Una disculpa.

por **anne_mir** Dom 21 Jul 2013, 1:20 pm

Hoy tardaré un poco en subir capítulo aquí debido a que es demasiado largo, pero la buena noticia es que por fin saldrá Harry así que pueden gritar y emocionarse mientras esperan.
Les mando un abrazo enorme y nuevamente disculpen por la demora.

:hug:

por **TomlinsonLover** Dom 21 Jul 2013, 6:39 pm

no voy a gritar, pero si emocionarme!
porque lo que viene!! por fiiiiiin!
bueno mentir si grito jajaja
espero no paciente ;)

por **diana perez tellez** Dom 21 Jul 2013, 8:31 pm

anne_mir escribió:
diana perez tellez escribió:hola!!!! mi nombre es diana tengo 17 años.
y amo con loca pasión tu novela!!!! :(L): :(L): es hermosa!!!
ya quiero Larry!!!!!
Larry Larry Larry Larry Larry.
blaze es una grosera.

¡Bienvenida Diana!
Bueno, en sí la novela no es mía, es de un autor llamado Nicholas Sparks, yo sólo la adapto.
Te mando un enorme abrazo.
Pronto habrá Larry. :hug:

siiiii!!!!!!! en el próximo capitulo? gracias por el abrazo, te mando uno mas grandisisisisiismo!!!!!!!!!!!!! besos

por **anne_mir** Lun 22 Jul 2013, 9:59 am

Anne: Déjenme decirles que sólo a su escritora se le puede ocurrir adaptar un libro entero, es toda una locura... pero lo que sea por ustedes. Y que sepan que Harry estará en problemas en el siguiente capítulo :D. Un abrazo. :hug:

The Last Song [Larry Stylinson] (Adaptación). Capítulo 15 Publicado :D - Página 10 7ep

Louis.

Cuando se despertó, tuvo la impresión de que tenía todo el cuerpo entumecido. Notaba la espalda rígida, le dolía el cuello. Cuando reunió el coraje para sentarse, una punzada de dolor le recorrió el hombro.

No podía entender cómo la gente elegía dormir a la intemperie. Unos años antes, algunos de sus amigos le habían dicho lo genial que era ir de campamento, pero él pensaba que estaban locos. Dormir en el suelo “dolía”.

Del mismo modo, por supuesto, que el sol cegador. A juzgar por el hecho de que se había despertado con los granjeros desde que había llegado, supuso que aquella mañana no era diferente. Probablemente todavía no eran ni las siete. El disco solar se levantaba sobre el océano, y ya había unas cuantas personas en la playa, paseando a sus perros o corriendo cerca de la orilla. Era evidente que esa gente había dormido en una cama, y no en el suelo. Louis no podía imaginar ponerse a caminar, ni mucho menos realizar ejercicio físico. En esos momentos le costaba incluso respirar sin desfallecer.

Con gran dificultad, se puso lentamente de pie antes de recordar por qué se había quedado a dormir allí afuera. Echó un vistazo al nido, y suspiró aliviado al ver que estaba igual que el día previo. Al mismo tiempo, notó que las punzadas y el dolor empezaban a mitigarse, lentamente. Se preguntó distraídamente cómo toleraba Blaze dormir en la playa, y entonces, de repente, recordó lo que aquella chica le había hecho.

Arrestado por robar en una tienda. Por robar objetos de valor. Un delito “grave”.

Entornó los ojos, para revivir la pesadilla: la animadversión con que el encargado de la tienda lo había mirado hasta que llegó el policía, la cara de decepción del agente Johnson mientras lo llevaba en coche a la comisaría, la horrible llamada telefónica que había tenido que hacer a su padre. Había sentido tantas náuseas que por un momento pensó que iba a vomitar en el coche de su padre, mientras regresaban a casa.

Si podía sacar algo positivo de lo sucedido era que su padre no había reaccionado como un energúmeno. Y lo que le parecía incluso más increíble: había confirmado que creía en su inocencia. Pero claro, él aún no había hablado con su madre. Tan pronto como lo hiciera, todas las esperanzas se desvanecerían como un castillo de naipes. Sin duda ella se pondría a chillar y le pediría a su padre que lo castigara como era debido, y él acabaría encerrándolo porque se lo había prometido. Después del “incidente”, su madre lo castigó con no salir de casa durante un mes, y lo que había pasado en la tienda de discos era peor, mucho peor que simplemente un incidente.

De nuevo volvió a sentir aquella insoportable opresión en el pecho. No podía imaginar la idea de quedarse encerrado en su cuarto durante un mes, en una habitación que encima tenía que compartir, y además en un lugar en el que no quería estar. Se preguntó si las cosas podrían empeorar aún más. Mientras estiraba los brazos por encima de la cabeza, lanzó un grito sofocado ante el repentino dolor incisivo en el hombro. Lo bajó lentamente, sin poder evitar las muecas de sufrimiento.

