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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
"desɴúdαтe pαrα мι" [נoe&tu]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "desɴúdαтe pαrα мι" [נoe&tu]
Capitulo Nueve
{IV PARTE}
—Aunque piense que voy por el buen camino, que he encontrado una buena racha, siempre me jode algo.{IV PARTE}
—Podría ponerme frívola y decirte que la vida es así—se detuvo y suspiró. —Pero eso no haría que te sintieras mejor. Se dice que una buena po,lla puede curar cualquier cosa.
Resoplé.
—Has estado hablando con Jane.
—Es una buena consejera —Lisa se rió. —Sin embargo, la pobre chica ni siquiera tiene un vibrador. No puedo creerme que la dejes continuar por la vida sin uno.
—Insiste en que no lo necesita.
—Sí, y yo no necesito oxígeno —contestó Lisa.
Cerré los ojos y asentí.
—Gracias.
—Estoy segura de que algún día me devolverás el favor. Cuando estés lista para contarme más sobre lo que ha pasado, estaré disponible.
—Lo sé. Joe viene hacia aquí.
—Bien por ti —Lisa bostezó —. Fóllatelo por mí.
Me reí y me pregunté por qué no me molestaba que hubiera tenido una relación con él.
—Podría hacerlo ¿Quieres que le pida que me llame por tu nombre?
Lisa soltó una carcajada.
—Qué tía tan rara eres, _____. Pero no creo que Joe estuviera dispuesto. Diviértete.
Le di las buenas noches y colgué el teléfono. Lo dejé sobre la encimera y cogí mi copa de vino mientras el timbre de la puerta sonaba. Me acerqué a ella, concentrada en Joseph y en los cálidos y maravillosos sentimientos que provocaba en mí. Mientras abría los cerrojos, miré por la mirilla y me aparté de la puerta. Tragué saliva y dejé mi copa cuidadosamente sobre la mesa. Sólo quedaba puesta la cadena.
Aquella brillante y dorada cadena era lo único que se interponía entre Jeff King y yo. Con manos temblorosas, me acerqué a la puerta. Mis dedos rozaron el primer cerrojo mientras la puerta se abría bruscamente y golpeaba la cadena. Grité antes de poder evitarlo, y corrí hacia la cocina por mi teléfono.
Pasé de largo el teléfono en un momento de locura que solo puedo describir como desesperado y estúpido. Escuché que la cadena cedía mientras abría el armario de mi dormitorio y sacaba un bate de béisbol. El bate de acero me hacía sentirme más segura, aunque deseaba haber tenido el valor de comprarme un arma. Girándome hacia la puerta, esperé hasta que Jeff entrara en el dormitorio.
Se acercó a la puerta de la habitación y su mano se movió por la pared, buscando el interruptor de la luz. La luz se encendió, y allí estaba. El miedo y el odio me hicieron sentir pequeña, y la herida hirvió en mi interior mientras él sólo se quedaba allí de pie, mirándome.
—Tú y yo tenemos que hablar.
—No.
Miró brevemente el bate, y una sonrisa cruzó un instante sus labios.
—¿Creíste que mudarte aquí era una vía de escape? Siempre he sabido dónde estabas. No tienes que seguir fingiendo. No hay necesidad de indignarse cuando ambos sabemos que te gustó.
Me tragué la bilis y agarré el bate con más fuerza.
—Sal de mi vida de una puta vez.
—No tienes derecho a rechazarme. Tú no eres nada.
—Tus fantasías no harán que lo que me hiciste esté bien. Eres un bastardo enfermo que no puede correrse si no es con fantasías de dominación. No me destrozaste, no acabaste conmigo. Soy más fuerte que lo que me hiciste, no más débil. Nunca ganarás.
Se acercó a mí, y, honestamente, no creo que esperara que lo golpeara. Pero lo hice. Lo golpeé con todas mis fuerzas. Cayó sobre sus rodillas, y lo golpeé de nuevo en la espalda. Cayó en el suelo, y me quedé allí, como una boba, mirándolo. Si hubiera estado viendo aquello por televisión, hubiera estado gritando a la mujer que corriera mientras aún tenía la oportunidad.
