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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Psychopath {cerradas.}
O W N :: Novelas colectivas :: Novelas colectivas :: Novelas Colectivas :: Inscripciones / audiciones
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Re: Psychopath {cerradas.}
yo desde los cinco, mi hermano me hizo conocerlos eres mi gemela perdida (?Al sexy de Turner lo veo más como cuatro, no se porque xDJuJu escribió:Me he enamorado de lelia.hunter. ¡Yo soy fan de Arctic Monkeys desde que tenía 10 años! Y estoy completamente enamorada de Alex, que siempre me lo imagino como Patch de Hush Hush (lo sabe Joker muy bien).
Invitado
Invitado
Re: Psychopath {cerradas.}
Zoe necesita audicionar
✦ ausente.✦
pixie.
Re: Psychopath {cerradas.}
- Spoiler:
- Imagina un gif jackass bc Pris se tiene que ir corriendo, sino la van a matar.
"tu cuchillo en mi garganta"
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Nombre del personaje: Dallas Finlay.Representante: Lily Collins.
Chico: Niall Horan.
Escrito:
- Capítulo de tu autoría:
- Nc:
- Charlie HarlenPor: Priscilla.-|| Prisc.
Tan fría, tan sucia... Charlotte necesitaba escapar.
"Estuviste maravillosa Lottie", le susurraron al oído y ella solo quería levantar de la cama y correr, como si el mismísimo demonio la estuviese persiguiendo. Pero estaba atada, y no podía moverse por mas que quisiera.
Lottie, ese era el sobrenombre que le había puesto su padre cuando la mando a la calle a conseguir dinero.
Una lagrima negra rodó en su mejilla producto del excesivo maquillaje con el que disfrazaba su cara cada noche, evitando, así, ser descubierta. Aunque Charlie sabia que todo el barrio, y la mitad de la cuidad sabían quien se escondía atrás de esas medias de red, botas hasta la rodilla negra, dos centímetros por debajo de su trasero y el cautivante top rojo.
La castaña sintió como el hombre de no mas de treinta años se levantaba de la cama y comenzaba a ponerse su ropa. Dejo caer otra lagrima mas y esta vez fue por el odio que le tenia a su padre.
El la había obligado, el era la única soga que la mantenía cautiva en ese asqueroso trabajo.
Ademas de la madre de Nirvana, Charlie también se prostituía para conseguir dinero, y no era por puro placer, por que cada vez se sentía mas vacía y menos mujer. Lo hacia por que de lo contrario, el la mataría.
La castaña había recibido mas de un golpe cuando intentaba discutir con su padre. "No quiero esto... No lo haré", había dicho luego de regresar a su casa, la primera vez que había hecho algo así, y lo único que recibió fue una paliza y un pase gratis al hospital con la escusa de haberse caído en la tina, aunque es su casa no tuviese una.
Pero la realidad era que ya se le habían acabado las escusas, y no sabia cual diría ese mismo día cuando regresara a casa. Quizás, esta vez no iría al medico para que curara sus heridas, lo haría sola, y luego las maquillaría... Si, eso haría.
La puerta de la habitación del hotel barato se cerro de golpe, luego de que el hombre saliera a través de ella, para continuar con su vida, mientras que la de Charlie se caía a pedazos.
Atrajo sus pierna hacia su pecho y lloro... Lloro como cada noche.
Su vida no era si. Ella solía tener una familia feliz. Su padre y su madre se amaban, o eso pensaba ella, hasta que su madre se marcho con otro hombre, dejándolos solos.
Joseph cayo en la depresión, y lamentablemente, el alcohol fue su única salida. Eso y el odio inevitable a su hija. Charlie sabia que era por el parecido que tenia con su madre y fue esa la principal cusa por el cual la empujo a esa vida. Debía pagar... por su madre.
Adolorida, se levanto y comenzó a vestirse, como pudo. Sus manos temblaban y no era por el frío. El miedo se estaba apoderando de su cuerpo. No había conseguido suficiente dinero, y su padre le había pedido cierta cantidad antes de salir. Apenas tenia la mitad, lo que significaba uno o dos golpes mas.
Podrían entrar por la ventana, y esconderse en su habitación... Eso haría.***
La calle estaba totalmente vacía, por suerte. Eran tan solo las siete de la mañana cuando sus pies se detuvieron frente a su pequeña y descolorida casa. Su ventana se encontraba milagrosamente abierta, y eso la alegraba.
Camino hasta la reseca enredadera que se alzaba a un costado de su casa, para comenzar a subir hasta el techo del porche y de ahí, caminar hasta su ventana.
Se saco las botas y las tiro dentro de su habitación para luego entrar ella sin hacer ningún ruido.
Soltó todo el aire de sus pulmones cuando piso el suelo, y corrió hasta su puerta para asegurarla con llave. Estaría bien hasta la noche y quizás ahí podría reunir lo que su padre necesitaba.
No había sido su culpa. Ella solo se había sentado en el mismo bar, a la misma hora, y solo había conseguido dos hombres en toda la noche. Ya no era lo mismo que antes, ella era distinta, se notaba si infelicidad en su cara y hasta le costaba fingir.
Se quito el pequeño vestido negro que había usado esa noche, remplazandolo por su pijama.
Las medias de red estaba rotas, y debía comprar otras. Pero eso lo resolvería cuando despertara.
Camino hacia la ventana para cerrar las cortinas cuando se percato que su vecino la estaba mirando.
Niall Horan conocía su secreto, mas que nadie. Desde que había comenzado a hacer eso, y luego de que el rubio la encontrara sentada afuera de su casa con las botas, el vestido, el maquillaje excesivo, y las medias, el salia de su casa cada día, a las seis en punto, a esperarla... o eso creía Charlie, mientras fumaba uno o dos cigarrillos.
El rubio le sonrió mientras daba una ultima calada y arrojaba el cigarro a la calle. Levanto la mano en forma de saludo y luego se perdió dentro de su casa. Quizás si la esperaba.***
Un fuerte ruido en la puerta interrumpió el sueño de la castaña pasado el medio día. Era su odioso padre exigiendo una respuesta que ella nunca daría. Solo se dedico a seguir durmiendo, despertándose seis horas mas tarde. Tenia hambre y dolor de cabeza.
Ya no había golpes y por lo que pudo escuchar, la casa estaba en silencio.
Eran casi las ocho de la noche, y probablemente su padre estaría aun en su trabajo o borracho.
Abrió la puerta con cuidado y camino hasta las escalera, para asegurarse de que no estuviese tirado en el sofá, y cuando estuvo segura, bajo. Camino hasta la cocina, y comenzó a revolver las estanterías en busca de comida.
El calendario marcaba el numero y mes equivocado, pero Charlie era mas que consciente del día que era. Nirvana se había cansado de repetirlo, hasta que ella le dijo que estaba loca y que no había forma que eso fuera funcionara.
Huir era la solución, si, pero solo eran unos pobres adolescentes marginados que no llegarían ni a la frontera, ya que serian capturados mucho antes y Charlie ya tenia suficiente con su vida, como para aguantar a su padre aun mas enojado.
Cocino un par de huevos revueltos y un par de tostadas. Eso estaría bien por un tiempo y una vez que termino, limpio cualquier tipo de evidencia antes de volver a subir para darse un buen baño.
Amaba dejar que el agua cayera por su cuerpo relajando coda musculo, llevándose cualquier suciedad consigo, sobretodo la de su alma. Pero no podía darse el lujo de quedarse ahí para siempre. Su padre volvería en cualquier momento.
Cerro el grifo antes de salir de la ducha. Volvió a enfundarse en su pijama ya que no le veía sentido ponerse otra cosa, cuando faltaban solo dos horas para volver a ponerse esa ropa apretada, ademas, de que su vida social se había reducido a nada, y para Charlie era mejor si. No quería tener que explicarle a alguien mas su falta de sueño, o los moretones y cortes en su piel.
El espejo reflejaba un monstruo, un cuerpo si vida, y totalmente desecho. Su rostro era el de una mujer de mas de treinta año, aunque solo tuviese dieciocho. Seco una lagrima solitaria y luego comenzó a limpiar el resto del maquillaje que aun yacía sobre su piel. Deseaba ser libre de una maldita vez.
Abrió la puerta rápidamente en cuanto termino, decidida a regresar a su habitación, pero vio a su padre parado frente a esta con el ceño fruncido y el típico brillo en los ojos que no le gustaba para nada a Charlie. El pie de si padre fue mas rápido que ella posicionándose entre el marco y la puerta, cuando la castaña intento volver a cerrar la puerta. Y a quien quería engañar... No podía luchar contra el. Era mas fuerte, y le quedo mas que claro cuando el la empujo haciendo que se tropezara y cayera dentro de la ducha, para poder entrar.
-¿Donde esta el dinero Lottie?-pregunto su padre. Ahí estaba de nuevo ese maldito apodo. Charlie no respondió.- Lottie, ¿donde esta el dinero?-volvió a preguntar, separando las palabras de una manera tan perversa, que hizo que Charle sintiera miedo.
-No lo tengo-respondió en un susurro, llevándose las rodillas hasta su pecho para protegerse.
-¿Que?-pregunto Joseph, aunque sabia que había escuchado a la perfección.
-No lo tengo-repitió ella, solo un poco mas fuerte.
-¡Mierda Lottie!-soltó, golpeando su puño en los azulejos del baño- ¡Te advertí! ¡Te dije que necesitaba el dinero para pagar la hipoteca de la casa!-soltó, mientras la tomaba con fuerza por un brazo y la alzaba. Charlie temió que lo hubiese dislocado.- ¿Que quieres? ¡¿Quieres que nos quedemos en la calle?! ¡¿Es eso lo que quieres?!-le grito, zamarreando a la chica que ya tenia las lagrimas a medio camino.
-Lo siento, no fue mi intención... El bar no estaba tan lleno como otras noches-dijo como escusa Charlie, con desesperación. Le estaba haciendo daño.
-Me vale una mierda tus escusas... Tendrías que haberte quitado la ropa y haberles hecho un baile sobre una de las mesas... ¡No lo se! Tendrías que haberlo intentado-
-Lo intente, de verdad lo intente-
-¡Pero no lo suficiente, Lottie!-
-¡Que no me llames así!-grito la castaña, enfrentando a su padre, a quien le brillaron los ojos de odio.
Joseph la empujo sobre el lavado haciendo que el rostro de la chica impactara contra este y luego cayera al suelo, de nuevo.
-Te diré como se me de la gana-soltó el, alzándola, para arrastrarla fuera del baño, por el pasillo, ignorando por completo la sangre en el rostro de su hija. La metió dentro de su habitación, soltándola sobre su cama.- Espero que esta noche puedas juntar lo que te he pedido- soltó Joe- Se útil Lottie, no como tu la zorra de tu madre- dicho esto, salió cerrando la puerta detrás de el y Charlie lloro, sintiendo el sabor metálico de la sangre en su labio.
Se levanto como pudo, y arrastro sus pies hasta el pequeño espejo que tenia colgado sobre una de las paredes. Un pequeño tajo cortaba su labio inferior, y otro, un poco mas grande y abierto, una de sus cejas. Posiblemente, en un par de horas le dolería todo, y eso se vería peor.
Limpio sus herida, buscando una buena escusa para faltar a su trabajo, aunque se ganara otra paliza, no se sentía de ánimos para fingir. Pero no era una opción dentro de su vida. Su padre no lo permitiría ni loco, ni borracho. Nada la salvaría, excepto.. huir.
El plan de Nirvana se le vino a la cabeza, y por primera vez después de haberle dicho que estaba loca, pensó que la chica era un maldito genio. Que importaba todo lo demás, cuando ella estaba muriendo en vida.
Corrió hasta el pequeño armario que tenia en su pequeña habitación y saco una mochila roja, para luego comenzar a guardar las pocas prendar presentables que tenia. Estaba decidió, así todo eso fuera una maldita broma por parte de Nirvana, ella huiría. Escaparía de su vida, y la su padre para construir una mejor, en algún lugar, lejos.
Un perfume, una foto de su madre y ella cuando eran felices y el sobre con dinero que guardaba bajo el colchón para que su padre no descubriera que se quedaba con las propinas, y algún que otro interés, entraron a la perfección. Solo necesitaba algo de comida para sobrevivir un par de días.
Cambio su pijama por un par de jeans rotos y descoloridos, y un poleron negro que ocultaba todas las marcas y cortes en su piel, antes de bajar para recoger todo lo que había en la despensa.
Su padre estaba viendo fútbol cuando paso detrás de el, hacia la cocina. Tomo todo lo que pudo antes de salir por la puerta trasera. Se pregunto que diría su padre cuando no la encontrara en su habitación, que diría cuando a la mañana siguiente no regresara, ¿La buscaría? Posiblemente, no. Ahora si podría odiarla todo lo que quisiera, ya que le estaba dando una buena razón. Lo estaba dejando, como su madre.
El claro se encontraba solo a cuatro cuadras de su casa, y por lo visto estaba llegando tarde. Los chicos estaban subiendo a la vieja y oxidada camioneta, que según Nirvana le prestarían para huir.
La castaña acelero el paso llegando hasta el grupo. No se molesto en presentarse ni anunciar su llegada. Nirvana había dicho que podían ir los que quisieran, y por lo visto se lo habían tomado muy a pecho.
-Que bueno que viniste-susurraron a su espalda. Charlie no conocía esa voz, pero aun así le resultada familiar. Antes que pudiera girar para ver quien era, el dueño de la voz se paro a su lado, dejando ver sus brillantes ojos azules que inundaron de paz a Charlotte.
-Pero...-
-Ya no importa... seremos libres-la interrumpió. "¿Que demonios hacia Niall Horan ahí? Tenia una vida perfecta. Familia perfecta, casa perfecta, hasta el era perfecto", se pregunto Charlie, cayendo ante la hermosa sonrisa que el rubio le estaba regalando.
Nivana sonrió al verla y luego subió a la camioneta seguida por otra chica.
-Vamos Charlie, seamos libres...-dijo Niall tomando su muñeca para ayudarla a subir. Ocuparon los últimos asientos y, aunque la castaña hubiese preferido no tenerlo cerca, el se sentó junto a ella.
Lo que paso a continuación, Charlie no lo recuerda. Solo dijo su nombre, por que los demás lo hicieron, y propuso una regla. Pero después no volvió a abrir la boca. Quería salir de ahí, y no entendía por que Niall Horan se estaba preocupando por ella. Era demasiado estúpido, como lo que estaba a punto de hacer. Quizás debía bajarse e ir por su cuenta... Seria lo mejor.
Hizo un ademan para levantarse, pero la mano de Niall hizo que volviera a hundirse en el sillón, justo cuando Nirvana cerraba las puertas, y un chico desconocido encendía la camioneta, hacia un destino incierto.
-Estarás bien Charlie, ya no mas...-susurro Niall, mientras ella veía la carretera pasar a través de los vidrios sucios de la camioneta. "Estaría bien", se auto-convenció. Por lo menos, muchísimo mejor que ahora.Sigue: NewNormal
- Does he Know?:
- Los suegros.Posiblemente, para James, esas serian unas vacaciones normales. Visitaría a su familia en Mullingar, pasaría las tardes en la pileta con sus amigos bajo el sol intenso tomando algún que otro refresco, mientras a provechaban el tiempo para ponerse al día, y almorzaría con sus abuelos los domingos. Pero para mí, era mucho más.
No todos los días conoces a la familia de tu novio, y más cuando lleva saliendo con su hijo por más de tres años. Ese, sin dudas, no sería un verano común y corriente.
Con James habíamos sido amigos desde mi primer día en la Universidad. Yo era nueva y no entendía mucho la dinámica en la institución. Me sentía como sapo de otro poso.
Era patética la forma en la que caminaba de un lado con un mapa de la Universidad en las manos para orientarme cada vez que tenía que cambiar de salón para asistir a otra clase.
James fue el resultado de mi torpeza y falta de coordinación.
¿Qué ser humano sería capaz de caminar y leer un mapa a la misma vez?
Posiblemente, el común denominar de la población mundial, menos yo.
James termino bañado en el café que tenía pensado tomar antes de la clase de historia, y yo con un moretón en el trasero gracias a mi poco sensual, grácil, femenina y otras cosas más, caída.
El aun suele reírse de nuestro no tan cotidiano encuentro en el pasillo, aunque la verdad, no fue nada gracioso. Mis mejillas se ponen rojas de la vergüenza al recordarlo.
Fuimos compañeros en unas pocas clases, ya que era dos años mayor, y compartimos tardes de fin de semana, borracheras en algún que otro bar, y noches de películas en su departamento.
El primer año éramos los mejores amigos, siempre estaba ahí para él, y él para mí. Hasta que sucedió lo imaginable.
Los sentimientos eran casi tangibles, y ya no podíamos seguir actuando como amigos. Éramos mucho más que eso, aun sin reconocerlo.
James era todo lo que una madre querría para su hija. Alto, castaño, con unos hermosos ojos azules, y musculoso. Y yo lo había encontrado. Si mi madre pudiese verlo, seguramente estaría orgullosa y satisfecha de que su única hija tuviese en manos de semejante adonis.
Pero aun habiendo sido bendecido por los mismísimos Dioses físicamente, el era una persona solidaria, cariñosa, graciosa, alguien en la que podías confiar, inteligente y sofisticado. Estaba ahí siempre que lo necesitaba, y me hacía reír cuando estaba triste. Era la clase de hombre que solo aparecen en libros o novelas, y lo que toda una mujer sueña con encontrar.
Y entre toda la población femenina, el me había elegido. A mí, una chica descoordinada, torpe, sin gracia alguna. Era mucho más de lo que merecía, y aun así, me acepto como su novia, y ahora me iba a presentar ante sus padres.
Tenía razones de sobra para estar nerviosa.
-Ya basta Kay… Juro que voy a morir de aburrimiento-dijo James detrás de la puerta.
Llevaba casi media hora encerrada en su habitación decidiendo que vestimenta era la apropiada para conocer a los padres de mi novio. ¿Debía usar vestido o pantalones? ¿Con o sin maquillaje? ¿Tacones o bailarinas? Y por último, ¿el pelo debía llevarlo suelo o atado? Mi madre posiblemente sabría qué hacer. Me hubiese contado la historia completa de cómo se conocieron ella y mi padre, como se presentaron ante la familia, y hasta el casamiento. Pero no la tenía.
Hacía ya cuatro años que ella se había marchado de este mundo, después de luchar como una verdadera guerrera contra un cáncer terminal. Siempre admire la fortaleza con la que enfrento la vida, y la enfermedad. Deseaba tanto ser como ella, o por lo menos lograr la cuarta parte de lo que logro mi madre.
Oh, mami, no sabes cuánto te extraño.
-Ya me canse de ver televisión… Bob Esponja ya no me parece tan divertido como antes, y es realmente un milagro por que amaba a ese tipo…-reí, limpiando la lágrima solitaria a que había comenzado su descenso sobre mi mejilla. Ese era James. Mi superman que venía a rescatarme, aun inconscientemente.
-Ponte a ver una película entonces-sugerí quitándome los short blancos, que lo único que hacían bien era hacerme ver aun más gordas mis piernas pálidas sin gracia, y la blusa azul que había escogido.
-No creo que los “Pitufos” o “La guerra de las Galaxias” sean una gran opción para matar el tiempo y el aburrimiento…-soltó. Ese chico podía actuar realmente como un niño pequeño cuando se lo proponía.
Rápidamente me puse el vestido floreado a la rodilla que me había probado en primer lugar, y camine hasta el baño para maquillarme un poco.
Nunca había sido una chica materialista, ni mucho menos me interesaba lo que la gente opinara de mi persona, pero esto era algo importante, y sobrepasaba cada una de mis creencias o valores.
¿Y si no les caía bien? ¿Si no era lo suficientemente buena o lo que ellos querían para su hijo mayor?
Mierda, necesitaba verme bien.
