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lunar phase | audiciones cerradas.
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Re: lunar phase | audiciones cerradas.
ghk0trdf ilysm+, lizzú(?)Lizzie. escribió:Asdfghjkl está bien c': ilysm Lilo<33
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Re: lunar phase | audiciones cerradas.
hola, me llamo Cammi, me intereso tu idea, no puedo colocar las imagenes de mis representantes porque estoy con un corto tiempo, espero que comprendas
PJ: Harry Styles y Mila Zoe Foster (Taylor Momsen)
Mi capitulo
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Razones: esta novela realmente me llamo la atencion, no he escrito nada sobre ese tema y para mi seria un reto hacerlo.
"Mátame, si así lo deseas."
NOTA: Te dejare un capitulo de hace mucho tiempo que tenia escrito, al parecer la competencia es muy fuerte por lo que competiré fuertemente con las demas
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PJ: Harry Styles y Mila Zoe Foster (Taylor Momsen)
Mi capitulo
- capitulo:
- Capitulo 1: Shaskenka.
Era el típico ambiente escolar de un lugar como aquel. Alumnos revoltosos, profesores que perdían los nervios y gritaban, tampoco habría que olvidarse de lo más callados mirando sin hacer nada que pudiera molestarte.
Ella no estaba en ninguna de esas clasificaciones, no era la más callada, ni la que más contestaba. Ni las revoltosas o tranquilas, Shashenka no era blanco o negro, ella siempre había sido el tipo de persona que se clasificaría como: gris.
Un movimiento llamo su atención y los ojos de ella se posaron en un alumno. Este parecía revisar con cuidado en la mochila del compañero de adelante, aquellos típicos chicos silenciosos y que pasaban sus tardes estudiando. El otro, todo lo contrario, alcanzo por fin lo que parecía ser un celular y se lo guardo en el bolsillo con una sonrisa satisfecha en su rostro. Como si en vez de haberle robado al chico, hubiese hecho una gran hazaña.
Sashen negó con la cabeza, entrecerrando los ojos mientras lo miraba. Trataba de decidir si decírselo a la profesora ahora o esperar hasta más tarde, o simplemente comportarse como alguien que no le importaba y nunca notificarle nada a nadie. Pero no podía, porque algo en ella subía con deseo de que aquel chico pague por lo que robo a un inocente.
Cuando el timbre sonó, anunciando el fin de la clase ella se levanto y camino hacia el escritorio de su profesora de matemática. Esta tenía unos anteojos muy grandes y un cabello corto y rubio. Alzo la vista de las hojas que tenía en frente solo cuando ella le hablo.
—Quería informar algo que he visto. —La mujer asintió esperando—. Smirnov le ha robado a…. Ese chico, el que se sienta delante de él… El caso es, que yo lo he visto. Le ha robado el celular.
—Esa es una acusación muy grave, Señorita Ivanov. —Le dijo mientras la miraba por encima de sus lentes.
—Sí, pero es la verdad. —había notado un tono que le decía que no le creía y eso lograba enfadarla más.
—Usted sabe, que el alumno Smirnov es un caso delicado… —Sashen levanto una ceja al escucharla. Si delicado, le decían a los que robaban y se comportaban como matones, entonces sí—. Al Director Smirnov no le gustaría nada enterarse de este hecho.
Y fue en ese momento que ella recordó porque había dejado a Alexey hacer siempre lo que quería y por lo cuera caprichoso e imposible de parar. Su padre, era el director de aquella escuela. Y supo también que había perdido, ya que todos sabían cómo se ponía el director al enterarse estas cosas de su hijo. Y no solo tendrías que soportar escuchar sus gritos, también después la venganza de Alexey.
Pero no era justo, siempre todo terminaba de aquella forma. No había justicia en el mundo, ni la gente que debía hacerla ponía orden. Ya que lo que le convenía, era mucho mejor para ellos que la verdad. Pensó que todo sería mejor, si solo hubiera en el mundo personas con el deseo de acabar con aquella gente, que así empezaban y terminaban como grandes criminales.
