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forever and always joe y tu TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Página 5 de 6. • 1, 2, 3, 4, 5, 6
Re: forever and always joe y tu TERMINADA
ai qe cap tan bonito amo esta nove debes seguirla porfavor
Nani Jonas
Re: forever and always joe y tu TERMINADA
Ocho.
«Joe»
El tiempo pasaba. Los días, semanas… Todos a su lado. Las cosas marchaban en excelente estado y mi felicidad era plena.
Regresé a mi hogar con intención de dormir. Había transcurrido un largo, pero increíble día con ella. Me recosté sobre mi cómodo lecho y al instante, caí en brazos de Morfeo, acción que fue interrumpida, horas más tarde, por el maldito tono de mi celular. No había cosa que detestara más que me despertasen.
— ¿Diga? —atendí, molesto.
—Joe… Joe —reconocí que quien sollozaba era Sophie.
— ¿Qué… qué sucedió? —oh no, por favor, no otra vez.
—__________. Joe, ven rápido… —lloraba desesperada.
Oí la voz de mi hermano a lo lejos.
—Bro, soy Nick —sonaba preocupado—. ___________ tuvo una recaída…
—Dime ya donde se encuentran —lo interrumpí.
Éste me pasó la dirección y me dirigí a toda costa hacia el hospital. No, _________, no. ¡Por Dios, no! Ella será fuerte, lo presiento. Lo superará y pasaremos una vida juntos. Trataba de convencerme internamente, mientras manejaba desesperado.
Al llegar, corrí hacia el sector donde ella se encontraba internada.
— ¡Joe! —gritó Sophie y se aferró a mí llorando.
Correspondí su abrazo.
—Soph, ¿qué le pasó? —las lágrimas ya comenzaban a salir de mis ojos.
— ¡No-no lo sé! Me encontraba esperándola en su casa con Nick, cuando llegó estaba pálida, luego se… se desmayó —me contestó con cierta dificultad debido a su descontrolado llanto.
Ambos nos sentamos, a los pocos segundos Nicholas llegó a mi lado. Mi vista estaba perdida en un punto fijo, como si encontrara algo interesante. Era incrédulo, no podía aceptar la realidad. ¡No quería aceptarla! Sólo la anhelaba a ella, la deseaba a mi lado, como todo tendría que ser.
— ¿Qué dicen los médicos? —pregunté, aún ido, a mi hermano. Su novia no estaba en condiciones de responder.
—Joe ellos… creen que ya no hay nada que se pueda hacer, lo siento —colocó su mano sobre mi hombro. Lo observé por unos pocos segundos, sus ojos estaban rojos e hinchados.
— ¡No! Debe haber algo que pueda hacerse… Ella no puede… simplemente no… —me levanté bruscamente y me dirigí a la puerta de su habitación.
—No tenemos permitido entrar, bro —me advirtió Nicholas.
— ¡Me importa un comino lo que se pueda hacer o no! —grité molesto. Quería verla. Estaba por abrirla, cuando una mano sobre mi hombro me detuvo.
—Joe, tranquilo. Verás que todo va a solucionarse —trató de consolarme Kevin.
—Lo sé, pero… tengo tanto miedo de perderla, Kevin… —me abrazó intensamente.
No logré contener lo que llevaba adentro, por lo que las lágrimas comenzaron a salir como cataratas.
—Necesito verla, no puedo estar aquí sin poder saber como se encuentra —mi hermano asintió y se separó de mí.
—Te cubriremos —escuché decir a mi espalda.
Tomé el pomo de la puerta e hice que éste girara. Entre a un pequeño cuarto con escasa decoración, la historia volvía a repetirse... En el centro se encontraba ella, el amor de mi vida, conectada por medio de infinitos cables a una máquina que indicaba que su corazón
continuaba latiendo. Me senté en una butaca que se hallaba al costado de la camilla.
Entrelacé mi mano con la de ella. Estaba realmente fría. Sus pómulos habían perdido color... Un fuerte dolor atacó mi pecho y mis ojos volvieron a inundarse en lágrimas.
Detestaba verla en ese estado nuevamente.
Sentí un roce en mi extremidad que sostenía la suya. La observé. Su pulgar acariciaba la piel de mi mano con extrema suavidad.
—________ —sonreí, luego de posar mi vista en ella.
Sus ojos estaban entre abiertos, al igual que su boca. Intentaba hablar.
—Joe... —soltó con debilidad.
—Amor, ¿cómo te encuentras? ¿Te duele algo? ¡No! Mejor no contestes. Debes recuperarte, conservar las fuerzas —dije nervioso.
Acaricié su mejilla y ella me dedicó una pequeña sonrisa.
—Joe… Sabes que te amaré siempre, ¿cierto? —musitó. Parecía no tener auge en la voz.
Odiaba cuando se ponía de esa manera, como si se estuviera por ir de mi lado en ese momento.
—____, no comiences, por favor… —las lágrimas continuaban mojando mis mejillas.
—Pero, lo sabes… No me queda mucho tiempo… —hice más presión en nuestras manos unidas.
— ¡Basta! —exclamé alzando la voz.
Ella cerró sus ojos.
—Lo siento, lo siento… —comencé a decir desesperado. Me acerqué a ella y besé sus labios con dulzura, luego los capturé con lentitud. Se me era imposible imaginarme la vida sin ella—. Es que… eres a quien yo más amo, __________. Has cambiado mi vida, me haz hecho creer en el amor… Y… Y te quiero a mi lado, por siempre… Y verás que así será, te quedarás conmigo, ¿cierto? —la angustia en mi voz era más que evidente, y el llanto incontrolable.
____ sonrió con debilidad.
—Sabes que lo que más quiero es quedarme junto a ti, Joe… pero parece que la vida no lo quiere así —dijo como si esa sola razón bastara para que yo lo aceptase.
Se escucharon ruidos provenientes del pasillo donde se encontraban mis hermanos y Sophie y luego, la puerta se abrió. Un hombre alto, pelo canoso, de semblante frío, al que pude reconocer como uno de los doctores, hizo presencia en la sala.
—Lo lamento, pero no puede estar aquí —anunció mirándome con extrema seriedad.
—Oh, él… Él es Joe —susurró _________ con un hilo de voz. Imaginé que éste no había
oído, pero estaba equivocado.
El médico volvió a posar la vista sobre mí, esta vez parecía inspeccionarme.
—Bien. Acompáñeme, por favor —giró sobre sus talones y salió del cuarto.
Miré con confusión dibujada en mi rostro a mi novia.
—Ve, amor —me alentó—. Estaré bien, lo prometo —musitó ante mi clara preocupación.
—Lo sé. Eres fuerte, preciosa. Sé que podrás salir, debes hacerlo.
Besé sus labios con cuidado, pareciera como si hacía demasiada presión sobre ella se rompería en mil pedazos, como la porcelana.
Le dediqué una sonrisa antes de partir al despacho de éste. Fuera, el corredor se hallaba vació. De seguro habrían ido a la cafetería.
El doctor me hizo señas para que lo siguiera y poco más tarde, me encontraba dentro de una simple habitación pintada de un color pálido. Las paredes repletas de diplomas y en su escritorio, miles de papeles desparramados sobre él.
Se sentó en un gran sillón negro, mientras continuaba leyendo unos impresos que tenía entre sus manos.
—Veamos, señor… —clavó su mirada apática mirada en mí.
—Jonas, Joseph Jonas —proseguí con nerviosismo. Este hombre realmente intimidaba.
—Por favor, tome asiento… —volvió la vista a sus hojas. Concreté su pedido, sentándome en una butaca, frente a él—. Bien, como sabrá la señorita Brooks está en un estado delicado, y no hay demasiado que podamos hacer al respecto… —debía controlar el llanto, hacer oídos sordos a lo que dijo. Ella saldría bien—. Una sola pregunta, señor Jonas. Y sea sincero —sus ojos me supervisaban con seriedad.
—Cla-claro —afirmé en un estado peor al anterior. Temía lo que podía llegar a cuestionar.
— ¿Usted ha tenido relaciones con la señorita Brooks? —vaya, que directo.
Tragué saliva antes de contestar.
—S-si —posó su vista nuevamente en sus documentos. Su rostro no me inspiraba seguridad—. ¡Diablos! Sabía que no era lo indicado… —maldije en voz alta.
—No se arrepienta, señor Jonas —enarqué una ceja—. Gracias a su… acción, tendrá a __________ un tiempo más a su lado. Claro está que debemos ver como reacciona su cuerpo frente a esto… —seguía sin comprender y él se percató de eso.
¡Increíble! George —así lo indicaba la placa postrada en su blanco delantal—, pareció sonreír.
—Verá, hace unas semanas ella se ha hecho unos análisis. Su resultado fue… confuso, pero ya todo cobró sentido con su respuesta. Felicitaciones, será padre —mis ojos se abrieron como dos platos.
— ¿Qué… qué seré qué? —pregunté atónito.
—Padre, señor Jonas. __________ está embarazada, felicidades.
