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Warm Bodies [Larry Stylinson]
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Página 2 de 3. • 1, 2, 3
Re: Warm Bodies [Larry Stylinson]
¡Holaaaaaaaaa!smileformejai. escribió:New Reader
Holas, asjaskas ya llegue yo e.e ah, a quien le importaba:c
no vi la pelicula de Warm Bodies pero siempre quise verla y que la hayan adaptado a larry me pone re feliz!
soy una grosera de primera y siempre olvido decir mi nombre._.
soy la ana c: pero puedes decirme como quieras bc acepto de todo(?
me encanto.
soy tan inteligente que se que "H" es hazza y que "Z" es zayn ccccccc': <----- nadie puede contra esa logica.
asdfghj
siguela please<3
soy fiel lectora aunque aveces lo olvido por mi cabeza de cacahuate c:
lamento si soy toda molesta, las anas como yo son asi :meh:
besitos.
Si no has visto la película déjame contarte que aunque no tiene taaanto que ver con el libro, vale la pena, es muuy buena.
Omg qué bueno que se entienda quién es quién, creí que sería un problema hehehe.
¡Gracias por tu comentario! Justo ahora la voy a seguir<3.
tomlinsass
Re: Warm Bodies [Larry Stylinson]
Capítulo 2
Empezamos a oler a los Vivos a medida que nos acercamos a un edificio de departamentos dilapidado. El olor no es el perfume de almizcle de sudor y piel, sino la efervescencia de energía de vida, como el aroma penetrante de luminosidad y lavanda. No lo olemos en nuestras narices, nos golpea profundo en nuestro interior, cerca de nuestros cerebros, como el wasabi. Nos juntamos en el edificio y rompemos todo para entrar.
Los encontramos acurrucaos en un pequeño estudio con las ventanas tapiadas. Están peor vestidos que nosotros, envueltos con harapos y trapos muy sucios, y todos ellos necesitan una afeitada enormemente. Z estará cargando con una barba corta por el resto de su Carnosa existencia, pero todos los demás en nuestro grupo están impecablemente afeitados. Es uno de los beneficios de estar Muerto, otra cosa de la que no tenemos que preocuparnos nunca más. Barbas, cabello, uñas del pie… nada más la lucha contra la biología.
Nuestros cuerpos salvajes han sido finalmente domesticados.
Lentos y torpes pero con decidido compromiso, nos lanzamos hacia los Vivos.
Unas explosiones de escopetas llenan el polvoriento aire con pólvora y sangre espesa. Sangre negra salpica las paredes. Perder un brazo, una pierna, una parte del torso, nos es indiferente, lo descartamos. Un problema menor de cosmética. Pero a algunos de nosotros nos disparan en el cerebro y caemos. Aparentemente, aún hay algo de valor en esa marchita esponja gris, porque si la perdemos, somos cadáveres. Los zombis a mi izquierda y derecha dan contra en suelo en ruidos sordos. Pero hay muchos de nosotros. Somos abrumadores. Nos situamos sobre los Vivos y comemos.
El comer no es una tarea placentera. Mastico un brazo de un hombre y lo odio. Odio sus gritos, porque no me gusta el dolor, no me gusta lastimar gente, pero así es el mundo ahora. Esto es lo que hacemos. Por supuesto que si no lo hacemos, como todo, si dejo su cerebro, se levantará y me seguirá de vuelta al aeropuerto, y eso quizás me haga sentir mejor. Lo presentaré a todos, y tal vez pasaremos el rato gruñendo por ahí por un tiempo. Es difícil decir lo que los ‘amigos’ son ahora, pero esto puede estar cerca. Si me contengo, si dejo suficiente…
Pero no lo hago. No puedo. Como siempre voy por la mejor parte, la parte que hace que mi cabeza se encienda como un tubo de luz. Me como el cerebro y por unos treinta segundos tengo recuerdos. Flashes de desfiles, perfume, música… vida. Luego se desvanece, y me levanto y todos nos vamos trastabillando de la ciudad, todavía fríos y grises, pero sintiéndonos un poco mejor. No ‘bien’ exactamente, no ‘felices’, definitivamente no ‘vivos’, sino… un poco menos muertos. Esto es lo mejor que podemos conseguir.
Camino despacio detrás del grupo mientras la ciudad desaparece a nuestras espaldas. Mis pasos suenan un poco más pesados que los de los otros. Cuando me detengo en un bache lleno de agua de lluvia para restregar la sangre espesa de mi cara y ropa, Z se vuelve y me da una palmada en el hombro. Conoce mi aversión por algunas de nuestras rutinas. Él sabe que soy un poco más sensible que la mayoría. Algunas veces me molesta con eso, retuerce mis enredados rulos en dos colitas y dice, ‘Niña. Qué… niña’. Me palmea el hombro y sólo me mira. Su cara ya no es capaz de muchos matices expresivos, pero sé lo que quiere decir. Asiento y seguimos caminando.
No sé por qué tenemos que matar gente. No sé qué es lo que consigue el masticar el cuello de un hombre. Robo lo que él tiene para reemplazar lo que yo no. Él desaparece, y yo permanezco. Es simple pero sin sentido, leyes arbitrarias de algún legislador lunático en el cielo. Pero seguir esas leyes me mantiene de pie, así que las sigo al pie de la letra. Como hasta que dejo de comer, luego como de nuevo.
¿Cómo empezó esto? ¿Cómo nos convertimos en lo que somos? ¿Hubo un virus misterioso? ¿Rayos gamma? ¿Una maldición antigua? ¿O algo incluso más ridículo? Nadie habla mucho de ello. Estamos aquí, y así son las cosas. No nos quejamos. No hacemos preguntas. Solo hacemos lo nuestro.
Hay un abismo entre el mundo y yo. Una separación tan ancha que mis sentimientos no pueden cruzarla. Para cuando mis gritos llegan al otro lado, se han reducido a gemidos.
En las puertas de Desembarco, somos recibidos por una pequeña multitud, que nos mira con ojos hambrientos o con las cuencas de los ojos. Dejamos caer nuestra carga en el piso: dos chicas casi intactas, unas pocas piernas carnosas y un torso desmembrado, todo tibio aún. Llámenlo sobras. Llámenlo comida para llevar. Nuestros compañeros Muertos caen sobre ellos y se alimentan allí mismo como animales. La vida que queda en esas células les evitará morir totalmente, pero los Muertos que no cazan, nunca estarán completamente satisfechos. Como los hombres en el mar, desprovistos de fruta fresca, se marchitarán en sus deficiencias, débiles y perpetuamente vacíos, porque la nueva hambre es un monstruo solitario. De mala gana acepta la carne marrón y la sangre tibia, lo que anhela es la cercanía, esa triste sensación de conexión que se cruza entre sus ojos y los nuestros en esos momentos finales, como un negativo oscuro amor.
Saludo a Z y luego me libro de la multitud. Hace mucho que me he aclimatado a la fetidez penetrante de los Muertos, pero el hedor que se alza desde ellos hoy se siente especialmente fétido. El respirar es opcional, pero necesito un poco de aire.
Deambulo hacia los pasillos y me subo a la banda transportadora. Me paro en la correa y miro girar el escenario a través de la pared de vidrio. No hay mucho qué ver. Las pasarelas se están poniendo verdes, recubiertas de césped y musgo. Los aviones se alinean estáticos en el concreto, como ballenas estancadas, blancas y monumentales. Moby-Dick, conquistada al fin.
Antes, cuando estaba vivo, nunca podría haber hecho esto. Quedarme quieto, mirar al mundo pasar frente a mí, pensando acerca de casi nada. Me acuerdo de esfuerzo. Me acuerdo de objetivos y fechas límites, metas y ambiciones. Me acuerdo de ser decidido; siempre, en todos lados, todo el tiempo. Ahora solo estoy aquí parado en la banda transportadora, listo para el paseo. Llego al final, doy la vuelta y vuelvo al otro lado. El mundo ha sido destilado. Estar muerto es fácil.
Después de unas horas de esto, noto a una mujer en la banda transportadora opuesta. Ella no se tambalea ni gruñe como la mayoría de nosotros; su cabeza sólo cuelga de lado a lado. Me gusta eso de ella, el que no se tambalee ni gruña.
Doy con sus ojos y la miro fijamente a medida que nos acercamos. Por un breve momento estamos lado a lado. Nos subimos otra vez a las bandas. Nos pasamos de nuevo. Hago una mueca y ella me la devuelve. En nuestra tercera pasada, la electricidad del aeropuerto muere y nos detenemos perfectamente alineados.
Resuello un hola y ella responde con un movimiento de su hombro.
Me gusta ella. Me estiro y toco su cabello. Como en mí, su descomposición está en sus primeras etapas. Su piel es pálida y sus ojos están hundidos, pero no tiene ningún hueso u órgano expuesto. Sus iris son de una sombra especial más clara de ese extraño gris peltre que, independientemente del color del que fuesen nuestros ojos antes, todos los Muertos compartimos. Sus ropas de entierro son una falda negra y una ligera blusa blanca, sospecho que solía ser una recepcionista.
Prendida en su pecho hay una etiqueta plateada de identificación.
Ella tiene nombre.
Miro fijamente la placa, me inclino más cerca, poniendo mi cara a centímetros de sus pechos, pero eso no ayuda. Las letras giran y dan vueltas en mi visión; no puedo retenerlas. Como siempre, me eluden, solo una serie de líneas y puntos sin sentido.
Otra de las ironías de los no muertos de Z; desde etiquetas hasta periódicos, las respuestas a nuestras preguntas están escritas a nuestro alrededor, y no sabemos cómo leer.