La chica arrastraba los pies, haciendo ruido en el cemento. Pateó una lata que había en el suelo, para después resoplar y levantarse a tirarla en el cesto de basura. Cualquiera que la viera, por como luce, diría que es una chica rebelde. Pero las apariencias engañan, y si bien Sashen nunca fue la chica más dulce y buena, tampoco la más revoltosa.
Había una razón por la cual estaba en aquel parque, viendo como la luz del sol se extinguía. No deseaba volver a su hogar, tener que soportar las peleas y mucho menos a su padre. No es que haya sido un mal hombre, a excepción de que ella creía que era bastante egoísta. Simplemente nunca había sido un buen padre de familia, los había llevado a la ruina por sus adicciones.
La castaña apretó los ojos con fuerza, negando con la cabeza, intentando olvidar a su familia, por lo menos, solo un instante. Pero cuando sus ojos se volvieron a abrir se sorprendió cuando del cielo vio caer con lentitud algo de color negro. Parpadeó, pensando que estaba alucinando.
Se levanto con lentitud y se acerco hasta los arbustos, donde hace un momento había caído algo en ese mismo lugar.
Se agacho entre tantas plantas y observo con el ceño fruncido, algo decepcionada y confundida, al ver que era solo un cuaderno. Se preguntó si alguien simplemente lo había lanzado desde algún lado, así que miro hacia alrededor. Pero no había nadie.
Intrigada y con una ceja levantada, agarro el cuaderno en sus manos. Fue en ese momento que algo apareció ante ella.
—¡Hola humana! Mi nombre es Meadra. —La voz tenía un tono animado. Y es que lo que no sabía Sashen, que al ver aquella cosa se tiro para atrás asustada, es que Meadra había estado esperando por mucho tiempo. Y después de tanto aburrimiento, pensaba hacer funcionar estaba vez la Death Note, Ryuk tenía todo planeado y esta vez las cosas para ella saldrían diferentes. No como anteriormente cuando intento copiar las acciones del otro shinigami, y estas fracasaron. Y por eso había elegido a una chica que le pareciese fuerte, por eso ella había encontrado la Death Note en aquel parque. Mientras intentaba olvidar a su familia, borrar de su mente las malas acciones de la gente.
Sashen entro a su casa, era de noche y su madre ya había puesto la cena. La observo preocupada, no era seguro andar por esas horas en los barrios bajos de Rusia.
—¿A dónde vas? —Preguntó mientras la veía correr escaleras arriba—. ¿En dónde has estado?
—Iré a mi habitación, y en el parque. —Contestó ya llegado al piso de arriba, logrando que su voz se escuche lejana, como un eco.
—¿No piensas cenar? —Su madre tenía aquel tono indignado, y es que eran una familia que apreciaba mucho los momentos de la cena. Porque a veces era difícil conseguirla, por lo cual ninguno se negaba a comer.
—¡No tengo hambre! —Sashen todavía tenía en sus manos la Death Note, la sujetaba con fuerza contra ella como si fuera un tesoro que debía esconder.
—Tienes que comer… —La chica blanqueo los ojos, y siguió su camino a la habitación.
—¡Sashenka ven aquí, tu madre te ha dicho que comas! —Escuchar a su padre diciéndole que obedezca lo que su madre decía, logro que su sangre hierva. Cerró la puerta con fuerza y le puso el seguro, los escuchaba gritar y sabía que pronto iban a empezar a pelear. Ella odiaba ser la causante de aquellas discusiones, pero también odiaba muchas cosas que la llevaban a tener aquellas actitudes. Con un suspiro se sentó en su cama, observo la Death Note entre sus manos, la dio vueltas y vueltas.
—Puedes terminar con ellos, si quieres… —Se sobresalto al ver otra vez a Meadra. Aquella cosa la miraba fijamente, con sus ojos viscosos clavados en ella.
