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"En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
wuuuaaauuu nick es un reyyyyyyyy
jejejejeje
siguela porfaaaaa yo ya me enamoreeee de elll
jejejeje
siguela porfaaaa
chelis
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
Valentina, me queres matar, lo estas haciendo!
-.-
Jajajajajaja, saaaabes lo que me encanta leer, y publicaste mucho :D
Me gustaron bastante los caps, Nick es un amor, no me canso de repetirlo :)
No te me desaparezcas de nuevo, si?
-.-
Jajajajajaja, saaaabes lo que me encanta leer, y publicaste mucho :D
Me gustaron bastante los caps, Nick es un amor, no me canso de repetirlo :)
No te me desaparezcas de nuevo, si?
Camilita :)
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
La novs ta re buenaa waa k amor :L: k es nick y si él va a ser quien va a ganar la batalla :cheers: :cheers:
raqel d' Jonas(NJJ<3
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
ja! las cosas que me haces leer Valen :oops: xD
Si esta enamorada hasta las patas ella jajajaja
Siguela prontoooooo!! :D
Si esta enamorada hasta las patas ella jajajaja
Siguela prontoooooo!! :D
FranJones.
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
**ValenBuri** escribió:aranzhitha escribió:ah porque no has subido
ya casi me suicido con una galleta
regresa por favor :(
subi pronto capí porfa :o
CON UNA GALLETA? HAHAHHA POR DIOS! :P
como seria eso?? ;) he escuchado "con un platano" pero UNA GALLETA! kfjgksjdfhgkjhdfkgh :risa:
si con las galletas de animalitos :P
y como seria con un platano ese si yo no habia oido :x
pero bueno gracias por subir capi :cheers:
me encanto segui pronto porfa :(
aranzhitha
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
aranzhitha escribió:**ValenBuri** escribió:aranzhitha escribió:ah porque no has subido
ya casi me suicido con una galleta
regresa por favor :(
subi pronto capí porfa :o
CON UNA GALLETA? HAHAHHA POR DIOS! :P
como seria eso?? ;) he escuchado "con un platano" pero UNA GALLETA! kfjgksjdfhgkjhdfkgh :risa:
si con las galletas de animalitos :P
y como seria con un platano ese si yo no habia oido :x
pero bueno gracias por subir capi :cheers:
me encanto segui pronto porfa :(
ahha con un plátano es muy fácil... viste que es largito, pues podría tener forma de pistola, entonces, pues.. ahha si! pegarse un tiro con un banano :P
Tina(:
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
Capítulo 16
Nick conducía el Jeep por la carretera principal a través de la noche mientras la madre de _______ dormía en el asiento trasero. Después de que _______ hubiera hecho la maleta de Carlotta con rapidez y de tener que amenazar a Gordon con acabar con su vida si no se apartaba de su camino, había llamado a la enfermera para cancelar sus servicios, asegurándole a la madre de _______ que aquello sería lo más prudente hasta que estuviera recuperada. Luego consiguió las medicinas pertinentes y se pusieron en camino.
Vio que _______ clavaba los ojos en la oscuridad de la noche a través de la ventanilla con la mirada perdida, parecía agotada y desorientada.
Nick contuvo una maldición. Ella había tenido un día muy duro y él no le había facilitado la labor. De hecho, se dio cuenta de que lo había jodido todo. Después de observar que Carlotta permitía que Gordon la tratara como si sus necesidades y deseos no fueran importantes, Nick comprendió a la perfección los miedos de _______. Antes sabía, a nivel teórico, que su padrastro era un controlador hijo de puta, pero no había caído en la cuenta de que lo era porque Carlotta se lo permitía... Y eso era lo que más temía _______, acabar siendo como su madre.
La afilada y sexy vivacidad de _______ le había intrigado desde el principio. Añadido a su sumisión natural, ella le había atraído como ninguna otra mujer. Aunque había intentado explicárselo en repetidas ocasiones, al final él había dejado de pensar con la cabeza que tenía sobre los hombros. ¿No era una putada? La confianza de que todo iría sobre ruedas respecto a su relación después de hacer el amor con ella esa mañana, se había ido a pique al ver interactuar a Carlotta y a Gordon.
—¿Estás seguro de que a tu padre no le importará tener compañía? —preguntó su esposa en medio del oscuro silencio.
Nick miró a Carlotta por el espejo retrovisor antes de volver la vista a la carretera.
—Ahora que está en casa tras la última misión, agradecerá la compañía, cielo.
De hecho, podría ser bueno para los dos. Como mínimo, el Coronel y Carlotta se harían amigos, y de eso nunca se tenían demasiados.
—Odio aprovecharme de él así. Estoy segura de que tiene mejores cosas que hacer de niñera de mi madre.
—El Coronel necesita relajarse y esto le servirá de entretenimiento. Tiene un montón de hombres dispuestos a hacer el trabajo duro y, sin embargo, sigue trotando por el mundo detrás de los criminales en busca de adrenalina. —Ya no le quedaba otra cosa desde que había permitido que su mujer le abandonara.
—Gracias. —_______ le miró finalmente, le cogió la mano y se la apretó—. Por todo... Por haber puesto a Gordon en su lugar. Eso es lo que más aprecio de todo.
Él deseaba haber hecho todavía más.
—Se lo merecía. Me hubiera gustado darle una paliza, pero es de esas comadrejas que sólo llamaría a la policía. Y sospecho que un incidente de ese tipo contrariaría a tu madre.
—Mucho. Gracias por contenerte, imagino lo que te habrá costado. —Esbozó una sonrisa cansada.
Él deslizó el pulgar sobre la suave piel de la mano de _______, perdido en sus pensamientos. Luego la miró con solemnidad.
—Espero que sepas que jamás te trataría como Gordon trata a tu madre.
_______ tragó y apartó la vista.
—Sé que nunca me humillarías a propósito ni querrías que me sintiera débil. Pero, al igual que Gordon, me quieres poseer. Y me temo que, al final, te lo permitiría.
Tal y como él había sospechado.
—Soy posesivo, cielo, no lo niego; pero jamás querría que estuvieras aislada del mundo ni que fueras infeliz. Si alguna vez tuvieras tan poco respeto por ti misma, pondría fin al matrimonio. Aunque sospecho que antes lo harías tú si llegáramos a esos extremos.
_______ parpadeó y apretó los labios, luchando contra las lágrimas.
—No lo entiendes. Tú no me das miedo. La que me doy miedo soy yo misma. A una parte de mí le encantaría entregarse a ti por completo, lo mismo que hizo mi madre. No voy a mentirte, me gusta ser el centro de tu atención. Me haces sentir especial, pero tu intensidad me aterra. Y después del sexo... me asusta pensar en todo lo que te he entregado. No podría vivir si pierdo el respeto por mí misma.
_______ sabía que él no era como Gordon, pero Nick no sabía cómo demostrarle que ella tampoco era como su madre.
No disponía de mucho tiempo y el que tenía discurría con rapidez. A pesar de lo mucho que deseaba dominarla y hacerla suya por completo en todos los aspectos, _______ no estaba preparada. Y, sabiendo lo asustada que estaba, y con razón, se preguntó si alguna vez llegaría a estarlo.
Pero no podía darse por vencido.
—Lo que ocurre entre nosotros en la cama no tiene porque verse reflejado en el resto de nuestra vida. Yo me voy el domingo y estaré seis meses fuera. Me quedan ocho años en la Marina si quiero tener una jubilación. Lo cierto es que vas a ser tú quién esté al frente de todo mientras yo esté fuera. No podría ser así a menos que supiera que eres fuerte y capaz. Tú nunca permitirías que te apartara de tu trabajo, de tus amigos, que te quitara el coche, el móvil... la libertad. Y yo jamás te pediría que me entregaras nada de eso. Claro que me gustaría que tu trabajo fuera más seguro..., o que no vieras a Joe..., pero jamás te obligaría a hacer nada de eso.
—Sin embargo, yo noto este demente deseo de agradarte que nunca había sentido. Ahora mismo no quiero entregarme de la manera que describes, pero quién sabe si al final... —Se encogió de hombros.
Le dolió la vergüenza que rezumaba su voz. No quería que ella prescindiera de lo que necesitaba. Pero antes _______ tenía que saber lo que necesitaba. Tenía que ayudarla. Nick se centró en conducir mientras su mente trabajaba a toda velocidad. El asunto requería mucha meditación. Quizá conocer más hechos le ayudaría a saber por dónde empezar.
—¿Por qué le pediste a Joe un trío por tu cumpleaños?
_______ parpadeó, parecía muy sorprendida por la pregunta.
—No fue así. Le conté en una ocasión que ésa era una de mis fantasías. Pero fue muchos meses antes de mi cumpleaños. Me dijo que intentaría hacerla realidad. Pero cuando tú entraste en escena y...
Nick dio un respingo. Él había entrado en escena y dañado seriamente la situación.