Señalo la placa y la miro a los ojos.
-¿Tu… nombre?
Me mira con los ojos en blanco.
Me señalo a mí mismo y pronuncio el fragmento que queda de mi propio nombre. ‘Hhh’. Entonces apunto a ella de nuevo.
Sus ojos miran al piso. Sacude la cabeza. No se acuerda. Ni siquiera tiene una inicial como Z y yo tenemos. Ella no es nadie. ¿Pero no estoy esperando demasiado? Me estiro y tomo su mano. Nos bajamos de la banda con nuestros brazos estrechados a través de la división.
Esta mujer y yo nos hemos enamorado. O lo que queda de ello.
Recuerdo como era antes el amor. Había implicados complejos factores emocionales y biológicos. Teníamos exámenes elaborados que pasar, conexiones que establecer, altibajos, lágrimas y torbellinos. Era una prueba difícil, un ejercicio de agonía, pero estaba vivo. El nuevo amor es más sencillo. Más fácil. Pero pequeño.
Mi novia no habla mucho. Caminamos haciendo eco por los corredores del aeropuerto, ocasionalmente pasamos a alguien mirando por una ventana o a una pared. Trato de pensar en cosas para decir pero nada se me ocurre, y si algo se me ocurriera probablemente no podría decirlo. Este es mi gran obstáculo, la más grande de todas las limitaciones marcando mi camino. En mi mente soy elocuente; puedo escalar intrincados peldaños de palabras para llegar al más alto techo de la catedral y pintar mis pensamientos. Pero cuando abro mi boca, todo se viene abajo. Hasta ahora mi marca personal es cuatro sílabas arrastradas antes de que alguna… cosa… intervenga. Y quizás soy el zombi más locuaz del aeropuerto.
No sé por qué no hablamos. No puedo explicar el sofocante silencio que se mantiene sobre nuestro mundo, separándonos de los otros como el Plexiglas que separa a los prisioneros de las visitas. Las preposiciones son dolorosas, los artículos son arduos, los adjetivos son demasiado pedir. ¿Es esta mudez un verdadero impedimento físico? ¿Uno de esos tantos síntomas de estar Muerto? ¿O simplemente ya no tenemos más que decir?
Intento conversar con mi novia, probando unas pocas frases incomodas y preguntas superficiales, tratando de obtener una reacción de su parte, algún movimiento o tic. Pero sólo me mira como si fuera raro.
Deambulamos por unas pocas horas, sin dirección, luego ella agarra mi mano y empieza a guiarme a alguna parte. Nos tambaleamos por las escaleras detenidas hacia la pista. Suspiro con cansancio.
Me está llevando a la iglesia. Los Muertos construyeron un santuario en la pista. En algún punto en el lejano pasado alguien empujó todas las escaleras movibles en un círculo, formando una especie de anfiteatro. Nos reunimos aquí, nos paramos aquí, levantamos nuestros brazos y gruñimos. Los ancianos Huesudos sacuden sus miembros esqueléticos en el centro del círculo, dando con su voz ronca sermones secos y sin palabras con sus muecas dientudas. No entiendo qué es esto. No creo que ninguno de nosotros lo entienda. Pero es la única ocasión en la que nos reunimos voluntariamente bajo el cielo abierto. La vasta boca cósmica, montañas distantes como dientes en la calavera del Dios, bostezando ampliamente para devorarnos. Para tragarnos y llevarnos a donde probablemente pertenecemos.
Mi novia parece ser mucho más devota que yo. Cierra sus ojos y sacude sus brazos de una forma que casi parece desde el corazón. Me paro a su lado y sostengo mis brazos en el aire silenciosamente. Ante una desconocida indicación, quizás dada por su fervor, los Huesudos detienen su oración y nos miran. Uno de ellos se acerca, sube por nuestra escalera y nos toma a ambos por las muñecas. Nos dirige hacia el círculo y alza nuestras manos en su agarre de garra. Deja salir una especia de bramido, un sonido sobrenatural, como una ráfaga de aire corriendo a través de un cuerno de caza, sorprendentemente fuerte, asustando a los pájaros de los árboles.
La congregación murmura en respuesta, y está hecho. Estamos casados. Nos volvemos a los asientos de la escalera. El servicio se reanuda. Mi nueva esposa cierra sus ojos y sacude sus brazos.
Un día después de nuestra boda, tenemos hijos. Un reducido grupo de Huesudos nos detiene en el pasillo y nos los presentan. Un niño y una niña, los dos alrededor de los seis años. El niño tiene el pelo rizado y me recuerda un poco a mí mismo, pero rubio, con piel gris y ojos grises, quizás alguna vez caucásico. La niña es más oscura, con cabellos negros y piel marrón cenicienta, profundamente sombreada alrededor de sus ojos de mirada dura. Ella tal vez era árabe. Los Huesudos los empujan hacia delante y nos dan sonrisas tentativas, abrazan nuestras piernas. Les doy golpecitos en la cabeza y pregunto sus nombres, pero no tienen ninguno. Suspiro, y mi esposa y yo continuamos caminando mano en mano con nuestros nuevos hijos.
No estaba esperando esto, exactamente. Esta es una gran responsabilidad.
Los jóvenes Muertos no tienen el mismo instinto natural de alimentarse que los adultos. Se les debe cuidar y entrenar. Y nunca crecerán. Limitados por nuestra maldición, permanecerán pequeños y pudriéndose, luego se convertirán en pequeños esqueletos, animados pero vacíos, sus cerebros se endurecerán en sus cráneos, repitiendo sus rutinas y rituales hasta que un día, solo puedo asumir, los huesos mismos se desintegraran y ellos simplemente ya no estarán.
Mirarlos. Observarlos cuando mi esposa y yo soltamos sus manos y ellos se tambalean hacia afuera a jugar. Se molestan el uno al otro y sonríen. Juegan con cosas que ni siquiera son juguetes: engrapadoras, tazas y calculadoras. Se sonríen y rien, aunque suena ahogado en sus gargantas secas. Hemos blanqueado sus cerebros, le hemos robado el aire, pero aún así ellos se aferran al borde del acantilado. Resisten nuestra maldición por tanto tiempo como pueden.
Los veo desaparecer en la luz pálida del día al final del pasillo. Profundo en mi interior, en alguna oscura cámara con telarañas, siento que algo se mueve.
Es hora de alimentarse, otra vez.
Buenooooooooooooooooooooo, este capítulo es bastante confuso, así que si tienen alguna duda no duden en preguntarme, yyyyyyy, en el próximo capítulo al fin aparecerá el pequeño sunshineeeeeeeeeeeeeeeeee ((mejor conocido como louis heh))
Empezamos a oler a los Vivos a medida que nos acercamos a un edificio de departamentos dilapidado. El olor no es el perfume de almizcle de sudor y piel, sino la efervescencia de energía de vida, como el aroma penetrante de luminosidad y lavanda. No lo olemos en nuestras narices, nos golpea profundo en nuestro interior, cerca de nuestros cerebros, como el wasabi. Nos juntamos en el edificio y rompemos todo para entrar.
Los encontramos acurrucaos en un pequeño estudio con las ventanas tapiadas. Están peor vestidos que nosotros, envueltos con harapos y trapos muy sucios, y todos ellos necesitan una afeitada enormemente. Z estará cargando con una barba corta por el resto de su Carnosa existencia, pero todos los demás en nuestro grupo están impecablemente afeitados. Es uno de los beneficios de estar Muerto, otra cosa de la que no tenemos que preocuparnos nunca más. Barbas, cabello, uñas del pie… nada más la lucha contra la biología.
Nuestros cuerpos salvajes han sido finalmente domesticados.
Lentos y torpes pero con decidido compromiso, nos lanzamos hacia los Vivos.
Unas explosiones de escopetas llenan el polvoriento aire con pólvora y sangre espesa. Sangre negra salpica las paredes. Perder un brazo, una pierna, una parte del torso, nos es indiferente, lo descartamos. Un problema menor de cosmética. Pero a algunos de nosotros nos disparan en el cerebro y caemos. Aparentemente, aún hay algo de valor en esa marchita esponja gris, porque si la perdemos, somos cadáveres. Los zombis a mi izquierda y derecha dan contra en suelo en ruidos sordos. Pero hay muchos de nosotros. Somos abrumadores. Nos situamos sobre los Vivos y comemos.
El comer no es una tarea placentera. Mastico un brazo de un hombre y lo odio. Odio sus gritos, porque no me gusta el dolor, no me gusta lastimar gente, pero así es el mundo ahora. Esto es lo que hacemos. Por supuesto que si no lo hacemos, como todo, si dejo su cerebro, se levantará y me seguirá de vuelta al aeropuerto, y eso quizás me haga sentir mejor. Lo presentaré a todos, y tal vez pasaremos el rato gruñendo por ahí por un tiempo. Es difícil decir lo que los ‘amigos’ son ahora, pero esto puede estar cerca. Si me contengo, si dejo suficiente…
Pero no lo hago. No puedo. Como siempre voy por la mejor parte, la parte que hace que mi cabeza se encienda como un tubo de luz. Me como el cerebro y por unos treinta segundos tengo recuerdos. Flashes de desfiles, perfume, música… vida. Luego se desvanece, y me levanto y todos nos vamos trastabillando de la ciudad, todavía fríos y grises, pero sintiéndonos un poco mejor. No ‘bien’ exactamente, no ‘felices’, definitivamente no ‘vivos’, sino… un poco menos muertos. Esto es lo mejor que podemos conseguir.