Se pasó el siguiente par de minutos arrastrando las cosas hasta el porche. Aunque el nido estaba detrás de la casa, no quería que los vecinos supieran que había dormido fuera. Con sólo ver la fastuosidad de aquellas mansiones, supuso que debía de tratarse de esa clase de personas que esperaban que todo estuviera perfecto cuando salían a tomar el café al porche por la mañana. Si se enteraban de que alguien había dormido fuera, al lado de sus casas, probablemente se enojaría, pues eso no encajaba con su imagen de perfección, y lo último que deseaba era que la Policía volviera a visitarlo. Con su mala suerte, probablemente lo arrestarían por vagabundear. “Vagabundear en primer grado”.

Tuvo que realizar dos viajes para llevar las cosas hasta el porche, pues no tenía la energía para llevarlo todo de una sola vez. Entonces se dio cuenta de que se había olvidado el libro de Ana Karenina junto al nido. Su intención había sido leerlo la noche anterior, pero se había sentido tan cansado que lo había guardado bajo un trozo de madera para resguardarlo de la bruma. Cuando regresó para recogerlo, vio a alguien que llevaba una chaqueta de chándal de color beige en la que se podía leer “Styles Brakes” y que se acercaba con un rollo de cinta amarilla y un puñado de varas, parecía que subía por la playa hacia su casa.

Cuando Louis hubo recuperado el libro, el joven estaba más cerca y parecía buscar algo en las inmediaciones de la duna. Louis avanzó hacia él, peguntándose qué estaba haciendo, y entonces el chico se giró hacia él. Cuando sus ojos se encontraron, fue uno de aquellos pocos momentos… Louis se quedó sin habla.

Lo reconoció inmediatamente, a pesar del chándal. Al instante recordó su aspecto sin camiseta, con el dorso firme y bronceado, el pelo rizado empapado de sudor, la pulsera macramé en la muñeca. Era el chico del partido de vóley-playa que había chocado contra él, el chico cuyo amigo había estado a punto de enredarse en una pelea con Zayn.

Avanzó hasta que se detuvo delante de Louis. Por lo visto, él tampoco sabía qué decir. En vez de eso, se le había quedado mirando boquiabierto. A pesar de que Louis sabía que era una locura, tuvo la impresión de que se alegraba de verlo. Lo dedujo por la expresión de satisfacción en su cara y por la forma en que empezó a sonreírle, lo cual no tenía sentido.

- ¡Ah! ¡Eres tú! Buenos días – le saludó.

Louis no sabía que decir, así que lo único que se le ocurrió fue preguntarle en un tono cordial:

- ¿Qué haces aquí?

- He recibido una llamada del acuario. Alguien llamó anoche para informar de la presencia de un nido de tortugas bobas, y me han pedido que venga a echar un vistazo.

- ¿Trabajas para el acuario?

Él sacudió la cabeza.

- Sólo como voluntario. Trabajo en el taller de coches de mi padre. No habrás visto un nido de tortugas por aquí, ¿no?

Louis se sintió un poco más relajado.

- Está allí – dijo, señalando con el dedo.

- Qué alivio. – Sonrió él -. Esperaba que estuviera más cerca de una casa.

- ¿Por qué?

- Por las tormentas. Si las olas alcanzan el nido, los huevos no sobreviven.

- Pero si son tortugas marinas.

Él alzó las manos.

- Lo sé. Tampoco tiene sentido para mí, pero así es como funciona la naturaleza. El año pasado perdimos un par de nidos por culpa de una tormenta tropical. Fue muy triste. Esta clase de tortugas está en peligro de extinción, ¿lo sabías? Sólo una de cada mil alcanza la madurez.

- Lo sé.

- ¿De veras? – Él parecía impresionado.

- Me lo dijo mi padre.

- Ah – apuntó él. Señaló hacia la playa con porte despreocupado -. Supongo que vives por aquí.

- ¿Por qué quieres saberlo?

- Oh, sólo intentaba encontrar un tema de conversación – respondió sin perder la calma -. Por cierto, me llamo Harry.

- Hola, Harry.

Él hizo una pausa antes de decir:

- ¡Qué extraño!

- ¿El qué?

- Normalmente, cuando alguien se presenta, la otra persona hace lo mismo.

- Yo no soy como la mayoría de la gente. – Louis se cruzó de brazos, procurando mantener la distancia.

- De eso ya me había dado cuenta. – Él le dedicó una sonrisa fugaz -. Siento mucho haberte empujado el otro día, durante el partido de vóley-playa.

- Ya te habías disculpado, ¿no lo recuerdas?

- Lo sé, pero parecías muy enojado.

- La limonada me manchó toda la camisa.

- Cuánto lo siento. Pero la verdad es que deberías prestar más atención por donde pisas.

- ¿Cómo dices?

- Es un juego de movimientos muy rápidos.

Louis puso las manos en su cintura.

