feelings -niall horan

Anastasia ''Ana'' Fernández

Escucho una melodía, no la distingo, espera…sí. ¡Es mi móvil! Abro poco a poco mis ojos, intentando acostumbrarme a la luz que hay en la estancia y cuando por fin veo con claridad, me siento en la cama. Miro mi cuerpo, llevo una camiseta blanca con un corazón rojo que tiene ojos, debajo de ello, noto que llevo mi ropa interior.

Luego, observo toda la habitación.

Una gran cama en la cual cabrían cuatro o cinco personas, y en la que estoy arropada; me fije en que el cabecero y la estructura de la cama eran color metal. Dos mesitas a cada lado del mismo material adornaban la estancia, delante mismo tenía un gran salón. Puedo decirte desde ya que era muy frio, lujosa e impersonal; todo de colores grises y blancos. Y me enamoré de las vistas, sí, las impresionantes y espectaculares vistas de toda Barcelona junto con el mar catalán.

Reaccione rápidamente, girando mi cabeza hasta la mesita. Cogí el móvil y lo coloque pegado a mi oreja, sin fijarme en nada más.

- ¿Sí? – pregunté con voz ronca. Solté un gemido, mi cabeza iba a estallar y un fuerte dolor inundo mi cráneo.

Al ver que seguía sonando, lo aparté y negué cabreada. Nadie me estaba llamando, era la alarma, que me indicaba que eran las ocho de la mañana. Al volver a dejar el móvil en la mesita, mis ojos se fijan en el logo que hay incorporado y entonces ya sé dónde estoy.

En una habitación del hotel Vela.

Por las vistas que me otorga aquella gran ventana, puedo decir que esta habitación está en la parte más alta del hotel. Un suspiro cansado sale de mi boca, muevo mi cabeza para desechar esos pensamientos y mi vista pasa a fijarse en otra cosa que hay en la mesa.

Una pastilla, un vaso de agua y una carta de papel blanco.

Alargo mi mano para cogerla, la desmonto ya que esta en forma de tríptico y comienzo a leerla mentalmente.

''Buenos días, Ana.

Supongo que cuando te despiertes, yo ya estaré rumbo a Madrid. Espero que te encuentres mejor después de lo que ocurrió ayer, todavía no se me va la imagen de la cabeza. Tú llorando por culpa de aquella mierda de hombre. ¿Te preguntaras dónde estás? Estas en mi habitación del hotel Vela, te traje ahí porqué una de tus amigas dijo que vuestros padres os matarían si os vieran así. Puede que nos veamos pronto, créeme.

Puedes quedarte todo el día en la habitación, está totalmente pagada, así que duerme todo lo que quieras. Te he dejado una aspirina, supongo que lo necesitaras.

Nos vemos,
Niall Horan.''

Abrí mis ojos al máximo. ¿Estaba en la habitación de Niall? Entonces reconocí la camiseta, era la que siempre llevaba antes él, dios. Suspiré tontamente, él me acababa de dejar tonta. Deje la carta sobre mi regazo tapado por la colcha y cogí la aspirina, me la tragué para luego beber del vaso.

Me estiro en la cama arropándome hasta casi por encima de mi pecho, cerré mis ojos suavemente para intentar recordar que ocurrió. Recuerdo hasta el momento en que el chico aquel me comenzó a bajar la cremallera de mi vestido, pero ya nada más. Siento como mi cuerpo se relaja poco a poco.

*Flashback*

- Que alguien me ayudé... – pienso yo asustada.

Noto como el para de bajar la cremallera, puesto que ya no se puede llegar a más. Su mano está en mi trasero. Siento como el vestido va deslizándose hasta quedar a la altura de mi ombligo, dejando mi sujetador negro al aire. Él se acerca a besarme otra vez en mi cuello, cuando se escucha el ruido de una llave en alguna cerradura y la puerta abrirse de golpe. De fondo se entiende un: Gracias, señor Simón.

- ¿Por qué estaba la puta puerta cerrada?¡Me meo, que me lo hago encima! – grita una voz femenina. La reconozco a leguas, es Mir.

Se escucha como entra en el primer cubículo de al lado de la puerta, y luego el ruido de agua cayendo. Él me tapa la boca con la mano mientras cierra la puerta con cuidado. Saca un teléfono móvil y teclea algo rápidamente, luego lo guarda.

- ¡oh dios, que a gusto me he quedado, Jesús! – suelta mi amiga. Eso me hace sonreír levemente, ella no cambia.

Él abre la puerta del cubículo de golpe, mi amiga está enfrente de nosotros lavándose las manos cuando de golpe, se gira con la mano en el pecho.

- ¡¿qué.. – pero no dice nada más, cae al suelo inmóvil. Su cara sigue mirándome, pero su cuerpo está quieto.

Abro mis ojos asustada.

- ¡Mir! – grito como puedo, estoy todavía inmóvil, no puedo mover ninguna de mis extremidades. Él chico la mira sonriente mientras veo como por las mejillas de mi amiga, caen lagrimas silenciosas. - ¿Qué le pasa?

El de cabello castaño me mira ahora a mí, sonríe burlonamente.

- Ella también esta sedada. No sé si sabes, que si asustadas a alguien que esta sedado de esa forma… – dice señalándome. – sí le pegas un susto, su corazoncito se para y luego sufre los efectos. Está bien, solo está igual que tú.

Se gira hacia ella otra vez.

- Primero me encargaré de la cumpleañera, como es lógico. Luego, te tocará a ti. – le cuenta con voz arrogante. – Disfruta del espectáculo, lindura.

Se gira de golpe y comienza a besarme la barbilla. Esto me permite mirar a Mir, y abro mis ojos al ver como su mano esta junto a su bolso. La mueve, casi lentamente y toca un botón de su BB, luego toca otro y se para. Respira y hace una mueca, para comenzar a pulsar casi levemente un botón.