—Son mis padres… No haría eso aunque este muy enojada con ellos. —Dijo frunciendo el ceño, pero por su cabeza solo paso su madre, ella nunca la mataría—. ¿Es verdad lo que dice este cuaderno?
—¡Claro que sí! ¿Por qué mentiría? —Bufó la cosa, y ella la miro con escepticismo.
—Todo el mundo miente. —Luego se encogió de hombros—. ¿Y para que querría algo como esto? Y todavía no me has dicho quien eres.
—¿Cómo para qué? ¿Es que ustedes los humanos no tienen todos, ese instinto vengador? —Preguntó algo desilusionada al pensar que la Death Note había caído en manos de otro fracaso—. Y soy Meadra, ya te lo he dicho. ¿Eres tonta, niña?
—No soy tonta, quiero decir… ¿Qué eres? —Sashen la miro con asco, bueno ella suponía que por su nombre y como hablaba aquella cosa podría ser del sexo femenino.
—¡Ah, hubieses empezado por ahí! ¡Soy un shinigami! —Dijo como si fuera obvio—. Un dios de la muerte.
—¿Un dios de la muerte en forma de babosa gigante? —El shinigami pareció ofendido ante eso.
—¿Una babosa? —Su tono de voz delato que sabía que era una babosa, y que se había sentido ofendida.
—Si bueno, una babosa gigante, con una mezcla de salamandra excedida de peso. —Sashen sonrío, realmente parecía aquello. Y la pequeña criatura parecía realmente ofendida de que no le creyera que era un dios de la muerte por su apariencia, entonces dejo de sonreír para decir:—. Pero supongo… que las apariencias engañan.
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Razones: esta novela realmente me llamo la atencion, no he escrito nada sobre ese tema y para mi seria un reto hacerlo.
"Mátame, si así lo deseas."
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- capitulo 2:
- Capitulo 1:
Tiempos de guerras.
Veintiún años después.
{13 de Enero | Año 2786}
Nunca podrías imaginar, que se siente estar en un campo de batalla si es que nunca fuiste a una guerra. Aquellos adolescentes, ya a sus cortas vidas, habían estado en más batallas de las que puedes contar con los dedos de tus manos.
Hacían su trabajo a la perfección y morían por ello. ¿Pero valía la pena? En el interior de sus corazones, algo estaba empezando a cambiar. No luchaban por ellos, ni por su familia. Luchaban por gente que simplemente los usaba, y cuando lograron abrir sus ojos. Estuvieron decididos a cambiar esto.
El sonido de las bombas retumba en el lugar, cayendo una por una y ellos las esquivaban.
Para Lysander fue fácil llegar hasta donde los humanos se encontraban, y en ese momento estaba parado enfrente de otro soldado. De algún país lejano, uno de los cuales la Presidenta quería gobernar. Aquel soldado, sin poder o don alguno, había visto con sus propios ojos lo que estos adolescentes podían hacer. Levanto su arma, temblando ante el miedo y lo apunto. El pelinegro sonrío de lado y levanto una mano vacía, sin arma. Su muñeca hizo un giro, y el arma del otro soldado lo imito, ahora su resultando era un metal inservible, imposible de volver a usar. Otro soldado se acerco a ellos, corría detrás del hombre que todavía miraba al chico con un sentimiento de miedo incontrolable, en estado de shock sus ojos se clavaban en Lysander, penetrantes. Sabía que moriría a manos de aquel chico, pero que difícil le resultaba creerlo.
El ojiazul volvió a levantar su mano, y con un ágil movimiento el arma del otro hombre salió volando a sus manos. Siempre se había creído, inmortal, en las guerras. Todas aquellas armas creadas por el hombre, eran elementos que él podía manejar a su antojo. Ni una bala lo había rozado, porque Lysander, podía detenerlas en el aire.
—Podría decir que siento pena al tener que matarlos. —Comento mientras apuntaba con la misma arma con la que pensaban matarlo—. Pero en realidad no.
Dos disparos, directos al cráneo, y los hombres que ni siquiera se habían movido para salvar sus vidas, cayeron al piso conteniendo un último aliento.