Al comprender por qué no estaba corriendo, bajé el bate hasta que señaló el suelo. Quería golpearlo hasta matarlo.
Me sobresalté cuando escuché mi nombre. Entonces contesté a la llamada.
—¿Joe?
Apareció en la puerta varios segundos después, y nos miró a Jeff y a mí.
—Esto no es exactamente lo que tenía en mente.
Me encogí de hombros, y bajé el bate.
—Rompió la cadena de mi puerta.
—Lo he visto —Joe lo golpeó, y Jeff gimió. —Ey, *******, ¿podrías levantarte para que pueda matarte?
—Yo me ocupo de esto —Lo señalé con un dedo, y luego miré a Jeff.
—Sal de mi apartamento.
—¿No vas a llamar a la policía?
—No —Al ver la expresión aturdida de Joe, me di cuenta de que esperaba que llamara a la policía e hiciera que arrestaran a Jeff por entrar en mi apartamento. Yo sabía que no lo haría. ¿Cómo era posible? Aquel hombre me había violado, y no había presentado cargos contra él… y explicar eso a otro policía no era algo que pudiera imaginarme haciendo.
Jeff se puso de rodillas y echó a Joseph una mirada de recelo. La hostilidad que emanaban ambos prácticamente brillaba. Podía imaginarme que Jeff estaba muy enfadado porque lo había golpeado. Era uno de esos hombres que llevan su masculinidad en el corazón.
Ya de pie, se frotó la boca y siguió mirándonos a Joe y a mí.
—¿Te estás follando a este tipo?
—Jeff, deberías marcharte antes de que decida que le gustaría más hacerte daño a ti, que seguir viéndome a mí —Apreté el bate con fuerza, y contuve la necesidad de golpearlo de nuevo.
Jeff caminó hacia Joe, y, como no se apartó para dejarlo pasar, Jeff lo golpeó. Hay que decir que Joe dejó que el puñetazo lo golpeara antes de devolvérselo. Entonces Jeff acabó, una vez más, en el suelo entre nosotros, sangrando por la nariz y la boca. Observé cómo manaba la sangre a borbotones, sorprendida.
—Vete, Jeff, o te juro por Dios que llamaré a la policía y les contaré que golpeé a un intruso hasta la muerte.
Ambos hombres me miraron, sorprendidos.
Tragué saliva e intenté recordar que yo era la civilizada.
Pasando sobre Jeff, dejé el dormitorio y fui al cuarto de baño, cerré la puerta y corrí el pestillo. Agradecida por haber tenido tiempo para limpiar el baño, me dejé caer de rodillas. Estaba temblando por el miedo y la rabia. Odiaba el miedo y la debilidad que conllevaba. ¿No me había mantenido firme ante él? Empezaba a tener náuseas. Sentada en el suelo, evité la necesidad de balancearme. ¿Adónde se habían ido mi valentía y mi resolución?
Pasaron algunos minutos antes de escuchar un alboroto en el pasillo, y asumí que Joseph estaba sacando a Jeff del edificio. Me levanté cuando alguien llamó con los nudillos a la puerta del baño.
uncool.
Re: "desɴúdαтe pαrα мι" [נoe&tu]
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!! FIESTA POR LO VALIENTE QUE FUE __ Y DEFENDERSE DE ESE MOUSTRO QUE NO MERECE LLAMARSE HOOMBREEEE!!!... Y LUEGO JOEE AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH!!! OTRA FIESTA POR HAREMOS POR LO GUATO Y HOMBRAZO QUE ES!!!.... PON OOTROO
chelis
Re: "desɴúdαтe pαrα мι" [נoe&tu]
Capitulo Nueve
{V PARTE}
—¿Qué?{V PARTE}
Era Joe
—_______, no me gusta estar al otro lado de una puerta cerrada.
Me acerqué a la puerta, y quité el pestillo.
Joseph abrió la puerta y me miró.
—¿Estás bien?
Me encogí de hombros y dejé el bate contra el lavabo.
—¿Le has hecho daño?
