ÍndiceConectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
|
Equipo de Diseño
|
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Tell your story |nc|
Página 11 de 30. • Comparte
Página 11 de 30. • 
1 ... 7 ... 10, 11, 12 ... 20 ... 30
Re: Tell your story |nc|
por hange. Vie 27 Jun 2014, 3:32 pm
yo 
se supone que sigue Cata :c pero le preguntare que si pasamos su turno.
se supone que sigue Cata :c pero le preguntare que si pasamos su turno. hange.
-----
Re: Tell your story |nc|
por Jaeger. Jue 03 Jul 2014, 9:52 pm
Melissa, mejor subí vos n.n luego subirá cata :3
Jaeger.
----
Re: Tell your story |nc|
por Mess. Vie 04 Jul 2014, 11:47 am
Capítulo 08
Bonnie
Me dejé caer sentada en el borde de la cama para evaluar la calidad del colchón que aparentemente parecía ser un bloque de cemento. No me equivocaba. Era el colchón más duro e incomodo en que me había acostado a lo largo de toda mi vida. Me levanté soltando un suspiro de resignación y tomé la maleta para dejarla sobre la cama, comenzar a desempacar mis cosas y guardarlas en el armario que estaba junto a mi cama. Me detuve al escuchar una puerta crujir al abrirse. Miré hacia la puerta de entrada, sin embargo, esta no estaba abierta. Se trataba de una puerta que estaba dentro de la habitación mediante la cuál, salía una chica rubia. Deduje que se trataría de nuestro baño “privado”. La chica me miró por un instante para luego bajar su mirada hasta sus pies y posteriormente avanzar hasta su cama. Desvié mi atención hasta el armario para seguir desempacando mis cosas. Este era el tipo de ropa que había soñado tener desde que fui una niña, sin embargo no se había dado la oportunidad ya que cuando era una pequeña, mi padre era un hombre vagabundo —de quién tengo vagos recuerdos puesto que tenía cuatro años— que apenas podía mantenerse a sí mismo por lo que me vestía con trapos que los ricos tiraban a la basura. Ni siquiera cuando una familia más “decente” me acogió pude tener ropa bonita, ya que la única ropa que recibía de mis “padres” eran remeras cortas y faldas o hot pants que llegaban dos dedos por debajo de mi trasero, obligándome a lucir como prostituta tras hacerme ejercer como tal y beneficiarse a ellos mismos económicamente.
Pensar en aquellos episodios de mi vida, me provocó nauseas y mareos, haciendo que sentarme el “bloque de cemento” fuera inevitable. Me tardó un tiempo recomponerme pero finalmente lo logré, justo a tiempo para cuando Garret abría la puerta, asomaba su cabeza por la rendija y nos miraba con su característica sonrisa de psicópata.
— Oh, veo que ya se han conocido — comentó abriendo la puerta en su totalidad y entrando en la habitación. Esperé para ver si mi compañera de cuarto hablaba para responder ya que yo no tenía ni la menor idea de que decir, no se me daba bien socializar ni menos responder a interrogantes. Tras la nula respuesta de nuestra parte, el hombre lanzó un suspiro borrando por un instante su sonrisa para luego recomponerla casi al instante. Con un movimiento de manos nos indicó que nos levantáramos, a lo que obedecimos — Rebecca — Se dirigió a mi compañera de cuarto — ella es Bonnie Beverly — La chica, Rebecca, me miró por una fracción de segundos — Bonnie, ella es Rebecca Bush — Pasé mi atención desde el hombre hasta la rubia, quien me miraba y por primera vez, no apartaba la mirada. Nos saludamos con un leve apretón de manos y luego nos volvimos hacia Garret esperando que se conformara con lo que acababa de ver. — En fin, ¿Qué tal si les hago un recorrido por las instalaciones y conocen a su grupo de terapia? ¡Será genial para ustedes! —Agregó.
Sin obtener respuestas, el hombre se dio media vuelta y salió del cuarto dejando la puerta abierta invitándonos a seguirle. Sin esperar a que la chica que estaba a escasos metros de mí se moviera, tomé la iniciativa de abandonar la habitación y seguirle. Internamente agradecí al hombre de la sonrisa por dejarnos salir de aquel cuarto de seis por seis ya que yo no era de ese tipo de chicas que le agrada estar encerrada en un cuarto, es más, me apestaba, sobretodo teniendo que compartirlo con una completa desconocida cuyo silencio y miradas avergonzadas, creaban una atmósfera de tensión e incomodidad.
El lugar se veía desierto, como si se tratara de un internado escolar a punto de iniciar sus clases anuales luego del tan anhelado verano que traería consigo, chismes, historias y vivencias que inundarían las aulas y pasillos por semanas, sin embargo, este lugar estaba lejos de parecerse a un internado y sus internos estaban lejos de contar sus tristes historias de por qué se encontraban en este lugar y menos con completos desconocidos. Recorrer el lugar antes de que llegaran los demás internos era el mejor privilegio que me podrían haber dado ya que podía recorrer el lugar libremente. No estaba mal, pero definitivamente este no era un lugar para mí.
