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Los Inmortales [Zayn Malik y Tú] TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Los Inmortales [Zayn Malik y Tú] TERMINADA
No sera en el siguiente pero tal vez, si despuès XDAnna Payne1D escribió:aaaaaaaaaaaaaaaawwwwww
Que pasara?? Chanchan lo desvelaremos en el proximo episodio
OKNO xD
Dioooos, no sabes como me encanta, porque no puede ir Zayn?? :(
Sigueeee<3
TQTQTQTQQTQ,ANNA<3
Harriet
Re: Los Inmortales [Zayn Malik y Tú] TERMINADA
si:/ sentì feo por su hermana ya que peleo con ella y ella lo unico que dijo fue lo de sus papàsnarrysgirl escribió:ay :(me dió cosita eso de sus papás, síguela <3
Harriet
Re: Los Inmortales [Zayn Malik y Tú] TERMINADA
ahorita la sigoAnna Payne1D escribió:sigueeeeeeeeeeeeeeee<3
Harriet
Re: Los Inmortales [Zayn Malik y Tú] TERMINADA
Capítulo 07
♣
Durante el trayecto hasta el restaurante solo puedo pensar en Riley, en su cruel comentario final, y en el poco tacto que había tenido al soltarlo así justo antes de desaparecer. Bueno, en todo este tiempo le he suplicado miles de veces que me hable de nuestros padres, le he rogado que me cuente cualquier cosa, por trivial que sea. Pero en lugar de complacerme y decirme lo que necesito saber, ella empieza a ponerse nerviosa, cierra la boca y se niega a explicar por qué ellos no han aparecido todavía. Cualquiera pensaría que el hecho de estar muerto haría que una persona se volviera un poco más amable, algo más agradable. Pero Riley no. Es igual de irritante, consentida y exaltada que cuando estaba viva. Sabine deja el coche al mozo del aparcamiento y nos dirigimos hacia el interior del edificio. En cuanto observo el gigantesco vestíbulo de mármol, los enormes arreglos florales que lo decoran y las impresionantes vistas al océano, me arrepiento de todo lo que acabo de pensar. Riley tenía razón. Este lugar es realmente chic. El colmo de lo chic. El tipo de sitio al que vas con una cita… y no con tu antipática sobrina. El maître nos conduce hasta una mesa adornada con velas encendidas y un conjunto de salero y pimentero que parecen pequeñas piedras plateadas. Cuando me siento en la silla y miro a mi alrededor, apenas puedo creer lo glamuroso que es este lugar.
En especial si se compara con la clase de restaurantes que solía frecuentar. Sin embargo, tan pronto como ese pensamiento cruza mi mente, freno en seco. Ya no tiene sentido examinar las fotos del antes y del después, repasar una y otra vez en mi cabeza ese archivo de «cómo lían ser las cosas». Con todo, estar cerca de Sabine hace que resulte difícil no hacer comparaciones. El hecho de que sea la melliza de mi padre es como un recordatorio constante. Pide vino tinto para ella y un refresco para mí; después echamos a ojeada a nuestras respectivas cartas y elegimos la cena. Y en el omento en que nuestra camarera se marcha, Sabine sonríe y se coca detrás de la oreja un mechón de su cabello, cortado a la altura la barbilla.
—Bueno, ¿cómo va todo? —dice—. ¿Qué tal el instituto? ¿Y tus amigos? ¿Todo bien? No me malinterpretéis, quiero mucho a mi tía y le agradezco todo que ha hecho por mí. Pero el simple hecho de que pueda manejar un jurado compuesto por doce personas no significa que se le den en las pequeñas charlas. Aun así, me limito a mirarla antes de responder:
—Sí, todo va bien. —Vale, tal vez a mí tampoco se me den muy bien este tipo de conversaciones. Ella coloca su mano sobre mi brazo con la intención de añadir o más, pero, antes de que pueda pensar siquiera las palabras necesarias, me pongo en pie. —Vuelvo en un momento —murmuro. Estoy a punto de tirar la silla en mis prisas por desandar el camino que hemos seguido hasta la mesa; no me molesto en pedir indicaciones, ya que la camarera con la que acabo de cruzarme me ha echado un vistazo y se ha preguntado si me dará tiempo a salir por la puerta
y recorrer el largo pasillo. Sigo la dirección que ella me ha indicado sin saberlo y atravieso un pasillo lleno de espejos (gigantescos espejos de marcos dorados situados en fila uno detrás de otro).
