Speed and Love |HARRY STYLES FANFIC| Parte I

-Harry…-Mi voz me traicionó no saliendo tan firme como había deseado.

Su boca cubrió la mía antes de que pudiera hablar de nuevo. Podía sentir una opresión en el pecho que me impedía respirar. Con seguridad, su mano continuó bajando guiando la mía hasta detenerse cuando ésta llegó al lugar preciso que él quería. Temblé al sentir el bulto en mi palma y Harry también lo hizo, soltó un casi insonoro gemido que lo hizo separarse de mis labios. Besó mi mejilla lentamente y mordió mi mandíbula mientras recorría la sensible piel hasta llegar a mi oído.

-Tócame-Susurró al mismo tiempo que infringía mayor fuerza en su agarre.

Harry se movió un poco hacia atrás debido al roce y algo dentro de mí se encontró maravillado con la imagen delante de mis ojos. Moví mi mano de la misma forma en que él lo había hecho. Sus ojos se cerraron con fuerza y atrapó su labio inferior entre sus dientes.

-¡Mierda!-El ronco sonido de su voz inundó la habitación.

Soltó mi mano cuando se percató de que ya no era necesaria su instrucción ya que yo lo estaba haciendo por cuenta propia.

No podía dejar de mirarlo. Todas sus facciones estaban tensas y se veía débil, tan débil, no parecía Harry el chico rudo que compite en carreras ilegales, que todos admiran y temen al mismo tiempo, que por poco y le rompe la cara a golpes a otro hombre menos de veinticuatro horas atrás. Verlo así no me hace sentir tan intimidada como usualmente me siento cuando estoy con Harry.

Y me gusta.

Detuve mis movimientos al ver la mueca de dolor plantada en su rostro, de seguro había hecho algo mal pero no tenía ni idea de qué. No sabía qué hacer, no sabía nada.

-No…no te detengas.

Nuevamente guió mi mano para que ejerciera presión sobre su entrepierna y no puse resistencia alguna.

Harry quitó las gafas que colgaban de su pecho y las lanzó en la cama, tomó mi otra mano que se encontraba alrededor de su cuello y la bajó por su pecho hasta llegar al primer botón de la camisa de cuadros que llevaba puesta, sus ojos llameantes fijos en mi rostro me hicieron ruborizar al instante.

-Quítamela-Susurró con voz ronca.

Con torpeza subí mi otra mano al encuentro con el botón y comencé a desabrocharlo. Creo que nunca había tenida la respiración tan agitada como en esos momentos, nunca había sentido esa llama dentro de mí que no se apagaba y que de todos modos no quería que lo hiciera. En esos momentos lo único que deseaba era que permaneciera en mí para darme fuerza y valentía, palabras que usualmente nunca podrían utilizarse junto a mi nombre. Las manos de Harry se ubicaron en mis caderas para darme más soporte y al mismo tiempo acercarme a su cuerpo tanto como él quisiera.

Continúe soltando los botones uno por uno hasta llegar al último, me detuve mirando fijamente el botón que acababa de desabrochar hasta que finalmente me armé de valor y alcé la mirada. Sus ojos estaban oscuros y dilatados, evaluándome minuciosamente. Luché contra mi impulso de bajar el rostro y le sostuve la mirada, tanto como pude.

Hice mi cabeza a un lado cuando Harry se inclinó para llegar a mi oído y su cabello rozó mi costado haciéndome estremecer.

-Quítamela Sky-Susurró profundamente.

Y si la voz fuera de colores, la suya sin ninguna duda sería negra. Incluso más oscura que el negro. Mucho más.

Solté un pesado suspiro a medida que él empezaba a repartir besos por mi oído y a lo largo de mi mandíbula, con manos dudosas deslicé la camisa por sus hombros quitándosela completamente y dejándola caer en la cama detrás de él.

Harry se irguió para mirarme mientras yo observaba fijamente su pecho desnudo. Tenía el cuerpo tonificado y se notaba que se ejercitaba regularmente, sus brazos eran musculosos sin llegar a exagerar y tenía las abdominales marcadas. Cerré mi boca rápidamente cuando me percaté de que la tenía abierta. La noche anterior en su apartamento no había tenido la oportunidad de apreciar sus tatuajes detalladamente, tenía más de los que había imaginado pero sin duda el de los pájaros en su pecho era mi favorito. Y en medio de éstos el collar de cruz colgaba de su cuello como siempre lo hacía.