Camino despacio detrás del grupo mientras la ciudad desaparece a nuestras espaldas. Mis pasos suenan un poco más pesados que los de los otros. Cuando me detengo en un bache lleno de agua de lluvia para restregar la sangre espesa de mi cara y ropa, Z se vuelve y me da una palmada en el hombro. Conoce mi aversión por algunas de nuestras rutinas. Él sabe que soy un poco más sensible que la mayoría. Algunas veces me molesta con eso, retuerce mis enredados rulos en dos colitas y dice, ‘Niña. Qué… niña’. Me palmea el hombro y sólo me mira. Su cara ya no es capaz de muchos matices expresivos, pero sé lo que quiere decir. Asiento y seguimos caminando.
No sé por qué tenemos que matar gente. No sé qué es lo que consigue el masticar el cuello de un hombre. Robo lo que él tiene para reemplazar lo que yo no. Él desaparece, y yo permanezco. Es simple pero sin sentido, leyes arbitrarias de algún legislador lunático en el cielo. Pero seguir esas leyes me mantiene de pie, así que las sigo al pie de la letra. Como hasta que dejo de comer, luego como de nuevo.
¿Cómo empezó esto? ¿Cómo nos convertimos en lo que somos? ¿Hubo un virus misterioso? ¿Rayos gamma? ¿Una maldición antigua? ¿O algo incluso más ridículo? Nadie habla mucho de ello. Estamos aquí, y así son las cosas. No nos quejamos. No hacemos preguntas. Solo hacemos lo nuestro.
Hay un abismo entre el mundo y yo. Una separación tan ancha que mis sentimientos no pueden cruzarla. Para cuando mis gritos llegan al otro lado, se han reducido a gemidos.
En las puertas de Desembarco, somos recibidos por una pequeña multitud, que nos mira con ojos hambrientos o con las cuencas de los ojos. Dejamos caer nuestra carga en el piso: dos chicas casi intactas, unas pocas piernas carnosas y un torso desmembrado, todo tibio aún. Llámenlo sobras. Llámenlo comida para llevar. Nuestros compañeros Muertos caen sobre ellos y se alimentan allí mismo como animales. La vida que queda en esas células les evitará morir totalmente, pero los Muertos que no cazan, nunca estarán completamente satisfechos. Como los hombres en el mar, desprovistos de fruta fresca, se marchitarán en sus deficiencias, débiles y perpetuamente vacíos, porque la nueva hambre es un monstruo solitario. De mala gana acepta la carne marrón y la sangre tibia, lo que anhela es la cercanía, esa triste sensación de conexión que se cruza entre sus ojos y los nuestros en esos momentos finales, como un negativo oscuro amor.
Saludo a Z y luego me libro de la multitud. Hace mucho que me he aclimatado a la fetidez penetrante de los Muertos, pero el hedor que se alza desde ellos hoy se siente especialmente fétido. El respirar es opcional, pero necesito un poco de aire.
Deambulo hacia los pasillos y me subo a la banda transportadora. Me paro en la correa y miro girar el escenario a través de la pared de vidrio. No hay mucho qué ver. Las pasarelas se están poniendo verdes, recubiertas de césped y musgo. Los aviones se alinean estáticos en el concreto, como ballenas estancadas, blancas y monumentales. Moby-Dick, conquistada al fin.
Antes, cuando estaba vivo, nunca podría haber hecho esto. Quedarme quieto, mirar al mundo pasar frente a mí, pensando acerca de casi nada. Me acuerdo de esfuerzo. Me acuerdo de objetivos y fechas límites, metas y ambiciones. Me acuerdo de ser decidido; siempre, en todos lados, todo el tiempo. Ahora solo estoy aquí parado en la banda transportadora, listo para el paseo. Llego al final, doy la vuelta y vuelvo al otro lado. El mundo ha sido destilado. Estar muerto es fácil.
Después de unas horas de esto, noto a una mujer en la banda transportadora opuesta. Ella no se tambalea ni gruñe como la mayoría de nosotros; su cabeza sólo cuelga de lado a lado. Me gusta eso de ella, el que no se tambalee ni gruña.
Doy con sus ojos y la miro fijamente a medida que nos acercamos. Por un breve momento estamos lado a lado. Nos subimos otra vez a las bandas. Nos pasamos de nuevo. Hago una mueca y ella me la devuelve. En nuestra tercera pasada, la electricidad del aeropuerto muere y nos detenemos perfectamente alineados.
Resuello un hola y ella responde con un movimiento de su hombro.
Me gusta ella. Me estiro y toco su cabello. Como en mí, su descomposición está en sus primeras etapas. Su piel es pálida y sus ojos están hundidos, pero no tiene ningún hueso u órgano expuesto. Sus iris son de una sombra especial más clara de ese extraño gris peltre que, independientemente del color del que fuesen nuestros ojos antes, todos los Muertos compartimos. Sus ropas de entierro son una falda negra y una ligera blusa blanca, sospecho que solía ser una recepcionista.
Prendida en su pecho hay una etiqueta plateada de identificación.
Ella tiene nombre.
Miro fijamente la placa, me inclino más cerca, poniendo mi cara a centímetros de sus pechos, pero eso no ayuda. Las letras giran y dan vueltas en mi visión; no puedo retenerlas. Como siempre, me eluden, solo una serie de líneas y puntos sin sentido.
Otra de las ironías de los no muertos de Z; desde etiquetas hasta periódicos, las respuestas a nuestras preguntas están escritas a nuestro alrededor, y no sabemos cómo leer.
Señalo la placa y la miro a los ojos.
-¿Tu… nombre?
Me mira con los ojos en blanco.
Me señalo a mí mismo y pronuncio el fragmento que queda de mi propio nombre. ‘Hhh’. Entonces apunto a ella de nuevo.
Sus ojos miran al piso. Sacude la cabeza. No se acuerda. Ni siquiera tiene una inicial como Z y yo tenemos. Ella no es nadie. ¿Pero no estoy esperando demasiado? Me estiro y tomo su mano. Nos bajamos de la banda con nuestros brazos estrechados a través de la división.
Esta mujer y yo nos hemos enamorado. O lo que queda de ello.
Recuerdo como era antes el amor. Había implicados complejos factores emocionales y biológicos. Teníamos exámenes elaborados que pasar, conexiones que establecer, altibajos, lágrimas y torbellinos. Era una prueba difícil, un ejercicio de agonía, pero estaba vivo. El nuevo amor es más sencillo. Más fácil. Pero pequeño.
Mi novia no habla mucho. Caminamos haciendo eco por los corredores del aeropuerto, ocasionalmente pasamos a alguien mirando por una ventana o a una pared. Trato de pensar en cosas para decir pero nada se me ocurre, y si algo se me ocurriera probablemente no podría decirlo. Este es mi gran obstáculo, la más grande de todas las limitaciones marcando mi camino. En mi mente soy elocuente; puedo escalar intrincados peldaños de palabras para llegar al más alto techo de la catedral y pintar mis pensamientos. Pero cuando abro mi boca, todo se viene abajo. Hasta ahora mi marca personal es cuatro sílabas arrastradas antes de que alguna… cosa… intervenga. Y quizás soy el zombi más locuaz del aeropuerto.
No sé por qué no hablamos. No puedo explicar el sofocante silencio que se mantiene sobre nuestro mundo, separándonos de los otros como el Plexiglas que separa a los prisioneros de las visitas. Las preposiciones son dolorosas, los artículos son arduos, los adjetivos son demasiado pedir. ¿Es esta mudez un verdadero impedimento físico? ¿Uno de esos tantos síntomas de estar Muerto? ¿O simplemente ya no tenemos más que decir?
Intento conversar con mi novia, probando unas pocas frases incomodas y preguntas superficiales, tratando de obtener una reacción de su parte, algún movimiento o tic. Pero sólo me mira como si fuera raro.
Deambulamos por unas pocas horas, sin dirección, luego ella agarra mi mano y empieza a guiarme a alguna parte. Nos tambaleamos por las escaleras detenidas hacia la pista. Suspiro con cansancio.
Me está llevando a la iglesia. Los Muertos construyeron un santuario en la pista. En algún punto en el lejano pasado alguien empujó todas las escaleras movibles en un círculo, formando una especie de anfiteatro. Nos reunimos aquí, nos paramos aquí, levantamos nuestros brazos y gruñimos. Los ancianos Huesudos sacuden sus miembros esqueléticos en el centro del círculo, dando con su voz ronca sermones secos y sin palabras con sus muecas dientudas. No entiendo qué es esto. No creo que ninguno de nosotros lo entienda. Pero es la única ocasión en la que nos reunimos voluntariamente bajo el cielo abierto. La vasta boca cósmica, montañas distantes como dientes en la calavera del Dios, bostezando ampliamente para devorarnos. Para tragarnos y llevarnos a donde probablemente pertenecemos.
Mi novia parece ser mucho más devota que yo. Cierra sus ojos y sacude sus brazos de una forma que casi parece desde el corazón. Me paro a su lado y sostengo mis brazos en el aire silenciosamente. Ante una desconocida indicación, quizás dada por su fervor, los Huesudos detienen su oración y nos miran. Uno de ellos se acerca, sube por nuestra escalera y nos toma a ambos por las muñecas. Nos dirige hacia el círculo y alza nuestras manos en su agarre de garra. Deja salir una especia de bramido, un sonido sobrenatural, como una ráfaga de aire corriendo a través de un cuerno de caza, sorprendentemente fuerte, asustando a los pájaros de los árboles.
La congregación murmura en respuesta, y está hecho. Estamos casados. Nos volvemos a los asientos de la escalera. El servicio se reanuda. Mi nueva esposa cierra sus ojos y sacude sus brazos.
