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coffee love.{novela colectiva}
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Re: coffee love.{novela colectiva}
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] muchas gracias por haberme permitido. Besos♥
✦ ausente.✦
pixie.
Re: coffee love.{novela colectiva}
ZoeAnneThompson escribió:[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] muchas gracias por haberme permitido. Besos♥
Omg Evi<3333 me alegra que te guste la nc<333
disappear.
Re: coffee love.{novela colectiva}
yo no soy escritora de aquí pero si lectora(?) espero que la sigan pronto, está genial
D.A.Bruno
Re: coffee love.{novela colectiva}
Capítulo 007
Despertar.
El sentimiento contradictorio que tenía hacia esa acción la abrumaba en gran manera; claro, tanto como aborrecía despertar y estropear sus sueños, abrir los ojos cada día la reconfortaba, le hacía saber que tenía una nueva oportunidad para sonreír, para perdonar, para ser perdonada y sobre todo, para que otras personas pudieran despertar otra madrugada. Y aquella mañana, a pesar del lacerante frío presente, se levantó con una sonrisa en el rostro. Rápidamente seleccionó un pantalón color vino y una camiseta holgada de color blanco y entro a la ducha, procurando que el agua estuviera tibia para cuando ingresara a su veloz aspersión; salió del cuarto de baño unos pocos minutos después, afirmando nuevamente la toalla que protegía su desnudo rostro de la vista de cualquier vecino que decidiera, indeseablemente, quedarse observando su cuerpo mientras ella se cambiaba. Y aunque no lo creyesen, sí que había hombres así en su vecindario. Se colocó su vestuario, quedando conforme de la elección anteriormente realizada. Se peinó, al tiempo que intentaba desesperadamente encontrar sus zapatos; buscó debajo de la cama sin ningún resultado, y de repente se encontró con una mota de cabello blanco jugando con sus tan anhelados calzados.
—Carajos, Snowy, que lo has llenado de baba— murmuró fastidiada, mientras procedía a sacar sus zapatos de emergencia.
Vio a la bola de pelos moverse y girar como estúpido, y soltó una risita. Le encantaba la actitud tonta de aquel perro peludo, casi sin preocupaciones. Era tan libre como se veía, es más, en lo profundo de su mente, cabía la idea de que su perro fuera un Hippie encubierto.
Beatrice suspiró, mientras corría por su mochila y salía de su hogar con cuidado, puesto que la nieve que había caído el día anterior, dejó el piso resbaloso y ella era lo bastante torpe como para caer en situaciones como esta. Saludó a cada una de las personas que pasaban a su lado, fuesen o no conocidas, y ellos le respondían de igual manera. La mayoría la conocía porque reconocían su trabajo en el famoso café “Coffee Love” y los demás, porque les había salvado la vida en su corta trayectoria como doctora en el hospital cercano a su casa.
El trayecto, gracias a tanto saludo, se le hizo más corto de lo normal, y sonrió feliz cuando ingresó a la cafetería. Aquel lugar era uno de los más preciados para ella, uno de esos lugares en los que te sientes más vivo que nunca, y que a pesar de realizar las mismas acciones, nunca se convertiría en una monotonía. Ese trabajo era su vida, y nadie podría quitárselo.
Sin siquiera haber ingresado al local, el olor a café y bocadillos recién horneados inundó sus fosas nasales; se acercó a la puerta delantera y cogió su delantal, al tiempo en que giraba el letrero de “Cerrado” y dejaba al descubierto la palabra “Abierto”. Se adentró a la cocina, dando por comenzada su jornada laboral.
Atendía fervientemente a las parejas que llegaban, tomando su orden y procediendo a entregarla minutos más tarde. No había descanso y eso le gustaba, sólo de esa manera podía dejar de pensar en los fantasmas de su pasado, que aparecían incesantemente en los momentos menos adecuados. No le gustaba hablar sobre aquello, era un tema que estaba enterrado y que nadie lograría sonsacar. Era el lado oscuro que ella jamás quiso mencionar, y que, por consiguiente, planeaba llevar a la tumba. Sacudió su cabeza, al darse cuenta de que se había perdido en sus recuerdos, por quinta vez en el día.
