Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 26 de 33. • Comparte
Página 26 de 33. • 1 ... 14 ... 25, 26, 27 ... 29 ... 33
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
Respondo sus preguntas.
Primero, no estoy muy segura de cuantos caps quedan pero no son muchos. Mañana les digo bien.
Y segundo. Sí, se van a cumplir los 9 items.
Primero, no estoy muy segura de cuantos caps quedan pero no son muchos. Mañana les digo bien.
Y segundo. Sí, se van a cumplir los 9 items.
F l ♥ r e n c i a.
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
waaaaii!
siguella!!
la amoo
simplementee cassi me pusee a llorar con lo del favoor!!
waaii!
la amooo simplementee ampo tu novee!!
PFF como que quedann pocoos caapps?
buuaa
yo no quiiiero que se acabee!
wiiii! cumplire mis nuevee propósitoos:DDD
jejeje
SIGUELLA!
siguella!!
la amoo
simplementee cassi me pusee a llorar con lo del favoor!!
waaii!
la amooo simplementee ampo tu novee!!
PFF como que quedann pocoos caapps?
buuaa
yo no quiiiero que se acabee!
wiiii! cumplire mis nuevee propósitoos:DDD
jejeje
SIGUELLA!
AleMoralesT3
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
jhdf Nueva lectora. AHHH NO QUIERO QUE ACABE:'( VOY A LLORAR SIGUELAAA
Invitado
Invitado
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
Oh por dios, oh por dios.
No quiero que se acabe. Joe haz algooooooo!!!!!!!!
AMO MAL ESTA NOVE
No quiero que se acabe. Joe haz algooooooo!!!!!!!!
AMO MAL ESTA NOVE
Creadora
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
Siguela me morire.. soy nueva en esto pasan por mi nove?
https://onlywn.activoforo.com/t7868-dearest-joe-y-tu-andre#590999
https://onlywn.activoforo.com/t7868-dearest-joe-y-tu-andre#590999
Invitado
Invitado
#Fire Rouge..*
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
dios porq joe no dijo nada :(
me encanto el capitulo esta nove es un vicio de verdad...
siguela :)
me encanto el capitulo esta nove es un vicio de verdad...
siguela :)
zai
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
Ya estoy subiendo nuevo cap!!!
:bounce:
PD: Quedan 6 caps (contando al que voy a subir ahora también) para que termine la novela y ah, el prólogo.
PD2: Cuando termine con esta nove voy a empezar una nueva. Después les voy a ir pasando más data ;)
:bounce:
PD: Quedan 6 caps (contando al que voy a subir ahora también) para que termine la novela y ah, el prólogo.
PD2: Cuando termine con esta nove voy a empezar una nueva. Después les voy a ir pasando más data ;)
F l ♥ r e n c i a.
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
Capítulo 22
Joe abandonó el baile de inmediato. Dejó el carruaje en Salisbury House para que lo usaran sus hermanos y se fue caminando hacia Ralston House, que se encontraba a apenas quinientos metros.
Durante toda su vida había sorteado precisamente ese momento; evitando mantener relaciones con mujeres con las que tuviera demasiado en común; eludiendo a las madres casamenteras, por miedo a que le pudieran gustar de verdad las jóvenes que trataban de endosarle. Crecer en el seno de una familia destrozada por culpa de una mujer le había marcado, una familia arruinada por el amor no correspondido de su padre, quien había muerto de aflicción tras intentar combatir durante mucho tiempo aquella obsesión que, finalmente, acabó con él.
Y ahora se las tenía que ver con __________. La hermosa, generosa, encantadora e inteligente _________, que parecía ser todo lo contrario a su madre pero, aun así, igual de peligrosa que la anterior marquesa. Cuando lo miró con aquellos sensacionales ojos castaños y le profesó su amor, él había perdido la habilidad de pensar.
Y cuando le rogó que se fuera, supo con exactitud qué había sentido su padre cuando su madre lo abandonó: una sensación de desamparo total y absoluta, como si le robaran una parte de sí mismo en sus propias narices y no pudiera hacer nada para evitarlo.
Y era algo aterrador. Si el amor era eso, no quería saber nada de él.
Estaba lloviendo, la etérea niebla londinense que parecía envolverlo todo dejaba caer un húmedo y brillante resplandor sobre la ciudad en tinieblas y hacía inútil el uso de un paraguas. Joe no veía la lluvia, sus pensamientos giraban en torno a la imagen de _________, con las lágrimas rodando por sus mejillas, devastada… por su culpa.