—¿Por qué deseas hacer eso?
—Por... —Encogió los hombros y volvió a mirar por la ventana—. No es importante.
Pero algo le decía que sí lo era.
—Aún nos faltan un par de horas para llegar a casa de mi padre, y el medicamento que ha tomado tu madre para la tos le hará dormir todavía durante un buen rato. Si es importante para ti, también lo es para mí. Por favor...
—Dios, ¿has pedido algo «por favor»? ¡No me lo puedo creer! —bromeó ella antes de emitir un profundo suspiro—. Supongo que debería haberme imaginado que Joe no lo entendería, y pensaría que no era más que una fantasía estúpida...
—¿Qué es lo que no entendió Joe? Fue él quien organizó el trío. Lo sé de buena tinta.
—Y bien que le habría gustado.
Ella se retorció en el asiento.
—Es que en realidad yo no quiero participar en un trío. Mi fantasía era más bien que el hombre con el que estuviera... me entregara a otro. Que me exigiera que mantuviera relaciones sexuales con alguien de su elección porque piensa que soy tan sexy y asombrosa que quiere presumir, y yo querría complacer ese capricho. Ya te dije que era una tontería.
La confesión hizo que Nick se quedara helado. La profundidad de la naturaleza sumisa de _______ le aturdía.
—No es una tontería si es lo que tú quieres.
_______ rechazaba seguir sus órdenes porque no estaba acostumbrada a estar bajo el control de nadie y no sabía dónde y cómo trazar los límites, pero que quisiera ser tan completamente poseída por un hombre hasta el punto de ser compartida... Eso entraba en el territorio de la esclavitud. Nick no sentía ningún interés en compartirla, pero las palabras de la joven confirmaban todo lo que él pensaba sobre sus deseos. _______ consideraba la sumisión como una debilidad, pero la necesitaba a un nivel muy profundo. Tenía que encontrar la manera de que ella se diera cuenta de que sucumbir a sus necesidades no la convertía en un felpudo. Pero eso sólo podría conseguirlo si se aceptaba a sí misma y aprendía a confiar en él.
—No va a ocurrir nunca, así que no importa. Olvidémoslo. —_______ retiró la mano y apartó la vista como si, de repente, encontrara fascinante la vacía carretera oscura.
—¿Desde cuándo tienes esta fantasía?
Ella encogió los hombros.
Nick le lanzó una severa mirada.
—Espero una respuesta ahora o detendré el coche y te pondré sobre mis rodillas. No me importa quién pase.
_______ contuvo el aliento antes de respirar hondo. Dios, ella ya estaba excitada... Igual que él.
—Genial. Desde hace más de siete años. Leí un libro en donde un tipo compartía a su novia con su mejor amigo y... —Se encogió de hombros otra vez—. Se me metió en la cabeza.
—¿Te gustó la escena que Joe preparó para ti?
—Siempre he sentido curiosidad por saber qué sentiría al ser acariciada por dos hombres a la vez. Pero lo que yo quería era que fuera él quien asumiera el mando. Sin embargo no lo hizo. Estaba demasiado borracho y ése no es su estilo. Además, en ese momento tú me abrumaste por completo y olvidé esa absurda fantasía. Me perdí en ti y en tus demandas. Eso es todo. ¿Podemos cambiar de tema?
—Bien. —«Por ahora.»
—Cuéntame por qué tú accediste a la petición de Joe.
—Me dijo que estabas muy buena. —Nick se encogió de hombros—. Pero resultaste ser mucho más de lo que esperaba. Llevo años deseando conocer a una sumisa fuera de un club. Casi todas las que acuden a ellos son mujeres de las que abusaron en algún momento de su vida. Quería conocer a una mujer fuerte, con carácter. Jamás me imaginé que me tropezaría con la mujer de mis sueños.
Ella esbozó una sonrisa desvaída.
—Si hace una semana alguien nos hubiera dicho que nos encontraríamos aquí en este momento, no nos lo hubiéramos creído. Entonces ni siquiera sabía que existías.
Estaba de acuerdo. _______ había trastocado su vida, aunque no querría que fuera de otra manera. No le iba a preguntar si lamentaba haberse casado con él, ya habría tiempo para eso; pero le podía decir cómo se sentía y esperar que ella lo entendiera.
—Me alegro de que estemos aquí. Eres todo lo que siempre he querido.
_______ le miró con el ceño fruncido y una expresión que él sólo podía describir como de perplejo asombro.
—A ti no te da miedo nada... nuestro matrimonio, mi padrastro, mis neuras. Ojalá yo fuera un poco más valiente... —Ella sonrió con tristeza, luego suspiró.
—Eres una mujer valiente. La sumisión requiere coraje, y tú te has entregado en sólo unos días con más honradez de la que logran muchas sumisas en toda su vida. No pierdas las esperanzas con lo nuestro.
—No estoy segura de que pueda acostumbrarme a esto. Sería mejor que firmaras los papeles.
«Joder, no. Ni en un millón de años.»
—¿Mejor para quién?
—Para los dos, pero tú no me escuchas. —_______ apartó la mirada.
Porque se equivocaba.
La balada que sonaba en la radio en ese momento llenó el silencio. Nick nunca había prestado demasiada atención a la música. Pero ahora sentía en los huesos el significado de las palabras del cantante. Llevaba mucho tiempo ansiando las caricias de _______, solo y sin saberlo. Necesitaba su amor. ¿Qué diablos iba a hacer si no la podía convencer para que creyese en ellos antes de que tuviera que irse?
—¿Cómo fue nuestra boda? —preguntó ella con suavidad.
A pesar del cambio de tema, Nick sonrió.
—Intensa. Alocada. Christi y Mick se casaron antes que nosotros.
—¿Quiénes?
Él se rió.
—La pareja que conocimos en el club. Durante la ceremonia, el juez de paz no dejaba de restregarse los ojos, quejándose de que tenía una resaca de campeonato. Su ayudante lo único que hacía era subir el volumen de la música; no sé si para mantenerle despierto o para mandarle al infierno. —Se rió entre dientes otra vez—. En las bodas de Las Vegas sólo suena Elvis. ¿Qué típico, verdad? Pero no me arrepiento.
_______ no dijo ni una palabra, sólo miraba ensimismada el parabrisas, como si estuviera viendo aquella imagen que él describía. Nick frunció el ceño.
—¿Soñabas con que tu boda fuera de otra manera?
La expresión de _______ se volvió melancólica.
—Creo que como casi todas las mujeres. Me encantaría haberme casado de blanco y sintiéndome hermosa. Que mi hermano me condujera por el pasillo; que mi hermana y mi madre estuvieran en la primera fila. Me hubiera gustado llevar un enorme ramo de rosas blancas, un vestido largo y que el hombre que me esperaba frente al altar estuviera locamente enamorado de mí.
Si lograba que siguieran casados, se juró que algún día él haría realidad ese sueño.
—Por lo menos la última parte era real, cielo. —Estiró el brazo y le cogió la mano—. Te amo. Sé que tú también sientes algo por mí, aunque estás aterrada; pero creo que podremos resolverlo todo.
—¿Cómo? Estamos huyendo de un asesino, mi madre está enferma y no nos ponemos de acuerdo en nada. Lo que hay entre nosotros me da muchísimo miedo. Tú te irás y...
Nick se inclinó y le dio un suave beso, silenciándola.
—Todo se solucionará. Vamos a encontrar al asesino. Tu madre se curará. Nos llevaremos muy bien en cuanto te des cuenta de que estamos hechos el uno para el otro. No hay razón para que estés asustada. En cuanto a que tendré que irme, sí. Pero volveré. Es muy sencillo.
Ella se mordisqueó el labio.
—Oye, ¿eso no es un burguer? Tengo mucha hambre.
No era un cambio de tema demasiado sutil, pero presionada ahora sería contraproducente. Cuatro días no era tiempo suficiente para que alguien se enamorara, estuviera cómodo con su nuevo estilo de vida sexual y venciera años de miedos a mantener una relación así. _______ necesitaba tiempo. Nick miró el reloj y contuvo el deseo de maldecir. Le quedaban setenta y dos horas. El tiempo se acababa. Rezó para que fuera suficiente...
Pero sus esperanzas comenzaban a desvanecerse.
_______ tragó, nerviosa, mientras Nick llevaba a su madre en brazos hasta el umbral de una casa a oscuras en las afueras de Tyler, Texas. Cuando entraron en aquella residencia de estilo clásico sureño, con fachadas de ladrillo y grandes ventanales, una alta sombra apareció ante ellos. Era un hombre que poseía la misma altura y constitución que Nick. El mismo corte de pelo, los mismos rasgos. Era guapo como un demonio, pero estaba casi demacrado; atormentado. ¿Sería así Nick al cabo de veinte años si ella le abandonaba y él no volvía a enamorarse otra vez?
—Hijo. —El hombre se relajó al identificar al recién llegado—. Me alegro de verte.