— ¡Hey, Bea! ¿Estás bien?— murmuró Cassandra, observándola con el ceño fruncido en preocupación.
—Sí, sólo estoy un poco despistada hoy— contestó, haciendo reír a su amiga y compañera de trabajo.
Ambas volvieron a su trabajo, sonriendo a la enamorada clientela que cada día volvía a la cafetería, añorando un poco más de aquella mágica receta únicamente disponible en el local.
Se acercó a una mesa, mirando con detenimiento a la pareja que se encontraba sentada, discutiendo, y ellos, al percatarse de la presencia de Beatrice guardaron silencio.
—Buenos días, mi nombre es Beatrice y seré quien les atienda el día de hoy. ¿Qué desean ordenar?— habló, con las palabras escapando de su boca como si se controlaran a ellas mismas.
—Dos cafés solamente— respondió el joven muchacho de cabellos castaños, y sin más, la chica se marchó en busca de la orden.
La chica sirvió los cafés, y además, añadió unas medias lunas. Aquellos bocadillos eran especiales, eran la receta que hacía de Coffee Love, un lugar extraordinario. Cuando ella volvió, aquella pareja seguía discutiendo y cuando ella colocó la bandeja con los bocadillos ambos la miraron confundidos.
—Cortesía de Coffee Love— susurró con una sonrisa.
Ambos le sonrieron en agradecimiento, y cuando ella se retiró, por el rabillo del ojo observó cómo el chico se decidía y besaba a la chica. Beatrice suspiró tiernamente y se retiró hacia la última mesa, encontrando a un chico solitario sentado en ella. Frunció el ceño, ella siempre atendía a aquel muchacho de tez morena. Siempre venía sólo, y descartaba la atención de cualquier otra chica que no fuera ella. Se acercó cautelosa, y sonrió.
—Buenos días, ¿qué se le apetece ordenar?— Anótenlo en su mente. Nunca hay un saludo igual en Coffee Love.
El chico la observó detenidamente, y ella sintió el calor desplazándose hacia sus mejillas debido a la atención recibida.
—A ti— lo oyó susurrar, pero creyó escuchar mal, puesto que ningún cliente había pedido eso. ¡Ella no era parte del menú!
—Espera, ¿qué has dicho?—
—Un cappuccino y un pastel de chocolate para llevar— respondió el moreno, sin sacar sus ojos de los de ella.
La chica se retiró y volvió en un santiamén, aún confundida por lo que ella creyó escuchar. Sacudió su cabeza y sonrió nuevamente.
—Aquí está su orden, serían 5 dólares
—No te pagaré— rebatió el oji almendrado, con una sonrisa en el rostro.
— ¡Tienes que pagarme!— recriminó la rubia, cruzando sus brazos.
—No lo haré, a menos que me digas tu nombre primero.
La chica bajó sus brazos, sintiendo su coraza desaparecer. Aquél chico le hacía sentir cosas tan sólo oyendo sus palabras, y que le pidiera su nombre le hacía querer dar saltitos por toda la cafetería, como una chica locamente enamorada.
El joven, en cambio, sonreía para sus adentros, ¡claro que sabía su nombre!, había venido al menos tres meses sólo para verla entregarle su café con aquella sonrisa deslumbrante, pero su nombre sonaba completamente deseable cuando ella lo susurraba, con el rubor en sus mejillas. Escucharla hablar era música en sus oídos.
—Mi nombre es Beatrice— musitó, extendiendo su mano lentamente para recibir el billete de 5 dólares, pero se detuvo abruptamente cuando el chico comenzó a escribir en él.
—El mío es Zayn, y espero que algún día me llames, para poder escuchar tu dulce voz de nuevo— murmuró, mientras se levantaba y se iba corriendo, abandonando su pedido en aquella mesa, mientras ella leía el texto que se presentaba en el billete.
«Nunca dejes de sonreír, porque tu sonrisa ilumina mis mañanas. Soy Zayn, y mi número es el 78965745. Llámame (: x.»
