Re: "La Seducción de _____. "(Joe & tu) TERMINADA

por **#Just_InLove[Ori]** Sáb 23 Jul 2011, 8:04 am

OMG :o ¿Por que ese HDP estaba en mi casa?
¿No entiende que lo deje? ¬¬
Porque Joe es mejor que él en TODO ¬w¬
Por Favor Ale S I G U E L A :3

por **#Just_InLove[Ori]** Sáb 23 Jul 2011, 8:04 am

Ains♥ Pase de Pag.

por **#Alejandra** Lun 25 Jul 2011, 2:30 am

CHICAS VOLVII OO SII JAJAJAJA ESTAR EN EL WII ES HORRIBLEE Y QE BUENO QE ME ENTIENDAAN MIS NIÑAS YA MAÑANAAA!! MARATONN DE 7 CAPISS!!!! jajaja amoo sus comentarioos

by:Ale

por **#Alejandra** Lun 25 Jul 2011, 8:27 am

—¡Fuera de aquí! —Estaba temblando de furia ahora. Furia y miedo. No quería escucharlo, no quería oír la verdad de lo que tan duramente estaba intentando no ver.

— ______, no te odio. No quiero verte lastimada. —Su voz era suave, ribeteada con falsa confusión. Ella no entendía este juego o las reglas—. Maldita sea, hemos estado casados seis años.

—Seis años de trampas y mentiras tuyas —le espetó, volviéndose contra él—. No estábamos casados, Mark. Tú sólo vivías aquí.

—No cambia el hecho de siempre te gusté, ______ —exhaló con brusquedad, intentando una de sus encantadoras y tímidas sonrisas con ella. No servirían nunca más—. Joder, no eras como las otras mujeres.

—Mira, Mark, no quiero discutir esto contigo —le dijo otra vez, sacudiendo la cabeza mientras intentaba apartarse de él—. Quiero que lo dejes. Esto no es asunto tuyo.

Se movió alrededor de él, para salir airada de la habitación y suplicar que él sólo la dejara. La sorpresa se disparó a través de su cuerpo cuando la agarró dolorosamente del brazo tirando de ella bruscamente. ________, miró la enrojecida, más que furiosa, cara de su ex-marido que nunca había mostrado ninguna violencia hacia ella, hasta ahora.

—Déjame ir, Mark. —Intentó alejarse de él, después gritó de dolor cuando la empujó contra la pared de la cocina. Fuerte.

—¡Maldita sea!, me escucharás, puta —le gruñó en la cara, la nariz a centímetros de la suya.

__________, estaba conmocionada. Nunca había visto este lado de Mark. Había sido consciente de que existía, conocía sus peleas de taberna, pero nunca lo había llevado a casa.

—Mark, me estás haciendo daño —susurró haciendo fuerza contra las duras manos que sujetaban sus brazos a la pared—. Déjame ir.

Él estaba respirando con fuerza, sus ojos avellana brillando con ira mientras la miraba.

—¿Te has doblado y le has dejado darte por el culo como hicieron las otras putas? —refunfuñó duramente—. Entonces dóblate y déjame hacértelo.

________, casi se ahogó en su incrédulo miedo. No podía creer la furia reflejada hacia ella. Actuaba como si ella hubiera sido de alguna manera injusta con él, en lugar de al revés. Entonces el miedo se movió afilado y profundo mientras él empujaba las caderas contra ella.

—Dios, Mark, no hagas esto. —Empujó contra su pecho, sintiendo la erección contra el estómago, viendo la ira convertirse en lujuria en sus ojos—. ¿Qué diablos te ha picado?

—Tu ignorancia —le soltó—. ¿Crees que quiero que mis amigos me hablen sobre aquel bastardo metiendo los dedos en tu coño en aquel bar? ¿Pensaste que nadie comprobaría por mi lo que él estaba haciendo?

Se le enrojeció la cara de vergüenza. Nadie podía haberlo visto, pero alguien podría haberlo sospechado.

—Esto no es de tu incumbencia. —Sacudió la cabeza, luchando contra el miedo que la invadía.

Su brusca furia, la violencia rodeándola la hizo atragantarse con las palabras. Quería apartarse de él, escapar de los ruborizados y retorcidos rasgos obligándole a apartar la vista, pero no la dejaría ir. La sujetó fuerte y rápido contra la pared. Su cuerpo, no tan musculoso ni tan fuerte como el de Joe, sin embargo, más que suficiente para controlarla.

—Apestas a él —masculló con brusquedad—. Puedo olerlo en ti, y apestas.

—Entonces aléjate de mí. —Se hizo atrás, volviendo la cabeza a un lado mientras la cara de él la presionaba más cerca.