Si fuese honesto consigo mismo, admitiría que aquella situación estaba destinada a ser un absoluto desastre desde el instante en que ella apareció en el umbral de su dormitorio —con su pelo castaño, sus ojos grandes e inteligentes y sus labios tentadores— pidiéndole que la besara. Si hubiera prestado algo más de atención, se habría dado cuenta en ese momento de que ella acabaría por arruinar lo que hasta entonces había sido una vida perfectamente satisfactoria.
Hacía unos minutos ella le había dado la oportunidad de escapar, de regresar a esa vida. De poder pasar los días en su club de caballeros, en su club deportivo, en las tabernas… y olvidarse de que había conocido a una solterona aventurera que parecía sentir una impropia inclinación por traspasar los límites marcados por la sociedad.
Debería haber dado saltos de alegría ante la posibilidad de librarse de aquella mujer tan molesta.
Pero ahora tenía recuerdos de _________ en cada uno de esos lugares, y la vida que había llevado antes de la noche en que ella irrumpiera en su dormitorio ya no le parecía satisfactoria. Le parecía desprovista de risas y conversaciones interesantes, carente de visitas inadecuadas a tabernas en compañía de hembras aventureras. Vacía de amplias sonrisas, curvas exuberantes y listas malditas. Falta de _________.
Y la perspectiva de disfrutar de una vida sin ella era, sin duda, deprimente.
Estuvo caminando durante varias horas. Mientras vagaba sin rumbo por la ciudad, pasó ante Ralston House en numerosas ocasiones, pero no tenía interés alguno en regresar a casa. Se le empapó el abrigo pero no lo notó, ensimismado en sus pensamientos, y, cuando finalmente levantó la mirada del suelo, se encontraba ante Allendale House. La mansión estaba a oscuras, salvo una luz que titilaba en una ventana que daba a los jardines laterales, y estuvo un buen rato considerando esa casualidad.
Finalmente tomó una decisión.
Golpeó la puerta y le abrió el mismo mayordomo de edad avanzada al que había aterrorizado días atrás.
—He venido a ver al conde. —Fue lo único que dijo cuando el hombre agrandó los ojos al reconocerlo.
El mayordomo no pareció dar importancia a la hora que era ni se excusó diciendo que, quizá, el conde de Allendale no estuviera en casa. Se limitó a decirle que esperara y que anunciaría su visita.
Regresó en menos de un minuto y tomó el empapado abrigo y el sombrero antes de indicarle dónde estaba el estudio del conde. Joe entró en una estancia grande y bien iluminada y cerró la puerta al ver a Kevin apoyado en el borde de un enorme escritorio de roble, con unas gafas sobre la punta de la nariz, leyendo unos documentos. El conde levantó la vista al oír el «clic» del picaporte.
—Joe—le saludó.
—Gracias por recibirme —replicó él, saludándolo con un gesto de cabeza.
Kevin sonrió y dejó los documentos sobre la mesa.
—Francamente, estaba dedicándome a unos asuntos más bien aburridos. Eres una bienvenida distracción.
—No estoy seguro de que sigas pensando eso después de que escuches lo que he venido a decirte.
El conde arqueó una ceja.
—Bueno, lo averiguaremos cuando me cuentes el motivo de tu visita.
—He comprometido a tu hermana.
Al principio no hubo ninguna indicación de que Kevin hubiera oído la confesión. No se movió ni apartó la mirada de la visita. Luego se irguió en toda su altura y se quitó lentamente las gafas, que dejó sobre los documentos que había descartado antes de acercarse a Joe.
—¿Puedo asumir que hablamos de _________? —dijo Kevin, deteniéndose ante él.
—Sí —respondió, sin apartar la vista.
—¿No estarás exagerando la situación?
—No. La he comprometido. Por completo.
Kevin asintió con la cabeza pensativamente. Luego le dio un puñetazo.
Joe no vio venir el golpe y se tambaleó hacia atrás cuando le alcanzó en la mejilla. Cuando recuperó el equilibrio, Kevin estaba sacudiendo la mano con extrema serenidad.
—Tenía que hacerlo —se disculpó, algo avergonzado.
Joe asintió con tranquilidad mientras se frotaba la zona donde le había golpeado.
—No esperaba otra cosa.
