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"En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
Meel escribió:OMG!!!!!!!!!! QUEEE PASOOO HACE TRES AÑOOOS???
S-E-G-U-I-L-A!!!!!!!!!!!!!!!!!
diooos!!! no sera lo que me imagino? weee con todo lo que ya me has pervertido Valen me imagino de todo ñ.ñ jajaja ok no :D
tu solo siguela si jaja besi :)
tendrás que leer.... solo queda esperar :P
juajuaujauaujauajaujaujauajaujua :)
hahahhahaa me encanta pervertir a la gente.... me hace sentir EVIL! :twisted:
ajja no mentira... soy una niña inocente :P
Tina(:
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
hola maria... te llamas igual a una amiga que quiero mucho :P okey Mery :)SeeNoMoreJoseph escribió:NUEVA LECTORAAAAAAAAAAAAA :D Me llamo Maria, pero llámame Mery si quieres :)
O sigues eso O ME MATO :P Es broma, pero en serio que me encanta esta novela :D Me tiene al borde de la silla flipándolo en colores jajaja
Bueno, SIGUELA O MORIRÉ :33' x) Teeequieroo, Valeen! :love:
jaja no queremos perder una vida valiosa así que subireeeee :)
Bienvenida... gracias por leer ;)
Tina(:
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
Cap 9 (IV)
_______ cerró los ojos de golpe. Al pensar en cómo terminaba esa frase, se le formó un sollozo en el pecho ante el horror que su familia había vivido cada día. Daban igual la pena y el dolor. Si compartía eso con Nick, él podía aprovecharlo y hacerla más vulnerable.
—¡Alto! Bien sabe Dios que atándome de esta manera puedes hacer lo que quieras conmigo y yo no podré detenerte. Es probable que consigas que me guste, pero yo... tenía que decirlo.
—Vale. Shhh... —Nick le besó la frente, le acarició la mejilla—. Gracias por compartir la situación de tu madre conmigo. Aprecio el coraje y la confianza que requiere. —Su voz, sorprendentemente tierna, la tranquilizó—. Creo que ahora te entiendo mejor. Temes que el poder que ejerza para controlarte en la cama afecte al resto de tu vida. Antes de estar conmigo jamás habías estado ni diez minutos con un Amo, pero sí un montón de tiempo con Gordon. Es normal que tengas miedo.
De todas las cosas que él podría haberle dicho, aquélla fue la que más le sorprendió. Y la que provocó más lágrimas.
—¿No crees que haya dicho ninguna estupidez?
—No. Nos casamos sin pensar y tú todavía no me conoces bien. Crees que me aproveché de una mujer borracha y la apresuré a pasar por el altar, luego pasé la noche contigo y te perseguí hasta tu ciudad natal cuando sólo querías algo de tiempo. Entonces, después de que estuvieras en peligro, te ordené que no volvieras al trabajo, lo que supongo que es algo que Gordon exigiría. —Ladeó la cabeza al decirlo—. Supongo que también piensas que te arrastré a Dallas, lejos de tu familia y tus amigos, así que también puedes considerar que te aislé. Me metí bajo tus bragas, en tu cabeza, hasta que me diste la información que necesitaba para poder usarla en tu contra. ¿Me equivoco?
A _______ volvieron a llenársele los ojos de lágrimas. Quería creer que eran provocadas por el cansancio y la frustración por no haber podido alcanzar el orgasmo que tan desesperadamente necesitaba. O quizá sus malditos ojos estaban inundados por haber recordado tantas cosas sobre su madre, cosas en las que normalmente no pensaba. Pero sobre todo, era por Nick. Era tan perceptivo... Parecía capaz de ver la situación desde un punto de vista distinto del suyo.
«Guau.» No estaba acostumbrada a eso.
—Ahora mismo no pareces un gilipollas de ésos que se sienten mejor haciendo sentir peor a los demás. —_______ respiró hondo, hizo una pausa pensando todavía la respuesta. Nick se esforzaba por ser justo, así que ella debería hacer lo mismo—. Por muy borracha que estuviera, sé que casarnos fue idea mía. Y después de haber oído el silbido de una bala a unos centímetros de mi cara, no dudo que corro peligro. Puede que me haya librado de quienes quieren matarme, sí —la angustiaba admitir eso—, pero es probable que no tarden mucho en volver a encontrarme. También sé que los hombres alfa como tú quieren proteger a su mujer o a sus posesiones y admito que no sé cómo ocultarme de un asesino.
—¿Pero?
Maldición, su tono hacía que aparecieran más lágrimas.
—No creo que pueda soportar que quieras colarte en mi mente. Diversión casual, sexo normal... Sí. Pero lo que quieres...
—En una unión intensa, dos personas no sólo unen sus cuerpos en busca del orgasmo, sino también sus mentes y sus corazones para que el placer que comparten sea todavía mayor. Cuando alguien se entrega tan completamente a su pareja, consigue que lo que se crea entre ellos sea tan sólido que jamás se puede romper. ¿No quieres eso para nosotros?
_______ no podía apartar los ojos de su solemne e inquebrantable mirada, oculta en la penumbra. Se estremeció de pies a cabeza. Cuando él describía ese tipo de relación, sonaba muy hermoso. Pero no era real. Aquello no era una postal de Hallmark ni una película romántica.
—No cuando tú empiezas a mangonearme. Y yo no puedo...
—Tú no eres el tipo de mujer que huye de sí misma. Me niego a creerlo. En vez de enfrentarte a tus miedos o a mí ¿prefieres conformarte con orgasmos poco satisfactorios con alguien como Joe, que jamás te saciará de verdad ni obtendrá tu amor?
_______ no se engañaba. Ya sabía que no podría volver con Joe. El se le había insinuado tres veces desde que entró en su habitación del hotel —¿había sido esa misma mañana?—, y ella no había dudado en rechazarle.
—No me puedes hacer creer que has tenido esta clase de relación con cada mujer que te has acostado.
—Tienes razón —suspiró—. Es la primera vez. La única.
Aquellas palabras la afectaron, a pesar del peligro que representaban. Y las condenadas lágrimas no paraban de manar. Nick había conseguido romper algo dentro de ella. La noche anterior había deseado lo que él parecía ofrecerle y, ¿qué deseaba ahora que había puesto todas las cartas boca arriba? Ahora lo deseaba más. Desesperadamente. Si bien la aterraba.