El tiempo de libertad se acabó y tuvimos que devolvernos a nuestro cuarto. Rebecca se puso a desempacar sus cosas y a guardarlas en el armario. Decidí que debía hacer algo productivo para matar el tiempo, así es que hurgué en el armario para buscar un medio de distracción. Entre mis cosas había una croquera y y un conjunto de lápices de grafito de diversos tamaños y tonalidades de grises. “— Gracias Chicos—” agradecí a mis rescatadores mentalmente con una enorme sonrisa en el rostro. Mi tarde estaba completa.
Nunca había estado tan concentrada en mi vida como lo estaba en ese momento difuminando el contorno de las alas del ángel para darle la impresión de sombra e iluminación con respecto al foco de luz, sin embargo, era demasiado bueno para ser verdad ya que apenas una cajita calló de la cama de mi compañera de cuarto, mi atención se desvió a esta. Mis cejas se levantaron automáticamente en gesto de sorpresa y una sonrisa se dibujó en mi rostro al ver de lo que se trataba: Una cajetilla de cigarro. ¿Como había logrado introducir cigarrillos aquí?
— Rebecca… — Le llamé.
— ¿Sí?
— ¿Has traído tabaco en tu bolso? — pregunté mirando la cajetilla de cigarros. El rostro de la chica se puso pálido de la sorpresa. Rodeó la cama, tomó la cajetilla y se devolvió hacia el armario para continuar con su tarea. Al parecer la chica no iba a responder y yo no iba a presionarla por una respuesta así es que continué con lo mío.
― Por favor, no digas nada ― Rompió el silencio. Le miré, esta seguía de espaldas.
― Esta bien.
A eso de las tres de la tarde, tres golpes en la puerta llamaron nuestra atención. Ninguna de las dos respondió pero aún así, Garret se asomó por la puerta invitándonos a hacer abandono de la habitación para ir a comer algo. Nos sugirió que nos sentáramos juntas con una actitud optimista desbordante ¿Realmente esa era su personalidad o estaba obligado a mostrarse tan… efusivo por tratar con “personas de nuestro tipo”?
Al parecer, fuimos las primeras en salir de nuestras habitaciones ya que en el trayecto, pasamos por otras habitaciones avisando a otros “internos” de la hora de comer.
Llegamos a la cafetería, y como sugirió Garrett, me senté con Bonnie en una mesa apartada las dos solas después de buscar la bandeja con nuestra cena. Tal como nuestro “guía” había sugerido, Rebecca y yo nos sentamos juntas en una de las tantas mesas blancas vacías.
― Aquí son más extraños ― murmuré estudiando el lugar detenidamente.
― Si tú estas aquí, significa que también eres tan extraña como ellos… y como yo ― Habló la rubia mirando su almuerzo. ― Lo que no entiendo es porque me siento como si en una jauría de leones.
― Y fueras un pedazo de carne que comer ― completé, asintiendo. Era exactamente lo que yo pensaba. ― Comprendo.
Para variar, la hora del almuerzo finalizó con altercados tras la pelea entre un grupo de chicos. Rebecca y yo decidimos irnos a la habitación por cuenta propia, sin esperar a que Garret nos diera las indicaciones correspondientes.
El día no tardó en terminar y la noche se asomaba tras la retirada del crepúsculo, dando por finalizada nuestro primer día como “internos”.
Los primeros rayos de sol comenzaron a filtrarse por las claras cortinas, sin mencionar que aquella que estaba justo en la cabecera de la cama de mi compañera de cuarto, estaba abierta de par en par. Intenté ignorar la claridad de la habitación tapándome completamente por bastante tiempo, dándome vueltas en la cama sin resultado alguno. Tras darme por vencida, abrí los ojos costosamente intentando acostumbrarme a la luz. Miré a mi compañera de cuarto, esta miraba por su ventana.
— ¿Becca? — Susurré levantando mi tronco levemente ayudada de mis codos. La chica me miró por sobre su hombro.
— Siento si te desperté — respondió seca para luego volver inmediatamente su atención a su ventana.
— No te preocupes, no es nada — respondí. Miré a los pies de la cama donde estaban los lápices esparcidos, entonces recordé que me había quedado dormida dibujando. Miré el piso en busca de mi croquera de dibujo abierta en una página en blanco y algunas hojas dobladas, seguramente al caer. Dejé los lápices y la croquera en el cajón de mi mesa de noche y me dejé caer en la cama una vez más. No tenía ni la menor idea de las actividades de hoy. Me daba la impresión que cada día aquí sería incierto, sin tener ni la menor idea de lo que sucedería el próximo día ni cuando saldría de aquí. La idea de salir de Borya me aterraba… Mi futuro era tan incierto que me aterraba lo que tendría que enfrentar cuando saliera de este lugar. Definitivamente tendría que sobrevivir al mundo sola, sin ayuda de nadie y eso era lo que más me asustaba puesto que yo no tenía idea de como desenvolverme sola o tomar mis propias decisiones, siempre eran quienes tenían mi custodia los que decidían por mí. Intenté controlar mi ansiedad convenciéndome de que definitivamente faltaba mucho tiempo para que pudiera pensar en salir de este lugar. Para esta gente yo estaba demasiado jodida como para dejarme ir tan pronto.