—¡Sander! —Escuchó como lo llamaban, volteo el rostro para ver de dónde provenía la voz. Sabía quién era, Theus, uno de sus aliados. Confiaba en él, y si tuviera la capacidad de sentir, él sería su mejor amigo. El sonido de la bomba retumbo en sus oídos, mientras veía con sus propios ojos cómo caía encima de aquel chico que lo había llamado pidiendo su ayuda.
Y allí, fue el final, algo se quebró dentro de él al verlo estallar. La furia estallo dentro de su cuerpo, unas intensas ganas de asesinar y romper todo a su paso. Que el mundo estallara en mil pedazos, al igual que lo hizo Theus.
A lo lejos vio como una sombra se avecinaba corriendo, entrando en el campo de batalla. Estaba seguro que era un curador, pero al acercarse vio como una figura de mujer, de una adolescente que casi se tiro sobre el cuerpo que había estallado, o lo que quedaba de él.
Lysander salió corriendo y atrapo a su hermana por la cintura antes de que pueda tirarse sobre el campo para intentar sanar algo que resultaba imposible.
—Dime que no es él… —Pidió con la voz ahogada, y él la hizo darse vuelta y que lo mire a los ojos.
—Lo siento… —Empezó y los ojos de Alanis se llenaron de lagrimas—. Sé que es difícil para ustedes los sanadores, y más para ti…
Y es que no había persona como Theus, los científicos decían que estaba defectuoso. Ya que aun a pesar de tener todas las características de un soldado no era tan frío y resultaba ser tan amable que no parecía común y él siempre había sido amable con Alanis. Y ella desde pequeña se había enamorado de él. El dolor se instalo en su corazón, con un nudo en su estomago estallo en lagrimas y gritos.
Recordó lo que le había dicho Theus un día. Él no podía amar, pero le había dicho que si pudiera la hubiese amado a ella. Y es que algo crecía en el interior de él, cada vez que reían juntos y ella lo curaba. Cada vez que se miraban, y ella aprendía todo lo que él había vivido en el mundo antes que ella naciese. Y si bien, Theus era el más amable, le encantaba decir que ella lo había hecho mejor persona. No habían sido una pareja, pero había un lazo importante entre ellos.
—Puedo sanarlo… Yo puedo… —Empezó a decir intentado tirarse donde el cuerpo destrozado de Theus se encontraba—. ¡Déjame curarlo Sander!
—Basta, Alanis. —Él tiro de ella, para alejarla del cuerpo. Fue cuando sintió que una bala se instalaba su pierna, parpadeo ante el dolor.
—¡Sander! —gritó ella al ver cómo era herido, él tuvo un deja vú, como cuando anteriormente había escuchado la voz del chico.
El dolor era insoportable, como si le arrancaran la pierna de lugar. Sintió la sangre saliendo a borbotones y como Alanis empezaba arrancar la parte del pantalón donde estaba herido y empezaba a sanarlo mientras le temblaban las manos. Vio la fuerza de su hermana, como aun aunque había muerte Theus, ella había cumplido su deber de sanadora y se repuso para sanarlo a él.
Pero en ese momento, en su mente, todo cambiaba y solo encontró un culpable. Los humanos.
Aquellos que los habían mandado allí, para salvar sus propias vidas. Que se refugiaban con tranquilidad en sus casas, mientras ellos morían. ¿Por quienes luchaban? Por nadie, porque aquellos humanos ni los valoraban. Y él juro, acabar con las personas que mataron a Theus, y que los enviaron al mismo infierno.
Base Lunar.
{La vuelta de la guerra.}
El volver nunca era fácil, ya que el entusiasmo que les causaban las guerras, lograba una inquietud en ellos al volver a un lugar tan tranquilo. Lysander sentando en su cama, observo la habitación blanca con aire pensativo. La puerta automática se abrió, vio como se corría a un lado, allí se encontraba parada su hermana. Su mirada estaba llena de preocupación y tristeza, aquel año ella había empezado a vivir en carne propia lo que eran las guerras.