Todo pareció detenerse, hasta incluso mis sentidos y mi razón, principalmente, ya que no daba crédito a lo que escuchaba.
ola chicas las voy a dejar con la curiosidad..
veo que no comentan mucho entonces hasta aqui la dejo..
«Joe»
El tiempo pasaba. Los días, semanas… Todos a su lado. Las cosas marchaban en excelente estado y mi felicidad era plena.
Regresé a mi hogar con intención de dormir. Había transcurrido un largo, pero increíble día con ella. Me recosté sobre mi cómodo lecho y al instante, caí en brazos de Morfeo, acción que fue interrumpida, horas más tarde, por el maldito tono de mi celular. No había cosa que detestara más que me despertasen.
— ¿Diga? —atendí, molesto.
—Joe… Joe —reconocí que quien sollozaba era Sophie.
— ¿Qué… qué sucedió? —oh no, por favor, no otra vez.
—__________. Joe, ven rápido… —lloraba desesperada.
Oí la voz de mi hermano a lo lejos.
—Bro, soy Nick —sonaba preocupado—. ___________ tuvo una recaída…
—Dime ya donde se encuentran —lo interrumpí.
Éste me pasó la dirección y me dirigí a toda costa hacia el hospital. No, _________, no. ¡Por Dios, no! Ella será fuerte, lo presiento. Lo superará y pasaremos una vida juntos. Trataba de convencerme internamente, mientras manejaba desesperado.
Al llegar, corrí hacia el sector donde ella se encontraba internada.
— ¡Joe! —gritó Sophie y se aferró a mí llorando.
Correspondí su abrazo.
—Soph, ¿qué le pasó? —las lágrimas ya comenzaban a salir de mis ojos.
— ¡No-no lo sé! Me encontraba esperándola en su casa con Nick, cuando llegó estaba pálida, luego se… se desmayó —me contestó con cierta dificultad debido a su descontrolado llanto.
Ambos nos sentamos, a los pocos segundos Nicholas llegó a mi lado. Mi vista estaba perdida en un punto fijo, como si encontrara algo interesante. Era incrédulo, no podía aceptar la realidad. ¡No quería aceptarla! Sólo la anhelaba a ella, la deseaba a mi lado, como todo tendría que ser.
— ¿Qué dicen los médicos? —pregunté, aún ido, a mi hermano. Su novia no estaba en condiciones de responder.
—Joe ellos… creen que ya no hay nada que se pueda hacer, lo siento —colocó su mano sobre mi hombro. Lo observé por unos pocos segundos, sus ojos estaban rojos e hinchados.
— ¡No! Debe haber algo que pueda hacerse… Ella no puede… simplemente no… —me levanté bruscamente y me dirigí a la puerta de su habitación.
—No tenemos permitido entrar, bro —me advirtió Nicholas.
— ¡Me importa un comino lo que se pueda hacer o no! —grité molesto. Quería verla. Estaba por abrirla, cuando una mano sobre mi hombro me detuvo.
—Joe, tranquilo. Verás que todo va a solucionarse —trató de consolarme Kevin.
—Lo sé, pero… tengo tanto miedo de perderla, Kevin… —me abrazó intensamente.
No logré contener lo que llevaba adentro, por lo que las lágrimas comenzaron a salir como cataratas.
—Necesito verla, no puedo estar aquí sin poder saber como se encuentra —mi hermano asintió y se separó de mí.
—Te cubriremos —escuché decir a mi espalda.
Tomé el pomo de la puerta e hice que éste girara. Entre a un pequeño cuarto con escasa decoración, la historia volvía a repetirse... En el centro se encontraba ella, el amor de mi vida, conectada por medio de infinitos cables a una máquina que indicaba que su corazón
continuaba latiendo. Me senté en una butaca que se hallaba al costado de la camilla.
Entrelacé mi mano con la de ella. Estaba realmente fría. Sus pómulos habían perdido color... Un fuerte dolor atacó mi pecho y mis ojos volvieron a inundarse en lágrimas.
Detestaba verla en ese estado nuevamente.
Sentí un roce en mi extremidad que sostenía la suya. La observé. Su pulgar acariciaba la piel de mi mano con extrema suavidad.
—________ —sonreí, luego de posar mi vista en ella.
Sus ojos estaban entre abiertos, al igual que su boca. Intentaba hablar.
—Joe... —soltó con debilidad.
—Amor, ¿cómo te encuentras? ¿Te duele algo? ¡No! Mejor no contestes. Debes recuperarte, conservar las fuerzas —dije nervioso.
Acaricié su mejilla y ella me dedicó una pequeña sonrisa.
—Joe… Sabes que te amaré siempre, ¿cierto? —musitó. Parecía no tener auge en la voz.
Odiaba cuando se ponía de esa manera, como si se estuviera por ir de mi lado en ese momento.
—____, no comiences, por favor… —las lágrimas continuaban mojando mis mejillas.
—Pero, lo sabes… No me queda mucho tiempo… —hice más presión en nuestras manos unidas.
— ¡Basta! —exclamé alzando la voz.
Ella cerró sus ojos.
—Lo siento, lo siento… —comencé a decir desesperado. Me acerqué a ella y besé sus labios con dulzura, luego los capturé con lentitud. Se me era imposible imaginarme la vida sin ella—. Es que… eres a quien yo más amo, __________. Has cambiado mi vida, me haz hecho creer en el amor… Y… Y te quiero a mi lado, por siempre… Y verás que así será, te quedarás conmigo, ¿cierto? —la angustia en mi voz era más que evidente, y el llanto incontrolable.
____ sonrió con debilidad.
—Sabes que lo que más quiero es quedarme junto a ti, Joe… pero parece que la vida no lo quiere así —dijo como si esa sola razón bastara para que yo lo aceptase.
Se escucharon ruidos provenientes del pasillo donde se encontraban mis hermanos y Sophie y luego, la puerta se abrió. Un hombre alto, pelo canoso, de semblante frío, al que pude reconocer como uno de los doctores, hizo presencia en la sala.
—Lo lamento, pero no puede estar aquí —anunció mirándome con extrema seriedad.
—Oh, él… Él es Joe —susurró _________ con un hilo de voz. Imaginé que éste no había
oído, pero estaba equivocado.
El médico volvió a posar la vista sobre mí, esta vez parecía inspeccionarme.
—Bien. Acompáñeme, por favor —giró sobre sus talones y salió del cuarto.
Miré con confusión dibujada en mi rostro a mi novia.
—Ve, amor —me alentó—. Estaré bien, lo prometo —musitó ante mi clara preocupación.
—Lo sé. Eres fuerte, preciosa. Sé que podrás salir, debes hacerlo.
Besé sus labios con cuidado, pareciera como si hacía demasiada presión sobre ella se rompería en mil pedazos, como la porcelana.
Le dediqué una sonrisa antes de partir al despacho de éste. Fuera, el corredor se hallaba vació. De seguro habrían ido a la cafetería.
El doctor me hizo señas para que lo siguiera y poco más tarde, me encontraba dentro de una simple habitación pintada de un color pálido. Las paredes repletas de diplomas y en su escritorio, miles de papeles desparramados sobre él.
Se sentó en un gran sillón negro, mientras continuaba leyendo unos impresos que tenía entre sus manos.
—Veamos, señor… —clavó su mirada apática mirada en mí.
—Jonas, Joseph Jonas —proseguí con nerviosismo. Este hombre realmente intimidaba.
—Por favor, tome asiento… —volvió la vista a sus hojas. Concreté su pedido, sentándome en una butaca, frente a él—. Bien, como sabrá la señorita Brooks está en un estado delicado, y no hay demasiado que podamos hacer al respecto… —debía controlar el llanto, hacer oídos sordos a lo que dijo. Ella saldría bien—. Una sola pregunta, señor Jonas. Y sea sincero —sus ojos me supervisaban con seriedad.
—Cla-claro —afirmé en un estado peor al anterior. Temía lo que podía llegar a cuestionar.
— ¿Usted ha tenido relaciones con la señorita Brooks? —vaya, que directo.
Tragué saliva antes de contestar.
—S-si —posó su vista nuevamente en sus documentos. Su rostro no me inspiraba seguridad—. ¡Diablos! Sabía que no era lo indicado… —maldije en voz alta.
—No se arrepienta, señor Jonas —enarqué una ceja—. Gracias a su… acción, tendrá a __________ un tiempo más a su lado. Claro está que debemos ver como reacciona su cuerpo frente a esto… —seguía sin comprender y él se percató de eso.
¡Increíble! George —así lo indicaba la placa postrada en su blanco delantal—, pareció sonreír.
—Verá, hace unas semanas ella se ha hecho unos análisis. Su resultado fue… confuso, pero ya todo cobró sentido con su respuesta. Felicitaciones, será padre —mis ojos se abrieron como dos platos.
— ¿Qué… qué seré qué? —pregunté atónito.
—Padre, señor Jonas. __________ está embarazada, felicidades.
