentar bien bebe :(L): Te amiss, y te extraño un monton en el WA T.TAriel.
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