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forever and always joe y tu TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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forever and always joe y tu TERMINADA
NOMBRE: forever and always joe y tu
AUTOR: yo no, esta en otra pagina pero no me acuerdo en donde
ADAPTACION: no se
GENERO: romantica
ADVERTENCIAS: no creo
Uno.
—Bien, tú ganas por tercera vez —exclamé, sintiéndome rendida y me levanté del suelo, dejando a un lado el juego de cartas para poder irme a recostar sobre mi cama y encender el televisor.
—Y sabes perfectamente lo que sucede en la tercera victoria, ¿cierto? —rogaba en mi fuero interno que lo hubiera olvidado, pero veía que no.
—Si, si. ¿Qué quieres que haga? —pregunté desganada.
—Esta vez no será fácil amiga… ¿Conoces a Joe? —no entendí el cambio rotundo de tema.
— ¿Qué diablos tiene que ver? —giré la cabeza para observarla, noté que me fulminaba con la mirada—. Bien, no. ¿Quién es? —estiró una mano para alcanzar su mochila, luego comenzó a buscar algo dentro de ella. Sacó una foto y me la entregó.
—El del medio —me comunicó.
Exactamente allí, se encontraba un muchacho muy apuesto. Lo había visto varias veces en la secundaria. Pelo oscuro y escasamente enrulado, ojos color miel, un cuerpo… formidable.
—Oh, él… Lo crucé un par de veces y creo que compartimos una clase. ¿Quién es? —aún no comprendía a lo que deseaba llegar.
—El hermano de Nick —Nicholas Jonas. Su novio.
Levanté la vista de la pequeña foto y examiné su rostro. Como era usual, tenía cara de idiota. Estaba enamorada, realmente. Reí y luego volví a mirar lo que tenía entre una mano. Recién ahí note que a ambos lados de él, se encontraban sus hermanos, Kevin y el novio de Sophie.
—Ahá si, ¿qué pasa con él? —quería llegar al fondo de todo esto.
Su voz empezó a sonar nerviosa.
— ¿Sabes? Un chico como él, sin pareja… es muy raro…
—Ya Soph, ve al grano —le dije, harta por el misterio.
—Debes enamorarlo —posé horrorizada mi vista en ella.
— ¡¿Qué?! ¿Estás loca? No, no y más no —me levanté y le entregué la foto, al hacerlo, volví a sentarme en mi lecho.
—Tienes que hacerlo. Perdiste, y tres veces —sonrió satisfecha. ¿Por qué lo hace? Ella lo sabía, me conocía—. Además, Joe necesita cambiar. Según Nick, necesita encontrar el amor.
—No lo voy a hacer —comencé a cambiar de canal, dándole a entender que no iba a seguir
hablando del tema.
— ¿Tienes miedo? —insistió. Se aprovechaba de sus conocimientos, sabía persuadirme.
—No —respondí para nada convencida.
— ¿A qué? ¿A qué le temes, _____?
— ¡Lo sabes! Pero no, no tengo miedo. Ya te lo dije —volví a dirigir la vista hacia ella—. En el caso que lo haga… ¿Cómo terminaría todo? —ella sonrió.
—Si lo enamoras, bien sabes en que terminará todo… Así que aceptas el reto —exclamó feliz.
—No, sólo dije en el caso que lo haga, pero ¡No!
—Vamos, __________. Inténtalo, no temas —estaba claro que iba a terminar por convencerme —siempre lo hacía—, pero no entendía su obsesión por mi aprobación.
—Bien, bien. ¡Acepto! ¿Feliz? —asintió con una sonrisa enorme sobre los labios y se abalanzó sobre mí, para luego abrazarme.
Al día siguiente todo comenzaría. Esa mañana me vestí como Sophie aconsejó, debía impresionarlo.
Todavía no sabía porque rayos iba a hacerlo. Estaba mal, pero según ella, Joe necesitaba encontrar el amor para cambiar. El problema: si lo encontraba, este no sería correspondido, porque no permitiría que eso me afectase sentimentalmente.
Al terminar de higienizarme, bajé a desayunar y luego, partí hacia mi destino: la secundaria.
Como cada día, mi amiga aguardaba por mí en la puerta.
— ¿Lista? —cuestionó refiriéndose al desafío que me había impuesto.
—Para nada.
Sophie puso los ojos en blanco.
Esperé hasta que el timbre que anunciaba el primer receso, sonara. Cuando eso sucedió, fui en su búsqueda. Lo hallé caminando sólo por un pasillo, con la mirada clavada en el suelo. Parecía alguien tímido, hosco. Caminé en dirección a él, en el momento que pasé a su lado, provoqué que nuestros hombros chocaran, causando que los libros que ambos llevábamos en la manos, cayeran.
—Lo siento… —musité, luego de agacharme.
—Fíjate por donde vas —exclamó un tanto molesto. La verdad, nada es lo que parece. Al levantar
sus pertenencias, me observó de arriba-abajo y sonrió—. Oh, perdón, preciosa —se disculpó con
todo adulante—. ¿Cómo te llamas, lindura? —su pose y aspecto eran de un altanero. ¡Oh genial!
Debía conquistar un completo idiota.
—_________, ¿tú? —actúa, actúa.
Sonreí con falso interés, tratando de parecer coqueta.
—Joseph, dime Joe, y… ___________, ¿quieres tener el placer de salir hoy conmigo? —perfecto,
¿Soph no me podía pedir que enamore a alguien más imbécil? Él era el tipo de chico que detestaba.
Egocéntrico, que creía que por ser apuesto y tener una perfecta sonrisa, cualquier chica podría caer a sus pies. Tranquila. Respira. Debía conquistarlo, pero no lograría y nadie saldría lastimado… o eso esperaba. Joseph no era el ejemplo de chicos que persiguen a alguien por un largo tiempo hasta cansarse.
—Uhm, no creo. Hoy estoy… ocupada. Adiós Joe —volví a sonreírle e iba a irme, pero tomó de mi brazo.
— ¿Otro día? —oh no, por favor, no.