Y la hacía seguir llorando. «Maldición.»
—Cielo, confía en mí. No soy Gordon. Cuando algo te moleste, lo hablaremos. Quiero saber cómo te sientes y qué es lo que te pasa por la cabeza. —Suspiró y le apartó el pelo de la cara con suavidad—. Muchos Amos quieren sumisas dulces que no supongan ningún reto. Podría coger el teléfono ahora mismo y llamar a una de las docenas de sumisas que conozco, pero sólo tu sumisión es tan buena como mi dominación. Es tu vitalidad y tu pasión lo que quiero, y que contribuyas libremente a ello. En circunstancias normales jamás interferiría en tu trabajo ni en tus amistades. Si alguna vez me comporto como Gordon, tienes permiso para cortarme los huevos. Quiero adiestrar tu cuerpo, no esclavizar tu vida.
«¿De veras?»
_______ se mordió los labios mientras miraba fijamente el hermoso rostro de Nick; sus ojos, tan azules incluso en la penumbra. Él le sostuvo la mirada en todo momento, sin parpadear. Sin apresurarla. Las palabras resonaron en su mente.
El había explicado la situación perfectamente. Ahora ella tenía que decidir. ¿Quería regresar con sus amantes casuales y mantener con ellos relaciones sexuales con las que no se sentiría totalmente satisfecha, o someterse a él?
—¡Alto! Bien sabe Dios que atándome de esta manera puedes hacer lo que quieras conmigo y yo no podré detenerte. Es probable que consigas que me guste, pero yo... tenía que decirlo.
—Vale. Shhh... —Nick le besó la frente, le acarició la mejilla—. Gracias por compartir la situación de tu madre conmigo. Aprecio el coraje y la confianza que requiere. —Su voz, sorprendentemente tierna, la tranquilizó—. Creo que ahora te entiendo mejor. Temes que el poder que ejerza para controlarte en la cama afecte al resto de tu vida. Antes de estar conmigo jamás habías estado ni diez minutos con un Amo, pero sí un montón de tiempo con Gordon. Es normal que tengas miedo.
De todas las cosas que él podría haberle dicho, aquélla fue la que más le sorprendió. Y la que provocó más lágrimas.
—¿No crees que haya dicho ninguna estupidez?
—No. Nos casamos sin pensar y tú todavía no me conoces bien. Crees que me aproveché de una mujer borracha y la apresuré a pasar por el altar, luego pasé la noche contigo y te perseguí hasta tu ciudad natal cuando sólo querías algo de tiempo. Entonces, después de que estuvieras en peligro, te ordené que no volvieras al trabajo, lo que supongo que es algo que Gordon exigiría. —Ladeó la cabeza al decirlo—. Supongo que también piensas que te arrastré a Dallas, lejos de tu familia y tus amigos, así que también puedes considerar que te aislé. Me metí bajo tus bragas, en tu cabeza, hasta que me diste la información que necesitaba para poder usarla en tu contra. ¿Me equivoco?
A _______ volvieron a llenársele los ojos de lágrimas. Quería creer que eran provocadas por el cansancio y la frustración por no haber podido alcanzar el orgasmo que tan desesperadamente necesitaba. O quizá sus malditos ojos estaban inundados por haber recordado tantas cosas sobre su madre, cosas en las que normalmente no pensaba. Pero sobre todo, era por Nick. Era tan perceptivo... Parecía capaz de ver la situación desde un punto de vista distinto del suyo.
«Guau.» No estaba acostumbrada a eso.
—Ahora mismo no pareces un gilipollas de ésos que se sienten mejor haciendo sentir peor a los demás. —_______ respiró hondo, hizo una pausa pensando todavía la respuesta. Nick se esforzaba por ser justo, así que ella debería hacer lo mismo—. Por muy borracha que estuviera, sé que casarnos fue idea mía. Y después de haber oído el silbido de una bala a unos centímetros de mi cara, no dudo que corro peligro. Puede que me haya librado de quienes quieren matarme, sí —la angustiaba admitir eso—, pero es probable que no tarden mucho en volver a encontrarme. También sé que los hombres alfa como tú quieren proteger a su mujer o a sus posesiones y admito que no sé cómo ocultarme de un asesino.
—¿Pero?
Maldición, su tono hacía que aparecieran más lágrimas.
—No creo que pueda soportar que quieras colarte en mi mente. Diversión casual, sexo normal... Sí. Pero lo que quieres...
—En una unión intensa, dos personas no sólo unen sus cuerpos en busca del orgasmo, sino también sus mentes y sus corazones para que el placer que comparten sea todavía mayor. Cuando alguien se entrega tan completamente a su pareja, consigue que lo que se crea entre ellos sea tan sólido que jamás se puede romper. ¿No quieres eso para nosotros?
_______ no podía apartar los ojos de su solemne e inquebrantable mirada, oculta en la penumbra. Se estremeció de pies a cabeza. Cuando él describía ese tipo de relación, sonaba muy hermoso. Pero no era real. Aquello no era una postal de Hallmark ni una película romántica.
—No cuando tú empiezas a mangonearme. Y yo no puedo...
—Tú no eres el tipo de mujer que huye de sí misma. Me niego a creerlo. En vez de enfrentarte a tus miedos o a mí ¿prefieres conformarte con orgasmos poco satisfactorios con alguien como Joe, que jamás te saciará de verdad ni obtendrá tu amor?
_______ no se engañaba. Ya sabía que no podría volver con Joe. El se le había insinuado tres veces desde que entró en su habitación del hotel —¿había sido esa misma mañana?—, y ella no había dudado en rechazarle.
—No me puedes hacer creer que has tenido esta clase de relación con cada mujer que te has acostado.
—Tienes razón —suspiró—. Es la primera vez. La única.
Aquellas palabras la afectaron, a pesar del peligro que representaban. Y las condenadas lágrimas no paraban de manar. Nick había conseguido romper algo dentro de ella. La noche anterior había deseado lo que él parecía ofrecerle y, ¿qué deseaba ahora que había puesto todas las cartas boca arriba? Ahora lo deseaba más. Desesperadamente. Si bien la aterraba.
Y la hacía seguir llorando. «Maldición.»
