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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Ley de atracción -adaptación- Nick&Tu [Terminada]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Ley de atracción -adaptación- Nick&Tu [Terminada]
Floopii.xoxo escribió:noooo madison no lo va a conseguir no????
plis siguela y dime que noo lo conseguuiraaa
Umm puesss... en cierta forma no,
pero deja subo mejor el siguiente cap :)
Andiie
Re: Ley de atracción -adaptación- Nick&Tu [Terminada]
Este cap creo que esta MUY largo,
pero esque son dos juntos por que si ponia solamente lo que seguia estaria bien x's & muy chiquito :P
Espero les gusteee :D
------------------------------------------------
____________
–Soy daltónico, –se queja el señor Whittaker con mal humor, su voz tan rasposa como él, sumerge un pincel en una taza de pintura marrón y lo golpea en el lienzo. – ¿Es verde este? ¿Cómo voy a pintar algo cuando los colores no están etiquetados?
No hay nunca un momento aburrido en la clase de arte en el Centro de Atención Médica de salud a largo plazo de las Tierras Altas, también conocido como un asilo de ancianos. El profesor de arte regular se fue, pero desde que yo era voluntaria para ayudar durante las horas de arte que yo me he hecho cargo de la clase yo sola. La administración suministra la pintura, y yo vengo con temas para aquellos que quieren pintar después de la cena de los viernes por la noche.
Como me precipito hacia el señor Whittaker, una viejita de cabellos blancos llamada Sylvia Stark, viene hacia nosotros arrastrando los pies.
–No es daltónico–, Sylvia grazna mientras encuentra un caballete vacío y se sienta. –No es más que un viejo ciego.
El Sr. Whittaker me mira con sus delgada y erosionada cara mientras me arrodillo a su lado y etiqueto los colores con un marcador negro y grueso.
–Ella solamente está dolida porque no quise bailar con ella en la última semana social, –dice.
–Estoy dolida porque olvidaste ponerte los dientes en la cena de ayer. –Ella saluda con la mano en el aire. –Era todo encías. Algo de Casanova, –dice en un resoplido.
–Cualquiera, –El señor Whittaker gruñe.
–La próxima vez tal vez usted debería bailar con ella en el social, –le digo. –Haga que se sienta joven otra vez.
Extiende arriba una mano con dedos callosos, artríticos y me jala más cerca.
–Yo tengo dos pies izquierdos. Pero no se lo digas a Sylvia, porque me hará pasar un mal rato.
– ¿No tienen clases de baile aquí?– Le susurro al oído derecho, lo suficientemente alto para que pueda escuchar, pero no el resto de la clase.
–Apenas puedo caminar. Nunca seré Fred Astaire. Ahora, si usted fuera la profesora de baile en lugar del viejo palo de Frieda Fitzgibbons, definitivamente empezaría a asistir a las clases. –Él agita sus crecidas cejas blancas y me da una palmadita en el trasero.
Niego con el dedo a él.
– ¿Nadie le dijo que eso es acoso sexual? –Me moleste. –Soy un hombre viejo y sucio, cariño. En mi época no había tal cosa como el acoso sexual y las mujeres les dejaban a los hombres comprarse sodas y las puertas abiertas para ellos... y pellizcar el trasero.
–Dejo las puertas abiertas a chicos, con tal de que no esperen ningún favor en retorno. Yo podría hacerlo sin las palmadas en el trasero y los pellizcos, sin embargo.
Él me ahuyenta.
–Ay, que las niñas de hoy quieren todo... y algo más.
–No le hagas caso a él, ____________, –Sylvia dice, agitando mi cuerpo. –Lo que quieren es un buen chico... un caballero de verdad.
–No hay tales cosas–, dice Mildred a su lado.
Un buen muchacho. Pensé que Michael era agradable, y él ni siquiera pudo botarme como un caballero.
-A lo mejor me voy a quedar sola por el resto de mi vida.
Ambos, Mildred y Sylvia, sacuden la cabeza con fuerza, su ralo cabello blanco volando de un lado a otro. – ¡No! –Los dos dicen.
–No quieres eso–, dice Sylvia.
– ¿No?
–No. –Ella mira al señor Whittaker. –Debido a que los necesitamos... aunque son la encarnación del demonio. –Ella se acerca más. –No me importaría si él me da unas palmaditas en el trasero.
–Amén a eso, hermana, –Mildred dice mientras desliza su pincel sobre el lienzo.
Está pintando una silueta que se parece sospechosamente a un hombre desnudo. – ¿Por qué no le pedimos a ese agradable muchacho Tuck venir y posar para nosotros? Has dicho que podemos hacer sujetos en vivo.
–Yo estaba pensando en un perro–, le digo.
–No. Obtén para nosotros un modelo masculino.
–No dibujaré a un tipo, –el señor Whittaker le grita desde el otro lado de la habitación. –____________ tendrá que modelar, también.
–Yo no estoy prometiendo nada–, le digo a la clase. Esperen hasta que yo llame a Tuck hoy y pida para ser de modelo masculino para mi clase. Creo que solo podría irse por eso.
--------------------------------------------
Nick
–Ehhh, –canta Madison. –Ya he vuelto.
Y ha traído unas diez personas más con ella. Todos se reúnen por la pipa y la pasan alrededor, cada uno le da una calada. Me pregunto qué estarán haciendo ____________ y sus amigos esta noche. Apuesto a que está estudiando para su SAT o algo así, para así poder entrar en una buena universidad, mientras yo estoy en una fiesta pipa-y-pequeñas-pastillas-azules.
Nick alinea las pastillas en una bandeja. Me recuerda a lo que Joe llamó plato de pu-pu.
Cuando Madison me pasa la pipa con una gran sonrisa, quiero olvidarme de ____________, del SAT, de la universidad y de ser bueno. Soy un gamberro, así que mejor empezar a actuar como tal.
Le doy una calada, inhalando el humo dulce dentro de mis pulmones. La materia es, sin duda potente, porque siento los efectos, antes incluso de pasarle la pipa a la persona que está a mi lado. Cuando vuelve, esta vez le doy una larga y lenta calada. A la cuarta, estoy demasiado drogado como para preocuparme por ____________ y sus galletas o por Joe siguiéndome de cerca todo el tiempo, o el hecho de que le he mentido a Brittany cuando le he prometido que no iba a beber o consumir drogas esta noche.
Ahora mismo, solo quiero pensar en cuestiones más candentes de la vida, como... – ¿Por qué Heavy Shevy no se afeita el bigote?
–Tal vez es un hombre disfrazado. –Dice Nick.
– Pero, ¿por qué iba a elegir a una mujer fea como disfraz? –Pregunto. En serio.
–Tal vez es un hombre feo y no tiene otra opción.
–Tiene sentido. –Veo a Madison darle otra calada. Ella me ve mirándola, entonces me sonríe mientras se mueve hacia mi regazo y se lame los labios. Por la longitud y la punta de su lengua, creo que podría haber genes de iguana en su árbol genealógico.
Se inclina hacia delante, su pecho a centímetros de mi cara.