Me senté en la cama nuevamente y tiré las sabanas hacia atrás al tiempo que Becca se levantaba de su cama y sacaba una toalla para dirigirse al baño.
— ¿Necesitas algo? — Pregunté mientras me levantaba y me estiraba despojándome de la intensa pereza que sentía.
— Sí.
— ¿Qué? — Pregunté tomando posición a su lado.
— Libertad… — Respondió firme y segura. Eso era lo que todos querían menos yo… más bien yo no tenía idea de que era lo que quería.
Becca tardó un buen rato en la ducha, tiempo que me tomé para ordenar el desorden del lado que me correspondía. Cuando la chica salió del baño ingresé yo para poder asearme y relajarme bajo el agua tibia. Cuando salí del cuarto de baño, Becca no estaba.
Decidí que sería buena idea salir a recorrer y buscar el auditorio de música. Al parecer era muy temprano para la gran mayoría ya que los pasillos estaban completamente desiertos. Seguí la ruta que indicaba uno de los mapas del lugar que estaban en cada pasillo y afortunadamente no tardé en dar con mi destino.
El lugar era hermoso, todo estaba delicadamente ordenado y organizado. Había de todo tipo de instrumentos musicales y lo mejor es que estaban disponibles a cualquier hora. Caminé hasta el instrumento más grande del lugar, aquel instrumento que me traía un sin fin de recuerdos: El piano. Era un majestuoso ejemplar de caoba clara con aplicaciones en plata y su aspecto daba la impresión de poco uso. Me senté en el banquillo sintiendo como los huesos de mi trasero entraban en contacto con él incomodándome. Sin embargo, eso no fue suficiente para alejarme del instrumento y toda molestia e incomodidad se esfumo cuando mis dedos tocaron la primera nota. Una sonrisa de dibujó en mi rostro apenas mis dedos tocaron los primeros acordes de aquella canción que tanto me costó aprender cuando tenía apenas trece años. Los recuerdos inundaron mi mente repentinamente con un azote de angustia y anhelo. Su sonrisa , su voz, sus ojos, su delicadeza… todo estaba grabado a fuego en mi memoria, aquel primer amor imposible que se había robado mi joven corazón. No cabía duda alguna del por qué el sentimiento de amor hacia él y aquel día en que las cosas se tornaron de color rosa comenzó a materializarse en mi memoria a medida que los acordes de “Kiss The Rain” comenzaban a sonar: Era un día miércoles habitual en que mis padres me iban a dejar a la casa de un nuevo “cliente”. Sin embargo este cliente estaba lejos de parecerse a los cerdos que pagaban por acostarse conmigo haciendo mi vida una desgracia. Su nombre era Gabriel y tenía veinticinco años en aquel entonces. Era un joven que estaba por terminar su internado de medicina para comenzar a ejercer. Era un amante de la música y el arte, dos de sus hobbies favoritos.
Recuerdo que aquel día, mis “padres” me abandonaron a mi suerte —como siempre— y yo sin saber que hacer plantada en la puerta de su casa. Me invitó a pasar a la sala de estar y me sentó delicadamente de los hombros. Allí fue donde me explicó que él averiguaba de redes de prostitución infantil para poder ayudar a las menores y yo no eran excepción. Él pagaba supuestamente para “acostarse” con las niñas, sin embargo, eso nunca pasaba… En el fondo, el gastaba su dinero para que las niñas pasaran un instante grato, para darles de comer, para dejarles ver la televisión e incluso dejarlas usar la computadora. Luego de explicarme que definitivamente no me pondría las manos encima, me preguntó qué quería hacer. Sin duda lo sorprendí con mi respuesta, ya que lo primero que hice fue mirar el enorme piano que adornaba la sala. Esa noche se dedicó a enseñarme a tocar algunas notas y decidió que me daría clases de piano hasta que me hiciera un experta. Nunca me había sentido tan feliz.
Cuando su tiempo terminó y mis padres llegaron a la puerta de su casa, la pena y la angustia me asaltaron haciéndome caer en un estado de desesperación que provocó que mis lagrimas asomaran y nublaran la mirada. Entonces fue allí cuando le pregunté:
—“¿Volverás a llamar por mí?”—Su hermosa sonrisa apareció en su rostro, me secó las lágrimas rebeldes que caían por mis mejillas y me quitó un mechón de la cara para ponerlo tras de la oreja.
