Everything has changed.

Sinopsis
Lucía Lara es la nueva. Nueva en la ciudad. Nueva en la escuela. Y probablemente la nueva conquista de Matías Lizardi, quien es conocido en toda la escuela por llevarse a todas a la cama en un tiempo record. Cuando Lucía conoce a Matías está completamentamente impresionada por el guapo chico que coquetea con ella...hasta que se enterá de quien es en realidad. Pero incluso cuando Matías sabe que Lucía lo odia por el simple hecho de ser el tipo de chico que es no puede parar de pensar en ella. Ya no es más otra conquista.... 

*
¡Hola chicas! Soy super mala con la sinopsis pero la historia es mejor, eso se los puedo prometer. Mi nombre es Kya, o por lo menos así me llaman mis amigos, soy nueva en el foro pero espero poder conocer a muchas de ustedes. Esta no es primero novela, pero si la primera que publico. Por mi firma deducirán que soy Directioner, así que pronto también subiré novelas de los chicos. "Everything has changed" es la primera novela que escribo de la forma más correctamente posible, espero que les guste y recuerden comentar, así me ayudan a subir más pronto. ¡Un beso! x

– Te lo juro, Matt, si tengo que ver la cara del profesor Cerrato voy a suicidarme.
– Piénsalo de la siguiente manera, es el último año –. Murmuré en respuesta al comentario de Ernesto.
– Aun así es un año. Apenas pude pasar su materia el ciclo pasado, estoy seguro que repetiré el último año con él como profesor.
– Deja de ser un niñita llorona y mueve tu trasero, vamos a llegar tarde.
Ernesto soltó un leve gruñido y puso mala cara mientras caminábamos hacia nuestra primera clase del día. Era nuestro último año en la Preparatoria Saucedo y siendo el primer día ya deseaba que fuera el último.
Como era costumbre llegamos tarde a la clase.
– Sr. Lizardi, Sr. Ortiz. Primera clase del año llegando tarde, no pierden su costumbre.
– Oh, pero Maestra Romina, es un acto de cariño que guardamos únicamente para usted.
– Me gustaría que no fueran tan considerados conmigo, Matías. Ahora tomen asiento, por favor.
Ernesto y yo nos zambullimos en los últimos asientos que quedaban vacíos a una fila de distancia de cada uno.
En cuanto me senté tuve la vista panorámica que el salón de clases, los mismos alumnos de hace tres años a excepción de algunos que no habían pasado el año anterior y un chico nuevo. Estaba seguro que era nuevo porque su cabello era más claro que cualquiera de los que conocía, su espalada era más grande, aunque no podía observar su rostro pues estaba sentado filas más delante de mí y su rostro no me miraba.
El resto de la clase la profesora se dedicó a hablar de la forma de trabajo para este año, nuevos proyectos que nunca llevaría a cabo y una forma de organización que usaríamos solo las dos primeras semanas antes de que se diera cuenta que no daba resultado.
Después de tres clases más con profesores aburridos la campana sonó indicando nuestro receso. Me apresuré con Ernesto hasta la cafetería.
– ¿Has visto ya a Cristina? – pregunto Ernesto mientras caminábamos por los pasillos.
– He estado contigo todo el día y sabes que Cristina no va en nuestro salón. ¿Cómo crees que la habré visto?
– De acuerdo, de acuerdo. ¿La viste en las vacaciones?
Una sonrisa fugaz ilumino mi rostro. Claro que había visto a Cristina. Había hecho más cosas que solo verla. Cristina era de penúltimo año, apenas un año menor que yo y llevábamos saliendo desde el año pasado. La primera vez que la vi fue la primera semana de clases del ciclo pasado, en realidad, todos la miraban, era de primer año y las de último año la envidiaban, tenía un cuerpo para morirse y una cara bonita así que Cristina fue la número doce en mi lista. Dos semanas después me la tope en una fiesta que organizo algún idiota de tercero del que no recuerdo su nombre, pensé que sería difícil, incluso aunque con el hecho de decir mi nombre la mayoría de las chicas quería acostarse conmigo, pero Cristina fue igual de fácil que las demás.
Un coqueteo, unas palabras bonitas y media hora después estábamos haciéndolo en mi auto.
Cristina había sido desde ese momento mi relación más larga, estábamos a punto de cumplir un año y la relación aún funcionaba para los dos.

– Hablando de Cristina…aquí viene tu novia.
Dispersando mis pensamientos me enfoque en la dirección de la mirada de Ernesto. Cristina caminaba sola y se acercaba cada vez más.
– Hola bebe– me saludo con un beso en los labios y luego se apartó dirigiendo al mirada a Ernesto. – Hola Er.
– Hola, yo los dejaré solos chicos. Nos vemos. – se despidió Ernesto mientras entraba en la cafetería.
– ¿Qué dices si vamos  al estacionamiento un rato? – pregunto Cristina con una sonrisa coqueta.
Esta era la señal. Ir al estacionamiento un rato era igual a sexo en mi auto. Estaba seguro de que más de uno ya sabía lo que pasaba de vez en cuando durante en los recesos en el estacionamiento de alumnos. La escuela había asignado la parte trasera de la escuela como el estacionamiento de alumnos y durante los recesos muchos iban a ahí a hacerlo en sus autos o simplemente a besuquearse.
Le devolví la sonrisa a Cristina.
– Vamos entonces.

