A Match Made In a University | 1D

Apenas cruzamos la puerta de la casa de papá Styles, el olor a quemado nos invade las fosas nasales y solo basta una mirada entre nosotros para ir corriendo a ver qué sucede. Ahogo un grito y doy unos pasos hacia atrás chocando con Harry, quien se queja, pero comprende cuando sus ojos ven lo que yo veo: Olivia está sosteniendo un matafuego en la mano que inútilmente trata de utilizar. Enfrente de ella está la hoya ardiendo llamas al igual que la sartén.
—¡No se queden ahí y ayúdenme! —nos grita sacándonos del trance.
Harry se apresura a llegar a su lado y quitarle el mata fuegos, yo me coloco al lado de una nerviosa Olivia y trato de calmarla poniendo mi brazo sobre su hombro. Ella me mira con los ojos inundados de lágrimas.
—Yo le dije a Des que no se cocinar. Juro que hice todo lo que él me dijo.
—Tranquila, a todos nos sucede —trato de reconfortarla, pero creo que Olivia sabe que no todo al mundo le pasa, lo sé por su mirada incrédula —Bueno, a los que no tienen suerte... eh, digo...
—Ya está —dice Harold cuando termina de tirar toda la espuma. La cocina esta echa un asco, incluso la pared esta negra. Se gira para enfrentarnos y Olivia y yo nos encogemos por la mirada fulminadora —¡¿Es que eres estúpida?! ¡Pudiste haber quemado la casa!
—Y-yo...
—¡Cierra esa maldita boca, rata de biblioteca! No entiendo como alguien puede ser tan torpe para cocinar.
—Harry, fu-fue un a-accidente-te.
—¡Cállate Carter, no la defiendas! ¡Es una completa inútil!
—¡Oye, yo no...! —exclama Olivia, pero se muerde la lengua antes de proseguir.
Harry sonríe socarrón porque ha ganado, aun así vuelve a colocar mala cara cuando voltea y ve el terrible desastre que hay.
—Demonios, de esto no me hare cargo.
—¿De qué cosa? —inquiere Edward apareciendo en la cocina también.
Olivia se queda estática y la miro de reojo. Ahora parece más asustada por el accidente ocurrido.
—¿Que...? —Edward se queda sin palabras viendo el desastre y dirige su mirada fulminante hacia su hermano —¡Harold! ¡¿Otra vez intentaste cocinar?!
Abro los ojos en grande sorprendida y veo a Harry, quien se pone un tanto nervioso y ofendido por la acusación.
—¡Yo no lo hice, estúpido!
—¡Si cómo no! ¡Hazte responsable esta vez y no me eches la culpa!
Olivia abre la boca ofendida y entrecierra los ojos mirando hacia mi marido.
—Parece que no soy la única inútil aquí ¿cierto? —chasquea con rencor.
—¡Calla...!
—¡No le grites, Harold! —le interrumpe Edward y se dirige rápidamente a Olivia antes que su hermano le interrumpa —¡¿Tu quemaste la cocina de mi casa?! ¡¿En que estabas pensando?!
—¡No lo sé! ¡Quizá pensaba que estaba encantada de morir quemada, idiota! —le grita Olivia en un tono sarcástico y pisa con fuerza el suelo. Bueno, en verdad me piso el pie y lo saque rápido. Estoy haciendo una mueca de dolor, pero no me atrevo a decir nada, ni siquiera se habrá dado cuenta de su acción. Harry sí. Él se está riendo de mi con disimulo.
—¡Deberías tener más cuidado cuando cocinas, Olivia! ¡Pudiste habernos matado a todos!
—¡Esa no era mi maldita intención, imbécil!
—¡Deja de insultarme, eso es agresión verbal y está prohibido en el matrimonio!
—¡No somos un maldito matrimonio de verdad, Edward, o de lo contrario ya me habría suicidado!
Suspiro con pesadez, ¿enserio se van a poner a pelear? Esto es un desastre y hay que limpiarlo antes que Des vuelva de donde quiera que haya ido. Harry se cruza de brazos y se entretiene con los gritos de Olivia y Edward. Le cuesta no reírse de los insultos de esta hacia su hermano y trata de disimular lo mejor posible para que su diversión no se termine. Tendré que hacer las cosas yo.
—Disculpen —digo con nervios. Todavía estoy avergonzada y con ganas de tirarme de un puente por lo de ayer, pero debo hacerlos parar.
—¡¿Qué?! —gritan ambos hacia mi dirección. Tienen las orejas y el rostro rojo y respiran agitadamente. Gritaron demasiado, sí.
—Cr-creo que n-no impo-porta s-si...
—Por Dios, no tartamudees —murmura Harry colocando una mano sobre su cara en señal de frustración.
Inflo mis cachetes de aire y siento que se vuelven rojos. No es mi culpa no poder hablar normalmente en situaciones como estas, estoy nerviosa y casi me muero del susto cuando vi el fuego.