—Lo he metido en un taxi.
—Eso no es lo que te pedí.
—Lo sé.
—¡Joder, Joe!
—No te enfades conmigo, ______ —Me señaló con el dedo. —¿Qué demonios estabas pensando, abriendo la puerta sin mirar quién había al otro lado?
—¡No me grites! ¡Soy una mujer adulta, y no necesito un sermón! —Y di un taconazo para enfatizar mi postura.
Me miró de arriba abajo y se acercó a mí. Estaba enfadada, pero lo deseaba. Me apretó con fuerza contra él, y me pasó una mano por el pelo.
—Le has dado una buena paliza.
—Sí —susurré, aforrándome a la tela de su camisa.
—¿Te hizo daño?
—No. Solo me gritó.
Joe me sacó del baño y me llevó por el pasillo hasta el salón. Me sentó en el sofá y volvió con la copa de vino que había abandonado en la entrada. La acepté y di un largo trago. Se sentó en la mesita de café frente a mí. Dejé de beber, y lo miré.
—Quita el culo de mi mesa de café. Acaban de barnizármela.
—Cállate, ________, y termínate el vino.
Me terminé el vino de un solo trago, y le tendí la copa.
—No tienes que mimarme. Estoy bien.
—¿Acabas de darle una paliza a un tipo en tu dormitorio con un bate de béisbol, y estás bien?
Me encogí de hombros.
—Ojalá le hubiera roto un par de huesos.
—Joder, ______, me matas —Se levantó de la mesa y se alejó. —Sería agradable que actuaras como una mujer normal al menos durante veinte minutos. Ya sabes, llora y asústate para que yo pueda ser el hombre.
Me dejé caer en el sofá.
—¿No te sentiste como un hombre mientras ayudabas a Jeff a entrar en el taxi?
Miró el suelo y se encogió de hombros.
—Eso no es lo mismo.
—¿Lo has dañado permanentemente?
Joe se encogió de hombros y me miró.
—Es posible que no pueda ser padre en el futuro.
Me froté la cara y negué con la cabeza.
—¿Todos los hombres son iguales?
—Ese tipo te violó —Sus palabras salieron a través de sus dientes apretados.
Me estremecí ante su tono de voz.
—Sí, lo hizo.
—Y lo ha hecho otra vez esta noche —Miró alrededor, y suspiró. —Has pasado dos años construyendo una vida en la que te sentías segura, y entonces él aparece.
—Y la rompe en pedazos —admití en voz baja. —Él no importa, Joe. No importa cuánto haya influido en el pasado, ahora ya no. Lo que me hizo estuvo mal, y esa traición se quedará conmigo toda la vida, pero forma parte del pasado. Estuvo mal no presentar cargos contra él cuando ocurrió. Hay una parte de mí que me dice que soy la culpable. Me preocupa la próxima mujer con la que se cruce y que le haga sentirse inferior. Me gustaría tatuarle la palabra violador en la frente para que ninguna mujer volviera nunca a confiar en él.
—Todavía podrías llevarlo a juicio por lo que te hizo.
—Sí.
—Pero no lo harás.
—No.
—¿Por qué? —me preguntó Joe con voz tan baja que durante un minuto no me di cuenta de que había hablado.
—Porque eso no me proporcionaría justicia. Podría regodearme en lo que me hizo, o puedo seguir adelante. Esto puede sonar cobarde. Joder, incluso puede ser moralmente censurable.
—¿Qué te haría justicia, _______?
—No lo sé.
uncool.
Re: "desɴúdαтe pαrα мι" [נoe&tu]
YO CREO QUE LE GUSTARIA QUE LO CASTRARAN PARA QUE SE LE QUITE!!!! ESO ES LO MEJOR QUE HARIA QUE SE SINTIERA BIEN!!!...
SO PERVERSA VERDAD????
SO PERVERSA VERDAD????
chelis
Re: "desɴúdαтe pαrα мι" [נoe&tu]
epa, salio a la luz la cheli ruda :twisted: re mala tu con el Jeff ese, pero se lo merece. Aun que sea un pocito ¿no?chelis escribió:YO CREO QUE LE GUSTARIA QUE LO CASTRARAN PARA QUE SE LE QUITE!!!! ESO ES LO MEJOR QUE HARIA QUE SE SINTIERA BIEN!!!...
