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Perdidos en una isla [Novela Colectiva]
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Página 3 de 7. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
Re: Perdidos en una isla [Novela Colectiva]
No me convenció tanto,pero gracias Corazón :ilusion: esperando impaciente el siguiente capfylain escribió:Me encantó el cap linda!! *w*
Oh dios, que ganas de que me toque!! Jajaja
Estaré esperando el siguiente!!
Nefté
Re: Perdidos en una isla [Novela Colectiva]
*Aplausos* Me gusto mucho el capppppp! OMG, me toca, ¡Comenzaré a escribir el cap!!!!
Lero1313
Re: Perdidos en una isla [Novela Colectiva]
Jja! gracias Corazón,sí,te tocaLero1313 escribió:*Aplausos* Me gusto mucho el capppppp! OMG, me toca, ¡Comenzaré a escribir el cap!!!!
Nefté
Re: Perdidos en una isla [Novela Colectiva]
Capitulo: 4.
Verónica Veitenheimer
-Ah, ¿Por qué tenemos que ir a ese estúpido crucero?- pregunté aburrida, no tenía ganas de ir-
-Porque ganamos el concurso- me aclaró por décima vez Ana-
-Pero Ana…- me quejé niña pequeña- No quiero ir, seguro va a haber mucha gente… y tu sabes que no me gusta estar rodeada de personas-
-Vamos Verónica, va a ser divertido, te lo aseguro- me dijo cariñosa-
-¿Me lo prometes?-
-Te lo prometo, ahora vamos que se nos hace tarde- dijo y ambas tomamos nuestras maletas y nos buscamos un taxi que nos llevara al puerto. A los pocos minutos llegamos-
Ya estábamos en el barco, wow, que rápido ¿no?
-Mira, un grupo de chicas- me dijo ansiosa- Vayamos a saludarlas-
-…¿Y si no les agradamos?- dije dudosa-
-Es cierto, puede que no te soporten…- dijo pensativa, yo le golpeé levemente el hombro en respuesta a su “broma”-
-Ok, ok, vamos- dije sonriendo-
Nos acercamos a esas chicas y las saludamos si recuerdo bien sus nombres eran… Jane, Ginger, Alba, Amy, Rawie y Bárbara. Después las chicas, Ana y yo nos dirigimos a donde estaban otras dos chicas que parecían agradables-
-¡Hola!-dijimos todas al mismo tiempo
-Soy la única que piensa que esto es raro- Nos dijo una de las dos chicas, nosotras nos miramos entre todas y nos encogimos de hombros
-Soy Jane-
-Soy Verónica-Dije apoyándome de la barandilla, tenía ganas de ver el mar-
-Soy Ginger- en ese momento dejé de prestarle atención a la conversación allí detrás-
-¡Esto es no tengo ni idea de un nombre!- En ese momento volví al mundo real, las dos chicas habían hablado a la vez ¿de qué me perdí? Pensé-
-Me llamo Katherine, me pueden decir Kat-
-Y yo Bárbara- Dijo la chica que habló de primera-
-Anda te llamas igual que ella- Dijo Jane señalando a la primera chica que había dicho que se llamaba Bárbara
-¿Cómo las diferenciamos?- Pregunto Ginger.
-Bueno, a mi me pueden decir Baby y a ella –Dijo antes de hacer una pausa para que la otra Bárbara siguiera-
-A mi Ever o Barby- Dijo ella encogiendose de hombros.