Forcejeó contra él, temiendo la irracional ira que parecía haberse apoderado de él, llevándole a querer herirla. No había sacado este enojo cuando ella había arrojado los papeles del divorcio frente a él.

—Hiciste que el sheriff me arrastrara fuera de mi casa —gruñó—. Mi casa, ________.

—Es mi casa —discutió inútilmente—. Siempre lo fue, Mark.

—Mi jodida casa, mi jodida esposa —le sacudió los brazos, tirando de ella hacia delante, después la arrojó a través de la habitación. _____ se agarró a la mesa de la cocina, alejándose de él. Los ojos atisbando alrededor de la habitación, buscando una salida. La puerta trasera era el medio más cercano para escapar. Estaba todavía rota y sería fácil atravesarla. Si corría a casa de los vecinos o si ellos la oían, pedirían ayuda.

Ella observó sus ojos entrecerrados, leyéndole las intenciones. Antes de que él pudiera saltar giró y corrió rápido hacia la puerta. Se lanzó a abrirla, entonces chocó contra algo duro que le bloqueaba el camino. Antes de que pudiera recuperar el sentido, fue apartada a un lado con un toque gentil y Mark gritó de dolor.

________, se apartó el cabello de la cara, parpadeando de sorpresa ante el furioso hombre que apretaba la garganta de Mark, alzándolo del suelo para después arrojarlo fuera de la cocina por la puerta trasera.

1-7

por **#Alejandra** Lun 25 Jul 2011, 8:28 am

—¿Quieres morir hoy, mosquito? —Blancos dientes brillaron en una sonrisa gruñona mientras el enfurecido hombre encaraba a su ex-marido.

—Tú, bastardo, Joseph —Mark le gritó desde una distancia segura—. Ella pagará por lo que me ha hecho. Espera y verás.

—Evidentemente lo haces. —Lo provocó desde la puerta.

Mark soltó una furiosa maldición antes de que ________, lo oyera correr por la parte delantera de la casa. Segundos después, el sonido de un vehículo arrancando y después rugiendo fuera resonó a través de la habitación. Ella permanecía todavía de pie, observando al alto hombre mientras él se volvía a mirarla con una encantadora sonrisa

—Buenos días, preciosidad. —Fue a inclinarse y besarla, pero ella se movió rápidamente fuera de su camino.

—¿Dónde demonios está Joseph y por qué estás tú aquí? —Le preguntó a Sam Jonas, un filo de histérica furia bordeando su voz.

Sam sonrió, una suave inclinación de los labios casi igual a la de Joe. Eran los ojos, sin embargo, los que le revelaron la diferencia. Los de Sam, aun así arrugados por la risa, los labios abiertos con una sonrisa, estaban ensombrecidos y entristecidos

— ¿Cómo lo supiste? —Preguntó, cerrando la puerta trasera y caminando hacia la cafetera—. Por lo general somos difíciles de distinguir si no estamos juntos.

No sabía como alguien podía ignorar las diferencias. La siniestra intensidad de Joe estaba allí, en su cara, en las pequeñas líneas de su boca y ojos. La de Sam estaba cuidadosamente escondida bajo una falsa fachada risueña. Aquel engaño la preocupó.

Él se sirvió la última taza de café, después se volvió hacia ella, mirándola expectante.

—No vives aquí. —_______, sintió como le pisaba los pies. ¿Qué demonios estaba pasando? Los hombres estaban chiflados hoy—. No vives aquí y no tienes derecho a actuar como si lo hicieras.

Él elevó una ceja en un gesto de curiosidad.

—Sólo he salvado tu virtud. Seguramente merezco una taza de café. —Se quejó bondadosamente.

—No tengo ningún resto de virtud que salvar —espetó ______, temblando ahora por la reacción y la ira—. Tu hermano ya tuvo cuidado de eso. —El horror la consumió mientras las palabras salían de su boca. Pero no parecía capaz de parar.

— ¿Dónde estaba yo? —Él frunció el ceño en sorprendido sarcasmo—. Seguramente me habría invitado al último pedacito de virtud. Joseph nunca antes fue un codicioso.

La sorpresa la mantuvo inmóvil, la boca y los ojos abiertos de asombro. Se sintió como un pez boqueando por aire. Sacudió la cabeza, las manos agarrando los laterales mientras sentía que la razón era arrastrada por la incredulidad. Él lo estaba admitiendo. Como si no fuera más que un beso en la mejilla, admitiendo un estilo de vida que ella no podía comprender, no importaba la razón. Y actuando como si fuera ya un hecho consumado. Una conclusión inevitable de que ella participaría.