-¿Qué significa?-Pregunté tomando la pequeña figura en mis manos y estudiándola detalladamente.

La cruz tenía un significado importante para mi padre y por ende para mí también, pero Harry no parecía ser un chico muy involucrado con esos temas por lo que ese collar debería representar otra cosa diferente para él. Sus ojos bajaron hasta el dije que sostenía en mis manos y luego volvió a levantar el rostro.

-Fue un regalo de mi madre-Respondió finalmente y mi mirada se elevó hacia él ante la mención de su mamá-Ven aquí.

Su mano izquierda permaneció en mi cadera mientras su mano derecha fue hasta el costado de mi rostro para acercarme a él. Nuestros labios se encontraron de nuevo dando por terminada nuestra pequeña charla.

Dispuesto a continuar con lo que habíamos empezado, Harry dirigió otra vez mi mano hacia el prominente bulto de sus pantalones e incitándome a que lo rozara de nuevo.

Abrí mis ojos en medio del beso debido al sonido del botón y la cremallera siendo bajada, me separé de él para mirar hacia abajo y confirmarlo. Sus bóxers negros estaban a la vista y mi pulso se hizo aún más irregular.

Tomó mi mano firmemente haciendo que lo rozara por encima de la delgada tela, podía sentir mejor lo duro que estaba.

Había leído situaciones parecidas a ésta en algunos libros, libros de los cuales papá no tenía ni la menor idea por supuesto, pero no imaginé que sería yo la que podría llegar a encontrarse en ésta posición.

No podía ni siquiera parpadear mientras lo miraba fijamente, sus ojos verdes con matices azules tampoco dejaban de observarme. Alcancé a verme a mí misma reflejada en ellos y sabía que él también podría verse en los míos.

Rocé su erección por encima de la tela y la boca de Harry se abrió dejando salir un leve gemido. Me incliné hacia él para besarlo en la boca al mismo tiempo que continuaba tocándolo.

-¡Mierda!-Soltó Harry en medio del beso-¡Joder!

Recorrí con mis labios tímidamente su mandíbula y sentí a Harry tensarse más. Se agitó en su puesto y apretó su agarre en mis caderas para juntarme más, mucho más.

-¡Maldita sea! Estoy tan cerca-Dijo sin aliento-Muy jodidamente cerca.

Llevó su mano hasta la mía y la empujó con mayor fuerza contra su erección, Harry se quedó quieto por un momento mientras respiraba con dificultad y se inclinaba para apoyar la frente en mi hombro. Me quedé quieta sintiendo un calor proveniente de sus bóxers extendiéndose por la tela negra y traspasando hacia mis dedos.

Su respiración empezó a acompasarse de nuevo y finalmente alzó el rostro para encontrar el mío, me dio su perfecta sonrisa torcida y dejó un casto beso en mis labios antes de sentarme en el borde de la cama y él ponerse de pie.

-¿Puedo usar el baño?-Preguntó mirando a su alrededor.

Señalé hacia la puerta blanca y Harry entró.

Me deslicé en la cama hasta apoyarme contra las almohadas y me senté rodeando mis piernas con mis brazos mientras trataba de procesar lo ocurrido. No quería pensarlo demasiado. Todavía no estaba lista para pensar. Harry salió luego de unos pocos minutos.

-¿Qué tienes ahí?-Apunté hacia su mano.
-Mis bóxers-Contestó acercándose hacia mi lado en la cama-Creo que necesito unos nuevos.

Me sonrojé y abracé con mayor fuerza mis piernas al saber que tenía puesto sus jeans ajustados sin ropa interior debajo, Harry guardó los bóxers en su bolsillo trasero. Me levanté de la cama y fui hasta el baño para lavarme las manos, arreglé un poco mi cabello y solté un suspiro antes de volver a la habitación. Harry ya tenía puesta nuevamente su camisa y Dorothy estaba en una de sus enormes manos, él la tenía elevada en frente de su rostro casi jugando a una guerra de miradas con ella. Luché contra el impulso de reír y me acerqué para quitarle a la gata y estrecharla contra mi pecho.