Todo pareció detenerse, hasta incluso mis sentidos y mi razón, principalmente, ya que no daba crédito a lo que escuchaba.
ola chicas las voy a dejar con la curiosidad..
veo que no comentan mucho entonces hasta aqui la dejo..
jamileth
Re: forever and always joe y tu TERMINADA
volvi a pasar de pagina y no me di cuenta :¬¬:
regalame otro cap por eso plis anda no seas malita plis
embarazada qe bien van a tener un bebe como reaccionara
joe ai me muero por saber anda sube un cap mas porfavor
regalame otro cap por eso plis anda no seas malita plis
embarazada qe bien van a tener un bebe como reaccionara
joe ai me muero por saber anda sube un cap mas porfavor
Nani Jonas
Re: forever and always joe y tu TERMINADA
— ¿Y… qué sucederá luego?
—No puedo decírselo, porque realmente no lo sé —se quitó los lentes y me observó con angustia, pero nada podría empeorar este momento.
Partí del despacho con una gran sonrisa dibujada sobre mis labios. Era simplemente… maravilloso. El corredor continuaba vacío, pero no importaba. Sólo quería verla a ella y darle la increíble noticia.
Regresé a la habitación donde se hallaba. Nuevamente el dolor atacó mi pecho al verla en ese estado, pero la felicidad era mayor. Me senté a su lado y tomé su mano. _________ abrió sus ojos lentamente y le dediqué una inmensa sonrisa.
— ¿Qué sucede? —preguntó contagiándose de mi gesto. ¿Mencioné alguna vez que ella tenía la sonrisa más hermosa?
—No lo vas a creer, amor —exclamé con desmesurada alegría. Ella sólo me observaba con confusión, pero sin borrar su expresión—. Es… Es… ¡asombroso! Y… Y…
—Joe —soltó una débil risa—. ¿Me dirás qué es lo que te trae tan feliz?
—Si… ¡Si! —estaba tan emocionado que siquiera sabía lo que salía de mi boca—. ¡Vamos a ser padres! —solté entusiasta, con la misma gran sonrisa de antes.
__________ estaba sorprendida.
— ¿E-e-estoy em-embarazada? —articuló estupefacta. Miró su vientre y luego posó sus ojos en mí. Había algunas lágrimas en ellos—. Es… maravilloso, amor —me dijo con un enorme gesto, en forma de sonrisa.
—Si, ¡Lo sé! Seré padre, y tú la mejor mamá del mundo y... y… —estaba exaltado, en consecuencia, mi hablar era apresurado y me había quitado el aire.
Ella se levantó hasta quedar cerca de mi rostro. Acortó la mínima distancia y besó mis labios.
—Tú serás el mejor padre, Joe —anunció, sonriente, al separarse por un instante de mí.
Plagié su gesto y volví a unir nuestras bocas.
aqui esta todo el cap...jajaja recien me di cuenta que faltaba este pedacito U.U
comenten y subo + :D
y gracias nani x pasarme de pag
—No puedo decírselo, porque realmente no lo sé —se quitó los lentes y me observó con angustia, pero nada podría empeorar este momento.
Partí del despacho con una gran sonrisa dibujada sobre mis labios. Era simplemente… maravilloso. El corredor continuaba vacío, pero no importaba. Sólo quería verla a ella y darle la increíble noticia.
Regresé a la habitación donde se hallaba. Nuevamente el dolor atacó mi pecho al verla en ese estado, pero la felicidad era mayor. Me senté a su lado y tomé su mano. _________ abrió sus ojos lentamente y le dediqué una inmensa sonrisa.
— ¿Qué sucede? —preguntó contagiándose de mi gesto. ¿Mencioné alguna vez que ella tenía la sonrisa más hermosa?
—No lo vas a creer, amor —exclamé con desmesurada alegría. Ella sólo me observaba con confusión, pero sin borrar su expresión—. Es… Es… ¡asombroso! Y… Y…
—Joe —soltó una débil risa—. ¿Me dirás qué es lo que te trae tan feliz?
—Si… ¡Si! —estaba tan emocionado que siquiera sabía lo que salía de mi boca—. ¡Vamos a ser padres! —solté entusiasta, con la misma gran sonrisa de antes.
__________ estaba sorprendida.
— ¿E-e-estoy em-embarazada? —articuló estupefacta. Miró su vientre y luego posó sus ojos en mí. Había algunas lágrimas en ellos—. Es… maravilloso, amor —me dijo con un enorme gesto, en forma de sonrisa.
—Si, ¡Lo sé! Seré padre, y tú la mejor mamá del mundo y... y… —estaba exaltado, en consecuencia, mi hablar era apresurado y me había quitado el aire.
Ella se levantó hasta quedar cerca de mi rostro. Acortó la mínima distancia y besó mis labios.
—Tú serás el mejor padre, Joe —anunció, sonriente, al separarse por un instante de mí.
Plagié su gesto y volví a unir nuestras bocas.
aqui esta todo el cap...jajaja recien me di cuenta que faltaba este pedacito U.U
comenten y subo + :D
y gracias nani x pasarme de pag
jamileth
Re: forever and always joe y tu TERMINADA
no te preocupes lo importante es qe subiste jajaja
ai qe tierno joe le emociona ser papa ai ojala la rayis
sobreviva anda sube un cap mas plis
ai qe tierno joe le emociona ser papa ai ojala la rayis
sobreviva anda sube un cap mas plis
Nani Jonas
Re: forever and always joe y tu TERMINADA
por mary_efc escribió:
Nueva Lectora!
Sigueee!!!!
Esta súper tu wn!!!
Bienvenida!!!!
no te habia visto xq pase de pag :oops: jajaja
asi que bienvenida!!!
que alegria otra lectora!!
jamileth
Re: forever and always joe y tu TERMINADA
Van a ser papas?!
AAAAAAAAAAAA!
Que lindo ♥
Espero que la rayis lo soporte :S
Seguila porfa!
AAAAAAAAAAAA!
Que lindo ♥
Espero que la rayis lo soporte :S
Seguila porfa!
Lulajonatica
Re: forever and always joe y tu TERMINADA
!OMG!
Me pierdo unos dias & en la novela pasa de TODO!
Lo caps me encantaron, encerio los ame'♥
Te juro que llore cuando la rayis tiene la recaida & Joe va verla :'(
Van a ser padres! :'D
¡SIGUELA!
Me pierdo unos dias & en la novela pasa de TODO!
Lo caps me encantaron, encerio los ame'♥
Te juro que llore cuando la rayis tiene la recaida & Joe va verla :'(
Van a ser padres! :'D
¡SIGUELA!
Kardashian♡.
Re: forever and always joe y tu TERMINADA
oola chicas les digo que la nove ya se va a acabar :( que solo falta el cap 10 y el epilogo y se acaba
disfruten el cap :D
Capítulo nueve.
«_____________»
Era fantástico. La idea de ser padres, me encantaba, pero… algo me inquietaba. ¿Qué sucedía si mi cuerpo no… toleraba lo que implicaba tener un bebé? ¡No! Debía hacerle caso a Joe. Ser positiva y todo saldría de maravillas.
Mi novio salió al corredor para encontrarse con sus hermanos y Sophie, y contarles la gran noticia. Minutos más tarde, estaban todos dentro, felicitándome. Sólo restaba comentarles a nuestros padres y… su aprobación, pero había cierta persona que me daba escalofríos de puro pensar en su reacción.
El rostro de Joseph se horrorizó. Pareciera como si hubiera leído mis pensamientos.
—Amor, tengo miedo de… de… tu hermano —si, definitivamente él debía tener algún tipo de poder psíquico.
—Oh, cierto. Dylan te matará cuando se entere —intervino Soph, que aún se hallaba dentro de la habitación.
—Gracias por el apoyo —ironizó mi novio.
Solté una risita y luego intenté tranquilizarlo. Se enterarían primero mis padres, y así ellos me apoyarían cuando mi hermano se sobresalte.
Mis progenitores arribaron al hospital, preocupados, pero gracias a mi clara recuperación, me darían en alta en la noche. Eso les quitó la angustia, en cierto modo.
El día de anunciar la noticia a nuestras respectivas familias, había llegado. Comenzamos por los padres de Joseph, quienes tomaron todo de buen modo y estaban orgullosos que una criatura se integrara en sus vidas. Los míos tardaron en digerir el comunicado, principalmente mi padre, quien pensaba que éramos jóvenes para llevar a cabo con el cuidado de un hijo, pero luego de unas palabras de mi parte, y con ayuda de mi querida madre, terminó aceptándolo. Únicamente bastaba hablarlo con Dylan… Él aún no se encontraba en la casa, por lo que con mi novio lo esperábamos en la sala. Cuando mi hermano llegó, mis progenitores hicieron que se sentase frente a nosotros.
—Bien. ¿Qué sucede? Y sin rodeos, por favor —dijo éste, mirándonos con desconfianza.
—Verás, Dyl —emplearía mi voz de niña buena—. Yo… yo… —no podía. Simplemente las palabras no salían de mi boca.
—Primero, hijo. Promete que te comportarás y no estallarás —inquirió mi madre.
—Esto asusta. Díganme ya… Y espero que tú no tengas nada que ver —amenazó, mirando en dirección a Joe, quien tragó saliva con nerviosidad. Hice presión en nuestras manos unidas.