Capítulo 2.  Lucía.
¡Soy tan tonta, tan pero tan tonta!
¿Cómo había podido olvidar mi dinero en el auto? ¿Qué clase de estudiante olvida su dinero en su auto el primer día?
– Lucía, enserio, escúchame, yo puedo prestarte dinero. No necesitas ir por el a tu auto.
– Tranquila, Ale. Te lo agradezco, enserio, pero  estoy seguro con que exageras acerca del estacionamiento. Es un estacionamiento estudiantil, no un hotel de paso.
– Hablaba enserio. El estacionamiento de alumnos durante el receso es peor que un hotel de paso.
– Puedo lidiar con unos cuantos alumnos besándose, Ale.
Caminaba a grandes zancadas hacia el estacionamiento de alumnos donde había estacionado mi auto. Aun cuando Alejandra había insistido en que el estacionamiento de alumnos a esa hora eran muchos adolescentes teniendo relaciones sexuales estaba segura que exageraba.
Hacia dos semanas que me había mudado por el trabajo de papá y esté era mi primer día de clases en una escuela diferente donde esperaba pasar los dos últimos años sin tener que mudarnos de nuevo.
– Esta bien, iré contigo, entonces. No hay engaño sobre advertencia. – murmuró a regañadientes Alejandra, mi nueva amiga. Ambas estábamos en penúltimo año y en el mismo salón.
Vislumbre por fin la puerta que daba al estacionamiento y la abrí de un tirón. El aire me pego en el rostro por un momento mientras traspasaba la puerta y dos segundos después vislumbré mi auto rojo al otro lado del estacionamiento y…parejas. Muchas parejas besándose. Besándose mucho y de una forma más parecido a sexo que a simples besos. Se escuchaban risitas, murmullos, suspiros, gemidos y jadeos. OH POR DIOS. Esto era real. En cualquier lado que mirarás había una pareja besándose y tocándose por encima de la ropa. Nadie nos dirigió la mirada a mí y Alejandra, estaban ocupados en lo suyo.
Me giré hacia Alejandra que estaba detrás de mí y la vi murmurando un silencioso: te lo dije. Le hice una seña hacía mi auto y corrimos hacía él. Quite la alarma, otro ruido que tampoco atrajo la atención de nadie lo cual me sorprendió y me metí dentro para buscar el dinero mientras le hacía una seña a Alejandra para que entrará por el lado del copiloto. Alejandra se sentó a un lado mío y nos escondimos en mi carro con vidrios polarizados.
– ¡Demonios! Esto es peor que un hotel de paso.
– Te lo dije.
– ¿Cómo es que no hacen nada los maestros? – pregunté mientras miraba a todas las parejas.
– Creo que prefieren ignorarlo. Hay rumores de que algunos de los estudiantes pagan a la escuela para que se haga de la vista gorda.
– ¿Los estudiantes? Eso es un fiasco.
– Lo sé… es la segundo vez que estoy aquí. – dijo Alejandra escudriñando conmigo a las parejas de los alrededores.
– ¿La segunda? ¿Cuándo fue la primera?
– No pienses que yo también vine a hacer lo mismo que ellos, la primera vez que vine fue cuando descubrí lo que hacían aquí, entonces iba en primer año. Bueno, a decir verdad, solo los de tercero suelen venir aquí. Excepto por… ¿recuerdas a la chica de nuestro salón? La de grandes pechos y una figura de modelo.
– ¿La de la falda que casi llega a su trasero?
– ¡Esa! Su nombre es Cristina, ella sale con un chico de tercero, se llama Matías. Su padre es dueño de varias empresas en el país y en el extranjero, es el más adinerado de aquí y por consecuencia el más popular y el más guapo. Todas quieren andar con él. El caso es que Cristina anda con él desde el año pasado y suelen venir mucho aquí.
– ¿Bromeas? ¡¿Quiénes son?! ¿Los ves? – grité buscando la cabellera negra y la mini falda de Cristina.
–  ¡Son aquellos! Los que están por el mercedes negro...
Los busque con la mirada y ahí estaban. No podía ver el rostro del chico, solo veía su cabellera ondulada castaña, se notaba que tenía un cuerpo bien ejercitado. Una de las manos del chico estaba en el trasero de Cristina, quien lo besaba desenfrenadamente y estoy casi segura que la mano de ella estaba en la entrepierna de él. El mercedes negro en el que estaban recargados probablemente era de él con lo que sabía.
– Suficiente manoseo, mis ojos han visto suficiente. Hora de irnos.
Tome mi dinero del compartimento donde lo había puesto esa mañana y lo metí en el bolsillo de mi falda.
Salimos del coche y nos escabullimos por el estacionamiento hasta llegar de nuevo a la escuela.