Beatrice sonrió y apoyó sus codos en la mesa, mientras suspiraba. Aquel chico la estaba volviendo loca, pero loca de amor.
El sentimiento contradictorio que tenía hacia esa acción la abrumaba en gran manera; claro, tanto como aborrecía despertar y estropear sus sueños, abrir los ojos cada día la reconfortaba, le hacía saber que tenía una nueva oportunidad para sonreír, para perdonar, para ser perdonada y sobre todo, para que otras personas pudieran despertar otra madrugada. Y aquella mañana, a pesar del lacerante frío presente, se levantó con una sonrisa en el rostro. Rápidamente seleccionó un pantalón color vino y una camiseta holgada de color blanco y entro a la ducha, procurando que el agua estuviera tibia para cuando ingresara a su veloz aspersión; salió del cuarto de baño unos pocos minutos después, afirmando nuevamente la toalla que protegía su desnudo rostro de la vista de cualquier vecino que decidiera, indeseablemente, quedarse observando su cuerpo mientras ella se cambiaba. Y aunque no lo creyesen, sí que había hombres así en su vecindario. Se colocó su vestuario, quedando conforme de la elección anteriormente realizada. Se peinó, al tiempo que intentaba desesperadamente encontrar sus zapatos; buscó debajo de la cama sin ningún resultado, y de repente se encontró con una mota de cabello blanco jugando con sus tan anhelados calzados.
—Carajos, Snowy, que lo has llenado de baba— murmuró fastidiada, mientras procedía a sacar sus zapatos de emergencia.
Vio a la bola de pelos moverse y girar como estúpido, y soltó una risita. Le encantaba la actitud tonta de aquel perro peludo, casi sin preocupaciones. Era tan libre como se veía, es más, en lo profundo de su mente, cabía la idea de que su perro fuera un Hippie encubierto.
Beatrice suspiró, mientras corría por su mochila y salía de su hogar con cuidado, puesto que la nieve que había caído el día anterior, dejó el piso resbaloso y ella era lo bastante torpe como para caer en situaciones como esta. Saludó a cada una de las personas que pasaban a su lado, fuesen o no conocidas, y ellos le respondían de igual manera. La mayoría la conocía porque reconocían su trabajo en el famoso café “Coffee Love” y los demás, porque les había salvado la vida en su corta trayectoria como doctora en el hospital cercano a su casa.
El trayecto, gracias a tanto saludo, se le hizo más corto de lo normal, y sonrió feliz cuando ingresó a la cafetería. Aquel lugar era uno de los más preciados para ella, uno de esos lugares en los que te sientes más vivo que nunca, y que a pesar de realizar las mismas acciones, nunca se convertiría en una monotonía. Ese trabajo era su vida, y nadie podría quitárselo.
Sin siquiera haber ingresado al local, el olor a café y bocadillos recién horneados inundó sus fosas nasales; se acercó a la puerta delantera y cogió su delantal, al tiempo en que giraba el letrero de “Cerrado” y dejaba al descubierto la palabra “Abierto”. Se adentró a la cocina, dando por comenzada su jornada laboral.
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Atendía fervientemente a las parejas que llegaban, tomando su orden y procediendo a entregarla minutos más tarde. No había descanso y eso le gustaba, sólo de esa manera podía dejar de pensar en los fantasmas de su pasado, que aparecían incesantemente en los momentos menos adecuados. No le gustaba hablar sobre aquello, era un tema que estaba enterrado y que nadie lograría sonsacar. Era el lado oscuro que ella jamás quiso mencionar, y que, por consiguiente, planeaba llevar a la tumba. Sacudió su cabeza, al darse cuenta de que se había perdido en sus recuerdos, por quinta vez en el día.
— ¡Hey, Bea! ¿Estás bien?— murmuró Cassandra, observándola con el ceño fruncido en preocupación.
—Sí, sólo estoy un poco despistada hoy— contestó, haciendo reír a su amiga y compañera de trabajo.
Ambas volvieron a su trabajo, sonriendo a la enamorada clientela que cada día volvía a la cafetería, añorando un poco más de aquella mágica receta únicamente disponible en el local.