Kevin se acercó a una mesa baja y sirvió dos copas de whisky.
—Espero que ahora me lo expliques todo —comentó, ofreciéndole una.
Joe agarró la copa.
—Lo cierto es que es muy sencillo —aclaró—. He comprometido a tu hermana y me gustaría casarme con ella.
Kevin se sentó en un enorme sillón de cuero y lo observó durante un buen rato.
—Si es tan sencillo, ¿por qué has venido a mi casa, empapado, en mitad de la noche?
Joe se sentó en un sillón frente al conde.
—Bueno, supongo que solo es sencillo para mí —comenzó.
—Ah. —Entendió las implicaciones—. _________ te ha rechazado.
—Tu hermana es desesperante.
—Sí, tiene tendencia a ello.
—No quiere casarse conmigo. He venido a pedirte ayuda.
—Por supuesto que se casará contigo —dijo Kevin. Joe se vio atravesado por una oleada de alivio, mucho más poderosa de lo que estaba dispuesto a admitir—. Pero no pienso forzarla, tendrás que convencerla.
El alivio no duró mucho.
—Lo he intentado. No atiende a razones.
Kevin se rió ante la sorpresa y la frustración que percibió en la voz de Joe.
—Hablas como alguien que no ha tenido nunca hermanas. Jamás atienden a razones.
Joe esbozó una pequeña sonrisa.
—Sí, ya me estoy dando cuenta.
—¿Te ha dicho por qué no quiere casarse contigo?
Joe bebió un sorbo de whisky mientras consideraba la respuesta.
—Me ha dicho que es porque me ama.
Kevin agrandó los ojos.
—Esa suele ser una razón para casarse, no para no hacerlo —señaló.
—Eso es justo lo que pienso yo. —Se inclinó hacia delante en el sillón—. ¿Cómo puedo convencerla?
Kevin se reclinó contra el respaldo y, al ver el ceño fruncido del marqués, se apiadó de él.
—_________ es una romántica empedernida. Lo es desde niña. Es el resultado natural de que nuestros padres estuvieran absoluta y completamente enamorados, de haber leído todas las novelas románticas que han caído en sus manos durante los últimos veinte años y de mi propia resistencia a contraer un matrimonio sin amor. Me sorprendería que se casara contigo sin una promesa de amor. Lo que me lleva a preguntarte: ¿la amas?
—Yo… —Joe se interrumpió; su mente corría a toda velocidad. «¿La amaba?»
Kevin curvó la comisura de la boca con diversión al observar los pensamientos que atravesaban la cara de Joe.
—Tendrás que responder más rápido cuando te pregunte ella, hombre.
—Seré un buen marido.
—No lo dudo.
—Tengo el dinero, las tierras y el título para conseguirlo.
—Si conozco bien a _________, todo eso le dará igual.
—No le importa. Esa es otra de las razones por la que ella es más de lo que merezco. Pero a ti sí debería importarte, por eso te lo digo.
Kevin clavó sus ojos castaños en Joe, y ambos hombres se comprendieron a la perfección.
—Te lo agradezco.
—Entonces, ¿tengo tu bendición?
—¿Para casarte con ella? Sí. Pero no es mi bendición la que tienes que obtener.
—No pienso forzarla. Sin embargo, para convencerla necesito pasar un tiempo a solas con ella. Y me gustaría que fuera cuanto antes.
Kevin tomó un sorbo de whisky y miró a Joe atentamente. Notó la frustración en sus ojos, la tensión en su cuerpo, y se apiadó del hombre al que su hermana había sumido en la miseria.
—Si _________ está la mitad de perturbada de lo que pareces estar tú en este momento, la encontrarás en la biblioteca.
Joe arqueó las cejas sorprendido.
—¿Por qué me lo dices?
Kevin curvó los labios con ironía.
—Baste decir que no me gusta pensar que mi hermana esté ni siquiera la mitad de perturbada que tú. Ve a la biblioteca. No los molestaré. Pero, por Dios, que no los encuentre mi madre o se desatará el infierno.
Joe sonrió sin humor ante la broma de Kevin.
—Intentaré no llamar la atención pero, para ser honestos, que tu madre nos descubra podría ser la mejor manera de conseguir lo que ando buscando. —Se puso en pie y enderezó los hombros, como si estuviera a punto de entrar en batalla. Bajó la mirada hacia Kevin y añadió—: Gracias. Te prometo que dedicaré mi vida a hacerla feliz.