–Arrulla, echándose hacia atrás y extendiéndose sobre mí, como un gato sobre una alfombra. No es necesario decir que yo soy la alfombra. Ella se retuerce, se extiende y envuelve los brazos alrededor de mi cuello. Tiene los ojos a media asta. –Eres sexy.
–Y tú también.
–Somos una pareja perfecta. –Ella traza mi barbilla con su dedo y se inclina hacia delante.
Esa lengua de iguana suya se escapa y su cuerpo comienza a retorcerse contra el mío. Me lame la barbilla, y tengo que admitir que ninguna chica me ha hecho esto antes. No estoy muy interesado en que lo haga una segunda vez, tampoco.
Empezamos haciendo esto frente a todos. Creo que a Madison le gusta la atención, porque cuando una de las chicas le hace un comentario a uno de los chicos para que deje de mirar, Madison se inclina hacia atrás y empieza a tirar de su camiseta como si fuera una stripper en un club, haciéndome un Lap Dance. Es obvio que Madison quiere ser vista y admirada por todos los chicos, y envidiada por todas las chicas.
Ese no soy yo. –Vamos a un lugar privado, –le digo a Madison cuando llega a sentirme sobre mis pantalones vaqueros.
Ella frunce los labios un minuto, entonces de aparta de mi regazo y estira la mano. –Vamos.
La noche se mueve demasiado rápido. Estoy más bien frío, y en el fondo de mi mente me acuerdo de que Ram me advirtió acerca de Madison, pero me coge la mano y me levanta.
–Que se diviertan ustedes dos, –dice Jason en voz alta.
Dos minutos más tarde entramos en una gran habitación con una cama tamaño gigante contra la pared.
– ¿Tu habitación? –Le pregunto.
Madison sacude la cabeza. –Es de mis padres, pero apenas están en casa. En este momento están en Phoenix. –Siento rastros de amargura en su voz, y estoy seguro de que jugar en su cama es su venganza.
¿Debo decirle que prefiero hacerlo en el suelo en lugar de en la cama de sus padres?
–Vamos a tu habitación –le digo.
Ella niega con la cabeza, luego tira de mí más cerca de la cama.
– ¿Qué ha dicho Ram de mí? –pregunta.
–Es un poco difícil pensar en eso ahora mismo, –le digo. –Estoy tan bebido como tú.
–Simplemente trata de recordar. ¿Mencionó por qué lo dejamos? Porque si lo ha hecho, no fue culpa mía. Quiero decir, no es que como que supiera que él lo conocía y que no sabía lo que estaba haciendo. Y si lo sabía, no era porque sabía que él le conocía. No es como que su madre se hubiera enterado y nos hubiera detenido.
Me duele la cabeza de oírla. –Está bien, –le digo. No tengo ni idea de lo que acaba de decir, pero me imagino que la respuesta –bien– puede cubrir las bases. Uno sólo puede esperar.
– ¿En serio? –Dice, sonriendo.
¿Eh? No tengo ni puta idea de lo que estoy hablando. O de lo que está hablando.
Ella me abraza fuerte, su pecho se presiona con fuerza contra mi . Espero que no estalla por la presión de ser aplastadas contra mí. Esos pensamiento me estan desplazando. Y mi mente se distrae con pensamientos de ____________ y cómo se ve en esas enormes camisetas. Por un segundo pienso que el desconocido cuerpo de ____________ es más sexy que el que Madison ostenta todos los días.
Aprieto mis ojos cerrándolos. ¿Qué estoy pensando? ____________ no es sexy. Es frustrante y me reta más que mi propia familia.
– ¿Te he contado lo que le hizo ____________ a mi taquilla? –Le pregunto.
Ella me insta a la cama. –Realmente no me importa ____________. Deja de hablar de otra chica cuando estás aquí conmigo. –Ella tiene razón. Tengo que dejar de hablar de ____________. Me gustan las cosas que son fáciles para mí, y ____________ no es una de ellas. Madison lo es.
Antes de que lo sepa, estamos calientes y pesados en la cama de sus padres. Ella está sentada sobre mí, con el pelo en la cara. Creo que hay algunos de sus cabellos en mi boca cuando nos besamos, pero ella no parece darse cuenta. Yo lo hago.
Se inclina hacia atrás. – ¿Quieres hacerlo? –Ella articula mal.
Claro que quiero hacerlo. Pero cuando miro a un lado y veo una foto de sus padres sonriéndonos desde una de las mesitas de noche, me golpea. Ella no me quiere porque sea y yo, me quiere porque soy un matón drogado, exactamente lo contrario a lo que sus padres quieren que esté.
Pero decirme a mí mismo que soy un matón es una cosa. Actuar como uno, es otra. –Me tengo que ir, –le digo.
–Espera. Oh, no. No me siento bien. Creo que me voy a poner enferma.
Ella se levanta y corre al baño, encerrándose dentro. Los sonidos de náuseas y vómitos se hacen eco a través de la habitación un segundo después.
Llamo a la puerta. – ¿Necesitas ayuda?
–No.
–Abre la puerta, Madison.
–No. Ves a buscar a Lacey.
Cuando lo hago, Lacey y un montón de otras chicas se precipitan en la habitación para ayudar. Estoy parado en la puerta, observando que actúan como si Madison realmente estuviera enferma en lugar de vomitar por estar borracha y drogada.
Después de veinte minutos de pie alrededor siendo ignorado, y la confianza de que Madison está teniendo todas sus necesidades de cuidado, me imagino que he tenido suficiente de esta fiesta.
Fuera, saco el llavero corazón rosa de Brittany. Pongo en marcha el motor y empiezo a conducir, pero cuando veo que las líneas de la carretera están borrosas sé que no puedo hacerlo. Estoy demasiado drogado, borracho, o una mezcla de ambos.
Mierda. Tengo dos opciones. Volver a casa de Madison y encontrar un lugar para estrellarme o dormir en el coche.
Ni siquiera es un concurso.
Pulso el botón para reclinar el asiento y cierro los ojos, con la esperanza de que mañana puede averiguar qué ha ocurrido realmente esta noche.
Brillante. Es demasiado brillante. Abro los ojos al golpe de sol por la mañana directo en mí en la cara. Todavía estoy en el coche de Brittany. Con la parte superior bajada. Cuando vuelvo a casa de Joe, lo encuentro sentado en la mesa con una taza de café en sus manos.
Se pone de pie cuando tiro claves Brittany sobre la mesa.
– Dijiste que estarías en casa en un par de horas. ¿Sabes que son las nueve? De la mañana.
Froto mis manos sobre mis ojos. –Por favor, Joe, –me quejo. – ¿Puedes esperar al menos hasta el mediodía para gritarme?
–No voy a gritar. Simplemente no te voy a dejar el coche de Brittany de nuevo.
–Bien. –Me he dado cuenta de que el colchón inflable sigue estando ahí. Me tiro sobre él y cierro los ojos.
Joe saca la almohada de debajo de mi cabeza. – ¿Estás drogado?
–Ya no es así, por desgracia. –Cojo la almohada de nuevo.