—¡Lárgate de una jodida vez de mi casa! —Mantuvo la voz baja y calmada, a pesar de la furia que la aplastaba—. Sal y no vuelvas y dile al imbécil de tu hermano que no vuelva. Dios. Maldita sea, no necesito esta chingadera.

Sam se recostó contra el mostrador, sonriendo de aquella forma torcida que tanto le recordaba a Joe.

—Está bien, _______. No he venido a comerme tus huesos. Joe tenía alguna cosa de la que ocuparse en el rancho que le va a llevar una pocas horas más de lo que pensaba. Me pidió que viniera y me quedara contigo.

_______,frunció el ceño ante aquella información. La mandíbula apretada, los dedos cerrados en puños atrapando su ropa.

— ¿Marly? —le preguntó, su voz sonó estrangulada. Lo sabía, lo vio en los ojos de Sam, sintió su corazón tensarse. Esto era a lo que no podía acostumbrarse. Este conocimiento, la aprobación que Joseph necesitaba que podía darle placer a otra mujer con su aquiescencia, su aprobación.

Sam se encogió de hombros.

—Cade está histérico con esta *******, _______. Tú no vendrás al rancho y nosotros no podemos quedarnos aquí y aún así cuidar de las cosas en casa. Él está preocupado por Joe, y por ti.

—¿Qué tiene eso que ver con Joseph follando a Marly? —Las lágrimas caían de sus ojos mientras sus manos se sacudían y su cuerpo temblaba—. ¿Por qué no la jodiste tú en su lugar?

La ira estaba casi aplastándola. Los años que había pasado, humillada por las infidelidades de Mark se alzaron en su mente. No importaba si era sólo Marly. Porque saberlo no aliviaba aquel terrible y primer fogonazo de dolor. No se mitigaba el destello de curiosidad tampoco, y aquello era lo más duro de superar.

—_______, ya basta. —La firme voz de Sam, llena ahora de sombría preocupación—. No soy el que tiene a su mujer en peligro y hasta el cuello por cabezota. Esto no es por el sexo. Sé que Joe te lo dijo.

—Pero está teniendo sexo con ella —espetó—. Volvió para joderla. ¿Cómo puede follarla? Él pasó toda la noche corriéndose conmigo.

Sam hizo una mueca con un destello de diversión.

—Demonios, _______, para de ponérmela dura como un caballo —sonrió con un dejo de humor—. ¿Crees que no quería quedarme? En lugar de eso estoy aquí contigo. Lo menos que podrías hacer es facilitármelo.

En lugar de eso ella le lanzó la taza de café, fallando apenas su cabeza y se volvió para salir corriendo de la habitación. Sam la agarró en la puerta, los brazos enrollándose alrededor de ella, la cabeza inclinándose hacia su oído mientras ella se detenía en helada sorpresa al sentir su erección en la espalda.

_______, se aplacó. Sintió el calor sacudir su cuerpo, sintió su vagina temblando por la conciencia de su excitación por ella. No se suponía que sería algo como esto, protestó ella silenciosamente. No debía desear a otro hombre. Ningún otro debería excitarla, ningún otro debería atraerla. Amaba a Joe. Sabía que lo hacía, profundo en su alma. Justo como sabía cuan desesperadamente Joe necesitaba exactamente lo que ella estaba sintiendo.

Ahogó un gemido. Las imágenes que Joe había pintado en su mente llegaron deprisa a ella. Sam y Cade tocándola, tomándola mientras él miraba, gozando con sus gritos de placer. Se mordió el labio, luchando con la maldad y la depravación del deseo

—Te dijo que haría esto, ¿no ______? ¿Te mintió Joe? —le preguntó suave y compasivamente.

—No —dijo en voz muy baja, sabiendo lo que él le había contado de la complicada relación que compartía con su familia. Sabiendo que le había suplicado que volviera al rancho aquel día, si no por su propia seguridad, al menos así podría entender las implicaciones de aquella relación. Él había sabido, se dio cuenta, que follaría a Marly cuando volviera sin ella.

No pudo detener el gemido que salió de su garganta. Pero no por el dolor como debería haber sido. El insidioso zarcillo de curiosidad que zigzagueaba por su cuerpo tenía su vagina apretada, llorando de vergonzosa anticipación de placer.

—Es infernalmente duro aceptarlo —susurró Sam, su cálido aliento acariciándole el cuello mientras se inclinaba más cerca—. Duro hacer el amor todo ordenado y fácil en el corazón cuando tratas con esto. Lo sé, _______, y también Joseph y Cade. Joe se arrancaría el corazón antes de traicionarte. Pero tienes que entender, esto no es una traición hacia ti. Es una aceptación de sus hermanos.