-Kay, es de vital importancia que abras la puerta dentro de los próximos cinco segundos o corres el riesgo de perder a tu novio por aburrimiento-dijo.
-Cállate, James-solté, abriendo la puerta, encontrando a mi novio apoyado en el marco con una gran sonrisa en el rostro. Realmente podía morir de aburrimiento, y yo de los nervios. No sabía si era mejor reírme por su actitud de niño despreocupado, o llorar por no poder ser la novia perfecta para ese chico.
Me tape la cara con mis manos, para que no viera lo inútil que podía llegar a ser con el maquillaje. Gire sobre mis talones para encerrarme en el baño y sacarme el estúpido delineado y el brillo labial rosa que me había aplicado. Era patético, y me sentía como tal.
-Oye… Kay, espera-dijo James, agarrándome por la cintura para que no pudiera seguir huyendo… ¡Perfecto! Justo lo que necesitaba… Seguir humillándome frente a él.
-Déjame James… Por favor, esto es vergonzoso.-dije, intentando soltarme de su agarre. ¿Por qué demonios abrí la puerta si no había terminado de maquillarme?
-Kay, por el amor de Dios… No huyas de mí, no de mí.-
-Soy un desastre, un verdadero desastre-susurre, mientras James me giraba entre sus brazos para quedar cara a cara. Yo era unos centímetros más baja que él, por lo que podía sentir su respiración chocar contra mi frente. ¿Era demasiado tarde para llamar al servicio de hadas madrinas? No, aun era temprano… Pero esto no era un cuento. Las hadas madrinas no existían en el mundo real.
-¿Por qué dices eso? Estas bien así, estas hermosa-dijo, besando mi frente.- Eres perfecta para mi…-
-¿Y si no les caigo bien a tus padres? ¿Y si no soy lo que ellos pensaban?-pregunto.
-Kay, ¿Qué cosas dices? Ellos no esperan una super modelo, ni una cantante reconocida… Solo esperan a una chica que es capaz de hacer feliz a su hijo cada vez que despierta y la encuentra en su cama junto a él… Y tú eres capaz de eso Kay, no tienes nada que temer. Te van a adorar, casi tanto como yo te adoro a ti-beso una vez más mi frente, y luego bajo hasta mis labios.-Bueno, creo que se no está haciendo tarde, así que te ayudare…-dicho esto, volvió a girarme y me obligo a sentarme en su cama, para luego salir corriendo hacia el baño.
Regreso minutos después con una toalla húmeda y su característica sonrisa en el rostro.
-¿Qué piensas hacer, superman?-pregunte, haciendo referencia a la remera que llevaba puesta. La “S” resaltaba sobre el fondo azul haciéndolo lucir como un adolescente, y no como el hombre de veintitrés años que realmente era.
-Vamos a quitarte ese maquillaje. Me gustaste natural y despeinada… No tienes que fingir para mis padres-sonrió, y luego tomo mi cara delicadamente entre sus manos, para comenzar a limpiar. Saco el delineado de mis ojos, y el brillo de mis labios, terminando su limpieza con un pequeño besos en los mismos.- Mucho mejor, princesa-
-Eres perfecto, ¿Sabias?-Bese sus labios una vez más. Su sabor era adictivo, y no me molestaría intoxicarme con ellos.
-No más que tú-respondió, poniéndose de pie, para sacar un par de bailarinas de la maleta, y enfundarlas en mis pies desnudos.-Creo que estas son bonitas-agrego, mirándolas. Eran de color rosa pastel y tenían un pequeño moño en la punta. Perfecto, justo lo que necesitaba.
-Te amo demasiado…-lo bese de nuevo, enredando mis dedos en su cabello. Era delicioso, casi mágico. Dudaba que hubiese algo mejor en el mundo entero.
-Mmm, Kay… Necesitamos estar en media hora en el aeropuerto, no tientes a este hombre a hacer cosas que nos hagan llegar tarde-soltó sobre mis labios. Sonreí aun más. Ese hombre volvía locos mis sentidos.-Por favor, cierra la maleta… Yo iré a llamar a Liam para que nos lleve.- Dejo la toalla en el cesto de ropa sucia y su detuvo antes de salir de la habitación, examinándome con su mirada crítica y seria. ¿Qué andaba mal ahora?-Solo falta algo para que estés perfecta-dijo, caminado de nuevo hacia mí. Paso uno de sus brazos sobre mi cabeza y libero mi cabello atado apenas con una pequeña hebilla en forma de flor, y luego volvió a sonreír satisfecho- Ahora si te pareces a la Kaitlin que conocí en el pasillo, y me tiro su café encima.- Abrí la boca para protestar, pero el cuerpo de James me daba, ya, la espalda, desapareciendo por completo por la puerta.
Me levante de la cama, para comenzar a recoger la ropa que había descartado y meterla dentro de la enorme maleta que llevaba para pasar los próximos dos meses en la casa de mis suegros.
Hasta la palabra misma causaba cierto nerviosismo y miedo en mí.
Suegros… SUEGROS. Los padres de James, sonaba mejor.
Cerré la maleta, y decidí salir antes de que mi novio volviera por mi y me arrastrara escaleras abajo.
Di una última mirada al espejo de cuerpo entero que tenia junto a la puerta comprobando lo bueno que era James eligiendo. Su hubiese sabido que mi novio tenía un don para la moda, le hubiese permitido entrar a la habitación mucho antes. Definitivamente lo llevaría conmigo la próxima vez que saliera de compras.
Ahora si podía decir que tenía un novio completo.
Sonríe frente al espejo, y respire profundo. Todo saldría bien. Serian las mejores vacaciones en mi vida, y terminaría de conocer por completo a James y su entorno. No tenía por qué temer. El tenía razón. Me aceptarían si veían que su hijo era feliz, y él lo era.
Alise las tablas en mi vestido, y salí de la habitación para encontrarme con James. Solo faltaban horas para conocer a su familia.
-¿Lista?- pregunto James cuando entre a la sala de estar. Posiblemente estaba todo, menos lista, pero el simple hecho de verlo ahí parado frente a mí, con un bolso colgando de su hombro y una gran sonrisa, me daba la seguridad que yo estaba necesitando.
-Lista-respondí, avanzando con mi maleta, hacia la puerta.
Mi equipaje era el doble que el de James. Lo más probable era que yo estuviese exagerando. Llevaba cosas “por si la dudas”, cosas que no usaría en todo el viaje… Pero ¿a quien voy a engañar? Me llevo media hora vestirme para ver a mis suegros, algo me decía que esa maldita costumbre seria rutina de todos los días durante los siguientes dos meses, y para eso, debía llevar bastante ropa para asegurarme.
El ascensor se abrió frente a nosotros, dejándonos ver el vestíbulo del edificio. James odiaba esas cosas, pero yo no pensaba subir ni bajar ocho pisos por las escaleras. Se lo había dejado en claro el primer día que vine, y el parecía que había aceptado el hecho de que su novia era una vaga y ahora debía entrar a esa caja metálica solo para complacerla.
-¿De qué te ríes?- Me había descubierto. Se me hacía imposible no mirar la expresión de su rostro cuando el ascensor paraba bruscamente en el piso indicado.
-Te ves pálido… Además, me gusta la manera en la que aprietas su labio inferior con tus dientes para aguantar las ganas de gritar, llorar, o salir huyendo de esta cosa-sonreí abiertamente ante mi broma, sabia de ante mano que él no se quedaría callado, y defendería su propio ego.
-¡Oye! Eres mala… Yo no lloro… Podría salir corriendo, pero no lloraría-respondió, haciendo que ensanchara aun más la sonrisa.
-Pues entonces deja de comportarte como si estuvieras a punto de hacerlo, porque juro que alguno de estos días me veré obligara a comprar pañuelos descartables y pegarlos en la pared del ascensor-
-Eres mala-
-No, soy realista-respondí, abriendo las puertas del vidrio que tenía el edificio. El sol choco contra mi piel produciendo que una ola de calor recorriera todo mi cuerpo. La temperatura era elevada a pesar de que recién empezaba el verano.
Después de todo, había hecho bien en elegir el vestido. Peor que llegar mal vestida a la casa de tus futuros suegro seria llegar toda sudada y despeinada. Podía sentirme un poco más tranquila entonces.
-Tu realidad es muy distinta a la mía-respondió, sosteniendo la puerta para que pudiera terminar de salir junto a mi enorme maleta. Cualquiera que me viera en ese momento pensaría que estaba a punto de mudarme.
-¡Mira! Es Liam. Al parecer llego antes de tiempo…-esquive el tema intentando enfocarme en otra cosa.
-No quedara así, Kay. Voy a vengarme-
-Ya quisieras-
-James, Kay, es bueno verlos-dijo Liam bajando de su Mercedes Benz negro. Sus ojos brillantes y su sonrisa fácil se encontraron con mi mirada al momento que bajo de su auto ya estacionado frente al edificio donde vivíamos con James.
-Liam… Es bueno verte después de tanto tiempo-dije sarcásticamente, abriendo mis brazos para recibirlo con un abrazo.
-Nos vimos ayer Kay-respondió castaño soltando una carcajada.
-Payne, mas te vale que sueltes a mi chica en este instante-soltó James. Su entrecejo se había fruncido, pero aun sonreía con la mirada. Posiblemente Liam era el único chico que podía acercase a mi tanto como para darme un abrazo.
Era casi cómica la forma en la que James me sobreprotegía. No iba a engañarlo con otro hombre, porque lo amaba a él. Y, aunque llevase más de tres años diciéndoselo, el seguía insistiendo en actuar como el macho alfa de la manada, dispuesto a proteger lo que era suyo, con garras y dientes.
Es tan machista como suena, y no siempre me agradaba ser considerada un objeto. Pero a James, podía perdonarle cualquier cosa. Menos, que me engañara.
-Tranquilo hermano… Ella es como una mejor amiga para mí. No pienso meter mi nariz en la falda de tu novia. Respeto a Kay, y por más desesperado que este… ella siempre será tuya James… Relájate. –contesto Liam. Al parecer, el no había notado el humor que había en la voz de mi novio. Liam era como un hermano para mí, y James lo sabía.
-Así me gusta, Payne. Así me gusta-El castaño se separo de mí y le dio un amistoso abrazo a su mejor amigo.
James me había presentado a su grupo el mismo día que colisioné contra él. Liam estaba entre ellos, y fue con el que mejor me relacione. Los demás era demasiado estirados para mi gusto, y hasta sospechaba que hablaban de mi y torpeza a mis espaldas.
No me interesaba en lo absoluto. Liam y James eran lo suficientemente buenos, y lo había considerado mis amigos, y aliados en la Universidad, en solo una semana.
-No puedes quejarte de mí, James… ¿Qué otro amigo se ofrece a llevarte a ti y a tu bella novia al aeropuerto? Asúmelo, si no fuese por mí y mi generosidad, tendrías que pagar una considerable suma de dinero para dejar tu auto en el estacionamiento…-
-O podríamos tomar un taxi, Liam. No pienso asumir que eres tan importante y sin ti no puedo vivir-
-No le hagas caso Liam. James esta en el plan de negar todo hoy-intervine, guiñándole un ojo a mi amigo. James rio mientras me señalaba con su dedo índice en forma de advertencia. Una promesa se escondía a detrás de sus ojos. Iba a vengarse, y por más raro que suene, lo amaba aun más.
-¡Acá no!-Liam interrumpió nuestro juego de miradas.-Y en mi auto menos… Dicen que los baños de los aviones son cómodos-mis mejillas se ruborizaron al instante. ¡Qué oportuno, Liam!
-Eres un pervertido, ¿sabes? No pienso hacer eso que tú piensas que haremos y menos a más de trescientos metros del suelo. Así que quita esas ideas de tu cabeza, hiciste que Kay se ruborizara…-soltó James, aunque seguía riendo.
-Como digas…Yo solo comentaba-respondió Liam alzando sus manos en signo de paz-Eres cruel conmigo, así que me voy a limitar a recoger la maleta de Kay y llevarla hasta el auto.- Liam se hizo el ofendido mientras tomaba mis cosas y comenzaba a desandar el camino hasta su auto.
Típico en ellos. Parecían niños cuando comenzaban a pelar sin razón alguna. Pero lo peor era que ninguno hablaba enserio.
Me sorprendería el día que ellos se enojaran de verdad el uno con el otro. Y como era poco probable, seguían fingiendo peleas.
Posiblemente su genética denotaba otra cosa, pero para mí, eran hermanos, mejores amigos, incluso antes de nacer.
Mire a James, quien se encogió de hombros inocentemente, antes de caminar hasta el auto aparcado a solo unos metros de donde nos encontrábamos. Entre a la parte trasera sin dudarlo, y un segundo después James y Liam se sentaron en los asientos de adelante.
Hablamos del clima, de lo que haríamos esas vacaciones, escuchamos música, y Liam menciono a Niall, nuevamente, como el malo de la película.
Sabía que James y Niall no tenían una buena relación. El me había contado que no habían hablado en un par de años, y que tampoco se habían visto. Aunque seguía ocultándome el porqué. El decía que así era mejor. Su hermano estaba lejos, en Londres precisamente, y que ese año volvería para volver a unir a la familia. Una familia destruida por alguna causa.
Reí con ellos, cante, e incluso me incline varias veces hacia adelante para subir el volumen de alguna que otra canción, pero no opine. Y menos de Niall.
-Llegamos-anuncio Liam poco después. El aeropuerto se alzaba frente a nosotros. Vi algunos aviones despegar, y otros aterrizar, y me tranquilice a mi misma diciendo que todo estaría bien. No era la primera vez que viajaba en esas cosas, pero seguían dándome miedo, como una niña pequeña le teme a la oscuridad.
-Gracias por informarnos Liam, no nos habíamos dado cuenta-dijo James, sarcásticamente. Bajo del auto sin esperar respuesta por parte del castaño, y de inmediato abrió la puerta trasera para mí. Sonreí, tomándole la mano que había tendido para ayudarme, y me aferre a él cuando estuve fuera del auto. Su olor a menta intoxicaba.
-Llego la hora, princesa-me susurro, y luego beso mi frente como siempre lo hacía. Dulce y suavemente.
-Amigo, yo seré pervertido, pero tú eres un meloso-interrumpió Liam, abriendo el maletero para sacar nuestras cosas.
-Cállate-
-Dejen de pelar, parecen niños de cinco años… ¿Es mucho pedirles que finjan aunque sea tener la edad que aparentas?-pregunte, tomando mi maleta, mientras James tomaba su bolso.
-Tu novio lo hace a diario contigo… Que no te engañe, en realidad tiene un coeficiente intelectual de un niño de dos-soltó Liam. Había estacionado frente a las puertas del aeropuerto, por lo que probablemente no iba a acompañarnos, y dudaba que James lo dejara dar un paso más después de lo que acababa de decir.
-Te paste de listo, Payne- dijo James.
-Lo sé, y me encanta… Bueno tortolos, hasta acá los acompaño. Tengo cosas que hacer… cosas importantes. Viajare a Londres mañana. Mi madre me está esperando y no pienso perderme su cena de bienvenida.- el castaño camino hacia James y lo abrazo, deseándole suerte y unas buenas vacaciones, y luego hizo lo mismo conmigo.- Cuídense, no quiero sorpresas cuando vuelvan…-
-Las habrá, no te preocupes-respondió James. Lo mire confundida, y el sonrió aun mas, trasladando la picardía a sus ojos. ¿Qué sorpresa? ¿De qué hablaban ahora? –Tranquila-susurro para mi, y luego agito un brazo para despedir a sus amigo. Lo imite, viendo como el auto se perdía entre la fila de autos que hacían el intento de salir del estacionamiento lo más rápido posible.
Antes que pudiera reaccionar, James tomo mi mano y tiro de ella para entrar al recinto. El lugar estaba abarrotado. La gente corría de un lado a otro, cargando bolsos pesados, maletas, o simplemente a sus hijos para evitar que se extraviaran. James y yo, en cambio, caminamos por el amplio pasillo con una sonrisa en el rostro, tomados de la mano, como una pareja feliz, que verdaderamente éramos.
Me aferre más a él, como si de esa manera pudiese exprimir su fortaleza y hacerme dueña de ella. Necesitaba confianza en mí misma, coraje, valor, y un montón de otros sinónimos. Pero no había llegado hasta acá por nada.
Por ahora, me sentía segura al lado de él. No quería tentar a la suerte, por lo que no tenía pensado soltar sus manos hasta que aterrizáramos en Mullingar y estuviésemos en camino a su casa.
James paró en seco, tirando de mi brazo para que lo imitara. Fruncí el seño mientras abrí la boca para preguntar qué sucedida, pero él se adelanto.
-Escúchame Kay… Deja los nervios y el miedo acá en Dublín. No tienes nada que temer. Ellos van a amarte, y estoy más que seguro que lo harán por que sos la principal causa por la que mi familia volverá a unirse este verano. Probablemente hubiese sido un verano frio y seco, pero no es así… Por qué vas a estar ahí, y mis padres te lo agradecerán, te lo aseguro.-dijo James tomándome por los hombros, mirándome atentamente, como si quisiera asegurarse de que cada palabra que salía de su boca era escuchada y entendida a la perfección por mí.
-Gracias- logre articular. Entre todas las respuestas que podía darle, elegí esa. Un monosílabo. Pero era todo lo que podía decir, eso, era todo lo que necesitaba.
-¿Por qué me agradeces?-pregunto él, frunciendo el ceño. Solía hacerlo a menudo, era un gesto personal, algo inevitable para su cuerpo.
-Por dejarme entrar a tu vida-respondí, sin estar del todo consciente de lo que acababa de decir. Las palabras salían de mi boca, y la mayoría de las veces no podían detenerla.
James se limito a sonreír, mientras besaba mis labios. Le devolví la sonrisa, sintiendo sus manos recorrer mis abrazos hasta volver a encontrarse con mis manos.
-¿Vamos?-pregunto una vez más. Lo había escuchado durante toda una semana hacerme la misma pregunta, seguido de “Mullingar es divertido”, o “Serán las mejores vacaciones. Tu, yo, y mi familia”. Y la mayoría de las veces respondía con dudas. Pero ya no.
Sabía que si regresaba no habría vuelta atrás, iba a perderme una gran oportunidad.
Además, nada malo podría pasar.
-Vamos-respondí, avanzando hacia los detectores de metales.
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Re: Psychopath {cerradas.}
- Spoiler:
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Nombre del personaje: Clara Jane WilliamsRepresentante: Emily Browning
Chico: Matt Smith
Escrito:
- Spoiler:
- sobrevivientes n.c:
- Capitulo 003Sin alma el cuerpo sobrevive
Oh, reino unido. Ojalá pudiera deciros que esto sigue siendo Inglaterra, pero he llegado a comprender que esto no es un país sin seres humanos y desde luego aquí no los hay –introdúzcase un zombie corriendo a por ti- No amigos, ahora esto es la preciosa y gran Inglaterra, un país infectado por un virus que hace que las películas de zombies sean solo un mito por que, oh si, esto es mucho peor. Nunca digas nunca, amigo.
Lista de reglas:
-Cardio
-Mata y remata.
-Ojo con los baños públicos
-¡Abróchate el cinturón , va a ser un viaje movidito!
-Calentar
¿Pero que es esto? Un zombie está comiendo de el cuerpo desmembrado que hay en medio de la carretera. Camino despacio hasta llegar ante ese monstruo que se esta comiendo el intestino de algo, que en su día fue persona. Barajo las posibles ideas de como matarlo, más de como está, una sonrisa se forma en mi mente y espero a que se acerque. Hago la cuenta atrás desde diez, veo como cada vez acelera más su velocidad mientras yo me preparo para batear y… ¡Si, touch dome para Alice por que ha conseguido medio reventarle la cabeza! Vuelvo saltando animada como una niña hasta el todoterreno donde está mi hermano pero antes de subir me giro lentamente y le disparo en la sien dejándolo kao.