Oigo a mi hermano sentarse en su cama y dejar escapar un profundo suspiro. El pobre, probablemente necesita fumar algo de hierba para relajarse. Te juro que puedo sentir sus ojos aburridos en mi cráneo como dos pequeños láseres.
– ¿Qué quieres? –Murmuro en mi almohada.
– ¿No te importa nadie más que tú?
– Más o menos.
– ¿No te das cuenta de que me preocupo por ti? –No. Ese pensamiento no cruza mi mente ni una sola vez.
Alguien llama a la puerta y por suerte le impide hacerme más preguntas.
Oigo a mi hermano decir: –Eh, chica.
Déjame adivinar: es Brittany.
–Nick se olvidó de subir la parte de arriba, –ella le dice a Joe. –Y está empezando a llover. Dejó el teléfono en el asiento del pasajero. Espero que todavía funcione.
Si llegan a casarse, lo siento por sus hijos. Espero que los niños nunca se metan en un lío... porque Brittany y Joe, ambos, están mirándome como si quisieran encerrarme de por vida.
Peor para ellos, no son mis padres.
pero esque son dos juntos por que si ponia solamente lo que seguia estaria bien x's & muy chiquito :P
Espero les gusteee :D
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–Soy daltónico, –se queja el señor Whittaker con mal humor, su voz tan rasposa como él, sumerge un pincel en una taza de pintura marrón y lo golpea en el lienzo. – ¿Es verde este? ¿Cómo voy a pintar algo cuando los colores no están etiquetados?
No hay nunca un momento aburrido en la clase de arte en el Centro de Atención Médica de salud a largo plazo de las Tierras Altas, también conocido como un asilo de ancianos. El profesor de arte regular se fue, pero desde que yo era voluntaria para ayudar durante las horas de arte que yo me he hecho cargo de la clase yo sola. La administración suministra la pintura, y yo vengo con temas para aquellos que quieren pintar después de la cena de los viernes por la noche.
Como me precipito hacia el señor Whittaker, una viejita de cabellos blancos llamada Sylvia Stark, viene hacia nosotros arrastrando los pies.
–No es daltónico–, Sylvia grazna mientras encuentra un caballete vacío y se sienta. –No es más que un viejo ciego.
El Sr. Whittaker me mira con sus delgada y erosionada cara mientras me arrodillo a su lado y etiqueto los colores con un marcador negro y grueso.
–Ella solamente está dolida porque no quise bailar con ella en la última semana social, –dice.
–Estoy dolida porque olvidaste ponerte los dientes en la cena de ayer. –Ella saluda con la mano en el aire. –Era todo encías. Algo de Casanova, –dice en un resoplido.
–Cualquiera, –El señor Whittaker gruñe.
–La próxima vez tal vez usted debería bailar con ella en el social, –le digo. –Haga que se sienta joven otra vez.
Extiende arriba una mano con dedos callosos, artríticos y me jala más cerca.
–Yo tengo dos pies izquierdos. Pero no se lo digas a Sylvia, porque me hará pasar un mal rato.
– ¿No tienen clases de baile aquí?– Le susurro al oído derecho, lo suficientemente alto para que pueda escuchar, pero no el resto de la clase.
–Apenas puedo caminar. Nunca seré Fred Astaire. Ahora, si usted fuera la profesora de baile en lugar del viejo palo de Frieda Fitzgibbons, definitivamente empezaría a asistir a las clases. –Él agita sus crecidas cejas blancas y me da una palmadita en el trasero.
Niego con el dedo a él.
– ¿Nadie le dijo que eso es acoso sexual? –Me moleste. –Soy un hombre viejo y sucio, cariño. En mi época no había tal cosa como el acoso sexual y las mujeres les dejaban a los hombres comprarse sodas y las puertas abiertas para ellos... y pellizcar el trasero.
–Dejo las puertas abiertas a chicos, con tal de que no esperen ningún favor en retorno. Yo podría hacerlo sin las palmadas en el trasero y los pellizcos, sin embargo.
Él me ahuyenta.
–Ay, que las niñas de hoy quieren todo... y algo más.
–No le hagas caso a él, ____________, –Sylvia dice, agitando mi cuerpo. –Lo que quieren es un buen chico... un caballero de verdad.
–No hay tales cosas–, dice Mildred a su lado.
Un buen muchacho. Pensé que Michael era agradable, y él ni siquiera pudo botarme como un caballero.
-A lo mejor me voy a quedar sola por el resto de mi vida.
Ambos, Mildred y Sylvia, sacuden la cabeza con fuerza, su ralo cabello blanco volando de un lado a otro. – ¡No! –Los dos dicen.
–No quieres eso–, dice Sylvia.
– ¿No?
–No. –Ella mira al señor Whittaker. –Debido a que los necesitamos... aunque son la encarnación del demonio. –Ella se acerca más. –No me importaría si él me da unas palmaditas en el trasero.
–Amén a eso, hermana, –Mildred dice mientras desliza su pincel sobre el lienzo.
Está pintando una silueta que se parece sospechosamente a un hombre desnudo. – ¿Por qué no le pedimos a ese agradable muchacho Tuck venir y posar para nosotros? Has dicho que podemos hacer sujetos en vivo.
–Yo estaba pensando en un perro–, le digo.
–No. Obtén para nosotros un modelo masculino.
–No dibujaré a un tipo, –el señor Whittaker le grita desde el otro lado de la habitación. –____________ tendrá que modelar, también.
–Yo no estoy prometiendo nada–, le digo a la clase. Esperen hasta que yo llame a Tuck hoy y pida para ser de modelo masculino para mi clase. Creo que solo podría irse por eso.
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Nick
–Ehhh, –canta Madison. –Ya he vuelto.
Y ha traído unas diez personas más con ella. Todos se reúnen por la pipa y la pasan alrededor, cada uno le da una calada. Me pregunto qué estarán haciendo ____________ y sus amigos esta noche. Apuesto a que está estudiando para su SAT o algo así, para así poder entrar en una buena universidad, mientras yo estoy en una fiesta pipa-y-pequeñas-pastillas-azules.
Nick alinea las pastillas en una bandeja. Me recuerda a lo que Joe llamó plato de pu-pu.
Cuando Madison me pasa la pipa con una gran sonrisa, quiero olvidarme de ____________, del SAT, de la universidad y de ser bueno. Soy un gamberro, así que mejor empezar a actuar como tal.
Le doy una calada, inhalando el humo dulce dentro de mis pulmones. La materia es, sin duda potente, porque siento los efectos, antes incluso de pasarle la pipa a la persona que está a mi lado. Cuando vuelve, esta vez le doy una larga y lenta calada. A la cuarta, estoy demasiado drogado como para preocuparme por ____________ y sus galletas o por Joe siguiéndome de cerca todo el tiempo, o el hecho de que le he mentido a Brittany cuando le he prometido que no iba a beber o consumir drogas esta noche.
Ahora mismo, solo quiero pensar en cuestiones más candentes de la vida, como... – ¿Por qué Heavy Shevy no se afeita el bigote?
–Tal vez es un hombre disfrazado. –Dice Nick.
– Pero, ¿por qué iba a elegir a una mujer fea como disfraz? –Pregunto. En serio.