- ¿Me estás diciendo que la culpa fue mía?

- No. sólo quiero evitar que se vuelva a repetir. Ya te he dicho que me sentí fatal por lo que pasó.

Por su respuesta, Louis tuvo la impresión de que estaba intentando coquetearle, aunque no entendía el por qué. No le veía sentido (él sabía que ese chico no era su tipo y era más obvio que él tampoco era el suyo). Pero a esa temprana hora de la mañana no estaba de humor para intentar averiguar qué razones había detrás de todo aquello. En lugar de eso. Louis señaló los objetos que él sostenía, pensando que lo más apropiado era enredarse de nuevo en el tema de las tortugas.

- ¿Cómo conseguirás mantener a los mapaches alejados con esa cinta?

- Ah, no, la cinta no es para los mapaches. Solo es para marcar el nido. Paso la cinta alrededor de las clavijas para que cuando vengan los del acuario después a poner la jaula sepan exactamente dónde está el nido.

- ¿Y cuándo vendrán?

- No lo sé. – Se encogió de hombros -. Quizá dentro de un par de días.

Louis pensó en la agonía que había experimentado al despertarse, y empezó a sacudir energéticamente la cabeza.

- No, no, de ninguna manera. Llámalos y diles que tienen que venir a proteger el nido hoy mismo. Diles que ayer vi a un mapache rondando cerca del nido.

- ¿De veras?

- Mira, díselo y punto.

- Tan pronto como acabe, te aseguro que los llamaré. Te lo prometo.

Louis lo miró con recelo, pensando en lo fácil que había sido convencerlo, pero antes de que pudiera darle más vueltas, su padre apareció en el porche.

- Buenos días, hijo – gritó -. El desayuno está listo. ¿Tienes hambre?

Harry miró a Louis y luego a su padre para finalmente volver a fijar la vista en Louis.

- ¿Ésa es tu casa?

En vez de contestar, Louis retrocedió un paso.

- Habla con los del acuario, ¿de acuerdo?

El chico caminó hacia su casa. Ya había subido los escalones del porche cuando oyó que Harry lo llamaba.

- ¡Eh!

Louis se dio la vuelta y lo vio dentro de una camioneta.

- Todavía no me has dicho tu nombre.

- No – contestó -. Creo que no lo he hecho.

Louis sabía que no debía darse la vuelta, pero mientras se dirigía a la puerta, no pudo evitar mirar de reojo por encima del hombro.

Cuando él enarcó una ceja, Louis se felicitó a sí mismo: estaba satisfecho por no haberle dicho su nombre.

…

En la cocina, su padre estaba de pie frente a los fogones removiendo con una espátula el contenido de una sartén. En la encimera había un paquete de tortillas de harina; tuvo que admitir que el olor de fuera lo que fuese lo que estaba cocinando era delicioso. Pero claro, no había probado bocado desde la tarde del día anterior.

- ¡Ah, hola! – lo saludó él por encima del hombro -. ¿Con quién hablabas?

- Con un chico del acuario. Ha venido a marcar la posición del nido. ¿Qué estás preparando?

- Un burrito vegetariano.

- ¿Hablas en serio?

- Tiene arroz, judías y tofu. Con eso rellenaré las tortillas de harina. Espero que esté bueno. Encontré la receta por Internet, así que no puedo asegurarte que sea sabroso.

- Seguro que sí – dijo él. Cruzó los brazos, pensando que era mejor sacarse la espina cuanto antes -: ¿Has hablado con mamá?

Él sacudió la cabeza.

- No, todavía no. pero he hablado con Pete esta mañana. Me ha dicho que no ha podido hablar con la dueña de la tienda. Está fuera, de viaje.

- ¿La dueña?

- Parece que el hombre que trabaja en la tienda es el sobrino de la dueña. Pero Pete dice que conoce a la dueña desde hace mucho tiempo.

- Ah – dijo él, preguntándose si eso serviría de algo.

Su padre dio unos golpecitos con la espátula en el borde de la sartén.

- De todos modos, supongo que lo mejor será que no llame a tu madre hasta que tenga todos los detalles. No me gustaría inquietarla innecesariamente.

- ¿Quieres decir que puede que no se lo digas?

- A menos que quieras que lo haga.

- No, no – se apresuró a contestar -. Tienes razón. Probablemente será mejor que esperemos.

- De acuerdo – convino Mark. Después de remover el contenido de la sartén una última vez, apagó el fuego -. Me parece que esto ya está listo. ¿Tienes hambre?

- Si, estoy muerto de hambre – confesó Louis.

Mientras se acercaba, Mark sacó un plato del armario y colocó la tortilla de harina, después echó un poco de la mezcla encima y se la enseñó.

- ¿Tienes suficiente o quieres que le ponga más?

- No, es suficiente – dijo Louis.