—Tal vez… —fue mi respuesta y me escapé de su agarre, alejándome de él.
bueno chicas no se si alguien la subio, pero la quiero subir porque es hermosa..eso digo yo no se ustedes..espero que les guste y tener comentarios suyos..
AUTOR: yo no, esta en otra pagina pero no me acuerdo en donde
ADAPTACION: no se
GENERO: romantica
ADVERTENCIAS: no creo
Uno.
—Bien, tú ganas por tercera vez —exclamé, sintiéndome rendida y me levanté del suelo, dejando a un lado el juego de cartas para poder irme a recostar sobre mi cama y encender el televisor.
—Y sabes perfectamente lo que sucede en la tercera victoria, ¿cierto? —rogaba en mi fuero interno que lo hubiera olvidado, pero veía que no.
—Si, si. ¿Qué quieres que haga? —pregunté desganada.
—Esta vez no será fácil amiga… ¿Conoces a Joe? —no entendí el cambio rotundo de tema.
— ¿Qué diablos tiene que ver? —giré la cabeza para observarla, noté que me fulminaba con la mirada—. Bien, no. ¿Quién es? —estiró una mano para alcanzar su mochila, luego comenzó a buscar algo dentro de ella. Sacó una foto y me la entregó.
—El del medio —me comunicó.
Exactamente allí, se encontraba un muchacho muy apuesto. Lo había visto varias veces en la secundaria. Pelo oscuro y escasamente enrulado, ojos color miel, un cuerpo… formidable.
—Oh, él… Lo crucé un par de veces y creo que compartimos una clase. ¿Quién es? —aún no comprendía a lo que deseaba llegar.
—El hermano de Nick —Nicholas Jonas. Su novio.
Levanté la vista de la pequeña foto y examiné su rostro. Como era usual, tenía cara de idiota. Estaba enamorada, realmente. Reí y luego volví a mirar lo que tenía entre una mano. Recién ahí note que a ambos lados de él, se encontraban sus hermanos, Kevin y el novio de Sophie.
—Ahá si, ¿qué pasa con él? —quería llegar al fondo de todo esto.
Su voz empezó a sonar nerviosa.
— ¿Sabes? Un chico como él, sin pareja… es muy raro…
—Ya Soph, ve al grano —le dije, harta por el misterio.
—Debes enamorarlo —posé horrorizada mi vista en ella.
— ¡¿Qué?! ¿Estás loca? No, no y más no —me levanté y le entregué la foto, al hacerlo, volví a sentarme en mi lecho.
—Tienes que hacerlo. Perdiste, y tres veces —sonrió satisfecha. ¿Por qué lo hace? Ella lo sabía, me conocía—. Además, Joe necesita cambiar. Según Nick, necesita encontrar el amor.
—No lo voy a hacer —comencé a cambiar de canal, dándole a entender que no iba a seguir
hablando del tema.
— ¿Tienes miedo? —insistió. Se aprovechaba de sus conocimientos, sabía persuadirme.
—No —respondí para nada convencida.
— ¿A qué? ¿A qué le temes, _____?
— ¡Lo sabes! Pero no, no tengo miedo. Ya te lo dije —volví a dirigir la vista hacia ella—. En el caso que lo haga… ¿Cómo terminaría todo? —ella sonrió.
—Si lo enamoras, bien sabes en que terminará todo… Así que aceptas el reto —exclamó feliz.
—No, sólo dije en el caso que lo haga, pero ¡No!
—Vamos, __________. Inténtalo, no temas —estaba claro que iba a terminar por convencerme —siempre lo hacía—, pero no entendía su obsesión por mi aprobación.
—Bien, bien. ¡Acepto! ¿Feliz? —asintió con una sonrisa enorme sobre los labios y se abalanzó sobre mí, para luego abrazarme.
Al día siguiente todo comenzaría. Esa mañana me vestí como Sophie aconsejó, debía impresionarlo.
Todavía no sabía porque rayos iba a hacerlo. Estaba mal, pero según ella, Joe necesitaba encontrar el amor para cambiar. El problema: si lo encontraba, este no sería correspondido, porque no permitiría que eso me afectase sentimentalmente.
Al terminar de higienizarme, bajé a desayunar y luego, partí hacia mi destino: la secundaria.
Como cada día, mi amiga aguardaba por mí en la puerta.
— ¿Lista? —cuestionó refiriéndose al desafío que me había impuesto.
—Para nada.
Sophie puso los ojos en blanco.
Esperé hasta que el timbre que anunciaba el primer receso, sonara. Cuando eso sucedió, fui en su búsqueda. Lo hallé caminando sólo por un pasillo, con la mirada clavada en el suelo. Parecía alguien tímido, hosco. Caminé en dirección a él, en el momento que pasé a su lado, provoqué que nuestros hombros chocaran, causando que los libros que ambos llevábamos en la manos, cayeran.
—Lo siento… —musité, luego de agacharme.
—Fíjate por donde vas —exclamó un tanto molesto. La verdad, nada es lo que parece. Al levantar
sus pertenencias, me observó de arriba-abajo y sonrió—. Oh, perdón, preciosa —se disculpó con
todo adulante—. ¿Cómo te llamas, lindura? —su pose y aspecto eran de un altanero. ¡Oh genial!
Debía conquistar un completo idiota.
—_________, ¿tú? —actúa, actúa.
Sonreí con falso interés, tratando de parecer coqueta.
—Joseph, dime Joe, y… ___________, ¿quieres tener el placer de salir hoy conmigo? —perfecto,
¿Soph no me podía pedir que enamore a alguien más imbécil? Él era el tipo de chico que detestaba.
Egocéntrico, que creía que por ser apuesto y tener una perfecta sonrisa, cualquier chica podría caer a sus pies. Tranquila. Respira. Debía conquistarlo, pero no lograría y nadie saldría lastimado… o eso esperaba. Joseph no era el ejemplo de chicos que persiguen a alguien por un largo tiempo hasta cansarse.