—Tengo que volver a curarte. —Dijo mientras se acercaba, eran muy pocas las veces que ella lo curaba, por el simple hecho de Lysander, muy pocas veces lograba ser alcanzado para resultar herido. Alanis se acerco a la pared donde estaba la tabla para pedir cosas, marco lo que quería y al minuto un cuadrado en la pared blanca se abrió. De allí él pudo divisar lo que eran una toalla y un aerosol: un limpiador. Todos los curadores, antes de usar su poder, se ocupaban de limpiar la herida. Ya que el poder curaba por dentro y luego cerraba la herida, pero no la limpiaba. Por lo cual, si querían evitar infeccionas deberían usar material común que usaban los humanos.
Él no respondió, y ella se acerco para curar su pierna. Apretó el aerosol cerca de su herida y lo cubrió totalmente, luego con la toalla fue sacando la suciedad y la sangre ya que anteriormente Alanis solo había sacado la bala y parado la hemorragia, era hora de curar totalmente la herida. La pelinegra no hacía ni muecas ni miradas de asco, para ella todo era natural. Amaba cuidar y curar a su hermano, la reconfortaba y la hacía feliz, había nacido para cuidar de él. Luego posiciono su mano a unos centímetros de la piel herida, y cerro sus ojos concentrándose en su poder. Se basaba en la energía pura del alma, el deseo incontrolable de sanar y así lograban que la herida sea sanada. Mientras seguía curando ella pronuncia las palabras que desde ese momento, arruinarían todo.
—Sé cuando duro debe ser para ti lo que ha sucedido con Theus… —Él no la miro—. Has perdido a un gran amigo y de seguro debes estar muy triste…
—No lo estoy. —la interrumpió y ella lo miro sorprendida. Muy en el fondo, Aly siempre había deseado que su hermano pudiera sentir de una manera más humana, pero no era así como los soldados funcionaban—. Lo único que logro sentir en estos momentos es un odio hacia todo.
En la punta de su lengua se habían quedado las palabras de desprecio hacia los humanos y el gobierno.
—Sander…—La preocupación se instalo en el corazón de la ojiazul, sus ojos azules brillaron con miedo de que su hermano cometa alguna locura.
—No quiero sermones estúpidos sobre los sentimientos, Alanis. —Le advirtió. Ella bajo la mirada, se negaba a creer que simplemente era un caso perdido—. ¿Has terminado? Si es así, puedes irte.
—Tienes que escucharme… —Su voz sonó un poco más firme, estaba decidida esta vez. Acerco su mano al rostro de él, pero Lysander agarro su muñeca y no dejo que ni siquiera lo tocase.
—Vete, Alanis. Ahora. —Ella apretó los puños mientras se levantaba, nunca la escuchaba. Se preguntaba si realmente la tomaba enserio en algún momento.
La puerta corrediza volvió a abrirse y ella salió de la habitación, mientras se alejaba hacia el segundo piso con un nudo en la garganta y las lagrimas queriendo asomarse.
Con decisión Sander se encamino hacia las habitaciones de Zach y Hood. Era hora de accionar.
7 meses más tarde.
{Año 2786}
Sus vidas habían tomado caminos muy diferentes. Y mientras Alanis permanecía en la base lunar, y asistía al instituto. La vida de Lysander estaba llena de escapes, desplazamiento de lugares, robos y luchas.
Dos vidas totalmente diferentes y opuestas, la cual ellos habían elegido. Aly había creído que su hermano simplemente se marcharía con los soldados y empezaría una nueva vida. Pero cuando había leído que en la ciudad de Boston unas extrañas muertes habían sucedido de repente, como si varios asesinos en serie estuvieran involucrados. Pero estas muertes que tanto destacaban eran porque se trataban de gente del gobierno y aquellos que habían sido delincuentes. Todos los diarios electrónicos decían lo mismo, todas las emisoras y hasta su misma pantalla informal en el centro de la base lunar, les había dado esta comunicación: Que las muertes no eran comunes, que se sospechaba de los soldados. Y que el gobierno accionaría, para poder mantener la cuidad a salvo de aquellos defectuosos robots.
