Love is to suffer. | n.c | cancelada.

Capítulo dos. 

24 de diciembre del 2013.

Harry observaba fijamente la puerta esperando que Louis entrara con una caja de té en manos y una sonrisa en el rostro. ¿A dónde había ido? ¿Se encontraba bien? Lo qué Harry no sabía es que Louis había pasado a ser una de las 88 personas que desaparecen en Inglaterra por día, una de las 10.000.000 personas que desaparecen en el mundo cada año. El teléfono móvil de Harry empezó a sonar, su corazón se aceleró al pensar que era Louis diciendo que había tomado la ruta incorrecta y no sabía como regresar, pero la gran sonrisa desapareció enseguida al ver que era Johanna la madre de Lou. «Quizás este con su madre y sus hermanas»
—Harry ¿Esta contigo Louis? Dile que conteste el móvil, me manda al buzón de voz.—Harry procesaba la información, Louis no estaba donde su madre, no había llegado a casa y la delincuencia había aumentado notablemente en las últimas semanas. 
—Justo le iba llamar para preguntarle, Louis no llego a casa. Pensé que estaba con usted, salí un momento y al regresar él ya no estaba; estoy preocupado.—una cristalina lágrima cayo por la mejilla derecha del chico de ojos verdes, acariciando su piel e intentando dar consuelo, en el fondo le atormentaba saber que sí el no se hubiera ido, si se hubiera quedado en casa quizás Louis estaría a su lado, celebrando, riendo, abriendo regalos, dando abrazos y repartiendo amor. La voz de Johanna se quebró ¿su hijo estaba desaparecido en su cumpleaños y en víspera de Navidad? 
—¿Y porqué no me has avisado hace horas? ¡Mi hijo podría estar malherido, con frío!—se mordió la lengua para evitar decir «O quizás muriéndose» si Louis estuviera muerto una parte de Harry hubiera muerto.
—Porque yo pensaba que estaba con usted, que se había enojado conmigo y quería darme un susto y por eso no cogía el móvil. 
—¿Y porqué no me llamaste en ese momento? Llamare a la policía..—Johanna corto la llamada. Harry dejo caer su celular al suelo, en la pantalla se veía una imagen de ellos. Sus ojos verdes se llenaron de lágrimas, sus manos cubrían su rostro y de su voz salían sollozos.
—¡Todo es mi maldita culpa! Si no me hubiera ido, el estaría aquí. Él egoísta fui yo, no él. Te necesito Louis, te necesito como nunca pensé necesitar a alguien.—levanto su teléfono móvil, en cualquier momento Louis podría llamar o cualquier persona. 

Pero ese teléfono nunca sonó, nunca se escucho la voz de Louis a menos que sea un buzón de voz, sólo así Harry podía escucharla, nadie llamo para pedir rescate, nadie llamo para decir que habían visto a Louis, nadie sabía nada. Los policías no servían "buscaban bajo las pierdas" pero ¿qué encontraban? Nada, simplemente nada; la impotencia de no saber, de no poder hacer algo ¿de qué sirve entregar afiches con el rostro de Louis impreso? Nadie les tomaba importancia, nadie o casi nadie sabía el dolor de haber perdido a una persona especial, una madre había perdido a un hijo, cuatro hermanas habían perdido a un hermano y un chico había perdido el amor de su vida. Esos desconocidos, que buscan a una persona lo único que les importa es encontrarla, tomarla y nunca soltarla, uno nunca sabe cuando será la última vez, uno nunca sabe...

23 de diciembre del 2014.

Harry repartía los afiches con la cara de Louis impresa, el número telefónico de Johanna y también el suyo.—¿Ha visto este chico?—Harry pregunto a un hombre de traje, con su portafolio en mano y las llaves de su auto en la otra. 
—No. 
—Pero ni siquiera ha visto la foto. Quizás sepa algo.—Harry seguía insistiendo. Le entrego el afiche pero el hombre lo rechazo.
—He dicho que no, tengo prisa.—dicho eso, aquel hombre de traje caminó lo más rápido, 
—Gracias por su tiempo.—Harry solo observaba, ya había pasado un año y no había nada, no avanzaba la investigación, nadie sabía nada y sólo quedaba seguir buscando. «—Quizás deberías rendirte Harry, quizás Louis este en un lugar mejor.“ ¿Acaso nadie veía que Harry se estaba quebrando con el paso del tiempo? Nadie se preocupaba por él, a nadie le importaba si en medio de la noche, entre los demonios de la realidad y la soledad él se perdía. 
El frío invierno azotaba a Londres, el viento hacia revolotear la bufanda de un rojo carmesí que pertenecía a Louis, su esencia ya no se encontraba en ella, había ido poco a poco desapareciendo, junto con las esperanzas. Observo el reloj en su muñeca izquierda, ya era demasiado tarde y mañana temprano tenía que ir a casa de su madre a pasar las fiesta. «Necesitas distraerte, regresa a casa y pasa un tiempo con nosotros. Necesitas a tu familia.» Harry solo necesitaba volver a ver a Louis, oír su voz, perderse en sus brazos, sentir sus labios; sentirlo a él aunque sea una última vez. 
—Nadie ve que me estoy quebrando...—caminaba hacia su casa, había dejado de llamarlo hogar hace tiempo, desde la desaparición de Louis la casa de paredes blancas ya no olía a Té, ya no había risas, ya no había nada más que la sombra de Harry y las fotografías de ambos. Escondió sus manos en los bolsillos de la chaqueta que llevaba puesta.—Todo el mundo cree que me preocupo por mi "mejor amigo", él no sólo era mi mejor amigo, era mi todo. Y yo no puedo vivir sin mi todo.—entonces todo inicio. Harry empezó a toser, se cubrió con su mano derecha y se sorprendió al ver lo que había en ella. Parpadeo un par de veces, un poco sorprendido, un poco alarmado. 