—Uhm, no creo. Hoy estoy… ocupada. Adiós Joe —volví a sonreírle e iba a irme, pero tomó de mi brazo.
— ¿Otro día? —oh no, por favor, no.
—Tal vez… —fue mi respuesta y me escapé de su agarre, alejándome de él.
bueno chicas no se si alguien la subio, pero la quiero subir porque es hermosa..eso digo yo no se ustedes..espero que les guste y tener comentarios suyos..
Última edición por mell_jonatik el Sáb 03 Dic 2011, 4:29 pm, editado 1 vez
jamileth
Re: forever and always joe y tu TERMINADA
primera lectora wow ame el primer cap
siguela pronto plis
siguela pronto plis
Nani Jonas
Re: forever and always joe y tu TERMINADA
por Nani Jonas escribió:
primera lectora wow ame el primer cap
siguela pronto plis
gracias por ser mi primera lectora gracias ...
y mañana subo el segundo cap..
jamileth
Re: forever and always joe y tu TERMINADA
Nueeva lectora!
ame en verdad el cap! me encanta tu nove
presientoq ue va a ser una de las mejores!
seguila :D
ame en verdad el cap! me encanta tu nove
presientoq ue va a ser una de las mejores!
seguila :D
Jaeger.
----
Re: forever and always joe y tu TERMINADA
por IloveJBandDLescribió:
Nueeva lectora!
ame en verdad el cap! me encanta tu nove
presientoq ue va a ser una de las mejores!
seguila :D
Bievenida!!!
pero te digo que la nove no es mia es de otro foro pero no e acuerdo cual..
y la voy a subir ..espero que te guste..
jamileth
Re: forever and always joe y tu TERMINADA
por Cheeranny escribió:
Wow si que es buena !
Tienes que seguir
Bienvenida!!!
jamileth
Re: forever and always joe y tu TERMINADA
bueno chicas ya que tengo tres lectoras :cheers: ya les subo el cap.. :D :cheers:
Dos.
Como mal no recordaba, la clase de Matemáticas la compartía con él. El asiento que siempre se hallaba vacío a mi lado, fue ocupado por él. Podría haber olvidado el programado choque en el pasillo y simplemente no saber quien era, pero no. Debía perseguirme hasta que acepte una cita con él, de seguro. Era bueno en sí, me ayudaría en mi objetivo. ¡Dios! No tendría que haber aceptado. Estaba mal, era horrible lo que haría. Aún en mi mente, divagaba la cuestión de porqué diablos Sophie deseó que hiciese eso...
Mas era un desafío. Le demostraría que no tenía miedo y no era cobarde.
— ¿Sabes? Hoy parece ser tu día de suerte.
Enarqué una ceja, mientras dirigía mi mirada hacia él.
— ¿Por qué lo dices? —fuera cual fuera su respuesta, debía controlarme. Respira, ____.
—Me enteré que eres la mejor amiga de Sophie, y hoy me crucé con ella. Me dijo que en la tarde saldríamos los cuatro —anotación: matar a mi mejor amiga—. Creo que es el destino, linda — ¿Destino? ¡Ha! No creía en eso.
—Lo que digas… —musité de mala gana. ¡Era increíble! Apenas lo conocía y ya estaba volviéndome.
Traté de poner toda mi atención en el profesor, quien parloteaba sin parar, pero se me era imposible. Sentía su vista clava en mí, parecía estar inspeccionándome. Resiste, resiste. Finalmente la tortura acabó, el timbre sonó indicando cambio de hora. Agradecí no compartir la clase de física con él, porque tal vez no me controlaría y arruinaría todo.
Además, así podría prepararme mentalmente para mi no esperada cita.
Prácticamente corrí, para que él no tuviera oportunidad de seguirme, hablarme o algo que implique un contacto de menos de dos metros. Al entrar al salón, fui hacia mi asiento. En el
contiguo ya se encontraba Sophie. La observé con mi mejor cara de odio.
— ¿Qué? —preguntó en tono angelical.
—Hmm, ¿Qué pudo haber pasado? ¡Ah, sí! Una cita con el señor Joseph egocentría Jonas —ella soltó una carcajada.
—Encima que te ayudo a que todo sea más fácil…
—Voy a necesitar ayuda para no asesinarlo.
— ¿Por qué? —enarqué una ceja. Era obvio que ella sabía cual era su comportamiento—. Bien. Tal vez olvidé el pequeñísimo detalle de que Joe es algo…
— ¿Egocéntrico? ¿Idiota? ¿Altanero? Oh si, pequeño era el detalle —continuaba mirándola con cara de pocos amigos.
—Lo siento, pero lo hecho, hecho está. Debes cumplir el desafío.
— ¿Tú que ganas con que yo lo cumpla o no?
Sonrió con malicia.
—Cierto, no te dije. Si no logras concretarlo o no lo haces, aparte de saber que eres cobarde —que dulce era—, tendrás que darme tu colección de revistas y seis disco a mi elección. Si lo logras, gano, amiga mía, satisfacción — ¿Ah? Realmente, estaba fuera de sus cabales.
— ¿Satisfacción de qué? —pregunté, confusa. Había días que no lograba comprenderla y terminaban siendo cosas desagradables para mí.
—De verte feliz —respondió con obviedad.
— ¿Feliz? ¿Qué insinúas? —tal vez era yo la que no comprendía nada de lo que ella hablaba. De repente, escuché un clic en mi cabeza y todo cobró sentido. Me horroricé—.
¡No! No y más no. Eso no va a suceder.
— ¿Cómo lo sabes? _____, nunca digas nunca —dijo y sonrió muy pagada de sí misma. Hubiera reprochado algo, mas la señora Stone ingresó. La profesora daba miedo, por eso
durante su clase no se escuchaba ruido alguno, ni el vuelo de una insignifcante mosca.
Sólo su gruesa voz de mandona.
Sophie tenía razón y yo lo sabía. Jamás hay que decir nunca, a excepción de ese caso. No lo permitiría, no.