-¿de verdad que esto es necesario? -me preguntó él mientras arrancaba el coche.
-En realidad, creo que si -le contesto mientras me abrocho el cinturón- Si no lo hago podría volverme loca, además no se merecen menos simplemente son bestias come-infectadoras.
-Pero en su día fueron personas, personas que han sido infectadas- me explica él y yo suspiro.
-Yo también lo fui, y mírame ahora –le contesté recogiendo mis rodillas y mirando al frente.{ ♔ }
Recuerdo perfectamente el día que todo empezó, precisamente yo estaba en una pequeña feria con mi familia. Al llegar lo primero que vi eran unos globos volando en lo alto del cielo, eran de color rojo, azul y amarillo. A pesar de ser un espacio pequeño y familiar, había bastante gente, las carpas brillaban con colores llamativos y blancos rayados, la gente sonreía corriendo de lado a lado.
-¿Una feria, en serio papa? –le pregunté con una mueca.
-Cielo, no es una feria cualquiera –me contestó mi madre- Es donde tu padre se me declaró, en lo alto de esa noria.
-Pues os dejaremos solos para que lo rememoréis, vamos a esa montaña rusa, Alice –me dijo mi hermano, parece mentira que a su edad sea tan infantil pero que le voy a hacer, es único en la especie y a pesar de ello sabe muy bien como comportarse con la gente, es amable y siempre te sacará una sonrisa. Que es lo que precisamente esta haciendo conmigo.
¿Lo primero que hicimos? Subir a aquella gran montaña rusa, después pasamos a hacer cosas más entretenidas. Encestar pelotas para conseguir regalos, disparar a los patos, encestar las anillas, la habitación de los espejos, más atracciones, algodón de azúcar… Un día redondo, ¿verdad?
Pero de repente los gritos empezaron a llenar el ambiente, la gente corría de un lado a otro el caos estaba tomando la feria. La multitud hizo que Niall y yo nos separáramos, no conseguía ver nada, le había perdido y ahora estaba sola, ¿Dónde iba, que estaba pasando? Conseguí ver algo, pero mis ojos no podían creerlo. Un ser con apariencia humana de ojos aparentemente ciegos, piel pálida con rasgos verdes y morados de moho, dientes que casquean y muerde a la gente, un zombie. Venia directamente hacia mi no sabía que hacer, no tenía nada con lo que defenderme, cierro los ojos todo iba a acabar aquí y ahora. Pero lo único que recibí fue un chorro repugnante de color rojo que me salpicó en la cara, abrí los ojos y ahí estaba Niall, mi querido hermano rubio había reventado al ser con un mazo de feria. “Debemos llegar a el coche” me dice él yo asiento y le sigo pero me paro en una de las cabinas que hay en la entrada cojo una de las escopetas de fogueo que hay para disparar a los objetos y de paso un peluche gigante, mi hermano me mira raro y yo le digo “Es el fin del mundo no? Que más da que lo coja prestado”.
Ya estábamos en el coche prácticamente, pero entonces vimos algo que nos partió el alma. Mi madre, mi propia madre se estaba comiendo el hígado de mi padre muerto en el suelo del aparcamiento. Las lágrimas empezaron a salir de mi, miré a Niall que estaba exactamente como yo, pero si de verdad la apreciaba debería hacer algo por ella. Apunto la arma contra su sien, fijo el blanco y disparo tres veces. Ahora estaba en el suelo y yo subiendo al coche de mis padres junto a mi hermano, ya no tenía realmente nada, mi mente hizo un muro. Uno separando mis sentimientos de las emociones, paralizando mi humanidad durante un tiempo fijo.
- the hunger games n.c:
- Capitulo O1OFrase del personaje[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
El aire me envuelve por completo, el roce del elemento invisible me produce un sentimiento de libertad único. Extiendo los brazos para completar dicha sensación, lo que me hace recordar a un sinsajo cuando despliega sus alas para volar, aun que yo no puedo hacerlo por lo que me provoca cierta envidia, ya que yo estoy condenada a seguir en este sistema completamente atrapada y sin voz. El sonido de un silbido familiar me hace salir de mis pensamientos. Abro los ojos para luego mirar hacia abajo, Will estaba abajo del todo en el suelo mirando hacía mi dirección, me senté sobre una rama gruesa y le sonreí. "Clara, hoy no había que venir a trabajar, es el día de la cosecha" me recuerda él, yo sin embargo fijo mi mirada al cielo para contestarle con un simple "Lo sé". Sabía perfectamente a que día me encontraba, por eso estaba en lo alto de este gran árbol, donde un día una preciosa amiga estuvo, la pequeña y dulce Rue. Una niña de tan solo once años que tuvo la desgracia de quedar en el vasallaje y murió en la arena. Yo la conocía, solíamos trabajar juntas en uno de los grandes huertos del distrito. "¡Clara, baja ya!" me exige mi hermano, suspiro y empiezo a bajar por las ramas cuidadosamente y a unos escasos metros de Will salto para ponerme a su lado. Él me mira con mala cara y me invita con su mano, correr hacia casa. A pesar de que nuestra casa no tiene calefacción podemos permitirnos calentar un poco de agua en la cocina, pero eso tan solo es un lujo que nos podemos permitir una o dos veces al año.
-En cima de la cama esta tu ropa, la he sacado del baúl por que tampoco había gran cosa y al haber crecido, es lo único que queda -me dice el castaño oscuro.
-No hacía falta que... -intento decirle pero él me interrumpe.
-El agua debe estar caliente te la dejaré en el baño para que puedas lavarte -me dice mientras se marcha por la puerta.
Will está bastante serio, no lo dudo. En total mi nombre entrará casi cuarenta veces en la cosecha. Al él no poder participar he tenido que pagar yo el precio que le dejaran moribundo y con una pierna mala, por lo que ahora se que está asustado por mi. Nuestra madre murió al darme a mi a luz, por lo que nunca la conocí pero sin embargo, Will si. Él tan solo tenía siete años, desde entonces mi padre y él cuidaron de mi. Pero un día, mientras mi padre trabajaba en el huerto del sud, se provocó un incendio, uno que destruía todo a su paso, mi padre se quedó enganchado entre las herramientas al caer de un porrazo, murió carbonizado. Y de eso hace cuatro años, tanto Will como yo maduramos y tuvimos que hacer todo lo posible para sobrevivir, por lo que en cierta parte me da ventaja en si quedo para los juegos.
Mezclo el agua caliente con un poco de fría, para luego meterme en la bañera vieja. Empiezo a lavar mi suciedad frotando con el jabón y un paño rasposo, con el que quito cualquier impureza o resto de barro. Me gusta sentir como el agua limpia mi piel y por dios, juro que es un lujo poder hacer eso hoy, creo que es lo único bueno del día, la hora del baño y el pan para desayunar. Son lujos que nos damos por si quedamos para el vasallaje. Después de un buen baño me envuelvo en la gruesa toalla de color madera con la que me voy hasta mi habitación, me tumbo y paro a mirar e el armario las dos fotos y la carta que tengo pegadas, son el único recuerdo de ellos y de una familia unida. Una lágrima cae por mi mejilla y yo niego sacándola y parándome a arreglarme. Cojo el vestido que hay frente a la cama para luego acomodarlo sobre mi cuerpo y arreglarlo como puedo. Es un vestido marrón claro casi beis, fruncido en la cintura y con un cuello de bebe con bordado más claro, después peiné mi pelo, dejándolo suelto. Will entra y se queda detrás de mi, yo le veo en el espejo y sonríe con cierta tristeza, al igual que yo. "Es increíble, eres su viva imagen" dice él, acabo abrazándolo. El viste unos pantalones marrón claro, bastante anchos, con una camisa azul. Finalmente me tiende la mano para ir a nuestro destino.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
La plaza principal se empieza a llenar de gente, los posibles tributos organizados dependiendo la edad y el género están divididos en dos grandes bloques con lineas que hacen las personas de 12 a 22 años. Los padres, tutores, hermanos, amigos o familiares, esperan alrededor. Lo peor de todo esto es el hecho de tener que obligar a esta gente, ver como muere su propia familia. Will y yo caminamos entre la gente sin soltarnos por miedo a perdernos, cuando llego a la fila de identificación el me suelta susurrándome al oído "suerte peque", seguido de un beso. Me quedo en la fila esperando a que me toque, se que Will está asustado y se que lo estará hasta pueda salir de la lista de tributos. Sabe que soy bastante buena y que no temo a ese destino, pero sin embargo, siguen habiendo tributos profesionales y no puedo evitar preguntarme como serán. La voz de uno de los agentes me llama la atención sacándome de mis pensamientos, es mi turno. Un pequeño pinchazo para luego marcar con mi sangre sobre el papel de reconocimiento de personas, ya que nadie puede negarse a acudir a esta trampa para perros, mi nombre aparece en la pantalla del extraño objeto tecnológico y luego me empujan para que siga mi camino. Busco la fila donde están las chicas de mi edad y reconozco a varias de ellas. Marie está llorando por si tiene la suerte de quedar, Alicia me mira con su superioridad al ser la hija del alcalde va bien vestida o al menos mejor que las demás, nunca he sido muy amigable por lo que no conozco a nadie como para ser mi amigo, solo estaba Rue. Es bastante gracioso si lo piensas, por que parece una maldición, cada persona que quiero acaba muriendo y al parecer mi hermano también la tiene. se que no es la mejor broma que puedas escuchar pero es la mejor que me sale ahora mismo, ya que debo admitir que estoy nerviosa. Las imágenes y la música empiezan a sonar indicando que el vídeo sobre los días oscuros de Panem y la tradición, todos miran a la pantalla pero sin embargo yo busco a mi hermano con la mirada, después de un instante nuestras miradas se cruzan dando apoyo. Finaliza el vídeo, lo que indica el aburrido discurso del alcalde. Un hombre de pelo azul con reflejos morados y plata se acerca al escenario, estoy segura de que no puede pensar en lo ridículo que parece con esas extrañas pinturas que lleva en la cara que hacen forma de luna en su parte derecha de la cara y en la otra una sombra plateada más gruesa y extensa que la otra, su traje es de un color azul con plumas extrañas plateadas, con su sonrisa alta tiende a ir donde está el micro.
-¡Felices juegos del hambre, y que la suerte esté siempre de vuestra parte! -grita el hombre extraño- Como siempre las damas primero -dice para acercarse a la gran urna de cristal para coger un papel, no puedo evitar de que mi nombre ha entrado menos de cuarenta veces esta vez, por lo que tengo más posibilidades que nunca, aun así me obligo a mirar- Clarissa Lee Pond -lo oigo, lo oigo perfectamente, y ese es mi nombre -¡Vamos chica. No seas tímida, has sido la afortunada, ven con nosotros! -dice él y yo camino hacia el altar, mi hermano grita pero lo único que recibe son azotes de los agentes de la paz, al fin llego al lado de el hombre extraño- Supongo que eres Clarissa, ¿cuantos años tienes preciosa?
-Diecisiete años, señor- le contesto sin mirarle si quiera.
-¿alguien se ofrece como tributo de esta dulzura? -pregunta con una sonrisa, no hay respuesta alguna, nadie me conocía y por lo tanto no habría nadie capaz de morir en mi lugar.
-Sigamos con los hombres, veamos...- dice él mientras rebusca entre los papeles hasta coger uno- ¡Dylan O'Brien!
No podía ser, él no. Si no conoceis a Dylan deberíais saber que es principalmente el mayor idiota que podáis conocer, después de eso saber que es el hijo mayor del alcalde. Dylan sube los escalones decidido con su ropa de buena clase hasta llegar al otro lado del hombre, este pregunta por alun voluntario, pero como se puede comprender no hay nadie que se ofrezca. Por lo que ya está hecho, el del pelo azulado alza nuestros brazos como los tributos del distrito once.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Es una habitación totalmente iluminada de tonos cálidos, parece ser un despacho. Por lo que hay una gran mesa con una silla detrás y papeles encima de esta. Empiezo a dar vueltas por la habitación, he de reconocer que estoy nerviosa, no se cual es el proceso de a continuación solo quiero despedirme de Will y decirle que estaré bien. Después de unos minutos un hombre de pelo blanco entra, es el alcalde.
-Señor perdone mi imprudencia pero... ¿Qué hace aquí? -le pregunto extrañada.
-Solo quiero decirte algo pequeña Clara -me dice y yo le miro seria- Se que mi hijo es un completo idiota, pero se bien que no sabe defenderse, por lo que me veo obligado a pedirte que intentes cuidarle, al menos que dure más de un día.
-Pero señor, yo no... -intento decir pero él me interrumpe.
-Eres tan fuerte y bella como tu madre -dice para luego marcharse.
No lograba entenderlo, ¿el propio alcalde diciéndome que protegiera a su hijito y luego hablando e mi madre? Estaba completamente desconcertada cuando unos brazos me abrazan por la espalda, me asusto pero él me pide que me calme, es Will.
-¡Idiota, me has dado un susto de muerte! -le grito para luego pensar en lo que he dicho y reír.
-Supongo que así te acostumbrarás, escucha tenemos menos de cinco minutos -me anuncia él.
-Will, sobreviviré, siempre lo hago -le digo intentando calmarme.
-No es lo mismo Clary, deberás defenderte y no quiero que salgas herida -me dice.
-Yo tampoco -le contesto con una sonrisa triste para que él me responda.
-Eres lista, muy lista, por lo que creo que puedes tener ventaja en ese campo la mayoría de profesionales son entrenados para matar pero son personas si cerebros -me dice y yo asiento.
-Estaré bien -le contesto con seguridad y él asiente para luego abrazarme.
-Recuerda quienes son los verdaderos enemigos, no hagas que te conviertan en un monstruo, no a ti -me susurra en el oído para que luego los agentes le sacaran por la fuerza de la sala.
De nuevo sola allí, en la oscuridad, completamente sola.
- who are you?:
- Who are you?
¿Nunca has querido saber que se sentiría al estar en el espacio, deshacer un error cometido para luego borrarlo, o mucho mejor, nunca has querido escapar de tu vida, construir otra?.
Eso y más. Sin embargo seamos realistas, la vida no está hecha para vivir la, la mayor aventura que puedes encontrar es que haya un atraco en un supermercado tu te hagas el héroe y acabes con una bala en la frente, la adrenalina de llegar tarde a trabajar y el éxtasis de saber que mañana deberás madrugar. ¿Divertido? Ni en broma, sin embargo nos conformamos. Es o eso o escapar con una jeringa o un polvo mágico, que en cualquier momento lo que hará será destruirte. La vida humana, tan escasa pero a la vez tardábamos reveladora. Sin embargo soñamos, ese es el único medio que nos abre la puerta al más allá. Pero yo quiero vivir aventuras de verdad, sentir la adrenalina de saltar de un precipicio y el éxtasis de salvar el mundo, pero lo único con lo que lo hago es con los libros o la consola. ¿Tanto costaría que el universo me diera la alegría de vivir una aún que sea pequeña.
Ti,ti,ti,ti. Y ahí está el sonido que me levanta cada mañana recordarme que estaba soñando con un mundo inexistente de nuevo, así día tras día. ¡Moriré por aburrimiento, lo juro!
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Capítulo 1
"Peligro. Esto es una advertencia, una advertencia para todo el mundo. Estas buscando wifi, y a veces ves algo, una serie de letras en un extraño idioma. No lo pulses, bajo ninguna circunstancia se te ocurra clikear, nunca debes pulsarlo. Una vez lo hagas estarán en tu ordenador, podrán verte, si lo hacen podrán escogerte y si lo hacen, morirás. En tan solo veinticuatro horas habrás muerto. Hace un tiempo que están subiendo las almas de la gente a Internet, algunas personas están atrapadas. Sus mentes, sus almas, atrapadas en la wifi. Como huecos, como fantasmas, a veces podemos oírles por la radio, la televisión o la red. Esto es real, nada de trucos, ni pruebas, ni historias. Esto es real, yo lo se. Por que... No se donde estoy. Por favor si estás oyéndome, ayúdame, no se donde estoy." Esta es una de las miles de voces que se oyen atrapadas en un extraño lugar.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Cumbria,1207.
Alguien llamaba las grandes puertas de madera con prisa, mirando a todos los lados para compobar que nadie mira, esté vuelve a golpear. Finalmente la ventanilla cubierta por una reja se abre. "¡Despertad al abad, decidle que las campanas de saint john están replicando!" exclama el monje que estaba aporreando, dicho esto las puertas se abren. El joven pasa por varios pasillos de piedra hasta llegar a su destino frente a una puerta, de allí sale un hombre de pelo blanco y piel arrugada, sobre sus ropajes cuelga una cruz de plata. "Debemos avisarle" dice este nada más llegar al lado de su compañero, seguidamente ambos recorren un camino hasta llegar a unas escaleras que les llevaran a su destino, para ello se guían con la luz que produce la antorcha. "Le llaman el monje loco, ¿verdad?" se atreve a decir el primero mientras mueve la antorcha de lado a lado para iluminar el camino, "No deberían, desde luego no es un monje" dice el hobre más mayor antes de entrar a la sala. Las paredes son de piedra y está iluminada por varias antorchas, en ella se ve una amplia mesa llena de varias cosas, al lado un hombre con una túnica de monjes está pintando sobre un lienzo.
-Lamento interrumpirle, pero me temo que las campanas de saint john están replicando -dice el mayor. El hombre sentado gira la cabeza para luego levantarse y posarse ante ambos, cuando ya lo ha hecho deja al descubierto su cara.
-En ese caso, necesitaré un caballo -dicho esto se adentra a su habitación. El compañero del anciano se adentra y mira el cuadro atentamente.
-¿Es ella?-pregunta curioso.
-effectivamente. La mujer que murió dos veces, y su mensaje final. se retiró a este lugar, de paz y soledad, para averiguar su significado, si de verdad está loco esta es su locura -dice el otro monje. En el cuadro hay una joven dibujada a la perfeción, en él un mensaje "Corre chico listo, corre y recuerda".[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
-¿Angie, funciona internet?-pregunta una joven mientras camina por la cocina hacia el salón donde esta la niña- Estoy llamando al numero de ayuda pero no me contesta nadie.
-A mi me funciona -responde ella tecleando el ordenador.
-¿Me dejas utilizarlo cuando acabes?-pregunta la más mayor.
-Más de una persona puede utilizar a la vez internet, Clara -responde ella con una sonrisa.
-¿Has hecho los deberes? -le cuestiona alzando una ceja mientras espera que le respondan al otro lado de la linea.
-No eres mi madre -le dice mientras teclea.
-No intento serlo, ¿vale? -le dice Clara cambiando de oreja el teléfono.
-Vale, si gracias -dice un hombre mayor y voluminoso agarrando las llaves que le daba el pequeño de ambos hijos- Angie estará bien sola esta noche, puedes tomarte la noche libre.
-Tranquilo, estoy bien- contesta la morena con una sonrisa mirando el teléfono extrañada- Estaré arriba intentando conectar el ordenador a internet. El pequeño lleva un libro en la mano, ella lo agarra "Cae el verano - Amelia Williams", esta sonrie- Es un libro maravilloso, el capítulo 11 es el mejor, te hincharas a llorar.
La joven delgada refunfuñe por que nadie le parece contestar al aparato, sube las escaleras gruñendo y suplicando hasta llegar a su habitación para empezar a pasear en ella en busca de que alguien conteste. Se sienta en la silla y empieza a teclear sin saber lo que hace mientras espera respuesta.Mientras tanto en 1207.
El hombre baja del caballo, para luego agarrar la antorcha y adentrarse en la cueva. El sonido abunda toda la sala y sale por la entrada, no cesa. Los tres bajan las escaleras con dificultad apartando las ramas del camino, allí se ve una gran cabina. La máquina es de un color azul oscuro, la luz traspasan los cristales, en una ventanilla se oye el sonido con más intensidad. El joven se adelanta, "esto no tendría que pasar" dice en voz baja y abre el pequeño armario donde se encuentra un teléfono, hace unas señas extrañas y contesta a la llamada.