—“Que no te quepa duda alguna”— Respondió.
Y así fue. Llamaba para “contratar mis servicios” todos los miércoles y sábados todas las semanas, sin fallar ni un solo día durante dos años consecutivos hasta que cumplí los quince años, cuando mis padres descubrieron que no pagaba por acostarse conmigo. En ese entonces ya me había enamorado de él en secreto, una amor imposible e inocente. No lo volví a ver nunca más.
Las notas finales de la canción no tardaron en llegar, como también la nostalgia y las ganas de volver a verlo. ¿Que sería de él? ¿Se acordaría de mí? ¿Se habría casado? Miles de interrogantes me invadían y no tenía las respuestas.
— Eres buena — habló una voz desde la entrada del auditorio sacándome de mis pensamientos. Me levanté automáticamente de manera tan violenta que el banco del piano calló al piso provocando gran estruendo. Miré al chico rubio sin saber que decir. Estaba apoyado en el umbral de la puerta de brazos cruzados observándome. — ¿Donde aprendiste a tocar así? — agregó. Sin embargo yo no tenía la intención de responderle, me había pillado desprevenida. Levanté el banquillo del piso, lo puse en su lugar, caminé a prisa hacia la entrada pasando por su lado y tomando el pasillo que me llevaría a la habitación. — ¡Soy Cambriel! — Gritó. No me molesté en darme vuelta para mirarle.
Por ordenes de programación de Borya, debíamos asistir a clases de artes como uno de los métodos de recreación y terapia. Caminé juntos Becca hasta el salón correspondiente y nos sentamos en atriles cercanos. Nos dieron la indicación de dibujar a estilo libre y no hallé mejor cosa que dibujar una chica de espaldas con cabello largo y una corona de flores adornando su cabeza. La técnica de pintado que utilicé, fue la de blanco y negro como siempre, ya que no se me daba utilizar acrílicos.
Cuando la clase dio por finalizada, todos salieron dejando los instrumentos que había utilizado completamente desordenados. Yo no estaba acostumbrada al desorden así es que me tomé mi tiempo para dejar lo que había ocupado en su lugar.
Pensaba que era la última en salir de la sala pero mientras caminaba a la salida, me di cuenta que el chico rubio,Cambriel, aún seguía allí. Estaba de espaldas a mí pintando delicadamente su trabajo con una técnica muy bonita y original con acrílicos. Caminé hacia él hasta ponerme a una distancia prudente para observar su dibujo: Un bufón.
— La curiosidad mató a la tímida, ¿eh? — dijo sin mirarme.
— Es muy bonito — hablé. El chico se dio la media vuelta girando el piso donde estaba sentado para mirarme.
— Gracias — me sonrió. Le devolví la sonrisa de medio lado y miré mis pies intentando controlar mi nerviosismo. — ¿Me dirás tu nombre? — preguntó alzando una ceja.
— Bonnie — respondí alzando la mirada.
— Encantado de conocerte, Bonnie — Agregó.
Pensar en aquellos episodios de mi vida, me provocó nauseas y mareos, haciendo que sentarme el “bloque de cemento” fuera inevitable. Me tardó un tiempo recomponerme pero finalmente lo logré, justo a tiempo para cuando Garret abría la puerta, asomaba su cabeza por la rendija y nos miraba con su característica sonrisa de psicópata.
— Oh, veo que ya se han conocido — comentó abriendo la puerta en su totalidad y entrando en la habitación. Esperé para ver si mi compañera de cuarto hablaba para responder ya que yo no tenía ni la menor idea de que decir, no se me daba bien socializar ni menos responder a interrogantes. Tras la nula respuesta de nuestra parte, el hombre lanzó un suspiro borrando por un instante su sonrisa para luego recomponerla casi al instante. Con un movimiento de manos nos indicó que nos levantáramos, a lo que obedecimos — Rebecca — Se dirigió a mi compañera de cuarto — ella es Bonnie Beverly — La chica, Rebecca, me miró por una fracción de segundos — Bonnie, ella es Rebecca Bush — Pasé mi atención desde el hombre hasta la rubia, quien me miraba y por primera vez, no apartaba la mirada. Nos saludamos con un leve apretón de manos y luego nos volvimos hacia Garret esperando que se conformara con lo que acababa de ver. — En fin, ¿Qué tal si les hago un recorrido por las instalaciones y conocen a su grupo de terapia? ¡Será genial para ustedes! —Agregó.
Sin obtener respuestas, el hombre se dio media vuelta y salió del cuarto dejando la puerta abierta invitándonos a seguirle. Sin esperar a que la chica que estaba a escasos metros de mí se moviera, tomé la iniciativa de abandonar la habitación y seguirle. Internamente agradecí al hombre de la sonrisa por dejarnos salir de aquel cuarto de seis por seis ya que yo no era de ese tipo de chicas que le agrada estar encerrada en un cuarto, es más, me apestaba, sobretodo teniendo que compartirlo con una completa desconocida cuyo silencio y miradas avergonzadas, creaban una atmósfera de tensión e incomodidad.