—Coronel, te presento a la señora Buckley. —Él saludó con un gesto de cabeza a la madre de _______, que se veía diminuta entre sus brazos.
—Carlotta. —Su madre tosió—. No tengo intención de ser una carga. Si soy un inconveniente...
—No lo es. Llámame Caleb. —Miró a Nick—. Déjala en el sofá del salón. Yo mismo la subiré a su habitación cuando termine de prepararla.
El Coronel incluso hablaba como Nick: un poco brusco y autoritario. _______ se entretuvo en la puerta. ¿Sería una buena idea dejar allí a su madre? No era probable que Gordon la encontrara ni, si lo hiciera, que se enfrentara a alguien tan intimidante como el Coronel pero, ¿podría recuperarse su madre con un desconocido revoloteando a su alrededor?
—De acuerdo —dijo Nick.
En cuanto se movió para obedecer a su padre, _______ sintió que la mirada penetrante del Coronel se clavaba en ella y se le detuvo el corazón. Aunque no podía ver su cara con claridad entre las sombras, algo en su postura decía que no estaba contento.
El Coronel dio un paso adelante y la luz del vestíbulo le iluminó los rasgos. ¡Oh, Dios! Era ver cómo sería Nick dentro de veinte años. El pelo espeso y rubio, aunque el suyo ya tenía algunas canas. Ojos muy azules. Atractivo, duro, exigente.
—Er... hola, señor. Soy _______. —Le tendió una mano, rezando para que no le temblara.
Maldijo para sus adentros. Si Nick y ella no permanecían casados mucho tiempo, daba lo mismo caerle bien o no a su padre. Pero ese razonamiento no calmaba su ansiedad.
—¿Eres la esposa de Nick?
—Sí. —Al menos por el momento.
El cogió la mano que ella le tendía y la miró con dureza. ¡Maldición! No pensaba encogerse ante aquella mirada evaluadora. Alzó la barbilla y le sostuvo la vista, negándose a acobardarse.
—Tiene coraje, hijo. —Gritó a Nick a través de la estancia—. Me gusta.
Por fin, una rígida sonrisa asomó a los rasgos de su suegro como si supiera que ella había estado conteniendo el aliento. La guió hasta una acogedora sala, donde dominaba la decoración en tonos chocolate y una enorme pantalla plana. _______ se relajó, pero se preguntó qué había esperado encontrar el Coronel en ella.
Nick depositó a su madre en el sofá y la cubrió con una manta. La pantalla titilaba en silencio. _______ se sentó al lado de Carlotta y sostuvo su mano temblorosa. Carlotta se quedó dormida casi al instante. Entre la enfermedad y la medicación, estaba exhausta.
—Está claro que tu madre necesita descansar. —El Coronel tenía los ojos clavados en ella—. Me aseguraré de que lo hace.
A Carlotta no le gustaba estar ociosa, pero en esta ocasión era bueno para ella.
—Gracias.
El miró a Nick con el ceño fruncido.
—¿Es cierto lo que me dijiste? ¿Su marido quería que ella le hiciera la cena?
—Sí. Se enfadó al ver que no la hacía.
—¡Menudo capullo! —maldijo el Coronel; luego la miró a ella—. Disculpa mi lenguaje, pero ese hombre no me merece otra opinión.
_______ encogió los hombros.
—No se preocupe por mí. Yo también le considero un capullo. Le odio a muerte.
El Coronel echó la cabeza atrás y se rió.
—Definitivamente, esta chica no es como ésas con las que solías andar. Logan todavía no ha aprendido la lección. No llevaba aquí ni cinco minutos y ya estaba intercambiando mensajes de texto de alto voltaje con una chica ligerita de cascos de la localidad que no hace más que pedirle caña.
—¡Déjalo ya, papá!
_______ volvió la mirada con rapidez hacia el hombre que acababa de entrar en la habitación. Supuso que se trataba de Logan porque poseía los mismos ojos azules y penetrantes que su padre y su hermano mayor, y la misma constitución grande e intimidatoria. Pero ahí acababan las similitudes. Tenía el pelo negro y la piel morena. El hoyuelo en la barbilla debía de provenir de otra rama de la familia.
En ese preciso instante, sonó el móvil del recién llegado. Este lo sacó y deslizó el teclado para silenciarlo oprimiendo un botón.
—Le dije que sería a medianoche. Natalie necesita una buena zurra. —Volvió a meter el teléfono en el bolsillo—. ¿Qué tal te va, hermano?
Nick cruzó la estancia con una sonrisa.
—¿Qué tal te va a ti, cabrón?
Los dos hermanos se abrazaron y se dieron vigorosas palmaditas en la espalda.
—Parece que muy bien.
—Te hacía en Dallas.
Logan negó con la cabeza y miró a su alrededor con atención hasta clavar los ojos en _______.
—Estaba ansioso por conocer a la mujer que te ha robado el corazón.
—Kimber nos llamó por teléfono para darnos la sorprendente noticia de tu boda —explicó el Coronel con una mueca. Nick puso los ojos en blanco.
—Nuestra hermanita necesita aprender a callarse la boca. Santo Dios, ¡qué lo publique en los periódicos! No, mejor ¡que lo escriba en su muro del Facebook!
—Estoy seguro de que lo hará en cuanto se recupere del parto —aseguró el Coronel—. Esta tarde estuve con ella y el bebé. Ese niño tiene unos buenos pulmones. Y parece que va a sacar los ojos de los Jonas.
—Estoy de acuerdo —intervino Logan—. Es un bebé precioso. Kevin se ha vuelto a enamorar.
Nick dio un respingo.
—Tenía intención de pasar a ver a Kimber y al bebé esta mañana al llegar al hospital —confesó—, pero cuando llegué... me distrajeron otras cosas.
Verla sentada en el regazo de Joe. _______ se estremeció. Estar con Joe no había tenido ninguna connotación emocional o sexual para ella, pero el incidente había desembocado en una discusión que había sacado a la luz dolorosas revelaciones e impidió que Nick fuera a ver a su sobrino recién nacido.
El móvil de Logan volvió a sonar. El miró la pantalla, arqueó una ceja con irritación y se lo volvió a meter en el bolsillo.
—¿Quién quiere comida china? —preguntó a continuación, como si ninguno de los presentes supiera que una mujer impaciente se moría por recibir su disciplina.
—Buena idea —convino Nick.
Veinte minutos y un whisky después, _______ estaba sentada con los tres hombres ante la mesa redonda de la cocina, intentando no dormirse. El cansancio provocado por las horas de viaje y el intenso sexo de esa mañana se unió a los días de vigilia en el hospital. Apoyó la frente en la mano y cerró los ojos. Daría cualquier cosa por una cama y ocho horas de sueño ininterrumpido.
Nick mencionó entonces el único tema que garantizaba la irritación de los otros varones alfa presentes.
—¿Como que alguien está tratando de matar a _______? —Logan miró a su hermano con preocupación.
—¿Tenéis sospechosos? —Su padre, en cambio, buscó respuestas tras observarla protectoramente.
Oh, _______ no estaba para más drama —ni testosterona— en ese momento.
—Nadie ha intentado nada contra mí desde el domingo. Quizá... hayan desistido. O el asesino a sueldo que mataron en la cárcel se llevó el secreto a la tumba o se dieron cuenta de que iban a por la chica equivocada.
—O quizá estén contratando a alguien mientras hablamos. Entre que yo te he protegido como un halcón y que no has estado en un mismo lugar demasiado tiempo, has tenido suerte —dijo Nick.
_______ no estaba conforme.
—¿Quién iba a tratar de matarme? Puede que haya cabreado a un tipo de una banda al informar sobre su falta de formalidad. Soy agente de libertad condicional —le explicó a Logan y al Coronel al ver sus caras de confusión. Nick negó con la cabeza.
—No creo que un esbirro de una banda posea el tipo de conexiones necesarias para contratar a un asesino a sueldo con esa clase de equipo.
—¿Un profesional? —La idea parecía disgustar a Logan.
—En efecto. —Nick asintió con la cabeza.
—¿Qué sabemos del asesino además de que está muerto? —preguntó su suegro.
—Poco. No tenía huellas ni afiliaciones que pudiéramos rastrear. Se lo cargaron a los diez minutos de ingresar en prisión. Todavía no han identificado el cuerpo.
Logan emitió un largo silbido.
—Un trabajo rápido. Alguien se dio mucha prisa para que no se descubriera nada.
—Sí, mucha prisa. —Nick cogió la mano de _______ y se la apretó—. Jack conoce a todos los policías locales. En cuanto averigüe algo sobre el tipo, me llamará. Quizá demos con una buena pista. _______ no sabe de nadie que pueda querer matarla salvo Cortez Villarreal.
—Hay algo que no encaja. —El Coronel cruzó los brazos y la miró fijamente.
Parecía que quería interrogarla y, francamente, no estaba de humor.