Luego pulsa el segundo.

Un tercero.

El cuarto.

El quinto.

El sexto.

Deja el móvil, todavía sigue llorando.

- Ana… - medio grita ella. Yo sigo mirándola, noto como el chico me quita completamente el vestido, quedándome en ropa interior. Él comienza a desabrocharse el cinturón. Estoy asustada, de esta no me libro. - No va a…pasar...n...

La puerta se abre de golpe.

- ¡Miriam! – escucho como alguien grita, voz de pito, pero sigue siendo Cam. Una voz ronca se une a su grito, mientras escuchó jadeos de sorpresa.

Mis ojos se cierran asustados y adormilados, escuchó ajetreo, como si hubiera mucha gente. Agacho como puedo la cabeza, dejando que mi pelo tape mi cara. Un tirón, caigo al suelo y unos brazos fuertes me rodean. Algo me cubre con cuidado.

- ¿Estas bien? – me pregunta una voz muy conocida para mí. Es él, Niall. – mírame, por favor. Te lo pido.

Levanto la cabeza y le miro. Esta serio, nunca le había visto así. En ninguna entrevista, nunca. Sé que no paro de llorar, él rubio coge el vestido del suelo y me levanta entre sus brazos, luego me coloca una chaqueta azul de chándal. Todo el rato mirándome, haciéndome sentir segura. Me coge en sus brazos, como si estuviéramos casados y salimos de aquel cubículo.

Puedo ver rápidamente a Mir siendo abrazada por un serio Harry, que la abraza contra su pecho mientras le susurra cosas al oído. Más lejos, puedo ver a Cam dormida en brazos de Louis.

- Niall, Paul ha llevado al hombre con los de seguridad y junto aquellos otros dos. Todo está bien. Relájate. – le cuenta Liam mirándome tiernamente, luego le da una mirada extraña al rubio.

Tengo la cabeza apoyada en el pecho del irlandés, puedo ver como se miran los dos. Sigue serio, pero se relaja un poco. Sigo llorando, no sé por qué, pero lo hago. Hay otro guardia de seguridad, sé que lo he visto en videos, le hace una señal al rubio y este sale del baño conmigo en brazos.

Nadie nos mira, que yo pueda ver. Mi vista no es clara, estoy medio grogui. Algo me mata, está comenzando a sonar de fondo Kiss Me, puedo ver a parejas que se dirigen a la pista o chicas arrimándose a algún hombre.

- Niall… - le llamo en un susurró débil. Él me mira atentamente.

- ¿Qué? – me pregunta suavemente.

Le sonrió, sus ojazos me impactan tanto.

- Esta canción, es importante para mi porqué me recuerda a... – y no sé cómo, todo se vuelve negro; pero no tengo miedo, entre sus brazos estoy feliz.

*Flashback*

Abro los ojos, por fin recuerdo lo que paso ayer. Me levanto de la cama y me dirijo hacía un sillón negro de cuero, donde están bien colocadas mis ropas. Con ‘‘mis ropas’’ me refiero a mi vestido, mi mini bolso y mis tacones.

Me los coloco, cuando termino camino hacía la mesita para coger mi móvil y guardarlo. La carta la observó atentamente y al final…me la guardo en mi bolsito. Veo la camisa de él en el suelo, me agacho para cogerla y aunque suene raro, la huelo.

No huele a mi olor corporal, no. Huele a hombre, huele a él.

Mi madre..


- Estoy en la recepción del hotel Vela. Cam... ¿dónde estás tú? – le pregunto vía teléfono a mi amiga.

Estoy en el hall del hotel, acabo de llamar gracias a mi hermoso teléfono, que no le queda mucho para apagarse, con mi mejor amiga. ¿Dónde diablos esta? De momento, ella era la única que me había contestado, Mir había desaparecido y no contestaba su teléfono.

- Eh...sí, sí ahora mismo estoy ahí. – me contesto nerviosa.

- Pero... – cortó la llamada. – Tú madre. – solté sorprendida. ¿Qué está pasando aquí?


Y aquí estamos, entrando con sigiló a casa de Cam. Eran exactamente las nueve menos cuarto, subimos las escaleras con los tacones en la mano y pasamos por el pasillo en silencio, hasta que por fin respiramos tranquilas al estar en la intimidad de su habitación.

- Dios... – solté yo suspirando a la vez que me estiraba en su cama.

Ella no respondió, simplemente se sentó a mi lado y me miro. Yo me quede mirándola, al estar ella sentada y yo estirada, imponía mucho su mirada. Me senté y la mire.

- Ya está. ¿Qué es lo que está pasando? – le pregunté cruzándome de brazos. Ella negó y miro a otro lado, comenzó a jugar con la falda de su vestido. – Te conozco, Camila Rose Thomas, te conozco. ¿Qué ha pasado? Soy tú mejor amiga, sabes que no diré nada.

Ella me miro y sus ojos comenzaron a cristalizarse.

- Me vas a odiar, y si alguien se entera… - me dice ella. De golpe, para y se muerde el labio inferior. – he hecho una locura y…dios.

La miro preocupada.

- Dime que no has robado algo del hotel. – ella me mira. Abro la boca. - ¿Qué has robado?

- ¡No he robado nada! – me dice ella riendo. La miro preocupada. ¿Qué ha hecho?

Me mira risueña, pero cambia a ponerse un poco más seria.

- Louis…sabes que esta con Eleanor. ¿Verdad? – me pregunta ella.

- Sí… ¿Qué tiene que ver eso?

Ella resopla, se pasa la lengua por los labios y me mira, seria.

- La ha engañado, le ha puesto los cuernos. – me dice totalmente seria. – Conmigo.