-¿Diga? -dice contestando.
-Ah, hola. no encuentro internet. -dice la voz de una chica mientras se sorprende por que le hayan respondido de una vez.
-¿Perdona? -dice el otro anonadado.
-Si se ha ido, no lo encuentro por ninguna parte -le insiste ella- ¿donde esta?
-¿Internet? -dice él y señala el aparato para que lo vean sus compañeros, los cuales intercambian miradas- Es 1207.
-Son las tres y media, ¿estoy llamando a otra zona horaria? -pregunta ella poniéndose recta en la silla.
-Si, más o menos -le contesta rondando de un lado a otro de la sala. "¿se notará en la factura?" se oye al otro lado del teléfono- Me horroriza pensarlo. Escúchame, ¿de donde has sacado este numero?
-La señora de la tienda, dijo que era la mejor linea de ayuda del universo -le contesta despreocupada - ¿Por que no hay Internet, no debería haberlo?
-Oye escúchame, en realidad yo no soy... Quiero decir que esto no es -intenta decir él pero no le salen las palabras, da un suspiro- Has pulsado en el botón de Wifi, ¿verdad?
-Espera -dice ella buscando lo que el hombre le ha dicho en la pantalla de su portátil. El hombre de la otra linea se quita el aparato de la oreja en símbolo de desesperación.
-Pulsa donde te he dicho, vas a ver una lista de nombres. ¿Reconoces alguno? -le pregunta mientras se apoya en la cabina.
-Me pide una contraseña- de dice ella, en eso llega Angie y le pide que le diga la contraseña. Mientras tanto por la otra linea el joven se frota la cara y vuelve a suspirar.
-¿es un espíritu maligno?- le pregunta uno de los monjes que está con el.
-Es una mujer -contesta este y el otro reza.
-Espera ya lo tengo, dame un minuto. -dice ella mientras se concentra- Corre chico listo y recuerda me, uno -empieza a decir ella mientras teclea. Al hombre empiezan a venirle una serie de recuerdos a la cabeza mientras escucha lo que dice la joven- dos y tres -pero en el último numero se equivoca y teclea un cuatro a causa de que el muchacho de la linea ha gritado- ¡No grites, ah me pone que es incorrecta! -dice ella sintiéndose totalmente perdida- ¿Que hago, como vuelvo a entrar? -le sigue preguntando a través del aparato- Espera...
El sonido del timbre hace que Clara deje el teléfono sobre la mesa y se dirija hacia la puerta. Alguien no paraba de llamar repetidamente creando un sonoro ruido molesto, Clara se acera extrañada por la insistencia de esa extraña persona, harta de escuchar el molesto sonido se para frente a la puerta y la abre.
-Hola -dijo ella parándose a ver al hombre extraño que había frente a la puerta vestido de monje, el cual la mira con una mezcla de sorpresa y felicidad.
-Clara -dice este- ¿Clara Oswin Oswald?
-Solo Clara Oswald, ¿como era el otro nombre?-pregunta mirándolo extrañada por que no le conocía.
-¿Te acuerdas de mi?-pregunta entusiasmado con una enorme sonrisa, ella se para a pensar.
-No, ¿debería, quien eres? -le pregunta.
-¡El doctor! -le responde el moreno, mirándose en el espejo frente a la pared de la puerta de la entrada- ¿No?
-¿Doctor qué? -le pregunta ella con curiosidad.
-No solo el doctor -le contesta con una sonrisa- De hecho perdona, ¿podrías decirlo una vez más?
-¿Doctor qué? -dice arqueando una ceja y este le pide que lo haga de nuevo, para luego empezar a hacer un extraño baile- ¿Doctor qué?
-Ah, sabes no me acordaba de cuanto me gusta oírlo decir en voz alta -responde este mirando al cielo.
-Vale -le responde con una sonrisa y cerrando la puerta en sus narices para luego sentarse en las escaleras.
Mientras tanto en una organización secreta, obtienen el perfil de Clara al haber entrado en la Wifi extraña, por lo que empiezan a verla como un nuevo objetivo así que deciden mandar a uno de sus servidores, el cual le absolverá y administrará una inteligencia sobre tecnología informática. Uno de los trabajadores sigue a la directora y le informa de lo que pasa en la oficina donde todos trabajan, pero a la hora de oír que va a cargar a una persona más este se opone advirtiéndole del peligro que están corriendo absorbiendo a tanta gente. Ella sin embargo decide acceder a su programa de fichas y empieza a hakearle para que este mantenga la boca callada y simplemente le obedezca a sus ordenes.
Clara llevaba un mínimo de quince minutos viendo como el moreno de barbilla peculiar seguía sin parar de llamar a la puerta y diciendo "Clara, por favor ábreme, debo hablar contigo". Finalmente se decide por levantarse de las escaleras y se acercarse a la puerta. "¿Que es lo que quieres?" le exige ella, "Tu me has llamado" le dice él. ¿Eras tú, como has llegado tan rápido? le pregunta, "Estaba en el barrio con mi teléfono móvil" le responde él, "¿cuando dices teléfono por que señalas la cabina?" le cuestiona, "Por que es una descripción realmente precisa" le responde, "vale, hemos acabado" finaliza ella apagando el telefonillo con cámara integrada por el cual había estado hablando con el doctor. Pero unos pasos en la escalera la sorprenden y la hacen voltearse para ver quien era la persona que había detrás de ella, en la puerta ya nadie llamaba, una niña esta plantad ahí. tiene el cabello recogido con un moño trenzado de color negro es el cabello, lleva un vestido rosa, con unos zapatos negros y calcetines blancos. La morena le hace una serie de preguntas y la niña le responde lo que ella pregunta en forma de afirmación, entonces recuerda algo, esa niña es la misma imagen de la chica de la portada del libro de Amelia Williams. Pero ella no podía creerlo. La niña gira la cabeza por completo, a lo niña del exorcista, dejando ver su sistema operativo en la parte posterior de la cabeza, lo que lanza un rayo y parece coger el alma de Clara.
El doctor sin embargo había decidido volver a su cabina mágica, la cual denominaba como Tardis, para cambiarse la vestimenta."Muy bien, no seas un monje, los monjes no molan" se decía a si mismo mientras se deshacía de su ropa. Rebuscó entre un almacén de la parte de abajo de la sala de motores, entre las miles de cosas que saca encuentra un fez de color granate el cual se deja puesto hasta que encuentra el conjunto adecuado. Decide ponerse Unos pantalones azul marino, la camisa de un color azul casi blanco abotonando todos los botones de esta, los tirantes de color gris, la americana gris oscura y su querida pajarita, la cual estaba guardada en una caja. Sale corriendo de la Tardis emocionado por su aspecto y llama al timbre, por el cual ella contesta.
-¡Clara, soy yo-dice el doctor- ¡Yo, des-monjeado!
-No lo entiendo -contesta ella con tono perdido.
-¿podrías abrir la puerta? -le sigue insistiendo él.
-No se, es que no se donde estoy -le responde- Dime por favor, dime donde estoy por que no lo sé -continua ella con tono asustado y haciendo que el hombre se preocupe.
¿Dónde estoy?
Última edición por ZoeAnneThompson el Sáb 04 Ene 2014, 5:44 am, editado 2 veces
✦ ausente.✦
pixie.
Re: Psychopath {cerradas.}
Nombre del personaje: Haydeen Lea Joel.
Representante: Hayley Williams.
Chico: Kellin Quinn
Escrito:
- Spoiler:
- Capítulo 002.McKingley High, no sé mucho de esa escuela. El amigo de mi papá, will schuester, me recomendó esta escuela, aún así nunca me gusto ser "la nueva", es como ser un bicho raro. Espero que no este lleno de esas personas que se creen geniales, y causan la superioridad. Dios, los odio. Un par de botas y la misma ropa de siempre, simple y cómoda. No me preocupaba mucho lo que pensaran de mi, pero me dijeron mucho acerca de esa secundaria, veremos que me espera. Fui a la cocina, de seguro papá ya se había ido a trabajar, tomé un poco de jugo y me fui caminando como siempre me gusto hacerlo.
- Spoiler:
—Miren miren chicos, eres nueva ¿verdad?—
—Y tu eres un egocéntrico ¿verdad?—
—Uhhh..—dijeron las demás personas que se hacían presentes en el pasillo.
Su confianzuda mirada cambio a una confundida mientras yo solo sonreía satisfecha hasta que los cuatro me tiraron algo que no pude reconocer, pero era frío y pegajoso, hoy te habían "golpeado" Frances. Muchos comenzaron a reír además de aquellos cuatro chicos, luego se fueron dejándome con la boca abierta de sorpresa y toda mojada por lo que lanzaron. Obviamente corrí al baño.
Luego de que el color de aquella cosa cambiara y se secar mi pelo y mi ropa, salí. Cerca de la puerta vi unas tablillas con distintas inscripciones, clubes y demás. ¿Club Glee? ¿Qué era eso? El profesor de nombre Finn Hudson, es del que me hablo el amigo de papá. ¿por qué no entrar? Se veía entretenido.
'Frances Harrison' escribí cerca de otro nombre con una estrella, bien, se notaba el talento en esa pequeña estrellita dorada.
—¿vas a entrar al club Glee?—preguntó alguien detrás mio.- Spoiler:
- Taissa Farmiga & Evan Peters. {american horror story}Ya era tiempo de estar al frente de la escuela, no quise ir y no voy a ir. Deambular por las calles frías con la música de unos aparatos en mis oídos era el único paraíso al que podría llegar. La música de los Beatles era mi única pasión, mis dudas eran claras obviamente. ¿Cómo cuatro hombres pudieron hacer feliz a millones de personas? Contándome a mi. Unas personas en mi oído diciendo que 'el sol va a llegar' y dos más con 'esta bien'. Muchas de esas palabras no me entraban, mi vida no es la de una chica perfecta y nunca lo va a ser, pero aquella música sacó una sonrisa en mi -sonreí ante esto- lo cual yo pensé imposible.Capítulo 1.
Aquí en Liverpool, las gente venía y pasaba, corría o caminaba, una ciudad de puertos ¿qué creen que podría pasar? Recapacité un poco, hoy no iba a decepcionar a mi padre, aunque me odie. Unos pasos más, pequeñas cuadras, solo eso. Lo que me gustaba de esta ciudad, era la poca tranquilidad, pero no eso, si no que cuando uno encuentra la tranquilidad se siente algo, algo. Espero que me entiendan o tal vez soy la única que siente eso.
Si llego a la escuela, debería soportar las burlas, cualquiera sabe que si no eres un mariscal de campo, una porrista, o tu novio es genial, no tienes derecho a ser quien deberías ser. Imaginen, una escuela llena de falsedad. Esa escuela es a la que voy yo. Caminar sola por esos pasillos mal lustrados no era mi problema, claro que no pero aún así no quería estar en ese lugar. No me siento yo misma, no no y no. La otra vez una chica, una idiota para mi, tuvo un accidente. Rachel Boston para más "información. Ella es la típica rubia que no respeta las relaciones de los demás. Ella estaba ahí almorzando cuando llega a mi mesa, claramente yo estaba sola, comenzó a balbucear estupideces. Acabo con mi paciencia y solo pensaba en mi cabeza 'que le pasaría si.. ¿Qué le paso? Murió, como si yo apretara mi muñeca para que aquel liquido rojo que todos tenemos, salga, ¿me dolía? No, pero a ella sí, tanto que parecía como si le pusieran sal en la lastimadura. Estaba claro, me lastimaba, no dolía, pero a ella le costaba la vida.
Unas calles más y llegue a casa, una casa tan vieja que parecía el hotel de 'Sicosis'. De dos pisos pero aún así asquerosa, de fuera era como el hotel 'Dacota' parecía sacada del Mago de Oz, pero ocultaba secretos, como todo. Lo único que quería era descansar en ves de estar en la "cárcel". Me acosté en el sillón y fue ahí que llego mi papá, su cara era el calco de un papel blanco, muy blanco. El alcohol salía de su boca, el cigarrillo en la mano y el puño pegado a la pared. En realidad él no era muy viejo, tiene 25.
-Maldita sea, creo que saben lo que pasó- me dijo mientras me veía cómodamente en un sillón horrible.
-¿Qué mataste a mamá?-
-¡Fuiste tu idiota! Ahora ven -me tomo del brazo muy fuerte, lastimaba.
-Suéltame, ahora-
-Sabes que maldita perra, ve a caminar por ahí y déjame solo, ¿qué tal si vas a ver a tu pequeño psicópata?
-Tate no es así papá- bajé la mirada hacía mis pies con un nudo en la garganta.
-¿lo conoces?
-Claro, desde hace..-me interrumpe-
-Mira, le llegas a contar algo, y te mato con mis propias manos ¿entendido?
-Sí..
-Ve a ver a tu amor -su sonrisa falsa otra ves-
-Él no es mi amor.
-¿Crees que no los vigilo? Sé como te acuestas con él, las palabras que se dicen, no soy idiota -dejarme callada era lo que quería-
Esta completamente loco ¿por qué? Mató a mi madre, no entiendo porque siempre me culpa a mi. Él sabe algo que yo no, nunca me lo dijo. Desde aquel día {26/05/2013} me sentí distinta y él definitivamente sabe que es.
Narra Tate:
Me encontraba yendo para casa, mi casa. Vivía solo, lo cual levantaba las sospechas de muchos, me tratan como loco y puedo asegurar que soy la persona más paciente en el mundo, ¿o estoy mintiendo? Mi preocupación se elevó cuando Taissa, o como yo le digo Tai, no fue a la escuela. Vive al frente de mi, nos conocemos desde hace mucho. Su padre esta loco, odia que este con ella, pero es obvio que eso no me va a separar de ella. Sé mucho de ella, pero ella de mi no. Al llegar a mi casa, sonreí al ver a Vi en la ventana de arriba, tiene una llave que le regalé, le sonreí. Pasé la llave por la cerradura y entré. Deje todo en la sala, mi casa por fuera era como la de Tai, pero le dí un toque mio por dentro. Subí al piso de más arriba, como un ático, nuestro lugar favorito.
-¡Tate! -corrió y me abrazó-
-¡Princesa! ¿Que onda?
-Tengo muchas cosas para contarte -muestra esos hermosos dientes-
Bueno y eso, es re cúl, nunca había participado en una idea así, por lo cual esta es la primera ves y mucho mejor de los que se me ocurría a mi, tienes una forma de escribir la cual yo no tengo, tus ideas son mejores -_- Tu tate esta aquí pa amar la idea, audicionar y spamear por si a caso(?) Me trae mucha intriga jep, eso lml.
ceonella.
Re: Psychopath {cerradas.}
Revisaré todas las fichas que me llegaron porsimefaltaalgunadeaceptar/denegar y miro las de ustedes. Siento tardar tanto pero es que me he levantado con nauseas y me estoy mareando. Lo siento mucho, y lo más importante, no se mediquen para dormir.
Ledger.
Re: Psychopath {cerradas.}
Fruti
Dios santo, sinceramente yo no soy mucho de sangre, golpes y matanzas pero al leer la sinopsis tengo un moorbo... que uf.
Bueno mi Jokeru ahora te voy a dejar mi audición porque tengo que quedar en esta novela
- rules:
Melocotón
Re: Psychopath {cerradas.}
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Nombre del personaje: Janette Clarie Young
Representante: Acacia Clark.
Chico: estoy pensándomelo
Escrito:
¿Alguna razón en especial por la cual quieres audicionar?:Maldita Joker y su pregunta. Bueno pues ahora te vas a tragar una parrafada by me.
¿Qué porqué quiero estar en esta novela? Pues porque me resulta muy tentadora la idea, estoy arta de las novelas ''amor, pelea, sexo, amor, flores'' bah, no es que no me gusten pero ya es algo aburrido, algo ya muy masticado a si que nada más ver esta idea se me hizo la boca agua ¡dios Mel necesitas estar aquí! me dije. Y bueno mi intento de novela aquí no fue muy bien acogida y la dejé, pero más o menos también había psicópatas, son personas muy interesantes y sádicas. Y tengo que decirte que a mi el morbo me puede.
Bueno Joker, fruti, niña, espero que te guste mi audición y deseo quedar.
Al final no a sido tan parrafada
edito.
Nombre del personaje: Janette Clarie Young
Representante: Acacia Clark.
Chico: estoy pensándomelo
Escrito:
- Spoiler:
- aquí tu capítulo, shot o lo que sea
¿Alguna razón en especial por la cual quieres audicionar?:Maldita Joker y su pregunta. Bueno pues ahora te vas a tragar una parrafada by me.
¿Qué porqué quiero estar en esta novela? Pues porque me resulta muy tentadora la idea, estoy arta de las novelas ''amor, pelea, sexo, amor, flores'' bah, no es que no me gusten pero ya es algo aburrido, algo ya muy masticado a si que nada más ver esta idea se me hizo la boca agua ¡dios Mel necesitas estar aquí! me dije. Y bueno mi intento de novela aquí no fue muy bien acogida y la dejé, pero más o menos también había psicópatas, son personas muy interesantes y sádicas. Y tengo que decirte que a mi el morbo me puede.
Bueno Joker, fruti, niña, espero que te guste mi audición y deseo quedar.
Al final no a sido tan parrafada
edito.
Melocotón
Re: Psychopath {cerradas.}
Invitado escribió:[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Nombre del personaje: Nina Alicia Hank
Representante: Shay Mitchell
Chico: Liam Payne
Escrito:¿Alguna razón en especial por la cual quieres audicionar? Bien, primero, la idea me dejo fascinada y sinceramente, me encanto. Creo que escribes muy bien, en realidad, amo completamente como escribes, tienes una redacción asombrosa, además, creo que no estamos en ninguna colectiva juntas, y quiero, quiero. Me encanta la idea, y creo que es fantástica.