Kevin alzó la copa hacia el marqués, aceptando sus palabras.
—Espero que, además, mañana te dediques a obtener una licencia especial.
Joe asintió con la cabeza, prometiendo solemnemente que se casaría con __________ tan pronto como fuera posible. Abandonó la estancia y atravesó el oscuro pasillo hasta la puerta de la biblioteca. Puso la mano sobre la manilla y respiró hondo, intentando que su corazón recuperara su ritmo habitual. Jamás había estado tan nervioso, tan preocupado por el resultado de una conversación; tan dispuesto a hacer lo que fuera para conseguir lo que quería. Pero allí estaba, seguro de que los siguientes minutos serían los más importantes de su vida.
Joe abandonó el baile de inmediato. Dejó el carruaje en Salisbury House para que lo usaran sus hermanos y se fue caminando hacia Ralston House, que se encontraba a apenas quinientos metros.
Durante toda su vida había sorteado precisamente ese momento; evitando mantener relaciones con mujeres con las que tuviera demasiado en común; eludiendo a las madres casamenteras, por miedo a que le pudieran gustar de verdad las jóvenes que trataban de endosarle. Crecer en el seno de una familia destrozada por culpa de una mujer le había marcado, una familia arruinada por el amor no correspondido de su padre, quien había muerto de aflicción tras intentar combatir durante mucho tiempo aquella obsesión que, finalmente, acabó con él.
Y ahora se las tenía que ver con __________. La hermosa, generosa, encantadora e inteligente _________, que parecía ser todo lo contrario a su madre pero, aun así, igual de peligrosa que la anterior marquesa. Cuando lo miró con aquellos sensacionales ojos castaños y le profesó su amor, él había perdido la habilidad de pensar.
Y cuando le rogó que se fuera, supo con exactitud qué había sentido su padre cuando su madre lo abandonó: una sensación de desamparo total y absoluta, como si le robaran una parte de sí mismo en sus propias narices y no pudiera hacer nada para evitarlo.
Y era algo aterrador. Si el amor era eso, no quería saber nada de él.
Estaba lloviendo, la etérea niebla londinense que parecía envolverlo todo dejaba caer un húmedo y brillante resplandor sobre la ciudad en tinieblas y hacía inútil el uso de un paraguas. Joe no veía la lluvia, sus pensamientos giraban en torno a la imagen de _________, con las lágrimas rodando por sus mejillas, devastada… por su culpa.
Si fuese honesto consigo mismo, admitiría que aquella situación estaba destinada a ser un absoluto desastre desde el instante en que ella apareció en el umbral de su dormitorio —con su pelo castaño, sus ojos grandes e inteligentes y sus labios tentadores— pidiéndole que la besara. Si hubiera prestado algo más de atención, se habría dado cuenta en ese momento de que ella acabaría por arruinar lo que hasta entonces había sido una vida perfectamente satisfactoria.
Hacía unos minutos ella le había dado la oportunidad de escapar, de regresar a esa vida. De poder pasar los días en su club de caballeros, en su club deportivo, en las tabernas… y olvidarse de que había conocido a una solterona aventurera que parecía sentir una impropia inclinación por traspasar los límites marcados por la sociedad.
Debería haber dado saltos de alegría ante la posibilidad de librarse de aquella mujer tan molesta.
Pero ahora tenía recuerdos de _________ en cada uno de esos lugares, y la vida que había llevado antes de la noche en que ella irrumpiera en su dormitorio ya no le parecía satisfactoria. Le parecía desprovista de risas y conversaciones interesantes, carente de visitas inadecuadas a tabernas en compañía de hembras aventureras. Vacía de amplias sonrisas, curvas exuberantes y listas malditas. Falta de _________.
Y la perspectiva de disfrutar de una vida sin ella era, sin duda, deprimente.
Estuvo caminando durante varias horas. Mientras vagaba sin rumbo por la ciudad, pasó ante Ralston House en numerosas ocasiones, pero no tenía interés alguno en regresar a casa. Se le empapó el abrigo pero no lo notó, ensimismado en sus pensamientos, y, cuando finalmente levantó la mirada del suelo, se encontraba ante Allendale House. La mansión estaba a oscuras, salvo una luz que titilaba en una ventana que daba a los jardines laterales, y estuvo un buen rato considerando esa casualidad.
Finalmente tomó una decisión.