—Cielo, confía en mí. No soy Gordon. Cuando algo te moleste, lo hablaremos. Quiero saber cómo te sientes y qué es lo que te pasa por la cabeza. —Suspiró y le apartó el pelo de la cara con suavidad—. Muchos Amos quieren sumisas dulces que no supongan ningún reto. Podría coger el teléfono ahora mismo y llamar a una de las docenas de sumisas que conozco, pero sólo tu sumisión es tan buena como mi dominación. Es tu vitalidad y tu pasión lo que quiero, y que contribuyas libremente a ello. En circunstancias normales jamás interferiría en tu trabajo ni en tus amistades. Si alguna vez me comporto como Gordon, tienes permiso para cortarme los huevos. Quiero adiestrar tu cuerpo, no esclavizar tu vida.
«¿De veras?»
_______ se mordió los labios mientras miraba fijamente el hermoso rostro de Nick; sus ojos, tan azules incluso en la penumbra. Él le sostuvo la mirada en todo momento, sin parpadear. Sin apresurarla. Las palabras resonaron en su mente.
El había explicado la situación perfectamente. Ahora ella tenía que decidir. ¿Quería regresar con sus amantes casuales y mantener con ellos relaciones sexuales con las que no se sentiría totalmente satisfecha, o someterse a él?
Tina(:
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
PRIMERAAAA!!!!
in your face bitches! ja!
jajaaa ok no ñ.ñ
Vaaaaaleen!!!! dios! ok voy a respirar y asimilar todo esto primero ok?
bien! inala exala, inala exala.... bien creo que ya estoy!!!
decileee a la raayitaaa que ACEPTEEEE!!!!
casi mori de ternura con el Nico :roll:
es un cosho taaaaaaan tierno aveces :P
Boeee ya me voy porque sino mi comentario mas bien va a parecer confecionario jajaja :roll:
ok me voy seguilaaa!!!! :D
in your face bitches! ja!
jajaaa ok no ñ.ñ
Vaaaaaleen!!!! dios! ok voy a respirar y asimilar todo esto primero ok?
bien! inala exala, inala exala.... bien creo que ya estoy!!!
decileee a la raayitaaa que ACEPTEEEE!!!!
casi mori de ternura con el Nico :roll:
es un cosho taaaaaaan tierno aveces :P
Boeee ya me voy porque sino mi comentario mas bien va a parecer confecionario jajaja :roll:
ok me voy seguilaaa!!!! :D
Ed Sheeran
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
PASEN PORAQUI ES URGENTEMENTE --> https://onlywn.activoforo.com/t6847-una-quedada-de-jonaticas-y-jonaticos#509928
Invitado
Invitado
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
aaaag! Nick estan tierno igual! jajajaja :P
Siguela prontooooooooo! Señorita Jonas :D
Siguela prontooooooooo! Señorita Jonas :D
FranJones.
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
ValenBuri escribió:
hola maria... te llamas igual a una amiga que quiero mucho :P okey Mery :)
jaja no queremos perder una vida valiosa así que subireeeee :)
Bienvenida... gracias por leer ;)
Muchisimas gracias por la bienvenida :)
Ayyy en serio? Pues genial! :D
Que sepas que Nick es muy sensible, que es la persona que rayis tendría que someterse de una MALDITA vez :x
Jajaja vale, ya me calmo.. PERO EN SERIO NECESITO CAPITULO :sad:
Invitado
Invitado
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
Ohhh Valen, no me equivoco cuando digo que es un tierno de primera..
Encuentro un hombre así, y te juro que por más de que lo conozca solo por horas, lo arrastro hasta el registro civil y lo caso conmigo! No lo dejaria escapar :twisted:
Jajajajaja, espero con ansias la respuesta!
De ahora en más empieza mi dulce agonia.. (?
Jajajajajaja :)
Encuentro un hombre así, y te juro que por más de que lo conozca solo por horas, lo arrastro hasta el registro civil y lo caso conmigo! No lo dejaria escapar :twisted:
Jajajajaja, espero con ansias la respuesta!
De ahora en más empieza mi dulce agonia.. (?
Jajajajajaja :)
Camilita :)
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
ajjajjaa.. se me hacen super tiernos sus coments.. jajajaja
lo ULTIMO que pensé que comentarían de Nick es "Tierno"
jajajjajja ame los coments ;)
pero de seguro en el interior están "Es un salvaje "
yo las entiendo... también me pasa :)
bueno.... subiré pues :)
pregunta pregunta ¿Quien me quiere agregar al Carelibro?
si no responden ya se..... he sido ignorada... pero me alegraria que alguna quisiera :P
me alegraria muchumuchu... :hi: bueeeeeeeeno les dejo mi FACEBOOK <<<<SOLO TIENES QUE DAR CLICK! AGREGAMEEE! porfavorgracias.
lo ULTIMO que pensé que comentarían de Nick es "Tierno"
jajajjajja ame los coments ;)
pero de seguro en el interior están "Es un salvaje "
yo las entiendo... también me pasa :)
bueno.... subiré pues :)
pregunta pregunta ¿Quien me quiere agregar al Carelibro?
si no responden ya se..... he sido ignorada... pero me alegraria que alguna quisiera :P
me alegraria muchumuchu... :hi: bueeeeeeeeno les dejo mi FACEBOOK <<<<SOLO TIENES QUE DAR CLICK! AGREGAMEEE! porfavorgracias.
Tina(:
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
Que es el Carelibro? :) Es que no tengo ni idea para ver si puedo ayudarte..
Sí estoy por dentro "Es un salvaje " pero en realidad también es muy tierno.. Hay que reconocerlo :)
El caso, POR FAVOR SUBE :D
Sí estoy por dentro "Es un salvaje " pero en realidad también es muy tierno.. Hay que reconocerlo :)
El caso, POR FAVOR SUBE :D
Invitado
Invitado
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
SeeNoMoreJoseph escribió:Que es el Carelibro? :) Es que no tengo ni idea para ver si puedo ayudarte..