–Tal vez es un hombre feo y no tiene otra opción.
–Tiene sentido. –Veo a Madison darle otra calada. Ella me ve mirándola, entonces me sonríe mientras se mueve hacia mi regazo y se lame los labios. Por la longitud y la punta de su lengua, creo que podría haber genes de iguana en su árbol genealógico.
Se inclina hacia delante, su pecho a centímetros de mi cara.
–Arrulla, echándose hacia atrás y extendiéndose sobre mí, como un gato sobre una alfombra. No es necesario decir que yo soy la alfombra. Ella se retuerce, se extiende y envuelve los brazos alrededor de mi cuello. Tiene los ojos a media asta. –Eres sexy.
–Y tú también.
–Somos una pareja perfecta. –Ella traza mi barbilla con su dedo y se inclina hacia delante.
Esa lengua de iguana suya se escapa y su cuerpo comienza a retorcerse contra el mío. Me lame la barbilla, y tengo que admitir que ninguna chica me ha hecho esto antes. No estoy muy interesado en que lo haga una segunda vez, tampoco.
Empezamos haciendo esto frente a todos. Creo que a Madison le gusta la atención, porque cuando una de las chicas le hace un comentario a uno de los chicos para que deje de mirar, Madison se inclina hacia atrás y empieza a tirar de su camiseta como si fuera una stripper en un club, haciéndome un Lap Dance. Es obvio que Madison quiere ser vista y admirada por todos los chicos, y envidiada por todas las chicas.
Ese no soy yo. –Vamos a un lugar privado, –le digo a Madison cuando llega a sentirme sobre mis pantalones vaqueros.
Ella frunce los labios un minuto, entonces de aparta de mi regazo y estira la mano. –Vamos.
La noche se mueve demasiado rápido. Estoy más bien frío, y en el fondo de mi mente me acuerdo de que Ram me advirtió acerca de Madison, pero me coge la mano y me levanta.
–Que se diviertan ustedes dos, –dice Jason en voz alta.
Dos minutos más tarde entramos en una gran habitación con una cama tamaño gigante contra la pared.
– ¿Tu habitación? –Le pregunto.
Madison sacude la cabeza. –Es de mis padres, pero apenas están en casa. En este momento están en Phoenix. –Siento rastros de amargura en su voz, y estoy seguro de que jugar en su cama es su venganza.
¿Debo decirle que prefiero hacerlo en el suelo en lugar de en la cama de sus padres?
–Vamos a tu habitación –le digo.
Ella niega con la cabeza, luego tira de mí más cerca de la cama.
– ¿Qué ha dicho Ram de mí? –pregunta.
–Es un poco difícil pensar en eso ahora mismo, –le digo. –Estoy tan bebido como tú.
–Simplemente trata de recordar. ¿Mencionó por qué lo dejamos? Porque si lo ha hecho, no fue culpa mía. Quiero decir, no es que como que supiera que él lo conocía y que no sabía lo que estaba haciendo. Y si lo sabía, no era porque sabía que él le conocía. No es como que su madre se hubiera enterado y nos hubiera detenido.
Me duele la cabeza de oírla. –Está bien, –le digo. No tengo ni idea de lo que acaba de decir, pero me imagino que la respuesta –bien– puede cubrir las bases. Uno sólo puede esperar.
– ¿En serio? –Dice, sonriendo.
¿Eh? No tengo ni puta idea de lo que estoy hablando. O de lo que está hablando.
Ella me abraza fuerte, su pecho se presiona con fuerza contra mi . Espero que no estalla por la presión de ser aplastadas contra mí. Esos pensamiento me estan desplazando. Y mi mente se distrae con pensamientos de ____________ y cómo se ve en esas enormes camisetas. Por un segundo pienso que el desconocido cuerpo de ____________ es más sexy que el que Madison ostenta todos los días.
Aprieto mis ojos cerrándolos. ¿Qué estoy pensando? ____________ no es sexy. Es frustrante y me reta más que mi propia familia.
– ¿Te he contado lo que le hizo ____________ a mi taquilla? –Le pregunto.
Ella me insta a la cama. –Realmente no me importa ____________. Deja de hablar de otra chica cuando estás aquí conmigo. –Ella tiene razón. Tengo que dejar de hablar de ____________. Me gustan las cosas que son fáciles para mí, y ____________ no es una de ellas. Madison lo es.
Antes de que lo sepa, estamos calientes y pesados en la cama de sus padres. Ella está sentada sobre mí, con el pelo en la cara. Creo que hay algunos de sus cabellos en mi boca cuando nos besamos, pero ella no parece darse cuenta. Yo lo hago.
Se inclina hacia atrás. – ¿Quieres hacerlo? –Ella articula mal.
Claro que quiero hacerlo. Pero cuando miro a un lado y veo una foto de sus padres sonriéndonos desde una de las mesitas de noche, me golpea. Ella no me quiere porque sea y yo, me quiere porque soy un matón drogado, exactamente lo contrario a lo que sus padres quieren que esté.
Pero decirme a mí mismo que soy un matón es una cosa. Actuar como uno, es otra. –Me tengo que ir, –le digo.
–Espera. Oh, no. No me siento bien. Creo que me voy a poner enferma.
Ella se levanta y corre al baño, encerrándose dentro. Los sonidos de náuseas y vómitos se hacen eco a través de la habitación un segundo después.
Llamo a la puerta. – ¿Necesitas ayuda?
–No.
–Abre la puerta, Madison.
–No. Ves a buscar a Lacey.
Cuando lo hago, Lacey y un montón de otras chicas se precipitan en la habitación para ayudar. Estoy parado en la puerta, observando que actúan como si Madison realmente estuviera enferma en lugar de vomitar por estar borracha y drogada.
Después de veinte minutos de pie alrededor siendo ignorado, y la confianza de que Madison está teniendo todas sus necesidades de cuidado, me imagino que he tenido suficiente de esta fiesta.
Fuera, saco el llavero corazón rosa de Brittany. Pongo en marcha el motor y empiezo a conducir, pero cuando veo que las líneas de la carretera están borrosas sé que no puedo hacerlo. Estoy demasiado drogado, borracho, o una mezcla de ambos.
Mierda. Tengo dos opciones. Volver a casa de Madison y encontrar un lugar para estrellarme o dormir en el coche.
Ni siquiera es un concurso.
Pulso el botón para reclinar el asiento y cierro los ojos, con la esperanza de que mañana puede averiguar qué ha ocurrido realmente esta noche.
Brillante. Es demasiado brillante. Abro los ojos al golpe de sol por la mañana directo en mí en la cara. Todavía estoy en el coche de Brittany. Con la parte superior bajada. Cuando vuelvo a casa de Joe, lo encuentro sentado en la mesa con una taza de café en sus manos.
Se pone de pie cuando tiro claves Brittany sobre la mesa.
– Dijiste que estarías en casa en un par de horas. ¿Sabes que son las nueve? De la mañana.
Froto mis manos sobre mis ojos. –Por favor, Joe, –me quejo. – ¿Puedes esperar al menos hasta el mediodía para gritarme?