Un día después de nuestra boda, tenemos hijos. Un reducido grupo de Huesudos nos detiene en el pasillo y nos los presentan. Un niño y una niña, los dos alrededor de los seis años. El niño tiene el pelo rizado y me recuerda un poco a mí mismo, pero rubio, con piel gris y ojos grises, quizás alguna vez caucásico. La niña es más oscura, con cabellos negros y piel marrón cenicienta, profundamente sombreada alrededor de sus ojos de mirada dura. Ella tal vez era árabe. Los Huesudos los empujan hacia delante y nos dan sonrisas tentativas, abrazan nuestras piernas. Les doy golpecitos en la cabeza y pregunto sus nombres, pero no tienen ninguno. Suspiro, y mi esposa y yo continuamos caminando mano en mano con nuestros nuevos hijos.
No estaba esperando esto, exactamente. Esta es una gran responsabilidad.
Los jóvenes Muertos no tienen el mismo instinto natural de alimentarse que los adultos. Se les debe cuidar y entrenar. Y nunca crecerán. Limitados por nuestra maldición, permanecerán pequeños y pudriéndose, luego se convertirán en pequeños esqueletos, animados pero vacíos, sus cerebros se endurecerán en sus cráneos, repitiendo sus rutinas y rituales hasta que un día, solo puedo asumir, los huesos mismos se desintegraran y ellos simplemente ya no estarán.
Mirarlos. Observarlos cuando mi esposa y yo soltamos sus manos y ellos se tambalean hacia afuera a jugar. Se molestan el uno al otro y sonríen. Juegan con cosas que ni siquiera son juguetes: engrapadoras, tazas y calculadoras. Se sonríen y rien, aunque suena ahogado en sus gargantas secas. Hemos blanqueado sus cerebros, le hemos robado el aire, pero aún así ellos se aferran al borde del acantilado. Resisten nuestra maldición por tanto tiempo como pueden.
Los veo desaparecer en la luz pálida del día al final del pasillo. Profundo en mi interior, en alguna oscura cámara con telarañas, siento que algo se mueve.
Es hora de alimentarse, otra vez.
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Buenooooooooooooooooooooo, este capítulo es bastante confuso, así que si tienen alguna duda no duden en preguntarme, yyyyyyy, en el próximo capítulo al fin aparecerá el pequeño sunshineeeeeeeeeeeeeeeeee ((mejor conocido como louis heh))
tomlinsass
Re: Warm Bodies [Larry Stylinson]
Volvi(?
primero que nada dejame mencionarte que escribes tremendamente hermoso ccccccccccc': i mean amo la manera en que narras todo.
okay al principio le entendi y luego me confundi
mi estupidez esta volviendo ccc':
¿hazza tuvo o tiene esposa? o por que decia eso de "Mi Nueva Esposa" Y QUE ES ESO QUE TENIA HIJOS?! SKJKSKASJKAS NO SEÑOR, EL UNICO CON EL QUE PUEDE TENER HIJOS ES CON LOUIS (¿?)
ay mi hazza, si no te gusta ver el dolor de los pobres humanos no los muerdas mijito(? aksjkas, ya se que tienes que comer pa sobrevivir pero no mates, mejor comete a los que ya estan muertos, solo no te comas a los ancianitos
a ver mas vale que mis beibis ya se ncuentren bc quiero larry c':
ame el capitulo
amo como escribes y no me importa si ya lo repeti.
te amo(?)
pero te amaria mas si hicieras ziall o ziam bc los dos la rulean okay no xd.
Siguela beia mariana! Ja! he descubierto tu nombre(?).
ya bai, molesto mucho.
ana fuera.
primero que nada dejame mencionarte que escribes tremendamente hermoso ccccccccccc': i mean amo la manera en que narras todo.
okay al principio le entendi y luego me confundi
mi estupidez esta volviendo ccc':
¿hazza tuvo o tiene esposa? o por que decia eso de "Mi Nueva Esposa" Y QUE ES ESO QUE TENIA HIJOS?! SKJKSKASJKAS NO SEÑOR, EL UNICO CON EL QUE PUEDE TENER HIJOS ES CON LOUIS (¿?)
ay mi hazza, si no te gusta ver el dolor de los pobres humanos no los muerdas mijito(? aksjkas, ya se que tienes que comer pa sobrevivir pero no mates, mejor comete a los que ya estan muertos, solo no te comas a los ancianitos
a ver mas vale que mis beibis ya se ncuentren bc quiero larry c':
ame el capitulo
amo como escribes y no me importa si ya lo repeti.
te amo(?)
pero te amaria mas si hicieras ziall o ziam bc los dos la rulean okay no xd.
Siguela beia mariana! Ja! he descubierto tu nombre(?).
ya bai, molesto mucho.
ana fuera.
tenshittae
Re: Warm Bodies [Larry Stylinson]
Me reí demasiado en la vida con eso de "solo no te comas a los ancianitos" omg aún me estoy riendooooooo.smileformejai. escribió:Volvi(?
primero que nada dejame mencionarte que escribes tremendamente hermoso ccccccccccc': i mean amo la manera en que narras todo.
okay al principio le entendi y luego me confundi
mi estupidez esta volviendo ccc':
¿hazza tuvo o tiene esposa? o por que decia eso de "Mi Nueva Esposa" Y QUE ES ESO QUE TENIA HIJOS?! SKJKSKASJKAS NO SEÑOR, EL UNICO CON EL QUE PUEDE TENER HIJOS ES CON LOUIS (¿?)
ay mi hazza, si no te gusta ver el dolor de los pobres humanos no los muerdas mijito(? aksjkas, ya se que tienes que comer pa sobrevivir pero no mates, mejor comete a los que ya estan muertos, solo no te comas a los ancianitos
a ver mas vale que mis beibis ya se ncuentren bc quiero larry c':
ame el capitulo
amo como escribes y no me importa si ya lo repeti.
te amo(?)
pero te amaria mas si hicieras ziall o ziam bc los dos la rulean :A:okay no xd.
Siguela beia mariana! Ja! he descubierto tu nombre(?).
ya bai, molesto mucho.
ana fuera.
Mira te explico, Harry conoció a una chica que de algún modo le atrajo porque no parece tan 'muerta' como lo están los demás, porque como habrás notado, Harry tiene un pequeño complejo con eso de estar muerto aunque él diga lo contrario. Entonces la chica le atrajo a la chica le atrajo él y terminaron casados, pero como te darás cuenta no es nada serio, es solo que los huesudos ((que vendrían siendo como los jefes de todos los zombies)) los quisieron juntos para que ellos se encargaran de los dos niñitos, que tampoco son sus hijos, son más como sus protegidos.... No estoy segura de si me expliqué bien omg XDDD.
De todos modos si tienes alguna otra duda, no repares en consultarla :D.
tomlinsass
Re: Warm Bodies [Larry Stylinson]
es que son ancianitos :wut: pa mi que se coman al perro pero al anciano yo lo protejo :meh:tomlinsass escribió:
Me reí demasiado en la vida con eso de "solo no te comas a los ancianitos" omg aún me estoy riendooooooo.
Mira te explico, Harry conoció a una chica que de algún modo le atrajo porque no parece tan 'muerta' como lo están los demás, porque como habrás notado, Harry tiene un pequeño complejo con eso de estar muerto aunque él diga lo contrario. Entonces la chica le atrajo a la chica le atrajo él y terminaron casados, pero como te darás cuenta no es nada serio, es solo que los huesudos ((que vendrían siendo como los jefes de todos los zombies)) los quisieron juntos para que ellos se encargaran de los dos niñitos, que tampoco son sus hijos, son más como sus protegidos.... No estoy segura de si me expliqué bien omg XDDD.
De todos modos si tienes alguna otra duda, no repares en consultarla :D.
ANA ENTENDIO TODO!
Sorpresivamente (?
pero luego hazza conocera a louis y es obvio que se divorciaran
muchas gracias por explicarme, me has sacado de mis dudas ccccccc':
espero siguiente capitulo pero las demas tienen que comentar asi que espero(?
tenshittae
Re: Warm Bodies [Larry Stylinson]
Mariana!
No puedo creer que hayas terminado nuestra amistad otra vez
Pero te amo
Y amé el capítulo
Y quiero que la sigas rápido
♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡
No puedo creer que hayas terminado nuestra amistad otra vez
Pero te amo
Y amé el capítulo
Y quiero que la sigas rápido
♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡
HeartsEater
Re: Warm Bodies [Larry Stylinson]
¡Me alegro de que hayas entendido!smileformejai. escribió:es que son ancianitos :wut: pa mi que se coman al perro pero al anciano yo lo protejo :meh:
ANA ENTENDIO TODO!
Sorpresivamente (?
pero luego hazza conocera a louis y es obvio que se divorciaran
muchas gracias por explicarme, me has sacado de mis dudas ccccccc':
espero siguiente capitulo pero las demas tienen que comentar asi que espero(?
Ya la voy a seguir :D.
tomlinsass
Re: Warm Bodies [Larry Stylinson]
Ay chama te perdono podemos seguir amándonos, y ya la voy a seguir chama es que yo, prepárate hablo en seriOHeartsEater escribió:Mariana!
