Speed and Love |HARRY STYLES FANFIC| Parte I

Subí luego de terminar de hacer la comida y dejarla en el horno microondas para cuando papá llegara. No tenía hambre. Apenas llegué a mi habitación me quité mi anillo que casi estaba quemando sobre mi piel, no podía seguir utilizándolo tranquilamente después de lo que había pasado. Me puse mi pijama de algodón rosa y me metí entre las cobijas. No estaba haciendo tanto frio pero igual por alguna razón necesitaba cubrirme.

En cuanto mi cabeza tocó la almohada un sin número de pensamientos se abalanzaron al mismo tiempo dentro de mí, había estado reteniéndolos por demasiado tiempo y ahora me asaltaron de un solo golpe. Sin anestesia. Apreté los ojos negándome a sentirme mal por lo que había hecho. Algo dentro de mí me decía que debería hacerlo, sentirme mal. Sucia. Tonta. Pero no era así, la verdad era que no me arrepentía.

Giré hacia el lado de la puerta y miré a Dorothy que estaba acostada en su cama. Solté un fuerte suspiro y por un momento quise ser ella, sin preocupaciones que le atormentaran el sueño. Miré hacia el interruptor de la luz por unos minutos, pensando en que debía ponerme de pie y apagarlo pero no lo hice porque no tenía los ánimos ni siquiera para dar los cinco pasos hasta allí.

Mi propia mente me estaba torturando, llevándome a lugares que nunca creí que tendría que ir. Quería a mamá. La necesitaba. Me tapé completamente con las cobijas y abracé una de las almohadas blancas que estaban a mi lado. Un sollozo que no sabía que estaba conteniendo se escapó de mi garganta y fue el que dio vía a las lágrimas.

No estaba llorando por Harry. No lloraba por ser tan tonta. Ni siquiera lloraba por haber hecho lo que hice con él. Por haberlo tocado. Ni por haberle permitido tocarme más de lo que se suponía debía dejar que un hombre lo hiciera.

Lloraba porque me sentía sola, lloraba porque extrañaba más que nunca a mi madre, porque no tenía nadie con quien hablar tranquilamente, porque no sabía qué hacer, estaba confundida y no sabía que sentir.

Ya no sabía que era lo correcto y que no.

Me forcé a mí misma a detener las lágrimas y a controlarme, no me gustaba llorar. Limpié con la palma de mi mano la humedad de mis ojos y mejillas y respiré rítmicamente hasta que estuve calmada. Una falsa calma, pero calma de todos modos.

Unos minutos más pasaron y tuve que salir de mi escondite debajo de las cobijas porque estaba empezando a sofocarme. Cerré los ojos y la imagen de mi madre cruzó por mi cabeza, su sonrisa perfecta, su cabello rubio revoloteando debido al viento, sus ojos. La sentía tan cerca, casi podía tocarla. Casi.

Un sonido me sacó de mis pensamientos, era la vibración de mi celular. Tomé aire antes de moverme un poco y alcanzar el aparato que se encontraba, como siempre, en la mesa de noche. La pantalla indicaba que era Harry quién estaba llamando, no quería contestar así que rechacé la llamada, vi las notificaciones de llamadas perdidas de Maddie también pero apagué el celular y lo volví a dejar en su sitio. Cerré los ojos y bajo el silencio de la noche y la luz de mi habitación que no había apagado, me quedé dormida.


Un fuerte golpe en la puerta hizo que me despertara, me quejé un poco sintiendo que no había dormido lo suficiente pero no había nada que yo pudiera hacer al respecto. Era Domingo.

-¡Hora de levantarse Skylar!-Mi papá gritó al otro lado de la madera por última vez.