—Maldición, nadie más tiene motivos para estar cabreado conmigo. No sé quién quiso matarme ni por qué. Si lo supiera, os lo diría.
El Coronel arqueó una ceja leonada ante su respuesta. Nick contuvo una sonrisa.
—_______ no duerme ni come en condiciones desde hace dos días. Esta mañana estaba particularmente... exigente.
Oh, no era posible que él hubiera dicho eso con una expresión de gato que se ha comido al canario. En cuanto estuvieran a solas iba a echarle una buena bronca. Aun así, le lanzó una mirada de advertencia.
Cuando volvió a sonar el móvil de Logan, con un nuevo mensaje de texto, él sonrió ampliamente. Incluso el Coronel tenía una mirada conocedora. _______ siguió mirando a Nick —«¡será bastardo!»— llena de furia hasta que se excusó. Ninguno se rió, pero estaba segura de que querían hacerlo.
Se dirigió a la sala y se sentó en el sofá antes de coger la mano de su madre entre las suyas. Un segundo después sonó el timbre de la puerta, sobresaltando a Carlotta.
Logan cogió el pedido y se deshizo del chico que hacía la entrega en menos de sesenta segundos. Nick se encargó de coger unos platos de papel, cervezas y unas botellas de agua. El Coronel se acercó a ellas.
—Carlotta, tienes que comer algo. Te haré unos huevos con tostadas.
Su madre giró la cabeza y observó las pequeñas cajas de cartón y el montón de galletitas de la fortuna sobre el mantel.
—No es necesario molestarse, Caleb. La comida china está bien.
—Estás tomando antibióticos, la comida muy especiada puede sentarte mal en el estómago.
—De veras, no te molestes. —Soltó la mano de _______ y se puso en pie.
El Coronel pasó junto a _______ para llegar hasta ella.
—Yo me encargaré de ti. No quiero discutir sobre el asunto.
Antes de que su madre pudiera responder, el hombre la cogió en brazos.
Carlotta miró alarmada a _______.
—Caleb, te lo aseguro, puedo caminar. No quiero ser una carga.
—Hace sólo veinticuatro horas estabas ardiendo de fiebre. Lo que tienes no es ninguna tontería. Ahora eres de la familia. Ya te darás cuenta de que los Jonas cuidan de los suyos.
Carlotta se mantuvo callada mientras miraba boquiabierta al Coronel.
—Mi marido no aprobaría que me llevaras en brazos.
La expresión del hombre se volvió todavía más siniestra.
—Con todos mis respetos, Carlotta, cualquier hombre sano que pretenda que su mujer cocine para él tan sólo unas horas después de que a ésta le hayan dado el alta en el hospital, no merece tener esposa.
Era cierto, pero el Coronel no estaba actuando bien al decírselo a su madre... La estaba haciendo sentir incómoda. _______ se estremeció.
—P-prefería que me dejaras caminar. —Carlotta había fruncido los labios.
—Cuando estés más fuerte.
—Coronel, yo la ayudaré —intervino _______.
—Nick dice que tú sólo te quedarás hasta mañana por la tarde. Es mejor que tu madre y yo nos acostumbremos el uno al otro desde el principio. Tengo intención de hacerme cargo de ella hasta que esté bien.
Fin de la conversación, al menos por parte del Coronel. Su madre debió de darse cuenta del tono con el que había hablado; ninguna de las dos discutió el asunto.
Si el hombre quería insistir en que Carlotta debía comer huevos y tostadas, _______ sería quien cocinara; así conseguiría tranquilizar a su madre.
El Coronel la sentó ante la mesa de la cocina y le estaba poniendo una manta sobre los hombros cuando _______ entró.
—Coronel, coma mientras está la comida caliente. Yo me ocuparé de mi madre.
—Cielo, estás a punto de caerte —intervino Nick, que la había seguido a la cocina, con el ceño fruncido—. Siéntate, _______. Come.
—Mi madre necesita mi ayuda y yo estoy bien —mintió, notando que la fatiga estaba a punto de vencerla—. La hamburguesa de antes me dio fuerzas.
El la cogió del brazo.
—Apuesto lo que sea a que te derrumbas en menos de diez minutos. No seas tan terca y deja que me ocupe yo.
Ella se zafó de él con todas sus fuerzas y puso los brazos en jarras.
—¿Recuerdas que te dije que si intentabas controlarme fuera del dormitorio te colgaría de los huevos? ¿Quieres que busque una cuerda?
—De acuerdo —dijo él con las manos en alto, ocultando una sonrisa—. Por lo menos deja que te ayude.
Sabiendo que iba contra sus instintos no exigir, _______ apreció su oferta, pero no pensaba aceptarla así como así.
—Preparar unos huevos no es difícil. Se me da bien la cocina.
Nick no dijo nada. Se limitó a observarla mientras registraba las alacenas en busca de una sartén y la colocaba en el fuego. Parecía muy cansada.
—¿Crees que a tu madre le apetecerá un poco de zumo? —preguntó Nick abriendo la nevera—. Te puedo preparar otro a ti también.
¿Por qué no se le había ocurrido a ella que su madre podría querer zumo? Peor, ¿por qué no dejaban de temblarle las manos?
Ahora mismo, no tenía fuerzas para hacerle nada a Nick ni siquiera aunque quisiera.
—Claro, gracias.
Nick sirvió el zumo en dos vasos y le ofreció uno a ella, dándole el otro a su padre, que esperaba con el ceño fruncido.
_______ les ignoró a ambos y se dirigió a la nevera. Notó que se le aflojaban las piernas cuando se inclinó para coger los alimentos que necesitaba. Se sujetó a la puerta del electrodoméstico mientras recababa la energía suficiente para coger el tocino y ponerlo en la encimera, luego buscó los huevos. Respiró hondo.
Cuando atravesó de nuevo la cocina, con los huevos en la mano, sus cansadas piernas llegaron al límite de sus fuerzas y trastabilló. Se le llenaron los ojos de lágrimas cuando se percató de que Nick tenía razón; no le quedaban fuerzas para cocinar.
Su marido se acercó y la sostuvo con un brazo alrededor de la cintura al tiempo que ponía la mano debajo de los huevos para evitar que cayeran al suelo.
—Cielo, ¿estás bien? —susurró contra su mejilla, abanicándola con su cálido aliento.
Maldita sea, no quería admitir su debilidad.
—Sólo estoy algo cansada. Dame un minuto. —Cogió el vaso de zumo y tomó varios sorbos—. Me pondré bien enseguida.
La expresión agradable que Nick había mostrado durante toda la tarde se disolvió e hizo aparición su cara de Amo.
—No me mientas. Ha llegado el momento de que descanses. Papá, ¿puedes encargarte de Carlotta? _______ y yo vamos a hablar.
Dicho eso, se inclinó y la tomó en brazos, atrayéndola contra su pecho.
—¿Qué haces? —chilló ella.
Logan intentó sofocar un ataque de risa.
Nick no respondió.
—Dejadnos algo de la cena —gritó cuando ya estaban en el pasillo.
_______ se retorció, pero él no cedió.
—¡Maldición! ¡Déjame en el suelo! No te atrevas a humillarme así.
No respondió. Una docena de escalones después, él dio una patada a una puerta y cerró a su espalda. Entonces la dejó caer. _______ sintió una cama en la espalda y, en ese momento, estalló. ¿Cómo se le ocurría tratarla como una niña que necesitara disciplina delante de todo el mundo?
Aunque no podía negar que la cama era algo celestialmente suave. Sintió la tentación de cerrar los ojos y dormir.
—Esto es ridículo. —Intentó incorporarse y salir de allí.
—Estoy de acuerdo. —Nick se cernió sobre ella. Su expresión, incluso en la oscuridad reinante, era muy seria—. Amo tu espíritu, pero si no te cuidas como debes, lo haré yo.
Cada palabra que salía de su boca sonaba más parecida a lo que el Coronel le había dicho a su madre, dominante y definitiva, sin tener en cuenta sus sentimientos. Sin escucharla.
_______ se dejó caer de nuevo sobre el colchón, cerró los ojos, aunque su mente estaba inundada de pensamientos. ¿Estaban destinados a ser como sus padres? Aquella horrible pregunta la atravesó. Nick se comportaba como una copia más joven del Coronel; decidido, protector, mandón, inflexible. Y esa misma mañana, se había dado cuenta de que ella era mucho más parecida a su madre de lo que jamás había supuesto.
Una parte de ella había esperado que Nick estuviera en lo cierto, que su amor creciera y se hiciera fuerte, pero... ¿cómo?, cuando cada día había más pruebas de que la relación estaba condenada al fracaso y de que ella, esclava de una creciente debilidad sumisa, lo permitía.
Nick se inclinó y le dio un suave beso en la frente. Incluso embargada por la furia, notó chispas que hicieron hormiguear la piel por su contacto. Todo su cuerpo anhelaba más.