No puedo creer que hayas terminado nuestra amistad otra vez
Pero te amo
Y amé el capítulo
Y quiero que la sigas rápido
♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡
tomlinsass
Re: Warm Bodies [Larry Stylinson]
Bueno, recuerdo que al empezar esto dije que no había ninguna advertencia pero mientras hacía este capítulo me di cuenta de que por lo menos en este SÍ (sip, en mayúsculas, negritas, cursiva y subrayado) hay que tener cuidado, debido al contenido bastante fuerte sobre violencia y sangre y eso. En fin, suerte leyendo est -omg qué macabro sonó eso-
Capítulo 3
No sé cuánto tiempo ha pasado desde nuestro último viaje de cacería, probablemente solo un par de días, pero lo siento. Siento sisear la electricidad de mis miembros, desvaneciéndose. Veo visiones incesantes de sangre en mi mente, ese rojo brillante e hipnótico, fluyendo a través de tejidos de color rosa brillante en intrincadas redes y fractales Pollock, latiendo y vibrando con vida.
Encuentro a Z en el patio de comidas hablando con algunas chicas. Es un poco diferente a mí. Él sí parece disfrutar la compañía de las mujeres, y su dicción mejor que la del promedio las atrae como una carpa deslumbrante, pero él mantiene una distancia. Se ríe de ellas. Los Huesudos una vez trataron de arreglarle un matrimonio, pero él simplemente se alejó. Algunas veces me pregunto si tiene una filosofía. Quizás incluso una visión del mundo. Me gustaría poder sentarme con él y tomar su cerebro, solo un diminuto pedazo en algún lugar del lóbulo frontal para tener una probada de sus pensamientos. Pero él es un chico demasiado duro para estar así de vulnerable alguna vez.
-Ciudad –digo, poniendo una mano en mi estómago-. Comida.
Las chicas con las que está hablando me miran y se voltean alejándose. He notado que pongo nerviosa a alguna gente.
-Recién… comí –dice Z, frunciéndome el ceño un poco-. Hace dos… días.
Me agarro el estómago de nuevo. -Me siento vacío. Me siento… muerto.
Él asiente. –Matri…monio.
Le lanzo una mirada. Sacudo la cabeza y aprieto mi estómago con más fuerza. –Necesito. Ve… consigue otros.
Él suspira y se retira, me choca con fuerza al pasar, pero no estoy seguro de si es intencional. Él es, después de todo, un zombi.
Se las arregla para encontrar algunos otros con apetito, y formamos una pequeña pandilla. Muy pequeña. Inseguramente pequeña. Pero no me importa. No recuerdo haber estado nunca tan hambriento.
Nos ponemos en marcha hacia la ciudad. Tomamos la autopista. Como todo lo demás, los caminos están volviendo a la naturaleza. Paseamos por calles vacías y bajo pasos a desnivel con cortinas de hiedra. Mis recuerdos residuales de esos caminos contrastan dramáticamente con su pacífico estado actual. Tomo un profundo aliento del aire dulce y silencioso.
Nos adentramos más de lo usual en la ciudad. El único aroma que recojo es óxido y polvo. Los Vivos sin techo se están haciendo más escasos, y aquellos con refugio están saliendo con menos frecuencia. Sospecho que su estadio de fortaleza se está volviendo autosuficiente. Imagino vastos jardines plantados en los banquillos, llenos de zanahorias y frijoles. Ganado en el palco de prensa. Campos de arroz en los jardines. Podemos ver la más grande de estas ciudadelas avecinándose en el horizonte brumoso, su techo retráctil abierto al sol, burlándose de nosotros.
Pero, finalmente, sentimos a las presas. El aroma de la vida abrupta e intensa electrifica nuestras fosas nasales. Están muy cerca, y hay un montón de ellos.
Quizás cerca de la mitad de nuestro número. Dudamos, tropezando hacia una parada. Z me mira. Mira hacia nuestro pequeño grupo, luego de nuevo a mí.
-No –gruñe.
Apunto hacia el torcido y colapsado rascacielos que está emitiendo el aroma, como un tentáculo caricaturesco de aroma atrayente: ven…
-Comer –insisto.
Z sacude la cabeza.
-Demasiados.
-Comer.
Él mira a nuestro pequeño grupo de nuevo. Olfatea el aire. El resto de ellos están indecisos. Algunos también olfatean con cautela, pero otros están más decididos como yo. Gimen y babean y chasquean los dientes.
Me estoy agitando.
-¡Lo necesito! –grito, lanzándole una mirada a Z-. Va…mos.
Me volteo y me encamino con pesada velocidad hacia el rascacielos, con el pensamiento centrado. El resto del grupo me sigue reflexivamente. Z me alcanza y camina a mi lado, mirándome con una mueca incómoda.
Estimulado a un inusual nivel de intensidad por mi energía desesperada, nuestro grupo avanza por entre las puertas giratorias y se precipita por los oscuros pasillos. Algún terremoto o explosión eliminó parte de la base, y el rascacielos entero se inclina en un ángulo vertiginoso y deformado. Es difícil navegar por los zigzagueantes pasillos, y la inclinación hace que incluso caminar sea un desafío, pero el aroma es abrumador. Luego de unos pocos tramos de escaleras comienzo a oírlos también, haciendo ruido y hablando los unos con los otros en esas constantes, melodiosas corrientes de palabras. El discurso de los Vivos siempre ha sido una feromona sonora para mí, y sufro un breve espasmo cuando llega a mis oídos. Aún tengo que encontrar a otro zombi que comparta mi apreciación por esos sedosos ritmos. Z piensa que es un fetiche enfermo.
Al tiempo que alcanzamos su nivel del edificio, algunos de nosotros comenzamos a gemir ruidosamente, y los Vivos nos escuchan. Uno de ellos da la alarma y escucho armas martillándose, pero no vacilamos. Irrumpimos a través de una última puerta y nos precipitamos hacia ellos. Z gruñe cuando ve cuántos hay, pero arremete conmigo contra el hombre más cercano y agarra sus brazos mientras yo desgarro su garganta. El ardiente sabor rojo de la sangre inunda mi boca. El destello de vida se dispersa fuera de sus células como niebla cítrica de una cáscara de naranja, y lo succiono.
La oscuridad de la habitación está pulsando con armas de fuego, y según nuestras normas estamos claramente superados en número (solo hay tres de nosotros por cada uno de ellos) pero algo está inclinando las cosas a nuestro favor. Nuestra maniaca velocidad no es característica de los Muertos, y nuestra presa no está preparada para eso. ¿Todo esto viene de mí? Las criaturas sin deseo no se mueven rápidamente, pero ellos están siguiendo mi ejemplo, y yo soy un torbellino hambriento. ¿Qué me ha sucedido? ¿Estoy simplemente teniendo un mal día?
Hay solo otro factor trabajando en nuestra ventaja. Estos Vivos no son veteranos expertos. Son jóvenes. Adolescentes, en su mayoría, chicas y chicos. Uno de ellos tiene un acné tan horrible que probablemente le dispararan por error en esta luz parpadeante. Su líder en un niño ligeramente mayor con una barba de unos días, que está de pie sobre un mostrador en medio de la habitación y grita aterrorizadas instrucciones a sus hombres. En el momento en que caen al suelo bajo el peso de nuestra hambre, y unos puntos de sangre salpican las paredes, el chico se inclina de forma protectora sobre una pequeña figura agachada bajo él en el escritorio. Un chico, joven de cabello, que según aparenta bajo esta luz parpadeante, color caramelo, apretando su hombro contra su arma de fuego mientas dispara ciegamente en la oscuridad.
Corro a través de la habitación y agarro las botas del chico. Tiro de sus pies y cae, golpeándose la cabeza con el borde del mostrador. Sin vacilación me abalanzo sobre él y muerdo su cuello. Luego, hundo mis dedos en la abertura de su cráneo, y abro su cabeza como una cáscara de huevo. Su cerebro late dentro, caliente y rosado. Tomo un profundo, amplio, voraz mordisco y…
Soy Liam Payne, un niño de nueve años creciendo en algún lugar rural. Las amenazas están todas en alguna costa distante y no nos preocupamos por ellas aquí. Aparte de la cerca de alambre de emergencia entre la cresta de la montaña y el río, la vida es casi normal. Estoy en la escuela. Estoy aprendiendo sobre América. Estoy montando mi bicicleta por polvorientos caminos en pantaloncillos cortos y una camiseta sin mangas, sintiendo el calor del sol de verano en la parte posterior de mi cuello. Mi cuello. Me duele el cuello, él…
Estoy comiendo una rebanada de pizza con mi mamá y mi papá. Es mi cumpleaños y están haciendo lo que pueden para tratarme, aunque su dinero ya no vale mucho. Acabo de cumplir once, y están finalmente llevándome a ver una de las incontables películas de zombis que han salido últimamente. Estoy tan emocionado que apenas puedo saborear mi pizza. Doy un mordisco enorme y el grueso queso se pega en mi garganta. Me ahogo y lo devuelvo y mis padres se ríen. La salsa de tomate mancha mi camisa como…
Tengo quince, estoy mirando por la ventana hacia las inminentes paredes de mi nueva casa. La luz del sol color gris nublado pasa a través del techo abierto del Estadio. Estoy en la escuela nuevamente, escuchando una lectura sobre salvamento de seguridad y tratando de no quedarme mirando al hermoso chico que está sentando a mi lado. Tiene el cabello corto y peinado en un pequeño copete de color caramelo y ojos azules que bailan con una diversión secreta. Las palmas de mis manos están sudando. Mi boca está llena de pelusas de lavandería. Cuando la clase termina, lo alcanzo en el pasillo y digo: -Hola.
-Hola –dice él.
-Soy nuevo aquí.
-Lo sé.
-Me llamo Liam.
Él sonríe.
-Soy Louis.
Él vuelve a sonreír. Sus ojos brillan.
-Soy Louis.
Él sonríe una vez más. Sus ojos son novelas clásicas y poesía.
