Speed and Love |HARRY STYLES FANFIC| Parte I

¿Por qué había dicho que si? ¿Por qué había mentido de nuevo? ¿Por qué estaba en el auto de Harry Styles camino a una carrera otra vez? Mi mente maquinaba un sin número de preguntas que exigían respuestas, las cuales yo no poseía.

Una semana, tan sólo una semana había pasado desde la última vez que estuve allí. Una semana desde que empecé con las mentiras. Una semana de confusiones y miedos. Una semana desde que conocí a Harry.

Con él todo iba a mil por hora.

Había llamado a papá para decirle que Maddie se encontraba enferma y me había pedido que por favor le hiciera compañía esta noche. Él lo dudo un poco ya que no le gustaban mis salidas repentinas sin suficiente aviso previo, pero por tratarse de mi mejor amiga, finalmente accedió. Pensé en llamar a Maddie para avisarle que me quedaría a dormir en su casa, pero recapacité minutos después, no tenía cabeza en esos momentos para lidiar con sus prejuicios en contra de Harry. Únicamente la llamé para saludarla y cerciorarme que ésta noche no fuera a asistir a la carrera.

Harry pasó toda la tarde en mi casa y antes de que papá llegara emprendimos camino hasta la marginada zona industrial. Jugueteé nerviosamente con mi anillo, igual que siempre lo hacía. Sabía que ya estábamos llegando porque todo se tornaba más solitario, oscuro y abandonado.

-¡Sky!-Dijo fuerte Harry sacándome de mi burbuja, giré exaltada y él frunció el ceño inmediatamente-¿Qué te pasa?

-Na-Nada-Tartamudeé apartando la mirada.

Finalmente llegamos, Harry parqueó la camioneta cerca del edificio donde se reunían los pilotos y se bajó indicándome que esperara a que abriera mi puerta. Bufé y la abrí antes de que llegara a mi lado.

-Parece que tendré que colocarle nuevamente el seguro para niños.

Puse los ojos en blanco y terminé de bajar del auto, automáticamente el frio de la noche se hizo presente forzándome a esconder las manos en los bolsillos delanteros de mi buzo. Harry se inclinó en el asiento de copiloto para abrir la guantera y sacar algo. Luego de cerrar y activar la alarma se acercó a mí colocando un gorro azul con letras blancas en mi cabeza, lo acomodó correctamente y trajo mi cabello para que cayera adelante. Acunó mi rostro entre sus gigantes manos mientras sonreía.

-Quédatelo-Se inclinó plantando un corto beso en mis labios-Te queda mejor a ti.

Bajé mi rostro sintiendo como mis mejillas empezaban a arder, Harry soltó una leve risa y tomó mi mano firmemente para que empezáramos a caminar.

El mismo hombre enorme de la última vez estaba cuidando la puerta. Saludó animadamente a Harry y a mí me brindó un simple asentimiento de cabeza. La música retumbaba en el lugar, pero no habían tantas personas como me esperaba. Harry entrelazó nuestros dedos con mayor firmeza a medida que entrabamos al salón principal.

Pude ver a un grupo de personas a un costado alrededor de una pequeña mesa aspirando el humo que salía de una pipa mientras otros fumaban como normalmente se hacía. A pesar de mi nula experiencia, sabía que eso no era tabaco. Me estremecí y me apegué más a Harry, por extraño que pareciera él me hacía sentir segura.

Finalmente llegamos junto a otro grupo sentados en unos sofás. Uno de los chicos se puso de pie en cuanto vio a Harry, se acercó rápido y lo saludó enérgicamente. Era alto, delgado y de cabello oscuro.

-¡Hey Hazza!-Le dio un extraño medio abrazo al cual Harry respondió con su mano libre-Veo que tienes nueva compañía-Indicó refiriéndose a mí.
-Zayn, ésta es Skylar.

El chico le brindó a Harry una mirada de clara confusión y luego plantó en su rostro una media sonrisa divertido mientras volvía a enfocar sus ojos en mí. Elevó su mano educadamente la cual agité en respuesta.

-Un placer Skylar.
-Sky-Repliqué al segundo. Él sonrío y asintió.
-Sky-Repitió corrigiéndose.

Se enfocó en Harry nuevamente mostrándole una mueca burlona e interrogante pero éste no le puso cuidado, aumentó el agarré en mi mano y me dirigió para acercarnos al resto del grupo, presentándome a cada uno de ellos.

-Espérame aquí, traeré algo de tomar-Sentenció minutos después, pero luego su mirada cayó en algún punto a mis espaldas, sus ojos se tornaron oscuros y su mandíbula se tensó al instante-O mejor acompáñame.