-Mejor Ever, porque Barby y Baby tambien son muy parecidos a la hora de pronunciarlos.- Dijo Rawie razonable-
-Muy bien- Dijimos al unísono, ¿raro? Si, luego de eso todas reimos-
-¿Chicas oyeron eso?- Dijo Baby un poco preocupada
-¿El que?- Pregunto Ana confundida
-No sé pero parece que se aproxima una tormenta- Dijo otra vez Baby-
-No, será un tormenta muy pequeña, vamos a quedarnos aquí - Dijo Amy, todas nos quedamos allí fuera por un rato, pero luego fuimos entrando poco a poco al comedor del barco
El barco comenzó a tambalearse y yo ya me estaba poniendo nerviosa, me senté en un ricón del lugar y abracé mis rodillas susurrando “Tranquila, no pasa nada” repetidas veces. Mientras tanto las demás estaban pegadas a las ventanas del comedor, así que me dirigí ya más calmada hacia donde ellas estaban, pero en el camino tropecé y caí, luego me volví a levantar, pero el barco se tambaleaba más y más fuerte, y estaba luchando por mantenerme de pie-
Luego busqué con mi vista a Ana, la localicé, estaba tirada en el suelo, así que decidí ir a ayudarla, pero cuando doy el primer paso, me resbalo y mi cabeza se golpea con una de las mesas de allí, entonces, mi vista comenzó a nublarse hasta quedar todo en negro, esos fueron mis últimos recuerdos en aquel maldito crucero…
Me desperté por culpa de una ola que chocó contra mi cara, estaba tirada en la arena ¿A-arena? ¿estaba en una isla acaso? ¿Qué es todo esto?, mi mente estaba llenas de preguntas, cuando intento levantarme siento un fuerte dolor en la parte trasera de mi cabeza, la toqué y al ver mi mano estaba llena de sangre… oh mierda-
-¡ANA!- Grité con todas mis fuerzas- ¡ANA! ¿Dónde estás?- me comenzaba a asustar, ¿Y si había muerto?, ante este pensamiento, mis ojos comenzaron a cristalizarse, no, no iba a llorar, como dicen, la esperanza es lo último que se pierde ¿no?-
-Hola…- escuché una voz no muy lejos de mi-
-¡Hola! ¿Ana? ¿Eres tú?- dije desesperada, buscando por todos lados de donde provenía esa voz-
-¿Dónde estás?- preguntó la misma voz, pero, esta vez la escuché mejor, no era de Ana, era una voz masculina-
-¡Aquí estoy! ¡Aquí, Aquí, aquí, aquí!- dije ansiosa, por lo menos había alguien-
-Hola…- dijo esta vez detrás de mi la misma voz, me di vuelta para encontrarme con unos ojos color miel-
-Hola…- dije nerviosa- ¿C-como te llamas?-
-Liam, Liam Payne, ¿Y tú?- dijo igual de nervioso que yo-
-Verónica Veitenheimer- luego reaccioné- ¿Y haz visto a alguien más?- pregunte con la esperanza de que Ana estuviera con ellos-
-Bueno, si, con unos amigos y una chica-
-¿Podemos ir con ellos?- dije tomándolo de los hombros, raro, ese chico se había ruborizado-
-Cla-claro- dijo nervioso, otra vez-
Liam me adentró a una selva que estaba no muy lejos de donde había despertado, al llegar solo habían dos chicos-
-Chicos, ella es Verónica, la encontré en la orilla de la playa- le dijo a los dos chicos, yo simplemente los saludé con la mano-
-Me llamo Zayn y él es Louis- dijo un moreno señalando a un chico de ojos azules-
-Un… gusto chicos…- en eso escucho unos ruidos provenientes de unas ramas seguido de una voz-
-Oigan, chicos, no he encontrado a mi amiga por ningún lado, por favor necesito que me ayu...- bajó la voz al verme- OH POR DIOS VERONICA ¿DÓNDE ESTABAS?- Dijo abrazándome-
-Ana, ¿dónde estabas tú?- le devolví la pregunta-
-Eso no importa, estaba muy preocupada por ti… ¿Qué es lo que hay en tu mano? ¿Sangre?- dijo confundida y preocupada-
-Am bueno… es que en el barco iba a ir a ayudarte y me golpeé la cabeza con una mesa o algo así- dije sin importancia-
Los chicos y yo comenzamos a hacer una especie de refugio, no queríamos que la tormenta nos tomara por sorpresa esta vez…
- Abremeeeeeeeeeeeeeeeeeee:
Lero1313
Re: Perdidos en una isla [Novela Colectiva]
¡Tu capítulo fue Genial! te encontraste a Malik y a Tommo! Esperando capítulo siguiente :-w-:
Nefté
Re: Perdidos en una isla [Novela Colectiva]
Chicas amé sus caps. Me ausento un dia y tengo una revolución aquí jaja bueno eso que estuvieron hermosos síganla :)
EsmeraldaReina
Re: Perdidos en una isla [Novela Colectiva]
¡Gracias Esme!EsmeraldaReina escribió:Chicas amé sus caps. Me ausento un dia y tengo una revolución aquí jaja bueno eso que estuvieron hermosos síganla :)
Nefté
Re: Perdidos en una isla [Novela Colectiva]
Holaaa!!! Soy Alba (Fylain), me han censurado la cuenta hasta el dia 27 u.u
Te quedó muy bien el cap!! Estaré esperando el siguiente!!