Hoy es viernes y el restaurante está lleno de invitados a una boda que, según puedo « ver », jamás debería celebrarse. Un grupo de personas pasa junto a mí y sus auras remolinean con una energía tan exacerbada por el alcohol que llega a afectarme; me siento mareada, con ganas de vomitar, tan atolondrada que cuando echo un vistazo a los espejos veo una larga cadena de Zayn devolviéndome la mirada.
Entro con torpeza en el baño, me aferró a la encimera de mármol y lucho por recuperar el aliento. Me obligo a concentrarme en las macetas de orquídeas, en las lociones perfumadas y en la pila de gruesas toallas situada sobre una enorme bandeja de porcelana. Comienzo a sentirme mejor, más tranquila, más centrada, bajo control. Supongo que me he acostumbrado tanto a la energía imprevista que me encuentro allí donde voy que he olvidado lo abrumadora que puede resultar cuando tengo las defensas bajas y me he dejado el iPod en casa. Pero la impresión que recibí cuando Sabine colocó su mano sobre la mía estaba cargada de tal sensación de soledad, de tal tristeza, que fue como un puñetazo en el estómago.
Sobre todo cuando descubrí que la culpa era mía. He tratado de pasar por alto el tipo de soledad que siente Sabine. Porque, aunque vivimos juntas, no nos vemos casi nunca. Ella suele estar en el trabajo, yo suelo estar en el instituto, y por las noches y los fines de semanas me encierro en mi habitación o salgo por ahí con mis amigos. Supongo que algunas veces olvido que no soy la única que echa de menos a otras personas; aunque me ha acogido y ha tratado de ayudarme, mi tía se siente tan sola y vacía como el día en que todo ocurrió. Sin embargo, aunque me gustaría ayudarla, aunque me gustaría aliviar su dolor, no puedo hacerlo. Estoy demasiado herida y soy demasiado extraña. Soy un bicho raro que escucha los pensamientos y habla con los muertos. No puedo arriesgarme a que me descubran, no puedo intimar demasiado con nadie, ni siquiera con ella. Lo mejor que puedo hacer es acabar el instituto para poder irme a la universidad y permitir que mi tía siga con su vida anterior. Tal vez entonces pueda salir con el tipo ese que trabaja en el mismo edificio que ella. Ese al que ni siquiera conoce todavía. Ese cuyo rostro vi en el momento en que su mano rozó la mía. Me paso los dedos por el pelo, me pongo un poco de brillo en los labios y me encamino de nuevo hacia la mesa, decidida a esforzarme un poco más y a hacer que mi tía se sienta mejor, aunque sin arriesgarme a revelar mis secretos. Me siento de nuevo en la silla, doy un trago al refresco y sonrío.
—Estoy bien. De verdad. —Asiento para que ella se lo crea antes de añadir—: Bueno, cuéntame: ¿algún caso interesante en el trabajo? ¿Hay tipos guapos donde trabajas?
Después de cenar, espero fuera mientras Sabine se pone en la fila para pagarle al mozo del aparcamiento. Y estoy tan absorta en la escena que se desarrolla entre la que mañana será la novia y su supuesta dama de « honor » que doy un respingo al sentir una mano sobre el brazo.
—Ah, hola —digo. Siento una oleada de calor y estremecimientos que me recorre de arriba abajo en el momento en que mis ojos se encuentran con los suyos.
—Estás impresionante —asegura Zayn, que pasea la vista desde mi vestido hasta mis zapatos antes de volver a mirarme a los ojos—. Casi no te reconozco sin la capucha. —Sonríe—. ¿Has disfrutado de la cena?
Hago un gesto de asentimiento. Estoy tan nerviosa que me sorprende incluso haber podido hacerlo.
—Te he visto en el pasillo. Te habría saludado, pero parecías tener mucha prisa.
Lo observo y me pregunto qué hace allí solo, en ese hotel de lujo, un viernes por la noche. Lleva una chaqueta de lana oscura, una camisa negra con el cuello abierto, unos vaqueros de diseño y esas botas suyas… Un atuendo demasiado perfecto para un chico de su edad, aunque, por extraño que parezca, le queda muy bien.
—Como no soy de aquí, se me ha ocurrido venir a ver qué tal está —dice, contestando a la pregunta que aún no he formulado. Y justo cuando me pongo a pensar qué decir a continuación, aparece Sabine. Mientras ellos se saludan con un apretón de manos, digo:
—Hummm, Zayn y yo vamos juntos al instituto. « Zayn es el chico que hace que me suden las palmas de las manos, que me provoca un mariposeo en el estómago y… ¡en el que no puedo dejar de pensar! » —Se ha trasladado aquí desde Nuevo México —añado con la esperanza de que eso sea suficiente hasta que llegue el coche.