Los labios de Sam estaban en su cuello, susurrando sobre su piel mientras hablaba. Una mano estaba extendida contra su abdomen, la otra justo bajo su palpitante pecho. _______, podía sentir hincharse sus pechos, los pezones endureciéndose. El fuego no era tan intenso, tan incandescente y brillante como era con Joe, pero igualmente estaba allí.

Ella se estremeció mientras su lengua le tocaba el cuello. No podía dejarlo tocarla. No pensaría en lo que Joseph estaba haciendo ahora, lo que él quería hacerle a ella. Sabía, sabía en el fondo de su alma que si ella jodía con Sam, no le importaría. Él encontraría orgullo y placer en el acto. Miraría, los ojos brillando con el calor, con la lujuria del conocimiento. Aquel pensamiento parecía alimentar su propio calor. Sintió la cálida crema de su excitación deslizándose exquisitamente en su vagina, bañando los labios de cu coño.

—Tu corazón está latiendo fuera de control, ______—dijo suavemente—. No puedes decirme que si tocara tu coño no estaría mojado y caliente.

Ella luchó por respirar. ¿Por qué Joe había hecho esto? ¿Por qué estaba empujándola por ese camino? ¿Por qué ella se lo estaba permitiendo?

—Te dije que me dejaras ir —jadeó, sintiendo sus dedos flexionarse en su estómago.

— ¿Está tu coño mojado, ________? —Le preguntó, su cálido aliento acariciándole el oído—. ¿Has visto lo que Marly siente cuando la tocamos?

2-7

por **#Alejandra** Lun 25 Jul 2011, 8:30 am

Chicas seguire subiendo en lo qe resta del diaa así qe no se me desesperenn okey qe de hoy no pasa el maratonn las qiero mucho mis niñass!!!! :)

por **#Alejandra** Lun 25 Jul 2011, 8:53 am

______, luchó por respirar. Su pecho estaba subiendo y bajando con las duras aspiraciones, la carne debilitándose. Luchó contra la insidiosa excitación. Ella no era esta debilidad, esta vulnerabilidad. No podía permitirse serlo.

—Déjame ir antes de que patee tu cul*o, Sam Jonas—espetó entonces, las uñas clavándose en sus brazos donde ella los agarraba. Las palabras fueron duras, la voz tras ellas débil mientras los dientes de él le raspaban el cuello.

—No te tomaré sin Joseph aquí, ______—le prometió, entonces un grito estrangulado salió disparado de su garganta mientras él cogía uno de sus duros pezones entre los dedos, presionándolo con firmeza.

El fuego se lanzó desde su pecho hasta su útero, tensándole el estómago. Era el borde de dolor, se dijo ella desesperadamente. Aquello era lo que enviaba aquella erótica emoción que se extendía a través de su cuerpo, haciendo que su coño se estremeciera, sus jugos se derramaran allí a lo largo de los gruesos rizos. El borde de dolor era todo lo que aguantaba. Su vagina temblaba, rogando por rendirse.

—Para —susurró suplicante—. Por favor, para, Sam.

—No está mierd*a al amor de su hermano, ______. —Su voz era gentil, pero las palabras la atravesaron como un cuchillo—. Está tranquilizando a su hermano. Está dándole un abrazo. Le está prometiendo que será cuidadoso. Está derramando lágrimas por los sacrificios de Cade por él. ¿Puedes entenderlo?

El dolor por el acto que Joe estaba cometiendo se fue de repente, reemplazado por la aguda lanza de tristeza. El recuerdo del dolor, las heridas inflingidas en el alma de él. No sólo en su alma. En la de Cade y la de Sam. Y ahora también en la de ella.

—Lo entiendo. —Susurró, temblando, asustada por las emociones, la excitación pulsando a través de su cuerpo

La liberó lentamente. ______,tomó una dura y tranquilizante bocanada, después se alejó rápidamente de la habitación. Lejos del hermano de Joseph, lejos de su pena y su lujuria. Pero sabía que no podía olvidarlo. No podía escapar de esto. El sedoso deslizar de su propia excitación en sus muslos se aseguraría de esto.

3-7

por **#Alejandra** Lun 25 Jul 2011, 10:03 am

Capítulo 18

—Tu hermano no tiene cabida en mi casa. —Fue el sorprendente saludo de ______, cuando lo recibió en la casa esa noche.

Joe se detuvo por un momento, al ver la agitación de su cuerpo, la sombra de culpa en los ojos de ella y escondió su sonrisa. Su corazón se hinchó de emoción mientras la miraba, la forma en que su mirada mantenía esa sombra recordando el placer, la excitación. Hubo cierta curiosidad en su expresión de la que él sabía que ella no era consciente. Hizo que su poll*a se inflamara, latiendo.

—Tampoco Puente, pero he oído que se puso pesado en cualquier caso —le dijo Joe, llevando al mostrador las compras personales que había hecho más temprano—. ¿Por qué no dejaste la puerta cerrada después de que me fui?

Ella se encogió de hombros.

—Él tiene llave. Nunca cambié las cerraduras.

Joe la miró fijamente con sorpresa. Por un momento, no pudo creer realmente lo que había dicho.

—¿Por qué no? —Luchó por mantener el control.

—Simplemente no encontré tiempo. —Caminó hacia la bolsa, la abrió y echó un vistazo dentro.

Joseph se distrajo de su enojo por la fácil aceptación de ella de Mark entrando cuando quisiera. La miró abrir los ojos de par en par, su cara sonrojada mientras entreveía sus compras. Sus labios se abrieron como si fuera hablar. La cerró. La abrió otra vez. Finalmente, los mantuvo fuertemente cerrados y volvió la mirada vacilante hacia él mientras tragaba duramente. Su enfado por las cerraduras se disolvió. Joder, podía arreglar las cerraduras él mismo.

—¿Qué hay de cena? —No le iba a dar la oportunidad de negarse—. Lo que está en la bolsa es para más tarde.

Ella parpadeó, un poco sobresaltada. Un poco confundida.

—Pollo de KFC . No cocino mucho.

Él sonrió.

—Voy a tomar pechuga y muslo, dulzura. Mis trozos favoritos.

______, dio un resoplido impropio de una dama.

—No el trozo que yo estaba pensando, pero da igual.

—Tengo que ducharme. —Dándole un palmadita en el trasero como pago por su observación cuando se dirigió a la ducha.

* * * * *

Joe miraba a _____, pasearse nerviosamente alrededor de la casa aquella tarde. Su cara de ángel rebelde, su curvilíneo cuerpo rígido y tenso, mientras fregaba los pocos platos de la cena, limpiaba la mesa, ignorando con aspecto inocente la bolsa que estaba en el centro, luego limpió el suelo. Él se apoyó contra el marco de la puerta, los brazos cruzados sobre el pecho, las cejas se fruncieron en un ceño que sabía que podía intimidar al más fuerte adversario. Pero _____, sólo lo ignoró. A él y al contenido de la bolsa.

No es que hubiera esperado que ella aceptara esto sin una pelea. Infierno, podría incluso terminar el primero en su lista de ******* para siempre, pero no creía que lo apuntara. Había visto la llama de curiosidad en sus ojos, la chispa de excitación antes de que su cuerpo se endureciera y se convirtiera en la reina malvada por la tarde.

Escondió su sonrisa. Podía ponerse tozuda mejor que cualquier mujer que conociera o de la que oyera hablar. Pero él realmente podía ser muy decidido; lo averiguaría rápidamente.

—Deberías haber cambiado las cerraduras después de que llegaras a casa del trabajo.

Joe estaba preocupado por el asunto de Mark. Su ex-marido no parecía demasiado dispuesto a dejarla ir.

—Ya lo haré. —Se lavó las manos en el fregadero después de haber barrido el inexistente polvo en un recogedor y meterlo en el cesto de la basura—. Llamaré por la mañana.

—Sam se encargará de ello por la mañana en lugar de eso —dijo él—. Confío en él para hacerse cargo apropiadamente del trabajo con aquellas cerraduras que ordenó esta mañana.

Ella frunció el ceño ante eso; evidentemente no le importaba demasiado pensar en Sam viniendo de nuevo. Estuvo nerviosa alrededor de él, su hermano le había informado, nerviosa y expectante, como si esperara que saltara sobre ella en cualquier segundo. Ahora estaba dando muestras de esos mismos signos.

—Estabas con Marly hoy —susurró las palabras sin calor, sorprendiéndolo con el cambio de tema.

Joe la miró fijamente durante largos momentos. No hubo ira, ni recriminaciones, solo una silenciosa lucha por entender. No sabía qué decirle, no quería herirla.

—Estuve con Marly —acordó tristemente. Dios deseaba hacerlo más fácil para ella. Hacérselo entender.

—Jodiste con ella —La vio hacer una profunda aspiración, estabilizando la respiración.

Parecía vulnerable, tan malditamente insegura de sí misma que él quería gritar de dolor. Su ______, era confiada, fuerte, saber que le había hecho esto a ella le rompió el corazón.

—Jodí con ella —asintió él. No le mentiría a ella, no se disculparía, sin importar su dolor, su pesar. Era quien era y lo que era. Tenía que aceptarlo como era. Ella sabía antes de llegar a ese maldito bar lo que era y lo que desearía. No habría excusas ahora.

Ella se quedó en silencio por un largo momento, como si esperara algo de él. Sabía que estaba esperando que él mencionara a Sam. Para hablar de lo que su hermano le informó de su enfrentamiento, de cómo la había tocado. Joe no luchó contra su creciente erección ante la idea de Sam tocándola, o el placer de ella. Sam había sonreído con un temerario placer que había desaparecido en él desde que habían atacado a Marly el año pasado.

—Joe. —Se lamió los labios nerviosamente—. Sam… —Miró lejos parpadeando, su cara ruborizándose de culpa.

—¿Sam qué, ______? —Él era más que consciente de lo que había pasado.

Ella se mordió el labio.

—¿Sam te tocó hoy, ______? —preguntó suavemente—. Lo sé, nena...

Él no sabía si se había imaginado el pequeño quejido, uno lleno de excitación que escapó de sus labios.

— ¿Le dijiste...? —ella estaba luchando contra el miedo y el deseo. Él podía ver su hambre, tímida; la confusión que la llenaba.

—No, _______, no le dije que te tocara —le aseguró, su pecho se apretaba mientras ella lo miraba, al borde del descubrimiento y tan asustada de confiar en él para amortiguar su caída—. ¿Te hizo daño?

Ella sacudió su cabeza, mirando a todas partes, excepto a él.

—¿Se sintió bien, _______? —le preguntó en voz baja, inclinando la cabeza mientras miraba las manos de ella girando nerviosamente en su cintura.

Tomando una fuerte aspiración, simplemente se encogió de hombros mientras se alejaba de él.

—______. —La paró, empujándola contra su cuerpo—. ¿Lo deseas? La poll*a de Joe estaba latiendo con la idea.

4-7

por **#Alejandra** Lun 25 Jul 2011, 10:14 am

—Estaba enfadada contigo. Él me tocó.

Ella estaba luchando por una excusa, una manera razonable de explicar la llama de calor que encontró en los brazos de su hermano.

—Y te pusiste mojada. Tus pequeños y bonitos pezones se pusieron duros por él y Sam tenía que tocarlos, tal vez hacerlos sentir bien del modo en que te gusta.

Sus pezones estaban duros ahora, pero él se condenaría si la tocara, la tomara demasiado pronto. Ella se encogió de hombros, claramente incomoda. La dejaría ir por ahora. Era suficiente que reconociera el placer.

—¿Trabajas mañana? —Joe se alejó de ella. Quería esconder su sonrisa mientras atrapada su nerviosa mirada hacia la bolsa una vez más.

—Mañana no. —Sacudió la cabeza, de pie por el fregadero como si no acabara de saber qué hacer con ella misma—. Sólo voy unos días a la semana.

—Bien. —Asintió él.

Él caminó a lo largo de la mesa, manteniendo su mirada todo el camino. Recogió la bolsa que había colocado allí antes y la traslado más cerca de la esquina de la mesa.

—Preocúpate de esto ahora, ______. —Vio como sus ojos se abrieron considerablemente.

El cuerpo de Joe se puso tenso. La excitación fluyó de a través de su sistema mientras la cara de ella enrojecía acaloradamente y esos grandes ojos dorados se ampliaron en sorpresa mientras él levantaba los artículos de la bolsa que quería guardar abajo con él.

—Ha sido un día largo, Joe. Creo que simplemente me voy a ir a la cama. —Haciendo precisamente eso.

Joe la atrapó en la puerta, los brazos serpenteando alrededor de su cintura, atrayéndola contra su cuerpo. Él la sintió jadear y supo que ella era más que consciente de la erección bajo sus vaqueros.

—______, no te dejaré escapar. Disfrutaras de esto, lo prometo. —Se inclinó y besó su cuello gentilmente, sintiendo el duro latido de su pulso justo debajo de su piel—. Está bien nena, prometo que no te haré daño.

—No estoy lista para esto. —Sus uñas presionaron la piel de su brazo mientras los dientes de él arañaban su sensitiva carne.

—Sí lo estas, ______. Has estado lista desde hace años. —Le lamió el lóbulo de la oreja, sintiéndola temblar bajo su toque.

Su piel era tan suave. Sabía a melocotones y calor y a él la boca se le hizo agua, su cuerpo pulsaba en demanda. Ella respiró rápido, y fuerte mientras él le ponía la bolsa de papel en la mano.