Durante esas dos largas y martirizantes horas, mi mente fue más allá de la voz de la profesora Stone. Una parte de mí, me aconsejaba que dejase todo eso, que además de estar mal, me haría daño a mí misma. La otra —la voz masoquista, por cierto—, me alentaba a no rendirme. Demostrarle a Soph que era capaz de hacerlo y no era cobarde… pero lo más importante era demostrarme a mí misma que podía, y que debía arriesgarme, disfrutar.
Ese día no almorzaríamos, ya que no teníamos horas extracurriculares. Era genial. Como todo, siempre había una parte mala. La hora de la cita se hizo más próxima.
Salí del aula junto con mi amiga y nos dirigimos a nuestros respectivos casilleros.
— ¿Lista para la cita? —sonrió Sophie.
Cerré mi locker, luego de haber guardado lo innecesario, y la miré con una ceja arqueada.
— ¿Debería estarlo? —dejé entrever mi desagrado.
—Sí, tuviste dos horas para meditarlo. Deberías estar lista ya. Además, lo dices como si Joseph te fuera a comer —no pude evitar reír. Tal vez Joe no me comería, como bien dijo mi amiga, pero sí, yo estaría a punto de matarlo—. Y ____, ya lo hablamos. Disfruta, aprecia el tiempo… —volvió a sonreír, ésta vez para darme ánimo.
—Tienes razón y aparte, una cita no le hace mal a nadie, ¿o sí? —me abrazó. Bien, no estaba del todo convencida. Era verdad lo que mencioné… el problema era Joe.
—Joe necesita cambiar. Según Nick, necesita encontrar el amor —recordé las palabras de Sophie ese día. ¿Sería realmente así? ¿Él podría cambiar? En ese caso, ¿por qué yo? Ella quiere que conozcas lo que es el amor, intervino mi conciencia. Podría haber escogido a otro, al menos.
Soph tomó mi mano y me arrastró a la puerta principal, eso me sacó de mí debate interno. Al salir, divisamos a los dos hermanos a pocos metros nuestros. Hermanos… ¿quién lo
diría? No parecían tener nada en común. Nick era… genial. Parecía un novio perfecto.
Además, era un buen amigo. Y Joseph… ¿Qué podía decir de él? No lo conocía bien, pero por lo que había demostrado… era un idiota, ególatra. Parecía creerse que por haber sido… agraciado, podía tener a cualquiera a sus pies. ¡Pero no! Tendría que conquistarlo, sí, pero lo haría a mi manera. No lo perseguiría como todas las de la secundaria. Lo peor de eso es que… no tenía manera de conquistar muchachos.
—________—me saludó Nicholas, luego prosiguió a besar a Sophie.
—Hola —posé mi mirada en Joseph, quien me observaba con una provocativa sonrisa sobre sus labios.—Joe —sonreí falsamente. Mis ganas de tener una cita, se desvanecieron. Iba a ser una larga tarde.
Primero iríamos a almorzar, lo que era genial para mí, ya que moría de hambre. El camino hacia el restaurante fue incómodo. Joseph me observó de reojo la mayoría del tiempo, mientras que mi mejor amiga y su novio, iban demasiado acaramelados delante. Me vengaría por esto, oh si.
Al llegar a destino, pidieron dos mesas. ¡Excelente! Comeríamos separados y eso parecía agradarle a Joe, mas a mí, no y mi expresión en el rostro lo demostraba.
— ¿Qué quieres almorzar? —preguntó éste cuando nos habíamos ubicado.
—No lo sé… Lo que tú comas —respondí cansinamente. Realmente no me importaba, prefería comer rápido, luego suponía que caminaríamos, así todo terminaría pronto y fin de la historia.
No me sentía cómoda… Más bien, intimidada. Su mirada era penetrante y estaba fija en mí.
— ¿En serio comerías lo que yo? —indagó, sorprendido.
—Si, detesto cualquier cosa dietética —ante mi comentario, él sonrió ampliamente.
—Genial, me encantan las chicas de buen comer — ¿eso era bueno para mí? Debía serlo. Me ayudaría mucho más… aunque en ese momento lo que menos quería, era caerle bien, pero cuando Sophie me preguntara, fingiría haber puesto interés en conquistarlo.
Le sonreí sin ganas. Él ordenó nuestro almuerzo y al poco tiempo, lo colocaron sobre la mesa.
Comenzamos a hablar de banales. Luego me di cuenta que —obviamente—, éramos como agua y aceite, en ciertas cosas. Debía admitir que había reido mucho. Joseph era todo un payaso. Eso era un punto a favor de él… Aunque no alcanzaba, su ego era mayor.
— ¿No era que estabas ocupada hoy? —interrogó, divertido.
—Si, bueno, verás… a Soph no se le puede decir que no —me excusé, mas era cierto. Mi mejor amiga era la persona más testadura y con mayor capacidad de persuasión.
—Eso lo sé, pero… así que estás aquí por ella, no porque quisieras salir conmigo —parecía decirlo en broma, ya que mantenía la misma sonrisa de antes. Yo, por mi parte, me sonrojé. Tenía razón, no sabía que decirle.
—Este, es que… yo… —comencé nerviosa. ¡Genial! ¿Desde cuando balbuceaba?
—No tienes que contestar eso, porque sé la respuesta.
Enarqué una ceja.
— ¿Ah si?
—Sí, __________. Tú no eres como las otras, eres diferente y eso me encanta —su gesto se volvió más amplio… y, ¡Cielos! Que gran sonrisa tenía y poseía cierto brillo en los ojos…
Joe era verdaderamente apuesto.
En mis mejillas se acumuló más sangre debido a su comentario. Era un buen progreso. Sólo había sido yo misma, no había mentido. Conquistarlo sería más fácil de lo que imaginaba. De seguro, no restaría mucho tiempo para el te amo. Pensando que yo voy a caería como una idiota en su juego y al otro día me dejaría, llorando desconsoladamente… ¡No! No conmigo Joseph.
—Ehm, gracias —sonreí tímidamente.
Su mirada otra vez estaba clavada en mí, volvía a incomodarme.