— ¿De qué parte de Nuevo México? —pregunta Sabine. Y al verla sonreír, no puedo evitar preguntarme si mi tía se siente invadida por esa maravillosa sensación que me embarga a mí.
—Santa Fe —responde él con una sonrisa. —Vaya, es una ciudad preciosa, según tengo entendido. Siempre he querido visitarla. —Sabine es abogada y trabaja un montón —murmuro mientras clavo la mirada en el lugar en el que el coche aparecerá en diez segundos. Nueve. Ocho. Siete… —Nos íbamos a casa, pero me encantaría que vinieras con nosotras —se ofrece mi tía. La miro con la boca abierta, aterrada, y me pregunto cómo es que no lo he visto venir. Después echo una mirada a Zayn con la esperanza de que él rechace la invitación.
—Gracias, pero tengo que regresar ya —responde. Señala con el pulgar por encima del hombro y, cuando miro en la dirección que indica, avisto a una pelirroja extraordinariamente hermosa ataviada con un ceñidísimo vestido negro y tacones de vértigo. La chica me sonríe, pero no es una sonrisa amable. No son más que unos labios rosados y brillantes que se curvan hacia arriba en las comisuras, aunque sus ojos están demasiado lejos, demasiado distantes para que yo pueda leerlos. Con todo, hay algo en su expresión, en la inclinación arrogante de su barbilla, que revela cierta burla, como si el hecho de vernos juntos le resultara bastante divertido. Vuelvo a mirar a Zayn y me sorprendo al descubrir que está muy cerca de mí. Sus labios, húmedos y un poco separados, se encuentran a escasos centímetros de los míos. Luego desliza sus dedos por mi mejilla y saca un tulipán rojo de detrás de mí oreja. Al instante, estoy de pie sola mientras él se dirige al interior del edificio con su cita. Miro el tulipán, acaricio sus pétalos rojos y satinados, y no puedo evitar preguntarme de dónde narices lo habrá sacado… sobre todo porque faltan aún dos estaciones para la primavera.
Sin embargo, no es hasta más tarde, ya a solas en mi habitación, cuando me doy cuenta de que la pelirroja tampoco tenía aura.
Debía de estar bastante dormida, porque en el momento en que oigo algo que se mueve por mi habitación, siento la mente tan espesa y nublada que ni siquiera abro los ojos.
— ¿Riley? —Susurro—. ¿Eres tú? Como no responde, doy por hecho que está tramando una de sus travesuras habituales. Y dado que estoy demasiado cansada para ponerme a jugar, cojo la otra almohada y me la pongo encima de la cabeza. No obstante, vuelvo a oírla.
—Oye, Riley, estoy exhausta, ¿vale? Siento haberme portado mal contigo antes y te pido disculpas si eso te molestó, pero la verdad es que no estoy de humor para bromas ahora… —Levanto la almohada y abro un ojo para echarle un vistazo al despertador—. Son las cuatro menos cuarto de la madrugada. ¿Por qué no vuelves al lugar de donde viniste y lo dejas para una hora más normal? Ni siquiera me enfadaré si apareces con el vestido que llevé en la graduación, y te doy mi palabra de que no me chivaré. Lo que pasa es que, después de haber soltado esa parrafada, ya estoy despierta. Así que aparto la almohada a un lado y contemplo su oscura silueta reclinada en la silla que hay junto a mi escritorio. Me pregunto qué será tan importante como para no poder esperar a que sea de día.
—Ya te he dicho que lo siento, ¿no? ¿Qué más quieres?
— ¿Puedes verme? —pregunta ella al tiempo que se aleja del escritorio.
—Por supuesto que puedo vert… —en ese momento me quedo callada. Acabo de darme cuenta de que la voz que he oído no es la de mi hermana.
Harriet
Re: Los Inmortales [Zayn Malik y Tú] TERMINADA
era mama??????????
AYAYAYAAYAYAYAY!!!!!!1JOOOOO,... porque la dejas asi?Voy a morir enserio, a MORIR!!!!!!!!!!!!
Sigue pliiiiiiiis<3
TQTQTQTQTQTQTQTQTQ,ANNA<333
AYAYAYAAYAYAYAY!!!!!!1JOOOOO,... porque la dejas asi?Voy a morir enserio, a MORIR!!!!!!!!!!!!