Sí estoy por dentro "Es un salvaje " pero en realidad también es muy tierno.. Hay que reconocerlo :)
El caso, POR FAVOR SUBE :D
ajja que boluda yo.... no subí nunca... me olvide :S
CARELIBRO ES FACEBOOK! ajaj porque FACE es CARA y BOOK es libro :P
NO ES MIO! lo copie ;) me agregas al facebook? ahi deje mi link... si no lo haces me estarías ignorando mery :(
Tina(:
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
CAPITULO 10
—Vale. —_______ soltó el aire de golpe y asintió temblorosamente con la cabeza—. Si no me agobias demasiado, intentaré someterme a ti.
Nick sonrió.
—Te pareces a Yoda. Pero la cuestión no es intentarlo, sino hacerlo.
Sí, con Nick sería todo o nada. Y hasta entonces, _______ lo había hecho todo a medias. Si quería eso, si quería realmente que él colmara esa necesidad, ese doloroso vacío que jamás había logrado satisfacer, iba a tener que cooperar. Nick no podría proporcionarle aquella elusiva satisfacción final si ella no se lo permitía.
—Bueno —tragó saliva—, lo haré.
Una decidida expresión de satisfacción inundó los sombríos rasgos masculinos.
—Gracias.
Aquella mirada la llenó de placer. Por lo general, no le importaba nada lo que pensara un hombre. Gordon había conseguido que no se esmerara demasiado en complacer a ningún varón. Pero por alguna razón, con Nick era diferente. Sí, a menudo resultaba insistente e inquebrantable, lo que quería decir que a veces le hacía rechinar los clientes de frustración, pero no parecía querer darle órdenes sólo por el placer de satisfacer a un yo cavernícola ni por demostrar quién llevaba los pantalones en esa relación. Tenía un propósito. Y si ella quería sus sonrisas, su afecto y aquellas caricias suaves y perfectas —y ese orgasmo que le había negado antes— iba a tener que hacer lo que dijera.
Él le rozó la mejilla con ternura y le cubrió los labios con los suyos. Los pensamientos de _______ se disolvieron. El beso fue una caricia más suave que un susurro, pero más impactante que un martillo. Suspiró temblorosa. Una agitada sensación le atravesó los pechos y sus pezones se erizaron otra vez. Aquella emoción iba más allá del simple deseo de que la tocara, se había convertido en un alocado anhelo de ser importante para él. Le había traspasado el corazón haciéndola consciente de una conclusión aterradora: él y ella debían fusionarse por completo.
_______ se dio cuenta de que Nick se contenía porque ella lo ansiaba.
Arqueó el cuello todo lo que le permitieron las cadenas y unió sus bocas en una súplica silenciosa. Se ofreció, se curvó hacia él, diciéndole de mil formas sutiles que era bienvenido.
En lugar de aceptar lo que ella le ofrecía, Nick se apartó y la miró fijamente como si fuera un acertijo que debía resolver. Estar desnuda bajo aquella luz tenue, prisionera de su penetrante mirada, la hizo ser consciente de su propia piel, del ventilador que giraba en el techo haciendo que una fresca brisa le rozara los pezones expuestos, de la carne hinchada y mojada entre sus piernas. Atada como estaba, no podía ocultar nada. Pero en lugar de retorcerse de incomodidad como sería usual, notó que la sangre le hinchaba más los pezones y el clítoris, que le hormigueaba la piel.
La mirada de Nick era íntima, voraz. La gruesa cordillera de su miembro era perceptible tras la cremallera de los vaqueros. Saber que era ella la que le ponía en ese estado le hizo sentir una emoción casi ridícula. Se arqueó, ofreciéndole los pechos sin palabras, necesitando que los tomara.
Como si le leyera la mente, Nick pasó el dedo por la dura cima de un pezón antes de dibujar una línea por encima de su vientre hasta su anegado sexo. Ligero y juguetón, cada roce tenía como finalidad excitarla todavía más. La atravesó una nueva oleada de placer.
—¿Qué es lo que quieres, cielo? Dímelo.
Lo que ella quería era que la cubriera con su cuerpo, que cada centímetro de esa erección que abultaba los vaqueros se hundiera profundamente en su sexo mientras se esforzaban por alcanzar un clímax asombroso.
Alzó las caderas hacia él en una silenciosa invitación, esperando que comprendiera.
El clavó la mirada más abajo, entre sus piernas, pero no se acercó a ella.
—_______ —le advirtió—. Cualquier relación entre un Amo y una sumisa parte de una buena comunicación. —Comenzó a sonar la alarma del móvil de Nick. Él le lanzó una mirada penetrante—. Ha llegado la hora, cielo. Es el momento de otro castigo. Dime qué es lo que quieres o prepárate.
Ella se sintió enervada ante la atenta mirada de él, ante su calma. ¿Cómo decirle a un hombre tan lleno de control y capacidad de mando que querías que te hiciera de todo, pero que eso te daba un miedo mortal? El ya lo sabía. ¿Por qué tenía que hacerla sentir más vulnerable todavía?
—Yo... yo... —«Estaba muerta de miedo.»
—De acuerdo pues. Lástima... —Comenzó a abrir los cajones de la mesilla de noche con los dientes apretados. No había manera de malinterpretar su enfado y decepción.
Aquello no presagiaba precisamente un orgasmo rápido. Y una parte de ella odiaba decepcionarle.
—¡Un momento! —Respiró entrecortadamente—. Si lo que quieres es que admita que te deseo, lo hago. Te deseo por completo.
El agitó la cabeza, sin mirarla siquiera. Continuó rebuscando en el fondo del cajón.
—Eso es evidente. Lo veo en tus pezones y en lo mojada que estás. No te he preguntado lo que sientes. Te he preguntado qué quieres.
Chorradas. Él le había dado otra oportunidad y a ella le había podido la reticencia y aquella bocaza que no sabía mantener cerrada. ¿Por qué le resultaba tan difícil admitir sus sentimientos y su deseo por él? ¿Por qué se sentía tan expuesta? Por Gordon... y su madre. Aquella envenenada relación la aterraba. Pero, ¿sería Nick capaz de hacerle confesar sus sentimientos para usarlos en su contra? ¿O aquellas evasivas se debían a que ella temía abrirle el corazón porque le daría demasiado poder?
Dio un respingo ante aquella fea certeza mientras observaba los movimientos rápidos y precisos de Nick. La expresión de desagrado en su rostro era como una puñalada en el corazón. Y _______ tenía el presentimiento de que lo que él estaba buscando en ese cajón avivaría el dolor de su insatisfecho cuerpo de tal manera que eclipsaría con rapidez cualquier incomodidad mental por mostrarse honesta.