— ¿Vamos a caminar? —preguntó Nicholas, apareciendo de repente con Sophie. Ambos expresaban felicidad a través de sus gestos. En momentos, la envidiaba. Quería también ser feliz con alguien… Ya basta. ________ deja de pensar estupideces, ordenó mi conciencia. Debía hacerle caso.
Luego de aceptar la idea de Nick y pagar, salimos de ese lugar rumbo… a quien sabía donde. Hacía tiempo no la pasaba tan bien con otras personas, aparte de Soph. Solíamos salir las dos solas, y estaba algo desacostumbrada, mas lo disfruté. Luego tendría que agradecérselo.
Cuando decidimos volver, Nicholas se ofreció a acompañar a mi amiga a su casa, así que sólo quedamos Joe y yo.
bueno hasta aqui esta el cap disfrutenlo :hi:
Dos.
Como mal no recordaba, la clase de Matemáticas la compartía con él. El asiento que siempre se hallaba vacío a mi lado, fue ocupado por él. Podría haber olvidado el programado choque en el pasillo y simplemente no saber quien era, pero no. Debía perseguirme hasta que acepte una cita con él, de seguro. Era bueno en sí, me ayudaría en mi objetivo. ¡Dios! No tendría que haber aceptado. Estaba mal, era horrible lo que haría. Aún en mi mente, divagaba la cuestión de porqué diablos Sophie deseó que hiciese eso...
Mas era un desafío. Le demostraría que no tenía miedo y no era cobarde.
— ¿Sabes? Hoy parece ser tu día de suerte.
Enarqué una ceja, mientras dirigía mi mirada hacia él.
— ¿Por qué lo dices? —fuera cual fuera su respuesta, debía controlarme. Respira, ____.
—Me enteré que eres la mejor amiga de Sophie, y hoy me crucé con ella. Me dijo que en la tarde saldríamos los cuatro —anotación: matar a mi mejor amiga—. Creo que es el destino, linda — ¿Destino? ¡Ha! No creía en eso.
—Lo que digas… —musité de mala gana. ¡Era increíble! Apenas lo conocía y ya estaba volviéndome.
Traté de poner toda mi atención en el profesor, quien parloteaba sin parar, pero se me era imposible. Sentía su vista clava en mí, parecía estar inspeccionándome. Resiste, resiste. Finalmente la tortura acabó, el timbre sonó indicando cambio de hora. Agradecí no compartir la clase de física con él, porque tal vez no me controlaría y arruinaría todo.
Además, así podría prepararme mentalmente para mi no esperada cita.
Prácticamente corrí, para que él no tuviera oportunidad de seguirme, hablarme o algo que implique un contacto de menos de dos metros. Al entrar al salón, fui hacia mi asiento. En el
contiguo ya se encontraba Sophie. La observé con mi mejor cara de odio.
— ¿Qué? —preguntó en tono angelical.
—Hmm, ¿Qué pudo haber pasado? ¡Ah, sí! Una cita con el señor Joseph egocentría Jonas —ella soltó una carcajada.
—Encima que te ayudo a que todo sea más fácil…
—Voy a necesitar ayuda para no asesinarlo.
— ¿Por qué? —enarqué una ceja. Era obvio que ella sabía cual era su comportamiento—. Bien. Tal vez olvidé el pequeñísimo detalle de que Joe es algo…
— ¿Egocéntrico? ¿Idiota? ¿Altanero? Oh si, pequeño era el detalle —continuaba mirándola con cara de pocos amigos.
—Lo siento, pero lo hecho, hecho está. Debes cumplir el desafío.
— ¿Tú que ganas con que yo lo cumpla o no?
Sonrió con malicia.
—Cierto, no te dije. Si no logras concretarlo o no lo haces, aparte de saber que eres cobarde —que dulce era—, tendrás que darme tu colección de revistas y seis disco a mi elección. Si lo logras, gano, amiga mía, satisfacción — ¿Ah? Realmente, estaba fuera de sus cabales.
— ¿Satisfacción de qué? —pregunté, confusa. Había días que no lograba comprenderla y terminaban siendo cosas desagradables para mí.
—De verte feliz —respondió con obviedad.
— ¿Feliz? ¿Qué insinúas? —tal vez era yo la que no comprendía nada de lo que ella hablaba. De repente, escuché un clic en mi cabeza y todo cobró sentido. Me horroricé—.
¡No! No y más no. Eso no va a suceder.
— ¿Cómo lo sabes? _____, nunca digas nunca —dijo y sonrió muy pagada de sí misma. Hubiera reprochado algo, mas la señora Stone ingresó. La profesora daba miedo, por eso
durante su clase no se escuchaba ruido alguno, ni el vuelo de una insignifcante mosca.
Sólo su gruesa voz de mandona.
Sophie tenía razón y yo lo sabía. Jamás hay que decir nunca, a excepción de ese caso. No lo permitiría, no.
Durante esas dos largas y martirizantes horas, mi mente fue más allá de la voz de la profesora Stone. Una parte de mí, me aconsejaba que dejase todo eso, que además de estar mal, me haría daño a mí misma. La otra —la voz masoquista, por cierto—, me alentaba a no rendirme. Demostrarle a Soph que era capaz de hacerlo y no era cobarde… pero lo más importante era demostrarme a mí misma que podía, y que debía arriesgarme, disfrutar.
Ese día no almorzaríamos, ya que no teníamos horas extracurriculares. Era genial. Como todo, siempre había una parte mala. La hora de la cita se hizo más próxima.
Salí del aula junto con mi amiga y nos dirigimos a nuestros respectivos casilleros.
— ¿Lista para la cita? —sonrió Sophie.
Cerré mi locker, luego de haber guardado lo innecesario, y la miré con una ceja arqueada.
— ¿Debería estarlo? —dejé entrever mi desagrado.
—Sí, tuviste dos horas para meditarlo. Deberías estar lista ya. Además, lo dices como si Joseph te fuera a comer —no pude evitar reír. Tal vez Joe no me comería, como bien dijo mi amiga, pero sí, yo estaría a punto de matarlo—. Y ____, ya lo hablamos. Disfruta, aprecia el tiempo… —volvió a sonreír, ésta vez para darme ánimo.