–No voy a gritar. Simplemente no te voy a dejar el coche de Brittany de nuevo.
–Bien. –Me he dado cuenta de que el colchón inflable sigue estando ahí. Me tiro sobre él y cierro los ojos.
Joe saca la almohada de debajo de mi cabeza. – ¿Estás drogado?
–Ya no es así, por desgracia. –Cojo la almohada de nuevo.
Oigo a mi hermano sentarse en su cama y dejar escapar un profundo suspiro. El pobre, probablemente necesita fumar algo de hierba para relajarse. Te juro que puedo sentir sus ojos aburridos en mi cráneo como dos pequeños láseres.
– ¿Qué quieres? –Murmuro en mi almohada.
– ¿No te importa nadie más que tú?
– Más o menos.
– ¿No te das cuenta de que me preocupo por ti? –No. Ese pensamiento no cruza mi mente ni una sola vez.
Alguien llama a la puerta y por suerte le impide hacerme más preguntas.
Oigo a mi hermano decir: –Eh, chica.
Déjame adivinar: es Brittany.
–Nick se olvidó de subir la parte de arriba, –ella le dice a Joe. –Y está empezando a llover. Dejó el teléfono en el asiento del pasajero. Espero que todavía funcione.
Si llegan a casarse, lo siento por sus hijos. Espero que los niños nunca se metan en un lío... porque Brittany y Joe, ambos, están mirándome como si quisieran encerrarme de por vida.
Peor para ellos, no son mis padres.
Andiie
Re: Ley de atracción -adaptación- Nick&Tu [Terminada]
Yey!Siento no haberme pasado por aquí, malditas notificaciones!!!Me encantaron los capitulos, enserio, necesito leer más!!
Invitado
Invitado
Re: Ley de atracción -adaptación- Nick&Tu [Terminada]
Andiieee!!!!!!!!!!! supongo que ni mira de acordarte de mi xD buee habalmos por twitter (@FlooM1) un par de veces.... y esa es nuestra historia okno. Me encanta esta adaptacion, no see la siento algo rara, :s pero me gusta y muchoo! Porfaaaaaa!! Siguelaa!
Nueva y fiel lectora
Nueva y fiel lectora
WhoIam13
Re: Ley de atracción -adaptación- Nick&Tu [Terminada]
WhoIam13 escribió:Andiieee!!!!!!!!!!! supongo que ni mira de acordarte de mi xD buee habalmos por twitter (@FlooM1) un par de veces.... y esa es nuestra historia okno. Me encanta esta adaptacion, no see la siento algo rara, :s pero me gusta y muchoo! Porfaaaaaa!! Siguelaa!
Nueva y fiel lectora
Ohh claro que me acuerdo de ti :)
que bien que te guste la adaptacion, y si es algo rara diferente creo
pero esta muy padree, y cada vez se pondra mejor, ya lei todo el libro
te aseguro que te encantara ..
Bienvenida :)
Andiie
Re: Ley de atracción -adaptación- Nick&Tu [Terminada]
HeyCrazyFan escribió:Yey!Siento no haberme pasado por aquí, malditas notificaciones!!!Me encantaron los capitulos, enserio, necesito leer más!!
No te preocupes, las notificaciones siempre fallan, me suele pasar eso muy seguido :)
En un rato subo mas ..
Andiie
Re: Ley de atracción -adaptación- Nick&Tu [Terminada]
Andiie escribió:Floopii.xoxo escribió:noooo madison no lo va a conseguir no????
plis siguela y dime que noo lo conseguuiraaa
Umm puesss... en cierta forma no,
pero deja subo mejor el siguiente cap :)
me encanto el cap que bueno que no llegaron<""""""
#Fire Rouge..*
Re: Ley de atracción -adaptación- Nick&Tu [Terminada]
Andiie escribió:WhoIam13 escribió:Andiieee!!!!!!!!!!! supongo que ni mira de acordarte de mi xD buee habalmos por twitter (@FlooM1) un par de veces.... y esa es nuestra historia okno. Me encanta esta adaptacion, no see la siento algo rara, :s pero me gusta y muchoo! Porfaaaaaa!! Siguelaa!
Nueva y fiel lectora
Ohh claro que me acuerdo de ti :)
que bien que te guste la adaptacion, y si es algo rara diferente creo
pero esta muy padree, y cada vez se pondra mejor, ya lei todo el libro
te aseguro que te encantara ..
Bienvenida :)
Me siento importante(?) okno no me encantara, Me encantaa y toy esperando cap :) :hug:
WhoIam13
Re: Ley de atracción -adaptación- Nick&Tu [Terminada]
ja estupida madison no consiguio lo que queria
siguela pronto :)
siguela pronto :)
Mrs. Nick Jonas
Re: Ley de atracción -adaptación- Nick&Tu [Terminada]
Chicas! Mil gracias por que siempre comentan :)
-----------------------------------------------------------------------
____________
El lunes, los rumores vuelan sobre la fiesta de Madison Stone. La mayoría de ellos giran alrededor de Nick y Madison haciéndolo en la cama de sus padres.
El martes y el miércoles me doy cuenta de que Madison se sienta con Nick en la mesa del almuerzo.
El jueves, Nick ni siquiera está en el almuerzo. Tampoco está Madison. La feliz pareja desaparecen hacia alguna parte.
El viernes por la mañana, Nick está en su taquilla, las galletas siguen pegadas en el interior. –Eh, –dice.
–Eh, –le digo de vuelta.
Meto mi combinación, pero la taquilla no se abre.
Lo vuelvo a intentar, sé que tengo bien los números, pero cuando tiro de la manivela, no se mueve.
Nick mira por encima de mi hombro. – ¿Tienes problemas?
–No.
Lo vuelvo a intentar. Esta vez, tiro de la manivela más fuerte y se agita. Una vez más, no pasa nada.
Nick golpea con los dedos el metal. –Tal vez has olvidado la combinación.
–Sé mi combinación. –le digo. –No soy estúpida.
– ¿Estás segura? Porque debería abrirse.
Mi pensamiento se dirige a los rumores acerca de él y Madison. Ni siquiera sé por qué, pero la idea de ellos conectando combustibles provoca mi ira. –Solo vete.
Se encoge de hombros. –Si tú lo dices. –Suena la primera campana. –Bueno, buena suerte. Si me preguntas, parece que alguien la ha amañado. –Saca los libros de su taquilla y se pavonea por el pasillo.
Corro tras él y agarro su brazo. – ¿Qué le has hecho a mi taquilla?
Se detiene. –Podría haber cambiado la combinación.
– ¿Cómo?
Se ríe. –Si te lo digo, tendría que matarte.
–Muy gracioso. Dime cómo la has cambiado.
–Te daré la información cuando... –Golpea la punta de su dedo índice contra su nariz. –Cuando todas las galletas estén fuera de mi taquilla. Incluidas todas las migas. Nos vemos. –Dice, metiéndose en el aula y dejándome sola en el pasillo para ver cómo voy a hacerlo... y de ahí, trazar mi próximo movimiento.