Te quedó muy bien el cap!! Estaré esperando el siguiente!!
Alba's carrot
Re: Perdidos en una isla [Novela Colectiva]
AHbasjd, ¡qué lindos capítulos! Yo ya me pongo a escribir y lo subo esta tarde c:
rutherford.
Re: Perdidos en una isla [Novela Colectiva]
Capitulo: 5
Anne Everdeen.
«―¿Dónde estás? ―Gritaba internamente―¿A dónde has ido?» Alcé mi vista y el mar reinaba todo el lugar, la arena se metía entre mis dedos y yo no podía hacer nada. Verónica no estaba por ningún lado y tan sólo pensar que no estaría más conmigo me llenaba de incertidumbre. Más sin embargo mi posición tampoco era buena. ¡No sabía a dónde ir! Ni siquiera sabía dónde estaba. Comencé a gritar y llorar desconsoladamente mientras corría quién sabe a qué parte.
«―Pero, ¿en dónde estoy yo?» Miré a todos lados y solo ramas y palmeras hacían su camino hacia el fondo de la selva. ¿Qué estaba pasando?
Sentí que mis pies no podían correr más y lentamente se hacían de plomo. No los podía alzar, ni siquiera mover un dedo. El cansancio me ganaba y éste arremetía contra derrumbarme en el suelo y no dejar que me levantase. Mi mente daba vueltas mientras sudor helado corría por mi frente. La sed me consumía. Era espeluznante.
―¡Ana! Levántate perezosa, es un día muy, muy, muy importante. ―Escuché un grito en la habitación. Para mi suerte era únicamente un sueño. Una pesadilla, diría yo.
―¡Verónica! Oh… Acércate y dame un abrazo. ―Dije mientras la veía caminar en diferentes direcciones agarrando alguna cosa, dejando otra y metiendo más a su maleta.
―¿Qué ha pasado?
―Oh, nada. Sólo abrázame. ―Ella hizo caso, se acercó y unió sus brazos a los míos. ―Soñé que no te encontraba. Que estábamos en una isla o algo parecido y que… no podía hacer nada.
―¡Ya lo ves! Tu mente te reprime acerca de eso. ¿Por qué tenemos que ir a ese estúpido crucero?
Suspiré lentamente y me levanté. A continuación dije: ―Porque lo ganamos. No vamos a perder esta oportunidad así como así, ¿no? ―Me vestí en un tiempo récord. Las maletas las había dejado hechas la noche anterior. Pero a Verónica de seguro le faltaba algo. Aún así terminó a tiempo. No me daría una ducha, ¡qué pereza! Lo haría en el crucero. Ahí tienen todo eso, ¿verdad?
―Pero Ana…―Dijo mientras salíamos a la calle. ―No quiero ir, seguro va a haber mucha gente… y tú sabes que no me gusta estar rodeada de personas.