—E-estoy ha-haciendo lo pos-sibl-ble —mascullo mirando hacia el suelo con molestia. Tomo aire profundamente y sigo mirando hacia abajo —N-no impo-porta si la c-cocina se q-quemo. E-estamos t-todos bien, ¿C-cierto? Vamos a limp-piar e-esto y a-almorcemos.
Levanto levemente mi cabeza para ver las reacciones de los demás. Olivia está más tranquila y suspira con pesadez mientras Edward pasa una mano sobre sus rizos. Recién ahora me doy cuenta que trae una bandana sobre su cabeza atada y hace que su cabello caiga hacia atrás. Me sonrojo fuerte mente por ello y me cacheteo por fijarme en cosas como esas cuando esta Harry y Olivia allí sin más.
—Carter tiene razón. Limpien esto —señala Harry y toma una manzana que hay arriba de la mesada y la muerde.
—¿A dónde vas, Harold? —dice Edward frunciendo el ceño y tomándolo del brazo cuando su hermano está a punto de escabullirse.
—Salve a tu mujer de morir y a ti de quedarte viudo, incluso mi esposa estuvo implicada en esto y casi muere —responde en un tono dramático mientras sonríe con burla. Mis mejillas se sonrojan cuando lo oigo llamarme así —Yo ya hice mi parte. Ahora te toca a ti —sin más se suelta del agarre de su hermano y se escapa dando largos pasos.
—¡Ven aquí Harry y ayúdame con esto! —exclama Edward y lo sigue por detrás, caminando aún más rápido con él hasta que escuchamos la puerta cerrarse.
Oliva suspira y se deja caer en el suelo y la imito para acompañarla.
—No fue tu culpa —murmuro mirándola, pero ella no me ve a los ojos.
—Hice todo un desastre, Carter. Van a reprobarnos y tendremos que dejar la universidad. Mis padres van a matarme...
—Tranquila, Olivia. Yo te ayudare —medio sonrió para animarla. Olivia voltea a verme con una sonrisa falsa.
—Eres una gran persona, Carter. Gracias
—No estoy haciendo más de lo que hiciste por mí estos días.
Pese que antes me incomodaba estar cerca de ella por ser la esposa de Edward, ahora puedo sentir a Olivia como una gran compañera y amiga. Solo espero que no me odie porque me guste mucho el gemelo mayor.


Tardamos una media limpiando la cocina y tratando de inútilmente sacar lo negro de la pared con una rejilla, pero todo fue en vano—vamos a tener que pintarle la cocina a Des como recompensa por casi quemar la suya. Cocinamos en menos de una hora el almuerzo, o mejor dicho, yo cocino mientras Olivia hace de mi asistente. Hacemos papás a la crema con pollo y  carne, una ensalada de lechuga y tomate y otra de remolacha. Los Styles tienen un estomago profundo, además con la pansa llena Des estará menos enojado con nosotras por el desastre.
Servimos la mesa y Olivia va a buscar a los hermanos Styles, quienes nunca volvieron a ayudarnos y se quedaron afuera recostados en sus reposeras correspondientes tomando una cerveza.
Los gemelos vienen con rapidez, se sientan en la mesa y miran la comida con los ojos llenos de hambre, incluso se relamen los labios y preparan sus utensilios para comenzar a atacar.
Olivia les da un zape a los dos y estos ahogan un gemido de dolor.
—¡¿Y eso por qué?! —espetan ambos al mismo tiempo.
Levanto las cejas mientras pienso que esto es cosa de gemelos. Vaya, antes ni siquiera los había podido ver en alguna oportunidad así, siendo tan sincronizados. Supongo que es por el tiempo que pasamos juntos que he empezado a notar más cosas que antes.
—Su padre aún no se ha sentado en la mesa, maleducados. Deben esperarlo.
—El viejo va a tardarse mil años. Fue a coquetearle a la señora Hoffman y ella lo odia —contesto Harry revoleando los ojos.
—Él me dijo que fue a comprar a la panadería porque se le olvido decirles —dice Olivia un tanto insegura y yo estoy igual de confundida que ella.
—Duh, ella es la dueña. ¿Por qué crees que tardo tanto? Te creía más inteligente.
—Harold —advierte Edward.
—No es mi culpa que tu mujer sea tonta, hermanito.
—Yo no...
—Olivia no es tonta, Harry. Cállate o te callo.
—Me gustaría ver como lo intentas.
—¿Enserio? Soy más fuerte que tú.
—Quizá cuando teníamos diez, ¿pero adivina qué? Ya no tenemos diez años.
—Oigan no van a empezar a pelear —interrumpe Olivia colocándose en medio de los dos cuando estos se levantan de sus asientos. Me manda una mirada pidiéndome ayuda y asiento tontamente.