El lugar se veía desierto, como si se tratara de un internado escolar a punto de iniciar sus clases anuales luego del tan anhelado verano que traería consigo, chismes, historias y vivencias que inundarían las aulas y pasillos por semanas, sin embargo, este lugar estaba lejos de parecerse a un internado y sus internos estaban lejos de contar sus tristes historias de por qué se encontraban en este lugar y menos con completos desconocidos. Recorrer el lugar antes de que llegaran los demás internos era el mejor privilegio que me podrían haber dado ya que podía recorrer el lugar libremente. No estaba mal, pero definitivamente este no era un lugar para mí.
El tiempo de libertad se acabó y tuvimos que devolvernos a nuestro cuarto. Rebecca se puso a desempacar sus cosas y a guardarlas en el armario. Decidí que debía hacer algo productivo para matar el tiempo, así es que hurgué en el armario para buscar un medio de distracción. Entre mis cosas había una croquera y y un conjunto de lápices de grafito de diversos tamaños y tonalidades de grises. “— Gracias Chicos—” agradecí a mis rescatadores mentalmente con una enorme sonrisa en el rostro. Mi tarde estaba completa.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Nunca había estado tan concentrada en mi vida como lo estaba en ese momento difuminando el contorno de las alas del ángel para darle la impresión de sombra e iluminación con respecto al foco de luz, sin embargo, era demasiado bueno para ser verdad ya que apenas una cajita calló de la cama de mi compañera de cuarto, mi atención se desvió a esta. Mis cejas se levantaron automáticamente en gesto de sorpresa y una sonrisa se dibujó en mi rostro al ver de lo que se trataba: Una cajetilla de cigarro. ¿Como había logrado introducir cigarrillos aquí?
— Rebecca… — Le llamé.
— ¿Sí?
— ¿Has traído tabaco en tu bolso? — pregunté mirando la cajetilla de cigarros. El rostro de la chica se puso pálido de la sorpresa. Rodeó la cama, tomó la cajetilla y se devolvió hacia el armario para continuar con su tarea. Al parecer la chica no iba a responder y yo no iba a presionarla por una respuesta así es que continué con lo mío.
― Por favor, no digas nada ― Rompió el silencio. Le miré, esta seguía de espaldas.
― Esta bien.
A eso de las tres de la tarde, tres golpes en la puerta llamaron nuestra atención. Ninguna de las dos respondió pero aún así, Garret se asomó por la puerta invitándonos a hacer abandono de la habitación para ir a comer algo. Nos sugirió que nos sentáramos juntas con una actitud optimista desbordante ¿Realmente esa era su personalidad o estaba obligado a mostrarse tan… efusivo por tratar con “personas de nuestro tipo”?
Al parecer, fuimos las primeras en salir de nuestras habitaciones ya que en el trayecto, pasamos por otras habitaciones avisando a otros “internos” de la hora de comer.
Llegamos a la cafetería, y como sugirió Garrett, me senté con Bonnie en una mesa apartada las dos solas después de buscar la bandeja con nuestra cena. Tal como nuestro “guía” había sugerido, Rebecca y yo nos sentamos juntas en una de las tantas mesas blancas vacías.
― Aquí son más extraños ― murmuré estudiando el lugar detenidamente.
― Si tú estas aquí, significa que también eres tan extraña como ellos… y como yo ― Habló la rubia mirando su almuerzo. ― Lo que no entiendo es porque me siento como si en una jauría de leones.
― Y fueras un pedazo de carne que comer ― completé, asintiendo. Era exactamente lo que yo pensaba. ― Comprendo.
Para variar, la hora del almuerzo finalizó con altercados tras la pelea entre un grupo de chicos. Rebecca y yo decidimos irnos a la habitación por cuenta propia, sin esperar a que Garret nos diera las indicaciones correspondientes.
El día no tardó en terminar y la noche se asomaba tras la retirada del crepúsculo, dando por finalizada nuestro primer día como “internos”.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Los primeros rayos de sol comenzaron a filtrarse por las claras cortinas, sin mencionar que aquella que estaba justo en la cabecera de la cama de mi compañera de cuarto, estaba abierta de par en par. Intenté ignorar la claridad de la habitación tapándome completamente por bastante tiempo, dándome vueltas en la cama sin resultado alguno. Tras darme por vencida, abrí los ojos costosamente intentando acostumbrarme a la luz. Miré a mi compañera de cuarto, esta miraba por su ventana.
— ¿Becca? — Susurré levantando mi tronco levemente ayudada de mis codos. La chica me miró por sobre su hombro.
— Siento si te desperté — respondió seca para luego volver inmediatamente su atención a su ventana.