—Yo… —empecé. Si seguiría así, Dylan se terminaría enterando al día siguiente.
—Tu hermana está embarazada —la transformación de su cara era de lo más chistosa, pero debía controlarme.
— ¡¿Qué?! ¡¿Qué ella qué?! —exclamó con exaltación—. ¡Date por muerto, Joseph! —apuntó con su dedo a mi novio, quien ya estaba aterrado.
—Dylan —intervine con calma, mientras me levantaba No debía gritar o enardecerme, no sería bueno para mi estado—. Antes que hagas algo, debes saber que gracias a Joe, yo estoy aquí todavía, así que no lo juzgues —mi hermano calló, por lo que sonreí con satisfacción.
—Sólo diré algo… Déjala sola o hazle algo que la perjudique, y eres hombre muerto, Joseph —luego se levantó y me rodeó entre sus fornidos brazos, acción que fue correspondida por mí, segundos después… Estaba sorprendida.
«Joe»
Los meses transcurrieron. El vientre de mi preciosa novia crecía, a la par de mis expectativas y entusiasmo por ser padre.
Ese día nos encontrábamos en la sala de su casa, como tantos otros días. Me hallaba abrazándola y observando su abdomen.
—Será maravilloso, increíble —comenté con alegría.
Ella me dedicó una leve sonrisa.
—Si, amor… —dijo amilanada.
— ¿Qué sucede, ____? —interrogué, a causa de su repentino ánimo.
Sin prevenirlo antes, ella se echó a llorar. La estreché con más fuerza entre mis brazos.
—Lo… Lo siento, Joe —se disculpó, mientras se secaba alguna de sus lágrimas y me dedicaba un intento de sonrisa—. Es sólo… que tengo miedo. Temo lo que pueda llegar a pasar… No quiero irme de tu lado.
—Y no lo harás, ya lo verás, hermosa —intenté consolarla, entretanto procuraba convencerme de ello.
si veo 3 comentarios les subo el ultimo cap.. :D
disfruten el cap :D
Capítulo nueve.
«_____________»
Era fantástico. La idea de ser padres, me encantaba, pero… algo me inquietaba. ¿Qué sucedía si mi cuerpo no… toleraba lo que implicaba tener un bebé? ¡No! Debía hacerle caso a Joe. Ser positiva y todo saldría de maravillas.
Mi novio salió al corredor para encontrarse con sus hermanos y Sophie, y contarles la gran noticia. Minutos más tarde, estaban todos dentro, felicitándome. Sólo restaba comentarles a nuestros padres y… su aprobación, pero había cierta persona que me daba escalofríos de puro pensar en su reacción.
El rostro de Joseph se horrorizó. Pareciera como si hubiera leído mis pensamientos.
—Amor, tengo miedo de… de… tu hermano —si, definitivamente él debía tener algún tipo de poder psíquico.
—Oh, cierto. Dylan te matará cuando se entere —intervino Soph, que aún se hallaba dentro de la habitación.
—Gracias por el apoyo —ironizó mi novio.
Solté una risita y luego intenté tranquilizarlo. Se enterarían primero mis padres, y así ellos me apoyarían cuando mi hermano se sobresalte.
Mis progenitores arribaron al hospital, preocupados, pero gracias a mi clara recuperación, me darían en alta en la noche. Eso les quitó la angustia, en cierto modo.
El día de anunciar la noticia a nuestras respectivas familias, había llegado. Comenzamos por los padres de Joseph, quienes tomaron todo de buen modo y estaban orgullosos que una criatura se integrara en sus vidas. Los míos tardaron en digerir el comunicado, principalmente mi padre, quien pensaba que éramos jóvenes para llevar a cabo con el cuidado de un hijo, pero luego de unas palabras de mi parte, y con ayuda de mi querida madre, terminó aceptándolo. Únicamente bastaba hablarlo con Dylan… Él aún no se encontraba en la casa, por lo que con mi novio lo esperábamos en la sala. Cuando mi hermano llegó, mis progenitores hicieron que se sentase frente a nosotros.
—Bien. ¿Qué sucede? Y sin rodeos, por favor —dijo éste, mirándonos con desconfianza.
—Verás, Dyl —emplearía mi voz de niña buena—. Yo… yo… —no podía. Simplemente las palabras no salían de mi boca.
—Primero, hijo. Promete que te comportarás y no estallarás —inquirió mi madre.
—Esto asusta. Díganme ya… Y espero que tú no tengas nada que ver —amenazó, mirando en dirección a Joe, quien tragó saliva con nerviosidad. Hice presión en nuestras manos unidas.
—Yo… —empecé. Si seguiría así, Dylan se terminaría enterando al día siguiente.
—Tu hermana está embarazada —la transformación de su cara era de lo más chistosa, pero debía controlarme.
— ¡¿Qué?! ¡¿Qué ella qué?! —exclamó con exaltación—. ¡Date por muerto, Joseph! —apuntó con su dedo a mi novio, quien ya estaba aterrado.
—Dylan —intervine con calma, mientras me levantaba No debía gritar o enardecerme, no sería bueno para mi estado—. Antes que hagas algo, debes saber que gracias a Joe, yo estoy aquí todavía, así que no lo juzgues —mi hermano calló, por lo que sonreí con satisfacción.
—Sólo diré algo… Déjala sola o hazle algo que la perjudique, y eres hombre muerto, Joseph —luego se levantó y me rodeó entre sus fornidos brazos, acción que fue correspondida por mí, segundos después… Estaba sorprendida.
«Joe»
Los meses transcurrieron. El vientre de mi preciosa novia crecía, a la par de mis expectativas y entusiasmo por ser padre.
Ese día nos encontrábamos en la sala de su casa, como tantos otros días. Me hallaba abrazándola y observando su abdomen.
—Será maravilloso, increíble —comenté con alegría.
Ella me dedicó una leve sonrisa.
—Si, amor… —dijo amilanada.
— ¿Qué sucede, ____? —interrogué, a causa de su repentino ánimo.
Sin prevenirlo antes, ella se echó a llorar. La estreché con más fuerza entre mis brazos.
—Lo… Lo siento, Joe —se disculpó, mientras se secaba alguna de sus lágrimas y me dedicaba un intento de sonrisa—. Es sólo… que tengo miedo. Temo lo que pueda llegar a pasar… No quiero irme de tu lado.
—Y no lo harás, ya lo verás, hermosa —intenté consolarla, entretanto procuraba convencerme de ello.
si veo 3 comentarios les subo el ultimo cap.. :D
jamileth
Re: forever and always joe y tu TERMINADA
aaaaaaaaaaaaaaa qe cap tan bonito la rayis tiene qe vivir
ai sube el cap plis aunqe no qiero qe termine pero amo esta nove
siguela plis
ai sube el cap plis aunqe no qiero qe termine pero amo esta nove
siguela plis
Nani Jonas
Re: forever and always joe y tu TERMINADA
nani por ser siempre mi lectora fiel te subo el cap y te lo dedico a ti...
yo llore con este cap..
un comentario + y les subo el epilogo...
Capítulo diez.
Nuevamente me hallaba en los corredores del mismo hospital que hace nueve meses atrás, caminando de un lado a otro, impaciente. La única diferencia: todo era por una causa especial. Nuestra pequeña hija —sí, sería niña—, estaba por nacer.
—Joe, o dejas de moverte o tendré que atarte a la silla —me advirtió Nicholas, con una sonrisa en sus labios.
—Cariño, estamos todos nerviosos, pero debes intentar tranquilizarte —dijo con dulzura, mi madre—. Ven, siéntate —la obedecí y me acomodé en una de las sillas que había allí, a un costado se hallaba Nick, quien abrazaba a su novia, y a mi otro lado, mi mamá.
Aspiré grandes bocanadas de aire, en busca de calma, la cual no quería dignarse a hacer presencia en mi cuerpo.
Horas, horas y más horas transcurrían y nada. Necesitaba una noticia, saber como se encontraba ella y que sucedía con nuestra hija. Sentí un gran alivio, pero preocupación a la vez, cuando un doctor salió de la sala donde _________ se encontraba. Éste buscaba algo con la mirada, que al parecer era yo. Se acercó a mí, por lo que me levanté con desespero.
— ¿Qué sucedió? ¿Cómo está ella? —podía continuar con las preguntas, si él médico no me hubiese interrumpido.
—Señor Jonas —esbozó una pequeña sonrisa—. Felicitaciones. Es padre de una hermosa niña.
Todo pareció detenerse, hasta creí olvidar como respirar. Ya había nacido mi pequeña.
— ¿Pue-Puedo verla? Necesito verla —articulé sin pensar. Creo que mis sentimientos hablaron por mí.
—Le están haciendo estudios. Sólo chequeos de control, pero puede pasar con su novia —asentí. Una gran sonrisa se formó en mi rostro. Eso significaba que ella se encontraba en buen estado.
Luego de avisar a ambas familias, me adentré en la habitación y allí la vi. Mi gesto se ensanchó aún más, y ella lo plagió.