- Spoiler:
Escabulléndose silenciosamente, y sin dejar de mirar para ningún lado, Clara dejo deslizar por las rejillas del casillero de Niall una de las tantas cartas que le solía dejar a diario, incluso cuando el faltaba, ella le dejaba su carta dentro del casillero. Se dio la vuelta, y siguió su camino hacia el aula doce, era temprano, pero a ella le gustaba ser la primera.Por parte del rubio, el venia caminando hacia la escuela, la cual quedaba muy cerca de su casa; pensaba en Clara, o bueno, en la persona que escribía esas hermosas cartas hacia él. Niall dejó escapar un pequeño bufido de desesperación, y se encogió dentro de su chaqueta. Realmente quería saber quién era ella, y estaba dispuesto a encontrarla. Sintió su cuerpo chocar con algo pequeño y delgado, muy frágil comparado a él. Bajo su rostro para encontrarse con una castaña, la cual tenía el ceño fruncido, y maldecía en voz baja. Se le hacía, un poco conocida.__ Lo siento tanto__ el rubio intento coger de las manos a la chica, pero esta los saco rápidamente, y lo fulmino con la mirada.__ Vete al diablo__ ella se dio media vuelta, y camino a quien sabe dónde. Niall frunció el ceño con confusión. Aun confundido, Niall camino cinco minutos más, hasta llegar a su instituto.Con una pizca de emoción y curiosidad, Niall casi corrió hacia su casillero, y lo abrió con tanta fuerza, que casi todas sus cosas cayeron al piso. Sin importarle nada, recogió todo lo que habia caído al piso, y las puso de nuevo dentro de su casillero, excepto por… una carta; de color blanco, con algunos corazones en la parte delantera, y un delicioso olor a perfume de rosas y miel, una rara pero exquisita convinacion. Niall la abrió a penas la tuvo en sus manos, y comenzó a leer la carta casi al instante.“Querido Niall:Sabes, estos días han sido un poco difíciles, mi familia no ha ido muy bien. Mis padres, bueno, ellos están peleando mucho, y papa… golpeo a mama, muy fuerte, tanto, que le dejo morado el ojo, pero mama lo cubre con maquillaje, y a penas se nota. Lo único que me alegra el día, es saber que puedo escribirte esta carta, y saber, de alguna manera, que tú me entiendes y no me juzgas, como todos los demás. A veces te veo, sentado a lo lejos, con tus amigos, en aquel gigante árbol de hojas verdes al que van casi todo los dias, y es cuando me doy cuenta de que si me vieras, nunca te agradaría.Pero, pasando a otro tema, estoy alegre por ti, me he enterado que has sacado un diez de promedio en biología ¡bien por ti! Sé que no se te da esa materia, y es una alegría que con todo tu esfuerzo hayas conseguido aquella nota. Espero que tu sueño de ser cantante se cumpla, no le hagas caso a tu padre, el no necesita decidir lo que tú quieres ser. Se feliz.Con amor, C.”Niall miro con enfado la carta, si ella solo supiera, que si el la conociera, se lanzaría a ella y nunca la soltaría, no importa que. Si ella solo supiera, que para él, ella era tal vez la cosa más hermosa en la faz de la tierra, y eso que ni la conocía en carne y hueso.__ Otra vez con tu chica invisible, Niall__ Harry apoyo su brazo sobre el hombro del rubio, y le sonrió con cariño.__ Si, Harry. Mi chica invisible__ el rubio hizo énfasis en el mí. A decir verdad, Niall era una persona muy celosa, y aquellos celos podían llevarlo a un extremo, un poco patético.__ Creo que te estas obsesionando con algo un tanto invisible, Niall__ Liam era el más razonable, pues en parte tenía razón, el rubio estaba más que obsesionado con su “chica invisible”, como la habían apodado sus amigos.__ Me pregunto: ¿Quién rayos será esa chica? __ Louis era, junto a Niall, el más fantasioso, y era tal vez el único que apoyaba al 100% al rubio.__ Una maniática__ Zayn, el más callado, entro en la conversación. La mayoría se sorprendió, a Zayn no le gustaba el tema, ya que no confiaba en aquella chica.__ Que tan seguro estas de que es mujer. Tal vez sea un hombre barrigón, como el conserje, o el profesor de física__ Harry habían tocado un punto que Niall había pensado varias veces, ¿Quién le aseguraba que su amor eterno era mujer?__ Es mujer, estoy muy seguro de eso, Harry. Y si no lo es, estoy dispuesto a volverme Bisexual__ Los chicos rieron a carcajadas. El plan b del rubio no era muy bueno.
Estas audicionando, mucha suerte *-------------*
Ledger.
Re: Psychopath {cerradas.}
Priscilla.- escribió:
- Spoiler:
Imagina un gif jackass bc Pris se tiene que ir corriendo, sino la van a matar.
"tu cuchillo en mi garganta"[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Nombre del personaje: Dallas Finlay.
Representante: Lily Collins.
Chico: Niall Horan.
Escrito:¿Alguna razón en especial por la cual quieres audicionar? Primero que nada, ame la idea desde el principio. Me parece super original, nunca había visto algo así y no quiero perder la oportunidad de participar en algo así. Amo el hecho de que uno de los personajes sea un psicópata, y que el otro se enamore de el. Pienso hacer que Nialler sea psicópata, idk. Bueno, la verdad es que no soy buena para estas cosas. Lo dejo en tus manos.
- Capítulo de tu autoría:
- Nc:
Charlie HarlenPor: Priscilla.-|| Prisc.
Tan fría, tan sucia... Charlotte necesitaba escapar.
"Estuviste maravillosa Lottie", le susurraron al oído y ella solo quería levantar de la cama y correr, como si el mismísimo demonio la estuviese persiguiendo. Pero estaba atada, y no podía moverse por mas que quisiera.
Lottie, ese era el sobrenombre que le había puesto su padre cuando la mando a la calle a conseguir dinero.
Una lagrima negra rodó en su mejilla producto del excesivo maquillaje con el que disfrazaba su cara cada noche, evitando, así, ser descubierta. Aunque Charlie sabia que todo el barrio, y la mitad de la cuidad sabían quien se escondía atrás de esas medias de red, botas hasta la rodilla negra, dos centímetros por debajo de su trasero y el cautivante top rojo.
La castaña sintió como el hombre de no mas de treinta años se levantaba de la cama y comenzaba a ponerse su ropa. Dejo caer otra lagrima mas y esta vez fue por el odio que le tenia a su padre.
El la había obligado, el era la única soga que la mantenía cautiva en ese asqueroso trabajo.
Ademas de la madre de Nirvana, Charlie también se prostituía para conseguir dinero, y no era por puro placer, por que cada vez se sentía mas vacía y menos mujer. Lo hacia por que de lo contrario, el la mataría.
La castaña había recibido mas de un golpe cuando intentaba discutir con su padre. "No quiero esto... No lo haré", había dicho luego de regresar a su casa, la primera vez que había hecho algo así, y lo único que recibió fue una paliza y un pase gratis al hospital con la escusa de haberse caído en la tina, aunque es su casa no tuviese una.
Pero la realidad era que ya se le habían acabado las escusas, y no sabia cual diría ese mismo día cuando regresara a casa. Quizás, esta vez no iría al medico para que curara sus heridas, lo haría sola, y luego las maquillaría... Si, eso haría.
La puerta de la habitación del hotel barato se cerro de golpe, luego de que el hombre saliera a través de ella, para continuar con su vida, mientras que la de Charlie se caía a pedazos.
Atrajo sus pierna hacia su pecho y lloro... Lloro como cada noche.
Su vida no era si. Ella solía tener una familia feliz. Su padre y su madre se amaban, o eso pensaba ella, hasta que su madre se marcho con otro hombre, dejándolos solos.
Joseph cayo en la depresión, y lamentablemente, el alcohol fue su única salida. Eso y el odio inevitable a su hija. Charlie sabia que era por el parecido que tenia con su madre y fue esa la principal cusa por el cual la empujo a esa vida. Debía pagar... por su madre.
Adolorida, se levanto y comenzó a vestirse, como pudo. Sus manos temblaban y no era por el frío. El miedo se estaba apoderando de su cuerpo. No había conseguido suficiente dinero, y su padre le había pedido cierta cantidad antes de salir. Apenas tenia la mitad, lo que significaba uno o dos golpes mas.
Podrían entrar por la ventana, y esconderse en su habitación... Eso haría.***
La calle estaba totalmente vacía, por suerte. Eran tan solo las siete de la mañana cuando sus pies se detuvieron frente a su pequeña y descolorida casa. Su ventana se encontraba milagrosamente abierta, y eso la alegraba.
Camino hasta la reseca enredadera que se alzaba a un costado de su casa, para comenzar a subir hasta el techo del porche y de ahí, caminar hasta su ventana.
Se saco las botas y las tiro dentro de su habitación para luego entrar ella sin hacer ningún ruido.
Soltó todo el aire de sus pulmones cuando piso el suelo, y corrió hasta su puerta para asegurarla con llave. Estaría bien hasta la noche y quizás ahí podría reunir lo que su padre necesitaba.
No había sido su culpa. Ella solo se había sentado en el mismo bar, a la misma hora, y solo había conseguido dos hombres en toda la noche. Ya no era lo mismo que antes, ella era distinta, se notaba si infelicidad en su cara y hasta le costaba fingir.
Se quito el pequeño vestido negro que había usado esa noche, remplazandolo por su pijama.
Las medias de red estaba rotas, y debía comprar otras. Pero eso lo resolvería cuando despertara.
Camino hacia la ventana para cerrar las cortinas cuando se percato que su vecino la estaba mirando.
Niall Horan conocía su secreto, mas que nadie. Desde que había comenzado a hacer eso, y luego de que el rubio la encontrara sentada afuera de su casa con las botas, el vestido, el maquillaje excesivo, y las medias, el salia de su casa cada día, a las seis en punto, a esperarla... o eso creía Charlie, mientras fumaba uno o dos cigarrillos.
El rubio le sonrió mientras daba una ultima calada y arrojaba el cigarro a la calle. Levanto la mano en forma de saludo y luego se perdió dentro de su casa. Quizás si la esperaba.***
Un fuerte ruido en la puerta interrumpió el sueño de la castaña pasado el medio día. Era su odioso padre exigiendo una respuesta que ella nunca daría. Solo se dedico a seguir durmiendo, despertándose seis horas mas tarde. Tenia hambre y dolor de cabeza.
Ya no había golpes y por lo que pudo escuchar, la casa estaba en silencio.
Eran casi las ocho de la noche, y probablemente su padre estaría aun en su trabajo o borracho.
Abrió la puerta con cuidado y camino hasta las escalera, para asegurarse de que no estuviese tirado en el sofá, y cuando estuvo segura, bajo. Camino hasta la cocina, y comenzó a revolver las estanterías en busca de comida.
El calendario marcaba el numero y mes equivocado, pero Charlie era mas que consciente del día que era. Nirvana se había cansado de repetirlo, hasta que ella le dijo que estaba loca y que no había forma que eso fuera funcionara.
Huir era la solución, si, pero solo eran unos pobres adolescentes marginados que no llegarían ni a la frontera, ya que serian capturados mucho antes y Charlie ya tenia suficiente con su vida, como para aguantar a su padre aun mas enojado.
Cocino un par de huevos revueltos y un par de tostadas. Eso estaría bien por un tiempo y una vez que termino, limpio cualquier tipo de evidencia antes de volver a subir para darse un buen baño.
Amaba dejar que el agua cayera por su cuerpo relajando coda musculo, llevándose cualquier suciedad consigo, sobretodo la de su alma. Pero no podía darse el lujo de quedarse ahí para siempre. Su padre volvería en cualquier momento.
Cerro el grifo antes de salir de la ducha. Volvió a enfundarse en su pijama ya que no le veía sentido ponerse otra cosa, cuando faltaban solo dos horas para volver a ponerse esa ropa apretada, ademas, de que su vida social se había reducido a nada, y para Charlie era mejor si. No quería tener que explicarle a alguien mas su falta de sueño, o los moretones y cortes en su piel.
El espejo reflejaba un monstruo, un cuerpo si vida, y totalmente desecho. Su rostro era el de una mujer de mas de treinta año, aunque solo tuviese dieciocho. Seco una lagrima solitaria y luego comenzó a limpiar el resto del maquillaje que aun yacía sobre su piel. Deseaba ser libre de una maldita vez.
Abrió la puerta rápidamente en cuanto termino, decidida a regresar a su habitación, pero vio a su padre parado frente a esta con el ceño fruncido y el típico brillo en los ojos que no le gustaba para nada a Charlie. El pie de si padre fue mas rápido que ella posicionándose entre el marco y la puerta, cuando la castaña intento volver a cerrar la puerta. Y a quien quería engañar... No podía luchar contra el. Era mas fuerte, y le quedo mas que claro cuando el la empujo haciendo que se tropezara y cayera dentro de la ducha, para poder entrar.
-¿Donde esta el dinero Lottie?-pregunto su padre. Ahí estaba de nuevo ese maldito apodo. Charlie no respondió.- Lottie, ¿donde esta el dinero?-volvió a preguntar, separando las palabras de una manera tan perversa, que hizo que Charle sintiera miedo.
-No lo tengo-respondió en un susurro, llevándose las rodillas hasta su pecho para protegerse.
-¿Que?-pregunto Joseph, aunque sabia que había escuchado a la perfección.
-No lo tengo-repitió ella, solo un poco mas fuerte.
-¡Mierda Lottie!-soltó, golpeando su puño en los azulejos del baño- ¡Te advertí! ¡Te dije que necesitaba el dinero para pagar la hipoteca de la casa!-soltó, mientras la tomaba con fuerza por un brazo y la alzaba. Charlie temió que lo hubiese dislocado.- ¿Que quieres? ¡¿Quieres que nos quedemos en la calle?! ¡¿Es eso lo que quieres?!-le grito, zamarreando a la chica que ya tenia las lagrimas a medio camino.
-Lo siento, no fue mi intención... El bar no estaba tan lleno como otras noches-dijo como escusa Charlie, con desesperación. Le estaba haciendo daño.
-Me vale una mierda tus escusas... Tendrías que haberte quitado la ropa y haberles hecho un baile sobre una de las mesas... ¡No lo se! Tendrías que haberlo intentado-
-Lo intente, de verdad lo intente-
-¡Pero no lo suficiente, Lottie!-
-¡Que no me llames así!-grito la castaña, enfrentando a su padre, a quien le brillaron los ojos de odio.
Joseph la empujo sobre el lavado haciendo que el rostro de la chica impactara contra este y luego cayera al suelo, de nuevo.
-Te diré como se me de la gana-soltó el, alzándola, para arrastrarla fuera del baño, por el pasillo, ignorando por completo la sangre en el rostro de su hija. La metió dentro de su habitación, soltándola sobre su cama.- Espero que esta noche puedas juntar lo que te he pedido- soltó Joe- Se útil Lottie, no como tu la zorra de tu madre- dicho esto, salió cerrando la puerta detrás de el y Charlie lloro, sintiendo el sabor metálico de la sangre en su labio.
Se levanto como pudo, y arrastro sus pies hasta el pequeño espejo que tenia colgado sobre una de las paredes. Un pequeño tajo cortaba su labio inferior, y otro, un poco mas grande y abierto, una de sus cejas. Posiblemente, en un par de horas le dolería todo, y eso se vería peor.
Limpio sus herida, buscando una buena escusa para faltar a su trabajo, aunque se ganara otra paliza, no se sentía de ánimos para fingir. Pero no era una opción dentro de su vida. Su padre no lo permitiría ni loco, ni borracho. Nada la salvaría, excepto.. huir.
El plan de Nirvana se le vino a la cabeza, y por primera vez después de haberle dicho que estaba loca, pensó que la chica era un maldito genio. Que importaba todo lo demás, cuando ella estaba muriendo en vida.
Corrió hasta el pequeño armario que tenia en su pequeña habitación y saco una mochila roja, para luego comenzar a guardar las pocas prendar presentables que tenia. Estaba decidió, así todo eso fuera una maldita broma por parte de Nirvana, ella huiría. Escaparía de su vida, y la su padre para construir una mejor, en algún lugar, lejos.
Un perfume, una foto de su madre y ella cuando eran felices y el sobre con dinero que guardaba bajo el colchón para que su padre no descubriera que se quedaba con las propinas, y algún que otro interés, entraron a la perfección. Solo necesitaba algo de comida para sobrevivir un par de días.
Cambio su pijama por un par de jeans rotos y descoloridos, y un poleron negro que ocultaba todas las marcas y cortes en su piel, antes de bajar para recoger todo lo que había en la despensa.
Su padre estaba viendo fútbol cuando paso detrás de el, hacia la cocina. Tomo todo lo que pudo antes de salir por la puerta trasera. Se pregunto que diría su padre cuando no la encontrara en su habitación, que diría cuando a la mañana siguiente no regresara, ¿La buscaría? Posiblemente, no. Ahora si podría odiarla todo lo que quisiera, ya que le estaba dando una buena razón. Lo estaba dejando, como su madre.
El claro se encontraba solo a cuatro cuadras de su casa, y por lo visto estaba llegando tarde. Los chicos estaban subiendo a la vieja y oxidada camioneta, que según Nirvana le prestarían para huir.
La castaña acelero el paso llegando hasta el grupo. No se molesto en presentarse ni anunciar su llegada. Nirvana había dicho que podían ir los que quisieran, y por lo visto se lo habían tomado muy a pecho.
-Que bueno que viniste-susurraron a su espalda. Charlie no conocía esa voz, pero aun así le resultada familiar. Antes que pudiera girar para ver quien era, el dueño de la voz se paro a su lado, dejando ver sus brillantes ojos azules que inundaron de paz a Charlotte.
-Pero...-
-Ya no importa... seremos libres-la interrumpió. "¿Que demonios hacia Niall Horan ahí? Tenia una vida perfecta. Familia perfecta, casa perfecta, hasta el era perfecto", se pregunto Charlie, cayendo ante la hermosa sonrisa que el rubio le estaba regalando.
Nivana sonrió al verla y luego subió a la camioneta seguida por otra chica.
-Vamos Charlie, seamos libres...-dijo Niall tomando su muñeca para ayudarla a subir. Ocuparon los últimos asientos y, aunque la castaña hubiese preferido no tenerlo cerca, el se sentó junto a ella.
Lo que paso a continuación, Charlie no lo recuerda. Solo dijo su nombre, por que los demás lo hicieron, y propuso una regla. Pero después no volvió a abrir la boca. Quería salir de ahí, y no entendía por que Niall Horan se estaba preocupando por ella. Era demasiado estúpido, como lo que estaba a punto de hacer. Quizás debía bajarse e ir por su cuenta... Seria lo mejor.
Hizo un ademan para levantarse, pero la mano de Niall hizo que volviera a hundirse en el sillón, justo cuando Nirvana cerraba las puertas, y un chico desconocido encendía la camioneta, hacia un destino incierto.
-Estarás bien Charlie, ya no mas...-susurro Niall, mientras ella veía la carretera pasar a través de los vidrios sucios de la camioneta. "Estaría bien", se auto-convenció. Por lo menos, muchísimo mejor que ahora.Sigue: NewNormal
- Does he Know?:
Los suegros.Posiblemente, para James, esas serian unas vacaciones normales. Visitaría a su familia en Mullingar, pasaría las tardes en la pileta con sus amigos bajo el sol intenso tomando algún que otro refresco, mientras a provechaban el tiempo para ponerse al día, y almorzaría con sus abuelos los domingos. Pero para mí, era mucho más.
No todos los días conoces a la familia de tu novio, y más cuando lleva saliendo con su hijo por más de tres años. Ese, sin dudas, no sería un verano común y corriente.
Con James habíamos sido amigos desde mi primer día en la Universidad. Yo era nueva y no entendía mucho la dinámica en la institución. Me sentía como sapo de otro poso.
Era patética la forma en la que caminaba de un lado con un mapa de la Universidad en las manos para orientarme cada vez que tenía que cambiar de salón para asistir a otra clase.
James fue el resultado de mi torpeza y falta de coordinación.
¿Qué ser humano sería capaz de caminar y leer un mapa a la misma vez?
Posiblemente, el común denominar de la población mundial, menos yo.
James termino bañado en el café que tenía pensado tomar antes de la clase de historia, y yo con un moretón en el trasero gracias a mi poco sensual, grácil, femenina y otras cosas más, caída.
El aun suele reírse de nuestro no tan cotidiano encuentro en el pasillo, aunque la verdad, no fue nada gracioso. Mis mejillas se ponen rojas de la vergüenza al recordarlo.
Fuimos compañeros en unas pocas clases, ya que era dos años mayor, y compartimos tardes de fin de semana, borracheras en algún que otro bar, y noches de películas en su departamento.
El primer año éramos los mejores amigos, siempre estaba ahí para él, y él para mí. Hasta que sucedió lo imaginable.
Los sentimientos eran casi tangibles, y ya no podíamos seguir actuando como amigos. Éramos mucho más que eso, aun sin reconocerlo.
James era todo lo que una madre querría para su hija. Alto, castaño, con unos hermosos ojos azules, y musculoso. Y yo lo había encontrado. Si mi madre pudiese verlo, seguramente estaría orgullosa y satisfecha de que su única hija tuviese en manos de semejante adonis.
Pero aun habiendo sido bendecido por los mismísimos Dioses físicamente, el era una persona solidaria, cariñosa, graciosa, alguien en la que podías confiar, inteligente y sofisticado. Estaba ahí siempre que lo necesitaba, y me hacía reír cuando estaba triste. Era la clase de hombre que solo aparecen en libros o novelas, y lo que toda una mujer sueña con encontrar.
Y entre toda la población femenina, el me había elegido. A mí, una chica descoordinada, torpe, sin gracia alguna. Era mucho más de lo que merecía, y aun así, me acepto como su novia, y ahora me iba a presentar ante sus padres.
