Fear {Harry Styles}

por **Jockie.** Sáb 14 Sep 2013, 6:17 am

Ficha Novela

• Título: Fear
• Autor: J.M Adams
• Adaptación: No.
• Género: Drama, Romance, Ficción, Misterio, Cómedia.
• Contenido: Lenguaje un poco vulgar, palabras subidas de tono, pero muy pocas y escenas eróticas esplicitas.
• Advertencias: Lo típico, si no tengo lectoras tendré que cancelarla, por favor no sean fantasmas. No necesitaré chicas.
• Otras páginas: No.

By Charlie.

Fear

¿Nunca te has pregutado que se esconde tras tu ventana? ¿Cuál es lo que te asusta tanto, al quedarte sola, en la oscuridad? ¿Por qué sientes que conoces a ese chico y cuál es la razón por la que te observa, desde las sombras?
Crees conocerte pero, no es verdad.

por **Jockie.** Sáb 14 Sep 2013, 9:09 am

¿NADIE?

por **Jockie.** Sáb 14 Sep 2013, 3:57 pm

Venga, a alguien debe de gustarle

por **Jockie.** Dom 15 Sep 2013, 10:28 am

La cancelo?

por **LaraB_96** Dom 15 Sep 2013, 11:41 am

Nooooooooooooooooooooooo!
Ame la idea y seria un fuerte golpe para mi. Me tienes intrigada jope. No puedes cancelarla. Quiero sabeeeeeeeeeeeeer!
Lectoras fantasmas y gente sin sentido que entra en el tema y no comenta yo os maldigo. MANIFESTAOOOOOS!<3

por **Jockie.** Dom 15 Sep 2013, 1:30 pm

Mi Laraaaaaa*-* Jajaja la sigo ahorita. Gracias poe pasarteee

por **Jockie.** Dom 15 Sep 2013, 4:27 pm

Prólogo

—Abre los ojos, y mira al frente. ¿Qué es lo qué ves, pequeña? —preguntó el hombre, destapando con delizadeza los ojos de la niña, que se encontraba sentada en la silla de madera.

La niña parpadeó, y miró lentamente hacía el frente, como aquel hombre le había indicado.

—No veo nada —respondió la pequeña, arrugando el ceño ligeramente y dándole una imagen infantil confusa.

La niña sintió como la mano del hombre se posaba en su hombro, dándole calidez en la piel protegida por una fina capa de tela marrón que pertenecía a una rebeca primaveral.

—Mira atentamente, pequeña —murmuró el hombre, con su voz pacifica y dulce, que envió un escalofrío por su espina dorsal.

El aliento del hombre se escabullía a la oreja de la niña, la cual observó con más intensidad el frente, con los ojos entrecerrados y las mejillas sonrojadas debido al esfuerzo. Sus labios se entreabieron, y permitieron que el aire fuera expulsado de su boca, en un suspiro cansado.

—No veo nada —anunció la pequeña, con la voz inundada por la derrota y la decepción de no haber podido descubrir lo que aquel hombre le mostraba escondido en forma de adivinanza.

El hombre se colocó a su lado, y la niña pudo atisvar un poco de cabello castaño claro, y una mandíbula dura y rectángula.

—Pequeña —el hombre estiró el brazo, hacía delante— no todo es lo que parece.

Los largos dedos del hombre chispearon, al entrar en contacto con algo totalmente invisible para la visión humana. La niña abrió sus ojos, completamente sorprendida.

—No todo lo que crees es verdad, pequeña. A veces, las cosas no son lo que parece.

La niña asintió y estiró la mano, hacía la barrarera invisible. El tacto le erizó los pelos del cogote y la estremeció por dentro. Pronto se escuchó el sonido de unos pasos. La niña atisvó una larga caballera rubia, y unos ojos naranjas, tan intenso que la niña no se atrevió a mirarlos directamente.

—Oh mi pequeña Lilibeth —dijo la mujer, acariciando el cabello de la niña.

Lilibeth sonrió, y retiró su diminuta mano de la barrera invisible y la colocó al lado de su regazo. La mujer se sentó a su lado, quedando a su altura.

—¿Qué hace mi pequela frumos*? —cuestionó la mujer, sonriéndola con ternura.

—Padre me enseña —respondió la pequeña, con una diminuta sonrisa que encogió de ternura el corazón de la mujer.

—¿Yqué te ha enseñado, Lilibeth?

—Que las cosas no son lo que parecen —dijo Lilibeth, señalando con un dedito el muro invisible que se alzaba ante sus ojos.