—Tienes razón y aparte, una cita no le hace mal a nadie, ¿o sí? —me abrazó. Bien, no estaba del todo convencida. Era verdad lo que mencioné… el problema era Joe.
—Joe necesita cambiar. Según Nick, necesita encontrar el amor —recordé las palabras de Sophie ese día. ¿Sería realmente así? ¿Él podría cambiar? En ese caso, ¿por qué yo? Ella quiere que conozcas lo que es el amor, intervino mi conciencia. Podría haber escogido a otro, al menos.
Soph tomó mi mano y me arrastró a la puerta principal, eso me sacó de mí debate interno. Al salir, divisamos a los dos hermanos a pocos metros nuestros. Hermanos… ¿quién lo
diría? No parecían tener nada en común. Nick era… genial. Parecía un novio perfecto.
Además, era un buen amigo. Y Joseph… ¿Qué podía decir de él? No lo conocía bien, pero por lo que había demostrado… era un idiota, ególatra. Parecía creerse que por haber sido… agraciado, podía tener a cualquiera a sus pies. ¡Pero no! Tendría que conquistarlo, sí, pero lo haría a mi manera. No lo perseguiría como todas las de la secundaria. Lo peor de eso es que… no tenía manera de conquistar muchachos.
—________—me saludó Nicholas, luego prosiguió a besar a Sophie.
—Hola —posé mi mirada en Joseph, quien me observaba con una provocativa sonrisa sobre sus labios.—Joe —sonreí falsamente. Mis ganas de tener una cita, se desvanecieron. Iba a ser una larga tarde.
Primero iríamos a almorzar, lo que era genial para mí, ya que moría de hambre. El camino hacia el restaurante fue incómodo. Joseph me observó de reojo la mayoría del tiempo, mientras que mi mejor amiga y su novio, iban demasiado acaramelados delante. Me vengaría por esto, oh si.
Al llegar a destino, pidieron dos mesas. ¡Excelente! Comeríamos separados y eso parecía agradarle a Joe, mas a mí, no y mi expresión en el rostro lo demostraba.
— ¿Qué quieres almorzar? —preguntó éste cuando nos habíamos ubicado.
—No lo sé… Lo que tú comas —respondí cansinamente. Realmente no me importaba, prefería comer rápido, luego suponía que caminaríamos, así todo terminaría pronto y fin de la historia.
No me sentía cómoda… Más bien, intimidada. Su mirada era penetrante y estaba fija en mí.
— ¿En serio comerías lo que yo? —indagó, sorprendido.
—Si, detesto cualquier cosa dietética —ante mi comentario, él sonrió ampliamente.
—Genial, me encantan las chicas de buen comer — ¿eso era bueno para mí? Debía serlo. Me ayudaría mucho más… aunque en ese momento lo que menos quería, era caerle bien, pero cuando Sophie me preguntara, fingiría haber puesto interés en conquistarlo.
Le sonreí sin ganas. Él ordenó nuestro almuerzo y al poco tiempo, lo colocaron sobre la mesa.
Comenzamos a hablar de banales. Luego me di cuenta que —obviamente—, éramos como agua y aceite, en ciertas cosas. Debía admitir que había reido mucho. Joseph era todo un payaso. Eso era un punto a favor de él… Aunque no alcanzaba, su ego era mayor.
— ¿No era que estabas ocupada hoy? —interrogó, divertido.
—Si, bueno, verás… a Soph no se le puede decir que no —me excusé, mas era cierto. Mi mejor amiga era la persona más testadura y con mayor capacidad de persuasión.
—Eso lo sé, pero… así que estás aquí por ella, no porque quisieras salir conmigo —parecía decirlo en broma, ya que mantenía la misma sonrisa de antes. Yo, por mi parte, me sonrojé. Tenía razón, no sabía que decirle.
—Este, es que… yo… —comencé nerviosa. ¡Genial! ¿Desde cuando balbuceaba?
—No tienes que contestar eso, porque sé la respuesta.
Enarqué una ceja.
— ¿Ah si?
—Sí, __________. Tú no eres como las otras, eres diferente y eso me encanta —su gesto se volvió más amplio… y, ¡Cielos! Que gran sonrisa tenía y poseía cierto brillo en los ojos…
Joe era verdaderamente apuesto.
En mis mejillas se acumuló más sangre debido a su comentario. Era un buen progreso. Sólo había sido yo misma, no había mentido. Conquistarlo sería más fácil de lo que imaginaba. De seguro, no restaría mucho tiempo para el te amo. Pensando que yo voy a caería como una idiota en su juego y al otro día me dejaría, llorando desconsoladamente… ¡No! No conmigo Joseph.
—Ehm, gracias —sonreí tímidamente.
Su mirada otra vez estaba clavada en mí, volvía a incomodarme.
— ¿Vamos a caminar? —preguntó Nicholas, apareciendo de repente con Sophie. Ambos expresaban felicidad a través de sus gestos. En momentos, la envidiaba. Quería también ser feliz con alguien… Ya basta. ________ deja de pensar estupideces, ordenó mi conciencia. Debía hacerle caso.
Luego de aceptar la idea de Nick y pagar, salimos de ese lugar rumbo… a quien sabía donde. Hacía tiempo no la pasaba tan bien con otras personas, aparte de Soph. Solíamos salir las dos solas, y estaba algo desacostumbrada, mas lo disfruté. Luego tendría que agradecérselo.
Cuando decidimos volver, Nicholas se ofreció a acompañar a mi amiga a su casa, así que sólo quedamos Joe y yo.
bueno hasta aqui esta el cap disfrutenlo :hi:
jamileth
Re: forever and always joe y tu TERMINADA
aaaaaa joe y la rayis se qedaron solos ai qe ira apasar
siguela pronto porfavor
siguela pronto porfavor
Nani Jonas
Re: forever and always joe y tu TERMINADA
por damned Ayer a las 8:25 pm
nueva lectora
sube pronto xfa!!!
siguelaaaaaaaaaaaa
Bienvenida!!!
jamileth
Re: forever and always joe y tu TERMINADA
ola chicas ...
estuve revisando la nove y veo que consta solo de diez caps y el epilogo..
asi que les voy a subir los cap.. en dos o tres partes..