— No te preocupes, no es nada — respondí. Miré a los pies de la cama donde estaban los lápices esparcidos, entonces recordé que me había quedado dormida dibujando. Miré el piso en busca de mi croquera de dibujo abierta en una página en blanco y algunas hojas dobladas, seguramente al caer. Dejé los lápices y la croquera en el cajón de mi mesa de noche y me dejé caer en la cama una vez más. No tenía ni la menor idea de las actividades de hoy. Me daba la impresión que cada día aquí sería incierto, sin tener ni la menor idea de lo que sucedería el próximo día ni cuando saldría de aquí. La idea de salir de Borya me aterraba… Mi futuro era tan incierto que me aterraba lo que tendría que enfrentar cuando saliera de este lugar. Definitivamente tendría que sobrevivir al mundo sola, sin ayuda de nadie y eso era lo que más me asustaba puesto que yo no tenía idea de como desenvolverme sola o tomar mis propias decisiones, siempre eran quienes tenían mi custodia los que decidían por mí. Intenté controlar mi ansiedad convenciéndome de que definitivamente faltaba mucho tiempo para que pudiera pensar en salir de este lugar. Para esta gente yo estaba demasiado jodida como para dejarme ir tan pronto.
Me senté en la cama nuevamente y tiré las sabanas hacia atrás al tiempo que Becca se levantaba de su cama y sacaba una toalla para dirigirse al baño.
— ¿Necesitas algo? — Pregunté mientras me levantaba y me estiraba despojándome de la intensa pereza que sentía.
— Sí.
— ¿Qué? — Pregunté tomando posición a su lado.
— Libertad… — Respondió firme y segura. Eso era lo que todos querían menos yo… más bien yo no tenía idea de que era lo que quería.
Becca tardó un buen rato en la ducha, tiempo que me tomé para ordenar el desorden del lado que me correspondía. Cuando la chica salió del baño ingresé yo para poder asearme y relajarme bajo el agua tibia. Cuando salí del cuarto de baño, Becca no estaba.
Decidí que sería buena idea salir a recorrer y buscar el auditorio de música. Al parecer era muy temprano para la gran mayoría ya que los pasillos estaban completamente desiertos. Seguí la ruta que indicaba uno de los mapas del lugar que estaban en cada pasillo y afortunadamente no tardé en dar con mi destino.
El lugar era hermoso, todo estaba delicadamente ordenado y organizado. Había de todo tipo de instrumentos musicales y lo mejor es que estaban disponibles a cualquier hora. Caminé hasta el instrumento más grande del lugar, aquel instrumento que me traía un sin fin de recuerdos: El piano. Era un majestuoso ejemplar de caoba clara con aplicaciones en plata y su aspecto daba la impresión de poco uso. Me senté en el banquillo sintiendo como los huesos de mi trasero entraban en contacto con él incomodándome. Sin embargo, eso no fue suficiente para alejarme del instrumento y toda molestia e incomodidad se esfumo cuando mis dedos tocaron la primera nota. Una sonrisa de dibujó en mi rostro apenas mis dedos tocaron los primeros acordes de aquella canción que tanto me costó aprender cuando tenía apenas trece años. Los recuerdos inundaron mi mente repentinamente con un azote de angustia y anhelo. Su sonrisa , su voz, sus ojos, su delicadeza… todo estaba grabado a fuego en mi memoria, aquel primer amor imposible que se había robado mi joven corazón. No cabía duda alguna del por qué el sentimiento de amor hacia él y aquel día en que las cosas se tornaron de color rosa comenzó a materializarse en mi memoria a medida que los acordes de “Kiss The Rain” comenzaban a sonar: Era un día miércoles habitual en que mis padres me iban a dejar a la casa de un nuevo “cliente”. Sin embargo este cliente estaba lejos de parecerse a los cerdos que pagaban por acostarse conmigo haciendo mi vida una desgracia. Su nombre era Gabriel y tenía veinticinco años en aquel entonces. Era un joven que estaba por terminar su internado de medicina para comenzar a ejercer. Era un amante de la música y el arte, dos de sus hobbies favoritos.
Recuerdo que aquel día, mis “padres” me abandonaron a mi suerte —como siempre— y yo sin saber que hacer plantada en la puerta de su casa. Me invitó a pasar a la sala de estar y me sentó delicadamente de los hombros. Allí fue donde me explicó que él averiguaba de redes de prostitución infantil para poder ayudar a las menores y yo no eran excepción. Él pagaba supuestamente para “acostarse” con las niñas, sin embargo, eso nunca pasaba… En el fondo, el gastaba su dinero para que las niñas pasaran un instante grato, para darles de comer, para dejarles ver la televisión e incluso dejarlas usar la computadora. Luego de explicarme que definitivamente no me pondría las manos encima, me preguntó qué quería hacer. Sin duda lo sorprendí con mi respuesta, ya que lo primero que hice fue mirar el enorme piano que adornaba la sala. Esa noche se dedicó a enseñarme a tocar algunas notas y decidió que me daría clases de piano hasta que me hiciera un experta. Nunca me había sentido tan feliz.