―Vamos Verónica. Va a ser divertido, te lo aseguro. ―Agregué mientras le sonreía cariñosamente.
―¿Me lo prometes?
―Te lo prometo. Ahora vamos que se nos hace tarde. ―Agarramos un taxi, le dimos la dirección y éste salió disparado por la avenida del hotel en el que nos hospedábamos.
Al parecer no había sido mucho la distancia entre el puerto y el hotel. Fue realmente rápido y no nos costó mucho. Lo cual era bueno porque podríamos ahorrar ese dinero y gastarlo en algo más productivo.
Una vez en el barco y con todas nuestras cosas acomodadas en cada uno de los camarotes respectivos, divisé un grupo de chicas y quería que nos acercásemos a ellas pero… nunca fue mi fuerte hacer amistades. No creía que fuese posible. En cualquier caso, ¿y si no les agradábamos? ¿Y si terminábamos con la dignidad por el suelo? Pero, ¿qué es lo que podríamos perder? De cualquier manera Vero y yo superaríamos hasta la más horrible situación. Sí… A veces yo podría ser muy, ¿lanzada? Pero siempre mis dudas salían a flote.
Al final de todo sí logramos hacernos un poco más cercanas a ellas: Ginger, Alba, Jane, Amy, Bárbara o Baby, Rawie, Kat y Ever; muchos nombres en un solo día.
Después de discutir un rato acerca de cómo diferenciar a las dos Bárbaras, Baby dijo:―Chicas, ¿oyeron eso? ―Comentó con un notable tono de preocupación en su voz.
―¿El qué? ―Pregunté. Aunque la respuesta se escuchó en el cielo. Las nubes grises se apoderaban del azul que nos cubría. Los rayos sonaban fuertemente entre ellas y pequeños destellos de luz se despedían.
―No sé. Pero parece que se aproxima una tormenta. ―Agregó Baby otra vez.
―No. Será una tormenta muy pequeña. Vamos a quedarnos aquí. ―Lo que dijo Amy acerca de “tormenta pequeña” no me convencía mucho. Y me ponía nerviosa, más aún cuando, quizás, mi sueño tenga algo de relación con lo que mi mente ya estaba formulando. Sólo esperaba que no sea posible.
En todo caso nada sirvió. El barco comenzó a tambalearse haciendo que me maree cada vez más. Tenía la mínima ilusión de que esto parara pero en vez de hacerlo, incrementó su fuerza, mientras las olas golpeaban fuertemente las bases del barco y lo sacudía como si fuese de papel. La tormenta se hizo presente y ésta no ayudaba en lo absoluto. Cada vez fui perdiendo más control y prontamente caería. Pero no veía a Vero por ningún lado.
Yo no quería morir. Era demasiado joven y no había disfrutado completamente de la vida, por lo cual, la idea del crucero me pareció encantadora para despejarme un poco de todas las cosas cotidianas que me agobiaban. Fue una mala idea y justo, en este instante, recordaba las palabras de Vero: «―¿Por qué tenemos que ir a ese estúpido crucero?» Pensar que si, quizás, le hubiese hecho caso ahora estaríamos en alguna tienda de ropa gastando el dinero. Pero no. Ya pasó y ahora tendría que morir ahogada, o quién sabe, convertirme en sirena. La idea me hizo reír.
Caí y el suelo me mecía fuertemente. Mi vista estaba nublada y mis oídos no respondían correctamente a lo que escuchaba; Aturdida. Ésa era la palabra que me describía. Hacía todo lo posible por levantarme, pero, una vez más fracasé.
Las puertas, una por una, comenzaron a desprenderse. El agua había subido hasta tal punto de llegar a inundar las compuertas inferiores. O así decían los tripulantes. Si pasaba más tiempo muy pronto llenaría todo el barco, ¿y qué sería de nosotras?