—Nick, tienes razón. Lo siento. Por favor... —_______ deseó que él la mirara, pero no lo hizo—. Esto es muy difícil para mí.
El suspiró y volvió los ojos hacia ella.
—Lo sé. Te resulta extraño y te incomoda. Lo he tenido en cuenta. Mi problema es que todavía tratas de someterte en tus propios términos y no pienso dejar que eso ocurra, cielo.
Le pasó los dedos entre los pliegues empapados. Ella contuvo la respiración ante el inmediato resurgimiento del placer. Él podía conseguir con suma facilidad que lo deseara incondicionalmente. La enervaba hasta la médula.
—Tu cuerpo ansía esto. —Clavó en ella aquellas serias pupilas azules como si así pudiera hacerla entender—. Ahora debe aceptarlo tu mente. Veo en tu cara la necesidad de ser sumisa, pero tu miedo se interpone entre nosotros.
_______ quería decirle que se equivocaba, pero mentiría. Cuando el pulgar de Nick frotó su clítoris otra vez, el deseo la hizo estremecer. Se arqueó hacia él, intentando aumentar la presión sobre el pequeño nudo de placer.
Nick retiró la mano de su anhelante sexo y comenzó a sacar artículos de la mesilla y a colocarlos más arriba de su cabeza, justo donde ella no podía verlos.
—Vamos a ver si consigo que lo pierdas.
_______ notó un sudor frío. Darle la llave de su cuerpo —y de su corazón— a alguien que era un alfa cruel como Nick la aterraba. Pero si no quería someterse realmente, ¿por qué esperaba con ansiedad todo lo que él le hiciera en esa relación sin sentido?
—Te deseo —farfulló—. Deseo lo que quieras hacerme. Lo que sea... Pero me aterra.
El esbozó una sonrisa que alivió la dureza de su rostro.
—Buena chica.
Gracias a Dios, Nick lo entendía. Soltó el aire que estaba reteniendo.
—¿Qué me vas a hacer?
Al instante, la mirada masculina recobró su dureza, haciéndola estremecer.
—Haré lo que sea. Y tú lo aceptarás sin comentarios ni quejas porque confías en mí.
_______ se mordió los labios. Su primer deseo fue decirle que se fuera al infierno, pero se tragó las palabras. Estar atada e indefensa podía ir contra su naturaleza independiente, aunque no podía negar que a su cuerpo le encantaba... y que lo deseaba ardientemente
¿Cómo sería entregarse a él por completo durante una noche? Sin preocupaciones, sin miedos, sin responsabilidades... Como si lo único que importara en el mundo fuera la conexión entre ellos... Aquel seductor pensamiento le rondó en la cabeza como una droga adictiva y aterradora.
Nick permanecía al lado de la cama sin hacer otra cosa que mirarla y esperar a que los pensamientos abandonaran su mente.
—Lo siento —susurró ella—. Por favor, no te detengas.
Él asintió bruscamente con la cabeza y luego cogió uno de los artículos que había colocado sobre el colchón por encima de su cabeza. Escuchó el ruido de un plástico al rasgarse. Él respiró hondo; su pecho parecía letal y poderoso. _______ se moría por saber qué era lo que pensaba hacerle, pero no preguntó. Sólo prolongaría una discusión que sabía que iba a perder.
Nick se inclinó y le succionó el pezón. Al instante la inundó una oleada de calor mientras el pequeño brote se arrugaba de una manera casi dolorosa. Los fluidos brotaron de su sexo, haciendo que los pliegues se volvieran todavía más resbaladizos. El se enderezó y bajó la mirada hacia aquel lugar antes de friccionar dos dedos sobre el hinchado capuchón del clítoris. La sensación la golpeó como un relámpago. Se retorció y se arqueó. Gimió.
—Nick...
—¿Cómo tienes que referirte a mí cuando estamos en la cama?
No pudo contener la respuesta.
—Señor. Por favor...
—Bien. ¿Te habían atado alguna vez, cielo? —Cubrió el otro pezón con la boca sin dejar de mirarle a la cara.
Ella observó cómo movía la boca sobre ella, cómo la chupaba y succionaba, cómo sus mejillas se volvían cóncavas, cómo la mordisqueaba suavemente hasta hacerla gemir.
Entonces, volvió a comenzar, repitiendo todo el proceso con más fuerza.
—Te he hecho una pregunta.
A pesar de que no estaba segura de a qué se refería, respondió al instante.
—No. —Al ver la ceja arqueada, añadió con rapidez—: Señor.
El fantasma de una amplia sonrisa se insinuó en aquellos hermosos labios masculinos.
—Estoy deseando hacer esto. Recuerda, si te resulta demasiado doloroso sólo tienes que decir «Joe». No quiero ninguna queja más. Y nada de correrse.
«¿Nada de correrse? ¿Todavía?» _______ gimió.
Nick la ignoró y llevó la mano a sus pechos, deteniéndose justo sobre los pezones. Apretó algo entre los dedos y luego lo bajó.
«¡Oh, mierda!» Eran unas pinzas para pezones.
De una manera intensa y cruel, las tenazas apresaron su carne sensible, y ella gritó. Al principio sintió un inmenso dolor, pero se transformó con rapidez en un placer ardiente y envolvente.
De pronto notó como si los pezones se hincharan hasta alcanzar dos veces su tamaño. Le hormigueó la piel de una manera que no había sentido nunca. Su sexo se volvió a anegar de fluidos. Apretó los puños.
—¡Nick! —tragó saliva—. Señor.
—Mejor —la alabó mientras rozaba las pinzas con los dedos y las hacía girar un poco—. ¿Te gusta?
«Sí, sí, sí.» _______ no podía ocultar la verdad.
—Sí.
—Excelente. ¿Quieres que te folle? —preguntó mientras retorcía un poco más las tenazas.
_______ nunca había imaginado que sus pezones pudieran latir con la misma intensidad que su clítoris, pero ahora era como si estuvieran conectados por un alambre invisible, listos para saltar en el momento en que los tocaran. Cada movimiento de Nick la llevaba al borde del placer y del dolor, y la certeza de que ella no podía hacer nada para evitarlo incrementaba el anhelo todavía más. Tenía que haberse vuelto loca. Jamás había pensado que se plegaría a la voluntad de un hombre, pero Nick lo había conseguido y ella todavía no se explicaba cómo.