En la clase de inglés, el Sr. Furie saca nuestros ensayos. Dice nuestros nombres uno a uno y tenemos que ir a su mesa.
–____________. –grita.
Me acerco a por mi papel. Cuando el Sr. Furie me lo pasa, no está sonriendo. –Puedes hacerlo mucho mejor que esto, ____________. Sé que puedes. Excava más a fondo la próxima vez, y no trates de darme la respuesta que creas que quiero.
Paso a Madison en el camino de regreso a mi escritorio. – ¿Cómo está Nick? –Pregunta.
–Bien.
–Sabes que solo te presta atención porque siente lástima por ti. Es un poco triste, si piensas en ello.
La ignoro y me siento en mi escritorio. Una gran, C roja está escrita en la parte de delante del papel que me acaba de dar el Sr. Furie. No es bueno, especialmente si voy a solicitar una beca académica.
–Durante los próximos quince minutos, vais a escribir un documento de convicción. –Dice el Sr. Furie.
– ¿Sobre qué? –Pregunta Jason Glass.
–El tema es... –El Sr. Furie hace una pausa, obviamente para aumentar la anticipación y recibir la atención de todos los estudiantes. Se sienta en el borde de la mesa y dice: – ¿Debería la gente de los reality shows ser consideradas celebridades?
La clase empieza a murmurar sobre el tema.
–Mantened el nivel de ruido al mínimo, gente.
– ¿Cómo escribir un documento de persuasión cuando no tenemos tiempo para investigar? –pregunta alguien de la parte de atrás de la clase.
–Quiero vuestros pensamientos, no una investigación. Cuando estás hablando con un amigo y tienes que convencerlo de que haga algo, o de cambiar su opinión, no puedes decir: ‘Espera, tengo que hacer una investigación o escribir las estadísticas.’ Tienes que encontrar argumentos en tu cabeza. Eso es lo que estoy pidiendo que hagáis.
El Sr. Furie deambula por la clase mientras escribimos. –Si queréis un crédito extra, podéis leer lo que habéis escrito en voz alta.
Eso es bueno. Necesito un crédito extra. Y sé que puedo decir mi discurso sin tartamudear. Solo sé que puedo.
–Bolígrafos abajo. –el Sr. Furie ordena quince minutos más tarde. Da una palmada. –Muy bien,
¿algún voluntario para leer el primero?
Levanto la mano.
–Sra. Westford, levántate y comparte tus pensamientos.
–Oh no, ella no. –Oigo gemir a Madison junto a mí. Lacey se ríe junto con su grupo de amigos.
– ¿Tienes algún problema, Madison?
–No Sr. Furie. ¡Casi me rompo una uña! –Ella mueve sus dedos bien cuidados hacia él.
–Por favor, guarda tus problemas de uñas para después de clase. ____________, comienza.
Recojo mi papel y camino frente a la clase. Me digo a mí misma de respirar profundamente y pensar en las palabras antes de que salgan de mi boca. Cuando estoy de pie delante, miro a mi profesor. Me sonríe cálidamente. –Adelante.
Aclaro mi garganta. Y trago, pero siento que mi lengua es más gruesa incluso antes de empezar a hablar, por Madison. Ella me ha confundido, pero lo puedo superar. No tengo que darle poder sobre mi problema de tartamudez. Relájate. Piensa en las palabras. No te olvides de respirar.
–Yo pi-pi-pienso... –Miro hacia mi papel. Puedo sentir todos los ojos sobre mí. Algunos, probablemente me estén mirando con pena. Otros, como Madison y Lacey, probablemente me miren con diversión. –Yo cr-cr-creo que la ge-ge-gente de los r-r-reality shows...
Una carcajada estalla de una chica. Y sé quien es antes de mirar hacia arriba.
–Madison, no creo que esto sea divertido. Sé respetuosa con tu compañera de clase. –Dice el Sr. Furie, y agrega –No es una petición, es una orden.
Madison pone su mano sobre su boca. –Estoy bien, –dice entre sus dedos.
–Será mejor que sí, –dice el Sr. Furie con voz severa. –Adelante, ____________. Continúa.
Está bien. Puedo hacerlo. Si puedo hablar con Tuck sin tartamudear, tal vez debería fingir que estoy hablando con Tuck. Miro hacia mi mejor amigo. Él me da una pequeña ola de aliento desde su asiento en la parte posterior de la clase.
–...la gente en los reality shows son celebridades... –Hago una pausa y tomo una respiración profunda, y luego continúo. Puedo hacer esto. Puedo hacer esto. –porque dejamos que el m-m-media...
Otra explosión de risas hace eco en la clase, esta vez de Lacey y Madison.
– ¡Señorita Stone y señorita Goebbert! –el Sr. Furie señala hacia la puerta. –Fuera de mi clase.
–No habla en serio, –argumenta Madison.
–Nunca he hablado más en serio. Y también os doy a ti y a la señorita Goebbert tres días de detención después de clase a partir de hoy.
–No haga eso, –le susurro al Sr. Furie, esperando que nadie más me pueda oír. –Por favor, no haga eso.
Madison pone una mirada de asombro en su cara. – ¿Nos está poniendo detenciones por reírnos? Vamos, Sr. Furie. Eso no es justo.
–Dilo en la Casa Principal si tienes algún problema con mi castigo. –El Sr. Furie abre su cajón y saca dos detenciones azules. Rellena ambos a la vez y las propuestas de resolución y Madison y Lacey vienen a buscarlas.
Ambas chicas me disparan una mirada furiosa. Oh, no, esto no es bueno. Ahora estoy en el radar de Madison, y no sé si hay alguna manera de salir de él.
Cuando él les pasa las tarjetas azules, Madison la mete en su bolso. –No puedo tener una detención después de clase. Tengo que trabajar en la boutique de mi madre.
–Deberías haber pensado en eso antes de interrumpir mi clase. Ahora, las dos, pedidle disculpas a ____________. –pide nuestro profesor.
–Está bien, –murmuro. –No te-te-tenéis que hacerlo.
–Oh, insisto. Lo s-s-sentimos. –Dice Madison, y de repente Lacey y Madison empiezan a reírse de nuevo. Incluso después de que salgan por la puerta puedo oír sus risas resonando mientras caminan por el pasillo.
–Pido disculpas en su nombre por su inadecuado comportamiento, ____________. –Dice el Sr. Furie. – ¿Todavía quieres compartir tu opinión?
Sacudo la cabeza y suspira, pero no discute cuando vuelvo a mi escritorio. Me gustaría que sonara la campana para poder ir al baño de chicas y esconderme.
Estoy muy enfadada conmigo misma por dejar que ellas me afecten.
Durante los siguientes veinticinco minutos, el Sr. Furie pide a otros chicos leer sus documentos de persuasión. Sigo mirando el reloj, rezando por que los minutos pasen más rápido. Es difícil contener las lágrimas que amenazan con derramarse en cualquier momento.
Tan rápido como suena la campana, cojo mis libros y prácticamente esprinto fuera de clase. El Sr. Furie dice mi nombre, pero pretendo que no lo he escuchado.
– ¡____________! –Dice Tuck, agarrando mi codo y girándome.