—Chicos vamos a comer tranquilos, por favor —farfullo e intento sonreír —¿Qué les parece si...?
—Eres un llorón.
—¿Yo? Tú eres un cagon.
—¡Eso es bajo! —grita Harry como todo un niño —¡Solo tenía cinco años!
—¡Hiciste caca en nuestra pileta Harry! ¡Caca!
Tapo mi boca con rapidez antes que suelte una carcajada.
—¡E-eso f-fue po-por que...! —Harry no encuentra excusa, pero sonríe triunfante —¡Al menos yo no me creí la historia de la semilla!
Edward se pone serio esta vez. Se acerca más a su hermano amenazante y este responde de la misma manera. Olivia está atrapada y apretujada entre ambos mientras yo trato de encontrar una solución para que no peleen.
—¡Tenía nueve años!
—¡Le diste una semilla a una niña y le hiciste creer que la habías embarazado! ¿Qué tan inocente crees que es eso? ¡Hasta yo sabía que era la reproducción humana en esa edad!
—¡Ya te dije que tenía nueve años, joder!
—¡Y no solo fue a esa niña, sino como a cuatro! ¿Recuerdas la canción? —la sonrisa malvada de Harry me está asustando
—Ni se te ocurra.
—Eddie el cuate tenía una banana y de sus semillas nacía un bebito. Eddie el cuate le gustaba... —pero es interrumpido cuando su hermano le da un palmazo en la cabeza. Ay no —Te voy a patear el trasero, Edward Styles.
—Estas muerto, Harold Styles.
—Ya basta los dos y siéntense.
Sobresaltada, volteo a mi lado y veo que esta Des con una semi sonrisa en el rostro y con los brazos cruzados. No sé en qué momento llego, solo sé que estoy muy feliz que llegara a tiempo.
—¡Pero papá...! —exclaman ambos al mismo tiempo.
—Sin peros, y sepárense que Olivia esta morada.
Los gemelos se apartan de la castaña y esta respira con profundidad, les echa una mala mirada a los dos y camina hasta quedarse a mi lado.
—Ahora: ¿quién puede explicarme que le sucedió a mi cocina?
—Fue Harold, papá —dice Edward con seriedad.
—¡¿Qué?! —exclama Harry molesto —¡Yo no fui papá, fue...!
—Fui yo —dice Olivia con la voz estrangulada. Des la mira levemente sorprendido —Lo siento mucho, prometo que pagare todos los daños. Lo siento tanto...
—Calma, Olivia —sonríe Des y le pone una mano sobre el cabello revoloteándolo —No es nada que ninguno de mis hijos haya hecho antes. Edward lo pintara por ti.
—¡¿Qué?! —exclama Edd con la boca abierta e indignado.
Harry suelta una gran carcajada burlona. Su hermano voltea a mirarlo y le da un zape. Harry se pone serio y le da otro zape. Des interviene antes que peleen enserio.
—Basta muchachos. Ambos lo harán, y antes de que pregunten por qué, es porque yo lo digo. ¿Qué les parece eso?
Ninguno rechista ni dice nada, solo se limitan a sentarse en sus respectivos asientos.
Olivia y yo nos sentamos juntas y la miro de reojo igual que ella a mí. Des dice que ira a lavarse las manos y cuando se va es cuando estallamos a carcajadas. Los gemelos nos miran sin entender y con mala cara.
—¿Y ahora qué?
—¡Hiciste caca en la pileta! ¡No lo puedo creer! —exclama Olivia riéndose como hiena mientras yo la sigo de la misma manera, soltando un par de lágrimas en el proceso.—Cuando lo escuche lo único que imagine fue una bola de caca flotando sobre la pileta.
Asiento con la cabeza porque muy en el fondo yo también lo imagine y me rio. Trato de disimular la risa por la mirada fulminante que Harry tiene sobre mí, pero me es imposible porque la risa de Olivia es muy contagiosa.
—¿Y tú enserio andabas de romanticón dando semillas? —ahora se burla de Edward, quien quita su sonrisa burlona y su mirada de su hermano para dirigirse a su esposa y mirarla con mala cara —¡Dime que tú también tienes esa canción redondeando por tu mente, Carter!
—Creo que incluso podría cantarla ahora...
—Por favor, no —masculla Edward con los dientes apretados.
Detenemos nuestras carcajadas y nos ponemos serias cuando escuchamos los pasos de Des. Este se sienta en la mesa y ve con admiración toda la comida que hemos hecho.
—¡Esto se ve delicioso chicas! Sin dudas son las mejores nueras que alguien podría tener. Espero que Marcie les dé una tarea similar para que vuelvan a visitarme. Voy a extrañarlas.
Le sonrió tímidamente a papá Styles al igual que Olivia. Vaya, ¿por qué Harry no es tan encantador y bueno como su padre? Definitivamente fueron los genes de Anne.