—Ve al baño y prepárate ahora, _______. Estaré esperando aquí abajo por ti. Y no tardes demasiado o tendré que subir allí y ayudarte. —Añadió un borde de advertencia en su tono. Ella tembló, pero el calor que procedía de su cuerpo no tenía nada que ver con el miedo.

Tomó la bolsa de su mano, le dio un vistazo a él nerviosamente y luego caminó a través de la casa. Joe permaneció tranquilo, los ojos en ella todo el tiempo, manteniendo su expresión implacable mientras ella le echaba un vistazo una y otra vez. Sus ojos estaban muy abiertos, la excitación y el miedo brillando en las oscuras profundidades con igual intensidad.

Finalmente, desapareció y soltó un suspiro de alivio. Volviendo a la mesa tomó los artículos que había sacado de la bolsa. Un largo tubo de lubricante, un tapón para el culo de tamaño medio y un largo y grueso vibrador lleno de gel. Los recogió y caminó de regreso a la sala de estar.

Dejó los artículos en la mesa de roble para el café y se movió para cerrar las ventanas dejando en sombras toda la habitación. A continuación, sacó una manta grande del armario de la ropa y la extendió a través del amplio sofá. En el piso de arriba, podía escuchar la ducha corriendo. Cerró sus ojos, anticipando el regreso de _____. Se prepararía a sí misma para él, tal y como él pretendía. Mañana, ella iría aun más lejos. Su cita con Denise Lamont vería la eliminación de los suaves rizos entre sus muslos. Él apenas podría esperar para ver su tersura y suavidad, aquellos sedosos labios extendiéndose alrededor de la gruesa longitud de su poll*a. Soltó un duro aliento. Su poll*a era duro acero, pulsando bajo el material de sus vaqueros.

Controlando el aumento de la lujuria en su cuerpo, Joseph tomó un profundo aliento, luego encendió las grandes y gruesas velas que había colocado alrededor de la sala. Apago las luces, contempló los efectos del suave resplandor y sonrió de anticipación. Se quitó las ropas, tirándolas sobre el respaldo de la silla y se sentó en el sillón, sabiendo que ____, no tardaría mucho.

5-7

por **-Lizz-** Lun 25 Jul 2011, 11:17 am

o.O
:hi:
See vienee loo P.E.R.V.E.R! :!: :P
Alee! Tee A.D.O.R.O!! ¿Lo Sabías?... :hug:
Ahora esperaré con paciencia el resto del día! :D' :happy:

By: 'eelY!

por **#Alejandra** Lun 25 Jul 2011, 4:44 pm

I am a LittleSkyscraper escribió:
o.O

See vienee loo P.E.R.V.E.R! :!: :P
Alee! Tee A.D.O.R.O!! ¿Lo Sabías?...
Ahora esperaré con paciencia el resto del día! :D'

By: 'eelY!

jajaja yoo tammbien te qieroo n_n y ya la sigoo!! :D

por **#Alejandra** Lun 25 Jul 2011, 5:07 pm

Las instrucciones en la nota que había incluido en la bolsa le habían advertido que viniera abajo desnuda. No podía esperar a verla, fresca por la ducha, su piel brillando a la luz de las velas. Su mano masajeaba su dura poll*a mientras pensaba en ella, rosa y húmeda, jugosa y mojada, viniendo a él, sabiendo que la prepararía. Ella no se había engañado o mentido. Ella lo sabía porque él se lo diría. Se negaba a mentirle acerca de los planes que tenía para ella.

—¿Joe? —giró su cabeza con el sonido de su voz.

Joe se incorporó, sus ojos estrechándose a la vista de lo que contemplaba. Exactamente como sabía, la piel tan bonita y rosada, un rubor de excitación tiñendo sus pechos y mejillas. Estaba desnuda, no del todo cómoda con ello, pero de pie ante él, excitada.

—Ven aquí. —Tendió la mano hacia ella, pugnando con la necesidad de arrojarla al sofá y bombear en ella sin piedad.

Ella fue a sus brazos, sus ojos mirando fijamente los de él, parpadeando por la incertidumbre y el calor. Su piel estaba caliente contra sus manos, contra la delicada carne de su palpitante poll*a. Él inhaló el olor de melocotones y calidez y cerró los ojos mientras luchaba por el control. Esta noche. Esta noche sabría si ella tenía la fortaleza para satisfacer todas sus necesidades o solo las más inmediatas. Que Dios le ayudara si ella no podía, porque tenía la sensación de que la necesitaba demasiado para dejarla ir.

— ¿Qué vas a hacer, Joe? —Estaba temblando contra él. Joe podía sentir el pequeño, casi imperceptible estremecimiento que atormentaba su cuerpo.