La luz estaba apagada así que supuse que había sido papá cuando llegó anoche, miré a Dorothy estirándose y sonreí desde la cama. No quería levantarme pero aun así tenía que hacerlo. Estaba sentada en la orilla armándome de fuerzas para ponerme en pie definitivamente e ir a arreglarme cuando un objeto en la alfombra al otro lado de la cama llamó mi atención. Abrí los ojos como platos al darme cuenta de que eran las gafas de Harry, corrí hacia ellas y las agarré rápidamente mirando por algún motivo hacia la puerta de mi alcoba. Sabía que papá no las había visto porque de lo contrario habría hecho un escándalo enorme, pero aun así había estado muy cerca de encontrarlas. Abrí el cajón de la mesa de noche y las escondí en el fondo detrás de una caja en la que guardaba fotografías. Vi mi celular escondido ahí desde la noche anterior así que lo saqué y lo encendí. Había dos llamadas perdidas de Harry y un mensaje de texto.

De: Harry.
Contesta.

Puse los ojos en blanco, hasta en un simple mensaje tenía que ser tan autoritario y mandón. Ya hablaría con él después de llegar de la Iglesia, además tenía que decirle que sus preciadas gafas se habían quedado aquí.

Después de bañarme busqué en mi armario algo que ponerme, pasé la mano por los vestidos, faldas y demás ropa y finalmente me decidí por un corto vestido amarillo y sandalias doradas. Até mi cabello en una cola de caballo y salí de la alcoba para ir a desayunar con mi padre en silencio como siempre lo hacíamos.

Ésta vez Maddie estaba en la entrada de la iglesia esperándonos. Mis nervios y ansiedad se dispararon significativamente al recordar que no le había dicho nada de mi pequeña mentira del viernes por la noche. Mi corazón palpitaba tan rápido que casi creí que mi padre, que estaba caminando junto a mí, alcanzaría a escucharlo.

-Buenos días Reverendo-Saludó ella educadamente dándole un cálido abrazo y luego se enfocó en mí-Hola Skylar.

Oh no, ahora soy Skylar para ella.

-¿Cómo sigues Maddie?-Preguntó mi padre y mis ojos se abrieron hacia mi amiga que lo miraba con el ceño fruncido.
-¿Cómo sigo?-Replicó ella con confusión.
-Sí, Skylar me dijo que estuviste enferma el viernes.

Ahora fue el rostro de mi padre el que se mostraba confundido mientras su mirada viajaba de Maddie hacia a mí y de vuelta a ella.

-¿Ah sí?-Respondió ella mirándome, elevó sutilmente su ceja derecha hacia mí y luego volvió la vista hacia mi padre-Ya me encuentro mucho mejor gracias.

Luché para no dejar salir el aire que tenía represado en mis pulmones y no hacer tan obvio el alivio que sentía en esos momentos. Papá se despidió y entró a la Iglesia dejándonos a nosotras en la entrada.
-¡¿Pero qué m…?!-Se detuvo antes de terminar la palabra al percatarse de donde estábamos, respiró y prosiguió a hablar-¿Podrías explicarme que fue eso?
-¿Qué fue qué?
-No te hagas la tonta Skylar-Rodó sus ojos con fastidio.
-¿Podrías dejar de llamarme Skylar?-Refunfuñé silenciosamente como niña chiquita.
-¿Podrías explicarme que está pasando?-Insistió ella de nuevo.

Miré hacia ambos lados fijándome en que todavía las personas no estuvieran llegando y tomé a mi amiga del brazo para que nos apartáramos un poco, hacia el gran árbol.

-Le dije a papá que estabas enferma para que me dejara salir el viernes a “visitarte”-Enmarqué las comillas con mis dedos al mismo tiempo que le brindaba una mirada culpable-Lo siento.

Su ceño se frunció mucho más que antes mientras me observaba.

-¿A dónde fuiste?
-Uhm fui a la biblioteca-La mentira salió de mi boca antes de siquiera darme cuenta de mis palabras.

Maddie cambió su expresión por una de reproche mezclado con una pizca de fastidio. Mostrándome que no me creía absolutamente nada.

-¿Dónde estuviste Sky?-Volvió a preguntar ésta vez de manera más suave.