El agua comenzó a encarrilarme hasta llegar al mar. No tenía fuerza. Sentía como si un tractor hubiese pasado encima de mí. Flotaba, pero ésta estaba fría. Realmente fría. Lo que hizo que reaccionara al instante. Además, el líquido estimuló un poco mis músculos y apenas pude ponerme en posición de nadar. Aunque no podía hacerlo.
Me moví menos de un metro, pero sentía como si hubiese sido un kilómetro. Mi mente se centró en otra cosa: ¡Verónica! ¿Dónde estaba? ¿Qué sería de ella? ¿A dónde fue? ¿Estará bien? ¿Seguirá con vida? Mis dientes temblaban y se golpeaban entre ellos mientras trataba de gritar algo. El agua comenzó a abrirse paso hasta mi organismo. Había bebido mucha. Y estaba a punto de quedar inconsciente. Era de esperarse que eso pasara. Me dejé llevar, y que, de una vez por todas, acabara.
El sonido de las olas retumbando contra las piedras hizo que me despertara. Abrí los ojos, pero la luz me cegó por un instante. Una vez más lo intenté y lentamente comencé a levantarme. El mareo se hizo presente, sin embargo lo superé.
Y cómo en mi sueño estaba en una isla desierta. Sin nada o sin nadie.
―¿Hola? ―Dije al vacío sabiendo que nadie respondería. ―¿Hola? ―Repetí nuevamente. El pánico se estaba apoderando de mí y muy pronto comenzaría a gritar. ―¿Hay alguien? ¡Alguien! ―Las lágrimas rondaron por mi rostro y sabía que todo estaba perdido. ―¡Ayuda! ¡Ayuda!
Las ramas comenzaron a presentar movimiento y me di cuenta de que alguien venía. Aún así tenía miedo de que fuese un animal. Pero la calma llegó a mi cuando un chico salió.
―Hola…―Dijo inseguro. ―¿Tú también? ―Agregó mientras se refería a lo que… bueno, habíamos naufragado. Asentí.
―Disculpa, ¿has visto a una chica con el cabello castaño y ojos cafés? ―Pregunté refiriéndome a Verónica y resumiendo sus descripciones por las más representativas.
―Lo siento, pero no…―Respondió haciendo una insinuación para que le diga mi nombre.
―Ana Everdeen. ¿Tú? ¿Cómo te llamas?
―Louis Tomlinson. ¿Quieres venir? Con mis amigos estamos planeando hacer un refugio, no sé si te nos quieras unir. Necesitamos el lado femenino. ―Rió y ahí es cuando me di cuenta de que Louis es poseedor de una de las sonrisa más hermosas que haya visto en todo el mundo.
―Claro. Únicamente si crees que soy útil y que no seré una carga más.
―Estoy seguro de que serás de gran ayuda, preciosa. ―Dijo mientras camina hacia mí y me daba un abrazo. ¿A qué venía todo esto? Le correspondí el abrazo. ―¿Vamos?
Comenzamos a adentrarnos un poco más a la selva. Y Louis me presentó a los demás chicos que, hasta entonces, había encontrado; Zayn y Liam.
Liam y yo nos dispusimos a encontrar a Verónica mientras Louis y Zayn conseguían ramas y hojas para el refugio.
Caminé mucho tratando de no alejarme considerablemente pero, aún así, no veía por ningún lado a Verónica. Oh, mi Verónica… Las dos somos inseparables.
Regresé pensando que todo estaba más que perdido y lo único que tenía como deber era sobrevivir y esperar a que vengan a rescatarnos. Liam había llegado antes.
―Chicos, no he encontrado a mi amiga por ningún lado. Por favor, necesito que me ayuden a…―Y entonces la vi. ―¡Oh por Dios! Verónica, ¿dónde estabas? ―Corrí hacia ella y a la abracé fuertemente, aferrándome a Vero como si fuese un torno.
