Ángel || Harry Styles and Sunshine Stan.

*I'm.Sexy.Carrot'S* escribió:Yo *0*//// SIGUELLLLAAAAAAAAA PLEASEE

Somegirl22 escribió:Sisisisisisis, YO!
SIGUELA<3

EileenR13 escribió:HI!! nueva lectora me encanto el cap, síguela pronto XOXO... :bye:

My ego is big. escribió:

Chapter two.

Ahora mismo estaba un poco indecisa. 
¿Qué flores debo llevarle? 
Des me contó que mamá estaba loca por los claveles, pero tampoco iba a llevarle todos los años lo mismo. Yo era amante de los narcisos, así que, para que tuviera un pedacito de mí, este año fue lo que escogí.  


—¿Quiere que le pongamos alguna dedicatoria o algo? —yo estaba bastante distraída, así que negué con la cabeza.


—Oh, no, es para el aniversario de la muerte de mi madre, así que... —reí un poco incómoda—, no creo que vaya a leerlo. Ya sabes. —la chica se quedó en silencio sin saber qué decir. 


—Ugh...lo siento mucho, no debería haber...—negué con la cabeza.


—No pasa nada, no fue tu culpa. Nunca sabemos por qué alguien debe de comprar flores, ¿no? —ella asintió. 


—Iré un momento a por papel para las...bueno, para los narcisos. —asentí y la chica desapareció por la trastienda. Pobre, siempre que le decía a alguien sobre la muerte de Mandy, se quedaban en un silencio sepulcral. Casi parecía dolerles más a ellos que a mí. 


Ella apareció de nuevo con un papel transparente con algunas flores pintadas. Negras. Era precioso.


—¿Este está bien? —yo asentí.


—Perfecto, queda genial —ella sonrió—. Es la primera vez que le llevo narcisos. Ella era más de claveles, pero me cansé de ellos. —soltó una pequeña y tierna carcajada.


—Bueno, en mi opinión son más bonitos los narcisos —estiró la mano para coger unas tijeras y comenzó a hacer cortes raros en el papel—, ya sabes, representan más la pureza y la eterna juventud. Por desgracia lo que más me piden son los claveles, ya que se piensa que valen para cualquier ocasión, pero eso es totalmente mentira —esta chica de verdad hablaba, pero no me molestaba en absoluto. Sabía bastante para la poca edad que tendría—. Todas las flores tienen un significado especial, y los claveles no valen para todo, por ejemplo, ¿qué haces llevando claveles a una cita? ¿O a una boda? Eso no tiene sentido, los claveles son para ocasiones poco importantes, o las rosas por ejemplo...no sé, tú llevas rosas para una cita, ¿no? Las rosas representan la pasión. Por lo tanto, yo creo que es un bonito gesto que le lleves narcisos. Quiere decir que para ti su espíritu todavía sigue aquí, joven, y....¡oh! Siento si te estoy aburriendo, cuando empiezo no paro. Sé que a nadie le interesa esto. —rizó el lazo y me tendió el ramo de flores. Yo lo cogí e intenté sonreír.


—Pues verás, a mí sí me interesa. En serio, es increíble que sepas tanto de estas cosas. De ahora en adelante, ya sé a quién debo recurrir para ocasiones especiales —ella se ruborizó un poco—. Por cierto, me llamo Sunny, encantada...—me tendió la mano.


—Remy —saqué mi cartera del bolsillo de mi chaqueta de cuero—, Remy me llamo. —yo le pagué los trece dólares del ramo. 


—Pues espero volver a verte, Remy. —ella me saludó con la mano mientras yo me dirigía hacia la puerta. 


—Uh...¿Sunny? —me giré hacia ella—. Suerte con ello. —le sonreí y salí por la puerta apretando el ramo contra mi pecho. 


[...]


El cementerio. Un sitio frío, oscuro y solitario. Cualquier persona intentaría pasar el menor tiempo posible aquí, pero yo no era cualquier persona. Si pudiera, pasaría toda mi vida aquí. Es un bonito sitio para pensar, es decir, ¿puedes imaginar cómo acabará tu vida? Quizás alguien está tan tranquilo por la calle y de repente ¡plof! , algún coche se lo lleva por delante y se acabó todo. Sinceramente, yo me paro mucho a pensar en esas cosas. El no haber conocido a mi madre influye mucho en ello. ¡Vamos! Ni siquiera me acuerdo de ella. Veo fotos, sí, pero...¿me quería? ¿Cómo hubiera sido si no hubiera tenido el accidente? ¿Me hubiera regañado por dejar la cama sin hacer antes de salir? O quizás, ¿cómo habría reaccionado la primera vez que llevara a un novio a casa? Son cosas que otras chicas viven todos los días, chicas que se quejan por ello, pero ellas no saben lo que es no tenerlo. Anhelar algo que ni siquiera tuviste. Ese es mi caso. 