-Ya te lo dije, sé suave con ella.

Sus manos fueron a parar a mis caderas arrastrándome hacia su pecho y bajó la cabeza para nivelar un poco mi estatura.

-No sé cómo ser suave-Susurró cerca de mi rostro.

Su mirada casi quemaba mientras atravesaba la mía.

-Entonces tendrás que aprender a serlo-Susurré igual que él lo había hecho y sentí que ya no hablábamos solamente de Dorothy.

Frunció el ceño ante mis palabras y luego se acercó para juntar nuestros labios.

-Tengo que irme-Susurró contra mi boca y luego depositó un rápido beso.

Asentí distraídamente acariciando a mi gata. No sabía por qué me molestaba que Harry se fuera, tenía que irse, debería estar agradecida porque se fuera así papá no lo descubriría. Papá…tenía que hacer la cena antes de que él llegara. Me alejé de Harry yendo hacia la puerta de mi habitación y esperando que él caminara detrás de mí. Me sentía incómoda, después de lo que había pasado no sabía cómo reaccionar, ni siquiera sabía como verlo a los ojos sin terminar con toda la sangre de mi cuerpo concentrada en mis mejillas.  

Su mano se ubicó en mi espalda baja a medida que bajábamos las escaleras, aguanté la picazón que empezaba a sentir en mis ojos y la opresión en mi pecho que estaba permanentemente ahí desde que había conocido a Harry pero que ahora era más profunda, y me ahogaba.

Dejé a Dorothy en el piso, fui directamente hasta la puerta principal para abrirla pero la mano de Harry agarró fuertemente mi brazo y me dio media vuelta para poder mirarlo.

-¿Qué te pasa?-Se acercó más de lo que me esperaba y apoyó la otra mano en mi mejilla-¿Estás bien?
-Si-Simulé la sonrisa falsa más creíble de la que fui capaz en esos momentos.
-¿Estás segura? Si es por lo de ahí arriba no tienes por qué….
-No, estoy bien. Enserio-Le interrumpí y él permaneció observándome unos segundos con el ceño fruncido.
-Debo decir que no esperaba que ésta noche terminara así. Quiero decir, tú dándome una…

Rápidamente llevé mi mano hacia su boca para evitar que siguiera hablando.

-Harry. No. Por favor-Mi voz salió con una mezcla de súplica y advertencia.

Ahora si estaba deseando que se fuera, sólo para dejar de sentirme como me estaba sintiendo. O quizás para poder ahogarme libremente entre la marea de pensamientos que empezaban a atacarme.

Me sonrió burlonamente mientras quitaba mi mano de su boca, se acercó a mi rostro haciendo que nuestras narices se rozaran y me quedé tiesa hipnotizada por sus ojos verdes.

-Nos vemos mañana-Luché con todo en mí para no acabar con la distancia que separaba a nuestros labios.
-¿Mañana?-Pregunté finalmente, dejando de lado mis impulsos-No puedo salir ¿Recuerdas?

Harry rodó los ojos y se acercó incluso más a mi rostro.

-Yo te llamo-Dejó un casto beso en mis labios logrando desequilibrarme un poco.

Asentí finalmente sin querer contradecirle pero era imposible que nos viéramos mañana. Pasaba todos mis domingos con papá y Maddie, todo el día. Además estaba con ese tonto castigo sin sentido.

Abrí la puerta principal y miré alrededor para percatarme de que mi padre no estuviera por ahí. Harry salió y también miró a ambos lados. Me tomó de la cintura para apegarme a él y posicionó su otra mano en mi mejilla.

-Buenas noches Sky-Me besó una última vez y se marchó.

Lo vi caminar calle abajo yendo hacia su camioneta, supongo. Lo vi fundirse en la oscuridad de la noche. Se fue. Dejándome con todos mis pensamientos que me inundaron de un solo golpe en cuanto él ya no estuvo más junto a mí.