—¿Que sucede chicos? ¿No van a comer? —pregunta a sus hijos, quienes no quitan su mirada fulminante sobre nosotras y reprimo más de una risita junto con Olivia. Parece que se les fue el apetito.


Nos encontramos en el parque central de la ciudad, Des les dijo a los chicos que sería mejor sacarnos a recorrer el lugar y bueno, eso están haciendo. Edward le enseña a Olivia a andar en su bicicleta y esta le grita cada dos por tres que ni se le ocurra soltarla o realmente se caerá. El Styles mayor se ríe a carcajadas y la asusta soltando el asiento, pero Olivia de inmediato se acobarda, deja de pedalear para colocar los pies en el suelo y voltear para nuevamente gritarle.
Suelto el suspiro que he estado conteniendo desde que hemos llegado, me encantaría en estar en su lugar aunque no evite sonrojarme como tonta. Harry se ha ido a comprarse un refresco hace un buen rato y me dejo sola en el banco sentada. No estamos en buenos términos, parece todavía un poco ofendido por lo que sucedió ayer. Todavía estoy muriendo de vergüenza, la situación del almuerzo aliviano las cosas entre Olivia y yo, pero aun no puedo mirar a los ojos a Edward sin que quiera morirme. ¿Porque tuve que cantar y hacer demasiado lio? Odio esto.
Pronto Harry llega con una lata de refresco y le da un trago antes de sentarse junto a mí y cruzar de piernas, saca su celular del bolsillo y comienza a teclear constantemente. Al parecer está hablándose con alguien, estoy un poco curiosa sobre ello porque en todos estos días no ha tomado su celular.
Nota que lo estoy mirando y corro la mirada para fingir que estoy haciendo otra cosa más interesante, como mirar a los pajaritos arriba de la rama de un árbol. Soy patética.
—Chismosa.
La cara se me pone toda roja y aclaro mi garganta, dejando caer mi cabello sobre mi rostro para que no se noten mis mejillas.
—Ey Carter. —me sobresalto y volteo a verlo. Harry deja su celular de lado y me mira con el ceño fruncido. —¿Qué es lo que te gusta de Edward?
Abro la boca y la cierro de inmediato. Ósea, ¿Qué? ¿Realmente vamos a tener esta conversación? Harry parece decidido y no sé si estoy en condiciones para negarme.
—Eh... uh...
—¿Acaso no puedes contestar? —levanto la cejas en alto con un aire divertido, pero cierto resentimiento hay en sus ojos. Mira hacia adelante y  le da el ultimo sorbo a su lata antes de tirarla al cesto de basura —No entiendo porque lo ves tan diferente a mí. Somos iguales.
Es cierto, Harry y Edward son igualitos como dos gotas de agua. La misma contextura física, rasgos y estatura. Un simple lugar en la punta de la oreja izquierda es lo único que los diferencia, pero las personas no suelen diferenciarlos por ello, casi nadie se ha dado cuenta, solo saben que Harry viste más coqueto y siempre lleva una sonrisa socarrona en el rostro. Edward es más serio su estilo es diferente al de su hermano.
Por dentro son el agua y el aceite.
—¿Puedes hablar? Estas exasperándome —rechista con mal humor, el estado de ánimo parece haberle cambiado de repente.
—N-no lo sé —murmuro atontada y tímida.
—¿Como que no lo sabes? ¿Por qué razón te gusta él y no yo?
El corazón se me paraliza al escucharlo y estoy temiendo levantar el rostro. ¿Puede ser que él...? No, es una estupidez, realmente una estupidez. ¿No?
—Yo...
—No entiendo porque lo prefieres a él antes que a mí.
Oh Dios. OH DIOS. ¿Es esto una escena de celos? ¿Enserio Harry gusta de mí?
—Demonios, debes estar mal de la cabeza si después de besarte lo prefieres a él. Detesto que piense que es mejor que yo.
Frunzo el ceño ante las últimas oraciones. No tiene sentido. ¿Qué tiene que ver que...?
Oh.
Ya entiendo.
Harry se muestra frustrado y me da una mala mirada, como si yo fuese la culpable de todo. En cambio, no sé por qué me siento herida y estúpida. Harry solo quiere que mi amor cambie de su hermano a él porque no soporta la idea de que Edward le gane en algo tan tonto. Quizá no lo está diciendo en voz alta y puedo llegar a exagerar, ¿pero entonces por qué se muestra tan frustrado y molesto?
—¿Por qué odias a Edward? —pregunto en un susurro.
Creo que no me escucho, pero el que me mire extrañado confirma que lo ha hecho. Parece debatirse contra él mismo por unos instantes, hasta que abre la boca para hablar.
—No lo odio. Amo a mi hermano —la sinceridad en su voz logra sobresaltarme nuevamente. Lo veo a los ojos y sé que está diciendo la verdad, realmente ama a su gemelo —Solo que el ser tan iguales nos ha traído muchos problemas, White. Todos prefieren a Edward porque es más maduro, inteligente y el mayor de ambos. El simple hecho que lo prefieras a él antes que a mí me hace querer vomitar. No creas que tengas oportunidad con mi hermano, no mientras seas mi "esposa".