Tenía razones de sobra para estar nerviosa.
-Ya basta Kay… Juro que voy a morir de aburrimiento-dijo James detrás de la puerta.
Llevaba casi media hora encerrada en su habitación decidiendo que vestimenta era la apropiada para conocer a los padres de mi novio. ¿Debía usar vestido o pantalones? ¿Con o sin maquillaje? ¿Tacones o bailarinas? Y por último, ¿el pelo debía llevarlo suelo o atado? Mi madre posiblemente sabría qué hacer. Me hubiese contado la historia completa de cómo se conocieron ella y mi padre, como se presentaron ante la familia, y hasta el casamiento. Pero no la tenía.
Hacía ya cuatro años que ella se había marchado de este mundo, después de luchar como una verdadera guerrera contra un cáncer terminal. Siempre admire la fortaleza con la que enfrento la vida, y la enfermedad. Deseaba tanto ser como ella, o por lo menos lograr la cuarta parte de lo que logro mi madre.
Oh, mami, no sabes cuánto te extraño.
-Ya me canse de ver televisión… Bob Esponja ya no me parece tan divertido como antes, y es realmente un milagro por que amaba a ese tipo…-reí, limpiando la lágrima solitaria a que había comenzado su descenso sobre mi mejilla. Ese era James. Mi superman que venía a rescatarme, aun inconscientemente.
-Ponte a ver una película entonces-sugerí quitándome los short blancos, que lo único que hacían bien era hacerme ver aun más gordas mis piernas pálidas sin gracia, y la blusa azul que había escogido.
-No creo que los “Pitufos” o “La guerra de las Galaxias” sean una gran opción para matar el tiempo y el aburrimiento…-soltó. Ese chico podía actuar realmente como un niño pequeño cuando se lo proponía.
Rápidamente me puse el vestido floreado a la rodilla que me había probado en primer lugar, y camine hasta el baño para maquillarme un poco.
Nunca había sido una chica materialista, ni mucho menos me interesaba lo que la gente opinara de mi persona, pero esto era algo importante, y sobrepasaba cada una de mis creencias o valores.
¿Y si no les caía bien? ¿Si no era lo suficientemente buena o lo que ellos querían para su hijo mayor?
Mierda, necesitaba verme bien.
-Kay, es de vital importancia que abras la puerta dentro de los próximos cinco segundos o corres el riesgo de perder a tu novio por aburrimiento-dijo.
-Cállate, James-solté, abriendo la puerta, encontrando a mi novio apoyado en el marco con una gran sonrisa en el rostro. Realmente podía morir de aburrimiento, y yo de los nervios. No sabía si era mejor reírme por su actitud de niño despreocupado, o llorar por no poder ser la novia perfecta para ese chico.
Me tape la cara con mis manos, para que no viera lo inútil que podía llegar a ser con el maquillaje. Gire sobre mis talones para encerrarme en el baño y sacarme el estúpido delineado y el brillo labial rosa que me había aplicado. Era patético, y me sentía como tal.
-Oye… Kay, espera-dijo James, agarrándome por la cintura para que no pudiera seguir huyendo… ¡Perfecto! Justo lo que necesitaba… Seguir humillándome frente a él.
-Déjame James… Por favor, esto es vergonzoso.-dije, intentando soltarme de su agarre. ¿Por qué demonios abrí la puerta si no había terminado de maquillarme?
-Kay, por el amor de Dios… No huyas de mí, no de mí.-
-Soy un desastre, un verdadero desastre-susurre, mientras James me giraba entre sus brazos para quedar cara a cara. Yo era unos centímetros más baja que él, por lo que podía sentir su respiración chocar contra mi frente. ¿Era demasiado tarde para llamar al servicio de hadas madrinas? No, aun era temprano… Pero esto no era un cuento. Las hadas madrinas no existían en el mundo real.
-¿Por qué dices eso? Estas bien así, estas hermosa-dijo, besando mi frente.- Eres perfecta para mi…-
-¿Y si no les caigo bien a tus padres? ¿Y si no soy lo que ellos pensaban?-pregunto.
-Kay, ¿Qué cosas dices? Ellos no esperan una super modelo, ni una cantante reconocida… Solo esperan a una chica que es capaz de hacer feliz a su hijo cada vez que despierta y la encuentra en su cama junto a él… Y tú eres capaz de eso Kay, no tienes nada que temer. Te van a adorar, casi tanto como yo te adoro a ti-beso una vez más mi frente, y luego bajo hasta mis labios.-Bueno, creo que se no está haciendo tarde, así que te ayudare…-dicho esto, volvió a girarme y me obligo a sentarme en su cama, para luego salir corriendo hacia el baño.
Regreso minutos después con una toalla húmeda y su característica sonrisa en el rostro.
-¿Qué piensas hacer, superman?-pregunte, haciendo referencia a la remera que llevaba puesta. La “S” resaltaba sobre el fondo azul haciéndolo lucir como un adolescente, y no como el hombre de veintitrés años que realmente era.
-Vamos a quitarte ese maquillaje. Me gustaste natural y despeinada… No tienes que fingir para mis padres-sonrió, y luego tomo mi cara delicadamente entre sus manos, para comenzar a limpiar. Saco el delineado de mis ojos, y el brillo de mis labios, terminando su limpieza con un pequeño besos en los mismos.- Mucho mejor, princesa-
-Eres perfecto, ¿Sabias?-Bese sus labios una vez más. Su sabor era adictivo, y no me molestaría intoxicarme con ellos.
-No más que tú-respondió, poniéndose de pie, para sacar un par de bailarinas de la maleta, y enfundarlas en mis pies desnudos.-Creo que estas son bonitas-agrego, mirándolas. Eran de color rosa pastel y tenían un pequeño moño en la punta. Perfecto, justo lo que necesitaba.
-Te amo demasiado…-lo bese de nuevo, enredando mis dedos en su cabello. Era delicioso, casi mágico. Dudaba que hubiese algo mejor en el mundo entero.
-Mmm, Kay… Necesitamos estar en media hora en el aeropuerto, no tientes a este hombre a hacer cosas que nos hagan llegar tarde-soltó sobre mis labios. Sonreí aun más. Ese hombre volvía locos mis sentidos.-Por favor, cierra la maleta… Yo iré a llamar a Liam para que nos lleve.- Dejo la toalla en el cesto de ropa sucia y su detuvo antes de salir de la habitación, examinándome con su mirada crítica y seria. ¿Qué andaba mal ahora?-Solo falta algo para que estés perfecta-dijo, caminado de nuevo hacia mí. Paso uno de sus brazos sobre mi cabeza y libero mi cabello atado apenas con una pequeña hebilla en forma de flor, y luego volvió a sonreír satisfecho- Ahora si te pareces a la Kaitlin que conocí en el pasillo, y me tiro su café encima.- Abrí la boca para protestar, pero el cuerpo de James me daba, ya, la espalda, desapareciendo por completo por la puerta.
Me levante de la cama, para comenzar a recoger la ropa que había descartado y meterla dentro de la enorme maleta que llevaba para pasar los próximos dos meses en la casa de mis suegros.
Hasta la palabra misma causaba cierto nerviosismo y miedo en mí.
Suegros… SUEGROS. Los padres de James, sonaba mejor.
Cerré la maleta, y decidí salir antes de que mi novio volviera por mi y me arrastrara escaleras abajo.
Di una última mirada al espejo de cuerpo entero que tenia junto a la puerta comprobando lo bueno que era James eligiendo. Su hubiese sabido que mi novio tenía un don para la moda, le hubiese permitido entrar a la habitación mucho antes. Definitivamente lo llevaría conmigo la próxima vez que saliera de compras.
Ahora si podía decir que tenía un novio completo.
Sonríe frente al espejo, y respire profundo. Todo saldría bien. Serian las mejores vacaciones en mi vida, y terminaría de conocer por completo a James y su entorno. No tenía por qué temer. El tenía razón. Me aceptarían si veían que su hijo era feliz, y él lo era.
Alise las tablas en mi vestido, y salí de la habitación para encontrarme con James. Solo faltaban horas para conocer a su familia.
-¿Lista?- pregunto James cuando entre a la sala de estar. Posiblemente estaba todo, menos lista, pero el simple hecho de verlo ahí parado frente a mí, con un bolso colgando de su hombro y una gran sonrisa, me daba la seguridad que yo estaba necesitando.
-Lista-respondí, avanzando con mi maleta, hacia la puerta.
Mi equipaje era el doble que el de James. Lo más probable era que yo estuviese exagerando. Llevaba cosas “por si la dudas”, cosas que no usaría en todo el viaje… Pero ¿a quien voy a engañar? Me llevo media hora vestirme para ver a mis suegros, algo me decía que esa maldita costumbre seria rutina de todos los días durante los siguientes dos meses, y para eso, debía llevar bastante ropa para asegurarme.
El ascensor se abrió frente a nosotros, dejándonos ver el vestíbulo del edificio. James odiaba esas cosas, pero yo no pensaba subir ni bajar ocho pisos por las escaleras. Se lo había dejado en claro el primer día que vine, y el parecía que había aceptado el hecho de que su novia era una vaga y ahora debía entrar a esa caja metálica solo para complacerla.
-¿De qué te ríes?- Me había descubierto. Se me hacía imposible no mirar la expresión de su rostro cuando el ascensor paraba bruscamente en el piso indicado.
-Te ves pálido… Además, me gusta la manera en la que aprietas su labio inferior con tus dientes para aguantar las ganas de gritar, llorar, o salir huyendo de esta cosa-sonreí abiertamente ante mi broma, sabia de ante mano que él no se quedaría callado, y defendería su propio ego.
-¡Oye! Eres mala… Yo no lloro… Podría salir corriendo, pero no lloraría-respondió, haciendo que ensanchara aun más la sonrisa.
-Pues entonces deja de comportarte como si estuvieras a punto de hacerlo, porque juro que alguno de estos días me veré obligara a comprar pañuelos descartables y pegarlos en la pared del ascensor-
-Eres mala-
-No, soy realista-respondí, abriendo las puertas del vidrio que tenía el edificio. El sol choco contra mi piel produciendo que una ola de calor recorriera todo mi cuerpo. La temperatura era elevada a pesar de que recién empezaba el verano.
Después de todo, había hecho bien en elegir el vestido. Peor que llegar mal vestida a la casa de tus futuros suegro seria llegar toda sudada y despeinada. Podía sentirme un poco más tranquila entonces.
-Tu realidad es muy distinta a la mía-respondió, sosteniendo la puerta para que pudiera terminar de salir junto a mi enorme maleta. Cualquiera que me viera en ese momento pensaría que estaba a punto de mudarme.
-¡Mira! Es Liam. Al parecer llego antes de tiempo…-esquive el tema intentando enfocarme en otra cosa.
-No quedara así, Kay. Voy a vengarme-
-Ya quisieras-
-James, Kay, es bueno verlos-dijo Liam bajando de su Mercedes Benz negro. Sus ojos brillantes y su sonrisa fácil se encontraron con mi mirada al momento que bajo de su auto ya estacionado frente al edificio donde vivíamos con James.
-Liam… Es bueno verte después de tanto tiempo-dije sarcásticamente, abriendo mis brazos para recibirlo con un abrazo.
-Nos vimos ayer Kay-respondió castaño soltando una carcajada.
-Payne, mas te vale que sueltes a mi chica en este instante-soltó James. Su entrecejo se había fruncido, pero aun sonreía con la mirada. Posiblemente Liam era el único chico que podía acercase a mi tanto como para darme un abrazo.
Era casi cómica la forma en la que James me sobreprotegía. No iba a engañarlo con otro hombre, porque lo amaba a él. Y, aunque llevase más de tres años diciéndoselo, el seguía insistiendo en actuar como el macho alfa de la manada, dispuesto a proteger lo que era suyo, con garras y dientes.
Es tan machista como suena, y no siempre me agradaba ser considerada un objeto. Pero a James, podía perdonarle cualquier cosa. Menos, que me engañara.
-Tranquilo hermano… Ella es como una mejor amiga para mí. No pienso meter mi nariz en la falda de tu novia. Respeto a Kay, y por más desesperado que este… ella siempre será tuya James… Relájate. –contesto Liam. Al parecer, el no había notado el humor que había en la voz de mi novio. Liam era como un hermano para mí, y James lo sabía.
-Así me gusta, Payne. Así me gusta-El castaño se separo de mí y le dio un amistoso abrazo a su mejor amigo.
James me había presentado a su grupo el mismo día que colisioné contra él. Liam estaba entre ellos, y fue con el que mejor me relacione. Los demás era demasiado estirados para mi gusto, y hasta sospechaba que hablaban de mi y torpeza a mis espaldas.
No me interesaba en lo absoluto. Liam y James eran lo suficientemente buenos, y lo había considerado mis amigos, y aliados en la Universidad, en solo una semana.
-No puedes quejarte de mí, James… ¿Qué otro amigo se ofrece a llevarte a ti y a tu bella novia al aeropuerto? Asúmelo, si no fuese por mí y mi generosidad, tendrías que pagar una considerable suma de dinero para dejar tu auto en el estacionamiento…-
-O podríamos tomar un taxi, Liam. No pienso asumir que eres tan importante y sin ti no puedo vivir-
-No le hagas caso Liam. James esta en el plan de negar todo hoy-intervine, guiñándole un ojo a mi amigo. James rio mientras me señalaba con su dedo índice en forma de advertencia. Una promesa se escondía a detrás de sus ojos. Iba a vengarse, y por más raro que suene, lo amaba aun más.
-¡Acá no!-Liam interrumpió nuestro juego de miradas.-Y en mi auto menos… Dicen que los baños de los aviones son cómodos-mis mejillas se ruborizaron al instante. ¡Qué oportuno, Liam!
-Eres un pervertido, ¿sabes? No pienso hacer eso que tú piensas que haremos y menos a más de trescientos metros del suelo. Así que quita esas ideas de tu cabeza, hiciste que Kay se ruborizara…-soltó James, aunque seguía riendo.
-Como digas…Yo solo comentaba-respondió Liam alzando sus manos en signo de paz-Eres cruel conmigo, así que me voy a limitar a recoger la maleta de Kay y llevarla hasta el auto.- Liam se hizo el ofendido mientras tomaba mis cosas y comenzaba a desandar el camino hasta su auto.
Típico en ellos. Parecían niños cuando comenzaban a pelar sin razón alguna. Pero lo peor era que ninguno hablaba enserio.
Me sorprendería el día que ellos se enojaran de verdad el uno con el otro. Y como era poco probable, seguían fingiendo peleas.
Posiblemente su genética denotaba otra cosa, pero para mí, eran hermanos, mejores amigos, incluso antes de nacer.
Mire a James, quien se encogió de hombros inocentemente, antes de caminar hasta el auto aparcado a solo unos metros de donde nos encontrábamos. Entre a la parte trasera sin dudarlo, y un segundo después James y Liam se sentaron en los asientos de adelante.
Hablamos del clima, de lo que haríamos esas vacaciones, escuchamos música, y Liam menciono a Niall, nuevamente, como el malo de la película.
Sabía que James y Niall no tenían una buena relación. El me había contado que no habían hablado en un par de años, y que tampoco se habían visto. Aunque seguía ocultándome el porqué. El decía que así era mejor. Su hermano estaba lejos, en Londres precisamente, y que ese año volvería para volver a unir a la familia. Una familia destruida por alguna causa.
Reí con ellos, cante, e incluso me incline varias veces hacia adelante para subir el volumen de alguna que otra canción, pero no opine. Y menos de Niall.
-Llegamos-anuncio Liam poco después. El aeropuerto se alzaba frente a nosotros. Vi algunos aviones despegar, y otros aterrizar, y me tranquilice a mi misma diciendo que todo estaría bien. No era la primera vez que viajaba en esas cosas, pero seguían dándome miedo, como una niña pequeña le teme a la oscuridad.
-Gracias por informarnos Liam, no nos habíamos dado cuenta-dijo James, sarcásticamente. Bajo del auto sin esperar respuesta por parte del castaño, y de inmediato abrió la puerta trasera para mí. Sonreí, tomándole la mano que había tendido para ayudarme, y me aferre a él cuando estuve fuera del auto. Su olor a menta intoxicaba.
-Llego la hora, princesa-me susurro, y luego beso mi frente como siempre lo hacía. Dulce y suavemente.
-Amigo, yo seré pervertido, pero tú eres un meloso-interrumpió Liam, abriendo el maletero para sacar nuestras cosas.
-Cállate-
-Dejen de pelar, parecen niños de cinco años… ¿Es mucho pedirles que finjan aunque sea tener la edad que aparentas?-pregunte, tomando mi maleta, mientras James tomaba su bolso.
-Tu novio lo hace a diario contigo… Que no te engañe, en realidad tiene un coeficiente intelectual de un niño de dos-soltó Liam. Había estacionado frente a las puertas del aeropuerto, por lo que probablemente no iba a acompañarnos, y dudaba que James lo dejara dar un paso más después de lo que acababa de decir.
-Te paste de listo, Payne- dijo James.
-Lo sé, y me encanta… Bueno tortolos, hasta acá los acompaño. Tengo cosas que hacer… cosas importantes. Viajare a Londres mañana. Mi madre me está esperando y no pienso perderme su cena de bienvenida.- el castaño camino hacia James y lo abrazo, deseándole suerte y unas buenas vacaciones, y luego hizo lo mismo conmigo.- Cuídense, no quiero sorpresas cuando vuelvan…-
-Las habrá, no te preocupes-respondió James. Lo mire confundida, y el sonrió aun mas, trasladando la picardía a sus ojos. ¿Qué sorpresa? ¿De qué hablaban ahora? –Tranquila-susurro para mi, y luego agito un brazo para despedir a sus amigo. Lo imite, viendo como el auto se perdía entre la fila de autos que hacían el intento de salir del estacionamiento lo más rápido posible.
Antes que pudiera reaccionar, James tomo mi mano y tiro de ella para entrar al recinto. El lugar estaba abarrotado. La gente corría de un lado a otro, cargando bolsos pesados, maletas, o simplemente a sus hijos para evitar que se extraviaran. James y yo, en cambio, caminamos por el amplio pasillo con una sonrisa en el rostro, tomados de la mano, como una pareja feliz, que verdaderamente éramos.
Me aferre más a él, como si de esa manera pudiese exprimir su fortaleza y hacerme dueña de ella. Necesitaba confianza en mí misma, coraje, valor, y un montón de otros sinónimos. Pero no había llegado hasta acá por nada.
Por ahora, me sentía segura al lado de él. No quería tentar a la suerte, por lo que no tenía pensado soltar sus manos hasta que aterrizáramos en Mullingar y estuviésemos en camino a su casa.
James paró en seco, tirando de mi brazo para que lo imitara. Fruncí el seño mientras abrí la boca para preguntar qué sucedida, pero él se adelanto.
-Escúchame Kay… Deja los nervios y el miedo acá en Dublín. No tienes nada que temer. Ellos van a amarte, y estoy más que seguro que lo harán por que sos la principal causa por la que mi familia volverá a unirse este verano. Probablemente hubiese sido un verano frio y seco, pero no es así… Por qué vas a estar ahí, y mis padres te lo agradecerán, te lo aseguro.-dijo James tomándome por los hombros, mirándome atentamente, como si quisiera asegurarse de que cada palabra que salía de su boca era escuchada y entendida a la perfección por mí.
-Gracias- logre articular. Entre todas las respuestas que podía darle, elegí esa. Un monosílabo. Pero era todo lo que podía decir, eso, era todo lo que necesitaba.
-¿Por qué me agradeces?-pregunto él, frunciendo el ceño. Solía hacerlo a menudo, era un gesto personal, algo inevitable para su cuerpo.