Cuando su tiempo terminó y mis padres llegaron a la puerta de su casa, la pena y la angustia me asaltaron haciéndome caer en un estado de desesperación que provocó que mis lagrimas asomaran y nublaran la mirada. Entonces fue allí cuando le pregunté:
—“¿Volverás a llamar por mí?”—Su hermosa sonrisa apareció en su rostro, me secó las lágrimas rebeldes que caían por mis mejillas y me quitó un mechón de la cara para ponerlo tras de la oreja.
—“Que no te quepa duda alguna”— Respondió.
Y así fue. Llamaba para “contratar mis servicios” todos los miércoles y sábados todas las semanas, sin fallar ni un solo día durante dos años consecutivos hasta que cumplí los quince años, cuando mis padres descubrieron que no pagaba por acostarse conmigo. En ese entonces ya me había enamorado de él en secreto, una amor imposible e inocente. No lo volví a ver nunca más.
Las notas finales de la canción no tardaron en llegar, como también la nostalgia y las ganas de volver a verlo. ¿Que sería de él? ¿Se acordaría de mí? ¿Se habría casado? Miles de interrogantes me invadían y no tenía las respuestas.
— Eres buena — habló una voz desde la entrada del auditorio sacándome de mis pensamientos. Me levanté automáticamente de manera tan violenta que el banco del piano calló al piso provocando gran estruendo. Miré al chico rubio sin saber que decir. Estaba apoyado en el umbral de la puerta de brazos cruzados observándome. — ¿Donde aprendiste a tocar así? — agregó. Sin embargo yo no tenía la intención de responderle, me había pillado desprevenida. Levanté el banquillo del piso, lo puse en su lugar, caminé a prisa hacia la entrada pasando por su lado y tomando el pasillo que me llevaría a la habitación. — ¡Soy Cambriel! — Gritó. No me molesté en darme vuelta para mirarle.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Por ordenes de programación de Borya, debíamos asistir a clases de artes como uno de los métodos de recreación y terapia. Caminé juntos Becca hasta el salón correspondiente y nos sentamos en atriles cercanos. Nos dieron la indicación de dibujar a estilo libre y no hallé mejor cosa que dibujar una chica de espaldas con cabello largo y una corona de flores adornando su cabeza. La técnica de pintado que utilicé, fue la de blanco y negro como siempre, ya que no se me daba utilizar acrílicos.
Cuando la clase dio por finalizada, todos salieron dejando los instrumentos que había utilizado completamente desordenados. Yo no estaba acostumbrada al desorden así es que me tomé mi tiempo para dejar lo que había ocupado en su lugar.
Pensaba que era la última en salir de la sala pero mientras caminaba a la salida, me di cuenta que el chico rubio,Cambriel, aún seguía allí. Estaba de espaldas a mí pintando delicadamente su trabajo con una técnica muy bonita y original con acrílicos. Caminé hacia él hasta ponerme a una distancia prudente para observar su dibujo: Un bufón.
— La curiosidad mató a la tímida, ¿eh? — dijo sin mirarme.
— Es muy bonito — hablé. El chico se dio la media vuelta girando el piso donde estaba sentado para mirarme.
— Gracias — me sonrió. Le devolví la sonrisa de medio lado y miré mis pies intentando controlar mi nerviosismo. — ¿Me dirás tu nombre? — preguntó alzando una ceja.
— Bonnie — respondí alzando la mirada.
— Encantado de conocerte, Bonnie — Agregó.
- Click me:
- Bueno, aquí les dejo el capítulo. Sé que es una mierda de capítulo pero tuve que escribirlo en poco tiempo ya que no tenía idea que me tocaría subir, pensaba que iba a comenzar a subir en la próxima ronda ): pero bueno, me comprometí así es que debo cumplir. Prometo que para el próximo lo haré con más anticipación a ver si sale algo mejor c:
PD: He cambiado a la chica porque ni Kande ni yo teníamos idea de quien era la antigua representante de Cami xD
Última edición por Mess. el Dom 03 Jul 2016, 1:50 am, editado 2 veces
Mess.
Re: Tell your story |nc|
por Jaeger. Vie 04 Jul 2014, 12:46 pm
Melissa 
me encanto tu capitulo n.n Me encanto la historia de Bonnie y Gabriel, pero es una lastima que no se hayan vuelto a encontrar :c yo hubiese querido que así sea T.T el tipo era un amor realmente.
Y awww se conocieron con Niall *-* es como tan ansdlkad
me hace rebalsar de alegría n.n Presiento que esta relación será muy linda jujuju 1313(?)