- ¿Quieres café? Lo estoy preparando. – Tomó una taza de café y se la pasó -. Charlotte me dijo que a veces vas al Starbucks, así que he comprado café. Quizá no sea tan bueno como el que preparan en esos lugares, pero es lo mejor que he encontrado.

Él aceptó la taza, sin apartar la vista de su padre.

- ¿Por qué eres tan bueno conmigo?

- ¿Y por qué no habría de serlo?

“Porque me he portado muy mal contigo”, podría haber contestado. Pero no lo hizo.

- Gracias – se limitó a murmurar, pensando que aquello parecía un capítulo de Dimensión desconocida, en el que, por una extraña razón, su padre había olvidado completamente los últimos tres años.

Louis se sirvió un poco de café y tomó asiento delante de la mesa. Mark se sentó a su lado con su propio plato y empezó a envolver su burrito.

- ¿Qué tal has pasado la noche? ¿Has dormido bien?

- Si, dormir no ha sido el problema. Pero levantarme no ha resultado tan fácil.

- Después caí en la cuenta de que debería haber comprado un colchón inflable, pero ya era demasiado tarde.

- No pasa nada. Pero creo que después de desayunar iré a acostarme un rato. Todavía me siento cansado. Han sido dos días muy intensos.

- Quizá sería mejor que no tomaras café.

- No me afecta. Créeme. Caeré en la cama rendido.

Detrás de ellos, Charlotte entró en la cocina. Llevaba un pijama rosa y el cabello completamente revuelto. Louis no pudo evitar sonreír.

- Buenos días, Charlotte – le dijo.

- ¿Están bien las tortuguitas?

- Sí, están bien – le aseguró Louis.

- Buen trabajo – lo felicitó ella. Se rascó la espalda mientras avanzaba hacia los fogones -. ¿Qué hay para desayunar?

- Burritos – contestó su padre.

Sin estar del todo convencida, Charlotte inspeccionó la mezcla en la sartén y después las tortillas de harina en la encimera.

- ¡No me digas que te has pasado al lado oscuro, papá!

Mark intentó contenerse para no echarse a reír.

- Está bueno.

- ¡Es tofu! ¡Qué asco!

Louis soltó una carcajada mientras se apartaba de la mesa empujando la silla.

- ¿Qué te parece si te preparo un bollo dulce relleno de chocolate? – le preguntó a su hermana.

Charlotte lo miró con desconfianza, como si intentara decidir si se trataba de una propuesta con trampa.

- ¿Con leche con chocolate?

Louis miró a su padre.

- Hay de sobra en el refrigerador – señaló él.

Louis le preparó un vaso y se lo dejó en la mesa. Charlotte no se movió.

- A ver, ¿qué pasa?

- ¿A qué te refieres?

- Esto no es normal – dijo -. Alguien debería estar enojado. Alguien que siempre está enojado por las mañanas.

- ¿Te refieres a mí? – cuestionó Louis al tiempo que colocaba dos bollos dulces en la tostadora -. Yo siempre estoy de buen humor.

- Si tú lo dices… - Charlotte lo miró con recelo -. ¿Estás seguro de que las tortuguitas están bien? Porque los dos se están comportando como si estuvieran muertas.

- Están bien, te lo prometo – le aseguró Louis.

- No lo creo. Iré a echar un vistazo.

- Adelante.

Charlotte estudió a su hermano.

- Cuando acabe de desayunar – añadió.

Mark sonrió y desvió la vista hacia su hijo.

- ¿Cuáles son tus planes para hoy? Después de acostarte, me refiero.

Charlotte tomó su vaso de leche.

- ¿Cómo? Pero si tú nunca duermes la siesta.

- Cuando estoy cansado, sí.

- No – lo rectificó ella, sacudiendo energéticamente la cabeza -. Aquí hay algo raro. –Volvió a depositar el vaso sobre la mesa -. Sí, algo raro, y no pienso parar hasta que lo averigüe.

Después de acabarse el desayuno (y cuando Charlotte se hubo calmado), Louis se retiró a su habitación. Mark lo siguió con unas toallas que colgó en la barra de la cortina, aunque Louis no las necesitaba. Se quedó dormido casi de inmediato. Se despertó a media tarde, sudando. Después de una interminable dicha fría, se pasó por el taller para comunicarle a su padre y a Charlotte lo que iba a hacer. Si padre no había mencionado ningún castigo.

Era posible, por supuesto, que él lo castigara más tarde, después de hablar con el agente y con su madre. O quizá le había estado diciendo la verdad: tal vez le creyera cuando él clamaba que era inocente.

¿No sería fantástico?

De un modo u otro, Louis tenía que hablar con Blaze, y se pasó las siguientes dos horas buscándola. Fue a casa de la madre de Blaze y a la cafetería, y a pesar de que no entró, echó un vistazo por la ventana de la tienda de música, con el corazón acelerado, asegurándose de que el encargado no lo viera. Tampoco estaba allí.