La mujer asintió, como si aquella fuera una sabía frase que nunca debería ser borrada de su memoria y, miró a su marido, el cual observaba la escena apoyado en la encimera.

—Lilibeth —llamó a su hija, la cual arrugó el ceño.

—¿Qué? —su atención no se alejaba de la página del cuaderno de dibujos, la cual estaba coloreando.

—Vete a pintar a tu cuarto —le ordenó su madre.

Lilibeth hizo un mohín con la boca.

—Pero...

—Ahora. No repliques.

La niña hinchó sus mejillas, y se puso en pie, provocado que un lápiz de color azul claro cayerá al suelo. Lilibeth ni se fijó, y salió con la cabeza alta, dando a entender su indignación.

La mujer sonrió de manera derrotada y se agachó a recoger el lápicero perdido del suelo.

—No deberias de tratarla como una mundana, Lilith —regañó el hombre, mirando a su esposa con la cara derrotada, debido a la misma frase utilizada a lo largo de los siglos.

—Lo sé, Luzbel —repuso Lilith, apartando de un manotazo una mosca que se acercaba demasiado a su cara.

—¿Entonces por qué lo sigues haciendo? —preguntó Luzbel, dejándose de apoyar en la encimera y pasando el dedo por la mesa donde su hija hace minutos se encontraba sentada, sin apartar la vista de Lilith.

La mujer se colocó debilmemte un mechón rubio, pegado por pintura, y contestó en un murmullo tímido que obligó a Luzbel a inclinarse hacía ella:

—No sé, supongo que me gustaría que Lilibeth fuera una niña corriente, no un...

—Ella es especial, Lilith —le reprendió el hombre, incorporándose y dándole la espalda a su mujer, mientras continuaba cortando los tomates para la ensalada.

Lilith suspiró, y dijo, a su defensa:

—Yo no olvido lo que mi descendiente es. Sólo quiero lo mejor para ella porque sabes, que nos acabaran descubriendo y desterrando —gruñó, como si la idea la enfermara.

—Pero para eso, falta mucho —protestó el hombre, amortiguando el sonido de sus cuchilladas.

—Quizás, no. Yo creo que lo mejor sería darla en adopción, Luzbel. Seguro que un grupo de mundanos podrían...

—¿Mundanos? —repitió burlescamente Luzbel, dejando el cuchillo a un lado—. Ellos son una raza inferior a nosotros Lilith, nunca podrían entender a Lilibeth.

—Ellos podrían...

—Desperdiciar el poder de mi hija —sus ojos llamearon intensamente—. No me hagas arrepentirme de haberte salvado de morir hace siglos, Lilith.

La mujer suspiró, derrotada y observó como Luzbel se marchaba por la puerta. Sus ojos pasearon por la cocina, hasta encontrarse en el dibujo de su pequeña. Era una iglesia, con una enorme torre de ladrillo blanco, y un pabellón rectangular pegado a la torre y echa del mismo material. Los tejados eran azul grisáceo oscuro, y las ventanas rectangulares. En la torre, a lo alto, se veía una enorme campana de cobre, que brillaba y frente a la iglesia, una enorme cruz de piedra blanca de más de dos metros, rodeado de flores rojizas y hierba verde.

Lilith miró hacía las letras mal escritas realizadas por una caligrafia totalmente infantil, que decía: Freshwater, isla de Wright. Ya sabía donde esconder a su hija.

por **LaraB_96** Lun 16 Sep 2013, 1:10 am

:quee:

Mis reacciones al ver que has subido capítulo. Simplemente fue per- fect (Introduzca la voz de Leeroy) No puedo creer que Lilith quiera dar en adopción a su propia hija. Es algo que no me entra en la cabeza. Los poderes de Lilibeth no pueden ser tan malos no? Y ahora la esconderá en la iglesia esa y yo moriré de la intriga porque siempre me dejas con la intriga y ya no se ni lo que estoy diciendo. Te Amo<3

por **Jockie.** Lun 16 Sep 2013, 2:00 am

LaraB_96 escribió: :quee:
Mis reacciones al ver que has subido capítulo. Simplemente fue per- fect (Introduzca la voz de Leeroy) No puedo creer que Lilith quiera dar en adopción a su propia hija. Es algo que no me entra en la cabeza. Los poderes de Lilibeth no pueden ser tan malos no? Y ahora la esconderá en la iglesia esa y yo moriré de la intriga porque siempre me dejas con la intriga y ya no se ni lo que estoy diciendo. Te Amo<3

:queen: :irene:
Mis dos reacciones al ver que has comentadoen el capítulo.Jajajaja Sigo sintiéndome alagada con tus PER-FECT

LILITH pone a su hija en adopción porque no quiere quecuando los descubran, Lilibeth caíga en manos malas.
Corrección: La abandonará a la puerta de la iglesia*-*
Termino el capítulo y la sigo, tata.

por **Jockie.** Lun 16 Sep 2013, 11:05 am

Capítulo O1

El viento daba a su cara, arrastrando hacía atrás aquel flequillo que le caía sobre la frente, y hondeando su capa a la espalda. El fortudo corcel de pelaje blanco se había detenido, dejando que el rostro anónimo de su jinete quedará bajo el misterio de la luz del sol, que surcaba su semblante en sombras.