Bajé la mirada hacia mis sandalias y moví los dedos de mis pies.

-Estuviste con Harry. ¿Cierto?

Asentí sin apartar mis ojos del suelo, no quería ver su mueca de recriminación.

-¿A dónde fueron?
-Fuimos a la carrera-Respondí alzando finalmente el rostro y me relajé notablemente al percibir que no estaba tan molesta como me lo había esperado.

El señor y la señora Clark se acercaron a nosotras saludándonos educadamente y poniendo así fin a nuestra conversación. La gente empezaba a llegar así que teníamos que entrar y ubicarnos en nuestros respectivos puestos de siempre.

-Ni creas que te salvas de ésta, tienes que contarme todo más tarde-Susurró Maddie antes de sentarnos.

La misa terminó más rápido de lo que hubiera querido. Fuimos al mismo restaurante de todos los domingos y almorzamos juntos, con Maddie y mi padre siendo los únicos participantes de la conversación, igual que siempre.

No quería aceptarlo pero en realidad estaba deseando llegar pronto a casa para así poder ver si Harry me había llamado o escrito algo más. Había dicho ayer que hoy nos veríamos y aunque era consciente de que eso era imposible, quería saber si lo intentaría.

Mi padre rió por un comentario de Maddie y yo giré mi rostro hacia el otro lado. Odiaba sentirme de la manera en que me sentía siempre que estábamos los tres juntos, parecía que ella fuera su hija y yo era la extraña en ésta situación. No me molestaba que mi mejor amiga y mi padre se llevaran bien, era el hecho de que él no se irritaba con ella como solía hacerlo cuando hablaba conmigo, él la dejaba hablar y hablar mientras que yo no podía decirle más de una oración sin que me interrumpiera o me mandara a callar.

Nunca me había permitido pensar de esa manera con respecto a él, pero era una realidad y me hacía sentir mal.

En cuanto llegamos a la casa Maddie y yo subimos a mi habitación mientras papá se encerraba a leer en su estudio. Quité mis sandalias y las arrojé a un lado de la puerta para luego ir por mi celular.

-Ahora sí. Cuéntamelo todo-Exclamó ella sentándose en la cama y dándome una mirada expectante.

Dirigí la mirada al aparato en mis manos y sonreí involuntariamente al encontrar un nuevo mensaje de Harry, pero mi sonrisa se desvaneció rápidamente al leerlo.

De: Harry.
El amarillo te queda muy bien.

¿Qué?

Bajé mis ojos hacia mi vestido. Me había visto. Pero, ¿Cuándo?

-¡Sky!-Me llamó Maddie nuevamente-Necesito que me expliques que hacías con Harry a las dos de la madrugada.

Dijo ella recordando el mensaje que le había enviado esa noche antes de ir a dónde Harry. Ya no tenía escapatoria. Tenía que contarle todo, bueno casi todo. Tomé una respiración profunda antes de empezar a hablar.

-¿Dormiste en su apartamento?-Replicó Maddie con los ojos y la boca abiertos-¿Estás loca?

Me acerqué a ella indicándole que bajara un poco el volumen de su voz ya que papá se encontraba justo en la planta baja y lo último que necesitaba era que escuchara todo. Me senté en la orilla de la cama junto a ella y miré mis manos que se frotaban con ansiedad, se sentía extraño no tener mi anillo luego de llevarlo conmigo casi durante tres años. Agradecía que papá fuera poco detallista y no se había dado cuenta del vacío en mi dedo.

-Tú y Harry…-Titubeó mientras encontraba la palabra adecuada-es…extraño.

Giré mi rostro hacia ella para mirar su expresión. Por supuesto no le había contado de la visita de anoche y de todo lo demás que había pasado. Simplemente me limité a decirle de los besos y que me había quedado con él.

-Nunca me lo hubiera podido imaginar-Volvió sus ojos hacia mí y sonrió sin una pizca humor-No te ofendas pero no creí que fueras exactamente su tipo.