Verónica tenía una herida en su cabeza y me explicó el porqué. Quería curarla, más sin embargo no sabía cómo. Ella agregó que estaba bien, así que, ¿qué podía hacer? Entre los cinco nos dispusimos a hacer el refugio y un grito exorbitante se escuchó desde lo lejos.
«―Pero, ¿en dónde estoy yo?» Miré a todos lados y solo ramas y palmeras hacían su camino hacia el fondo de la selva. ¿Qué estaba pasando?
Sentí que mis pies no podían correr más y lentamente se hacían de plomo. No los podía alzar, ni siquiera mover un dedo. El cansancio me ganaba y éste arremetía contra derrumbarme en el suelo y no dejar que me levantase. Mi mente daba vueltas mientras sudor helado corría por mi frente. La sed me consumía. Era espeluznante.
―¡Ana! Levántate perezosa, es un día muy, muy, muy importante. ―Escuché un grito en la habitación. Para mi suerte era únicamente un sueño. Una pesadilla, diría yo.
―¡Verónica! Oh… Acércate y dame un abrazo. ―Dije mientras la veía caminar en diferentes direcciones agarrando alguna cosa, dejando otra y metiendo más a su maleta.
―¿Qué ha pasado?
―Oh, nada. Sólo abrázame. ―Ella hizo caso, se acercó y unió sus brazos a los míos. ―Soñé que no te encontraba. Que estábamos en una isla o algo parecido y que… no podía hacer nada.
―¡Ya lo ves! Tu mente te reprime acerca de eso. ¿Por qué tenemos que ir a ese estúpido crucero?
Suspiré lentamente y me levanté. A continuación dije: ―Porque lo ganamos. No vamos a perder esta oportunidad así como así, ¿no? ―Me vestí en un tiempo récord. Las maletas las había dejado hechas la noche anterior. Pero a Verónica de seguro le faltaba algo. Aún así terminó a tiempo. No me daría una ducha, ¡qué pereza! Lo haría en el crucero. Ahí tienen todo eso, ¿verdad?
―Pero Ana…―Dijo mientras salíamos a la calle. ―No quiero ir, seguro va a haber mucha gente… y tú sabes que no me gusta estar rodeada de personas.
―Vamos Verónica. Va a ser divertido, te lo aseguro. ―Agregué mientras le sonreía cariñosamente.
―¿Me lo prometes?
―Te lo prometo. Ahora vamos que se nos hace tarde. ―Agarramos un taxi, le dimos la dirección y éste salió disparado por la avenida del hotel en el que nos hospedábamos.
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Al parecer no había sido mucho la distancia entre el puerto y el hotel. Fue realmente rápido y no nos costó mucho. Lo cual era bueno porque podríamos ahorrar ese dinero y gastarlo en algo más productivo.
Una vez en el barco y con todas nuestras cosas acomodadas en cada uno de los camarotes respectivos, divisé un grupo de chicas y quería que nos acercásemos a ellas pero… nunca fue mi fuerte hacer amistades. No creía que fuese posible. En cualquier caso, ¿y si no les agradábamos? ¿Y si terminábamos con la dignidad por el suelo? Pero, ¿qué es lo que podríamos perder? De cualquier manera Vero y yo superaríamos hasta la más horrible situación. Sí… A veces yo podría ser muy, ¿lanzada? Pero siempre mis dudas salían a flote.
Al final de todo sí logramos hacernos un poco más cercanas a ellas: Ginger, Alba, Jane, Amy, Bárbara o Baby, Rawie, Kat y Ever; muchos nombres en un solo día.
Después de discutir un rato acerca de cómo diferenciar a las dos Bárbaras, Baby dijo:―Chicas, ¿oyeron eso? ―Comentó con un notable tono de preocupación en su voz.
―¿El qué? ―Pregunté. Aunque la respuesta se escuchó en el cielo. Las nubes grises se apoderaban del azul que nos cubría. Los rayos sonaban fuertemente entre ellas y pequeños destellos de luz se despedían.