—Yo no soy un objeto de tu pertenencia —replico. Me sorprende el tono fuerte y decidido que estoy usando, no sé de donde han salido estas palabras, solo siento que no tengo que dejar que siga pisoteándome así como así.
—Eso es lo que te gustaría creer.
De pronto su rostro esta tan cerca de mí que debo echarme hacia atrás para que nuestros labios no choquen. Caigo de pronto en el suelo y Harry suelta unas carcajadas por mi torpeza. Mi rostro se vuelve rojo y me siento muy enojada. Torpemente me incorporo y comienzo a caminar lejos de él refunfuñando por debajo el que me haya tomado por sorpresa. Idiota, no debí pensar en estupideces cuando sé que Harry solo quiere jugar conmigo.
—Ey, Carter. Espera —dice pero aún se está riendo. —Vamos, ¿enserio vas a enojarte?
Lo escucho seguirme, no detengo mi paso porque ahora me siento avergonzada por actuar como tonta. Ay cielos, ¿por qué me sigue?
—Carteeer —canturrea, puedo imaginarlo con una sonrisa socarrona en el rostro —Uy, pequeña demoledora, eres brava.
Cierro los ojos con fuerza ante el maldito apodo. Creo que me lo dirá por mucho tiempo y joder mi existencia con ello a partir de ahora.
Harry agarra mi brazo y me detengo con el rostro avergonzado hacia abajo.
—No me hagas caminar inútilmente, White. Ahora escúchame —toma mi mentón y obliga a mis ojos mirarlo, Harry esta serio y con el ceño fruncido —Voy a demostrarte que este Styles puede ser mucho mejor que el idiota de Edward. Ve anotando: soy el capitán del equipo de la universidad, he llevado a mi equipo a la victoria todos los años en la secundaria y en la preparatoria; las chicas hacen fila para hacerme una mamada y soy el mejor de mi carrera. ¿Qué es lo que no está bien en mí, entonces?
Estoy debatiéndome seriamente si decirle o no las cosas, él parece esperar mi respuesta y no estoy segura para mi integridad humana. Pronto escuchamos un ruido tremendo y miramos rápidamente en dirección de Olivia, quien se ha caído de la bici muy feo y Edward está corriendo en su ayuda.
—Oh, carajo, ¿estás bien, Olivia?
—¡Todo esto es tu culpa, idiota! —le grita la castaña quitando las manos de Edward sobre ella —¡Te dije que no soltaras el asiento!
—¡Pero no ibas a aprender nada si seguía tomándote del asiento!
—¡¿Entonces tu idea era que me haga mierda justo como ahora?! ¡Eres simplemente genial! —replica con sarcasmo y camina hacia nuestra dirección —Vamos, Carter. Muero por un helado.
Aprovecho mi oportunidad de escapar y le sigo el ritmo de las pisadas largas y rápidas. Harry me llama pero ni siquiera me volteo a verlo por temor a que me obligue a regresar con una sola mirada. Gracias al cielo que Olivia se cayó de su bicicleta, es horrible tener que agradecer esto, pero me quitare la culpa comprándole el helado más caro y grande.


El menú de la noche son canelones en salsa blanca, cortesía de parte de Des y mía. Resulta que a ambos nos gusta la cocina y hacemos un buen equipo para hacer la cena en menos una hora. Olivia fue nuestra ayudante porque se sentía aun culpable por haberle casi quemado la cocina entera a Des. Los gemelos fueron mandados a reparar las cosas que Doug y su pandilla destruyeron, por lo que cuando apenas se sentaron comenzaron a devorar el plato sin más.
—¿Qué harán esta noche? —pregunta Des.
Ninguno de los dos responde, solo siguen con los ojos sobre el plato y devorando. Des les llama la atención, pero siguen comiendo y únicamente responden levantando los hombros. Su padre suspira y ahora nos mira a nosotras con una sonrisa. Olivia y yo nos miramos por un momento, ya sabe sobre la despedida de los chicos y tampoco quiere ir, sin más sabemos que sería cruel negarles pasar tiempo con sus amigos.
—Con Carter pensamos en caminar por el vecindario —dice Olivia sonriendo y me echa una mirada. Yo asiento de inmediato con la cabeza y con una pequeña sonrisa tímida.
—¿Pero no es muy tarde? —inquiere Des preocupado, sin embargo luego sonríe y se dirige a sus hijos —Ustedes la acompañaran.
—Bien —murmura Edward con la comida en su boca.
—No quiero —dice Harry y se toma un trago de jugo de su vaso.
—Es muy tarde para que las chicas anden solas —insiste Des con suavidad.