Una estúpida lágrima cae por mi cara. –Quiero estar sola. –Me ahogo, entonces corro por el pasillo.
Al final del pasillo, hay unas escaleras que conducen a un vestuario vacante que utilizan los equipos rivales durante los torneos. Nadie lo utiliza durante el día, y la idea de estar sola y no tener que poner una sonrisa falsa en mi cara, suena como el cielo ahora mismo. Soy consciente de que llegaré tarde a la sala de estudio, pero la Sra. Hadden no suele tomar la asistencia, e incluso si lo hace, no me importa. No quiero que me vean todos con un desorden emocional.
Abro la puerta de los vestuarios y me meto en uno de los lavabos. Toda la energía que usé durante la última mitad de la clase de inglés para no perderme, se precipita fuera de mí. Ojalá pudiera ser más fuerte y no preocuparme por lo que la gente piense, pero lo hago. No soy tan fuerte como Tuck. No soy tan fuerte como Madison.
Me gustaría estar satisfecha, simplemente siendo yo, ____________ Westford, con problemas de lenguaje y todo.
Pasan quince minutos antes de que vaya al fregadero y vea mi reflejo en el espejo. Me veo como que he estado llorando. Eso, o que tengo un resfriado muy malo. Mojo una toalla de papel, y me la pongo en los ojos, tratando de bajar la hinchazón. Después de unos minutos, creo que me veo medio decente. Nadie sabrá que he estado llorando. Espero.
La puerta del vestuario se abre, asustándome.
– ¿Hay alguien aquí?
–Sí.
–Será mejor que vayas a clase, porque la policía está aquí. Están haciendo una búsqueda de drogas.
-----------------------------------------------------------------------
____________
El lunes, los rumores vuelan sobre la fiesta de Madison Stone. La mayoría de ellos giran alrededor de Nick y Madison haciéndolo en la cama de sus padres.
El martes y el miércoles me doy cuenta de que Madison se sienta con Nick en la mesa del almuerzo.
El jueves, Nick ni siquiera está en el almuerzo. Tampoco está Madison. La feliz pareja desaparecen hacia alguna parte.
El viernes por la mañana, Nick está en su taquilla, las galletas siguen pegadas en el interior. –Eh, –dice.
–Eh, –le digo de vuelta.
Meto mi combinación, pero la taquilla no se abre.
Lo vuelvo a intentar, sé que tengo bien los números, pero cuando tiro de la manivela, no se mueve.
Nick mira por encima de mi hombro. – ¿Tienes problemas?
–No.
Lo vuelvo a intentar. Esta vez, tiro de la manivela más fuerte y se agita. Una vez más, no pasa nada.
Nick golpea con los dedos el metal. –Tal vez has olvidado la combinación.
–Sé mi combinación. –le digo. –No soy estúpida.
– ¿Estás segura? Porque debería abrirse.
Mi pensamiento se dirige a los rumores acerca de él y Madison. Ni siquiera sé por qué, pero la idea de ellos conectando combustibles provoca mi ira. –Solo vete.
Se encoge de hombros. –Si tú lo dices. –Suena la primera campana. –Bueno, buena suerte. Si me preguntas, parece que alguien la ha amañado. –Saca los libros de su taquilla y se pavonea por el pasillo.
Corro tras él y agarro su brazo. – ¿Qué le has hecho a mi taquilla?
Se detiene. –Podría haber cambiado la combinación.
– ¿Cómo?
Se ríe. –Si te lo digo, tendría que matarte.
–Muy gracioso. Dime cómo la has cambiado.
–Te daré la información cuando... –Golpea la punta de su dedo índice contra su nariz. –Cuando todas las galletas estén fuera de mi taquilla. Incluidas todas las migas. Nos vemos. –Dice, metiéndose en el aula y dejándome sola en el pasillo para ver cómo voy a hacerlo... y de ahí, trazar mi próximo movimiento.
En la clase de inglés, el Sr. Furie saca nuestros ensayos. Dice nuestros nombres uno a uno y tenemos que ir a su mesa.
–____________. –grita.
Me acerco a por mi papel. Cuando el Sr. Furie me lo pasa, no está sonriendo. –Puedes hacerlo mucho mejor que esto, ____________. Sé que puedes. Excava más a fondo la próxima vez, y no trates de darme la respuesta que creas que quiero.
Paso a Madison en el camino de regreso a mi escritorio. – ¿Cómo está Nick? –Pregunta.
–Bien.
–Sabes que solo te presta atención porque siente lástima por ti. Es un poco triste, si piensas en ello.
La ignoro y me siento en mi escritorio. Una gran, C roja está escrita en la parte de delante del papel que me acaba de dar el Sr. Furie. No es bueno, especialmente si voy a solicitar una beca académica.
–Durante los próximos quince minutos, vais a escribir un documento de convicción. –Dice el Sr. Furie.
– ¿Sobre qué? –Pregunta Jason Glass.
–El tema es... –El Sr. Furie hace una pausa, obviamente para aumentar la anticipación y recibir la atención de todos los estudiantes. Se sienta en el borde de la mesa y dice: – ¿Debería la gente de los reality shows ser consideradas celebridades?
La clase empieza a murmurar sobre el tema.
–Mantened el nivel de ruido al mínimo, gente.
– ¿Cómo escribir un documento de persuasión cuando no tenemos tiempo para investigar? –pregunta alguien de la parte de atrás de la clase.
–Quiero vuestros pensamientos, no una investigación. Cuando estás hablando con un amigo y tienes que convencerlo de que haga algo, o de cambiar su opinión, no puedes decir: ‘Espera, tengo que hacer una investigación o escribir las estadísticas.’ Tienes que encontrar argumentos en tu cabeza. Eso es lo que estoy pidiendo que hagáis.
El Sr. Furie deambula por la clase mientras escribimos. –Si queréis un crédito extra, podéis leer lo que habéis escrito en voz alta.
Eso es bueno. Necesito un crédito extra. Y sé que puedo decir mi discurso sin tartamudear. Solo sé que puedo.
–Bolígrafos abajo. –el Sr. Furie ordena quince minutos más tarde. Da una palmada. –Muy bien,
¿algún voluntario para leer el primero?
Levanto la mano.
–Sra. Westford, levántate y comparte tus pensamientos.
–Oh no, ella no. –Oigo gemir a Madison junto a mí. Lacey se ríe junto con su grupo de amigos.
– ¿Tienes algún problema, Madison?
–No Sr. Furie. ¡Casi me rompo una uña! –Ella mueve sus dedos bien cuidados hacia él.
–Por favor, guarda tus problemas de uñas para después de clase. ____________, comienza.
Recojo mi papel y camino frente a la clase. Me digo a mí misma de respirar profundamente y pensar en las palabras antes de que salgan de mi boca. Cuando estoy de pie delante, miro a mi profesor. Me sonríe cálidamente. –Adelante.
Aclaro mi garganta. Y trago, pero siento que mi lengua es más gruesa incluso antes de empezar a hablar, por Madison. Ella me ha confundido, pero lo puedo superar. No tengo que darle poder sobre mi problema de tartamudez. Relájate. Piensa en las palabras. No te olvides de respirar.