—¿Qué crees? —gritó ella—. ¡Por supuesto que quiero que me folles!
Cualquier signo de ternura desapareció de la expresión de Nick. El ártico era cálido si se comparaba con su mirada.
—Habría preferido un educado «Sí, Señor».
Sin duda. Y dado el mal uso que ella estaba dando a su boca, podría pasar una década antes de que él permitiera que se corriera.
—Sí, Señor. —_______ se tragó la impaciencia. Al menos todo lo que pudo.
Nick se rió.
—Incluso cuando dices las palabras correctas, tu tono parece insinuar «vete al cuerno». Contener tu descaro me va a llevar mucho tiempo. Y lo más probable es que estuviera condenado al fracaso. —Maldición, lo intento.
—Silencio. —Un momento después, él alzó la mano y la dejó caer golpeándole con los dedos el monte de Venus.
«¡Oh, Dios mío!» La razón le decía que debería sentirse degradada. Por lo menos, enfurecida. Pero no. Una lengua de fuego se propagó a través de su cuerpo. Le palpitó el clítoris de una manera que la dejó sin aliento. El deseo creció hasta convertirse en llamas, un doloroso e intenso latido que provocó que cada pulsación de su corazón resonara entre sus piernas.
—¿Q-qué me estás haciendo? —gimió.
El deslizó un dedo entre los pliegues empapados y luego lo alzó cubierto de brillantes fluidos.
—¿Estás intentando insinuar que no te gusta?
Se burlaba de ella. _______ se mordió el labio para no decir nada.
Nick se sentó en el borde de la cama.
—No vamos a hacer ningún progreso hasta que comiences a ser honesta conmigo... y contigo misma. Yo dispongo de todo el tiempo del mundo. ¿Y tú?
_______ había alcanzado el límite y él lo sabía. Nick no era como Joe ni como ningún otro tipo con el que se hubiera acostado. No le podía manipular con una palabra o una mirada sugerente. Nick había buceado en su psique y conocía todos sus miedos, sus deseos y secretos más oscuros. La excitaba más que cualquier otro. Y aún así, ella no dudaba que la presionaría hasta que cambiara su actitud y se sometiera a él con sinceridad.
Nick sonrió.
—Te pareces a Yoda. Pero la cuestión no es intentarlo, sino hacerlo.
Sí, con Nick sería todo o nada. Y hasta entonces, _______ lo había hecho todo a medias. Si quería eso, si quería realmente que él colmara esa necesidad, ese doloroso vacío que jamás había logrado satisfacer, iba a tener que cooperar. Nick no podría proporcionarle aquella elusiva satisfacción final si ella no se lo permitía.
—Bueno —tragó saliva—, lo haré.
Una decidida expresión de satisfacción inundó los sombríos rasgos masculinos.
—Gracias.
Aquella mirada la llenó de placer. Por lo general, no le importaba nada lo que pensara un hombre. Gordon había conseguido que no se esmerara demasiado en complacer a ningún varón. Pero por alguna razón, con Nick era diferente. Sí, a menudo resultaba insistente e inquebrantable, lo que quería decir que a veces le hacía rechinar los clientes de frustración, pero no parecía querer darle órdenes sólo por el placer de satisfacer a un yo cavernícola ni por demostrar quién llevaba los pantalones en esa relación. Tenía un propósito. Y si ella quería sus sonrisas, su afecto y aquellas caricias suaves y perfectas —y ese orgasmo que le había negado antes— iba a tener que hacer lo que dijera.
Él le rozó la mejilla con ternura y le cubrió los labios con los suyos. Los pensamientos de _______ se disolvieron. El beso fue una caricia más suave que un susurro, pero más impactante que un martillo. Suspiró temblorosa. Una agitada sensación le atravesó los pechos y sus pezones se erizaron otra vez. Aquella emoción iba más allá del simple deseo de que la tocara, se había convertido en un alocado anhelo de ser importante para él. Le había traspasado el corazón haciéndola consciente de una conclusión aterradora: él y ella debían fusionarse por completo.
_______ se dio cuenta de que Nick se contenía porque ella lo ansiaba.
Arqueó el cuello todo lo que le permitieron las cadenas y unió sus bocas en una súplica silenciosa. Se ofreció, se curvó hacia él, diciéndole de mil formas sutiles que era bienvenido.
En lugar de aceptar lo que ella le ofrecía, Nick se apartó y la miró fijamente como si fuera un acertijo que debía resolver. Estar desnuda bajo aquella luz tenue, prisionera de su penetrante mirada, la hizo ser consciente de su propia piel, del ventilador que giraba en el techo haciendo que una fresca brisa le rozara los pezones expuestos, de la carne hinchada y mojada entre sus piernas. Atada como estaba, no podía ocultar nada. Pero en lugar de retorcerse de incomodidad como sería usual, notó que la sangre le hinchaba más los pezones y el clítoris, que le hormigueaba la piel.
La mirada de Nick era íntima, voraz. La gruesa cordillera de su miembro era perceptible tras la cremallera de los vaqueros. Saber que era ella la que le ponía en ese estado le hizo sentir una emoción casi ridícula. Se arqueó, ofreciéndole los pechos sin palabras, necesitando que los tomara.
Como si le leyera la mente, Nick pasó el dedo por la dura cima de un pezón antes de dibujar una línea por encima de su vientre hasta su anegado sexo. Ligero y juguetón, cada roce tenía como finalidad excitarla todavía más. La atravesó una nueva oleada de placer.
—¿Qué es lo que quieres, cielo? Dímelo.
Lo que ella quería era que la cubriera con su cuerpo, que cada centímetro de esa erección que abultaba los vaqueros se hundiera profundamente en su sexo mientras se esforzaban por alcanzar un clímax asombroso.
Alzó las caderas hacia él en una silenciosa invitación, esperando que comprendiera.
El clavó la mirada más abajo, entre sus piernas, pero no se acercó a ella.
—_______ —le advirtió—. Cualquier relación entre un Amo y una sumisa parte de una buena comunicación. —Comenzó a sonar la alarma del móvil de Nick. Él le lanzó una mirada penetrante—. Ha llegado la hora, cielo. Es el momento de otro castigo. Dime qué es lo que quieres o prepárate.