—Ira Edward, ¿por qué también tengo que ir yo?
—Porque Edward tiene que cuidar a su esposa. Tú deberás cuidar la tuya, Harold.
El comentario me sienta mal y dejo el tenedor en la mesa cuando me lo estaba llevando recién a la boca. Realmente esto es muy incómodo. Pronto noto que las miradas caen sobre mí y me sonrojo, así que lleno mi boca y me concentro en tragar y tragar.
—Sigo pensando que no es necesario —repite Harry con los brazos cruzados y la expresión de un niño molesto y mañoso.
—Madura, Harold.
—Cállate hombre semilla.
Edward deja de comer y le dirige una mala mirada, corre la vista hacia su padre y decide dejarlo pasar esta vez. Vaya, enserio que lo respeta.
—Harry me gustaría que los acompañaras —dice Des esta vez más serio —Vamos, seria genial que en vez de un paseo salgan a tomar algo ¿Qué les parece?
—Suena genial —habla Edward y le echa una mirada a su esposa.
Olivia y yo nos miramos de reojo y negamos la cabeza al mismo tiempo.
—Creo que con dar un paseo es suficiente. Mañana tenemos que madrugar —Olivia se nota un tanto nerviosa en su tono de voz.
—Oh, si es el caso, entonces olviden lo que dije —Des sonríe y finalmente vuelve a su comida.
La charla queda suspendida y siento el ambiente incomodo rodeándonos. Es inevitable si Des no esta hablando, todos se ponen rígidos y tensos como para sacar alguno conversación. Yo solo espero que la noche pase rápido.



—¡Sorpresa! —gritan todos una vez que Harry y Edward pasan hacia el patio trasero de la casa de Josh.
Estos se muestran sorprendidos y de inmediato miran de un lugar a otro, como si estuvieran reconociendo a quienes estuvieran allí y rápidamente sonríen en grande. Las personas comienzan a acercarse a ellos para saludarlos y ambos los reciben con gran alegría por volverlos a ver.
Después de la cena, salimos a caminar los cuatro en un incómodo silencio, Olivia iba a mi lado e íbamos adelante, dejando a los hermanos atrás y hablando con susurros entre nosotras para ubicar bien la casa de Josh. Finalmente la encontramos a la segunda vuelta al vecindario, logramos convencer a los chicos de seguir caminando cuando habían protestado para volver a la casa. Pasamos frente a la casa de Josh, tomando una nueva ruta. Había música alta que provenía de allí y ambos se miraron por un solo segundo, por un momento pensé que había perdido una importante conversación porque ambos se palmearon la espalda y nos dijeron que los siguiéramos. Y aquí estamos.
—Vamos por los bocadillos, Carter. Esto va para rato —dice Olivia y asiento a la vez que la sigo hacia la mesa que esta apartada en una esquina.
Tomo unas frituras y comienzo a devorarlas, Olivia se sirve ponche y lo toma, pero se atraganta en un segundo y le sobo la espalda para que deje de toser.
—Tiene alcohol, demasiado —comenta y se limpia la boca con una servilleta de papel.
—No creo que haya algo que no tenga alcohol —señalo la barra libre que está vacía porque aún siguen con los gemelos.
—Quiero irme.
—Yo también.


La fiesta parece ir bien para todos, incluso para mí, la barra libre tenia tragos que ni siquiera había probado antes en mi vida y me he pedido dos de cada uno, ósea, tengo más de diez tragos.
Definitivamente me adueñe de la mesa donde estoy sentada. Olivia se sentó conmigo y está bebiendo tranquilamente. No sé por qué, pero no puedo tomar sanamente sin que quiera más. Creo que si sigue así esto me llevara a alcohólicos anónimos, después de esto no habrá alcohol en un buen tiempo.
Edward está jugando al pool con unos amigos mientras toman cerveza y se ríen. ¿Quién iba a decir que tendrían uno así afuera? Por otro lado, Harry esta con Poppy y Shawn sentados en unos sillones que se encuentran afuera, rodeado de chicos y de chicas que parecen salir de una revista de Seventeen.
—Me siento como si fuese invisible —opina Olivia observando a su alrededor. Enserio que nadie nos presta atención.
—Creo que mi autoestima caerá —suelto una risita y le doy un sorbo a mi trajo desde la pajita.
Olivia echa una mirada hacia mi dirección con las cejas en alto y una sonrisa burlona.
—¿Ya estas borracha, Carter?
—Creo que me falta un poquitito así— le hago el gesto con los dedos y no tarda en soltar una carcajada que sin dudas lo acompaño. Pronto me doy cuenta de algo cuando desvió mis ojos hacia Styles y me hago la loca para que no sospechen—Ey, no miras hacia Harry, pero creo que Shawn te está mirando.
—¿Ah? —murmura Olivia desconcertada.
—¡No mires! —le regaño cuando noto que está por hacerlo. Sus ojos se quedan en mí y se muestran curiosos y sorprendidos.