—Princesa, ¿cómo te encuentras? —me aproximé a su lado y entrelacé nuestras manos.
—Bien, algo cansada… —besé con delicadeza sus labios.
— ¿Cómo…? ¿Cómo es ella? —pregunté con emoción evidente.
—Es la niña más preciosa que he visto en mi vida. Tiene tu mismo color de ojos —volví a capturar su boca. Estaba tan feliz y a la vez, la necesitaba. Horas habían pasado en las cuales no podía probar el dulce néctar de sus labios.
—Quiero verla —ella acarició con suavidad mi mejilla—. Te amo, ¿te lo había dicho?
—Hoy… unas cien veces, mínimo —soltó una risita—. Yo te amo a ti, Joe —le dediqué una
sonrisa.
Me quedé junto a ella, admirando su belleza y aguardando juntos a que trajesen a nuestra hija. Eso sucedió una hora más tarde.
—Aquí la tienen. Felicidades —dijo una de las enfermeras, con simpatía. Dejó a… bien, debíamos nombrarla todavía, en brazos de ___.
Me quedé maravillado. Era… hermosa, tan parecida a ___________. Me faltaba aire en los pulmones debido a la emoción y mis ojos estaban abiertos como dos platos.
— ¿No es linda? —me cuestionó ____, mientras la observaba con cierto brillo en sus ojos.
—Es la más hermosa de todas… Junto a su madre, claro —ella sonrió y posó sus labios sobre los míos.
— ¿Cómo la llamaremos, amor?
— ¿Qué nombre te gusta? —____ lo meditó unos segundos.
—Amy —volvió a esbozar una sonrisa. De seguro intentaba convencerme.
—Entonces Amy se llamará nuestra princesita.
La tomé entre mis brazos. Traté tener sumo cuidado, sentía como si fuera a quebrarse en
cualquier segundo. Se veía tan frágil. Era un pequeño ángel.
El tiempo avanzaba con rapidez. Con ____________ decidimos ir a vivir juntos, así podíamos criar mejor a nuestra bella hija. Por eso decidí rentar la casa que mi tío solía usar para vacacionar. Todo pasó con tanta velocidad… En un abrir y cerrar de ojos, Amy ya
cumplía su primer año. Había crecido lo suficiente como para comprobar el parecido que tenía con su madre. __________, ella… Mis esperanzas de mantenerla a mi lado el resto de mi vida, se desvanecían lentamente. Su salud no mejoraba, la mayoría de los días se hallaba débil, cansada… Ella intentaba ocultarlo tras una sonrisa, pero yo podía verlo.
Además, la oía llorar todas las noches, mientras tenía a Amy en brazos. Cada día le recordaba lo que la amaba, aunque las palabras nunca serían suficientes.
Poco después, _____________ se… fue. Si Amy no hubiese existido, mi vida sería un completo agujero negro. Sería un muerto en vida, pero mi hija era la luz de mis ojos. Al observarla, veía su reflejo, el de quien siempre amaría, y nunca olvidaría… El amor de mi vida.
Los recuerdos de ese día, de nuestro último beso, atormentaban mi mente cada noche…
—_____________… No, tú no morirás… No, por favor —apoyé mi frente sobre su mano, mientras dejaba que el llanto ganara.
—Yo no quiero dejarte, amor… pero… —hablaba con dificultad, su voz era poco audible.
—Lo sé, pero no quiero aceptarlo. Nunca lo aceptaré. ¡Esto es injusto! —las lágrimas salían como cataratas de mi ojos, lo mismo le sucedía a ella.
—Sabes que… donde quiera que yo esté, siempre te amaré, Joe. Nunca lo olvides. Y recuérdale a Amy que siempre la amaré… y… a mi familia y a Sophie…por favor —sollozó.
—Claro, amor. Lo que desees, pero ¿lo intentarás, cierto? Debes ser fuerte —le rogué, mientras acariciaba su mejilla.
—Joe… yo… No lo sé. Sin embargo, si muero, debes saber que siempre estaré contigo... Y sólo te pido una cosa… —mi llanto era incontrolable. Ella me hablaba como si me fuera a dejar en unos instantes.
—Lo que sea —fue mi respuesta.
—Sigue con tu vida, amor… No quiero que la desperdicies, ¿sí? Sé feliz —me acerqué a ella y besé sus labios con cariño. Estos estaban fríos, a la par de su piel. Maldición—. Te amo, Joe… Como nunca amé a nadie… No… No me olvides —susurró sobre mis labios.
—Y yo a ti, preciosa. Estarás en mi corazón por siempre y siempre —luego sentí como la máquina indicaba que su corazón no seguía palpitando. ¡No! Cielos, ¡no! —. __________.… ¡__________! ¡No!
Sus ojos estaban cerrados. Su epidermis demasiado blanca… y ya no respiraba. Me comenzó a escasear el aire y todo había perdido sentido para mí en ese momento.
Cada noche no podía evitar llorar por ella, pero intentaba ser fuerte. Por Amy y por mí.
Trataba de ser feliz, como _____________ así lo deseaba… mas la vida sin ella, no era igual. Pero sentía su amor… como habían dicho en una famosa película: “Nuestro amor es como el viento. No puedo verlo, pero si puedo sentirlo”.
La amaría y recordaría, por siempre y para siempre.
yo llore con este cap..
un comentario + y les subo el epilogo...
Capítulo diez.
Nuevamente me hallaba en los corredores del mismo hospital que hace nueve meses atrás, caminando de un lado a otro, impaciente. La única diferencia: todo era por una causa especial. Nuestra pequeña hija —sí, sería niña—, estaba por nacer.
—Joe, o dejas de moverte o tendré que atarte a la silla —me advirtió Nicholas, con una sonrisa en sus labios.
—Cariño, estamos todos nerviosos, pero debes intentar tranquilizarte —dijo con dulzura, mi madre—. Ven, siéntate —la obedecí y me acomodé en una de las sillas que había allí, a un costado se hallaba Nick, quien abrazaba a su novia, y a mi otro lado, mi mamá.
Aspiré grandes bocanadas de aire, en busca de calma, la cual no quería dignarse a hacer presencia en mi cuerpo.
Horas, horas y más horas transcurrían y nada. Necesitaba una noticia, saber como se encontraba ella y que sucedía con nuestra hija. Sentí un gran alivio, pero preocupación a la vez, cuando un doctor salió de la sala donde _________ se encontraba. Éste buscaba algo con la mirada, que al parecer era yo. Se acercó a mí, por lo que me levanté con desespero.
— ¿Qué sucedió? ¿Cómo está ella? —podía continuar con las preguntas, si él médico no me hubiese interrumpido.
—Señor Jonas —esbozó una pequeña sonrisa—. Felicitaciones. Es padre de una hermosa niña.
Todo pareció detenerse, hasta creí olvidar como respirar. Ya había nacido mi pequeña.
— ¿Pue-Puedo verla? Necesito verla —articulé sin pensar. Creo que mis sentimientos hablaron por mí.
—Le están haciendo estudios. Sólo chequeos de control, pero puede pasar con su novia —asentí. Una gran sonrisa se formó en mi rostro. Eso significaba que ella se encontraba en buen estado.
Luego de avisar a ambas familias, me adentré en la habitación y allí la vi. Mi gesto se ensanchó aún más, y ella lo plagió.
—Princesa, ¿cómo te encuentras? —me aproximé a su lado y entrelacé nuestras manos.
—Bien, algo cansada… —besé con delicadeza sus labios.
— ¿Cómo…? ¿Cómo es ella? —pregunté con emoción evidente.
—Es la niña más preciosa que he visto en mi vida. Tiene tu mismo color de ojos —volví a capturar su boca. Estaba tan feliz y a la vez, la necesitaba. Horas habían pasado en las cuales no podía probar el dulce néctar de sus labios.
—Quiero verla —ella acarició con suavidad mi mejilla—. Te amo, ¿te lo había dicho?
—Hoy… unas cien veces, mínimo —soltó una risita—. Yo te amo a ti, Joe —le dediqué una
sonrisa.
Me quedé junto a ella, admirando su belleza y aguardando juntos a que trajesen a nuestra hija. Eso sucedió una hora más tarde.
—Aquí la tienen. Felicidades —dijo una de las enfermeras, con simpatía. Dejó a… bien, debíamos nombrarla todavía, en brazos de ___.
Me quedé maravillado. Era… hermosa, tan parecida a ___________. Me faltaba aire en los pulmones debido a la emoción y mis ojos estaban abiertos como dos platos.
— ¿No es linda? —me cuestionó ____, mientras la observaba con cierto brillo en sus ojos.
—Es la más hermosa de todas… Junto a su madre, claro —ella sonrió y posó sus labios sobre los míos.
— ¿Cómo la llamaremos, amor?
— ¿Qué nombre te gusta? —____ lo meditó unos segundos.
—Amy —volvió a esbozar una sonrisa. De seguro intentaba convencerme.
—Entonces Amy se llamará nuestra princesita.