Me tomó del brazo sin siquiera dejarme procesar sus palabras. Al momento de girar pude observar lo que había llamado la atención de Harry, un chico se encontraba de pie en una de las esquinas del salón con su mirada fija en nosotros. No era tan alto como Harry pero sus músculos compensaban su baja estatura, traía una camiseta sin mangas que dejaba al descubierto sus tatuajes. Uno de una serpiente a lo largo de su brazo izquierdo llamó mi atención y por alguna razón me hizo estremecer, no me agradaba la forma en que nos miraba y parecía que a Harry tampoco. Salimos del salón principal rápidamente, yo estaba siendo prácticamente arrastrada detrás del chico de ojos esmeralda.

-¿Qué pasa?-Me animé a preguntar una vez llegamos a una especie de cocina.

En el lugar había un hombre que cumplía el papel de barman, basado en su aspecto podría decir que tendría alrededor de treinta años. Harry le hizo nuestros pedidos, no presté mucha atención a lo que dijo.

-¿Qué te pasa?-Insistí nuevamente ésta vez acercándome más a su lado.
-Nada-Contestó duramente sin apartar su mirada del frente.

El barman nos alcanzó dos vasos, tomé un poco del mío haciendo una mueca de asco en el acto. Harry llevó su bebida a su boca y vació el contenido en menos de un segundo, lo volvió a golpear sobre la mesa pidiendo más y el barman lo rellenó nuevamente.

Fruncí el ceño sin comprender el porqué de su repentino enfado. Yo no había terminado ni siquiera la mitad de mi bebida, que estaba segura no era tan fuerte como la de él, cuando posicionó el vaso para que fuera llenado de nuevo. No conocía mucho acerca del alcohol, pero no se necesitaba ser un genio para saber que no era bueno tomar tan continuamente.

-Harry…-Titubeé apartando el objeto de plástico de su alcancé.

Su mirada cayó en mí. Estaba enojado, no era muy difícil darse cuenta. Me sentí intimidada bajo sus ojos pero me rehusé a dejar al sentimiento florecer.

-Tienes que competir-Fue lo único que fui capaz de articular-Autos y alcohol no es una combinación muy inteligente.

La nostalgia recorrió mi cuerpo cuando el recuerdo de mi madre se hizo presente. Yo conocía de ante mano lo que ese mal par podría provocar. Despejé mi mente regresando a la realidad no permitiéndome a mí misma sucumbir ante el sentimiento de tristeza.

Harry bufó apartando su mirada de la mía e hizo una seña pidiendo otro trago.

-Harry. No-Me acerqué más y ubiqué mi pequeña mano en su barbilla para hacer que me mirara de nuevo-No más.

Su expresión se tornó fría y mortal por unos minutos, casi creí que me golpearía pero luego una sonrisa atravesó su rostro rompiendo completamente su actitud de chico malo.

-Te ves linda enojada-Llevó una de sus manos hasta mi cadera y me apegó más a su cuerpo.
-No estoy enojada-Exclamé haciendo de mis cejas una línea recta.

Él se rio agachando su cabeza para nivelar mi estatura y pegó su frente con la mía, sacando a relucir su media sonrisa torcida.

-Lo estás-Afirmó una vez más.

Rodeé mis ojos con falso fastidio y aparté la vista de su rostro al mismo tiempo que él se inclinó hacia un lado encontrando nuevamente mi mirada. No aguanté más y una suave risa se me escapó. Harry elevó su otra mano al encuentro con mi mejilla y levantó mi rostro para terminar con la distancia que quedaba entre nosotros. Me alejé cuando sus labios empezaron a demandar más sobre los míos, hacer un espectáculo a la vista de toda esa gente no estaba en mi lista de prioridades en la vida. Harry se rió y me estrechó más contra su pecho, acarició mi mejilla que ya se encontraba sonrojada y dejó un beso en mi frente.

-Kev alcánzame una botella de agua-Se dirigió hacia el barman el cual le dio su pedido rápidamente.

Soltó la mano de mi cuerpo para poder abrir la botella y segundos después volvió a posicionarla en mi cadera. Llevó la botella hacia sus labios y bebió algo de líquido de ella. Con un leve movimiento se despidió del chico y tomó mi mano. Cogí mi bebida con la otra mano y caminé a su lado.

Entramos otra vez al gran salón y avanzamos velozmente hacia el grupo de amigos de Harry.

-¡Zayn!-El moreno se puso de pie rápidamente y se acercó-Quiero ver el auto ya.

El chico asintió y caminó por delante de nosotros, Harry le siguió al mismo tiempo que tiraba de mí.

Salimos del edificio y nos dirigimos por una calle oscura, me asusté al darme cuenta que estaba sola e indefensa en compañía de dos hombres grandes junto a los cuales yo no tendría ni una mínima oportunidad de defenderme. Miré a Harry quien estaba concentrado mirando hacia delante. Incluso su perfil era perfecto, me encontré atrapada admirando sus rasgos. Sus orejas, los pequeños lunares repartidos a lo largo de su cuello y rostro, sus mejilla donde frecuentemente se hacían esos hermosos hoyuelos, sus ojos, su nariz, sus labios. Verlo hizo que el temor se esfumara de mi cuerpo. Aunque lo conocía desde hace poco, confiaba en él y sabía que Harry nunca me haría daño.