Ella se sintió enervada ante la atenta mirada de él, ante su calma. ¿Cómo decirle a un hombre tan lleno de control y capacidad de mando que querías que te hiciera de todo, pero que eso te daba un miedo mortal? El ya lo sabía. ¿Por qué tenía que hacerla sentir más vulnerable todavía?
—Yo... yo... —«Estaba muerta de miedo.»
—De acuerdo pues. Lástima... —Comenzó a abrir los cajones de la mesilla de noche con los dientes apretados. No había manera de malinterpretar su enfado y decepción.
Aquello no presagiaba precisamente un orgasmo rápido. Y una parte de ella odiaba decepcionarle.
—¡Un momento! —Respiró entrecortadamente—. Si lo que quieres es que admita que te deseo, lo hago. Te deseo por completo.
El agitó la cabeza, sin mirarla siquiera. Continuó rebuscando en el fondo del cajón.
—Eso es evidente. Lo veo en tus pezones y en lo mojada que estás. No te he preguntado lo que sientes. Te he preguntado qué quieres.
Chorradas. Él le había dado otra oportunidad y a ella le había podido la reticencia y aquella bocaza que no sabía mantener cerrada. ¿Por qué le resultaba tan difícil admitir sus sentimientos y su deseo por él? ¿Por qué se sentía tan expuesta? Por Gordon... y su madre. Aquella envenenada relación la aterraba. Pero, ¿sería Nick capaz de hacerle confesar sus sentimientos para usarlos en su contra? ¿O aquellas evasivas se debían a que ella temía abrirle el corazón porque le daría demasiado poder?
Dio un respingo ante aquella fea certeza mientras observaba los movimientos rápidos y precisos de Nick. La expresión de desagrado en su rostro era como una puñalada en el corazón. Y _______ tenía el presentimiento de que lo que él estaba buscando en ese cajón avivaría el dolor de su insatisfecho cuerpo de tal manera que eclipsaría con rapidez cualquier incomodidad mental por mostrarse honesta.
—Nick, tienes razón. Lo siento. Por favor... —_______ deseó que él la mirara, pero no lo hizo—. Esto es muy difícil para mí.
El suspiró y volvió los ojos hacia ella.
—Lo sé. Te resulta extraño y te incomoda. Lo he tenido en cuenta. Mi problema es que todavía tratas de someterte en tus propios términos y no pienso dejar que eso ocurra, cielo.
Le pasó los dedos entre los pliegues empapados. Ella contuvo la respiración ante el inmediato resurgimiento del placer. Él podía conseguir con suma facilidad que lo deseara incondicionalmente. La enervaba hasta la médula.
—Tu cuerpo ansía esto. —Clavó en ella aquellas serias pupilas azules como si así pudiera hacerla entender—. Ahora debe aceptarlo tu mente. Veo en tu cara la necesidad de ser sumisa, pero tu miedo se interpone entre nosotros.
_______ quería decirle que se equivocaba, pero mentiría. Cuando el pulgar de Nick frotó su clítoris otra vez, el deseo la hizo estremecer. Se arqueó hacia él, intentando aumentar la presión sobre el pequeño nudo de placer.
Nick retiró la mano de su anhelante sexo y comenzó a sacar artículos de la mesilla y a colocarlos más arriba de su cabeza, justo donde ella no podía verlos.
—Vamos a ver si consigo que lo pierdas.
_______ notó un sudor frío. Darle la llave de su cuerpo —y de su corazón— a alguien que era un alfa cruel como Nick la aterraba. Pero si no quería someterse realmente, ¿por qué esperaba con ansiedad todo lo que él le hiciera en esa relación sin sentido?
—Te deseo —farfulló—. Deseo lo que quieras hacerme. Lo que sea... Pero me aterra.
El esbozó una sonrisa que alivió la dureza de su rostro.
—Buena chica.
Gracias a Dios, Nick lo entendía. Soltó el aire que estaba reteniendo.
—¿Qué me vas a hacer?
Al instante, la mirada masculina recobró su dureza, haciéndola estremecer.
—Haré lo que sea. Y tú lo aceptarás sin comentarios ni quejas porque confías en mí.
_______ se mordió los labios. Su primer deseo fue decirle que se fuera al infierno, pero se tragó las palabras. Estar atada e indefensa podía ir contra su naturaleza independiente, aunque no podía negar que a su cuerpo le encantaba... y que lo deseaba ardientemente
¿Cómo sería entregarse a él por completo durante una noche? Sin preocupaciones, sin miedos, sin responsabilidades... Como si lo único que importara en el mundo fuera la conexión entre ellos... Aquel seductor pensamiento le rondó en la cabeza como una droga adictiva y aterradora.
Nick permanecía al lado de la cama sin hacer otra cosa que mirarla y esperar a que los pensamientos abandonaran su mente.
—Lo siento —susurró ella—. Por favor, no te detengas.
Él asintió bruscamente con la cabeza y luego cogió uno de los artículos que había colocado sobre el colchón por encima de su cabeza. Escuchó el ruido de un plástico al rasgarse. Él respiró hondo; su pecho parecía letal y poderoso. _______ se moría por saber qué era lo que pensaba hacerle, pero no preguntó. Sólo prolongaría una discusión que sabía que iba a perder.
Nick se inclinó y le succionó el pezón. Al instante la inundó una oleada de calor mientras el pequeño brote se arrugaba de una manera casi dolorosa. Los fluidos brotaron de su sexo, haciendo que los pliegues se volvieran todavía más resbaladizos. El se enderezó y bajó la mirada hacia aquel lugar antes de friccionar dos dedos sobre el hinchado capuchón del clítoris. La sensación la golpeó como un relámpago. Se retorció y se arqueó. Gimió.
—Nick...
—¿Cómo tienes que referirte a mí cuando estamos en la cama?
No pudo contener la respuesta.
—Señor. Por favor...
—Bien. ¿Te habían atado alguna vez, cielo? —Cubrió el otro pezón con la boca sin dejar de mirarle a la cara.
Ella observó cómo movía la boca sobre ella, cómo la chupaba y succionaba, cómo sus mejillas se volvían cóncavas, cómo la mordisqueaba suavemente hasta hacerla gemir.