El viento dio de lleno contra mi rostro haciéndome volver a la realidad. Me senté delante de la lápida Mandy Rose Cleraly, 1968-1996. 
Cualquier persona lloraría en estas circunstancias, pero yo no era de ese tipo de personas. Llamadme insensible, pero cuando te pasan cosas como estas, aprendes a ocultar tus sentimientos por miedo a que alguien se apropie de ellos y te los haga añicos como a un vaso de cristal. Mi padre, por el contrario, lloraba siempre que venía e incluso a veces, por las noches, lo escuchaba sollozar. Él la amaba como nunca alguien amó a otra persona. Me imagino lo mal que lo habrá pasado el día que se enteró de la muerte de Mandy...es parecido a que me digan que ahora Zayn ha fallecido. ¡No! Todavía peor que eso. Creo que no podría soportarlo. 


Tiré el ramo de narcisos y retiré los antiguos y marchitos claveles de años anteriores. 


—Hola mamá, se ha pasado rápido el año, ¿verdad? —arranqué hierba con mis dedos salpicando mi pantalón—. Sé que te gustan los claveles, pero ¡venga ya! No sé cómo no te cansas de todos los que te trae Des. Así que hoy te he traído narcisos. Espero que no te moleste, pero era para darle un poco de vidilla al asunto. —acomodé un mechón que el viento había soltado de detrás de mi oreja. Cualquiera que pasara por aquí me habría tomado por loca, ¿y qué? A mí me gusta hablar con Mandy. 


Sentí pasos y me tensé. El ambiente había cambiado drásticamente, y era en estos momentos en los que daba gracias por haber traído la chaqueta. Como si de hielo se tratara, comencé a tiritar un poco, entonces me giré y ví a un chico de pie, mirándome. Ninguno de los dos dijo nada, pero a mí me parecía un poco siniestro todo esto. 


—Perdona —el chico ni se inmutó—, ¡oye, perdona! —ahora me miró, pero su expresión seguía siendo sombría—. ¿Se te ha perdido algo? —él negó con la cabeza. 


—La verdad es que no —comenzó a acercarse hacia mí, pero no tuve miedo. Tan solo era un chico de más o menos mi edad, o eso parecía—. Tan solo he venido por la muerte de una amiga, ¿la conoces? Se llamaba Mandy. —yo elevé una ceja. Vamos, ¿de qué va? Él ni había nacido cuando mi madre murió, y si existía, todavía estaba en la cuna babeando. 


—Mira, chato, si vienes aquí para vacilarme...—él siguió con esa cara de no tengo sentimientos. 


—Para nada, no se juega con esas cosas. —yo lo observé durante un buen rato. 


—Dime, ¿de qué la conocías? —si él jugaba, yo también. Torció el labio inferior intentando intimidarme. Ni se acercó. 
—Oh, bueno, ella era amiga de mi madre allí. —¿allí? ¿Allí dónde? Mi madre no había salido nunca de Texas. 


—¿Me estás vacilando? —estiró las piernas y tiró un ramo de rosas en la tumba de mi madre. No recordaba haberlo visto con un ramo. 


—Mandy Rose Cleraly, hija de Doris Rose y Carly Cleraly. Casada con Des Stan, los cuales te tuvieron a ti —miró hacia la nada—. Era risueña, despreocupada y muy amiga de sus amigos. Luchaba por lo que quería. Digna de admirar. —no me había dado cuenta, pero mis ojos comenzaron a cristalizarse. ¿Quién era este tipo para decir nada de mi madre? 


—Cállate. —le espeté. 


—Era pelirroja, cosa que, al parecer, no has heredado —sí, sí lo era, pero yo había salido castaña—. Tranquila, tienes sus mismos ojos turquesa, y la misma mueca que ponía cuando se enfadaba. —esto comenzaba a asustarme. 


—¿Tú quién eres? —él sonrió. Que sonrisa tan bonita y agradable tenía, he de admitir. 


—Me llamo Harry, Harry Styles. —achiné los ojos. 


—Me refiero a quién demonios eres, ¿cómo conocías a mi madre? ¡Ella murió cuando tú y yo aún gateábamos! —lo había pillado. 


—¿Quién lo dice? —esto era increíble. 


—Lo años lo dicen, idiota. —no lo conocía, pero ya me caía mal. 


—¿Y qué son los años? —yo lo miré incrédula—. Son tan solo un corto espacio del tiempo, ¿no? —me reí histéricamente y puse los ojos en blanco. 


—Vete a la porra. —él rió.


—Fue un placer conocerte, Sunny. —se levantó. 


Yo no le había dicho mi nombre. Nun ca.

Ábreme o no te violará uandi.: