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A Match Made In a University | 1D
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Re: A Match Made In a University | 1D
Capítulo 23
Carter White
El rostro de Harry no abandona la sorpresa después de tomarlo de la camisa y estamparle mis labios contra los suyos.
—Era una bromita —digo con la voz escurridiza y suelto una risita una vez que me separo.
Esto último es lo que parece liberarlo de su transe, enseguida menea la cabeza y levanta la mirada hacia a mí, frunciendo el ceño de inmediato, pero parece no poder decir nada más.
—¿Eso es una margarita? —le señalo el vaso a Kevin, uno de los amigos de Harry.
—Eh, si…
—¿Me la das? —y se la arrebato sin esperar respuestas —Graciaaaas.
Me voy canturreando la canción que suena en la fiesta, buscando con la mirada a Helvia, mi nueva compañera no solo en las clases, la tortura del matrimonio o la terapia en grupo, sino también mi compañera de botellas. Sera interesante este semestre con ella.
La encuentro a unos metros de mí, Helvia sigue comiéndose la boca con Louis mientras Edward no deja de mirarlos con la boca abierta. Suelto una enorme carcajada casi al mismo tiempo en que Olivia llega a mi lado.
—¡Carter! ¿Qué hiciste? ¡Mañana….!
—Nah —aleteo la mano para quitarle la preocupación—No te preocupes, amiga. Mañana no voy a acordarme de nada.
Le hago la señal de paz y amor y termino mi margarita. Ya quiero otra.
—Creo que sería mejor tomar a Helvia e irnos.
—No seas amargada —sacudo mi brazo para que lo suelte—Mírala, ¿no te parece que la está pasando bien?
—¡Carter!
Pongo mala cara, pero acepto el regaño. Creo que me pase con la apuesta, lo cierto es que quería un poco de travesuras esta noche, ni siquiera me imagine que Helvia aceptaría viéndose tan seria y recta. ¿Lo ven? Nos parecemos. El alcohol nos transforma.
Olivia me golpea de pronto el hombro con demasiada fuerza y me quejo del dolor. Volteo a verla, ella mueve los ojos al costado y los abre en grande, advirtiéndome de algo.
—¡Carter!
Me sobresalto al reconocer la voz de Harry y miro hacia atrás. Está caminando hacia nosotras con la cara reflejando su enojo y nadie se atreve a meterse en su camino.
Rio otra vez como la ebria que soy y le quito el trago a Olivia. De todas formas, ella no va a seguir bebiendo.
—¿Y ahora?
Le hago fondo al trago y tiro el vaso de plástico en el suelo, secando mis labios pasando mi mano como toda una dama.
—Es la hora de mi huida.
—¿Ah? ¿Te vas a escapar?
—¡Carter, ven aquí!
Levanto el dedo del medio en su dirección. La cara de Harry se pone roja de la furia.
Me echo a correr por la fraternidad riéndome como una desquiciada, las personas me abren paso cuando grito y salto para que se corran. Ni siquiera sé a dónde me dirijo, solo que mis piernas parecen ser dos izquierdas porque estoy medio tambaleándome en mi huida. Llego a la puerta y doy un gran salto, atravesando el pórtico sin más.
—¿Carter? —pregunta Liam con los ojos bien abiertos. Zayn está a su lado con la boca abierta y se le cae el cigarrillo al suelo.
—No, es la Demoledora —el moreno pronto me echa una sonrisa divertida en mi dirección. —¿Acaso vas a demoler a alguien?
—En verdad, voy a gastarme todo el dinero de mi esposo —levanto en alto la billetera que le robe a Harry de su pantalón sin que lo notara.
Liam y Zayn se miran entre ellos para empezar a reírse junto conmigo. No por nada pasaba veranos enteros en el campamento de entrenamiento (o mejor dicho, su casa) del abuelo White. Esas mañas son producto de la mala influencia del viejo, y presiento que sus genes de borracha explosiva también provienen de él.
—¡Joder, Carter! ¡Ven aquí!
—Esa es mi señal de despedida —me paro firme y hago el saludo militar
—Soldado White lista para retirarse, señor.
—Solo que no te maten, soldado—Liam me sigue el juego aun sonriendo
—¿Quieres ayuda con el idiota?
—Podríamos encerrarlo en alguna parte del sótano, ya sabes.
—No sería divertido así —inflo mis cachetes, ellos vuelven a reírse de mí y estoy empezando a preguntarme porque a todos les hace gracia verme de esta forma.
Los rulos de Harry aparecen en la entrada y no doy tiempo a nada más que empezar a correr en dirección a las habitaciones del campus. Nadie puede negar que soy la más rápida corriendo en todo el campus, no por nada el abuelo me obligaba a correr junto con él a las cinco de la mañana cuatro millas completas. Tengo resistencia y elasticidad más que cualquiera, he sobrevivido incluso a los peores entrenamientos y es hora que lo ponga en práctica.
Salto nuevamente los escalones y caigo sobre mis pies como un gato. Harry se queda con la boca abierta cuando me ve, le saco la lengua y me lanzo a correr de nuevo antes de que me alcance.
—¡Estoy ya no es gracioso, Carter! ¡Ven aquí! —grita detrás de mí. Él también es rápido y dudo que se canse fácilmente, después de todo es el capitán de futbol americano de la universidad de Cambridge.
—¡Atrápame si puedes! —canturreo divertida y soltando más risitas tontas.
Me voy en dirección del césped aun escuchando sus pasos detrás de mí. Los rociadores de pronto se encienden y chillo de inmediato, empezando a empaparme con el agua. De por si el clima aquí no es cálido y esta noche está especialmente fría. Sin embargo, el frio no parece ser un problema en este momento, vuelvo a las corridas cuando Harry aprovecha mi distracción y viene hacia a mí. Es muy tarde cuando trato de huir, él ya me toma entre sus brazos y aunque me retuerza en ellos, no tarda en ponerme sobre su hombro.
—¡Harry, bájame! —grito entre divertida y congelada.
—Joder, Carter. ¡No vuelvas a beber!
—¿Por qué no? ¡Es geniaaaaaal!
Le doy unos golpes en la espalda, observando sus piernas desde cabeza caminar. Styles solo me ignora y sigue andando sin más. Me dejo vencer aun sintiendo los rociadores mojarnos y el frio en mis huesos, al mismo tiempo el aroma y la calidez del cuerpo de Harry. Mi corazón brinca un solo instante, pero trato de no darle mucha importancia. Es solo porque está siendo lindo conmigo, no significa que yo le guste.
Confundir este tipo de cosas no es bueno.
Y no debería permitirlo.
—¿Puedes bajarme? Prometo que no me escapare —digo más tranquila, tratando de recobrar la compostura.
No recibo respuesta nuevamente. Empiezo a moverme, tratando de zafarme de él.
—No me voy a escapar, Harry.
—No estás en condiciones para prometer nada, Carter —replica de malhumor—Lo que hiciste fue un papelón.
—Solo fue un besito. No es como si tu no me hubieses dado un beso sin mi consentimiento.
De un tirón a otro, Harry me baja bruscamente de su hombro, tardo en cobrar la compostura hasta que me sostiene del brazo. Levanto la mirada hacia él y me paralizo al ver sus ojos verdes tan enojados. ¿Y ahora?
—No es como si tú tampoco te hubieses negado cuando te bese.
—Tu tampoco te negaste en este.
—¡Pero porque estaba sorprendido!
—Yo también lo estaba —replico sintiéndome de pronto ofendida —¿Es que si vale contigo y conmigo no? ¿Qué es ese razonamiento tan retrograda?
—Espera, ¿Qué?
Sus ojos incrédulos no hacen más que molestarme aún más.
—¡Me tienes harta con esto de hacerme tu propiedad! Soy humano, por los dioses. ¿No crees que tengo derecho a hacer otras cosas?
—¿Emborracharte y acosar a mi hermano son parte de esos derechos?
—No estoy acosando a tu hermano, solo me gusta —recalco lo último, ignorando como sus orejas se van poniendo rojas del enojo—Y no es como si emborracharme te haya salvado el culo la última vez. ¿Te acuerdas? Esos tipos te iban a romper tu cara bonita.
—No me la puedo creer. ¿Es esta tu verdadera identidad y solo finges ser una rata? —soltó un bufido, observándome molesto—Pensé que, si al menos eras algo retraída y estúpida, eras sincera.
—Buuuu —pongo una mano sobre mi nariz y muevo la otra mano como si estuviera ventilando algo con mal olor—No me vengas con moralidad y sentimentalismos. Esta soy yo, Carter White, en vivo y en directo, diciente lo que todos esos idiotas no te dicen o que tus amigos de por si hacen obvio y saben que es perder tiempo contigo. No soy tuya ni de nadie. Nadie va a decidir mi futuro, ni tú, ni mi papa, ni mi abuelo ni nadie más que yo. ¡Hip!
Pongo una mano en mi boca para tratar de tragarme el hipo, pero creo que el hipo no se traga. El rostro serio de Harry pasa a contener la risa que quiere escapar de sus labios. Me quedo como tonta aun con hipo observando sus ojos, los hoyuelos que se forman en sus mejillas cuando sonríe y la sonrisa asomándose. No es como si no lo supiera, sé que Harry es tan atractivo y sexy como lo es Edward, y no es porque sean gemelos, sino que él tiene un encanto más fuerte que el de su hermano mayor.
—¿Qué vas a hacer mañana cuando recuerdes todo esto?
Meneo la cabeza de inmediato.
—No voy a recordar nada. Tome demasiado, me asegure de ello —levanto el dedo pulgar en alto mientras le sonrió como tonta.
Harry se acerca y baja su cara muy cerca de la mía. Me quedo quieta sin poder moverme, aunque realmente no quiera hacerlo. Sus ojos traviesos viajan de mis ojos hasta mis labios. Siento la ansiedad de que me bese y los nervios carcomiéndome el estómago.
—Bien, no recuerdes nada, White.
Sus labios chocan contra los míos por segunda vez en la noche, pero esta vez el ritmo lo lleva él. Me dejo ir entre las emociones y rodeo lentamente mis brazos alrededor de su cuello. Harry me estrecha de golpe, asustándome, pero no me permite irme de sus brazos. Enseguida me rodea con ellos y ejerce más presión en el beso, moviendo su lengua, incitando a la mía para seguirle.
Que va, mañana voy a olvidar todo. Es mejor si me dejo llevar solo por esta vez, solo esta.
Desorientada y con dolor de cabeza, apenas me es posible abrir los ojos, solo para volver a cerrarlos cuando los rayos del sol que se filtran por la ventana y parecen quemar mis parpados. Intento sentarme en la cama con lentitud, tratando de recordar cómo diablos fue que llegue aquí anoche. Lo último que recuerdo fueron los chupitos que nos tomamos con Helvia y las risotadas tontas y sin sentidos que lanzábamos mientras Olivia nos miraba como si se nos hubiese zafado un tornillo.
Siento un peso sobre mí, lo que no sé si es la resaca o si hay alguien encima tratando de sofocarme. Me tardo unos segundos más antes de poder abrir bien los ojos y pensar con claridad, pero como si fuese un reflejo, su aroma característico me hace volver a mis sentidos. De par en par, volteo a mi costado para encontrarme con un adormilado Harry encima de mi pecho y sus brazos abrazándome como si fuese un peluche. Contengo mis ganas de lanzar un grito, me contengo diciéndome a mí misma que no es la primera vez que nos encontramos en esta situación. Desde que compartimos cama matrimonial, suele abrazarme en sus sueños y a mí me cuesta dormirme más de la cuenta, sobretodo porque soy la última en acostarme. Salirme de sus brazos es otro problema, porque si se despierta me grita con que deje de acosarlo y que va a denunciarme.
Levanto sus brazos para desenvolverlos sobre mí, pero su cabeza en mi pecho es otro problema. Si supiera que lo hace intencional, entonces enserio lo golpearía y olvidaría toda regla del Taekwondo de usar las artes marciales solo para defensa personal. El dormilón de Harry frunce el ceño y vuelve a envolverme entre sus brazos, mi respiración vuelve a ser irregular y por enésima vez trato de controlar mis nervios, casi imposible. Me escapo de nuevo y levanto entre mis manos lo más delicado posible su cabeza para recostarla en la cama. Me tiro prácticamente hacia el suelo cuando veo sus manos buscarme, y caigo con las manos hacia abajo, amortiguando mi caída.
Al fin libre, me incorporo sintiendo las consecuencias de haber bebido anoche, tanto que la cabeza parece estallarme y aún más después del brusco movimiento que realice. Voy al baño para darme un relajante baño, borrando todo sudor borracho, el sueño y aliviar un poco mis músculos. Estornudo un par de veces y recién allí noto que mis huesos empiezan a doler. Creo que voy a enfermarme muy feo.
Golpean la puerta del baño un par de veces en el momento en que me pongo la bata.
—Carter, ¿estas allí?
Me gustaría preguntarle quien más podría estar en nuestro baño a estas horas, pero hacerlo enojar desde temprano no es lo ideal.
—Si. Buenos días.
Un incómodo silencio y breve se manifiesta, es pequeño porque en dos segundos dice que ira a desayunar primero, eso es suficiente para darme cuenta que algo no va bien. A Harry nunca le importa decirme donde ira, él siempre se marcha sin más.
Con un mal presentimiento, prosigo a cambiarme para ir a desayunar también. Mi celular suena con el tono de llamada, lo alcanzo arriba de mi escritorio y observo la pantalla el nombre de mi madre, debatiéndome entre momentos sobre si contestar o no. Finalmente lo hago, casi sin remedio. Nunca llama sino es por algo importante, y creo saber qué es lo que vendrá: el cumpleaños de papá. Falta casi más de un mes, pero no es secreto para quienes conocen a mi madre que tener las cosas organizadas de antemano es su especialidad.
—Carter —dice simplemente con su voz tan escasa de emoción y cariño —¿Cómo te ha ido?
Sé que pregunta solo por cortesía, hace años comprendí que para Rachel solo puedo llegar a ser una decepción y un estorbo.
—Bien, mama. ¿Cómo has estado papa y tú? ¿Y Cody?
—Aquí va todo genial, como siempre —simple y cortante, típico de ella—Llamaba para recordarte sobre el cumpleaños de tu padre. Lo celebrara en el hotel de los Harrinton junto a sus socios y algunos empleados de la empresa. Nelly te estará esperando en dos semanas para que confeccione tu vestido y tu imagen. Cuida de comer carbohidratos y te recomendaría un corte de cabello, solo para variar el look de vez en cuando.
—Lo entiendo, pero...
—Estará todo pagado, solo tienes que presentarte.
—Creí que papa estaba todavía enojado conmigo. El año pasado no me dejo asistir...
—Y lo está, Carter, no es lo de menos cuando pierdes tu tiempo con esa carrera sin futuro—replica levemente subiendo el tono de voz—El abuelo también ira esta vez y te quiere allí. Agradécele cuando lo veas.
Solo asiento sin más, tragándome todas las palabras. El año pasado, papá festejo a todo lujo y dar su cumpleaños, no se me permitió asistir ni tampoco puedo ir demasiado tiempo a casa porque no le gusta, no desde que me rehusé por primera vez en mi vida y le dije que no seguiría el negocio familiar, sino literatura. Desde ese momento, fui expulsada de mi propia familia.
—Hoy cuidare a Sam —le comento retorciendo mis dedos con nerviosismo.
—¿La hija de los Harrinton?
—Sí, eh, verás, me preguntaba si más tardar en la noche, Cody y yo podríamos...
—Tu hermano está muy ocupado con los estudios, Carter. No tiene tanto tiempo libre como tú, así que no lo molestes.
Muerdo con fuerza mi labio intentando respirar normalmente, pero es difícil cuando han hecho hasta lo imposible por distanciarnos. Cody ni siquiera tiene celular, el internet pocas veces lo dejan usar si no es para la escuela y es donde aprovechamos a mandarnos mail, de lo contrario es difícil mantener el contacto. Otra consecuencia de haber dejado el seno familiar es que debo mantener distancia de una de las personas que más amo en mi vida, mi hermano.
Mamá da una vaga despedida y corta antes que siquiera me deje contestarle. Largo un profundo suspiro, abro la gaveta de mi escritorio y saco de adentro un portarretratos. Allí está la fotografía que nos sacamos la última vez que nos vimos, antes que el verano terminase: Cody se mantiene serio con su cabello rubio ceniza y sus ojos cafés profundos, pero hay un cierto brillo en sus pupilas. Yo lo abrazo por detrás con una de mis mejores sonrisas, por más que en ese momento solo quería llorar porque no sabía cuándo volvería a verlo. Mi hermano y yo siempre fuimos muy unidos desde niños, nos complementábamos bien y nos cuidamos mutuamente. No hacía falta hacer absolutamente nada para sentirme feliz, solo tenía que estar con Cody echados en el sillón mirando una de nuestras series o una película. Es injusto que Rachel y Adam nos separen de esta manera, no cuando fuimos el refugio del otro al sentirnos tan solos.
Observo con detenimiento el retrato y borro las pequeñas lágrimas de impotencia que escapan. Voy a terminar la carrera con las mejores notas, trabajare en una importante editorial y próximamente escribiré mis propios libros. No importa cuanta mierda estén echándome encima, una vez que Cody deje de estar en su poder vamos a estar tanto tiempo juntos como siempre quisimos, incluso comprare una casa al lado de él solo para cocinarle todo lo que quiera.
Pronto, muy pronto.
De camino al comedor, las miradas de las demás personas y los cotilleos no faltaron. Mis nervios no se hicieron esperar y trate de ignorarlos con la vista hacia abajo. No es como si siempre fuese el centro de atención, pero estaba acostumbrada a que las personas hablasen a mis espaldas o incluso frente a mí, como si yo no existiera o no estuviese presente. Sin embargo, los saludos hacia a mi fueron lo más extraño del día.
—¡Ey, White!
Tyler Evans forma parte del equipo de fútbol, ha salido con la mayoría de las chicas de aquí, y aunque todas ellas dicen que es un completo idiota, también dicen que es de los idiotas que no puedes odiar porque es demasiado sexy y caballero. Rubio y de ojos cafés, contextura alta y delgada. Es lindo, no lo niego. Se acerca a mí con dos amigos suyos, también del equipo de fútbol.
Nerviosa, juego con mis dedos en el intento de calmarme sin ningún resultado positivo.
—El próximo fin de semana haremos una fiesta en la fraternidad por Halloween—uno de sus amigos moreno y alto le pasa un sobre negro, Tyler lo toma para extenderlo hacia a mí. Lo miro sin comprender.
—¿Quieres que se la dé a Harry?
—No, no. Es para ti.
Tardo en aceptarla, pero sigue insistiendo con sus ojos divertidos y traviesos. Agarro la invitación sin siquiera abrirla, esperando a que diga algo así que es una broma o buscando un apiste de maldad en sus iris. No sería la primera vez que me invitan a una fiesta para que me hagan el conejillo de india de todos.
—Ayer en la fiesta supiste como animarnos a todos. Deberías ir a esta también.
—Llévate un disfraz y lleva algunas amigas sexys —dice el otro chico guiñándome un ojo y me alcanza dos tarjetas más.
—D-de acuerdo.
Se despiden de mi de manera simpática. Observo las invitaciones sin comprender realmente que es lo que paso ayer como para ser invitada a una fiesta privada de fraternidad. Generalmente nadie entra sino es por invitación especial, aun mas si es la fraternidad de las Panteras Doradas.
Vuelvo a mi camino a la cafetería, tratando una y otra vez de recordar que diablos hice anoche. Ósea, bebí como loca con Helvia y Olivia nos regañó un poco, bailamos las tres un poco antes de volver a aplastar el trasero en las sillas para seguir bebiendo, pero de allí no puedo recordar nada más, ni siquiera recuerdo cómo fue que llegue ayer por la noche. Me siento frustrada y desorientada, con miedo de haber hecho el ridículo.
Más personas en el proceso de mi caminata me saludan amigables y solo puedo devolver el saludo con timidez, desesperándome. Particularmente hoy, nuestra mesa en la cafetería está más alejada de lo que siempre pensé. Si creía que atravesar las puertas me libraría de la incomodidad, no me di cuenta que allí seria tres veces peor. No hay demasiadas personas, el sábado generalmente aprovechan para volver a sus casas, la mayoría se ha marchado. Pero aún queda un tercio de la población universitaria, todos saludándome y chocando los cinco conmigo, incluso me dejaron pasar antes en la fila para tomar mi desayuno. Diviso la mesa de siempre donde esta Olivia, Helvia, Zayn y Liam, las dos primeras cotilleando de manera secreta mientras los otros dos parecen atragantarse con la comida.
Finalmente llego a la dichosa mesa y me dejo caer al lado de Zayn con la bandeja sobre la mesa.
—Buenos días, chicos.
—Buenos días, demoledora —Zayn se voltea hacia mi lado y me sonríe socarrón, como si supiese algo que yo no—¿Qué tal va esa resaca?
—Tome una pastilla antes de venir aquí —murmure mirando de reojo a las personas hablar entre ellas y viendo hacia nuestra dirección—¿Soy yo o algo extraño está pasando hoy?
—Con el espectáculo que diste anoche, no me extrañaría que no estuvieses en el ojo de la tormenta —comenta Liam juguetón.
Mi mirada de inmediato busca a Olivia y hacia una Helvia con su cara de perro.
—¿Paso algo anoche?
—Sí, lo que paso es que nos mandamos la peor cagada del mundo, Carter —contesta Helvia poniendo una mano sobre su cabez, suspirando de frustración.
—¿Ah?
—¿No te acuerdas lo que paso?
—No, ¿qué paso?
—Que no paso.
—Zayn —le suplico, enserio no estoy para sus adivinanzas—Solo dime que paso.
—¿Estas fingiendo o no te acuerdas?
—Creo que no se acuerda —acoto Liam tratando de oprimir una sonrisita en su rostro.
—Por favor —les echo una mirada a todos, rogando para que dejen tanto misterio o mis nervios van a quebrarse sin más.
—Helvia y tu hicieron un estúpido reto sobre quien se atrevía a besar a sus respectivos "esposos" —explico Olivia haciendo comillas al final. Mi boca se abre de golpe al igual que mis ojos. No, por Dios, no—Y si, besaste a Harry.
¡¿Qué?!
—Debo añadir que escuche que empujaste a todas sus perras para estamparle un besote —acota Zayn, recibiendo un golpe de Liam —¿Qué? Eso es lo que se anda comentando.
Sujeto mi cabeza con mis manos, sintiéndome desesperada. No, no puede ser.
—Luego te fuiste corriendo y Harry te siguió. Desaparecieron como veinte minutos, y cuando volviste estabas empapada y completamente loca—prosigue Olivia. Yo meneo la cabeza esperando a que no siga —Tienes que escuchar hasta el final. Retaste a los jugadores de futbol, los de básquet y los de soccer a beber de la manguera, y les ganaste a todos. Encima de eso, les sacaste todo el dinero que llevaban en sus bolsillos y le hiciste una llave a Rob Stewart.
—¿Rob Stewart? —trago saliva sintiendo mi labio inferior temblar— ¿Ese Rob Stewart?
—Sí, ese justamente.
Volteo a mirar hacia la mesa donde se sienta el chico, un muchacho alto, corpulento y de piel morena. Todos saben que es el bravucón de la universidad y la defensa más grande en el campo de fútbol. Ahogo una exclamación al ver su ojo levemente morado y su nariz con gasas. En cuanto cruzamos miradas, se muestra inquieto y asustado, tanto que deja su hamburguesa a medio comer y se va casi corriendo.
—No me digas que yo...
—Pues a él no le gusto nadita que te le impusieras porque no quiso pagarte. Tratamos de meternos en la pelea con Liam y Louis, incluso Ed y Harry ayudaron
¿Ed también vio todo ese espectáculo?
—Pero cuando pateaste el culo, literal, a Edward al querer defenderte, ahí nos quedó claro que no teníamos que intervenir.
¡¿Le pegue a Edward?!
—Hiciste llorar a Rob Stewart, Carter —enfatiza Olivia con las cejas en alta —El tipo se largó a llorar porque estabas por quebrarle el brazo.
—Oh por Dios, Olivia, ¿por qué no me detuviste?
—¿Crees que no lo intente? Pero tenía que ocuparme de otra ebria que se había ido corriendo, se tropezó y quedo noqueada mientras toda la pelea transcurría —le echa una mirada significativa a Helvia, quien resopla con frustración.
—No puedo creer que bese a ese idiota de Louis.
Y yo no puedo creer que haya besado a Harry, retara a todos los tipos a beber y que encima le pateara el culo al pobre de Rob Stewart.
—¿Paso algo más?
—No, te dormiste como un bebe arriba de Helvia, literal. Las dos estaban tiradas en el suelo—le echo una mirada a la castaña, quien parece tan horrorizada como yo. Creo que eso no lo sabía— Harry te cargo en su espalda y te llevo a la habitación —responde Zayn, dándome un golpe en el hombro —No sabias que eras tan poderosa siendo tan pequeña, eh, demoledora. Eso sí, hay un video de tu lucha. ¿Quieres verlo? —y me tiende su celular.
Meneo la cabeza. No, no quiero verlo ni hoy ni nunca. Escondo mi cara sobre mis manos aun pensando una y otra vez como pude descontrolarme tanto. Es definitivo que no volveré a beber en lo que queda de mi vida estudiantil. Hice una escena y no es de extrañar que todo el mundo mire en mi dirección y hablen a mis espaldas.
—Ahora la universidad entera piensa que sales con Harry.
Suspiro con frustración mientras intento pestañar con rapidez antes que los ojos se me llenen de lágrimas. ¿Qué demonios estaba pensando? Obviamente, no estaba pensando porque de lo contrario no me hubiese metido en un lio así.
—Y hablando del burro, ahí se acerca con el novio de Helvia —suelta Zayn burlándose de nosotras.
Giro tan rápido la cabeza que creo que me va a dar torticolis. Harry camina con su bandeja en compañía de Louis hacia nuestra mesa. Apenas hacemos contacto visual, siento las mejillas sonrojarse con fuerza y decido olvidarme del desayuno por hoy. Helvia parece pensar lo mismo, porque enseguida se levanta de golpe dando una pobre excusa de ir a la biblioteca y yo no tardo en correr detrás de ella sintiendo la mirada del castaño sobre mi espalda.
—Apenas tengo una semana aquí —murmura Helvia apenas llego a su lado, ambas caminando a todo dar en nuestras piernas, sin quiera importarnos disimular—Y mira en el lio que me metí.
—Lo siento, seguro es mi culpa.
—Claro que es tu culpa porque tú lo propusiste —Santa mierda, ¿Qué hice? —Pero más es mi culpa por haber aceptado. Estamos jodidas, Carter, muy jodidas.
No tiene que decirlo para que lo sepa. No sé qué será hoy en la noche cuando tenga que ver a Harry, lo peor es que evitarlo no es una opción porque tenemos que cuidar a Sam en la noche.
¿En qué te has metido, Carter White?
El resto del día me la pase escondida en la biblioteca adelantando tareas y haciendo resúmenes de las materias para mantenerme preparada en las épocas de exámenes y no quemarme la cabeza preparándolos con las entregas y proyectos próximos. Estaba tan concentrada en ello que la hora paso casi volando y cuando quise darme cuenta, ya era hora que me preparara para cuidar hoy a la noche a Sam. Sus padres solían viajar los segundos y cuartos fines de semana, tanto juntos como separados, a cualquier lugar donde tuviesen una casa de vacaciones. Sam por las tardes se quedaba donde su abuela, en las noches yo la cuido porque la abuela va al bingo con sus amigas y Sam se muere de aburrimiento. Son solo dos fines de semana y a veces tres en las que tenemos que asistir. No es un trabajo pesado, la paga es buenísima y hay bastante libertad para hacer lo que queramos. El problema ahora es ir con Harry cuando todavía no sé cómo darle la cara después de lo que hice.
Primero voy hacia mi casillero a dejar mis libros y los cuadernos, algunos que tienen clases los sábados me saludan con grandes sonrisas y chocando los cinco justos como en la mañana, solo que ahora soy consciente de lo que sucedió.
—¡Es Carter la demoledora! —chilla uno.
¿De dónde saben mi apodo?
—¡Buena llave, White! —grita un chico pasando a mi lado.
—Gracias —le sonrió brevemente y sigo de largo, tratando de caminar más de prisa.
A duras penas llego al cuarto con la cara roja de la vergüenza. No sé cómo hay personas que soportan ser el centro de atención. Ojala esto pase de prisa antes que se vuelva una costumbre para todos.
Para mi gran suerte, Harry no se encuentra dentro. Debería preocuparme que no estuviese para llevarme y tomando en cuenta que debo estar retrasada, pero ni siquiera me importa. Marco el numero de un taxi para que pase a buscarme a la vez que saco unos billetes de mis ahorros escondidos en mi lado del ropero.
—Hola, buenas noches, ¿tendría un taxi disponible?
—Buenas noches, señorita. Si, lo hay. ¿Podría decirme su dirección?
—Sí, claro, es en la universidad de...—
El celular se me es arrebatado de las manos de un momento a otro. Volteo de inmediato encontrándome con los ojos verdes de Harry mirándome, muy cerca de mí. Trago saliva con el corazón paralizado y los nervios picando cada parte de mi piel. Corta la llamada sin decir nada más y me extiende el celular. Tardo en tomarlo unos segundos y me sobresalto cuando rozo mis dedos con los míos.
Santa mierda. ¿Porque tuve que besarlo? Ahora es como si hubiese puesto más leña al fuego para que sea aún más idiota de lo que ya es conmigo.
—¿Por qué llamas a un taxi? —pregunta interrumpiendo el incómodo silencio, sin embargo, no toma distancia.
—V-voy a... —aclaro mi garganta, gritándome a mí misma que deje de tartamudear, lo que parece imposible —C-cuidar a Sam.
—Se supone que tenemos que ir los dos. Te he estado esperando hace horas.
Mi cara se pone roja de golpe de solo pensarlo. Trato de tragar saliva, pero el nudo en la garganta y mi estómago contraerse una y otra vez me impiden hacer algo más que seguir mirando sus ojos. Harry parece tan o más incómodo que yo, con sus ojos titubeando una pregunta que sus labios no se atreven a pronunciar, o es porque estos se desvían desde mis ojos hasta mis labios, dándome un sentimiento de deja vu.
De pronto, como si fuese un flash, empiezo a recordar como corrí entre el césped con los rociadores encendidos y Harry llevándome en su hombro, la breve discusión y finalmente los besos que compartimos anoche. Si creía que no podía tener la cara más caliente, pues no me imaginaba que podía equivocarme. Ahora lo único que queda hacer es esperar a que el infierno me lleve y voy con mucho gusto.
El titubeo se acaba cuando los ojos determinados del castaño aparecen. En ese momento, me doy cuenta que tengo que hablar antes que él.
—Carter, yo...
—Lo siento, fue un error —digo toda atropellada, jugando con mis dedos y mordiendo mi labio inferior —Estaba ebria y no estaba en mis cabales. Lo siento tanto, ayer hice todo un lío.
—¿Un error? —susurra confundido, entrecerrando los ojos.
—Sí, lo siento muchísimo, Harry. Sabes que yo nunca haría algo así estando sobria.
—¿No?
—No, no estoy loca. Lo siento mucho.
Quizá esperaba a que se burlara de mi o que me insultara por haberlo acosado (porque creo que realmente lo hice), pero, siendo sincera, no esperaba que Harry me mire como si lo hubiese lastimado, con sus ojos tristes y el rostro contraído. Me inquieto ante su reacción, sin entender porque pienso en el momento que hice algo mal.
—Bien, te espero afuera —dice sin más y se da media vuelta para caminar hacia la salida.
Da un portazo, sobresaltándome. Observo la puerta de la habitación por donde se fue, preguntándome que diablos sucede entre nosotros ahora.
Fue el viaje más incómodo que tuve en mi vida y no exagero. Styles se mantuvo todo el camino callado y con la vista hacia delante, ni siquiera me dejo prender la radio porque a cada vez que lo intentaba, la apagaba de inmediato. Tuve la suerte de traer mi viejo iPod y me entretuve con The Pixies en el camino.
Me acomodo en el sillón observando a Harry de reojo, mantiene su cabeza apoyada en su mano sentando en el sillón individual hacia nuestro costado izquierdo mientras Sam y yo estamos en el sillón largo con el último capítulo de la primera temporada de Stranger Things reproduciéndose. Yo ya vi las dos temporadas hace semanas desde mi laptop las veces en que hacía tiempo para no ir temprano al cuarto y tener que cruzarme con Harry. Creo que debería buscarme otra serie para pasar las tardes, leer o estudiar más. El problema es que estoy segura que no tendré cabeza para pensar en otra cosa que en los últimos acontecimientos. No sé por qué, creo que he cruzado una línea que no esperaba que existiera y ahora me encuentro entre ignorar lo que está pasando o hacer algo al respecto. Pero soy una completa cobarde, jamás podría encarar a Harry y preguntarle qué es lo que sucede entre nosotros y por qué esos besos entre ambos.
Siento la cara roja y dejo caer mi cabello hacia adelante para cubrirla, misión imposible cuando Sam se voltea a mirarme.
—Carter, ¿no estas enferma?
Le doy una corta sonrisa.
—No te preocupes. Estoy bien.
Apenas termino de decirlo, estornudo tres veces seguidas. Sam me pasa enseguida un pañuelo descartable de la caja que está arriba de la mesita ratona y me sueno los mocos.
—Bueno, creo que sí.
—Deberías abrigarte más. El invierno no tarda en llegar y Londres es jodidamente fresco.
—Sam, la boca.
—¿Que? Todos en mi aula lo dicen, joder.
—¡Sam!
—Vale, me comporto —la preadolescente levanta las manos arriba en señal de rendición—Pero si me convierto en una marginada social por no poder decir palabrotas, tendrás que volver al secundario conmigo, Carter.
Le dedico otra sonrisa antes de darle un pequeño revoleo a su cabello. Solo en ese entonces noto la mirada de Harry sobre mí, nuestros ojos conectan un segundo antes que desvié mi mirada hacia la televisión, concentrándome plenamente en Eleven derrotando al demogorgon para ayudar a Mike y los demás a escapar.
Sam maldice de nuevo ahora que se termina la primera temporada y farfulla de que ya debemos mirar la segunda temporada. Decidimos una pausa para hacer más palomitas.
—¿Y a ti que te pasa, cabeza de arbusto? —le pregunta en dirección de Harry, quien es el único ser humano que parece aburrirse con semejante serie.
—¿Tenemos que seguir mirando esa estupidez?
Sam lo observa con la boca abierta.
—Tu vida es un asco si crees que la serie es mala, feo.
—Sam —le echo una mirada de advertencia.
—No estoy entendiendo nada, ni siquiera vi el primer capítulo —replico devuelta Harry con el ceño fruncido.
—¡Lo hubieses dicho al principio! Pensé que la habías visto con Carter.
Mis mejillas se vuelven rojas de golpe una vez más e intento no volver a mirar a Harry otra vez en la noche. Lo escucho resoplar.
—A Carter no le gusta compartir tiempo conmigo, por si no lo sabes.
—¿Y a quien le gustaría si eres todo un amargado?
—Y tu una niña fea. Con razón no tienes novio.
—No tengo novio porque los chicos son así de estúpidos como tú.
—Creo que ya es hora de las palomitas —intervengo de inmediato y le tomo de la muñeca a Sam, tirando de ella hacia la cocina.
Saco una bolsa de palomitas instantáneas y la pongo de inmediato en el microondas, soltando un suspiro de puro alivio. Sam me observa con los ojos entrecerrados.
—¿Qué pasa?
—Deberías decírmelo tú, Carter.
—¿Con respecto a qué?
—No te hagas la tonta —se recuesta en el desayunador, analizándome.
Los nervios me hacen una mala jugada. Soy mala para disimular cuando algo va mal y Sam me conoce mejor que nadie al igual que Cody.
—Está pasando algo con el cabeza de arbusto, ¿verdad?
—¡Claro que no! —chillo de inmediato.
Aprieto con fuerza mis labios. No tuve que haberle gritado, no si quería seguir fingiendo.
—Ya veo —Sam sonríe como el gato del país de las maravillas —Ahora que lo pienso, creo que es un poco injusto que sigamos viendo la serie si él no la ha visto.
—Bueno… es cierto…
—Olvida las palomitas, vamos afuera.
—¿Ah?
—La noche esta preciosa, no vamos a desperdiciarla. ¡Apúrate, Carter, vamos! —la risita de Sam resuena en la cocina y se va corriendo hacia la sala. Casi al segundo, escucho a Harry quejarse porque se ha lanzado encima de él y le insiste con ir a jugar al parque más cercano.
El microondas suena con las palomitas echas y las retiro dejándolas en un recipiente para cuando volvamos. Hubiese preferido quedarme encerrada antes que salir.
Uno, dos, tres rebotes con la pelota y Harry la lanza al aro, encestándola. Sam refunfuña porque vamos perdiendo por mi culpa y quizá también porque Harry es bueno en todos los deportes, incluso el básquet.
—¡No se vale, no se vale! —chilla Sam molesta—¡Eres más alto que nosotras, es obvio que vas a ganarnos!
—No es mi culpa que seas una enana—la sonrisa socarrona marca Styles no tarda en formarse en el rostro del chico, rebotando una y otra vez la pelota.
Por mi parte, me siento cansada. No es como si realmente hubiese hecho demasiado, enceste un par de veces y le arrebate la pelota a Harry, pero fue más un enfrentamiento entre ellos. Mis músculos empezaron a dolerme a penas comenzamos a jugar y ahora duelen aun peor, sin tomar en cuenta que siento más frio del que debería.
—Carter, ¿puedo ir a buscar a Sean a su casa?
—Es tarde, Sam, no creo que lo dejen.
Sean es un niño de la misma edad que Sam. Han sido amigos desde siempre y como no si viven al lado del otro.
—Los papas de Sean nunca están en casa y su nana lo deja siempre y cuando este la abuela o tú.
Le doy permiso antes que la pequeña terca vuelve a insistir y se va corriendo en busca de su amigo, en dirección hacia su casa. La cancha de básquet queda lo bastante cerca para que pueda obsérvala llegar desde lejos, además el barrio es privado y demasiado tranquilo, hay seguridad de que nada le sucederá.
—Creo que ahora somos tu y yo, Carter.
Santa mierda, había olvidado que me quedaría a solas con Harry.
—Deberíamos tomar un descanso—digo nerviosa, ansiando un poco de espacio.
—Nop, vamos a seguir —Harry se mueve delante de mi rebotando con la pelota.
Levanto la mirada y al segundo me arrepiento, aun no puedo enfrentar sus ojos.
—No me gustan que me lo hagan fácil, Carter.
Pasa a mi lado chocando mi hombro con el suyo y salta para encestar de nuevo. Mi equilibrio se pierde por un momento, me recompongo a tiempo cuando me pasa la pelota. Siento la cara roja cuando volteo a mirarlo con su sonrisa arrogante y mi corazón empieza a latir fuerte.
—Vamos, Carter. Gáname un solo punto y mantendré limpio mi espacio.
Titubeo por unos segundos, es una oferta jugosa que no puedo rechazar. Pico la pelota contra el suelo y me concentro en cómo diablos pasar sin que Harry me robe la pelota y encestarla. Paso de él esquivando sus manotazos para robarme la pelota y salto para encestarla, la puntada que llega a mi cabeza me hace errar en el tiro.
—Pensé que eras mejor que eso, demoledora —se burla, de inmediato toma la pelota en su poder y la rebota contra el suelo.
Trato de ignorar las punzadas más fuertes que vienen a continuación, el constante frio y el mareo. Creo que enserio voy a enfermarme.
Harry intenta pasar, de un movimiento rápido le saco la pelota y trato de encestarla de nuevo. Tan rápido se mueve que se sobrepone delante de mí. Rechisto y trato de hallar un espacio por donde pasar, y no lo hay. En mi distracción, me arrebata la pelota y suma otro punto. Para este entonces, yo ya estoy lo suficiente cansada y sintiéndome abrumada. Demasiada cercanía entre nuestros cuerpos. Demasiada.
—Si no logras encestar, tendrás que limpiar mi parte por el resto del año.
—Eso es injusto —replico molesta, aunque mi voz sale tan débil que no lo demuestra.
El castaño solo se encoge de hombros aun con soberbia.
—Entonces, encesta un punto, White.
La pelota llega a mí y no dudo en lanzarla desde la posición en la que estoy. Harry se da cuenta tarde, salta para evitar la encestada. Aterriza demasiado cerca de mí, tanto que me hago hacia atrás de manera involuntaria y mis pies se enredan, no sé si por el mareo o por los nervios, aun así, caigo hacia atrás y Harry conmigo. Antes de caer en el suelo, pone una mano detrás de mi cabeza, omitiendo el fuerte impacto. De todas formas, no es como si el resto de mi cuerpo no sufriera las consecuencias.
—Ugh—gimo de dolor, sintiendo el peso de Styles sobre mí.
El solo pensamiento me vuelve a la realidad con las mejillas aún más rojas. Harry aun no parece haberse dado cuenta, se queja de la caída y se apoya entre sus manos, mirándome.
—Debiste haber tenido más cuidado.
—Lo... siento —murmuro, casi sin aire.
La conexión es de inmediata. Sus perlas esmeraldas me reflejan y transmiten tanto que no sé cómo explicarlo con palabras. Se mueven de mis ojos hacia mis labios, haciéndolo tragar fuerte. Mi respiración irregular no se normaliza por más de que pienso una y otra vez que nos estamos confundiendo, que este juego de estar casados nos está lavando el cerebro, pero parte mía grita que no es así, que no es para nada mentira lo que sucede.
¿Pero qué sucede?
—¡Harry, Carter! ¡Ya volvimos!
Empujo de golpe a Harry arriba de mí y me incorporo lo más rápido que puedo. El mareo me vuelve a enredar los pies, Harry me sostiene, como si adivinara que volvería a caer. Ni siquiera lo miro, ni siquiera agradezco. Estoy más ocupada en los latidos frenéticos de mi corazón y de disimular que aquí nada paso.
Porque nada paso, ¿verdad?
—Cabeza de arbusto, él es Sean. Sean, él es cabeza de arbusto.
—Sam, por favor, no le digas así —replica Sean. Pese a que solo tiene trece años, es casi tan alto como Harry, de cabello negro y ojos azulados—Hola. Hola a ti también Carter.
—Ho-hola.
—Sí, hola —dice Harry sin más. —Creo que deberíamos irnos a casa, enana.
—¿Que? ¡No! ¿Sabes lo que me costó convencerle?
—Carter está enferma. ¿No la ves?
Modulo para replicar, la mirada de Harry me calla al instante y no soy lo suficientemente fuerte para sostenerla.
—Estas muy roja —comenta Sam y se acerca, poniendo una mano sobre mi frente —¡Estas ardiendo, mujer! ¡Hay que llevarte adentro de prisa!
—No exageres —me zafo del agarre de Harry de manera sutil—Vamos a...
Las palabras se me quedan atragantadas en la garganta cuando el mareo me viene golpe. El castaño vuelve a sostenerme de inmediato, pasando una mano por mi espalda y sosteniéndome desde la cintura. Si antes mi corazón se había calmado, ahora parece imposible. Su mano va hacia mi frente y en sus facciones se refleja la preocupación.
—Será mejor que nos vayamos.
—Tengo medicina en casa, voy a buscarla —dice Sean y se echa a correr.
—¡Entra por la puerta detrás! ¡Apúrate! —le grita de regreso Sam y se posiciona a mi otro lado, sujetándome del brazo libre—Lo siento tanto, Carter. No sabía que estabas enferma.
—Yo tampoco lo sabía.
—Aun así, debiste decir algo si te sentías mal —espeta Harry molesto y tira de mi con brusquedad, haciéndome dar pasos a lo tonto.
—¡Sé suave, idiota! ¡Se siente mal!
—Tuviste que haberlo dicho antes, Carter —ignora a Sam y no me da otra mirada.
Lo veo de reojo en camino a la casa y noto que aprieta con fuerza la mandíbula, como si estuviera reteniéndose a gritarme. Parece enojado, demasiado, y una parte de mí se pregunta si es saludable sentirme bien verlo así por mí.
A la mañana siguiente, Harry me quita el termómetro de la boca. Antes de dar el veredicto me echa una mirada regañona.
—38, 9º.
Estornudo tres veces. Me pasa una caja de pañuelos y saco tres aun cubriendo mi nariz y boca con la palma de mi mano. Trueno dos veces hasta que salgan todos los mocos y suspiro, completamente derrotada ante la gripe. Ayer por la noche, Sam se puso como loca correteando de aquí para allá y volviendo loco a Harry y Sean. Afortunadamente, la abuela Violette llego antes de lo esperado porque juraba y juraba que el bingo estaba comprado por la señora Sparks, quien siempre ganaba y se llevaba todos los premios. Harry aprovecho el momento y me subió arriba del auto, apenas y me dejo despedirme de Sam.
—¡Recuerda que el viernes iras conmigo a pedir dulces, Carter! —chillo Sam antes de que el auto arrancara.
Meto la medicina en mi boca y la trago acompañándola con un vaso de agua. Me recuesto nuevamente sobre la cama sintiendo en cada partícula de mi cuerpo el dolor y el desahucie. Según Harry, estuve corriendo como loca por los regadores en pleno otoño con el invierno pisándole los talones. Definitivamente, no iba a volver a embriagarme de vuelta en la vida. Que un rayo me partiera si eso volvía a suceder.
—¿Qué te duele? —inquiere de pronto al notar mi mueca—¿Quieres que te traiga algo para comer?
Meneo la cabeza. El apetito es lo que menos me preocupa
—Tienes que comer algo, Carter.
—Solo quiero dormir —suspiro otra vez y me acomodo entre las sabanas.
—Está bien. Le diré a Stella que no podrás asistir a la terapia de grupo.
Lo veo de reojo darse media vuelta y caminar hacia la puerta. Mi corazón se siente en cierta forma reconfortado y cuidado, protegido con dedicación. Nadie había sido así conmigo en mucho tiempo, y hablo del tiempo en que Cody vivía conmigo.
—Harry —lo llamo débilmente.
Se da la vuelta de golpe, como si estuviese alerta. Le regalo una sonrisa, sus ojos se abren. Creo que lo he tomado por sorpresa.
—Gracias.
Me mira por unos segundos más que parecen interminables. Enferma y desgastada, aun así, me tomo el tiempo de admirar el brillo en su mirada. Se aclara la garganta antes de proseguir.
—Me echaran la culpa a mi si no soy bueno con mi esposa.
Lo último me hace sonrojar como tonta. Él finge no notarlo y sale con pasos apresurados por la puerta. Sonrió sin evitarlo. No sé qué es lo que está sucediendo entre nosotros, pero sin dudas él es lindo cuando es atento y se preocupa. ¿Estaría bien pedir estar enferma siempre?
Apenas empiezo a sentir una mano sacudir suavemente mi hombro, el sueño va abandonándome a la vez que el agotamiento me golpea fuerte. Pareciera que me siento aun peor de la siesta. Me cuesta a abrir los ojos, logro enfocar con éxito a Olivia con una sonrisa y un gesto preocupado en el rostro. Helvia está detrás de ella con los brazos cruzados y echándome una corta sonrisa.
—Estas hecha un asco —dice Helvia y se acera a mi escritorio, coge una botella de agua y me la pasa, quitándole la tapa en el camino —No soy doctora, pero deberías beber para no deshidratarte.
Tomo la botella aun sintiendo dolor incluso en mis dedos. Olivia me ayuda a sentarme despacio sobre la cama.
—¿Qué hacen aquí? —inquiero luego de darle dos sorbos.
—Bebe más —insiste Olivia.
Le hago caso sin fuerzas para rechazarla.
—Vinimos a ver como estabas. Harry nos dijo que estabas enferma.
—Pero el idiota no dijo que tanto. ¿Cómo va esa gripe?
—Una mierda.
—Y eso que dormiste bastante.
Le hecho una mirada al despertador de la mesa de luz. Es mediodía. Dormí toda la mañana.
—Casi se me pasa la hora del remedio.
—Antes de remedios, deberías comer algo.
Helvia esta vez trae una bandeja con un tazón. Lo deja arriba de mí y veo una sopa de pollo.
—La cocinera nos hizo el favor de cocinarte cuando le dijimos que no podías ni moverte.
Les doy una sonrisa de agradecimiento, demasiado cansada para hablar. Tomo unos sorbos con la cuchara, pero no siento sabor absoluto.
—¿Cómo esta, eh?
—Rico —digo con desgano. —Lo cierto es que no tengo apetito.
—Aun así, tienes que comer y beber mucha agua, así se te pasara rápido.
—También Harry debería limpiar este chiquero —Helvia señala la habitación completamente hecha un desastre —Pareciera que viviera un puerco.
—No pude limpiarla. Lo siento.
—No deberías sentirlo, él debería hacerlo y ayudarte —replica Olivia frunciendo el ceño, molesta—Ese idiota al menos debió limpiar el cuarto. Esto está lleno de bacterias. Así no vas a recuperarte.
—Eso es cierto. También deberías darte un baño.
Asiento sin más y sigo tomando mi sopa de pollo. Ellas dicen de un baño y ni siquiera creo poder mantenerme en pie. Tengo tanto dolor y sueño, que lo único que quiero es dormir hasta navidad.
—¿Qué paso con la sesión en grupo?
—Un fiasco. No sabía que podía ser tan exasperante —comenta Helvia.
Olivia se encoge de hombros.
—Lo normal.
—¿Llego la chica nueva?
—Se le atrasaron los planes, según Stella.
—Oh…
Olivia parece querer decir algo más, es interrumpida cuando la puerta de la habitación se abre sin más y entra Harry con una caja de pizza en la mano y una sonrisa triunfante en el rostro, una que se va desvaneciendo cuando ve a las chicas y enseguida cambia a su modo gruñón.
—¿Y ustedes que hacen aquí? —pregunta de mala gana
—Vinimos a ver a Carter, ¿y? —espeta Helvia entrecerrando los ojos.
—Ella está enferma, no es el momento para que vengan con sus cotilleos.
—No vinimos a cotillear, tarado. ¿Qué te molesta?
Harry mira el tazón de sopa y su ceño se frunce más.
—¡Que yo tenía el almuerzo para ella y ustedes lo arruinaron!
—Darle pizza no es lo que necesita ahora, genio —replica Via y señala su lado de la habitación —Y mira todo ese chiquero. ¿No deberías ser un poco más limpio ahora que está enferma? No esta saludable para que la tengas de esclava.
Las orejas de Harry se ponen rojas, no sé si por vergüenza o por enojo.
—¡Carter no es mi esclava!
—Claro que sí, la tratas como si fuera tu perro faldero —Olivia no se queda callada—Madurar te haría bien, abusivo.
—Sí, eso, eres un abusivo —ambas se cruzan los brazos por igual —Seguramente por eso Carter también se enfermó, porque la explotas.
—Chicas… —intento detenerlas, pero ambas me mandan una mala mirada para que me calle.
—No, Carter. Es un idiota que debería aprender de una buena vez.
—¡Ya dejen de criticarme y largo!
—Oblígame.
Aunque Helvia lo reta, Harry no lo hace. No sé qué habrá pasado con ellos en el pasado, pero supe que son amigos de la infancia al igual que con Edward.
—No peleen —ruego con vagancia.
Ninguno de los tres me hecha atención, como siempre. Los ignoro en su discusión aun tomando mi sopa de pollo para poder descansar. No sigo demasiado la pelea, solo sé que Harry está perdiendo contra las chicas al verse en desventaja. Helvia tiene carácter y Olivia también cuando la hacen enojar.
Llego a la mitad de mi plato, pero ya me siento demasiado llena. Me recuesto en la cama con más sueño y cierro los ojos, dejándome desfallecer.
—¡Ella es mi esposa, no me digas como cuidarla! —escucho gritar a Harry.
No sé si lo sueño o qué, se siente tan real que mi corazón latió fuerte y lucho con tratar de mantenerse despierta solo para saber si lo que dijo fue cierto. Mis parpados me pesan más, y me dejo vencer después de escuchar a Helvia burlarse de Harry.
La esposa de Harry Styles, Carter White.
Bueno, al menos no suela tan mal como el mes pasado.
—Era una bromita —digo con la voz escurridiza y suelto una risita una vez que me separo.
Esto último es lo que parece liberarlo de su transe, enseguida menea la cabeza y levanta la mirada hacia a mí, frunciendo el ceño de inmediato, pero parece no poder decir nada más.
—¿Eso es una margarita? —le señalo el vaso a Kevin, uno de los amigos de Harry.
—Eh, si…
—¿Me la das? —y se la arrebato sin esperar respuestas —Graciaaaas.
Me voy canturreando la canción que suena en la fiesta, buscando con la mirada a Helvia, mi nueva compañera no solo en las clases, la tortura del matrimonio o la terapia en grupo, sino también mi compañera de botellas. Sera interesante este semestre con ella.
La encuentro a unos metros de mí, Helvia sigue comiéndose la boca con Louis mientras Edward no deja de mirarlos con la boca abierta. Suelto una enorme carcajada casi al mismo tiempo en que Olivia llega a mi lado.
—¡Carter! ¿Qué hiciste? ¡Mañana….!
—Nah —aleteo la mano para quitarle la preocupación—No te preocupes, amiga. Mañana no voy a acordarme de nada.
Le hago la señal de paz y amor y termino mi margarita. Ya quiero otra.
—Creo que sería mejor tomar a Helvia e irnos.
—No seas amargada —sacudo mi brazo para que lo suelte—Mírala, ¿no te parece que la está pasando bien?
—¡Carter!
Pongo mala cara, pero acepto el regaño. Creo que me pase con la apuesta, lo cierto es que quería un poco de travesuras esta noche, ni siquiera me imagine que Helvia aceptaría viéndose tan seria y recta. ¿Lo ven? Nos parecemos. El alcohol nos transforma.
Olivia me golpea de pronto el hombro con demasiada fuerza y me quejo del dolor. Volteo a verla, ella mueve los ojos al costado y los abre en grande, advirtiéndome de algo.
—¡Carter!
Me sobresalto al reconocer la voz de Harry y miro hacia atrás. Está caminando hacia nosotras con la cara reflejando su enojo y nadie se atreve a meterse en su camino.
Rio otra vez como la ebria que soy y le quito el trago a Olivia. De todas formas, ella no va a seguir bebiendo.
—¿Y ahora?
Le hago fondo al trago y tiro el vaso de plástico en el suelo, secando mis labios pasando mi mano como toda una dama.
—Es la hora de mi huida.
—¿Ah? ¿Te vas a escapar?
—¡Carter, ven aquí!
Levanto el dedo del medio en su dirección. La cara de Harry se pone roja de la furia.
Me echo a correr por la fraternidad riéndome como una desquiciada, las personas me abren paso cuando grito y salto para que se corran. Ni siquiera sé a dónde me dirijo, solo que mis piernas parecen ser dos izquierdas porque estoy medio tambaleándome en mi huida. Llego a la puerta y doy un gran salto, atravesando el pórtico sin más.
—¿Carter? —pregunta Liam con los ojos bien abiertos. Zayn está a su lado con la boca abierta y se le cae el cigarrillo al suelo.
—No, es la Demoledora —el moreno pronto me echa una sonrisa divertida en mi dirección. —¿Acaso vas a demoler a alguien?
—En verdad, voy a gastarme todo el dinero de mi esposo —levanto en alto la billetera que le robe a Harry de su pantalón sin que lo notara.
Liam y Zayn se miran entre ellos para empezar a reírse junto conmigo. No por nada pasaba veranos enteros en el campamento de entrenamiento (o mejor dicho, su casa) del abuelo White. Esas mañas son producto de la mala influencia del viejo, y presiento que sus genes de borracha explosiva también provienen de él.
—¡Joder, Carter! ¡Ven aquí!
—Esa es mi señal de despedida —me paro firme y hago el saludo militar
—Soldado White lista para retirarse, señor.
—Solo que no te maten, soldado—Liam me sigue el juego aun sonriendo
—¿Quieres ayuda con el idiota?
—Podríamos encerrarlo en alguna parte del sótano, ya sabes.
—No sería divertido así —inflo mis cachetes, ellos vuelven a reírse de mí y estoy empezando a preguntarme porque a todos les hace gracia verme de esta forma.
Los rulos de Harry aparecen en la entrada y no doy tiempo a nada más que empezar a correr en dirección a las habitaciones del campus. Nadie puede negar que soy la más rápida corriendo en todo el campus, no por nada el abuelo me obligaba a correr junto con él a las cinco de la mañana cuatro millas completas. Tengo resistencia y elasticidad más que cualquiera, he sobrevivido incluso a los peores entrenamientos y es hora que lo ponga en práctica.
Salto nuevamente los escalones y caigo sobre mis pies como un gato. Harry se queda con la boca abierta cuando me ve, le saco la lengua y me lanzo a correr de nuevo antes de que me alcance.
—¡Estoy ya no es gracioso, Carter! ¡Ven aquí! —grita detrás de mí. Él también es rápido y dudo que se canse fácilmente, después de todo es el capitán de futbol americano de la universidad de Cambridge.
—¡Atrápame si puedes! —canturreo divertida y soltando más risitas tontas.
Me voy en dirección del césped aun escuchando sus pasos detrás de mí. Los rociadores de pronto se encienden y chillo de inmediato, empezando a empaparme con el agua. De por si el clima aquí no es cálido y esta noche está especialmente fría. Sin embargo, el frio no parece ser un problema en este momento, vuelvo a las corridas cuando Harry aprovecha mi distracción y viene hacia a mí. Es muy tarde cuando trato de huir, él ya me toma entre sus brazos y aunque me retuerza en ellos, no tarda en ponerme sobre su hombro.
—¡Harry, bájame! —grito entre divertida y congelada.
—Joder, Carter. ¡No vuelvas a beber!
—¿Por qué no? ¡Es geniaaaaaal!
Le doy unos golpes en la espalda, observando sus piernas desde cabeza caminar. Styles solo me ignora y sigue andando sin más. Me dejo vencer aun sintiendo los rociadores mojarnos y el frio en mis huesos, al mismo tiempo el aroma y la calidez del cuerpo de Harry. Mi corazón brinca un solo instante, pero trato de no darle mucha importancia. Es solo porque está siendo lindo conmigo, no significa que yo le guste.
Confundir este tipo de cosas no es bueno.
Y no debería permitirlo.
—¿Puedes bajarme? Prometo que no me escapare —digo más tranquila, tratando de recobrar la compostura.
No recibo respuesta nuevamente. Empiezo a moverme, tratando de zafarme de él.
—No me voy a escapar, Harry.
—No estás en condiciones para prometer nada, Carter —replica de malhumor—Lo que hiciste fue un papelón.
—Solo fue un besito. No es como si tu no me hubieses dado un beso sin mi consentimiento.
De un tirón a otro, Harry me baja bruscamente de su hombro, tardo en cobrar la compostura hasta que me sostiene del brazo. Levanto la mirada hacia él y me paralizo al ver sus ojos verdes tan enojados. ¿Y ahora?
—No es como si tú tampoco te hubieses negado cuando te bese.
—Tu tampoco te negaste en este.
—¡Pero porque estaba sorprendido!
—Yo también lo estaba —replico sintiéndome de pronto ofendida —¿Es que si vale contigo y conmigo no? ¿Qué es ese razonamiento tan retrograda?
—Espera, ¿Qué?
Sus ojos incrédulos no hacen más que molestarme aún más.
—¡Me tienes harta con esto de hacerme tu propiedad! Soy humano, por los dioses. ¿No crees que tengo derecho a hacer otras cosas?
—¿Emborracharte y acosar a mi hermano son parte de esos derechos?
—No estoy acosando a tu hermano, solo me gusta —recalco lo último, ignorando como sus orejas se van poniendo rojas del enojo—Y no es como si emborracharme te haya salvado el culo la última vez. ¿Te acuerdas? Esos tipos te iban a romper tu cara bonita.
—No me la puedo creer. ¿Es esta tu verdadera identidad y solo finges ser una rata? —soltó un bufido, observándome molesto—Pensé que, si al menos eras algo retraída y estúpida, eras sincera.
—Buuuu —pongo una mano sobre mi nariz y muevo la otra mano como si estuviera ventilando algo con mal olor—No me vengas con moralidad y sentimentalismos. Esta soy yo, Carter White, en vivo y en directo, diciente lo que todos esos idiotas no te dicen o que tus amigos de por si hacen obvio y saben que es perder tiempo contigo. No soy tuya ni de nadie. Nadie va a decidir mi futuro, ni tú, ni mi papa, ni mi abuelo ni nadie más que yo. ¡Hip!
Pongo una mano en mi boca para tratar de tragarme el hipo, pero creo que el hipo no se traga. El rostro serio de Harry pasa a contener la risa que quiere escapar de sus labios. Me quedo como tonta aun con hipo observando sus ojos, los hoyuelos que se forman en sus mejillas cuando sonríe y la sonrisa asomándose. No es como si no lo supiera, sé que Harry es tan atractivo y sexy como lo es Edward, y no es porque sean gemelos, sino que él tiene un encanto más fuerte que el de su hermano mayor.
—¿Qué vas a hacer mañana cuando recuerdes todo esto?
Meneo la cabeza de inmediato.
—No voy a recordar nada. Tome demasiado, me asegure de ello —levanto el dedo pulgar en alto mientras le sonrió como tonta.
Harry se acerca y baja su cara muy cerca de la mía. Me quedo quieta sin poder moverme, aunque realmente no quiera hacerlo. Sus ojos traviesos viajan de mis ojos hasta mis labios. Siento la ansiedad de que me bese y los nervios carcomiéndome el estómago.
—Bien, no recuerdes nada, White.
Sus labios chocan contra los míos por segunda vez en la noche, pero esta vez el ritmo lo lleva él. Me dejo ir entre las emociones y rodeo lentamente mis brazos alrededor de su cuello. Harry me estrecha de golpe, asustándome, pero no me permite irme de sus brazos. Enseguida me rodea con ellos y ejerce más presión en el beso, moviendo su lengua, incitando a la mía para seguirle.
Que va, mañana voy a olvidar todo. Es mejor si me dejo llevar solo por esta vez, solo esta.
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Desorientada y con dolor de cabeza, apenas me es posible abrir los ojos, solo para volver a cerrarlos cuando los rayos del sol que se filtran por la ventana y parecen quemar mis parpados. Intento sentarme en la cama con lentitud, tratando de recordar cómo diablos fue que llegue aquí anoche. Lo último que recuerdo fueron los chupitos que nos tomamos con Helvia y las risotadas tontas y sin sentidos que lanzábamos mientras Olivia nos miraba como si se nos hubiese zafado un tornillo.
Siento un peso sobre mí, lo que no sé si es la resaca o si hay alguien encima tratando de sofocarme. Me tardo unos segundos más antes de poder abrir bien los ojos y pensar con claridad, pero como si fuese un reflejo, su aroma característico me hace volver a mis sentidos. De par en par, volteo a mi costado para encontrarme con un adormilado Harry encima de mi pecho y sus brazos abrazándome como si fuese un peluche. Contengo mis ganas de lanzar un grito, me contengo diciéndome a mí misma que no es la primera vez que nos encontramos en esta situación. Desde que compartimos cama matrimonial, suele abrazarme en sus sueños y a mí me cuesta dormirme más de la cuenta, sobretodo porque soy la última en acostarme. Salirme de sus brazos es otro problema, porque si se despierta me grita con que deje de acosarlo y que va a denunciarme.
Levanto sus brazos para desenvolverlos sobre mí, pero su cabeza en mi pecho es otro problema. Si supiera que lo hace intencional, entonces enserio lo golpearía y olvidaría toda regla del Taekwondo de usar las artes marciales solo para defensa personal. El dormilón de Harry frunce el ceño y vuelve a envolverme entre sus brazos, mi respiración vuelve a ser irregular y por enésima vez trato de controlar mis nervios, casi imposible. Me escapo de nuevo y levanto entre mis manos lo más delicado posible su cabeza para recostarla en la cama. Me tiro prácticamente hacia el suelo cuando veo sus manos buscarme, y caigo con las manos hacia abajo, amortiguando mi caída.
Al fin libre, me incorporo sintiendo las consecuencias de haber bebido anoche, tanto que la cabeza parece estallarme y aún más después del brusco movimiento que realice. Voy al baño para darme un relajante baño, borrando todo sudor borracho, el sueño y aliviar un poco mis músculos. Estornudo un par de veces y recién allí noto que mis huesos empiezan a doler. Creo que voy a enfermarme muy feo.
Golpean la puerta del baño un par de veces en el momento en que me pongo la bata.
—Carter, ¿estas allí?
Me gustaría preguntarle quien más podría estar en nuestro baño a estas horas, pero hacerlo enojar desde temprano no es lo ideal.
—Si. Buenos días.
Un incómodo silencio y breve se manifiesta, es pequeño porque en dos segundos dice que ira a desayunar primero, eso es suficiente para darme cuenta que algo no va bien. A Harry nunca le importa decirme donde ira, él siempre se marcha sin más.
Con un mal presentimiento, prosigo a cambiarme para ir a desayunar también. Mi celular suena con el tono de llamada, lo alcanzo arriba de mi escritorio y observo la pantalla el nombre de mi madre, debatiéndome entre momentos sobre si contestar o no. Finalmente lo hago, casi sin remedio. Nunca llama sino es por algo importante, y creo saber qué es lo que vendrá: el cumpleaños de papá. Falta casi más de un mes, pero no es secreto para quienes conocen a mi madre que tener las cosas organizadas de antemano es su especialidad.
—Carter —dice simplemente con su voz tan escasa de emoción y cariño —¿Cómo te ha ido?
Sé que pregunta solo por cortesía, hace años comprendí que para Rachel solo puedo llegar a ser una decepción y un estorbo.
—Bien, mama. ¿Cómo has estado papa y tú? ¿Y Cody?
—Aquí va todo genial, como siempre —simple y cortante, típico de ella—Llamaba para recordarte sobre el cumpleaños de tu padre. Lo celebrara en el hotel de los Harrinton junto a sus socios y algunos empleados de la empresa. Nelly te estará esperando en dos semanas para que confeccione tu vestido y tu imagen. Cuida de comer carbohidratos y te recomendaría un corte de cabello, solo para variar el look de vez en cuando.
—Lo entiendo, pero...
—Estará todo pagado, solo tienes que presentarte.
—Creí que papa estaba todavía enojado conmigo. El año pasado no me dejo asistir...
—Y lo está, Carter, no es lo de menos cuando pierdes tu tiempo con esa carrera sin futuro—replica levemente subiendo el tono de voz—El abuelo también ira esta vez y te quiere allí. Agradécele cuando lo veas.
Solo asiento sin más, tragándome todas las palabras. El año pasado, papá festejo a todo lujo y dar su cumpleaños, no se me permitió asistir ni tampoco puedo ir demasiado tiempo a casa porque no le gusta, no desde que me rehusé por primera vez en mi vida y le dije que no seguiría el negocio familiar, sino literatura. Desde ese momento, fui expulsada de mi propia familia.
—Hoy cuidare a Sam —le comento retorciendo mis dedos con nerviosismo.
—¿La hija de los Harrinton?
—Sí, eh, verás, me preguntaba si más tardar en la noche, Cody y yo podríamos...
—Tu hermano está muy ocupado con los estudios, Carter. No tiene tanto tiempo libre como tú, así que no lo molestes.
Muerdo con fuerza mi labio intentando respirar normalmente, pero es difícil cuando han hecho hasta lo imposible por distanciarnos. Cody ni siquiera tiene celular, el internet pocas veces lo dejan usar si no es para la escuela y es donde aprovechamos a mandarnos mail, de lo contrario es difícil mantener el contacto. Otra consecuencia de haber dejado el seno familiar es que debo mantener distancia de una de las personas que más amo en mi vida, mi hermano.
Mamá da una vaga despedida y corta antes que siquiera me deje contestarle. Largo un profundo suspiro, abro la gaveta de mi escritorio y saco de adentro un portarretratos. Allí está la fotografía que nos sacamos la última vez que nos vimos, antes que el verano terminase: Cody se mantiene serio con su cabello rubio ceniza y sus ojos cafés profundos, pero hay un cierto brillo en sus pupilas. Yo lo abrazo por detrás con una de mis mejores sonrisas, por más que en ese momento solo quería llorar porque no sabía cuándo volvería a verlo. Mi hermano y yo siempre fuimos muy unidos desde niños, nos complementábamos bien y nos cuidamos mutuamente. No hacía falta hacer absolutamente nada para sentirme feliz, solo tenía que estar con Cody echados en el sillón mirando una de nuestras series o una película. Es injusto que Rachel y Adam nos separen de esta manera, no cuando fuimos el refugio del otro al sentirnos tan solos.
Observo con detenimiento el retrato y borro las pequeñas lágrimas de impotencia que escapan. Voy a terminar la carrera con las mejores notas, trabajare en una importante editorial y próximamente escribiré mis propios libros. No importa cuanta mierda estén echándome encima, una vez que Cody deje de estar en su poder vamos a estar tanto tiempo juntos como siempre quisimos, incluso comprare una casa al lado de él solo para cocinarle todo lo que quiera.
Pronto, muy pronto.
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De camino al comedor, las miradas de las demás personas y los cotilleos no faltaron. Mis nervios no se hicieron esperar y trate de ignorarlos con la vista hacia abajo. No es como si siempre fuese el centro de atención, pero estaba acostumbrada a que las personas hablasen a mis espaldas o incluso frente a mí, como si yo no existiera o no estuviese presente. Sin embargo, los saludos hacia a mi fueron lo más extraño del día.
—¡Ey, White!
Tyler Evans forma parte del equipo de fútbol, ha salido con la mayoría de las chicas de aquí, y aunque todas ellas dicen que es un completo idiota, también dicen que es de los idiotas que no puedes odiar porque es demasiado sexy y caballero. Rubio y de ojos cafés, contextura alta y delgada. Es lindo, no lo niego. Se acerca a mí con dos amigos suyos, también del equipo de fútbol.
Nerviosa, juego con mis dedos en el intento de calmarme sin ningún resultado positivo.
—El próximo fin de semana haremos una fiesta en la fraternidad por Halloween—uno de sus amigos moreno y alto le pasa un sobre negro, Tyler lo toma para extenderlo hacia a mí. Lo miro sin comprender.
—¿Quieres que se la dé a Harry?
—No, no. Es para ti.
Tardo en aceptarla, pero sigue insistiendo con sus ojos divertidos y traviesos. Agarro la invitación sin siquiera abrirla, esperando a que diga algo así que es una broma o buscando un apiste de maldad en sus iris. No sería la primera vez que me invitan a una fiesta para que me hagan el conejillo de india de todos.
—Ayer en la fiesta supiste como animarnos a todos. Deberías ir a esta también.
—Llévate un disfraz y lleva algunas amigas sexys —dice el otro chico guiñándome un ojo y me alcanza dos tarjetas más.
—D-de acuerdo.
Se despiden de mi de manera simpática. Observo las invitaciones sin comprender realmente que es lo que paso ayer como para ser invitada a una fiesta privada de fraternidad. Generalmente nadie entra sino es por invitación especial, aun mas si es la fraternidad de las Panteras Doradas.
Vuelvo a mi camino a la cafetería, tratando una y otra vez de recordar que diablos hice anoche. Ósea, bebí como loca con Helvia y Olivia nos regañó un poco, bailamos las tres un poco antes de volver a aplastar el trasero en las sillas para seguir bebiendo, pero de allí no puedo recordar nada más, ni siquiera recuerdo cómo fue que llegue ayer por la noche. Me siento frustrada y desorientada, con miedo de haber hecho el ridículo.
Más personas en el proceso de mi caminata me saludan amigables y solo puedo devolver el saludo con timidez, desesperándome. Particularmente hoy, nuestra mesa en la cafetería está más alejada de lo que siempre pensé. Si creía que atravesar las puertas me libraría de la incomodidad, no me di cuenta que allí seria tres veces peor. No hay demasiadas personas, el sábado generalmente aprovechan para volver a sus casas, la mayoría se ha marchado. Pero aún queda un tercio de la población universitaria, todos saludándome y chocando los cinco conmigo, incluso me dejaron pasar antes en la fila para tomar mi desayuno. Diviso la mesa de siempre donde esta Olivia, Helvia, Zayn y Liam, las dos primeras cotilleando de manera secreta mientras los otros dos parecen atragantarse con la comida.
Finalmente llego a la dichosa mesa y me dejo caer al lado de Zayn con la bandeja sobre la mesa.
—Buenos días, chicos.
—Buenos días, demoledora —Zayn se voltea hacia mi lado y me sonríe socarrón, como si supiese algo que yo no—¿Qué tal va esa resaca?
—Tome una pastilla antes de venir aquí —murmure mirando de reojo a las personas hablar entre ellas y viendo hacia nuestra dirección—¿Soy yo o algo extraño está pasando hoy?
—Con el espectáculo que diste anoche, no me extrañaría que no estuvieses en el ojo de la tormenta —comenta Liam juguetón.
Mi mirada de inmediato busca a Olivia y hacia una Helvia con su cara de perro.
—¿Paso algo anoche?
—Sí, lo que paso es que nos mandamos la peor cagada del mundo, Carter —contesta Helvia poniendo una mano sobre su cabez, suspirando de frustración.
—¿Ah?
—¿No te acuerdas lo que paso?
—No, ¿qué paso?
—Que no paso.
—Zayn —le suplico, enserio no estoy para sus adivinanzas—Solo dime que paso.
—¿Estas fingiendo o no te acuerdas?
—Creo que no se acuerda —acoto Liam tratando de oprimir una sonrisita en su rostro.
—Por favor —les echo una mirada a todos, rogando para que dejen tanto misterio o mis nervios van a quebrarse sin más.
—Helvia y tu hicieron un estúpido reto sobre quien se atrevía a besar a sus respectivos "esposos" —explico Olivia haciendo comillas al final. Mi boca se abre de golpe al igual que mis ojos. No, por Dios, no—Y si, besaste a Harry.
¡¿Qué?!
—Debo añadir que escuche que empujaste a todas sus perras para estamparle un besote —acota Zayn, recibiendo un golpe de Liam —¿Qué? Eso es lo que se anda comentando.
Sujeto mi cabeza con mis manos, sintiéndome desesperada. No, no puede ser.
—Luego te fuiste corriendo y Harry te siguió. Desaparecieron como veinte minutos, y cuando volviste estabas empapada y completamente loca—prosigue Olivia. Yo meneo la cabeza esperando a que no siga —Tienes que escuchar hasta el final. Retaste a los jugadores de futbol, los de básquet y los de soccer a beber de la manguera, y les ganaste a todos. Encima de eso, les sacaste todo el dinero que llevaban en sus bolsillos y le hiciste una llave a Rob Stewart.
—¿Rob Stewart? —trago saliva sintiendo mi labio inferior temblar— ¿Ese Rob Stewart?
—Sí, ese justamente.
Volteo a mirar hacia la mesa donde se sienta el chico, un muchacho alto, corpulento y de piel morena. Todos saben que es el bravucón de la universidad y la defensa más grande en el campo de fútbol. Ahogo una exclamación al ver su ojo levemente morado y su nariz con gasas. En cuanto cruzamos miradas, se muestra inquieto y asustado, tanto que deja su hamburguesa a medio comer y se va casi corriendo.
—No me digas que yo...
—Pues a él no le gusto nadita que te le impusieras porque no quiso pagarte. Tratamos de meternos en la pelea con Liam y Louis, incluso Ed y Harry ayudaron
¿Ed también vio todo ese espectáculo?
—Pero cuando pateaste el culo, literal, a Edward al querer defenderte, ahí nos quedó claro que no teníamos que intervenir.
¡¿Le pegue a Edward?!
—Hiciste llorar a Rob Stewart, Carter —enfatiza Olivia con las cejas en alta —El tipo se largó a llorar porque estabas por quebrarle el brazo.
—Oh por Dios, Olivia, ¿por qué no me detuviste?
—¿Crees que no lo intente? Pero tenía que ocuparme de otra ebria que se había ido corriendo, se tropezó y quedo noqueada mientras toda la pelea transcurría —le echa una mirada significativa a Helvia, quien resopla con frustración.
—No puedo creer que bese a ese idiota de Louis.
Y yo no puedo creer que haya besado a Harry, retara a todos los tipos a beber y que encima le pateara el culo al pobre de Rob Stewart.
—¿Paso algo más?
—No, te dormiste como un bebe arriba de Helvia, literal. Las dos estaban tiradas en el suelo—le echo una mirada a la castaña, quien parece tan horrorizada como yo. Creo que eso no lo sabía— Harry te cargo en su espalda y te llevo a la habitación —responde Zayn, dándome un golpe en el hombro —No sabias que eras tan poderosa siendo tan pequeña, eh, demoledora. Eso sí, hay un video de tu lucha. ¿Quieres verlo? —y me tiende su celular.
Meneo la cabeza. No, no quiero verlo ni hoy ni nunca. Escondo mi cara sobre mis manos aun pensando una y otra vez como pude descontrolarme tanto. Es definitivo que no volveré a beber en lo que queda de mi vida estudiantil. Hice una escena y no es de extrañar que todo el mundo mire en mi dirección y hablen a mis espaldas.
—Ahora la universidad entera piensa que sales con Harry.
Suspiro con frustración mientras intento pestañar con rapidez antes que los ojos se me llenen de lágrimas. ¿Qué demonios estaba pensando? Obviamente, no estaba pensando porque de lo contrario no me hubiese metido en un lio así.
—Y hablando del burro, ahí se acerca con el novio de Helvia —suelta Zayn burlándose de nosotras.
Giro tan rápido la cabeza que creo que me va a dar torticolis. Harry camina con su bandeja en compañía de Louis hacia nuestra mesa. Apenas hacemos contacto visual, siento las mejillas sonrojarse con fuerza y decido olvidarme del desayuno por hoy. Helvia parece pensar lo mismo, porque enseguida se levanta de golpe dando una pobre excusa de ir a la biblioteca y yo no tardo en correr detrás de ella sintiendo la mirada del castaño sobre mi espalda.
—Apenas tengo una semana aquí —murmura Helvia apenas llego a su lado, ambas caminando a todo dar en nuestras piernas, sin quiera importarnos disimular—Y mira en el lio que me metí.
—Lo siento, seguro es mi culpa.
—Claro que es tu culpa porque tú lo propusiste —Santa mierda, ¿Qué hice? —Pero más es mi culpa por haber aceptado. Estamos jodidas, Carter, muy jodidas.
No tiene que decirlo para que lo sepa. No sé qué será hoy en la noche cuando tenga que ver a Harry, lo peor es que evitarlo no es una opción porque tenemos que cuidar a Sam en la noche.
¿En qué te has metido, Carter White?
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El resto del día me la pase escondida en la biblioteca adelantando tareas y haciendo resúmenes de las materias para mantenerme preparada en las épocas de exámenes y no quemarme la cabeza preparándolos con las entregas y proyectos próximos. Estaba tan concentrada en ello que la hora paso casi volando y cuando quise darme cuenta, ya era hora que me preparara para cuidar hoy a la noche a Sam. Sus padres solían viajar los segundos y cuartos fines de semana, tanto juntos como separados, a cualquier lugar donde tuviesen una casa de vacaciones. Sam por las tardes se quedaba donde su abuela, en las noches yo la cuido porque la abuela va al bingo con sus amigas y Sam se muere de aburrimiento. Son solo dos fines de semana y a veces tres en las que tenemos que asistir. No es un trabajo pesado, la paga es buenísima y hay bastante libertad para hacer lo que queramos. El problema ahora es ir con Harry cuando todavía no sé cómo darle la cara después de lo que hice.
Primero voy hacia mi casillero a dejar mis libros y los cuadernos, algunos que tienen clases los sábados me saludan con grandes sonrisas y chocando los cinco justos como en la mañana, solo que ahora soy consciente de lo que sucedió.
—¡Es Carter la demoledora! —chilla uno.
¿De dónde saben mi apodo?
—¡Buena llave, White! —grita un chico pasando a mi lado.
—Gracias —le sonrió brevemente y sigo de largo, tratando de caminar más de prisa.
A duras penas llego al cuarto con la cara roja de la vergüenza. No sé cómo hay personas que soportan ser el centro de atención. Ojala esto pase de prisa antes que se vuelva una costumbre para todos.
Para mi gran suerte, Harry no se encuentra dentro. Debería preocuparme que no estuviese para llevarme y tomando en cuenta que debo estar retrasada, pero ni siquiera me importa. Marco el numero de un taxi para que pase a buscarme a la vez que saco unos billetes de mis ahorros escondidos en mi lado del ropero.
—Hola, buenas noches, ¿tendría un taxi disponible?
—Buenas noches, señorita. Si, lo hay. ¿Podría decirme su dirección?
—Sí, claro, es en la universidad de...—
El celular se me es arrebatado de las manos de un momento a otro. Volteo de inmediato encontrándome con los ojos verdes de Harry mirándome, muy cerca de mí. Trago saliva con el corazón paralizado y los nervios picando cada parte de mi piel. Corta la llamada sin decir nada más y me extiende el celular. Tardo en tomarlo unos segundos y me sobresalto cuando rozo mis dedos con los míos.
Santa mierda. ¿Porque tuve que besarlo? Ahora es como si hubiese puesto más leña al fuego para que sea aún más idiota de lo que ya es conmigo.
—¿Por qué llamas a un taxi? —pregunta interrumpiendo el incómodo silencio, sin embargo, no toma distancia.
—V-voy a... —aclaro mi garganta, gritándome a mí misma que deje de tartamudear, lo que parece imposible —C-cuidar a Sam.
—Se supone que tenemos que ir los dos. Te he estado esperando hace horas.
Mi cara se pone roja de golpe de solo pensarlo. Trato de tragar saliva, pero el nudo en la garganta y mi estómago contraerse una y otra vez me impiden hacer algo más que seguir mirando sus ojos. Harry parece tan o más incómodo que yo, con sus ojos titubeando una pregunta que sus labios no se atreven a pronunciar, o es porque estos se desvían desde mis ojos hasta mis labios, dándome un sentimiento de deja vu.
De pronto, como si fuese un flash, empiezo a recordar como corrí entre el césped con los rociadores encendidos y Harry llevándome en su hombro, la breve discusión y finalmente los besos que compartimos anoche. Si creía que no podía tener la cara más caliente, pues no me imaginaba que podía equivocarme. Ahora lo único que queda hacer es esperar a que el infierno me lleve y voy con mucho gusto.
El titubeo se acaba cuando los ojos determinados del castaño aparecen. En ese momento, me doy cuenta que tengo que hablar antes que él.
—Carter, yo...
—Lo siento, fue un error —digo toda atropellada, jugando con mis dedos y mordiendo mi labio inferior —Estaba ebria y no estaba en mis cabales. Lo siento tanto, ayer hice todo un lío.
—¿Un error? —susurra confundido, entrecerrando los ojos.
—Sí, lo siento muchísimo, Harry. Sabes que yo nunca haría algo así estando sobria.
—¿No?
—No, no estoy loca. Lo siento mucho.
Quizá esperaba a que se burlara de mi o que me insultara por haberlo acosado (porque creo que realmente lo hice), pero, siendo sincera, no esperaba que Harry me mire como si lo hubiese lastimado, con sus ojos tristes y el rostro contraído. Me inquieto ante su reacción, sin entender porque pienso en el momento que hice algo mal.
—Bien, te espero afuera —dice sin más y se da media vuelta para caminar hacia la salida.
Da un portazo, sobresaltándome. Observo la puerta de la habitación por donde se fue, preguntándome que diablos sucede entre nosotros ahora.
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Fue el viaje más incómodo que tuve en mi vida y no exagero. Styles se mantuvo todo el camino callado y con la vista hacia delante, ni siquiera me dejo prender la radio porque a cada vez que lo intentaba, la apagaba de inmediato. Tuve la suerte de traer mi viejo iPod y me entretuve con The Pixies en el camino.
Me acomodo en el sillón observando a Harry de reojo, mantiene su cabeza apoyada en su mano sentando en el sillón individual hacia nuestro costado izquierdo mientras Sam y yo estamos en el sillón largo con el último capítulo de la primera temporada de Stranger Things reproduciéndose. Yo ya vi las dos temporadas hace semanas desde mi laptop las veces en que hacía tiempo para no ir temprano al cuarto y tener que cruzarme con Harry. Creo que debería buscarme otra serie para pasar las tardes, leer o estudiar más. El problema es que estoy segura que no tendré cabeza para pensar en otra cosa que en los últimos acontecimientos. No sé por qué, creo que he cruzado una línea que no esperaba que existiera y ahora me encuentro entre ignorar lo que está pasando o hacer algo al respecto. Pero soy una completa cobarde, jamás podría encarar a Harry y preguntarle qué es lo que sucede entre nosotros y por qué esos besos entre ambos.
Siento la cara roja y dejo caer mi cabello hacia adelante para cubrirla, misión imposible cuando Sam se voltea a mirarme.
—Carter, ¿no estas enferma?
Le doy una corta sonrisa.
—No te preocupes. Estoy bien.
Apenas termino de decirlo, estornudo tres veces seguidas. Sam me pasa enseguida un pañuelo descartable de la caja que está arriba de la mesita ratona y me sueno los mocos.
—Bueno, creo que sí.
—Deberías abrigarte más. El invierno no tarda en llegar y Londres es jodidamente fresco.
—Sam, la boca.
—¿Que? Todos en mi aula lo dicen, joder.
—¡Sam!
—Vale, me comporto —la preadolescente levanta las manos arriba en señal de rendición—Pero si me convierto en una marginada social por no poder decir palabrotas, tendrás que volver al secundario conmigo, Carter.
Le dedico otra sonrisa antes de darle un pequeño revoleo a su cabello. Solo en ese entonces noto la mirada de Harry sobre mí, nuestros ojos conectan un segundo antes que desvié mi mirada hacia la televisión, concentrándome plenamente en Eleven derrotando al demogorgon para ayudar a Mike y los demás a escapar.
Sam maldice de nuevo ahora que se termina la primera temporada y farfulla de que ya debemos mirar la segunda temporada. Decidimos una pausa para hacer más palomitas.
—¿Y a ti que te pasa, cabeza de arbusto? —le pregunta en dirección de Harry, quien es el único ser humano que parece aburrirse con semejante serie.
—¿Tenemos que seguir mirando esa estupidez?
Sam lo observa con la boca abierta.
—Tu vida es un asco si crees que la serie es mala, feo.
—Sam —le echo una mirada de advertencia.
—No estoy entendiendo nada, ni siquiera vi el primer capítulo —replico devuelta Harry con el ceño fruncido.
—¡Lo hubieses dicho al principio! Pensé que la habías visto con Carter.
Mis mejillas se vuelven rojas de golpe una vez más e intento no volver a mirar a Harry otra vez en la noche. Lo escucho resoplar.
—A Carter no le gusta compartir tiempo conmigo, por si no lo sabes.
—¿Y a quien le gustaría si eres todo un amargado?
—Y tu una niña fea. Con razón no tienes novio.
—No tengo novio porque los chicos son así de estúpidos como tú.
—Creo que ya es hora de las palomitas —intervengo de inmediato y le tomo de la muñeca a Sam, tirando de ella hacia la cocina.
Saco una bolsa de palomitas instantáneas y la pongo de inmediato en el microondas, soltando un suspiro de puro alivio. Sam me observa con los ojos entrecerrados.
—¿Qué pasa?
—Deberías decírmelo tú, Carter.
—¿Con respecto a qué?
—No te hagas la tonta —se recuesta en el desayunador, analizándome.
Los nervios me hacen una mala jugada. Soy mala para disimular cuando algo va mal y Sam me conoce mejor que nadie al igual que Cody.
—Está pasando algo con el cabeza de arbusto, ¿verdad?
—¡Claro que no! —chillo de inmediato.
Aprieto con fuerza mis labios. No tuve que haberle gritado, no si quería seguir fingiendo.
—Ya veo —Sam sonríe como el gato del país de las maravillas —Ahora que lo pienso, creo que es un poco injusto que sigamos viendo la serie si él no la ha visto.
—Bueno… es cierto…
—Olvida las palomitas, vamos afuera.
—¿Ah?
—La noche esta preciosa, no vamos a desperdiciarla. ¡Apúrate, Carter, vamos! —la risita de Sam resuena en la cocina y se va corriendo hacia la sala. Casi al segundo, escucho a Harry quejarse porque se ha lanzado encima de él y le insiste con ir a jugar al parque más cercano.
El microondas suena con las palomitas echas y las retiro dejándolas en un recipiente para cuando volvamos. Hubiese preferido quedarme encerrada antes que salir.
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Uno, dos, tres rebotes con la pelota y Harry la lanza al aro, encestándola. Sam refunfuña porque vamos perdiendo por mi culpa y quizá también porque Harry es bueno en todos los deportes, incluso el básquet.
—¡No se vale, no se vale! —chilla Sam molesta—¡Eres más alto que nosotras, es obvio que vas a ganarnos!
—No es mi culpa que seas una enana—la sonrisa socarrona marca Styles no tarda en formarse en el rostro del chico, rebotando una y otra vez la pelota.
Por mi parte, me siento cansada. No es como si realmente hubiese hecho demasiado, enceste un par de veces y le arrebate la pelota a Harry, pero fue más un enfrentamiento entre ellos. Mis músculos empezaron a dolerme a penas comenzamos a jugar y ahora duelen aun peor, sin tomar en cuenta que siento más frio del que debería.
—Carter, ¿puedo ir a buscar a Sean a su casa?
—Es tarde, Sam, no creo que lo dejen.
Sean es un niño de la misma edad que Sam. Han sido amigos desde siempre y como no si viven al lado del otro.
—Los papas de Sean nunca están en casa y su nana lo deja siempre y cuando este la abuela o tú.
Le doy permiso antes que la pequeña terca vuelve a insistir y se va corriendo en busca de su amigo, en dirección hacia su casa. La cancha de básquet queda lo bastante cerca para que pueda obsérvala llegar desde lejos, además el barrio es privado y demasiado tranquilo, hay seguridad de que nada le sucederá.
—Creo que ahora somos tu y yo, Carter.
Santa mierda, había olvidado que me quedaría a solas con Harry.
—Deberíamos tomar un descanso—digo nerviosa, ansiando un poco de espacio.
—Nop, vamos a seguir —Harry se mueve delante de mi rebotando con la pelota.
Levanto la mirada y al segundo me arrepiento, aun no puedo enfrentar sus ojos.
—No me gustan que me lo hagan fácil, Carter.
Pasa a mi lado chocando mi hombro con el suyo y salta para encestar de nuevo. Mi equilibrio se pierde por un momento, me recompongo a tiempo cuando me pasa la pelota. Siento la cara roja cuando volteo a mirarlo con su sonrisa arrogante y mi corazón empieza a latir fuerte.
—Vamos, Carter. Gáname un solo punto y mantendré limpio mi espacio.
Titubeo por unos segundos, es una oferta jugosa que no puedo rechazar. Pico la pelota contra el suelo y me concentro en cómo diablos pasar sin que Harry me robe la pelota y encestarla. Paso de él esquivando sus manotazos para robarme la pelota y salto para encestarla, la puntada que llega a mi cabeza me hace errar en el tiro.
—Pensé que eras mejor que eso, demoledora —se burla, de inmediato toma la pelota en su poder y la rebota contra el suelo.
Trato de ignorar las punzadas más fuertes que vienen a continuación, el constante frio y el mareo. Creo que enserio voy a enfermarme.
Harry intenta pasar, de un movimiento rápido le saco la pelota y trato de encestarla de nuevo. Tan rápido se mueve que se sobrepone delante de mí. Rechisto y trato de hallar un espacio por donde pasar, y no lo hay. En mi distracción, me arrebata la pelota y suma otro punto. Para este entonces, yo ya estoy lo suficiente cansada y sintiéndome abrumada. Demasiada cercanía entre nuestros cuerpos. Demasiada.
—Si no logras encestar, tendrás que limpiar mi parte por el resto del año.
—Eso es injusto —replico molesta, aunque mi voz sale tan débil que no lo demuestra.
El castaño solo se encoge de hombros aun con soberbia.
—Entonces, encesta un punto, White.
La pelota llega a mí y no dudo en lanzarla desde la posición en la que estoy. Harry se da cuenta tarde, salta para evitar la encestada. Aterriza demasiado cerca de mí, tanto que me hago hacia atrás de manera involuntaria y mis pies se enredan, no sé si por el mareo o por los nervios, aun así, caigo hacia atrás y Harry conmigo. Antes de caer en el suelo, pone una mano detrás de mi cabeza, omitiendo el fuerte impacto. De todas formas, no es como si el resto de mi cuerpo no sufriera las consecuencias.
—Ugh—gimo de dolor, sintiendo el peso de Styles sobre mí.
El solo pensamiento me vuelve a la realidad con las mejillas aún más rojas. Harry aun no parece haberse dado cuenta, se queja de la caída y se apoya entre sus manos, mirándome.
—Debiste haber tenido más cuidado.
—Lo... siento —murmuro, casi sin aire.
La conexión es de inmediata. Sus perlas esmeraldas me reflejan y transmiten tanto que no sé cómo explicarlo con palabras. Se mueven de mis ojos hacia mis labios, haciéndolo tragar fuerte. Mi respiración irregular no se normaliza por más de que pienso una y otra vez que nos estamos confundiendo, que este juego de estar casados nos está lavando el cerebro, pero parte mía grita que no es así, que no es para nada mentira lo que sucede.
¿Pero qué sucede?
—¡Harry, Carter! ¡Ya volvimos!
Empujo de golpe a Harry arriba de mí y me incorporo lo más rápido que puedo. El mareo me vuelve a enredar los pies, Harry me sostiene, como si adivinara que volvería a caer. Ni siquiera lo miro, ni siquiera agradezco. Estoy más ocupada en los latidos frenéticos de mi corazón y de disimular que aquí nada paso.
Porque nada paso, ¿verdad?
—Cabeza de arbusto, él es Sean. Sean, él es cabeza de arbusto.
—Sam, por favor, no le digas así —replica Sean. Pese a que solo tiene trece años, es casi tan alto como Harry, de cabello negro y ojos azulados—Hola. Hola a ti también Carter.
—Ho-hola.
—Sí, hola —dice Harry sin más. —Creo que deberíamos irnos a casa, enana.
—¿Que? ¡No! ¿Sabes lo que me costó convencerle?
—Carter está enferma. ¿No la ves?
Modulo para replicar, la mirada de Harry me calla al instante y no soy lo suficientemente fuerte para sostenerla.
—Estas muy roja —comenta Sam y se acerca, poniendo una mano sobre mi frente —¡Estas ardiendo, mujer! ¡Hay que llevarte adentro de prisa!
—No exageres —me zafo del agarre de Harry de manera sutil—Vamos a...
Las palabras se me quedan atragantadas en la garganta cuando el mareo me viene golpe. El castaño vuelve a sostenerme de inmediato, pasando una mano por mi espalda y sosteniéndome desde la cintura. Si antes mi corazón se había calmado, ahora parece imposible. Su mano va hacia mi frente y en sus facciones se refleja la preocupación.
—Será mejor que nos vayamos.
—Tengo medicina en casa, voy a buscarla —dice Sean y se echa a correr.
—¡Entra por la puerta detrás! ¡Apúrate! —le grita de regreso Sam y se posiciona a mi otro lado, sujetándome del brazo libre—Lo siento tanto, Carter. No sabía que estabas enferma.
—Yo tampoco lo sabía.
—Aun así, debiste decir algo si te sentías mal —espeta Harry molesto y tira de mi con brusquedad, haciéndome dar pasos a lo tonto.
—¡Sé suave, idiota! ¡Se siente mal!
—Tuviste que haberlo dicho antes, Carter —ignora a Sam y no me da otra mirada.
Lo veo de reojo en camino a la casa y noto que aprieta con fuerza la mandíbula, como si estuviera reteniéndose a gritarme. Parece enojado, demasiado, y una parte de mí se pregunta si es saludable sentirme bien verlo así por mí.
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A la mañana siguiente, Harry me quita el termómetro de la boca. Antes de dar el veredicto me echa una mirada regañona.
—38, 9º.
Estornudo tres veces. Me pasa una caja de pañuelos y saco tres aun cubriendo mi nariz y boca con la palma de mi mano. Trueno dos veces hasta que salgan todos los mocos y suspiro, completamente derrotada ante la gripe. Ayer por la noche, Sam se puso como loca correteando de aquí para allá y volviendo loco a Harry y Sean. Afortunadamente, la abuela Violette llego antes de lo esperado porque juraba y juraba que el bingo estaba comprado por la señora Sparks, quien siempre ganaba y se llevaba todos los premios. Harry aprovecho el momento y me subió arriba del auto, apenas y me dejo despedirme de Sam.
—¡Recuerda que el viernes iras conmigo a pedir dulces, Carter! —chillo Sam antes de que el auto arrancara.
Meto la medicina en mi boca y la trago acompañándola con un vaso de agua. Me recuesto nuevamente sobre la cama sintiendo en cada partícula de mi cuerpo el dolor y el desahucie. Según Harry, estuve corriendo como loca por los regadores en pleno otoño con el invierno pisándole los talones. Definitivamente, no iba a volver a embriagarme de vuelta en la vida. Que un rayo me partiera si eso volvía a suceder.
—¿Qué te duele? —inquiere de pronto al notar mi mueca—¿Quieres que te traiga algo para comer?
Meneo la cabeza. El apetito es lo que menos me preocupa
—Tienes que comer algo, Carter.
—Solo quiero dormir —suspiro otra vez y me acomodo entre las sabanas.
—Está bien. Le diré a Stella que no podrás asistir a la terapia de grupo.
Lo veo de reojo darse media vuelta y caminar hacia la puerta. Mi corazón se siente en cierta forma reconfortado y cuidado, protegido con dedicación. Nadie había sido así conmigo en mucho tiempo, y hablo del tiempo en que Cody vivía conmigo.
—Harry —lo llamo débilmente.
Se da la vuelta de golpe, como si estuviese alerta. Le regalo una sonrisa, sus ojos se abren. Creo que lo he tomado por sorpresa.
—Gracias.
Me mira por unos segundos más que parecen interminables. Enferma y desgastada, aun así, me tomo el tiempo de admirar el brillo en su mirada. Se aclara la garganta antes de proseguir.
—Me echaran la culpa a mi si no soy bueno con mi esposa.
Lo último me hace sonrojar como tonta. Él finge no notarlo y sale con pasos apresurados por la puerta. Sonrió sin evitarlo. No sé qué es lo que está sucediendo entre nosotros, pero sin dudas él es lindo cuando es atento y se preocupa. ¿Estaría bien pedir estar enferma siempre?
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Apenas empiezo a sentir una mano sacudir suavemente mi hombro, el sueño va abandonándome a la vez que el agotamiento me golpea fuerte. Pareciera que me siento aun peor de la siesta. Me cuesta a abrir los ojos, logro enfocar con éxito a Olivia con una sonrisa y un gesto preocupado en el rostro. Helvia está detrás de ella con los brazos cruzados y echándome una corta sonrisa.
—Estas hecha un asco —dice Helvia y se acera a mi escritorio, coge una botella de agua y me la pasa, quitándole la tapa en el camino —No soy doctora, pero deberías beber para no deshidratarte.
Tomo la botella aun sintiendo dolor incluso en mis dedos. Olivia me ayuda a sentarme despacio sobre la cama.
—¿Qué hacen aquí? —inquiero luego de darle dos sorbos.
—Bebe más —insiste Olivia.
Le hago caso sin fuerzas para rechazarla.
—Vinimos a ver como estabas. Harry nos dijo que estabas enferma.
—Pero el idiota no dijo que tanto. ¿Cómo va esa gripe?
—Una mierda.
—Y eso que dormiste bastante.
Le hecho una mirada al despertador de la mesa de luz. Es mediodía. Dormí toda la mañana.
—Casi se me pasa la hora del remedio.
—Antes de remedios, deberías comer algo.
Helvia esta vez trae una bandeja con un tazón. Lo deja arriba de mí y veo una sopa de pollo.
—La cocinera nos hizo el favor de cocinarte cuando le dijimos que no podías ni moverte.
Les doy una sonrisa de agradecimiento, demasiado cansada para hablar. Tomo unos sorbos con la cuchara, pero no siento sabor absoluto.
—¿Cómo esta, eh?
—Rico —digo con desgano. —Lo cierto es que no tengo apetito.
—Aun así, tienes que comer y beber mucha agua, así se te pasara rápido.
—También Harry debería limpiar este chiquero —Helvia señala la habitación completamente hecha un desastre —Pareciera que viviera un puerco.
—No pude limpiarla. Lo siento.
—No deberías sentirlo, él debería hacerlo y ayudarte —replica Olivia frunciendo el ceño, molesta—Ese idiota al menos debió limpiar el cuarto. Esto está lleno de bacterias. Así no vas a recuperarte.
—Eso es cierto. También deberías darte un baño.
Asiento sin más y sigo tomando mi sopa de pollo. Ellas dicen de un baño y ni siquiera creo poder mantenerme en pie. Tengo tanto dolor y sueño, que lo único que quiero es dormir hasta navidad.
—¿Qué paso con la sesión en grupo?
—Un fiasco. No sabía que podía ser tan exasperante —comenta Helvia.
Olivia se encoge de hombros.
—Lo normal.
—¿Llego la chica nueva?
—Se le atrasaron los planes, según Stella.
—Oh…
Olivia parece querer decir algo más, es interrumpida cuando la puerta de la habitación se abre sin más y entra Harry con una caja de pizza en la mano y una sonrisa triunfante en el rostro, una que se va desvaneciendo cuando ve a las chicas y enseguida cambia a su modo gruñón.
—¿Y ustedes que hacen aquí? —pregunta de mala gana
—Vinimos a ver a Carter, ¿y? —espeta Helvia entrecerrando los ojos.
—Ella está enferma, no es el momento para que vengan con sus cotilleos.
—No vinimos a cotillear, tarado. ¿Qué te molesta?
Harry mira el tazón de sopa y su ceño se frunce más.
—¡Que yo tenía el almuerzo para ella y ustedes lo arruinaron!
—Darle pizza no es lo que necesita ahora, genio —replica Via y señala su lado de la habitación —Y mira todo ese chiquero. ¿No deberías ser un poco más limpio ahora que está enferma? No esta saludable para que la tengas de esclava.
Las orejas de Harry se ponen rojas, no sé si por vergüenza o por enojo.
—¡Carter no es mi esclava!
—Claro que sí, la tratas como si fuera tu perro faldero —Olivia no se queda callada—Madurar te haría bien, abusivo.
—Sí, eso, eres un abusivo —ambas se cruzan los brazos por igual —Seguramente por eso Carter también se enfermó, porque la explotas.
—Chicas… —intento detenerlas, pero ambas me mandan una mala mirada para que me calle.
—No, Carter. Es un idiota que debería aprender de una buena vez.
—¡Ya dejen de criticarme y largo!
—Oblígame.
Aunque Helvia lo reta, Harry no lo hace. No sé qué habrá pasado con ellos en el pasado, pero supe que son amigos de la infancia al igual que con Edward.
—No peleen —ruego con vagancia.
Ninguno de los tres me hecha atención, como siempre. Los ignoro en su discusión aun tomando mi sopa de pollo para poder descansar. No sigo demasiado la pelea, solo sé que Harry está perdiendo contra las chicas al verse en desventaja. Helvia tiene carácter y Olivia también cuando la hacen enojar.
Llego a la mitad de mi plato, pero ya me siento demasiado llena. Me recuesto en la cama con más sueño y cierro los ojos, dejándome desfallecer.
—¡Ella es mi esposa, no me digas como cuidarla! —escucho gritar a Harry.
No sé si lo sueño o qué, se siente tan real que mi corazón latió fuerte y lucho con tratar de mantenerse despierta solo para saber si lo que dijo fue cierto. Mis parpados me pesan más, y me dejo vencer después de escuchar a Helvia burlarse de Harry.
La esposa de Harry Styles, Carter White.
Bueno, al menos no suela tan mal como el mes pasado.
Jaeger.
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Re: A Match Made In a University | 1D
Capitulo 23.2
Por segunda vez en el día, alguien mueve mi brazo ligeramente para despertarme. Esta vez me cuesta menos abrir los ojos y salir del sueño, los huesos no me duelen tanto y no tengo la nariz tapada de mocos. Zayn me sonríe con una caja de pizza en la mano y la asoma hacia a mí.
Lo último que recuerdo es que Olivia me dio el medicamento antes de marcharse. No sé bien en que termino la pelea, solo que Helvia se enojó con Harry y creo que le pateo el culo.
—Mira lo que te traje, mi pequeña demoledora.
—¿Peperoni? —pregunto tras apenas y sentir el olor desprender.
—Tu preferida —me guiña el ojo.
Le regalo una sonrisa y solo cuando se levanta puedo notar la presencia de Liam, lleva una caja de jugo de naranja en la mano y lo vierte sobre un vaso antes de pasármelo.
—La vitamina C te hará bien al resfrió.
—Gracias, chicos. Es lindo de su parte.
Zayn me ayuda a sentarme sobre la cama mientras Liam corre la silla de mi escritorio para dejarla al lado de esta y tomar asiento.
—Supimos por Helvia y Olivia que estabas enferma. ¿Qué tan mal te sientes?
—¿Del uno al diez?
—Si así lo quieres.
—Un seis.
—¿Significa que estas un poco mejor? —Zayn se queda parado al lado de Liam y saca una porción de pizza para llevárselo a la boca.
—Sí, no te preocupes.
—Pareces masacrada, como si te hubiesen golpeado veinte tipos al mismo tiempo.
—Zayn... —le regaña el castaño.
—¿Que? Es verdad, esta echa una mierda.
—Gracias, tu sí que sabes hacer sentir bien a la gente—suelto con sarcasmo y saco una porción para darle un mordisco. Apenas puedo sentirle el gusto, pero sabe mucho mejor que la sopa, de eso es seguro. —¿Alguna novedad?
—No, pero ¿eres amiga de Steve Peterson?
—¿El encargado de la biblioteca? —el moreno asiente—No, no sé si amigos. Hemos hecho proyectos juntos y lo ayude a acomodar los libros en los estantes un par de veces. ¿Por qué?
—Le dijo a Rob Stewart que era tu amigo y el tipo le devolvió el dinero —comenta Liam divertido.
Yo suelto una carcajada junto con Zayn, quien se encarga de contarme todo el proceso porque él estuvo en la biblioteca a esa hora. Steve es un buen chico, suele usar pantalones grises de vestir junto con una camisa blanca por dentro de la ropa y gafas de culo de botella. No es un mal chico, pero las personas en la universidad suelen aprovecharse de él al no tener un carácter fuerte. No me parece mal que esté tratando de usarme como protección. Vaya a saber cuánto dinero Rob le ha robado todos estos años.
—Por cierto, Edward está molesto contigo, Carter.
La sola mención de su nombre me descoloca momentáneamente. Olvide a Edward y que lo golpee en la fiesta. Aunque si voy a ser sincera, hacía tiempo que su imagen no invade mi mente, ni siquiera cuando veo a Harry me recuerda a su hermano, y eso que son idénticos. Pero saber que está molesto conmigo no hace más que ponerme nerviosa, ansiosa y culpable. Ni siquiera sé si realmente le hice daño o que, no pude preguntarle a Olivia tampoco.
—Debe odiarme.
—Le dejaste el ojo morado, nena. Si no lo hiciera no sería normal.
—Joder Zayn —murmuro casi histérica golpeando mi frente con ambas palmas. No, no, no, no. ¿Qué mierda hice? —¿Por qué carajos no me dijiste antes?
—No preguntaste —se encoge de hombros.
—¡Zayn!
—No quisimos seguir incomodándote, Carter —interviene Liam, pasándome nuevamente mi vaso de jugo. Por poco y lo bebo de golpe—Es que era demasiada información. Ed no te odia, si está molesto porque te emborrachaste y te enfrentaste contra Rob. Lo cierto es que nosotros también nos molestamos.
Me apena ver las expresiones serias de Zayn y Liam. Puede que no recuerde, eso no significa que no haya causado problemas a mis amigos.
—L-lo siento.
—Sabemos que lo sientes, es obvio cuando hay un video tuyo pateándole el culo al bravucón de Cambridge circulando por toda la universidad —contesta Zayn con ironía —Pero, joder Carter, deberías controlarte solo un poco. Casi nos matas del susto cuando te enfrentaste a Rob. Pensamos que iba a matarte o algo por el estilo.
—Además, ¿de dónde diablos aprendiste a pelear? —inquiere Liam
—Sí, porque te juro que había movimientos que no conocía.
—Mi abuelo era Sargento Coronel en la milicia. Nos entrenó a mi hermano y a mí como sus soldados. Además, soy cinta negra en taekwondo y jiujitsu —explico llevándome un silbido por parte de ambos.
—¿Ósea, que puedes patearnos el culo cuando quieras?
—Deberíamos empezar a tratarla mejor, puede que nos mate la pequeña Demoledora.
Liam me revuelve el cabello y me pasa otra porción.
—Solo si me hacen enojar —finjo mirarlos mal y le doy una mordida a mi pizza.
Ninguno de los dos se lo cree porque enseguida se ríen de mí.
—Que tierna —Zayn me toma del cachete y lo mueve de un lado a otro, haciéndome sonrojar—Incluso podría salir contigo.
—No bromees con eso —replico avergonzada.
—Aunque eres demasiado blandita. Me gustan con más carácter.
—¿Así como Savahtine?
Zayn le hecha una mala mirada a Liam, obviamente no queriendo indagar en el tema.
—De todas formas, no es como si tu fueras mi tipo —le digo encogiéndome de hombros —Demasiados tatuajes para mi gusto.
—¿Y qué hay de Edward entonces?
La masa se me queda atragantada en la garganta y empiezo a toser sin parar. Liam me palmea la espalda mientras Zayn me pasa más jugo. Lo bebo a las apuradas aguantándome los atracones, asustada. ¿Tan obvia soy? ¿Edward lo sabe? ¿Y si lo sabe y por eso también está molesto? ¿Y ahora qué hago? ¿Cómo voy a darle la cara? ¿Y a Olivia? ¿Ella se dio cuenta? Si, debió haberse dado cuenta. Si lo hicieron los chicos, es obvio que sí.
—¿Estas bien?
—Sí, Liam, gracias —balbuceo con torpeza y aprieto fuerte el acolchado sintiendo mi rostro más rojo de lo normal. —¿Soy tan obvia?
—No…
—Yo si me di cuenta —interrumpe Zayn. El castaño le hecha una mala mirada y yo solo suspiro frustrada y odiándome por ser tan tonta—¿Qué? Soy observador, aunque no se note. Yo si me di cuenta y le dije a Liam, él es más lento…
—Solo estaba siendo educado.
—Sí, lo que sea. Pero, Carter, ¿Qué vas a hacer?
La pregunta me descoloca momentáneamente, todavía mis mejillas están sonrojadas y no dejo de apretar el acolchado. ¿Cómo que qué voy a hacer? ¡Nada! Es lo lógico. A Edward le gusta Olivia y no hacen mala pareja. Es más, se ven lindos juntos. A mi lado, Edward no se ve para nada bien. Yo no me veo bien al lado de nadie.
Las miradas curiosas de los chicos me arrebatan el aire sin encontrar una respuesta adecuada. Abro la boca sin saber que decir, y como si fuera el momento oportuno, Harry abre la puerta de la habitación con una bandeja en la mano. Su desagrado no pasa por desapercibido. Enseguida frunce el ceño y fulmina con la mirada a los chicos.
—¿Y ustedes qué diablos hacen aquí?
El suspiro que se escapó de mis labios no llamo la atención de ninguno. Nunca me había alegrado de ver a Harry tanto como ahora.
—Vinimos a ver a Carter, ¿acaso no te fijas?
—Si me fijo, y veo que le trajeron pizza, Malik —Harry entrecierra los ojos y coloca una sonrisa socarrona en el rostro—¿No saben que lo mejor para el resfrió es sopa de pollo?
—Sí, pero Carter odia el pollo —replico Liam devolviéndole la sonrisa y arrebatándole la suya del rostro—¿O no te lo dijo?
—Li…—tiro de la punta de la camisa y meneo con la cabeza —No peleen, me duele la cabeza.
No me duele tanto, si me dolerá si se ponen a discutir.
—Será mejor irnos —Zayn se levanta no sin antes llevarse la caja con él. Me revuelve el cabello antes de sonreírme —No te preocupes. Somos tus amigos y sabemos guardar secretos.
Me guiña el ojo antes de irse, ignorando por completo a Harry cuando le pregunta cuál es el secreto. Liam se marcha riéndose, como si quisiera realmente molestarlo.
Styles se gira hacia a mi apenas la puerta se cierra con los ojos entrecerrados, observándome tal cual traidora.
—¿Qué hacían ellos aquí?
—Me trajeron pizza y jugo de naranja—respondo apachuchandome en la cama.
—¡No puedes traer tipos aquí! —protesta acercándose a mi lado de la cama, dejando bruscamente la bandeja con el plato de sopa—¿Y cómo es eso que no te gusta el pollo? ¿Por qué nunca me dijiste?
—No son tipos, son mis amigos. Además, nunca preguntaste que me gusta comer o que no.
—¡Pero hoy comiste pollo!
—Porque las chicas se esforzaron en traérmelo. No podía decirles que no.
—¿Y yo que, entonces? —replica ofendido, casi suena lastimado—¿No vas a tomar la sopa que te traje?
Abro la boca para decirle que realmente no tengo apetito, apenas y comí dos porciones y sin muchas ganas. Son sus ojos tristes los que me hacen cerrar el pico y asentir.
—Si voy a tomarla. Quiero sentirme mejor para mañana —le regalo una sonrisa, despejando al menos su ceño fruncido—Gracias. Estoy segura que no fue sencillo pedírselo a la cocinera por segunda vez.
—Ni que lo menciones. Tuve que prometer una cita con su nieta el viernes.
Esta vez soy yo quien frunce el ceño, sintiendo hervir mi garganta desde mi estómago hasta la punta de mi lengua.
—¿Por qué hiciste eso?
—¿Qué cosa?
—Eso, prometer una cita a la cual no iras.
El castaño me mira entre sorprendido e incrédulo. No tarda un segundo en ponerse en su fase de idiota, con su sonrisa de que todo lo puede y las manos sobre la cintura.
—Claro que iré. Me mostro una imagen y es caliente. ¿Por qué no?
Aprieto otra vez el acolchado, sintiéndome cada vez más molesta.
—Tenemos que ir con Sam a pedir dulces. ¿Lo recuerdas?
—¿Cuándo prometí eso? —se cruza de brazos—No voy a desperdiciar mi viernes cuidando a esa enana. Además, llevare a mi nueva chica a la fiesta de las Panteras Doradas.
—¿Qué? —mascullo casi sin voz.
—Lo que escuchaste. ¿O acaso pensabas que te llevaría a ti?
El breve silencio confirmo mi respuesta. Harry se ríe con cinismo.
—Por favor, no creo que te hayan invitado y sabes que es exclusivo, aunque puedo hacer algo por ti para que vayas con tus amigas. Estoy seguro…
—Muchas gracias, pero no lo necesito, ya me invitaron —le interrumpo mirándolo con fijes, intentando con fuerza no ponerme a gritar allí sin más. Harry se sorprende nuevamente.
—¿Estas enojada?
¿Por qué saldrás con otra chica? ¿Por qué la llevaras a la fiesta de Halloween? ¿Por qué te comportas bien conmigo y luego como un imbécil?
—No, ¿por qué debería estarlo?
—No lo sé, tal vez estas confundiéndote.
Su tono despectivo me hiere, realmente lo hace. Puede que nunca muestre cuando algo me afecta, eso no significa que no pase, que no me duela. Estos días había pensado que ese beso cambio algo en nuestra relación, que estos gestos que tenía conmigo era porque yo le importa.
Pero vamos, Carter, tu nunca le importas demasiado a nadie. Solo es pena. Obra de caridad. Llámalo como quieras. Solo no te confundas.
—No te preocupes —le dedico una sonrisa corta. Por lo tenso que se pone, sé que está molesto. He aprendido a leerlo bien en poco tiempo—Edward es quien me gusta. Es atento, amable, profundo y…
—No tienes oportunidad con él —duro y frio, la mirada de Harry acompaña al tono de su voz. Yo trago saliva con fuerza, más que sintiéndome intimidada, me siento dolida—Edward no se fija en chicas como tú.
—¿Chicas como yo?
—Si. Chicas como tú no salen con chicos como nosotros.
—¿Y cómo son las chicas como yo?
Duda un momento en decirlo, realmente lo hace, y le ruego mentalmente que piense bien antes de hablar.
—Ya sabes, perdedoras.
El silencio que se forma entre nosotros termina de romper las ilusiones que había creado y apenas era conscientes. Si me confundí. No es como si él no tuviera razón. Chicas como yo, cobardes y perdedoras, no salían con chicos como él. Estaban en otra liga por más que fueran imbéciles como Harry.
—Comprendo —murmuro sintiéndome aun peor. Me recuesto con la frazada tapándome casi por completo la cabeza.
—¿No vas a comer? —pregunta de nuevo, y siento la clara intención de no importarle si ceno o no.
—No, gracias.
—Bien.
Da largos pasos hacia la puerta, apagando la luz en el proceso y la cierra de golpe y fuerte, dejándome en la oscuridad. Mis ojos se llenan de lágrimas y me termino de tapar la cabeza, intentando reprimir el llanto.
No puedo. Duele demasiado para hacerlo.
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La gripe persistió por unos días más, aun así, fui a todas mis clases y me salteé el almuerzo toda la semana, esperando tener que ver lo menos posible a Harry. Por su parte, él también parecía evitarme. No volvía a la habitación hasta muy tarde. Yo me levantaba demasiado temprano y huía, esperando no cruzar una sola palabra entre nosotros.
Fueron tres días de mucha tensión. Para ayer en la noche, las cosas se habían aflojado, o al menos ya no tratábamos de evitarnos. Yo no lo hacía, poco después comprendí que es imposible: nos quedan más de medio año juntos compartiendo habitación. Supongo que él pensó lo mismo.
Ayer, Harry volvió de su entrenamiento apenas termino. Lo observe leyendo mi libro desde la cama y sonándome la nariz. La incomodidad y densidad no se hizo esperar. Ni siquiera podía mirarlo a los ojos, aún estaba molesta y dolida con él.
—¿Va bien esa gripe? —pregunto de pronto.
No levante la mirada hacia él.
—Sí, gracias.
—Bien.
Y se marchó hacia las duchas sin darme una segunda mirada. Ya habíamos superado el encuentro fatal después de tres días sin vernos y había sobrevivido hasta entonces.
Antes que nos fuésemos a dormir, Anne llamo a Harry. Él no se veía para nada contento y escuche sus gritos desde el baño cuando me estaba poniendo el piyama y cepillándome los dientes. Una vez que salí, echo un vistazo hacia a mí con el ceño fruncido y los ojos preocupados.
—¿Qué sucede?
No contesto, solo meneo la cabeza.
—Sí, si es Carter, mama—contesto bruscamente antes de tomar una profunda respiración. —¡No! Es ridículo. No hablaras con ella. No puedes... No, ya lo sé. Mamá, por favor, tiene clases y... Joder —separo el celular de su oreja por unos segundos haciendo una mueca de dolor—Bien, bien. Ya te paso.
Se acercó pocos pasos hacia a mí y me tendió el celular.
—Solo dile que no —susurro y paso de mí, yendo directo hacia el baño.
Muy confundida, lleve el teléfono a mi oído.
—¿Hola?
—¿Carter?
—Eh, si —asentí sintiéndome tímida y preocupada. Si llamaba esas horas es que había algo mal—¿Cómo ha estado, Anne?
—No mejor que tú, supongo —replico brusca, sorprendiéndome —¿Es que ya engatusaste a mi hijo?
Me quede sin habla por unos momentos, no sabía si seguir en la llamada o cortarla, pero preferí no hacer nada que nos terminara perjudicando.
—Yo...
—Tengo suerte que será solo este mísero año —chasquea la lengua y aclara su garganta—He decidido que la flacucha y tú no pueden estar sin hacer nada. Deberían aprender algo bueno para variar, así que las inscribí en clases de danzas árabes —mis ojos casi se salen de orbita cuando la escuché decir aquello. ¿Danzas árabes? ¿Qué diablos con eso? —Traten de faltar una sola vez y les prometo un informe muy feo en su segunda visita.
Anne solo corto la llamada y cuando Harry escucho sobre vernos bailar a Olivia y a mi danza árabe, el muy desgraciado solo se hecho a carcajadas.
—Por eso amo a mi mama, siempre con sus ocurrencias —suspiro divertido y meneo la cabeza, sentado desde el borde de la cama con los brazos cruzados —No te preocupes, seguramente solo quiere molestarlas. No es necesario que asistas.
—Dijo que daría una mala calificación...
—Nah, mama nunca nos haría eso a Edward y a mí —se encogió de hombros—No vayas sino quieres, tampoco es como si ella pudiera obligarte a hacer algo.
Y tiene razón. Anne no puede obligarme, aun así, aquí estoy, sentada en el fondo del autobús yendo a las clases de árabe junto con Olivia, quien no deja de moverse de los nervios. Ella si pego un grito al cielo y se quejó en grande por el abuso de nuestra "suegra". Edward le dijo lo mismo, que no asistiera. Es fácil para ellos decirlo, no para nosotras el no hacerlo. Tendríamos a Anne aún más en contra nuestra y lo que menos queremos es que perdiéramos el año solo por no ir a mover las caderas.
—Ahora entiendo porque el 30% de los matrimonios fallan a causa de las suegras. ¡Son como un monstruo come almas!
—Y a nosotras no nos tocó una fácil —hago una mueca—En mi vida baile algo más que tango, ¿será difícil?
—Al menos tu puedes bailar, Carter, yo tengo dos pies izquierdos.
—Supe por internet que se usan las caderas.
—A ver.
Olivia busca videos en YouTube de muchachas bailando, se me ruborizan las mejillas de solo pensar en usar un traje tan descotado y descubierto, sobre todo con sus movimientos de cadera y pecho.
—Apenas puedo usar brasier, ¿qué le pasa? Es una bruja.
Coincido en su totalidad. Anne es de lo peor.
Nos bajamos en la parada que indica el GPS y nos guiamos por el google map del celular de Olivia. Llegamos a una academia de baile a una cuadra que tiene siluetas de bailarinas dibujadas en las paredes color hueso. Nos adentramos por la puerta negra de acero y entramos en la recepción. Una señora de cabello pelirrojo nos sonríe de par en par.
—¡Bienvenidas!
—Hola, buenas tardes —dice Olivia y yo asiento en modo de saludo, manteniéndome al lado de la castaña—Estamos aquí por las clases de árabe.
—¿A nombre de quién?
—De Anne Cox.
—Esperen un momento—Betty, según su etiqueta, busca en la computadora y teclea dos veces antes de volver a dirigirse a nosotras aun sonriendo—Olivia y Carter, ¿verdad? Pasen por el pasillo, la tercera puerta del lado izquierdo, corazones.
Dando las gracias y despidiéndonos, caminamos hacia el pasillo largo donde están todas las clases. Increíblemente las paredes no existen, sino unos vidrios gigantescos que nos permiten observar las demás clases. Desde ballet a hip hop, llegamos a la clase de árabe. Solo hay tres chicas más que nosotras, y son unos años más grandes.
Quien parece ser la profesora, se acerca a nosotras con una media sonrisa puesta en el rostro. Casi tengo que recordarme a mí misma cerrar la boca ante la maravilla de mujer delante de mí. Oliva y yo intercambiamos miradas que todo lo dicen: definitivamente, esto no es para nosotras.
—¿Olivia y Carter? —ambas asentimos con timidez. La profesora extiende la sonrisa de su rostro—¡Bienvenidas! Mi nombre es Camille, y es un placer para mi tenerlas hoy aquí y en las próximas clases. Ahora, a presentarse con las demás. —hace tres aplausos para llamar la atención de las chicas.
La presentación corta e incómoda no se hace esperar. Yo no soy buena para relacionarme con la gente, creo que Olivia tampoco lo es porque se ve más incómoda que yo. Camille nos hace cambiarnos con trajes que hay en la academia, despreocupándonos de comprar uno o al menos hasta la presentación anual.
En menos de diez minutos, tengo puesto un traje color violeta en la parte inferior con monedas redondas que cuelgan de hilos de la prenda de mi cadera. Tengo puesto el corpiño del traje con monedas danzantes y ruidosas, exponiendo mis pechos aún más. Olivia sale del vestidor con uno celeste, también avergonzada tanto o más que yo.
—¡Les quedan geniales! —felicita la profesora. Todas le siguen el aplauso, aunque hay algunas que les da lo mismo.
—Creo que esto es un poco revelador —opino por debajo tratando de cubrir mi pecho.
—Claro que no, te ves preciosa así, Olivia.
—Yo soy Olivia —esta levanta la mano.
—Sí, si —Camille aletea la mano para quitarle importancia al asunto—Ahora que están integradas al grupo, les enseñare una coreografía que hemos estado practicando hace una semana y en el transcurso les enseñare las técnicas del baile y poco de historia sobre las danzas árabes.
Sin más remedio, asentimos y nos colocamos al fondo del todo. Camille nos observa desde el espejo y menea la cabeza antes de dirigirse de nuevo a nosotras.
—No, chicas, ustedes van delante de todo. La señora Cox me pidió que pusiera completa atención sobre ustedes.
—Aprendemos rápido —miente Olivia de inmediato, nerviosa.
—Por favor —La sonrisa cordial de Camille no nos deja ningún otro escape. Nos movemos delante de las demás recibiendo malas miradas y no es lo de menos cuando la profesora parece opacar su esfuerzo—Empecemos. Chicas, ustedes sean pacientes con las nuevas, ¿sí?
Ninguna me parece sincera e intento hacer lo mejor posible cuando la música empieza a sonar y Camille nos va enseñando los pasos. Yo trato de seguirle el ritmo, aunque fallo miserablemente. Olivia es quien parece tener más problemas que yo, pues va toda descoordinada.
—No, no, así no —replica Camille y vuelve a enseñarlos el movimiento de la cadera —No muevas los pies, solo la cadera de un lado a otro.
La castaña me echa una mirada de súplica, pero no podemos marcharnos, no si no queremos ser reprobadas.
—Esto lo hizo apropósito. Le pago para torturarnos —murmulla Olivia cuando la profesora vuelve al frente y empieza a bailar.
Yo solo asiento porque también lo creo, y viniendo de Anne Cox, nada es imposible.
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Fueron los cincuenta minutos más largos y torturosos de mi existencia. Camille es una profesora exigente, no quiere cosas a medias, las quiere completas y perfectas. Nos hizo repetir el movimiento de cadera en una esquina por veinte minutos mientras terminaba de repasar la coreografía con las demás, a quienes por cierto no les hemos caído en gracia para nada porque tienen que repasar la lección con nosotras, y ni hemos llegado la mitad de la coreografía.
Nunca he sido una bailarina excelente. El abuelo White me enseñó a bailar tango desde que era niña porque el viejo es completamente apasionado y porque si no eran correr dos millas y unas doscientas lagartijas de más. Además, según él, me veía preciosa cada vez que bailaba y le recordaba al momento exacto en el que se enamoró de la abuela. Mis dos pies izquierdos saben manejarse en el área del baile, pero eso de aprender árabe era otra cosa paralela. Y los trajes. Por los cielos, los trajes. Me daban vergüenza de solo pensarlo en usarlos delante de más personas.
—No voy a volver. Nunca, nunca —mascullaba Olivia molesta —Golpéame si llego a entrar una vez más allí.
—No fue tan malo...
—¿Que no lo fue? —me manda una mirada incrédula.
—Bien, si lo fue, pero no es como si tuviéramos otra opción...
Salimos por la puerta principal con Olivia aun maldiciendo y dándome la razón a regaña dientes. Y pensar que tendremos que venir todos los jueves y martes si o si a mover las caderas, no los pies.
—¡Olivia! ¡Carter!
La voz masculina de Des nos sorprende, y al voltear al costado, sale de su auto con una sonrisa en el rostro y cierra la puerta, acercándose a nosotras. Por detrás de él, observo que no ha venido solo, pues Edward y Harry lo acompañan, este primero en el asiento delantero. Aun así, es el Styles menor el que llama más mi atención, sonrojándome. ¿Se cortó el cabello?
—¡Las he extrañado, chicas!
El fuerte abrazo de oso que Des nos da a ambas por poco me quita la respiración. Nos suelta al cabo de unos segundos, tan contento de vernos que enseguida nos pasa a las dos un brazo por el hombro y nos dirige hacia el auto.
—¿Cómo han estado mis muchachas?
—Sobreviviendo —Olivia se encoge de hombros y yo solo contesto con una sonrisa tímida.
—Supe por los chicos de las clases de árabe —comenta con pena—Lo siento, Anne está loca.
—Está bien, estamos acostumbrándonos a su manera de expresar amor.
—Olivia...
—¿Que? No he dicho nada malo, Carter.
—Está bien, no se preocupen —Des se ríe en voz alta y menea la cabeza con diversión—Es una bruja, ¿cierto?
Ninguna contesta, aunque supongo que los tres estamos de acuerdo en ello.
—No digan nada delante de los chicos, ellos son muy sensibles con respecto a su mama —nos guiña el ojo.
Abre la puerta de atrás del auto. Advierto que Olivia esta por darme el paso a mí, la sujeto del brazo y por poco no la obligo a que se meta a dentro. Con un intercambio de miradas, ella parece comprender que no quiero a Harry sentado a mi lado. Por más que estemos tratando de llevar las cosas en paz, no quiero soportarlo a mi lado sino es para dormir. Se desliza hacia dentro y me subo en instantes, cerrando la puerta.
—¿Qué tal la lección de árabe, chicas? —Edward se voltea desde el asiento y nos echa una sonrisa divertida.
—No me jodas ahora, Edward. No estoy de humor.
—No pudo ser tan malo. ¿Cierto, Carter?
Mis mejillas se sonrojan de golpe y como tonta me quedo unos segundos sin contestar. La sonrisa tímida en mi rostro parece ser suficiente para contestarle. Se vuelve a Olivia, observándola como si solo existiera ella, aunque esta no parece notarlo de inmediato. No es necesario ser un genio para darse cuenta que Edward gusta de Olivia. Lo he notado desde el principio. Se siente atraído y no es lo de menos, Olivia es increíble y se ha vuelto una amiga importante para mí. Ha sido mi única amiga desde que Jenna se fue y me quede sola en esta universidad de locos. Además, no tengo que soportar a una suegra maniática por sus hijos sola.
—Por cierto, Carter, buen golpe —Ed señala su ojo. Ya se le ha ido lo violeta, aunque todavía le queda un poco oscuro.
—Lo siento tanto…
—No te preocupes, no fue nada.
Harry se ríe de golpe.
—Lloriqueaste cuando te golpeo.
—Claro que no, no lloriquee.
—Si lo hiciste —interviene Olivia.
Y eso no me da gracia, me da más vergüenza y odio a mí misma por haberlo golpeado. ¿Quién golpea el chico que le gusta? ¿Quién?
Des sube al auto luego de haber ido a buscar una lata de Coca-Cola para nosotras en la máquina de gaseosas. Le agradezco internamente su aparición, de lo contrario me moriría de vergüenza allí sin más.
—Se lo merecen.
—Gracias, Des. No era necesario.
—Claro que sí, Olivia. No es fácil ir a mover los pies.
—Las caderas —le corrige Edward, aun burlándose —¿Y a ti que te pasa? Estas con cara de perro.
Un Harry con el ceño fruncido quita su vista de la ventana antes de dirigirse a su hermano.
—Déjame en paz.
Ed parece querer decirle algo, sin embargo, creo que se lo piensa mejor y solo se calla, echándome una mirada hacia en mi dirección, como si fuésemos cómplices. No evito ponerme nerviosa, pero no esquivo su mirada. No sé si es por qué ha pasado muchas veces que he tenido que verlo a los ojos, ya no es tan difícil como antes.
Se gira hacia adelante y comienza a hablar con Des sobre algo que no presto atención. Me vuelvo hacia la ventanilla del auto, tratando de ignorar la presencia de todos y rezo porque el viaje a la universidad sea lo más rápido.
De pronto y sin darme cuenta, apenas unas calles de la academia de danzas, Des estaciona el auto.
—Bajen, bajen, que no tenemos todo el día —dice divertido y es el primero en poner un pie afuera del auto.
Salgo y le echó un vistazo a la tienda de disfraces.
—¿Y esto que es, papá?
—Una tienda de disfraces, Harry.
Revolea los ojos y suspira con frustración.
—Ya lo sé, ¿qué hacemos aquí?
—Mañana es Halloween. Supongo que tendrán una fiesta, ¿cierto?
—¿Y tú como sabes eso? —cuestiona esta vez Ed con los ojos entrecerrados.
—Soy su padre. Es obvio que sepa todas sus mañas —se ríe entre dientes y camina hacia la entrada de la tienda—Andando antes que se lleven los mejores disfraces.
Los chicos se adelantan siguiéndole el paso a su progenitor. Olivia se pega a mi lado, no muy contenta con la idea.
—¿Es sobre esa fiesta que nos invitaste a Helvia y a mí?
—Justamente esa.
La castaña me envía una mirada de advertencia.
—No quiero verte ebria.
—No iré.
—¿Y para que nos diste la invitación, entonces?
—Chicas—Edward interrumpe nuestra conversación, observándonos con curiosidad—¿Sucede algo?
—No.
—Okey. Solo apúrense antes que Des venga por ustedes —nos sonríe antes de volver a entrar.
Lo seguimos dejando de lado la conversación, solo por el momento porque no creo que Olivia lo olvide tan rápido. La casa de disfraces no por nada se llama así: prenda por doquier y de todo tipo, desde personajes de súper héroes hasta los disfraces más raro que he visto, como el de una empanada o de un pedazo de caca. En fin, completamente raro.
Des nos suma a nuestros brazos posibles trajes que le gustaría que lleváramos para nosotras —y todo por su cuenta y ay de nosotras si nos negamos. Sanción asegurada en el informe. Por otro lado, los chicos están del otro extremo donde están los disfraces para hombres. Los escucho discutir a lo lejos y no evito mirarlos con cierto cariño. Creo que una de las cosas que más voy a extrañar luego que todo esto termine va a ser ver a Harry y Edward pelear como dos críos.
—¿Qué tal si vamos a ayudarlos?
Solo seguimos a Des hasta el otro extremo de la tienda, los gemelos se entregan bruscamente un disfraz que alcanzo a reconocer al instante.
—A mí me tocó ser Robín más veces que tú, Edward.
—Pero la última vez, yo fui Robín.
—¿Y qué? Te queda el papel de maricon.
—Robín no era maricon, idiota. Tu si lo eres.
—¡Yo no soy ningún maricon, gillimpollas!
—No serás Batman esta vez, Harry —Ed entrecierra los ojos, completamente serio. Su hermano se pone igual o peor manera, como si se tratara de una guerra entre dos bandos.
—Yo le quepo mejor al traje, hermano. A ti te queda uno como este —señala despectivamente al traje de Robín, burlándose.
—Ya, ya —Des interviene en la pelea con diversión y colocándose en medio de ambos—¿Por qué no se lo prueban ambos para ver a quien le queda mejor?
La incredibilidad pasa por el rostro de Olivia y de mí, pero no para el de los gemelos porque enseguida se van correteando hacia los cambiadores, peleando otra vez por quien se pone el traje que sostienen.
Resoplo, agotada, aunque ciertamente divertida.
—Son insoportables, ¿cierto? —ríe Des.
—Claro que si—coincide Olivia sonriendo, también divertida por la situación.
Mientras tanto, Olivia y yo nos ponemos a fijarnos trajes para nosotras. Alquilare uno para ir a pedir caramelos con Sam. El año anterior se molestó conmigo porque no estaba acompañando al espíritu de Halloween sin ningún disfraz y casi me decapita. Lo cierto es que no tengo idea de que disfrazarme, nunca fui de ir casa por casa a pedir dulces, Adam y Rachel no nos permitían hacerlo. Solo cuando ellos estaban de vacaciones, las nanas nos sacaban, sino era el abuelo, consciente que mis padres no pueden decirle que no; nos disfrazaba de soldados y nos daba sus armas sin balas, pero armas, al fin y al cabo.
—¿Realmente no vas a ir a la fiesta? —pregunto Olivia una vez que nos quedamos solas, pues Des fue a buscar el suyo para un evento de mañana.
—Tengo que llevar a Sam a pedir dulces.
—¿Sam?
—La niña que Harry y yo cuidamos.
—Ya veo… ¿estaría bien ir a la fiesta sin ti, entonces? Nos invitaron porque a ti te invitaron…
—Claro que sí, pero pensé que no te gustaban las fiestas.
—No me gustan, pero vaya a saber cuándo me invitaran de nuevo a una fiesta de las Panteras Doradas. Dicen que te dan cupones gratis para el almuerzo. Además, Helvia ya tiene su disfraz y va a matarme si le digo que no voy.
—¿De qué?
—Dijo que era sorpresa —se encoge de hombros —¿Tienes algo pensado, Carter? —inquiere sacando los trajes que le gusta y dejándolos sobre su brazo.
—No, no sé. ¿Tu?
—Estaba pensando en uno simple, como vampiresa o algo así.
—Convencional.
—Solo voy por los cupones. Cupones gratis, Carter.
Me rio por la seriedad en que lo dice. Des nos llama desde el lado de los vestidores y nos indica que vayamos.
—¡Me queda mejor a mí!
—¡Claro que no, quítatelo!
No me sorprende para nada llegar y que los gemelos nuevamente estén peleando. Los ves en la uni y piensas que no hay hermanos más unidos que ellos. Siempre fue raro verlos en desacuerdo. Mientras más los conozco, más me doy cuenta que no se parecen en nada, salvo a que ambos son engreídos, tercos y considerados, aunque a su manera. También son infantiles, admito que me da un poco de gracia verlos a los dos disfrazados de Batman, discutiendo por ver a quien le queda mejor cuando son gemelos.
—¡Yo quiero ser Batman, joder!
—¿Y por qué no llevan los dos el mismo?
—¡No! —exclaman ambos en dirección a su padre.
—Todos los Halloween hace lo mismo: se disfraza de mí. Suficiente es compartir este hermoso rostro.
—Por favor, el copión eres tú.
—Yo nací primero.
—Eso no dice el registro familiar.
—Papa —miran ambos a su padre, este se encoge de hombros.
—Chicos, yo aprendí a distinguirlos a los seis años, no me metan.
No aguanto más y suelto una carcajada junto con Olivia. Ni siquiera me importan las miradas asesinas a nuestra dirección, no cuando vengo soportándolo desde que los vi a los dos peleando por defender la ciudad Gótica.
—¿Y ustedes de que se ríen?
—Sí, ¿creen que es gracioso?
—Insisto que vayan ambos con el mismo disfraz —dice Des entre divertido y cansado.
—Olvídalo. De por si es difícil que nos distingan.
—Peor será si vamos los dos con el mismo disfraz.
—Vamos, distinguirlos no es tanto problema —Olivia pone los ojos en blanco y se cruza de brazos —Solo decídanse. Hay que volver a la universidad antes de la cena.
—Claro que lo es.
—Apuesto que ni sabes cuál es cual.
—Por favor, Carter y yo podríamos distinguirlos en un abrir y cerrar de ojos —replica con seguridad.
La mirada de los tres va hacia a mí. Yo solo sonrió tímida.
—¿Enserio?
—Claro si, Des. ¿Haces los honores, Carter?
Asiento con la cabeza y de inmediato mis pies van hacia el Batman de la izquierda y le quito la máscara. Los ojos de Harry se abren en grande al mismo tiempo en que conectamos nuestras miradas.
—¿Cómo supiste?
Me encojo de hombros.
—No lo sé.
Y realmente no lo sé. Apenas los vi a ambos enfrentados con el mismo disfraz, a quien primero busque fue a Harry y lo distinguí al instante. La mueca que hace con los labios cuando está enojado es evidente para mí, la manera en que sus hombros se ponen tensos y la mirada de sus ojos verdes enojados. Sería raro no poder distinguirlo de Edward, no es porque Edward resalte más que él, eso era antes. Ahora pareciera que Harry resalta mucho más que su hermano mayor, o al menos para mí.
Me alejo de inmediato de él cuando noto que esos pensamientos me están inundando por completo. Doy la pobre excusa de buscar un disfraz para mí y me voy al fondo de la tienda, esperando que la distancia y la soledad pongan en orden mi cabeza y sobre todo mi corazón.
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Piedra, papel o tijeras decidió quien sería Batman y el ganador fue Edward. Harry al final termino optando por ser Superman cuando Des dijo que sería divertido verlos a ambos interpretando SupermanVSBatman. Olivia se decidió por el traje de vampiresa mientras que yo elegí uno de prisionero porque era el más económico. Desde que comparto mi sueldo con Harry, cada vez tengo menos dinero para mí, ya casi no puedo darme ningún lujo, y de por sí ya no lo hacía.
Harry se marchó con su traje en una bolsa sin siquiera decirme nada, lo cual agradezco. Últimamente, he estado confundiendo todo, y tanto que lo único que hago es hacerme mal a mí misma. Basta de tantas ilusiones y pensar estupideces. Debería madurar de una buena vez y solo centrarme en la universidad, buscar un buen trabajo y conseguir una casa para que nadie pueda tener control sobre mi vida y mis decisiones de nuevo.
Viernes a la noche siendo 31 de octubre, me encuentro sola en la habitación con el disfraz ya listo y esperando a que Sam me mande un mensaje para cuando este afuera con el chofer de su familia. Sin embargo, han pasado más de veinte minutos de la hora acordada, y si hay algo que Sam odia es la impuntualidad.
Mi celular resuena con Friday, Im in love y contesto de inmediato al reconocer el número.
—¿Violette?
—¡Carter, cielo! —exclama la abuela de Sam desde el otro lado de la línea—No quería interrumpirlos, solo llamaba para recordarte que Christopher estará en el estacionamiento para que Sam vuelva a la hora que ella que lo desee.
—¿Estacionamiento?
—Sí, cariño. El estacionamiento de la universidad.
Pongo una mano en mi frente mientras la ansiedad me empieza a carcomer por dentro. No, no, no. ¿Qué se supone que significa eso?
—Violette, yo…
—No te preocupes, Carter, no le diré nada a sus padres. Es genial que Harry y tú la hayan invitado a una fiesta que hacen en la universidad para los adolescentes. ¿Cómo no lo mencionaste antes?
Y como de pronto la ansiedad se fuera y diera paso al enojo, de solo pensar en ver a Styles en este momento hace que quiera arrancarle la yugular.
—Harry le dijo…
—Sí, vino a buscar a Sam y Sean hace como una hora.
La descabellada idea de Harry llevando a dos adolescentes de 13 años a una fiesta de fraternidad y sobre todo la de las Panteras Doradas me revuelve el estómago. Corto la llama de inmediato luego de despedirme y corro en dirección a la fraternidad. Todavía no estoy cien por ciento recuperada del resfrió, por lo que me cuesta un poco más llegar hasta allí y con la respiración agitada.
A duras penas llego a la enorme mansión de las Panteras y me adentro evitando a los chicos que se encuentran bebiendo arriba en el patio delantero y del pórtico. Un chico corpulento se pone enfrente de la puerta con los brazos cruzado, lleva una chaqueta de seguridad.
—¿La invitación?
—No la traje —maldigo mentalmente mi suerte —Solo será un momento, necesito…
—Sin invitación no se entra.
—Es que yo…
—Charles, no molestes —Tyler Evans aparece en la entrada con un vaso rojo y su sonrisa coqueta. Esta disfrazado del tipo de la Naranja Mecánica—Es Carter White, la que le pateo el culo a Stewart. ¿Quieres que patee el tuyo?
El tal Charles levanta las cejas en alto y me da un vistazo de arriba a abajo, como si no lo creyera. Finalmente, se hace a un lado para dejarme pasar.
—Gracias —le digo a Tyler una vez que nos adentramos.
—No hay de que, aunque podrías pegarme el favor con un trago —me guiña el ojo y acerca peligrosamente su rostro al mío.
Mis mejillas se vuelven rojas de golpe y trato de inspirar profundamente para ignorar su coqueteo.
—Estoy buscando a Harry.
La decepción lo deja entrever a la vista.
—Creo que estaba con una chica arriba.
—Ah.
Decir que no me afecto seria mentir, tampoco puedo darme el lujo de pensar en eso ahora. Necesito encontrar a Sam y Sean a como dé lugar antes que me despidan y me demanden.
—¿Has visto si vino con dos chicos de unos 13 años?
—¿Hay chicos de 13 años aquí? —Tyler frunce el ceño de inmediato, al parecer eso no le gusto para nada. —¡Chop! —un muchacho moreno y calvo aparece casi al instante a su lado—Busca a dos niños de 13. Si viene alguien y los ve, vamos a meternos en problemas. Sácalos a patadas si los ves.
Creo que no fue la mejor idea.
—Escucha, no quiero armar líos —ambos me miran, esta vez para nada amigables—Solo quiero llevarlos a su casa y evitar algún desastre.
—Ya hay un desastre y es que están ellos dos aquí —resopla frustrado y le vuelve a mirar a Chop—Solo tráelos con Carter si los ves, ¿de acuerdo?
Chop asiente antes irse.
—Gracias, y enserio lo siento tanto…
—Escucha, no es nada personal, pero soy el presidente de esta fraternidad y esto no puede volver a ocurrir. Tampoco le digas a nadie.
Tyler bebe de golpe su vaso y lo tira hacia un costado.
—¿Tienes idea de quien los trajo aquí?
—Eh… no…
—¿Segura? —me mira con los ojos entrecerrados, sospechando —¿Cómo supiste que estaban aquí?
—Es que… eh… le dije a Sam que yo iba a venir a esta fiesta y, eh, se molestó. Agarro las entradas que tenía demás.
Perdón y mil perdones a Sam por mentir de esta manera tan descarada, con suerte no vera a Tyler en su vida y si tiene aún más suerte, podrá entrar a Harvard como sus padres quieren y no venir a Cambridge con este programa matrimonial.
—Bien, si tú lo dices…
—¡Oye, Tyler!
Batman de pronto aparece en nuestra vista, dejándome sorprendida. ¿Qué se supone que es esto?
—¿Edward? ¿Qué paso?
—Una chica vomito en tu habitación —señala las escaleras hacia arriba—Deberías echar un vistazo, esta echa un asco.
Tyler desaparece en un santiamén subiendo en dos las escaleras, dejándome sola con el tal Edward.
—¿Qué haces aquí, Carter? Harry dijo que no vendrías a la fiesta.
—Qué raro. Pensé que Harry nunca hablaba de mi —replico molesta y con los brazos cruzados. Ni siquiera necesito un poco de alcohol para decir lo que pienso. Las emociones me ganan más.
—¿Sucede algo?
—Claro que sí, sucede que Harry trajo a dos niños a la fiesta…
—Eso te enojo, ¿cierto?
—No, no me enojó. ¡Me enfureció! —chillo dándole una mirada asesina. Batman da unos pasos hacia atrás, sorprendido—Dile a Harry si ve a los chicos que me busque. Y si viene sin ellos, dile que va a conocer a la Demoledora, pero sobria y más enojada que nunca.
Me marcho sin siquiera dirigirle una segunda mirada para buscar a los niños. El problema es que es una maldita fiesta de disfraces y descifrar quien es quien es un lio tremendo. Me cruzo por casualidad a Savah con un traje de vampiresa sexy y a Ciara con uno de ángel demasiado revelador. Ambas están bebiendo unos chupitos de más y cuando me ven prácticamente me abren los brazos, más amigables que nunca.
—¡Es nuestra Carty! —Savah me pasa un brazo por los hombros, atrayéndome de manera brusca hacia ella—Todavía no te agradecí por ayudarme en el evento de caridad.
—Aunque la muy tonta se quemó con aceite —añade Ciara, un poco borracha.
—No te pongas celosa —Savah me empuja y por poco no caigo en la mesa de los aperitivos —Sabes que eres mi marida, no te cambiaría por nada y menos por la Carty.
—Sería el colmo si lo hicieras.
Decido marcharme ignorando a ambas, aun sin entender bien de qué va la relación entre ellas dos. Me adentro a otra parte de la fiesta donde las luces de neón por poco y me dejan ciega. No puedo ver casi nada, aun así, trato de buscar a Sam o Sean con la mirada, sin ningún resultado.
Diviso a Zayn y a Liam, o mejor dicho a un Faraon momificado y Darth Vader
—¡Demoledora! —exclama Zayn apenas me ve, regalándome una sonrisa al igual que Liam.
—Creí que no ibas a venir.
—No iba a hacerlo. ¿Vieron a Harry con dos niños?
—No, ¿se disfrazó de secuestrador de niños o algo así?
—Por favor, Zayn…
Este solo se echa a reír.
—No lo he visto, pero si vi a Edward.
—Está bien, no importa.
—¡Espera, Carter!
Ni siquiera me detengo a voltear a mirarlo. Realmente ahora no es Edward la prioridad. Estoy tan molesta y enojada que creo que voy a ponerme a gritar en medio de la fiesta. Si no los encuentro estoy frita, muerta, degollada y voy a estar sin empleo por el resto de mi vida. ¿Cómo diablos se le ocurrió traerlos aquí?
Batman aparece de nuevo delante de mí. Esta vez no disimulo la cara de culo que tengo.
—¿Y ahora qué quieres? ¿Le dijiste a Harry que lo mataría sino los traía?
Nervioso, Batman se rasca la parte de tras de la máscara, seguramente esperar a llegar al cabello.
—Dijo que era una broma, que la verdad era que Sam confabulo con él para que vengas a la fiesta y… ya sabes.
—¡No, no lo sé! —grito enojada, ni siquiera me importan las miradas curiosas sobre nosotros —¡¿Sam está aquí en la fiesta o no?!
—¡No! —chilla, asustado —¡Fue con su amigo a buscar dulces! ¡Todo fue una treta!
No me contengo y le doy una patada en la pierna, Batman exclama de dolor y me marcho ignorando su llamado. No necesito estar en esta fiesta, necesito ir por mi celular, llamar a Sam, gritarle que es una inconsciente por ponerse de lado de Harry.
De camino a la salida, Olivia y Helvia se cruzan en mi camino, ambas sostienen un vaso rojo con alguna bebida dentro, pero ninguna esta ebria como todos los de aquí.
—¿Carter? ¿Qué haces aquí? —pregunta Helvia. Tardo en contestarle al verla disfrazada de Edward manos de tijeras. Y vaya que sus manos de tijera parecen reales. ¿Estaría bien pedírselas para matar a Harry?
Resoplo con frustración.
—Una larga historia.
Observo en detalle a Olivia y noto la diferencia.
—¿Estas disfrazada de… Olivia de Popeye?
—Sí, ni lo menciones —aprieta fuerte los dientes y dirige una mirada hacia una parte de la sala —El idiota de Edward cambio mi disfraz, no me quedo otra que traer este.
—Y no adivinas de que se disfrazó él —se ríe Helvia con gracia.
Lo busco con la mirada y allí lo veo a un costado con Louis disfrazado de zombie y Edward viste de… ¿Popeye?
—Oh.
Ignoro por completo la mirada inquietante de Olivia. Es obvio que ella también se ha dado cuenta. Me voy de golpe, casi corriendo, sintiéndome avergonzada y tonta. No presto atención al llamado de ninguna de las dos. Necesito aire y para ello tengo que largarme de aquí.
Charles se mete de nuevo en la puerta, evitando mi salida.
—Tengo que irme.
—Tyler dijo que no debías salir hasta encontrar a los niños.
—Era una mentira. Estaban haciendo una broma —trato de pasar de nuevo, pero otra vez no me deja. —Charles, por favor.
—Todavía no me creo que una cucaracha como tu golpeo a Stewart —me empuja desde el hombro, haciéndome hacia atrás. —Y no sé porque Tyler parece estar interesado en ti.
—Pregúntaselo a él. Me tengo que ir.
Otra vez me impide irme. Respiro profundo y me digo a mi misma que no está bien perder el control. No, no. Tengo que respirar, tranquilizarme, alegrarme porque al menos no seré despedida y Sam está a salvo. Y mientras más pienso en que todo fue una mentira, más ganas me dan de destrozar algo.
—Por favor.
—Ya te dije que no, ¿por qué no entiendes?
Estira su mano para empujarme otra vez, solo que en esta oportunidad no se lo permito. Lo tomo del brazo y lo impulso desde mi hombro para darlo vuelta. Charles cae en el piso con un golpe seco y los ojos abiertos, mirándome en shock. La gente se queda inmóvil, mirándome sorprendida. Entre ellos esta Olivia, Helvia, Edward, Savahtine, Ciara y Louis.
Las chicas intentan acercarse, solo meneo la cabeza y me voy corriendo, ignorando a todo el mundo. Salto el pórtico y corro unas dos calles completas sin detenerme. Comienzo a caminar cuando no logro retener las lágrimas, y lo cierto es que no sé porque estoy llorando; no sé si es por alivio de que Sam no está metida en una fiesta de universitarios ebrios y seguramente drogados, o porque estoy muy enojada con Harry, o porque Olivia se dio cuenta que siento algo por Edward, o porque Edward cada vez hace más evidente que Olivia le gusta.
Me tiro en el suelo cansada de toda situación y suspiro, quitando las lágrimas de mis mejillas. Soy tan tonta por llorar por cosas así, y lo peor es que no hago ningún esfuerzo para dejar de lloriquear por ello.
—¡Carter! ¡Espera!
Batman nuevamente se presenta, viene corriendo desde la mansión. Frustrada, me levanto y comienzo a caminar. No pasa demasiado tiempo antes que él me alcance y se ponga delante de mí.
—Oye, sé que estas furiosa, pero Harry quería que vinieras y…
—Pensé que iba a traer a una chica con él.
—No, eso solo lo dijo para ponerte celosa. Él…
—¿Por qué debería? Se supone que a él no le interesan chicas como yo…
—¿Chicas como tú?
—Sí, ya sabes —me encojo de hombros. Noto la inquietud en sus ojos, pero no me importa—Perdedoras.
—Carter…
Le quito la máscara con brusquedad. Sus ojos verdes me evitan, avergonzados.
—No soy tan estúpida, Harry. Supe desde el primer momento que te hiciste pasar por Edward, lo cual es bajo —tiro la máscara al suelo. —¿Realmente no creíste que sabría que eres tú?
—Pensé que en la tienda lo adivinaste por suerte.
—Sé mas de ti de lo que crees. En cambio, no pareces conocerme en lo absoluto.
—No lo necesito —ahí está de nuevo su lado arrogante, siempre que aparece es para ocultar su vergüenza o sus errores. En este caso, ambos—No creas que me hice pasar por Edward por ti, solo lo hice para molestarte. Además, el traje lo elegí primero, yo debería ser quien…
—No me importa, lo único que me importa es que me mentiste. Me diste un susto de muerte, Harry. No puedes bromear con eso. No si se trata de Sam.
—¿Qué tendría de malo si viene? ¡Es solo una fiesta!
—¡Tiene trece años, joder! ¿Puedes dejar de ser inmaduro e inconsciente de las consecuencias por una vez?
Paso de él y camino lo más rápido que puedo para dejarlo atrás. Harry me sujeta fuerte del brazo y tira de mí, sostiene mi cabeza entre sus manos y trata de besarme. Antes de que pueda hacerlo, lo empujo y por impulso le doy una cachetada que resuena con fuerza. Mi corazón late a toda prisa y con cierto remordimiento por haberlo abofeteado, pero ciertamente una parte de mi cree que se merece mucho más. No me afecta la mirada dolida de sus ojos ni como sus rasgos se tensan, pasando del dolor al enojo.
—¡¿Qué diablos…?!
—¡No vuelvas a besarme! —grito sintiendo mis ojos llenarse de lágrimas. Harry se calla, observándome plasmado—¡No soy tu juguete, no me beses para después maltratarme!
—¡Yo no te maltrato!
—¡Claro que lo haces! ¡Y es todo el tiempo! —quito las lágrimas con brusquedad, tratando de no seguir llorando, aunque no está funcionando—Puede que no vaya a heredar una compañía como tú, puede que no tenga unos padres que te amen o popularidad para que todos quieran ser mis amigos, pero es suficiente con hacerme esto.
—¿Hacerte qué? ¡¿Qué te hice?!
—¡Me confundes! ¡Y no me gusta!
Harry amaga a hablar, las palabras no parecen salir de su boca. Yo me recrimino mentalmente por haber sido tan estúpida y decirlo en voz alta. Él no tendría que saberlo nunca, y ahora lo sabe y toda por mi tonta boca.
—Carter…
—Olvídalo, Harry, solo olvídalo —meneo con la cabeza y me abrazo a mí misma, sintiendo frio al solo traer el disfraz —Solo pasemos este año en paz. Sinceramente, estoy harta de ti.
Esta vez no me sigue cuando me marcho, tampoco me importa demasiado. Solo quiero llegar a la habitación, ducharme y dormir. Basta de tontos sentimientos, ya sea por Edward o Harry, cualquiera de los dos terminara por herirme y lo que menos necesito ahora es dejar que sigan lastimándome. Tengo que cambiar de una buena vez, tengo que dejar de ser la tonta de Carter que deja que le hagan lo que quieran. No quiero volver a sentirme menos que nadie, no quiero que sigan pasándome por encima.
Me quito las lágrimas y, esta vez, soy exitosa al no derramar ninguna más. Está decidido. No voy a dejar que jueguen conmigo. No voy a dejar que me lastimen. Y, sobre todo, no voy a sucumbir de nuevo ante los gemelos Styles nunca más.
Jaeger.
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Re: A Match Made In a University | 1D
Extra
El fin de semana paso volando. Estuve encerrada en la biblioteca desde que abría hasta que cerraba. Abandone la habitación por un tiempo, con el fin de no tener que verle la cara a Styles. Nuevamente, la suerte pareció estar de mi lado porque Steve Peterson me dio la llave de la sala de descanso de la biblioteca y dormí como hace tiempo no dormía, sin tener que levantarme con cuidado de no despertar a Harry y no hacerlo molestar. De solo pensarlo me enfurece más. Él es quien me abraza e invade mi espacio personal, y cuando despierta y me ve allí envuelta en sus brazos, lo único que hace es gritarme y empujarme fuera de la cama.
No me presente a la terapia en grupo ni tampoco a la terapia de pareja. Estoy enojada, muy enojada con Harry por su estúpida broma y también con Sam por prenderse al juego de Styles. Realmente prefiero evitarlos hasta que se me pase el enojo, han pasado tres días y ni un poquito alivio mi furia con ninguno de los dos. Gracias y gracias al cielo y a la universidad que el wifi de la biblioteca es veloz, el fin de semana nadie es fan de la biblioteca. Aproveche a mirar películas y series en Netflix desde la Tablet, a falta de tareas y trabajos, y las dos temporadas de Orange is the new black fue mi entretenimiento, y quedan tres temporadas más.
El lunes llega y con ello mis clases, y, extrañamente, no me presento a las clases tampoco. En vez de eso, hago algo que nunca había hecho antes: holgazanear. Duermo hasta tarde, desayuno las papas fritas que Steve me trae y ni siquiera me preocupo por no poder bañarme hace más de tres días. Lo loco es que me siento libre, relajada, sin temor a nada. Nunca he podido decir que no, la primera y última vez que lo hice fue cuando Adam quiso que estudiara Ingeniería como él para hacerme responsable de la compañía, y me echaron, incluso eso ahora no me preocupa. No es como si ellos tuvieran el control sobre mi vida. No pagan mi matricula, mi alimento o mis libros. No hacen absolutamente nada por mí, ¿por qué sigo sintiéndome mal porque no pueden aceptarme tal cual soy? Lo único que me duele es Cody, tener que estar tanto tiempo separados.
A la tarde, decido que es hora de volver a mi habitación y darme una ducha, consciente que no es para nada higiénico seguir sin bañarme. Pese a que las miradas y los murmullos me persiguen, esta vez no me molestan ni trato de desaparecer. Pueden hablar lo que quieran de mí, no les debo nada.
—¡White! —Tyler se acerca hacia a mí con su sonrisa coqueta en el rostro—Supe que te fuiste temprano de la fiesta y tiraste a Charles al piso. ¿Paso algo?
—Tu amigo tiene problemas temperamentales —contesto, sorprendiéndome a mí misma por sonar tan segura.
—Ya veo. Me dijeron que era mentira sobre los niños en la fiesta...
—Sí, lo siento. Como tonta caí en la broma —le regalo una corta sonrisa tímida.
—No sé si debería perdonarte —finge pensárselo con la mano sobre su mentón. Termino por sonreír, él es lindo —Tal vez si sales conmigo este fin de semana...
—Trabajo —le interrumpo. La desilusión atraviesa su mirada—Pero el sábado a la tarde no tengo planes. ¿Vamos a tomar una cerveza?
Tyler parece sorprendido ante la invitación, aun así, sonríe. Intenta acercarse, doy tres pasos hacia atrás, tomándolo por sorpresa de nuevo.
—¿Qué haces?
—Iba a darte un beso en la mejilla. ¿No puedo? —inquiere divertido.
—Si puedes beber más cerveza que yo, puede que llegues más lejos —me encojo de hombros y paso de él, marchándome.
Escucho su risa a mis espaldas. Toda seguridad me abandona y deja paso a la vergüenza y mis mejillas completamente rojas a medida que me alejo. ¡Por Santos Beatles! ¿Esa realmente fui yo? Creí que mi corazón iba a explotar allí sin más. Lo cierto es que lo evite porque siento que estoy olorosa sin una ducha en días, lo siguiente fue todo improvisado y, joder, no me trabe en ningún momento.
¡Voy a tener una cita el sábado! ¡Y con Tyler Evans, el líder de las Panteras Doradas!
Llego a la habitación casi corriendo de la emoción, pensando una y otra vez que podría usar para el sábado. No es que tenga demasiada ropa para salir, tal vez debería pedirle algo prestado a Olivia o Helvia, si es que ellas querrán prestarme algo después de cómo me fui el viernes por la noche. Abro la puerta y me adentro dejando mi bolso sobre el suelo.
—¿Y esa quién es?
Levanto mi vista, congelándome en el instante. Harry esta como dios lo trajo al mundo arriba de una tipa que no logro reconocer. Ambos están desnudos, sudados y la habitación... ¿qué es ese olor asqueroso?
Hago una mueca de asco. Es obvio. Es olor a sexo.
Aprieto con fuerza mis dientes al igual que los puños tratando de no ponerme a gritar allí sin más. Ni siquiera me preocupa que Harry este desnudo o que poco le importe que lo haya cachado, esa sonrisa maliciosa en su rostro lo dice todo: lo hizo para que yo lo encuentre, como si estuviera castigándome.
—Ah, solo es mi esposa —dice volviéndose a ella —Ignórala. ¿Puedes largarte, Carter? Estamos ocupados.
Mi primer impulso es ir hacia la puerta y correr, pero en camino a abrirla e irme, me doy cuenta que es en este tipo de situación en que tengo que cambiar, que no tengo que ser la Carter tonta y cobarde que siempre fui. Canalizo la bronca y el enojo, no me marcho, en cambio voy hacia donde esta Harry y lo tomo de los pelos, ignorando su grito y lo tiro hacia un costado. Me volteo hacia la chica rubia, quien se tapa con las sabanas, asustada.
—¡¿Que mierda te pasa?! —me grita y amaga a golpearme, le sujeto de la muñeca y tiro de ella, incorporándola de golpe en el suelo —¡Suéltame, me estas lastimando!
—Te doy cinco minutos para cambiarte en el baño, y agradece que estoy siendo considerada.
La suelto de golpe, empujándola en el proceso. La chica se queda asustada, mirándome de donde está.
—¡Que te cambies ahora!
Ni tonta ni perezosa, busca su vestido y su ropa interior con desesperación sobre el piso, completamente desparramados. Se encierra en el baño, y si es lista, no tardara demasiado.
—¡¿Qué demonios contigo, White?! —exclama Harry rojo de la furia, levantándose.
Tomo lo primero que encuentro y se lo tiro por la cabeza. Para mi desgracia, el maldito lo esquiva. La lámpara se impacta contra la pared, rompiéndose por completo. Styles mira los pedazos de vidrio desparramados en el suelo antes de mirarme.
—Estás loca.
—¡Si, si estoy loca! —exclamo furiosa, casi desconociéndome, pero Dios sabe que he aguantado demasiado—¡Mira lo que es esto! —señalo todo el chiquero de la habitación—¡No solo esta desordenado tu parte, sino también mi parte! ¡Y por lo que veo también estuviste husmeando mis cosas!
Observo mi escritorio revuelto y mis libros desordenados, seguramente lo hizo para molestarme, pensando que no le diría nada. Agarro otra cosa y vuelvo a revoleárselo, esta vez no tiene tanta suerte porque el pote de crema se la doy en la frente.
—¡Deja de tirarme cosas, Carter!
—¡Tapate desvergonzado! —le lanzo un peine.
Harry se pone el bóxer aun esquivando todo lo que le lanzo, y es todo lo que proviene de su escritorio. Por más enojada que este, ni loca rompería mis cosas. Mejor si rompo las suyas.
—¡Ya basta, Carter! ¡Ya está bien!
—¡Y una mierda!
La rubia sale del baño y corre hasta la salida. Ni siquiera le presto demasiada atención, Harry tampoco. Una vez que la puerta se cierra, dejo de tirarle cosas y suspiro frustrada.
—¿Cómo pudiste hacerme esto?
—Carter, aunque no lo creas —pone una mano adelante, como si temiera que siguiera tirándole cosas—Esto no es un matrimonio enserio. Sé que tal vez te gusto, pero los celos son demasiado...
Suelto una risa cargada de ironía.
—Por favor, Harry, no me gustas. No soy estúpida —remarco completamente el hecho de que NO me gusta—¡Lo que me molesta es que la hayas traído a nuestra habitación, que te acostaras en nuestra cama! ¡La cama donde también duermo!
—¡No viniste en todo el fin de semana! ¡Tenía que aprovechar!
—¿Es que no tienes un auto para llevar a tus chicas? ¡Eres un irrespetuoso!
—¡No es para tanto, Carter! Además, esta también es mi habitación. Yo puedo hacer lo que quiera. No es como si pudieras echarme de aquí.
Le sonrió nuevamente. Harry se muestra cauteloso, temiendo.
—Buena idea. Debería echarte.
—¿Que?
—Hasta que aprendas a ser ordenado y respetuoso, entonces no dormirás aquí.
—¡No puedes hacer eso!
—¿Crees que no puedo?
Voy hacia él con pasos largos y rápidos, Harry intenta escabullirse subiéndose a la cama, pero lo agarro de los pelos de nuevo y lo tiro al suelo, ignorando sus quejidos de dolor. Lo incorporo levantándolo desde las axilas, y casi me dan atrancadas el olor que destila de su cuerpo. Le llevo el brazo hacia la espalda y le agacho la cabeza desde la nuca, apretando con fuerza el agarre.
—¡Me estás haciendo doler, Carter! ¡Basta, basta! ¡Lo siento!
Ni siquiera su patética disculpa evita que lo lance hacia afuera con una patada.
—¡Joder, Carter! —se queda en el suelo sobándose la cabeza después del golpe que se da.
Voy hacia su armario y tomo un poco de su ropa entre mis brazos y se lo lanzo encima.
—¡¿Que estás haciendo?!
Lo ignoro y agarro los libros y la mochila que están arriba de su escritorio y se los lanzo. Harry se tapa con los brazos, aun así, le duele el impacto.
—¿Carty?
Volteo a mirar hacia el costado, allí están Savah y Edward con la boca abierta. Ni siquiera me avergüenzo o me escondo, estoy lo bastante furiosa como para que me importe un pepino. Me dirijo de nuevo a Harry, viendo cómo se estremece ante mi mirada.
—No te quiero ver en la habitación hasta que aprendas a comportarte y a respetarme.
—¡Solo me la cogí una vez, no exageres! —se levanta y les echa una mirada a los otros dos, quienes siguen impresionados. Se acerca a mí y susurra—No puedes hacerme esto delante de la gente, menos de Savah y Edward, ¿qué diablos te pasa?
Le pateo ambas rodillas y cae de golpe en el suelo, para su suerte, justo arriba de la ropa.
—Si vuelves aquí, te mato. Y no estoy bromeando.
Me voy adentro y cierro con seguro la puerta. Casi al instante, escucho las carcajadas desaforadas de Savah y Edward, burlándose de Harry. Se lo merece, ojalá hagan que no lo olvide nunca en su vida.
Última edición por Stark. el Lun 22 Abr 2019, 10:57 pm, editado 1 vez
Jaeger.
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Re: A Match Made In a University | 1D
KANDE, AMÉ TU COMENTARIO Muchísimas gracias, bebé. Encima justo después está tu capítulo Pronto dejo un comentario vomitando todos mis feels
indigo.
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Re: A Match Made In a University | 1D
Lo bueno de estar tantos Dias sin inter es que ya casi termino la segunda parte del CAP y corregir la primera. Para cuando se digne a volver el Internet comentare y ppsteare. Las quiero
Ariel.
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Re: A Match Made In a University | 1D
- kandelin (L):
- Ha pasado algún tiempo, pero te debía un comentario bonito. Quizá no sea el más largo porque debo escribir para terminar mi cap y subir, pero te mereces un comentario nena, TU CAPITULO FUE GENIAL! Tooodo el capitulo lo ame, pero resaltare las partes que me hicieron cagar de risa y otras de rabia. :fuckyou:
Debo acotar que Carter borracha sigue siendo mi favorita, es como si su verdadera personalidad saliera a flote y la chica tímida, nerviosa y dulce desapareciera. Es Súper CHISTOSO! En especial porque es Harry quien más sufre con la idea, él no sabe cómo manejarla, se le nota a leguas que ella le interesa y que no sabe cómo manejarse a sí mismo o a las dos personalidades de Carter. Es fácil lidiar con la chica tonta, o al menos para él, ya que Carter se siente abusada… Pero tener que lidiar con la problemática demoledora; eso es otra historia. Me gusta muchísimo eso porque no es posible que Hazza tenga todo tan fácil en la vida. Lo loco de Carter borracha es que luego de que hace desastres y aplasta a la gente no recuerda nada xdxdxd.- Spoiler:
- —¿Eso es una margarita? —le señalo el vaso a Kevin, uno de los amigos de Harry.
—Eh, si…
—¿Me la das? —y se la arrebato sin esperar respuestas —Graciaaaas.
- Spoiler:
- —No seas amargada —sacudo mi brazo para que lo suelte—Mírala, ¿no te parece que la está pasando bien?
—¡Carter!
Pongo mala cara, pero acepto el regaño.
- Spoiler:
- —¿Carter? —pregunta Liam con los ojos bien abiertos. Zayn está a su lado con la boca abierta y se le cae el cigarrillo al suelo.
—No, es la Demoledora —el moreno pronto me echa una sonrisa divertida en mi dirección. —¿Acaso vas a demoler a alguien?
—En verdad, voy a gastarme todo el dinero de mi esposo —levanto en alto la billetera que le robe a Harry de su pantalón sin que lo notara.
- Spoiler:
- —¿Puedes bajarme? Prometo que no me escapare —digo más tranquila, tratando de recobrar la compostura.
No recibo respuesta nuevamente. Empiezo a moverme, tratando de zafarme de él.
—No me voy a escapar, Harry.
—No estás en condiciones para prometer nada, Carter —replica de malhumor—Lo que hiciste fue un papelón.
—Solo fue un besito. No es como si tu no me hubieses dado un beso sin mi consentimiento.
De un tirón a otro, Harry me baja bruscamente de su hombro, tardo en cobrar la compostura hasta que me sostiene del brazo. Levanto la mirada hacia él y me paralizo al ver sus ojos verdes tan enojados. ¿Y ahora?
—No es como si tú tampoco te hubieses negado cuando te bese.
—Tu tampoco te negaste en este.
—¡Pero porque estaba sorprendido!
—Yo también lo estaba —replico sintiéndome de pronto ofendida —¿Es que si vale contigo y conmigo no? ¿Qué es ese razonamiento tan retrograda?
—Espera, ¿Qué?
Me sentí super identificada con la parte de Olivia queriendo controlar la cosa, tengo una amiga que es asi… Me la frustra horribleeee. Luego Harry siguiéndola y Carter robándole la cartera y saltando esa cerca frente a Zayn y Liam JAJAJAJAJa los dos tontos con la bocota abierta . No se de que se sorprenden si ya saben como es. Y los pendejos peleando “que si tu me besaste primero, no que tu, que tu lo respondiste, que tu no te quejaste” JAJAXD el ego hablando y el orgullo pateando debería de ser el titulo de este capitulo!!- Spoiler:
- —Bien, mama. ¿Cómo has estado papa y tú? ¿Y Cody?
—Aquí va todo genial, como siempre —simple y cortante, típico de ella—Llamaba para recordarte sobre el cumpleaños de tu padre. Lo celebrara en el hotel de los Harrinton junto a sus socios y algunos empleados de la empresa. Nelly te estará esperando en dos semanas para que confeccione tu vestido y tu imagen. Cuida de comer carbohidratos y te recomendaría un corte de cabello, solo para variar el look de vez en cuando.
—Lo entiendo, pero...
—Estará todo pagado, solo tienes que presentarte.
—Creí que papa estaba todavía enojado conmigo. El año pasado no me dejo asistir...
—Y lo está, Carter, no es lo de menos cuando pierdes tu tiempo con esa carrera sin futuro—replica levemente subiendo el tono de voz—El abuelo también ira esta vez y te quiere allí. Agradécele cuando lo veas.
Solo asiento sin más, tragándome todas las palabras. El año pasado, papá festejo a todo lujo y dar su cumpleaños, no se me permitió asistir ni tampoco puedo ir demasiado tiempo a casa porque no le gusta, no desde que me rehusé por primera vez en mi vida y le dije que no seguiría el negocio familiar, sino literatura. Desde ese momento, fui expulsada de mi propia familia.
—Hoy cuidare a Sam —le comento retorciendo mis dedos con nerviosismo.
—¿La hija de los Harrinton?
—Sí, eh, verás, me preguntaba si más tardar en la noche, Cody y yo podríamos...
—Tu hermano está muy ocupado con los estudios, Carter. No tiene tanto tiempo libre como tú, así que no lo molestes.
OK! La madre de Carter, es una maldita arpía estirada y el padre es un cabron obstinado, punto. Carter quizá no sea la gran hija que esperaban, pero es buena chica y es súper inteligente y una persona íntegra. Tiene moral, integridad, voluntad, es paciente, llevadera, tranquila, estudiosa, inteligente… tiene muchas cosas buenas que la hacen una gran persona. Tiene doble personalidad, pero esa personalidad hilarante cuando esta borracha solo la hace aun mas genial. Su familia que se vaya al culo! La separan de su hermano, ¿no tienen sentimientos? A mi me separan de yiayio o mirando y los mato! Los hermanos son sagrados.
En conclusión, carter es objeto de abusos. Padres abusivos, esposo abusivo, porristas abusiva y probablemente sufrió bullying en la escuela. Está bien que sea noble e incluso tímida, pero las personas asi también pueden defenderse y dejar en claro que no les gusta ser molestadas. Lo bueno es que ella esta comenzando a darse a respetar.- Spoiler:
- —Con el espectáculo que diste anoche, no me extrañaría que no estuvieses en el ojo de la tormenta —comenta Liam juguetón.
Mi mirada de inmediato busca a Olivia y hacia una Helvia con su cara de perro.
—¿Paso algo anoche?
—Sí, lo que paso es que nos mandamos la peor cagada del mundo, Carter —contesta Helvia poniendo una mano sobre su cabez, suspirando de frustración.
—¿Ah?
—¿No te acuerdas lo que paso?
—No, ¿qué paso?
—Que no paso.
—Zayn —le suplico, enserio no estoy para sus adivinanzas—Solo dime que paso.
—¿Estas fingiendo o no te acuerdas?
- Spoiler:
- —Helvia y tu hicieron un estúpido reto sobre quien se atrevía a besar a sus respectivos "esposos" —explico Olivia haciendo comillas al final. Mi boca se abre de golpe al igual que mis ojos. No, por Dios, no—Y si, besaste a Harry.
¡¿Qué?!
—Debo añadir que escuche que empujaste a todas sus perras para estamparle un besote —acota Zayn, recibiendo un golpe de Liam —¿Qué? Eso es lo que se anda comentando.
Sujeto mi cabeza con mis manos, sintiéndome desesperada. No, no puede ser.
—¿Rob Stewart? —trago saliva sintiendo mi labio inferior temblar— ¿Ese Rob Stewart?
—Sí, ese justamente.—No me digas que yo...
—Pues a él no le gusto nadita que te le impusieras porque no quiso pagarte. Tratamos de meternos en la pelea con Liam y Louis, incluso Ed y Harry ayudaron
¿Ed también vio todo ese espectáculo?
—Pero cuando pateaste el culo, literal, a Edward al querer defenderte, ahí nos quedó claro que no teníamos que intervenir.
¡¿Le pegue a Edward?!—Oh por Dios, Olivia, ¿por qué no me detuviste?
—¿Crees que no lo intente? Pero tenía que ocuparme de otra ebria que se había ido corriendo, se tropezó y quedo noqueada mientras toda la pelea transcurría —le echa una mirada significativa a Helvia, quien resopla con frustración.—¡Es Carter la demoledora! —chilla uno.
¿De dónde saben mi apodo?
—¡Buena llave, White! —grita un chico pasando a mi lado.
—Gracias —le sonrió brevemente y sigo de largo, tratando de caminar más de prisa.
POBRE CARTER! JAJAJAJAJAJAJAJA XDXDXD Eso le pasa por andar de zorronga realenga!!! Encima todo el mundo en el pasillo la mira y la señala… Están aclamando por la demoledora y la pobre no se acuerda de nada xdxdxd Quiere esconderse de Harry. Pero pobre, no sabe lo que le espera.- Spoiler:
- —Carter, yo...
—Lo siento, fue un error —digo toda atropellada, jugando con mis dedos y mordiendo mi labio inferior —Estaba ebria y no estaba en mis cabales. Lo siento tanto, ayer hice todo un lío.
—¿Un error? —susurra confundido, entrecerrando los ojos.
—Sí, lo siento muchísimo, Harry. Sabes que yo nunca haría algo así estando sobria.
—¿No?
—No, no estoy loca. Lo siento mucho.
Quizá esperaba a que se burlara de mi o que me insultara por haberlo acosado (porque creo que realmente lo hice), pero, siendo sincera, no esperaba que Harry me mire como si lo hubiese lastimado, con sus ojos tristes y el rostro contraído. Me inquieto ante su reacción, sin entender porque pienso en el momento que hice algo mal.
—Bien, te espero afuera —dice sin más y se da media vuelta para caminar hacia la salida.
Ahora. CARTER LE ROMPIO EL CORAZON A HAZZA! Ayyyys me dio mucho sentimiento, las ilusiones de Harry se fueron para verga con ella diciendo “Fue un Error” T.T… pero es su culpa, si el no fuese un imbécil el 95% del tiempo, ella no estaría nerviosa por hablar con el sinceramente. Pero es complicado, porque también lo entiendo a él; te obligan a casarte con una chica que no te agrada, que luego te empieza a gustar, luego descubres que le gusta tu hermano y cuando la besas ella no se acuerda o te dice “fue un error” pobre chico. Pero entonces entiendo la pobre Carter y porque no quiere tener ni siquiera pensamientos con el SE PORTA COMO UN NIÑO! Asi como cuando los chiquillos se enamoran y empiezan a joder a la chiquilla porque no entienden lo que sienten o no lo quieren sentir. Asi esta Harry. YA ESTA BUENO CABRON, SEA HOMBRE! Carter se siente incómoda a tu alrededor, pendejo. Comienza a hacer las cosas bien. Me chocaaaa cuando los hombres se ponen asi. Yo como Carter le doy un buen sacudón, para que se le quite lo maricon! Encima es un holgazán, no trabaja, o al menos no la ayuda. Quiere Carter haga todo sola, es uno de esos hombres explotadores, se merece todos los regaños de Olivia y Helvia e incluso que sus amigos se burlen de el cuándo Carter lo echa. Los hombres no pueden ir por la vida creyendo y esperando que todo les va a llegar fácil!! Culpo a su ridícula madre por eso. De paso las metió a las chicas en la danza árabe xdxdxd JAJAJAJAJAJ Eso me hizo gracia, imaginármelas con ganas de envenenarla xdxdxdxd
—A Carter no le gusta compartir tiempo conmigo, por si no lo sabes.
—¿Y a quien le gustaría si eres todo un amargado?
—Y tu una niña fea. Con razón no tienes novio.
—No tengo novio porque los chicos son así de estúpidos como tú.
—Creo que ya es hora de las palomitas—¡No se vale, no se vale! —chilla Sam molesta—¡Eres más alto que nosotras, es obvio que vas a ganarnos!
—No es mi culpa que seas una enana—la sonrisa socarrona marca Styles no tarda en formarse en el rostro del chico, rebotando una y otra vez la pelota.
Es un NIÑO! Ponerse a discutir así con una carricita xdxdxd yo suelo hacerlo con mis primos, hasta que me doy cuenta que estoy poniéndome a la par con ellos y mi mama me mira feo. Pero hazza necesita un sacudón de realidad en su vida, tiene que comprender que no todo es fácil. Aun que debo confesar que verlos a los tres interactuar fue muy lindo, con todo y lo odioso que es Harry y lo necia que es Sam. Fue entretenido hasta verlos discutir.- Spoiler:
- —No me gustan que me lo hagan fácil, Carter.
Pasa a mi lado chocando mi hombro con el suyo y salta para encestar de nuevo. Mi equilibrio se pierde por un momento, me recompongo a tiempo cuando me pasa la pelota. Siento la cara roja cuando volteo a mirarlo con su sonrisa arrogante y mi corazón empieza a latir fuerte.
—Vamos, Carter. Gáname un solo punto y mantendré limpio mi espacio.
Titubeo por unos segundos, es una oferta jugosa que no puedo rechazar. Pico la pelota contra el suelo y me concentro en cómo diablos pasar sin que Harry me robe la pelota y encestarla. Paso de él esquivando sus manotazos para robarme la pelota y salto para encestarla, la puntada que llega a mi cabeza me hace errar en el tiro.
—Pensé que eras mejor que eso, demoledora —se burla, de inmediato toma la pelota en su poder y la rebota contra el suelo.
Trato de ignorar las punzadas más fuertes que vienen a continuación, el constante frio y el mareo. Creo que enserio voy a enfermarme.
Harry intenta pasar, de un movimiento rápido le saco la pelota y trato de encestarla de nuevo. Tan rápido se mueve que se sobrepone delante de mí. Rechisto y trato de hallar un espacio por donde pasar, y no lo hay. En mi distracción, me arrebata la pelota y suma otro punto. Para este entonces, yo ya estoy lo suficiente cansada y sintiéndome abrumada. Demasiada cercanía entre nuestros cuerpos. Demasiada.
—Si no logras encestar, tendrás que limpiar mi parte por el resto del año.
—Eso es injusto —replico molesta, aunque mi voz sale tan débil que no lo demuestra.
El castaño solo se encoge de hombros aun con soberbia.
—Entonces, encesta un punto, White.
A B U S I V O . Pero Carter esta comenzando a sentir cosas por el, me da mucha paja con ella no sabe que hacer con eso y el es un imbécil T.T ya quiero que las cosas entre ellos comiencen a tomar su curso :fosforitos: porque Carter tiene mas conflictos internos que la misma Colette o que Kiara, creo que incluso esta mas confundida que Cleo ayudando a Louis T.T eso ya es decir bastante.- Spoiler:
—Harry —lo llamo débilmente.
Se da la vuelta de golpe, como si estuviese alerta. Le regalo una sonrisa, sus ojos se abren. Creo que lo he tomado por sorpresa.
—Gracias.
Me mira por unos segundos más que parecen interminables. Enferma y desgastada, aun así, me tomo el tiempo de admirar el brillo en su mirada. Se aclara la garganta antes de proseguir.
—Me echaran la culpa a mi si no soy bueno con mi esposa.
Son esas pequeñas cosas… incluso ese tono en el que lo dice, es obvio que se preocupa. Pero es un imbécil orgullosin -.-¡ Aun asi se preocupa por ella y mete la excusa de que “me echaran culpa y blah blah” MENTIRA! LA AMAS IDIOTA, ACEPTALO! Por otro lado las chicas llegan a cuidar de Harry, y me dio entre cosa y mucha risa porque lo dejaron loco!!! Pero es que tampoco lo dejaron ser, tenían que dejar que el se desenvolviera en la situación. Aun asi, esta muy bien que le templaran la oreja y le dijeran sus verdades. Tiene que ser mas considerado con Carter, aprender a que tener vagina no la hace su puta esclava. El puede ayudar, o al menos que mantenga su desastre limpio. Y carter, cariño… No, no suena para nada mal Carter Styles. Ese es tu futuro cielito, acéptalo y vive con ello JAJAJAJAJAJA XDXDXD esta pareja me ENCANTA! Luego Zayn y Liam van averla y le llevan Pizza, JAJAJAAJAJAJAJ MAREAN AL POBRE HARRY, Si le lleva pizza estas le gritan que es sopa de pollo, si lleva la sopa de pollo estos dicen que es Pizza -.-¡ tampoco jueguen con sus sentimientos asi!!!! Eso es malo, juegan la pelota con el JAJAJAJA ME DIO LASTIMA, WE!!! Y que vergüenza que todos saben que Carter gusta de Edward xdxdxdxdxd pobre! Zayn como siempre de imprudente, pero si, el es bastante observador -.- DEMASIADO para el gusto de Savah. Pero tranquila chica, igual te quedar con Harry. Ese será tu gran amor (L)(L)(L) si no matare a Kande, ella lo sabe, yo lo se, todas lo saben.- Spoiler:
- —Ni que lo menciones. Tuve que prometer una cita con su nieta el viernes.
Esta vez soy yo quien frunce el ceño, sintiendo hervir mi garganta desde mi estómago hasta la punta de mi lengua.
—¿Por qué hiciste eso?
—¿Qué cosa?
—Eso, prometer una cita a la cual no iras.
El castaño me mira entre sorprendido e incrédulo. No tarda un segundo en ponerse en su fase de idiota, con su sonrisa de que todo lo puede y las manos sobre la cintura.
—Claro que iré. Me mostro una imagen y es caliente. ¿Por qué no?
Aprieto otra vez el acolchado, sintiéndome cada vez más molesta.
—Tenemos que ir con Sam a pedir dulces. ¿Lo recuerdas?
—¿Cuándo prometí eso? —se cruza de brazos—No voy a desperdiciar mi viernes cuidando a esa enana. Además, llevare a mi nueva chica a la fiesta de las Panteras Doradas.
—¿Qué? —mascullo casi sin voz.
—Lo que escuchaste. ¿O acaso pensabas que te llevaría a ti?
El breve silencio confirmo mi respuesta. Harry se ríe con cinismo.
—Por favor, no creo que te hayan invitado y sabes que es exclusivo, aunque puedo hacer algo por ti para que vayas con tus amigas. Estoy seguro…
—Muchas gracias, pero no lo necesito, ya me invitaron —le interrumpo mirándolo con fijes, intentando con fuerza no ponerme a gritar allí sin más. Harry se sorprende nuevamente.
—¿Estas enojada?
- Spoiler:
- —No te preocupes —le dedico una sonrisa corta. Por lo tenso que se pone, sé que está molesto. He aprendido a leerlo bien en poco tiempo—Edward es quien me gusta. Es atento, amable, profundo y…
—No tienes oportunidad con él —duro y frio, la mirada de Harry acompaña al tono de su voz. Yo trago saliva con fuerza, más que sintiéndome intimidada, me siento dolida—Edward no se fija en chicas como tú.
—¿Chicas como yo?
—Si. Chicas como tú no salen con chicos como nosotros.
—¿Y cómo son las chicas como yo?
Duda un momento en decirlo, realmente lo hace, y le ruego mentalmente que piense bien antes de hablar.
—Ya sabes, perdedoras.
La lastima se fue -.- IMBECIL, 95% CABRON MUJERIEGO !!!!!! Es imposible, el necesita madurar, mucho. Y Carter tiene que tomar cartas en el asunto. Porque el no puede seguir yendo por la vida haciendo lo que le provoca y la tonta menospreciándose a si misma. NO, BEBE, TU ERES GENIAL . LOS DEMAS SON UNOS IMBECILES, COMENZANDO POR STYLES Y TU FAMILIA. Me da mucha rabia que todo lo que rodea a Carter es abusivo, las cosas no son asi, ella puede ser buena y ponerlos en su lugar, porque esto es insano para ella, tiene que amarse un poco mas. ¿Qué tienen las chicas como Carter, Styles? Que son autosuficientes? Que pueden limpiarse el culo ellas mismas? Son independientes, inteligentes y capaces? Bien, quédate entonces con tus zorras sin cerebro, es es lo que mereces si crees que una gran chica como carter no es suficiente.
Por eso es que te sacara canas veeeeeerdes con el chico de las panteras!!! Y sabesss que massss???? Savah y Ciara van a apoyarla! Y se burlaran de ti por inmaduro (con todo y su desdén por Carter…pues ellas son así no podemos cambiarlas xdxdxd) Pero lo HARAN. Es un idiota. Uno de los grandes y esta bien todo lo que carter esta haciendo, el tiene que aprender a tener un poco mas de respeto por las personas, especialmente las que SON COMO CARTER! ¿Qué necesidad había de inventar que los chiquillos estarían en la fiesta? ¿de pretender ser ed? Harry, no hay nada mejor que la honestidad, quizás duela no recibir la respuesta que quieres, pero siempre será mejor lidiar con la verdad que estar act5uando a ciegas -.-. Tienes que crecer bebe. Ya eres un hombre peludo y los hombres peludos tienen que respetar a las mujeres. Deja de ser tan malcriado y mimado por un segundo y date cuenta que estas intimidando a Carter, por eso no se atreve a quererte. Que estas abusando de ella, por eso no le gusta estar cerc de ti. Y lo peor es que te estas muriendo por ella . No puedes seguir con esa misma actitud, el resultado siempre será el mismo, es hora de cambiar mocoso. Lo bueno es que Ahora que Carter lo puso en su lugar, lo abofeteo, no te sientas mal por eso chica, se lo merece.- Spoiler:
- —Oye, sé que estas furiosa, pero Harry quería que vinieras y…
—Pensé que iba a traer a una chica con él.
—No, eso solo lo dijo para ponerte celosa. Él…
—¿Por qué debería? Se supone que a él no le interesan chicas como yo…
—¿Chicas como tú?
—Sí, ya sabes —me encojo de hombros. Noto la inquietud en sus ojos, pero no me importa—Perdedoras.
—Carter…
Le quito la máscara con brusquedad. Sus ojos verdes me evitan, avergonzados.
—No soy tan estúpida, Harry. Supe desde el primer momento que te hiciste pasar por Edward, lo cual es bajo —tiro la máscara al suelo. —¿Realmente no creíste que sabría que eres tú?
—Pensé que en la tienda lo adivinaste por suerte.
—Sé mas de ti de lo que crees. En cambio, no pareces conocerme en lo absoluto.
- Spoiler:
- Paso de él y camino lo más rápido que puedo para dejarlo atrás. Harry me sujeta fuerte del brazo y tira de mí, sostiene mi cabeza entre sus manos y trata de besarme. Antes de que pueda hacerlo, lo empujo y por impulso le doy una cachetada que resuena con fuerza. Mi corazón late a toda prisa y con cierto remordimiento por haberlo abofeteado, pero ciertamente una parte de mi cree que se merece mucho más. No me afecta la mirada dolida de sus ojos ni como sus rasgos se tensan, pasando del dolor al enojo.
—¡¿Qué diablos…?!
—¡No vuelvas a besarme! —grito sintiendo mis ojos llenarse de lágrimas. Harry se calla, observándome plasmado—¡No soy tu juguete, no me beses para después maltratarme!
—¡Yo no te maltrato!
—¡Claro que lo haces! ¡Y es todo el tiempo! —quito las lágrimas con brusquedad, tratando de no seguir llorando, aunque no está funcionando—Puede que no vaya a heredar una compañía como tú, puede que no tenga unos padres que te amen o popularidad para que todos quieran ser mis amigos, pero es suficiente con hacerme esto.
—¿Hacerte qué? ¡¿Qué te hice?!
—¡Me confundes! ¡Y no me gusta!
Creo que ya dije lo que pienso sobre el siendo un imbécil y me contenta que ella al fin lo pusiera en su lugar. Es hora de que Carter tome el control y se valore un poco mas. El no es mejor que ella, ni de cerca. Asi que, estas bien abofeteado, estas bien gritado, estas bien dejado y estas bien botado de la habitación por ser un asqueroso perro irrespetuoso, que no valora a la chica que le gusta, que la irrespeta metiendo una mujersuela a su habitación, que abusa de ella, que la lastima con su boca sucia… TE LO MERECES! TE AMO, PERO TE LO MERECES T.T
Mi hermosa Kandelin, solo me queda decirte que tu capitulo fue precioso y por eso casi no termino el capitulo de samariv jajajajajaajaj xdxd me inspiro tanto que casi abandono ese cap para dedicarme a a Match. Siempre es un placer escribir después de ti. Tus capítulos son siempre geniales y este no fue la excepción, nena. (L)
PD: esto fue epico- Spoiler:
- —¡No viniste en todo el fin de semana! ¡Tenía que aprovechar!
—¿Es que no tienes un auto para llevar a tus chicas? ¡Eres un irrespetuoso!
—¡No es para tanto, Carter! Además, esta también es mi habitación. Yo puedo hacer lo que quiera. No es como si pudieras echarme de aquí.
Le sonrió nuevamente. Harry se muestra cauteloso, temiendo.
—Buena idea. Debería echarte.
—¿Que?
—Hasta que aprendas a ser ordenado y respetuoso, entonces no dormirás aquí.
—¡No puedes hacer eso!
—¿Crees que no puedo?
Voy hacia él con pasos largos y rápidos, Harry intenta escabullirse subiéndose a la cama, pero lo agarro de los pelos de nuevo y lo tiro al suelo, ignorando sus quejidos de dolor. Lo incorporo levantándolo desde las axilas, y casi me dan atrancadas el olor que destila de su cuerpo. Le llevo el brazo hacia la espalda y le agacho la cabeza desde la nuca, apretando con fuerza el agarre.
—¡Me estás haciendo doler, Carter! ¡Basta, basta! ¡Lo siento!
Ni siquiera su patética disculpa evita que lo lance hacia afuera con una patada.
—¡Joder, Carter! —se queda en el suelo sobándose la cabeza después del golpe que se da.
Voy hacia su armario y tomo un poco de su ropa entre mis brazos y se lo lanzo encima.
—¡¿Que estás haciendo?!
Lo ignoro y agarro los libros y la mochila que están arriba de su escritorio y se los lanzo. Harry se tapa con los brazos, aun así, le duele el impacto.
—¿Carty?
Volteo a mirar hacia el costado, allí están Savah y Edward con la boca abierta. Ni siquiera me avergüenzo o me escondo, estoy lo bastante furiosa como para que me importe un pepino. Me dirijo de nuevo a Harry, viendo cómo se estremece ante mi mirada.
—No te quiero ver en la habitación hasta que aprendas a comportarte y a respetarme.
—¡Solo me la cogí una vez, no exageres! —se levanta y les echa una mirada a los otros dos, quienes siguen impresionados. Se acerca a mí y susurra—No puedes hacerme esto delante de la gente, menos de Savah y Edward, ¿qué diablos te pasa?
Le pateo ambas rodillas y cae de golpe en el suelo, para su suerte, justo arriba de la ropa.
—Si vuelves aquí, te mato. Y no estoy bromeando.
Fue tan bien merecido :fuckyou:
Ariel.
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Re: A Match Made In a University | 1D
Ritza. escribió:tengo que comentar aqui
Sí, pinche irresponsable(?)
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Bart Simpson
Re: A Match Made In a University | 1D
- Kate :
Primero que nada pido una disculpa por haber tardado millones de años en postear, espero mi post sea extenso y bello y te guste demasiado(?), más de lo que me encantó el tuyo, muchísimas gracias, por cierto. Me fascina que las personas digan cosas positivas sobre mi escritura la cual yo sigo pensando que es medio mierda
Pero equis, estoy releyendo y posteando al mismo tiempo... Ahí va:Marcelo se sitúa frente a mí y se agacha hasta que todo lo que perciben mis ojos son sus labios. Cuarteados y blanquecinos, pero no morados. Lo empujo.
MAN! Precisamente tengo las getas así, y cuando menos lo espero ya estoy jalándome los cueritos que empiezan a arreglar mis labios y por consiguiente los dejo mucho peor.
Pero bueno, a diferencia de Helvia, yo amo esa clase de clima. Excepto cuando llueve, de verdad odio que llueva.—Tengo que irme —digo por fin.
Antes de que pueda impedirlo Marcelo me atrapa entre sus brazos. Me estruja tan fuerte que creo que se me descoloca el bazo.
—Haz amigos. —Me increpa.
—No, gracias.
Me encanta la actitud de Marcelo, me recuerda un poco a mi hermano, y Helvia, bueno, ella me parece demasiado amargada, weón. De esas veces que alguien te cae mal y estás como "Ash, qué ridícula" pero no quieres ver que esa persona es más parecida a ti de lo que te imaginas no sé, al mismo tiempo me encanta la chavonaMientras la directora Stevenson rebusca entre un montón de carpetas de color amarillo, me dedico a observarla. Tiene un aspecto muy dispar al que yo había evocado en mi cabeza a raíz de haber hablado con ella por teléfono. Viste de manera jovial, camisa tejana y pantalones negros. El pelo rubio lo lleva ondulado y suelto sobre la espalda. Lleva más maquillaje en los ojos del que yo me he puesto en toda mi vida. Me llevo una decepción. Esperaba una directora al estilo de la profesora McGonagall. No a esta señora que se viste como si tuviese muchos años menos de los que debe tener en realidad.
Tuve que citartlo todo para decir... No joda, niña! Nadie nunca se va a comparar con McGonagall never nunca jamás!
Sólo eso(?)
Me encanta que Helvia sea una seca come libros—Louis Tomlinson. Su otra esposa ha tenido que abandonar la universidad por motivos personales —explica.
Anda, así nomás "Su otra esposa"
Esa Marcie no tiene tacto para hablar, weón jaja, ya me imagino al lucho y a Helvia juntosTras el incidente mis habilidades sociales han disminuido en demasía.
Mi "Yo" metiche se ha despertado ante esto
Además, junto a cara de rata(?), no necesita hablar puesto que la muchachilla habla hasta por los codos—¡Ya podría haberse cambiado el corte de pelo o apuntarse a yoga! —me quejo, Olivia vuelve a reír.
O podría comenzar a comprar gatos para empezar su manada(??)mi antigua compañera, que tenía la costumbre de escuchar música a todo volumen y dejar la ropa interior sucia en la tapa del inodoro.
JAJAJAJAJAJAJA Me recuerda a una de mis roomies que dejaba los calzones colgados de las llaves de la regadera(?) y me hace preguntarme, qué persona rara se baña con ropa interior
Lo siento pero es demasiado raro, aunque no era algo que me pareciera totalmente desagradable, Helvia debería de ser un poco menos mezquina un poco más tolerante ah.
Veo cerca la aparición de LouPero yo soy de las personas que realiza juicios categóricos a la primera de cambio.
Ya lo notamos, Helvia. Afloja la correa un poco, wacha.
Wn, me impresiona lo limpia y ordenado que es el luchoPara no seguir escuchándolo me planto los auriculares en los oídos y pongo la música lo suficientemente alta para aislarme. De esta manera, puedo terminar de instalarme en paz. Rato después, levanto la vista y veo que Louis se ha sentado al escritorio que hay a los pies de su cama. Tiene un libro abierto y mantiene la cabeza apoyada sobre las manos.
O sea, todavía se pone la ropa del wacho sin su permiso, comienza a poner los libros sin avisarle nada al Lucho y para terminar, ¿no le habla?
No, Kate. Me la estás poniendo demasiado difícil para que la wacha termine de agradarme por completo me parece que esta muchacha está siendo no sólo mezquina sino también grosera, pero ya quiero ver cuando Lucho la enamore
Me encanta cómo hace que el Lucho se desespere él parece ser tan bello y hermoso
Además, parece irónico que alguien tan piedra como Helvia escriba cosas tan profundas ahora pienso en cómo escribirá cuando comience a tener sentimientos hacia LouisCuando cierro los ojos para dormir: Ángelo y Martina invaden mis pensamientos otra vez. Da igual la de años que pasen. Jamás poder olvidarme de ellos.
Helvia...
Tienes que entender que toda la gente es pendeja, y hay gente mucho más pendeja que otra.
Sin embargo, no todas las personas son una mierda como muchos suelen serlo... Así que consigue amigos y ama a Louis o te doy un zape
Y bueno, Ahora hay más personas en la mesa de los chic@a buen@s(??)...veremos cómo se pondrá la cosaPodría seguirle el juego, pero no quiero empezar una guerra. Me limito a mirarla, sin decir nada. Finalmente, Ciara se da la vuelta y se marcha pisando con tanto ímpetu que bien podría abrir agujeros en el suelo.
:pajasoge: :pajasoge: :pajasoge: :pajasoge: :pajasoge: :pajasoge: :pajasoge:
I'm sorry but, no me pondré del lado de nadie, ambas son odiosas(?)—Ha sido culpa de Ciara —intercede Carter.
Harry arruga el gesto con desprecio.
—Estoy hablando con Helvia, no contigo.
JAJAJAJA Qué puto! Lo amo y lo odio al mismo tiempo—No creo que a las niñas a las que sus padres casaban con viejos verdes por su bien fuesen más colaborativas. —Estoy siendo un poco extremista, pero es no se ha ocurrido otra manera de expresar como me siento con todo este asunto.
—Yo no soy ningún viejo verde —masculla Louis.
JAJAJAJAJA Sí lo son, de otro modo las golpean ah... se pasó con eso jajajajajaLa idea de enviudar de manera repentina empieza a tomar forma en mi cabeza. No podrían suspenderme si mi pareja muere, ¿Verdad?
Ahora sí la cosa se está poniendo más que interesante Primero con lo de la actividad de los lunes, sospecho que van a terminar enamorados, y segundo, Louis invadiendo el espacio personal de Helvia sacándola de quicio—Yo con Carter —se pide Liam, colocándose al lado opuesto de la mesa. Carter alza el puño y se coloca a su lado.
En posición de ataque.
Me encanta esa faceta de Carter, ella es tan inocente todo el tiempo que verla así es demasiado extraño y excitante(?) al mismo tiempo
Igual adoro que Helvia esté socializando sin importar que se deba a los efectos del alcohol.
El beerpong aquí se juega diferente si la pelota cae en uno de los vasos del otro equipo, ellos se lo beben y gana quien haya bebido menos... creo—Helvia, te reto a que vayas donde está Louis y le beses—propone Carter de súbito, sin venir a cuento. Ha pasado la mayor parte de la conversación callada, mientras se meneaba al ritmo de la incesante música.
No le doy tiempo a que responda. Agarro la pechera de su camiseta, lo atraigo hacia mí y le planto un beso. Pretendo que sea sólo un choque de labios. Pero Louis termina por abrir la boca y nuestras lenguas se juntan. De perdidos al río... Al principio me resulta extraño, porque no he besado a un chico desde que estuve con Ángelo. Luego se vuelve más normal, supongo que besar es como montar en bicicleta. Louis enreda sus manos en mi pelo y yo sigo aferrando su camiseta.
No sé cuánto tiempo transcurre, pero de pronto, como si me cayese un balde de agua fría sobre los hombros; recupero el sentido común. Lo aparto de mí con la misma intensidad con la que lo he arrastrado. Jadeo en busca de aire. Me limpio los labios con el antebrazo, me palpitan y los noto adormecidos. Ed sigue detrás, con la boca abierta de mudo asombro.
—Con que había una sola secuencia infinita en la que quisieras besarme, ¿eh? —Louis sonríe con fruición.
Se me revuelve todo el estómago. Presiento la arcada antes de que llegue. Salgo corriendo para no vomitarle a nadie encima. Mientras corro, me repito constantemente que no tenía que haber venido a esta condenada fiesta. Siempre acabo metida en problemas cuando me olvido de todas mis reglas y convicciones. Siempre digo que las personas hieren, pero al final soy yo la que más daño me hago.
OOOOOOOOOOOOOOOOH DIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOSSS!!! :abby: :abby: :abby: :abby: :abby: :abby: :abby: :abby: :abby: :abby: :abby: :abby: :abby: :abby: :abby: :abby: :abby: :abby: :abby: :abby: :abby: :abby: :abby: :abby: :abby:
No podía no citarlo todo, primero Carty besa al Harry y luego Helvia al Lucho
LO SABÍA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Supongo y espero que la cosa va a cambiar desde ahí ajajhslkahdkawjhfdiloasjudñsa :abby: :abby:
Me encantó, Kate. De verdad lo siento por no haber comentado antes, escribes hermoso esperaré ansiosa a leer algo más de Helvia y Louis :rhianpls: :rhianpls: :rhianpls: :rhianpls:
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Bart Simpson
Re: A Match Made In a University | 1D
- Cande :
Siento comentar siglos después, pero aquí va mi post :Me voy canturreando la canción que suena en la fiesta, buscando con la mirada a Helvia, mi nueva compañera no solo en las clases, la tortura del matrimonio o la terapia en grupo, sino también mi compañera de botellas.
Me fascina la manera en que cualquier inhibición desaparece de ella con un poco de alcohol
Es tan tierna que me provoca agarrar sus mejillas y estrujarlas jaja
Pero Olivia está como mamá regañona, obviamente lo que hicieron Helvia y Carter pues no es lo mejor, pero devería soltarse un poco más y vivir el momentoLe hago fondo al trago y tiro el vaso de plástico en el suelo, secando mis labios pasando mi mano como toda una dama.
Claro!Es muy tarde cuando trato de huir, él ya me toma entre sus brazos y aunque me retuerza en ellos, no tarda en ponerme sobre su hombro.
—¡Harry, bájame! —grito entre divertida y congelada.
—Joder, Carter. ¡No vuelvas a beber!
—¿Por qué no? ¡Es geniaaaaaal!
Puedo presentir lo que se avecinaEs solo porque está siendo lindo conmigo, no significa que yo le guste.
Confundir este tipo de cosas no es bueno.
Estoy completamente de acuerdoSus labios chocan contra los míos por segunda vez en la noche, pero esta vez el ritmo lo lleva él. Me dejo ir entre las emociones y rodeo lentamente mis brazos alrededor de su cuello. Harry me estrecha de golpe, asustándome, pero no me permite irme de sus brazos. Enseguida me rodea con ellos y ejerce más presión en el beso, moviendo su lengua, incitando a la mía para seguirle.
Que va, mañana voy a olvidar todo. Es mejor si me dejo llevar solo por esta vez, solo esta.
¡AJÁ! Lo sabía
Carter dejó salirsu perra interior(???)
No sé, podría decir que le gusta Harry más de lo que cree más porque él y su hermano tienen el mismo aspecto pues... si no se hizo con uno, pues con el otro ahDe par en par, volteo a mi costado para encontrarme con un adormilado Harry encima de mi pecho y sus brazos abrazándome como si fuese un peluche.
Creo que este será mi emoji oficial para Carter y Harry!!!
Un incómodo silencio y breve se manifiesta, es pequeño porque en dos segundos dice que ira a desayunar primero, eso es suficiente para darme cuenta que algo no va bien. A Harry nunca le importa decirme donde ira, él siempre se marcha sin más.
¡¡¡EL AMOOOR!!!
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOO... Harry Otro soldado más caído en batalla(?)—Tu hermano está muy ocupado con los estudios, Carter. No tiene tanto tiempo libre como tú, así que no lo molestes.
Pero qué perra
Aunque de verdad sucede así, familias con mucho dinero que creen que el estudio es una pérdida de tiempo... Ojalá esa fuera mi familia(??)
Ahque :lizzena:—El próximo fin de semana haremos una fiesta en la fraternidad por Halloween—uno de sus amigos moreno y alto le pasa un sobre negro, Tyler lo toma para extenderlo hacia a mí. Lo miro sin comprender.
—¿Quieres que se la dé a Harry?
—No, no. Es para ti.
Ay no!
Esto me dio demasiada risa jajaajaja, no paro de adorar a Carter
Y no puedo con todo lo que hizo Carter durante la fiesta Es una borracha de primera, es genial que no recuerde lo que sucedió pero sería más genial si nadie más se lo recordara
Así no vale la pena el tener el don(?) de olvidar las estupideces que hizoDe pronto, como si fuese un flash, empiezo a recordar como corrí entre el césped con los rociadores encendidos y Harry llevándome en su hombro, la breve discusión y finalmente los besos que compartimos anoche. Si creía que no podía tener la cara más caliente, pues no me imaginaba que podía equivocarme. Ahora lo único que queda hacer es esperar a que el infierno me lleve y voy con mucho gusto.
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Sólo a ella se le ocurre beber tantisimo alcohol, amo a Carter pero creo que toda esa vergüenza se la tiene merecida, wnQuizá esperaba a que se burlara de mi o que me insultara por haberlo acosado (porque creo que realmente lo hice), pero, siendo sincera, no esperaba que Harry me mire como si lo hubiese lastimado, con sus ojos tristes y el rostro contraído. Me inquieto ante su reacción, sin entender porque pienso en el momento que hice algo mal.
¡HEY! Haroldo ya está bien tildado de ella y la wacha ni en cuenta... esto sucede con todos, weón. Me parece que tienen una clase de retraso mental colectivo o algo por el estilo
:abby:—¿Y a quien le gustaría si eres todo un amargado?
—Y tu una niña fea. Con razón no tienes novio.
La pelota llega a mí y no dudo en lanzarla desde la posición en la que estoy. Harry se da cuenta tarde, salta para evitar la encestada. Aterriza demasiado cerca de mí, tanto que me hago hacia atrás de manera involuntaria y mis pies se enredan, no sé si por el mareo o por los nervios, aun así, caigo hacia atrás y Harry conmigo. Antes de caer en el suelo, pone una mano detrás de mi cabeza, omitiendo el fuerte impacto. De todas formas, no es como si el resto de mi cuerpo no sufriera las consecuencias.
De verdad que no veo otro emoji que describa mejor la relación entre Carter y Harry Ya hay algo ahí, entre ambos Veamos cómo se pone todo esto, yo creo que estará demasiado interesante
Sólo espero que Sam y el amiguito no arruinen el momento—¡Harry, Carter! ¡Ya volvimos!
¿Qué te digo, mujer?
Estoy tan emocionada esperando un besito y tú haces que lleguen los mocosos
Te mamas—38, 9º.
Estornudo tres veces. Me pasa una caja de pañuelos y saco tres aun cubriendo mi nariz y boca con la palma de mi mano. Trueno dos veces hasta que salgan todos los mocos y suspiro, completamente derrotada ante la gripe.
Khé Mierrrrdaaa! Si no le bajan esa temperatura va a convulsionar(?)Que un rayo me partiera si eso volvía a suceder.
But she knows she was mientiendo porque en pocos days she was going to have a big pedota and iba a hacer too many pendejadas—¡Ella es mi esposa, no me digas como cuidarla! —escucho gritar a Harry.
No sé si lo sueño o qué, se siente tan real que mi corazón latió fuerte y lucho con tratar de mantenerse despierta solo para saber si lo que dijo fue cierto. Mis parpados me pesan más, y me dejo vencer después de escuchar a Helvia burlarse de Harry.
La esposa de Harry Styles, Carter White.
Bueno, al menos no suela tan mal como el mes pasado.
Helvia está cada vez más integrada con Olivia y Carter Y bueno, me hubiese gustado leer una bofetada o algo por el estilo aunque me encanta que el Haroldo se haya "defenfido" y excusado(?) al mismo tiempo con eso de que Carter es su esposa me pone como
Porque él gusta de ella y lo sabe a la perfección pero el muy bobo no quiere admitirlo—Pareces masacrada, como si te hubiesen golpeado veinte tipos al mismo tiempo.
—Zayn... —le regaña el castaño.
—¿Que? Es verdad, esta echa una mierda.
Pero qué tierno(?) son las palabras exactas para animar a una chica, pero sabes, me pregunto si Harry ordenó la habitación para la pequeña
Me encantó lo de Steve pobre chico, wacha, supongo que de ahora en adelante en nombre de Carter la demoledora será usado en pro de la justicia
Además, el chisme con Liam y Zayn se pone demasiado bueno, sí, me refiero a que invitan pizza y jugo porque ambos son un par de chismosos, el rostro de Carty se ha puesto rojo como treinta mil veces—¿Y ustedes qué diablos hacen aquí?
El suspiro que se escapó de mis labios no llamo la atención de ninguno. Nunca me había alegrado de ver a Harry tanto como ahora.
Y llegó el príncipe encantador
¿Ves?!! Es que ese emoji simplemente es de Harter(?)—¿Y yo que, entonces? —replica ofendido, casi suena lastimado—¿No vas a tomar la sopa que te traje?
Abro la boca para decirle que realmente no tengo apetito, apenas y comí dos porciones y sin muchas ganas. Son sus ojos tristes los que me hacen cerrar el pico y asentir.
—Si voy a tomarla. Quiero sentirme mejor para mañana —le regalo una sonrisa, despejando al menos su ceño fruncido—Gracias. Estoy segura que no fue sencillo pedírselo a la cocinera por segunda vez.
¡Ay, Carter!
Tú nunca vas entender o qué, wacha!!! Cuando no quieres algo se dice ¡No!
Tantas veces que la ha tratado como basura el Haroldo y ella ahí sigue
Le voy a dar un zape!—No te preocupes —le dedico una sonrisa corta. Por lo tenso que se pone, sé que está molesto. He aprendido a leerlo bien en poco tiempo—Edward es quien me gusta. Es atento, amable, profundo y…
—No tienes oportunidad con él —duro y frio, la mirada de Harry acompaña al tono de su voz. Yo trago saliva con fuerza, más que sintiéndome intimidada, me siento dolida—Edward no se fija en chicas como tú.
—¿Chicas como yo?
—Si. Chicas como tú no salen con chicos como nosotros.
—¿Y cómo son las chicas como yo?
Duda un momento en decirlo, realmente lo hace, y le ruego mentalmente que piense bien antes de hablar.
—Ya sabes, perdedoras.
¡NO LO DIJO! Se acabó, deshonor! Deshonor para toda tu familia, Harry! Deshonrado tú! Deshonrada tu vacaa!! :matar: :matar: :matar:
Este wacho ya se la mandó, se merece que Carter la demoledora le parta su madre :matar:
Es un loco, primero la trata lindo y luego se comporta como todo un pendejo que cae mal
Te odio, Harry—No, no, así no —replica Camille y vuelve a enseñarlos el movimiento de la cadera —No muevas los pies, solo la cadera de un lado a otro.
La castaña me echa una mirada de súplica, pero no podemos marcharnos, no si no queremos ser reprobadas.
—Esto lo hizo apropósito. Le pago para torturarnos —murmulla Olivia cuando la profesora vuelve al frente y empieza a bailar.
Yo solo asiento porque también lo creo, y viniendo de Anne Cox, nada es imposible.
Se sacó un diez en maldad jaja
Pero Olivia y Carter son tontas o qué?
Si a mí me hubieran dicho que no es necesario ir, justo como Edward y Harry hicieron, de coña voy... No, no, no y no! A esa mujer nunca de los nunca van a darle gusto porque se han metido con sus pequeños diablillosY realmente no lo sé. Apenas los vi a ambos enfrentados con el mismo disfraz, a quien primero busque fue a Harry y lo distinguí al instante. La mueca que hace con los labios cuando está enojado es evidente para mí, la manera en que sus hombros se ponen tensos y la mirada de sus ojos verdes enojados. Sería raro no poder distinguirlo de Edward, no es porque Edward resalte más que él, eso era antes. Ahora pareciera que Harry resalta mucho más que su hermano mayor, o al menos para mí.
Me alejo de inmediato de él cuando noto que esos pensamientos me están inundando por completo. Doy la pobre excusa de buscar un disfraz para mí y me voy al fondo de la tienda, esperando que la distancia y la soledad pongan en orden mi cabeza y sobre todo mi corazón.
Ok, toda esta parte fue más que genial! :vibracionmodeo :vibracionmodeo :vibracionmodeo :vibracionmodeo :vibracionmodeo :vibracionmodeo
Deberían ir de Batman y Superman :truestory: interpretarían bien los papeles puesto que no paran de pelear :truestory: :truestory: :truestory:
Y Des diciendo que los reconoció hasta que tenían seis años fue épico me acordé del capítulo de Zack y Cody gemelos en acción cuando su mamá perdió sus expedientes médicos y la wea y ni ella sabía reconocerlos
Miendas Maddie daba hospedaje a London quien supuestamente era pobre puesto que en la mina de diamantes que su papá compró no habían diamantes y quedó en bancarrota
Amaba esa seriePiedra, papel o tijeras decidió quien sería Batman y el ganador fue Edward. Harry al final termino optando por ser Superman cuando Des dijo que sería divertido verlos a ambos interpretando SupermanVSBatman.
¿Qué tal? Predije el futuro(?)—¡Es nuestra Carty! —Savah me pasa un brazo por los hombros, atrayéndome de manera brusca hacia ella—Todavía no te agradecí por ayudarme en el evento de caridad.
—Aunque la muy tonta se quemó con aceite —añade Ciara, un poco borracha.
—No te pongas celosa —Savah me empuja y por poco no caigo en la mesa de los aperitivos —Sabes que eres mi marida, no te cambiaría por nada y menos por la Carty.
—Sería el colmo si lo hicieras.
JAJAJAJAJA Esta parte fue hermosa y confusa a la vez, el alcohol hace milagros, ah—¿Estas disfrazada de… Olivia de Popeye?
—Sí, ni lo menciones —aprieta fuerte los dientes y dirige una mirada hacia una parte de la sala —El idiota de Edward cambio mi disfraz, no me quedo otra que traer este.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]—Y no adivinas de que se disfrazó él —se ríe Helvia con gracia.
Lo busco con la mirada y allí lo veo a un costado con Louis disfrazado de zombie y Edward viste de… ¿Popeye?[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Ay sí, ay sí! :aysi: :aysi:Me quito las lágrimas y, esta vez, soy exitosa al no derramar ninguna más. Está decidido. No voy a dejar que jueguen conmigo. No voy a dejar que me lastimen. Y, sobre todo, no voy a sucumbir de nuevo ante los gemelos Styles nunca más.
¡Ay, wachita! Creo que ni tú te crees esa, sin embargo, estoy orgullosa porque por fin le paraste el jueguito
El estúpido también está embobado con ella pero es tan pendejo que no lo admitirá pero bueh, veamos quién termina peor—Si vuelves aquí, te mato. Y no estoy bromeando.
Me voy adentro y cierro con seguro la puerta. Casi al instante, escucho las carcajadas desaforadas de Savah y Edward, burlándose de Harry. Se lo merece, ojalá hagan que no lo olvide nunca en su vida.
Eso es lo mejor que ha hecho hasta ahora nuestra pequeña Carty.
Ya era hora de que lo tratara como se merece al bruto ese jajaja lo amé, me imagino a la Carter toda
Pero ni cómo juzgarla. Creo que hubiéramos hecho lo mismo :timon: :timon: :timon:
Amé completamente tu capítulo, Cande
Me disculpo nuevamente por no haber comentado antes pero soy una estúpida que los lee y se repite a sí misma una y otra vez cosas como "Mañana lo comento" y jamás se llega el día, sin embargo, me gusta comentar todos los capítulos puesto que sé el esfuerzo que se requiere para escribirlos y un solo "Me encantó" no es suficiente reconocimiento *coffpedradacoffcoffparacoffEmilyanoyDanicoffcoff*
Sigo amando a Carter :gad y muero por saber sobre la cita con Tyler[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
LOS PECES SON AMIGOS, NO COMIDA(?)
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Bart Simpson
Re: A Match Made In a University | 1D
Jenn, amé tu comentario sldkjdlgf No sabes lo que me he reído y lo que he disfrutado leyéndolo, gracias
pd: tenemos que hacer tramas
pd2: Cande, en cuanto pueda dejo tu comentario.
pd: tenemos que hacer tramas
pd2: Cande, en cuanto pueda dejo tu comentario.
indigo.
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Re: A Match Made In a University | 1D
Capítulo 24
Savahtine Wells
- i have my moments:
- - Entra, Wells.
Con mi estómago retorciéndose, paso dentro del despacho de la coach.
- ¿Me mando a llamar?- pregunto con la mejor actitud que puedo fingir.
Cuando Zara me dijo que viniera pensé que había sido un error suyo y que se había confundido.
- Si, siéntate.- señala la silla frente a ella.
La mujer bien podría ser de esas Dominatrix, se le da bien el dar órdenes, tener un carácter de mierda y hacer que los demás te tengan respeto, o miedo. Ciertamente no sé cuál de esos dos sentimientos influye más en su trato hacia terceros. Pone a todos derechitos cuando y como lo desea. A mí me intimida, de cierta manera es malvada.
- ¿Es sobre la cuadrilla?
- No, te mande a llamar para invitarte un café- sus palabras destilan sarcasmo amargo y negro, provocando que mi rostro caiga. Vieja antipática - ¿Para qué más llamaría a tu afroamericano trasero aquí?- me mira de forma desdeñosa antes de recargarse de su asiento- Te necesito en el equipo.
- Entrenadora, tengo demasiadas cosas que hacer, no puedo estar en el equipo- comienzo a explicarme a pesar de que a ella no parece interesarle en absoluto nada de lo que le digo, por lo que me exaspero - Falte a un montón de practica por razones obvias; no puedo comprometerme con el equipo.
La expresión de fastidio en la cara de la coach hace que me ahorre más palabras de las que en realidad quería decir para no volver al equipo con ese montón de zorras con falda. Me gustaba humillarlas y ayudar a Ciara a joderles la vida, pero ya tenía suficiente con todos los trabajos que tenía que hacer más mis clases y tareas.
- Escúchame bien, mocosa engreída…- el tono amenazante de su voz viene acompañado de su aproximación hacia la mesa, dejando sus codos sobre esta de forma impetuosa. Yo trago pesado haciendo mi espalda hacia atrás para alejarme por protección – No te estoy preguntando si quieres o puedes estar en la cuadrilla. ¡Te necesito en la cuadrilla y punto! ¿Quién crees que soy?- inquiere arrogante- No soy uno de esos chicos vergas frías a quienes les calientas la bragueta y luego te vas. – me señala con una mirada implacable- ¡Tú trasero afroamericano en el campo para las prácticas! Eso es todo.
- Pero…
- No hay “pero”, Wells- sentencia rápidamente dando un sonoro golpe sobre su escritorio provocando que todo en él, y yo, salte.- Harás tiempo en tu “Apretada agenda” y asistirás a todas las practicas.
Se levanta de su asiento y camina hacia su pequeña nevera, de la cual saca un agua con gas antes de volver a mirarme.
- Tienes habilidades, Wells. Pero además de eso, tu presencia le hace bien a mi capitana para dirigir a esos cerdos con falda. Tú las intimidas. Todo rey necesita un ejecutor.
- ¿Es esa frase de Game of thrones?- inquiero confundida y sintiéndome ñoña por saber eso.
- Tu eres la de Ciara- ignora mi pregunta y continua con su palabrería- Así que ve a buscar tu ridículo uniforme y lleva tu negro pellejo al campo hoy.
- Bien…- suelto largando un largo suspiro e ignorando todos sus comentarios racistas para conmigo.
- Bien. Largo.- señala la puerta con desdén antes de volverse a sentar en su escritorio, donde dirige el infierno.
Bueno, con lo de Ciara me convenció. Si estoy con ella en la cuadrilla puedo mantener un ojo sobre ella y asegurarme de que este bien, y no perdiendo la cabeza con ideas absurdas como la de no comer. Me gusta pisotear a esas tontas que la siguen, así que eso lo poder disfrutar al menos mientras le ayudo a dirigir su pequeño ejercito.
- ¡Oh, y Wells!- la entrenadora me detiene antes de que llegue a la puerta señalándome con su dedo acusador – No vuelvas a descarrilarte o me tendrás detrás de tu huesudo cuerpo como el mismísimo diablo ¿Esta claro?
Probablemente mis ojos están por salirse de mi cara y mi tez morena se ha puesto amarilla por su amenaza, me han amenazado antes, pero el que lo haga esta mujer; de verdad se siente como si fuese el mismo satanás con cabello rubio y tetas.
Asiento frenéticamente iniciando una futura fractura en el pescuezo.
- ¡Responde, Wells!
- Si, Entrenadora.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Ciara estaba feliz, demasiado feliz. Sonreía gigante debido al tonto uniforme que me habían obligado a vestir para estar con ella. Por supuesto no le diría los motivos de la entrenadora para regresarme a la cuadrilla o se sentirá ofendida de que le pongan un vigilante o “un ejecutor” como lo llamo la coach, solo le dije lo primero que la mujer dijo sobre mis habilidades y listo. Ed también parecía contento de verme portar el uniforme de la escuela, alegando algo sobre el espíritu escolar y esas mierdas. Ahora todos en la mesa combinábamos… Salvo los nerds, ellos no aportaban nada. Aunque Olivia es la presidenta del club estudiantil, algo de espíritu académico debía tener, y quizás los otros formaban de parte de algún club académico o que se yo.
- Incluso esos pelos locos tuyos quedan hermosos con el uniforme.- comenta la rubia, sin sacar la sonrisa de su rostro para tocar mi mata cabello- Hace un montón que no te lo alisas.
- Me aburre ir al salón.
- Podríamos ir el jueves- sugiere ella con alevosía.
Sabía que por ahí venia lo de mi cabello.
- No me molesta el rizo.
- Le queda genial- agrega Ed serrando su casillero- Tiene estilo.
- Nunca dije que le quedara mal.- rueda los ojos y se echa a caminar por el pasillo.
Ed y yo intercambiamos miradas y él castaño se ríe al final.
- Cambiando de tema.- dice de pronto pasando un brazo sobre mis hombros- ¿Irán a la fiesta de las panteras doradas?
- Si, obvio.- chasque la rubia- Tyler nos invitó.
- Yo no tenía ganas de ir, pero el chico se esmeró en convencerme de que sería genial.
- No lo dudo.- asiente el castaño- Me gustan las fiestas de disfraces.
- ¡Ay no!- mi rubia amiga se voltea para encarar al gemelo Styles- Tu y Hazza siempre discuten sobre ser Batman y quien será Robín.
- ¿También este año?
- Probablemente- hace una mueca y luego se rasca la cabeza pareciendo confundido- No recuerdo quien uso ese disfraz el año pasado.
- Pero obviamente le dirás que es tu turno este año.
- Obviamente, Rubia.
- Te delatare con mi amorshito.
- No lo harás.- se mofa el castaño.
- Lo quiero más a él. – refuta ella.
- Aun así no lo harás.- entonces da una palmadita en mi hombro como si estableciera algo- tengo mi arma contra ti. ¿Cierto, Savah?
- A mí no me metan- levanto ambas manos en señal de paz- Tengo que ir a legislación Aeronáutica.
Me separo del abrazo de Ed y me detengo en la entrada de mi clase, haciéndoles un gesto de despedida con la mano.
- Los veo en el almuerzo. No se maten.
Ciara asiente dándome un beso en la mejilla y Ed se despide con un saludo militar antes de pasar su brazo sobre los hombros de la rubia y seguir discutiendo acerca del tema de los disfraces. Debía hacer una nota y pegarla en mi escritorio sobre ir a comprar el disfraz. Algo gótico y sexy. Tendría que alisarme el cabello para ese día.
Una vez dentro del aula, saludo al profesor y paso dentro en busca de mi habitual puesto junto a la ventana, pero mi camino hacia él es interrumpido cuando encuentro a Malik sentado en el banquillo al lado del mío en mi mesa de siempre. Últimamente estábamos tratando de no coincidir para no discutir. Él estaba teniendo días difíciles con todos los problemas en su casa y yo estaba teniendo problemas con mi padre y sus hijastros, bueno; con Flavio siguiéndome por el campus. Al parecer su mamita le pidió que me vigilara con la cuestión del matrimonio, de seguro para mantener contento y bien informado sobre mi relación con Zayn, a su esposito.
- ¿Te vas a quedar ahí mirándome o te vas a sentar?- pregunta de mala gana señalando mi puesto.
Me encojo de hombros con mi habitual cara de póker.
- Puedo sentarme en otro lugar.
- Entonces hazlo.- se encoje y se vuelve a ver por la ventana restándome importancia.
El debería de sentarse en otro lugar, no yo. Este puesto lo vi primero. Pero como con todo, él se apoderaba. Lo que más me molesta es que de verdad me gusta este puesto porque tengo una perfecta vista hacia los prados que rodean la universidad.
Chasqueando la lengua con disgusto y girando los ojos con frustración, doy unos pasos y tomo mi puesto junto al suyo en la ventana sin decir nada más. Dejo mi bolso en el suelo, saco mi Macbook junto a mi libro y la ley aeronáutica, lo dejo sobre la mesa y me concentro solo en encender la computadora y hacer las anotaciones que tengo pendientes antes de comenzar la clase. Habíamos estado evitándonos durante toda la semana, no había que empezar a hablar ahorita. Él se había vuelto a cerrar con todos los problemas con Yaser y yo ciertamente no quería saber en la mierda que se había vuelto su padre con Trisha.
Con todo y que quiero ignorarlo la mayor parte del tiempo, no puedo hacerlo del todo bien. Es difícil no darle una miradita cuando llega a la habitación todo frustrado y se encierra en el baño para gritarse con su padre. Es difícil escucharle hablar con Trisha y hacerme la tonta hasta que se acuesta en la cama sin decir nada y me abraza. Es jodido querer hacerme la indiferente. Sé que tengo mal carácter y una historia de mierda con él. Pero también tuvimos nuestros buenos momentos. Encima esa cicatriz de mierda que no me saco de la cabeza, no la he vuelto a ver, pero no necesito verla a menudo para recordarla.
Por el rabillo del ojo le echo una mirada al moreno, él se mantiene inexpresivo observando por la ventana sin darle atención a nada en específico. Esa mirada perdida significa que está pensando en su familia, y eso hace que mis entrañas se aprieten, no deberían. Pero la chiquilla de quince años está dentro de mí con las entrañas contraídas por su tonto ex novio.
- ¿Hiciste el esquema de leyes aeronáuticas?
Le pregunto en un tono bajo pero aun así captando su atención. Le da una mirada a mis hojas sobre la mesa y la Ley entre mis dedos antes de chasquear la lengua y maldecir. Bueno, eso es un no.
- Ten- le tiendo una hoja oficio a rayas de mi carpeta- Cópialo del mío antes de comenzar la clase.
- Gracias.
Asiente tomando ambas hojas y dejándolas de su lado del escritorio para ponerse en ellos. Pero cuando toma el bolígrafo este se le cae, al igual que la hoja en blanco y su libreta.
- ¡Mierda!- chasquea de mala gana tirándose al suelo para recoger lo que se le cayó.
No le digo nada cuando vuelve a sentarse, solo le saco todo y cierro mi computadora para sacarla de la mesa y dejar las hojas frente a mí. Me siento una estúpida por hacer esto, pero me sentiré peor si dejo que le pongan una mala nota por culpa de sus padres. Se lo que es ver a tu familia volverse mierda, no se lo deseo a nadie, ni siquiera a él.
- No tienes que hacerlo.
- Cállate.- replico rápidamente y con el tono más despectivo que puedo fingir, a lo que él responde con una risa cansada.
- Gracias, Savah.- solo eso dice y suspira antes de callar.
- No te acostumbres- mascullo, su única respuesta es sonreír agotado y dejar caer su cabeza en la mesa.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Lo mejor de los miércoles sin duda era la pizza de peperoni. Desde que había vuelto a entrenar hace tres días, mi hambre había regresado de manera voraz. Mama decía que eso le pasa a la gente que hace actividad física, no entiendo como Ciara entonces no come y su sequito de zorras tampoco lo hace. Llevo media pizza tamaño familia y aun no termino de llenarme. Mi rubia amiga apenas lleva dos rebanadas porque ni ella pueda resistirse a esta pizza. Prácticamente estoy tragando como cerdo atrayendo las miradas de todos los presentes en la mesa. Especialmente de Louis y Niall.
- Tenías hambre, morena.- señala el castaño completamente horrorizado, parecía más sorprendido que el resto- No recuerdo que comieras tanto
- Desapareciste de la mesa cuando le pedí que reemplazara a mi co-capitana – le explica la rubia – come como un hombre cuando hace ejercicio.
- Todos comen así cuando hacen ejercicio- le corrige Niall señalándola – Tu deberías comer más.
- Solo como lo justo.
- Muy poco.- concuerda Ed junto a mí con su horrible ojo morado.
Ciara se mete de lleno a discutir acaloradamente sobre su nuevo régimen alimenticio con el doctor no se quien, lo chicos parecen no estar de acuerdo y la invitan a comer de verdad. Lo cierto es que mi pizza esta tan buena que no me importa lo que hablan. No soy de las que engordan con facilidad, mi madre me pasó unos buenos genes.
El chirrido de una silla llama mi atención al otro la lado de la mesa, por lo que levanto la mirada encontrándome con la nueva; Gelga, Elga, Serbia o como se llame. Las últimas veces que me topé con ella no la detalle muy bien. La chica había hecho su camino de bienvenida bastante entretenido, primera fiesta y primer desnalgue. Honestamente a mí también me entretuvo su cosa besando a Louis en esa fiesta, además parecía conectar bien con las tontas y ese grupo. Carty también se comportó irreconocible ese fin de semana.
Al prestarle atención a ese lado de la mesa me doy cuenta de que mi esposichi y cuñadichi, no están presentes en sus asientos. Los vi en su práctica y a Zayn lo vi en dos clases hoy; de nuevo haciéndole la tarea, o Trisha y Yazer solucionan sus problemas, o empiezo a cobrarle. Obviando eso, a ellos los vi, pero recién me doy cuenta que a Carty no la he visto en al menos dos días.
- Hazza, ¿Dónde está Carty?- pregunto confundida llamando la atención del castaño.
Él pone los ojos en blanco y deja su pizza sobre el plato sin decirme nada, dando una mirada a las tontas. ¿Se murió, Carty? ¿Se fugaría? No la culparía por hacerlo.
Ciara estira el cuello nivel avestruz para buscar a la chica en su puesto al final de la mesa y luego busca alrededor.
- Cierto, acabo de darme cuenta que no la veo hace un buen de días.
- Siempre ustedes tan detallistas.- le escucho mascullar a Olivia y me vuelvo para mirarle impresionada.
- Estas ganando valentía, cara de rata.- le alago, logrando que la chica se ponga más roja que un tomate y abra los ojos al punto de salirse.- Retiro lo dicho.- farfullo poniendo mis ojos en blanco ante su reacción- ¿Entonces que paso con carty?
- Hace dos días que está enferma.- nos informa Ed- ¿De verdad recién se dan cuenta?
- Sip.- asentimos ambas.
- No es amiga nuestra- agrega Ciara encogiéndose de hombros y volviendo a su comida.
- ¿Entonces para que preguntan?- inquiere con muy mala leche la chica nueva.
Ciara deja su pizza a medio camino de su boca e intercambia una mirada ofendida conmigo, pero Ed ha tomado ventaja y ha dejado su enorme mano en advertencia en mi pierna. Por supuesto el sabría que yo repicaría primero, me manipula, pero Ciara no es manipulable, así que redirige su gélida mirada hacia la castaña.
- Se le dice “Educacion” cosa que pareces no saber lo que es, ya que te andas metiendo en conversaciones ajenas, Gelga.
- ¡Helvia!- corrige está frunciéndole el entrecejo.
- No me importa- sacude su mano con desinterés como si espantara moscas y se voltea para seguir hablando con Niall.
La castaña le da una mirada de fastidio a mi amiga. Debería agradecer que Ciara no vio eso o los demás. Mi amiga tenía una muy fea vena de la maldad, acababa con vidas si se lo proponía y yo ya no quería pelear más con las tontas. Tengo mucho con que lidiar en mi vida, y aunque no quiero; también con la de Zayn.
- Es mi amiga- siento el tono de advertencia en las palabras de Ed.
- Ella empezó con su mala leche.
- Lo sé, es un poco fosforito. – suelta una risita por lo bajo- Pero ustedes dos son peligrosas y tienen un estatus que las respalda, no quiero dramas.
- No puedes manipularme siempre que sean amigas tuyas.- le reprocho- Yo tampoco quiero dramas.
- Bien. –asiente- y no estoy manipulándote, estoy pidiéndotelo por favor. Helvia tiene mal carácter, pero no es así de ruda como tú o tiene la vena diva y maligna como Ciara.
- Necesitas relajarte, nadie está buscando problemas.- me encojo de hombros restándole importancia a todo esto- Que no se meta con Ciara y listo. Yo controlo a mi Barbie si tú controlas a tu gata.
- Hecho.- extiende su mano y se la estrecho por puro compromiso.
Lo acepto, merezco que el dude de mí, pero no me interesa tener problemas, me gusta burlarme de las totas, pero ya está. Después de lo que paso con Olivia no me quedaron ganas de jugarles ni una broma más. Así que es mejor que se relajen un poco, tengo mucho en mi cabeza como para ponerme a pelear con la nueva.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Picar papayas se había convertido en mi trabajo fijo desde que empezamos a asistir a la labor social. Ya no me afectaba el olor a vómito y lo babosas que eran, me salía re natural pelarlas, limpiarlas y picarlas para que los ancianos tengan de beber esos jugos de papaya que tanto disfrutan. Es deprimente para lo que quedamos los seres humanos luego de una larga vida. Tirados en un asilo porque los hijos no tienen tiempo para ellos, jugando bingo con personas con pérdida de memoria, oler a orina y bebe jugo de lechosa para el estómago. La vida era una perra desgraciada.
Echo todos los cuadritos de lechosa dentro de las bolsas para meter en el congelador, me lavo las manos y me saco el delantal de flores que la madre superiora me otorgo el día que comencé a venir aquí. Cuando siento que la vida de los ansíanos es deprimente, salgo a ver como Zayn se parte la madre haciendo el trabajo de jardinería. Lo mejor del día de hoy; estaba lloviendo. Pero esa no era excusa suficiente para la madre superiora, así que le dio un poncho amarillo y unas botas para lluvia. Creí que me daría un infarto del festejo que sentía por dentro al ver su infelicidad. Últimamente no lo estoy disfrutando porque sé que está pasándola mal por su familia, y la familia se respeta, pero estas pequeñas cosas que le amargaban la vida eran oro para mí buen humor. Tenía que aprovechar.
Cuando me asomo por el pórtico de la casona lo encuentro luchando bajo el agua con el pico y la pala, y con ese ridículo pongo que llevaba. Podría ir por palomitas y sentarme aquí toda la tarde a disfrutar de su miseria.
- ¿Quieres que te consiga algo de agua?
Le pregunto tan fuerte como puedo ganándome una fea mirada suya antes de que un relámpago retumbe en el cielo haciéndonos brincar.
- Ve a Joder a otra parte.- me gruñe dándome la espalda de nuevo para seguir con lo suyo.
- Aw, no seas cascarrabias. Estoy siendo amable.
- ¡Tú nunca eres amable!- grita por encima de la lluvia que parece volverse aún más fuerte
- ¡Claro que sí!- chillo ofendida falsamente- Te ayude con tu tarea.
- Sentiste lastima por mí, Savah- me mira mal- Eso no es ser amable.
- A mí me lo parece.
- Pues no lo es.
Definitivamente de mal agradecidos estaba lleno el mundo. Fui amable al hacerle la tarea y al no atacarlo estos días que ha estado con el ánimo para no darme guerra. Eso es amabilidad, pienso en si mi oponente puede o no puede responderme, mal agradecido.
El moreno deja el pico y la pala debajo del árbol y corre hacia el pórtico subiendo de dos en dos los escalones. Cuando está protegido por el techo se saca el poncho y se sacude el cabello como un perro recién bañado chispeándome a mí.
- ¡Eh!- me quejo pasándome las manos para secar las gotas. Él se ríe.
- Lo siento.
- No lo haces.
- No, no lo hago. – concuerda y sin dejar de sonreír se sienta en el barandal. – Que día de mierda.
- A mí no me ha ido tan mal.- me encojo de hombros- Mi único mal momento fue cuando desperté esta mañana y comprobé que seguías ahí.
- Lamento desilusionarte entonces- se burla.
- La esperanza es lo último que se pierde.- suspiro dramáticamente y me recargo de la baranda del otro lado – Me había olvidado, ¿Dónde almorzaste hoy?
- ¿Por qué el interés?
- Me preocupa ser discriminada porque mi esposo coma en los retretes. – Zayn se ríe y, muy a mi pesar, yo también lo hago. Cuando sacude su cabeza y deja de reír me pongo un poco más seria, no mucho, nada que me haga ver muy preocupada.- Ya en serio. Sé que has estado teniendo problemas con tu familia, por eso te pregunto.
Su relajada expresión cambia y vuelve a ponerse tenso como lo estaba esta mañana. Mira hacia la lluvia y se encoje de hombros. Siempre fue jodido persuadirlo para que hablara, solo lo hacía cuando ya no podía soportar tener tanto adentro. El negro era orgulloso. Por eso no le insisto mucho y solo me acerco recargándome de la baranda donde está sentado. Quizá este descargando todos sus problemas con Liam ya que él y yo ya no somos amigos. Es mejor así, aunque en el fondo me moleste.
Suelto un largo suspiro y cierro los ojos estirando mi cuello para sentir la fría brisa que acompaña la lluvia. Mis emociones conflictivas van a terminar por volverme loca un día de estos. La familia de Zayn tiene que resolver sus problemas, ya tengo suficiente con el desastre de la mía. Pero no puedo hacerme la vista gorda con lo que le está pasando y me molesta a morir. Debería estar disfrutándolo.
- Tenles paciencia.- susurro aun sin abrir los ojos o cambiar de posición- Los padres son jodidos, pero hay que tenerles paciencia. Piensa en tus hermanas, es lo que yo hago todos los días. Deja que los adultos resuelvan sus problemas.
- Lo sé, pero hoy no he sabido de ellos.
- ¿Entonces?- abro los ojos para mirarle suspicaz.
- Fui a visitar y llevarle algo de comer a Carter.- dice encogiéndose de hombros con simplicidad.- Styles es un completo imbécil. ¿Cómo la deja sola y enferma? Es un cretino.
- Ajam…
Es lo único que sale de mis labios cuando escucho la explicación. La vena de mi frente está por estallar de la indignación. El me dejo sola una vez que enferme también, Ciara tuvo que cuidarme ¿Cuál es el descaro?
Le escucho largar un suspiro largo y pesado pero aun así no dice nada. Yo tampoco tengo más nada que decir. De hecho ya no quiero seguir compartiendo el aire con él. Es momento de retomar mi trabajo y dejar que siga revolcándose en su miseria. Y si se enferma, pues que vaya con Carty a que ella lo cuide.
Veo Los charcos y la triste lluvia empañado todo. A todo, menos a Zayn con su ridículo poncho. Me hago para atrás para irme a trabajar pero la tentación me gana y le doy tremendo empujón por la espalda haciéndolo caer sobre el charco de agua gigante debajo.
- ¡Maldición, Savah!- Me gruñe y yo me rio a morir mientras me doy la vuelta para irme adentro de nuevo.
- Te veo luego, Cielito.- Digo con inoce3nsia, pero en realidad me siento amarga por dentro.
Lo escucho maldecir desde abajo. Ahora sí, mi cuerpo y mente están relajados, no del todo, pero algo me ayuda. Que vengan las mil papayas que me faltan por pelar y picar.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]- ¡Sube más la pierna!
Ciara estaba con el humor de un perro hoy y la comprendía totalmente. La presión que maneja la rubia es estresante. Más aun con este montón de anoréxicas debiluchas que formaban parte de la cuadrilla, daban lastima últimamente. No hacían lo necesario y me alegraba un montón estar de vuelta para apoya a Cia y ser su “yugo” como la entrenadora quería. Además me ayudaba a mí también. Hacerles bullying a estas tontas era incluso más refrescante que joder a las tontas esposas de mis amigos. Las porristas se creían la gran cosa por portar ese uniforme de zorras, pero todas estaban huecas por dentro, eso hacía que joderlas fuese fascinante. Que recordaran que ellas no van en la punta de la pirámide, de hecho iban al fondo.
Si, soy una pésima persona por denigrar a otros, pero es la única forma en la que puedo desquitar todo lo que siento por dentro sin ser una niñita. Debería ir a terapia. Algunas veces me sentía como una versión menos perra de Santana López. De no ser porque Edward siempre me dice que soy una buena persona, quizá ya habría sucumbido ante mis pensamientos agresivos y malévolos.
- ¡Zaara pareces una vaca!- grito acercándome hasta donde se encuentra la rubia escaneándola.
Ella se queja repetidas veces por estar en el centro de la pirámide y no arriba, y la verdad es que no parece una vaca, pero de todas las tontas de este equipo ella es la que peor me cae.
- ¡Estoy en una dieta de solo sopa! ¡Tengo dos kilos menos!
- ¡Pues pareces que los tienes de más!- interviene ahora Ciara dando un paso al frente- Iras al fondo de la pirámide.
- ¡¿Qué?!
- Las gordas van abajo.- explico yo pausadamente como si le hablara a una bebe- ¿Entiendes? Estas pachonchita, nena. Estas matando a la pobre Tiffanie.
Con horror e incredulidad bañando sus ojos y expresión de boquiabierta, la rubia se baja de encima de la chica pelirroja y espera a que esta salga de su puesto para ella ocupar su lugar en la primera planta de la pirámide. Intercambio una rápida mirada con Ciara y esta sonríe complacida.
- Muy bien, ahora si se ve en perfecta alineación.- acredita la rubia escaneando la pirámide ya terminada.- Gracias por darte cuenta, cariño.
- No hay de que.- me encojo de hombros con arrogancia y ella sonríe.
- ¡Bien, señoritas!- la coach aparece en el campo aplaudiendo con aprobación- Ciara buen trabajo, conseguiste que la pirámide se vea uniforme.
- Gracias.
- ¡Todas ustedes parecen unas focas!- grita con el megáfono la mujer dejándome sorda cuando lo suena justo a mi lado.- ¡Solo comerán lechuga y tomaran agua fría para llenar el espacio que les falte! ¿Se entendió?
- ¡Si, coach!
La fría mujer asiente complacida con la práctica y el cómo humilla a sus focas vestidas de zorras. No debería de meterme con el uniforme cuando yo también lo porto, pero es de zorra, aunque yo lo use.
Las chicas desarman su pirámide y se van directo a las gradas para tomar sus cosas, beber agua o quejarse de nosotras. Creo principalmente que es la tercera opción más que nada, todas están mirándonos con ese odio solemne que sienten por ambas. Tuviese más credibilidad su resentimiento si no anduvieran detrás de nosotras después, lo que hacen por llamar la atención de la gente es absurdo.
- Dentro del campo nos odian y cuando estamos por los pasillos quieren estar con nosotras.
- Lo hacen para incrementar su nivel de popularidad- se encoje ella – Honestamente no me interesan, hay algo que me interesa más y tú no quieres contármelo.
- No es que no quiera, es que de verdad me incomoda.- sacudo la mano con desdén antes de darle un sorbo a mi agua.
- Pues no me interesa, quiero saber.
Pongo los ojos en blanco con resignación. Ciara es perseverante, solo insistirá e insistirá hasta que le suelte la sopa. De que serviría retrasarlo si tendré que decirle igual.
- Zayn fue mi novio de la adolescencia, además de mi mejor amigo. Compartíamos todo lo que nos pasaba y el tiempo también. Fuimos la primera vez de ambos y pues… las cosas no terminaron bien.
- OK.- acentúa bailando los ojos totalmente sorprendida- ¿Por qué no me lo dijiste antes?
- Me incomoda el tema.
- Te avergüenza el tema- me corrige suspicaz. No le respondo y solo asiento con la cabeza.- Bueno, me contenta que me digas. ¿Por qué las cosas no terminaron bien?
- Me engaño.- me encojo de hombros- y yo me fui de Bradford con mi papa.
- ¿te engaño?- inquiere asqueada- Si bueno, es un idiota. No me sorprende.
- Si, lo es.
- Solo no dejes que esos sentimientos resurjan, Savah.- me señala acusadora- El no vale la pena, es un patán.
- Eso no pasara- bufo desdeñosa- No soy estúpida.
Ella asiente conforme con mi respuesta. Bueno, no reacciono como pensé que lo haría, creí que se pondría un poco más intensa. Aunque ciertamente estoy omitiendo la parte más reveladora del cuento. Si le digo que hubo un beso reciente, quizá ahí si se mortifique. Por lo que opto por ocultar eso un poco más.
Tomo mi bolso para irme y le paso el suyo en el camino. Un buen baño con agua caliente seria la cereza del pastel para el día de hoy. La práctica con la focas saltarinas me relajo bastante, y ser honesta con Ciara también me saco algo e peso de encima. Desde que los Styles y Carty saben que tuve algo con Zayn en el pasado, he estado ansiosa por que Ciara no se enterase.
Cuando entramos a los grandes pasillos para dirigirnos a nuestras habitaciones, lo primero que me encuentro es con la fea cara de Flavio. El imbécil parece estar esperándome.
- ¿Se te ofrece algo?
- No me hace mucha ilusión tener que verte la cara, pero me enviaron a avisarte sobre la cena de acción de gracias y que si faltas tu padre vendrá a por ti.
- Pues va a necesitar suerte para encontrarme.- me cruzo de brazos con altanería- No pienso ir.
- Ese no es mi problema- chasquea de mala gana- Solo cumplo con darte el mensaje porque tu padre me obligo.
- Bueno, ya lo hiciste.- hago un ademán con la mano- ya vete.
Una fea y maliciosa sonrisa se dibuja en el rostro del idiota frente a mí.
- Oh, mi madre me pido que te dijera que tu esposo también está invitado a la cena.
- Mi padre no va a permitir eso.- me rio en su cara- Detesta a Zayn.
- Pues, el acepto la idea de mi mama.- se encoje de hombros- dijo algo sobre “Limar las perezas”
Y eso es lo último que dice antes de marcharse y dejarme con la palabra en la boca. Me vuelvo a mirar a Ciara con total incredulidad. Mi padre era un hombre rencoroso y antipático, igual que Zayn. Esa cena solo terminaría siendo un desastre.
- Tú y Liam también están invitados.
- ¡¿Qué?!- chilla horrorizada- En todo caso, bien que me invites, pero ¿Por qué a Liam?
- Ciara- pido tan dulce como puedo y ella pone resistencia pero al final farfulla una maldición.
- Bien.- escupe- pero que conste que me deberán un favor. Uno enorme.
- Lo que quieras.- chillo abrazándola fuertemente hasta el punto que la rubia se queje- Lo siento.
- Mide tu fuerza, marida.- pide de forma exagerada a lo que yo solo me rio y paso mi brazo sobre sus hombros para seguir caminando.{**}
Bueno, una ducha caliente definitivamente era la solución hasta que Zayn apareció acarreando todos sus jodidos problemas y escupiendo maldiciones por ese celular mientras charlaba con su padre, aunque más que una charla era obvio que discutían aguerridamente. Rápidamente me escondí en el baño cuando lo vi llegar y le deje resolver su problema a solas. Honestamente todo el tema de su familia me incomodaba.
Ciara había mencionado la lastima en nuestro último cruce de palabras antes de que cada una entrara a su habitación. ¿Era posible sentir lastima? ¿Yo? Bueno, quizás no soy la mejor persona del mundo, pero tengo mis momentos donde demuestro otro tipo de actitud. Y si bien mi relación con Zayn no es la mejor, entiendo el infierno familiar en el que vive. Pero era malditamente agobiante tener que hacerle frente. No tenía que hacerlo, no éramos amigos ya y pareja mucho menos. Pero la conciencia me atacaba cada vez recordándome todas las veces que él estuvo apoyándome cuando mi familia se vino abajo. Dios estaba siendo injusto conmigo y poniéndome pruebas.
Oye chivuo, ¿no podías ponerme a prueba con otra persona? Estas siendo cruel.
Salgo del baño ya con mi pijama puesta y recogiendo mi afro en una moñera alta. Tomo una gran boconada de aire y salgo del baño para enfrentarme al loco con el que comparto la cama y el cuarto. Lo encuentro rápidamente sentado en el escritorio con la cabeza entre sus manos y un montón de libros alrededor. Corro la otra silla y me siento junto a él sin dirigirle si quiera una mirada, si lo voy a ayudar no tengo porque hablar con él.
- ¿Qué haces?- pregunta sin sacar el rostro de sus manos.
No le respondo porque no tengo ánimos de hacerlo. Si le dirijo la palabra solo me pondré eufórica y no quiero eso.
Tomo las hojas blancas y el libro para concentrarme en lo que lo voy a hacer y el solo suspira y se deja caer derrotado sobre el escritorio.
- Gracias, Sav.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]- Maldición, esto de sentir lastima por alguien es agotador.- me quejo dejándome caer en el cajón de la vieja ranch de Finch, el entrenador de motocross infantil.
- ¿Segura de que sientes solo lastima?
Dejo de sacudir el barro de mi traje de Cross y le doy una mirada inquisitiva.
- ¿Qué otra cosa podría ser?
- Es tu ex – me responde como si fuese algo obvio.
Pongo los ojos en blanco y mascullo antes de negar con la cabeza. Se lo que esta insinuando, pero ni siquiera me permito que la idea baile en mi cabeza.
- La idea es que me aconsejes, Finch.
- Estoy tratando de entender.- se sienta junto a mí y señala hacia el galpón- ¿Le has contado a nuestro mecánico?
- Sí y no. No le dije lo del beso aun, solo sabe lo que tuve con él. El castaño es inteligente y se dio cuenta de quién era.- suspiro- Pero Ed cree que lo que siento es culpa.
- Yo no creo que sea culpa.- arruga la frente en desacuerdo- Eres demasiado orgullosa para eso. Sin embargo, puede que lo que te pase sean emociones cruzadas.
- ¿Emociones cruzadas?- me rio- ¿Qué mierda es eso?
- Conflictos internos, nena.
- No tengo eso.- enarco una ceja- No es una maldita novela romántica, Finch.
- ¿Por qué lo ayudas entonces?
- Es lastima. – aseguro con un tono firme- Se lo que se siente tener una familia disfuncional.
- Savah, deja de engañarte- me mira mal- Tú no eres una persona compasiva, tu buscas soluciones rápidas y directas, y dices cosas rudas para confrontar a la gente en situaciones difíciles. Así que deja de decir que sientes lastima o culpa.
- ¿tan mala soy?
- No es maldad.- rueda los ojos- Si existieran más personas como tú, jodidamente indomables por esa boca, quizá no existiría tanta gente débil y tonta. Ni el Bullying.
- Yo hago Bullying.
- No es bullying, nena. Tú eres osca para hablar y ruda para desenvolverte, gente débil no lo aguanta.
- Casi dejo que la esposa de Ed tenga un ataque de pánico por encerrarla en un armario.
- Eso fue por celos.- se ríe- Eres dominante, Savah. No te gusta compartir- deja sus manos sobre mis hombros dándome un cariñoso apretón. Le doy una mirada odiosa antes de sacudirme ante su muestra de afecto y el ríe- Te conozco mejor que tú, chica. Y solo llevo un año lidiando contigo.
No le respondo nada. Ya ni quiero seguir con la conversación sobre ayudar a Zayn con su tarea porque el idiota no puede pensar en nada más que su mierda familiar. Edward dice una cosa, Finch dice otra y Ciara no quiere opinar al respecto, alegando que ella solo rezará porque yo no sucumba ante mi infantil romance.
De todos los chicos de la universidad, de todos los chicos en la nación, ¿Por qué justamente Zayn tenía que mudarse aquí y quedar becado? ¿Por qué tenían que casarme con él? Tenía que haber hecho algo muy malo en mi vida pasada.
Si estos idiotas tenían razón, y mi comportamiento caritativo con él es producto de mis antiguos sentimientos, bien. Pero esos sentimientos estúpidos no tomarían el control de nuevo, tenían que vencerme a mi primero. Y soy buena dando pelea.
- Tengo que irme.- me levanto- hoy es la fiesta y aun no compre disfraz.
- Pues que la pases muy bien.- se levanta y me da un apretón en los hombros- Besa a un chico lindo y emborráchate.
- Sabes que detesto a los chicos lindos.- gruño.- son maricas disfrazadas.
- Que sea uno malo entonces. –se ríe.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]¿Qué hacían los idiotas de Oxford aquí? No dejaba de mirarles, sorprendida de que hayan tenido el descaro de asistir a la fiesta de las panteras doradas. No eran bienvenidos aquí después de haber humillado a nuestra jefa del club estudiantil. Esas zorras porristas andaban derrochando sus babas sobre los hombres de nuestra universidad, me molestaba de solo verlas. Ellas menos que nadie eran bienvenidas aquí.
- No puedo creer que Tyler les haya invitado.
- No creo que Tyler lo sepa- me encojo de hombros y dándole un buen trago a mi bebida.
- No las soporto- masculla la rubia recargándose de la improvisada barrada- ¡Mira como babosean a nuestros atletas!
- ¿A nuestros atletas o a Liam?- me gano una fea mirada de su parte haciéndome relamer mis labios para no reírme de ella.- Ya, no te aflijas.
- Me importa poco si juegan con su verga un rato.- se encoge de hombros toda enfurruñada fingiendo desinterés- Esta bien, así le dan algo de atención.
- Eres pésima mintiendo- mascullo poniéndole los ojos en blanco cuando le doy fondo blanco a mi trago y ella hace lo mismo.
Ambas llevábamos bebiendo desde que llegamos, la rubia había decidido que hoy rompería su dieta de no alcohol porque según ella, su cuerpo lo necesitaba. Ambas soltamos el vaso en la mesa de golpe, ya vacío.
- ¡Otro!- gritamos al barman, quien resulta ser Cronm, el capitán del equipo de rugbi.
- ¡Marchando!- comienza a hacer el jueguito con los termos tratando de impresionar a alguien con sus habilidades de bartender.
- Ugf, no me gusta ni respirar su mismo aire- se queja Ciara dándose la vuelta para mirar de nuevo hacia las zorras vestidas de conejitas y gatitas- Se creen la gran cosa.
- Ignóralas, tenemos mejor capitana.- le doy un apretón un poco tambaleante y ella sonríe.
- Y la mejor Co-capitana.- me devuelve el apretón. Cronm deja nuestros vaso en la barra, los tomamos y los alzamos- Gracias por aceptar, Marida.
- No hay de que.- choco mi vaso con el suyo- Me gusta humillar a ese montón de chanchos con faldas que diriges.
Me volteo a mirar en dirección a las calienta vergas que están detrás de nosotras y manoseando a nuestros atletas. Hace un rato vimos correr a Carter hacia la salida y discutir con el idiota en la puerta, le dio una buena paliza y Styles se fue detrás de ella. Pero por lo visto Batman había vuelto y estaba bastante entretenido con la capitana del sequito adversario. Incluso Louis estaba sentado mientras una pelirroja vestida de gato yacía sobre sus piernas y toqueteándolo. Daban asco, todos daban asco manoseándose con esas perras de colonia barata. Sentía indignación de mis propios compañeros. Todos estos días hablando del espíritu universitario y andaban babeando en las piernas de las bichas de Oxford. Incluso el equipo de baloncesto estaba con ellas, y con ellos mi tonto hermano. Más les valía no mandarse ningún moco hoy.
- Savah.- ciara me llama captando mi atención, con su mano me señala hacia el rincón donde se encuentra Niall con una pelinegra.- ¿El faraón no era Zayn?
- ¿ah?- confundida busco junto a Niall y la pelinegra a Zayn, encontrándolo enrollado con una morena.- ¡Ja! – escupo asqueada- Pero que básico y predecible es este chico.- me quejo hiperventilando.
- Le gustan como tú.
- ¡Que se muera!- chasqueo y hago un gesto con la mano para restarle importancia.
Imbécil. Eso es lo que es. Mejor que me saque copia en una versión de bolcillo y lo cargue siempre con él, así se ahorra el trabajo de buscar una real y a mí el disgusto de verlo ligar.
- Pero te molesta- se burla la rubia.
- Si, tanto como a ti te molesta ver a Liam flirteando con esa rubia de allá.
- ¡Ah!- se sobre salta totalmente ofendida por mi arrebato- ¡Me importa un pepino lo que haga ese pendejo! ¡intento de hombre!- me grita antes de tomarse de nuevo su trago hasta el fondo.
- Pues no parece.- contraataco. Me bebo mi trago también- ¡que se jodan, Ci! Somos mucho para ellos, no tenemos por qué estar aquí borrachas y dando lastima, ¿Desde cuándo nosotras somos menos que esas renacuajos?
- ¡Jamás!- sentencia parándose tan recta como el cuerpo y el alcohol se lo permite- ¿Lastima? Eso nunca.
- Bien.- asiento y señalo hacia los líderes de las panteras doradas- ahí esta nuestro buen rato de hoy, más de la mitad quiere contigo así que vamos a disfrutar la noche con otros chicos y no vamos a pensar en esos nomos de jardín.
- ¡Perfecto!- da unas palmadas y hace varias muecas llenándose de valentía.
Engancho mi brazo al suyo y nos hago pasar de entre el gentío hasta llegar a los sofás junto a Malcolm, Julls y Kyle, tres de los líderes de las Panteras Doradas. Guapos y miembros del equipo de Rugbi. Inmediatamente al vernos, Malcolm me sonríe y abre los brazos para recibirme derrochando su sexy galantería, mientras Julls y Kyle se devoran a Ciara con los ojos y le sonríen. Esto era lo que tendríamos que haber hecho desde que llegamos, en vez de estar borrachas y solas.
- ¡Wells!- festeja el moreno de ojos verdes estrechándome cuando logra alcanzarme- ¿Por qué no habías venido a mi desde que llegaste?
- No estaba segura de sí podrías manejar esto- me señalo a mí misma antes de cruzarme de brazos y sonreírle con picardía- ¿Crees poder mantener mi vaso lleno toda la noche?
- Tus deseos son órdenes, princesa.- asiente relamiendo sus labios. Bueno, era sexy. Mucho, mucho. – Solo siéntate con los chicos grandes, tendrás todo lo que desees.
- Excelente.- sonrío de igual manera que la suya.
- ¿y ustedes dos?- señala Ciara a los babosos que aun la miran- ¿No van a consentirme también?
Los dos idiotas se levantan tropezándose entre ellos y chocando con todo. Se vería re idiota si los dos no fuesen tan jodidamente sexys como lo son. Mi amiga los premia con una de esas sonrisas que reserva para aprovecharse de los hombres y le tiene el vaso para que se lo recarguen. Kyle nos pide que tomemos asiento y se van a por nuestras bebidas. Así era como debía de ser las cosas, nosotras no somos simples plebeyas de esta universidad, mucho menos nos íbamos a dejar quitar el protagonismo por golfas forasteras. Yo había pateado muchos culos para tener el estatus que tenía, bueno, en realidad no hice nada por popularidad, ella vino sola. Ciara había derrochado demasiado encanto y talento para estar en la punta de la pirámide social, eso sí había sido trabajo. Así que, mientras yo tuviese mi mente cínica y ella su rostro de ángel, nos mantendríamos así, no mendingándoles a perdedores.{**}
Malcolm estaba comenzando a molestarme seriamente con su manoseadera, si bien yo disfruto de la atención y hace un rato me estaba quejando de andar lamentándome y emborrachándome en la barra mientras el bobo Malik estaba metiéndose mano con una zorra de Oxford, pues me estoy arrepintiendo. Y por la cara de chancho con sarna que tiene Ciara, sé que ella está igual.
Le hago señas a mi rubia para que se acerque y ella le pide a Kyle que vaya a buscarle un trago antes de llegar conmigo. Le pido a Malcolm que haga lo mismo y prácticamente corro para encontrarla en el camino.
- Tenemos que salir de aquí.- dice con desesperación.
- Dejaron a Julls vigilando.
- A la mierda, nos escapamos y listo.- masculla.
Me rio de la situación porque es lo que el cerebro me permite. He bebido demasiado. Tanto que cuando miro a Olivia desde la distancia es como si mirara un ángel salvador. Era nuestro momento.
Me acerco hasta Julls y le muevo para que suelte a la pelirroja con la que baila.
- Oye, mi amiga Olivia necesita hablar con nosotras, dile a los chicos que los vemos luego.
- Si, si- el sacude su mano totalmente desinteresado y vuelve a meterse con la chica.
Por lo menos en eso nos va bien. Tomo a Ciara del brazo y la saco de ahí. La escucho celebrar su libertad pero yo solo camino entre la multitud hasta quedar atascada. Me pongo a bailar con Ciara y ambas disfrutamos de la música por unos segundos antes de divisar a Malcolm a la distancia buscándome.
- ¡Agáchate!
- ¿No somos libres?
- Nos están buscando- camino agachada arrastrándola detrás de mí- Le dije a julls que iríamos con una amiga.
- ¿Qué amiga? ¡Yo soy tu amiga!
- Olivia- la rubia me suelta un manotazo y me hace caer en mis rodillas- ¡Tuve que mentir, estúpida! – le gruño mirándola mal.
- Busca una mejor excusa.- reprocha
Nos levanto a ambas de nuestro escape a hurtadillas y busco al chico con la mirada teniendo éxito al no encontrarlo. Podremos disfrutar lo que queda de noche sin esos dos babosos manoseándonos.{**}- Las idiotas de Oxford están molestando a alguien.
Tanto como la borrachera me lo permite, sigo hacia donde está señalando Ciara al fondo de la fiesta y encuentro las tontas, bueno a Olivia discutiendo con una de ellas.
- No se cansan de meterse en problemas, por lo visto.
- ¿Vamos a ir?
- No tienes que ir.
- Las de Oxford son desagradables- se encoje de hombros- La cara de rata está resultando un buen medio para molestar a esas tontas.
- No quiero problemas con Ed.- le advierto.
- Lo consientes demasiado.- sacude su mano con desinterés antes de irse hasta donde se encuentran las demás.
Cuando nos acercamos me encuentro con el cuerpo de Gelga tirado en el sillón todo convaleciente por la borrachera, bueno, pero estas chicas tiene un problema serio con el alcohol. Y eso que hoy no está la súper Carty.
Las imbéciles de Oxford se nos quedan viendo y con total hostilidad se marchan en cuanto notan que no estamos de buen humor. Mejor, mi cuerpo intoxicado no puede hacer mucho ahora.
- Gracias.- susurra la castaña señalando a las perras.
- ¿Qué le paso a Gelga?- pregunta Ciara acercándose hacia la castaña y moviéndola con unos toquecitos- ¿Murió?
- Demasiado tequila.- es la respuesta de Olivia.
- Llevémosla al baño.- les digo y entonces la levanto sobre mi hombro para llevarla.
La castaña murmura algunas cuantas cosas sobre querer vomitar y me arrepiento rápidamente de prestar mi ayuda. Pero llego a tiempo al baño para dejarla en el suelo, Olivia es quien la ayuda a vomitar en el inodoro mientras Ciara y yo nos miramos en el espejo.
Retoco mi labial obscuro, intentando no salirme de los bordes con el pulso de anciana que tengo en este momento y en cuanto termino lo guardo admirando mi obra de arte. Parezco una sexy vampiresa, sin embargo, el cabello lacia me da cosa. Podría cambiármelo mañana, pero segura como la mierda de que el ángel junto a mí no va a estar feliz con el cambio.
La cadena suena y la puerta del baño se abre con Olivia arrastrando a Gelga hasta nosotras. La castaña se queja de que la estén moviendo tanto pero la chica la ignora completamente y procede a lavarle la cara. Ciara se va a por agua para tomar y solo tarda unos minutos antes de regresar y extendérsela a las chicas. Pero llega acompañada de dos margaritas, una para mí y otra para ella.
- ¡chin, chin!
- Chin, chin.- chocamos nuestras bebidas y damos un largo trago.
- Yo quiero de eso.
- Tú vas a tomar agua, mucha.
- Pareces una anciana Olivia, necesitas soltarte.
- Eso es verdad.- señalo.
- ¿Por qué se fue Carty?
- No lo sé.- se encoje de hombros- No pude preguntarle, solo se fue.
- Algo debe haber hecho el tonto de Hazzah.
- Gelga, tu solo toma agua y deja que los demás hablemos.- le apresura Ciara subiéndole el agua a los labios- Casi no he visto a Harry, así que no pudo ser él.
Bueno, probablemente si fue el. Pero no lo diría en voz alta, ninguna de las dos les daría la razón a estas ni sabiendo que la tienen. Es nuestro terco orgullo más fuerte que otra cosa.
- Les falta conocer a Harry un poco más, hace tontería para quedar bien y salirse con la suya.
- Eso ya lo sabemos, Gelga.
- Si, solo bebe el agua.- le digo yo esta vez.
- Helvia.- nos corrige.
- No importa cuánto las corrijas, te seguirán llamando así.- se encoje de hombros la otra flacucha.
Olivia hace para hablar de nuevo cuando un bullicio llama nuestra atención y nos quedamos en silencio mirándonos las caras con confusión. Hay silbidos y chillidos femeninos por todas partes.
- ¿y eso?
- No lo sé, Gelga. Pero lo averiguaremos.- Asegura la rubia antes de salir del baño y las tres nos pegamos de ella para salir también.
En cuanto ponemos un pie en el centro de la pista el horror se apodera de todas haciendo que jadiemos.
- ¡Por dios!
La exclamación de la chica se queda a medias. Yo estaba a punto de sufrir un pequeño colapso de pura impresión, estaba a punto de sufrir una rabieta inminente y el culpable, los culpables, eran los idiotas que estaba liderados por el idiota de Niall en el medio de la tarima, todos haciendo un sucio Striptease. El sinvergüenza de Zayn estaba tan borracho que se había olvidado por completo de sus dos pies izquierdos y ahí estaba como sacado de la película de Magic Mike. Incluso Liam se había prestado para tal estupidez. Lo peor de todo era que había gente mirándonos a nosotras entre el festejo de su ridículo espectáculo. Por supuesto que nos mirarían, WERAMOS SUS MALDITAS ESPOSAS. ¿Cómo se les ocurría hacer semejante show y dejarnos en ridículo así? ¡Lo mataría! Esta me las pagaría.
Sin saber qué diablos me poseyó, prácticamente me deslizo como una serpiente entre el montón de babosas que los están aclamando y desenchufo la música. De inmediato el salón se queda en silencio y es ahí cuando los imbéciles nos ven y el horror se apodera de sus tontos rostros.
- Oh, oh…- se burla Niall en cuanto ve la expresión asesina de mi rostro- Savi, Savi, hola.
- Hola, duende.- mi tono es prácticamente fúnebre y de reojo veo que las chicas también están como si alguien les fuese robado sus zapatos favoritos.
Los imbéciles en boxers se llevan sus manos hasta tapar sus partes y es cuando el diablo se mete en mi cuerpo y me muevo tan rápido que no pueden hacer más que quedarse ahí parados. Las otras tres parecen comprender lo que hago y se mueven rápidamente y me ayudan a tomar toda su puta ropa.
- ¡Savah!
- ¡La ropa!- chilla Liam- Dejen eso. ¡Ciara!
- ¡Chicas, la ropa!- lloriquea Niall tratando de quitarnos algo- Por favor, somos amigos.
- ¡No es para tanto!- Ed me seña- se racional, bebe. – voltea hacia Olivia- No te contagies de su maldad.- esta lo ignora- ¡Olivia!
- ¡Savahtine, regrésame mi ropa ahora!
La exigente voz de Zayn me hace voltear a mirarle con el mayor de las malas miradas y el se hace para atrás de pura protección.
- Por favor.- se encoge.
- ¡Muéranse!- gritamos todas antes de salir de la fiesta con la ropa de los nudistas baratos.{**}
El idiota me estaba persiguiendo. Paseando toda su gloria desnuda por la universidad, atreves de los pasillos y gritándome que me detuviera. Estaba furiosa, el alcohol me abandono en el momento en que me sentí la esposa hazme reír. Si bien la mierda esta era falsa, tenía que respetarme. Me vengaría, diooos. Mi venganza seria dulce como la miel.
- ¡Savah, por el amor de dios!
- ¿Dios? –gruño- No te van a alcanza los ayunos y las plegarias para librarte de mí, Malik.
- No exageres tampoco.- miro sobre mi hombro de fea manera y él se detiene levantando las manos en señal de paz- ¡Bien! Mala mía, fue una estupidez. Pero lo que ustedes hicieron fue aun peor.
- ¿Por qué? Estaban quitándose la ropa. Solo acortamos el trabajo por ustedes dejándolos desnudos. ¿no era eso lo que querían?
- S... No.
Bufo y me doy la vuelta para seguir caminando por el pasillo para encerrarme en mi habitación. Más le valía buscar donde dormir. Porque en mi cuarto no seria.
- ¡Savah, basta!- al fin el idiota me alcanza y logra tomarme del brazo para estrellarme contra la pared- ¿Por qué mierda te pones así? No te importa esta farsa y siempre alegas que no me aguantas. Se supone que no debería de importarte lo que hago.
- ¡Me importa cuando me dejas en ridículo!
- ¿Ridículo? – escupe- Si a eso vamos, tu estabas muy bien montada sobre Malcolm.
- ¿Eso que tiene que ver? Yo no estaba desnudándome frente a nadie.
- ¡Estabas dejándome en ridículo a mí!
- ¿Tu si puedes y yo no?- inquiero empujándolo.
- Yo no estaba sobre nadie.- bufo
- Cierto, la morena estaba abusando de ti.
- ¡No, tampoco! Solo…- gruñe- No es lo mismo.
- ¡Machista!- le vuelvo a empujar antes de pasar de el.- Ve buscando donde vas a dormir hoy, porque estoy segura como la mierda de que no conmigo.
- ¡Es mi cuarto también!
- Dile a la zorra esa que te un huequito en su cama.- entonces se caga de la risa.
- ¿Estas celosa?
- ¡JA!- le muestro el dedo medio- Me importa poco a quien te chingas o con quien te metes.
- Pues no parece.
- Si a ver vamos, tu empezaste.- le señalo de mala gana.
- A mí no me avergüenza admitir mis celos.
El encogimiento de hombros y la naturalidad con la que las palabras salen de su boca, me dejan en silencio y con la mandíbula apretada ante mi desastre mental. El vuelve a reir.
- ¿No viste venir eso verdad?- se relame los labios.
Sabia jugar suciamente y utilizar los encantos que su madre le había heredado. El cretino tenía cubierta el área de sofocación femenina a la perfección.
- Honestamente, Savah.- se acerca lentamente hasta tenerme de vuelta acorralada contra la pared- ¿Cómo es que no lo viste venir? Me conoces mejor, date algo de crédito.
- No me interesas, Malik. Entiéndelo- hago para empujarlo pero se queda a medias cuando su agarre se hace más fuerte y sus mirada cambia a una más brillante llena de anhelo. Inmediatamente la esquivo.
- Mírame.- murmura.- Mírame, Sav.
No era estúpida, no lo haría. Si lo hacía caería y no me lo iba a perdonar. Estaba molesta y el solo intentaba manipular la situación a su conveniencia. Tenía que empujarlo, empujarlo y alejarlo o de lo contrario…
- Sav.
- Deja de llamarme así.- gruño incomoda.
- Siempre te llame así.
- Si, cuando significaba algo. – escupo y de idiota le devuelvo la mirada. – Ya no hay nada entre nosotros, ni siquiera un mínimo indicio de sentimiento más que el disgusto y el aborrecimiento.
- Yo no siento eso.
- No me importa lo que sientas, me importa lo que yo siento. Y en este momento solo siento que estas estorbándome.
- Tu tampoco lo sientes, Savahtine.- se burla sin aflojar el agarre cuando me retuerzo- ¿quieres saber cómo lo sé?
- ¡Ilumíname!
- Porque cuando detestas a una persona eres radical, Sav. No me ayudarías con mis tareas ni me escucharas o aguantaras cuando discuto con mi familia si no te preocupara. Esa es tu maldita verdad, acéptala.
- La única verdad, es que siento lastima.
El moreno se ríe suavemente y esta vez más cerca de mi rostro. El pecho y mi estómago se aprietan de anticipación pura. Sus ojos caen en mis labios y luego vuelven a mis ojos con un alarde que me molesta.
- Tú no sabes sentir lastima. No conoces esa palabra.- se burla suavemente rosando mi mejilla- Deja de engañarte.
De nuevo lo haría. Lo tenía demasiado cerca como para alejarlo. Necesitaba decir algo, algo que no sonara loco, pero no podía confiar en mi cerebro en este momento. Él estaba nublando mi buen juicio con sus labios rosando cada rincón de mi rostro. No podía dejar que pasara. Lo había prometido a muchas personas, no lo permitiría. En especial me lo prometí a mí misma.
Saco fuerzas y voluntad de donde están escondidas y lo empujo lejos de mí. El moreno me observa con frustración e intenta acercarse de nuevo pero me muevo más rápido que él y me aparto asomándome por el barandal del pasillo y arrojando toda su ropa por este.
- A otro perro con ese hueso.- farfullo- busca donde dormir hoy. Quizá tu amiguito Liam te haga un huequito en el suelo con él.
Ariel.
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Re: A Match Made In a University | 1D
Capítulo 24
Savahtine Wells
- my favorite entertainer:
- No sé qué me dolía mas, si la cabeza o la boca. Después de un viaje de pastillas para los dolores de muela y un montón de helado para la hinchazón, Ciara sugirió que viéramos una película en netflix. Luego de un rato de compartir con la rubia y pasar prácticamente todo el día encerrada con ella. Zayn volvió al cuarto y entonces ella se fue dejándome con él y sus malditos problemas familiares otra vez. Si bien seguía molesta con él, lo mejor era pasar la página y olvidarme del inconveniente de la noche anterior. Puse Riverdale en Netflix y el se acostó a dormir en su lado de la cama sin decir nada. Estuvo en su teléfono hasta dormirse.
Fue un alivio que el día terminara sin un intercambio de palabras. Por lo que hoy fue menos forzado hablar con Ed, mientras menos momentos tenga, menor es la vergüenza al contarle mis problemas al castaño.
- Así que, según entiendo, no sabes cómo sentirte respecto a Zayn.
La forma insinuosa en la que sus palabras son dichas me hacen sentir un amargo sabor en la boca. Le doy una mirada de advertencia.
- Edward, no.
- ¿Qué?- aletea los ojos inocentes- es que todo es complicado, el cerebro no me da. ¿Qué hiciste cuando te beso?
- Lo abofetee, obvio.
- Pero cuando la cosa se puso difícil con su familia, corriste a consolarlo…
- Se lo que tratas de insinuar, pero no es así.
- No intento insinuar nada, solo quiero entender lo que hay entre ustedes.
- Hubo.- le corrijo.
- También.
Se detiene en medio del pasillo para posar su escrupulosa y directa mirada en mí.
- ¿Por qué no me habías dicho nada?
- Sentí que no era mi historia para contar, es su vida familiar…
- No de eso, estúpida.- me suelta un manotazo a la cabeza- ¡Del beso!
Me quedo mirándole mal. Sintiéndome indignada de cuál es realmente su preocupación en esta conversación. No se puede ser tan chusma en la vida. Me cruzo de brazos.
- Hay cosas peores pasando en mi matrimonio que un beso.
- Bueno si, pero es importante también… Se supone que no pasa nada “pasional” entre ustedes.
- No hay nada “pasional” entre nosotros.- afirmo
- Bueno, ya que insistes.- se encoje de hombros- Sigo pensando que quizás tu problema es la culpa.
- Finch dice que tampoco es culpa, que no soy capaz de sentir culpa porque no soy una persona compasiva. Que tampoco podría sentir lastima de alguien.
- Finch es un imbécil.- rueda los ojos exasperado.
Pasa un brazo sobre mis hombros y comenzamos a caminar de nuevo.
- Quizás no seas compasiva, pero eso no te hace mala persona… puedes sentir culpa por lo del accidente.
- Si te soy honesta, me siento complacida cuando lo veo enojado, frustrado, o miserable por trivialidades de la vida. Pero cuando es de su familia es diferente.- prácticamente sueno como si estuviera quejándome de algo.- Incluso le hice la tarea.
- Tienes un lado amable, bebe.
- Lo detesto.- ruedo los ojos bufando.
- A mí me agrada.- se encoge riendo – Escucha, no te sientas mal por sentirte mal por Zayn. Eres humana, Savah. No todo es golpes y patadas, chica.
- Lo sé.
- Solo no te dejes llevar por eso. Se hicieron mucho daño en el pasado.
- “¿se hicieron mucho daño?”- repto indignada- ¡Él fue quien la cago, no yo!
- Claro.- le vuelvo a ver justo para cuando está poniéndome los ojos en blanco y le suelto con todo un manotazo en el estómago.- ¡Eh!
Ignoro su queja y seguimos avanzando por el pasillo mientras él va llamándome “animal” entre otras cosas que no me interesan. Yo me voy devanando los sesos pensando si fue buena idea contarle a Ed mi mierda reciente con Malik. Este podría dar los mejores concejos del mundo, pero también se burlaba con ganas. Con ciara insinuando que no confío en ella era más que suficiente. No es que desconfiara en cualquiera de ellos, porque no es así. Más que desconfianza, era mi propio orgullo y la vergüenza que sentía. Jamás aceptaría que si “disfrute” ambos besos, lo que duraron antes de que yo agrediera a Zayn. Mataría a Ciara de un infarto y Edward se burlaría de mi hasta que muriera, además de que me lo reprocharían porque ninguno de los dos quiere que sucumba ante los encantos de Malik. Y mierda, seria vergonzoso para mí también.
Cuando estamos por llegar al final del pasillo, escuchamos unos fuertes ruidos provenientes de una de las últimas habitaciones que pasmos. Gritos y cosas yendo y chocando en la pared nos hacen mirarnos alertados. Intercambiamos una mirada de chusmas y nos regresamos unas puertas más atrás. Cuando nos detenemos frente a la puerta arrugo la cara.
- ¿No es este el cuarto de tu hermano?
El castaño asiente confundido. Pero cuando esta por decir algo, la puerta de la habitación se abre de golpe haciéndonos para atrás y somos atropellados por una chica.
- ¡Quiten!- nos grita, pasando de nosotros.
Me quedo mirando a la chica y la sigo con la mirada mientras se marcha.
- La conozco.- digo señalándola confundida- ¿de dónde la conozco?
Edward no me responde y yo no tengo tiempo de pensar en mi propia respuesta cuando un montón de cosas salen volando hacia el pasillo, y tenemos que hacernos a un lado. Gritos iban y venían mientras que toda la ropa impactaba en el suelo del pasillo, entre otras cosas… más específicamente: Harry Styles.
La mata de cabello castaño parece notarnos al cabo de unos segundos, bastante vergonzosos, notando sus fachas. Pero su vergonzosa expresión pasa a no ser importante cuando noto el pequeño cuerpo de Carty, justo detrás de él. Estaba furiosa, mierada demasiado. Podía ver el fuego a su alrededor como una chica anime. La chica nos da una mirada de disculpa antes de acomodarse el cabello desordenado hacia atrás, y cierra la puerta a espaldas de Hazza, con seguro.
Mi cerebro procesa la información lentamente, pero de forma efectiva cuando me doy cuenta de lo que acaba de pasar frente a mis narices. Chica + Hazza + cuarto + ropa interior= Carty lo echa de la habitación. Mierda esto era épico.
Intercambio una mirada con Edward y este se muerde los labios para no reír, pero cuando su mellizo vuelve a darnos la cara ya no hay nada que lo restrinja, y a mi menos. Me cago de la risa implacablemente. Al fin algo bueno y entretenido estaba pasando en esta universidad.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Ciara estaba desaparecida, Ed estaba desaparecido, los chicos estaban desaparecidos… mientras que yo estaba; sola, enojada e hiperactiva. Hasta Carty estaba desaparecida y no tenía a quien joderle la vida. Era la única alma sola y desamparada, deambulando por todo el campus. ¿Cuán triste era eso? Y deambularía todo el tiempo que fuese necesario, o al menos hasta que Zayn levantara su culo perezoso y se fuera a joderle la vida a alguien más.
No era que estuviese huyendo de él ni nada parecido. El no querer ver a alguien para evitar hablar de ciertas cosas no era huir… Nah, no lo era. Se le llamaba precaución. Porque tenía que ser precavida con este asunto con; el borracho, yo borracha, palabras de más y carisias aun mas de más. Ed me dijo cobarde, y que dejara de huir. Pero yo no estaba huyendo, simplemente quería evitar la conversación y el intercambio de palabras entre el bad boy y yo. Simple. Es molesto que el idiota me conozca tan bien.
Me siento en la mesa pegada al ventanal con mi respectivo café y unas rosquillas para picar mientras leo el interesante artículo “Como no caer en los juegos de tu ex” publicado en la revista Seventeen. Ciara fue bastante insistente en que debía de leer este mientras que ella leía uno en la revista Teen Vogue, sobre “El Karma: realidad o ficción”. Bueno, esto no sería tan vergonzoso si ella estuviese aquí leyéndolo conmigo y no estando donde sea que este.
- Savah, hola.
Miro de reojo en dirección a la castaña que está saludándome. Cierro la revista y hago un gesto con la mano para saludar no muy animada. Echo el ojo a las espaldas de Olivia encontrándola sola, igual que yo. Aish, que denigrante.
- Quería agradecerte por lo del otro día, alejaste a las chicas de Oxford y salvaste el culo de Helvia también.
- Ya lo hiciste- le recuerdo con desdén - en la fiesta.
- Cierto.- sonríe. – Pero estabas un poco, ya sabes… borracha, y con todo lo que paso después con los chicos.- me tiende un platillo lleno de galletas- Gracias.
Bueno, más dulces para mí. ¿Por qué no debería de aceptarlas? Yo le salve el culo a ella y a su amiga borracha, y ella me da galletas. No veo el problema aquí.
Miro de ella al puesto vacío en frente de mí, y suelto un suspiro de pura resignación. Ya que, es preferible que estar sola. No sé de qué podría hablar con la cara de rata, pero qué más da. Puedo ser sociable por unos minutos, Ed estaría orgulloso de mí. Ciara no tanto. Pero sería su culpa, me abandono un domingo ¿Cómo se atrevió?
- ¿Quieres sentarte?- pregunto finalmente y ella abre los ojos mirando hacia la silla de forma insegura.
- ¿Estas segura?
- Siéntate, cara de rata.- espeto.
La chica duda pero termina sentándose en frente e mí con su café y dejando las galletas en el centro de la mesa. Por educación, llevo las rosquillas al centro también y le hago un ademan con la mano para que sepa que puede coger algunas. No me siento cómoda con esto, pero al menos no estoy sola, detesto estar sola. Especialmente cuando tengo ganas de hablar con alguien y tengo estos brotes de ansiedad.
Miro como la chica, con inseguridad, extiende la mano aceptando una de mis rosquillas para mojarla en su café. Bueno, al menos se está dejando arrastrar por la marea, mañana tendré que recordarle que no somos amigas. Aunque la chica es inteligente y conoce mi modus operandi, seguramente no tendré que recordarle este domingo lleno de soledad, incomodidad y lluvia.
- ¿Ed se enojó contigo por lo de la ropa?- pregunto para romper el hielo. Yo ya se la respuesta.
- No, no lo hiso. Difícilmente se enoja- responde chupándose los labios de forma dubitativa- Pero eso tú ya lo sabes.
- Siip…- chasqueo- Te toco un buen tipo. Lástima que yo no pueda decir lo mismo- murmuro antes de darle un sorbo a mi café.
La castaña me da una mirada suspicaz y llena de curiosidad. Sacudo la cabeza en negación, si bien todos se enteraron de que hubo algo entre Zayn y yo en el pasado, el día del festival dejo de ser un secreto. Olivia era la persona equivocada para preguntar sobre eso.
- Ni lo intentes, cara de rata.
- Yo no dije nada.- levanta las manos en señal de paz- Ni siquiera lo pensé.
- Sí, claro. – bufo- como sea, ¿has visto a Carty hoy?
- No, no la veo desde la fiesta.- se toma una pausa para beber de su café y luego mira `por el ventanal- Iba a escribirle para saber por qué Harry estaba durmiendo en mi habitación, pero Ed me dijo que no lo hiciera. Decidí no hacerlo.
Bueno, parece que Ed y yo seguimos siendo los únicos que conocemos el secreto de Harry y Carty… Y Louis, Niall y Ciara. Si bien los desgraciados estaban desaparecidos hoy, anoche habíamos intercambiado risas y textos burlones cuando Ed envió la foto de Harry casi desnudo en el pasillo, y luego durmiendo en el piso de su cuarto. El pobre tonto no tenía idea de que lo estábamos difamando en el grupo de Whats app, había dejado su cargador en el cuarto del matrimonio Styles- White, y Ed no quería prestarle el suyo. Pobre.
- ¿Qué se siente tener a Styles durmiendo en tu habitación?
- Una mierda.- se queja y yo me rio de su miseria- Pero no será por mucho, Ed me dijo que solo serán dos noches.
Eso, si Carty le permitía volver a su cuarto. Pero por lo caliente que la vi ayer, dudo mucho que le permita volver tan rápido. Vamos, yo no lo dejaría ni acercarse a la habitación, ni siquiera un metro a la redonda del pasillo donde dormimos. Si Zayn me hace eso de meter a una tipa en mi cama, lo mataría. Carty fue muy amable al solo echarlo. Yo estaría presa.
- Bueno, brindemos por eso- levanto mi café antes de darle un sorbo.- Solo esperemos que su visita no se extienda.
- Amen- levanta el suyo también- Hiso un desastre en nuestro closet.
- Él es la melliza caprichosa de ese combo.
- Y que lo digas- rueda los ojos- Carter es una valiente por aguantarlo.
Detesto estar de acuerdo con ella, pero era cierto. De todos estos matrimonios, Niall y Edward sin duda eran los más envidiados, de resto los demás eran un dolor en el culo. Comenzando por Styles, demasiado caprichoso, con Zayn podía discutir e insultarnos, pero él era igual de tosco que yo en algunas cosas, pero no era caprichoso, ni desordenado. Harry era una niña.
La campanilla de la puerta suena y ambas volteamos a mirar. Últimamente estoy sensible a la chismería. Pero en este momento me contenta haber volteado, es la perra de Oxford que jodio a la cara de rata en el partido y está acompañada de dos amigas suyas, las que estaban molestando en la fiesta. Para mi sorpresa, también esta Zaara, y la zorra que Styles se estaba cogiendo. Yo sabía que la conocía. ¿Qué hacen dos de mis porristas, con el enemigo? Ciara tenía que saberlo.
Miro hacia Olivia y la veo tragar pesado con incomodidad. Cuando se da la vuelta de nuevo hacia mí, creo que tengo un gesto asesino y diabólico en el rostro, porque la castaña se pone pálida al verme la cara y comienza a negar con la cabeza repetidas veces.
- Savah, no hagas un escándalo.- me advierte Olivia suavemente. Yo rio.
- No lo tenía pensado.- me encojo de hombros- Tengo formas mejores para vengarme. Solo recurro a los golpes cuando es necesario.
Y era cierto. Pobre de las dos traidoras cuando fuesen a las prácticas mañana. Las otras tres zorras de Oxford estaban volviéndose demasiado repetitivas, en este momento ellas no eran quienes me molestaban. Parece que si fue buena idea volver al equipo, me ayuda a canalizar mis problemas de ira.
- Tienes una expresión de perra satánica… Sin ofender.
- No me ofende- le tranquilizo sacudiendo mi mano antes de tomar otro sorbo de mi café- Sé que lo soy.
Me levanto de la mesa con mi billetera y me acerco, discretamente, hasta donde atiende el cajero en el mostrador. Saco un billete de 100 y el chico parece palidecer. Los ojos le brillan con signos de dinero. Bueno, mierda le estoy dando dos días de trabajo.
- No preguntare si los quieres, es obvio que si.- hablo con tono seductor y haciendo ojitos de más. El chico parece estar a punto de derretirse con ese billete sobre el mostrador y mis pechos.- Bueno, ¿ves esas chicas de allá?- señalo con la cabeza y el asiente- Lo que pidan: Te, café, agua…
- Savah, ¿Qué haces?
- Shhh… Estoy negociando con mi nuevo amigo.
- ¡Harás que lo despidan!- masculla horrorizada y le doy una mirada sepulcral.
- Por eso se le dice “negociar” el decide si hacerlo.
- No es negociar, es soborno.
Sacudo mi mano con desinterés y me vuelvo hacia el chico con una sonrisa y una sonrisa diabólicamente sexy que me veo en el espejo de la parte de atrás del mostrador. Soy sexy cuando se me mete lo diabla.
- Entonces… En vez de edulcorante, ¿Qué tal un poco de sal? Y en la leche de, lo que sea que pidan, ¿un poco de picante?
- ¡Savah!
- Si grita más fuerte nos delataras, cara de rata- le gruño y vuelvo a mirar al chico cuando noto a las zorras acercarse- ¿Entonces qué dices?
- Que son 150.
- ¡Hecho!
- Por el amor de cristo redentor…- farfulla Olivia.
Sonrío complacida y le entrego las 150 libras al chico. Bueno mierda, es la merienda más cara de la historia.
El chico toma la plata y me retiro con Olivia de nuevo hacia nuestra mesa para seguir disfrutando de mi café, postres y una pequeña venganza en honor a Carter. Bueno, también para que las perras de Oxford entiendan que no son bienvenidas.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Ciara a mi lado a duras penas y se come el montón de pasto que sirvió en su plato. La ridícula está obsesionada con mantenerse perfecta para las porristas, no parece que le bastara con el desmayo que le dio sino que espera que pase algo peor. Sin embargo no pienso decirle nada, se molesta como si tuviera sentido lo que hace y estuviera ofendiéndola. Así que solo me queda callarme y acompañarla en la enfermería si vuelve a desmayarse. Su terquedad trasciende los parámetros de lo aceptable en una persona.
La otra silla a mi lado suena arrastrándose en el piso y me vuelvo con una sonrisa para recibir a Ed, quien ha estado siendo mi amigo fiel de siempre. El castaño me hace una sonrisa de payaso y comienza a devorar su hamburguesa. Verlo comer tan tranquilo y relajado me recuerda a su gemelo sentado junto a Ciara justo en la punta de la mesa, quien no está nada tranquilo mientras acaba con esa pobre hamburguesa. No puedo evitar querer reírme cuando vi como la pequeña Carter lo sacaba del cuarto junto con otra zorra de esas con las que se la pasa baboseando. Tengo que admitir que sentí cierto orgullo de la borracha valiente, es la primera vez que la veo poner a alguien en su lugar estando sobria, y Styles se merecía ser puesto en su lugar.
- ¿Puedes dejar de mirarme, Savahtine?- gruñe el castaño en la punta de la mesa. Muerdo mi lengua entre mis labios para evitar reírme, pero hace una mueca incomoda y no lucho más cuando ya estoy escupiendo mi trago de coca cola- Eres insoportable- Gruñe, aun así no puedo dejar de reír. Me río como un puerco y los demás no tardan en reír también.- ¡Cállense! Parecen un montón de retrasados.
- No es culpa nuestra que Carty te haya dejado en ridículo por andar de zorro, bebe.
- ¡Nadie estaba ahí para verlo!- ruge ahora más molesto y me lanza una papa con frustración pero no dejo de reírme desenfrenada- Es culpa tuya, ¡les dijiste a todos!
- En realidad nos envió una foto- agrega Louis sacando su celular y mostrándosela.
El rostro de Harry se vuelve aún más rojo de la vergüenza, sus ojos parecen querer salirse de su cara y frunce el ceño arrancándole el teléfono a Louis para borrar la foto mascullando maldiciones. Yo por otro lado no puedo dejar de reírme y con Ed a mi lado mucho menos. El imbécil se ríe entre dientes como las serpientes invitándome a seguir con mi ataque de risa.
- Ojala te orines, idiota. - el castaño me lanza otra papa pero la atrapo y me la como entre las pausas de mi risa.
- Es que tu cara fue tan divertida cuando me viste ahí...
- La foto lo deja claro- se burla Niall bailando su celular con la imagen de protector de pantalla y mis risas se disparan de nuevo.
- ¡Maldición, Savah!- gruñe arrancando el celular del rubio también- ¿a quién más se la enviaste?
- Solo entre nosotros, hermano.- habla por fin el otro gemelo. Y lo veo morderse el labio con fingida culpa antes de estallar en carcajadas- y a papa también.
- Imbécil - masculla enfurruñado en su silla.
No es culpa nuestra que tenga problemas para controlar sus hormonas, está mal lo que hizo. Si bien el y Cárter no son pareja de verdad, él tiene que respetar al menos la puta cama donde la chica duerme. Se merece que nos burlemos de él y también se merece que la chica este enojada.
Tomo varias respiraciones guiadas por Ciara para dejar de reírme, y sufro mini recaídas mientras exhalo varias veces. Que rico se siente reírte honestamente de alguien, lo necesitaba para olvidarme un ratico de lo mal que me fue en Bradford. Más genial aun es que pueda burlarme de Harry.
- Dejando de lado mi diversión por tu vergonzosa situación- comienzo a hablar de nuevo ahora tomando respiraciones ante el dolor en mis costillas y secándome las lágrimas- Lo que hiciste está mal. No sé si hay algo entre Cárter y tú, más allá de los besuqueos en esa fiesta, pero está muy mal lo que hiciste.
- Odio esto, pero estoy de acuerdo con Savah, sabes que no me agradan esas dos, pero Carty duerme es esa cama- la rubia hace un gesto de asco con los labios y bufa- es antihigiénico.
- Es una falta de respeto.- agrega Ed- Cárter no se ha portado mal contigo como para que hagas semejante babosada.
- Cierto, hombre eso es de novatos.- farfulla el otro rubio en la mesa- al menos te hubieses ido a otro lado.
- Y yo que pensaba que en mi periodo de ausencia por andar escondiéndome de mi matrimonio, tú habrías madurado un poco.- el comentario de Louis es el último que Harry acepta antes de soltarle un manotazo en la cabeza y dejar de comer.
- ¿Desde cuándo ustedes la defienden a ella?
- No es cuestión de "defender" a alguien, simplemente lo que hiciste está mal.
- Mira el burro hablando de orejas.- le ataca de vuelta a Ciara y la rubia bate una mano frente a él en advertencia.
- Yo reconozco cuando meto la pata, no compares.
- Bueno ya está, basta de hablar del tema- pide clemente Ed antes de señalar al frente con la cabeza- ahí viene el otro grupo, no hagamos esto más incómodo de lo que es.
- ¡Ugh!- escucho quejarse a Ciara, y al tonto de Harry también.
Joder. Cárter viene con ellos y se sentara en la mesa porque así lo demando Stella al darse cuenta que de nuevo estábamos sentándonos separados. Yo no podría contener esto, la tensión podría ser cortada por un cuchillo y cuando siento la tensión ajena me pega igual que cuando estoy nerviosa y no paro de reír. Con todo y que no me llevo con Cárter, pues no quiero hacerla sentir incomoda, fue útil en el festival y borracha es divertida, y no me gusta cómo se portó Harry. Sin embargo, no puedo garantizar que no me reiré. No sé qué es más divertido, que Harry este enfurruñado o que Carter sienta celos, por supuesto lo último no lo mencionaría, pero era obvio.
Una vez que llegan a la mesa y comienzan a ocupar sus puestos en silencio es cuando más lucho conmigo misma y comienzo a relamer mis labios mordiéndolos a la vez para no hacer otro escándalo y provocar que Harry me asesine. El primero en notar mi estrangulada facción es obviamente Zayn.
- ¿Que cárajo te pasa?- pregunta arrugando el entrecejo con confusión y yo niego con la cabeza creyéndome incapaz de hablar.
Él no me pregunta de nuevo, aun así me mira extrañado y se dispone a comer no muy seguro de mi actitud. Por otro lado yo tenía razón, la tensión podía cortarse con una tijera, joder, podía cortarse con un cuchillo de mantequilla. No sería capaz de superar esto.
De reojo pillo como Cárter se concentra en su comida y hago mi mejor esfuerzo por seguir conteniéndome cuando la noto toda enfurruñada. Miro a Ed junto a mí luchando por comerse su pizza y respirando fuertemente para no reír. La cara que hace cuando mastica para no escupir la comida me lleva a poner una mano en mi boca y a bajar la cabeza. Joder no resistiría mucho.
- ¿Segura que no te pasa nada?- pregunta esta vez Olivia y se escucha un fuerte golpe en la mesa, viniendo del puño de Harry.
- Que no le pasa nada. ¿pueden dejar de ser tan chusmas?
Cometo el mayor error del día, y es el de mirar a Harry. El tono rojo escarlata que cubre su rostro es el incentivo para que todos mis intentos y mis fuerzas se vayan a la mierda. Volviéndome a mirar a Edward el castaño deja de mirar a su hermano y al coincidir con mis ojos ya ninguno de los dos lo resiste más y terminamos riéndonos.
- ¡Joder!- se queja Liam cuando toda la comida en la boca de Ed termina en su ropa.
El castaño lo ha escupido por completo y eso hace que Ciara comience a reír también. Al cabo de segundos que parecen eternos por el dolor de pansa, Louis y Niall notan el sonrojo de Harry también y comienzan a reírse señalando sus celulares. Lo cierto es que el mal momento del matrimonio Styles [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] me está haciendo la mañana, no solo a mí sino a los cinco.
Harry se enfurruña y soltándoles unos manotazos a los chicos se marcha de la mesa hecho una furia. Edward intenta llamarlo pero a penas y le sale palabra.
- ¿de que cárajo se ríen?- escucho que pregunta Gelga pero nadie le responde.
De reojo sin dejarme de reír observo la expresión confundida de todos en la mesa, salvo por Cárter. La pequeña chica sin embargo no dice nada y solo deja salir una risita mientras bebe de su jugo.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
- Entonces… ¿ya tienen planes para acción de gracias?
Ninguna estaba de ánimo para tener una amena conversación con Stella. Ciertamente yo nunca estaba de ánimo para charlar con la mujer, pero no te daba mucha oportunidad para permanecer callado e indiferente. ¿Acción de gracias? Quien podría pensar en acción de gracias cuando Harry había sido corrido de su habitación, yo le había pagado a un chico en un café para que le pusiera sal a las perras en el café para vengar a Carty, Zayn me había partido la boca de un beso –Lo más indignante- y ahora estaba comenzando a tener dolores dentales.
- Savah.- sacudo la cabeza ante la mención de mi nombre.
- ¿Ah?
- ¿Qué planes tienes?
- ¿de qué?
- Acción de gracias.- me responde la chica nueva.
- Cena familia.- me encojo de hombros
- ¿invitaste a tu esposo, supongo?
- Si, si… si no quedaba de otra.
La mujer asiente y respira profundo para no contestarme de forma violenta ante mi mal genio. ¿Qué quiere que le diga? No soy ciertamente la mejor mentirosa del mundo.
- Podrían planificar una reunión entre su grupo un día antes…
- ¿ah?- inquiere Ciara- ¿No es suficiente con que tengamos que vernos aquí?
¿Qué tiene de malo?
- Ya tenemos planes.
- Eso, Helga tiene razón.
- Helvia, Savahtine- me corrige Stella de mala gana- Ustedes dos- nos señala a la rubia y a mí- dejen de cambiarle el nombre a las personas.
- Tengo mala memoria, me disculpo- ruedo los ojos- Yo estoy atareada con la reunión de mi familia, con ellos tengo suficiente que lidiar, así que no. No tengo tiempo para una salida entre “Amigos”{**}
- Entonces quedamos así.
- Eso, noche de Karaoke en el bar de Picadilli Street.
- Stella y sus malditos puntos.- ruedo los ojos- ¿y si le decimos que lo hicimos? Y no vamos.
- Me temo que llamaría a la gente del bar- se encoje de hombros la pequeña Olivia- ya que, solo cumplamos con ir unas horas y listo.
- La vida es una perra- masculla Ciara.
- Ya que- Helvia toma su bolsa del suelo y se la pasa por el brazo antes de darse la vuelta- tengo hambre, luego las veo.
- Nosotras tenemos práctica.
Ni siquiera se despide cuando pasa su brazo con el mío y nos marchamos. De no ser por esa maldita entrenadora yo estaría yendo derechito a mi cuarto a dormir. El dolor que siento en la boca esta comenzando a extenderse hacia mis oídos y no tiene buena pinta. Lo peor es que se exactamente que es lo que lo esta provocando y no quiero darle la razón a mi papa con lo de sacarme las putas muelas del juicio. Malditos odontólogos que hacen sufrir a uno.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Bueno, si Troya ardía creo que mi habitación estaba por hacerle la competencia. Zayn estaba furioso, furioso era poco. Parecía poseído por algún espíritu del infierno. Pero no hay mucho que yo pueda hacer al respecto, ¿Cómo no ayudar a un amigo en problemas?
Desde mi escritorio lo observo discutir con el indigente Styles que está haciendo su camita en el suelo de nuestra habitación. Niall ya no lo quiere con él y Ed tampoco, así que acordaron rotarlo por las habitaciones, mañana le toca con Ciara, me encantaría ver eso.
- Pon tu mierda en el lado de Savah.- El moreno sale del closet con el bolso de nuestro indigente compañero y lo arroja en su improvisada cama.
Harry me mira indignado.
- ¡Savah!
- Dejen de payasear, me duele la cabeza.
- Tiene diez minutos aquí y mira como tiene la habitación hecha un desastre.
- ¡Es que no me dejas instalarme correctamente!
- ¡No tienes porque instalarte en mi habitación!
- ¡Es de Savah también!
- Maldición.- chasquea el moreno y me mira mal- Ahora espero entiendas con el desastre que lidia la pobre Carter.
Harry le frunce el ceño pero el moreno no le da chance y se da la vuelta para encerrarse en el baño. No pienso defender a ninguno de los dos ni meter la mano en la discusión. Zayn tiene razón, Harold es un desastre con piernas, pero es mi amigo y tiene razón, esta también es mi habitación. Si bien no tengo la mejor relación con mi esposo, lo mejor es respetar su espacio para ver si así aprende a respetar el mío de una vez por todas.
- Haroldo, tu desastre ponlo del lado derecho de la habitación, lo instalas hoy y lo retiras tú mismo mañana en la mañana. Trata de no molestar a Zayn.
El castaño cambia de expresión facial a una con una sonrisa burlona en el rostro que hace que la mía se arrugue.
- No te hagas ideas tontas de lo que no es, y se agradecido de que te dejo quedar aquí.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]-Esto es indignante
- Y que lo digas – Ciara concuerda con Liam.
- ¿Acabas de estar de acuerdo conmigo?
- Es indignante también,- rueda los ojos- pero sí.
- Siempre hay una primera vez para todo – Se burla Zayn dando una calada a su cigarro.
La tal Lola estaba apaleándonos con ese chico sexy del escenario. Carty había contado bien con su suave voz de gato y la áspera tonada de Styles, se vio romántico y todo, pero no necesitábamos algo cursi. Hasta el trio entre Niall, Ciara y Liam se escuchó suave. Si lo comparábamos con este par en el escenario cantando una buena canción de The Weekend, eran nulos. Y estaban pisoteando mi ego competitivo.
La escucho entonar otra nota alta y la vena de la frente se me aprieta. De soslayo escucho y veo a Ed maldecir. Los de la escuela de arte de Londres nos están violando musicalmente, están mostrando todo su potencial para intimidarnos ¿Por qué siempre tenemos que ponernos a competir con las otras escuelas? No es normal que siempre estemos en disputas. Primero por futbol, luego por las animadoras, después por una fiesta, chicos… ahora por un karaoke.
Yo conozco dos voces que podrían machacar a estos góticos traseros de la UCL. Tendría que meterme el orgullo por el culo unos cuantos minutos, pero valdría la pena. Mi ego competitivo está siendo herido en este momento.
- Son muy buenos.
- Carty, tu comentario está de más.
- Solo están imitándonos.- Helvia se encoge de hombros y bebe de su trago, fingiendo indiferencia.
- Pues funciona – Bufa Olivia en respuesta.
Los imbéciles de la UCL dejan de cantar, señalan en nuestra dirección con burla y mi vena maligna no lo resiste más.
- Zayn, nos toca – sentencio antes de levantarme y golpear mi vaso contra la mesa.
- Te habías tardado – se queja con un deje divertido en su tono de voz – El Freddie Mercury en mi interior comenzaba a sentirse ofendido.
- Aja. – mascullo de mala gana
Zayn se levanta con total pereza fingida, y con esa risita insoportable que hace cuando se siente ganador, pasa de los demás que nos miran inexpresivos. Ed levanta una ceja inquisitiva en mi dirección y yo me encojo de hombros con simplicidad.
- No voy a permitir que un montón de emos, nos ganen un reto de canto. Y quiero el premio, esas botellas de tequila son mias.
Le digo antes de darme la vuelta e ir con Zayn a la Rocola para escoger nuestra canción. El moreno se me adelanta pasando el dedo por el monitor en la lista de canciones, por lo que me asomo para cerciorarme de su elección.
- Nada cursi. Lo cursi no patea culos.
- Yo no escucho música cursi – arruga la cara – y conozco la canción perfecta para ambos.
Me muestra su elección en el monitor y sonrío maliciosamente complacida.
- Hagámoslo.
- Después de ti – me tiende la mano para que suba al escenario.- if i never see your face again:
- (Zayn, ambos, Savah)Now as the summer fades, I'll let you slip away
You say I'm not your type, but I can make you sway
It makes me burn to learn you're not the only one
I'll let you be if you put down your blazing gun
Now you've gone somewhere else far away
I don't know if I will find you (find you, find you)
But you feel my breath on your neck
Can't believe I'm right behind you (right behind you)
'Cause you keep me coming back for more
And I feel a little better than I did before
And if I never see your face again, I don't mind
'Cause we got much further than I thought we'd get tonight
Sometimes you move so well it's hard not to give in
I'm lost; I can't tell where you end and I begin
It makes me burn to learn you're with another man
I wonder if he's half the lover that I am
Now you've gone somewhere else far away
I don't know if I will find you (find you, find you)
But you feel my breath on your neck
Can't believe I'm right behind you (right behind you)
'Cause you keep me coming back for more
And I feel a little better than I did before
And if I never see your face again, I don't mind
'Cause we got much further than I thought we'd get tonight
Baby, baby, please believe me
Find it in your heart to reach me
Promise not to leave me behind
(Promise not to leave me behind)
Take me back, but take it easy
Make me think, but don't deceive me
Talk to me by taking your time
(Talk to me, talk to me)
'Cause you keep me coming back for more
And I feel a little better than I did before
And if I never see your face again, I don't mind
'Cause we got much further than I thought we'd get tonight
'Cause you keep me coming back for more
And I feel a little better than I did before
And if I never see your face again, I don't mind
'Cause we got much further than I thought we'd get tonight
Culminamos la canción y todos chiflan y gritan entre sus aplausos. La cara de culo de los emos UCL me da tanto placer como el que me dará llevarme esas botellas de tequila en sus malditas caras de arte dramático.
Le echo una miradita a mi compañero de dueto y este sonríe victorioso estirando su puño hacia mí en modo de celebración.
¿Choque de puños? Y porque no.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]El dolor de muelas estaba volviéndome loca, de verdad estaba a punto de tomarme la cara y ponerme a llorar de lo espantoso que se sentía el apretado dentro de mi boca. Hasta los oídos me duelen por culpa de esas perras muelas del juicio. Pero estaba haciendo lo mejor que podía para mantener mi habitual cara de culo, esa que suelo tener cuando estoy con Zayn y estoy por visitar a mi padre y su “familia”… Bueno, de dos, dos. Así que era fácil querer tener mi cara de culo, pero las cordales querían que llorara. A penas y podía abrir la boca para decir palabra alguna, y Jude parecía tener muchos ánimos para conversar de camino a casa.
- Espero que Elena halla preparado una buena cena.
- ¿Aun preparan el estofado de cordero para acción de gracias?- pregunta Zayn echándole un ojo por retrovisor.
Era el moreno quien se mantenía conversando con mi hermano y su novia.
- No, el cordero era una tradición de mama. Desde que Gina apareció solo hacen el maldito pavo.
- ¿No te gusta el pavo?- pregunta la diminuta rubia en la que mi hermano ha puesto sus ojos.
- Si, solo que no me gusta como lo hace Gina.
Estaba de acuerdo, esa receta era una mierda. Su tradición familiar apestaba y mi padre pretendía que la adoptáramos, por suerte Elena fue una de las pocas cosas que nos quedó luego del divorcio.
- Nuestra ama de llaves siempre prepara un poco de cordero como lo hacía mama y nos lo esconde. –comenta Jude con diversión- Bueno, lo esconde para lo demás, pero obviamente que papa sabe.
- Si lo supiera habría echado a Elena al momento, guapo.
- Savah, créeme. Él lo sabe, y lo respeta.
- Claro.
No discutiría con él. Estaba su novia y mi jodido esposo. Pero papa no respetaba nada, mucho menos algo que le recordara a mama. Jude seguía siendo un niño de corazón y mente, a veces me provocaba gritarle tan fuerte y romperle esa maldita burbuja de fascinación en la que vive, solo que como siempre; hoy tampoco es el día de hacerlo. Pero supongo que todos en algún momento de nuestras vidas nos sentimos a si por nuestro padre, pero lo de mi hermano ya era triste. Hace todo lo que puede para llamar la atención del idiota, siempre se mantiene a raya de todo lo que le disgusta al señor para que este lo vea con buenos ojos. Todo lo contrario a mi caso. La única razón por la que no termino de desafiar al imbécil; está sentada detrás.
- Recuérdame que le invite a mi juego de Rugbi el sábado.
- Como si fueras a olvidarlo- murmuro entre dientes y me tiro hacia atrás en la butaca.
La mano de Zayn no tarda en llegar a mi pierna para un apretón de consuelo. Bueno, al menos hay otra persona en este auto que conoce la realidad. No como los dos bobos de atrás.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]- Señor, una mujer está en la puerta.
Una de las chicas de la cocina interrumpe a Gina justo cuando estaba por presumir su asquerosa vajilla en las narices de Zayn y la pobre Clarissa.
- ¿Qué mujer?- inquiere de mala gana.
- Dice que necesita hablar con usted, señor.- señala a mi padre ignorando a su mujer.- Su nombre es Savanna Williams.
Mi corazón se detiene por unos segundos de forma inesperada, al igual que el sonido de los cubiertos y personas conversando en la mesa. Entonces vuelve a latir queriendo romper mi pecho por lo rápido que brinca dentro de mí.
Mi padre luce sorprendido y atónito ante la mención del nombre de mi tía. No es hasta que sus ojos me encuentran observándolo inquisitivamente, que su frígido ser vuelve a salir, bañándome en advertencias antes de levantarse e ignorando las preguntas de Gina, se marcha junto con la chica de la cocina en dirección a la entrada de la casa.
La respiración estaba faltándome. Savanna Williams, mi intrépida y loca tía.
- Esto es una falta de respeto- comienza a quejarse la mujer en el extremo de la mesa- Estamos cenando. ¿Quién se cree que es esa mujer para interrumpir la hora de la cena?
- Quizás sea algo importante.- interviene Jude.
Le doy una rápida mirada a mi hermano menor y este solo se encoje de hombros inexpresivo. Entonces comienza a comer de nuevo. Él nunca le causaría problemas a papa. Era el niño obediente. Yo no lo era, para nada.
- ¿Estás bien?- Zayn deja una mano sobre mi pierna dando un apretón.
- Sí.
Me levanto de la mesa sin pedir permiso o disculpas, a la ridícula mujer discutiendo sobre buenas costumbres. Al diablo con ella y su etiqueta de mierda. La ignoro totalmente cuando paso de ellos hasta salir del comedor. De reojo veo que mi hermanito hace el intento de levantarse, pero sacudo la cabeza y es Zayn quien pone la mano en el hombro del moreno para sentarlo de vuelta.
Desde el pasillo podía escucharla, su voz ronca y su tono divertido estaba enfrascado en una conversación con mi padre, donde el parecía molesto y ella solo entretenida. Podía verla delante de él, su cuerpo escondía el de ella. Pero podía ver su largo cabello negro en esas trenzas, siempre con su estilo africano y esos colores que tanto le gusta llevar en la cabeza. Siempre fue hermosa, astuta, rebelde y muy jodida. Era un ejemplo para mí, la admiraba como si fuese una estrella de rock. No fue hasta que mi padre se movió un poco que mi tía pudo verme. Entonces la sonrisa fue aún más grande y sincera.
- Hola, Savah.- mi corazón se aprieta dentro del pecho y siento que todo mi ser esta tieso como el estofado que Gina preparo.
La mujer sale de donde mi padre la esconde y abre los brazos con una enorme sonrisa para mí.
- Quiero mi abrazo, chica.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]No habíamos hablado nada en todo el camino de regreso al campus. Ni Jude, ni Zayn… y la pobre Clarissa parecía incomoda ante el sepulcral silencio que había en el auto. Cuando Zayn aparco en el estacionamiento, mi hermano solo dijo buenas noche, tomo a su novia y se marchó.
Savanna Williams, mi tía intrépida y rebelde. Esa mujer sabía cómo dejar a todos con la boca abierta. Papa a penas me dejo abrazarla antes de que me echara de vuelta al comedor. Luego regreso sin ella y continuo con la cena como si nada hubiese ocurrido. Quería arrastrar al hombre a su despacho y hacerle millones e preguntas. Quería que en algún momento sus ojos cayeran en mí y se diera cuenta de que quería hablar, pero no fue así. No volteo a verme en ningún momento.
- Tu padre le prometió a Jude asistir al juego de Rugbi.
- No lo hará.
- Tu hermano cree que sí.
- Jude aún cree en Peter pan.- murmuro disgustada. – es más creíble que Peter pan venga a por nosotros.
- No seas tan negativa.- se sienta en su escritorio- se vio sincero.
- Da igual.- me encojo de hombros y me siento junto a él en el escritorio.- hagamos el reporte de legislación. Estoy cansada.
- Si señora.
Bueno, por lo menos no estaba en su habitual estado de ánimo depresivo, o el molesto. Lo agradecía, no tenía cabeza para discutir con Zayn. Me sentía enfurruñada y adolorida, encima con hambre. Solo pude comer puré de patatas.
- ¿Savan te dijo algo?
- No, él no me dejo intercambiar palabra alguna.
Zayn solo asiente al comprender y abre su cuaderno. Aprovecho su concentración en los estudios para levantarme e ir al baño a lavarme la cara y para tomarme la pastilla del dolor de muelas.
- Deberías de ir al odontólogo.
Cuando escucho la palabra que comienza por “O” me quedo con la pastilla a medio camino y los cachetes llenos de agua. Me doy la vuelta y lo encuentro parado con los brazos cruzados detrás de mí.
- Me duele la cabeza.
- Mentirosa.- se ríe- que cobarde eres. Hace días que estas sufriendo, no soy idiota, estas comiendo poco; a penas tocaste la cena hoy. A parte dejaste un blíster de Cataflan sobre la cama anoche. Y estas comenzando a inflamarte.
- Primero que nada: no soy ni mentirosa ni cobarde. Segundo, ¿Quién te crees que eres? ¿policía dental? No es nada grave, solo las encías un poco inflamadas. Sabrá dios que me habrás contagiado cuando me besaste.
Zayn me pone los ojos en blanco y se descruza de brazos antes de darse la vuelta y dejarme ahí parada.
- Como digas. – zarandea la mano con desdén antes de mirarme con su ceja enarcada y acusadora- Después no digas que no te lo dije.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Mierda. Tenía los cachetes regordetes, y el dolor era malditamente horrendo. El frio no estaba ayudando y el movimiento excesivo tampoco. Venir a las practicar era una mala idea si intentaba mantener mi condición dental oculta. Encima el bobo Malik no dejaba de verme desde su lado del campo. Se burlaba, claro que se burlaba.
- ¡Más arriba, Savah! ¡Levanta más la pierna!
Encima Ciara hoy parecía estar poseída por el espíritu dictador de Hitler. Como quería que lloviera, que cayera el mayor diluvio conocido en este campus para así irme a mi cuarto y dormir.
- ¡Zaara, pareces un tronco! ¡Un tronco tiene más gracia!
Bueno, al menos no solo me gritaba a mí. Eso era reconfortante.
- ¿Qué hacen ellos aquí?
Le doy un vistazo a la pobre Kittie junto a mí. La pelirroja señala con la cabeza hacia la entrada del campo y me sorprendo encontrando a las plagas de Oxford. ¿Esa gente no se cansa de joder? Son mar bárbaras que las plagas de Egipto.
Soy la primera en bajar de la pirámide hasta que la desarmamos por completo y Ciara se prepara para gritarnos. Pero antes de eso la tomo por los hombros y la giro para que vea como el equipo de porristas y el equipo de futbol de Oxford están pisando nuestro campo sagrado con actitud de rockstars.
- ¡Dios! Que molestos.
- ¿Por qué están aquí?- aparece Harry corriendo junto a Liam y Niall.
- No me gustan sus caras.- me cruzo de brazo- vinieron a molestar.
- Pues llamemos a seguridad, estamos en prácticas. Ellos no deben entrar al campo a menos de que sean invitados.
- Liam, da igual si llamamos a seguridad.- rueda los ojos el rubio- probablemente ya pasaron por ellos.
- Bueno, esperemos que ellos mismos nos digan.- Harry chifla y el resto del equipo de futbol se acerca corriendo hacia nosotros.
Bueno. Porristas vs Zorristas y Futbolistas vs Mariquistas.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Todos suspendidos. Ambos equipos de futbol, y ambos equipos de porristas: se perderán cuatro semanas de entrenamiento, por ende; cuatro juegos. Y tendremos que cumplir más horas de labor comunitaria para pagar los daños ocasionados a la buena moral de la institución. Marcie y sus castigos de mierda. Bueno, ni tan de mierda. La pelea estuvo heavy.
¿Quién diría que esas tontas de Oxford se enojarían tanto por haberles puesto sal en el café?
Bueno, al menos solo Ciara y Harry tuvieron que enfrentarse a los entrenadores y a Marcie, nosotros solo tuvimos que escuchar a ambos diciéndonos que estábamos suspendidos. Lo bueno de todo esto es que podre reposar mi cobre boca. A penas y sentía la lengua de tantos analgésicos que me tome.
La puerta de mi cuarto suena fuertemente haciéndome farfullas una maldición antes de levantarme de la cama y encontrar a Edward. El castaño me escanea de arriba abajo antes de negar con la cabeza y entrar en la habitación acompañado por mi hermano.
- ¿Qué quieren?- inquiero confundida cuando los veo moverse por la habitación.
- Vinimos a buscarte para ir al odontólogo.
- ¡¿Qué?!- le chillo al castaño- ¿Y eso cómo porque?
- Porque van a sacarte esas cordales.
- ¡Mocoso insolente!- me llevo las manos a las caderas con indignación- no pienso moverme de aquí.
- Se los dije.- la voz de Zayn entra en la habitación- La niña cobarde no quiere ir a que la inyecten.
- ¡imbécil!- le gruño- Les fuiste con el chisme.
- Estas demasiado inflamada- se encoge de hombros- y estas tomando demasiados medicamentos.
- ¿Por qué no me dijiste que tenías dolores otra vez?
- Porque no es tu problema, Jude.
- ¿Tienes idea de lo malo que es? Si no te sacas eso a tiempo se te deformaran los dientes.
- ¡No me pasa nada!
- Mentirosa.
- ¡Cállate Zayn!- rujo con los nervios a flor de piel.- No pienso ir a ninguna parte.
- Si, iras.- afirman los tres al mismo tiempo.
- ¡No lo hare!- sentencio- No hay manera en el mundo mundial, nada… que me haga ir a un maldito odontólogo ¿Entienden eso? Ahora, ¡largo! Quiero dormir.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]El odontólogo, persona capacitada para fomentar el terror a los demás. Entrenada para torturarte, maltratar tus labios y anestesiarte con esas horribles inyecciones dentro de tu linda boca. Aquí estaba echada en la cama con dolor, rezando para que las pastillas hicieran efecto, y muriéndome de hambre también. La dieta líquida no me gustaba. Quería una hamburguesa, o una pizza. Incluso un burrito me vendría bien.
Ciara y Edward eran mis enfermeras durante estos diez días hasta que fuera de nuevo con el torturador a quitarme los puntos. Gracias a dios y la pelea en el campus, porque de haberme tenido que operar las cordales durante la temporada de juegos probablemente la entrenadora me despellejaría y guindaría de la estatua de la universidad como exhibición.
- Ed,- Ciara aparece del closet con una caja de oreos fudge que tenía escondida para comérmelas con la nueva temporada de Riverdale, cuando al fin estuviera en Netflix.- Mira lo que encontré.
La zarandea frente a él como si hubiese encontrado un tesoro.
- ¡Bien ahí!- celebra el castaño tomando la caja- Tengo una baja de azúcar horrorosa. Iré por helado para Savah y merendamos todos juntos.
Ruedo los ojos sin expresar verbalmente mi disgusto, si bien amo el helado, probablemente termine con una diarrea terrible de tanto comerlo. Solo había helado y sopas frías para mí. Si las sopas calientes de por sí ya son asquerosas, frías eran otro nivel.
- ¿Cuándo podrás llevar sol de nuevo? Parecemos vampiros.
- Solo tenemos tres días encerrados, Ciara.
- Siento que es más, con todo lo del castigo y esto…- me señala- Parece un cautiverio perpetuo.
- ¿Tienen que comerse mis oreos?- pregunto ignorando las quejas de la rubia cuando Edward vuelve – No tiene idea de cuánto me ha costado mantenerlas ocultas de Zayn.
- Y ahora no podrás comértelas, eso es lamentable.- responde ella haciendo un puchero.
- Espero que engordes.
- Vives diciéndome que como muy poco, que debería salirme un poco de la dieta. – se encoje de hombros- estoy haciéndote caso.
- No uses mis palabras en mi contra, Evans.- le gruño indignada por el giro de la conversación.
- Bueno, basta ya. – interviene Ed- Comamos.
Me extiende la copa con helado, yo farfullo una maldición y él se burla de mí antes de voltearse para sentarse con Cia a comerse mi paquete de galletas. Definitivamente tendría una diarrea mortal pronto y odiaba estar mal del estómago. Cuando estoy enferma me vuelvo fatalista, soy de las que comparan el malestar con querer morir. Tirarme de un puente parecía una buena opción con este dolor en la boca.
- Deja de arrugar la cara, nena. ¿Prefieres las sopas frías?
- Sabes que no. – Suspiro derrotada- pero podrías variarme el sabor, ¿no? Tanta variedad que hay: Fresa, ron, coco, maracuyá, caramelo, ron, oreo, nutella, ron, crema real, maní…
- ¡Ron!- cantan ambos.
- Ese me vendría bien.- señalo
- Lo dejaste claro- rueda los ojos la rubia- Le daré una lista a Malik de lo que tiene que comprar.
- ¿Por qué a el? Lo escupirá antes de darme lo que sea.
- El día en el odontólogo se portó muy bien.
- Y ha estado atento- coincide Ciara muy a su pesar- Demasiado, no me agrada. Fuera de eso, no puedo salir del campus hoy y aquí no hay más helado que de vainilla.
Le doy una mirada inquisitiva al castaño. Si la rubia está abandonándome, bueno. Pero él no me abandonaría. Entonces el imbécil niega con la cabeza antes de coger otra galleta del paquete.
- Tengo que ayudar a Olivia con algo.
- ¿Qué clase de excusa es “algo”? Al menos tomate el tiempo para una más elaborada
- No es una excusa, no sé con qué tengo que ayudarla.
- Me están abandonando.
- Por supuesto que no.
- Hemos estado encerrados aquí contigo desde que te operaron.- rueda los ojos la rubia- Estaremos aquí mañana.
- Piensan abandonarme con Zayn- lloriqueo.
- Se comportara- asegura el castaño- Le daré una lista con las cosas que necesitas y se hará cargo. Tú tranquila.
- ¿Y si vuelve a darme fiebre?
- Que me llame y vendré.- interviene Ciara- Relájate, se portara bien o pateare su flacuchento trasero.
Como si el mismísimo diablo estuviese siendo invocado, la puerta del cuarto suena y me dejo caer dramáticamente contra las almohadas- lo cual es mala idea y me hace doler- Zayn aparece detrás de esta cargando un montón de bolsas con su habitual cara indiferente.
Intercambiamos una rápida mirada los ya presentes desde hace rato y luego le echamos una mirada al moreno que arruga la cara y bufa antes de preguntar:
- ¿Por qué me ven así?
- ¿Me compraste helado?- mi voz es casi suplicante. Incluso indignante.
El moreno sonríe de forma perezosa y se encoge de hombros antes de meter una mano dentro de una de sus bolsas y sacar el helado meneándolo frente a nosotros.
- ¡Ron!- celebro y todos se ríen.
Bueno, los dos ingratos ya se pueden ir. Al final fue Zayn quien consiguió lo que quería y sin que le pasaran una lista. Deberían de sentirse avergonzados por eso.
No pasan cinco minutos cuando ya los otros dos ingratos me abandonan y me dejan con Zayn. Por lo menos el bobo hiso una buena compra de helados… y palomitas para él. Puta vida.
Zayn toma su lugar de la cama y enciende busca en Netflix por una película. Cuando la encuentra arroja el control y me pasa mi helado antes de echarse y comer de sus cotufas con tranquilidad.
- Hay que operarte más seguido.- murmura con diversión.
- No empieces.- mascullo con la voz ahogada de helado.
- Bueno.- se ríe.- ¡ah, por cierto!- se sacude un momento antes de sacar algo de su bolcillo y entregarme un papel amarillo.- Te lo mando la señora Elena.
- ¿Dónde la viste?
- El mini Marcket.
- ¿y qué es esto?- inquiero confundida. El sonríe.
- El número de tu tía Savanna.
Ariel.
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