-Por dejarme entrar a tu vida-respondí, sin estar del todo consciente de lo que acababa de decir. Las palabras salían de mi boca, y la mayoría de las veces no podían detenerla.
James se limito a sonreír, mientras besaba mis labios. Le devolví la sonrisa, sintiendo sus manos recorrer mis abrazos hasta volver a encontrarse con mis manos.
-¿Vamos?-pregunto una vez más. Lo había escuchado durante toda una semana hacerme la misma pregunta, seguido de “Mullingar es divertido”, o “Serán las mejores vacaciones. Tu, yo, y mi familia”. Y la mayoría de las veces respondía con dudas. Pero ya no.
Sabía que si regresaba no habría vuelta atrás, iba a perderme una gran oportunidad.
Además, nada malo podría pasar.
-Vamos-respondí, avanzando hacia los detectores de metales.
Estas audicionando esta todo tan...sdjhfidah. Mucha suerte.
Ledger.
Re: Psychopath {cerradas.}
ZoeAnneThompson escribió:
- Spoiler:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Nombre del personaje: Clara Jane Williams
Representante: Emily Browning
Chico: Matt Smith
Escrito:¿Alguna razón en especial por la cual quieres audicionar? No se, tal vez por que la idea me pareció perfecta -pero no me hagas mucho caso xD- okno. Obviamente en cuanto leí quise participar, por lo que veo todo esto está discutido pero bueno yo lo intentaré, bueno desde hace mucho tiempo creo que incluso años he estado en la idea de hacer una novela de psicópatas por que no se simplemente soy tan loca que me gustan(?)idk. estuve pensando en hacer una nove pero pensé que a nadie le interesaría y ahora veo que si :(Bueno no se no me enrollaré solo decirte que he amado que hayas escogido Parmiga :A:se que son perfectos, desde el momento en que les vi juntos ahh njreklgmfgnkldfmskld les amo, son perfectos ambos. Además me intriga ver a matt de psicópata -aun que ya ha realizado el musical de american psycho, but me gustaría xd Y dexter, dios esa serie también es sumamente buena :P
- Spoiler:
- sobrevivientes n.c:
Capitulo 003Sin alma el cuerpo sobrevive
Oh, reino unido. Ojalá pudiera deciros que esto sigue siendo Inglaterra, pero he llegado a comprender que esto no es un país sin seres humanos y desde luego aquí no los hay –introdúzcase un zombie corriendo a por ti- No amigos, ahora esto es la preciosa y gran Inglaterra, un país infectado por un virus que hace que las películas de zombies sean solo un mito por que, oh si, esto es mucho peor. Nunca digas nunca, amigo.
Lista de reglas:
-Cardio
-Mata y remata.
-Ojo con los baños públicos
-¡Abróchate el cinturón , va a ser un viaje movidito!
-Calentar
¿Pero que es esto? Un zombie está comiendo de el cuerpo desmembrado que hay en medio de la carretera. Camino despacio hasta llegar ante ese monstruo que se esta comiendo el intestino de algo, que en su día fue persona. Barajo las posibles ideas de como matarlo, más de como está, una sonrisa se forma en mi mente y espero a que se acerque. Hago la cuenta atrás desde diez, veo como cada vez acelera más su velocidad mientras yo me preparo para batear y… ¡Si, touch dome para Alice por que ha conseguido medio reventarle la cabeza! Vuelvo saltando animada como una niña hasta el todoterreno donde está mi hermano pero antes de subir me giro lentamente y le disparo en la sien dejándolo kao.
-¿de verdad que esto es necesario? -me preguntó él mientras arrancaba el coche.
-En realidad, creo que si -le contesto mientras me abrocho el cinturón- Si no lo hago podría volverme loca, además no se merecen menos simplemente son bestias come-infectadoras.
-Pero en su día fueron personas, personas que han sido infectadas- me explica él y yo suspiro.
-Yo también lo fui, y mírame ahora –le contesté recogiendo mis rodillas y mirando al frente.{ ♔ }
Recuerdo perfectamente el día que todo empezó, precisamente yo estaba en una pequeña feria con mi familia. Al llegar lo primero que vi eran unos globos volando en lo alto del cielo, eran de color rojo, azul y amarillo. A pesar de ser un espacio pequeño y familiar, había bastante gente, las carpas brillaban con colores llamativos y blancos rayados, la gente sonreía corriendo de lado a lado.
-¿Una feria, en serio papa? –le pregunté con una mueca.
-Cielo, no es una feria cualquiera –me contestó mi madre- Es donde tu padre se me declaró, en lo alto de esa noria.
-Pues os dejaremos solos para que lo rememoréis, vamos a esa montaña rusa, Alice –me dijo mi hermano, parece mentira que a su edad sea tan infantil pero que le voy a hacer, es único en la especie y a pesar de ello sabe muy bien como comportarse con la gente, es amable y siempre te sacará una sonrisa. Que es lo que precisamente esta haciendo conmigo.
¿Lo primero que hicimos? Subir a aquella gran montaña rusa, después pasamos a hacer cosas más entretenidas. Encestar pelotas para conseguir regalos, disparar a los patos, encestar las anillas, la habitación de los espejos, más atracciones, algodón de azúcar… Un día redondo, ¿verdad?
Pero de repente los gritos empezaron a llenar el ambiente, la gente corría de un lado a otro el caos estaba tomando la feria. La multitud hizo que Niall y yo nos separáramos, no conseguía ver nada, le había perdido y ahora estaba sola, ¿Dónde iba, que estaba pasando? Conseguí ver algo, pero mis ojos no podían creerlo. Un ser con apariencia humana de ojos aparentemente ciegos, piel pálida con rasgos verdes y morados de moho, dientes que casquean y muerde a la gente, un zombie. Venia directamente hacia mi no sabía que hacer, no tenía nada con lo que defenderme, cierro los ojos todo iba a acabar aquí y ahora. Pero lo único que recibí fue un chorro repugnante de color rojo que me salpicó en la cara, abrí los ojos y ahí estaba Niall, mi querido hermano rubio había reventado al ser con un mazo de feria. “Debemos llegar a el coche” me dice él yo asiento y le sigo pero me paro en una de las cabinas que hay en la entrada cojo una de las escopetas de fogueo que hay para disparar a los objetos y de paso un peluche gigante, mi hermano me mira raro y yo le digo “Es el fin del mundo no? Que más da que lo coja prestado”.
Ya estábamos en el coche prácticamente, pero entonces vimos algo que nos partió el alma. Mi madre, mi propia madre se estaba comiendo el hígado de mi padre muerto en el suelo del aparcamiento. Las lágrimas empezaron a salir de mi, miré a Niall que estaba exactamente como yo, pero si de verdad la apreciaba debería hacer algo por ella. Apunto la arma contra su sien, fijo el blanco y disparo tres veces. Ahora estaba en el suelo y yo subiendo al coche de mis padres junto a mi hermano, ya no tenía realmente nada, mi mente hizo un muro. Uno separando mis sentimientos de las emociones, paralizando mi humanidad durante un tiempo fijo.
- the hunger games n.c:
Capitulo O1OFrase del personaje[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
El aire me envuelve por completo, el roce del elemento invisible me produce un sentimiento de libertad único. Extiendo los brazos para completar dicha sensación, lo que me hace recordar a un sinsajo cuando despliega sus alas para volar, aun que yo no puedo hacerlo por lo que me provoca cierta envidia, ya que yo estoy condenada a seguir en este sistema completamente atrapada y sin voz. El sonido de un silbido familiar me hace salir de mis pensamientos. Abro los ojos para luego mirar hacia abajo, Will estaba abajo del todo en el suelo mirando hacía mi dirección, me senté sobre una rama gruesa y le sonreí. "Clara, hoy no había que venir a trabajar, es el día de la cosecha" me recuerda él, yo sin embargo fijo mi mirada al cielo para contestarle con un simple "Lo sé". Sabía perfectamente a que día me encontraba, por eso estaba en lo alto de este gran árbol, donde un día una preciosa amiga estuvo, la pequeña y dulce Rue. Una niña de tan solo once años que tuvo la desgracia de quedar en el vasallaje y murió en la arena. Yo la conocía, solíamos trabajar juntas en uno de los grandes huertos del distrito. "¡Clara, baja ya!" me exige mi hermano, suspiro y empiezo a bajar por las ramas cuidadosamente y a unos escasos metros de Will salto para ponerme a su lado. Él me mira con mala cara y me invita con su mano, correr hacia casa. A pesar de que nuestra casa no tiene calefacción podemos permitirnos calentar un poco de agua en la cocina, pero eso tan solo es un lujo que nos podemos permitir una o dos veces al año.
-En cima de la cama esta tu ropa, la he sacado del baúl por que tampoco había gran cosa y al haber crecido, es lo único que queda -me dice el castaño oscuro.
-No hacía falta que... -intento decirle pero él me interrumpe.
-El agua debe estar caliente te la dejaré en el baño para que puedas lavarte -me dice mientras se marcha por la puerta.
Will está bastante serio, no lo dudo. En total mi nombre entrará casi cuarenta veces en la cosecha. Al él no poder participar he tenido que pagar yo el precio que le dejaran moribundo y con una pierna mala, por lo que ahora se que está asustado por mi. Nuestra madre murió al darme a mi a luz, por lo que nunca la conocí pero sin embargo, Will si. Él tan solo tenía siete años, desde entonces mi padre y él cuidaron de mi. Pero un día, mientras mi padre trabajaba en el huerto del sud, se provocó un incendio, uno que destruía todo a su paso, mi padre se quedó enganchado entre las herramientas al caer de un porrazo, murió carbonizado. Y de eso hace cuatro años, tanto Will como yo maduramos y tuvimos que hacer todo lo posible para sobrevivir, por lo que en cierta parte me da ventaja en si quedo para los juegos.
Mezclo el agua caliente con un poco de fría, para luego meterme en la bañera vieja. Empiezo a lavar mi suciedad frotando con el jabón y un paño rasposo, con el que quito cualquier impureza o resto de barro. Me gusta sentir como el agua limpia mi piel y por dios, juro que es un lujo poder hacer eso hoy, creo que es lo único bueno del día, la hora del baño y el pan para desayunar. Son lujos que nos damos por si quedamos para el vasallaje. Después de un buen baño me envuelvo en la gruesa toalla de color madera con la que me voy hasta mi habitación, me tumbo y paro a mirar e el armario las dos fotos y la carta que tengo pegadas, son el único recuerdo de ellos y de una familia unida. Una lágrima cae por mi mejilla y yo niego sacándola y parándome a arreglarme. Cojo el vestido que hay frente a la cama para luego acomodarlo sobre mi cuerpo y arreglarlo como puedo. Es un vestido marrón claro casi beis, fruncido en la cintura y con un cuello de bebe con bordado más claro, después peiné mi pelo, dejándolo suelto. Will entra y se queda detrás de mi, yo le veo en el espejo y sonríe con cierta tristeza, al igual que yo. "Es increíble, eres su viva imagen" dice él, acabo abrazándolo. El viste unos pantalones marrón claro, bastante anchos, con una camisa azul. Finalmente me tiende la mano para ir a nuestro destino.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
La plaza principal se empieza a llenar de gente, los posibles tributos organizados dependiendo la edad y el género están divididos en dos grandes bloques con lineas que hacen las personas de 12 a 22 años. Los padres, tutores, hermanos, amigos o familiares, esperan alrededor. Lo peor de todo esto es el hecho de tener que obligar a esta gente, ver como muere su propia familia. Will y yo caminamos entre la gente sin soltarnos por miedo a perdernos, cuando llego a la fila de identificación el me suelta susurrándome al oído "suerte peque", seguido de un beso. Me quedo en la fila esperando a que me toque, se que Will está asustado y se que lo estará hasta pueda salir de la lista de tributos. Sabe que soy bastante buena y que no temo a ese destino, pero sin embargo, siguen habiendo tributos profesionales y no puedo evitar preguntarme como serán. La voz de uno de los agentes me llama la atención sacándome de mis pensamientos, es mi turno. Un pequeño pinchazo para luego marcar con mi sangre sobre el papel de reconocimiento de personas, ya que nadie puede negarse a acudir a esta trampa para perros, mi nombre aparece en la pantalla del extraño objeto tecnológico y luego me empujan para que siga mi camino. Busco la fila donde están las chicas de mi edad y reconozco a varias de ellas. Marie está llorando por si tiene la suerte de quedar, Alicia me mira con su superioridad al ser la hija del alcalde va bien vestida o al menos mejor que las demás, nunca he sido muy amigable por lo que no conozco a nadie como para ser mi amigo, solo estaba Rue. Es bastante gracioso si lo piensas, por que parece una maldición, cada persona que quiero acaba muriendo y al parecer mi hermano también la tiene. se que no es la mejor broma que puedas escuchar pero es la mejor que me sale ahora mismo, ya que debo admitir que estoy nerviosa. Las imágenes y la música empiezan a sonar indicando que el vídeo sobre los días oscuros de Panem y la tradición, todos miran a la pantalla pero sin embargo yo busco a mi hermano con la mirada, después de un instante nuestras miradas se cruzan dando apoyo. Finaliza el vídeo, lo que indica el aburrido discurso del alcalde. Un hombre de pelo azul con reflejos morados y plata se acerca al escenario, estoy segura de que no puede pensar en lo ridículo que parece con esas extrañas pinturas que lleva en la cara que hacen forma de luna en su parte derecha de la cara y en la otra una sombra plateada más gruesa y extensa que la otra, su traje es de un color azul con plumas extrañas plateadas, con su sonrisa alta tiende a ir donde está el micro.
-¡Felices juegos del hambre, y que la suerte esté siempre de vuestra parte! -grita el hombre extraño- Como siempre las damas primero -dice para acercarse a la gran urna de cristal para coger un papel, no puedo evitar de que mi nombre ha entrado menos de cuarenta veces esta vez, por lo que tengo más posibilidades que nunca, aun así me obligo a mirar- Clarissa Lee Pond -lo oigo, lo oigo perfectamente, y ese es mi nombre -¡Vamos chica. No seas tímida, has sido la afortunada, ven con nosotros! -dice él y yo camino hacia el altar, mi hermano grita pero lo único que recibe son azotes de los agentes de la paz, al fin llego al lado de el hombre extraño- Supongo que eres Clarissa, ¿cuantos años tienes preciosa?
-Diecisiete años, señor- le contesto sin mirarle si quiera.
-¿alguien se ofrece como tributo de esta dulzura? -pregunta con una sonrisa, no hay respuesta alguna, nadie me conocía y por lo tanto no habría nadie capaz de morir en mi lugar.
-Sigamos con los hombres, veamos...- dice él mientras rebusca entre los papeles hasta coger uno- ¡Dylan O'Brien!
No podía ser, él no. Si no conoceis a Dylan deberíais saber que es principalmente el mayor idiota que podáis conocer, después de eso saber que es el hijo mayor del alcalde. Dylan sube los escalones decidido con su ropa de buena clase hasta llegar al otro lado del hombre, este pregunta por alun voluntario, pero como se puede comprender no hay nadie que se ofrezca. Por lo que ya está hecho, el del pelo azulado alza nuestros brazos como los tributos del distrito once.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Es una habitación totalmente iluminada de tonos cálidos, parece ser un despacho. Por lo que hay una gran mesa con una silla detrás y papeles encima de esta. Empiezo a dar vueltas por la habitación, he de reconocer que estoy nerviosa, no se cual es el proceso de a continuación solo quiero despedirme de Will y decirle que estaré bien. Después de unos minutos un hombre de pelo blanco entra, es el alcalde.
-Señor perdone mi imprudencia pero... ¿Qué hace aquí? -le pregunto extrañada.
-Solo quiero decirte algo pequeña Clara -me dice y yo le miro seria- Se que mi hijo es un completo idiota, pero se bien que no sabe defenderse, por lo que me veo obligado a pedirte que intentes cuidarle, al menos que dure más de un día.
-Pero señor, yo no... -intento decir pero él me interrumpe.
-Eres tan fuerte y bella como tu madre -dice para luego marcharse.
No lograba entenderlo, ¿el propio alcalde diciéndome que protegiera a su hijito y luego hablando e mi madre? Estaba completamente desconcertada cuando unos brazos me abrazan por la espalda, me asusto pero él me pide que me calme, es Will.
-¡Idiota, me has dado un susto de muerte! -le grito para luego pensar en lo que he dicho y reír.
-Supongo que así te acostumbrarás, escucha tenemos menos de cinco minutos -me anuncia él.
-Will, sobreviviré, siempre lo hago -le digo intentando calmarme.
-No es lo mismo Clary, deberás defenderte y no quiero que salgas herida -me dice.
-Yo tampoco -le contesto con una sonrisa triste para que él me responda.
-Eres lista, muy lista, por lo que creo que puedes tener ventaja en ese campo la mayoría de profesionales son entrenados para matar pero son personas si cerebros -me dice y yo asiento.
-Estaré bien -le contesto con seguridad y él asiente para luego abrazarme.
-Recuerda quienes son los verdaderos enemigos, no hagas que te conviertan en un monstruo, no a ti -me susurra en el oído para que luego los agentes le sacaran por la fuerza de la sala.
De nuevo sola allí, en la oscuridad, completamente sola.
- who are you?:
Who are you?
¿Nunca has querido saber que se sentiría al estar en el espacio, deshacer un error cometido para luego borrarlo, o mucho mejor, nunca has querido escapar de tu vida, construir otra?.
Eso y más. Sin embargo seamos realistas, la vida no está hecha para vivir la, la mayor aventura que puedes encontrar es que haya un atraco en un supermercado tu te hagas el héroe y acabes con una bala en la frente, la adrenalina de llegar tarde a trabajar y el éxtasis de saber que mañana deberás madrugar. ¿Divertido? Ni en broma, sin embargo nos conformamos. Es o eso o escapar con una jeringa o un polvo mágico, que en cualquier momento lo que hará será destruirte. La vida humana, tan escasa pero a la vez tardábamos reveladora. Sin embargo soñamos, ese es el único medio que nos abre la puerta al más allá. Pero yo quiero vivir aventuras de verdad, sentir la adrenalina de saltar de un precipicio y el éxtasis de salvar el mundo, pero lo único con lo que lo hago es con los libros o la consola. ¿Tanto costaría que el universo me diera la alegría de vivir una aún que sea pequeña.
Ti,ti,ti,ti. Y ahí está el sonido que me levanta cada mañana recordarme que estaba soñando con un mundo inexistente de nuevo, así día tras día. ¡Moriré por aburrimiento, lo juro!
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Capítulo 1
"Peligro. Esto es una advertencia, una advertencia para todo el mundo. Estas buscando wifi, y a veces ves algo, una serie de letras en un extraño idioma. No lo pulses, bajo ninguna circunstancia se te ocurra clikear, nunca debes pulsarlo. Una vez lo hagas estarán en tu ordenador, podrán verte, si lo hacen podrán escogerte y si lo hacen, morirás. En tan solo veinticuatro horas habrás muerto. Hace un tiempo que están subiendo las almas de la gente a Internet, algunas personas están atrapadas. Sus mentes, sus almas, atrapadas en la wifi. Como huecos, como fantasmas, a veces podemos oírles por la radio, la televisión o la red. Esto es real, nada de trucos, ni pruebas, ni historias. Esto es real, yo lo se. Por que... No se donde estoy. Por favor si estás oyéndome, ayúdame, no se donde estoy." Esta es una de las miles de voces que se oyen atrapadas en un extraño lugar.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Cumbria,1207.