La verdad parpadeó en su mente: se había enamorado de un hombre que acabaría con su independencia. Se haría con ella de la misma manera en que la había acostumbrado a sus caricias, arruinándola para cualquier otro hombre.
El Coronel había intimidado a su madre y la había hecho callar en menos de cinco minutos. Concedido, estaba enferma y llevaba años con Gordon, pero _______ se preguntó cuánto tiempo tardaría Nick en hacerle alcanzar el mismo grado de sumisión. ¿Cinco años? ¿Uno? ¿Menos? ¿Cuánto tiempo pasaría antes de que ella perdiera completamente el respeto por sí misma? ¿Cuánto para que se perdiera en él?
Ésas eran preguntas para las que no quería tener nunca respuesta.
Vio que _______ clavaba los ojos en la oscuridad de la noche a través de la ventanilla con la mirada perdida, parecía agotada y desorientada.
Nick contuvo una maldición. Ella había tenido un día muy duro y él no le había facilitado la labor. De hecho, se dio cuenta de que lo había jodido todo. Después de observar que Carlotta permitía que Gordon la tratara como si sus necesidades y deseos no fueran importantes, Nick comprendió a la perfección los miedos de _______. Antes sabía, a nivel teórico, que su padrastro era un controlador hijo de puta, pero no había caído en la cuenta de que lo era porque Carlotta se lo permitía... Y eso era lo que más temía _______, acabar siendo como su madre.
La afilada y sexy vivacidad de _______ le había intrigado desde el principio. Añadido a su sumisión natural, ella le había atraído como ninguna otra mujer. Aunque había intentado explicárselo en repetidas ocasiones, al final él había dejado de pensar con la cabeza que tenía sobre los hombros. ¿No era una putada? La confianza de que todo iría sobre ruedas respecto a su relación después de hacer el amor con ella esa mañana, se había ido a pique al ver interactuar a Carlotta y a Gordon.
—¿Estás seguro de que a tu padre no le importará tener compañía? —preguntó su esposa en medio del oscuro silencio.
Nick miró a Carlotta por el espejo retrovisor antes de volver la vista a la carretera.
—Ahora que está en casa tras la última misión, agradecerá la compañía, cielo.
De hecho, podría ser bueno para los dos. Como mínimo, el Coronel y Carlotta se harían amigos, y de eso nunca se tenían demasiados.
—Odio aprovecharme de él así. Estoy segura de que tiene mejores cosas que hacer de niñera de mi madre.
—El Coronel necesita relajarse y esto le servirá de entretenimiento. Tiene un montón de hombres dispuestos a hacer el trabajo duro y, sin embargo, sigue trotando por el mundo detrás de los criminales en busca de adrenalina. —Ya no le quedaba otra cosa desde que había permitido que su mujer le abandonara.
—Gracias. —_______ le miró finalmente, le cogió la mano y se la apretó—. Por todo... Por haber puesto a Gordon en su lugar. Eso es lo que más aprecio de todo.
Él deseaba haber hecho todavía más.
—Se lo merecía. Me hubiera gustado darle una paliza, pero es de esas comadrejas que sólo llamaría a la policía. Y sospecho que un incidente de ese tipo contrariaría a tu madre.
—Mucho. Gracias por contenerte, imagino lo que te habrá costado. —Esbozó una sonrisa cansada.
Él deslizó el pulgar sobre la suave piel de la mano de _______, perdido en sus pensamientos. Luego la miró con solemnidad.
—Espero que sepas que jamás te trataría como Gordon trata a tu madre.
_______ tragó y apartó la vista.
—Sé que nunca me humillarías a propósito ni querrías que me sintiera débil. Pero, al igual que Gordon, me quieres poseer. Y me temo que, al final, te lo permitiría.
Tal y como él había sospechado.
—Soy posesivo, cielo, no lo niego; pero jamás querría que estuvieras aislada del mundo ni que fueras infeliz. Si alguna vez tuvieras tan poco respeto por ti misma, pondría fin al matrimonio. Aunque sospecho que antes lo harías tú si llegáramos a esos extremos.
_______ parpadeó y apretó los labios, luchando contra las lágrimas.
—No lo entiendes. Tú no me das miedo. La que me doy miedo soy yo misma. A una parte de mí le encantaría entregarse a ti por completo, lo mismo que hizo mi madre. No voy a mentirte, me gusta ser el centro de tu atención. Me haces sentir especial, pero tu intensidad me aterra. Y después del sexo... me asusta pensar en todo lo que te he entregado. No podría vivir si pierdo el respeto por mí misma.
_______ sabía que él no era como Gordon, pero Nick no sabía cómo demostrarle que ella tampoco era como su madre.
No disponía de mucho tiempo y el que tenía discurría con rapidez. A pesar de lo mucho que deseaba dominarla y hacerla suya por completo en todos los aspectos, _______ no estaba preparada. Y, sabiendo lo asustada que estaba, y con razón, se preguntó si alguna vez llegaría a estarlo.
Pero no podía darse por vencido.
—Lo que ocurre entre nosotros en la cama no tiene porque verse reflejado en el resto de nuestra vida. Yo me voy el domingo y estaré seis meses fuera. Me quedan ocho años en la Marina si quiero tener una jubilación. Lo cierto es que vas a ser tú quién esté al frente de todo mientras yo esté fuera. No podría ser así a menos que supiera que eres fuerte y capaz. Tú nunca permitirías que te apartara de tu trabajo, de tus amigos, que te quitara el coche, el móvil... la libertad. Y yo jamás te pediría que me entregaras nada de eso. Claro que me gustaría que tu trabajo fuera más seguro..., o que no vieras a Joe..., pero jamás te obligaría a hacer nada de eso.
—Sin embargo, yo noto este demente deseo de agradarte que nunca había sentido. Ahora mismo no quiero entregarme de la manera que describes, pero quién sabe si al final... —Se encogió de hombros.
Le dolió la vergüenza que rezumaba su voz. No quería que ella prescindiera de lo que necesitaba. Pero antes _______ tenía que saber lo que necesitaba. Tenía que ayudarla. Nick se centró en conducir mientras su mente trabajaba a toda velocidad. El asunto requería mucha meditación. Quizá conocer más hechos le ayudaría a saber por dónde empezar.
—¿Por qué le pediste a Joe un trío por tu cumpleaños?
_______ parpadeó, parecía muy sorprendida por la pregunta.
—No fue así. Le conté en una ocasión que ésa era una de mis fantasías. Pero fue muchos meses antes de mi cumpleaños. Me dijo que intentaría hacerla realidad. Pero cuando tú entraste en escena y...
Nick dio un respingo. Él había entrado en escena y dañado seriamente la situación.
—¿Por qué deseas hacer eso?
—Por... —Encogió los hombros y volvió a mirar por la ventana—. No es importante.
Pero algo le decía que sí lo era.
—Aún nos faltan un par de horas para llegar a casa de mi padre, y el medicamento que ha tomado tu madre para la tos le hará dormir todavía durante un buen rato. Si es importante para ti, también lo es para mí. Por favor...
—Dios, ¿has pedido algo «por favor»? ¡No me lo puedo creer! —bromeó ella antes de emitir un profundo suspiro—. Supongo que debería haberme imaginado que Joe no lo entendería, y pensaría que no era más que una fantasía estúpida...
—¿Qué es lo que no entendió Joe? Fue él quien organizó el trío. Lo sé de buena tinta.
—Y bien que le habría gustado.
Ella se retorció en el asiento.
—Es que en realidad yo no quiero participar en un trío. Mi fantasía era más bien que el hombre con el que estuviera... me entregara a otro. Que me exigiera que mantuviera relaciones sexuales con alguien de su elección porque piensa que soy tan sexy y asombrosa que quiere presumir, y yo querría complacer ese capricho. Ya te dije que era una tontería.
La confesión hizo que Nick se quedara helado. La profundidad de la naturaleza sumisa de _______ le aturdía.
—No es una tontería si es lo que tú quieres.
_______ rechazaba seguir sus órdenes porque no estaba acostumbrada a estar bajo el control de nadie y no sabía dónde y cómo trazar los límites, pero que quisiera ser tan completamente poseída por un hombre hasta el punto de ser compartida... Eso entraba en el territorio de la esclavitud. Nick no sentía ningún interés en compartirla, pero las palabras de la joven confirmaban todo lo que él pensaba sobre sus deseos. _______ consideraba la sumisión como una debilidad, pero la necesitaba a un nivel muy profundo. Tenía que encontrar la manera de que ella se diera cuenta de que sucumbir a sus necesidades no la convertía en un felpudo. Pero eso sólo podría conseguirlo si se aceptaba a sí misma y aprendía a confiar en él.
—No va a ocurrir nunca, así que no importa. Olvidémoslo. —_______ retiró la mano y apartó la vista como si, de repente, encontrara fascinante la vacía carretera oscura.
—¿Desde cuándo tienes esta fantasía?
Ella encogió los hombros.
Nick le lanzó una severa mirada.