SO PERVERSA VERDAD????
uncool.
Re: "desɴúdαтe pαrα мι" [נoe&tu]
SIII.. SE LO MERECEE!!!!..... :jojojo:
PERO CAMBIENDO DE TEMA!!! EL JOSEPH!!! CREO QUE LE DIO AHII SU MERECIDO :jajajaj:
AAII SIGUELA PORFIIS
PERO CAMBIENDO DE TEMA!!! EL JOSEPH!!! CREO QUE LE DIO AHII SU MERECIDO :jajajaj:
AAII SIGUELA PORFIIS
chelis
Re: "desɴúdαтe pαrα мι" [נoe&tu]
Capitulo Nueve
{VI PARTE}
Entonces, ¿por qué no lo denuncias a la policía, y das ese paso?{VI PARTE}
—Ya he dejado Nueva York atrás —Me levanté del sofá y caminé hasta el extremo opuesto de la habitación. —Si lo etiquetara como violador, estaría diciéndole al mundo entero que yo fui su víctima.
—¿Y no puedes hacer eso?
—No, a menos que mi vida dependa de ello.
Las palabras cayeron con dureza entre nosotros. Lo miré a los ojos y vi que estaba furioso. Sabía que no estaba enfadado conmigo, sino con una situación que nunca sería capaz de controlar. Yo llevaba un equipaje que él no había esperado.
—Esto es lo que soy, Joseph.
—Ya lo veo —Se frotó la cabeza. —Sabía que eras una tarea complicada incluso antes de llevarte a la cama.
Me reí.
—No creo que ningún hombre me haya llamado así antes.
—Quizá no en tu cara —murmuró.
Cogí mi copa vacía y caminé hasta la cocina.
—¿Te gustaría beber algo?
—Joder, no.
Rellené mi copa y volví a apoyarme en la encimera.
Podía verlo desde la cocina; caminó de un lado a otro de la habitación un par de veces antes de detenerse en la entrada de la cocina. Yo esperé.
—Ven aquí,_______.
Dejé la copa sobre la encimera y caminé hacia él. Tomé la mano que me ofrecía, y me estremecí un poco mientras me atraía hasta él. La adrenalina, el miedo y la rabia aún hervían bajo mi piel. Podía sentir la misma energía impaciente en Joe. Sus manos se movieron por mi espalda y se deslizaron sobre mi trasero. Contuve el aliento mientras me levantaba del suelo y sujetaba mis piernas alrededor de su cintura.
Me colocó sobre la encimera y acarició mi rostro con dulzura.
—La primera vez que te vi, sentí que se me tensaba el estómago como si me hubieran golpeado. No lo entendí, y sigo sin hacerlo. Te deseo, y si esto forma parte de ti, estoy dispuesto a aceptarlo.
—De acuerdo.
—No soy perfecto —Apartó el cabello de mi frente, y me miró la cara. —Nunca te veré como una víctima. Sobreviviste a un acto de violencia atroz. Eso es lo que eres, una superviviente.
Suspiré cuando besó mis labios suavemente, y después susurró mi nombre mientras movía su boca a lo largo de mi mandíbula.
—No puedo pedir ayuda —dije.
—¿Por qué no?
Temblando, lo abracé con más fuerza, y enterré mi rostro en su cuello.
—Porque la única vez que lo hice, no vino nadie.
uncool.