-Soy Louis –dice él.
Él dice…
-Liam –susurra Louis en mi oído mientras beso su cuello. Entrelaza sus dedos con los míos y aprieta con fuerza.
Lo beso profundo y acaricio su nuca con mi mano libre, enredando mis dedos en su pelo. Lo miro a los ojos.
-¿Tú quieres? –respiro.
Él sonríe. Cierra sus ojos y dice-: Sí.
Lo aprieto contra mí. Quiero ser parte de él. No solo estar dentro de él sino que a su alrededor. Quiero que se abra una grieta en nuestras cajas torácicas y que nuestros corazones se migren y se fusionen. Quiero que nuestras células se trencen juntas como un hilo viviente.
Y ahora soy mayor, más sabio, sacando chispas a una motocicleta por un camino olvidado del centro. Louis está en el asiento detrás de mí, sus brazos apretando mi pecho, sus piernas envueltas a mí alrededor. Sus aviadores brillan al sol mientras él ríe, mostrando sus dientes perfectamente derechos. La risa ya no es mía para compartirla, y eso lo sé, tengo que aceptar el modo en que las cosas son y el modo en que serán, incluso si él no lo ha hecho ni lo hará. Pero al menos puedo protegerlo. Por lo menos puedo mantenerlo a salvo. Él es tan insoportable hermoso y a veces veo un futuro con él en mi cabeza, pero mi cabeza, mi cabeza duele, oh Dios mi cabeza está…
Alto.
¿Quién eres tú? Deja que los recuerdos se disuelvan. Tus ojos tienen costras… parpadea. Jadea con una respiración entrecortada.
Eres tú de nuevo. Eres nadie.
Bienvenido otra vez.
Siento la alfombra bajo mis dedos. Oigo disparos. Me pongo de pie y miro alrededor, mareado y tambaleante. Nunca he tenido una visión tan profunda, como una vida entera apareciendo en mi cabeza. La picazón de las lágrimas quema en mis ojos, pero mis ductos ya no tienen fluidos. La sensación ruge insaciable como el spray de pimienta. Es la primera vez que he sentido dolor desde que morí.
Oigo un grito en las proximidades y me giro. Es él. Está aquí. Louis está aquí, es mayor ahora, quizás tiene diecinueve, su grasa de bebé se ha derretido, revelando líneas más definidas y un porte más fino, músculos pequeños pero tonificados en su estructura. Está acurrucado en un rincón, desarmado, sollozando y gritando mientras Z se arrastra hacia él. Aún me siento desorientado, inseguro de dónde estoy o quién soy, pero…
Hago a un lado a Z y gruño-: No. Mío.
Aprieta los dientes como si estuviera a punto de volverse contra mí, pero un disparo desgarra su hombro y se voltea hacia la habitación para ayudar a otros dos zombis a acabar con un chico pesadamente armado.
Me acerco al chico. Él se encoge ante mí, su tierna carne ofreciéndome todas las cosas que estoy acostumbrado a tomar, y mis instintos empiezan a reafirmarse a sí mismos. La urgencia de rasgar y desgarrar surge en mis brazos y mandíbula. Pero luego él grita otra vez, y algo se mueve en mi interior, una débil polilla luchando contra una telaraña. En este breve momento de vacilación, aún cálido con el néctar de los recuerdos de un hombre joven, hago una elección.
Dejo escapar un suave gemido hacia el chico, tratando de forzar amabilidad en mi aburrida expresión. No soy nadie. Soy un chico de nueve años, soy un chico de quince años, soy…
Él arroja un cuchillo a mi cabeza.
El cuchillo se introduce en el centro de mi frente y se tambalea ahí. Pero ha penetrado menos de dos centímetros, solo rozó mi lóbulo frontal. Lo saco y lo arrojo. Extiendo mis manos, haciendo suaves ruidos con mis labios, pero estoy impotente. ¿Cómo voy a parecer inofensivo cuando la sangre de su amado está deslizándose por mi mentón?
Estoy solo a unos pocos metros de distancia ahora. Él está buscando a tientas otra arma en sus pantalones. Detrás de mí, los Muertos están terminando su carnicería. Pronto volverán su atención a este rincón oscuro de la habitación. Tomo un profundo respiro.
-Lou… is –digo.
Sale de mi boca como miel. Se siente bien solo decirlo.
Sus ojos se ensanchan. Se congela.
-Louis –digo de nuevo. Saco mis manos. Apunto a los zombis detrás de mí. Sacudo mi cabeza.
Él se me queda viendo, sin dar señal de entender. Pero cuando me acerco para tocarlo, no se mueve. Y no me apuñala.
Estiro mi mano libre hacia la cabeza herida de un zombi caído y recojo un puñado de sangre negra y sin vida. Lentamente, con suaves movimientos, la unto en la cara de él, por su cuello y en su ropa. Él ni siquiera retrocede.
Probablemente está catatónico.
Tomo su mano y lo pongo de pie. En ese momento Z y los otros terminan de devorar sus presas y giran para inspeccionar la habitación. Sus ojos recaen en mí. Recaen en Louis. Camino hacia ellos, agarrando su mano, sin arrastrarlo del todo. Se tambalea detrás de mí, mirando hacia el frente.
Z olfatea el aire con cautela. Pero sé que está oliendo exactamente lo que yo estoy oliendo: nada. Solo el negativo olor de la sangre de Muerto. Está esparcido sobre todas las paredes, mojando nuestras ropas, y untada con cuidado en un joven chico Vivo, ocultando el brillo de su vida bajo su almizcle oscuro y sobrecogedor.
Sin decir palabra, abandonamos el rascacielos y nos dirigimos de vuelta al aeropuerto. Camino en las nubes, lleno de extraños y caleidoscópicos pensamientos. Louis se sostiene sin fuerzas de mi mano, mirando a un costado de mi rostro con los ojos muy abiertos y los labios temblorosos.
________________________________________________
Capítulo 3
No sé cuánto tiempo ha pasado desde nuestro último viaje de cacería, probablemente solo un par de días, pero lo siento. Siento sisear la electricidad de mis miembros, desvaneciéndose. Veo visiones incesantes de sangre en mi mente, ese rojo brillante e hipnótico, fluyendo a través de tejidos de color rosa brillante en intrincadas redes y fractales Pollock, latiendo y vibrando con vida.
Encuentro a Z en el patio de comidas hablando con algunas chicas. Es un poco diferente a mí. Él sí parece disfrutar la compañía de las mujeres, y su dicción mejor que la del promedio las atrae como una carpa deslumbrante, pero él mantiene una distancia. Se ríe de ellas. Los Huesudos una vez trataron de arreglarle un matrimonio, pero él simplemente se alejó. Algunas veces me pregunto si tiene una filosofía. Quizás incluso una visión del mundo. Me gustaría poder sentarme con él y tomar su cerebro, solo un diminuto pedazo en algún lugar del lóbulo frontal para tener una probada de sus pensamientos. Pero él es un chico demasiado duro para estar así de vulnerable alguna vez.
-Ciudad –digo, poniendo una mano en mi estómago-. Comida.
Las chicas con las que está hablando me miran y se voltean alejándose. He notado que pongo nerviosa a alguna gente.
-Recién… comí –dice Z, frunciéndome el ceño un poco-. Hace dos… días.
Me agarro el estómago de nuevo. -Me siento vacío. Me siento… muerto.
Él asiente. –Matri…monio.
Le lanzo una mirada. Sacudo la cabeza y aprieto mi estómago con más fuerza. –Necesito. Ve… consigue otros.
Él suspira y se retira, me choca con fuerza al pasar, pero no estoy seguro de si es intencional. Él es, después de todo, un zombi.
Se las arregla para encontrar algunos otros con apetito, y formamos una pequeña pandilla. Muy pequeña. Inseguramente pequeña. Pero no me importa. No recuerdo haber estado nunca tan hambriento.
Nos ponemos en marcha hacia la ciudad. Tomamos la autopista. Como todo lo demás, los caminos están volviendo a la naturaleza. Paseamos por calles vacías y bajo pasos a desnivel con cortinas de hiedra. Mis recuerdos residuales de esos caminos contrastan dramáticamente con su pacífico estado actual. Tomo un profundo aliento del aire dulce y silencioso.
Nos adentramos más de lo usual en la ciudad. El único aroma que recojo es óxido y polvo. Los Vivos sin techo se están haciendo más escasos, y aquellos con refugio están saliendo con menos frecuencia. Sospecho que su estadio de fortaleza se está volviendo autosuficiente. Imagino vastos jardines plantados en los banquillos, llenos de zanahorias y frijoles. Ganado en el palco de prensa. Campos de arroz en los jardines. Podemos ver la más grande de estas ciudadelas avecinándose en el horizonte brumoso, su techo retráctil abierto al sol, burlándose de nosotros.
Pero, finalmente, sentimos a las presas. El aroma de la vida abrupta e intensa electrifica nuestras fosas nasales. Están muy cerca, y hay un montón de ellos.
Quizás cerca de la mitad de nuestro número. Dudamos, tropezando hacia una parada. Z me mira. Mira hacia nuestro pequeño grupo, luego de nuevo a mí.
-No –gruñe.
Apunto hacia el torcido y colapsado rascacielos que está emitiendo el aroma, como un tentáculo caricaturesco de aroma atrayente: ven…
-Comer –insisto.
Z sacude la cabeza.
-Demasiados.
-Comer.
Él mira a nuestro pequeño grupo de nuevo. Olfatea el aire. El resto de ellos están indecisos. Algunos también olfatean con cautela, pero otros están más decididos como yo. Gimen y babean y chasquean los dientes.