Espero a la siguiente n.n
me encanto tu capitulo n.n Me encanto la historia de Bonnie y Gabriel, pero es una lastima que no se hayan vuelto a encontrar :c yo hubiese querido que así sea T.T el tipo era un amor realmente.Y awww se conocieron con Niall *-* es como tan ansdlkad
me hace rebalsar de alegría n.n Presiento que esta relación será muy linda jujuju 1313(?)Espero a la siguiente n.n
Jaeger.
----
Re: Tell your story |nc|
por Mess. Lun 07 Jul 2014, 12:38 pm
Aaww Kande, muchas gracias! <3 Bonnie y Gabriel no se han vuelto a ver, pero eso no quiere decir que no lo haran en un futuro próximo... Ups xDStark. escribió:Melissa
Y awww se conocieron con Niall *-* es como tan ansdlkad
Espero a la siguiente n.n
Mess.
Re: Tell your story |nc|
por hange. Lun 07 Jul 2014, 12:58 pm
Mess 
Me encanto tu capitulo, nena no digas que te quedo mal, porque para nada 
Me encanto la forma en que introduciste a Bonnie y amo a Kristen, asi que por mi el cambio esta bien(? Amo que ella sea tan timida pero a la vez es un poco frustrante que no sepa que quiere y, no se, se me hace tierna ella ;-; Y me encanta como va surgiendo su amistad con Becca :')
Loco, se me apretujo el corazon cuando ella comenzo a tocar el piano
y lo de Gabriel, Dios, eso fue tan hermoso 
Espero que sus padres se esten revolcando en el infierno.
Y me encantooooo como se conocio con Niall :') fue tan adhdkahdkad no se me dan ganas de abrazarlos a ambos
La siguiente...diganme que no soy yo
Me encanto tu capitulo, nena
no digas que te quedo mal, porque para nada Me encanto la forma en que introduciste a Bonnie y amo a Kristen, asi que por mi el cambio esta bien(? Amo que ella sea tan timida pero a la vez es un poco frustrante que no sepa que quiere y, no se, se me hace tierna ella ;-; Y me encanta como va surgiendo su amistad con Becca :')
Loco, se me apretujo el corazon cuando ella comenzo a tocar el piano
y lo de Gabriel, Dios, eso fue tan hermoso Espero que sus padres se esten revolcando en el infierno.Y me encantooooo como se conocio con Niall :') fue tan adhdkahdkad no se me dan ganas de abrazarlos a ambos
La siguiente...diganme que no soy yo
hange.
-----
hange.
-----
Re: Tell your story |nc|
por Ariel. Mar 08 Jul 2014, 9:32 am
sigue cata, mili, juli y luego yo.
Juli tiene tieeeeeeeeeeeeeeeeempo que no aparece.
MESSSSSSSS, bebe en cuanto regrese a mi casa comentare tu capitulo Me encanto nena, mas que bienvenida
Juli tiene tieeeeeeeeeeeeeeeeempo que no aparece.
MESSSSSSSS, bebe en cuanto regrese a mi casa comentare tu capitulo
Me encanto nena, mas que bienvenida Ariel.
---
Re: Tell your story |nc|
por Jaeger. Mar 08 Jul 2014, 11:48 am
Tengo que hablar con juli pero me olvido T.T
Por cierto, sigue emilya y luego catalina, o hasta cuando termine con la universidadxd
Por cierto, sigue emilya y luego catalina, o hasta cuando termine con la universidadxd
Jaeger.
----
hange.
-----
Re: Tell your story |nc|
por Charlie. Mar 08 Jul 2014, 3:16 pm
djasld kaldsjlaksd yo subo después de Mily, mis cubos me necesitan por ahora... ahque. XD leerè el cap y dejarè un comentario como corresponde. ¡Bienvenida, Melissa!
perdonen por andar desaparecida, pero ando tránsfuga porque debo un cap en otra colectiva y ya me van a cortar un brazo por eso *cofcofKandeMilyDaninomematencofocof*
cuídense, e.è saludines :B
perdonen por andar desaparecida, pero ando tránsfuga porque debo un cap en otra colectiva y ya me van a cortar un brazo por eso *cofcofKandeMilyDaninomematencofocof*
cuídense, e.è saludines :B
Charlie.
-----
Re: Tell your story |nc|
por hange. Miér 09 Jul 2014, 1:39 pm
me ofrezco a hacer una guia de capitulos, la necesito 
hange.
-----
Página 11 de 30. • 1 ... 7 ... 10, 11, 12 ... 20 ... 30
Temas similares» Ab imo pectore (Desde el fondo de mi corazón)
» A Different Story. | N.C |
» you hit a million let's have sex
» Different story
» Just a story for you
» A Different Story. | N.C |
» you hit a million let's have sex
» Different story
» Just a story for you
Página 11 de 30.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.|
|
|
» Live In Orange
» Our colors are grey and blue
» forever.
» poor dear pamela
» micky ojos verdes
» Almost inhuman hearts.
» Devil's advocate
» becauseiloveyou