—Espero una respuesta ahora o detendré el coche y te pondré sobre mis rodillas. No me importa quién pase.
_______ contuvo el aliento antes de respirar hondo. Dios, ella ya estaba excitada... Igual que él.
—Genial. Desde hace más de siete años. Leí un libro en donde un tipo compartía a su novia con su mejor amigo y... —Se encogió de hombros otra vez—. Se me metió en la cabeza.
—¿Te gustó la escena que Joe preparó para ti?
—Siempre he sentido curiosidad por saber qué sentiría al ser acariciada por dos hombres a la vez. Pero lo que yo quería era que fuera él quien asumiera el mando. Sin embargo no lo hizo. Estaba demasiado borracho y ése no es su estilo. Además, en ese momento tú me abrumaste por completo y olvidé esa absurda fantasía. Me perdí en ti y en tus demandas. Eso es todo. ¿Podemos cambiar de tema?
—Bien. —«Por ahora.»
—Cuéntame por qué tú accediste a la petición de Joe.
—Me dijo que estabas muy buena. —Nick se encogió de hombros—. Pero resultaste ser mucho más de lo que esperaba. Llevo años deseando conocer a una sumisa fuera de un club. Casi todas las que acuden a ellos son mujeres de las que abusaron en algún momento de su vida. Quería conocer a una mujer fuerte, con carácter. Jamás me imaginé que me tropezaría con la mujer de mis sueños.
Ella esbozó una sonrisa desvaída.
—Si hace una semana alguien nos hubiera dicho que nos encontraríamos aquí en este momento, no nos lo hubiéramos creído. Entonces ni siquiera sabía que existías.
Estaba de acuerdo. _______ había trastocado su vida, aunque no querría que fuera de otra manera. No le iba a preguntar si lamentaba haberse casado con él, ya habría tiempo para eso; pero le podía decir cómo se sentía y esperar que ella lo entendiera.
—Me alegro de que estemos aquí. Eres todo lo que siempre he querido.
_______ le miró con el ceño fruncido y una expresión que él sólo podía describir como de perplejo asombro.
—A ti no te da miedo nada... nuestro matrimonio, mi padrastro, mis neuras. Ojalá yo fuera un poco más valiente... —Ella sonrió con tristeza, luego suspiró.
—Eres una mujer valiente. La sumisión requiere coraje, y tú te has entregado en sólo unos días con más honradez de la que logran muchas sumisas en toda su vida. No pierdas las esperanzas con lo nuestro.
—No estoy segura de que pueda acostumbrarme a esto. Sería mejor que firmaras los papeles.
«Joder, no. Ni en un millón de años.»
—¿Mejor para quién?
—Para los dos, pero tú no me escuchas. —_______ apartó la mirada.
Porque se equivocaba.
La balada que sonaba en la radio en ese momento llenó el silencio. Nick nunca había prestado demasiada atención a la música. Pero ahora sentía en los huesos el significado de las palabras del cantante. Llevaba mucho tiempo ansiando las caricias de _______, solo y sin saberlo. Necesitaba su amor. ¿Qué diablos iba a hacer si no la podía convencer para que creyese en ellos antes de que tuviera que irse?
—¿Cómo fue nuestra boda? —preguntó ella con suavidad.
A pesar del cambio de tema, Nick sonrió.
—Intensa. Alocada. Christi y Mick se casaron antes que nosotros.
—¿Quiénes?
Él se rió.
—La pareja que conocimos en el club. Durante la ceremonia, el juez de paz no dejaba de restregarse los ojos, quejándose de que tenía una resaca de campeonato. Su ayudante lo único que hacía era subir el volumen de la música; no sé si para mantenerle despierto o para mandarle al infierno. —Se rió entre dientes otra vez—. En las bodas de Las Vegas sólo suena Elvis. ¿Qué típico, verdad? Pero no me arrepiento.
_______ no dijo ni una palabra, sólo miraba ensimismada el parabrisas, como si estuviera viendo aquella imagen que él describía. Nick frunció el ceño.
—¿Soñabas con que tu boda fuera de otra manera?
La expresión de _______ se volvió melancólica.
—Creo que como casi todas las mujeres. Me encantaría haberme casado de blanco y sintiéndome hermosa. Que mi hermano me condujera por el pasillo; que mi hermana y mi madre estuvieran en la primera fila. Me hubiera gustado llevar un enorme ramo de rosas blancas, un vestido largo y que el hombre que me esperaba frente al altar estuviera locamente enamorado de mí.
Si lograba que siguieran casados, se juró que algún día él haría realidad ese sueño.
—Por lo menos la última parte era real, cielo. —Estiró el brazo y le cogió la mano—. Te amo. Sé que tú también sientes algo por mí, aunque estás aterrada; pero creo que podremos resolverlo todo.
—¿Cómo? Estamos huyendo de un asesino, mi madre está enferma y no nos ponemos de acuerdo en nada. Lo que hay entre nosotros me da muchísimo miedo. Tú te irás y...
Nick se inclinó y le dio un suave beso, silenciándola.
—Todo se solucionará. Vamos a encontrar al asesino. Tu madre se curará. Nos llevaremos muy bien en cuanto te des cuenta de que estamos hechos el uno para el otro. No hay razón para que estés asustada. En cuanto a que tendré que irme, sí. Pero volveré. Es muy sencillo.
Ella se mordisqueó el labio.
—Oye, ¿eso no es un burguer? Tengo mucha hambre.
No era un cambio de tema demasiado sutil, pero presionada ahora sería contraproducente. Cuatro días no era tiempo suficiente para que alguien se enamorara, estuviera cómodo con su nuevo estilo de vida sexual y venciera años de miedos a mantener una relación así. _______ necesitaba tiempo. Nick miró el reloj y contuvo el deseo de maldecir. Le quedaban setenta y dos horas. El tiempo se acababa. Rezó para que fuera suficiente...
Pero sus esperanzas comenzaban a desvanecerse.
_______ tragó, nerviosa, mientras Nick llevaba a su madre en brazos hasta el umbral de una casa a oscuras en las afueras de Tyler, Texas. Cuando entraron en aquella residencia de estilo clásico sureño, con fachadas de ladrillo y grandes ventanales, una alta sombra apareció ante ellos. Era un hombre que poseía la misma altura y constitución que Nick. El mismo corte de pelo, los mismos rasgos. Era guapo como un demonio, pero estaba casi demacrado; atormentado. ¿Sería así Nick al cabo de veinte años si ella le abandonaba y él no volvía a enamorarse otra vez?
—Hijo. —El hombre se relajó al identificar al recién llegado—. Me alegro de verte.
—Coronel, te presento a la señora Buckley. —Él saludó con un gesto de cabeza a la madre de _______, que se veía diminuta entre sus brazos.
—Carlotta. —Su madre tosió—. No tengo intención de ser una carga. Si soy un inconveniente...
—No lo es. Llámame Caleb. —Miró a Nick—. Déjala en el sofá del salón. Yo mismo la subiré a su habitación cuando termine de prepararla.
El Coronel incluso hablaba como Nick: un poco brusco y autoritario. _______ se entretuvo en la puerta. ¿Sería una buena idea dejar allí a su madre? No era probable que Gordon la encontrara ni, si lo hiciera, que se enfrentara a alguien tan intimidante como el Coronel pero, ¿podría recuperarse su madre con un desconocido revoloteando a su alrededor?
—De acuerdo —dijo Nick.
En cuanto se movió para obedecer a su padre, _______ sintió que la mirada penetrante del Coronel se clavaba en ella y se le detuvo el corazón. Aunque no podía ver su cara con claridad entre las sombras, algo en su postura decía que no estaba contento.
El Coronel dio un paso adelante y la luz del vestíbulo le iluminó los rasgos. ¡Oh, Dios! Era ver cómo sería Nick dentro de veinte años. El pelo espeso y rubio, aunque el suyo ya tenía algunas canas. Ojos muy azules. Atractivo, duro, exigente.
—Er... hola, señor. Soy _______. —Le tendió una mano, rezando para que no le temblara.
Maldijo para sus adentros. Si Nick y ella no permanecían casados mucho tiempo, daba lo mismo caerle bien o no a su padre. Pero ese razonamiento no calmaba su ansiedad.
—¿Eres la esposa de Nick?
—Sí. —Al menos por el momento.
El cogió la mano que ella le tendía y la miró con dureza. ¡Maldición! No pensaba encogerse ante aquella mirada evaluadora. Alzó la barbilla y le sostuvo la vista, negándose a acobardarse.
—Tiene coraje, hijo. —Gritó a Nick a través de la estancia—. Me gusta.
Por fin, una rígida sonrisa asomó a los rasgos de su suegro como si supiera que ella había estado conteniendo el aliento. La guió hasta una acogedora sala, donde dominaba la decoración en tonos chocolate y una enorme pantalla plana. _______ se relajó, pero se preguntó qué había esperado encontrar el Coronel en ella.