Me estoy agitando.
-¡Lo necesito! –grito, lanzándole una mirada a Z-. Va…mos.
Me volteo y me encamino con pesada velocidad hacia el rascacielos, con el pensamiento centrado. El resto del grupo me sigue reflexivamente. Z me alcanza y camina a mi lado, mirándome con una mueca incómoda.
Estimulado a un inusual nivel de intensidad por mi energía desesperada, nuestro grupo avanza por entre las puertas giratorias y se precipita por los oscuros pasillos. Algún terremoto o explosión eliminó parte de la base, y el rascacielos entero se inclina en un ángulo vertiginoso y deformado. Es difícil navegar por los zigzagueantes pasillos, y la inclinación hace que incluso caminar sea un desafío, pero el aroma es abrumador. Luego de unos pocos tramos de escaleras comienzo a oírlos también, haciendo ruido y hablando los unos con los otros en esas constantes, melodiosas corrientes de palabras. El discurso de los Vivos siempre ha sido una feromona sonora para mí, y sufro un breve espasmo cuando llega a mis oídos. Aún tengo que encontrar a otro zombi que comparta mi apreciación por esos sedosos ritmos. Z piensa que es un fetiche enfermo.
Al tiempo que alcanzamos su nivel del edificio, algunos de nosotros comenzamos a gemir ruidosamente, y los Vivos nos escuchan. Uno de ellos da la alarma y escucho armas martillándose, pero no vacilamos. Irrumpimos a través de una última puerta y nos precipitamos hacia ellos. Z gruñe cuando ve cuántos hay, pero arremete conmigo contra el hombre más cercano y agarra sus brazos mientras yo desgarro su garganta. El ardiente sabor rojo de la sangre inunda mi boca. El destello de vida se dispersa fuera de sus células como niebla cítrica de una cáscara de naranja, y lo succiono.
La oscuridad de la habitación está pulsando con armas de fuego, y según nuestras normas estamos claramente superados en número (solo hay tres de nosotros por cada uno de ellos) pero algo está inclinando las cosas a nuestro favor. Nuestra maniaca velocidad no es característica de los Muertos, y nuestra presa no está preparada para eso. ¿Todo esto viene de mí? Las criaturas sin deseo no se mueven rápidamente, pero ellos están siguiendo mi ejemplo, y yo soy un torbellino hambriento. ¿Qué me ha sucedido? ¿Estoy simplemente teniendo un mal día?
Hay solo otro factor trabajando en nuestra ventaja. Estos Vivos no son veteranos expertos. Son jóvenes. Adolescentes, en su mayoría, chicas y chicos. Uno de ellos tiene un acné tan horrible que probablemente le dispararan por error en esta luz parpadeante. Su líder en un niño ligeramente mayor con una barba de unos días, que está de pie sobre un mostrador en medio de la habitación y grita aterrorizadas instrucciones a sus hombres. En el momento en que caen al suelo bajo el peso de nuestra hambre, y unos puntos de sangre salpican las paredes, el chico se inclina de forma protectora sobre una pequeña figura agachada bajo él en el escritorio. Un chico, joven de cabello, que según aparenta bajo esta luz parpadeante, color caramelo, apretando su hombro contra su arma de fuego mientas dispara ciegamente en la oscuridad.
Corro a través de la habitación y agarro las botas del chico. Tiro de sus pies y cae, golpeándose la cabeza con el borde del mostrador. Sin vacilación me abalanzo sobre él y muerdo su cuello. Luego, hundo mis dedos en la abertura de su cráneo, y abro su cabeza como una cáscara de huevo. Su cerebro late dentro, caliente y rosado. Tomo un profundo, amplio, voraz mordisco y…
Soy Liam Payne, un niño de nueve años creciendo en algún lugar rural. Las amenazas están todas en alguna costa distante y no nos preocupamos por ellas aquí. Aparte de la cerca de alambre de emergencia entre la cresta de la montaña y el río, la vida es casi normal. Estoy en la escuela. Estoy aprendiendo sobre América. Estoy montando mi bicicleta por polvorientos caminos en pantaloncillos cortos y una camiseta sin mangas, sintiendo el calor del sol de verano en la parte posterior de mi cuello. Mi cuello. Me duele el cuello, él…
Estoy comiendo una rebanada de pizza con mi mamá y mi papá. Es mi cumpleaños y están haciendo lo que pueden para tratarme, aunque su dinero ya no vale mucho. Acabo de cumplir once, y están finalmente llevándome a ver una de las incontables películas de zombis que han salido últimamente. Estoy tan emocionado que apenas puedo saborear mi pizza. Doy un mordisco enorme y el grueso queso se pega en mi garganta. Me ahogo y lo devuelvo y mis padres se ríen. La salsa de tomate mancha mi camisa como…
Tengo quince, estoy mirando por la ventana hacia las inminentes paredes de mi nueva casa. La luz del sol color gris nublado pasa a través del techo abierto del Estadio. Estoy en la escuela nuevamente, escuchando una lectura sobre salvamento de seguridad y tratando de no quedarme mirando al hermoso chico que está sentando a mi lado. Tiene el cabello corto y peinado en un pequeño copete de color caramelo y ojos azules que bailan con una diversión secreta. Las palmas de mis manos están sudando. Mi boca está llena de pelusas de lavandería. Cuando la clase termina, lo alcanzo en el pasillo y digo: -Hola.
-Hola –dice él.
-Soy nuevo aquí.
-Lo sé.
-Me llamo Liam.
Él sonríe.
-Soy Louis.
Él vuelve a sonreír. Sus ojos brillan.
-Soy Louis.
Él sonríe una vez más. Sus ojos son novelas clásicas y poesía.
-Soy Louis –dice él.
Él dice…
-Liam –susurra Louis en mi oído mientras beso su cuello. Entrelaza sus dedos con los míos y aprieta con fuerza.
Lo beso profundo y acaricio su nuca con mi mano libre, enredando mis dedos en su pelo. Lo miro a los ojos.
-¿Tú quieres? –respiro.
Él sonríe. Cierra sus ojos y dice-: Sí.
Lo aprieto contra mí. Quiero ser parte de él. No solo estar dentro de él sino que a su alrededor. Quiero que se abra una grieta en nuestras cajas torácicas y que nuestros corazones se migren y se fusionen. Quiero que nuestras células se trencen juntas como un hilo viviente.
Y ahora soy mayor, más sabio, sacando chispas a una motocicleta por un camino olvidado del centro. Louis está en el asiento detrás de mí, sus brazos apretando mi pecho, sus piernas envueltas a mí alrededor. Sus aviadores brillan al sol mientras él ríe, mostrando sus dientes perfectamente derechos. La risa ya no es mía para compartirla, y eso lo sé, tengo que aceptar el modo en que las cosas son y el modo en que serán, incluso si él no lo ha hecho ni lo hará. Pero al menos puedo protegerlo. Por lo menos puedo mantenerlo a salvo. Él es tan insoportable hermoso y a veces veo un futuro con él en mi cabeza, pero mi cabeza, mi cabeza duele, oh Dios mi cabeza está…
Alto.
¿Quién eres tú? Deja que los recuerdos se disuelvan. Tus ojos tienen costras… parpadea. Jadea con una respiración entrecortada.
Eres tú de nuevo. Eres nadie.
Bienvenido otra vez.
Siento la alfombra bajo mis dedos. Oigo disparos. Me pongo de pie y miro alrededor, mareado y tambaleante. Nunca he tenido una visión tan profunda, como una vida entera apareciendo en mi cabeza. La picazón de las lágrimas quema en mis ojos, pero mis ductos ya no tienen fluidos. La sensación ruge insaciable como el spray de pimienta. Es la primera vez que he sentido dolor desde que morí.
Oigo un grito en las proximidades y me giro. Es él. Está aquí. Louis está aquí, es mayor ahora, quizás tiene diecinueve, su grasa de bebé se ha derretido, revelando líneas más definidas y un porte más fino, músculos pequeños pero tonificados en su estructura. Está acurrucado en un rincón, desarmado, sollozando y gritando mientras Z se arrastra hacia él. Aún me siento desorientado, inseguro de dónde estoy o quién soy, pero…
Hago a un lado a Z y gruño-: No. Mío.
Aprieta los dientes como si estuviera a punto de volverse contra mí, pero un disparo desgarra su hombro y se voltea hacia la habitación para ayudar a otros dos zombis a acabar con un chico pesadamente armado.
Me acerco al chico. Él se encoge ante mí, su tierna carne ofreciéndome todas las cosas que estoy acostumbrado a tomar, y mis instintos empiezan a reafirmarse a sí mismos. La urgencia de rasgar y desgarrar surge en mis brazos y mandíbula. Pero luego él grita otra vez, y algo se mueve en mi interior, una débil polilla luchando contra una telaraña. En este breve momento de vacilación, aún cálido con el néctar de los recuerdos de un hombre joven, hago una elección.
Dejo escapar un suave gemido hacia el chico, tratando de forzar amabilidad en mi aburrida expresión. No soy nadie. Soy un chico de nueve años, soy un chico de quince años, soy…
Él arroja un cuchillo a mi cabeza.
El cuchillo se introduce en el centro de mi frente y se tambalea ahí. Pero ha penetrado menos de dos centímetros, solo rozó mi lóbulo frontal. Lo saco y lo arrojo. Extiendo mis manos, haciendo suaves ruidos con mis labios, pero estoy impotente. ¿Cómo voy a parecer inofensivo cuando la sangre de su amado está deslizándose por mi mentón?