Tres.
—Bien… Yo… debo irme —dije, evitando su persistente mirada sobre mí.
—Oh, permíteme acompañarte.
—Ehm, claro… —acepté, insegura.
Comenzamos a caminar en dirección a mi hogar en completo silencio. Sólo podía oír nuestros pasos y sentir que él todavía mantenía la vista fija en mí.
—Y… ¿qué haces en tu tiempo libre? —interrogó. Parecía una entrevista.
—Paso mis tardes investigando la actividad celular. Es realmente interesante —respondí, con total seriedad marcada en mi rostro.
Él abrió los ojos estrepitosamente, tuve que controlar mi risa.
—Oh, sí… Debe serlo —puso atención en el camino que tenía frente a él.
—Joseph, era broma —solté una carcajada.
—Debí imaginarlo —sonrió y volvió a posar la vista en mis ojos—, y por favor, dime Joe.
—Bien, Joe —su expresión se ensanchó aún más.
Seguimos avanzando a un paso intermedio, mientras le relataba lo que realmente me gustaba hacer y luego, continuamos hablando de otros temas.
Mi vista pronto se posó en un grupo de chicos que venían en nuestra dirección. Oh genial, los idiotas amigos de Joseph.
—David, ¿qué haces por aquí? —cuestionó mi acompañante, cuando ellos estuvieron lo suficientemente cerca.
—Eso es lo que yo debo preguntarte… —llevó su mirada hacia mí—. ¿Ya tienes otra? Eres increíble —me sonrió con malicia y procedió a abrazar a su amigo, en forma de saludo.
Hice unas extrañas y torpes señas a Joe, dándole a entender que lo esperaría más adelante. No quería escuchar la conversación que esos tendrían.
Era de esperarse, ser otra en su vida, pero jugaría al igual que él. Eso le enseñaría.
Joseph apareció nuevamente junto a mí unos minutos después y seguimos camino a mi casa. El corto trayecto que quedaba fue silencioso e incómodo. Ni una mísera disculpa por lo que había oído, nada… Absolutamente nada. Bien, no me sorprendía.
Pronto nos hallamos en la puerta del frente de mi casa.
—Bueno… aquí es. Gracias por acompañarme —iba a girar, pero tomó uno de mis brazos.
— ¿No vas a despedirte? —sonrió de una forma tan… encantadora.
—Oh, claro —me acerqué y posé sus labios sobre su mejilla—. Listo, nos vemos, Joe.
—Oye, espera. Falta mi saludo —comenzó a acortar la distancia entre nuestros cuerpos.
Iba a besarme, pero, claramente, no se lo permitiría.
Lo frené colocando mis manos sobre su pecho.
—Adiós.
Giré y me adentré a mi hogar, dejando fuera a un Joseph totalmente atónito. Esperaba con eso haber bajado de un hondazo su gran ego, que de seguro se encontraba por las nubes.
Suspiré al encontrarme dentro. Había sido una tarde realmente larga.
— ¿Quién era ese? —interrogó con tono sobre-protector, mi hermano Dylan, apoyado en el umbral que daba a la sala. Había espiado por la ventana, no lo dudaba.
—Nadie. Un… amigo —siquiera eso era. Una buena definición: mi ególatra compañero de Matemáticas.
— ¿Desde cuando te llevas con Joe Jonas? —lo miré sorprendida. ¿Acaso lo conocía?
—Sí sabes quién diablos es, ¿para qué me preguntas? —dije de mala gana—. Además, ¿cómo lo conoces?
—Porque la hermana de Matt muere por él. Le ha roto el corazón varias veces ese idiota —contestó con seriedad—. Siquiera se te ocurra tener algo con él —no veía la hora en que fuera a estudiar a la Universidad, a pesar de que tenía conciencia que lo hacía para protegerme.
—No te metas en mi vida, Dylan. Sé cuidarme sola —puso sus ojos en blanco.
Comencé a subir las escaleras que me llevarían hasta mi cuarto. Estaba devastada, necesitaba dormir.
Al día siguiente, algunos rayos de sol en mi cara anunciaron que ya era hora de despertar. Maldición. Me levante a regañadientes de mi cómodo lecho y me dirigí a mi guardarropas.
Opté por usar una falda corta de jean, la primera blusa que encontré entre todo el gran desorden que había dentro de mi ropero y mis tenis preferidos. Me adentré a mi baño para asearme y colocarme las prendas que había escogido. Una vez lista, bajé para desayunar ligeramente. A esa altura de la mañana, nunca tenía demasiada hambre. Al finalizar, y después de despedirme de mis progenitores, me encaminé hacia la secundaria. Allí como siempre me esperaba Sophie.
— ¡_________! —exclamó al verme. Poseía una gran sonrisa en su rostro.
— ¿A qué se debe tanta emoción? —pregunté, luego de saludarla.
Comenzamos a caminar por los pasillos hasta llegar a nuestros casilleros.
—Hablé con Nick ayer en la noche. Creo que haces bien las cosas, Joe está loco… por ti, claro está —intenté ocultar mi sorpresa.
— ¿Ah sí? No he hecho la gran cosa… —comencé a sacar los libros necesarios.
—Conociéndote, de seguro no has hecho nada… Pero eso es genial, te querrá por lo que eres —era increíble, pené que me regañaría.
—Sí, como digas, Soph —dije, sin interés alguno.
Joseph nunca me querría, sólo era una más en su gran lista.
—Uhm, mira… Viene directo a ti, mejor me voy. Nos vemos en clase ____— ¡Genial! Me dejaba sola cuando eso era lo que menos deseaba.
bueno ahi esta la primera parte de este cap..
disfrutenlo :D
estuve revisando la nove y veo que consta solo de diez caps y el epilogo..
asi que les voy a subir los cap.. en dos o tres partes..