Golpeó la puerta y le abrió el mismo mayordomo de edad avanzada al que había aterrorizado días atrás.
—He venido a ver al conde. —Fue lo único que dijo cuando el hombre agrandó los ojos al reconocerlo.
El mayordomo no pareció dar importancia a la hora que era ni se excusó diciendo que, quizá, el conde de Allendale no estuviera en casa. Se limitó a decirle que esperara y que anunciaría su visita.
Regresó en menos de un minuto y tomó el empapado abrigo y el sombrero antes de indicarle dónde estaba el estudio del conde. Joe entró en una estancia grande y bien iluminada y cerró la puerta al ver a Kevin apoyado en el borde de un enorme escritorio de roble, con unas gafas sobre la punta de la nariz, leyendo unos documentos. El conde levantó la vista al oír el «clic» del picaporte.
—Joe—le saludó.
—Gracias por recibirme —replicó él, saludándolo con un gesto de cabeza.
Kevin sonrió y dejó los documentos sobre la mesa.
—Francamente, estaba dedicándome a unos asuntos más bien aburridos. Eres una bienvenida distracción.
—No estoy seguro de que sigas pensando eso después de que escuches lo que he venido a decirte.
El conde arqueó una ceja.
—Bueno, lo averiguaremos cuando me cuentes el motivo de tu visita.
—He comprometido a tu hermana.
Al principio no hubo ninguna indicación de que Kevin hubiera oído la confesión. No se movió ni apartó la mirada de la visita. Luego se irguió en toda su altura y se quitó lentamente las gafas, que dejó sobre los documentos que había descartado antes de acercarse a Joe.
—¿Puedo asumir que hablamos de _________? —dijo Kevin, deteniéndose ante él.
—Sí —respondió, sin apartar la vista.
—¿No estarás exagerando la situación?
—No. La he comprometido. Por completo.
Kevin asintió con la cabeza pensativamente. Luego le dio un puñetazo.
Joe no vio venir el golpe y se tambaleó hacia atrás cuando le alcanzó en la mejilla. Cuando recuperó el equilibrio, Kevin estaba sacudiendo la mano con extrema serenidad.
—Tenía que hacerlo —se disculpó, algo avergonzado.
Joe asintió con tranquilidad mientras se frotaba la zona donde le había golpeado.
—No esperaba otra cosa.
Kevin se acercó a una mesa baja y sirvió dos copas de whisky.
—Espero que ahora me lo expliques todo —comentó, ofreciéndole una.
Joe agarró la copa.
—Lo cierto es que es muy sencillo —aclaró—. He comprometido a tu hermana y me gustaría casarme con ella.
Kevin se sentó en un enorme sillón de cuero y lo observó durante un buen rato.
—Si es tan sencillo, ¿por qué has venido a mi casa, empapado, en mitad de la noche?
Joe se sentó en un sillón frente al conde.
—Bueno, supongo que solo es sencillo para mí —comenzó.
—Ah. —Entendió las implicaciones—. _________ te ha rechazado.
—Tu hermana es desesperante.
—Sí, tiene tendencia a ello.
—No quiere casarse conmigo. He venido a pedirte ayuda.
—Por supuesto que se casará contigo —dijo Kevin. Joe se vio atravesado por una oleada de alivio, mucho más poderosa de lo que estaba dispuesto a admitir—. Pero no pienso forzarla, tendrás que convencerla.
El alivio no duró mucho.
—Lo he intentado. No atiende a razones.
Kevin se rió ante la sorpresa y la frustración que percibió en la voz de Joe.
—Hablas como alguien que no ha tenido nunca hermanas. Jamás atienden a razones.
Joe esbozó una pequeña sonrisa.
—Sí, ya me estoy dando cuenta.
—¿Te ha dicho por qué no quiere casarse contigo?
Joe bebió un sorbo de whisky mientras consideraba la respuesta.
—Me ha dicho que es porque me ama.
Kevin agrandó los ojos.
—Esa suele ser una razón para casarse, no para no hacerlo —señaló.
—Eso es justo lo que pienso yo. —Se inclinó hacia delante en el sillón—. ¿Cómo puedo convencerla?
Kevin se reclinó contra el respaldo y, al ver el ceño fruncido del marqués, se apiadó de él.