―No sé. Pero parece que se aproxima una tormenta. ―Agregó Baby otra vez.
―No. Será una tormenta muy pequeña. Vamos a quedarnos aquí. ―Lo que dijo Amy acerca de “tormenta pequeña” no me convencía mucho. Y me ponía nerviosa, más aún cuando, quizás, mi sueño tenga algo de relación con lo que mi mente ya estaba formulando. Sólo esperaba que no sea posible.
En todo caso nada sirvió. El barco comenzó a tambalearse haciendo que me maree cada vez más. Tenía la mínima ilusión de que esto parara pero en vez de hacerlo, incrementó su fuerza, mientras las olas golpeaban fuertemente las bases del barco y lo sacudía como si fuese de papel. La tormenta se hizo presente y ésta no ayudaba en lo absoluto. Cada vez fui perdiendo más control y prontamente caería. Pero no veía a Vero por ningún lado.
Yo no quería morir. Era demasiado joven y no había disfrutado completamente de la vida, por lo cual, la idea del crucero me pareció encantadora para despejarme un poco de todas las cosas cotidianas que me agobiaban. Fue una mala idea y justo, en este instante, recordaba las palabras de Vero: «―¿Por qué tenemos que ir a ese estúpido crucero?» Pensar que si, quizás, le hubiese hecho caso ahora estaríamos en alguna tienda de ropa gastando el dinero. Pero no. Ya pasó y ahora tendría que morir ahogada, o quién sabe, convertirme en sirena. La idea me hizo reír.
Caí y el suelo me mecía fuertemente. Mi vista estaba nublada y mis oídos no respondían correctamente a lo que escuchaba; Aturdida. Ésa era la palabra que me describía. Hacía todo lo posible por levantarme, pero, una vez más fracasé.
Las puertas, una por una, comenzaron a desprenderse. El agua había subido hasta tal punto de llegar a inundar las compuertas inferiores. O así decían los tripulantes. Si pasaba más tiempo muy pronto llenaría todo el barco, ¿y qué sería de nosotras?
El agua comenzó a encarrilarme hasta llegar al mar. No tenía fuerza. Sentía como si un tractor hubiese pasado encima de mí. Flotaba, pero ésta estaba fría. Realmente fría. Lo que hizo que reaccionara al instante. Además, el líquido estimuló un poco mis músculos y apenas pude ponerme en posición de nadar. Aunque no podía hacerlo.
Me moví menos de un metro, pero sentía como si hubiese sido un kilómetro. Mi mente se centró en otra cosa: ¡Verónica! ¿Dónde estaba? ¿Qué sería de ella? ¿A dónde fue? ¿Estará bien? ¿Seguirá con vida? Mis dientes temblaban y se golpeaban entre ellos mientras trataba de gritar algo. El agua comenzó a abrirse paso hasta mi organismo. Había bebido mucha. Y estaba a punto de quedar inconsciente. Era de esperarse que eso pasara. Me dejé llevar, y que, de una vez por todas, acabara.
{***}
El sonido de las olas retumbando contra las piedras hizo que me despertara. Abrí los ojos, pero la luz me cegó por un instante. Una vez más lo intenté y lentamente comencé a levantarme. El mareo se hizo presente, sin embargo lo superé.
Y cómo en mi sueño estaba en una isla desierta. Sin nada o sin nadie.
―¿Hola? ―Dije al vacío sabiendo que nadie respondería. ―¿Hola? ―Repetí nuevamente. El pánico se estaba apoderando de mí y muy pronto comenzaría a gritar. ―¿Hay alguien? ¡Alguien! ―Las lágrimas rondaron por mi rostro y sabía que todo estaba perdido. ―¡Ayuda! ¡Ayuda!
Las ramas comenzaron a presentar movimiento y me di cuenta de que alguien venía. Aún así tenía miedo de que fuese un animal. Pero la calma llegó a mi cuando un chico salió.