–Yo pi-pi-pienso... –Miro hacia mi papel. Puedo sentir todos los ojos sobre mí. Algunos, probablemente me estén mirando con pena. Otros, como Madison y Lacey, probablemente me miren con diversión. –Yo cr-cr-creo que la ge-ge-gente de los r-r-reality shows...
Una carcajada estalla de una chica. Y sé quien es antes de mirar hacia arriba.
–Madison, no creo que esto sea divertido. Sé respetuosa con tu compañera de clase. –Dice el Sr. Furie, y agrega –No es una petición, es una orden.
Madison pone su mano sobre su boca. –Estoy bien, –dice entre sus dedos.
–Será mejor que sí, –dice el Sr. Furie con voz severa. –Adelante, ____________. Continúa.
Está bien. Puedo hacerlo. Si puedo hablar con Tuck sin tartamudear, tal vez debería fingir que estoy hablando con Tuck. Miro hacia mi mejor amigo. Él me da una pequeña ola de aliento desde su asiento en la parte posterior de la clase.
–...la gente en los reality shows son celebridades... –Hago una pausa y tomo una respiración profunda, y luego continúo. Puedo hacer esto. Puedo hacer esto. –porque dejamos que el m-m-media...
Otra explosión de risas hace eco en la clase, esta vez de Lacey y Madison.
– ¡Señorita Stone y señorita Goebbert! –el Sr. Furie señala hacia la puerta. –Fuera de mi clase.
–No habla en serio, –argumenta Madison.
–Nunca he hablado más en serio. Y también os doy a ti y a la señorita Goebbert tres días de detención después de clase a partir de hoy.
–No haga eso, –le susurro al Sr. Furie, esperando que nadie más me pueda oír. –Por favor, no haga eso.
Madison pone una mirada de asombro en su cara. – ¿Nos está poniendo detenciones por reírnos? Vamos, Sr. Furie. Eso no es justo.
–Dilo en la Casa Principal si tienes algún problema con mi castigo. –El Sr. Furie abre su cajón y saca dos detenciones azules. Rellena ambos a la vez y las propuestas de resolución y Madison y Lacey vienen a buscarlas.
Ambas chicas me disparan una mirada furiosa. Oh, no, esto no es bueno. Ahora estoy en el radar de Madison, y no sé si hay alguna manera de salir de él.
Cuando él les pasa las tarjetas azules, Madison la mete en su bolso. –No puedo tener una detención después de clase. Tengo que trabajar en la boutique de mi madre.
–Deberías haber pensado en eso antes de interrumpir mi clase. Ahora, las dos, pedidle disculpas a ____________. –pide nuestro profesor.
–Está bien, –murmuro. –No te-te-tenéis que hacerlo.
–Oh, insisto. Lo s-s-sentimos. –Dice Madison, y de repente Lacey y Madison empiezan a reírse de nuevo. Incluso después de que salgan por la puerta puedo oír sus risas resonando mientras caminan por el pasillo.
–Pido disculpas en su nombre por su inadecuado comportamiento, ____________. –Dice el Sr. Furie. – ¿Todavía quieres compartir tu opinión?
Sacudo la cabeza y suspira, pero no discute cuando vuelvo a mi escritorio. Me gustaría que sonara la campana para poder ir al baño de chicas y esconderme.
Estoy muy enfadada conmigo misma por dejar que ellas me afecten.
Durante los siguientes veinticinco minutos, el Sr. Furie pide a otros chicos leer sus documentos de persuasión. Sigo mirando el reloj, rezando por que los minutos pasen más rápido. Es difícil contener las lágrimas que amenazan con derramarse en cualquier momento.
Tan rápido como suena la campana, cojo mis libros y prácticamente esprinto fuera de clase. El Sr. Furie dice mi nombre, pero pretendo que no lo he escuchado.
– ¡____________! –Dice Tuck, agarrando mi codo y girándome.
Una estúpida lágrima cae por mi cara. –Quiero estar sola. –Me ahogo, entonces corro por el pasillo.
Al final del pasillo, hay unas escaleras que conducen a un vestuario vacante que utilizan los equipos rivales durante los torneos. Nadie lo utiliza durante el día, y la idea de estar sola y no tener que poner una sonrisa falsa en mi cara, suena como el cielo ahora mismo. Soy consciente de que llegaré tarde a la sala de estudio, pero la Sra. Hadden no suele tomar la asistencia, e incluso si lo hace, no me importa. No quiero que me vean todos con un desorden emocional.
Abro la puerta de los vestuarios y me meto en uno de los lavabos. Toda la energía que usé durante la última mitad de la clase de inglés para no perderme, se precipita fuera de mí. Ojalá pudiera ser más fuerte y no preocuparme por lo que la gente piense, pero lo hago. No soy tan fuerte como Tuck. No soy tan fuerte como Madison.
Me gustaría estar satisfecha, simplemente siendo yo, ____________ Westford, con problemas de lenguaje y todo.
Pasan quince minutos antes de que vaya al fregadero y vea mi reflejo en el espejo. Me veo como que he estado llorando. Eso, o que tengo un resfriado muy malo. Mojo una toalla de papel, y me la pongo en los ojos, tratando de bajar la hinchazón. Después de unos minutos, creo que me veo medio decente. Nadie sabrá que he estado llorando. Espero.
La puerta del vestuario se abre, asustándome.
– ¿Hay alguien aquí?
–Sí.
–Será mejor que vayas a clase, porque la policía está aquí. Están haciendo una búsqueda de drogas.
Andiie
Re: Ley de atracción -adaptación- Nick&Tu [Terminada]
;( Maltida Madison!ODIO a la gente que se burla de otros por tener problemas. Realmente no aguanto a esas personas, ellas tienes miles de defectos más y aun así se burlan, ¿como pueden sentirse bien hiriendo a otro?
Invitado
Invitado
Re: Ley de atracción -adaptación- Nick&Tu [Terminada]
HeyCrazyFan escribió:;( Maltida Madison!ODIO a la gente que se burla de otros por tener problemas. Realmente no aguanto a esas personas, ellas tienes miles de defectos más y aun así se burlan, ¿como pueden sentirse bien hiriendo a otro?
Lose, es horrible, cuando le lei me dio mucho corraje,
por que pues es vdd eso existe en todas las escuelas D:
Andiie
Re: Ley de atracción -adaptación- Nick&Tu [Terminada]
oooo odioo a madison
y _____ tonta, yo me le hubiera tirado ensema y arrancado las extensones jaja plis q nick le diga de todo jaja beeesooos sigueeela
y _____ tonta, yo me le hubiera tirado ensema y arrancado las extensones jaja plis q nick le diga de todo jaja beeesooos sigueeela
#Fire Rouge..*
Re: Ley de atracción -adaptación- Nick&Tu [Terminada]
Nadie es perfecto! pero ____ va a lograr superarlo solo se trata de Un poquito de confiannza en si misma!!
WhoIam13
Página 5 de 47. • 1, 2, 3, 4, 5, 6 ... 26 ... 47
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