—_________ es una romántica empedernida. Lo es desde niña. Es el resultado natural de que nuestros padres estuvieran absoluta y completamente enamorados, de haber leído todas las novelas románticas que han caído en sus manos durante los últimos veinte años y de mi propia resistencia a contraer un matrimonio sin amor. Me sorprendería que se casara contigo sin una promesa de amor. Lo que me lleva a preguntarte: ¿la amas?
—Yo… —Joe se interrumpió; su mente corría a toda velocidad. «¿La amaba?»
Kevin curvó la comisura de la boca con diversión al observar los pensamientos que atravesaban la cara de Joe.
—Tendrás que responder más rápido cuando te pregunte ella, hombre.
—Seré un buen marido.
—No lo dudo.
—Tengo el dinero, las tierras y el título para conseguirlo.
—Si conozco bien a _________, todo eso le dará igual.
—No le importa. Esa es otra de las razones por la que ella es más de lo que merezco. Pero a ti sí debería importarte, por eso te lo digo.
Kevin clavó sus ojos castaños en Joe, y ambos hombres se comprendieron a la perfección.
—Te lo agradezco.
—Entonces, ¿tengo tu bendición?
—¿Para casarte con ella? Sí. Pero no es mi bendición la que tienes que obtener.
—No pienso forzarla. Sin embargo, para convencerla necesito pasar un tiempo a solas con ella. Y me gustaría que fuera cuanto antes.
Kevin tomó un sorbo de whisky y miró a Joe atentamente. Notó la frustración en sus ojos, la tensión en su cuerpo, y se apiadó del hombre al que su hermana había sumido en la miseria.
—Si _________ está la mitad de perturbada de lo que pareces estar tú en este momento, la encontrarás en la biblioteca.
Joe arqueó las cejas sorprendido.
—¿Por qué me lo dices?
Kevin curvó los labios con ironía.
—Baste decir que no me gusta pensar que mi hermana esté ni siquiera la mitad de perturbada que tú. Ve a la biblioteca. No los molestaré. Pero, por Dios, que no los encuentre mi madre o se desatará el infierno.
Joe sonrió sin humor ante la broma de Kevin.
—Intentaré no llamar la atención pero, para ser honestos, que tu madre nos descubra podría ser la mejor manera de conseguir lo que ando buscando. —Se puso en pie y enderezó los hombros, como si estuviera a punto de entrar en batalla. Bajó la mirada hacia Kevin y añadió—: Gracias. Te prometo que dedicaré mi vida a hacerla feliz.
Kevin alzó la copa hacia el marqués, aceptando sus palabras.
—Espero que, además, mañana te dediques a obtener una licencia especial.
Joe asintió con la cabeza, prometiendo solemnemente que se casaría con __________ tan pronto como fuera posible. Abandonó la estancia y atravesó el oscuro pasillo hasta la puerta de la biblioteca. Puso la mano sobre la manilla y respiró hondo, intentando que su corazón recuperara su ritmo habitual. Jamás había estado tan nervioso, tan preocupado por el resultado de una conversación; tan dispuesto a hacer lo que fuera para conseguir lo que quería. Pero allí estaba, seguro de que los siguientes minutos serían los más importantes de su vida.
F l ♥ r e n c i a.
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
Sigueeeeeeeeeeeeeee
Eu^_^
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
siueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee.
tefisasias
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
me dejastes con la intriga siguelaaaaaaaaaaaaaaaaa
tefisasias
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
Adoro a Kevin !! Se que hay libro de Juliana pero todavía no
Hay de Kevin :(
Plis siuelaaaa me enc anta
Hay de Kevin :(
Plis siuelaaaa me enc anta
#Fire Rouge..*
Invitado
Invitado
Contenido patrocinado
Página 26 de 33. • 1 ... 14 ... 25, 26, 27 ... 29 ... 33
Temas similares
» ♥ Nueve Reglas que Romper Para Conquistar a un Granuja ♥ (Joe & Tu)...ADAPTACION
» ººLas Reglas Para Decir: Te Amoºº (Novela Ziall) TERMINADA
» 7 Pasos para conquistar ( Zayn Malik y tu )
» Las reglas para ser novios.
» amor de nueve a cinco (nick&tu) [TERMINADA]
» ººLas Reglas Para Decir: Te Amoºº (Novela Ziall) TERMINADA
» 7 Pasos para conquistar ( Zayn Malik y tu )
» Las reglas para ser novios.
» amor de nueve a cinco (nick&tu) [TERMINADA]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 26 de 33.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.