Sigue pliiiiiiiis<3
TQTQTQTQTQTQTQTQTQ,ANNA<333
Anna Payne1D
Re: Los Inmortales [Zayn Malik y Tú] TERMINADA
Nope, jaja ya la sigoAnna Payne1D escribió:era mama??????????
AYAYAYAAYAYAYAY!!!!!!1JOOOOO,... porque la dejas asi?Voy a morir enserio, a MORIR!!!!!!!!!!!!
Sigue pliiiiiiiis<3
TQTQTQTQTQTQTQTQTQ,ANNA<333
Harriet
Re: Los Inmortales [Zayn Malik y Tú] TERMINADA
enseguida la sigo:)jhoanan1 escribió:Siguela siguela siguela porfavor:)
Harriet
Re: Los Inmortales [Zayn Malik y Tú] TERMINADA
Capítulo 08
♣
Veo gente muerta. Continuamente. En la calle, en la playa, en los centros comerciales, en los restaurantes, paseándose por el instituto, en la cola de la oficina de correos, en la sala de espera del médico… (Aunque nunca en el dentista). Pero a diferencia de los fantasmas que aparecen en la televisión y en las películas, los muertos no me molestan, no quieren mi ayuda y no se paran a charlar conmigo.
Como ocurre con la mayoría de las personas, a ellos les gusta que los vean. Sin embargo, la voz de mi habitación no era la de ningún fantasma. Tampoco era la de Riley. La voz que oí en mi habitación era la de Zayn. Y por eso sé que estaba soñando.
—Hola. —Sonríe y ocupa su sitio segundos después de que suene el timbre, pero, puesto que se trata de la clase del señor Robins, sería lo mismo decir que ha llegado temprano. Asiento con la esperanza de parecer indiferente, impasible, sin el menor interés. Con la esperanza de poder ocultar que estoy tan mal que ya he empezado a soñar con él.
—Tu tía parece bastante agradable. —Me mira mientras aprieta el extremo de su bolígrafo sobre la mesa, haciendo ese dichoso ruidito de «clic, clic, clic» que me pone de los nervios.
—Sí, es genial —susurro mientras maldigo en mi mente al señor Robins por entretenerse en el baño de los profesores; ojalá se hubiera guardado ya la petaca y hubiera venido a hacer su trabajo.
—Yo tampoco vivo con mi familia —dice Zayn, que hace girar el bolígrafo sobre la punta de su dedo una y otra vez, sin fallar. Su voz acalla el ruido de la clase y serena mis pensamientos. Aprieto los labios, busco el iPod en mi compartimento secreto y no puedo evitar preguntarme si sería muy maleducado por mi parte ponerlo en marcha para dejar de oírlo a él también.
—Me he emancipado —añade.
— ¿En serio? —le pregunto, aunque había tomado la firme decisión de limitar nuestras conversaciones a lo estrictamente necesario. Lo que pasa es que nunca había conocido a nadie que se hubiera emancipado y siempre pensé que eso parecía algo triste y solitario. Sin embargo, a juzgar por el aspecto de su coche, de sus ropas y de sus glamurosas noches de los viernes en el hotel Saint Regis, no parece estar pasándolo muy mal.
—En serio. —Hace un gesto afirmativo con la cabeza. Y, en el momento en que deja de hablar, oigo los susurros de exaltación de Stacia y Honor, que me llaman bicho raro y otras cosas bastante peores que esa. Luego observo a Zayn mientras lanza el bolígrafo al aire y sonrío al ver la serie de lentos ochos que forma antes de aterrizar de nuevo en su dedo—. Bueno, ¿y dónde está tu familia? —me pregunta. Resulta de lo más extraño comprobar cómo el ruido se detiene y comienza de nuevo, para y vuelve, como una especie de juego musical de las sillas. Uno en el que yo siempre permanezco de pie. Uno en el que yo siempre juego.
— ¿Qué? —Entorno los párpados, absorta en el bolígrafo mágico de Zayn, que revolotea entre nosotros mientras Honor se burla de mi ropa y su novio finge estar de acuerdo con ella, aunque se pregunta en secreto por qué ella nunca se viste como yo. Y eso hace que desee subirme la capucha, poner en marcha el iPod y olvidar todo aquello. Todo. A Zayn también. Sobre todo a Zayn.
— ¿Dónde vive tu familia? —pregunta. Cierro los ojos cuando habla. Silencio, dulce silencio durante unos efímeros segundos. Después los abro de nuevo y me enfrento a su mirada.