Ella tenía razón, yo no era para nada su tipo. La pelirroja de las carreras por otro lado, si que era su tipo perfecto de chica.

-Ten cuidado y no seas tan ingenua con él. Es tu vida, tu decisión, así que eso es lo único que puedo decirte. No quiero ser cruel pero a Harry se le conoce especialmente por su larga colección de mujeres y no creo que quieras ser parte de ella.

Alcé la mirada hacia ella encontrando interés en lo que estaba diciendo.

-¿Cómo lo sabes? ¿Lo de todas las mujeres?
-Todos lo dicen Sky. Además las habitaciones del edificio de corredores solo están permitidas para los pilotos, para…tu sabes.

Recordé la noche en que lo conocí y me llevó a una de las habitaciones para poder contestarle la llamada a mi padre. Recordé la expresión de Jess al verme bajar con Harry y entendí por qué había sido.

-Solo piénsalo bien.

Asentí una vez más y dimos por terminado el tema. Mi cabeza daba vueltas por todos lados, por supuesto sabía que Harry no era un santo pero no me había puesto a pensar con detenimiento en lo lejos que podría llegar su reputación.

Tomé mi celular antes de bajar junto a Maddie a la sala de televisión. Suspiré al ver que Harry había vuelto a llamar. Pensé en llamarlo pero justo en esos momentos no me encontraba de humor así que bajé con mi amiga y vimos televisión toda la tarde.


Me levanté al día siguiente sintiéndome un poco de mejor humor, me sentía perfecta de ánimos de hecho. Había tenido un buen sueño, siempre que soñaba con mi madre me hacía feliz y ésta vez lo sentí más como una señal, por más tonto que eso sonara.

Dorothy se removió un poco en su cama debido al ruido que yo estaba haciendo pero ni se molestó en levantarse, continuó acostada durmiéndose de nuevo.

Me di una ducha de agua caliente que hizo a mis músculos relajarse notoriamente, lavé mi cabello con mi shampoo favorito y salí minutos después cuando ya había culminado. Envolví una toalla grande alrededor de mi cuerpo y otra más pequeña en mi cabeza para no gotear agua por todos lados y salí del cuarto de baño.

El clima estaba muy acorde con mi estado de ánimo así que por primera vez en mi vida, decidí utilizar un vestido para ir al colegio. Abrí el lado de mi armario donde guardaba mis faldas, vestidos y cosas medianamente elegantes y saqué el vestido perfecto para hoy. Era azul con estampado beige, me quedaba corto adelante y tenía una cola un poco más larga atrás. Tomé mis sandalias cafés y me las puse.

Quité la toalla de mi cabeza y dejé mi larga cabellera suelta para que terminara de secarse con el aire. Por alguna razón quise aplicarme un poco de maquillaje. Mi rostro lucia pálido como siempre y tenía mis comunes, pequeñas pero notables, ojeras que nunca me abandonaran a pesar de que durmiera lo suficiente. Pero recordé que no tenía maquillaje así que tuve que conformarme.

Ni siquiera hice el intento de llamar a mi padre mientras bajaba las escaleras porque sabía de ante mano que ya se había marchado. Alcé mi celular que lo llevaba en la mano, pasé mi dedo para desbloquearlo y el últimamente demasiado común nombre de Harry iluminó la pantalla. Un mensaje.

De: Harry.
¿Dónde mierda estás metida?

Ignoré su mala palabra y cerré la bandeja de mensajes para dirigirme hacia la de llamadas, había otra llamada perdida de él. Toqué su nombre y llevé el celular a mi oído escuchando los pitidos al otro lado de la línea. Se fue a buzón así que corté y lo dejé sobre la encimera. Abrí la nevera viendo que había para el desayuno y terminé escogiendo lo mismo de siempre, jugo de naranja con tostadas.

El celular comenzó a vibrar y luego de percatarme de quién era, contesté.