Entonces, volvió a comenzar, repitiendo todo el proceso con más fuerza.
—Te he hecho una pregunta.
A pesar de que no estaba segura de a qué se refería, respondió al instante.
—No. —Al ver la ceja arqueada, añadió con rapidez—: Señor.
El fantasma de una amplia sonrisa se insinuó en aquellos hermosos labios masculinos.
—Estoy deseando hacer esto. Recuerda, si te resulta demasiado doloroso sólo tienes que decir «Joe». No quiero ninguna queja más. Y nada de correrse.
«¿Nada de correrse? ¿Todavía?» _______ gimió.
Nick la ignoró y llevó la mano a sus pechos, deteniéndose justo sobre los pezones. Apretó algo entre los dedos y luego lo bajó.
«¡Oh, mierda!» Eran unas pinzas para pezones.
De una manera intensa y cruel, las tenazas apresaron su carne sensible, y ella gritó. Al principio sintió un inmenso dolor, pero se transformó con rapidez en un placer ardiente y envolvente.
De pronto notó como si los pezones se hincharan hasta alcanzar dos veces su tamaño. Le hormigueó la piel de una manera que no había sentido nunca. Su sexo se volvió a anegar de fluidos. Apretó los puños.
—¡Nick! —tragó saliva—. Señor.
—Mejor —la alabó mientras rozaba las pinzas con los dedos y las hacía girar un poco—. ¿Te gusta?
«Sí, sí, sí.» _______ no podía ocultar la verdad.
—Sí.
—Excelente. ¿Quieres que te folle? —preguntó mientras retorcía un poco más las tenazas.
_______ nunca había imaginado que sus pezones pudieran latir con la misma intensidad que su clítoris, pero ahora era como si estuvieran conectados por un alambre invisible, listos para saltar en el momento en que los tocaran. Cada movimiento de Nick la llevaba al borde del placer y del dolor, y la certeza de que ella no podía hacer nada para evitarlo incrementaba el anhelo todavía más. Tenía que haberse vuelto loca. Jamás había pensado que se plegaría a la voluntad de un hombre, pero Nick lo había conseguido y ella todavía no se explicaba cómo.
—¿Qué crees? —gritó ella—. ¡Por supuesto que quiero que me folles!
Cualquier signo de ternura desapareció de la expresión de Nick. El ártico era cálido si se comparaba con su mirada.
—Habría preferido un educado «Sí, Señor».
Sin duda. Y dado el mal uso que ella estaba dando a su boca, podría pasar una década antes de que él permitiera que se corriera.
—Sí, Señor. —_______ se tragó la impaciencia. Al menos todo lo que pudo.
Nick se rió.
—Incluso cuando dices las palabras correctas, tu tono parece insinuar «vete al cuerno». Contener tu descaro me va a llevar mucho tiempo. Y lo más probable es que estuviera condenado al fracaso. —Maldición, lo intento.
—Silencio. —Un momento después, él alzó la mano y la dejó caer golpeándole con los dedos el monte de Venus.
«¡Oh, Dios mío!» La razón le decía que debería sentirse degradada. Por lo menos, enfurecida. Pero no. Una lengua de fuego se propagó a través de su cuerpo. Le palpitó el clítoris de una manera que la dejó sin aliento. El deseo creció hasta convertirse en llamas, un doloroso e intenso latido que provocó que cada pulsación de su corazón resonara entre sus piernas.
—¿Q-qué me estás haciendo? —gimió.
El deslizó un dedo entre los pliegues empapados y luego lo alzó cubierto de brillantes fluidos.
—¿Estás intentando insinuar que no te gusta?
Se burlaba de ella. _______ se mordió el labio para no decir nada.
Nick se sentó en el borde de la cama.
—No vamos a hacer ningún progreso hasta que comiences a ser honesta conmigo... y contigo misma. Yo dispongo de todo el tiempo del mundo. ¿Y tú?
_______ había alcanzado el límite y él lo sabía. Nick no era como Joe ni como ningún otro tipo con el que se hubiera acostado. No le podía manipular con una palabra o una mirada sugerente. Nick había buceado en su psique y conocía todos sus miedos, sus deseos y secretos más oscuros. La excitaba más que cualquier otro. Y aún así, ella no dudaba que la presionaría hasta que cambiara su actitud y se sometiera a él con sinceridad.
Tina(:
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
Ohhhhhhhh, sos mala!! Sabes como me dejaste?!!... Intrigada :E
Jajajaja, por dios, cuanta agonia que da este chico.. Me va a volver loca sabias.. Creo que en este momento, no podria imaginarmelo con los boxers de los simpsons.. Lo unico que viene es esa cara de enojo... -.-
Jajajaja, es frustrante para ambos.. realmente!
No hace falta decirlo, porque ya lo sabes, pero lo digo igual.. Estoy ansiosa por el proximo cap! :)
Jajajaja, por dios, cuanta agonia que da este chico.. Me va a volver loca sabias.. Creo que en este momento, no podria imaginarmelo con los boxers de los simpsons.. Lo unico que viene es esa cara de enojo... -.-
Jajajaja, es frustrante para ambos.. realmente!
No hace falta decirlo, porque ya lo sabes, pero lo digo igual.. Estoy ansiosa por el proximo cap! :)
Camilita :)
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
ValenBuri escribió:SeeNoMoreJoseph escribió:Que es el Carelibro? :) Es que no tengo ni idea para ver si puedo ayudarte..
Sí estoy por dentro "Es un salvaje " pero en realidad también es muy tierno.. Hay que reconocerlo :)
El caso, POR FAVOR SUBE :D
ajja que boluda yo.... no subí nunca... me olvide :S
CARELIBRO ES FACEBOOK! ajaj porque FACE es CARA y BOOK es libro :P
NO ES MIO! lo copie ;) me agregas al facebook? ahi deje mi link... si no lo haces me estarías ignorando mery :(
Mira, tengo que hacer una lista de todo ;)
1. TE MATOOOO!! Acabo de leerlo, en serio, me encanta, Nick es un pervertido de los de campeonato ( ) !!
2. Aaaah, vale, jajajaja pues te he agregado:)
3. Nunca te ignoraría, Valen! :) Si yo te quierooo!! :D
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