Al ver aquello, solo pudo pensar con tristeza, cuanta gente moriría y como seguían intentado convencer a los humanos de que ellos eran robots. Altamente diseñados para que parezcan humanos.
Alanis salió al exterior de la Base Lunar, donde los esperaba un micro que se deslizaba con rapidez y no necesitaba ruedas. Las tecnologías habían avanzado, aquellos automóviles podía moverse gracias a los elementos que habían bajo la tierra. Eso era lo que los hacía poder trasportarse a una velocidad más rápida y sin dañar el ecosistema. Todo allí en el exterior estaba lleno de nuevas tecnologías.
El instituto no quedaba muy lejos, estaba frente a la base, pero a una lejanía bastante clara. En el medio de estas dos se encontraba un edificio gigante y alto, allí adentro se creaban las nuevas tecnologías.
Con un suspiro de resignación, Alanis se subió al micro y partió rumbo al instituto junto a sus otros compañeros curadores.
Si alguien le preguntara si extrañaba a Theus, ella sabía lo que tenía que responder. Porque aunque en el fondo ella solo quería quedarse en su habitación y seguir llorando la pérdida del chico y como su hermano la dejo atrás, marchándose sin ella sin ni siquiera dudarlo. Pero a todos los curadores les habían enseñado a seguir adelante, las muertes eran comunes y ella tenía que recordar, pero no estancarse. Porque no fueron creados para comportarse como humanos y caer ante estas situaciones, ellos tenían una misión que cumplir.
Sentada al lado de Nimess en aquel trasporte se sentía mejor, era una curadora como ella que estaba cerca de su habitación por lo cual pasaban tiempo juntas.
—¿Cómo crees que nos recibirán hoy los humanos? —Preguntó la pelirroja. Ya que era el primer día de clases, y ahora todo era distinto. Después de la rebelión y las muertes, los humanos no confiaban en ellos.
—Espero que bien... —Respondió Alanis con un suspiro, luego le dedico una sonrisa a su amiga.
Johanna que estaba sentada detrás de ellas no dijo nada, pero Alanis pudo escucharla suspirar.
—Yo también espero que nos reciban bien. —Comentó Zeke, ese niño tan alegre iba sentado al otro lado de ellas y las había escuchado a hablar. A su lado estaba sentada Clemence que miraba por la ventanilla—. ¿Ustedes no creen que nos molesten o algo así?
Nadie dijo nada, y se mantuvieron en silencio, Alanis solo pudo pensar que si anteriormente los aislaban y los miraban como si fueran bichos raros, ahora eso no mejoraría en absoluto.
Se movían casi como si fueran un grupo juntos mientras los humanos los miraban con sorpresa, no esperaban que volvieran a estar allí. Pero la presidenta había dicho que ellos eran distintos, que eran la salvación de esta nueva raza de robots y que eran obedientes, por eso se habían quedado, porque supuestamente no estaban defectuosos como los soldados.
—Muévete asquerosa maquina. —Un chico de cabello negro pasó por su lado y la empujo, ella parpadeo y lo vio con claridad. Coincidía en algunas de sus clases ya que tenían la misma edad, sabía que se llamaba Elías, pero no lograba recordar su apellido.
—No soy una maquina. —Las palabras salieron de su boca sin darse cuenta, había un tono mordaz en ellas. El pelinegro se dio vuelta sorprendido de que le hablara y sus ojos verdes la miraron con asco.
—¿Crees que porque te crearon para parecer humano no eres un robot? —Su tono burlón y su ignorancia respecto a lo que eran estaban comenzando a enojarla. Dio un paso adelante amenazante—. Me alegro de que mucho de ustedes hayan muerto.