La tomé entre mis brazos. Traté tener sumo cuidado, sentía como si fuera a quebrarse en
cualquier segundo. Se veía tan frágil. Era un pequeño ángel.
El tiempo avanzaba con rapidez. Con ____________ decidimos ir a vivir juntos, así podíamos criar mejor a nuestra bella hija. Por eso decidí rentar la casa que mi tío solía usar para vacacionar. Todo pasó con tanta velocidad… En un abrir y cerrar de ojos, Amy ya
cumplía su primer año. Había crecido lo suficiente como para comprobar el parecido que tenía con su madre. __________, ella… Mis esperanzas de mantenerla a mi lado el resto de mi vida, se desvanecían lentamente. Su salud no mejoraba, la mayoría de los días se hallaba débil, cansada… Ella intentaba ocultarlo tras una sonrisa, pero yo podía verlo.
Además, la oía llorar todas las noches, mientras tenía a Amy en brazos. Cada día le recordaba lo que la amaba, aunque las palabras nunca serían suficientes.
Poco después, _____________ se… fue. Si Amy no hubiese existido, mi vida sería un completo agujero negro. Sería un muerto en vida, pero mi hija era la luz de mis ojos. Al observarla, veía su reflejo, el de quien siempre amaría, y nunca olvidaría… El amor de mi vida.
Los recuerdos de ese día, de nuestro último beso, atormentaban mi mente cada noche…
—_____________… No, tú no morirás… No, por favor —apoyé mi frente sobre su mano, mientras dejaba que el llanto ganara.
—Yo no quiero dejarte, amor… pero… —hablaba con dificultad, su voz era poco audible.
—Lo sé, pero no quiero aceptarlo. Nunca lo aceptaré. ¡Esto es injusto! —las lágrimas salían como cataratas de mi ojos, lo mismo le sucedía a ella.
—Sabes que… donde quiera que yo esté, siempre te amaré, Joe. Nunca lo olvides. Y recuérdale a Amy que siempre la amaré… y… a mi familia y a Sophie…por favor —sollozó.
—Claro, amor. Lo que desees, pero ¿lo intentarás, cierto? Debes ser fuerte —le rogué, mientras acariciaba su mejilla.
—Joe… yo… No lo sé. Sin embargo, si muero, debes saber que siempre estaré contigo... Y sólo te pido una cosa… —mi llanto era incontrolable. Ella me hablaba como si me fuera a dejar en unos instantes.
—Lo que sea —fue mi respuesta.
—Sigue con tu vida, amor… No quiero que la desperdicies, ¿sí? Sé feliz —me acerqué a ella y besé sus labios con cariño. Estos estaban fríos, a la par de su piel. Maldición—. Te amo, Joe… Como nunca amé a nadie… No… No me olvides —susurró sobre mis labios.
—Y yo a ti, preciosa. Estarás en mi corazón por siempre y siempre —luego sentí como la máquina indicaba que su corazón no seguía palpitando. ¡No! Cielos, ¡no! —. __________.… ¡__________! ¡No!
Sus ojos estaban cerrados. Su epidermis demasiado blanca… y ya no respiraba. Me comenzó a escasear el aire y todo había perdido sentido para mí en ese momento.
Cada noche no podía evitar llorar por ella, pero intentaba ser fuerte. Por Amy y por mí.
Trataba de ser feliz, como _____________ así lo deseaba… mas la vida sin ella, no era igual. Pero sentía su amor… como habían dicho en una famosa película: “Nuestro amor es como el viento. No puedo verlo, pero si puedo sentirlo”.
La amaría y recordaría, por siempre y para siempre.
jamileth
Re: forever and always joe y tu TERMINADA
O.O
Se murio?
Noooooooooooooo!
Yo quieria que viviera!
No puede ser :(
Pobre Joe :(
Y pobre Amy, va a crecer sin una mama... :(
Pobresitos :crybaby:
Pone el epilogo porfa!
Se murio?
Noooooooooooooo!
Yo quieria que viviera!
No puede ser :(
Pobre Joe :(
Y pobre Amy, va a crecer sin una mama... :(
Pobresitos :crybaby:
Pone el epilogo porfa!
Lulajonatica
Re: forever and always joe y tu TERMINADA
ai no te juro qe estoy llorando la rayis se murio
qe linda nove enserio una de las mejores qe e
leido y mira qe ami las novelas con finales asi
no me gustan porfavor sube el epilogo aunqe
no qiero qe termine pero aun asi subelo plis
gracias por dedicarme el cap ten por seguro qe
siempre me tendras en tus noves
qe linda nove enserio una de las mejores qe e
leido y mira qe ami las novelas con finales asi
no me gustan porfavor sube el epilogo aunqe
no qiero qe termine pero aun asi subelo plis
gracias por dedicarme el cap ten por seguro qe
siempre me tendras en tus noves
Nani Jonas
Re: forever and always joe y tu TERMINADA
bueno chicas aqui esta el epilogo...
yo llore con esta nove...
en un momento les subo el link de la nove que voy a subir...
ya que esta se acabo..
espero tenerlas por alla..
:D
Epílogo
—Joe, no puedes encerrarte para toda tu vida. Sólo sales para trabajar y tocar con nosotros —me replicó Nicholas, por enésima vez en la semana.
No le veía lo malo. Quería dedicar todo el tiempo que me fuera posible a mi pequeña Amy.
—Y sé que quieres cuidar de la mejor manera a Amy, pero debes vivir, salir… —pareció leerme la mente—. Sophie y yo la cuidaríamos —comentó. Envidiaba a mi hermano. Su noviazgo perduró por cinco largos años, por lo que él podía convivir con el amor de su vida.
—No lo sé… No cuento con ganas suficientes para salir —dije, evadiendo la opresión en mi pecho. Me pedía que disfrutara cuando la vida me había quitado a la persona que más amaba. ¡Él no me comprendía! Nadie lograba hacerlo.
Mi vida se había reducido a sólo Amy. Vivía, sonreía y trabajaba por ella.
—Joe, ¡Cielos! —Nick, exasperado, pasó una mano por su cabellera repleta de rulos—. Sé que amaste y amas a ___________, pero… La vida sigue, hermano. Ella deseo tu felicidad… Hazlo por ___________, por Amy… ¿Querrás que tu hija sufra, viendo a su padre deprimido y casi parecido a un zombie? —detestaba pensarlo, pero él estaba en lo correcto.
__________ lo había anhelado y yo lo había prometido. “Sigue con tu vida, amor… No quiero que la desperdicies, ¿sí? Sé feliz.”, fueron sus exactas palabras. Debía cumplir, por amor a ella.
—Bien. Iré a buscar a Amy. Iremos al parque —decidí. Por algo debía comenzar.
Nicholas suspiró agotado.
Abrigué a mi pequeña hija de cuatro años, quien se hallaba emocionada ante la idea de jugar rodeada de niños. Luego, busqué mi chaqueta y partimos hacia una plaza cercana a nuestra residencia. Mi hermano y su novia optaron por regresar a su hogar —sí, vivían juntos—.
Me senté en una de las bancas del parque para poder supervisar a Amy.
Cerré momentáneamente mis ojos. Error. Todas las memorias parecían agolparse en mi mente, perturbándome… Vamos, Joe. Sé fuerte, musitó una voz en mi cabeza. Debía serlo. Por Amy, por mí… Por _________.
—Cumpliré mi promesa, amor. Lo juro… —bisbiseé. Una imagen de ella, sonriéndome, se manifestó frente a mí. Abrí mis ojos, comprobando que sólo había sido producto de mi imaginación.
La opresión que se formó en mi pecho fue opacada en el momento que me topé con la brillante mirada de mi hija.
— ¿A quién le hablabas, papi? —interrogó, con una dulce sonrisa en su rostro.
La levanté y acomodé sobre mi regazo.
— ¿Recuerdas lo que te digo cada noche, Amy? Cuando susurras al viento, éste transporta tus palabras y las hace llegar a tus seres más queridos… Aunque ellos no se encuentren aquí —articulé, intentando que mi voz no se quebrara.
— ¿Estabas hablándole a mamá? —Era una pequeña muy inteligente, como su progenitora
—. ¿Ella está bien? —sonreí, sólo así le daría confianza.
—Claro, pequeña. Ella está perfectamente… Aquí —señalé su corazón—. En el mío y en el de todos quienes la apreciaron.
Amy demostró su emoción a través de una gran expresión en su rostro.
—Ve a jugar, cariño —la incité, mientras volvía a depositarla en el suelo. Ella corrió hacia la arena de juego.
— ¿Es tu hija? —indagó una muchacha, mientras se sentaba a mi lado.
—Sí —respondí risueño, observándola con orgullo en mi mirada.
—Vaya, pareces joven… —comentó ella—. Un gusto, soy Carol —posé mi vista en ella.
Sonreía con simpatía, su gesto era igual al de __________. ¡Cielos, no! __________ era única.
Tomé su extendida mano, mientras se dibujaba una extraña mueca en mi rostro.
—El placer es mío. Mi nombre es Joe.
Entablamos una amena conversación. Carol parecía una gran mujer, con las ideas claras.