La capa era de un azul cielo, con el broche de un tono blanco grisáceo y su cabello, rizado y castaño oscuro, formándosele rizos rebeldes en el flequillo. Una mano pálida la agarró del mentón, levántando su cabeza y obligándole a mirarle a los ojos. Los finos labios del jinete se curvaron, en una sonrisa seductora que provocó un vuelco en el corazón de la muchacha. Estaban acortando las distancias, velozmente, cuando un enorme gritó, procedente del cielo, la hizo darse cuenta de que todo era un sueño

—¡Clarissa Stones! —chilló la profesora de historia, con la cara redonda enrojecida por la furia y sus ojos pequeños llameando.

Clarissa Stones abrió los ojos, y miró a la profesora, con una mezcla de terror y sorpresa, que no paso desapercibida por la clase, la cuál soltó una carcajada.

—Di... di... dígame —farfulló Clary, colocando torpemente su cabello castaño fuera de su cara, salpicada por pecas oscuras.

—¿Ha estado escuchando lo que dicho? —cuestionó la profesora, cruzando sus rollizos brazos frente a su gran delantera.

—Yo... —el rostro de Clary se tornó de un rojo fuerte, que hizo que sus ojos verdes lima con motas de color verde caribe parecieran más claros que nunca.

—Bien, Stones, ya que mi clase es demasiado ″aburrida″ —sus gordos dedos blancos marcaron unas comillas en el aire—. ¿Qué le parece pasar esta semana clase en el aula de castigo?

—Señorita Martin yo...

—¿He oido dos semanas, Stones? —la interrumpió, mientras la miraba con superiedad.

Clary negó con la cabeza, dándose por derrotada, y se puso en pie, con las mejillas sonrojodas al darse cuenta de que toda la clase la miraba, atenta. Recogió sus cosas, esparcidas por la mesa y agarró la gruesa asa de la mochila y se la colocó en el hombre, tambaleándose hacía atrás debido al peso que se encontraba en la mochila. Clary caminó hacía la profesora, la cual le tendió un papel de color azul claro.

—Espero que esto le sirva de advertencía, señorita Stones, y que no se repita.

La joven asintió, y caminó a la puerta de salida. Cuando salió de su clase, se encontró en un pasillo silencioso y vacio al completo. Clary comenzó a andar, en dirección ha el aula de castigo, mientras farfullaba en voz baja, lo injusta que había sido la señora Martin con ella. Aquella mujer la odiaba, desde que había entrado por su clase. La señora Martin era una cuarentona bajita, que vestía de manera retro. Era una mujer robusta, con una enorme papada debajo de la barbilla y demasiado maquillaje en la cara. Su pelo estaba cortado de manera que parecía una seta de color rubio oscuro, donde en las raices se mostraban canas rebeldes que comenzaban a teñir el cabello.

Estaba tan anodada, pensando en sus cosas que no se dió cuenta de la persona que venía corriendo en dirección opuesta a la suya. Clary cayó al suelo, sintiéndose mareada y helada, debido al frío que inundaba la superficie. En cuanto abrió los ojos, se encontró con una figura masculina, que la miraba. Ella ya lo conocía, desde pequeños de habían criado juntos pero el tiempo, los había separado cruelmente. Frente a ella, se encontraba un chico de su misma edad, con rizos castaños oscuros que se encontraban cubiertos por un gorro de lana gris oscuro. Sus ojos esmeraldas, perfilados por raya negra, parecían más brillantes y la examinaban desde lo alto. Clary se encogió por dentro, de terror.

—Podrías mirar por donde vas, Clarissa —le reprendió el joven, mirándola con indiferencia.

—Y tu podrías no correr por los pasillos, Harold —replicó la castaña, mirándole con las mejillas encendidas de indignación.

Clary miró a su alrededor, y descubrió que todos sus libros y cuadernos se habían salido de su mochila, y ahora estaban regados por el suelo, mezclados junto con los de Harry.

—Genial —farfulló Harry—. Mira lo que has hecho.