—Voy amarte, ______, de la única manera en que sé hacerlo —susurró contra su pelo mientras le señalaba el sofá. Sentándose, la tiró sobre su regazo.

Ella se curvó en sus brazos, amoldándose a él perfectamente. Descansó la cabeza en su pecho, el pelo, todavía un poco húmedo, acariciando su carne. Él enredó una mano en la masa de miel dorada mientras la otra se movía suavemente de la rodilla al tobillo.

No le cuestionó, aunque Joe así lo había esperado. El hecho de que ella no lo hiciera le mostrara los persistentes temores que estaba conteniendo. Tenía esa noche para convencerla de que ella podría hacer lo que él necesitaba.

—Eres tan suave, _____. —Moviéndose a su barbilla—. Tan suave y cálida. Toda mía.

Su cara sonrojada, sus ojos oscuros y sombríos en el suave resplandor de las velas. Joe no pudo resistirse a besarla. Su cabeza bajó, sus labios se ajustaron sobre los de ella, mientras se abrían para admitir el firme golpe de su lengua. Él tragó su pequeño gemido mientras ella se relajaba en sus brazos, girándose a él, su lengua enredándose con la suya.

Sabía tan dulce como el azúcar, igual que el néctar, un beso de fresco rocío. La bajó contra el brazo del sofá, su cuerpo estirado a través de él como una ofrenda algo primitiva al dios de la lujuria. Sus muslos se movían, separándose mientras su mano se arrastraba por su pierna. Ya estaba húmeda para él, ya suave y necesitada.

Sus labios sorbiendo los suyos suavemente, su lengua invadiendo las suaves curvas. Amaba su boca, había soñado con ella durante años. Chupaba ligeramente la curva inferior, escuchando sus gemidos, los pesados parpados de sus ojos viendo la emoción y la excitación que cruzó a través del rostro de ella. Estaba hermosa. Tan malditamente hermosa que dolía.

—Joseph—susurró su nombre, arqueando el cuello para que los labios se arrastraran sobre él.

La piel tan dulce, tan suave que podría devorarla. Joe dio un suave mordisco entonces calmó la pequeña mordida con un persistente movimiento de su lengua. Sintió que su respiración se intensificaba, escuchó el ruego caliente en su agudo gemido. Se arqueó en sus brazos, inclinando su cabeza permitiéndole un mayor acceso.

Sus labios se movieron a través de la extensión de su piel, sintiendo vibrar la sangre debajo de la seda viva, golpeando a través de sus venas, corriendo a través de su cuerpo. Podía sentir el eco en su propio cuerpo, en la dura erección amortiguada por su cadera y el retumbar del corazón en su pecho.

Los labios de Joe se dirigieron a sus pechos; una mano ahuecó el lleno montículo mientras ella se arqueaba contra su mano, su boca cubrió la turgente punta. Se retorció sensualmente contra él, empujando contra su dureza mientras él lamía y chupaba con lentitud, con movimientos suaves. Ella necesitaba más, lo necesitaba más duro. Ella tenía una experiencia del placer que provenía de un diminuto mordisco de sensual dolor. Sabía que ella quería más.

6-7

por **-Lizz-** Lun 25 Jul 2011, 7:08 pm

O.O O.O O.O

Espeera dejaa salir de mii SHOCK....
.....
....
...
..
.
ALEE!! ME DEJASTE COON LA BOQAA ABIERTA!!!!!!! :o :affraid:
DIOS!.. QUE HABILIDAD TIENES PARA ESCRIBIR!! :study:
Sigueela!! :DDD :lol!: "La Seducción de _____. "(Joe & tu) TERMINADA - Página 16 88550944

"La Seducción de _____. "(Joe & tu) TERMINADA - Página 16 88550944

by: 'eelY :hug:

por **♥desttinyjonas♥** Mar 26 Jul 2011, 12:04 am

para todas las lectoras de esta nove
tengo un recado de mmi geme, la autora de esta novela,
que no la deja entrar en su cuennta y amm no podraa terminar la maratonn y qe la perdoneenn
porfis geemee
esto es esactamente lo que dice
niñas les escriboo por medioo de mii gememe qee no podree terminar la maratonn hastaa qe el foro me deje entrar a mi cuentaa ya que lo eh intentado y no me dejaa espero me perdonenn y me entienndass graciaas las qieroo :D

eso fue esactamente, espero qe la perdonen bye :D

por **StayMemiFaither** Miér 27 Jul 2011, 3:32 am

que no se preocupe, que suba cuando pueda!!
Aunque lo dejo en la mejor partee!!

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