-¿Por qué no cogías mis llamadas?-Exclamó Harry enojado antes de siquiera darme la oportunidad de hablar.
-Hola, estoy muy bien gracias. ¿Y tú?-Rodeé los ojos por su mal genio, de cierta forma el no tenerlo en frente me hacía sentir más valiente.
-No juegues conmigo Skylar-Sentenció duramente y casi pude verlo tensar la mandíbula.

Terminé de tomarme el jugo de naranja, apoyé el celular entre mi oreja y mi hombro para poder lavar el vaso.

-¿Por qué no contestabas?-Volvió a repetir.
-Lo siento, estuve ocupada.

Soltó una fuerte respiración. Subí nuevamente hacia mi habitación para buscar mi mochila y guardar mis cuadernos. Mis ojos se abrieron de golpe y un leve jadeo salió de mi boca cuando me di cuenta de que no había hecho las tareas de biología y cálculo que eran para hoy ni había terminado de leer el libro de filosofía que era para mañana.

-¿Qué pasa?-Preguntó Harry al otro lado cambiando su tono de voz molesto a uno más suave y casi preocupado.
-¡Olvidé hacer las tareas!-Exclamé con horror.

Yo nunca olvidaba mis obligaciones escolares. Nunca. Harry se rió haciendo aumentar mi estrés.

-No vayas-Susurró luego de dejar de burlarse de mí.
-¿A dónde?-Estaba segura de que él había rodado los ojos ante mi pregunta tonta.
-Al colegio Sky. No vayas.

Fruncí el ceño deteniéndome en la mitad de mi alcoba. Yo no faltaba al colegio, tenía que estar muy enferma, casi muriéndome para no ir. Y éste definitivamente no era el caso.

-Vamos a otro lado-Propuso.
-¿Estás loco? No puedo simplemente decidir no ir a clases.
-¿Por qué no? Igual no hiciste tus trabajos.

Lo pensé por un segundo pero luego revolví mi cabeza para ahuyentar el pensamiento de escaparme de un día de colegio para irme con Harry. Eso era una locura. Más que una locura.

-Estaré castigada para siempre si mi papá me descubre.
-Vamos Sky, deja de pensar tanto.

Y ahí estaban otra vez, sus palabras mágicas que extrañamente hacían que una parte de mi cerebro se apagara automáticamente en cuento las pronunciaba.  

Me senté en la orilla de la cama. No quería aceptarlo conmigo misma pero realmente estaba considerando el no ir a clase. Además si iba tendría que explicarles al Sr. Morris y la Srta. Peterson el porqué de no haber hecho las tareas. Pero si faltaba podría decirles simplemente que estaba enferma y presentarlas la próxima clase del miércoles. Sabía que no habría problema y me creerían ya que tenía un registro intachable en ambas asignaturas.

-No puedo faltar a clases-Susurré no muy convencida, pero lo hice más para mí misma que para él.
-¿Por qué no? Tu papá no se va a dar cuenta.

Él podría no enterarse pero yo lo sabría. Sabría que habría desobedecido otra de sus reglas.

Pero luego de haber roto tantas, ¿Qué daño podría hacer sólo una más?

-De acuerdo-Acepté finalmente.

Harry colgó luego de decirme que en veinte minutos estaría aquí. Fui al baño a lavarme los dientes y sacar el secador para cepillarme el cabello rápidamente.

Guardé en mi mochila, el celular, la billetera y algunos cuadernos por si acaso. Saqué un abrigo largo beige de mi armario y me lo puse encima del vestido.

Colgué la mochila en mis hombros, agarré las gafas negras de Harry de la mesa de noche y alcé a Dorothy para bajar cuando el sonido del timbre se extendió desde el primer piso.

-Hola-Dije encontrándome repentinamente más tímida que hace un rato cuando hablamos por celular.
-Hola-Sus ojos escanearon mi cuerpo haciéndome sonrojar-Te ves hermosa.
-Uhm Gracias.