—¿Shawn me está mirando?
—Sip, lo note mirándote.
—Estás ebria, Carter. No esta— oh, esta mirándome —Olivia se sonroja cuando voltea a mirarlo y Shawn le guiña el ojo. De inmediato sus ojos viajan a la mesa y le da un trago fuerte a su bebida. Yo sigo bebiendo de mi pajita.
—Creo que quiere ligar contigo.
—Seria estúpido hacerlo.
—¿Por qué?
Olivia esta por decirlo, pero vacila y finalmente se queda callada. Yo me encojo de hombros, no entiendo porque alguien no podría gustar de ella. Como Edward.
Oh malvado alcohol haciéndome tener estos pensamientos.
El silencio en el que nos envolvemos no dura mucho porque de repente aparece Poppy y Alexis con varias copas de más y ambas abrazadas por la cintura de la otra.
—¡Carter, Oliva! —exclama Poppy.
—Olivia —le corrige.
—Upss, lo siento —y suelta una carcajada como de hiena. Olivia la mira sin entender de que realmente se ríe. Yo solo sigo bebiendo de mi bebida con la pajita mientras pienso que ella no es tan linda como pensaba.
—Queremos agradecerles por haber traído a los chicos ¡Son geniales! —chilla Alexis y nos brinda una cálida sonrisa. Olivia y yo le sonreímos y le decimos que no hay de que —¿Qué tal la están pasando? —se apresura a preguntar.
—Genial —miente Olivia, porque se bien que está mintiendo.
Poppy toma uno de mis tragos y le echo una mala mirada que logra captar. Olivia y Alexis también lo hacen y por un momento las cuatro nos quedamos calladas, yo aún miro mal a Poppy por robar mi trago y me hace una pequeña sonrisa de disculpas que realmente no parece ser real. Finalmente, Olivia me da un codazo logrando que quite mi mala cara.
—Ehh, bueno... disfruten —Alexis se despide, pero Poppy reacciona y me mira con pura superioridad. Ya la odio.
Las chicas se retiran y me encuentro preguntándome porque hice algo tan inmaduro como aquello. Tengo demasiado para tomar y actué tan infantil cuando solo tomo una de mis copas.
Doy un trago en seco a uno de mis vasos antes que comience a hacer un poso en el suelo para hundirme en él.
—¿Sucede algo, Carter? —Pregunta Olivia —Jamás vi esa expresión en tu cara.
—Es el alcohol —espeto y tomo un gran trago.
—Creo que será mejor que dejes de beber. —alarga su mano para quitarme el vaso, pero muevo mi brazo para alejarlo de ella y pongo un puchero en mis labios.
—No sea así, por fis.
Mi compañera esta por replicar con un tono muy regañón (seguramente), sin embargo una muchacha aparece pronto delante de nosotras.
—Disculpen, ¿puedo sentarme con ustedes?
—Eh... ¿sí?
Ella sonríe y se apresura a sentarse delante de nosotras. Se llama Dianne y parece una muñeca de porcelana; facciones dulces y suaves, cabello largo y rubio con bucles en las puntas, posee unos ojos grandes y azules. Lleva puesto un vestido color azul que se ajusta en el pecho y la falda es suelta. Parece una maldita princesa y yo me siento una pordiosera a su lado.
—Entonces, ¿eres amiga de los gemelos? —pregunto luego de su presentación y la nuestra.
—Oh, bueno... —se sonroja levemente y suelta una pequeña risita —Puede decirse que hay una... relación con uno de ellos.
Es Harry. Lo sé. Olivia me mueve los labios para darme la misma respuesta.
—Es Edward.
No hay palabras para describir la cara que tengo, ni siquiera estoy mirando a Olivia para ver que expresión tiene ella, a ver si es parecida a la mía. No dejo de mirar a la tal Dianne sonrojada y con los ojos brillando de felicidad y esperanza. ¿Que ella es la novia de Edward? Pero siempre escuche decir que él no tenía novia desde hace un buen tiempo. ¿O acaso la mantenía oculta? ¿Con que fin? ¿Y qué pasa con Olivia? Pensé que ella le gustaba. ¿Entonces así es como le gustan las chicas a Edward? ¿Tan femeninas y lindas?
—Hace mucho tiempo estamos enamorados, pero por varias cosas que sucedieron hemos estado separados —dice con tristeza en su voz, se nota que paso un momento difícil, pero aún se me es imposible creer que Edward tenía una novia oculta todo este tiempo. Dianne levanta la cabeza y sonríe en grande —Por suerte, pudimos resolver nuestros problemas y estamos juntos. ¿Acaso no es precioso el amor?
Olivia murmura que sí, que es precioso, aunque su voz indique lo contrario. Yo solo le doy otro buen trago a mi bebida sin saber si echarme a llorar o tirarme del techo de la casa.