Clary entrecerró los ojos, indignada y se dedicó a recoger los cuadernos y los libros, rapidamente. Cuando acabó, se puso en pie, y miró a Harry, el cual observaba una hoja azulada que le resultó vagamente familiar.

—Con que castigada, ¿eeeh? —sonrió, provocando que los piercing de sus labios brillaran intensamente bajo la luz de las lámparas del techo—. Wow, Clar, no sabía que te has marchado con el lado oscuro para estar junto a mi.

Clary se estremeció, al escuchar de los labios de Harry su apodo de pequeña, que tan sólo conocía su familia.

—Yo... —sus mejillas se enrojecieron, una vez más—. No intento llamar tu atención Styles, tan sólo me han castigado injustamente.

Harry sonrió de lado, y le entregó el papel azul, con sus ojos verdes clavados en los de Clary.

—Si no quieres ganarte otro castigo, pequeña, mira por donde andas.

Clary agarró la hoja, quitándosela de un tirón de la mano del chico y miró con asombro y vergüenza como Harry giraba sobre sus talones y se marchaba, dejándola sola en aquel pasillo.

por **LaraB_96** Lun 16 Sep 2013, 11:19 am

Odio a la señorita Martín y amo a Harry. En serio. Su actitud es tan tan tan ... opuesta a la mía. Creo que me he enamorado del Harry de tu novela perdidamente y en un capítulo. Clary me recuerda un poco a mi aunque yo no me duermo en clase, claramente. Pero siempre estoy roja. A veces por tu culpa. Ame el capítulo. Y me encantó esta parte sobre todo:
Wow, Clar, no sabía que te has marchado con el lado oscuro para estar junto a mi.
Me encanta Fear {Harry Styles} 3275125450

Te pongo este gif Fear {Harry Styles} 4229596405

porque le amo y hace que mis ovarios Fear {Harry Styles} 1244184562

creo que ya lo entiendes jajajaja. Me voy con un sensual baile Fear {Harry Styles} 350222609

y diciéndote que te Amo Fear {Harry Styles} 2551348540

por **Jockie.** Lun 16 Sep 2013, 11:28 am

LaraB_96 escribió:Odio a la señorita Martín y amo a Harry. En serio. Su actitud es tan tan tan ... opuesta a la mía. Creo que me he enamorado del Harry de tu novela perdidamente y en un capítulo. Clary me recuerda un poco a mi aunque yo no me duermo en clase, claramente. Pero siempre estoy roja. A veces por tu culpa. Ame el capítulo. Y me encantó esta parte sobre todo:
Wow, Clar, no sabía que te has marchado con el lado oscuro para estar junto a mi.
Me encanta
Te pongo este gif porque le amo y hace que mis ovarios creo que ya lo entiendes jajajaja. Me voy con un sensual baile y diciéndote que te Amo

Creo que ya te he dicho que me encanta tu comentario*-*
JAJAJAJA Me he reido mucho con el te amo y el Fear {Harry Styles} 2551348540

Amo a Jack Sparrow
Tralalala te encantan mis personajes*-*
Y yo casi nunca te pongo roja *Guiño guiño guiño*
La zigo pronto.
Teamo

por **LaraB_96** Lun 16 Sep 2013, 11:31 am

Menuda blasfemia acabas de decir. No se miente querida Joe Fear {Harry Styles} 779623427

claro que me pones roja muchas veces guiño guiño guiño.
Y por supuesto que amo a tus personajes. ¿Qué te esperabas? Le haces perfectos. Jodidamente perfectos. Y punto. Esperare así Fear {Harry Styles} 961472736

el siguiente capítulo.
Te amo<3

por **Jockie.** Mar 17 Sep 2013, 6:44 am

Capítulo O2

Cuando Clary miró la puerta, se sintió nerviosa. Las manos le sudaban ligeramente, y la hoja de castigo se encontraba doblada por los bordes, debido a que la agarraba con fuerza, como si su vida se escurriera entre sus dedos de artista y maltratados por la pintura.

La joven dibutó unos segundos, y comprovó con nerviosismo si era el aula correcta. A continuación, estiró su brazo, y agarró con la palma sudorosa el pomo. Lo giró, y entró, mordiéndose el labio, con fuerza.

—¿Es... es está la sala de castigo? —balbuceo tímida, hacía el profesor que se encontraba sentado de manera aburrida en la silla, frente a el escritorio.

El hombre la miró, durante unos segundos que le parecieron eternos y dijo, después de retirar la mirada aburrido:

—En efecto.