El aire se le quedo paralizado en la garganta, y la furia subió por su cuerpo, los curadores podían sentir el doble que un humano. Y el enojo y el dolor, fueron más fuertes. Dio varios pasos hacia él hasta quedar cerca y levanto la mano a punto de golpearlo. Pero su mano no pudo ni llegar a su rostro que él ya había sujetado por la muñeca con fuerza.
—¿Piensas pegarme? ¿A un humano? ¿No decían que ustedes eran los pacíficos? —Ella no supo que contestar ante eso y lo miro desconcertada, era una mezcla de sentimientos. Entre lo que debería hacer y lo que deseaba. Entonces él doblo su muñeca con fuerza y ella soltó un grito—. Así que pueden sentir dolor… ¿O solo estas fingiendo?
Todo aquello parecía causarle satisfacción a Elías, que tenía una sonrisa en sus labios y sus palabras estaban llenas de un tono irónico.
—Filemorn, ¿por qué no te metes con alguien de tu tamaño? —Una voz de un chico se escuchó detrás de ellos. Los dos miraron hacia donde venía, un moreno que por su vestimenta cualquiera podría darse cuenta que era jugador de futbol americano del instituto, estaba parado allí con el ceño fruncido—. ¿Ahora peleas contra chicas?
Elías no contesto, no hablaba con muchas personas y no era muy comunicativo. Pero apretó con más fuerza la muñeca de Alanis que volvió a gritar.
—Suéltala. —Le dijo el moreno y se acerco a ellos. Elías clavo los ojos verdes en los marrones del otro chico.
—¿Vas a defender a un robot antes que a un humano? —las palabras del pelinegro salieron entre cortadas y difícil de entender ya que tenía la mandíbula apretada con fuerza.
—Que sea un robot no te da derecho a tratarla así. —le contestó el otro chico—. Así que suéltala ya.
Elías no se movió ni un centímetro y seguía mirando al otro chico incrédulo. Alanis podía notar su furia ante que un humano la defendiera porque el chico cada vez apretaba con más fuerza su muñeca, tanto que las lágrimas empezaron a salir de su rostro. El moreno la miro sorprendido.
—¿Pueden llorar…? —Fue una pregunta interna que él se hizo. Elías también la miro con sorpresa—. ¡Suéltala!
Y él mismo agarro el brazo del chico y lo despego con fuerza de Alanis. Ella se echo hacía atrás, hacía donde estaban sus amigos. Nimess la abrazo preocupada. Vio como Bluemore que era mayor que ellas dos se paraba delante con intención de defenderlas si era posible. Y aunque los curadores no luchaban, eran protectores.
—Lo siento, deberíamos haber usado nuestros poderes. —Le dijo Clemence con una mirada de tristeza.
—No podemos, los humanos no pueden saber que los tenemos. —Les recordó Zeke que se acerco a Alanis y le sujeto la mano. La pelinegra solía llevarse bien con la mayoría de los curadores, le agradaba pasar tiempo con ellos. Aunque algunos eran más difíciles, más solitarios, pero ella tenía paciencia y siempre intentaba socializar con ellos. Era por eso que ellos se sentían culpables al no haber hecho nada en aquel momento.
—No los culpo. —Dijo ella con un intento de sonrisa—. Sé que deseaban ayudar, pero no tenemos permitido dañar humanos. Fue mi culpa… No sé que me paso.
Bajo la mirada al recordar lo que le había dicho el chico.
—No fue tú culpa. —Comentó Johanna, que rara vez hablaba con ellos porque era más reservada—. Fue culpa de él.
Señalo a Elías que ahora estaba discutiendo con el moreno, vieron como llegaban los chicos de futbol americano, de seguro eran amigos de aquel chico que era bastante popular en el instituto, pero Alanis no lograba recordar su nombre. El ojiverde al verse superado en número decidió marcharse, ya que nunca había llamado tanto la atención y odiaba tener tantos ojos puestos en él. Luego el moreno dirigió la vista a ella y se acerco con paso precavido.