Re: "desɴúdαтe pαrα мι" [נoe&tu]
PERO AHORA SERA DIFERENTE POR QUE TIENES A JOE!! Y EL TE CUIDARAAA!!!... CONFIA EN EL!!...
chelis
Re: "desɴúdαтe pαrα мι" [נoe&tu]
Capitulo Nueve
{VII PARTE}
Salí de la cama, atravesé la habitación, y entré en el baño. Cogí mi bata, me la puse y me anudé el cinturón. El rostro que me miraba desde el espejo no parecía asustado. De hecho, la mujer del espejo parecía jodidamente satisfecha. Volví a mirar a mi cama y a Joe, extendido sobre el colchón como si le perteneciera. Se había introducido en mi vida rápidamente, y me consideraba una mujer muy afortunada.{VII PARTE}
Nunca había conocido a un hombre como él. No sabía cómo manejarlo. Cogí el cepillo y me lo pasé por el cabello. El sueño y el sexo lo habían convertido en un desastre. Para cuando deshice los enredos y lo sujeté con una pinza, mi cama estaba vacía. Miré la habitación y encontré a Joe sentado en mi balcón con unos boxers con personajes de los Looney Toons en ellos.
—Dime la verdad: tienes un familiar con un oscuro sentido del humor que te envía esas cosas por navidad, ¿no?
Se rió y negó con la cabeza.
—Te prometo que me los compré yo mismo. Es una de las cosas a las que vas a tener que acostumbrarte.
Tal como estaban las cosas, no era algo malo a lo que acostumbrarse. Me acerqué a él y me senté en el balcón a su lado.
—Se que estás decepcionado por mi negativa a volver a Nueva York y presentar cargos contra Jeff.
—Sí.
Me quedé en silencio un momento; no había esperado que lo admitiera. Me succioné el labio inferior un momento, y lo liberé. No tenía nada más que decir sobre ese tema. Suspiré, me levanté, y extendí la mano.
—¿Por qué no vuelves conmigo a la cama y me demuestras lo mucho que te gusto?
Se levantó y deslizó su mano sobre la mía.
—Solo si me prometes que no harás bromas sobre mis calzoncillos.
Levanté una ceja.
—Cariño, no se me ocurriría. De hecho, estaba pensando que quizá podría comprarte un par, yo también. ¿Tienes algunos con La Sirenita?
Me apretó la mano, y en unos segundos me encontré tumbada sobre la mi espalda, Joe se tumbó sobre mí y usó su rodilla para separar mis piernas.
—Te voy a castigar por eso.
—¿Qué? ¿No te gusta La Sirenita? —le pregunté en voz baja.
Me arqueé bajo su cuerpo mientras presionaba su dura po.lla contra la seda de mi bata. Había demasiada tela entre nosotros. Separé las piernas un poco más, y me tensé bajo su sujeción. Atrapada e increíblemente excitada por su comportamiento agresivo, esperé a que respondiera.
—¿Tú qué crees?
—Vale, pero, ¿qué te parece una pareja de boxers, entonces? Tú podrías ser La Bestia, y yo La Bella —Me mordí el labio para no reírme.
—¿Tú crees?
—Oh, sí —asentí.
Deshizo el nudo de la bata y apartó la tela a un lado. Con una de sus manos sujetó mis muñecas bajo mi cabeza mientras deslizaba la otra entre mis piernas. Me quedé sin respiración cuando Joe acarició mis labios con los suyos antes de bajar su cabeza hasta uno de mis pechos. Con su lengua, jugueteó y acarició el pezón hasta que estuvo tan dolorosamente duro que cada roce de sus labios me arrancaba un tembloroso gemido de los míos.
Todo sobre Joseph estaba obligándome a alterar mis percepciones sobre mí misma, y lo que necesitaba para sobrevivir. Liberó mis manos mientras se apartaba de mí, dejaba la cama y se quitaba los boxers. Vi cómo sacaba un condón de la caja que había puesto en mi mesita de noche con una sonrisa y una anticipación que no intenté siquiera esconder. Volvió a la cama, colocándose el látex en la gruesa longitud de su pene.
Apreté los muslos mientras ponía una rodilla sobre la cama y tiraba de uno de mis tobillos. Me arrastró cuidadosamente hasta el borde del colchón. Me senté, y pasé las manos por sus muslos mientras levantaba la mirada y me encontraba con la suya. El intenso deseo se reflejaba desnuda y honestamente en sus ojos.