¡Hola! ¡Tu novela está genial! ¡La debes continuar! ¡Me está gustando mucho!
Escribes bien, y tiene un argumento interesante. Quiero ver cómo continúa... 
Tu nueva y creo que primera lectora: Jacky

Me encanta....me enamore jeje XD

que tal si la sigues :roll: 
  no es por nada pero es buena :corre:

Jacky816 escribió:¡Hola! ¡Tu novela está genial! ¡La debes continuar! ¡Me está gustando mucho!
Escribes bien, y tiene un argumento interesante. Quiero ver cómo continúa... 
Tu nueva y creo que primera lectora: Jacky

¡Hola y Bienvenida Jacky! Muchas gracias, ya la sigo:) x

Stella Shelly escribió:Me encanta....me enamore jeje XD

Me encanta que te encante:) x

Stella Shelly escribió:Me encanta....me enamore jeje XD

Me encanta que te encante:) x

castillo escribió:que tal si la sigues :roll: 
  no es por nada pero es buena :corre:

Ya la sigo:) x

Me había saltado las dos primeras clases después de receso en mi auto con Cristina pero no quería dejar ir solo a Ernesto cuando había prometido llevarlo a casa así que fui a dejar a Cristina a su casa y volví al colegio, algo que probablemente era muy estúpido pero se lo había prometido a Ernesto.
Lo cual fue mala idea. Me pillaron en el pasillo fuera de clase y tenía reportes por haber faltado a las últimas dos clases así que me mandaron a la oficina de detención.
Ernesto, me debes una muy grande.
Me hicieron sentarme en una de las sillas del salón de detención y estaba seguro que antes de conseguir un papel que notificará mi reporte a mis padres tendría que esperar hasta que a la encargada le diera la gana de venir a darme mi reporte, lo cual me hacía perder más tiempo de la otra clase así que en realidad solo iba a aburrirme un buen rato en un salón vació.
Pero resulto que el salón no estaba vació.
Unos ojos color avellana se giraron a mirarme en cuanto entré en la habitación.
En uno de los pupitres estaba sentada una chica…una muy guapa chica.
Ojos avellana, cabello lacio y castaño que le llegaba debajo de los hombros.  Era pequeña, delgada y unos centímetros más por debajo de mi estatura pero lucía tan pequeña. No tenía un cuerpo de modelo pero su figura era hermosa. Con una piel apenas tostada por el sol.
Su mirada se congelo al encontrarse con la mía. Y eso era todo.  Le gustaba. Lo sabía porque era la mirada que había visto muchas veces con otras chicas. Pero entonces me encontré a sin poder apartar la mirada de ella tampoco.
No podía dejar de mirarla. No quería dejar de mirarla. Era hermosa.

– Te equivocaste de salón. – dijo mientras apartaba la mirada hacia sus manos.
¿Qué? Oh, no. Simplemente no sucedió. No me acaba de quedar embobado mirando a esta chica. Me recuperé en un instante.
– Definitivamente no estoy equivocado. Es el salón de reportes, he estado aquí antes. Pero tú no.
Volvió a levantar la mirada para escudriñarme y aproveche para darle una mirada completa. En definitiva, era hermosa.
– No, soy nueva. – su voz era baja y me hacía querer escucharla de nuevo.
– ¿Nueva en el salón de reportes o nueva en la escuela? – pregunte mientras me sentaba a un lado.
– Las dos cosas. Me llamo Lucía.
Lucía. Lucía. Lucía.
– Un gusto conocerte Lucía. – le dije y me encontré sonriéndole sin haberlo notado.
– ¿No vas a decirme tu nombre?
– Quiero que lo adivines.
Entonces ella rio. Y yo reí. Era como si fuera un espejo de cada una de sus acciones sin entender porque.
– Vamos, inténtalo. – la anime.
– Soy mala adivinando.
– Te ayudaré un poco –dije sonriéndole. – Soy un chico que recibió un reporte por no entrar a dos clases.
– Aja, ya casi adivino sigue. – dijo con un deje de diversión en su voz.
– Bien, soy…él amor de tu vida. ¿Sabes ya mi nombre?
Sus expresión se tornó anonada un segundo antes de reaccionar.
– En definitiva no lo eres.
– ¿Por qué piensas que no? – pregunte con el ceño fruncido.
– ¿Me estás diciendo que conocí al amor de mi vida en la sala de reportes?
– Cosas del destino.
– Yo no creo en el destino.
– Pues créelo porque me acabas de conocer. – dije sonriéndole, ella permaneció en silencio por unos momentos.
– ¿Y si solo eres una coincidencia?
– Seré la coincidencia más bonita que hayas conocido entonces.
Y Lucía sonrió. Y yo sonreí también.
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Una disculpa por la espera, comenten y la sigo :) x

ya la lei ohh yeah siguela por favor :P :P :P :P

siguela *-*
Nueva lectora ;) pero ya en verdad siguela :*
soy un ppco inpaciente xD pero me gusto mucho la novela.
donde estaran mis modales? me llamo María José soy de Chile y estoy chiflada usbshsbbz y como ya lo dije antes SIGUELA:D

¡Hola de nuevo! Me ha gustado mucho. Siguela.

Hoy la sigo, doble capítulo:) xx