—¿Están bien? —inquiere Dianne mirándonos a ambas detenidamente.
Me recompongo al instante y le echo una sonrisa falsa, la cual espero que no se note. Olivia pronto me imita, pero esto no logra convencer a Dianne.
—¿Tu que eres de Edward? —pregunta sonriendo, pero su sonrisa es aún más falsa que la mía y se la ve algo tensa.
—Su cuñada —contesto de manera automática y me veo sorprendida por ello. ¿Qué carajos?
—Oh —asiente rápido y quita sus ojos de mi para esta vez mirar a mi compañera, esta se remueve en su asiento nerviosa y evita mirarla a los ojos —¿Y tú? ¿Qué eres de Edward?
Olivia me mira, como si me preguntara que debía decirle. Encojo de hombros de inmediato sin saber que decirle. Ósea, si es la novia de Eddie entonces debe saber sobre el matrimonio en la uni, ¿verdad?
—Ahmmm... bueno... —balbucea Olivia —Soy su esposa.
Dianne la mira sin cambiar la expresión, aun manteniendo en esa sonrisita falsa que parece tensarse mientras pasan los segundos. No sé por qué tengo un mal presentimiento de esto.
—¿Su esposa? —dice tétrica y frunzo el ceño ante la mirada psicópata que se ha formado. Suelta otra de sus risitas tontas, ahora ya no parece una princesa —¿Estás diciendo que mi Edward hermoso se casó contigo?
—Oh, bueno, veras... en la universidad...
—¡Estas mintiendo, estas mintiendo! —chilla levantándose de golpe de la mesa.
Yo me pego un susto de muerte al ver su rostro distorsionado. Noto que pocas personas se han dado cuenta del grito por lo alto que esta la música, pero pronto vuelven a sus cosas. Joder. ¿Qué es que nadie se está dando cuenta que al parecer Olivia va a ser despellejada?
—Yo... —la castaña se muestra más que nerviosa, la tipa de verdad da miedo.
—¡¿Cómo poca cosa como tu podría estar con mi Eddie?!
—Verás, lo que sucede es que...
—¡Edward es mío! ¡Mío, mío, mío!
Dianne tira con brusquedad todos mis brazos hacia el suelo, Olivia y yo nos levantamos de inmediato tirando nuestras sillas atrás porque el líquido alcanzo nuestras prendas. La gente está notando lo que sucede, incluso Poppy y Alexis se dieron cuenta; la última intenta acercarse, pero Poppy la detiene y me envía una sonrisa burlona. Perra.
—E-está bien, tranquila —dice Olivia tratando de razonar. Por otro lado, yo me siento lo bastante ebria y enojada con Poppy y esta idiota que me tiro mis bebidas.
—¡Él no te ama! ¡Me ama solo a mí! ¡Edward y yo construiremos una familia y seremos muy felices!
Tapo mi boca con las manos ante los gritos de la loca. ¡Esta desquiciada! ¿Enserio a Edward le gustan las chicas así?
—Y-yo... —tartamudea Olivia. Decido que es hora de intervenir antes que se arme un alboroto.
—Oye, estas exagerando. Déjanos...
—¡Cállate! —La tipa se me acerca y me empuja haciéndome caer de cola al piso. Se voltea hacia Olivia con los ojos bien abiertos y súper enojada —¡Voy a matarte para que jamás te acerques a un hombre comprometido, zorra!
Dianne toma el pelo de Olivia y comienza a tirar de ellos de un lado a otro, esta trata de tomarla de las muñecas para apartarla mientras le grite que la suelte o le dará una tunda. La gente está dándose cuenta que de lo que sucede, pero tampoco puedo esperar a que Harry o Edward lo noten, por lo que me pongo de pie y salto arriba de Dianne para tomarla de su precioso cabello y comenzar a tirar de él. La loca suelta a Olivia y se balancea pero finalmente queda de pie y acariciando su cuero cabelludo mientras murmura maldiciones en contra de la rubia y de Edward.
Sigo batallando con Dianne hasta que la muy desgraciada clava sus uñas de gato sobre mi rostro y rasga mi cuello. La suelto a la vez que coloco una mano sobre la zona herida y noto que me ha hecho un buen corte y que empieza a salir sangre.
—¡Voy a matarte a ti también! ¡Nadie va a quitarme a mi Edward! ¡Nadie! —grita histérica y enfurecida.
La chica salta nuevamente sobre mí y esta vez soy más rápida para hacerle un bloqueo y darle un puñetazo en la cara, dejándola inconsciente en el césped de la casa de Josh. Ja, soy cinta negra en taekwondo, jamás podría ganarme.
—¡Carter! ¡¿Que se supone que haces?! —grita Harry en mi dirección y en ese momento me doy cuenta que todos están mirando hacia a mí.
Abro la boca para hablar en mi defensa y la cierro de inmediato. No sé qué decir.