―Hola…―Dijo inseguro. ―¿Tú también? ―Agregó mientras se refería a lo que… bueno, habíamos naufragado. Asentí.
―Disculpa, ¿has visto a una chica con el cabello castaño y ojos cafés? ―Pregunté refiriéndome a Verónica y resumiendo sus descripciones por las más representativas.
―Lo siento, pero no…―Respondió haciendo una insinuación para que le diga mi nombre.
―Ana Everdeen. ¿Tú? ¿Cómo te llamas?
―Louis Tomlinson. ¿Quieres venir? Con mis amigos estamos planeando hacer un refugio, no sé si te nos quieras unir. Necesitamos el lado femenino. ―Rió y ahí es cuando me di cuenta de que Louis es poseedor de una de las sonrisa más hermosas que haya visto en todo el mundo.
―Claro. Únicamente si crees que soy útil y que no seré una carga más.
―Estoy seguro de que serás de gran ayuda, preciosa. ―Dijo mientras camina hacia mí y me daba un abrazo. ¿A qué venía todo esto? Le correspondí el abrazo. ―¿Vamos?
Comenzamos a adentrarnos un poco más a la selva. Y Louis me presentó a los demás chicos que, hasta entonces, había encontrado; Zayn y Liam.
Liam y yo nos dispusimos a encontrar a Verónica mientras Louis y Zayn conseguían ramas y hojas para el refugio.
Caminé mucho tratando de no alejarme considerablemente pero, aún así, no veía por ningún lado a Verónica. Oh, mi Verónica… Las dos somos inseparables.
Regresé pensando que todo estaba más que perdido y lo único que tenía como deber era sobrevivir y esperar a que vengan a rescatarnos. Liam había llegado antes.
―Chicos, no he encontrado a mi amiga por ningún lado. Por favor, necesito que me ayuden a…―Y entonces la vi. ―¡Oh por Dios! Verónica, ¿dónde estabas? ―Corrí hacia ella y a la abracé fuertemente, aferrándome a Vero como si fuese un torno.
Verónica tenía una herida en su cabeza y me explicó el porqué. Quería curarla, más sin embargo no sabía cómo. Ella agregó que estaba bien, así que, ¿qué podía hacer? Entre los cinco nos dispusimos a hacer el refugio y un grito exorbitante se escuchó desde lo lejos.
- :
Sigue: Barbiih.
rutherford.
Re: Perdidos en una isla [Novela Colectiva]
Al fin tengo tiempo de comentar :33
La escuela me esta matando :C
Buaaaahh todos los capítulos fueron hermosos y resensuales ;3
El mío va a ser popo :'C
Ya que.
Los ame todos y fueron así de asdfghjklñ
Me di cuenta que no tenía mejor amiga así que si alguien se ofrece(?) no no bueno *se va al rincón*
Okay ya quiero el siguiente capítulo y por dios ya casi me toca :S
Creo que ya fue mucho de mi comentario así que me voy *Paz*
Pero en serio todas ustedes escriben hermoso
wasteland
Re: Perdidos en una isla [Novela Colectiva]
OMFG!! ME ENCANTÓ EL CAP!!
DOS TURNOS MAS Y ME TOCA! JAJA
ESTOY DESEANDO LEER MAS!!
DOS TURNOS MAS Y ME TOCA! JAJA
ESTOY DESEANDO LEER MAS!!
Alba's carrot
Re: Perdidos en una isla [Novela Colectiva]
Oh dios me siento muy mal
No comente ningun cap D:
Me encantaronn!!!! *-*
Yo estoy aca secandome mi cerebrito para empezar a escribir algo
Espero el prximo caapp!!
No comente ningun cap D:
Me encantaronn!!!! *-*
Yo estoy aca secandome mi cerebrito para empezar a escribir algo
Espero el prximo caapp!!
Rawie.
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