—Mi familia está muerta —respondo justo en el momento en que entra el señor Robins.
—Lo siento.
Zayn me observa desde el otro lado de la mesa del comedor mientras yo miro a mí alrededor, deseando que Miles y Haven aparezcan de una vez. Cuando abro la fiambrera me encuentro un tulipán rojo entre el sándwich y las patatas fritas… ¡Un tulipán! Igualito al de la noche del viernes. Y aunque no tengo ni la más mínima idea de cómo lo ha hecho, sé con certeza que aquello es cosa de Zayn. Pero no son los trucos de magia lo que me fastidia, sino la forma en que me mira, la forma en que me habla, lo que me hace sentir.
—En cuanto a lo de tu familia… No me di cuenta… Clavo la vista en mi zumo y giro la tapa de un lado a otro, una y otra vez, deseando que deje el tema.
—No me gusta hablar de eso —digo, encogiéndome de hombros.
—Sé lo que es perder a la gente que amas —susurra él al tiempo que estira el brazo sobre la mesa para cubrirme la mano con la suya. Eso me provoca una sensación tan agradable, tan cálida, tan serena y segura… que cierro los ojos y me permito saborearla. Me permito disfrutar de la paz de su contacto. Me siento agradecida por oír lo que dice y no lo que piensa. Como cualquier chica normal… con un chico que sobresale de lo normal.
—Vaya… perdonenme. —Abro los ojos y descubro a Haven inclinada sobre el borde de la mesa, con los ojos amarillos entornados y clavados en nuestras manos—. Siento mucho interrumpirlos.
Aparto la mano y me la meto en el bolsillo, como si hubiera hecho algo malo, algo que nadie debería haber visto. Me entran ganas de explicarle que lo que ha visto no ha sido nada, que no significa nada, pero sé que es mejor no hacerlo.
— ¿Dónde está Miles? —pregunto al final, puesto que no se me ocurre otra cosa que decir. Ella pone los ojos en blanco y se sienta al lado de Zayn; sus pensamientos hostiles hacen que su aura, de un amarillo brillante, se torne de un color rojo oscuro.
—Miles está dejando algunos mensajes en su último grupo de internet: «chicocachondo-ding- dong307» —responde. Evita mirarme y se concentra en su magdalena. Después echa un vistazo a Zayn y añade—: Bueno, chicos, ¿qué tal el fin de semana?
Hago un gesto de indiferencia con los hombros, ya que sé que en realidad no me lo pregunta a mí. Haven le da unos golpecitos al glaseado del pastelito con la punta de la lengua para realizar su habitual Prueba del lametón, aunque hasta el momento jamás la he visto rechazar ninguna magdalena. Y, cuando miro a Zayn, me quedo estupefacta al descubrir que él también se encoge de hombros, porque, por lo que yo sé, su fin de semana tenía pinta de haber sido mucho mejor que el mío.
—Bueno, como ya se habrán imaginado, mi noche del viernes fue una mierda. De las grandes. Pasé la mayor parte del tiempo limpiando los vómitos de Austin, ya que el ama de llaves estaba en Las Vegas y mis padres no se habían molestado en volver aún del maldito lugar en el que estuvieran. Sin embargo, la noche del sábado lo enmendó todo. ¡Fue total! En serio, creo que ha sido la mejor noche de toda mi vida. Y os aseguro que os habría invitado si las cosas no hubieran ocurrido en el último momento —me dice, aunque todavía se niega a mirarme.
— ¿A dónde fuiste? —le pregunto, tratando de parecer indiferente, aunque lo cierto es que acabo de visualizar una zona oscura y tétrica.
—A un club alucinante al que me llevó una chica de mi grupo.
— ¿De qué grupo? —pregunto antes de beber un trago de agua.
—Los sábados toca el de los codependientes. —Esboza una sonrisa—. De cualquier forma, esta chica, Evangeline, es un caso de los fuertes. Es lo que suelen llamar una donante.
— ¿Quiénes la llaman « donante »? —pregunta Miles mientras deja su teléfono móvil Sidekick sobre la mesa y se sienta a mi lado.
—Los codependientes —respondo para ponerlo al tanto y poder continuar. Haven pone los ojos en blanco.
—No, los codependientes no, los vampiros. Un donante es una persona que permite que otros vampiros se alimenten de ella. Ya saben, que le chupen la sangre y todas esas cosas. Sin embargo, para ellos, yo soy una perrita, porque me limito a seguirlos a todos lados. No permito que nadie se alimente de mí. Bueno, al menos, de momento. —Suelta una risotada.
