Teen Idle|N.C|ʚïɞ|Cancelada.

Cap 8 / Nirvana Mustaine

El viento juega con mi cabello, yo miro seria hacia el horizonte. El sol molesta a mis cristalinos ojos. Coloco un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y doy un paso. Alguien se acercaba hacia mí con una sonrisa, mas no podía reconocer aquel rostro. ‘’Nirvana’’ susurró, para luego desaparecer. Estiré mi mano, tratando de alcanzarlo, se encontraba a una cierta distancia. Fallé, desapareció y yo desperté. ¿Un sueño? Pensé dándome la vuelta entre las sábanas de mi cama. El sol estaba a punto de asomarse, había despertado antes de que el reloj me despertase. Hoy era el gran día, el baile de graduación y la finalización de las odiosas clases.

Me levanté con cuidado de la cama, y espié el sol entre las cortinas, seria. Mis padres aún dormían, se oían sus ronquidos desde mi habitación. Suspiré y miré el reloj. Pensé que podría dormir aun que sea otra media hora. Sin más remedio, comencé a vestirme. Falda escocesa gris, una camiseta negra de mi banda favorita, medias rotas y zapatillas converse negras, algo gastadas. Mi cabello algo despeinado, voluminoso, con mechas negras y rosas en él. Completé mi look con un moño rosa fucsia. Antes de salir, eché un vistazo a mis padres que todavía roncaban.

Con la mochila en el hombro, y el celular en la mano, empecé mi rumbo hacia el instituto, sin ánimos como siempre. Si no había tenido ánimos durante todo el año… ¿por qué habría de sentirlos ahora? Le mandé un mensaje a mi única amiga, Scarlet.

-Nos vemos en el lugar de siempre (: te espero >__<-
-¡Vale vale, en el callejón! (;-

Así fue. No asistimos a clases. Scarlet era una chica de mi tipo. Arriesgada, no le importaba nunca una mierda y aún así, era feliz. La encontré sentada sobre un tacho de basura de metal, al verme se bajó y me chocó los cinco como forma de saludo.

-¡Hey!- saludó.
Solamente sonreí para devolverle aquello.
-¿Para ti hoy es un día especial?- pregunté sin emoción alguna.
Scarlet comenzó a caminar en círculos alrededor mío, era una extraña manía que ella siempre llevó consigo.
-Pues… a ser sincera.. ¡Sí! Dereck me ha pedido que lo acompañase al baile de esta noche.-
-Ya veo…- contesté sin interés alguno.
-¿Y tú, con quién irás esta noche?- preguntó curiosa y entusiasmada.
-Con mi celular.- Se lo mostré con una sonrisa apenada.
-¿No tienes pareja?-
-Claro que no.-
-Vaya mierda- soltó al compadecerse de mí. -¿Y qué vas a hacer?-
-¿Quedarme en casa a jugar video-juegos?-
Scarlet frunció el ceño y me tomó de la muñeca. No sabía a dónde nos dirigíamos, pero tampoco pregunté. Sinceramente, estaba muy desanimada, sin ganas de hacer nada.

Terminamos en una mansión antigua. Scarlet tocó el timbre aún sonriente. ¡DING DONG! Se escuchó, penetrando en toda la gran casa. Súbitamente, una anciana abrió la puerta y abrazó a mi amiga.

-¡Scarlet!- dijo la viejecita.
-Madame Ramone- contestó con afecto en su voz.
Así que Mademe Ramone… ¿eh? Ramone posó sus ojos en mí y automáticamente dije mi nombre. Nos invitó a pasar.
-¡Qué adorable que es tu amiga, Scarlet!- exclamó con un tono casi de abuela.
-Está buscando un vestido para esta noche, el baile de graduación.-
Y ahí saltó mi chispa.
-Espere, yo no estoy buscando ningún vestid…-
Madame Ramone me tomó de las muñecas y me hizo parar encima de un banco pequeño de manera. No pude rechazarla, solo miré fijamente a Scarlet y negué con la cabeza suavemente. ‘’Cállate’’ salió de su boca, pintada color rojo mate, susurrando.

La anciana volvió con una tela negra entre sus brazos, me la lanzó encima de la cabeza.
-Desvístete- ordenó, para luego abandonar la habitación junto a Scarlet, entre risitas.