De pie en el muelle, examinó detenidamente toda la playa, sin suerte. Era posible, por supuesto, que Blaze estuviera en el Bower’s Point, el lugar favorito de la pandilla de Zayn. Pero no quería ir allí solo. Lo último que deseaba era verlo, y tampoco serviría de nada intentar hablar con Blaze si él se hallaba delante.

Estaba a punto de tirar la toalla y marcharse a casa cuando miró a Blaze, emergiendo entre las dunas un poco más debajo de la playa. Bajó los escalones apresuradamente, procurando no perderla de vista, y luego corrió por la playa. Si la chica se había dado cuenta de que Louis la seguía, no lo demostró, porque no se inmutó y siguió caminando. En lugar de eso, mientras Louis se le acercaba, decidió sentarse en la duna para contemplar el agua.

- Tienes que explicarle a la Policía lo que has hecho – le pidió Louis sin ningún preámbulo.

- Yo no he hecho nada. Y es a ti al que han descubierto.

Por un instante, sintió el impulso de estrangularla.

- ¡Fuiste tú la que puso esos discos de 45 revoluciones y los CD en mis cosas!

- No es verdad.

- ¡Eran los CD que estabas escuchando!

- Y la última vez que los vi, todavía estaba al lado de los auriculares. –Blaze evitaba mirarlo a la cara.

Louis notó que la sangre le hervía en las mejillas.

- Hablo en serio, Blaze. Se trata de mi vida. ¡Me pueden empapelar por un delito grave! ¡Y yo te había contado lo que había sucedido antes!

- Es tu problema.

Louis apretó los labios para evitar estallar.

- ¿Por qué me haces esto?

Blaze se incorporó y se sacudió la arena de los pantalones vaqueros.

- Yo no te estoy haciendo nada – dijo. Su voz era fría y firme -. Y eso es exactamente lo que le he dicho a la Policía esta mañana.

Sin dar crédito a lo que acababa de oír, observó a Blaze mientras ésta se alejaba, con una actitud altiva, como si realmente creyera lo que acababa de decir.

…

Louis regresó al muelle.

No quería ir a casa, porque sabía que tan pronto como el agente Johnson hablara con su padre, se enteraría de lo que Blaze había dicho. Sí, quizá su padre aún mantendría la calma, pero… ¿y si no le creía?

¿Y por qué Blaze le estaba haciendo eso? ¿Por Zayn? O bien Zayn le había pedido que lo hiciera porque estaba enfadado por cómo Louis lo había rechazado aquella noche, o Blaze creía que Louis estaba intentando robarle el novio. En aquel momento, se inclinaba más por la segunda opción, aunque la verdad era que el motivo tampoco tenía importancia. Fuera cual fuese, Blaze mentía y parecía dispuesta a arruinarle la vida.

No había probado bocado desde la hora del desayuno, pero con el estómago agarrotado por culpa de nos nervios, no tenía hambre. Decidió sentarse en el muelle hasta el atardecer, contemplando cómo el agua azul se tornaba gris y finalmente negra como el carbón. No estaba solo: a lo largo del muelle había gente pescando, aunque, por lo visto, sin mucha suerte. Una hora antes, una pareja muy joven había llegado con unos bocadillos y una cometa. Se fijó en la ternura con que ambos se miraban. Imaginó que eran estudiantes universitarios (sólo eran un par de años mayores que él), pero destilaban un afecto palpable entre ellos que Louis todavía no había experimentado en ninguna de sus relaciones con los chicos. Sí, había tenido varios novios, pero jamás se había sentido enamorado perdidamente, y a veces dudaba de que llegara el día en que perdiera la cabeza por alguien. Después de que sus padres se divorciaran, había adoptado una actitud cínica respecto a las relaciones sentimentales, la misma actitud que mostraban la mayoría de sus amistades. Puesto casi todos sus conocidos habían pasado por el mismo mal trago (sus padres también se habían divorciado), supuso que tal vez ése fuera el motivo de su apatía.

Cuando los últimos rayos del sol tocaron el agua, decidió volver a casa. Aquella noche quería llegar a una hora prudente. Era lo mínimo que podía hacer para demostrarle a su padre que apreciaba lo comprensivo que se había mostrado con él. Además, a pesar de la siesta, todavía se sentía cansado.

Al llegar a la punta del muelle, optó por caminar por la zona comercial en vez de regresar por la playa. Tan pronto como dobló por una esquina cerca de la cafetería, supo que su decisión había sido equivocada. Una figura desdibujada por las sombras se hallaba de pie, apoyada en la parte trasera de un coche, con una bola de fuego en la mano.

Zayn.

Pero esta vez estaba solo. Louis se detuvo, notando de repente una fuerte opresión en el pecho.

Él se apartó del coche y caminó en su dirección. Las luces de los faros le iluminaban solo media cara. Sin apartar los ojos de él, se pasó la bola en llamas por la parte superior de la mano, antes de que la bola acabara atrapada en su puño. Apretó la mano, la apagó y avanzó decididamente hacía él.