Besé la plana superficie de su estómago, y dejé que mis manos se movieran para tomar las suyas. Entrelazando sus dedos con los míos, me incorporó y tomó mi lugar en la cama. Dejé que me guiara, y me subió sobre sus muslos. Liberó mis manos y las coloqué sobre sus hombros mientras, cuidadosamente, me conducía sobre su *****.
Y allí estaba aquel caliente mordisco de placer y dolor que siempre venía cuando me colocaba sobre él. Dejé que mi cabeza cayera hacia atrás mientras se hundía en mi interior; la conexión física era profunda y abrumadora. Cuando pude, levanté la cabeza y lo miré. La luz del baño revelaba suavemente su rostro. Me atrajo hacia él mientras comenzaba a cabalgarlo lentamente.
Cerré los puños sobre su espalda para evitar arañar su piel con mis uñas.
—Nunca lo he entendido.
—¿Nunca entenderás qué, cariño? —Sus manos se movieron sobre mi espalda entonces, gentiles y cuidadosas en su exploración.
—Cómo algo puede ser tan bueno que llegue a doler.
Movió su mano entre nosotros, su pulgar presionó mi clítoris, y perdí el poco control que pensaba que aún tenía.
El orgasmo fue rápido.
Temblando, apenas me di cuenta de que se había levantado de la cama hasta que me tendió boca arriba y comenzó a penetrarme con lentas y calculadas embestidas.
uncool.
Re: "desɴúdαтe pαrα мι" [נoe&tu]
ahora mismo la sigo x)Puchy_ve escribió:Y la vas a dejar ahi? :sad:
epa, tu avatar es adictivo.
uncool.
Re: "desɴúdαтe pαrα мι" [נoe&tu]
Capitulo Diez
{I PARTE}
Para expresarlo claramente, no tenía tiempo para un desastre. Pero la vida tiene la costumbre de esperar hasta ese momento en el que no puedes cargar con una sola viruta de paja más, y justo entonces, te tira encima cien kilos adicionales. Desde la parte superior de las escaleras, observé sorprendida a Lisa Millhouse frente a James Brooks, apuñalando su pecho repetidamente con un dedo. Le hablaba con vehemencia y convicción, con un vocabulario que yo normalmente reservaba para los atascos de tráfico. Si maldecir a alguien tuviera categoría olímpica, estoy segura de que Lisa hubiera estado en el podio. Incliné la cabeza y miré a Jane. Era parte de los ávidos espectadores y, por una vez, no podía culparla. James y Lisa formaban una excitante y dinámica pareja.{I PARTE}
Me recoloqué el bolso en el hombro y caminé hacia ellos con lo que esperaba que fuera una sonrisa tolerante en el rostro.
—¡Buenos días!
Ambos se giraron para mirarme, preparados para morder, y después miraron el suelo. Afortunadamente, recordando que ya habían dado a catorce personas suficiente entretenimiento, se quedaron en silencio. Me aclaré la garganta e hice una señal hacia mi despacho.
—¿Por qué no continuamos esa conversación en mi oficina?
Eché una mirada a Jane por encima de mi hombro, con la expresión universal de necesito cafeína a la voz de ya. Supongo que se sentía aliviada por estar fuera de la línea de fuego. Entré en mi despacho y cerré la puerta. Lisa y James se sentaron frente a mi escritorio, cada uno en un extremo. Me tomé mi tiempo para acomodarme.
—Bien —Me eché hacia atrás en la butaca y los miré a los dos. —Como ni siquiera sabía que ustedes dos se conocían, puedo garantizarles que no tengo ni idea de por qué estaban discutiendo. Sin usar la frase "él empezó", Lisa, cuéntame qué ha pasado.
Lisa cruzó los brazos y me miró durante un largo momento. Entonces aspiró aire profundamente, se mordió el labio inferior, y estalló.
—¡Pero empezó él!
—¡Y una mierda!
—Señor Brooks —murmuré. —No es tu turno de hablar.
James se desplomó en su silla.
—Esto no es justo.
Era como hablar con niños de cinco años.
—¿Es un conflicto profesional o personal?
—Profesional —soltó Lisa.
—Personal —la corrigió James con los dientes apretados.