—Sangre. ¿Porqué sangre? 

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Capitulo 1

Frutas
Luego de que mi alarma sonara me levante, cansada. Mi mamá me hizo ayudarla a limpiar su jardín e ir a ver a mis tíos del otro lado de la cuidad. Mis tíos unos amantes de la música, tienen una tienda, es muy bonita tienen de todo tipos de genero. 
Me mire al espejo por ultima vez, mis dientes me hacen ver... ¿un conejo? sonreí como si fuese a verme a alguien, termine de lavarme los dientes y baje, estaban mis mamá y mi hermano.
¿Que clase de familia desayuna frutas? Cuando mi padre esta de viaje, mi madre hace esto, y cuando esta es tarta de frutas hervidas, un asco seria, pero es rico, pero que todos lo días estés comiendo es muy... No sé como decirlo. 
Quiero ser una familia normal, quiero tomar leche, café y unas tostadas. ¡No frutas!
—Me voy —le dije y beso mi frente, sonreí. 
Ella es mi mamá, Juliana Morrison. dulce y sobre-protectora y el que esta a su lado despidiéndose, es mi hermano mayor, Aron.
—Vamos nena —dijo empujándome, levante mi mano en señal de chau. 
Luego que lo echara de la puerta de mi colegio, tan desesperadas por un chico, mis compañeras. Se acercaron a el, como si fuese comida y le estaba apunto de pedirle el facebook, su numero, su edad... Todo. Pero lo eche por suerte.
Fui a reunirme con mis amigas; Selene y Georgia, de mi misma edad, pero con unas fallas, ya verán porque.
—hola Hayley —dijo feliz, Selene. Duro poco ya que la rubia, la saco de mi y ella me beso la mejilla.
—Hola Ley —sonrió y y la castaña la miro mal como de costumbre.
—Hola chicas —dije sonriente. 
Se odian porque Selene salió con el ex de Georgia, y este la dejo porque le gusto más ella. Y el no era feo ni nada, ya que Zayn, es lindo. Después cortaron ya que el se fue del país. 
—¿Que hiciste en las vacaciones? —pregunto Gege. 
—Visitas a los tíos, fui a ver a ustedes y nada más, ¿ustedes? —pregunte sonriente.
—Lo mismo, pero fui a ver a mis hermanastras —dijo con cierto odio a hacia sus hermanastra; Holly y Jenna. Las cuales son insoportables, ellas me hicieron dar ganas de no tener un hermana más.
—Lo peor —dijimos con sese. 
Antes de que se odiaran, ellas. Eramos las más unidas, pero bueno. Tanto por un chico que se ha ido y porque no se piden perdón. 
—¿Vamos?
Empezamos a caminar hacia donde se encontraba nuestras amigas, en si, todas del salón, somos amigas, no tan así, como nosotras.
—Hola chicas —dije fuerte, bueno grite. 