- ¿Qué tal, Louis? – su sonrisa le otorgaba un aspecto más lúgubre.

Él no se movió. Deseaba que Zayn viera que no le tenía miedo. Aunque lo cierto es que estaba asustado.

- ¿Qué quieres? – le preguntó, sin poder disimular un ligero temblor en su voz.

- Te eh visto y he pensado en acercarme a saludarte.

- Pues ya lo has hecho. Adiós.

Louis reemprendió la marcha, pero él le cortó el paso.

- Me he enterado de que has tenido problemas con Blaze – le susurró.

Louis curvó la espalda hacia atrás para separarse de él.

- ¿Ah, sí? ¿Y qué es lo que sabes?

- Lo suficiente como para no confiar en ella.

- Mira, no estoy de humor para escucharte.

Lo rodeó y siguió andando. Esta vez Zayn lo dejó pasar antes de llamarlo alzando la voz.

- No te marches. Te he venido a buscar porque quiero que sepas que quizá yo podría hablar con ella y convencerla para que cuente la verdad.

A pesar de lo aterrorizado que estaba, Louis vaciló durante un breve instante. Bajo la tenue luz, Zayn lo miraba fijamente.

- Debería haberte prevenido de que es muy celosa.

- Y precisamente por eso decidiste complicar las cosas, ¿no?

- Sólo estaba bromeando aquella noche. Pensé que sería divertido. ¿Crees que tenía idea de cómo iba a reaccionar Blaze?

“Por supuesto que sí. Eso era exactamente lo que querías”, se dijo.

- Pues arréglalo – soltó -. Habla con ella. Haz lo que tengas que hacer.

Zayn sacudió la cabeza.

- No me has oído. He dicho que “quizá” podría hablar con ella y convencerla. Si…

- ¿Si qué?

Zayn cortó el espacio entre ellos. La calle estaba en una absoluta quietud. No había nadie ni circulaba coche alguno por las inmediaciones.

- Estaba pensando que podríamos ser… amigos.

Louis notó nuevamente el intenso ardor en las mejillas, y la palabra afloró por sus labios antes de que pudiera contenerse:

- ¿Qué?

- Ya me has oído. Puedo ayudarte a salir de este lío.

Se dio cuenta de que Zayn estaba tan cerca que podía tocarlo; instintivamente retrocedió un paso.

- ¡No te acerques!

Louis se dio la vuelta y echó a correr, sabiendo que él lo seguiría, consciente de que aquel chico conocía la zona mejor que él; estaba aterrado ante la idea de que lo atrapase. Podía oír los fuertes latidos de su corazón, podía oír su propia respiración frenética.

Su casa no estaba lejos, pero no estaba en forma. A pesar del miedo y del montón de adrenalina, podía notar que le temblaban las piernas. Sabía que no podría continuar corriendo por mucho más rato, y al doblar en la esquina, aprovechó para mirar hacia atrás por encima del hombro.

Y se dio cuenta de que estaba solo en la calle; nadie lo seguía.

…

Al llegar a casa, Louis no entró directamente. Había luz en el comedor, pero quería recuperar la compostura antes de ver a su padre. No sabía por qué, pero no quería que lo viera tan asustado, así que se sentó en los escalones del porche.

Por encima de él, las estrellas brillaban con un inmenso resplandor y la luna flotaba cerca del horizonte. El aroma a sal junto a la bruma proveniente del océano llenaba el ambiente de un olor distintivo. En otro contexto, lo habría encontrado relajante; pero en aquel momento le parecía tan extraño como todo lo que lo rodeaba.

Primero Blaze. Luego Zayn. Se preguntó si en aquel lugar todo el mundo estaba loco.

Desde luego, Zayn lo estaba. Bueno, quizá no técnicamente: era inteligente, astuto y, por lo que había podido deducir, sin una pizca de empatía; la clase de persona que sólo pensaba en sí misma y en su propio interés. El otoño anterior, en la clase de literatura, había tenido que leer una novela de un autor contemporáneo: había elegido “El silencio de los corderos”. En el libro, descubrió que el personaje principal, Hannibal Lecter, no era un psicópata, sino un sociópata; era la primera vez que se daba cuenta de la diferencia entre los dos conceptos. A pesar de que Zayn no era un caníbal asesino, tenía la impresión de que él y Hannibal compartían más similitudes que diferencias, por lo menos en la forma en que veían el mundo y en el papel que desempeñaban en él.

Blaze, en cambio… únicamente estaba…

Louis no estaba totalmente seguro. Se sentía traicionado por sus emociones, eso seguro. Enfadado y con recelo, también. Pero aquel día que pasaron cosas juntas, Louis no tuvo la impresión de que hubiera algo extraño en esa chica, dejando de lado sus terribles problemas emocionales, el tornado de hormonas descontroladas y la inmadurez que dejaban a su paso una estela de destrucción.