En verdad no tuve otra opción, por lo que me puse ese vestido, así nomás, sin emoción. El vestido me quedaba ajustado, era de encaje, color celeste muy claro. Me llegaba hasta las rodillas. A mi lado, había una tiara dorada y unos tacos muy bonitos en dorado. Una vez vestida completamente, me miré en un espejo de cuerpo entero que estaba allí. Di una vuelta, y Scarlet junto con Madame Ramone aparecieron. Suspiraron a causa de mi belleza, y me hicieron muchos cumplidos. Estas decidieron que iría al baile sin consultarme.

Mis padres habían salido a pasar un fin de semana en donde una tía. Me dejaron una nota. Scarlet festejó porque tendríamos la casa sola para las dos. Yo me puse feliz, porque amaba quedarme sola. Ambas dimos saltitos de festejo y nos apuramos para alistarnos.

-Yo me tengo que ir, le dije a Dereck que estaría allí a las siete- musitó, a la vez que terminaba de atarse una bota de cuero con tachas doradas. Se acercó a mi, me dio un beso en la mejilla y me informó de que regresaría a dormir. Me estaría esperando con su pareja en la entrada del baile. Yo asentí con la cabeza y la saludé con la mano. Se hicieron las siete y media. Estaba lista, pero sentada en mi computadora, en mi querido foro. En la chatbox estaba mi mejor amigo, Rue Ryuuzaga, aun que su verdadero nombre es Eloy.

Conversación de CB:
Ai Yomatsu: -No tengo ganas de ir al baile de graduación.
Rue Ryuuzaga: -Ve, vas a divertirte.
Ai Yomatsu: -No lo creo.
Rue Ryuuzaga: -Te digo que vayas, promételo, yo ya tengo que ir a cenar con mi padre, adiós.
{7:47 Rue Ryuuzaga se ha desconectado}
Fin de Conversación.

Suspiré molesta. Tomé un pequeño bolso, y salí hacia el instituto en taxi. Y es así como llegué en taxi, mientras el resto llegaba en glamorosos autos con todos sus acompañantes. Nirvana Mustaine, sola, como siempre. Nadie me miró. Era invisible. Di tres pasos, podía ver desde lejos a Scarlet buscándome con la mirada. Le pagué al taxista rápido, pero me eché a correr en otra dirección. Verdaderamente, no podía aguantarlo. Solamente sobraba en aquel entorno. No quería arruinar la noche de mi mejor amiga con su futuro chico con mi presencia. Corrí más rápido, sintiendo como se me estrujaba el corazón. Me detuve en una vereda, estaba muy oscuro. Me quedé parada contra una pared de una residencia ajena. Me quedé pensando en el sueño, y en lo que había dicho Eloy. ‘’Te digo que vayas, vas a divertirte’’. Pfff, mentiroso. Pensé en su vida, en las veces en las que me decía que se iba a alguna fiesta o a juntarse con algunos amigos. En cómo él era notado y admirado. Éramos tan parecidos, pero diferentes.

Observé la luna y pensé en qué estaría haciendo él en este momento. Empecé a caminar sin rumbo por las calles de la ciudad. El cielo se llenó de nubes, y de pronto, llovía sobre mí. No importó en absoluto, nada me importaba. ¿Quién sabe por qué me sentía así? Miraba hacia mi alrededor mientras aumentaba mis pasos. Cerca de un puesto de comidas rápidas, me pareció ver a aquel chico, al chico que estaba en el sueño que había tenido. Me detuve y me quedé mirándolo fijamente. Otra vez se alejaba, con un paraguas y una bolsa de comida para llevar. Esta vez no hacía esfuerzo para alcanzarlo.

Lo seguí con la mirada, y él volteó hacia mí. Observándome. Abrí mi boca queriendo decir algo, pero no sabía qué decir exactamente. La lluvia seguía mojándome, a él no. Bajé la cabeza y me abracé a mi misma, suspirando, maldiciéndome. Me maldecía porqué escapé del baile de alguna forma, y porque había dejado escapar a aquel chico, como en el sueño. Bufé.


Al cabo de unos minutos, ya no llovía, o eso creía. Alcé la vista, era aquel mágico extraño extendiendo su mano, cubriéndome con su paraguas. Me atreví a hablar.
-¿Vas a desvanecerte de nuevo?- solté, para luego dedicarle una mirada seria.