Quizás era una señal del destino, un nuevo comienzo
11 años después…
Pasé mi último día de vacaciones en casa de Kate, mi mejor amiga. Al día siguiente comenzaría mi último año en la secundaria. El futuro no me abrumaba tanto como al resto de mis compañeros, ya que había planeado conseguir un empleo cerca de mi hogar y pasar la mayor parte de los días junto a mi padre, Joe. Era joven y apuesto —mis amigas babeaban por él—, pero se rehusaba a la idea de seguir su vida al lado de otra mujer. Mi familia solía visitarnos con continuidad para hacerle compañía. “Nadie reemplazará a ___________”, esa era su excusa para hallarse solo, aislado del mundo mientras yo cumplía con mi horario escolar o pasaba tiempo con mis amigos. Si salía con mujeres, las rechazaba diciendo que no estaba preparado aún.
Mamá murió cuando yo tenía un año, por lo cual no poseía recuerdos de ella. Pero eso no evitaba que la extrañase, necesitase… Era duro vivir sin el amor de una madre. Esa era una de las razones por la cual envidaba a mis amigas. Intentaba aparentar fortaleza frente a papá, mas por dentro todo se derrumbaba. Cuando él me contaba sobre ella, luego corría hasta mi habitación a llorar en silencio, en la oscuridad de la noche. Mi padre decía que era su vivo recuerdo y, gracias a las fotos, podía notar que así era. Allí otra razón para permanecer en casa luego de finalizar la secundaria.
A pesar del trágico final, su historia me conmovía. Me llenaba de esperanzas. Se habían
conocido y enamorado en la secundaria. Sophie le había impuesto un reto a mamá, porque
percibía como terminaría todo. Sabía que ellos terminarían juntos. Cuando mi padre se enteró de la enfermedad de __________, todo su mundo se le vino abajo. Pero se mantuvo a su lado, amándola cada día más… hasta el día de su muerte. Reflexionar sobre todo eso, me animaba a creer en el verdadero amor, en que existen muchachos que sí valen la pena.
Chicos que, como papá, son devotos a la persona que tienen —o tenían— a su lado.
Entré a mi hogar sabedora de lo que me encontraría allí.
—Amy —dijo él, con una sonrisa dibujada en su rostro. Se levantó del sofá en el que se hallaba y fue a mi encuentro.
—Hola, papá —saludé, dejando que el calor de su abrazo invadiera mi cuerpo.
— ¿Cómo la has pasado, pequeña? —indagó, apartándose de mí lentamente.
Ambos nos recostamos sobre dos butacas.
—Bien, sabes que Kate está algo loca —él soltó una carcajada—. Y ya no soy más tu pequeña, papá —lo reprendí en broma.
—Para mí siempre lo serás —volvió a envolverme entre sus brazos—. Y bien, ¿Qué harás luego de terminar este año?
Se me armó un nudo en el estómago. Nunca se lo había comentado y no sabía como reaccionaría.
—Pues… Yo había pensado en… Yo… Conseguiré un trabajo por aquí cerca, así podré estar contigo.
Su cuerpo se tensó.
—Amy, no soy tan viejo para que tengas que cuidar de mí. ¿Qué hay de los estudios? ¿De tu futuro?
Lo observé, lo notaba preocupado. Por mí.
—Papá, tú elegiste querer vivir solo conmigo, sin una mujer a tu lado. Yo elijo quedarme a tu lado. Sabes que no soporto verte así…
Sonrió con ternura. Bien, en verdad era una extraña mueca.
—Lo sé, preciosa. Pero no quiero que desperdicies tu vida sólo porque yo elegí eso. Y nunca estaré solo. Tu madre siempre me acompaña, aquí —señalo donde se encontraba su corazón—. No puedo permitir que vivas para mí, Amy. Esa es mi opinión, sin embargo, es tu vida. Haz lo que desees, cariño. Sabes que siempre estaré orgulloso de ti, y __________ también lo está, donde quiera que se encuentre —los ojos se me llenaron de lágrimas, mas debía contenerlas.
Me acurruqué contra su pecho, como una niña pequeña. Papá besó mi cabeza.
—Gracias —susurré—. Al menos me quedaré contigo un año, ¿Sí?
Él meneó la cabeza entretanto reía.
—Eres igual a tu madre. Cuando quería algo no podía sino más que aceptar —levanté el rostro. Joe parecía acongojado—. ¿Recuerdas que te hablé de cual fue su última petición?
—asentí levemente—. Pues… espero que ella comprenda. Ser feliz sin su compañía se vuelve algo complicado. Pero te tengo a ti, y sólo eso me basta.
—Mamá entiende eso, estoy segura —afirmé, sonriendo. Anhelaba alentarlo—. Estoy orgullosa de ti, papá —admití un tanto sonrojada.
— ¿Qué? ¿Y eso por qué? —interrogó desconcertado.
—Es que… Eres increíble. Tu amor por mamá me hace recapacitar en la idea que no todos son iguales. Quizá éste año encuentre a alguien que me ame como tu a mamá… —no me sentía avergonzada por hablar sobre esos temas con mi padre, éramos abiertos el uno con el otro.
—Sí, un día lo encontraras, hija… Sólo reza que tu tío Dylan no lo mate.
Ambos reímos. Dylan detestaba a Joe de adolescentes.
— ¿En serio crees que alguien me amará, papá? —pregunté ilusionada.
—Claro, pero no más que yo.
Sonreí francamente. Era feliz a su lado.
—Yo también te amo, por siempre y siempre —dije con sinceridad.
Medité sobre pasar sólo un año en casa. Quizás fueran más… No deseaba alejarme de papá.
—Por siempre y siempre —repitió en un susurro. Percibí por su mirada que se hallaba en un viaje al pasado, cuando él mismo fue quien le prometió eso a mamá. Sus ojos se cristalizaron.
Sus palabras fueron reales, él estaba cumpliendo. Estaba más que segura que cada día que transcurría su amor crecía.
— ¿La extrañas mucho?
—No te das una idea, Amy. La vida puede ser injusta, me quitó al amor de mi vida, pero…
¿Qué se puede hacer? Todos me dicen que siga con mi vida, sin embargo ellos no están en mi situación. Muchos eligen buscar a otra mujer, yo no. Ya lo dije, te tengo a ti, a ella en mi corazón y es suficiente.
Hice una presión mayor en nuestra unión.
Su historia de amor careció de un final feliz, dejó corazones rotos y desconsuelo. Pero permitía creer en el amor. Real y puro. Ese tipo de amor que vive a pesar de las más anchas fronteras, del más duro obstáculo… La muerte.
Fin.
yo llore con esta nove...
en un momento les subo el link de la nove que voy a subir...
ya que esta se acabo..
espero tenerlas por alla..
:D
Epílogo
—Joe, no puedes encerrarte para toda tu vida. Sólo sales para trabajar y tocar con nosotros —me replicó Nicholas, por enésima vez en la semana.
No le veía lo malo. Quería dedicar todo el tiempo que me fuera posible a mi pequeña Amy.
—Y sé que quieres cuidar de la mejor manera a Amy, pero debes vivir, salir… —pareció leerme la mente—. Sophie y yo la cuidaríamos —comentó. Envidiaba a mi hermano. Su noviazgo perduró por cinco largos años, por lo que él podía convivir con el amor de su vida.
—No lo sé… No cuento con ganas suficientes para salir —dije, evadiendo la opresión en mi pecho. Me pedía que disfrutara cuando la vida me había quitado a la persona que más amaba. ¡Él no me comprendía! Nadie lograba hacerlo.
Mi vida se había reducido a sólo Amy. Vivía, sonreía y trabajaba por ella.
—Joe, ¡Cielos! —Nick, exasperado, pasó una mano por su cabellera repleta de rulos—. Sé que amaste y amas a ___________, pero… La vida sigue, hermano. Ella deseo tu felicidad… Hazlo por ___________, por Amy… ¿Querrás que tu hija sufra, viendo a su padre deprimido y casi parecido a un zombie? —detestaba pensarlo, pero él estaba en lo correcto.
__________ lo había anhelado y yo lo había prometido. “Sigue con tu vida, amor… No quiero que la desperdicies, ¿sí? Sé feliz.”, fueron sus exactas palabras. Debía cumplir, por amor a ella.
—Bien. Iré a buscar a Amy. Iremos al parque —decidí. Por algo debía comenzar.
Nicholas suspiró agotado.
Abrigué a mi pequeña hija de cuatro años, quien se hallaba emocionada ante la idea de jugar rodeada de niños. Luego, busqué mi chaqueta y partimos hacia una plaza cercana a nuestra residencia. Mi hermano y su novia optaron por regresar a su hogar —sí, vivían juntos—.
Me senté en una de las bancas del parque para poder supervisar a Amy.
Cerré momentáneamente mis ojos. Error. Todas las memorias parecían agolparse en mi mente, perturbándome… Vamos, Joe. Sé fuerte, musitó una voz en mi cabeza. Debía serlo. Por Amy, por mí… Por _________.