Nick depositó a su madre en el sofá y la cubrió con una manta. La pantalla titilaba en silencio. _______ se sentó al lado de Carlotta y sostuvo su mano temblorosa. Carlotta se quedó dormida casi al instante. Entre la enfermedad y la medicación, estaba exhausta.
—Está claro que tu madre necesita descansar. —El Coronel tenía los ojos clavados en ella—. Me aseguraré de que lo hace.
A Carlotta no le gustaba estar ociosa, pero en esta ocasión era bueno para ella.
—Gracias.
El miró a Nick con el ceño fruncido.
—¿Es cierto lo que me dijiste? ¿Su marido quería que ella le hiciera la cena?
—Sí. Se enfadó al ver que no la hacía.
—¡Menudo capullo! —maldijo el Coronel; luego la miró a ella—. Disculpa mi lenguaje, pero ese hombre no me merece otra opinión.
_______ encogió los hombros.
—No se preocupe por mí. Yo también le considero un capullo. Le odio a muerte.
El Coronel echó la cabeza atrás y se rió.
—Definitivamente, esta chica no es como ésas con las que solías andar. Logan todavía no ha aprendido la lección. No llevaba aquí ni cinco minutos y ya estaba intercambiando mensajes de texto de alto voltaje con una chica ligerita de cascos de la localidad que no hace más que pedirle caña.
—¡Déjalo ya, papá!
_______ volvió la mirada con rapidez hacia el hombre que acababa de entrar en la habitación. Supuso que se trataba de Logan porque poseía los mismos ojos azules y penetrantes que su padre y su hermano mayor, y la misma constitución grande e intimidatoria. Pero ahí acababan las similitudes. Tenía el pelo negro y la piel morena. El hoyuelo en la barbilla debía de provenir de otra rama de la familia.
En ese preciso instante, sonó el móvil del recién llegado. Este lo sacó y deslizó el teclado para silenciarlo oprimiendo un botón.
—Le dije que sería a medianoche. Natalie necesita una buena zurra. —Volvió a meter el teléfono en el bolsillo—. ¿Qué tal te va, hermano?
Nick cruzó la estancia con una sonrisa.
—¿Qué tal te va a ti, cabrón?
Los dos hermanos se abrazaron y se dieron vigorosas palmaditas en la espalda.
—Parece que muy bien.
—Te hacía en Dallas.
Logan negó con la cabeza y miró a su alrededor con atención hasta clavar los ojos en _______.
—Estaba ansioso por conocer a la mujer que te ha robado el corazón.
—Kimber nos llamó por teléfono para darnos la sorprendente noticia de tu boda —explicó el Coronel con una mueca. Nick puso los ojos en blanco.
—Nuestra hermanita necesita aprender a callarse la boca. Santo Dios, ¡qué lo publique en los periódicos! No, mejor ¡que lo escriba en su muro del Facebook!
—Estoy seguro de que lo hará en cuanto se recupere del parto —aseguró el Coronel—. Esta tarde estuve con ella y el bebé. Ese niño tiene unos buenos pulmones. Y parece que va a sacar los ojos de los Jonas.
—Estoy de acuerdo —intervino Logan—. Es un bebé precioso. Kevin se ha vuelto a enamorar.
Nick dio un respingo.
—Tenía intención de pasar a ver a Kimber y al bebé esta mañana al llegar al hospital —confesó—, pero cuando llegué... me distrajeron otras cosas.
Verla sentada en el regazo de Joe. _______ se estremeció. Estar con Joe no había tenido ninguna connotación emocional o sexual para ella, pero el incidente había desembocado en una discusión que había sacado a la luz dolorosas revelaciones e impidió que Nick fuera a ver a su sobrino recién nacido.
El móvil de Logan volvió a sonar. El miró la pantalla, arqueó una ceja con irritación y se lo volvió a meter en el bolsillo.
—¿Quién quiere comida china? —preguntó a continuación, como si ninguno de los presentes supiera que una mujer impaciente se moría por recibir su disciplina.
—Buena idea —convino Nick.
Veinte minutos y un whisky después, _______ estaba sentada con los tres hombres ante la mesa redonda de la cocina, intentando no dormirse. El cansancio provocado por las horas de viaje y el intenso sexo de esa mañana se unió a los días de vigilia en el hospital. Apoyó la frente en la mano y cerró los ojos. Daría cualquier cosa por una cama y ocho horas de sueño ininterrumpido.
Nick mencionó entonces el único tema que garantizaba la irritación de los otros varones alfa presentes.
—¿Como que alguien está tratando de matar a _______? —Logan miró a su hermano con preocupación.
—¿Tenéis sospechosos? —Su padre, en cambio, buscó respuestas tras observarla protectoramente.
Oh, _______ no estaba para más drama —ni testosterona— en ese momento.
—Nadie ha intentado nada contra mí desde el domingo. Quizá... hayan desistido. O el asesino a sueldo que mataron en la cárcel se llevó el secreto a la tumba o se dieron cuenta de que iban a por la chica equivocada.
—O quizá estén contratando a alguien mientras hablamos. Entre que yo te he protegido como un halcón y que no has estado en un mismo lugar demasiado tiempo, has tenido suerte —dijo Nick.
_______ no estaba conforme.
—¿Quién iba a tratar de matarme? Puede que haya cabreado a un tipo de una banda al informar sobre su falta de formalidad. Soy agente de libertad condicional —le explicó a Logan y al Coronel al ver sus caras de confusión. Nick negó con la cabeza.
—No creo que un esbirro de una banda posea el tipo de conexiones necesarias para contratar a un asesino a sueldo con esa clase de equipo.
—¿Un profesional? —La idea parecía disgustar a Logan.
—En efecto. —Nick asintió con la cabeza.
—¿Qué sabemos del asesino además de que está muerto? —preguntó su suegro.
—Poco. No tenía huellas ni afiliaciones que pudiéramos rastrear. Se lo cargaron a los diez minutos de ingresar en prisión. Todavía no han identificado el cuerpo.
Logan emitió un largo silbido.
—Un trabajo rápido. Alguien se dio mucha prisa para que no se descubriera nada.
—Sí, mucha prisa. —Nick cogió la mano de _______ y se la apretó—. Jack conoce a todos los policías locales. En cuanto averigüe algo sobre el tipo, me llamará. Quizá demos con una buena pista. _______ no sabe de nadie que pueda querer matarla salvo Cortez Villarreal.
—Hay algo que no encaja. —El Coronel cruzó los brazos y la miró fijamente.
Parecía que quería interrogarla y, francamente, no estaba de humor.
—Maldición, nadie más tiene motivos para estar cabreado conmigo. No sé quién quiso matarme ni por qué. Si lo supiera, os lo diría.
El Coronel arqueó una ceja leonada ante su respuesta. Nick contuvo una sonrisa.
—_______ no duerme ni come en condiciones desde hace dos días. Esta mañana estaba particularmente... exigente.
Oh, no era posible que él hubiera dicho eso con una expresión de gato que se ha comido al canario. En cuanto estuvieran a solas iba a echarle una buena bronca. Aun así, le lanzó una mirada de advertencia.
Cuando volvió a sonar el móvil de Logan, con un nuevo mensaje de texto, él sonrió ampliamente. Incluso el Coronel tenía una mirada conocedora. _______ siguió mirando a Nick —«¡será bastardo!»— llena de furia hasta que se excusó. Ninguno se rió, pero estaba segura de que querían hacerlo.
Se dirigió a la sala y se sentó en el sofá antes de coger la mano de su madre entre las suyas. Un segundo después sonó el timbre de la puerta, sobresaltando a Carlotta.
Logan cogió el pedido y se deshizo del chico que hacía la entrega en menos de sesenta segundos. Nick se encargó de coger unos platos de papel, cervezas y unas botellas de agua. El Coronel se acercó a ellas.
—Carlotta, tienes que comer algo. Te haré unos huevos con tostadas.
Su madre giró la cabeza y observó las pequeñas cajas de cartón y el montón de galletitas de la fortuna sobre el mantel.
—No es necesario molestarse, Caleb. La comida china está bien.
—Estás tomando antibióticos, la comida muy especiada puede sentarte mal en el estómago.
—De veras, no te molestes. —Soltó la mano de _______ y se puso en pie.
El Coronel pasó junto a _______ para llegar hasta ella.
—Yo me encargaré de ti. No quiero discutir sobre el asunto.
Antes de que su madre pudiera responder, el hombre la cogió en brazos.
Carlotta miró alarmada a _______.
—Caleb, te lo aseguro, puedo caminar. No quiero ser una carga.
—Hace sólo veinticuatro horas estabas ardiendo de fiebre. Lo que tienes no es ninguna tontería. Ahora eres de la familia. Ya te darás cuenta de que los Jonas cuidan de los suyos.
Carlotta se mantuvo callada mientras miraba boquiabierta al Coronel.