Se acercó a una mesa, mirando con detenimiento a la pareja que se encontraba sentada, discutiendo, y ellos, al percatarse de la presencia de Beatrice guardaron silencio.
—Buenos días, mi nombre es Beatrice y seré quien les atienda el día de hoy. ¿Qué desean ordenar?— habló, con las palabras escapando de su boca como si se controlaran a ellas mismas.
—Dos cafés solamente— respondió el joven muchacho de cabellos castaños, y sin más, la chica se marchó en busca de la orden.
La chica sirvió los cafés, y además, añadió unas medias lunas. Aquellos bocadillos eran especiales, eran la receta que hacía de Coffee Love, un lugar extraordinario. Cuando ella volvió, aquella pareja seguía discutiendo y cuando ella colocó la bandeja con los bocadillos ambos la miraron confundidos.
—Cortesía de Coffee Love— susurró con una sonrisa.
Ambos le sonrieron en agradecimiento, y cuando ella se retiró, por el rabillo del ojo observó cómo el chico se decidía y besaba a la chica. Beatrice suspiró tiernamente y se retiró hacia la última mesa, encontrando a un chico solitario sentado en ella. Frunció el ceño, ella siempre atendía a aquel muchacho de tez morena. Siempre venía sólo, y descartaba la atención de cualquier otra chica que no fuera ella. Se acercó cautelosa, y sonrió.
—Buenos días, ¿qué se le apetece ordenar?— Anótenlo en su mente. Nunca hay un saludo igual en Coffee Love.
El chico la observó detenidamente, y ella sintió el calor desplazándose hacia sus mejillas debido a la atención recibida.
—A ti— lo oyó susurrar, pero creyó escuchar mal, puesto que ningún cliente había pedido eso. ¡Ella no era parte del menú!
—Espera, ¿qué has dicho?—
—Un cappuccino y un pastel de chocolate para llevar— respondió el moreno, sin sacar sus ojos de los de ella.
La chica se retiró y volvió en un santiamén, aún confundida por lo que ella creyó escuchar. Sacudió su cabeza y sonrió nuevamente.
—Aquí está su orden, serían 5 dólares
—No te pagaré— rebatió el oji almendrado, con una sonrisa en el rostro.
— ¡Tienes que pagarme!— recriminó la rubia, cruzando sus brazos.
—No lo haré, a menos que me digas tu nombre primero.
La chica bajó sus brazos, sintiendo su coraza desaparecer. Aquél chico le hacía sentir cosas tan sólo oyendo sus palabras, y que le pidiera su nombre le hacía querer dar saltitos por toda la cafetería, como una chica locamente enamorada.
El joven, en cambio, sonreía para sus adentros, ¡claro que sabía su nombre!, había venido al menos tres meses sólo para verla entregarle su café con aquella sonrisa deslumbrante, pero su nombre sonaba completamente deseable cuando ella lo susurraba, con el rubor en sus mejillas. Escucharla hablar era música en sus oídos.
—Mi nombre es Beatrice— musitó, extendiendo su mano lentamente para recibir el billete de 5 dólares, pero se detuvo abruptamente cuando el chico comenzó a escribir en él.
—El mío es Zayn, y espero que algún día me llames, para poder escuchar tu dulce voz de nuevo— murmuró, mientras se levantaba y se iba corriendo, abandonando su pedido en aquella mesa, mientras ella leía el texto que se presentaba en el billete.
«Nunca dejes de sonreír, porque tu sonrisa ilumina mis mañanas. Soy Zayn, y mi número es el 78965745. Llámame (: x.»
Beatrice sonrió y apoyó sus codos en la mesa, mientras suspiraba. Aquel chico la estaba volviendo loca, pero loca de amor.
peeta.
Re: coffee love.{novela colectiva}
¡Hola chicas!, bueno, aquí está el capítulo, espero que les guste y no haberlas decepcionado.
