Only you can save me(Harry Styles y tú) {Superhéroes }

Me acomodé para poder dormir más cómoda, el cuello me dolía, la espalda me mataba y mis brazos me pesaban. Giré mi cabeza y la apoyé sobre algo frío. Me estremecí y de un golpe me desperté. No era un sueño…de verdad estaba sucediendo, pensé que si me dormía todo iba a volver a ser como antes. No lo fue. Intenté refregarme los ojos, pero no pude, vi mis manos confundida, estaba esposada por arriba de mi cabeza, sacudí mis manos pensando que podría zafarme. No pude.

Me pesaban los ojos, supuse  que debía tener los ojos rojos y con bolsas debajo de ellos. Seguía teniendo puesta la misma ropa que ayer a la noche. Una remera color verde bosque de México de mi padre, mi short de jean oscuro, y mis desgastadas converse.

Se abrió la puerta que estaba detrás de mí, apareció un hombre vestido igual a los que me trajeron aquí. Con saco y corbata negros al igual que su pantalón, una camisa planchada y metida debajo de sus pantalón de color blanco. Llevaba unas gafas de sol oscuras, lo cual era totalmente innecesario ya que no había fuente de luz a la cual protegerse. Se acercó y me sacó las esposas, se dio la vuelta y agarró una bandeja de plástico gris. –Tu desayuno.- Se dirigió a mí esperando que agarré la bandeja. Lo miré con desprecio y desvié mi mirada. El hombre dio un suspiro, dejo la bandeja sobre unas cajas y acto seguido, se fue.

Me quedé congelada un buen rato masajeando mis muñecas, pero no pensaba en nada, miraba un punto fijo y dejaba que mi vista se volviera borrosa lentamente. Volví en mí a los 5 minutos, miré la bandeja, había pan, un vaso de leche y un poco de dulce. Me levanté y agarre el pedazo de pan, lo corté a la mitad y acerqué una parte a mi nariz. No olía mal y tampoco estaba duro. Mi panza crujió, lo tomé como una señal que debía comerlo. Lo hice. Estaba rico, pero no delicioso, sabía cómo un pedazo de pan común y corriente. Volví a sentarme. Miré mis muñecas, estaban rojas y maltratadas. Pasé mi dedo por una de ellas y la apreté. Hice una mueca de dolor.

Sentí un temblor fuerte. Luego todo se volvió tranquilo y totalmente quieto. Apareció por la misma puerta dos hombres, vestidos iguales al anterior. Uno me tomó las muñecas y me volvió a esposar. -¿Por qué me esposan?- Pregunté mientras me terminaban de esposar la mano izquierda. –Desde el episodio de ayer, tenemos que tomar precauciones.- Pensé que tenía lógica. En fin si estas intentando calmar a una chica con paz y comprensión y lo único que te hace es patearte, escupirte y rasguñarte. Creo que lo más lógico es esposarla.

Dejamos la habitación atrás y quedamos enfrente a una gran abertura. Los hombres dieron un salto y me ofrecieron la mano. Di un salto al igual que ellos y seguimos caminando. Me di vuelta y vi como el helicóptero se hacía más lejano con cada paso. Ahí fue cuando me acordé cuán lejos estaba de casa. Tal vez en otro país o en otro continente, solo sabía que estaba demasiado lejos no solo de mis padres, sino de toda mi vida. Nunca más volvería a escuchar a mi madre gritándome furiosa porque llegaba tarde a la escuela. No volvería a tener esas risas, lagrimas, momentos inolvidables con las personas que amo. Quien sabe cómo va a ser este lugar, ni a quienes voy a conocer allí. Sólo supongo que debo borrar mi pasado y volver a escribirlo. Volver a empezar. Ser alguien más, ser lo que siempre quise ser. O simple mente ser yo…solo yo.