Ignoré el calor que subía escandalosamente por mis mejillas y decidí enfocarme en él. Llevaba puestos unos jeans negros demasiado ajustados, sus botas cafés, un buzo gris y por último, un gorro negro cubría su cabello. Alcé mi mano para mostrarle sus gafas y automáticamente una sonrisa se propagó en su rostro.

-Creí que las había botado-Exclamó tomándolas-Debieron haberse caído el sábado cuando…
-Ajá-Le corté dándome la vuelta y tomando mis llaves del portallaves ubicado a un lado de la puerta-¿Puedo llevar a Dorothy?

Harry alzó la ceja y sus ojos cayeron en ella que estaba en mis brazos.

-Supongo que sí-Respondió frunciendo el ceño no muy convencido.

Fui hasta la cocina, dejando a Harry en la entrada, para buscar una lata de comida para mi gata. La guardé en la mochila y volví. Harry arrancó bruscamente a Dorothy de mis brazos cuando yo trataba de ponerle seguro a la puerta. Lo fulminé con la mirada pero él ni siquiera me prestó la más mínima atención.

Finalmente llegamos a su camioneta que se encontraba parqueada una cuadra más abajo. Abrió la puerta del copiloto dándome paso y dejó a Dorothy en mis piernas antes de cerrar y dirigirse hacia su lado. El motor retumbó y la camioneta comenzó a rodar por la carretera.

-¿A dónde vamos?-Pregunté viendo su perfil serio y concentrado en el frente.

Harry giró su rostro hacia mí y sonrió de medio lado antes de contestar.

-Ya lo verás.

Estuvimos en silencio el resto del trayecto, acariciaba a Dorothy pero ella simplemente se removía fastidiada por mi toque. Por un segundo cruzó por mi mente el preguntarle a Harry por lo de su larga lista de chicas, pero decidí no hacerlo porque no quería parecer una loca obsesionada. Además había decidido darle el beneficio de la duda y no prestarle tanta atención a las habladurías de los demás, podría que resultara ser cierto lo de su fama de mujeriego pero no quería a ese pensamiento rondando por mi cabeza así que decidí ignorarlo.

-¿A qué te dedicas? ¿No trabajas?-Pregunté rompiendo el silencio.
-¿Qué te hace pensar que no trabajo?-Replicó.
-Bueno pues…estás aquí. Conmigo-Dije señalándome con las manos.

Harry soltó una suave risa que no tenía nada de humor en ella.

-Los autos son mi trabajo Sky.
-¿Así que te ganas la vida compitiendo en carreras ilegales?

No quise que la pregunta saliera tan brusca como había sido, pero no podía creer que las carreras dieran tanto dinero. Harry tenía un apartamento para él solo y dos carros que la verdad parecían ser costosos.

-Dije que mi trabajo son los autos no que me ganara la vida con las carreras.

Su tono se volvió más serio y molesto de un momento a otro. Esperé para que explicara que quería decir con eso, pero no lo hizo así que decidí quedarme callada y apoyar la cabeza contra el vidrio mientras veía hacia el exterior.

No me cae bien ese Harry sangrón  
Dan ganas de estrangularlo, aun que bueno, contando con que sus toques románticos siempre salen a flote, los toqueteos y besos aksjks. Es sexy y encantador, debería ser ilegal ser tan perfecto. Aajskasj, ay que secuestrarlo, ¿qué dices?
Me encantaron los capítulos, maldita Maddie, por poco pensé que dejaría a Sky mal frente a su papá, no podré soportar cuando él se entere de lo de Harreh, de seguro se armará un show y todas sufriremos, no estoy preparada, así que hazme amarlo más xd
Síguela pronto preciosa, no olvides que te adoro

CAPITULO 15

Parte I

-¡Esto es hermoso!-Exclamé admirando el paisaje a mi alrededor.

Estábamos en un gran parque con un lago en el medio. Había poca gente, la mayoría ancianos que no tenían que trabajar y venían aquí para distraerse. El sonido de los pájaros cantando me hizo sonreír automáticamente. Éste sin duda era un lugar perfecto.