Lisa se sonrojó y yo comencé a reírme.
—Entiendo, ¿entonces el espectáculo que le habéis dado a los trabajadores hace un par de minuto eran juegos preliminares?
Lisa se levantó.
—¡No tienes que ser ofensiva!
—Tú eres la única que está siendo ofensiva aquí —le espetó James en respuesta.
—Oh, que te den por el culo. —Lisa salió de la oficina apresuradamente, con un portazo tan fuerte que la pared de cristal tembló.
Miré a James.
—Brooks, ¿estás intentando alejar a todos los artistas con los que actualmente trabaja esta galería, o solo pretendes sacar de quicio a Lisa?
—Esto no es asunto tuyo, _____.
—Lo sé.
James se frotó la cara y se levantó.
—Esa mujer es irracional. ¡A la mayoría de las mujeres no les importa que las invites a cenar!
Golpeé la superficie de mi escritorio con una uña.
—¿Tuviste en cuenta de algún modo que su posición en esta galería se vería afectada por la cena contigo?
—Gracias —murmuró James. —No tenía ni idea de que pensaras que fuera un bastardo sexista.
—No he dicho eso.
Con excesiva lentitud, tomó aliento y dijo:
—No, ______, no impliqué el que su posición en la galería fuera a verse afectada por salir o no conmigo —Me miró como si pensara que yo no lo creía. —Jane nos presentó, y yo le dije que me gustaba el trabajo que había visto de ella hasta ahora. Lisa estaba aquí para hablar sobre el proyecto de los institutos con Jane. Me entrometí en su reunión porque me sentía atraído por ella. Al final de la reunión, Jane usó su instrumento de tele-transportación súper secreto para desaparecer —Agitó la cabeza y miró a Jane, que acababa de volver con el café, lo dejó en mi escritorio, y se marchó. —Tiene un increíble talento para eso.
Me reí, entendía lo que quería decir.
—Es bastante sigilosa. Entonces, ¿qué pasó cuando Jane dejó la habitación?
—Le pedí a Lisa que saliera a cenar conmigo, y le dije que estaba interesado en descubrir más sobre la fuente de su inspiración. Nunca había conocido a una escultura con ese tipo de pasión y violencia tranquila. —Me miró, y supe que lo que pensaba se me reflejaba en la cara. —¿Qué?
Suspiré.
—Lisa valora su privacidad.
—Lo entiendo.
—No —Negué con la cabeza. —Lisa es compulsiva sobre su intimidad. Tendrás que traspasar su coraza, y sinceramente, no sé si podrás hacerlo —Miré la zona de trabajo y suspiré. —Si quieres puedes pedirle consejos a Joseph.
—Pensaba que él y tú...
—Sí, pero tuvo una relación con Lisa en el pasado. La conoce mucho mejor que cualquiera de nosotros. —James se levantó y se metió las manos en los bolsillos. —Y James, no te aconsejo que llames a Lisa irracional a la cara. Esa mujer tiene un soplete.
James asintió y, con una pequeña sonrisa, dejó mi despacho. Jane esperó hasta que James bajó las escaleras antes de levantarse de su silla y correr hasta la puerta de mi oficina.
Cerró la puerta, caminó tranquilamente hasta mi escritorio y me susurró:
—Lisa le dijo de todo menos chupapollas. Y no repitió insulto ni una sola vez.
Miré mi escritorio e intenté mantener un rostro serio, pero al final, perdí la batalla y solté una carcajada. Jane se sentó en la silla que James acababa de abandonar. Esperó hasta que hube terminado de reírme antes de continuar.
Se cepilló los pantalones como si hubiera encontrado pelusas en ellos y me miró.
—Son tal para cual.
Asentí y suspiré.
—Sí, me he dado cuenta.
uncool.