Alguien llamaba las grandes puertas de madera con prisa, mirando a todos los lados para compobar que nadie mira, esté vuelve a golpear. Finalmente la ventanilla cubierta por una reja se abre. "¡Despertad al abad, decidle que las campanas de saint john están replicando!" exclama el monje que estaba aporreando, dicho esto las puertas se abren. El joven pasa por varios pasillos de piedra hasta llegar a su destino frente a una puerta, de allí sale un hombre de pelo blanco y piel arrugada, sobre sus ropajes cuelga una cruz de plata. "Debemos avisarle" dice este nada más llegar al lado de su compañero, seguidamente ambos recorren un camino hasta llegar a unas escaleras que les llevaran a su destino, para ello se guían con la luz que produce la antorcha. "Le llaman el monje loco, ¿verdad?" se atreve a decir el primero mientras mueve la antorcha de lado a lado para iluminar el camino, "No deberían, desde luego no es un monje" dice el hobre más mayor antes de entrar a la sala. Las paredes son de piedra y está iluminada por varias antorchas, en ella se ve una amplia mesa llena de varias cosas, al lado un hombre con una túnica de monjes está pintando sobre un lienzo.
-Lamento interrumpirle, pero me temo que las campanas de saint john están replicando -dice el mayor. El hombre sentado gira la cabeza para luego levantarse y posarse ante ambos, cuando ya lo ha hecho deja al descubierto su cara.
-En ese caso, necesitaré un caballo -dicho esto se adentra a su habitación. El compañero del anciano se adentra y mira el cuadro atentamente.
-¿Es ella?-pregunta curioso.
-effectivamente. La mujer que murió dos veces, y su mensaje final. se retiró a este lugar, de paz y soledad, para averiguar su significado, si de verdad está loco esta es su locura -dice el otro monje. En el cuadro hay una joven dibujada a la perfeción, en él un mensaje "Corre chico listo, corre y recuerda".[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
-¿Angie, funciona internet?-pregunta una joven mientras camina por la cocina hacia el salón donde esta la niña- Estoy llamando al numero de ayuda pero no me contesta nadie.
-A mi me funciona -responde ella tecleando el ordenador.
-¿Me dejas utilizarlo cuando acabes?-pregunta la más mayor.
-Más de una persona puede utilizar a la vez internet, Clara -responde ella con una sonrisa.
-¿Has hecho los deberes? -le cuestiona alzando una ceja mientras espera que le respondan al otro lado de la linea.
-No eres mi madre -le dice mientras teclea.
-No intento serlo, ¿vale? -le dice Clara cambiando de oreja el teléfono.
-Vale, si gracias -dice un hombre mayor y voluminoso agarrando las llaves que le daba el pequeño de ambos hijos- Angie estará bien sola esta noche, puedes tomarte la noche libre.
-Tranquilo, estoy bien- contesta la morena con una sonrisa mirando el teléfono extrañada- Estaré arriba intentando conectar el ordenador a internet. El pequeño lleva un libro en la mano, ella lo agarra "Cae el verano - Amelia Williams", esta sonrie- Es un libro maravilloso, el capítulo 11 es el mejor, te hincharas a llorar.
La joven delgada refunfuñe por que nadie le parece contestar al aparato, sube las escaleras gruñendo y suplicando hasta llegar a su habitación para empezar a pasear en ella en busca de que alguien conteste. Se sienta en la silla y empieza a teclear sin saber lo que hace mientras espera respuesta.Mientras tanto en 1207.
El hombre baja del caballo, para luego agarrar la antorcha y adentrarse en la cueva. El sonido abunda toda la sala y sale por la entrada, no cesa. Los tres bajan las escaleras con dificultad apartando las ramas del camino, allí se ve una gran cabina. La máquina es de un color azul oscuro, la luz traspasan los cristales, en una ventanilla se oye el sonido con más intensidad. El joven se adelanta, "esto no tendría que pasar" dice en voz baja y abre el pequeño armario donde se encuentra un teléfono, hace unas señas extrañas y contesta a la llamada.
-¿Diga? -dice contestando.
-Ah, hola. no encuentro internet. -dice la voz de una chica mientras se sorprende por que le hayan respondido de una vez.
-¿Perdona? -dice el otro anonadado.
-Si se ha ido, no lo encuentro por ninguna parte -le insiste ella- ¿donde esta?
-¿Internet? -dice él y señala el aparato para que lo vean sus compañeros, los cuales intercambian miradas- Es 1207.
-Son las tres y media, ¿estoy llamando a otra zona horaria? -pregunta ella poniéndose recta en la silla.
-Si, más o menos -le contesta rondando de un lado a otro de la sala. "¿se notará en la factura?" se oye al otro lado del teléfono- Me horroriza pensarlo. Escúchame, ¿de donde has sacado este numero?
-La señora de la tienda, dijo que era la mejor linea de ayuda del universo -le contesta despreocupada - ¿Por que no hay Internet, no debería haberlo?
-Oye escúchame, en realidad yo no soy... Quiero decir que esto no es -intenta decir él pero no le salen las palabras, da un suspiro- Has pulsado en el botón de Wifi, ¿verdad?
-Espera -dice ella buscando lo que el hombre le ha dicho en la pantalla de su portátil. El hombre de la otra linea se quita el aparato de la oreja en símbolo de desesperación.
-Pulsa donde te he dicho, vas a ver una lista de nombres. ¿Reconoces alguno? -le pregunta mientras se apoya en la cabina.
-Me pide una contraseña- de dice ella, en eso llega Angie y le pide que le diga la contraseña. Mientras tanto por la otra linea el joven se frota la cara y vuelve a suspirar.
-¿es un espíritu maligno?- le pregunta uno de los monjes que está con el.
-Es una mujer -contesta este y el otro reza.
-Espera ya lo tengo, dame un minuto. -dice ella mientras se concentra- Corre chico listo y recuerda me, uno -empieza a decir ella mientras teclea. Al hombre empiezan a venirle una serie de recuerdos a la cabeza mientras escucha lo que dice la joven- dos y tres -pero en el último numero se equivoca y teclea un cuatro a causa de que el muchacho de la linea ha gritado- ¡No grites, ah me pone que es incorrecta! -dice ella sintiéndose totalmente perdida- ¿Que hago, como vuelvo a entrar? -le sigue preguntando a través del aparato- Espera...
El sonido del timbre hace que Clara deje el teléfono sobre la mesa y se dirija hacia la puerta. Alguien no paraba de llamar repetidamente creando un sonoro ruido molesto, Clara se acera extrañada por la insistencia de esa extraña persona, harta de escuchar el molesto sonido se para frente a la puerta y la abre.
-Hola -dijo ella parándose a ver al hombre extraño que había frente a la puerta vestido de monje, el cual la mira con una mezcla de sorpresa y felicidad.
-Clara -dice este- ¿Clara Oswin Oswald?
-Solo Clara Oswald, ¿como era el otro nombre?-pregunta mirándolo extrañada por que no le conocía.
-¿Te acuerdas de mi?-pregunta entusiasmado con una enorme sonrisa, ella se para a pensar.
-No, ¿debería, quien eres? -le pregunta.
-¡El doctor! -le responde el moreno, mirándose en el espejo frente a la pared de la puerta de la entrada- ¿No?
-¿Doctor qué? -le pregunta ella con curiosidad.
-No solo el doctor -le contesta con una sonrisa- De hecho perdona, ¿podrías decirlo una vez más?
-¿Doctor qué? -dice arqueando una ceja y este le pide que lo haga de nuevo, para luego empezar a hacer un extraño baile- ¿Doctor qué?
-Ah, sabes no me acordaba de cuanto me gusta oírlo decir en voz alta -responde este mirando al cielo.
-Vale -le responde con una sonrisa y cerrando la puerta en sus narices para luego sentarse en las escaleras.
Mientras tanto en una organización secreta, obtienen el perfil de Clara al haber entrado en la Wifi extraña, por lo que empiezan a verla como un nuevo objetivo así que deciden mandar a uno de sus servidores, el cual le absolverá y administrará una inteligencia sobre tecnología informática. Uno de los trabajadores sigue a la directora y le informa de lo que pasa en la oficina donde todos trabajan, pero a la hora de oír que va a cargar a una persona más este se opone advirtiéndole del peligro que están corriendo absorbiendo a tanta gente. Ella sin embargo decide acceder a su programa de fichas y empieza a hakearle para que este mantenga la boca callada y simplemente le obedezca a sus ordenes.
Clara llevaba un mínimo de quince minutos viendo como el moreno de barbilla peculiar seguía sin parar de llamar a la puerta y diciendo "Clara, por favor ábreme, debo hablar contigo". Finalmente se decide por levantarse de las escaleras y se acercarse a la puerta. "¿Que es lo que quieres?" le exige ella, "Tu me has llamado" le dice él. ¿Eras tú, como has llegado tan rápido? le pregunta, "Estaba en el barrio con mi teléfono móvil" le responde él, "¿cuando dices teléfono por que señalas la cabina?" le cuestiona, "Por que es una descripción realmente precisa" le responde, "vale, hemos acabado" finaliza ella apagando el telefonillo con cámara integrada por el cual había estado hablando con el doctor. Pero unos pasos en la escalera la sorprenden y la hacen voltearse para ver quien era la persona que había detrás de ella, en la puerta ya nadie llamaba, una niña esta plantad ahí. tiene el cabello recogido con un moño trenzado de color negro es el cabello, lleva un vestido rosa, con unos zapatos negros y calcetines blancos. La morena le hace una serie de preguntas y la niña le responde lo que ella pregunta en forma de afirmación, entonces recuerda algo, esa niña es la misma imagen de la chica de la portada del libro de Amelia Williams. Pero ella no podía creerlo. La niña gira la cabeza por completo, a lo niña del exorcista, dejando ver su sistema operativo en la parte posterior de la cabeza, lo que lanza un rayo y parece coger el alma de Clara.
El doctor sin embargo había decidido volver a su cabina mágica, la cual denominaba como Tardis, para cambiarse la vestimenta."Muy bien, no seas un monje, los monjes no molan" se decía a si mismo mientras se deshacía de su ropa. Rebuscó entre un almacén de la parte de abajo de la sala de motores, entre las miles de cosas que saca encuentra un fez de color granate el cual se deja puesto hasta que encuentra el conjunto adecuado. Decide ponerse Unos pantalones azul marino, la camisa de un color azul casi blanco abotonando todos los botones de esta, los tirantes de color gris, la americana gris oscura y su querida pajarita, la cual estaba guardada en una caja. Sale corriendo de la Tardis emocionado por su aspecto y llama al timbre, por el cual ella contesta.
-¡Clara, soy yo-dice el doctor- ¡Yo, des-monjeado!
-No lo entiendo -contesta ella con tono perdido.
-¿podrías abrir la puerta? -le sigue insistiendo él.
-No se, es que no se donde estoy -le responde- Dime por favor, dime donde estoy por que no lo sé -continua ella con tono asustado y haciendo que el hombre se preocupe.
¿Dónde estoy?
Asdfghjklkjhg *--* estas audicionando :3 Mucha suerte, esta todo genial.
Ledger.
Re: Psychopath {cerradas.}
CamiiBeliberStyles escribió:[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Nombre del personaje: Haydeen Lea Joel.
Representante: Hayley Williams.
Chico: Kellin Quinn
Escrito:
- Spoiler:
Capítulo 002.McKingley High, no sé mucho de esa escuela. El amigo de mi papá, will schuester, me recomendó esta escuela, aún así nunca me gusto ser "la nueva", es como ser un bicho raro. Espero que no este lleno de esas personas que se creen geniales, y causan la superioridad. Dios, los odio. Un par de botas y la misma ropa de siempre, simple y cómoda. No me preocupaba mucho lo que pensaran de mi, pero me dijeron mucho acerca de esa secundaria, veremos que me espera. Fui a la cocina, de seguro papá ya se había ido a trabajar, tomé un poco de jugo y me fui caminando como siempre me gusto hacerlo.Bien aquí te encuentras Frances, haha, que escuela. No entiendo la razón de las miradas de los demás, basta con ignorarlos. Desde lejos venían unos chicos con chaquetas, no de cuero, esas de deporte. Pasaban y empujaban a todos aquellos que estén en "su" camino, demostraban mucho confianza a si mismo, esto causaba la impresión de su arrogancia. Eran cuatro, pero era obvio que faltaban, uno rubio al medio
- Spoiler:
—Miren miren chicos, eres nueva ¿verdad?—
—Y tu eres un egocéntrico ¿verdad?—
—Uhhh..—dijeron las demás personas que se hacían presentes en el pasillo.
Su confianzuda mirada cambio a una confundida mientras yo solo sonreía satisfecha hasta que los cuatro me tiraron algo que no pude reconocer, pero era frío y pegajoso, hoy te habían "golpeado" Frances. Muchos comenzaron a reír además de aquellos cuatro chicos, luego se fueron dejándome con la boca abierta de sorpresa y toda mojada por lo que lanzaron. Obviamente corrí al baño.
Luego de que el color de aquella cosa cambiara y se secar mi pelo y mi ropa, salí. Cerca de la puerta vi unas tablillas con distintas inscripciones, clubes y demás. ¿Club Glee? ¿Qué era eso? El profesor de nombre Finn Hudson, es del que me hablo el amigo de papá. ¿por qué no entrar? Se veía entretenido.
'Frances Harrison' escribí cerca de otro nombre con una estrella, bien, se notaba el talento en esa pequeña estrellita dorada.
—¿vas a entrar al club Glee?—preguntó alguien detrás mio.¿Alguna razón en especial por la cual quieres audicionar? Osea man, ¿no te diste cuenta de la idea que se te ocurrió? Es perfecta, admiro mucho tu talento querida Kyle. No sé como supiste que amo AHS y todo este tema, es increíble, me has encantado, como la canción
- Spoiler:
Taissa Farmiga & Evan Peters. {american horror story}Ya era tiempo de estar al frente de la escuela, no quise ir y no voy a ir. Deambular por las calles frías con la música de unos aparatos en mis oídos era el único paraíso al que podría llegar. La música de los Beatles era mi única pasión, mis dudas eran claras obviamente. ¿Cómo cuatro hombres pudieron hacer feliz a millones de personas? Contándome a mi. Unas personas en mi oído diciendo que 'el sol va a llegar' y dos más con 'esta bien'. Muchas de esas palabras no me entraban, mi vida no es la de una chica perfecta y nunca lo va a ser, pero aquella música sacó una sonrisa en mi -sonreí ante esto- lo cual yo pensé imposible.Capítulo 1.
Aquí en Liverpool, las gente venía y pasaba, corría o caminaba, una ciudad de puertos ¿qué creen que podría pasar? Recapacité un poco, hoy no iba a decepcionar a mi padre, aunque me odie. Unos pasos más, pequeñas cuadras, solo eso. Lo que me gustaba de esta ciudad, era la poca tranquilidad, pero no eso, si no que cuando uno encuentra la tranquilidad se siente algo, algo. Espero que me entiendan o tal vez soy la única que siente eso.
Si llego a la escuela, debería soportar las burlas, cualquiera sabe que si no eres un mariscal de campo, una porrista, o tu novio es genial, no tienes derecho a ser quien deberías ser. Imaginen, una escuela llena de falsedad. Esa escuela es a la que voy yo. Caminar sola por esos pasillos mal lustrados no era mi problema, claro que no pero aún así no quería estar en ese lugar. No me siento yo misma, no no y no. La otra vez una chica, una idiota para mi, tuvo un accidente. Rachel Boston para más "información. Ella es la típica rubia que no respeta las relaciones de los demás. Ella estaba ahí almorzando cuando llega a mi mesa, claramente yo estaba sola, comenzó a balbucear estupideces. Acabo con mi paciencia y solo pensaba en mi cabeza 'que le pasaría si.. ¿Qué le paso? Murió, como si yo apretara mi muñeca para que aquel liquido rojo que todos tenemos, salga, ¿me dolía? No, pero a ella sí, tanto que parecía como si le pusieran sal en la lastimadura. Estaba claro, me lastimaba, no dolía, pero a ella le costaba la vida.
Unas calles más y llegue a casa, una casa tan vieja que parecía el hotel de 'Sicosis'. De dos pisos pero aún así asquerosa, de fuera era como el hotel 'Dacota' parecía sacada del Mago de Oz, pero ocultaba secretos, como todo. Lo único que quería era descansar en ves de estar en la "cárcel". Me acosté en el sillón y fue ahí que llego mi papá, su cara era el calco de un papel blanco, muy blanco. El alcohol salía de su boca, el cigarrillo en la mano y el puño pegado a la pared. En realidad él no era muy viejo, tiene 25.
-Maldita sea, creo que saben lo que pasó- me dijo mientras me veía cómodamente en un sillón horrible.
-¿Qué mataste a mamá?-
-¡Fuiste tu idiota! Ahora ven -me tomo del brazo muy fuerte, lastimaba.
-Suéltame, ahora-
-Sabes que maldita perra, ve a caminar por ahí y déjame solo, ¿qué tal si vas a ver a tu pequeño psicópata?
-Tate no es así papá- bajé la mirada hacía mis pies con un nudo en la garganta.
-¿lo conoces?
-Claro, desde hace..-me interrumpe-
-Mira, le llegas a contar algo, y te mato con mis propias manos ¿entendido?
-Sí..
-Ve a ver a tu amor -su sonrisa falsa otra ves-
-Él no es mi amor.
-¿Crees que no los vigilo? Sé como te acuestas con él, las palabras que se dicen, no soy idiota -dejarme callada era lo que quería-
Esta completamente loco ¿por qué? Mató a mi madre, no entiendo porque siempre me culpa a mi. Él sabe algo que yo no, nunca me lo dijo. Desde aquel día {26/05/2013} me sentí distinta y él definitivamente sabe que es.
Narra Tate:
Me encontraba yendo para casa, mi casa. Vivía solo, lo cual levantaba las sospechas de muchos, me tratan como loco y puedo asegurar que soy la persona más paciente en el mundo, ¿o estoy mintiendo? Mi preocupación se elevó cuando Taissa, o como yo le digo Tai, no fue a la escuela. Vive al frente de mi, nos conocemos desde hace mucho. Su padre esta loco, odia que este con ella, pero es obvio que eso no me va a separar de ella. Sé mucho de ella, pero ella de mi no. Al llegar a mi casa, sonreí al ver a Vi en la ventana de arriba, tiene una llave que le regalé, le sonreí. Pasé la llave por la cerradura y entré. Deje todo en la sala, mi casa por fuera era como la de Tai, pero le dí un toque mio por dentro. Subí al piso de más arriba, como un ático, nuestro lugar favorito.
-¡Tate! -corrió y me abrazó-
-¡Princesa! ¿Que onda?
-Tengo muchas cosas para contarte -muestra esos hermosos dientes-
Bueno y eso, es re cúl, nunca había participado en una idea así, por lo cual esta es la primera ves y mucho mejor de los que se me ocurría a mi, tienes una forma de escribir la cual yo no tengo, tus ideas son mejores -_- Tu tate esta aquí pa amar la idea, audicionar y spamear por si a caso(?) Me trae mucha intriga jep, eso lml.
AsdfnJKBFWelfbwE TATEEEE Estas audicionando, y te deseo suerte, aunque casi ni la necesitas :meh: te quiero, eh, mucho.
Ledger.
Re: Psychopath {cerradas.}
awws muchas gracias bella, me alegro de participar <33
¿tienes pensado cerrarlas algún día en especial? Por curiosidad.
Bueno yo esperaré
¿tienes pensado cerrarlas algún día en especial? Por curiosidad.
Bueno yo esperaré
✦ ausente.✦
pixie.
Re: Psychopath {cerradas.}
Ay en serio gracias Kyle mía<33, yo quererte más, eh, musho. Cierto ¿cuándo serán los resultados y esas cosas que a cami le cuesta entender? (?) curiosidad mode on.
ceonella.
Re: Psychopath {cerradas.}
La verdad, es que hay muchas chicas que audicionan por el muchacho libre, y yo, como escritora que soy, estoy confusa. :meh: Quizás las cierre esta tarde...sí, esta bien. Es que a partir del ocho estaré ausente por la escuela suspendí tres y no me dejan ni pensar, entonces dejaré uno o dos capítulos echos y dejaré a alguien que los suba por mi. Pero alguien de confianza ya saben.
Ledger.
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