-Iba traerte aquí el viernes pasado, pero tus paranoias lo impidieron.

Rodeé mis ojos ignorando sus palabras y caminé hacia un puente ubicado justo encima del lago. Estaba haciendo el sol perfecto para estar aquí, todo alrededor se veía tan verde, se sentía la calma.

-Baja a la gata Sky.

Miré a Dorothy y la apreté con más fuerza contra mi pecho haciendo un mohín.

-No quiero que se pierda.
-Parece que lo sobreprotector es de familia-Comentó ganándose una mala mirada por mi parte pero finalmente bajé a Dorothy para que caminara un poco.

La vi moviéndose con duda casi con miedo hasta que finalmente se detuvo y se hecho acostándose al final del puente. Me reí y negué con la cabeza, dos enormes manos se posicionaron en mi cintura.

-Ven aquí nena-Susurró Harry apegándose a mi espalda.

Me encontraba apoyada mirando hacia el frente, entre el borde del puente y el cuerpo de Harry. Su barbilla se apoyó en mi hombro derecho y sus manos se unieron en mi abdomen mientras veíamos el paisaje en frente de nuestros ojos.

-¿Ya desayunaste?-Preguntó después de unos minutos de silencio.

Asentí y giré la cabeza a un lado para alcanzar a verlo. Sus ojos se conectaron con los míos al instante y su sonrisa torcida se ubicó en sus labios. No pude evitar no sonrojarme al tenerlo tan cerca y mi corazón tampoco pudo evitar comenzar a palpitar con mayor velocidad. Sus labios chocaron con los míos en un beso fugaz haciéndome sonreír levemente.

Me di la vuelta para quedar en frente de él y Harry se acercó incluso más, dejando una de sus manos en mi cintura y la otra llevándola hacia mi barbilla para elevar mi rostro hacia el suyo y unir nuestros labios nuevamente. Su lengua entró demandante a mi boca haciéndome separar de él y mirar hacia ambos lados percatándome de que no nos estuvieran mirando.

-Nadie está viéndonos-Susurró y volvió a besarme.

Coloqué mis manos en sus mejillas mientras su lengua volvía a intentar abrirse camino y ésta vez sí le di vía. Trataba de seguirle el ritmo pero sabía que mi poca, por no decir nula, experiencia era demasiado obvia para él. Se inclinó más hacia abajo tratando de emparejar mi estatura y me pegó más hacia el puente haciéndome sentar en el borde de éste. Me separé de golpe cuando su mano empezó a acariciar el interior de mi muslo ascendiendo peligrosamente y subiendo un poco mi vestido a su paso.

-Harry…-Balbuceé bajándome de donde me encontraba sentada.
-Lo siento-Exclamó.

Caminé hacia Dorothy que seguía durmiendo como si nada. La mano de Harry me agarró firmemente del brazo y me giró hacia él impidiéndome llegar a mi objetivo.

-No te enojes.

Me acercó a él juntando sus manos en mi espalda y dejándome encerrada entre sus brazos, haciendo que mi molestia se disipara como por arte de magia. Su rostro se inclinó hacia el mío, rozando mi nariz con la suya mientras nuestros ojos se observaban fijamente. Verde contra azul.

Me encantó el maratón Drew, gracias por cansarte los ojitos escribiéndonos tus hermosos capítulos, vale la pena, escribes precioso y me encanta la novela :)
Ya me pasé por el instagram, me encantaron los conjuntos y las fotos sexys de Harry con la ropa, amé a Dorothy, me encantan, en lo personal; los gatos negros con ojos verdes, idk, medio darks xd pero me encantan, no es que sea aficionada de ellos ya que amo a los perros, pero sin duda tendría uno así si mi madre fuera menos quisquillosa xd
Aquí es la 1:30 am y me ataco la inspiración xd así que comenzaré de esclava a escribirles a mis hermosas lectoras, so, espero puedas seguirla pronto y ya sabes que te quiero un montón ♥