Re: "desɴúdαтe pαrα мι" [נoe&tu]
guuuaauuuu otra que encuentra a su chico ideaaalll!!!
esperemos que joseph lo ayudeee
esperemos que joseph lo ayudeee
chelis
Re: "desɴúdαтe pαrα мι" [נoe&tu]
Capitulo Diez
{II PARTE}
Ahora que sus planes para contratar a Jeff King se habían desbaratado, Milton había comenzado su labor con el resto de la galería. Le llevó unas cuatro horas alienar a todo el equipo de administración, y el día entero para hacerse con el equipo de ventas. El personal de ventas está acostumbrado a tratar con gente difícil, y tienen una gran tolerancia a las gilipo.lleces. Las mujeres de la zona de trabajo se escondían en el baño en grupos de dos o tres. Los dos hombres que trabajaban en la galería no eran objetivo de Milton, así que la mayor parte del tiempo obstaculizaba a los demás.{II PARTE}
Milton llegó a mi despacho casi a mediodía. Cerró la puerta, esforzándose por mirarme fijamente. Siempre me había parecido un malvado duende de talla grande, aunque la idea de Lisa del gnomo de jardín tenía gracia. Milton era un hombre enorme... Era su personalidad lo que lo hacía parecer tan pequeño e inútil.
—¿Qué puedo hacer por ti, Milton?
—¿Vas a poner a Jane Tilwell en tu puesto?
—Sí.
—No está preparada para ese trabajo.
—La señorita Tilwell está licenciada tanto en Empresariales como en Historia del Arte. Es perfecta para el puesto.
—Sería mejor que contrataras a Jeff King.
—No.
—Yo todavía tengo poder aquí.
—No me parece que la habilidad para acosar y reprender a los demás sea poder —Su rostro se puso rojo de furia, y me sorprendió ver una pequeña mueca de culpabilidad en su rostro. Después de todo, parece que era un ser humano.
Murmuró algo entre dientes y dejó mi oficina. Miré hacia la mesa de Jane y la encontré al teléfono. Suspiré, y cuando me miró, le hice una señal para que entrara. Creía que tenía derecho a conocer la irritación de Milton y su conocimiento de su futuro en la galería.
***
Me olvidé de James Brooks hasta que entré en la galería de Joe. Entré con la llave que había colocado en mi llavero y, tras subir las escaleras corriendo, encontré a James sentado en mi butaca roja, con una cerveza en la mano. Agitaba su mano libre mientras hablaba. Fruncí el ceño; no me gustaba verlo sentado en mi butaca.—Esa maldita mujer no tiene derecho a ser tan cruel —Su tono era prepotente.
Joe se rió.
—Las mujeres son, posiblemente, las criaturas más crueles del mundo. Tienen demasiado carácter, pero como también son las únicas que tienen co.ño, tendremos que aguantarnos.
Si no hubiera llevado mi bolso grande, se lo hubiera tirado a la cara.
—Señor Jonas.
Miró hacia mí, se quitó las gafas de seguridad, y se metió la herramienta en el bolsillo de los vaqueros.
—Dulce ________, precisamente ahora estábamos hablando de ti.
Me reí y negué con la cabeza.
—¡Cómo he podido acabar estando contigo!
—Pregúntame eso un poco más tarde otra vez. Será un placer recordártelo.
—Lo haré —Levanté una ceja y lo miré de arriba abajo.
Empecé a subir el segundo tramo de escaleras, pero me detuve para quitarme los zapatos.
—¿Están bebiendo la cena?
—Él está bebiendo —Joseph se rió y señaló a James, que miraba lastimeramente una botella de cerveza vacía. —Yo estoy trabajando. He pedido comida. Llegará pronto.
Asentí y me detuve a los pies de la escalera.
—James.
Me miró y me ofreció una sonrisa.
—¿Sí, _____?
—No vas a encontrar la respuesta a tu pregunta en el fondo de una botella.
—Esta noche estoy ahogando mis penas. Mañana voy a practicar la postración y el ruego. Después lo haré de verdad en el porche delantero de Lisa.
Chasqueé la lengua.
—Deberías conseguir una armadura.
—¿Disculpa?
—Como mínimo, un casco sería una buena inversión.
Mientras comenzaba a subir las escaleras, James preguntó a Joe a qué me refería, y Joe se rió.
—A Lisa le gusta disparar a sus visitas no invitadas con una pistola de pintura.
uncool.
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