Estoy solo a unos pocos metros de distancia ahora. Él está buscando a tientas otra arma en sus pantalones. Detrás de mí, los Muertos están terminando su carnicería. Pronto volverán su atención a este rincón oscuro de la habitación. Tomo un profundo respiro.
-Lou… is –digo.
Sale de mi boca como miel. Se siente bien solo decirlo.
Sus ojos se ensanchan. Se congela.
-Louis –digo de nuevo. Saco mis manos. Apunto a los zombis detrás de mí. Sacudo mi cabeza.
Él se me queda viendo, sin dar señal de entender. Pero cuando me acerco para tocarlo, no se mueve. Y no me apuñala.
Estiro mi mano libre hacia la cabeza herida de un zombi caído y recojo un puñado de sangre negra y sin vida. Lentamente, con suaves movimientos, la unto en la cara de él, por su cuello y en su ropa. Él ni siquiera retrocede.
Probablemente está catatónico.
Tomo su mano y lo pongo de pie. En ese momento Z y los otros terminan de devorar sus presas y giran para inspeccionar la habitación. Sus ojos recaen en mí. Recaen en Louis. Camino hacia ellos, agarrando su mano, sin arrastrarlo del todo. Se tambalea detrás de mí, mirando hacia el frente.
Z olfatea el aire con cautela. Pero sé que está oliendo exactamente lo que yo estoy oliendo: nada. Solo el negativo olor de la sangre de Muerto. Está esparcido sobre todas las paredes, mojando nuestras ropas, y untada con cuidado en un joven chico Vivo, ocultando el brillo de su vida bajo su almizcle oscuro y sobrecogedor.
Sin decir palabra, abandonamos el rascacielos y nos dirigimos de vuelta al aeropuerto. Camino en las nubes, lleno de extraños y caleidoscópicos pensamientos. Louis se sostiene sin fuerzas de mi mano, mirando a un costado de mi rostro con los ojos muy abiertos y los labios temblorosos.
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Ahora esto es para pedir perdón omg me siento culpable de lo que hice no debí matar a Liam dios que sucia soy; lo que pasa es que si Liam moría significaba que sería con side Lilo y yo amo Lilo ;_;
Así que perdón no me juzguen ;_;
tomlinsass
Re: Warm Bodies [Larry Stylinson]
¡NUEVA LECTORA!!! Amo esta película pero que este Larry es genial y no es toda exactamente igual. J (creo que así era) decía *No recuerdo quien era, si tenía un trabajo aunque supongo que por la ropa que tengo no lo tenía* Y aparte J no se casaba con nadie y coleccionaba cosas y en vez de estar subiendo y bajando las escaleras tenía su propio avión xD Y ¿Que le dirá Harry o "H" a su esposa e hijos? De seguro -Me comí el cerebro de alguien y cuando lo comí senti cosas por este humano que AHH por cierto traje con el grupo de zombis disfrazado con sangre ehh? Ah quiero el divorcio y devuelve los niños a los huesudos ADIOS me voy! Si no (Seria genial xD) ARIOS
LollerxD
Re: Warm Bodies [Larry Stylinson]
Fue cruel matar a Liam, podrias haberle puesto un nombre cualquiera (? JAJAJ, nah, queda bien en ese personaje.
La esposa zombie de H se va a tener que quedar andando sola en la cinta de nuevo JAJAJAJ.
Me encanta que adaptes este libro, ya lo dije pero lo repito, 40 veces si es necesario (?
Seguila pronto por favor!
Adios ♥
La esposa zombie de H se va a tener que quedar andando sola en la cinta de nuevo JAJAJAJ.
Me encanta que adaptes este libro, ya lo dije pero lo repito, 40 veces si es necesario (?
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Invitado
Invitado
Re: Warm Bodies [Larry Stylinson]
lei este capitulo hace 80 años y ni ganas de comentar bc soy una floja:c lo siento(?)
JAJAJA XD Me dio mucha risa la escena donde hazza le insistia a zayn que tenia hambre, i mean si hazza tiene hambre es porque tiene hambre y nadie lo puede detener.
¿POR QUE A LIAM? D: pudiste haber matado a cualquier persona, mas porque liam?:'ccc solo no maten a mi liam ni a los ancianitos
estas haciendo que recuerde lo que dije ayer-.-'
si matas al duende va a ser mi perdicion pq ese pan de dios no se puede morir, que se quede con zayn y listo problema arreglado! soy inteligente
¡WUJU! ENCUENTRO LARRY!<3
omg, idk why pero mori de ternura cuando hazza cubrio a louis de sangre para protegerlo (?)
eso es amor cccccc': y quiero leer mas D:
me encanto el cap mariana. { quiero ponerte un apodo-.- pero no se cual }
Siguela Pronto ccccc':
Besitos everywhere.
JAJAJA XD Me dio mucha risa la escena donde hazza le insistia a zayn que tenia hambre, i mean si hazza tiene hambre es porque tiene hambre y nadie lo puede detener.
¿POR QUE A LIAM? D: pudiste haber matado a cualquier persona, mas porque liam?:'ccc solo no maten a mi liam ni a los ancianitos
estas haciendo que recuerde lo que dije ayer-.-'
si matas al duende va a ser mi perdicion pq ese pan de dios no se puede morir, que se quede con zayn y listo problema arreglado! soy inteligente
¡WUJU! ENCUENTRO LARRY!<3
omg, idk why pero mori de ternura cuando hazza cubrio a louis de sangre para protegerlo (?)
eso es amor cccccc': y quiero leer mas D:
me encanto el cap mariana. { quiero ponerte un apodo-.- pero no se cual }
Siguela Pronto ccccc':
Besitos everywhere.
tenshittae
Re: Warm Bodies [Larry Stylinson]
¡Holaaaaaaaaaa!LollerxD escribió:¡NUEVA LECTORA!!! Amo esta película pero que este Larry es genial y no es toda exactamente igual. J (creo que así era) decía *No recuerdo quien era, si tenía un trabajo aunque supongo que por la ropa que tengo no lo tenía* Y aparte J no se casaba con nadie y coleccionaba cosas y en vez de estar subiendo y bajando las escaleras tenía su propio avión xD Y ¿Que le dirá Harry o "H" a su esposa e hijos? De seguro -Me comí el cerebro de alguien y cuando lo comí senti cosas por este humano que AHH por cierto traje con el grupo de zombis disfrazado con sangre ehh? Ah quiero el divorcio y devuelve los niños a los huesudos ADIOS me voy! Si no (Seria genial xD) ARIOS
Tienes toda la razón omg, yo pensé lo mismo cuando leí el libro. En la película faltaron muchísimas cosas, pero aún así fue muy buena, a mi me fascinó ¿Qué crees tú?
Bueno en realidad ya veremos que hace nuestro amigo H para salirse del compromiso ((no tan comprometido porque duh, son zombies)) en el que se metió, pero no creo que le sea difícil heheh.
En fin, voy a tratar de subir el siguiente capítulo hoy mismo, ¡Pero no es nada seguro!
Adiós<3.
tomlinsass
Re: Warm Bodies [Larry Stylinson]
Yo sé que fue horrible de mi parte matar a Liam, aún me siento culpable y sufro ;_;Debby1D escribió:Fue cruel matar a Liam, podrias haberle puesto un nombre cualquiera (? JAJAJ, nah, queda bien en ese personaje.
La esposa zombie de H se va a tener que quedar andando sola en la cinta de nuevo JAJAJAJ.
Me encanta que adaptes este libro, ya lo dije pero lo repito, 40 veces si es necesario (?
Seguila pronto por favor!
Adios ♥
¡Pero tengo una razón!
Lo que sucede es que Liam es un personaje clave en la historia y de verdad me encanta Lilo y no pude resistirme es que yo solo ;_;
No, nada es excusa soy una persona horrible oh diOS.
La pobre esposa rara esa va a terminar sola ow, qué pena.
Voy a tratar de seguirla hoy mismo :D.
tomlinsass
Re: Warm Bodies [Larry Stylinson]
Ay es que Liam ;_;smileformejai. escribió:lei este capitulo hace 80 años y ni ganas de comentar bc soy una floja:c lo siento(?)
JAJAJA XD Me dio mucha risa la escena donde hazza le insistia a zayn que tenia hambre, i mean si hazza tiene hambre es porque tiene hambre y nadie lo puede detener.
¿POR QUE A LIAM? D: pudiste haber matado a cualquier persona, mas porque liam?:'ccc solo no maten a mi liam ni a los ancianitos
estas haciendo que recuerde lo que dije ayer-.-'
si matas al duende va a ser mi perdicion pq ese pan de dios no se puede morir, que se quede con zayn y listo :A:problema arreglado! soy inteligente
¡WUJU! ENCUENTRO LARRY!<3
omg, idk why pero mori de ternura cuando hazza cubrio a louis de sangre para protegerlo (?)
eso es amor cccccc': y quiero leer mas D:
me encanto el cap mariana. { quiero ponerte un apodo-.- pero no se cual }
Siguela Pronto ccccc':
Besitos everywhere.
Larry y Lilo son mi perdición y la muerte de Liam significaba que habría ambos y yo soy débil y no pude resistirme ay dios nO ;_;
A mí me parece tierno todo lo que hacen esos dos, aunque sea una vaina tan fea como llenar al otro de sangre uy sape pero es que :3.
Quizá pueda ser que haya Ziall, hmmmm...
Puedes decirme Mar o Mari o como tú quieras, no hay problema :D.
Y, por último pero no menos importante, voy a tratar de seguirla hoy mismo ¡Pero no es seguro, eh!
Besos para ti<3.
tomlinsass
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