— ¿A quiénes sigues a todos lados? —repite Miles, que coge su Sidekick y echa un vistazo a sus mensajes.
— ¡A los vampiros! Caray, intenta seguir la conversación, ¿quieres? Bueno, como iba diciendo, esta codependiente donante, Evangeline. .. Por cierto, Evangeline es su nombre vampírico, no su nombre real…
— ¿La gente tiene nombres vampíricos? —pregunta Miles, que vuelve a dejar el móvil sobre la mesa, pero en un lugar donde aún uede seguir viéndolo. —Desde luego. —Haven introduce la punta del dedo índice en glaseado antes de llevársela a la boca.
— ¿Es algo así como el nombre artístico de una stripper? Bueno, orno el nombre de tu primera mascota de la infancia más el apellido de soltera de tu madre, ¿no? Porque eso me convertiría en la Princesa Slavin, por si no lo sabíais. —Sonríe. Haven suspira, como si se le acabara la paciencia.
—Pues no. No se parece en nada a eso. Verás, un nombre vampírico es algo muy serio. Y, a diferencia de la mayoría de la gente, yo no necesito cambiar el mío, ya que Haven es algo así como un nombre vampírico « ecológico », cien por cien natural, sin aditivos ni conservantes. —Se echa a reír—. ¡Ya se los dije que era una princesa de la oscuridad! De cualquier forma, fui a ese club alucinante que está en Los Ángeles. Se llama Nocturnal, o algo así.
—Nocturno —dice Zayn, que coge su bebida sin apartar los ojos de ella. Haven deja la magdalena en la mesa y aplaude.
— ¡Bien! Por fin hay alguien guay en esta mesa —dice.
— ¿Y te encontraste con algún inmortal? — pregunta él, que sigue mirándola. — ¡Montones de ellos! El lugar estaba atestado. Había incluso una sala VIP, así que me colé y tuve acceso a la barra de sangre.
— ¿Te dieron una tarjeta? —pregunta Miles, cuyos dedos recorren el teclado del Sidekick mientras mantiene dos conversaciones a la vez.
—Ríete todo lo que quieras, pero te digo que era un sitio genial. Antes incluso de que Evangeline me dejara tirada por un tipo al que se encontró, conocí a otra chica que era incluso más guay que ella y quien, por cierto, acaba de trasladarse aquí. Así que lo más probable es que acabemos saliendo juntas y todo eso.
— ¿Quieres decir que vas a abandonarnos? —Miles la mira con la boca abierta en un gesto de fingida alarma. Haven pone los ojos en blanco.
—Anda ya. Lo único que sé es que mi noche del sábado fue mejor que la vuestra… Bueno, puede que mejor que la tuya no, Zayn, ya que tú pareces estar al tanto de estas cosas. Pero seguro que mejor que la de estos dos —asegura mientras nos señala a Miles y a mí.
—Bueno, ¿y cómo fue el partido? —Le doy un codazo a Miles para tratar de recuperar su atención y lograr apartarlo de su novio electrónico.
—Lo único que sé es que había un gran espíritu de equipo; alguien ganó, alguien perdió, y yo me pasé la mayor parte del tiempo escribiendo mensajes de texto a este chico, que al parecer… ¡es un embustero de primera! —Sacude la cabeza y nos muestra la pantalla—. ¡Miren lo que pone aquí! —Le da unos golpes con el dedo índice—. Le he estado pidiendo una foto todo el fin de semana, ya que no pienso quedar con él sin haberlo visto bien primero… Y esto es lo que me ha enviado. ¡Estúpido presumido! Entorno los párpados para observar la minúscula imagen, aunque no tengo muy claro por qué está tan enfadado.
— ¿Cómo estás tan seguro de que no es él? —pregunto mirando a Miles. Pero es Zayn quien responde.
—Porque el de la foto soy yo.
Harriet
Re: Los Inmortales [Zayn Malik y Tú] TERMINADA
asdsasdsa<333 Jodeeeeer, esta tal Haven es una caxo puta, perdon por la expresion, pero asi lo siento xd
Aisssshhh, que bont¡ito Zayn con el tulipan, y que pasara con lo de la foto?
SIGUE<3
TQTQTQTQTQTQTQTQTQQTQTQTQ,ANNA<3
Aisssshhh, que bont¡ito Zayn con el tulipan, y que pasara con lo de la foto?
SIGUE<3
TQTQTQTQTQTQTQTQTQQTQTQTQ,ANNA<3
Anna Payne1D
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