Frazer.: Gia, tu capítulo me mató, sobre todo la conversación de Ginger con su hermano. Ella es knfornorfor; no sé, la amo, y me encanta el hecho de que le guste el patinaje sobre hielo. ¡Eso es genial! ahq. Amo tu forma de escribir, tu narración es perfecta y... esop *-*
smileformejai.: Anita la huerfanita *-* amo tu forma de escribir. Es completamente bella. Y Olly es el ser más tierno que he leído en una novela *-* ay, me dan ganas de apretar sus cachetitos (?) Me encantó la idea de que Liam le dijera que amaba su forma de cantar, porque sentí que mi corazón se saldría de mi pecho con tanta ternura *-* ay, lloraré c':
Lizzie Boo: Liz, amo a Amelie (Mackenzie) es tan kmfnjrfnr; y comprendo su situación, eso de ser claustrofóbica no es lo mejor, but ¡Logaaaan! jrfrnfrkfkj; me encantó lo de la cara (?) ahq.
Deby: Ay, muero de amor, ¿sabes que yo soy fotógrafa? njkfjrnf; comprendo completamente a Cassie, ¡Y su perro! ¿por qué le haces esto, ah? Odio los zapatos XDD y el haroldo, que la siguió sólo para devolverle la cámara *-* aaay c:
truelove.: Aaay, Vics, tu forma de escribir *-* me mata. Y Nick de rompe corazones ahq. Me encantó tu capítulo, y la forma de ser de Summer, jrnfnrkfj; espero con ansias leer otro capítulo tuyo *-*
Miry: JAJAJAJA el gato del hermano de Jane XDD. Odio a su hermano, es tan bruto :c le daré con un martillo en la cabeza por ser tan estúpido :ccc "Tan falsa como si yo fuera rubia natural" lol XDD con eso me compraste (?) ahq. Shelley es efnirfrj una ternurita *-* amo como escribes, y lo sabes ily<33
Frazer.: Gia, tu capítulo me mató, sobre todo la conversación de Ginger con su hermano. Ella es knfornorfor; no sé, la amo, y me encanta el hecho de que le guste el patinaje sobre hielo. ¡Eso es genial! ahq. Amo tu forma de escribir, tu narración es perfecta y... esop *-*
smileformejai.: Anita la huerfanita *-* amo tu forma de escribir. Es completamente bella. Y Olly es el ser más tierno que he leído en una novela *-* ay, me dan ganas de apretar sus cachetitos (?) Me encantó la idea de que Liam le dijera que amaba su forma de cantar, porque sentí que mi corazón se saldría de mi pecho con tanta ternura *-* ay, lloraré c':
Lizzie Boo: Liz, amo a Amelie (Mackenzie) es tan kmfnjrfnr; y comprendo su situación, eso de ser claustrofóbica no es lo mejor, but ¡Logaaaan! jrfrnfrkfkj; me encantó lo de la cara (?) ahq.
Deby: Ay, muero de amor, ¿sabes que yo soy fotógrafa? njkfjrnf; comprendo completamente a Cassie, ¡Y su perro! ¿por qué le haces esto, ah? Odio los zapatos XDD y el haroldo, que la siguió sólo para devolverle la cámara *-* aaay c:
truelove.: Aaay, Vics, tu forma de escribir *-* me mata. Y Nick de rompe corazones ahq. Me encantó tu capítulo, y la forma de ser de Summer, jrnfnrkfj; espero con ansias leer otro capítulo tuyo *-*
Miry: JAJAJAJA el gato del hermano de Jane XDD. Odio a su hermano, es tan bruto :c le daré con un martillo en la cabeza por ser tan estúpido :ccc "Tan falsa como si yo fuera rubia natural" lol XDD con eso me compraste (?) ahq. Shelley es efnirfrj una ternurita *-* amo como escribes, y lo sabes ily<33
peeta.
Re: coffee love.{novela colectiva}
Omg, omg, omg. <3
Gen, cómo decirlo... fue un encanto el capítulo. *-*
Beatrice es muy tierna, y bueno ni hablar de Zayn; la pareja perfecta.
Ily. <333
Gen, cómo decirlo... fue un encanto el capítulo. *-*
Beatrice es muy tierna, y bueno ni hablar de Zayn; la pareja perfecta.
Ily. <333
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