Clary entró, con la mirada clavada en el suelo y dejó que la puerta se cerrará de tras de sí, en un chasquido molesto. Alzó su mirada verde, y examinó al profesor, que no tardó en reconocer como el señor Lee. Éste, era el profesor de Geografía Universal.

—Deja la hoja en la mesa, y quédate sentada en una silla y no molestes —ordenó el hombre, sin dejar de leer una revista títulada Q Magazine.

Clary apretó sus labios y asintió, para luego dirigir una mirada a las personas que se encargaban de rellenar la clase y estar castigados. Eran cuatro personas las que se encontraban castigadas. Clary reconoció a Taylor Moon, una chica de mala reputación que había estado metida en las drogas, con su caballera rubia suelta y sus ojos pintados exageradamente, haciéndola parecer un mapache. También se encontraba Robie Duffman, el chico malo del instituto, y por el que todas las chicas suspiraban secretamente, con su pelo lleno de gomina que lo mantenía en punta y sus ojos grises y, Billy William, el bateria de una banda punk que había salido de un centro de menores, al intentar robarle la moto al director hace dos años. La última persona, era un chico desconocido, con la piel morocha y el caballo negro, y unos bonitos ojos castaños cafés bordados por pestañas rizadas.

Clary tragó salia, y se preguntó que había hecho para merecerse aquel castigo del universo, mientras se dirigía torpemente a una mesa apartada de la muchedumbre de mala influencias. La joven dejó la mochila a el lado de la mesa, y miró a el señor Lee, quién les ignoraba completamente. Ella registró su mochila, con la intención de sacar su cuaderno de dibujo, cuando se dió cuenta de que no estaba, y que lo había perdido. Su semblante palideció, y se preguntó si se lo había dejado en casa.

—Pasaré lista —anunció el señor Lee, lanzando la revista a la mesa y mirando a todos con sus ojos achinados de color negro.

El hombre cogió una hoja blanca, que se encontraba en un cajón,, y después consiguió coger un bolígrafo de color verde.

—Empecemos —suspiró, sentándose en la punta de la mesa, y entrecerrando sus ojos ante las minusculas letras que se encontraban escritas ante él—. Moon Taylor.

Pronto, la flacucha rubia elevó el brazo, mientras masticaba exageradamente un chicle de mascar de sabor a fresa.

—Aquí.

El profesor la miró unos breves instantes, suspiró derrotado y ordenó, de manera que parecía ofuscada:

—Levántesee y déjeme aquí la hoja de castigo, señorita Moon.

Taylor se levantó, y agarró con sus cortos dedos delgados la hoja azul, para después recogodear sus caderas, a la vez que avanzaba hacía la mesa y dejaba la hoja perezosamente.

—En fin... —el profesor apretó con su dedo pulgar e índice el caballlete de su nariz—. William Billy

El rockero se puso en pie, con su grasienta melena danzarle por los hombros, de manera desordenada. Llevaba una camiseta de AB/CD arrugada y unos vaqueros sapicados de barro por los tobillos.

—Duffman Robie.

Robie se puso en pie, dejando un dulce sendero de su fragancia masculina y su caro perfume. Por un instante, sus ojos grises miraron a Clary, la cuál tuvo que desviar la mirada sonrojada.

—Malik Zayn.

Clary miró al chico de cabellos negros, que se levantaba y caminaba de manera despreocupada hacía la mesa, dejando su hoja y sonriendo coquetamente a Taylor, la cual dejó de limarse las uñas durante un momento, para regodearse y después ignorarle. Clary se sintió nerviosa, al saber que su nombre era el último de aquella lista. Temía hacer el rídiculo, delante de las cuatro personas que se encontraban allí, y fuera el hazmereír del curso. Ella pensó con horror la escena de ella caminando por la calle, diez años después, y escuchar el apodo de Pies De Pato, acompañado de dedos acusadores que la señalaban y carcajadas a su costa. Eso la hizo sentirse realmenre enferma.

—Stones Clarissa.

La joven echó la silla hacía atrás, provocando que chirriara contra el suelo.

—Stones, ¿piensa quedarse allí de pie? —cuestionó el hombre, impaciente.

Esa pregunta provocó que Billy, el cual jugaba con dos lapiceros y fingía que tocaba la batería con la mesa, se girará y la mirará con curiosidad y sus pobladas cejas juntas.

—Venga, no tenemos todo el día.

Taylor rió, por lo bajo y Clary se sonrojó, violentamente. La joven dejó la hoja, y regresó corriendo a su silla, no si antes tropezarse torpemente con una pata de un silla. Pronto sonó el timbre, dando por finalizada aquella tortura.

por **Jockie.** Mar 17 Sep 2013, 3:25 pm

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