—Cumpliré mi promesa, amor. Lo juro… —bisbiseé. Una imagen de ella, sonriéndome, se manifestó frente a mí. Abrí mis ojos, comprobando que sólo había sido producto de mi imaginación.
La opresión que se formó en mi pecho fue opacada en el momento que me topé con la brillante mirada de mi hija.
— ¿A quién le hablabas, papi? —interrogó, con una dulce sonrisa en su rostro.
La levanté y acomodé sobre mi regazo.
— ¿Recuerdas lo que te digo cada noche, Amy? Cuando susurras al viento, éste transporta tus palabras y las hace llegar a tus seres más queridos… Aunque ellos no se encuentren aquí —articulé, intentando que mi voz no se quebrara.
— ¿Estabas hablándole a mamá? —Era una pequeña muy inteligente, como su progenitora
—. ¿Ella está bien? —sonreí, sólo así le daría confianza.
—Claro, pequeña. Ella está perfectamente… Aquí —señalé su corazón—. En el mío y en el de todos quienes la apreciaron.
Amy demostró su emoción a través de una gran expresión en su rostro.
—Ve a jugar, cariño —la incité, mientras volvía a depositarla en el suelo. Ella corrió hacia la arena de juego.
— ¿Es tu hija? —indagó una muchacha, mientras se sentaba a mi lado.
—Sí —respondí risueño, observándola con orgullo en mi mirada.
—Vaya, pareces joven… —comentó ella—. Un gusto, soy Carol —posé mi vista en ella.
Sonreía con simpatía, su gesto era igual al de __________. ¡Cielos, no! __________ era única.
Tomé su extendida mano, mientras se dibujaba una extraña mueca en mi rostro.
—El placer es mío. Mi nombre es Joe.
Entablamos una amena conversación. Carol parecía una gran mujer, con las ideas claras.
Quizás era una señal del destino, un nuevo comienzo
11 años después…
Pasé mi último día de vacaciones en casa de Kate, mi mejor amiga. Al día siguiente comenzaría mi último año en la secundaria. El futuro no me abrumaba tanto como al resto de mis compañeros, ya que había planeado conseguir un empleo cerca de mi hogar y pasar la mayor parte de los días junto a mi padre, Joe. Era joven y apuesto —mis amigas babeaban por él—, pero se rehusaba a la idea de seguir su vida al lado de otra mujer. Mi familia solía visitarnos con continuidad para hacerle compañía. “Nadie reemplazará a ___________”, esa era su excusa para hallarse solo, aislado del mundo mientras yo cumplía con mi horario escolar o pasaba tiempo con mis amigos. Si salía con mujeres, las rechazaba diciendo que no estaba preparado aún.
Mamá murió cuando yo tenía un año, por lo cual no poseía recuerdos de ella. Pero eso no evitaba que la extrañase, necesitase… Era duro vivir sin el amor de una madre. Esa era una de las razones por la cual envidaba a mis amigas. Intentaba aparentar fortaleza frente a papá, mas por dentro todo se derrumbaba. Cuando él me contaba sobre ella, luego corría hasta mi habitación a llorar en silencio, en la oscuridad de la noche. Mi padre decía que era su vivo recuerdo y, gracias a las fotos, podía notar que así era. Allí otra razón para permanecer en casa luego de finalizar la secundaria.
A pesar del trágico final, su historia me conmovía. Me llenaba de esperanzas. Se habían
conocido y enamorado en la secundaria. Sophie le había impuesto un reto a mamá, porque
percibía como terminaría todo. Sabía que ellos terminarían juntos. Cuando mi padre se enteró de la enfermedad de __________, todo su mundo se le vino abajo. Pero se mantuvo a su lado, amándola cada día más… hasta el día de su muerte. Reflexionar sobre todo eso, me animaba a creer en el verdadero amor, en que existen muchachos que sí valen la pena.
Chicos que, como papá, son devotos a la persona que tienen —o tenían— a su lado.
Entré a mi hogar sabedora de lo que me encontraría allí.
—Amy —dijo él, con una sonrisa dibujada en su rostro. Se levantó del sofá en el que se hallaba y fue a mi encuentro.
—Hola, papá —saludé, dejando que el calor de su abrazo invadiera mi cuerpo.
— ¿Cómo la has pasado, pequeña? —indagó, apartándose de mí lentamente.
Ambos nos recostamos sobre dos butacas.
—Bien, sabes que Kate está algo loca —él soltó una carcajada—. Y ya no soy más tu pequeña, papá —lo reprendí en broma.
—Para mí siempre lo serás —volvió a envolverme entre sus brazos—. Y bien, ¿Qué harás luego de terminar este año?
Se me armó un nudo en el estómago. Nunca se lo había comentado y no sabía como reaccionaría.
—Pues… Yo había pensado en… Yo… Conseguiré un trabajo por aquí cerca, así podré estar contigo.
Su cuerpo se tensó.
—Amy, no soy tan viejo para que tengas que cuidar de mí. ¿Qué hay de los estudios? ¿De tu futuro?
Lo observé, lo notaba preocupado. Por mí.
—Papá, tú elegiste querer vivir solo conmigo, sin una mujer a tu lado. Yo elijo quedarme a tu lado. Sabes que no soporto verte así…
Sonrió con ternura. Bien, en verdad era una extraña mueca.
—Lo sé, preciosa. Pero no quiero que desperdicies tu vida sólo porque yo elegí eso. Y nunca estaré solo. Tu madre siempre me acompaña, aquí —señalo donde se encontraba su corazón—. No puedo permitir que vivas para mí, Amy. Esa es mi opinión, sin embargo, es tu vida. Haz lo que desees, cariño. Sabes que siempre estaré orgulloso de ti, y __________ también lo está, donde quiera que se encuentre —los ojos se me llenaron de lágrimas, mas debía contenerlas.
Me acurruqué contra su pecho, como una niña pequeña. Papá besó mi cabeza.
—Gracias —susurré—. Al menos me quedaré contigo un año, ¿Sí?
Él meneó la cabeza entretanto reía.
—Eres igual a tu madre. Cuando quería algo no podía sino más que aceptar —levanté el rostro. Joe parecía acongojado—. ¿Recuerdas que te hablé de cual fue su última petición?
—asentí levemente—. Pues… espero que ella comprenda. Ser feliz sin su compañía se vuelve algo complicado. Pero te tengo a ti, y sólo eso me basta.
—Mamá entiende eso, estoy segura —afirmé, sonriendo. Anhelaba alentarlo—. Estoy orgullosa de ti, papá —admití un tanto sonrojada.
— ¿Qué? ¿Y eso por qué? —interrogó desconcertado.
—Es que… Eres increíble. Tu amor por mamá me hace recapacitar en la idea que no todos son iguales. Quizá éste año encuentre a alguien que me ame como tu a mamá… —no me sentía avergonzada por hablar sobre esos temas con mi padre, éramos abiertos el uno con el otro.
—Sí, un día lo encontraras, hija… Sólo reza que tu tío Dylan no lo mate.
Ambos reímos. Dylan detestaba a Joe de adolescentes.
— ¿En serio crees que alguien me amará, papá? —pregunté ilusionada.
—Claro, pero no más que yo.
Sonreí francamente. Era feliz a su lado.
—Yo también te amo, por siempre y siempre —dije con sinceridad.
Medité sobre pasar sólo un año en casa. Quizás fueran más… No deseaba alejarme de papá.
—Por siempre y siempre —repitió en un susurro. Percibí por su mirada que se hallaba en un viaje al pasado, cuando él mismo fue quien le prometió eso a mamá. Sus ojos se cristalizaron.
Sus palabras fueron reales, él estaba cumpliendo. Estaba más que segura que cada día que transcurría su amor crecía.
— ¿La extrañas mucho?
—No te das una idea, Amy. La vida puede ser injusta, me quitó al amor de mi vida, pero…
¿Qué se puede hacer? Todos me dicen que siga con mi vida, sin embargo ellos no están en mi situación. Muchos eligen buscar a otra mujer, yo no. Ya lo dije, te tengo a ti, a ella en mi corazón y es suficiente.
Hice una presión mayor en nuestra unión.
Su historia de amor careció de un final feliz, dejó corazones rotos y desconsuelo. Pero permitía creer en el amor. Real y puro. Ese tipo de amor que vive a pesar de las más anchas fronteras, del más duro obstáculo… La muerte.
Fin.
jamileth
Re: forever and always joe y tu TERMINADA
Casi lloro
Se me llenaron los ojos de lagrimas
Joe....Ay dios, lo amo
Es lo mas hermoso del mundo
Y Amy tambien :)
Ella seguramente tambien va a ser feliz, pero Joe...
Nose, me da cosita que se quede solo
Fue hermosa la nove, la ame
Gracias por subirla :D
Se me llenaron los ojos de lagrimas
Joe....Ay dios, lo amo
Es lo mas hermoso del mundo
Y Amy tambien :)
Ella seguramente tambien va a ser feliz, pero Joe...
Nose, me da cosita que se quede solo
Fue hermosa la nove, la ame
Gracias por subirla :D
Lulajonatica
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