¿Hasta cuando piensas estar así? Hay que cambiar, pensaba para mi misma. No quería parecerme una monja, no quería eso, las trenzas ya están "pasadas de moda" como ayer me dijo Wanda (mi hermana mayor) Entonces opte por una coleta, cuando iba ponerme mis medias normales, no esas largas, me di cuenta que mi hermana la había agarrado, sin mi permiso. La veía por mi ventana, ahí saludando con un beso a a su novio, nuevo. Seria el ridículo, la chica de intercambio que es una monja ¡oh!. Cuando estaba apunto de ponerme la mochila, mi madre me llamo para que valla.
A penas me vi al espejo con la coleta y las medias hasta la rodilla, maldije para wanda, que dios me ayude y que nadie se burle de mi. 
—Vamos Susi —grito mi madre, ella es munni, se llama Samantha, tiene unos 41 años. Hablara como si no fuese mi madre, aveces pienso lo mismo, hasta que me dice Hija. 
Baje las escaleras, para toparme con mi madre, me miro y se río por lo bajo, por eso pienso aveces que no es mi madre.
—Mamá —la regaño, pero aun sigue con esa cara burlona, no hay remedio. 
Abrí la puerta y salimos, mi mamá se recargaba de mis hombros y me obligaba a que riera por mi vestimenta, cree que me voy a reír porque estoy vestida así... Me las va pagar Wanda.
—Deberías sonreír, estás muy seria susi —dijo y la mire, se veía normal, pero con un toque de preocupación, le sonreí. 
—¿Y que dijo Alberto? —pregunte, así le decía al que puso su semilla a mi mamá. No podría llamarlo "padre" ya que no estuvo con ninguna de nosotras. 
—Que se sentía orgulloso de su hija y de nosotras, por venir acá, blah blah... Ya lo conoces —dijo y sonrió. 
Yo me sentía orgullosa de ella, por ser una madre y padre ala vez, ya que Alberto, se alejo de mamá y aun siguen casados, dicen que algún día volverá el amor, claro. Y cuando hablan como hablan son muy románticos, ya veo de donde saque ese carácter, serio e inmaduro aveces, de mi padre. 
Infeliz de mierda.
Que amorosa es ella. 
—Llegamos... se ve ¿bien? —dijo dudosa, era muy antigua la escuela por fuera, hay que verla por dentro.—Mira ahí van lindos chicos 
Para querer ser una mamá moderna, no le va. 
—Si, munni son lindos —dije y la verdad que si lo eran, pero no era lo mio ahora.—Tengo que entrar 
—¿Sabes como llegar a casa? —pregunto y asentí. 
[...]
—Hay diversos grupos, puedes unirte a cualquiera el cual te guste... Em Que más? —dijo y pensó un poco y luego hablo.— Cualquier duda, ve al centro de estudiantes ¿vale? 
—Una pregunta —dije y el sonrió.—¿Cuando son las clases extracurriculares? 
—Oh... siempre son a la ultima hora o pocas veces a primera hora, depende del grupo —sonrió.
—Gracias —dije sonriendo. 
El se fue alejando, Niall. Deje de mirarlo, cuando di un paso adelante, ya estaba en el piso. Primer día y ya me he caído, mire a el chico. Que estaba por irse.
—HEY —grite, este paro y no se dio vuelta.— No piensas disculparte 
Le dije mientras me acomodaba la falda y mi coleta. Que se creía ese chico, parece que es latino, por su tez. 
De pronto, la gente ya estaba alrededor mio y unas cuantas gente susurraba "Va morir". ¿Era un mafioso latinoamericano? Bah no creo que lo sea, si lo fuera, tendría unos cuantos guardaespaldas y por lo que veo, no tiene. 
—¿Que dijiste? —pregunto lentamente, y caminaba hacia mi. Y el susurro de "oh no" me hizo creer que lo era y este era mi fin, cerré los ojos con fuerza esperando un disparo.— Hey mírame
—¿Que? —pregunte con miedo y seguía con los ojos medios cerrados.
—¿Que acaso no sabes quien soy? —pregunto, que paren el tiempo o el bus, que se creía este latinoamericano, de por las películas de su país me va intimidar "Y el susurro de "oh no" me hizo creer que lo era y este era mi fin, cerré los ojos con fuerza esperando un disparo."  
—No lo creo —dije y un "uh" sonó, ya me estaban hartando. 
—Vas a ver quien soy —dijo y se estaba por ir y el "lo siento" eh.
—Hey —le grite, irritado de mi voz supongo, volvió a girarse.
—¿Que? —dijo en un tono molesto.
—Un "Lo siento" ¿no? —le dije y le sonreí. Su cabello lo llevaba para adelante un tanto despeinado y con unas cejas muy notables, es un latino. Di una sonrisa, pero falsa. 
—Ni lo sueñes —dijo y se fue. Después la gente fue alejándose de mi. Supongo que hoy moriré. 
[...]
Después de unas cuantas horas, en el colegio, salí y aun seguía la gente mirándome de arriba abajo, wanda y tus mechas rosadas! pensé.
Cuando estaba por me llego una llamada, de Samantha. 
—¿Si? —pregunte
—Estoy afuera, ven! —dijo feliz. 
—Bueno —dije y colgó.
Creo que debería haberme mantenido al margen, y haberlo ignorado. Cuando subí al auto.
—Munni, moriré —le dije y se echo a reír, al ver mi cara seria paro. 
—¿Por qué? —pregunto.
—La Mafia, la mafia vendrá por mi —dije, un poco dramática, supongo. 
—Oh vamos susi no juegues —dijo y arranco el auto.