—¿Estás bien? —Preguntó con el ceño fruncido, al verla llorar la preocupación de que en realidad aquellos robots pudieran sentir no dejaba de rondar por su mente. Pero también debía encontrar alguna razón, tal vez sus padres le dirían que fueron creados para al estar con humanos comportarse como ellos, y en ese momento aunque ella no sintiera dolor había llorado porque es lo haría un humano. Tal vez, pensaba él, eso es lo que había ocurrido. Nunca se imagino que tan equivocado podría estar.
—Sí, gracias por defenderme. —Alanis lo miro con una sonrisa, está feliz que aquel chico no los odiara como parecía hacerlo la mayoría.
—Mi nombre es Stan. —Dijo extendiendo una mano mientras una sonrisa se extendía por su rostro, haciendo que sus ojos marrones brillaran.
—Alanis. —Respondió mientras estrechaba su mano. Stan se sorprendió ante su tacto, tan suave y real. No parecía un robot, para nada. Y ella no dejaba de sonreír solo de pensar que tal vez, había esperanza en que los humanos pudieran aceptarlos algún día. Tal vez descubrirían que no todos los odiaban como pensaban. Y abrazo esa esperanza, con la idea de que no todo fuera tan malo como parecía. De que el mundo pudiera cambiar y que haya paz para todos. Pero algo que había olvidado la pelinegra era aquel dicho que decía, que no podía haber paz sin guerra.
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Última edición por Nyuu el Vie 27 Dic 2013, 3:00 pm, editado 2 veces
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Re: lunar phase | audiciones cerradas.
La competencia entre Haroldo, Lou y el libre está muy fuerte
¡Suerte a todas! Cada una de ustedes escribe hermoso, idk, ojalá quedemos todas xd
¡Suerte a todas! Cada una de ustedes escribe hermoso, idk, ojalá quedemos todas xd
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Re: lunar phase | audiciones cerradas.
Eso si, -olvide tu nombre :s- y tu y sho por Horan
¿que tal estas?
¿que tal estas?
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Re: lunar phase | audiciones cerradas.
Liliana fermina de los cuatro rios de egipto
ya cerra audiciones que queres volver loca a tu casi madre
ya cerra audiciones que queres volver loca a tu casi madre
dragón.
Re: lunar phase | audiciones cerradas.
Las Lizzies conspiran ahqué. Amo su nombre srsly.
Soy Mariella, pero la mayoría de dice Marie o Mari (?) llámame como quieras *te guiña un ojo* ahqué.
Estoy bien, acá esperando a Lili:( ¿y tú?
Soy Mariella, pero la mayoría de dice Marie o Mari (?) llámame como quieras *te guiña un ojo* ahqué.
Estoy bien, acá esperando a Lili:( ¿y tú?
Invitado
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Re: lunar phase | audiciones cerradas.
Lily, como tu principal acosadora, te aconsejo que le hagas caso a tu madre, she is right.
Las mamis siempre tienen la razón .
Las mamis siempre tienen la razón .
Invitado
Invitado
Re: lunar phase | audiciones cerradas.
SexyMari, estas aquí y no me había dado cuenta .
Invitado
Invitado
Re: lunar phase | audiciones cerradas.
SexyPammy estamos acá, ¿por quién te fuiste?
Invitado
Invitado
Re: lunar phase | audiciones cerradas.
HoranNovelsMS escribió:SexyPammy :gad:estamos acá, ¿por quién te fuiste?
Iba a elegir al rubio, pero me pareció divertido el poder de Louis por controlar las emociones so, me fui por el nalgón. Si llegamos a quedar, estaríamos en otra NC juntas :3.
Invitado
Invitado
Re: lunar phase | audiciones cerradas.
Ay, qué hermoso la idea de la colectiva es perfecta, esperemos que Lili nos deje estar juntas de nuevo:(
Invitado
Invitado
Re: lunar phase | audiciones cerradas.
Sí, plz, y Zayn te dará duro contra todos los muebles de universo
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Re: lunar phase | audiciones cerradas.
esa sería una propuesta interesante ahqué. espérenme bebés, luego acepto fichas y respondo comentarios
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