Suspiró y se pasó una mano por el cabello. No tenía ganas de entrar a casa. Mentalmente, podía reproducir la conversación que le esperaba:

“Hola, Lou, ¿qué tal?”

“No muy bien. Blaze está completamente bajo la influencia de un sociópata manipulador y ha mentido a la policía esta mañana, así que no me libraré de la cárcel. Ah, y por si eso fuera poco, el sociópata no sólo ha decidido que quiere acostarse conmigo, sino que me ha seguido y me ha dado un susto de muerte. ¿Y tú, qué tal?”

No era exactamente la plácida conversación de sobremesa que su padre seguramente esperaba, aunque fuera la verdad.

Así pues, tendría que fingir. Suspiró y se puso de pie, acabó de subir los escalones del porche y se dirigió a la puerta.

Dentro, su padre estaba sentado en el sofá, con una Biblia deslustrada abierta delante de él. La cerró cuando él entró.

- Hola, Lou, ¿qué tal?

Lo que se había imaginado.

Louis esbozó una sonrisa forzada, intentando actuar con toda la naturalidad del mundo.

- No he conseguido hablar con ella – se lamentó.

Resultaba difícil actuar con normalidad, pero siguió intentándolo. Enseguida su padre lo invitó a seguirlo hasta la cocina, donde él había preparado otro plato, esta vez pasta (macarrones con tomates troceados, berenjena, jugo de naranja y calabacín). Cenaron en la cocina mientras Charlotte armaba una nave espacial de “La guerra de las galaxias” con las piezas de Lego que el reverendo Harris le había traído de regalo cuando había pasado a saludarlos.

A continuación, se acomodaron en el comedor. Al intuir que su hijo no estaba de humor para hablar, Mark se puso a leer la Biblia mientras él leía Ana Karenina, un libro que su madre le había asegurado que le encantaría. A pesar de que la novela no estaba mal, Louis no conseguía concentrarse. No sólo a causa de Blaze y Zayn, sino porque su padre estaba leyendo la Biblia. Pensó que nunca lo había visto leerla, aunque quizá sí que lo había hecho y simplemente él no se había dado cuenta.

Charlotte termino de armar aquella cosa con las piezas de Lego (Louis no tenía ni idea de lo que se suponía que era) y anunció que se iba a dormir. Él esperó unos pocos minutos más, con la esperanza de que su hermana ya estuviera dormida cuando también se retirase a dormir, entonces dejó el libro a un lado y se levantó del sofá.

- Buenas noches, Lou – le dijo su padre -. Sé que no ha sido fácil para ti, pero me alegro de que estés aquí.

Louis se detuvo un instante antes de atravesar la estancia y dirigirse hacia él. Se inclinó hacia delante y, por primera vez en tres años, lo abrazo.

- Buenas noches, papá.

En la habitación, a oscuras, Louis se sentó sobre la cama, completamente exhausto. A pesar de que no quería llorar (detestaba llorar) parecía incapaz de controlar el cúmulo de emociones que lo abordaba. Soltó un suspiro entrecortado.

- Llorar es bueno, a veces – susurró Charlotte.

“Genial”, pensó. Lo que le faltaba.

- No estoy llorando – replicó.

- Pues eso parece.

- No estoy llorando.

- De acuerdo. De todos modos, a mí no me importa si lloras.

Louis contuvo las lágrimas, intentando no perder el control. Sacó el pijama que había guardado antes debajo de la almohada. Se lo llevó hacia el pecho impulsivamente, con los dedos tensos, y se fue al cuarto de baño para cambiarse. Al pasar por delante de la ventana, se le ocurrió echar un vistazo al exterior. La luna había ascendido en el cielo y otorgaba a la arena un brillo plateado; al girarse hacia el nido de las tortugas, detectó un repentino movimiento entre las sombras.

Después de olisquear el aire, un mapache sigiloso se acercó al nido, que únicamente estaba protegido por una cinta amarilla.

- ¡Oh, no!

Louis soltó el pijama y salió disparado de la habitación. Atravesó el comedor y la cocina como un flecha, sin apenas oír los gritos alarmados de su padre.

- ¿Qué pasa? ¿Qué pasa?

Pero Louis ya había llegado a la puerta y no podía contestar. Sin aliento, siguió corriendo hacia la duna mientras empezaba a gritar y a agitar los brazos.

- ¡No! ¡Vete! ¡Vete!

El mapache alzó la cabeza y acto seguido huyó rápidamente. Desapareció por encima de la duna y se perdió entre las hierbas.

- ¿Qué pasa?

Al darse la vuelta, Louis vio a su padre y a Charlotte de pie en el porche.