—Mi marido no aprobaría que me llevaras en brazos.
La expresión del hombre se volvió todavía más siniestra.
—Con todos mis respetos, Carlotta, cualquier hombre sano que pretenda que su mujer cocine para él tan sólo unas horas después de que a ésta le hayan dado el alta en el hospital, no merece tener esposa.
Era cierto, pero el Coronel no estaba actuando bien al decírselo a su madre... La estaba haciendo sentir incómoda. _______ se estremeció.
—P-prefería que me dejaras caminar. —Carlotta había fruncido los labios.
—Cuando estés más fuerte.
—Coronel, yo la ayudaré —intervino _______.
—Nick dice que tú sólo te quedarás hasta mañana por la tarde. Es mejor que tu madre y yo nos acostumbremos el uno al otro desde el principio. Tengo intención de hacerme cargo de ella hasta que esté bien.
Fin de la conversación, al menos por parte del Coronel. Su madre debió de darse cuenta del tono con el que había hablado; ninguna de las dos discutió el asunto.
Si el hombre quería insistir en que Carlotta debía comer huevos y tostadas, _______ sería quien cocinara; así conseguiría tranquilizar a su madre.
El Coronel la sentó ante la mesa de la cocina y le estaba poniendo una manta sobre los hombros cuando _______ entró.
—Coronel, coma mientras está la comida caliente. Yo me ocuparé de mi madre.
—Cielo, estás a punto de caerte —intervino Nick, que la había seguido a la cocina, con el ceño fruncido—. Siéntate, _______. Come.
—Mi madre necesita mi ayuda y yo estoy bien —mintió, notando que la fatiga estaba a punto de vencerla—. La hamburguesa de antes me dio fuerzas.
El la cogió del brazo.
—Apuesto lo que sea a que te derrumbas en menos de diez minutos. No seas tan terca y deja que me ocupe yo.
Ella se zafó de él con todas sus fuerzas y puso los brazos en jarras.
—¿Recuerdas que te dije que si intentabas controlarme fuera del dormitorio te colgaría de los huevos? ¿Quieres que busque una cuerda?
—De acuerdo —dijo él con las manos en alto, ocultando una sonrisa—. Por lo menos deja que te ayude.
Sabiendo que iba contra sus instintos no exigir, _______ apreció su oferta, pero no pensaba aceptarla así como así.
—Preparar unos huevos no es difícil. Se me da bien la cocina.
Nick no dijo nada. Se limitó a observarla mientras registraba las alacenas en busca de una sartén y la colocaba en el fuego. Parecía muy cansada.
—¿Crees que a tu madre le apetecerá un poco de zumo? —preguntó Nick abriendo la nevera—. Te puedo preparar otro a ti también.
¿Por qué no se le había ocurrido a ella que su madre podría querer zumo? Peor, ¿por qué no dejaban de temblarle las manos?
Ahora mismo, no tenía fuerzas para hacerle nada a Nick ni siquiera aunque quisiera.
—Claro, gracias.
Nick sirvió el zumo en dos vasos y le ofreció uno a ella, dándole el otro a su padre, que esperaba con el ceño fruncido.
_______ les ignoró a ambos y se dirigió a la nevera. Notó que se le aflojaban las piernas cuando se inclinó para coger los alimentos que necesitaba. Se sujetó a la puerta del electrodoméstico mientras recababa la energía suficiente para coger el tocino y ponerlo en la encimera, luego buscó los huevos. Respiró hondo.
Cuando atravesó de nuevo la cocina, con los huevos en la mano, sus cansadas piernas llegaron al límite de sus fuerzas y trastabilló. Se le llenaron los ojos de lágrimas cuando se percató de que Nick tenía razón; no le quedaban fuerzas para cocinar.
Su marido se acercó y la sostuvo con un brazo alrededor de la cintura al tiempo que ponía la mano debajo de los huevos para evitar que cayeran al suelo.
—Cielo, ¿estás bien? —susurró contra su mejilla, abanicándola con su cálido aliento.
Maldita sea, no quería admitir su debilidad.
—Sólo estoy algo cansada. Dame un minuto. —Cogió el vaso de zumo y tomó varios sorbos—. Me pondré bien enseguida.
La expresión agradable que Nick había mostrado durante toda la tarde se disolvió e hizo aparición su cara de Amo.
—No me mientas. Ha llegado el momento de que descanses. Papá, ¿puedes encargarte de Carlotta? _______ y yo vamos a hablar.
Dicho eso, se inclinó y la tomó en brazos, atrayéndola contra su pecho.
—¿Qué haces? —chilló ella.
Logan intentó sofocar un ataque de risa.
Nick no respondió.
—Dejadnos algo de la cena —gritó cuando ya estaban en el pasillo.
_______ se retorció, pero él no cedió.
—¡Maldición! ¡Déjame en el suelo! No te atrevas a humillarme así.
No respondió. Una docena de escalones después, él dio una patada a una puerta y cerró a su espalda. Entonces la dejó caer. _______ sintió una cama en la espalda y, en ese momento, estalló. ¿Cómo se le ocurría tratarla como una niña que necesitara disciplina delante de todo el mundo?
Aunque no podía negar que la cama era algo celestialmente suave. Sintió la tentación de cerrar los ojos y dormir.
—Esto es ridículo. —Intentó incorporarse y salir de allí.
—Estoy de acuerdo. —Nick se cernió sobre ella. Su expresión, incluso en la oscuridad reinante, era muy seria—. Amo tu espíritu, pero si no te cuidas como debes, lo haré yo.
Cada palabra que salía de su boca sonaba más parecida a lo que el Coronel le había dicho a su madre, dominante y definitiva, sin tener en cuenta sus sentimientos. Sin escucharla.
_______ se dejó caer de nuevo sobre el colchón, cerró los ojos, aunque su mente estaba inundada de pensamientos. ¿Estaban destinados a ser como sus padres? Aquella horrible pregunta la atravesó. Nick se comportaba como una copia más joven del Coronel; decidido, protector, mandón, inflexible. Y esa misma mañana, se había dado cuenta de que ella era mucho más parecida a su madre de lo que jamás había supuesto.
Una parte de ella había esperado que Nick estuviera en lo cierto, que su amor creciera y se hiciera fuerte, pero... ¿cómo?, cuando cada día había más pruebas de que la relación estaba condenada al fracaso y de que ella, esclava de una creciente debilidad sumisa, lo permitía.
Nick se inclinó y le dio un suave beso en la frente. Incluso embargada por la furia, notó chispas que hicieron hormiguear la piel por su contacto. Todo su cuerpo anhelaba más.
La verdad parpadeó en su mente: se había enamorado de un hombre que acabaría con su independencia. Se haría con ella de la misma manera en que la había acostumbrado a sus caricias, arruinándola para cualquier otro hombre.
El Coronel había intimidado a su madre y la había hecho callar en menos de cinco minutos. Concedido, estaba enferma y llevaba años con Gordon, pero _______ se preguntó cuánto tiempo tardaría Nick en hacerle alcanzar el mismo grado de sumisión. ¿Cinco años? ¿Uno? ¿Menos? ¿Cuánto tiempo pasaría antes de que ella perdiera completamente el respeto por sí misma? ¿Cuánto para que se perdiera en él?
Ésas eran preguntas para las que no quería tener nunca respuesta.
Tina(:
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
**ValenBuri** escribió:aranzhitha escribió:**ValenBuri** escribió:aranzhitha escribió:ah porque no has subido
ya casi me suicido con una galleta
regresa por favor :(
subi pronto capí porfa :o
CON UNA GALLETA? HAHAHHA POR DIOS! :P
como seria eso?? ;) he escuchado "con un platano" pero UNA GALLETA! kfjgksjdfhgkjhdfkgh
si con las galletas de animalitos :P
y como seria con un platano ese si yo no habia oido :x
pero bueno gracias por subir capi :cheers:
me encanto segui pronto porfa :(
ahha con un plátano es muy fácil... viste que es largito, pues podría tener forma de pistola, entonces, pues.. ahha si! pegarse un tiro con un banano :P
ajaja ya tengo otra forma de suicidio jajaja :) y mas facil porque :scratch: aunque no lo creas las galletas de animalitos son escasas y muy dificiles de encontrar :P
aranzhitha
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
oooooh.
AMO A NICK, AMO A NICK! :arre:
Espero cap, espero cap, espero cap :)
AMO A NICK, AMO A NICK! :arre:
Espero cap, espero cap, espero cap :)
Camilita :)
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
wuuuaaauuu cuantas preguntas sin respuestas
pero yo digo que le de una oportunidad a nick y que se olvide del divorsio.... siguela pporfaaaa
chelis
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
Quieroo otro Capppp!!!
¡¡SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!
¡¡SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!
.Lu' Anne Lovegood.
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
Camilita :) escribió:oooooh.
AMO A NICK, AMO A NICK! :arre:
Espero cap, espero cap, espero cap :)
alli_94
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