Tres.
—Bien… Yo… debo irme —dije, evitando su persistente mirada sobre mí.
—Oh, permíteme acompañarte.
—Ehm, claro… —acepté, insegura.
Comenzamos a caminar en dirección a mi hogar en completo silencio. Sólo podía oír nuestros pasos y sentir que él todavía mantenía la vista fija en mí.
—Y… ¿qué haces en tu tiempo libre? —interrogó. Parecía una entrevista.
—Paso mis tardes investigando la actividad celular. Es realmente interesante —respondí, con total seriedad marcada en mi rostro.
Él abrió los ojos estrepitosamente, tuve que controlar mi risa.
—Oh, sí… Debe serlo —puso atención en el camino que tenía frente a él.
—Joseph, era broma —solté una carcajada.
—Debí imaginarlo —sonrió y volvió a posar la vista en mis ojos—, y por favor, dime Joe.
—Bien, Joe —su expresión se ensanchó aún más.
Seguimos avanzando a un paso intermedio, mientras le relataba lo que realmente me gustaba hacer y luego, continuamos hablando de otros temas.
Mi vista pronto se posó en un grupo de chicos que venían en nuestra dirección. Oh genial, los idiotas amigos de Joseph.
—David, ¿qué haces por aquí? —cuestionó mi acompañante, cuando ellos estuvieron lo suficientemente cerca.
—Eso es lo que yo debo preguntarte… —llevó su mirada hacia mí—. ¿Ya tienes otra? Eres increíble —me sonrió con malicia y procedió a abrazar a su amigo, en forma de saludo.
Hice unas extrañas y torpes señas a Joe, dándole a entender que lo esperaría más adelante. No quería escuchar la conversación que esos tendrían.
Era de esperarse, ser otra en su vida, pero jugaría al igual que él. Eso le enseñaría.
Joseph apareció nuevamente junto a mí unos minutos después y seguimos camino a mi casa. El corto trayecto que quedaba fue silencioso e incómodo. Ni una mísera disculpa por lo que había oído, nada… Absolutamente nada. Bien, no me sorprendía.
Pronto nos hallamos en la puerta del frente de mi casa.
—Bueno… aquí es. Gracias por acompañarme —iba a girar, pero tomó uno de mis brazos.
— ¿No vas a despedirte? —sonrió de una forma tan… encantadora.
—Oh, claro —me acerqué y posé sus labios sobre su mejilla—. Listo, nos vemos, Joe.
—Oye, espera. Falta mi saludo —comenzó a acortar la distancia entre nuestros cuerpos.
Iba a besarme, pero, claramente, no se lo permitiría.
Lo frené colocando mis manos sobre su pecho.
—Adiós.
Giré y me adentré a mi hogar, dejando fuera a un Joseph totalmente atónito. Esperaba con eso haber bajado de un hondazo su gran ego, que de seguro se encontraba por las nubes.
Suspiré al encontrarme dentro. Había sido una tarde realmente larga.
— ¿Quién era ese? —interrogó con tono sobre-protector, mi hermano Dylan, apoyado en el umbral que daba a la sala. Había espiado por la ventana, no lo dudaba.
—Nadie. Un… amigo —siquiera eso era. Una buena definición: mi ególatra compañero de Matemáticas.
— ¿Desde cuando te llevas con Joe Jonas? —lo miré sorprendida. ¿Acaso lo conocía?
—Sí sabes quién diablos es, ¿para qué me preguntas? —dije de mala gana—. Además, ¿cómo lo conoces?
—Porque la hermana de Matt muere por él. Le ha roto el corazón varias veces ese idiota —contestó con seriedad—. Siquiera se te ocurra tener algo con él —no veía la hora en que fuera a estudiar a la Universidad, a pesar de que tenía conciencia que lo hacía para protegerme.
—No te metas en mi vida, Dylan. Sé cuidarme sola —puso sus ojos en blanco.
Comencé a subir las escaleras que me llevarían hasta mi cuarto. Estaba devastada, necesitaba dormir.
Al día siguiente, algunos rayos de sol en mi cara anunciaron que ya era hora de despertar. Maldición. Me levante a regañadientes de mi cómodo lecho y me dirigí a mi guardarropas.
Opté por usar una falda corta de jean, la primera blusa que encontré entre todo el gran desorden que había dentro de mi ropero y mis tenis preferidos. Me adentré a mi baño para asearme y colocarme las prendas que había escogido. Una vez lista, bajé para desayunar ligeramente. A esa altura de la mañana, nunca tenía demasiada hambre. Al finalizar, y después de despedirme de mis progenitores, me encaminé hacia la secundaria. Allí como siempre me esperaba Sophie.
— ¡_________! —exclamó al verme. Poseía una gran sonrisa en su rostro.
— ¿A qué se debe tanta emoción? —pregunté, luego de saludarla.
Comenzamos a caminar por los pasillos hasta llegar a nuestros casilleros.
—Hablé con Nick ayer en la noche. Creo que haces bien las cosas, Joe está loco… por ti, claro está —intenté ocultar mi sorpresa.
— ¿Ah sí? No he hecho la gran cosa… —comencé a sacar los libros necesarios.
—Conociéndote, de seguro no has hecho nada… Pero eso es genial, te querrá por lo que eres —era increíble, pené que me regañaría.
—Sí, como digas, Soph —dije, sin interés alguno.
Joseph nunca me querría, sólo era una más en su gran lista.
—Uhm, mira… Viene directo a ti, mejor me voy. Nos vemos en clase ____— ¡Genial! Me dejaba sola cuando eso era lo que menos deseaba.
bueno ahi esta la primera parte de este cap..
disfrutenlo :D
jamileth
Re: forever and always joe y tu TERMINADA
Nueva lectora!
Esta buenisima la nove!
Tenes que seguirla porfa! :D
Esta buenisima la nove!
Tenes que seguirla porfa! :D
Lulajonatica
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