- ¡No han puesto la jaula!

por **anne_mir** Lun 22 Jul 2013, 10:00 am

Por cierto, perdonen la demora :lloro:

por **Dimples'sHarold** Lun 22 Jul 2013, 10:24 am

Esta escena es una de mis favoritas cuando están cuidando el nido, no sale aun pero bueno

Puto zayn y blaze louis como un loco HAAHHAHAHAH

por **anne_mir** Lun 22 Jul 2013, 11:53 am

Dimples'sHarold escribió:Esta escena es una de mis favoritas cuando están cuidando el nido, no sale aun pero bueno

Puto zayn y blaze louis como un loco HAAHHAHAHAH

Lo sé, es lo mejor jaja :D
Te mando un enorme abrazo. :hug:

por **•Luciana•unicornia•** Lun 22 Jul 2013, 1:13 pm

Ojansoahsksjs malditos zayn y blaze que les ocurre?
Owww abrazo a su papa
Kahskajajsjajajvd ya salió Harry morí le estaba coqueteando
Fue hermosoooo
Ame el capítulo
Síguela ;)
PD: ya viste el video de best song ever? Essss hermoso hahaha ame a Verónica y leroy Hahahaha buenoooooooooo byeeee ;)

por **MajooSancheezz** Lun 22 Jul 2013, 1:55 pm

hay ya viene la escena en cuando cuidan el nido! xD o bueno ojalá! Mark y Louis ya estan mejor! Blaze tonta, a mi tambien me dieron ganas de estrangularla y zayn no creo que intentara ayudar solo queria besarlo (creo) SIGUELA ! <3

por **anne_mir** Lun 22 Jul 2013, 2:15 pm

•Luciana•unicornia• escribió:Ojansoahsksjs malditos zayn y blaze que les ocurre?
Owww abrazo a su papa
Kahskajajsjajajvd ya salió Harry morí le estaba coqueteando
Fue hermosoooo
Ame el capítulo
Síguela ;)
PD: ya viste el video de best song ever? Essss hermoso hahaha ame a Verónica y leroy Hahahaha buenoooooooooo byeeee ;)

Creo que Zayn y Blaze son demasiado inmaduros.
OMG! Claro que lo vi. Quedé completamente enamorada de lo dulce que se ve Marcel en ese vídeo jaja.
Te mando un enorme abrazo. :hug:

por **anne_mir** Lun 22 Jul 2013, 2:28 pm

MajooSancheezz escribió:hay ya viene la escena en cuando cuidan el nido! xD o bueno ojalá! Mark y Louis ya estan mejor! Blaze tonta, a mi tambien me dieron ganas de estrangularla y zayn no creo que intentara ayudar solo queria besarlo (creo) SIGUELA ! <3

Se acercan sus momentos juntos!
Te mando un enorme abrazo.
:hug:

por Invitado Lun 22 Jul 2013, 5:04 pm

Ya volvio a aparecer Harry dfhgbj.
Lastima que no le dijo su nombre, creo que se la va a hacer dificil.
Blaze es una completa estupida, ahora le complico las cosas mas aun.
Y Zayn es un imbecil :S
Seguila pronto por favor!
Adios ♥

por **anne_mir** Lun 22 Jul 2013, 5:06 pm

Debby1D escribió:Ya volvio a aparecer Harry dfhgbj.
Lastima que no le dijo su nombre, creo que se la va a hacer dificil.
Blaze es una completa estupida, ahora le complico las cosas mas aun.
Y Zayn es un imbecil :S
Seguila pronto por favor!
Adios

Ya salió Harry y de aquí en adelante no dejará de hacerlo.
Te mando un enorme abrazo.
Mañana mismo sigo. :hug:

por **TomlinsonLover** Lun 22 Jul 2013, 6:26 pm

ahi no para! me imagine a louis corriendo al mapache nono
jajajajajajajajajajajaja
bueno sacando esa parte...
por fin volvio harry!
uhuh como que no pusieron la jaula todavia mmm harry se
metera en problemas si no mandan gente del acuario ... jaja
pobre lou :( zayn ¬¬ blaze ¬¬
ahi louis haciendose el dificil con harry me gusta, me gusta! jaja

seguila pronto

un beso

por **anne_mir** Lun 22 Jul 2013, 6:51 pm

TomlinsonLover escribió:
ahi no para! me imagine a louis corriendo al mapache nono
jajajajajajajajajajajaja
bueno sacando esa parte...
por fin volvio harry!
uhuh como que no pusieron la jaula todavia mmm harry se
metera en problemas si no mandan gente del acuario ... jaja
pobre lou :( zayn ¬¬ blaze ¬¬
ahi louis haciendose el dificil con harry me gusta, me gusta! jaja

seguila pronto
un beso

Jajajaja si, es una de las partes más divertidas de este capítulo.
Yo diría que Harry ya está en problemas jajaja a ver que sucede.
Te mando un abrazo.
Mañana sigo. :hug:

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The Last Song [Larry Stylinson] (Adaptación). Capítulo 15 Publicado :D

Una disculpa.

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